Baste decir aquí que sí encontré PRUEBAS irrefutables de la

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El misterio de los siglos
Baste decir aquí que sí encontré PRUEBAS irrefutables de
la existencia del Dios creador. Y encontré pruebas positivas
del error de la teoría evolucionista, a pesar de la arrolladora
colección de cerebros lavados por las universidades que sostienen lo contrario. Tuve la satisfacción de ver retractarse a
una defensora del pensamiento evolucionista que había hecho
largos trabajos de posgrado en las universidades de Chicago
y Columbia y tenía su título de doctorado. Esta persona
reconoció que yo había derribado definitivamente el tronco
del árbol de la evolución. Pero al igual que el Dr. More, tenía
el cerebro tan lavado que hubo de continuar en la corriente
que ella misma había reconocido como FALSA.
También tuve el gusto de ver a mi cuñada "comerse sus
palabras" y reconocer que yo no era tan ignorante. Todo esto
era pura vanidad de mi parte, pues aún no la había erradicado.
¡Había comprobado la existencia del Dros GRANDE Y MA·
JESTUOSO! Pero me seguía atormentando el desafio de mi
esposa. En mis estudios sobre la evolución ya había analizado
el libro del Génesis. Sabía que cada una de las religiones del
mundo tenía sus libros sagrados. Comprobada la existencia de
Dios, pensaba hacer un estudio comparativo de las religiones
para ver si alguno de estos escritos sagrados era auténtico.
¿Hablaría Dios a la humanidad por medio de alguno de estos
escritos? Y en caso afirmativo, ¿por medio de cuál?
Como aún tenía que estudiar el asunto del sábado o
domingo como día de reposo, y puesto que ya había comenzado a estudiar el Génesis, resolví proseguir mi estudio en la
Biblia.
Una doctrina a la vez
Pronto encontré el pasaje de Romanos 6:23: "La paga del
pecado es muerte". Me detuve asombrado. La "paga" es lo
que uno recibe por lo que ha hecho. Esta afirmación, pues,
era diametralmente opuesta a lo que me habían enseñado en
las clases de religión (antes de los 18 años de edad).
"¿Cómo puede ser?", pensé. "A mí me enseñaron que la
paga del pecado es la VIDA ETERNA en un infierno de fuego".
Con asombro leí hasta el final del versículo: "Mas la
dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro".
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