TESTIMONIO – SRA. OLGA – PAYSANDÚ Las FMA, estamos en camino de revisión, preparando el Capítulo General; una reunión que cada 6 años se realiza a nivel mundial con la presencia de hermanas de todas las naciones. El tema de este próximo Capítulo General XXIII es Ser hoy con los jóvenes casa que evangeliza. Eso reafirma la importancia de que en nuestras comunidades está presente el desafío de dar un rostro más humano y evangélico a nuestras relaciones. La relación interpersonal se considera como lugar privilegiado de evangelización. En efecto, la comunión es el testimonio primero e insustituible que estamos llamadas a dar al mundo en una Iglesia que busca tener un rostro cada vez más acogedor, humilde, cercano a las personas. Desde una de nuestras comunidades surge este testimonio, de alguien que camina junto a nosotros construyendo esa “Casa que Evangeliza”. Mi nombre es: Olga Teresita Dávila Lino. “Olguita” para todos los que me conocen. Nací el 15 de marzo de 1953 y me crie en campaña, en un pueblo llamado “Paraje Constancia” a 15 Kilómetros de Paysandú. Hay en este lugar una “Capilla de la Medalla Milagrosa”, allí recibí mi Primera Comunión y los domingos iba a Misa, celebrada por el Padre Hugo Caballero: Con él empecé a recorrer junto con Jesús y con María, el camino de la FE. Con el tiempo, formé mi hogar, seguí viviendo en campaña, nacieron cuatro hijos allí. Hace veinte años nos vinimos a Paysandú por razones de trabajo, alquilábamos una casa, nacieron dos hijos más. Tuvimos la oportunidad de comprar la casa en el “Barrio Purificación 3” (el P3), donde hoy estoy viviendo con mis hijos. Hoy mi familia ha crecido y tengo ya siete nietos. Siempre fui ama de casa, pero la relación en el matrimonio comenzó a andar mal, no hubo acuerdos, me separé, y quedé sola con mis seis hijos. Por medio de personas del barrio, me enteré de esta Obra CRUZADA DE LA CARIDAD, y que allí funcionaba el Club de niños y el Apoyo escolar. Fui a inscribir a mis dos hijos en edad escolar. En ese entonces la directora era Beatriz Giordano. Con ella tuve un diálogo hermoso, me sentí desde ese inicio, que ya era parte de la obra. Me comentó que funcionaba “La tiendita”, si quería ayudar allí que las puertas estaban abiertas. Dije SI… Empecé, me encontré con un grupo de mujeres muy compañeras. Hoy hace 14 años y sigo en “La tiendita”… Llegar acá me cambió totalmente la vida! Con la H. Marta Carrasco me integré en el Grupo de misioneras. Llevamos la Palabra y la imagen de la Virgen María a los barrios, continué en esta tarea con la H. María Luisa Giordano. He compartido en diferentes momentos también con las Hnas. Martha Franco y Blanquita Martínez, ellas fueron TODO para mí, por el acompañamiento, la escucha, el protagonismo que me brindaban. En el año 2006, la directora H. Silvia Rodríguez, me integró como auxiliar de servicio en el Club de Niños, donde cumplo mis tareas diarias hasta el día de hoy. En este momento me encuentro en esta obra con la directora H. Silvia Ortega y las Hnas. Iris y Estella, con quien comparto mi trabajo, mis oraciones, junto a mis compañeros de trabajo que son excelentes y muy buenas personas. Cada día doy gracias a Dios y a la Virgen que siempre me acompañaron en mi camino y me regalaron llegar a tantas personas que hoy me rodean y me siento MUY FELIZ!!! Esa felicidad que me gustaría que los niños, adolescentes, educadores y familias, logren encontrar y para ello deben llegar a descubrir a DIOS… desde las cosas más sencillas, desde las relaciones cotidianas positivas. Agradezco también por el carisma salesiano que encontré en esta obra; carisma que para mí se expresa en el ser solidario, el respeto, el cariño, la escucha, el amor compartido con todos los demás.