.(35) Rodríguez Risueño.—ESTUDIO DE LOS ALOES. 179 pequeños espacios intercelulares, los elipsoides tienen u n a forma bastante regular; pero si las celdas son algún tanto cuadradas ó rectangulares (A. soccotrina), y por consiguiente no dejan pequeños espacios intercelulares, las células clorofílicas no son de superficie completamente redondeada, sino más bien prismática. El cambio en la forma de las celdas es propiedad del mayor número de especies, aunque en algunas se marca poco y no existe en él A. frutescens, por ejemplo, cambio que cesa en la proximidad de los haces fíbroso-vasculares cuando el parénquima clorofílico los envuelve, adquiriendo entonces u n a forma distinta y un contenido más variado, como indicaremos á su tiempo. En el A. sulcala (fig. 19) se observa con claridad el cambio brusco en la figura del parénquima; á las células subepidérmicas elipsóideas y regulares en la colocación siguen las interiores, ofreciendo las formas más raras y sinuosas; así es que los espacios intercelulares, grandes y numerosos á la vez, están ocupados por muchas burbujas de aire que, cuando se las mira en el microscopio, aparecen formando á la célula un borde oscuro; esas burbujas son visibles á simple vista y tan penetradas en el tejido, que aun después de permanecer u n a sección muchos días en glicerina, no se la ve desprovista de tal elemento. Las células clorofílicas experimentan un cambio de forma en la base de los tubérculos; en ese caso, saliendo las células de la línea clorofílica subepidérmica, se alargan hacia fuera y siguen la dirección del eje del tubérculo, si bien las básicas pierden rápidamente la clorofila, y las superiores están privadas por completo de ese principio, con sus paredes más g r u e sas; por estas razones pueden considerarse como células de refuerzo. El tamaño no siempre es igual; llaman la atención por su gran volumen las de A. soccotrina y A. latifolia; pequeñas y de escaso contenido en el A. variegata; pequeñas y circulares todas en los A. spiralis y tubercwlata; muy irregulares en el A. distans, y la zona verde es muy estrecha en el A. plicatilis. El núcleo es pocas veces perceptible en este tejido, á no ser en aquellos casos (A. variegata) de granos clorofílicos peque-