PREINFORME: CASO FAYT - Cámara de Diputados de la Nación

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CASO FAYT
1- Que, el presente dictamen acusatorio al Sr. Ministro de la Corte Suprema
de Justicia de la Nación Dr. Gustavo Alberto Bossert, surge con motivo del “Caso
Fayt”, el que se planteó a raíz de la reforma constitucional de 1994, la que por
una parte modificó el art. 99 inciso 4 tercer párrafo de la Constitución Nacional, al
requerir un nuevo acuerdo del Senado a aquellos jueces que alcancen los setenta
y cinco años para seguir en sus funciones; y por otra parte estableció en la
disposición Transitoria Undécima que la caducidad de los nombramientos y la
duración limitada previstas en el artículo 99 entraría en vigencia a los 5 años de la
sanción de dicha reforma constitucional.
2- Que el Dr. Carlos Fayt se vio afectado por la modificación a la cláusula
constitucional -recordando que en ese momento tenía setenta y seis años de
edad-
y
planteó ante el fuero en lo contencioso administrativo (Juzgado
Nacional de Primera Instancia en lo Contencioso Administrativo Federal Nº 7 a
cargo
de
la
Dra.
Carrión
de
Lorenzo)
una
acción
declarativa
de
inconstitucionalidad.
3- Que la Magistrada, en causa “Fayt, Carlos Santiago c/ Estado Nacional
s/ proceso de conocimiento”, expediente Nº 13214/97, sentencia del 30/4/1998hizo lugar a la petición declarando la nulidad de la reforma introducida por la
Convención Reformadora del 94 en los artículos citados.
4- Que la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Contencioso
Administrativo Federal, Sala III -sentencia del 19 de noviembre de 1998, Votos del
Dr. R.M.Mordeglia y Dr. J.E.Argento - revocó la declaración de nulidad de la
cláusula constitucional y, confirmando la procedencia de la acción declarativa,
consideró que los jueces tienen un derecho adquirido a las condiciones de
estabilidad vigentes al momento de su nombramiento, y por lo tanto como el Dr.
Carlos Fayt fue nombrado antes de la aludida reforma no estaba sujeto al límite de
edad fijado en la norma constitucional, “es decir, la declaró inaplicable al
presente”.
5- Que el Estado Nacional interpuso recurso extraordinario con fecha 16 de
diciembre de 1998, concedido el 9 de marzo de 1999. Dos semanas mas tarde las
actuaciones fueron remitidas al Alto Tribunal, el cual dispuso que los autos
pasaren al Procurador General de la Nación.
6- Que con fecha 31 de marzo del mismo año, el Dr. Carlos Fayt presentó
su excusación para integrar el Tribunal, por intervenir en el proceso como parte
actora, excusación que fue aceptada ese mismo día por los restantes integrantes
de la Corte.
7- Que el 12 de julio del mismo año, el Procurador General de la Nación,
Dr. Nicolás Becerra, solicita la recusación de los magistrados, que es rechazada in
limine, por falta de legitimación, el 14 de julio de 1999.
8- Que asimismo, la Corte rechaza el pedido de excusación efectuado por
el Procurador, considerando que los integrantes del Tribunal no se encontraban
comprendidos en ninguna de las causales previstas en el art. 17 CPCCN.
9- Que, en nuevo dictamen, el procurador solicita se revoque la resolución
del 14 de julio de 1999, y en consecuencia, que los miembros del Tribunal se
excusen de intervenir en el caso, o en su defecto, se haga lugar a la recusación
interpuesta -Dictamen del Procurador General de la Nación, Dr. Becerra, del día
16 de julio de 1999- petición que fue declarada improcedente con disidencia del
Ministro Petracchi.
10- Que en cuanto al fondo de la cuestión - en sentencia del 19 de agosto
de 1999, registrada en el tomo 236 en el libro de sentencias, F.100. XXXV de la
CSJN-, el voto mayoritario –Dres. Nazareno, Belluscio, O`Connor, Boggiano,
López y Vázquez, este último con fundamentos propiosinciso
4
tercer
párrafo
fundamentalmente, que
la
de
la
Constitución
declaró nulo el art. 99
Nacional,
y
argumentó,
ley que declaró la necesidad de la
reforma
constitucional (ley 24.309) no autorizó a limitar la garantía de la inamovilidad
establecida en el art. 110 de la Carta Magna, y que en el art. 6 de dicha ley se
establecía que serían nulas de nulidad absoluta todas las modificaciones,
derogaciones y agregados que realice la Convención Constituyente, apartándose
de la competencia establecida por la ley que declaró la necesidad de la reforma.
11- Que conforme lo establece la Constitución Nacional en su Segunda
Parte, Título 1º, Sección 1º, Capitulo 1º , artículo 53, sólo la Cámara de Diputados
ejerce el derecho de acusar ante el Senado a los miembros de la Corte Suprema,
en las causas de responsabilidad que se intenten contra ellos, por mal desempeño
o por delito en el ejercicio de sus funciones; o por crímenes comunes, después de
haber conocido de ellos y declarado haber lugar a la formación de causa por la
mayoría de dos terceras partes de sus miembros presentes.
12- Que el ejercicio de esta facultad, por parte de la Cámara de Diputados
de la Nación, implica ante todo la investigación de la conducta de los funcionarios
que integran el poder judicial, para determinar en cada caso la eventual inclusión
de las conductas investigadas en alguna de las tres causales previstas en el
mencionado artículo 53 de la Constitución Nacional, con la finalidad y efecto
principal de destituir o remover del cargo al funcionario.
13- Que en el caso en estudio, la causal de juicio político que se invoca
es “mal desempeño”.
Al respecto, González Calderón dice: “la frase mal desempeño revela el
designio constitucional de entregar al Congreso la apreciación discrecional (en el
sentido de ilimitación dentro de lo razonable y conveniente) de las circunstancias
que pueden caracterizar semejante conducta” -Citado por Pablo A. Ramella en
Derecho Constitucional, Ediciones Depalma, p.676.-
Por su parte, Germán J. Bidart Campos -en Manual de la Constitución
Reformada, Ediar, p.193-, sostiene: “mal desempeño” es lo contrario a “buen
desempeño”, entendiendo que no es susceptible de ninguna reglamentación
infraconstitucional, porque normas ajenas a la Constitución Nacional no pueden
delinear la figura ni fijarle supuestos configurativos, ya que es el Senado que de
acuerdo a su juicio, puede y
conducta
debe valorar
por
sí
mismo si
tal o
cual
implica desempeñarse mal, por lo que ninguna norma fuera de la
Constitución Nacional puede vincularlo a encuadrar en el mal desempeño (o a
excluir de él) determinados casos.
Rafael Bielsa -Citado por R. Baglini y A.D´Ambrosio y otros en Juicio a la
Corte, p.12-, define mal desempeño en los siguientes términos:
“Falta de idoneidad profesional o técnica o moral, ineptitud o insolvencia
moral que determine un daño a la función o a la gestión de intereses generales de
la Nación”.
Esta definición, por un lado pone énfasis en la eficacia, decoro y autoridad
integral de la función pública; y por otra parte objetiviza el concepto al aludir al
daño que tal conducta debe producir de manera efectiva.
Entonces, se entienden comprendidas en el concepto de mal desempeño
aquellas faltas de comportamiento o de conducta que, verificadas en el
ejercicio de la función y siendo perjudiciales para los intereses generales de la
Nación –fueren o no delitos-, infrinjan cláusulas constitucionales y vulneren
principios republicanos de división de los poderes e independencia del
Poder Judicial. También los actos y hechos que constituyan violaciones a las
garantías individuales establecidas por la Constitución Nacional y todo hecho, acto
u omisión que hagan indigno al funcionario de continuar ejerciendo el mandato o el
cargo para el que fue electo o designado.
14- Que la falta de excusación del juez Dr. Gustavo Alberto Bossert tipifica
inopinadamente la causal de “mal desempeño”,
que se configura cuando los
integrantes del Tribunal aparecen juzgando un tema que puede indudablemente
alcanzarlo en forma personal.
15- Que con respecto a la cuestión de fondo decidida por la Corte Suprema
en tanto al status constitucional de la reforma introducida por la Convención
Constituyente,
es
menester
poner
de
relieve
que
de
ningún
modo
consideraremos el contenido de dicha resolución, es decir no se analiza si la
Convención estaba habilitada o no por el Congreso para realizar esa reforma,
sobre la extensión de las atribuciones del poder constituyente derivado y las
potestades de los jueces para controlar su actividad.
16- Que con relación al tema en debate, esto es la falta de excusación
como configurativa de la causal mal desempeño en el ejercicio de sus funciones,
la doctrina especializada opina: por un lado, Carlos Eduardo Fenochietto y Roland
Arazi, citando a Arturo Podetti – Fenochietto Arazi: Código Procesal Civil y
Comercial de la Nación comentado y concordado con el Código Procesal Civil y
Comercial de la Provincia de Buenos Aires, Tomo I, Editorial Astrea, p. 123.sostienen: “la excusación persigue la independencia de los magistrados en
ejercicio de su función, mediante la necesaria imparcialidad para instruir y decidir
los asuntos llevados a su conocimiento.
De esta manera, el juez que se considera inhábil subjetivamente para
entender en una causa, tiene la facultad-deber de excusarse”.
“La independencia del juez tiene raíz constitucional, ya que constituye un
elemento fundamental para concebir la jurisdicción como poder del Estado. Pero
no basta con que el juez sea independiente en el ámbito jurídico abstracto, por la
inamovilidad y demás garantías de que lo rodea la ley, sino que también debe
serlo en el ejercicio de su función respecto de los casos concretos traídos a su
conocimiento. Esta cualidad se denomina
imparcialidad, debiendo los
magistrados excusarse frente a una causa legal que pudiera comprometerla (art.
30 CPCCN), so pena de ser sancionados por mal desempeño (art. 32 CPCCN)”Fenochietto Arazi, ya citado. p. 93 y ss-.
Lino Palacio manifiesta –en Manual de Derecho Procesal Civil , Tomo I,
Editorial Abeledo Perrot. p. 199.- que la excusación es el remedio legal de que el
juez puede o debe valerse para inhibirse espontáneamente del conocimiento de la
causa, en el supuesto de que sus relaciones con alguna de las partes o con la
materia del proceso sean susceptibles de poner en dudo la imparcialidad de sus
decisiones.
Asimismo, el Dr. Carlos Fayt, destacando el principio de independencia del
Poder Judicial interpretó en su descargo a los Constituyentes del 53 señalando
que en esa oportunidad el fin último de la independencia de los jueces es lograr
una administración imparcial de justicia, fin que no se realizaría si los
jueces
carecieran de plena libertad de deliberación y decisión en los casos que se
someten a su conocimiento.
La excusación, entonces, es la espontánea declaración del juez
de
encontrarse impedido de continuar entendiendo o de entender en un asunto, por
estar comprendido en alguna causal de recusación o, sin que ello ocurra, por
cuestiones de decoro o delicadeza - Diccionario de Derecho Procesal, Víctor De
Santo. Editorial Universidad-
17- Que este caso, involucra al Magistrado Dr. Gustavo Alberto Bossert,
quien tenía la obligación legal de excusarse.
18- Que esta obligación legal
encuadra en el art. 30 del CPCCN que
establece la obligatoriedad de la excusación en estos términos: “Todo juez que se
hallare comprendido en algunas de las causales mencionadas
deberá excusarse” ; a su vez el art. 17 del Código de rito
en el art. 17
en su inciso 2 o
prescribe que son causales de recusación “tener el juez ... interés en el pleito o en
otro semejante, o sociedad o comunidad con alguno de los litigantes, procuradores
o abogados, salvo que la sociedad fuese anónima” y el inciso 9 o “tener el juez con
alguno de los litigantes amistad que se manifieste por gran familiaridad o
frecuencia en el trato”.
El inciso 2o del art. 17 CPCCN: el ´interés directo´.
Según la Real Academia Española - Diccionario de la lengua española,
21ª ed., Madrid 1992, p. 832.- , el concepto interés, como lo estatuye el inciso 2 o
del art. 17, nos lleva a la idea de los intereses creados, definidos como: “ventajas
no siempre legítimas, de que gozan varios individuos, y por efecto de las cuales
se establece entre ellos alguna solidaridad circunstancial”.
De tal forma resulta que el Dr. Bossert resolvió sobre una situación que
lo alcanzaría más tarde o más temprano. Surge notorio su interés al manifestar en
su descargo "... no me alcanzaban ninguna de las causales que habilitan a la
recusación o a la excusación según ya he explicado, y en particular referencia al
"interés" al que alude el artículo 17 inc. 2º, reitero que no me era aplicable dada mi
decisión de votar en contra de mi propio interés..." "... de tal manera, hice un
balance de los intereses en juego y consideré que era más trascendente afirmar la
validez de la cláusula constitucional en discusión, perjudicando mi posición
personal como magistrado."
Queda claro que resolvió sobre un asunto en el que estaba en juego su
interés propio y directo; no pudiendo desplazar la predisposición para con un tema
que afectaría su tranquilidad y serenidad de espíritu indispensables para decidir,
contrariando de este modo la
imparcialidad que tan alta magistratura
requiere.
El inciso 9o del art. 17 CPCCN
Este inciso opera como
el medio idóneo para evitar situaciones de
parcialidad del juez en caso de que exista gran familiaridad o frecuencia en el
trato con alguno de los litigantes, situación que a todas luces se contrapone con
lo actuado por el Ministro de la Corte al decidir sobre un integrante del cuerpo y
sobre un tema cuya resolución lo podría perjudicar o beneficiar.
De esta manera, y teniendo en cuenta la asiduidad en el trato que
el
Ministro denunciado mantuvo indudablemente en su calidad de colegas como
integrantes de un mismo tribunal,
se plasma en la realidad una conducta
configurativa de "mal desempeño" que contraría el principio de preservación de la
seguridad jurídica y la buena administración de justicia que debiera ser el
estandarte del máximo Tribunal de la Nación.
19- Que en el caso concreto, es interesante ver la posición que asumió el
Dr. Petracchi quien se excusó de intervenir en la causa fundando que al hallarse
en tela de juicio la petición de un Juez de la Corte se plantea una situación similar
a otras ya resueltas y que impide que sean los miembros del propio tribunal los
que resuelvan el litigio.
El Ministro al votar en disidencia la resolución del 14 de julio de 1999,
manifestó en el considerando 6º -después de recordar precedentes como la causa
Abel Bonorino Peró y otros- : “En efecto, no se advierte por qué los jueces de
esta Corte, que se excusaron cuando estaba en juego la garantía de la
intangibilidad de los haberes de los jueces nacionales, no deberían adoptar igual
criterio cuando se discute la garantía de la inamovilidad de aquéllos (de igual o
mayor entidad que la primera)¨.
20 - Que asimismo, la conducta del Sr. Juez Bossert es notoria y
claramente demostrativa de su interés. Reviste tal gravedad que se configura la
causal de mal desempeño, siendo irregular dado el inequívoco interés que tenía
para él. Y por otra parte, denota la habitualidad en la falta de excusación.
21- Que esto permite considerar que el Dr. Bossert, hizo uso de su poder
para beneficio personal, - a pesar de votar negativamente - creando la falsa
apariencia de estar por encima de las instituciones a las que sirve y sobre todo por
sobre el valor justicia, pilar fundamental en un estado de derecho.
22- Que del análisis de los fundamentos vertidos, así como de la normativa
vigente, doctrina y jurisprudencia parlamentaria aplicable, se formulan las
siguientes consideraciones:
a- Es principio básico consagrado en el derecho argentino que no puede
invocarse causal de mal desempeño de un magistrado fundada en el contenido de
sus sentencias, ya que ello importaría afectar la garantía de independencia del
Poder Judicial consagrada en la Constitución Nacional.
b- Que en el caso que nos ocupa, la causal de mal desempeño en el
ejercicio de sus funciones, se configura a raíz de la no excusación del Ministro
denunciado, en un proceso en el que
tenía interés propio y directo, que
necesariamente lo afectaba en la tranquilidad y serenidad de espíritu
indispensables para decidir y/o por la asiduidad en el trato que debe
indudablemente haber mantenido debido a su calidad de colegas como integrante
de un mismo Tribunal, todo lo cual lo hace pasible de las sanciones previstas en el
artículo 32 CPCCN.
c- Se configura el mal desempeño cuando, como ocurre en el caso y desde
un punto de vista objetivo, opera el deber de abstenerse de actuar en una causa
donde, tal como se ve, se encontraban en juego intereses institucionales que
afectan, directa y especialmente al magistrado.
d- Por todo lo supra relacionado, no cabe duda que la conducta del
Magistrado se erige como una de las causales de juicio político establecidas en el
art. 53 de la Constitución Nacional: “mal desempeño en el ejercicio de sus
funciones” y obliga a esta Honorable Cámara a sostener la acusación por ante el
Senado de la Nación, por el cargo específico de “falta de excusación” en una
causa donde se declaró la inconstitucionalidad de un artículo de la
Constitución que afectaba sus intereses personales.
SERGIO EDGARDO ACEVEDO
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