ACTIVACION CARDIACA NORMAL Anatomía normal. Las aurículas, ventrículos, los grandes vasos (aorta, pulmonar y venas cavas), el sistema de conducción o red de Purkinje y las válvulas, constituyen las principales estructuras del corazón. Las aurículas en su parte superior y los ventrículos en la inferior, están separados por los respectivos tabiques o paredes interauriculares, interventriculares y por los auriculo ventriculares. Las válvulas separan las aurículas (arriba) de los respectivos ventrículos (abajo), llamadas válvulas auriculo ventriculares, y de estos con las arterias aorta y pulmonar o válvulas sigmoideas. El sistema eléctrico y la red de Purkinje se inician en la parte alta de la aurícula derecha con el seno de Keith y Flack, continúa por la pared fina de la misma (1 a 2 mm de espesor) hacia su parte baja, su orejuela izquierda y pared posterior, y desde la misma aurícula derecha hasta el nódulo de Aschoff- Tawara, ubicado en las porciones posteriores y bajas del tabique interventricular. A este nivel aparece el haz o fascículo de His con sus dos ramas izquierda y derecha, las que se distribuyen por las dos caras del tabique entre los ventrículos, siendo la izquierda más corta, situación que explica la activación inicial del ventrículo izquierdo antes que el derecho. Desde ambas ramas o haces de Purkinje, la red penetra la superficie interior (endocárdica) y las paredes ventriculares derechas e izquierda del corazón. La onda de activación cardiaca, llamada potencial de acción, se genera en la parte alta de la aurícula derecha (Keith y Flack) y se propaga a través de la misma, el nódulo de Aschoff Tawrara, el haz de His con sus dos ramas y en la totalidad de esta red de Purkinje produciendo, mediante fenómenos físico químicos y electrofisiológicos, el acoplamiento de esta propagación (fenómeno eléctrico) con la contracción muscular (actividad o fenómeno mecánico). De esta forma, se generan diferentes fuerzas eléctricas primarias y secundarias o vectores del corazón, como resultado de las concentraciones iónicas y eléctricas intracelulares y extracelulares, así como de sus correspondientes gradientes o potenciales de reposo y acción. Su registro y análisis mediante el electrocardiograma Activacion Cardiaca Normal. 1 y otros métodos modernos no invasivos, sirve para explicar la función cardiaca, los trastornos de su ritmo, las modificaciones de las cavidades, así como los caracteres, tipos y modalidades de las diferentes cardiopatías. Potencial de Reposo. Durante la condición de reposo de las fibras musculares del corazón, de los músculos estriados y las fibras nerviosas, existe en general y se registra una diferencia de potencial eléctrico a través de su membrana celular en que el interior posee una carga negativa (-) en relación con el exterior que es positiva (+). La pareja de ambas cargas (+ y -) constituyen un dipolo con un valor estimado de 25 mv para cada uno. A esta diferencia de amperaje se le denomina potencial de reposo transmembrana, pudiendo medirse una diferencia aproximada de 100 milivoltios (mv) negativos (-) entre ambos espacios celulares separados por su membrana. Dicho potencial es menor (80 a 90 mv) en las fibras cardiacas ventriculares, mientras que en las de Purkinje, responsables y especializadas en la conducción nerviosa, alcanza hasta los 100 mv. Esta condición eléctrica de reposo, también denominada polarización diastólica de la membrana, depende de la concentración del ion potasio (K+) en ambos lados de la misma. Su despolarización durante el reposo ocasionada por la pérdida del potasio intracelular en casos de falta de oxigeno durante eventos coronarios (hipoxia), procesos inflamatorios (miocarditis), abuso de diuréticos, medicamentos cardiotónicos y anti arrítmicos, conlleva su activación prematura o despolarización diastólica y el desarrollo de procesos anormales e indeseables. Potencial de Acción. Las células cardiacas normalmente polarizadas, mantienen un nivel normal de excitabilidad, con la capacidad de responder de forma adecuada a estímulos eléctricos o mecánicos, aumentar la permeabilidad de su membrana, permitir y establecer un intercambio entre sus iones particularmente potasio (K+) y Sodio (Na+), generar impulsos eléctricos propios, transmitirlos por el sistema especial de conducción nerviosa, y terminar en la fibra muscular cardiaca como resultado de un acoplamiento entre sus fenómenos eléctricos y mecánicos. La generación de este fenómeno o potencial de acción transmembrana, se produce por el aumento súbito de la permeabilidad de la membrana a nivel del seno de Keith y Flack en función de sus características de automatismo al aumentar la conductancia a los citados iones (K+ y Na+) con lo que se genera el fenómeno eléctrico que se Activacion Cardiaca Normal. 2 propaga por el sistema especial de conducción para dar origen a la contracción simultanea de las diferentes áreas musculares. Tal comportamiento permite el registro de una curva formada por cinco segmentos conocidos como fases 0, 1, 2, 3 y 4 del potencial de acción, coincidentes con las ondas y segmentos del electrocardiograma (ECG), particularmente la fase “0” del potencial y la “R” del ECG, las cuales corresponden al inicio y verdadera despolarización sistólica de la fibra cardiaca, tal como se muestra en el esquema original de los investigadores mexicanos Sodi Pallares, D. y Cols, y Alanís Ramirez, J. y Cols. en cuyos servicios tuvimos la honra de estudiar y laborar. A continuación de esta activación, las células cardiacas en su estado despolarizado cumplen un proceso de recuperación representado en las fases 1, 2 y 3 del citado esquema, con lo que regresan al equilibrio iónico y eléctrico inicial. Se desarrollan entonces importantes movimientos de electrolitos hacia ambos lados de la membrana, reentrando por difusión el sodio (Na+) a las células y aumentando la concentración de potasio (K+) en su exterior. De esta manera, se puede señalar que el proceso de activación se cumple con la propagación del dipolo o pareja de cargas (+) y (-) desde las porciones altas de la aurícula derecha hasta las porciones finales de ambos ventrículos, determinando positividad en los sitios donde se aproxima y negatividad donde se aleja, fenómeno que determina las formas y direcciones del electrocardiograma. Su generación y propagación por el sistema de conducción y las diferentes estructuras anatómicas, obedece al equilibrio físico químico y eléctrico de sus zonas de automatismo cardiaco, la polarización y despolarización celular y, en el sistema de conducción, por la teoría del cable con sus resistencias y condensadores en serie. Finalmente, se define el automatismo cardiaco como la capacidad del corazón para producir por sí mismo el fenómeno eléctrico y las contracciones de forma independiente al sistema nervioso central y vegetativo, el que se fundamenta en la excitabilidad especial que poseen el nodo sinusal de Keith y Flack como marcapaso, el nodo sino auricular o de Aschoff Tawara, el haz de His y sus ramas, y las restantes formaciones de la red de Purkinje. Activacion Cardiaca Normal. 3