Trabajo Socialmente Relevante - Sistema de Información

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VI Congreso Internacional del CLAD sobre la Reforma del Estado y de la Administración Pública, Buenos Aires, Argentina, 5-9- Nov. 2001
La redefinición del concepto de trabajo desde la perspectiva de una política de ingreso
social: aportes para su discusión
Lic. Marcelo Sandomirsky
INTRODUCCIÓN
La Secretaría de Tercera Edad y Acción Social, en el marco del desarrollo de una política
integral orientada a atender a diferentes colectivos de la sociedad a través de un Ingreso
Social, se encuentra en fase de planificación de diferentes acciones que consideren las
particularidades que debe asumir tal política en función de las características especiales de
cada uno de los mismos.
Desde el inicio de esta gestión, la Secretaría antes mencionada se encuentra ejecutando el
Plan Jefas de Hogar en las provincias de Mendoza, Chaco y Río Negro. El mismo, se
circunscribe al universo de los hogares con jefatura femenina desocupada y compuestos por
al menos un menor de 14 años, y consiste, básicamente, en un ingreso mensual obtenido
mediante una contraprestación educativa (para mujeres con hasta secundario incompleto), o
la participación en los llamados “proyecto socialmente relevante” (para mujeres con
secundario completo).
Se ha trabajado y avanzado en la intención de conocer con la mayor certeza posible cuáles
son los “yacimientos de actividades” actuales que ameriten la inserción de mujeres que
perciban un ingreso social, y que deban realizar una contraprestación como condición para la
percepción del mismo.
Construir una política social inédita en la Argentina implica desde ya un desafío y en el
conocimiento de la complejidad que ella encierra, es que sometemos, mas allá de las líneas
argumentales y técnicas básicas, a la mayor amplitud posible de aportes e intervenciones
generados por profesionales expertos en diversas áreas de trabajo.
ANTECEDENTES DE INGRESO SOCIAL Y PROYECTOS SOCIALMENTE RELEVANTES
En el marco del Plan Jefas de Hogar, la selección del colectivo de referencia responde a una
estrategia integral de atención a aquel universo que se encuentra en situación de mayor
vulnerabilidad, o de exclusión, a partir de la premisa de inclusión progresiva de los colectivos
de mayor a menor vulnerabilidad, sucesivamente. Tal idea se grafica en la metáfora de
anillos concéntricos (Gráfico 1)
El Plan Jefas de Hogar, hace eje en los siguientes seis vectores que lo fundamentan:
Un acceso universal al beneficio para todo aquel que califique para acceder al mismo
Un ingreso social como prestación
Una contraprestación como condición para la percepción de tal ingreso
Un marco de gestión articulado a diferentes niveles, que redefine los roles
tradicionales de los distintos niveles de estado y de la sociedad civil
Una priorización del ámbito de “lo público” para el desarrollo de acciones con alto
impacto individual y colectivo
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Una resignificación del concepto de trabajo, el cual incluye, por ejemplo, al estudio
como tal
Igualmente, el Plan parte del diagnóstico, al menos a mediano plazo, que el Mercado de
Trabajo no garantizará la inclusión de grandes colectivos de la sociedad por un tiempo
extenso, lo que exigirá nuevas formas de pensar el trabajo y la centralidad que el mismo
tiene en culturas como la nuestra, donde la supervivencia de sus miembros y el acceso a
bienes y servicios depende de la condición de contar con un empleo.
LA RESIGNIFICACION DEL CONCEPTO DE TRABAJO EN EL PLAN DE JEFAS DE
HOGAR
En el marco del Plan, se entiende al trabajo en un sentido amplio, que no incluye como
contraprestación sólo a aquellos bienes o servicios que cotizan en el mercado de trabajo,
sino también a aquellas actividades que, careciendo de un "valor" establecido por el
mercado, adquiere un significado particular en el contexto de las comunidades representando
un bien o servicio con utilidad para las mismas.
De esta manera y siguiendo con el ejemplo del Plan de Jefas de Hogar, la reinserción al
sistema educativo formal de las jefas que por diferentes causas han interrumpido su
formación, podría ser entendida como un trabajo, en tanto:
funciona como un organizador de la cotidianeidad de los sujetos,
favorece la vinculación de los mismos con sus pares,
impone un ritmo propio, sostenido y de complejidad creciente con proyección al futuro,
y
permite el desarrollo de competencias personales.
Es decir, la educación formal en el caso de quienes no hayan culminado sus estudios
básicos y medios, es la contraprestación central en la que hace eje el Plan de Jefas, mientras
que en el caso de aquellas beneficiarias que han tenido oportunidad de finalizarla, participan
en Proyectos Socialmente Relevantes (PSR’s), definidos en el mismo sentido amplio del
concepto de trabajo al que referimos anteriormente.
Resulta importante aclarar, en algunas provincias que no pueden garantizar la prestación
educativa de media para adultos, debemos pensar la extensión del concepto y el
componente de PSR’s para aquellas mujeres que estarían en condiciones de continuar con
sus estudios secundarios, en tanto la propuesta original tendería al esquema que se presenta
en el gráfico 2.
Para garantizar las acciones en todos los territorios desde el nivel nacional, y dado el modelo
de gestión articulado entre los diferentes niveles de gobierno que propone el Plan, la
contraprestación educativa está condicionada a la calidad, posibilidades de financiamiento y
de incorporación de una nueva población en forma masiva, que posea el sistema educativo
para adultos del que dispone cada provincia donde se interviene.
En este sentido, estamos en condiciones de asegurar que a pesar de las heterogeneidades
en materia de calidad, currícula y sistemas administrativos de los sistemas educativos para
adultos de las provincias, con algún tipo de fortalecimiento del Estado central, el nivel de
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educación básica podría ser asumido como una prestación en la mayoría de las provincias.
Por el contrario, el sistema de media para adultos posee diferencias más marcadas y en
algunos casos están organizados con currículas altamente deficitarias, ausencia de sistemas
regulares y presenciales y/o incapacidad presupuestaria para asumir tal prestación por parte
de las provincias. Esto genera inequidades al interior del Universo al que se desea cubrir
dado que, por un lado, estas mujeres que estarían en condiciones de ingresar al nivel de
educación media, se encontrarían en condición de prioridad de acceso al Plan con relación a
aquellas que ya han culminado sus estudios secundarios y, por otro lado, son aquellas
provincias más pobres y dónde el fenómeno del desempleo masivo y la pobreza que deriva
del mismo, poseen sistemas educativos con menor capacidad de absorción de estas mujeres
o se encuentran menos aptos en términos cualitativos y financieros.
El modelo de gestión del Programa, implica una articulación entre los diferentes niveles de
gobierno, de tal manera que cada uno de los actores involucrados adquiere una participación
particular, lo cual está enunciado como uno de los objetivos del Programa. El mismo
contempla su implementación en aglomerados urbanos donde se verifiquen una presencia
extendida del fenómeno de interés en la población, de acuerdo a un criterio de localización
regionalizado para el territorio nacional.
Cualitativamente, los efectos de la atención prevista, debería impactar favorablemente a
diferentes niveles y en forma permanente, en tanto se espera que el conjunto de acciones
tenga una externalidad positiva para los sujetos que participan del Plan, para sus hogares y
al total de la comunidad de pertenencia de los mismos.
Decíamos que en el marco de este Programa, se apela a la resignificación del concepto de
trabajo que incluye una prestación material como “ingreso”, extendiendo la idea de un trabajo
que cotiza en el mercado de trabajo, exclusivamente, a una serie de actividades reconocidas
por su gran utilidad en el contexto de las comunidades de quienes las llevan a cabo y que
tradicionalmente no han sido remuneradas, en tanto son cristalizadas como parte de la
cotidianeidad de los sujetos, sin esperar el reconocimiento por ellas.
Es así que al considerar el trabajo en un sentido más amplio, se da lugar a la noción de
Proyecto Socialmente Relevante (PSR). Un PSR, para ser considerado como tal, deberá
incluir el desarrollo de potencialidades, capacidades y otros efectos deseables a tres niveles:
-
a un nivel personal
a nivel de los hogares
a un nivel comunitario
Las actividades de estos proyectos están pensadas para garantizar el desarrollo personal de
forma directa e indirecta. El reconocimiento material por las actividades llevadas a cabo,
contingente con la idea tradicional de trabajo, unida a un proyecto a largo plazo (sustentables
en el tiempo) donde se incluye la capacitación y la formación necesaria para la participación
en los PSR’s, impacta en lo personal con la capitalización de saberes específicos, como
también en la imagen de sí potenciada por los espacios de socialización. Los proyectos
adquieren sentido para el individuo reforzada por la idea del sentido social de los mismos, al
impactar en los propios procesos de construcción de su identidad y en el sentido de
pertenencia a una trama social.
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Este tipo de actividades no son visualizadas, necesariamente, como productivas dada su
emergencia desde la cotidianeidad, o bien su escasa expansión, su difícil categorización
económica, la inestabilidad o alta movilidad de sus actores prestadores; o bien la naturaleza
de las actividades son receptadas más ligadas a la solidaridad o uso del tiempo liberado de
obligaciones que a un modo de ocupar una posición en la estructura social.
De algún modo este tipo de actividades entre lo social y lo económico han posibilitado o
enmarcado procesos identitarios en grupos sociales en proceso de vulnerabilización cada
vez más amplios. En esta línea es necesario advertir esta situación y retomarlo desde las
políticas públicas de desarrollo social como modo de ampliar la oferta de dispositivos de
interacción social, aún cuando estos sean de coyuntura o bien no estén íntimamente
vinculado a la posición social referenciado a la estructura salarial.
APORTES A
RELEVANTES
LA
CONCEPTUALIZACION
DE
PROYECTOS
SOCIALMENTE
Los Proyectos Socialmente Relevantes (PSR’s), en su definición, refieren a la
participación en acciones comunitarias de alto impacto social que a su vez generen
resultados positivos para la resolución de las problemáticas individuales y colectivas y para el
crecimiento y desarrollo de la comunidad donde estén insertos.
La idea de lo que se entiende por PSR’s entra en disonancia con la representación de
microproyectos que den cuenta de situaciones puntuales y erráticas, sin sustentabilidad en el
tiempo, que incluya a un número limitado de beneficiarios, y que esté supliendo acciones que
son inherentes a las responsabilidades que deben asumir las áreas gubernamentales, como
en el caso de los programas de empleo transitorios.
Por el contrario, los PSR’s deberían ser innovadores, reforzar la idea de un espacio público
que vehiculice la socialización de las beneficiarias, que integre los vectores del Plan que
fueron enunciados ut-supra, y que permita la modificación de la realidad individual y colectiva
de un importante número de personas en forma organizada y simultánea.
De tal manera, uno de los aspectos centrales de la contraprestación vía PSR’s es alcanzar
un nivel de escala tal, que amerite la inclusión de un gran número de beneficiarias, de modo
de lograr un significativo impacto social y comunitario.
La experiencia acumulada por el Plan Jefas de Hogar y por otros programas de
características similares desarrollados en América Latina, muestran que los microproyectos
aislados, con alto grado de diversificación y prestaciones rara vez logran un impacto
considerable a nivel socio- comunitario. En ese sentido, es dable considerar el desarrollo de
PSR´s que se articulen con estructuras de prestación pública ya existentes. A modo de
ejemplo se puede citar el aporte al sistema educativo, de salud, cultural, etc.
De tal manera, podríamos citar una tipología orientativa de proyectos que se ordenarían
estableciendo como prioridad la optimización del capital físico y cultural (programas sociales
en ejecución, infraestructura prexistente, equipos técnicos capacitados, etc.) para la provisión
de servicios sociales comunitarios. Estos podrían, a priori, implicar las áreas que se
enumeran a continuación:
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Salud
Educación
Promoción social
Recreación
Cultura
Saneamiento básico
Residuos sólidos
Hábitat y medio ambiente
Vialidad urbana y Transporte
Comunicación Social
Desde esta perspectiva, se piensa que esto implica tomar en cuenta la dimensión cultural de
la sociedad respecto de las valoraciones sobre las trayectorias sociales realizadas por los
agentes sociales. Esta advertencia, reviste mayor importancia al tratarse de la particular
connotación que el trabajo tiene en la población femenina.
En este sentido debemos pensar en actividades o tareas que sean desarrolladas a modo de
contraprestación por las ciudadanas con derecho a un ingreso social.
Estas actividades o tareas deberían asumir las siguientes condiciones:
a)
solidaridad intergeneracional o intersectorial: partiendo de una prestación por parte de
la beneficiaria que involucre o asuma responsabilidades respecto a otro colectivo en
situación de vulnerabilidad, por ejemplo ancianos o jóvenes, o en un marco que permita el
impacto de sus acciones en forma diversificada, como su propio barrio.
b)
capacitación para el desarrollo de la prestación: intentando desarrollar la idea de una
formación contínua que permita un desempeño calificado en las actividades planificadas y
que pueda ser percibido por la beneficiaria como profesionalizante o que permita una
perfomance de acuerdo a saberes específicos
c)
contemplar las capacidades e intereses de la población beneficiaria: ya que la
planificación en el marco del plan está a cargo de diferentes actores y surcada por las
necesidades y prioridades que impone la agenda pública, se considera relevante considerar
la mirada de las beneficiarias a este nivel, no de manera vinculante entre los intereses y la
prestación efectiva que deberán realizar, pero si a manera de indagación e indirectamente
mediante técnicas que permitan incluir las particulares miradas de las mismas en el proceso
de planificación.
d)
surgir de un marco concertado entre la agenda pública y las expresiones de la
sociedad civil: de acuerdo a lo mencionado anteriormente y que se impulsa desde el modelo
de gestión del plan.
Un elemento configurador de lo anterior resulta de la necesidad que la actividad o tarea
tenga una planificación que contemple al menos un año de trabajo y buscar los dispositivos
que la hagan sustentable después de ese año.
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En relación al perfil operativo de este componente, es imperante que el organismo ejecutor,
el cual se incorporaría a la gestión articulada y asociada con alguno de los niveles de Estado
intervinientes (sin excluir que tanto el estado provincial como el municipal puedan actuar
como organismos ejecutores), posea o desarrolle las capacidades técnicas y operativas que
posibiliten, al menos, las siguientes cuestiones:
1.
capacidad de evaluar las trayectorias socio-laborales de las ciudadanas perceptores
del ingreso social, y/o sus particulares percepciones respecto a un proyecto que las integre
durante un plazo considerable vía consulta de intereses y/u opiniones;
2.
selección y determinación de actividades o tareas viables, donde la agenda local y la
de los actores que protagonizan las fuerzas vivas locales tenga algún tipo de consenso para
garantizar, de alguna manera, la sustentabilidad en el tiempo a través de un compromiso
mancomunado;
3.
capacidad de estructurar (planificar y dictar) una capacitación, formación y/o asistencia
técnica a las beneficiarias, para la actividad propiamente dicha;
4.
Aptitud para la supervisión y control del proceso, esto es de la efectiva realización de
la contraprestación, de la calidad del mismo, de la asistencia técnica para su sustentabilidad
y/o redefinición cuando fuera necesario.
Todos estos elementos perfilan, de alguna manera, las características que debería reunir un
proyecto que de cuenta del trabajo socialmente relevante.
MUJER, EDUCACIÓN Y TRABAJO: UN PUNTO DE ENCUENTRO PARA PENSAR LOS
PSR’S
A manera de síntesis, a continuación, se presentarán algunos pensamientos centrales de
una indagación realizada a través de un juicio de expertos, mediante la técnica de Grupo
DELPHI y la percepción de potenciales beneficiarias del Plan, a través de focus groups que
resultaron en las siguientes ideas:
El concepto “Lifelong learnig” educación a lo largo de la vida, incluyendo así no solo la
educación formal sino también la no formal, es decir aquella que incorporamos en términos
de saberes, conocimientos y valores desde que nacemos hasta la muerte.
pensar en espacios de educación para mujeres adultas que en el caso que no hubiese
terminado el Ciclo básico o la escuela media puedan hacerlo y en el caso en que lo
terminaron pueda trabajarse sobre un componente de capacitación no formal pero si aporte
a la formación para dar desarrollo a PSRs.
En el caso de los PSRs los mismos podrían tener un componente de capacitación de
habilidades y/o formación de capacidades que acompañe la ejecución del proyecto que ya
vienen realizando. Esta capacitación podría realizarse mediante convenios con municipios,
ONG, y/o provincias, para lo cual habría que pensar que quienes capaciten tengan cierta
formación con perspectiva de género. A las mismas se las podría formar con alguna instancia
de capacitación previa, con apoyo de manuales o cartillas de apoyo de manera de garantizar
en la ejecución del plan que la perspectiva de género no este solo en las destinatarias del
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plan sino en sus contenidos
La educación como trabajo y la educación como un bien en sí mismo
Al respecto se identificaron opiniones encontradas: La Educación no puede ser entendida
como un trabajo, la misma tiene un fuerte valor en si misma, esta instalada como valor, como
la salud y el trabajo
En la sociedad la educación esta instalada como valor y hemos constatado que alrededor de
la misma se han producido las mayores movilizaciones en su defensa. En estos sectores (de
pobreza, vulnerabilidad) esta fuertemente instalada, aún en el caso de que a pesar de haber
ampliado la trayectoria educativa, estas no fueron significativas en relación a los cambios en
el acceso al tipo y calidad de trabajo. Es decir a pesar de que en muchos caso el haber
accedido a mejor educación no les cambia las posibilidades de acceso a un mejor trabajo, la
educación se sigue viendo como posibilidad de ascenso social, entre las aspiraciones que
presentan las mujeres de estos sectores el poder “ser alguien”, y ese “ser alguien “ esta dado
por la posibilidad de continuar, retomar o terminar sus estudios; o bien realizar cursos como
los de computación por ejemplo, explicitando así intenciones o intereses, deseos de
continuar sus estudios y en aspectos que no sean los tradicionalmente pensados para
mujeres
Desde un punto de vista opuesto, se considera importante diferenciar el concepto de trabajo
del de empleo, entendido este último como una modalidad salarial del primero. Es decir, el
trabajo es el conjunto de actividades realizadas incluyendo en esta definición las
reproductivas y las productivas (o aquellas socialmente reconocidas y que se involucran en
una cierta relación salarial más o menos flexibilizada según la posibilidad de relación con el
mercado de trabajo).
Desde esta perspectiva aparece como razonable tomar a las actividades educativas como
trabajo, como trabajo socialmente relevante y por consiguiente que amerita el reconocimiento
económico de la misma. Es decir, la educación es una contraprestación ideal para un
ingreso. Aunque aquí caben algunas salvedades:
Al tomar la educación como actividad, y reconocerla económicamente, el proceso de
exclusión económica puede desacelerarse. Pero además, probablemente se inicia un
proceso de inclusión social, más fuerte que el económico. Es decir, se estaría previendo la
igualdad de oportunidades en el acceso a los bienes culturales que esta sociedad produce
masivamente y distribuye desigualmente.
En relación con el tema de los Proyectos Socialmente Relevantes, existe una imagen que
parece explicativa. El mercado de trabajo, pensado en términos de empleo muestra de
manera brutal las desigualdades e injusticias. De manera muy general, una podría decir que
existe gente que no tiene empleo, pero también hay gente que realiza actividades de más de
catorce horas diarias y hay actividades que no se realizan porque no hay personas
capacitadas para desarrollarlas. El tema de los Proyectos Socialmente Relevantes quizás
debería apuntar a esas actividades que son necesarias, pero que no hay quien las realice y
el tema más grave que hay que discutir es quien las va a financiar o en términos mas finos
reconocer socialmente.
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Se comparte la descripción de los sectores donde estas actividades se pueden realizar
(Salud, Educación, Promoción social, saneamiento básico, residuos sólidos, etc.) pero para
que se transformen en actividades sustentables, deben ser acompañadas en diversas
dimensiones por el Estado.
El otro componente del Plan Jefas el de PSR (para las que terminaron el nivel medio de
educación) podría consistir en dar desarrollo a un proyecto de servicios o de
microemprendientos. Estos micro emprendimientos podrían tener la características de que ya
estén funcionando o a punto de iniciarse y que necesiten del apoyo inicial para luego darle
continuidad, como así también se podría complementar con capacitación no formal para
reforzar aspectos del proyecto (aquí se pueden desarrollar convenios y acuerdos con
empresas, municipios, y provincias).
Diferentes dimensiones de análisis
En primer lugar, la pregunta que se activa es: ¿quién va a contratar para que las mujeres
realicen estas actividades? De vuelta, esa es función del Estado. Sólo este acompañamiento
a lo largo del tiempo permitirá que se desarrollen, que se consoliden y se visualicen como
útiles para "el mercado", de manera tal que luego éste las asuma.
Otra dimensión, es la de formación, aquí la formación profesional deberá acompañarse de
una buena formación general. ¿Por qué? Porque la formación a lo largo de la vida, porque el
desarrollo de proyectos socialmente relevantes y económicamente sustentables así lo exige.
Y cómo además estamos hablando de mujeres, se percibe "en contra" procesos de
socialización de género, que anticipan identificaciones tempranas con los roles femeninos
tradicionales que hay que revertir. Porque si algo ha puesto en crisis este modelo de
acumulación son los roles tradicionales y binarios (hombre proveedor, mujer responsable del
hogar).
Hay una reflexión más conceptual, la pretensión de volver sustentables los proyectos no es
acaso una vuelta a pensar en el trabajo en términos de empleo? ¿Qué pasa si el mercado no
resiste ser "el mecanismo" de inclusión? ¿Estaremos tan limitados por esta visión del empleo
que no podemos considerar otras?
Es seguro que todas las actividades que se desarrollen en el sector servicio son fácilmente
asumibles por las mujeres, porque tienen las "competencias naturales" producto de la
socialización femenina. No se podrían describir cuáles son las actividades de mayor impacto
en una comunidad, eso amerita un trabajo de relevamiento "in situ" que cualquier programa
debería prever. En síntesis, sería necesario articular diversas variables: los niveles del
Estado (intra e inter), las necesidades y los intereses de las mujeres, las necesidades y los
intereses de la comunidad.
Finalmente, y a manera de ejemplo, se exponen los siguientes espacios y actividades,
algunas de las cuales requerirán algún tipo de capacitación previa, aunque de acuerdo a
ciertas experiencias ya hay muchas mujeres capacitadas para desarrollarlas:
Salud: evaluación de la calidad de atención: el punto de vista de las usuarias/os,
difusión de temas de prevención de enfermedades como el cáncer genito-mamario, uso de
vacunas, cuidados nutricionales, lactancia materna, etc.
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Educación: trabajo con los docentes, familias y comunidad para organizar eventos,
concursos, actividades artísticas, peñas y recordatorios de efemérides locales, organización
de bibliotecas, actividades lúdicas de integración escuela, familias, comunidad, recaudación
de fondos para las ccoperadoras a través de esas actividades
Recreación: organización de actividades conjuntas de niños/as o adolescentes con
adultos mayores para producir artesanías y manualidades, encuentros recreativos, cuidados
mutuos, paseos.
Cultura: organización de concursos artísticos de diversos tipos entre niños,
adolescentes, mujeres, ancianos.
Vialidad urbana y Transporte: en estos cuatro rubros las mujeres pueden realizar un
trabajo de detección de necesidades no satisfechas o carencias o falencias en las
prestaciones de estos servicios en sus respectivas comunidades, barrios o municipios, para
luego hacer las gestiones ante los organismos respectivos para proponer los cambios
necesarios.
Comunicación Social: producción de programas en las radios locales o comunitarias
acerca de diversos temas: por ejemplo condiciones de vida de las mujeres de su comunidad,
prevención y promoción de la salud, difusión del programa PRS y de las actividades de otras
beneficiarias en el mismo programa, derechos humanos, derechos humanos de las mujeres,
música, eventos deportivos locales. Producir otras herramientas comunicacionales que sean
necesarias en su comunidad, barrio o ciudad, por ejemplo boletines impresos, videos, etc.
CONCLUYENDO
Sería especialmente importante que las actividades planificadas como proyectos queden en
el marco de espacios “instituidos”, así como la educación está instituida en la escuela y la
salud en el hospital, el dispensario o en el centro de atención primaria de la salud, cada área
de trabajo debería desarrollarse a partir de espacios previamente instituidos para una
actividad que responda a un marco legitimado dentro del espectro de lo “organizado” y
“referenciado”. Consecuentemente, es a partir de ello que el diagnóstico local permite
identificar cuales son aquellas actividades de relevancia local y dotar de dispositivos
metodológicos que impliquen masividad en la incorporación. Finalmente, los actores que
definirán estas necesidades y puedan incorporarse al proceso de planificación y gestión
surge por la incumbencia propia que tienen en la acción local y su pertinencia en las
temáticas definidas.
Es por ello, que una de las funciones de quién se encuentra con la responsabilidad de
planificación de estos proyectos, es hacer evidentes necesidades latentes en una comunidad
para poder dar respuestas adecuadas y acordes en un marco sinérgico e innovador y así
producir cambios importantes. La satisfacción de las necesidades “directas” de la comunidad
deben priorizarse antes de planificar proyectos dirigidos al exterior. Es así que podrían
fracasar proyectos en medios rurales y urbanos si antes no se solucionan problemas como el
cuidado de los niños o de transporte colectivo. En un modelo de gestión articulado, este tipo
de situaciones pueden solucionarse destrabando la lógica de planificaciones estancas,
superpuestas y coexistentes.
En términos del componente formativo de los proyectos, resulta relevante que la capacitación
impartida en el marco de los PSR’s no sea puntual y errática o solamente dirigida al
desempeño de una función, si no que sea continua a lo largo de todo el desarrollo del PSR o
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durante una gran parte del tiempo, con contenidos que no sólo atiendan a la actividad que les
tocará realizar a las beneficiarias y así inscribir un marco más amplio que refiera a la
inserción como ciudadanas.
Finalmente, y para encuadrar las potencialidades efectivas y operativas de implementación
de los PSR’s, es necesario recordar que cada vez más, en forma extendida, la protección
social tradicional que no se encuentra adaptada a las necesidades de los ciudadanos,
especialmente los más carenciados o los que se encuentran en situación de desocupación,
resulta un motor de las iniciativas locales para el desarrollo de proyectos y actividades que
cubran estas carencias. La protección social fuertemente vinculada al cada vez más limitado
alcance de los presupuestos públicos y a la condición asalariada, garantiza cada vez menos
la inclusión social y produce a su vez, una sustitución por proximidad como estrategias para
su reemplazo. De esta manera, la iniciativa local, se presenta promoviendo la solidaridad
geográfica horizontal para dar cuenta de las fallas de los mecanismos solidarios verticales.
Es por ello que los PSR’s resultarían en dispositivos para la inclusión no sólo de las
beneficiarias si no también de los entramados sociales largamente debilitados por la
inequidad en el acceso a bienes y servicios.
BIBLIOGRAFIA
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social e intervención estatal (pp. 103-114), Revista de Administración Pública y
Sociedad Nª 11, IIFAP, Córdoba, Argentina.
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Lo Vuolo, R.;Barbeito A.; Pautossi, L. y Rodriguez, C. (1999) “La pobreza. de la política
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Méda, Dominique (1998): El trabajo, un valor en peligro de extinción, Editorial Gedisa,
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Muñoz de Bustillo, Rafael (2000): El Estado de Bienestar en el Cambio de Siglo, Alianza
Editorial, Madrid, España.
Musitu, Gonzalo et all (1993): Intervención psicosocial, programas y experiencias, Editorial
Popular S.A., Madrid, España.
RESEÑA BIOGRÁFICA
Apellidos: Sandomirsky
Nombres: Marcelo Ariel
Documento de Identidad: 18.217.190
Título: Lic. en Psicología (Universidad Nacional de Córdoba), Especialista en Planificación y
Gestión de Políticas Sociales (Universidad de Buenos Aires)
Cargo: Jefe de Operaciones Línea Multibarrial del Programa de Atención a Grupos
Vulnerables
Institución: Secretaría de Tercera Edad y Acción Social, Ministerio de Desarrollo Social y
Medio Ambiente (Argentina)
Dirección Postal: Av. 9 de julio 1925, Piso 16. 1332 Capital Federal Argentina
Teléfonos: +54 11 43310820 (personal) +54 11 43793961/3749 (laboral)
Fax: +54 11 43793749
E-mail: [email protected] [email protected]
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GRÁFICOS
Gráfico Número 1
1
2
3
4
Inclusión sucesiva y
escalonada de los hogares
de mayor a menor nivel de
vulnerabilidad
Gráfico Número 2:
Prestación
homogénea:
Una prestación
monetaria a
todos aquellos
hogares que
califiquen para
incluirse al Plan
Contraprestación diferencial según el nivel educativo alcanzado
A
MJH sin nivel
primario
completo:
culminación
del nivel
básico
B
MJH sin nivel
secundario
completo:
culminación
del nivel
medio
11
C
MJH con nivel
secundario
completo:
participan en
PSR’s.
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