Qué es? La Gota

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Qué es?
La Gota
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Qué es?
La Gota
¿QUÉ ES LA GOTA?
La gota es una enfermedad conocida desde la antigüedad. Se caracteriza por episodios bruscos de dolor
intenso, hinchazón, en ocasiones enrojecimiento, una gran sensibilidad al tacto y aumento de la temperatura local, afectado a una o más articulaciones. Esto se debe al depósito de sales de ácido úrico en el interior
de las mismas.
¿A QUÉ SE DEBE?
La inflamación de las articulaciones en la gota se debe a que se forman en su interior microcristales de una
sal de ácido úrico (el urato monosódico).
Los ataques de inflamación son una consecuencia de la presencia de estos cristales en la articulación, y
nunca ocurren en su ausencia. Para que se formen cristales de urato es necesario que los niveles de ácido
úrico en la sangre estén elevados, lo que se conoce como hiperuricemia; aunque la hiperuricemia es
frecuente (la presenta un 7% de la población), no en todas las personas que la tienen se llegan a formar
cristales en cantidad suficiente para padecer síntomas de gota.
En las personas que ya padecen gota, la persistencia del ácido úrico elevado hará que cada vez sufran más
ataques y que se afecten cada vez más articulaciones. Por el contrario, si mediante el tratamiento se reducen los niveles de ácido úrico por debajo del nivel de cristalización, los cristales de urato se irán disolviendo
lentamente hasta llegar a desaparecer, y con ellos la posibilidad de sufrir nuevos ataques de gota.
LA HIPERURICEMIA
Las purinas son unos componentes de las células. Cuando una célula muere, las purinas se degradan hasta
formar el ácido úrico.
Se suele hablar de hiperuricemia cuando los niveles de ácido úrico son superiores a 7 mg/dl. Si éstos se mantienen anormalmente elevados se pueden formar cristales de urato en las articulaciones y padecer gota. La
hiperuricemia y la gota son más frecuentes en los hombres. Las mujeres sin embargo mantienen niveles de
ácido úrico bajos, acercándose, después de la menopausia, al nivel que tienen los hombres. En general la
causa de la hiperuricemia en la gota es una dificultad para eliminar el ácido úrico de la sangre y con mucha
menos frecuencia se debe a una formación excesiva de ácido úrico. Los excesos dietéticos frecuentes o las
dietas desordenadas pueden favorecer la aparición de hiperuricemia y gota.
Algunos medicamentos también interfieren con la excreción renal de ácido úrico y resultan en hiperuricemia y gota.
¿QUÉ SÍNTOMAS PRODUCE?
Generalmente la gota produce inflamación articular, casi siempre en forma de artritis aguda en una sola
articulación. La articulación pasa en pocas horas de estar normal a inflamarse intensamente; al inflamarse
la articulación se hincha, su superficie puede enrojecerse, duele intensamente y su movimiento se hace
dificultoso por el propio dolor y la hinchazón, aunque algunas veces la inflamación puede ser menos intensa
y las molestias más llevaderas. Las articulaciones en las que se puede sufrir ataques de gota son diversas,
pero las más habituales son el dedo gordo y el empeine del pie, el tobillo y la rodilla, aunque también puede
afectar a las articulaciones de las manos. En la actualidad existen tratamientos muy eficaces que resuelven
los ataques con rapidez. Aunque en sus comienzos los ataques de gota suelen ocurrir espaciados unos de
otros, sin un tratamiento adecuado se hacen más frecuentes, afectan a nuevas articulaciones y pueden
inflamarse varias articulaciones a la vez, llegando la inflamación a ser persistente.
En algunas personas con gota, además de tener ataques de inflamación de articulaciones, se forman unos
nódulos más o menos duros también alrededor de las articulaciones. A estos nódulos se les conoce técnicamente como tofos, y consisten en un acumulo de cristales de ácido úrico. En ocasiones su color blanco se
aprecia a través de la piel, pudiendo llegar a abrirse y a salir su contenido al exterior. No aparecen en pacientes adecuadamente tratados y disminuyen, hasta incluso desaparecer, cuando se controlan adecuadamente
los niveles de ácido úrico.
¿CÓMO SE DIAGNOSTICA?
La presencia de cristales de urato puede identificarse, mediante un microscopio, en el líquido extraído de
las articulaciones inflamadas durante los ataques de gota, y permite un diagnóstico preciso de la enfermedad. Los cristales también se pueden identificar fácilmente en material obtenido de un tofo o en líquido de
articulaciones asintomáticas que previamente estuvieran inflamadas. Por todo ello un diagnóstico preciso
de gota es posible y la identificación de cristales es el método diagnóstico deseable.
Cuando los síntomas son característicos –ataques de inflamación repetidos en alguna articulación típica– y
existe hiperuricemia, el diagnóstico es cierto con mucha probabilidad. Cuando la artritis es menos característica, la posibilidad de error diagnóstico crece, y esto no es deseable sobre todo si se tiene en cuenta que
el tratamiento deberá ser prolongado. Las radiografías son normales en la mayoría de los pacientes gotosos
al inicio de la enfermedad.
¿CÓMO SE TRATA?
La gota es una enfermedad con un tratamiento actualmente muy eficaz. Debe enfocarse como dos problemas independientes:
• Tratamiento y prevención del ataque agudo de gota.
• Tratamiento del depósito de ácido úrico en las articulaciones.
Los ataques de gota: Los ataques de gota suelen ser muy dolorosos y pueden precisar medicación. Su
médico le prescribirá la que juzgue más conveniente. No se auto-medique.
La prevención de nuevos ataques: Cuando un ataque de gota cesa, los cristales de urato permanecen en la articulación de modo que un nuevo ataque puede aparecer en cualquier momento. Si su médico
lo estima oportuno le prescribirá medicación para prevenir nuevos ataques.
El tratamiento del depósito de ácido úrico en las articulaciones: Los pacientes con dietas
inadecuadas deben considerar corregirlas y controlar su sobrepeso progresivamente.
Existen medicamentos muy eficaces para reducir los niveles de ácido úrico en la sangre y así permitir la
disolución de los cristales en las articulaciones. Su médico le recomendará el más adecuado en su caso.
Un control adecuado el ácido úrico en la sangre reduce los ataques a largo plazo, si bien pueden aparecer
todavía algunos al inicio del tratamiento. Si esto sucede no abandone la medicación que le ha prescrito su
médico.
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