Abuso del proceso y exceso en el ejercicio del poder jurisdiccional

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Abuso del proceso y exceso
en el ejercicio del poder jurisdiccional
Sogari, Elena Isabel
Facultad de Derecho y Ciencias Sociales y Políticas - UNNE.
E-mail: [email protected]
ANTECEDENTES
Las exigencias de una sociedad cada vez más dinámica y pujante tornan indispensable desnaturalizar el
formalismo procesal, a fin de garantizar la defensa en juicio de los litigantes logrando el fin inmediato del
proceso es decir la solución del conflicto conforme a los hechos alegados y probados, ante el descubrimiento de
la verdad jurídica objetiva.
El problema no es nuevo y la jurisprudencia ha tratado el tema de las nociones básicas del “exceso ritual” y de la
“verdad jurídica objetiva” siendo tarea del abogado como el juez.
Necesidad de Desnaturalizar el Formalismo
Las partes acuden al procedimiento, ante la existencia de controversias jurídicas, que por razones de orden y
seguridad, deben canalizar dentro del procedimiento ( Bidart Campo).
Pero no son los únicos en participar también será necesario la existencia del los abogados y jueces , siendo
estos últimos quienes resolverán conforme al rigorismo de la ley que tiene por finalidad lograr la solución justa
y objetiva del conflicto. En un proceso judicial es esencial la libertad reglada de los litigantes, en armonía con la
interpretación y aplicación de modo razonable. Cuando el formalismo pierde ese sentido esencial del
procedimiento y se maneja con un rigor excesivo, lo que es instrumental se convierte en sustancial y el proceso
pierde su verdadera razón de ser.
El proceso no puede ser conducido mecánicamente, puesto que de esa manera, se logra ocultar la obtención de la
verdad jurídica objetiva. Renunciar a la verdad jurídica objetiva resultará incompatible con el adecuado servicio
de la justicia que garantiza la defensa en juicio consagrada en el artículo 18 de la Constitución Nacional (CS,
fallos, Dig. XIV, nº15,p.732).
El ocultar aquella verdad jurídica objetiva ( referido aquella relacionada con los datos reales) por exceso ritual
lleva al proceso a la frustración del Derecho para su aplicación, porque no se logra adecuar la finalidad para la
que se han establecido . Esa irregularidad lo ha destacado reiteradamente la jurisprudencia, porque causa un daño
a los administradores de justicia como también a los propios justiciables debido al ejercicio antifuncional de la
jurisdicción y que constituyen base esencial de la certeza en el juicio que el fallo contiene.
La noción de verdad jurídica objetiva se relaciona con la existencia de las circunstancias de hecho, pero no
cualquier hecho, sino de aquéllos que, de un modo u otro, resultan relevantes o decisivos para la justa resolución
de la causa.
El formalismo es un fenómeno que está presente en el ámbito procesal, manifestándose en (civil, penal,) la
diferencia que existe entre la verdad formal y verdad material ha servido para diferenciar al proceso civil de la
penal.
CLARIA OLMEDO quien enseña que tanto el proceso civil como el penal y el laboral persiguen siempre la
verdad material e histórica, en el sentido que a través de las pruebas deben reconstruirse los hechos traídos al
proceso para concluir aceptándolos o rechazándolos en su existencia.
ABUSO DEL PROCESO.
Este dispositivo se encuentra regulado técnicamente en nuestro ordenamiento jurídico, en el artículo 1071 en lo
que concierne a la violación de los “ fines que la ley tuvo en mira” al reconocer el derecho .En efecto, tomada la
arbitrariedad por ritual, una alteración en el procedimiento de producción de la norma individual, es
precisamente de la preceptiva formal que condiciona dicha producción de la que en realidad se abusa.
El abuso en la utilización del proceso, en su realización, habiéndose enunciado los siguientes supuestos:
a) Se usa el proceso con negligencia o con dolo, por una clara separación entre el derecho que se invoca y el
que efectivamente se tiene.
b) Se simula un proceso o se incurre en el mismo, en fraude a la ley sustantiva o procesal, vales decir , se usa el
proceso como un instrumento de una finalidad diversa ( e ilícita ) a la formulada por la ley .
El exceso en el ejercicio del Poder Jurisdiccional
*SATTA al tratar los poderes jurisdiccionales y poderes procesales del juez, hace la distinción:
a) La primera se identifica en realidad con la función, y no puede ser definido sino como el poder de declarar
o rechazar (coactivamente) el derecho en el caso concreto: lo que es justamente la definición misma de la
jurisdicción. Es un poder fin, las razones perfectamente lógica, por la que el código de procedimiento no
contempla los poderes jurisdiccionales, pero los da como presupuestos en su contenido concreto.
b) Los poderes procesales son en cambio, por excelencia poderes medios vale decir instrumentos que la ley
concede al juez para el ejercicio de la función jurisdiccional.
Técnicamente, pues podemos decir que el juez conduce un mecanismo instrumental al servicio de la actuación
justa de Derecho. Ese mecanismo no debe hacerse en forma mecánica , porque ello es en rigor el “ ritualismo” o
“formalismo” (Pedro J. Bertolino El Exceso Ritual)
impidiendo alcanzar la verdad jurídica objetiva, imprescindible para fallar justamente. De lo contrario podría
caer el juez a un exceso de poder.
*Por exceso de poder: Siendo la sentencia un acto de poder, se hace necesaria una digresión sobre el concepto de
poder.
Bernahard Welte, nos dice que “ poder en su sentido más amplio y a la vez más fundamental es la capacidad de
ser. Todo lo que es capaz de ser y, en esa medida, es... Ser y poder son conceptos inseparable.
Poder proviene del Latín “ potentor- aris. Ari “, o sea que es la facultad de imponer una voluntad a otro, a otros o
a la naturaleza”.
El poder, por otra parte, es indiferente a los juicios de valor, no hay poder bueno o malo, bello o feo, justo o
injusto, es como todo valor abstracto manifestándose no solo por su imposición, sino por la oposición a él.
El exceso de poder es considerado como defecto del acto, tienden a causar la violación de la ley, como también
los derechos adquiridos o la cosa juzgada. La mejor medida que se puede tomar es restringir el exceso.
El juez debe ser técnico, pero, como ningún otro, ser más que técnico, para que en sus decisiones, por sobre la
técnica, brille y se imponga la justicia. Sin técnica jurídica no hay buen juez ni buena justicia; pero un exceso de
técnica suele terminar en una injusticia (CNCiv., B, 23/12/70, ED 37-)
CONCLUSION
§
Las partes, sus defensores y el juez, cada uno de ellos desde el lugar y las funciones que ocupan dentro del
proceso, tienen el deber de conducirse adecuadamente en todos los actos del procedimiento, esto es, con
lealtad, probidad y buena fe, evitando y sancionando cualquier tipo de conducta abusiva.
BIBLIOGRAFIA
1)MORELLO, Mario Augusto “ El proceso justo”
2)BERTOLINO, Pedro J. “ El exceso ritual manifiesto”
3)GIANGRASSO, Antonio José “ Código Procesal Civil y Comercial de la Nación”
4)SATTA, Salvatore “ Manual de Derecho Procesal Civil”
5)CALAMANDREI, Piero “ Casación Civil”
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