220-77309 Asunto: Designación de Apoderado ante la Cámara de Comercio Se recibió su escrito radicado en este Despacho con el número 369,695-o, por medio del cual, luego de referirse al contenido del artículo 164 del Código de Comercio, expresa que en algunas empresas, aparte del representante legal, se acostumbra designar apoderados generales para el manejo de sus asuntos (diferentes a la celebración de negocios jurídicos de que trata el artículo 832 del Código de Comercio) ante determinadas autoridades, V., gr.: Aeronáutica Civil, DIAN, Despachos Judiciales, respecto de lo cual plantea algunos interrogantes todos relacionados con el registro mercantil, obligatoriedad y consecuencias, a saber: "1. Es procedente la inscripción en el registro mercantil de la Cámara de Comercio del domicilio de la sociedad, de la designación del Apoderado General indicando sus facultades?" Sobre el particular procede acudir a las normas mercantiles, particularmente a los artículos 163 y 441, donde se observa a quiénes asiste la obligación de inscribirse en el registro mercantil a saber: Artículo 163: La designación o revocación de los administradores o de los revisores fiscales previstas en la ley o en los estatutos no se considerará como reforma, sino como desarrollo o ejecución del contrato, y no estará sujeta sino a simple registro en la cámara de comercio, mediante copias del acta o acuerdo en que conste la designación o revocación. Artículo 441 (especial para las sociedades anónimas): En el registro mercantil se inscribirá la designación de representantes legales mediante copia de la parte pertinente del acta de la junta directiva o de la asamblea, en su caso, una vez aprobada y firmada por el presidente y secretario, o en su defecto, por el revisor fiscal. Como puede observarse, los actos sujetos a registro mercantil son aquellos relativos a la designación o nombramiento de quienes desempeñan cargos previstos por ley o por estatutos, pero no de los relacionados con el otorgamiento de poderes mediante los cuales se hayan conferido facultades para ejercer una o varias funciones administrativas, pues por amplio que sea el poder, el apoderado no puede reputarse representante legal, que es a quien le asiste la obligación de la inscripción de su nombramiento o remoción en la Cámara de Comercio. Una cosa es la representación legal, en virtud de la cual es la misma ley con sujeción al contrato la que le otorga las facultades propias de quienes ostentan la representación legal, y otra el mandato en el cual se supone el contrato que lo crea. Sobre este aspecto conceptuó la Corte Suprema de Justicia en los siguientes términos: "...El mandato es relación de carácter singular por la cual una persona confía a otra la gestión de uno o más negocios (C:C:, art. 2142), y por más amplio que sea no llega a cubrir toda una capacidad. En cambio la noción de representación legal, sí la cubre (Sent., 27 de septiembre de 1.946. LXII,55). En este orden de ideas, es dable afirmar que un apoderado si bien puede estar dotado de facultades para el ejercicio de algunas funciones administrativas, no por ello ostenta la representación de la compañía, por lo que mal podría con base en el artículo 163 del Código de Comercio exigírsele la inscripción de su mandato en el registro mercantil. Claro está que es dable pactar contractualmente la existencia de uno o más representantes legales, a los que desde luego les asiste la obligación del registro del acta correspondiente en el registro mercantil, de tal suerte que quede claro frente a los terceros en quién recae determinada función y los límites de su representación. Cuando el poder emana del representante legal para el ejercicio de ciertas funciones no se entiende que éste esté delegando la representación legal de la compañía, la que es indelegable por emanar de la decisión exclusiva del órgano social a quien corresponda la designación, sino que, en desarrollo de la empresa social considera oportuno la delegación de una o más funciones en forma precisa para que las desarrolle en los términos del contrato que para tal fin se haya suscrito, sin que ello implique delegar responsabilidades, pues quien actúe según mandato otorgado, actuará en nombre de su delegatario, que es en quien recae cualquier responsabilidad que del mismo se derive. Esta Superintendencia al pronunciarse sobre el supuesto de delegar la representación de la compañía para efectos judiciales y ante las autoridades administrativas, previéndose la inscripción del acto en el registro mercantil, expresó Mediante Oficio 04528 del 25 de marzo de 1.977, lo siguiente: "Al respecto el artículo 440 del Código de Comercio contempla la posibilidad de que la sociedad anónima tenga más de un representante legal, puesto que dispone "tendrá por lo menos un representante legal con uno o más suplentes". Y en este caso en concreto no es lo mismo adscribirle a un funcionario directivo esa facultad en forma precisa y clara en los estatutos, que preverla como una delegación que haga el presidente de la compañía. Ciertamente en la primera de estas situaciones se da certeza a los terceros, mediante la publicidad que se surte a través del Registro Mercantil, respecto de la existencia de un funcionario investido de la facultad de representar a la compañía en los estrados judiciales y las gestiones ante las autoridades administrativas y policivas. La segunda en cambio, se traduce en una especie de poder general, variable según las circunstancias, y sin que nadie tenga seguridad en un momento dado de quién es el apoderado. De otra parte, este despacho considera que la representación legal de la sociedad es unitaria, vale decir, no puede desmembrarse mediante una delegación. Pero tal característica no excluye la posibilidad de ser compartida al tenor de lo dispuesto en el segundo inciso del artículo 196 y 440 del Código citado. Por ejemplo, el Vicepresidente legal de esa sociedad tendría atribuida en los estatutos la función de representarla ante las autoridades jurisdiccionales, administrativas y policivas, así como ante las entidades descentralizadas del Estado. Ese sería el ámbito de la representación del Vicepresidente, ya que las demás atribuciones estarían a cargo del Presidente de la Compañía, tanto en las relaciones internas como externas de la misma." Con lo anterior es dable concluir que si la representación legal en la forma compartida como usted la esboza, está estipulada en los estatutos, la designación de la persona para su ejercicio debe inscribirse en la cámara de Comercio partiendo de la base de que en tal caso la designación provenga del órgano social competente. En caso de que tal delegación se haga en virtud de un mandato extendido por el representante legal no lo sería, y las responsabilidades que de éste se surtan, las asumirá el delegatario de las funciones como si actuara directamente. "2. Si el Apoderado General inscrito ante la Cámara de Comercio decide renunciar al poder que le ha sido otorgado, la simple renuncia presentada al poderdante y notificada a la Cámara de Comercio, obliga a esta entidad a cancelar la inscripción hecha, sin importar que la renuncia sea aceptada o no?". Para responder esta pregunta es pertinente traer a colación el artículo 164 del Código de Comercio el cual es del siguiente tenor: " las personas inscritas en la cámara de comercio del domicilio social como representantes de una sociedad, así como sus revisores fiscales, conservarán tal carácter para todos los efectos legales, mientras no se cancele dicha inscripción mediante el registro de un nuevo nombramiento o elección..." De la lectura de la norma en mención, se observa que si bien la ley establece la continuidad de la persona inscrita como representante de la sociedad o como revisor fiscal de la misma hasta tanto se cancele la inscripción de dichos nombramientos, tal obligación según los términos de la norma no abarca a los apoderados de aquél, por lo que en concepto de este Despacho, en el evento que se hubiese inscrito en el registro mercantil el poder mediante el cual el representante legal delegó algunas de sus funciones, sería suficiente presentar la renuncia correspondiente para que la Cámara proceda a cancelar el registro correspondiente, pues donde la ley no distingue no le es dable al intérprete, so pretexto de consultar su espíritu. "3. En caso de una respuesta negativa a la pregunta anterior, cuáles serían las bases legales para obligar a una persona a permanecer inscrita como Apoderado General, siendo que ella ya renunció al poder, y que la obligatoriedad de mantener vigente el registro se predica solo de los representantes legales? Sobre esta pregunta, la Cámara de comercio de Bogotá manifestó verbalmente al suscrito, que sin la aceptación de la renuncia no pueden cancelar el registro." Sobre el particular vale la pena reiterarle que la designación del apoderado no está sujeta a registro mercantil, pues si bien la delegación de algunas funciones son de carácter puramente administrativo, por amplio que sea el poder no se está trasmitiendo la representación legal. LERC