Retinopatía HIPERTENSIVA Editor responsable Dr. Angel F. González Caamaño Sociedad Mexicana para el Estudio de la Hipertensión Arterial Sociedad Mexicana de Hipertensión Dr. Angel F. González Caamaño Miembro de la Sociedad Mexicana para el Estudio de la Hipertensión Miembro del Consejo Mexicano de Hipertensión Miembro de la Sociedad Mexicana de Hipertensión Miembro de la Sociedad Interamericana de Hipertensión Miembro de la Sociedad Internacional de Hipertensión Miembro de la Sociedad Mexicana de Cardiología Miembro del American College of Cardiology Miembro del American Heart Association Miembro del Consejo Mexicano de Aterosclerosis Profesor Titular Facultad de Medicina UNAM Dra. Ana Lilia Pérez Balbuena Miembro de la Sociedad Mexicana de Oftalmología Miembro del Consejo Mexicano de Oftalmología Miembro de The Pan-American Association of Ophthalmology PAAO Miembro de The European Society os Cataract and Refractive Surgeons ESCRS Miembro de The American Academy of Ophthalmology Miembro de The International Society of Refractive Keroplasty Miembro Fundador del Colegio Nacional de Investigación en Ciencias Visuales Ex-Presidente del Centro Mexicano de Cornea y Cirugía Refractiva (2005) Profesor Asociado del curso de Posgrado de Alta Especialidad en Medicina en Enfermedades Oculares Externas. Retinopatía hipertensiva L a hipertensión arterial se define como una presión diastólica igual o mayor a 90 mm Hg y una sistólica igual o mayor a 140 mmHg. En Mexico la hipertensión arterial afecta a 16 millones de personas y es el primer factor de riesgo de mortalidad a escala mundial.1 La hipertensión arterial, por el hecho de ser una enfermedad sistémica, compromete órganos como el cerebro, el corazón, el riñón y también el ojo. La retinopatía hipertensiva es la principal manifestación ocular de la hipertensión arterial, pero no la única. El compromiso conjuntival, la coroidopatía hipertensiva y la neuropatía hipertensiva son otras manifestaciones oculares de la hipertensión arterial.2, 3 En la hipertensión arterial, tanto esencial, como secundaria, se afecta precozmente la retina y se observan alteraciones en el fondo de ojo denominadas clásicamente retinopatía hipertensiva. Aunque parece haber una asociación clara entre las alteraciones retinianas y el aumento de las cifras de presión medias, parece que existen otros factores asociados con la retinopatía como aterosclerosis, edad avanzada, enfermedades de la arteria carótida, etc.2, 3 La prevalecia de retinopatía en pacientes hipertensos, una vez excluidas otras causas como diabetes, varía entre 8-11% según autores. Aunque al conjunto de cambios en el fondo de ojo se le ha venido denominando retinopatía hipertensiva, se ha demostrado que estos cambios se deben a tres tipos de manifestaciones independientes.4 1) Retinopatía hipertensiva 2) Coroidopatía hipertensiva 3) Neuropatía óptica hipertensiva Estos tres cuadros se deben a que los vasos retinianos, coroideos y de la cabeza del nervio óptico, por sus diferencias anatómicas y fisiológicas, responden de distinta forma a las elevaciones de la presión arterial. Hay varios aspectos condicionantes en la retinopatía hipertensiva: 1. La gravedad de la hipertensión, que se refleja en el grado de retinopatía y en los cambios vasculares que origina. 2. La duración, que también se refleja en el grado de retinopatía y en los cambios vasculares escleróticos, aunque no parece influir en la prevalencia de los mismos. 3. La rapidez de la instauración de la hipertensión. 4. El estado previo del árbol vascular retiniano. Fisiopatología Las manifestaciones oculares de la hipertensión arterial son producidas por el daño que causa en los vasos arteriales conjuntivales, retinianos, coroideos y de la cabeza del nervio óptico. De estas, las que tienen más relevancia clínica son la retinopatía hipertensiva, la coroidopatía hipertensiva y la neuropatía hipertensiva.5 RETINOPATÍA HIPERTENSIVA En la hipertensión hay una pérdida de la autorregulación, con dilatación de las arteriolas precapilares. Se produce la separación de las uniones de las células endoteliales y por tanto una alteración focal de la ba- 1 rrera hematorretiniana, lo que genera un incremento de la permeabilidad a las macromoléculas plasmáticas y trasudados periarteriolares focales, que es la lesión más precoz. Antiguamente se pensaba que estos trasudados eran igual que las manchas algodonosas o sus precursores. Los infiltrados algodonosos, o mejor llamados manchas isquémicas retinianas profundas, se deben a isquemia focal aguda de la retina profunda por oclusión de las arteriolas terminales. Parece que a este nivel pueden actuar también las sustancias vasopresoras aumentadas en la hipertensión y presentes en la retina por la disfunción de la barrera hematorretiniana. 6, 7 Las hemorragias retinianas se producen por distintos mecanismos: 1. Por necrosis de las paredes de arteriolas precapilares y capilares. 2. El edema del disco óptico y el edema retiniano en la distribución de los capilares radiales peripapilares puede interferir con el retorno venoso y producir hemorragias. 3. También pueden producirse por el aumento de la presión capilar. mia, observándose lóbulos coroideos sin perfusión debido a necrosis fibrinoide de los vasos. Estas zonas de ausencia de perfusión coroidea producen focos de necrosis isquémica en el epitelio pigmentario retiniano suprayacente, que se denominan manchas de Elschnig. La isquemia coroidea también es responsable de desprendimientos de retina serosos por producir isquemia en las capas externas de la retina. Las manchas de Elschnig, en su etapa aguda, se aprecian como manchas amarillentas redondeadas en el epitelio pigmentario retiniano. Posteriormente, en su etapa crónica, se aprecian como lesiones redondeadas hiperpigmentadas en su centro y con un halo de hipopigmentación en su periferia.11, 12 NEUROPATÍA HIPERTENSIVA El daño endotelial conduce a la salida y depósito de proteínas plasmáticas en la retina profunda que se observan como exudados duros o depósitos lipídicos.8 Los exudados blandos están formados por infarto isquémico de las fibras nerviosas, generalmente cerca de la cabeza del nervio óptico, con borrado de la fóvea. Se piensa que están causados por bloqueo del transporte axoplásmico. Figura 1. Arterias en hilo de plata. El edema retiniano y macular pueden ser una manifestación de la coroidopatía hipertensiva el cual se representa por rotura de la barrera hematorretiniana a nivel del epitelio coroideo y del epitelio pigmentario y difusión del líquido subretiniano a la retina. 9, 10 COROIDOPATÍA HIPERTENSIVA 2 La coroides, a diferencia de los vasos retinianos, está comandada por el tono simpático. En la hipertensión arterial la coroides sufre fenómenos de isque- Figura 2. Infiltrados algodonosos. El mecanismo no está claro. Parece que es una edematización secundaria a isquemia, seguida de pérdida de axones y gliosis. La isquemia puede tener dos orígenes: 1. Afectación de los vasos coroideos, ya que constituyen el principal aporte sanguíneo de la cabeza del nervio óptico. 2. Difusión de sustancias vasoconstrictoras a la cabeza del nervio óptico a partir de la coroides peripapilar, lo que produce vasoconstricción de los vasos dentro de la cabeza del nervio óptico. Manifestaciones Oftalmoscópicas de la Retinipatía Hipertensiva Se dividen en vasculares y extravasculares ALTERACIONES VASCULARES Alteraciones arteriolares En la hipertensión crónica se produce esclerosis arteriolar por el efecto mantenido de la presión sanguínea aumentada sobre las paredes vasculares. La esclerosis arteriolar no sólo se debe a la hipertensión, también puede deberse a la edad. Se genera un estrechamiento generalizado o localizado. Se ha descrito como arterias en hilo de cobre por aumento del reflejo oftalmoscópico de la pared de las arteriolas retinianas esclerosadas. Las arteriolas muy esclerosadas se ven blancas, arterias en hilo de plata (Figura 1).13 Trasudados periarteriolares focales intrarretinianos Son muy precoces y específicos de la hipertensión maligna. Tienen forma redondeada u oval y el tamaño es variable: desde puntiformes hasta la mitad del tamaño del disco óptico. A veces pueden fusionarse. Son de color blanco mate cuando son recientes y luego palidecen hasta resolverse.15 Se localizan típicamente al lado de las arteriolas retinianas mayores y sus ramas principales y en las zonas profundas de la retina. Las lesiones se desarrollan totalmente en dos a tres semanas y tras su resolución no quedan secuelas oftalmoscópicas (Figura 3). Manchas isquémicas retinianas profundas (infiltrados algodonosos o exudados blandos) Son áreas focales, blancas, esponjosas, opacas. Tienen formas muy irregulares. Están principalmente en la capa nerviosa de la retina, generalmente en el polo posterior, básicamente en la distribución de los capilares retinianos radiales peripapilares. Comienzan como una película grisácea que se vuelve como una nube blanca que se fragmenta antes de desaparecer (Figura 4). Cambios capilares retinianos Se encuentran en las mismas localizaciones que las manchas isquémicas. Se producen anormalidades microvasculares como microaneurismas y cruces (shunts) arteriovenosos. Se observan como vasos retorcidos y colaterales venosos. Cambios retinianos venosos Se observa aumento de la tortuosidad de las arteriolas esclerosadas. Se produce oclusión de arteriolas finas y generación de manchas isquémicas retinianas profundas denominadas, infiltrados algodonosos (Figura 2). En la hipertensión aguda puede verse una imagen denominada erróneamente espasmo arteriolar, aunque realmente no existe estrechamiento de la luz, sino que se trata de un artefacto oftalmoscópico producido por el ocultamiento parcial de la pared de la arteriola por el edema retiniano.14, 15 En la fase aguda de la hipertensión maligna son un hallazgo raro. En la hipertensión crónica son frecuentes e incluyen: • Signos de cruce arteriovenoso. Estrechamiento venoso en los cruces arteriovenosos de los vasos retinianos principales. La arteria a su paso por encima de la vena causa indentación en la misma. Estos signos están en relación con la gravedad de la hipertensión. • Signo de Gunn. Debido a la esclerosis, la zona oculta de la vena es mayor que la columna arterial. 3 • Signo de Salus. El curso venoso sufre un cambio de trayecto. Aspecto de U si el cruce es perpendicular y de S, si es oblicuo. • Signo de pretrombosis de Bonnet. El aumento de la presión de la arteria sobre la vena hace que el trayecto de ésta sea tortuoso y dilatado, pudiendo producirse hemorragias alrededor, lo cual indica el inicio de una trombosis venosa. 15-17 Lesiones Extravasculares Figura 3. Trasudados periarteriolares focales intrarretinianos Hemorragias retinianas Es una alteración tardía y poco frecuente. Generalmente se sitúan en la capa de las fibras nerviosas y en la distribución de los capilares radiales peripapilares y adoptan forma de llama. Edema retiniano y macular Se debe a hipertensión maligna. Puede ser generalizado o localizado y habitualmente afecta a la región macular. Los signos precoces de papiledema son rebosamiento de las venas, pérdida de la pulsación venosa, hiperemia de la cabeza del nervio y borrado de los márgenes del disco. Depósitos lipídicos retinianos (exudados duros) Son amarillos, redondeados generalmente y de bordes bien delimitados. Cuando se encuentran en la zona de la mácula adoptan forma de estrella (estrella macular), aunque pueden adquirir múltiples formas y localizarse en otras zonas de la retina. Estos depósitos se desarrollan continuamente y tardan varios años en resolverse. También se puede presentar pérdida de las fibras nerviosas retinianas 18 (Figura 5). 4 Figura 4. Manchas isquémicas retinianas profundas (infiltrados algodonosos o exudados blandos) Manifestaciones Oftalmoscópicas de la Coroidopatía Hipertensiva Lesiones del epitelio pigmentario conocidas como manchas de Elschnig. Clínicamente las lesiones consisten en: 1. Anormalidades del lecho vascular coroidal. Esclerosis vascular 2. Lesiones del epitelio pigmentario 3. Desprendimiento de retina seroso deza visual es transitoria y se normaliza al restablecerse los valores normales de presión arterial. El aspecto más característico del fondo de ojo es una vasoconstricción generalizada. En casos más graves se pueden apreciar hemorragias retinianas, manchas algodonosas, estrella macular, manchas de Elschnig y edema de papila. Con mucha menor frecuencia se aprecian desprendimientos de retina serosos.21 RETINOPATÍA HIPERTENSIVA CRÓNICA Figura 5. Pérdida de las fibras nerviosas retinianas. Manifestaciones Oftalmoscópicas de la Neuropatía Hipertensiva • Signos precoces de papiledema son: sobrellenado de las venas, pérdida de la pulsación venosa, hiperemia del disco óptico y borramiento de los márgenes del disco y de la fóvea. • Signos tardíos son: elevación de la cabeza del nervio óptico y diseminación del edema a la retina circundante, asociado a infiltrados algodonosos y hemorragias. Con tratamiento adecuado de la hipertensión generalmente el edema se resuelve y queda 19, 20 un disco pálido por pérdida de axones. Cuadro Clínico de la Retinopatía Hipertensiva La retinopatía hipertensiva se puede dividir en aguda y crónica. Se observa en pacientes con hipertensión de larga evolución y, a diferencia de aquellos que padecen la forma aguda, no presenta disminución de la agudeza visual. Puede, sin embargo, comprometerse la agudeza visual por mecanismos indirectos, como veremos más adelante. Los hallazgos más característicos en el fondo de ojo son: vasoconstricción difusa, aumento del brillo arteriolar, cruces arteriovenosos patológicos, microaneurismas y macroaneurismas. En casos más graves pueden apreciarse: manchas algodonosas, edema de retina, hemorragias retinianas, estrella macular, manchas de Elschnig y edema de papila. Como podemos ver, en las manifestaciones clínicas de casos graves se aprecian signos de coroidopatía hipertensiva y neuropatía hipertensiva, además de los de la retinopatía hipertensiva. La hipertensión arterial crónica aumenta el riesgo de padecer oclusión de rama de vena retiniana, oclusión de la vena central de la retina y oclusión de rama de arteria retiniana. La oclusión de rama de vena retiniana puede producir disminución de la agudeza visual por compromiso de la mácula por edema, por isquemia, por hemorragias o por la formación de una membrana epirretiniana.21-23 RETINOPATÍA HIPERTENSIVA AGUDA Se observa principalmente en pacientes con preeclampsia o eclampsia, pero también es causada por feocromocitoma o hipertensión maligna. Se caracteriza por disminución de la agudeza visual, la que puede ser desde visión borrosa (lo más frecuente), hasta la ceguera. Característicamente esta disminución de agu- Además puede comprometer la agudeza visual por hemorragia vítrea secundaria a neovascularización y por desprendimiento de retina traccional o regmatógeno. Tanto la oclusión de la vena central de la retina como la oclusión de rama de arteria retiniana pueden comprometer también la agudeza visual.9 5 Grado I Hipertensión benigna. Estenosis o eclerosis moderada de las arteriolas retinianas. No síntomas. Buen estado de salud. Grado II Retinopatía hipertensiva más marcada. Esclerosis moderada o marcada de las arteriolas retinianas. Reflejo luminoso arterial exagerado. Compresión venosa en los cruces arteriovenosos. Presión arterial mayor y más sostenida que en el grupo I. Asintomáticos. Buen estado de salud. Grado III Retinopatía angiospástica moderada. Edema retiniano. Manchas algodonosas y hemorragias. Esclerosis y lesiones espásticas de las arteriolas retinianas. Tensión arterial generalmente alta y mantenida (sintomática). Grado IV Hipertensión maligna. Todo lo anterior y edema del disco óptico. Las funciones renal y cardíaca pueden estar afectadas. Supervivencia reducida. 60 anos de seguimiento Grado I 1 90 3 70 5 70 Supervivencia de los pacientes (%) Grado II Grado III Grado IV 88 65 21 62 22 6 54 20 1 Cuadro 1. Clasificación de Keith, Wagener y Barker. CLASIFICACIÓN Han sido muchas las propuestas de clasificación de la retinopatía hipertensiva desde que en 1939, Keith, Warner y Baker establecieron un primer intento de graduación de las lesiones del fondo de ojo. Sin embargo, la gran mayoría de estas clasificaciones es poco útil, debido fundamentalmente a los avances en el conocimiento de la fisiopatología y la disponibilidad de nuevos tratamientos que modifican la supervivencia de los pacientes. CLASIFICACIÓN DE KEITH, WAGENER Y BARKER Establece cuatro grupos de retinopatía basándose en la correlación entre los hallazgos clínicos y la supervivencia. Las limitaciones de esta clasificación analizadas por Hayreh son las siguientes: 6 Los grados III y IV no son estadios progresivos de los grados I y II. Esta clasificación no distingue adecuadamente el componente hipertensivo y ateroesclerótico de los cambios vasculares y pueden incluirse dentro de estos grados cambios debidos a la aterosclerosis arteriolar por la edad. La clasificación está enfocada al pronóstico de la enfermedad. Actualmente no existen diferencias en el pronóstico de los pacientes con grado III y IV que siguen un tratamiento eficaz (Cuadro 1). CLASIFICACIÓN DE LA SOCIEDAD AMERICANA DE OFTALMOLOGÍA (1947) Clasifica la retinopatía según los tipos de hipertensión: • Retinopatía de la hipertensión aguda o retinopatía angioplástica. • Retinopatía de la hipertensión crónica. • Hipertensión terminal maligna. • Hipertensión aguda en glomerulonefritis. • Hipertensión progresiva crónica en glomerulonefritis. • Hipertensión maligna terminal en glomerulonefritis. Esta clasificación tiene la desventaja de ser de uso clínico muy limitado, utiliza una graduación del estrechamiento arteriolar poco práctico y depende del denominado espasmo arteriolar para su graduación, que carece de base científica y, por otro lado, resulta de manejo complicado.24 CLASIFICACIÓN DE LEISHMAN (1957) Establece siete subgrupos de cambios hipertensivos. Esta es complicada y confusa. CLASIFICACIÓN DE SCHEIE (1953) • Grado I. Aumento de reflejo luminoso arteriolar con compresión arteriovenosa mínima • Grado II. Aumento de los signos y desvío de las venas en los cruces arteriovenosos • Grado III. Arteriolas en hilo de cobre y marcada compresión arteriovenosa • Grado IV. Arteriolas en hilo de plata y cambios importantes en los cruces arteriovenosos Clasifica las manifestaciones clínicas de la hipertensión en cuatro grados. Esta clasificación tiene el inconveniente de asumir que la esclerosis se debe exclusivamente a la hipertensión e ignora el proceso de envejecimiento. Por otro lado, está basada en criterios subjetivos y carece de datos pronósticos; es de escasa utilidad clínica. CLASIFICACIÓN DE TSO Y JAMPOL Divide la retinopatía hipertensiva en distintas fases: • Fase vasoconstrictiva • Fase exudativa • Fase esclerótica Grado I. Hipertensión benigna. Estenosis o eclerosis moderada de las arteriolas retinianas. No síntomas. Buen estado de salud. Grado II. Retinopatía hipertensiva más marcada. Esclerosis moderada o marcada de las arteriolas retinianas. Reflejo luminoso arterial exagerado. Compresión venosa en los cruces arteriovenosos. Presión arterial mayor y más sostenida que en el grupo I. Asintomáticos. Buen estado de salud. Cambios seniles. Esclerosis involutiva Síndrome vascular escleroinvolutivo Paciente senil. la presión sistólica por arteriosclerosis Elevación de Rectificación del trayecto de las arteriolas. Ligera estrechez, ramificaciones en ángulo recto. Pérdida de brillo de la estría sanguínea luminosa Retinopatía hipertensiva Síndrome vascular esclerohipertensivo Edad adulta senil + hipertensión arterial benigna Retinopatía esclerohipertensiva Hipertensión sostenida Síndrome vascular hipertonohipertensivo Jóvenes. Elevación intensa y rápida de la presión diastólica con un aumento concordante de la sistólica Retinopatía hipertonohipertensiva Elevación de la tensión arterial diastólica muy intensa o brusca Arterias en hilo de cobre y plata. Signos de cruce. Parénquima retiniano normal Hemorragias. Exudados duros. Papiledema: retinopatía esclerohipertensiva malignizada Aparente estenosis arteriolar. Dilatación y tortuosidad venosa. Signo de Guist. Las arterias parecen no alcanzar la mácula mientras que se observan muy próximas a ella las venas, que están dilatadas y tortuosas. Parénquima indemne Hemorragias dispersas y edema difuso. Exudados duros. Estrella macular. Exudados algodonosos. Signos de cruce. Papiledema: retinopatía hipertono-hipertensiva malignizada Cuadro 2. Clasificación de Sánchez Solorio 7 PAS (mm Hg) PAD (mm Hg) Óptima Normal Normal-Alta <120 <130 130-139 <80 <85 85-89 Grado 1 Hipertensión leve Subgrupo limítrofe 140-159 140-149 90-99 90-94 Grado 2 Hipertensión moderada 160-179 100-109 Grado 3 Hipertensión grave HTA sistólica aislada Subgrupo limítrofe ³180 ³140 140-149 ³110 <90 <90 Cuadro 3. Clasificación de la HTA según la OMS, 1999. Grado III. Retinopatía angiospástica moderada. Edema retiniano. Manchas algodonosas y hemorragias. Esclerosis y lesiones espásticas de las arteriolas retinianas. Tensión arterial generalmente alta y mantenida (sintomática). Grado IV. Hipertensión maligna. Todo lo anterior y edema del disco óptico. Las funciones renal y cardíaca pueden estar afectadas. Supervivencia reducida. Al igual que otras clasificaciones se fundamenta en la vasoconstricción arteriolar. Por otro lado, pueden combinarse varias fases en un mismo individuo y no definirse como entidades diferentes. ra la OMS junto con la Sociedad Internacional de Hipertensión hacen recomendaciones basadas en los datos de varios estudios epidemiológicos y de ensayos clínicos, por los que relacionan las cifras de hipertensión arterial con los riesgos de enfermedad cardiovascular (Cuadro 3). En la segunda se presentan los criterios del VII informe para la clasificación de la presión arterial en mayores de 18 años (Cuadro 4). En la tercera clasificación la OMS relaciona esta enfermedad con las lesiones de los órganos blanco. En la última clasificación la JNC VII relaciona la hipertensión arterial con la lesión de los órganos blanco y otros factores de riesgo cardiovascular (Cuadro 5).24-26 CLASIFICACIÓN DE SÁNCHEZ SALORIO Esta clasificación tiene la ventaja de identificar tanto el efecto de la arterosclerosis secundaria al proceso de envejecimiento como los cambios secundarios a la hipertensión, así como el efecto de la hipertensión aguda y crónica sobre un árbol vascular más o menos protegido por cambios escleróticos previos; por esto nos parece recomendable para el control evolutivo de los pacientes (Cuadro 2). Aquí presentamos cuatro clasificaciones que actualmente usamos en atención primaria; en la prime8 Evolución Con tratamiento las lesiones retinianas son reversibles y con frecuencia la visión vuelve a la normalidad. La hipertensión maligna no tratada tiene muy mal pronóstico. La supervivencia al año con retinopatía grado III es de 65% y con grado IV es de 21%. Hoy en día, con los nuevos tratamientos antihipertensores disponibles y la diálisis, el pronóstico ha mejorado y no existen diferencias entre los grados III y IV. Algu- Óptima Normal Prehipertensión Estadio 1 Estadio 2 Estadio 3 PAS (mm Hg) PAD (mm Hg) < 120 < 80 < 130 130-139 140-159 160-179 < 85 85-89 90-99 100-109 ³180 ³110 Cuadro 4. Clasificación de la presión arterial en mayores de 18 años (JNC-VII), 2003. nos autores encuentran una supervivencia a cinco años de 74% y una supervivencia media de 12 años.16,17 La supervivencia en general es mayor en los pacientes que logran el control con tratamiento de su presión arterial y que no tienen signos de afectación de otros órganos como proteinuria. No existe un tratamiento oftalmológico específico para la retinopatía, aunque se está investigando la posible eficacia de compuestos como el factor de crecimiento nervioso. Tratamiento El tratamiento es un buen control de la presión arterial, con el que se puede obtener la regresión de las lesiones. Actualmente sabemos que no existe un nivel de consumo de tabaco seguro y que incluso la exposición al humo del cigarro de otras personas puede tener efectos perjudiciales. Tenemos que hablar con cada persona sobre el problema del tabaco, porque la disminución del índice de su consumo sólo proviene de poblaciones que realmente hacen algo al respecto. Factores de riesgo: • Tabaquismo • Dislipidemia • Diabetes mellitus (DM) • Edad > 60 años • Sexo (varón y mujer posmenopáusica • Historia familiar de cardiopatía: mujer < 65 años y varón < 55 años Lesión órgano blanco: • Corazón: hipertrofia ventricular izquierda, cardiopatía isquémica, insuficiencia cardiaca • Ataque cerebrovascular • Nefropatía • Enfermedad arterial periférica • Retinopatía Grupo A Grupo B Grupo C Sin factores de Al menos un factor Lesión en órgano riesgo ni lesión de riesgo, no DM, blanco y/o DM en un órgano sin lesión en ógrano con/sin factores blanco blanco de riesgo Normal-alta Modificaciones del Modificaciones del Medicamentos estilo de vida estilo de vida Tipo 1 Modificaciones del estilo de vida 12 meses Tipo 2 y 3 Medicamentos Modificación del Medicamentos estilo de vida 6 meses, si hay varios factores de riesgo ¿medicamentos? Medicamentos Medicamentos Cuadro 3. Características asociadas con mayor riesgo de desarrollar hipertensión arterial. 9 Referencias Blibliográficas 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 10 Tseng YZ, Tseng CD, Lo HM, Chiang FT, Hsu KL. Characteristic abnormal findings of ambulatory blood pressure indicative of hypertensive target organ complications. Eur Heart J. 1994;15(8):1037-43. Saitoh M, Matsuo K, Momoto S, KondohT, Yanagawa T, Katoh Y, Hasegawa K. Relationship between left ventricular hypertrophy and renal and retinal damage in untreated patients with essential hypertension Intern Med 1998;37(7):576-80. Daniels SR, Lipman MJ, Burke MJ, Loggie JM. Determinants of retinal vascular abnormalities in children and adolescents with essential hypertension. J Hum Hypertens. 1993;7(3):223-8. Daniele S, Schepens CL, Daniele C, Angeletti G. Fundus abnormalities in Cushing's disease: a preliminary report. Ophthalmol. 1995;209(2):88-91. Yu T, Mitchell P, Berry G, Li W,Wang JJ. 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ME XI HI P ER T RIAL RTE SOCIED AD STUDIO DE LA EL E A ON SI ALM-2011-MEX-15510-BT 09653367 LIT 13211ALC NA RA PA EN NÚMERO DE REGISTRO PÚBLICO DEL DERECHO DE AUTOR: 03-2008-120210052600-01 CA CONSEJO MEXICANO CONTRA LA HIPERTENSIÓN