*090113270007CO* Exp: 09-011327-0007-CO Res. Nº 2012-08892 SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las dieciséis horas y tres minutos del veintisiete de junio del dos mil doce. Recurso de amparo interpuesto por L.J.R. a favor de la ASOCIACIÓN PRO CONSERVACIÓN Y DEFENSA DE LOS RECURSOS NATURALES Y CULTURALES DE GUANACASTE, contra el SERVICIO NACIONAL DE AGUAS SUBTERRÁNEAS DE RIEGO Y AVENAMIENTO, Y EL MINISTERIO DE AMBIENTE, ENERGÍA Y TELECOMUNICACIONES. Resultando: 1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las 13:49 horas del 3 de agosto de 2009, la accionante interpone recurso de amparo a favor de la ASOCIACIÓN PRO CONSERVACIÓN Y DEFENSA DE LOS RECURSOS NATURALES Y CULTURALES DE GUANACASTE, contra el SERVICIO NACIONAL DE AGUAS SUBTERRÁNEAS DE RIEGO Y AVENAMIENTO, Y EL MINISTERIO DE AMBIENTE, ENERGÍA Y TELECOMUNICACIONES. Manifiesta que dada la problemática derivada de la sobreexplotación y contaminación de aguas subterráneas, mediante voto número 2004-01923 de las 14:55 horas del 25 de febrero de 2004, la Sala Constitucional ordenó al Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento confeccionar y levantar la cartografía de vulnerabilidad de los mantos acuíferos ubicados en el cantón de Poás y coordinar con el MINAET, el ICAA y el INVU el suministro de asesoría, estudios y mapas hidrogeológicos y de vulnerabilidad de los mantos acuíferos existentes en el cantón de Poás a fin de trazar, fijar y alinear definitivamente los respectivos perímetros de protección de las áreas de recarga y descarga. En cumplimiento de esa orden, la Junta Directiva del SENARA elaboró los mapas de vulnerabilidad intrínseca a la contaminación para el acuífero de la zona. Señala que con el ánimo de regular el uso del suelo, se aprobó y publicó la "Matriz de criterios de uso de suelo según la vulnerabilidad a la contaminación de acuíferos para la protección del recurso hídrico". Afirma que por medio del acuerdo número 3416, la Junta Directiva del Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento dispuso recomendar a las municipalidades del área de influencia relativo al estudio "Recarga Potencial del Acuífero Colima y Barba, Valle Central, Costa Rica", que elaboraran los mapas de vulnerabilidad hidrogeológica a la contaminación de acuíferos, de modo que la planificación urbana considerase la protección de los recursos hídricos. Asimismo, recomendó a todas las instituciones del país competentes en materia de la administración del recurso hídrico, la aplicación de la matriz de vulnerabilidad. Afirma que así quedó demostrado en la relación de hechos probados de la sentencia constitucional número 2008-02109 de las 15:16 horas del 5 de agosto de 2008. Señala que a solicitud de la Secretaría Técnica Nacional Ambiental y en relación con lo ordenado por la Sala Constitucional en el voto número 2008-018529 de las 8:58 horas del 16 de diciembre de 2008, Carlos Romero Fernández, Jefe de la Dirección de Investigación y Gestión Hídrica del Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento, remitió a la Secretaría Técnica Nacional Ambiental el oficio número DIGH-038-09 del 13 de febrero de 2009, en el que expuso la existencia de los "Mapas de vulnerabilidad intrínseca a la contaminación para el acuífero Huacas-Tamarindo, Santa Cruz, Costa Rica". Según Romero Fernández, la zona que abarca desde Playa Grande hasta la desembocadura del Estero Tamarindo, es de extrema vulnerabilidad a la contaminación, por lo que no se debe permitir ninguna actividad a excepción de la conservación. Indica que la zona establecida por el Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento como de extrema vulnerabilidad, comprende la totalidad del Parque Nacional Marino Las Baulas de Guanacaste y, prácticamente, toda su área de amortiguamiento. Sostiene que los estudios elaborados por el Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento demuestran científicamente que el territorio del Parque Nacional Marino Las Baulas de Guanacaste y, prácticamente, toda su zona de amortiguamiento deben dedicarse a la conservación, no a la construcción de hoteles, casas, apartamentos y condominios. No obstante, el 21 de mayo de 2009, el Presidente de la República y el Ministro de la Presidencia presentaron a la Asamblea Legislativa el proyecto de ley número 17383 denominado "Rectificación de límites del parque nacional marino Las Baulas y creación del Refugio Nacional de Vida Silvestre las Baulas de Propiedad Mixta". Esta propuesta significa un permiso de urbanización para toda la zona que actualmente es parque nacional; así, se evaden las consecuencias de los diferentes fallos de esta Sala que ordenan la consolidación del parque de marras. Alega que mientras la "Matriz de criterios de uso de suelo según la vulnerabilidad a la contaminación de acuíferos para la protección del recurso hídrico" no afectó intereses relacionados con el parque nacional Las Baulas, estuvo siendo aplicada en el ámbito nacional. De esta forma, con base en el referido instrumento técnico, la Dirección de Investigación y Gestión Hídrica del Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento objetó, por años y con justificada razón, diversos proyectos en todo el país. No obstante, ahora que se pretende aplicar el referido instrumento al parque nacional Las Baulas y su zona de amortiguamiento, la Junta Directiva de Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento tomó una decisión inaudita y determinó que esa "matriz" era aplicable únicamente al cantón de Poás. Asegura que con el objeto de impedir la aplicación de los resultados del estudio en mención y de las conclusiones a que llegó la Dirección de Investigación y Gestión Hídrica del Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento sobre el acuífero de Playa Grande, la Junta Directiva de tal servicio adoptó una serie de acuerdos contrarios al derecho de todo ciudadano a un ambiente sano y ecológicamente equilibrado, lo que demuestra injerencia política nociva en materia de recursos naturales, pone en peligro las aguas subterráneas del lugar, favorece que no se adopten medidas oportunas de protección por parte de otras autoridades gubernamentales, y perjudica la conservación de la tortuga Baula y sus sitios de anidación. De este modo, mediante acuerdo número 3751 del 27 de mayo de 2009, la Junta Directiva del Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento dispuso que para hacer efectivo el carácter vinculante y de acatamiento obligatorio de los pronunciamientos del Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento por parte de las instituciones públicas y los particulares, las investigaciones realizadas debían ser oficializadas a través de la Gerencia del Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento. Como resultado de tal acuerdo, la Junta Directiva impidió que la Dirección de Investigación y Gestión Hídrica del Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento comunicara los resultados del estudio "Mapas de vulnerabilidad intrínseca a la contaminación para el acuífero Huacas-Tamarindo, Santa Cruz, Guanacaste, Costa Rica", a las diferentes instituciones relacionadas, especialmente al Ministerio del Ambiente, Energía y Telecomunicaciones y la Municipalidad de Santa Cruz. Con tal restricción se impidió la adopción de medidas oportunas sobre algo que ya está determinado: la condición de extrema vulnerabilidad del parque nacional Las Baulas y su zona de amortiguamiento; y la de vulnerabilidad alta de otra gran extensión del territorio. Arguye que ni la Junta Directiva ni su Gerencia General son órganos técnicos con competencia para validar los estudios científicos; más bien, se trata de órganos político-administrativos sin competencia en esa materia. Subraya que se debe evitar la politización de un hallazgo ambiental de tal envergadura. Añade que en acuerdo de la Junta Directiva del Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento, comunicado por el Gerente General Bernal Soto Zúñiga mediante oficio número GE-453-2009 del 17 de junio de 2009 se le indicó al representante de Simen Mountain Business, Vianney Saborío Hernández, que la Junta Directiva no había emitido ni aprobado ninguna matriz de vulnerabilidad para el acuífero Huacas-Tamarindo y, en adición, con relación al oficio número DIGH-0382009 del 13 de febrero de 2009 –emitido por el Jefe de la Dirección de Investigación y Gestión Hídrica del Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento– la Junta Directiva adujo que contenía información incorrecta en lo atinente a que el mapa de vulnerabilidad del Acuífero Huacas-Tamarindo debía aplicarse en conjunto con la matriz de Criterios de Uso del Suelo, toda vez que la Junta Directiva solo había aprobado una matriz de vulnerabilidad para el Cantón de Poás de Alajuela, no para una para el acuífero Huacas-Tamarindo. Reclama la posición de la Junta Directiva y la Gerencia General consistente en inaplicar la "Matriz de criterio de uso de suelo según la vulnerabilidad a la contaminación de acuíferos para la protección del recurso hídrico" en el acuífero correspondiente al parque nacional Las Baulas, lo que ocasiona un vacío muy peligroso concerniente la protección del agua subterránea; criterio contrario al esgrimido de manera reiterada por la Jefatura de la Dirección de Investigación y Gestión Hídrica de esa institución, órgano con la requerida experiencia técnica como para referirse a estos temas. Acusa que pese a la situación de riesgo en cuanto a la vulnerabilidad extrema del área del parque nacional Las Baulas y su zona de amortiguamiento, el Ministerio del Ambiente, Energía y Telecomunicaciones es omiso en prohibir una conducta reiterada en esa zona, la cual consiste en que los propietarios de lotes constantemente eliminan el sotobosque, lo que perjudica al acuífero. Solicita que se declare con lugar el recurso, con las consecuencias de ley. 2.- Informa bajo juramento Carlos Romero, en su condición de Jefe de la Dirección de Investigación y Gestión Hídrica del Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento (folio 120), que la aplicación de la matriz de vulnerabilidad en Costa Rica se da a partir del recurso de amparo número 03-00468-0007-CO y el voto número 2004-001923 atinente al cantón Poás. A partir de ese momento, el Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento comenzó a aplicar la matriz de vulnerabilidad en todos los casos en que se contaba con mapas de vulnerabilidad a la contaminación, aprobados por dicho Servicio. Si bien la matriz de vulnerabilidad se aprobó mediante acuerdo de Junta Directiva número 3303 para el caso de Poás, su uso se generalizó y así fue comunicado, tanto por la Jefatura del Área de Aguas Subterráneas (ASUB), actualmente Dirección de Investigación y Gestión Hídrica (DIGH), como por la misma Gerencia y Junta Directiva en diversos pronunciamientos a instituciones y particulares, entre ellos a la Sala Constitucional. Con el fin de contar con más claridad, en cuanto a los mapas hidrogeológicos y la matriz de vulnerabilidad, menciona que en cada zona del país, lo que cambia es la geología y la hidrogeología, esto implica que las características hidrogeológicas (acuíferos, manantiales, etc.) son propias de cada zona. Es a partir de los estudios hidrogeológicos que se aplica alguna metodología aprobada a nivel mundial (como es la denominada GODDRASTIC) y se elaboran los mapas de vulnerabilidad, clasificando las zonas en vulnerabilidad a la contaminación de los recursos hídricos en extrema, alta, media, baja y despreciable. Esto indica el nivel de fragilidad en cada zona a la contaminación por actividades productivas y otras. La matriz de vulnerabilidad a la contaminación define los criterios de uso del suelo, con el fin de velar por la protección del agua en función de la actividad que se desarrolla y el grado de vulnerabilidad. La matriz es de uso general y a pesar de que se hizo para Poás, se aplica por igual en todo el país. A continuación presenta un resumen cronológico de los eventos más importantes relacionados con los estudios hidrogeológicos del Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento relativos a la zona del acuífero de Huacas Tamarindo. El 2 de octubre de 2006, por acuerdo número 3303, la Junta Directiva aprobó la matriz de vulnerabilidad para el cantón Poás, que se utiliza en conjunto con los mapas hidrogeológicos, atendiendo a una orden de la Sala Constitucional. El carácter obligatorio de su aplicación fue sostenido por el propio Gerente del Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento en el informe bajo juramento correspondiente al expediente judicial número 07-003403-0007-CO. El 9 de agosto de 2007, en oficio número ASUB 351-07, se solicitó a la Gerencia la publicación de la matriz de vulnerabilidad en los medios oficiales para su aplicación en todo el país. Precisamente, en el acuerdo número 3416, la Junta Directiva del Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento aprobó el “Estudio de recarga potencial de los acuíferos del Valle Central” y dispuso remitir a todas las municipalidades del Valle Central la matriz de vulnerabilidad como parte integral del acuerdo. En enero de 2009, la Dirección de Aguas Subterráneas (ASUB) concluyó el estudio hidrogeológico del acuífero de Huacas Tamarindo, elaborado con la Escuela de Geología de la Universidad de Costa Rica, y de varios acuíferos de Santa Cruz, realizado por el geólogo Hugo Rodríguez, entre los que se encuentra la zona de Baulas, la cual fue clasificada como de extrema vulnerabilidad, por lo que se recomendó un uso de protección. El 12 de enero de 2009, por oficio número ASUB 16-09, a la Gerencia del Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento se le entregaron los mapas de vulnerabilidad a la contaminación de los acuíferos de Huacas Tamarindo y Parrita; en adición, se le explicó que tales mapas se aplicaban en conjunto con la matriz de vulnerabilidad. Precisamente, en febrero de 2009, el Gerente, en su informe rendido bajo juramento correspondiente al expediente judicial número 08-0011467-0007-CO relacionado con un pozo en la zona costera de Santa Cruz, aseguró que la matriz de criterios de uso del suelo según la vulnerabilidad a la contaminación de acuíferos para la protección del recurso hídrico, estaba por aplicarse al año 2006 y que para el año 2009, estaba parcialmente en ejecución, ya que se aplicaba en los proyectos enviados a consulta del Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento. En febrero de 2009, en atención a una consulta de la Secretaría Técnica Nacional Ambiental al Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento, se remitió el oficio número DIGH 38-09, haciendo entrega de los estudios del acuífero de Huacas Tamarindo, que incluye la zona de Baulas, en atención al voto número 2008-018529 del expediente judicial número 07005611-0007-CO. El 19 de febrero de 2009, el presidente de la Junta Directiva del Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento, en su informe rendido bajo juramento en el expediente judicial número 07-013151-0007-CO, volvió a mencionar que la matriz de marras regulaba las condiciones de las diferentes actividades productivas. El 30 de marzo de 2009, en atención al acuerdo de Junta Directiva número 3704, se envió el oficio número DIGH 180-09 a dicho órgano colegiado, en el que se exponen los argumentos técnicos que justifican el uso de la matriz de vulnerabilidad en todo el país. Se indica en uno de los párrafos, lo siguiente: “La matriz de vulnerabilidad que se elaboró para el caso de Poás y que es de aplicación nacional, fue elaborado durante un largo proceso en la Municipalidad de Poás, con la participación de funcionarios de la Municipalidad de Poás, MINAET, AYA, Ministerio de Salud, INVU y SENARA.” El 20 de mayo y 12 de junio de 2009, la Junta Directiva y la Gerencia recibieron los resultados de los estudios hidrogeológicos de los Acuíferos Huacas Tamarindo (incluye Baulas), Santa Cruz y Parrita. En las presentaciones se les indicó a los miembros de la Junta Directiva que la matriz de vulnerabilidad debía aplicarse en conjunto con los mapas de vulnerabilidad. En mayo de 2009, uno de los desarrolladores de los proyectos en la zona de Baulas interpuso recurso de revocatoria con apelación de subsidio y nulidad absoluta contra el oficio número DIGH 38-09. El 2 de junio de 2009, la Junta Directiva, por acuerdo número 3751, prohibió a la Dirección de Investigación y Gestión Hídrica emitir pronunciamientos sin que fueran tramitados por la Gerencia; además, en los puntos 6 y 7 indicó que no se podían emitir criterios regulando el uso del suelo, porque ello era competencia de las municipalidades. Esto trae como consecuencia que el Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento no puede utilizar herramientas como la matriz de vulnerabilidad. En lo atinente a la revocatoria de mayo de 2009, el 8 de junio de 2009, mediante el oficio número DIGH-291-09, se rechazó tal recurso con fundamento en la ejecución de los estudios hidrogeológicos, la elaboración de los mapas de vulnerabilidad y la aplicación de la matriz de vulnerabilidad. Ese mismo día, mediante oficio número DIGH 292-09, se envió a la Gerencia la solicitud de revisión del acuerdo de Junta Directiva número 3751. Se alegó, entre otros puntos, que la Gerencia concentraba funciones que, según el manual de puestos, correspondía a la jefatura de la Dirección de Investigación y Gestión Hídrica, tales como la firma de actos administrativos finales propios del área de competencia, los cuales se fundamentan en el estudio y análisis de las solicitudes y documentos en poder de la DIGH y el diagnóstico de las diversas situaciones que se presentan, la formulación de procedimientos, directrices y lineamientos. También se objetó que al señalarse en el acuerdo 3751 que el Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento carecía de competencia para pronunciarse en forma vinculante sobre solicitudes puntuales de concesión de aprovechamiento de aguas, tarea que le compete al MINAET, ni le correspondía definir aspectos relativos a la planificación urbana, aspecto propio de las municipalidades, o a los servicios de suministro de agua potable o alcantarillado sanitario, competencia del Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados, todo ello afectaba la aplicación de los pronunciamientos referidos a la aplicación de mapas hidrogeológicos, mapas de vulnerabilidad a la contaminación y, especialmente, la aplicación de regulaciones, como la Matriz de vulnerabilidad a la contaminación. El 11 de junio de 2009, en oficio número GE 430-09, la Gerencia le indicó a la Dirección de Investigación y Gestión Hídrica que hasta tanto la Junta Directiva no aprobara los estudios de Parrita y Santa Cruz, no se podía autorizar la presentación de los resultados a ningún ente externo. A setiembre de 2009, la Junta Directiva no había emitido ningún acuerdo para autorizar la publicación y presentación de los resultados de los estudios. El 17 de junio de 2009, en oficio número GE-453-09, la Gerencia respondió el recurso de revocatoria en contra del oficio número DIGH 38-09, sin considerar lo manifestado por la Dirección de Investigación y Gestión Hídrica en el oficio número DIGH 291-09, en el cual prácticamente se anuló dicho oficio y se impidió la aplicación de los mapas de vulnerabilidad y el uso de la matriz de vulnerabilidad. Tampoco solicitó criterio a la oficina legal. El 6 de julio de 2009, por medio de oficio número GE-513-09, la Gerencia notificó una llamada de atención a la jefatura de la Dirección de Investigación y Gestión Hídrica, por hacer uso en los pronunciamientos técnicos de la Matriz de criterios de vulnerabilidad para la protección de los acuíferos en otras zonas del país. Sobre este asunto se menciona que la Junta Directiva no había dado respuesta al oficio número DIGH 292-09 en la cual se solicitaba una revisión del acuerdo de Junta Directiva. En julio de 2009, la Contraloría General de la República entregó el informe número DFOEPGAA-011-2009 de la auditoría realizada en el MINAET, SENARA y AYA, el cual indicó, entre otras cosas, que la Dirección de Investigación y Gestión Hídrica tenía potestad de emitir criterio técnico y publicar los resultados de los estudios sin requerir la aprobación de la gerencia y la Junta Directiva. El 8 de julio de 2009, la jefatura de la Dirección de Investigación y Gestión Hídrica apela la llamada de atención por medio del oficio número DIGH 352-09 y se adjuntan los argumentos que sustentan la aplicación de la matriz. Se añadió, además, un listado de casos en los que el Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento, por medio de la Dirección de Investigación y Gestión Hídrica, la Gerencia y la Junta Directiva, habían emitido criterio aplicando la matriz de vulnerabilidad. El 14 de julio de 2009, la Gerencia, por medio del oficio número GE-557-09, ordenó elaborar una nueva matriz de vulnerabilidad, que fuera general y orientara a las instituciones. Concretamente, dispuso lo siguiente: “Es preciso que esta nueva matriz contenga lineamientos orientadores para todas las instituciones nacionales que tengan ingerencia en el ordenamiento del territorio sin invadir las competencias propias de esas instituciones. Por ejemplo, si una estación de combustibles pretende instalarse en una zona declarada de extrema vulnerabilidad, es responsabilidad del MINAET otorgar o denegar el permiso. Ya el SENARA cumplió con su responsabilidad.” Al respecto, subraya que una matriz de vulnerabilidad que no contenga las recomendaciones o regulaciones para el uso del suelo en función de la vulnerabilidad a la contaminación, no permitirá a las instituciones tomar las medidas necesarias para regular el uso del suelo. El 14 de julio de 2009, la Gerencia, por medio del oficio número GE-557-09, ordenó deshabitar el sitio www.senara-aquasub.com, el cual brindaba acceso a los archivos de pozos, estudios y oficios relacionados con las aguas subterráneas. Desde esa fecha, los usuarios dejaron de contar con un sistema en la red de Internet para la consulta de información de trámites de solicitudes de perforación de pozos y además la consulta de estudios hidrogeológicos, pronunciamientos, mapas hidrogeológicos y otros datos. El 27 de julio de 2009, mediante oficio número DIGH 396-09, se remitió a la Gerencia una propuesta de matriz de vulnerabilidad modificada, haciendo la advertencia que no había sido revisada en forma intensiva por la Dirección de Investigación y Gestión Hídrica ni había sido discutida con otros actores interesados; además, se le recordó a la Gerencia el criterio de la Dirección de Investigación y Gestión Hídrica de que la matriz aprobada para el cantón Poás tenía aplicación nacional y había sido utilizada en diversos pronunciamientos desde el año 2004. Se subrayó que dicha matriz fue construida en un proceso que duró más de 6 meses y en el que participaron entidades como el Ministerio del Ambiente, Energía y Telecomunicaciones, la Secretaría Técnica Nacional Ambiental, municipalidades, el Ministerio de Salud y el Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados, así como la sociedad civil. Pese a ello, el 21 de agosto de 2009, la Gerencia le comunicó a todos los alcaldes del país, que la matriz de marras había sido aprobada solamente para el cantón de Poás y que la Junta Directiva había ordenado elaborar una nueva matriz genérica que permitiera a las municipalidades interpretar los mapas hidrogeológicos y, construir a partir de estos, su propia matriz de uso del suelo, según la vulnerabilidad a la contaminación de los acuíferos. El 3 de setiembre de 2009, en oficio número DIGH 479-09, se respondió a la Secretaría Técnica Nacional Ambiental una consulta relacionada con el proyecto turístico Rancho las Colinas, ubicado en la zona cercana a Baulas. El 21 de setiembre de 2009, mediante oficio número GE 841-09, la Gerencia pidió a la jefatura de la Dirección de Investigación y Gestión Hídrica los criterios técnicos y legales que respaldaban el oficio número DIGH 479-09, lo que fue respondido en el oficio número DIGH 506-09. Entre los criterios, se hizo alusión a la medida cautelar dictada en este asunto. Se mencionó que los estudios hidrogeológicos del Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento únicamente permiten conocer las características de los mantos acuíferos y su condición actual en cuanto a la explotación y riesgos de contaminación. En vista de que es responsabilidad del Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento la protección de los recursos hídricos subterráneos, resultaba indispensable emitir regulaciones al uso del suelo, lo cual se hace por medio de alguna herramienta como la matriz de vulnerabilidad. Los estudios hidrogeológicos, por si solos, son únicamente una fuente de información del estado de un acuífero y no permiten tomar medidas para la protección de los recursos hídricos, ni siquiera por parte de instituciones como las municipalidades. El 10 de setiembre de 2009, la Gerencia, por medio de oficio número GE-826-09, emitió las disposiciones para el procedimiento a seguir en relación con los pronunciamientos técnicos. Así, sin atender las disposiciones de la Contraloría General de la República, indicó que la jefatura de la Dirección de Investigación y Gestión Hídrica no debía aprobar ni dar el visto bueno a los distintos pronunciamientos dirigidos a usuarios externos y que sería la Gerencia la que emitiría observaciones para responder las demandas de terceros. El 21 de setiembre de 2009, en acuerdo número 3805, la Junta Directiva mantuvo la llamada de atención al Jefe de la Dirección de Investigación y Gestión Hídrica, según lo dispuesto en el oficio número GE-513-09 del 6 de junio de 2009. El 23 de setiembre de 2009, la Gerencia, por medio de oficio número GE-850-09, le informó al Geólogo Roberto Ramírez, Jefe de la Unidad de Investigación de la Dirección de Investigación y Gestión Hídrica, lo siguiente: "Conforme órdenes de la Junta Directiva, no es función del SENARA determinar criterios de uso del suelo en función de la vulnerabilidad intrínseca del acuífero. Por esta razón, en adelante nos limitaremos a indicar el grado de vulnerabilidad intrínseca del sistema acuífero que al fin y al cabo es nuestra responsabilidad conforme las funciones asignadas por nuestra ley de creación." El 23 de setiembre de 2009, por acuerdo número 3825, la Junta Directiva consideró que la propuesta de matriz de vulnerabilidad presentada mediante oficio número DIGH 39609, no cumplía lo solicitado. 3.- Informa bajo juramento Bernal Soto Zúñiga, en su condición de Gerente General del Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento (folio 100), que, efectivamente, en el voto número 2004-1923 de las 14:55 horas del 25 de febrero de 2004, el Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento realizó el análisis de las competencias de cada una de las entidades recurridas pues en materia de protección de recursos hídricos, planificación urbana y ordenamiento territorial existe una serie de instituciones con competencias en la materia. Enfatiza que el Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento no puede por sí solo regular el uso, echando de menos las competencias de otras entidades públicas. En el voto antedicho, la Sala Constitucional ordenó al Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento coordinar acciones con Ministerio del Ambiente, Energía y Telecomunicaciones, el Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados y el Instituto Nacional de Vivienda y Urbanismo para suministrarles asesoría, estudios y mapas hidrogeológicos de vulnerabilidad de los mantos acuíferos. Como parte de este proceso de coordinación interinstitucional, se trabajó en la propia Municipalidad de Poás, en sesiones que se prolongaron por varios meses y en las que participaron funcionarios de la Municipalidad de Poás, Ministerio del Ambiente, Energía y Telecomunicaciones, Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados, Ministerio de Salud, Ministerio de Agricultura, Instituto de Vivienda y Urbanismo y Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento. Lo anterior debido a las competencias específicas que cada entidad tiene, y al conocimiento técnico de los especialistas de cada institución. Este proceso participativo interinstitucional, que se dio en la Municipalidad de Poás, permitió que dicho gobierno local pudiera contar con una herramienta para regular el uso del suelo, considerando la protección a los recursos hídricos de ese cantón. Aclara que los mapas de vulnerabilidad del cantón de Poás no fueron elaborados por la Junta Directiva del Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento, sino por los profesionales y técnicos de la institución. Añade que la regulación del uso del suelo, hasta donde ha entendido, es una competencia que legal y constitucionalmente le corresponde a las municipalidades o, en su defecto, al Instituto Nacional de Vivienda y Urbanismo. Para regular el uso del suelo, los gobiernos locales deben considerar una serie de variables, dentro de ellas la protección a los recursos hídricos. Concerniente a esto último, el Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento participa mediante recomendaciones a los gobiernos locales, al Instituto Nacional de Vivienda y Urbanismo, y demás organismos competentes en la materia; tales recomendaciones constituyen insumos para establecer políticas de ordenamiento territorial y planificación urbana acordes con la protección de los recursos hídricos. El Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento no pretende convertirse en la institución pública que pueda, por sí misma y sin consulta alguna a los gobiernos locales, Instituto Nacional de Vivienda y Urbanismo y demás instituciones competentes, establecer planes de regulación del uso de suelo. Como se explicó, en el caso de Poás, la matriz no fue resultado de una acción individual del Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento sino de un proceso participativo de varias instituciones (Municipalidad de Poás, Instituto Nacional de Vivienda y Urbanismo, Ministerio del Ambiente, Energía y Telecomunicaciones, Ministerio de Agricultura y Ganadería, Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento y Ministerio de Salud). De la lectura del acuerdo número 3416, tomado por la Junta Directiva del Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento, se colige que lo que ahí se dispone fue recomendar a las municipalidades ubicadas en el área de influencia del estudio (municipalidades del Valle Central), que incluyeran –en la planificación, desarrollo y crecimiento urbano así como en los planes reguladores de desarrollo urbano– la zonificación y políticas adecuadas para el uso del suelo, acordes con la protección de los recursos hídricos, considerando los criterios de vulnerabilidad a la contaminación de acuíferos. En adición, se recomendó al Instituto Nacional de Vivienda y Urbanismo, la Secretaría Técnica Nacional Ambiental y a las demás entidades que debían valorar o aprobar la construcción de proyectos en zonas del sistema acuífero, y que aplicaran políticas sobre el uso del suelo acordes con la protección de los recursos hídricos y criterios de vulnerabilidad. De igual manera se recomendó a las municipalidades citadas, que procedieran con la elaboración de los mapas de vulnerabilidad hidrogeológica a la contaminación de acuíferos a fin de permitir una planificación urbana que considerase la protección de los recursos hídricos. Finalmente se les señaló a dichas corporaciones municipales que el Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento les remitía la matriz adjunta (la elaborada para el cantón de Poás), que contenía los criterios de vulnerabilidad a la contaminación de acuíferos con el fin de que sirviera de guía y orientación técnica para la elaboración de las políticas sobre el uso del suelo. El Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento siempre ha respetado y entendido que la elaboración de planes de desarrollo urbano y políticas de uso del suelo son competencias de los gobiernos locales o del Instituto Nacional de Vivienda y Urbanismo. En dicho proceso, el Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento participa con recomendaciones técnicas para que dichas instituciones elaboren políticas de uso del suelo acordes con la protección de los recursos hídricos. Subraya que en ningún momento, la Junta Directiva del Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento dispuso que la matriz de vulnerabilidad elaborada para el cantón de Poás fuera extensiva a todas las municipalidades del país. Admite que el Director de Investigación y Gestión Hídrica del Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento remitió a la Secretaría Técnica Nacional Ambiental el oficio número DIGH-038-09, que refiere lo mencionado por el recurrente. Sin embargo, no menos cierto es que mediante oficio número GE-451-2009 de 17 de junio de 2009, la Gerencia General le comunicó a la Secretaria General de la Secretaría Técnica Nacional Ambiental, que las únicas instancias autorizadas para ofrecer criterio oficial en representación del Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento eran la Junta Directiva y la Gerencia General. La utilización de otros canales de comunicación puede inducir a error a terceros, como sucedió con el oficio número DIGH-038-09 de 13 de febrero de 2009, en el que se consignó la siguiente información incorrecta: "El mapa de vulnerabilidad del acuífero Huacas-Tamarindo debe aplicarse en conjunto con la matriz de Criterios de Uso del Suelo según la vulnerabilidad a la contaminación de acuíferos para la protección del recurso hídrico aprobada mediante Acuerdo 3303 de la Junta Directiva del SENARA. Esta matriz define los usos de la tierra y las actividades que se puedan desarrollar en cada una de las zonas de vulnerabilidad identificadas sin causar deterioro al recurso hídrico subterráneo". Además, se le dijo a la Secretaria General de la Secretaría Técnica Nacional Ambiental que la información antedicha estaba equivocada en la medida que lo acordado por la Junta Directiva del Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento en el acuerdo número 3303 se refería única y exclusivamente a la aplicación de la matriz de vulnerabilidad para el cantón de Poás, y que la Junta Directiva no había emitido ni aprobado ninguna otra matriz de vulnerabilidad para el acuífero Huacas-Tamarindo, ni había establecido prohibición absoluta de perforación de pozos en dicho acuífero. Además, se le comunicó que la Junta Directiva había ordenado una revisión integral respecto de la exactitud y oportunidad de la información remitida en el oficio número DIGH-038-09; una vez conocidos los resultados de esa investigación, se le estaría informando lo correspondiente. Adicionalmente, la Gerencia impuso una medida disciplinaria a Carlos Romero Fernández, Jefe de la Dirección de Investigación y Gestión Hídrica, consistente en una llamada de atención por haber incluido en el oficio número DIGH-038-09 información inexacta que inducía a error a terceros. Esta sanción se impuso mediante oficio número GE-513-2009 de 6 de julio de 2009, cuya copia consta en el expediente certificado que se adjunta. Adicionalmente y a fin de evitar confusiones, se envió una nota a todas las municipalidades del país, en la que se aclaró que el Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento, mediante acuerdo número 3303 de su Junta Directiva, había aprobado una matriz con criterios de vulnerabilidad únicamente para su aplicación en el cantón de Poás. Manifiesta que el Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento, a través de un convenio suscrito con la Municipalidad de Santa Cruz, ha efectuado estudios hidrogeológicos del acuífero Huacas-Tamarindo, con el fin de que la Municipalidad tenga los insumos suficientes para establecer regulaciones, dictar y aplicar políticas de ordenamiento territorial, planificación urbana y uso del suelo, acordes con la protección de los recursos hídricos. No pretenden estos estudios que el Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento sustituya a la Municipalidad en el ejercicio de competencias que le son propias en tanto gobierno local; dichos estudios tampoco pretenden la "demostración científica" de qué zonas deben dedicarse exclusivamente a la conservación, no pudiéndose realizar construcción de hoteles, casas, apartamentos y condominios, como afirma el recurrente, pues ellos son aspectos propios del ordenamiento territorial y el uso del suelo que le atañe a la Municipalidad definir en su condición de gobierno local. Precisamente, la información generada es un insumo muy valioso para que la Municipalidad de Santa Cruz promueva y realice una labor participativa interinstitucional para establecer la política de uso del suelo, similar a lo hecho en el cantón de Poás, con la participación del Instituto Nacional de Vivienda y Urbanismo, Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados, Ministerio de Agricultura, Ministerio de Salud, Secretaría Técnica Nacional Ambiental, Ministerio del Ambiente, Energía y Telecomunicaciones, Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento, cámaras y demás interesados de la zona. Es claro que el Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento no puede por sí solo imponer a la Municipalidad de Santa Cruz una matriz de uso del suelo según la vulnerabilidad a la contaminación de acuíferos, formulada para el cantón de Poás y en cuya elaboración no tuvo participación alguna la Municipalidad de Santa Cruz. No se refiere al proyecto de ley número 17383 porque en él no tuvo participación alguna el Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento. Con base en lo expuesto, la matriz de marras tampoco tiene relación alguna con el parque marino Las Baulas. Reconoce que el Director de Investigación y Gestión Hídrica del Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento ha pretendido que esa matriz se aplique a todo el país, lo que no ha sido avalado por las Autoridades Superiores del Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento, primero, por razones de orden legal, pues la regulación del uso del suelo, planes reguladores de desarrollo urbano son competencia de las municipalidades y no puede el Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento arrogarse en forma exclusiva tal competencia, y segundo, porque la Dirección de Investigación y Gestión hídrica ni siquiera ha hecho un planteamiento en ese sentido a las Autoridades Superiores del SENARA en el que justifique técnicamente porqué la matriz de Poás es válida para todos los cantones del país, a pesar que todos tienen características y desarrollos diferentes. Niega que la Gerencia o la Junta Directiva hayan modificado el contenido técnico de los estudios realizados, mucho menos con el objeto de impedir su aplicación. Por el contrario, la Gerencia suscribió un convenio con la Municipalidad de Santa Cruz para realizar dichos estudios y suministrárselos a ese gobierno local a fin de que contara con los insumos necesarios, la orientación y el asesoramiento para diseñar planes reguladores de desarrollo y dictar políticas de uso de suelo acordes con la protección del recurso hídrico. Por otra parte, de la simple lectura del acuerdo número 3751 del 27 de mayo de 2009, se desprende que lo que se ha pretendido es fortalecer el carácter vinculante de los pronunciamientos del Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento en materias propias de su competencia, para cuyo efecto se han definido los canales administrativos oficiales de comunicación. La comunicación de los actos es un asunto meramente administrativo, que no tiene nada que ver con avales o aprobaciones de aspectos de orden técnico. Debido al carácter vinculante de los pronunciamientos del Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento en las materias referidas en el artículo 3 inc. h de la Ley número 6877, resulta indispensable asegurar, como medida administrativa, que los pronunciamientos técnicos se canalicen por vías formalmente definidas. Atinente a la colaboración con la Municipalidad de Santa Cruz, hasta el momento, el proceso seguido ha permitido contar con una zonificación; resta determinar las políticas de uso de suelo, acordes con la naturaleza y características propias de cada una de esas áreas, proceso que debe ser participativo e interinstitucional. Refuta que el Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento pueda imponer unilateralmente a la Municipalidad de Santa Cruz las políticas de uso del suelo definidas para el cantón de Poás. Sostiene que a la Junta Directiva y la Gerencia le atañe velar por la buena marcha de la institución y dictar las políticas institucionales; de ahí que les competa definir los canales de comunicación de los informes, velar porque no se induzca a error a terceros, y cuidar que el contenido de los informes se ajuste a las competencias institucionales; eso es lo que se ha hecho. Acepta que por acuerdo de la Junta Directiva del Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento, comunicado por el Gerente General mediante oficio número GE-453-2009 del 17 de junio de 2009, se respondió al representante de Simen Mountain Business, Vianney Saborío Hernández, que la Junta Directiva no había emitido ni aprobado ninguna matriz de vulnerabilidad para el acuífero Huacas-Tamarindo, y con relación al oficio número DIGH-038-2009 del 13 de febrero de 2009- emitido por el jefe de la Dirección de Investigación y Gestión Hídrica del Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento-, la Junta Directiva adujo que contenía información incorrecta en lo atinente al mapa de vulnerabilidad del acuífero Huacas-Tamarindo, pues decía que debía aplicarse en conjunto con la matriz de Criterios de Uso del Suelo, sin embargo, la Junta Directiva solo había aprobado una matriz de vulnerabilidad para el cantón de Poás de Alajuela, no para el acuífero Huacas-Tamarindo. Reitera que la única matriz de uso del suelo derivada de un proceso participativo entre las instituciones competentes para regular el uso del suelo, es la del cantón Poás, y que por tal motivo, el Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento no tiene facultad alguna para imponer unilateralmente dicha matriz a la Municipalidad de Santa Cruz ni a ninguna otra. En cuanto a la regulación del uso del suelo en el cantón de Santa Cruz, la información hidrogeológica generada a través del convenio entre el Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento y la Municipalidad del cantón puede permitir la generación de un proceso participativo similar al de Poás, que le permita a la Municipalidad dictar políticas y planes de uso del suelo. Es criterio de la Gerencia y la Junta Directiva que la Municipalidad de Santa Cruz ahora debe dirigir acciones en ese sentido, pues es el paso siguiente, pero resulta irrazonable que ese vacío se llene con la aplicación de una herramienta establecida para otro cantón con características muy diferentes. En cuanto a la eliminación del sotobosque en el parque nacional Las Baulas omite referirse porque no incumbe al Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento. Solicita que se desestime el amparo. 4.- Informa bajo juramento Jaime Villalobos Vargas, en su condición de Vicepresidente en ejercicio de la Presidencia del Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento (folio 115), en los mismos términos que el Gerente General de la institución. 5.- Informa bajo juramento Jorge Rodríguez Quirós, en su condición de Ministro de Ambiente, Energía y Telecomunicaciones (folio 131), que el Departamento de Aguas participó activamente conjuntamente con diferentes instituciones, a saber, Ministerio de Agricultura y Ganadería, Ministerio de Salud, Municipalidad de Poás, Instituto Nacional de Vivienda y Urbanismo, Secretaría Técnica Nacional Ambiental, Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillado, y el Servicio Nacional de Aguas Subterráneas, Riego y Avenamiento en la elaboración de la Matriz de criterio de uso del suelo según la vulnerabilidad a la contaminación de acuíferos para la protección del recurso hídrico para el cantón de Poás a raíz del voto número 1923-2004 de la Sala Constitucional. La matriz fue aprobada en el año 2006 en el seno de la Comisión Interinstitucional que se formó para atender lo ordenado por la Sala Constitucional respecto al cantón de Poás. El Departamento de Aguas no ha participado ni ha llevado a cabo ninguna convocatoria a nivel de comisión de los entes involucrados con el recurso hídrico y el uso del suelo, para estudiar, analizar o elaborar una nueva matriz para que sea aplicada en el cantón de Santa Cruz, ya que para realizar dicha matriz del uso del suelo se requiere la participación de una serie de actores, (incluida la Municipalidad de Santa Cruz), tal y como se realizó en el cantón de Poás. Las condiciones hidrogeológicas, geología, zonas de recarga, capacidad hídrica de los acuíferos, tipos de suelos y las condiciones geomorfológicos son diferentes tanto para el cantón de Poás como para el resto del país, por lo que no puede ser factible ni técnica ni legalmente utilizar la misma matriz que se aplica para el cantón de Poás. Para la elaboración de la mencionada matriz se requiere una serie de estudios geológicos, hidrogeológicos, elaboración de mapas de vulnerabilidad, mapas de recarga, inventario de fuentes de agua, inventario de fuentes de contaminación, identificación de acuíferos, tipos de suelo, escenario que apenas se inició el año pasado con los estudios, “Vulnerabilidad a la contaminación del acuífero de Huacas-Tamarindo, Santa Cruz, Guanacaste”, elaborado por la hidrogeóloga Clara Agudelo y el “Diagnóstico de la vulnerabilidad a la contaminación de los acuíferos aluviales y costeros Brasilito, Potrero, Pinilla, Avellanas-Junquillal y Costeros Sur en el cantón de Santa Cruz, Guanacaste”, realizado por el hidrogeólogo Hugo Virgilio Rodríguez, ambos estudios realizados por el Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento en el 2008. El Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento, en el acuerdo número 3416 lo que aprueba es recomendar a diferentes municipalidades del Valle Central tomar en consideración para sus planes de desarrollo y crecimiento urbano los criterios de vulnerabilidad a la contaminación de acuíferos como una guía y orientación técnica, pero no para que se aplique en todo el territorio nacional. Los estudios preliminares antedichos deben ser considerados como insumo para que los diferentes actores, incluida la sociedad civil, elaboren la matriz del uso del suelo y esta sea incorporada por la Municipalidad de Santa Cruz en el plan regulador del cantón. Advierte que la Sala Constitucional, mediante el voto número 18529-2008 del 16 de diciembre de 2008, ordenó a la Secretaría Técnica Nacional Ambiental, entre otros puntos, suspender el trámite de las solicitudes de viabilidad ambiental de las propiedades ubicadas dentro de la zona de amortiguamiento (banda de 500 metros) del parque marino Las Baulas, hasta tanto no estuviere listo el "... estudio integral a realizarse sobre el impacto que las construcciones y el desarrollo turístico y urbanístico en la zona de amortiguamiento del Parque Nacional Marino Las Baulas producirán al ambiente y las medidas necesarias a tomar, en donde se valore si conviene mejor también expropiar las propiedades que se encuentran allí, y se indique expresamente el impacto que el ruido, las luces, el uso de agua para consumo humano, las aguas negras y servidas, la presencia humana y otros produciría sobre todo el ecosistema de la zona, en especial la tortuga Baula." Tal estudio se encuentra en elaboración y su adelanto puede ser consultado en la dirección Web http://www.setena.go.cr/WEB-BAULAS/baulas.htm . En cuanto a la omisión del Ministerio del Ambiente, Energía y Telecomunicaciones en prohibir la eliminación del sotobosque, el Director Técnico del Área de Conservación Tempisque, Mauricio Méndez Venegas, señala que el Área de Conservación Tempisque y en particular la administración del Parque Nacional Marino Las Baulas, ha sido sumamente diligente y constante en la vigilancia y protección de los recursos naturales, tanto dentro del Parque, como en su área de amortiguamiento. Prueba de ello son las 27 denuncias presentadas desde el año 2002, de las que existen informes, valoraciones de daño ambiental, así como otras gestiones según ha requerido cada caso. Presenta el detalle de las acciones de protección y denuncias presentadas por delitos en contra de los recursos naturales en el área terrestre del PNM Las Baulas y su área de amortiguamiento, que ha interpuesto el Área de Conservación Tempisque. Refuta que el Ministerio del Ambiente, Energía y Telecomunicaciones haya permitido por omisión la afectación de los recursos naturales dentro del parque nacional Las Baulas y su zona de amortiguamiento. Aclara que en los últimos meses no ha sido necesario tramitar nuevas denuncias ya que no se han detectado afectaciones al parque; sin embargo, se le está dando seguimiento a las denuncias en trámite y se mantienen los patrullajes de control rutinarios dentro del parque y su zona de amortiguamiento. Solicita que se desestime el amparo. 6.- A folio 137, la accionante se refiere a los informes de la parte recurrida. Considera falso que el Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento no tenga competencia para regular el uso del suelo. Si bien las municipalidades están a cargo de elaborar los planes reguladores de sus respectivos territorios, y el Ministerio del Ambiente, Energía y Telecomunicaciones debe hacerlo en las áreas silvestres protegidas, tales entidades deben partir de premisas técnicas sobre las que no tienen capacidad de disposición. Opina que la Sala Constitucional ha definido que el Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento tiene la facultad de emitir criterios vinculantes en temas de su competencia, a saber el agua subterránea (artículo 3 de la Ley número 6877). De ahí que se pregunte qué sentido tiene ese criterio vinculante si no se emite, si se limita la institución a elaborar mapas hidrogeológicos sin recomendación alguna. Apunta que el geólogo Mario Enrique Arias Salguero, Director del Centro de Investigaciones en Ciencias Geológicas de la Universidad de Costa Rica, en su artículo "Vulnerabilidad Hidrogeológica" indicó lo siguiente: “Lo que justifica la utilización de la citada matriz es que si bien, las condiciones de un acuífero y por ende su vulnerabilidad a la contaminación no son las mismas de un sitio a otro, ya sea en un sistema acuífero, en una cuenca o en una región; las medidas de protección y regulaciones de uso para una misma categoría de vulnerabilidad si son las mismas pues se basan en variables propias del comportamiento hidrogeológico del medio acuífero en un sitio dado. Así, las medidas de protección y/o de regulación de uso como las indicadas en la matriz de vulnerabilidad van en función de la vulnerabilidad de las aguas subterráneas versus una actividad dada (urbanismo, agricultura, ganadería), estas medidas no dependen de la zona o región del país donde se ejecuten, si no de variables netamente del medio físico evaluado es decir vulnerabilidad intrínseca.” Igual criterio tienen los geólogos Julio Elizondo, Ricardo Granados, Rafael Matamoros y Roberto Ramírez, del Área de Investigación de la Dirección de Investigación y Gestión Hídrica de Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento según el oficio número DIGH-527-2009 del 29 de setiembre de 2009. Pide que se señale para vista. 7.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las 11:32 horas del 20 de noviembre de 2009, Luis Diego Marín Schumacher, en su condición de representante de la Asociación Preserve Planet, plantea coadyuvancia activa (folio 165). 8.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las 9:55 horas del 24 de noviembre de 2009, Juan Cristóbal Figuerola Landi, en su condición de Presidente de la Asociación Bosque Nuestros, plantea coadyuvancia activa y replica el informe del Ministro del Ambiente, Energía y Telecomunicaciones (folio 169). 9.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las 13:49 horas del 27 de noviembre de 2009, Edgar Castrillo Durán, en su condición de Presidente de UESPRA, plantea coadyuvancia activa (folio 383). 10.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las 13:22 horas del 3 de diciembre de 2009, José Luis Rodríguez Jiménez, en su condición de abogado de la recurrente (folio 388), solicita que como medida cautelar, se ordene la aplicación de la “Matriz de criterios de uso del suelo según la vulnerabilidad a la contaminación de acuíferos para la protección del recurso hídrico” en el país, toda vez que en la resolución de las 21:32 horas del 14 de setiembre de 2009, ordenó a las autoridades recurridas tomar las medidas necesarias y girar las órdenes pertinentes a fin de preservar de la manera más óptima y célere posible el área del parque Las Baulas, su zona de vulnerabilidad extrema, y el acuífero Huacas-Tamarindo, para cuyo efecto debían ser respetados los criterios expuestos en el oficio número DIGH-038-09 de 13 de febrero de 2009. 11.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las 14:16 horas del 7 de diciembre de 2009, Álvaro Francisco Ugalde Víquez, Quírico Jiménez Madrigal, María Teresa Koberg Gutiérrez y Mario Andrés Boza Loría, por su orden portadores de las cédulas de identidad números 4-090-976, 1-556-870, 1-340-749 y 1-297-932, plantean coadyuvancia activa (folio 396). 12.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las 14:58 horas del 8 de diciembre de 2009, Julio Eduardo Barquero Elizondo, en su condición de Coordinador de la Red Nacional de Conservación de las Tortugas Marinas, plantea coadyuvancia activa (folio 401). 13.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las 14:58 horas del 8 de diciembre de 2009, Randall Michael Arauz Vargas, en su condición de Presidente de PRETOMA, plantea coadyuvancia activa (folio 406). 14.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las 15:47 horas del 11 de diciembre de 2009, Guillermo Eladio Quirós Álvarez y Denise Echeverría Robert, por su orden portadores de las cédulas de identidad números 3-354-194 y 1-904-087, plantean coadyuvancia activa (folio 411). 15.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las 14:58 horas del 18 de diciembre de 2009, Javier Rodríguez Fonseca, en su condición de representante de Fundación Promar, plantea coadyuvancia activa (folio 415). 16.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las 15:18 horas del 4 de enero de 2010, José Luis Rodríguez Jiménez, en su condición de abogado de la recurrente (folio 420), estima que la parte accionada incumplió la medida cautelar dictada en la resolución que cursó el amparo. 17.- En resolución de las 14:37 horas del 26 de febrero de 2010 (folio 446), de conformidad con lo dispuesto por el párrafo cuarto del artículo 41 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional, como medida cautelar se ordenó al Gerente General y a la Junta Directiva del Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento comunicar de inmediato a las municipalidades, que la “Matriz de criterios de uso del suelo según la vulnerabilidad a la contaminación de acuíferos para la protección del recurso hídrico” es de aplicación en todos los cantones o zonas en donde se cuente con mapas de vulnerabilidad aprobados o confeccionados por el Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento, y, en todo caso, debe servir de guía y orientación técnica para la elaboración de las políticas sobre el uso del suelo, hasta tanto la Sala no resuelva en sentencia este amparo, o no disponga otra cosa. 18.- En resolución de las 11:00 horas del 12 de abril de 2010, se ordenó a Bernal Soto Zúñiga, en su condición de Gerente General del Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento, que remitiera a la Sala copias del Reglamento Interno de Organización acordado por la Junta Directiva con el debido cumplimiento del visto bueno previo por parte de la División de Reforma Administrativa, del acuerdo de la Junta Directiva número 3679 de la sesión ordinaria número 552-08 de 17 de diciembre de 2008 y posteriores reformas al mismo, y del manual de puestos del SENARA. 19.- A folio 462, el Gerente General del Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento remitió la documentación supracitada. 20.- A folio 490, la accionante solicitó que la medida cautelar dictada en este asunto sea comunicada a la Secretaría Técnica Nacional Ambiental. 21. A folio 498, el abogado de la recurrente acusó desobediencia a la medida cautelar ordenada en la resolución que dio curso al presente recurso, por inaplicación de la Matriz de criterios de uso del suelo según la vulnerabilidad a la contaminación de acuíferos para la protección del recurso hídrico. 22. Mediante constancia agregada a folio 502, se consultó vía telefónica a la Dirección de Investigación y Gestión Hídrica del Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento, si con posterioridad al año 2009 se ha elaborado algún documento que sustituya la “Matriz de criterios de uso del suelo según la vulnerabilidad a la contaminación de acuíferos para la protección del recurso hídrico”, ante lo cual fue posible constatar con el señor Carlos Romero, Jefe de dicha Dirección, que no se ha aprobado documento alguno de dicha naturaleza. 23.- En los procedimientos seguidos se han observado las prescripciones legales. Redacta el Magistrado Ulate Chacón; y, Considerando: I. II. III. Objeto del recurso. La recurrente alega violación al derecho constitucional a un ambiente sano y equilibrado, toda vez que el Gerente General y la Junta Directiva del Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento dispuso que la “Matriz de criterios de uso de suelo según la vulnerabilidad a la contaminación de acuíferos para la protección del recurso hídrico” solo se debía aplicar en el cantón Poás, lo que amenaza el acuífero Huacas-Tamarindo debido a su extrema vulnerabilidad. Arguye que ni la Junta Directiva ni la Gerencia General del Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento son órganos técnicos con competencia para validar los estudios científicos; más bien, se trata de órganos políticoadministrativos sin competencia en esa materia. Respecto al mismo derecho, alega que el Ministerio del Ambiente, Energía y Telecomunicaciones es omiso en prohibir la sócola en el parque nacional Las Baulas y su zona de amortiguamiento. Por otra parte, reclama una lesión al derecho constitucional al acceso de información pública, regulado en el numeral 30 de la Constitución Política, porque la Junta Directiva del Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento impide el libre acceso a los estudios técnicos de la Dirección de Investigación y Gestión Hídrica de esa dependencia. Sobre las coadyuvancias planteadas. A tenor de lo estatuido en el ordinal 34 párrafo 3° de la Ley de la Jurisdicción Constitucional, se admiten las coadyuvancias activas de Luis Diego Marín Schumacher en su condición de representante de la Asociación Preserve Planet, Juan Cristóbal Figuerola Landi en su condición de Presidente de la Asociación Bosque Nuestros, Edgar Castrillo Durán en su condición de Presidente de UESPRA, Julio Eduardo Barquero Elizondo en su condición de Coordinador de la Red Nacional de Conservación de las Tortugas Marinas, Randall Michael Arauz Vargas en su condición de Presidente de PRETOMA, Javier Rodríguez Fonseca en su condición de representante de Fundación Promar, Álvaro Francisco Ugalde Víquez, Quírico Jiménez Madrigal, María Teresa Koberg Gutiérrez, Mario Andrés Boza Loría, Guillermo Eladio Quirós Álvarez y Denise Echeverría Robert. Hechos probados. De importancia para la decisión de este asunto, se estiman como debidamente demostrados los siguientes hechos, sea porque así han sido acreditados o bien porque el recurrido haya omitido referirse a ellos según lo prevenido en el auto inicial: a. En cumplimiento a lo ordenado en la sentencia número 2004-01923 de las 14:55 horas del 25 de febrero de 2004, funcionarios de la Municipalidad de Poás, Ministerio del Ambiente, Energía y Telecomunicaciones, Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados, Ministerio de Salud, Ministerio de Agricultura y Ganadería, Instituto de Vivienda y Urbanismo, y Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento trabajaron durante más de seis meses en la elaboración de herramientas tendentes a la protección de los recursos hídricos del cantón, entre ellas la "Matriz de criterios de uso de suelo según la vulnerabilidad a la contaminación de acuíferos para la protección del recurso hídrico" (hecho incontrovertido). b. En acuerdo número 3303, de la sesión extraordinaria número 239-06 del 26 de setiembre de 2006, la Junta Directiva del SENARA comunicó a la Municipalidad de Poás, el Ministerio del Ambiente, Energía y c. d. e. f. Telecomunicaciones, el Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados, el Ministerio de Salud, la Secretaría Técnica Nacional Ambiental y el Instituto Nacional de Vivienda y Urbanismo, la elaboración de la "Matriz de criterios de uso de suelo según la vulnerabilidad a la contaminación de acuíferos para la protección del recurso hídrico" para el cantón Poás, la cual debía ser aplicada en conjunto con el mapa de vulnerabilidad a la contaminación. Añadió que los criterios técnicos en tales documentos eran recomendaciones dirigidas a apoyar la toma de decisiones en cada zona según su vulnerabilidad (folio 99 del expediente administrativo remitido por el Director de Investigación y Gestión Hídrica del SENARA). En informe bajo juramento remitido por el Gerente General del SENARA en el expediente judicial número 07-003403-0007-CO, recibido por la Sala Constitucional el 10 de abril de 2007, y relacionado con el manto acuífero de la zona costera de Playas del Coco, Ocotal, Panamá y Hermosa, ese funcionario sostuvo que dicho Servicio era competente, entre otras materias, para realizar estudios hidrogeológicos para la protección y preservación de las aguas subterráneas, y, además, que su Junta Directiva había aprobado la "Matriz de criterios de uso de suelo según la vulnerabilidad a la contaminación de acuíferos para la protección del recurso hídrico", cuya aplicación era obligatoria para regular las actividades en el territorio nacional, haciendo alusión a la zona de Guanacaste Norte (hecho incontrovertido). Por acuerdo número 3401 bis, de la sesión ordinaria número 519-07 de 17 de abril de 2007, la Junta Directiva del Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento dispuso que solo el Gerente General podía atender a los medios de comunicación y cualquier solicitud de información de estos (copia a folio 57 del expediente judicial). Mediante acuerdo número 3416, de la sesión ordinaria número 521-07, del 5 de junio de 2007, la Junta Directiva del SENARA comunicó a varias entidades, entre ellas las municipalidades del área de influencia del Estudio Técnico de la Recarga Potencial del Acuífero Colima y Barva del Valle Central de Costa Rica, el resultado de ese trabajo y les recomendó, entre otros puntos, proceder con la elaboración de mapas de vulnerabilidad hidrológica y usar la “Matriz de Criterios de uso del suelo según la vulnerabilidad a la contaminación de acuíferos para la protección del recurso hídrico” como guía y orientación técnica para la elaboración de políticas sobre el uso de suelo (copia a folio 17 del expediente judicial). En informe bajo juramento remitido por el Gerente General del SENARA en el expediente judicial número 07-007996-0007-CO, recibido por la Sala Constitucional el 29 de junio de 2007, y relacionado con la protección al recurso hídrico en los cantones Moravia y Vázquez de Coronado de San José y Central, Santa Bárbara, Barva, San Pablo, San Isidro y San Rafael de Heredia, ese funcionario sostuvo que el SENARA había comunicado a las municipalidades de la Gran Área Metropolitana y otras ubicadas en zonas en las cuales se realizan estudios, que la “Matriz de Criterios de uso del suelo según la vulnerabilidad a la contaminación de acuíferos para la protección del recurso hídrico” era de aplicación en todos los cantones o zonas en donde se contase con mapas de g. h. i. j. k. vulnerabilidad aprobados o confeccionados por el SENARA (copia a folio 22 del expediente judicial). En oficio número ASUB-97-33, de 9 de agosto de 2007, el Director de Investigación y Gestión Hídrica del SENARA solicitó al Gerente General que la "Matriz de criterios de uso de suelo según la vulnerabilidad a la contaminación de acuíferos para la protección del recurso hídrico" fuera publicada en La Gaceta y que la Junta Directiva aprobara su aplicación en todos los cantones que contasen con mapas de vulnerabilidad aprobados por dicho Servicio (folio 98 del expediente administrativo remitido por el Director de Investigación y Gestión Hídrica del SENARA). En enero de 2009, la Dirección de Investigación y Gestión Hídrica del SENARA, con la colaboración de la Escuela de Geología de la Universidad de Costa Rica, concluyó el mapa de vulnerabilidad a la contaminación intrínseca del acuífero Huacas-Tamarindo para cuyo efecto usó la metodología para evaluación de la contaminación de acuíferos denominada GOD (copia a folio 26 del expediente judicial). De acuerdo con el mapa supracitado, en el acuífero Huacas-Tamarindo existen zonas de vulnerabilidad extrema, alta y media, así como una zona de recarga lateral. La zona de vulnerabilidad extrema corresponde a la parte baja del acuífero en las inmediaciones del estero Tamarindo, caracterizado por acuífero libre no cubierto, sedimentos no consolidados y niveles de agua menores a 5 metros. La zona de vulnerabilidad alta se refiere a un acuífero libre no cubierto a libre cubierto, sedimentos suprayacentes de arenas a suelos areno arcillosos y niveles de agua subterránea entre 5 y 10 metros. La zona de vulnerabilidad media atañe a un acuífero libre cubierto, con material suprayacente de arcillas y limos de poco espesor, y niveles de agua subterránea menores a 5 metros (copias a folios 28 y 34 del expediente judicial). Por oficio número ASUB 16-09 de 12 de enero de 2009, el Director de Investigación y Gestión Hídrica del SENARA remitió al Gerente General de la institución los mapas de vulnerabilidad a la contaminación de los acuíferos de Huacas-Tamarindo y Parrita; en adición, planteó que tales mapas se debían aplicar en conjunto con la matriz de vulnerabilidad (folio 448 del expediente administrativo remitido por el Gerente General del SENARA). En informe bajo juramento remitido por el Gerente General del SENARA en el expediente judicial número 08-11467-0007-CO, recibido por la Sala Constitucional el 9 de febrero de 2009, y relacionado con los pozos MTP-123 y MTP-125 y los acuíferos Potrero, Brasilito y Playa Grande, ese funcionario afirmó que dentro de las acciones propuestas para la protección del recurso hídrico en esa zona estaba contemplada la aplicación de la "Matriz de criterios de uso de suelo según la vulnerabilidad a la contaminación de acuíferos para la protección del recurso hídrico" (hecho incontrovertido). En oficio número SG-DAP-228-2009-SETENA, de 4 de febrero de 2009, la Secretaria General de la Secretaría Técnica Nacional Ambiental solicitó colaboración técnica urgente al Director de Investigación y Gestión Hídrica del SENARA a fin de acatar lo ordenado por la Sala Constitucional en la sentencia número 2008-018529 de las 8:58 horas del l. m. n. o. p. 16 de diciembre de 2008 (folio 73 del expediente administrativo remitido por el Director de Investigación y Gestión Hídrica del SENARA). En oficio número DIGH-038-09, de 13 de febrero de 2009, el Director de Investigación y Gestión Hídrica del SENARA, en respuesta al oficio número SG-DAP-228-2009-SETENA, indicó a la Secretaría Técnica Nacional Ambiental que ya se había elaborado el mapa de vulnerabilidad del acuífero Huacas-Tamarindo, el cual debía aplicarse en conjunto con la "Matriz de criterios de uso de suelo según la vulnerabilidad a la contaminación de acuíferos para la protección del recurso hídrico". Añadió que ese acuífero era de extrema vulnerabilidad por sus condiciones de acuífero libre cubierto por materiales no consolidados y niveles freáticos altos, por lo que según tal matriz no se podía permitir ahí ninguna actividad, a excepción de la conservación y preservación. También se refirió al balance hídrico, respecto del cual, en el año 2003, se había calculado el volumen de recarga en 6.906.384 m3/año y el de extracción en 6.501.024 m3/año, motivo por el que se le habían girado lineamientos a la Municipalidad de Santa Cruz tendentes a la restricción de perforación de pozos y de ejecución de proyectos sobre los acuíferos aluviales (copia a folio 36 del expediente judicial). En informe bajo juramento remitido por Jaime Villalobos Vargas, en su condición de Vicepresidente de la Junta Directiva del SENARA en el expediente judicial número 07- 013151-0007-CO, recibido por la Sala Constitucional el 19 de febrero de 2009, y relacionado con una plantación de piña sobre el manto acuífero que da origen a la naciente que nutre el acueducto de El Cairo y Luisiana en el cantón Siquirres de Limón, ese funcionario avaló el uso de la matriz de marras (folio 71 del expediente administrativo remitido por el Director de Investigación y Gestión Hídrica del SENARA). En acuerdo número 3704 de la sesión ordinaria número 555-09 de 4 de marzo de 2009, la Junta Directiva del SENARA solicitó a la Dirección de Investigación y Gestión Hídrica revisar la metodología usada para elaborar la "Matriz de criterios de uso de suelo según la vulnerabilidad a la contaminación de acuíferos para la protección del recurso hídrico" (folio 62 del expediente administrativo remitido por el Director de Investigación y Gestión Hídrica del SENARA). Mediante oficio número DIGH 180-09 de 30 de marzo de 2009, el Director de Investigación y Gestión Hídrica expuso a la Junta Directiva del SENARA los argumentos técnicos y jurídicos que justificaban el uso de la matriz de vulnerabilidad en todo el país (folio 67 del expediente administrativo remitido por el Director de Investigación y Gestión Hídrica del SENARA). Por acuerdo número 3751 de la sesión ordinaria número 267-09 del 27 de mayo de 2009, la Junta Directiva del SENARA dispuso en cuanto al contenido y oficialidad de los estudios técnicos de la Dirección de Investigación y Gestión Hídrica que, para que fueran vinculantes las investigaciones técnicas sobre acuíferos, debían ser oficializadas a través de la Gerencia; por ser el único órgano al que competía comunicar los resultados de las investigaciones, con excepción de las gestiones de perforación de pozos y la atención de consultas del Archivo Nacional de Pozos y de Información Hidrometeorológica, las cuales podían ser q. r. s. remitidas directamente por el Director de Investigación y Gestión Hídrica. Agregó que no era competencia del SENARA pronunciarse en forma vinculante sobre solicitudes puntuales de concesiones de aprovechamiento de aguas, tarea que le competía ejercer y resolver al Ministerio del Ambiente, Energía y Telecomunicaciones, ni le correspondía definir aspectos relativos a la planificación urbana, propios de los gobiernos municipales, ni a los servicios de suministro de agua potable o alcantarillado sanitario, atinentes al Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados. Aclaró que las simples opiniones verbales de los funcionarios no comprometían el criterio de la institución y así debían advertirlo. En cuanto a la participación de servidores de la Dirección de Investigación y Gestión Hídrica en foros, conferencias, seminarios, entrevistas, charlas y otras actividades similares dispuso, por un lado, que todo funcionario en su condición personal podía participar en tales eventos, pero estaba obligado a advertir que sus opiniones eran personales y no comprometían el criterio del SENARA; y por el otro, que si la participación se daba en su condición de empleado del SENARA -en cumplimiento o en razón de sus funciones- se requería la autorización previa de la Gerencia. Además, ratificó la vigencia del acuerdo número 3401 bis de la sesión ordinaria número 519-07 de 17 de abril de 2007, en el que se había dispuesto que solo el Gerente General podía atender a los medios de comunicación y cualquier solicitud de información de estos (copia a folios 53 a 57 del expediente judicial). El 20 mayo de 2009, el representante de Simen Mountain Business, Vianney Saborío Hernández, uno de los desarrolladores de los proyectos en la zona de Baulas, interpuso recurso de revocatoria con apelación de subsidio y nulidad absoluta contra el oficio número DIGH 38-09 (folios 285 y 404 del expediente administrativo remitido por el Director de Investigación y Gestión Hídrica del SENARA). En oficio número DIGH-291-09, de 8 de junio de 2009, la hidróloga Clara Agudelo, funcionaria de la Dirección de Investigación y Gestión Hídrica, remitió al Gerente General del SENARA los motivos para rechazar el recurso supracitado y explicó porqué motivos la matriz de vulnerabilidad debía aplicarse en todo el país. Si bien las condiciones de un acuífero y, por ende, su vulnerabilidad a la contaminación varían en cada sitio, las medidas de protección y regulaciones de uso para una misma categoría de vulnerabilidad sí son las mismas. Tales medidas se determinan en función del grado de vulnerabilidad con respecto a una actividad dada (urbanismo, agricultura, ganadería), de manera que no dependen de la región en que se ejecuten sino de las variables del medio físico evaluado. Indicó que la matriz ya había sido aplicada en números pronunciamientos del SENARA y en zonas que ya contaban con mapas de vulnerabilidad, como los acuíferos Margen Derecho del Río Virilla en el Valle Central, Potrero Caimital, Parrita, Acuíferos Costeros de Santa Cruz, Río Cañas, lo que ponía de manifiesto que en cada sitio lo que cambiaba era la geología propia del lugar pero que las regulaciones se mantenían (folio 56 del expediente administrativo remitido por el Director de Investigación y Gestión Hídrica del SENARA). Por medio del oficio número DIGH 292-09, de 8 de junio de 2009, el Director de Investigación y Gestión Hídrica planteó una solicitud de t. u. v. w. x. revisión al acuerdo de la Junta Directiva número 3751 y explicó las razones técnicas y jurídicas por las que la matriz de vulnerabilidad se debía aplicar en todo el país. Citó, además, los casos en que la matriz había sido usada, incluso por la Gerencia y la misma Junta Directiva. También alegó que la Gerencia concentraba funciones que, según el manual de puestos, correspondía a la jefatura de la Dirección de Investigación y Gestión Hídrica, tales como la firma de actos administrativos finales propios del área de competencia, que se fundamentan en el estudio y análisis de las solicitudes y documentos en poder de dicha dirección y el diagnóstico de las diversas situaciones que se presentan, la formulación de procedimientos, directrices y lineamientos (folio 452 del expediente administrativo remitido por el Gerente General del SENARA). Mediante oficio número GE 430-09, de 11 de junio de 2009, el Gerente General del SENARA indicó al Director de Investigación y Gestión Hídrica que no autorizaría la presentación de los resultados de los estudios de los acuíferos Parrita y Santa Cruz hasta tanto no los hubiera aprobado (folio 42 del expediente administrativo remitido por el Director de Investigación y Gestión Hídrica del SENARA). En oficio número GE-453-09, de 17 de junio de 2009, la Gerencia General indicó al representante de Simen Mountain Business, Vianney Saborío Hernández, que la Junta Directiva no había emitido ni aprobado ninguna matriz de vulnerabilidad para el acuífero Huacas-Tamarindo y, con relación al oficio número DIGH-038-2009 del 13 de febrero de 2009, que contenía información incorrecta en lo atinente a que el mapa de vulnerabilidad del Acuífero Huacas-Tamarindo debía aplicarse en conjunto con la matriz de Criterios de Uso del Suelo, toda vez que la Junta Directiva solo había aprobado una matriz de vulnerabilidad para el cantón Poás de Alajuela, no para una para el acuífero Huacas-Tamarindo (copia a folio 59 del expediente judicial). Por medio de oficio número GE-513-09, del 6 de julio de 2009, la Gerencia amonestó por escrito al Director de Investigación y Gestión Hídrica por usar el concepto de “zona de restricción” en zonas que no habían sido autorizadas por la Gerencia ni la Junta Directiva. Además, precisó que había estudios de vulnerabilidad a la contaminación, intrusión salina y sobreexplotación en la zona del Valle Central, acuífero Mala Noche en Sámara, acuífero Huacas-Tamarindo, acuíferos Costeros Norte de Santa Cruz y acuífero de Sardinal, amén de la zona de restricción de perforación de pozos en los acuíferos costeros de Carrillo, por orden de la Sala Constitucional (folio 39 del expediente administrativo remitido por el Director de Investigación y Gestión Hídrica del SENARA). Contra la amonestación comunicada en oficio número GE-513-09, del 6 de julio de 2009, el Director de Investigación y Gestión Hídrica interpuso recurso de apelación a través del oficio número DIGH-352-2009, de 8 de julio de 2009. Entre otros puntos, recordó lo manifestado bajo juramento en el amparo número 07-007996-0007-CO (folio 442 del expediente administrativo remitido por el Gerente General del SENARA). Por medio del oficio número GE-557-09, de 14 de julio de 2009, la Gerencia ordenó a la Dirección de Investigación y Gestión Hídrica elaborar una nueva matriz de vulnerabilidad, que fuera general y pudiera y. z. aa. bb. cc. orientar a las instituciones. Concretamente, dispuso lo siguiente: “Es preciso que esta nueva matriz contenga lineamientos orientadores para todas las instituciones nacionales que tengan ingerencia en el ordenamiento del territorio sin invadir las competencias propias de esas instituciones. Por ejemplo, si una estación de combustibles pretende instalarse en una zona declarada de extrema vulnerabilidad, es responsabilidad del MINAET otorgar o denegar el permiso. Ya el SENARA cumplió con su responsabilidad. Esto mismo ocurre para viviendas, condominios, industrias, etc.” (folio 435 del expediente administrativo aportado por el Gerente General del SENARA). En acuerdo número 3825 de la sesión ordinaria número 565-09, de 19 de agosto de 2009, la Junta Directiva del SENARA señaló al Director de Investigación y Gestión Hídrica que la propuesta de matriz de vulnerabilidad incumplía lo solicitado y le confirió quince días hábiles para remitir otra (folio 553 de la copia certificada remitida por la Gerencia General del SENARA). En oficios número GE-711-2009, GE-709-2009, GE-706-2009, y GE780-2009, de 21 de agosto de 2009, el Gerente General del SENARA explicó al Alcalde de Belén, al Alcalde de Santo Domingo, al Alcalde de San Rafael de Heredia, al Alcalde de Alvarado que la "Matriz de criterios de uso de suelo según la vulnerabilidad a la contaminación de acuíferos para la protección del recurso hídrico" había sido elaborada únicamente para el cantón Poás y solo debía utilizarse como guía y orientación técnica en el proceso de formulación de políticas sobre el uso de suelo; además, mencionó que la Junta Directiva de SENARA había ordenado la elaboración de una matriz de criterios de vulnerabilidad de tipo genérico, con base en la cual las demás municipalidades pudieran interpretar los mapas hidrológicos de su territorio y construir su propia matriz de usos de suelo (folios 27, 25, 23, y 550 del expediente administrativo remitido por el Director de Investigación y Gestión Hídrica del SENARA). Por oficio número GE-826-09 del 10 de setiembre de 2009, la Gerencia estableció el procedimiento para atender solicitudes externas de criterios técnicos. En lo que interesa, una vez por semana, el Jefe de la Unidad de Investigación Hídrica y el de la de Gestión Hídrica analizarían en conjunto con la Gerencia las solicitudes. Una vez por semana, tales unidades remitirían los pronunciamientos técnicos correspondientes (folios 10 a 11 del expediente administrativo remitido por el Director de Investigación y Gestión Hídrica del SENARA). En oficio número GE-841-09, de 17 de setiembre de 2009, el Gerente General del SENARA pidió al Director de Investigación y Gestión Hídrica que le remitiera el sustento técnico para emitir regulaciones de uso de suelo, lo que le fue contestado por oficio de 22 de setiembre de 2009 (folios 12 a 16 del expediente administrativo remitido por el Director de Investigación y Gestión Hídrica del SENARA). En oficio número GE-850-09, de 21 de setiembre de 2009, el Gerente General del SENARA no aprobó lo dispuesto por Roberto Ramírez Chavarría, Jefe de la Unidad de Investigación Hídrica de la Dirección de Investigación y Gestión Hídrica, en el oficio número DIGH-493-2009, de 10 de setiembre de 2009, por la asignación de usos de suelo, toda vez que solo se debían indicar los grados de vulnerabilidad intrínseca del sistema dd. ee. ff. gg. hh. ii. acuífero (folio 8 del expediente administrativo remitido por el Director de Investigación y Gestión Hídrica del SENARA). Por acuerdo número 3805, de la sesión ordinaria número 564-09 del 21 de setiembre de 2009, la Junta Directiva del SENARA mantuvo la llamada de atención al Director de Investigación y Gestión Hídrica, por cuanto, en criterio de ese órgano, de manera falsa le había atribuido a la Junta Directiva la aprobación de una matriz de vulnerabilidad para todo el país, cuando en realidad solo lo fue para el cantón Poás. Además, el 3 de junio de 2009 se le había indicado que las zonas con problemas de explotación, intrusión salina o alta vulnerabilidad a la contaminación debían denominarse “zona con características hídricas especiales” y no “zonas de restricción”, pese a lo cual el Director de Investigación y Gestión Hídrica insistió en usar el término “zonas de restricción” para el Valle Central (folio 551 del expediente administrativo remitido por el Gerente General del SENARA). En oficio número CICG-448-2009, de 25 de setiembre de 2009, el Director del Centro de Investigaciones en Ciencias Geológicas de la Universidad de Costa Rica, Mario Arias Salguero, remitió al Gerente General del SENARA el documento “Vulnerabilidad Hidrogeológica”. Entre otros puntos, se sostiene que, ciertamente, las condiciones de un acuífero y, por ende, su vulnerabilidad a la contaminación no son las mismas de un sitio a otro; empero, las medidas de protección y regulaciones de uso para una misma categoría de vulnerabilidad sí son las mismas pues se basan en variables propias del comportamiento hidrogeológico del medio acuífero en un sitio dado (copias a folios 155 a 162 del expediente judicial). Desde el año 2002, el Ministerio del Ambiente, Energía y Telecomunicaciones ha tramitado 27 denuncias por delitos contra los recursos naturales en el área terrestre del parque nacional Las Baulas (informe bajo juramento a folios 133 y 134 del expediente judicial). Además de las denuncias antedichas, el Ministerio del Ambiente, Energía y Telecomunicaciones tramitó una gestión planteada por Juan Figuerola Landi el 28 de octubre de 2008 y presentó una denuncia penal al respecto el 11 del mes siguiente (folios 326 y 343 del expediente judicial). En oficio número DFOE-PGAA-011-2009, de 17 de julio de 2009, la Contraloría General de la República emitió un informe sobre la gestión integral de las aguas subterráneas en las zonas costeras, en el que consignó que el SENARA tenía competencia no exclusiva, pero si prevalente en materia de información hidrológica subterránea, por lo que sus estudios e investigaciones resultaban vinculantes (documento oficial incorporado al expediente judicial número 08-011467-0007-CO). En el Periódico La Nación de 19 de diciembre de 2009, la Junta Directiva del Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento estableció que la “Matriz de uso del suelo según la vulnerabilidad a la contaminación de acuíferos del cantón de Poás de Alajuela”, aprobada por acuerdo número 3303, no era aplicable ni vinculante en los otros cantones del país (folio 424 del expediente judicial). IV. V. Sobre la aplicación del principio precautorio en materia ambiental: El derecho a un ambiente sano y ecológicamente equilibrado otorga una protección especial a la biodiversidad y las aguas subterráneas, razón por la cual y en aplicación del principio precautorio en materia ambiental, las actividades económicas con impacto ambiental deben ser autorizadas cuando exista certeza científica de que ese impacto no implique un riesgo o amenaza de daño permanente e irreversible al ambiente. Es por esta razón que la administración debe realizar siempre la evaluación ambiental necesaria mediante los instrumentos que estime necesarios, evaluación que debe ser compartida públicamente con la población afectada, para que luego de un análisis riguroso y detallado la administración emita de manera fundamentada la viabilidad ambiental correspondiente. La desatención e inobservancia de estos aspectos definidos normativa y jurisprudencialmente, deviene en la vulneración del referido derecho a un ambiente sano, por lo que las actuaciones administrativas así dispuestas resultan igualmente violatorias de este derecho fundamental. (ver, entre otras, sentencias de esta Sala números 5893-95, 5445-99, 2003-6322, 2004-13414, 2004-01923, 2006-7994 y 2010-6922). Sobre el Servicio Nacional de Aguas Subterráneas, Riego y Avenamiento. Esta Sala, en la sentencia número 2004-01923 de las 14:55 horas del 25 de febrero de 2004, y con redacción del Magistrado Jinesta Lobo, expuso que las competencias del SENARA trascienden lo concerniente a los distritos de riego, siendo así que las mismas resultan tener una vocación nacional derivada de sus mismos antecedentes institucionales. Es evidente que por disposición expresa de Ley de Creación del SENARA, ley número 6877, artículo 3 incisos ch y h), el SENARA tiene la competencia de proteger los recursos hídricos del país, razón por la cual sus decisiones en torno a la explotación, mantenimiento y protección, serán definitivas y de acatamiento obligatorio. Esta disposición normativa debe interpretarse y aplicarse de conformidad con lo dispuesto en el artículo veintiuno de la Ley sobre el Uso, Manejo y Conservación de Suelos –a partir del cual se define que el Ministerio de Agricultura y Ganadería (o Departamento de Agricultura en el lenguaje utilizado por la Ley de Aguas) mantiene una competencia secundaria o residual en esta materia-. De tal forma, la integración de las normas de reciente cita informa que para el aprovechamiento de las aguas de dominio público, toda entidad pública –sin distingo- tiene la obligación de obtener del SENARA el permiso correspondiente, al punto que las decisiones que de manera fundamentada adopte el SENARA en cuanto a ello, serán definitivas y de acatamiento obligatorio. Esta definición dista de ser una manifestación retórica de la Sala; por el contrario, la misma deviene de la responsable integración del amplio marco normativo que regula la materia, que, como se dijo, requiere del progresivo avance y reconocimiento propio del ámbito de los derechos humanos, toda vez que el derecho al agua y el derecho a un ambiente sano y ecológicamente equilibrado son derechos humanos fundamentales. La Sala advierte que esta precisión sitúa al SENARA en una posición particularmente relevante en cuanto a la gestión del recurso hídrico nacional, lo cual resulta importante considerando la naturaleza eminentemente técnica de esta dependencia administrativa, posición que debe ser reforzada y ejercida mediante la necesaria y debida VI. VII. coordinación interinstitucional de las diferentes entidades involucradas – ICAA, SETENA, MAG, Municipalidades, entre otras. Sobre el principio de coordinación interadministrativa. Uno de los principios rectores de la organización administrativa lo constituye la coordinación que debe mediar entre todos los entes y órganos públicos al ejercer sus competencias y prestar los servicios que el ordenamiento jurídico les ha asignado. La coordinación, en cuanto asegura la eficiencia y eficacia administrativas, es un principio constitucional virtual o implícito que permea el entero ordenamiento jurídico administrativo y obliga a todos los entes públicos. Esta puede ser interorgánica –entre los diversos órganos que conforman un ente público no sujetos a una relación de jerarquía– o intersubjetiva, esto es, entre los entes públicos, cada uno con personalidad jurídica, presupuesto propio, autonomía y competencias específicas. La autonomía administrativa o de otro grado de cuya titularidad gozan los entes públicos los obliga a coordinar sus acciones, puesto que, no pueden estar sometidos recíprocamente a relaciones de jerarquía por su naturaleza interorgánica. La coordinación administrativa tiene por propósito evitar las duplicidades y omisiones en el ejercicio de las funciones administrativas de cada ente público, esto es, que sean desempeñadas de forma racional y ordenada; y se logra a través del establecimiento de niveles o canales fluidos y permanentes de información entre los entes públicos, todo lo cual se puede lograr a través de reuniones, informes o la creación de instancias formales de coordinación. Sobre la coordinación interinstitucional en materia ambiental. Específicamente en materia de tutela ambiental, la sentencia número 2008004790 subrayó el deber de coordinación entre las instituciones relacionadas con el tema y la imposibilidad de hacer caso omiso a las advertencias sobre el peligro de contaminación que emite una institución facultada por ley para proteger el recurso hídrico: “III.- La coordinación entre las dependencias públicas debe garantizar la protección del ambiente. En diversas oportunidades, la jurisprudencia constitucional ha indicado que la protección del ambiente es una tarea que corresponde a todos por igual, es decir, que existe una obligación para el Estado –como un todo- de tomar las medidas necesarias para proteger el medio, a fin de evitar grados de contaminación, deforestación, extinción de flora y fauna, uso desmedido o inadecuado de los recursos naturales, que pongan el peligro la salud de los administrados. En esta tarea, por institución pública, debe entenderse comprendida tanto la Administración Central –Ministerios, como el Ministerio del Ambiente y Energía y el Ministerio de Salud, que en razón de la materia, tienen una amplia participación y responsabilidad en lo que respecta a la conservación y preservación del ambiente; los cuales actúan, la mayoría de las veces, a través de sus dependencias especializadas en la materia, como por ejemplo, la Dirección General de Vida Silvestre, la Dirección Forestal, y la Secretaría Técnica Nacional Ambiental (SETENA); así como también las instituciones descentralizadas, caso del Instituto Nacional de Vivienda y Urbanismo, el Servicio Nacional de Aguas Subterráneas, Riego y Avenamiento, el Instituto Costarricense de Turismo o el Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados; tarea en la que, por supuesto, tienen gran responsabilidad las municipalidades, en lo que respecta a su jurisdicción territorial. Es por ello, que podría pensarse que esta múltiple responsabilidad provocaría un caos en la gestión administrativa, lo cual no es cierto, por cuanto a fin de evitar la coexistencia simultánea de esferas de poder de diferente origen y esencia, la duplicación de los esfuerzos nacionales y locales, así como la confusión de derechos y obligaciones entre las diversas partes involucradas, es que se hace necesario establecer una serie de relaciones de coordinación entre las diversas dependencias del Poder Ejecutivo y las instituciones descentralizadas, y entre éstas con las municipalidades, a fin de poder llevar a cabo las funciones que les han sido encomendadas. Esta Sala con anterioridad –y en forma bastante clarase refirió al principio de coordinación de las dependencias públicas con las municipalidades en la realización de fines comunes -lo cual, obviamente se debe hacer extensivo a la relación que en esta importante función realizan las instituciones de la Administración Central y las descentralizadas-, para lo cual se remite a lo indicado en aquella ocasión (sentencia número 5445-99, de las catorce horas treinta minutos del catorce de julio de mil novecientos noventa y nueve): "De manera que la coordinación es la ordenación de las relaciones entre estas diversas actividades independientes, que se hace cargo de esa concurrencia en un mismo objeto o entidad, para hacerla útil a un plan público global, sin suprimir la independencia recíproca de los sujetos agentes. Como no hay una relación de jerarquía de las instituciones descentralizadas, ni del Estado mismo en relación con las municipalidades, no es posible la imposición a éstas de determinadas conductas, con lo cual surge el imprescindible «concierto» interinstitucional, en sentido estricto, en cuanto los centros autónomos e independientes de acción se ponen de acuerdo sobre ese esquema preventivo y global, en el que cada uno cumple un papel con vista en una misión confiada a los otros. Así, las relaciones de las municipalidades con los otros entes públicos, sólo pueden llevarse a cabo en un plano de igualdad, que den como resultado formas pactadas de coordinación, con exclusión de cualquier forma imperativa en detrimento de su autonomía, que permita sujetar a los entes corporativos a un esquema de coordinación sin su voluntad o contra ella; pero que sí admite la necesaria subordinación de estos entes al Estado y en interés de éste (a través de la «tutela administrativa» del Estado, y específicamente, en la función de control la legalidad que a éste compete, con potestades de vigilancia general sobre todo el sector).” Por otro lado, las omisiones al deber de protección del ambiente y de cumplimiento de la normativa ambiental son de relevancia constitucional, por cuanto a consecuencia de la inercia de la Administración en esta materia, se puede producir un daño al ambiente y a los recursos naturales, a veces, de similares o mayores consecuencias, que de las derivadas de las actuaciones de la Administración; como lo es la autorización de planes reguladores, o construcciones sin la aprobación del estudio de impacto ambiental por parte Secretaría Técnica Nacional Ambiental, o la falta de control y fiscalización en la ejecución de los planes de manejo de las áreas protegidas por parte de la Dirección General de Vida Silvestre del Ministerio del Ambiente y Energía, o el permitir el funcionamiento de empresas sin los permisos de salud en lo que respecta al tratamiento de aguas negras o residuales (Acueductos y Alcantarillados y Ministerio de Salud), o no verificar los controles sónicos en bares, karaokes y discoteques (municipalidades y Ministerio de Salud), entre otros (ver al respecto sentencia número 2006-005159 de las trece horas cuatro minutos del siete de abril del dos mil seis).” En otras palabras, interesan la cooperación técnica que puedan brindarse los distintos entes, los elementos técnicos que éstos puedan aportar y el respeto a las competencias de cada uno; a fin de garantizar sin lugar a dudas que la incidencia de los proyectos que se evalúen no sea negativa, y así garantizar la gestión sostenible de los recursos hídricos y el pleno derecho a un ambiente sano y ecológicamente equilibrado, tal como lo consagra la norma constitucional. Así, el principio precautorio -que pretende evitar o suspender cualquier actividad que pueda incidir negativamente en dicha gestión- obliga a la Administración, en primer lugar, a emplazar a los afectados e interesados, y a las instituciones que puedan verse involucradas. Ello para que puedan hacer las alegaciones correspondientes y presentar los criterios técnicos correspondientes, y asegurar una efectiva participación de los órganos competentes en la materia en aras de proteger y preservar el ambiente y el recurso hídrico. Y obliga, en segundo lugar, a tomar en consideración las advertencias que haga una institución facultada por ley para proteger el recurso hídrico sobre el peligro de contaminación. VIII. Sobre la relevancia constitucional y el régimen de protección a las aguas subterráneas. Conforme quedó consignado en la sentencia número 200401923, la protección a los mantos acuíferos o aguas subterráneas es fundamental para la preservación de la vida y de un ambiente sano y ecológicamente equilibrado. Se trata de un componente esencial del ciclo hidrológico y la principal fuente de abastecimiento público en la región centroamericana, que en el caso de Costa Rica suministra el 70% del agua diaria consumida, lo que no es de extrañar dado el alto índice de contaminación de la mayoría de aguas superficiales (hecho público y notorio). De ahí que resulte fácil colegir su relevancia como derecho fundamental, cuyo parámetro de control de constitucionalidad se sustenta en normas positivas del derecho constitucional y supraconstitucional, así como en principios generales de Derecho. Entre otros, conviene citar el principio de preservación de los recursos naturales en beneficio de las generaciones presentes y futuras (principio 2 de la Declaración de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente Humano), derechos a la vida y la salud (numeral 21 de la Constitución Política), derecho a un ambiente sano y ecológicamente equilibrado (artículos 50 de la Constitución Política y 11 del Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos en Materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales). Por lo demás, en la citada sentencia, y haciendo alusión a los ordinales 50 de la Ley Orgánica del Ambiente ("El agua es de dominio público, su conservación y uso sostenible son de interés social") y 4 del Código de Minería ("…las fuentes y aguas minerales y las aguas subterráneas y superficiales se reservan para el Estado"), se estableció expresamente el carácter de dominio público del agua, lo que evidentemente incluye todas las aguas subterráneas del país. Tal criterio vino a ser acentuado en las sentencias números 2005-16513 de las 20:04 horas del 29 de noviembre del 2005 y 2011-001034 de las 9:10 horas del 28 de enero de 2011, donde se reiteró que el régimen patrio de los bienes de dominio público, como el agua, los coloca fuera del comercio de los hombres y, por ello, los permisos para su explotación son siempre precarios y unilateralmente revocables por parte de la Administración cuando se justifique por razones IX. de necesidad o interés general. Adicionalmente se indicó que, tratándose de la protección de los recursos naturales, el Estado tiene plena obligación de imponer limitaciones a la propiedad privada y regular las condiciones para el uso y protección de los bienes de dominio público, incluida por supuesto el agua, por lo que el ejercicio de ese deber estatal resulta absolutamente compatible con el derecho a la propiedad privada, estatuido en el numeral 45 de la Constitución Política. Esta obligación de salvaguardia de la aguas subterráneas irradia a lo largo de todo el territorio nacional, toda vez que la contaminación pone en peligro no solo a los mantos más vulnerables, los acuíferos superficiales separados de la superficie por una capa de suelo delgada y permeable; sino también a los volcánicos o figurados, cuyas áreas de recarga pueden verse amenazadas por actividades antrópicas como la deforestación, urbanización descontrolada y actividades agropecuarias intensivas y extensivas que conllevan el uso de plaguicidas y agroquímicos. En la sentencia número 2004-01923, asimismo, se destacan especiales características de la contaminación de aguas subterráneas, que ponen de manifiesto su particular vulnerabilidad: 1) La contaminación puede pasar inadvertida por mucho tiempo dado que las aguas están en el subsuelo. 2) La regeneración del agua una vez contaminada es muy lenta o bien tiene un costo tan alto que convierte a la contaminación en algo irreversible. 3) Existe un déficit de recursos técnicos y humanos para monitorear la calidad del agua subterránea y determinar la dimensión exacta de una eventual contaminación. Tales factores, a su vez, influyen en el tipo de protección requerida por los mantos acuíferos, que ineludiblemente debe ser preventiva, pues cuando el daño (la contaminación) se detecta, con frecuencia es ya demasiado tarde para una reversión de la situación. Entre tales medidas, señala la Sala en la sentencia de cita, están la prohibición de ciertas actividades humanas en determinadas zonas y la imposición de medidas de seguridad a actividades potencialmente contaminantes. También, con carácter enumerativo, se puntualizan como medidas de protección el establecimiento de perímetros de protección de los mantos acuíferos, la declaración de acuífero sobreexplotado, la declaración de acuífero en proceso de intrusión salina y el estado de necesidad y crisis hídrica. Sobre la aplicación de la “Matriz de criterios de uso de suelo según la vulnerabilidad a la contaminación de acuíferos para la protección del recurso hídrico.” Ahora bien, para los efectos del presente recurso de amparo, conviene resaltar la primera de las medidas descritas en el considerando previo. Consiste, en primer lugar, en proyectar y trazar sobre la superficie una demarcación bajo la que se asienta un acuífero o parte de este; y en segundo lugar, se establece un régimen específico de utilización del dominio hidráulico –ordenación y restricción de las concesiones de agua preexistentes, impedimento de otorgar nuevas- y de control de las actividades e instalaciones que puedan afectarlo –a través de autorizaciones– (v. gr. minas, canteras; actividades urbanas que incluyan tanques sépticos, cementerios, rellenos sanitarios –almacenamiento, transporte y tratamiento de residuos sólidos y líquidos-; actividades agrícolas y ganaderas con depósito y distribución de fertilizantes y plaguicidas, riego con aguas residuales y granjas; actividades industriales con almacenamiento, transporte y tratamiento de hidrocarburos líquidos o gaseosos, productos químicos, farmacéuticos y radiactivos, industrias alimentarias y mataderos, etc.). En resumen, la Sala hace referencia a la emisión de documentos tales como mapas hidrogeológicos –en los que se traza o demarca la superficie bajo la que se asienta un acuífero– y matrices de uso de suelo según la vulnerabilidad de los mantos acuíferos a la contaminación –que fijan un régimen específico de utilización o afectación del suelo en relación con las aguas subterráneas–, cuyos perímetros de protección son de acatamiento obligatorio y deben verse reflejados en los planes reguladores sobre uso de suelos y ordenación del territorio (v. gr. reglamento de zonificación o de construcciones) por parte de las corporaciones municipales o del Instituto Nacional de Vivienda y Urbanismo, dada su competencia residual en materia de planificación urbana en ausencia de planes reguladores locales. Al respecto, la sentencia número 2004-01923 dispone de manera literal: “La definición de perímetros debe conjugarse con la cartografía de vulnerabilidad o susceptibilidad natural de los mantos acuíferos de abastecimiento a las cargas de contaminación antrópica, en función de sus características hidrogeológicas y geoquímicas, ante problemas de contaminación antropogénica, lo que se logra mediante el levantado de mapas. Sendas medidas, perímetros de protección y la cartografía de vulnerabilidad son idóneas para poder reubicar a tiempo un determinado tipo de actividad, la fuente de abastecimiento o, en último término, introducir métodos e instrumentos técnicos para el tratamiento y disposición de los agentes contaminantes. Las medidas a tomar a partir de los perímetros y cartografía de vulnerabilidad varían según se trate de una (a) área sin ocupación territorial, siendo útil para definir las actividades que en el futuro puedan instalarse o no; (b) áreas ya ocupadas, en cuyo caso se efectúa un mapeo de la vulnerabilidad natural y de las áreas con mayor susceptibilidad a la contaminación, pudiéndose, ante la amenaza de un índice elevado de contaminación, reubicar las actividades, las fuentes de abastecimiento e introducir tecnología para el tratamiento y disposición de contaminantes; (c) áreas ya contaminadas, para lo cual se podrán buscar fuentes alternas, evitar la propagación de las plumas de contaminación y, de ser posible, por su elevado costo, tratar las aguas del acuífero después de su extracción; (d) áreas para nuevas captaciones, supuesto en el cual se deben inventariar las actividades potencialmente contaminantes y el área de impacto de cada una de éstas.” Así las cosas, existe una diferencia sustancial entre un mapa hidrogeológico de aguas subterráneas y una matriz de criterios de uso de suelo según la vulnerabilidad a la contaminación de acuíferos. El mapa hidrogeológico contiene, fundamentalmente, información geológica e hidrológica y está referido al campo científico de la cartografía hidrogeológica. Esta área científica se ocupa tanto de los fenómenos que suceden sobre la superficie del suelo, como de los que ocurren en el subsuelo. En el caso de los mantos acuíferos, los mapas hidrogeológicos recogen datos relevantes como la profundidad de los niveles de agua, los espesores saturados o de materiales impermeables, la zonificación vertical de los acuíferos, etc. Entre otras características, la cartografía hidrogeológica es muy dinámica dado que si bien existen fenómenos con alto grado de permanencia (obras hidráulicas, puntos de agua), también se dan fenómenos que varían con el tiempo, como la profundidad del nivel de agua o algunos datos de hidroquímica, amén del condicionamiento espacial pues el objeto de la cartografía son zonas o superficies concretas que evidentemente difieren unas de otras según el punto geográfico por cartografiar. La variable tiempo introduce complejidad adicional a la representación cartográfica y acarrea una falta de actualización del mapa si se produce un retraso en su publicación; asimismo, según los objetivos que se persiguen, los mapas hidrogeológicos pueden ser generales o tender a objetivos específicos, como los mapas de vulnerabilidad a la contaminación de aguas subterráneas. Por el contrario, la matriz de criterios de uso de suelo según la vulnerabilidad a la contaminación de acuíferos, si bien no es permanente y puede cambiar por diversos factores –como la evolución del conocimiento científico y el desarrollo de nuevas tecnologías más amigables con el ambiente–, es mucho más estable y no está supeditada a ese alto índice de mutabilidad espacial y temporal propio del fenómeno hidrogeológico. Por tal razón, en concordancia con el criterio técnico del Director del Centro de Investigaciones en Ciencias Geológicas de la Universidad de Costa Rica, esta Sala advierte que las medidas de protección y regulaciones de uso de suelo contenidas en una matriz de este tipo perfectamente son de aplicación general en todo el territorio nacional, toda vez que lo cambiante son las características hidrogeológicas de cada zona pero no la especificación de medidas de protección y regulaciones de uso de suelo en función de dichas características hidrogeológicas para una misma categoría de vulnerabilidad de un manto acuífero. Es decir, las características hidrogeológicas e hidroquímicas de un acuífero y, por ende, su vulnerabilidad a la contaminación varían de un sitio a otro; empero, las medidas de protección y regulaciones de uso de suelo para una misma categoría de vulnerabilidad son siempre las mismas, pues se basan en las variables propias del comportamiento hidrogeológico de un acuífero en el medio físico evaluado. Así, la prohibición de usar agroquímicos de alta toxicidad (factor de una matriz de vulnerabilidad del uso del suelo según la vulnerabilidad del manto acuífero a la contaminación) será de inexorable aplicación en zonas acuíferas de alta vulnerabilidad (factor de un mapa hidrogeológico), sin importar en dónde estén ubicadas tales zonas; ergo, en el sub examine, una indicación de determinada medida de uso de suelo en una matriz de vulnerabilidad a la contaminación es una variable constante, mientras que las condiciones hidrogeológicas e hidroquímicas del manto acuífero en cada región concreta constituyen variables dependientes. Este criterio también halla sustento en los principios precautorio o de indubio pro natura, debidamente explicados en la sentencia transcrita en el considerando anterior. En concordancia con lo anterior, la obligación del Estado de tomar cualesquiera medidas eficaces en función del costo para impedir la degradación de los mantos acuíferos, emerge como imperativo jurídico esencial aunque sobre tales medidas no exista absoluta certeza científica, pues el presupuesto de dicha obligación consiste en la mera existencia de un peligro de daño grave o irreversible a los mantos acuíferos. Señala la sentencia número 2004-01923, que “para el caso de las aguas subterráneas contenidas en los mantos acuíferos y áreas de carga y descarga, el principio precautorio o de indubio pro natura, supone que cuando no existan estudios o informes efectuados conforme a las regla unívocas y de aplicación exacta de la ciencia y de la técnica que permitan arribar a un estado de certeza absoluta acerca de la inocuidad de la actividad que se pretende desarrollar sobre el medio ambiente o éstos sean contradictorios entre sí, los entes y órganos de la administración central y descentralizada deben abstenerse de autorizar, aprobar o permitir toda solicitud nueva o de modificación, suspender las que estén en curso hasta que se despeje el estado dubitativo y, paralelamente, adoptar todas las medidas tendientes a su protección y preservación con el objeto de garantizar el derecho a un ambiente sano y ecológicamente equilibrado.” X. Sobre la aplicación de la matriz en el caso concreto. De lo expuesto se concluye que precisamente una de esas medidas fundamentales es la matriz de criterios de uso de suelo según la vulnerabilidad a la contaminación de acuíferos para la protección del recurso hídrico elaborada por el SENARA en conjunto con otras entidades. Tal matriz, si bien elaborada para ser aplicada con el mapa de vulnerabilidad del cantón de Poás, puede y debe ser utilizada, sin lugar a dudas, en todos los cantones o zonas en donde ya se cuente con mapas de vulnerabilidad aprobados o confeccionados por el SENARA, toda vez que lo que cambia es el mapa hidrogeológico de cada región en sí, más no la matriz de uso de suelo una vez elaborado dicho mapa. Por lo demás, aun cuando la evolución del conocimiento científico y el desarrollo de nuevas tecnologías más amigables con el ambiente podrían obligar la actualización de una matriz, no menos cierto es que ello no ocurre tan rápido y, además, los avances deben estar avalados por el criterio mayoritario de la comunidad científica en un momento histórico dado. Igualmente, a pesar de que en un cantón no existan mapas hidrogeológicos ni de vulnerabilidad de mantos acuíferos elaborados por el SENARA, los criterios de uso de suelo de la mencionada matriz siempre resultan útiles como pautas, toda vez que la elaboración de políticas sobre el uso de suelo debe contemplar la ineludible obligación de velar por la preservación de los mantos acuíferos, sobre todo cuando se tiene conocimiento, sin necesidad de un mapa hidrogeológico, de la existencia de algún tipo de acuífero, v. gr. los superficiales que pueden ser fácilmente detectados a través de algún estudio elaborado por otra entidad o merced a un determinado evento (una excavación). Asimismo, adviertan las autoridades recurridas que si bien existe la posibilidad de cierto grado de variación en una matriz de criterios de uso de suelo según la vulnerabilidad a la contaminación de mantos acuíferos debido a algunos factores dinámicos (como la evolución del conocimiento científico y el desarrollo de nuevas tecnologías más amigables con el ambiente), no menos cierto es que un cambio a la matriz ya confeccionada solo se puede dar utilizando la misma metodología utilizada para su elaboración. En el sub examine, la Matriz de criterios de uso del suelo según la vulnerabilidad a la contaminación de acuíferos para la protección del recurso hídrico para el cantón Poás resultó de la labor conjunta de dicha entidad así como de técnicos del SENARA, Ministerio del Ambiente, Energía y Telecomunicaciones, el Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados, el Ministerio de Salud, el Ministerio de Agricultura y Ganadería, y el Instituto de Vivienda y Urbanismo; es decir, en aplicación plena del mandato constitucional de cooperación interinstitucional ya expuesto. Por consiguiente, toda modificación a tal matriz, incluso para adecuar su aplicación en otro cantón, requiere de un nuevo estudio conjunto entre tales entidades y la corporación municipal del caso; mientras eso no se dé, se tiene que aplicar la matriz de uso del suelo según la vulnerabilidad a la contaminación de acuíferos diseñada con motivo de la protección del recurso hídrico en el cantón Poás. Es decir, no es constitucionalmente admisible la inaplicación de una” matriz de de criterios de uso del suelo según la vulnerabilidad a la contaminación de acuíferos” por decisión unilateral ni de la Junta Directiva del Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento ni de las Autoridades Superiores de las entidades supracitadas, toda vez que se irrespeta la mecánica utilizada para la elaboración de dicho XI. instrumento técnico (caracterizada por el proceso participativo de varias instituciones) y se vulnera el principio constitucional indubio pro natura así como los derechos constitucionales a la vida, salud y un ambiente sano y ecológicamente equilibrado; menos aún cuando no se cuente con un instrumento superior que autorice esa desaplicación, pues el perjuicio que la ausencia del instrumento técnico puede causar sería irreversible. En virtud de lo expuesto, este apartado del amparo es procedente. Así, hasta tanto no se elabore (usando la metodología mencionada y con base en el trabajo conjunto de las entidades mencionadas) otra matriz de criterios de uso de suelo según la vulnerabilidad a la contaminación de mantos acuíferos –sea para otro cantón, sea para todo el territorio nacional-, se debe seguir aplicando la correspondiente al cantón de Poás, como las Autoridades Superiores del SENARA han avalado, expresa o implícitamente, en otras zonas del país, tal y como se desprende del elenco de hechos probados. Sobre la divergencia de criterios entre la Dirección de Investigación y Gestión Hídrica, y la Junta Directiva del Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento. En el caso concreto, existe una significativa divergencia de criterios entre los funcionarios del SENARA, pues la Dirección de Investigación y Gestión Hídrica considera que la matriz de criterios de uso de suelo según la vulnerabilidad a la contaminación de mantos acuíferos, aprobada en cumplimiento al voto número 2004-001923 y relativa al cantón de Poás, debe ser de aplicación general en todos los casos en que se cuente con mapas de vulnerabilidad a la contaminación, aprobados por dicho Servicio; y que ni la Junta Directiva ni la Gerencia General del Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento son órganos técnicos con competencia para validar los estudios científicos del Dirección de Investigación y Gestión Hídrica. De otro lado, la Junta Directiva y la Gerencia General del Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento consideran que la matriz de vulnerabilidad para el cantón de Poás no debe ser extensiva a otras municipalidades y que esa dependencia no puede conminar determinados usos de suelo pues eso es potestad de las corporaciones municipales; y que para que los estudios de la Dirección de Investigación y Gestión Hídrica sean vinculantes, deben ser oficializados a través de la Gerencia; por lo que ordenó a la Dirección de Investigación y Gestión Hídrica elaborar una nueva matriz de vulnerabilidad de aplicación general. Al respecto, conviene advertir que, ciertamente, según el artículo 303 de la Ley General de Administración Pública, los dictámenes de órganos técnicos son facultativos y no vinculantes; y según el numeral 83 de la Ley General de Administración Pública, todo órgano distinto del jerarca estará plenamente subordinado a este y al superior jerárquico inmediato, salvo desconcentración operada por ley o reglamento. Ahora bien, pese a dicha subordinación, el superior jerarca, en este caso la Junta Directiva del SENARA, no puede dictar actos contrarios a reglas unívocas de la ciencia o de la técnica, o a principios elementales de justicia, lógica o conveniencia (artículo 16.1 de la Ley General de Administración Pública), y su discrecionalidad está sometida a los límites que le impone el ordenamiento expresa o implícitamente, para lograr que su ejercicio sea eficiente y razonable (artículo 15.1 de la Ley General de Administración Pública), lo que evidentemente incluye los deberes de interpretar la norma administrativa en la forma que mejor garantice la realización del fin público que persigue (artículo 10 de la Ley General de Administración Pública) y desarrollar su actividad conforme a los principios fundamentales del servicio público, entre ellos, los de eficiencia y adaptación a la necesidad social que satisfacen (artículo 4 de la Ley General de Administración Pública). De otro lado, el numeral 15.2 determina que el Juez ejercerá contralor de legalidad sobre los aspectos reglados del acto discrecional y sobre la observancia de sus límites, mientras que el ordinal 16.3 estatuye que el Juez podrá controlar la conformidad los fundamentos técnicos, lógicos, de conveniencia y de justicia de los elementos discrecionales del acto, como si ejerciera contralor de legalidad. Con base en dicha normativa queda claro que, en principio, la mera controversia respecto de las competencias y los criterios existente entre la Junta Directiva, la Gerencia y la Dirección de Investigación y Gestión Hídrica del SENARA deberá ser planteada en la vía administrativa de acuerdo con el procedimiento establecido en los numerales 81 y 82 de la Ley General de Administración Pública o, eventualmente, ante la jurisdicción contencioso administrativa, toda vez que se trata de una cuestión de mera legalidad. Sin embargo, debido a que de dicho conflicto surge una lesión a derechos y principios constitucionales, emerge la obligación de la Sala Constitucional de intervenir inmediatamente, imponiendo límites al ejercicio de la discrecionalidad por parte de la Autoridad Superior, en este caso la Junta Directiva y Gerencia del Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento. En virtud de lo expuesto, sin detrimento de las jerarquías propias del órgano, la inaplicación -sin fundamentación técnicadel criterio técnico emitido en la matriz de criterios de uso de suelo según la vulnerabilidad a la contaminación de mantos acuíferos elaborado para el cantón de Poás, por su incidencia perjudicial en el principio indubio pro natura y los derechos a la vida y a un ambiente sano y ecológicamente equilibrado, viene a significar una evidente vulneración al orden constitucional. Preocupa a esta Sala, el criterio de la Gerencia, vertido en el oficio número GE-557-09, de 14 de julio de 2009, puesto que argüir que no es responsabilidad del SENARA otorgar o denegar permisos de uso de suelo, sino que ello compete a la entidad autorizante; resulta contrario al principio constitucional de tutela del ambiente y a lo estipulado en los artículos 3 inciso h) de la ley de Creación del SENARA (número 6877 del 18 de julio de 1983), que obliga a la entidad a vigilar el cumplimiento de las disposiciones legales en las materias de su incumbencia, y 4 inciso f) de ese mismo cuerpo normativo, según el cual al SENARA le corresponde -entre otras actividadesla construcción y mantenimiento de las obras necesarias para la conservación y renovación de los mantos acuíferos aprovechables para las actividades agropecuarias en los distritos de riego emisión y divulgaciones. Esta última actividad debe entenderse en un sentido amplio, de modo que la elaboración de matrices de uso de suelo según la vulnerabilidad a la contaminación del manto acuífero, constituye un instrumento imprescindible para la protección de dicho bien demanial. Por consiguiente, el Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento no puede, simple y llanamente, conformarse con emitir recomendaciones y desentenderse de su implementación –por el mero hecho de que otra entidad de la Administración sea corresponsable en tal materia–, pues ello implicaría una omisión a su deber de protección a las aguas subterráneas y al principio de coordinación interadministrativa expuesto. En otras palabras, si bien las XII. competencias para el manejo integrado de los recursos hídricos subterráneos se encuentran fragmentadas entre varias entidades (Ministerio del Ambiente, Energía y Telecomunicaciones, Ministerio de Salud, Ministerio de Agricultura y Ganadería, Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados, Instituto Nacional de Vivienda y Urbanismo, municipalidades y el propio Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento), no menos cierto es que este último, por la información hidrológica subterránea que maneja y su experiencia y conocimiento especializado en el campo de las aguas subterráneas, ostenta una pericia técnica prevalente en dicha área, de modo que, por un lado, sus advertencias de contaminación y correlativas medidas para prevenirla no pueden ser desatendidas unilateralmente por el resto de la Administración Pública y, de otro, existe una imposibilidad de hacer caso omiso a las advertencias sobre el peligro de contaminación que emite una institución facultada por ley para proteger el recurso hídrico (ver en ese sentido la sentencia número 2008004790 de las 12:39 horas del 27 de marzo de 2008). Esta posición concuerda con lo ya indicado por la Sala en la sentencia número 2008-12109 de las 15:16 horas del 5 de agosto de 2008, en la que, de modo expreso, se estableció la obligación de las municipalidades de incorporar los mapas hidrogeológicos recomendados por SENARA y de utilizar como base la Matriz de Criterios de uso del suelo según la vulnerabilidad a la contaminación de acuíferos para la protección del recurso hídrico, relativa al cantón de Poás. A mayor abundamiento, esta Sala constata que -al mes de mayo de 2012- la única matriz de vulnerabilidad a la contaminación de acuíferos aprobada por la Junta Directiva de SENARA ha sido la del Cantón de Poás; y que la Contraloría General de la República (a través de la División de Fiscalización Operativa y Evaluativo del Área de Servicios Ambientales y Energía) considera que dicha matriz debe ser de aplicación a todos los cantones o zonas para las que el SENARA haya aprobado un mapa de vulnerabilidad. Así las cosas, este extremo del amparo resulta procedente, pues si bien la divergencia expuesta constituye un asunto de mera legalidad, el potencial daño que la inaplicación de la matriz en cuestión puede ocasionar al ambiente constituye una evidente lesión al derecho consagrado en el artículo 50 de la Constitución Política. Sobre la alegada lesión al derecho constitucional al acceso de información pública. La parte accionante reclama una lesión al derecho constitucional al acceso de información pública, regulado en el numeral 30 de la Constitución Política, porque la Junta Directiva del Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento, en acuerdo número 3751 de la sesión ordinaria 267-09 del 27 de mayo de 2009, dispuso que solo a través de la Gerencia se comunicarían los resultados de las investigaciones técnicas sobre acuíferos, todo ello con el propósito de hacer efectivo el carácter vinculante de los pronunciamientos del Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento y evitar la inclusión de recomendaciones ajenas a la competencia de ese Servicio. Además, en ese acuerdo se confirmó la vigencia del acuerdo número 3401 bis de la sesión ordinaria número 519-07 de 17 de abril de 2007, en el que la Junta Directiva dispuso que solo el Gerente General podía atender a los medios de comunicación y cualquier solicitud de información de estos. Al respecto, como se afirmó en el considerando anterior, los dictámenes de órganos técnicos son facultativos, de manera que su carácter vinculante está sujeto a la aprobación del Superior Jerarca, en este caso la Junta Directiva del SENARA, salvo desconcentración operada por ley o reglamento. No obstante, al estar de por medio el respeto al principio indubio pro natura y el resguardo a los derechos constitucionales a la vida y a un ambiente sano y ecológicamente equilibrado, la Junta Directiva no puede separarse del dictamen de cualesquiera órganos técnicos sin el requerido fundamento acorde a las reglas unívocas de la ciencia o la técnica, o a los principios elementales de justicia, lógica o conveniencia. Ahora bien, a fin de que los Administrados estén en capacidad de ejercer una efectiva fiscalización a la labor de la Junta Directiva y la Gerencia y así puedan controlar el fundamento y la razonabilidad de sus resoluciones, resulta indispensable que tengan libre acceso a toda la información pública. En efecto, la evaluación de resultados y la rendición de cuentas, previstas en el ordinal 11 de la Constitución Política, requieren de instrumentos efectivos que faciliten la transparencia administrativa. Al respecto, merced a la jurisprudencia constitucional, el derecho de acceso a la información administrativa, contemplado en el artículo 30 de la Ley Fundamental, se ha convertido en un: “mecanismo de control en manos de los administrados, puesto que, le permite a éstos, ejercer un control óptimo de la legalidad y de la oportunidad, conveniencia o mérito y, en general, de la eficacia y eficiencia de la función administrativa desplegada por los diversos entes públicos. Las administraciones públicas eficientes y eficaces son aquellas que se someten al control y escrutinio público, pero no puede existir un control ciudadano sin una adecuada información. De este modo, se puede establecer un encadenamiento lógico entre acceso a la información administrativa, conocimiento y manejo de ésta, control ciudadano efectivo u oportuno y administraciones públicas eficientes” (ver sentencia número 02120-03 de las 13:30 horas de 14 de marzo de 2003). Así las cosas, con el propósito de que la ciudadanía disponga de la información adecuada para que se forme un criterio fundado y esté en posibilidad de ejercer un control efectivo sobre la Administración, el concepto de información administrativa debe incluir los dictámenes elaborados por órganos técnicos, situación que resulta totalmente independiente del subsiguiente carácter vinculante del acto administrativo resolutivo. Lo anterior se encuentra supeditado a los comunes límites intrínsecos y extrínsecos del derecho de acceso a la información administrativa, tales como los secretos de Estado y el ámbito de protección a la esfera privada del ser humano (artículos 30 y 24 de la Constitución Política). Ciertamente, resulta del todo legítimo que la Junta Directiva del Servicio Nacional de Aguas Subterráneas de Riego y Avenamiento quiera evitar confusiones en lo administrados para que no asuman como vinculantes, criterios de órganos técnicos aún no aprobados por dicho órgano colegiado. No obstante, a fin de lograr ese objetivo resultan más conformes al principio constitucional de razonabilidad medidas que afecten lo menos posible la transparencia administrativa, como permitir que sean del conocimiento público tanto los dictámenes técnicos avalados por la Administración Superior como aquellos que no lo son o no lo han sido aún, siempre que el órgano que entregue la información aclare al petente el carácter vinculante o no de la documentación suministrada. Con base en lo expuesto, lo dispuesto por la Junta Directiva del SENARA en el acuerdo número 3751 del 27 de mayo de 2009 resulta inconstitucional en la medida que restringe el derecho subjetivo de los ciudadanos a tener acceso directo a los criterios y dictámenes de los órganos técnicos, aún cuando estos no sean vinculantes. Por la misma razón, deviene inconstitucional el acuerdo número 3401 bis de la sesión ordinaria número 519-07 de 17 de abril de 2007, en el que la Junta Directiva dispuso que solo el Gerente General podía atender a los medios de comunicación y cualquier solicitud de información de estos, toda vez que no se le puede coartar a los medios de comunicación el libre y directo acceso a los criterios y dictámenes de los órganos técnicos, aun cuando estos no sean vinculantes. XIII. Sobre el alegado daño al ambiente por la omisión de prohibir la sócola en el parque nacional Las Baulas y su zona de amortiguamiento. En cuanto a este extremo, por un lado, la Sala advierte que la parte accionante no aporta prueba suficiente que acredite que el Ministerio del Ambiente, Energía y Telecomunicaciones hubiera sido omiso en tomar medidas para evitar que los propietarios de lotes eliminen el sotobosque en el parque nacional Las Baulas; y por otra parte, el Ministerio del Ambiente, Energía y Telecomunicaciones demostró que desde el año 2002 ha tramitado 27 denuncias por delitos contra los recursos naturales en el área terrestre del citado parque y que en los últimos meses, previo a la presentación del informe atinente a este amparo, no ha habido más denuncias. Además de las denuncias antedichas, ese ministerio tramitó una gestión planteada por Juan Figuerola Landi el 28 de octubre de 2008 y presentó una denuncia penal al respecto el 11 del mes siguiente. En consecuencia, en cuanto a este punto, el amparo deviene improcedente. Por tanto: Se declara parcialmente con lugar el amparo. En consecuencia, se ordena a Gloria Abraham Peralta y Bernal Soto Zúñiga, por su orden Presidenta y Gerente General del SENARA, o a quienes ocupen esos cargos, que de inmediato comuniquen a Vianney Saborío Hernández, o a quien en su lugar represente a Simen Mountain Business, así como a la Secretaría Técnica Nacional Ambiental y todas las municipalidades, que la "Matriz de criterios de uso del suelo según la vulnerabilidad a la contaminación de acuíferos para la protección del recurso hídrico en el cantón Poás" es de aplicación obligatoria en todos los cantones o zonas en donde se cuente con mapas de vulnerabilidad aprobados o confeccionados por el SENARA y, en todo caso, debe servir de guía y orientación técnica para la elaboración de las políticas sobre el uso del suelo, mientras tales cantones o zonas no cuenten con una matriz propia elaborada por el SENARA con la participación de las otras instituciones que elaboraron la matriz, y que garantice el mismo o un nivel más elevado de protección del recurso hídrico. Se anula lo dispuesto en los oficios números GE-557-09 de 14 de julio de 2009 y GE-850-09 de 21 de setiembre de 2009 en el sentido que el SENARA está obligado a vigilar el cumplimiento de las disposiciones legales en las materias de su incumbencia, por lo que resulta válida y necesaria la emisión y divulgación de matrices de criterio de uso de suelo según la vulnerabilidad a la contaminación de acuíferos que contengan medidas de protección concretas y vinculantes. Asimismo, se anulan los acuerdos números 3401 bis de 17 de abril de 2007 y 3751 del 27 de mayo de 2009, emitidos por la Junta Directiva del SENARA, en el sentido que se debe permitir que sean del conocimiento público tanto los dictámenes técnicos avalados por la Administración Superior del SENARA como aquellos que no lo sean o no lo hayan sido aún, siempre que el órgano que entregue la información aclare al petente el carácter vinculante o no de la documentación suministrada. En lo atinente a la alegada omisión del Ministerio del Ambiente, Energía y Telecomunicaciones en prohibir la sócola en el parque nacional Las Baulas y su zona de amortiguamiento deviene improcedente el amparo. Se apercibe a Gloria Abraham Peralta y Bernal Soto Zúñiga, por su orden Presidenta y Gerente General del SENARA que, con base en lo establecido en el artículo 71 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional, se impondrá prisión de tres meses a dos años, o de veinte a sesenta días multa, a quien recibiere una orden que deba cumplir o hacer cumplir, dictada en un recurso de amparo y no la cumpliere o no la hiciere cumplir, siempre que el delito no esté más gravemente penado. Se condena al SENARA al pago de las costas, daños y perjuicios causados con los hechos que sirven de fundamento a esta declaratoria, los que se liquidarán en ejecución de sentencia de lo contencioso administrativo. Notifíquese esta resolución a Gloria Abraham Peralta y Bernal Soto Zúñiga, por su orden Presidenta y Gerente General del SENARA, o a quienes ocupen esos cargos, en forma personal. Comuníquese.- Gilbert Armijo S. Presidente a.i. Luis Paulino Mora M. Cruz C. Fernando Fernando Castillo V. L. Paul Rueda Teresita Rodríguez A. Ulate Ch. Enrique NOTA SEPARADA DEL MAGISTRADO CASTILLO VÍQUEZ En razón de que he revisado la sentencia completa del presente asunto, y estando en total acuerdo con ésta, renuncio a la redacción de la nota que manifesté en aquel momento. San José, 18 de setiembre de 2012. Fernando Castillo Víquez Magistrado EXPEDIENTE N° 09-011327-0007-CO Teléfonos: 2295-3696/2295-3697/2295-3698/2295-3700. Fax: 2295-3712. Dirección electrónica: www.poderjudicial.go.cr/salaconstitucional