Psicofarmacología de la droga de diseño MBDB (“Edén”). (PDF

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Muela AT. Psiquiatria.com. 2011; 15:13.
http://hdl.handle.net/10401/3921
Revisión teórica
Psicofarmacología de la droga de diseño MBDB (“Edén”)
Psychopharmacology of the design drug MBDB (“Eden”)
Ana Teresa Muela1, Mercedes Martín-López2, José Francisco Navarro3
Resumen
El MBDB, una droga de diseño popularmente conocida como “Edén”, es el homólogo alfa-etil
del MDMA (“Éxtasis”), una sustancia sintética recreativa ampliamente utilizada entre gente
joven. El MBDB se ha propuesto como prototipo de una nueva categoría farmacológica: los
"entactógenos", que incluye a aquellos compuestos asociados a la capacidad de producir un
marcado sentido de la empatía y facilitar un estado de introspección. En este trabajo
presentamos una revisión actualizada del perfil farmacológico del MBDB. Concretamente, se
describen sus principales efectos farmacológicos y conductuales.
Palabras claves: MBDB, MDMA, psicofarmacología, efectos conductuales.
Abstract
MBDB, a design drug popularly known as "Eden", is the alpha-ethyl homologue of MDMA
("Ecstasy"), a known synthetic recreational substance widely used among young people. MBDB
has been proposed as the prototype of a new pharmacological class: the "entactogens", which
include compounds associated to the capacity for producing a pronounced sense of empathy and
to facilitate a state of introspection. In this paper, an updated review of the pharmacological
profile of MBDB is presented. Concretely, we describe the main pharmacological and
behavioural effects of this drug.
Keywords: MBDB, MDMA, psychopharmacology, behavioural effects.
Recibido: 10/11/2010 – Aceptado: 03/01/2011 – Publicado: 14/07/2011
* Correspondencia: [email protected]
1,2y3 Facultad de Psicología. Universidad de Málaga.
Psiquiatria.com – ISSN: 1137-3148
© 2011 Muela AT, Martín-López M, Navarro JF.
Muela AT. Psiquiatria.com. 2011; 15:13.
http://hdl.handle.net/10401/3921
El consumo de drogas asociado a los espacios de ocio se ha incrementado desde la
década de los noventa. En esta época se empieza a conformar lo que se conoce como “consumo
recreativo”, apareciendo en escena un tipo de sustancias denominadas “drogas de diseño”,
término acuñado por Gary Henderson1, que se incorpora a los estilos de vida de ciertos sectores
de población en su mayoría adolescente y adultos jóvenes. Lo más preocupante es que este
consumo recreativo juvenil se practica en un marco de normalización; tanto es así, que llega a
considerarse como un rito de entrada en la vida adulta y de integración en el grupo de iguales.
Situación que, en general, se lleva a cabo compatibilizándose con estilos de vida integrados,
tanto en el ámbito familiar, como en el educativo, e incluso en el laboral. Las principales “drogas
de diseño” abarcan varios grupos farmacológicos: feniletilaminas (derivados de la anfetaminas),
opiáceos (derivados de fentanilo y meperidina), arilhexilaminas (como el PCP o “polvo de ángel”
y ketamina), los derivados de la metacualona y, por último, otras sustancias que no se incluyen
en ninguno de los grupos anteriores, tales como el gamma-hidroxi-butirato (GHB), más
conocido como “éxtasis líquido”2.
En este marco del uso recreativo de drogas hay que prestar atención especial a las
feniletilaminas, de las cuales la 3,4-Metilenodioximetanfetamina (MDMA) es la sustancia más
consumida, tal y como refleja la amplia terminología popular: “éxtasis”, “Adán”, “MDM”,
“M&M”. “E” o “XTC”, entre otras. Sin embargo, las pastillas que se consumen bajo este nombre
muestran una gran variabilidad en su composición y, a menudo, contienen otras sustancias
psicoactivas similares al MDMA, tales como el N-methyl-1-(1,3-benzodioxol-5-yl)-2aminobutano (MBDB), el N-etil-3,4-metilenodioxianfetamina (MDEA) y el 3,4metilenodioxianfenamina (MDA), ésta última más conocida como “love drug”3-6. Recientemente
se ha apreciado una preocupante introducción en el mercado ilegal de estas otras drogas
estructuralmente similares al MDMA5, que se venden en su mayoría bajo el nombre y apariencia
del MDMA, y de las que hoy día existe una escasa información sobre sus efectos a nivel central.
En este trabajo se presenta una revisión actualizada del MBDB, una de las sustancias
análogas al “éxtasis” más interesantes, que constituye por sí misma un hito en la clasificación
psicofarmacológica y que, a pesar de ello, se ha visto relegada a un segundo plano en el ámbito
de la investigación. Asimismo, se describe el perfil farmacológico del MBDB tanto en animales
como en humanos, comparando sus
efectos farmacocinéticos, farmacodinámicos,
neurofarmacológicos y principales efectos conductuales con los producidos por el MDMA.
Historia y clasificación
El MDMA se desarrolló originalmente en el año 1914 con la finalidad de ser empleado
como supresor del apetito; sin embargo, estos inicios terapéuticos se vieron truncados y nunca
se llegó a comercializar dados los problemas de toxicidad asociados al consumo de compuestos
anfetamínicos. Tras un largo periodo de letargo, fue redescubierto en la década de los setenta
por la psiquiatría norteamericana y, debido a sus propiedades empatógenas y desinhibidoras, se
empezó a usar como psicofármaco coadyuvante en psicoterapia7. En este contexto, Leo J. Zeff
fue el psicólogo pionero del movimiento de la terapia psicodélica con “éxtasis”. Pero el auge del
MDMA en la psicoterapia duró poco, ya que el 1 de julio de 1985 fue incluido por las autoridades
estadounidenses en la categoría “tipo I” de sustancias prohibidas, siendo considerado un
producto objeto de abuso, con capacidad para producir dependencia, y sin finalidad
terapéutica8,9. A pesar de su toxicidad, serían sus curiosas propiedades como facilitador de la
comunicación empática, así como su capacidad para inducir un nuevo estado de conciencia que
intensifica la percepción de las emociones y la sensualidad las que acabaron convirtiendo esta
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droga en “icono” de la cultura rave o música disco, continuándose su consumo como droga de
diseño en ambientes recreativos hasta la actualidad.
El Metilbenzodioxolbutanamina (MBDB), cuya nomenclatura IUPAC se corresponde
con (RS)-1-(1,3-Benzodioxol-5-yl)-N-metilbutan-2-amina, es una sustancia conocida
popularmente como “Edén” o “Metil-J”, y fue sintetizada por primera vez por D. Nichols en la
Universidad de Purdue y, más tarde, A. Shulguin la incluyó en su conocido libro “Phikal”.
Nichols10 observó en esta molécula unas propiedades singulares que la situaban claramente
fuera de la categoría de los alucinógenos y las anfetaminas; por ello propuso una nueva categoría
farmacológica a la que denominó Entactógenos. Este término proviene de la raíz griega “tact” o
el latín “tactus”, que hace referencia a la comunicación de información de una forma sensible y
cuidadosa, junto con las raíces griegas “en” (interior) y “gen” (producir), por lo que la palabra
entactógeno tendría etimológicamente la connotación de “producir un toque interior”. Con esta
nueva categoría farmacológica, Nichols quería referirse a aquellos fármacos con la capacidad de
producir un marcado sentido de la empatía y facilitar un estado de introspección, que hace
posible la comunicación de eventos emocionalmente dolorosos sin que se produzca
aparentemente vergüenza o inhibición.
En este sentido, el MBDB y la MDMA son muy parecidas. Estas dos sustancias
empatógenas o entactógenas tienen un efecto similar debido fundamentalmente a la semejanza
entre sus estructuras químicas, ya que el MBDB es el homólogo α-etil del MDMA4. Sin embargo,
también existen diferencias ya que el MBDB tiene un inicio de acción más lento y suave que el
“éxtasis”, produce menos euforia y tiene menos propiedades estimulantes10,11. Es decir, tanto el
MDMA como el MBDB son similares en muchos aspectos y ambas sustancias se incluyen en
dicha categoría. No obstante, el MDMA es un entactógeno con algunas propiedades
estimulantes y alucinatorias; de hecho, a mediados de la década de 1980, el MDMA fue
clasificado como una “anfetamina alucinógena” lo que constituyó la base para el inicio de un
control legalizado; mientras que el MBDB es considerado un entactógeno puro11. Nichols diseñó
el MBDB con la intención específica de encontrar un componente que no pudiera ser clasificado
como alucinógeno. Para ello colocó un grupo alfa-etil en el extremo de la cadena que impide
completamente la actividad alucinógena 12. Esto se demuestra a partir de estudios de
discriminación de drogas, pues la S-anfetamina y LSD llegan a sustituir parcialmente el efecto
del MDMA, pero no sucede lo mismo con el MBDB13-15.
Efectos farmacológicos
Aspectos farmacocinéticos del MBDB
A partir de los estudios de biodistribución del MBDB en ratas mediante un marcador
radiactivo con C11, se concluye que esta sustancia es extraída rápidamente del torrente
sanguíneo hacia los tejidos resultando en un bajo nivel de MBDB en sangre a los cinco minutos
de su administración, siendo los órganos que registran una mayor absorción del MBDB los
pulmones y el cerebro, en concreto 2.5 % y 0.59% de la dosis inyectada por gramo de tejido
(ID/g), respectivamente. Debido a la baja actividad sanguínea, la razón entre cerebro y sangre es
de casi 12, e incluso pasados 30 minutos aún es de 7,3. No obstante, el hígado sigue un curso de
radioactividad distinto, claramente ascendente, por lo que aunque una considerable cantidad
del MBDB se excreta rápidamente a través de los riñones y la orina (16% ID/g a los 5 minutos),
casi el 21% ID/g se acumula en el hígado indicando que el MBDB sigue una doble ruta
metabólica16.
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El metabolismo “in vivo” del MBDB es comparable al del MDMA/MDEA. En la fase I, se
produce una reacción oxidativa mediante N-desalquilación que da lugar a un metabolito activo,
el 3,4-metilenedioxibutanamina (BDB). Posteriormente, este metabolito continúa su
transformación en la fase II, en la cual una reacción de conjugación mediante N-metilación
resulta
en
un
segundo
metabolito
denominado
dihidroxi
1,2-dihidroxi-4[2(metilamino)butil]benzeno (DHMBB)17,18. Desde que se mostró que el metabolismo “in vivo” e
“in vitro” de algunas anfetaminas de anillo sustituido (“ring substituted amphetamines” o RSA)
es más o menos enantioselectivo19-21, se pensó que este fenómeno podía ser importante desde el
punto de vista farmacológico y toxicológico.
Se ha demostrado en distintos estudios que existe una preferencia metabólica por el
enantiómero S-MDMA 22,23, y que esta diferencia es atribuible, al menos parcialmente, a las
isoenzimas del citocromo P450. En comparación con el MDMA y el MDEA, los datos
actualmente disponibles del metabolismo del MBDB y su toxicidad son limitados. En relación a
las diferencias existentes entre sus enantiómeros, se ha encontrado que el levoisómero (SMBDB) es más activo y más potente que la misma dosis oral de R-MBDB11,24. Recientemente,
Meyer et al.18 han identificado por primera vez cúales son las isoenzimas del citocromo P450
implicadas en el metabolismo estereoselectivo del MBDB, pues hasta ese momento tan sólo se
había estudiado el metabolismo del MBDB en su forma racémica 17. Las isoenzimas más
abundantes tras una correlación in vitro-in vivo usando el factor de actividad relativa son el
CYP2B6 para la N-desalquilación y el CYP2D6 para la N-metilación, siendo ésta segunda la más
relevante. Además, los estudios de inhibición de la biotransformación del MBDB usando
quinidina (inhibidor selectivo del CYP2D6) confirman el rol dominante de esta isoenzima
polimórfica en el metabolismo total del MBDB, mientras que por lo general la baja
concentración del S-enantiómero se metaboliza en mayor proporción por el CYP2C19. De
manera que, en conclusión, la enzima principalmente responsable del metabolismo del MBDB
tras una correlación in vitro-in vivo es el CYP2D6, mientras que el CYP2C19 es el más
enantioselectivo18.
Aspectos farmacodinámicos del MBDB
Van Aerts et al.11 realizaron una revisión sobre la farmacología y riesgos del MBDB,
señalando las propiedades farmacodinámicas y efectos neurofarmacológicos más relevantes de
esta sustancia en ratas. Sus principales conclusiones fueron las siguientes:
1) El MBDB incrementa la liberación de la serotonina en el cerebro y produce una
inhibición de la recaptación de serotonina. Los efectos, en general, son comparables a
los del MDMA, aunque éste último es más potente. El incremento de la liberación de
serotonina se ha constatado en muestras de células nerviosas del hipocampo mediante
técnica in vivo25 y la inhibición de la recaptación de serotonina se ha puesto de
manifiesto en tejidos del hipocampo, corteza y núcleo caudado24 ,siendo el MBDB la
mitad de potente que su homólogo26. Además, se ha evidenciado que transcurridas unas
horas la administración, tanto el MBDB como el MDMA , reducen el nivel de serotonina
y su metabolito 5-HIAA en la corteza frontal 27. Esta disminución puede prevenirse con
el pretratamiento con fluoxetina28,29.
2) A diferencia del MDMA, el MBDB no interfiere en la liberación de dopamina25, ni
tampoco inhibe su recaptación 24. Es cierto que el MBDB puede producir un ligero
incremento en la liberación de dopamina extracelular pero con una potencia muchísimo
menor que el MDMA y que en ningún caso resulta significativa30. El hecho de que esta
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ausencia de relación con el sistema dopaminérgico es muy importante ya que la
dopamina ha sido implicada en la neurotoxicidad serotoninérgica del MDMA y en las
cualidades reforzadoras de sustancias como la cocaína y las anfetaminas.
3) En cuanto a si el MBDB inhibe la recaptación de noradrenalina en la rata encontramos
resultados mixtos. Si el análisis se realiza mediante procedimientos in vitro sí que se
halla una inhibición de la recaptación de noradrenalina en el hipocampo24 y en
muestras de la corteza, hipocampo y núcleo caudado, pero en menor medida que el
MDMA26. En contraste, mediante técnicas in vivo ni el MDMA ni el MBDB reducen el
nivel de noradrenalina en la corteza de la rata11,27.
Aspectos neuroendocrinos del MBDB
Los efectos neuroendocrinos del MBDB (5-10 mg/kg, i.p.) en la rata son muy similares a
los del MDMA. Las dos sustancias elevan los niveles plasmáticos de hormona
adrenocorticotrópica (ACTH), corticosterona, prolactina y renina. La administración de MBDB
(5 mg/kg, i.p.) produceque 10 minutos después de la inyección aparezca un pico de ACTH y
renina plasmática, mientras que la prolactina alcanza su pico máximo después de 30 minutos11.
Por otra parte, existen diferencias sutiles entre ambas sustancias pues los efectos
neuroendocrinos del MBDB pueden ser bloqueados por la fluoxetina (ISRS), mientras que la
secreción hormonal inducida por MDMA no se bloquea con este fármaco. Esto sugiere que el
MBDB influye en la secreción de estas hormonas a través de la interacción de la serotonina con
el transportador de serotonina, encargado de su recaptación. Además, el MBDB (5 mg/kg) no
eleva la concentración de oxitocina plasmática, al contrario de lo que ocurre con otros agentes
liberadores de serotonina, tales como el MMAI y MTA. Otros efectos que se observan tras la
administración del MBDB en la rata son la disminución de la presión arterial (a los 15 minutos
tras la inyección) y la frecuencia cardiaca (a los 5 minutos)31.
En el ser humano se han demostrado igualmente los efectos del MDMA sobre el ACTH,
cortisol, prolactina, la presión arterial y la frecuencia cardiaca32,33, hallándose que en
consumidores habituales la abstinencia de esta sustancia durante tres semanas induce una
disminución de la respuesta de cortisol y prolactina frente a la fenfluramina 34. Esta respuesta
también se observa en ratas pretratadas con MDMA 35. Además, se ha hallado que el MDMA
afecta a la liberación de vasopresina en humanos36; sin embargo, los datos disponibles con el
MBDB en ratas no revelan cambios significativos en la concentración de esta hormona31.
Aspectos fisiológicos y neurofisiológicos del MBDB
En la década de los 80, Dimpfel utilizó la radioelectroencefalografía cuantitativa (telestereo-EEG) en la rata para obtener una señal electroencefalográfica tras la administración
tanto de anfetaminas alucinógenas como del MDMA y MBDB. En esta técnica, se implantan
permanentemente cuatro electrodos de acero inoxidable, cada uno en cuatro regiones cerebrales
específicas: la corteza frontal, el hipocampo, el estriado y la formación reticular14,37. Los efectos
neurofisiológicos del MBDB y MDMA se diferencian claramente de las anfetaminas
alucinógenas (DOM, DOB, DOI), en que no producen en el estriado un incremento de larga
duración ni de la frecuencia alfa-137, ni de la alfa-2 y delta; es más, la potencia de estas dos
últimas ondas se encuentra disminuida notablemente tras la administración de MDMA o
MBDB38. Sin embargo, la actividad de la onda theta en la corteza frontal representa una
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diferencia entre estas dos sustancias, pues con el MBDB se aprecia una disminución progresiva
de esta onda, mientras que el MDMA incrementa la actividad theta en la corteza frontal38.
Entre los principales efectos fisiológicos del MDMA se encuentra el incremento de la
frecuencia cardiaca (73±20 pm) y la presión sanguínea (8,4±11 diastólica y 14,1±20 sistólica).
Recientemente se ha demostrado que el consumo de MDMA se asocia con problemas de
toxicidad cardiaca, concretamente con valvulopatías, tanto en ratas como en seres humanos.
Además, el metabolito de esta sustancia, el 3,4-methylenedioxyanfetamina (MDA), es un
agonista potente del receptor 5-HT2B, lo cual aumenta el riesgo de valvulopatías en
consumidores habituales de “éxtasis”39. En esta línea, ya se están investigando ciertas sustancias
como el pindolol, un β-bloqueante no selectivo, que previene el incremento de la tasa cardiaca
inducido por MDMA40. También se describen una serie de efectos secundarios que, ordenados
de mayor a menor incidencia, son: bruxismo, sed y sequedad de boca, pérdida de apetito,
dificultad de concentración, alteración del equilibrio y la marcha, fatiga, inquietud,
palpitaciones, vértigo, temblores, tensión interna y disminución del umbral de dolor41,42 .
Efectos conductuales
Desde la farmacología de la conducta se ha realizado un importante esfuerzo por
investigar los efectos conductuales del MDMA mediante numerosos modelos animales; sin
embargo, hasta la fecha, son escasos los estudios conductuales disponibles con el MBDB.
Efectos locomotores
Cuando se administra MBDB racémico en ratas (5 ó 10 mg/kg, s.c.), se produce un
incremento de la actividad locomotora que dura alrededor de una hora, así como una supresión
de la conducta exploratoria28 . Estos efectos son muy similares a los provocados por el
MDMA43,44. El patrón locomotor inducido por el MBDB es relativamente rígido, y se caracteriza
por una locomoción continua alrededor de la periferia del recinto con frecuentes cambios de
sentido para bordearlo28, de forma similar a lo que se observa tras la administración de MDMA
43. Esta impresión visual de que el MBDB produce una menor variedad del patrón locomotor, se
apoya en la reducción del estadístico descriptivo d (10 mg/kg de MBDB), basado en el concepto
de geometría fractal, y descrito con detalle por Paulus y Geyer45.
La hiperactividad inducida por el MBDB se puede bloquear mediante el pretratamiento
con fluoxetina (2,5 o 10 mg/kg), un inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina, lo cual
sugiere que el MBDB produce dichos efectos conductuales a través del transportador de la
serotonina.. De forma similar, el pretratamiento con fluoxetina bloquea la hiperactividad
locomotora producida por S-MDA (3 mg/kg) o la p-cloroamfetamina(PCA) (2,5 mg/kg), lo cual
apoya la base serotoninérgica que subyace a la acción de estas drogas28 .
Inicialmente se pensó que la hiperactividad inducida por los compuestos anfetamínicos
estaba relacionada con la liberación dopaminérgica en el núcleo accumbens. En esta línea,
Callaway et al.29 demostraron que la administración de S-MDMA en el núcleo accumbens
produce hiperactividad locomotora. Además, la administración de S-anfetamina, un potente
liberador catecolaminérgico, provoca una incremento similar, lo cual sugiere que la liberación
de dopamina o noradrenalina media los efectos conductuales del S-MDMA.
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Por el contrario, la administración directa de MBDB en el núcleo accumbens no llega a
tener efectos sobre la locomoción por lo que, quizá, el MBDB influye sobre la conducta motora
indirectamente, a través de los receptores de serotonina11,46. Estos datos sugieren que los efectos
conductuales del S-MDMA en el núcleo accumbens son propiciados por su acción liberadora de
catecolaminas (propiedad que comparte con la S-anfetamina) y no por su acción liberadora de
serotonina (propiedad que comparte con el MBDB).
El BDB, uno de los metabolitos del MBDB, ha desmostrado tener importantes efectos
motores. Es común observar en varias especies la pérdida del reflejo de enderezamiento cuando
se administran dosis elevadas de BDB, al igual que ocurre con dosis altas de d-anfetamina.
Además de estos efectos simpático-estimulantes, la administración de BDB en pollos recién
nacidos provoca una postura corporal anormal, movimientos bruscos hacia adelante, problemas
para extender las alas, temblores y vocalizaciones de “distrés” (las crías no son capaces de
realizar distintos ruidos guturales para llamar a la madre). El MBDB, sin embargo, no produce
pérdida del reflejo de enderazamiento, movimientos bruscos hacia adelante ni temblores, y es
menos potente que el BDB en cuanto al resto de efectos descritos11,47.
Efectos reforzantes
El refuerzo inducido por las drogas puede ser evaluado directamente en animales de
laboratorio mediante paradigmas como el condicionamiento de preferencia de lugar (CPL). Este
modelo animal evalúa la capacidad apetitiva de las drogas de abuso, asociando señales
contextuales con la experiencia producida por la droga. En ratas, el MBDB (10 mg/kg) produce
condicionamiento de preferencia de lugar, pero la capacidad del MBDB para inducir preferencia
de lugar es claramente inferior que la del MDMA (2,5 veces más débil)48. Además, en este
mismo experimento se observó mediante microdiálisis “in vivo” que después de la
administración de MBDB el nivel extracelular de dopamina y su metabolito DOPAC se elevó
ligeramente pero sin llegar a ser una respuesta tan robusta como la producida por el MDMA.
Estos datos son consistentes con los obtenidos en el test de CPL. Si se relaciona el fenómeno de
la recompensa con el nivel de actividad dopaminérgica en el núcleo accumbens se puede
plantear la hipótesis de que un ligero incremento del flujo de dopamina en esta área podría ser
suficiente para inducir CPL48. Esta idea de que pequeños cambios en el flujo dopaminérgico
pueden producir grandes incrementos en el refuerzo es consistente con estudios recientes con
MDMA que inducen la reinstauración de la preferencia de lugar mediante una dosis de
”priming” con dosis inferiores a las empleadas durante la fase de condicionamiento49.
Efectos sobre la conducta agonística
En estudios con modelos animales de agresión, el MDMA produce en ratones un perfil
conductual caracterizado por una disminución de la agresión (amenazas y ataques) sin
afectación motora50,51 . En ratas, incluso tres semanas después de una sola dosis de MDMA se
siguen observando estos efectos antiagresivos52. Sin embargo, un trabajo más reciente parece
indicar que el MDMA induce un aumento de la agresión, pero sólo en aquellas ratas que
presentan previamente un nivel de agresividad-rasgo bajo, por lo que el nivel de agresividad
individual puede constituir un factor de vulnerabilidad a largo plazo53. Asimismo, se ha
comprobado que la administración subcrónica o intermitente de MDMA en ratones produce los
mismos efectos antiagresivos, sin que se aprecie tolerancia ni sensibilización a los efectos de la
droga54.
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A diferencia de lo que sucede con el MDMA, no se han publicado estudios hasta la fecha
acerca de los efectos sobre la agresión del MBDB. Sin embargo, según datos de un reciente
estudio realizado en nuestro laboratorio, se ha constatado que el MBDB exhibe un perfil
etofarmacológico complejo, que se caracteriza por una reducción de la frecuencia y el tiempo
empleado en conductas ofensivas (amenaza y ataques), cuidado corporal y escarbar, sin que se
aprecien una afectación motora, y acompañado por un ligero incremento de las conductas de
defensa. Además, el tiempo y frecuencia empleados en las conductas de investigación social se
incrementa con todas las dosis de MBDB (2, 4 y 8 mg/kg), pero no con el MDMA (8 mg/kg) ; si
bien, hay estudios previos en los que el MDMA también muestra una disminución de las
conductas de investigación social55, hay otros autores que indican lo contrario con una dosis
menor (5 mg/kg)56. Asimismo, los animales tratados con MDMA presentan una reducción
notable de las conductas ofensivas, tal y como se recoge en estudios anteriores. En general, el
incremento de las conductas de investigación social y la disminución de conductas relacionadas
con la agresión, en ratas, está en consonancia con el carácter entactogénico y prosocial de estas
dos sustancias observada en humanos10.
Efectos sobre la ansiedad
Se han utilizado diversos modelos animales para evaluar los efectos sobre la ansiedad
del MDMA. Esta sustancia presenta un perfil conductual principalmente ansiogénico en el test
de preferencia luz/oscuridad 57, test del laberinto elevado en cruz56,58,59, test de
emergencia55,56,58,60, y test de interacción social58,61. Los efectos ansiogénicos producidos por la
administración de MDMA,se pueden observar a largo plazo, incluso transcurridos 2 ó 3 meses,
tanto si la administración es aguda58,62, como subcrónica55. Pasado este tiempo hay constancia
de una pérdida significativa de serotonina y su metabolito, 5-HIAA, en la amígdala, hipocampo,
estriado y corteza, junto con una disminución del transportador de la serotonina en hipocampo,
tálamo e hipotálamo63. Estos resultados son consistentes con los obtenidos en humanos, que
sugieren que la exposición a dosis elevadas de MDMA puede constituir un factor de
vulnerabilidad a largo plazo para el desarrollo de problemas psicológicos relacionados con la
ansiedad62.
Aunque los estudios sugieren principalmente una actividad ansiogénica del MDMA en
diferentes modelos animales de ansiedad, también hay evidencias que apoyan los efectos
ansiolíticos de esta sustancia56,59,64. Así, se ha observado que tras la administración subcrónica
de dosis elevadas de MDMA (15mg/kg) los ratones exhiben un perfil ansiolítico en el laberinto
elevado en cruz (mayor tiempo en brazos abiertos y una reducción del tiempo empleado en
brazos cerrados)59. En la misma línea, en otro estudio realizado bajo el mismo paradigma, la
administración de una dosis relativamente baja de MDMA (7,5 mg/kg) conduce a un perfil de
tipo ansiogénico, mientras que la dosis elevada (15 mg/kg) se asocia a un perfil ansiolítico64. Al
respecto, en un estudio reciente se concluye que una dosis única de MDMA causa una serie de
cambios notables en la conducta social que pueden interpretarse tanto como una disminución
como un incremento en la ansiedad65. En cualquier caso, el hecho de que el nivel de ansiedad
basal o rasgo sea elevado o bajo, parece que no influye en el perfil de ansiedad que se muestra
tras la administración de MDMA65.
Además, también hay que tener en cuenta la edad en la cual se administra la droga. Se
ha comprobado que el consumo de MDMA (10 mg/kg) de forma periódica (dos veces al día con
un intervalo de cuatro horas) en ratas adolescentes, da lugar a un perfil ansiolítico en el
comienzo de la etapa adulta y a un déficit en la memoria de reconocimiento de objetos, lo cual
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sugiere que el consumo intermitente de MDMA en la adolescencia puede tener consecuencias
negativas para el funcionamiento cognitivo y afectivo66.
Una vez más, a diferencia de lo que sucede con el MDMA, son escasos los datos
disponibles hasta la fecha a cerca de los efectos en la ansiedad producidos por la exposición al
MBDB. Según un reciente estudio realizado en nuestro laboratorio utilizando el test del
laberinto elevado en cruz67, el MBDB (4 y 8 mg/kg) reduce de una forma significativa el tiempo
en brazo abierto en comparación con el grupo control, sin afectación de la motilidad. Este perfil
conductual, que clásicamente se ha identificado con un patrón ansiogénico, también se observa
en los animales tratados con MDMA (8 mg/kg), tal y como se puede apreciar en estudios
anteriores55-61. En suma, estos hallazgos sugieren que el MBDB podría exhibir una actividad
ansiogénica en ratones machos, pero serían necesarios estudios con dosis más altas de MBDB
para confirmar los resultados obtenidos y contrastar si con dosis mayores se altera de forma
distinta el patrón de ansiedad producido por el MBDB, tal y como se observa en diversos
trabajos con MDMA 56,59,64,65.
Referencias
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Muela AT. Psiquiatria.com. 2011; 15:13.
http://hdl.handle.net/10401/3921
Trabajo seleccionado para su publicación en la revista Psiquiatria.com, de entre los presentados al XII
Congreso Virtual de Psiquiatría Interpsiquis 2011.
Cite este artículo de la siguiente forma (estilo de Vancouver):
Muela AT, Martín-López M, Navarro JF. Psicofarmacología de la droga de diseño MBDB
(“Edén”). Psiquiatria.com [Internet]. 2011 [citado 15 Jul 2011];15:13. Disponible en:
http://hdl.handle.net/10401/3921
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