HÁBITOS DIRECTIVOS ) Perspectiva y visión de futuro Sandra Díaz, Consultora de élogos. E n los anteriores números realizábamos una introducción al Modelo de Dirección por Hábitos (DpH) que, en su aplicación práctica a los estilos directivos de una organización, se convierte en el instrumento que permite la real puesta en práctica de los valores; es un modelo “vivo” en cuanto que logra la traducción de los “contenidos de conciencia o valores organizativos” en hábitos o modos de actuar y de comprender la realidad que facilitan el trabajo e informan sobre los resultados del esfuerzo realizado, de forma constante y evolutiva. La Dirección por Hábitos es también una propuesta de dirección centrada en la persona. Y en torno a ella se han identificado cuatro hábitos operativos: equilibrio, perspectiva, fortaleza y equidad, que facilitan el desarrollo de las cuatro grandes funciones del líder: orientación estratégica, orientación al negocio y al cliente, eficacia personal y gestión de las personas. En este artículo vamos a centrarnos en el hábito de la perspectiva. CUADRO 1. ÁREAS DE TRABAJO PARA EL HÁBITO DE LA PERSPECTIVA ESTABLECER EL RUMBO Situación de partida Visión de futuro Cadena de Valor Decidir el rumbo Alinear esfuerzos Hábitos y rutinas Estrategias de cambio Fuente: élogos, 2008. pág 72/junio/08 La perspectiva proporciona la capacidad de escuchar, de dar juego, de motivar, de asumir las propias equivocaciones y saber reencauzar las equivocaciones de los otros: el directivo no se precipita en los juicios o decisiones y especialmente, como indica Fernández Aguado (2002a), “camina por delante con el ejemplo y el esfuerzo”. EVIDENCIAS EN LA ACCIÓN DIRECTIVA Algunos de los hábitos operativos que evidencian la perspectiva en la acción directiva serían: Tener la visión clara de dónde quiere llegar y cuál es el camino más eficaz. n Escuchar con empatía a todos los colaboradores sin importar el nivel jerárquico y aprender de los consejos que aportan los más experimentados. n Actuar EL GOBIERNO DEL CAMBIO Creatividad de Innovación La perspectiva es el conjunto de capacidades directivas que permiten saber a dónde llegar y tomar los caminos indicados que guíen la actuación propia y la de los colaboradores, haciendo las cosas correctas y con calidad. De nada sirve hacer las cosas con excelencia y calidad, si se están llevando a cabo acciones que conducen a fines distintos de los esperados. n INFORMACIÓN PARA DIRIGIR Creencias y Valores DEFINICIÓN Y FUNDAMENTOS CONCEPTUALES sólo después de tener la información necesaria, de escuchar e involucrar a los colaboradores. Desarrollar de manera permanente las propias capacidades y las de los colaboradores, teniendo como base la confianza y siendo un promotor de la formación. n OBSERVATORIO de recursos humanos y relaciones laborales Comprometerse personalmente con lo que se hace y con las personas, despertando al mismo tiempo el compromiso de los otros. Ser ejemplo y modelo de actuación. n Promover la interdependencia y saber “hacer equipo”. n Superar los obstáculos con creatividad y manteniendo una visión optimista. n ¿CÓMO SE DESARROLLA? La Escuela de Liderazgo enfoca el desarrollo de este hábito a través del aprendizaje y práctica de las siguientes áreas: Desarrollo de la capacidad de obtención de información para dirigir: En primer lugar se requiere un profundo conocimiento sobre la realidad en la que desarrolla el trabajo. La información se convierte en el instrumento más valioso. Tres son las áreas a cubrir y que es necesario conocer en profundidad: n estimar el esfuerzo que requiere hacerlo. Cada proyecto, cada función, casi cada actividad ha de tener su visión. El último factor que se trabaja en la escuela para el desarrollo del hábito de la perspectiva consiste en el gobierno del cambio. Un buen planteamiento de cambio debe considerar cuidadosamente aspectos emocionales, de relaciones, relativos a sentimientos, ligados íntimamente a nuestras creencias más íntimas y ubicarlos al mismo nivel que unas fundamentadas razones. n – Información sobre la cadena de valor del desempeño del área de responsabilidad propia y del resto de grupos sociales de la organización. – Información sobre las creencias y valores organizativos. – Por último, información sobre los comportamientos frecuentes, hábitos y rutinas vigentes que facilitan o dificultan la obtención de los resultados esperados tanto en el área económica como en el ámbito socioafectivo del equipo de trabajo. Distinguir los comportamientos deseados y oportunos de aquellos que obstaculizan los logros supone ya un avance que facilita la intervención. Desarrollar la capacidad para establecer el rumbo. En este momento se debe tomar decisiones sobre el futuro deseado. Sin embargo queremos hacer una puntualización: los directivos no están permanentemente obligados a proporcionar certezas, entre otras cosas porque no siempre las tienen, pero sí forma parte de su rol definir el resultado deseado y decidir el camino que conduce a él. n Clarificar este escenario es fundamental, nos permite considerar el tramo que existe desde donde estamos y donde queremos llegar y OBSERVATORIO de recursos humanos y relaciones laborales José Aguilar (2002), socio el creador del modelo, describe específicamente cinco funciones de la perspectiva en la gestión del cambio en la empresa. La adquisición positiva de este hábito facilita: n analizar objetivamente la realidad; hacer planteamientos realistas y buscar las vías para llegar a la meta; n n constancia en la consecución de las metas; n “arrastrar” con los hechos, no con palabras; n ser flexible, adaptarse al entorno. ) Información elaborada por: pág 73/junio/08