Juegos Olímpicos de 1900 a 1912

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JUEGOS OLIMPICOS DE PARIS EN 1900
La II edición de los Juegos estuvo a punto de acabar con ellos. Pierre de Coubertin los afrontó con la mayor
ilusión. No en vano se disputaban en su ciudad. Pero resultaron caóticos. Duraron más de cinco meses, del 14
de mayo al 21 de octubre, porque se enmascararon en medio de la Exposición Universal y la oficialidad de
muchas de las pruebas quedó en entredicho. La organización fue pésima y Coubertin llegó a decir después que
"ha sido un milagro que el movimiento olímpico haya sobrevivido a estos Juegos". París estaba más pendiente
de la construcción del nuevo Metro, de hacer de su ciudad un lugar donde se unieran el estilo mundano de
vida y el lujo, que de los ideales olímpicos. El caos fue constante a lo largo de cinco interminables meses y la
organización hasta se olvidó de dar las correspondientes medallas a los tres primeros clasificados de cada
prueba. De hecho, la mayor parte de los obsequios que se llevaron los vencedores correspondieron a
donaciones de particulares. Pero quienes peor lo pasaron fueron, posiblemente, los alemanes, ya que los
miembros de esta delegación tuvieron que pasar su primera noche en París a la intemperie ya que la
organización se había olvidado de reservarles alojamiento. A nivel deportivo, el salto cualitativo fue
importante. Aunque no se conoce a ciencia cierta el número exacto de participantes, se estima que
compitieron unos 1.325 atletas de 22 países, entre ellos España. También por primera vez compitieron las
mujeres. En total 11 atletas femeninas inauguraron para su sexo unos Juegos. El caos en el que se
desenvolvieron las distintas pruebas minimizó el éxito de las mismas. Las marcas fueron sensiblemente
mejores a los obtenidos cuatro años en Atenas, sobre todo en atletismo. En total, las pruebas atléticas fueron
24, el doble que en la cita helena, y el boxeo, fútbol, rugby, polo y tiro con arco vieron su primera luz
olímpica. La participación española se saldó con el primer éxito para nuestro deporte en unos Juegos. El
tirador Santiago Pidal, marqués de Villaviciosa, fue segundo en la prueba de tiro con arco, con la salvedad de
que se inscribió a título personal.
JUEGOS OLIMPICOS DE SAINT LOUIS EN 1904
Por primera vez, los Juegos Olímpicos abandonaban Europa. Estados Unidos se convertía en el primer país no
europeo en acoger el mayor acontecimiento deportivo de la historia. La pequeña ciudad de Saint Louis ganó
por delante de Chicago el honor de ser sede de los Juegos, aunque la elección tuvo su polémica. La ciudad de
Illinois fue elegida en primera instancia, en el año 1901, pero Saint Louis pidió el arbitraje del presidente
Roosevelt, que acabó decantándose por la capital de Louisiana. En los albores de siglo, Saint Louis era una
influyente ciudad, capital del algodón, y con una febril actividad comercial. Los Juegos fueron una excusa
para promocionar la capital y los actos deportivos se convirtieron, de hecho, en una fórmula más para atraer la
atención de las distintas ferias que congregaba Saint Louis. Para los Juegos, esta circunstancia fue bastante
negativa, máxime cuando la experiencia de París había sido tan negativa. Los Juegos de Saint Louis se
convirtieron en un negocio y su excesiva comercialización fue criticada por el propio Barón de Coubertin. Los
Juegos se `americanizaron' hasta límites insospechados para la época. La yarda se convirtió, por primera y
única vez, como medida oficial. También se incluyeron en el programa deportes tan extravagantes como las
canoas motorizadas. Otros, como el golf y el baloncesto, concursaron fuera de programa. Quizás lo más
descabellado de los Juegos de Saint Louis fueron las llamadas `Jornadas antropomórficas' donde los negros e
indios, excluidos de la competición oficial, participaron en unas pruebas paralelas. Estos Juegos no fueron
demasiado lucidos. Los países europeos apenas se atrevieron a cruzar el Atlántico. Sólo concursaron 64 atletas
de nuestro continente por 432 norteamericanos. Así no es de extrañar que de las 72 medallas en juego 68 se
quedaran en casa. Los europeos únicamente vencieron en dos pruebas, el decatlón, que era nuevo en los
Juegos, y el lanzamiento de peso de 56 libras. Las mejores anécdotas de Saint Louis'04 se produjeron en la
prueba de maratón.
JUEGOS OLIMPICOS DE LONDRES EN 1908
A la cuarta fue la vencida. Londres significó la consolidación de los Juegos después de los abatares sufridos
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en París y Saint Louis. Fue la última vez que unos Juegos formaron parte de una Exposición Universal, pero a
diferencia de las ediciones anteriores, Inglaterra se volcó con los Juegos y Lord Desborough, el organizador
de los mismos, realizó una impecable labor. Para empezar, se construyó en la capital inglesa un moderno
estadio, el Shepherd's Bush, con capacidad para 70.000 espectadores, que disponía además de un velódromo y
una piscina de 100 metros. La familia real británica también se volcó con los Juegos y pese a recibir Londres
el encargo de organizar el evento sólo dos años antes todo salió a plena satisfacción. De hecho, los Juegos de
1908 le correspondía llevarlos a cabo Roma, pero una serie de luchas internas entre distintas ciudades italianas
provocó que fuera finalmente Londres la organizadora. Los Juegos de Londres se celebraron entre el 27 de
abril y el 29 de octubre. En total, 20 deportes divididos en dos grupos, los deportes de verano −atletismo,
natación, ciclismo, remo− y los de otoño −boxeo, fútbol, patinaje, rugby−. Participaron un total de 2.035
deportistas, de los cuales 36 eran mujeres, y representantes de 22 países. La ceremonia de apertura fue muy
brillante, con el rey Eduardo VII en la tribuna de autoridades y 60.000 espectadores siguiendo en directo ese
primer día de competición. Por primera vez hubo un desfile oficial de atletas. También fue la primera vez que
la maratón se corrió sobre la distancia actual, 42,195 quilómetros. El ganador fue el estadounidense de 19
años, John Hayes, pero el vencedor moral correspondió al italiano Dorando Pietri. Este pequeño atleta llegó
muy tocado al estadio y comenzó la última vuelta en la dirección contraria. Después, cayó dos veces en los
últimos cien metros, siendo ayudado por varios jueces. En la última caída, Arthur Conan Doyle, creador del
popular Sherlock Holmes y por aquel entonces periodista, le ayudó a cruzar la línea de meta.
JUEGOS OLIMPICOS DE ESTOCOLMO EN 1912
Los de Estocolmo podrían considerarse como los primeros Juegos tal y como los concebimos en la actualidad.
Suecia dio un impulso vital al movimiento olímpico que le permitió vivir los ocho años de hibernación debido
a la primera guerra mundial, que se inició en 1914. Estocolmo'12 fue pionero en muchas cosas. Por primera
vez, los Juegos se disputaron en un tiempo preestablecido, del 6 al 15 de julio, lejos del amparo de las ferias o
exposiciones universales. Además, los componentes del podio de cada prueba recogieron sus premios al
tiempo que se izaban las correspondientes banderas nacionales en el estadio. Los Juegos de Estocolmo'12
también pasaron a la historia por ser los primeros en los que hubo un superávit económico, si se descuenta la
construcción de instalaciones, entre otras cosas gracias a la perfecta organización. El balance positivo fue de
46.767 coronas suecas y es que a falta de televisión la filatelia y la numismática aportaron su grano de arena a
ese hito en el movimiento olímpico. Estos Juegos constituyeron un punto de partida para el atletismo
moderno. Se establecieron unas bases técnicas, un código escrito y riguroso, que sirvió para clasificar y juzgar
a los atletas. Se utilizó por primera vez la `foto−finish' para clarificar las llegadas más apretadas. De hecho, el
estadio de Djurgarden, el primero que se construía expresamente para unos Juegos, seguía funcionando a
plena satisfacción de los atletas ochenta años después de la cita olímpica en Estocolmo. La competición pura
también constituyó un notable éxito. Se batieron multitud de marcas, algunas de las cuales perduraron durante
muchos años, y comenzó a forjarse en estos Juegos la figura del mito deportivo. Pero también cabe lamentar
la primera muerte en plena competición. El portugués Lázaro no resistió la dureza del maratón y perdió la
vida tras sufrir un colapso. Pese a las reticencias de Coubertin, muy conservador en la apertura de los Juegos a
las mujeres, cabe destacar la presencia de 57 féminas. Un hecho importante en estos juegos fue la perdida de
las medallas del deportista Jim Thorpe por haber recibido dinero por la toma de unas fotos con unos
beisbolistas. Las medallas fueron recuperadas 30 años después de su muerte por sus hijos.
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