LA FALSA MEDIDA DEL HOMBRE Stephen Jay Gould 1

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LA FALSA MEDIDA DEL HOMBRE
Stephen Jay Gould
1. Introducción
2.La poligenia y la craneometría norteamericanas antes de Darwin: los negros y
los indios como especies separadas inferiores.
3. La medición de las cabezas: Paul Broca y el apogeo de la craneología.
4. La medición de los cuerpos.
5. La teoría hereditarista del C.I.: un invento norteamericano.
6. El verdadero error de Cyril Burt: el análisis factorial y la cosificación de la
inteligencia.
Este trabajo tiene como objetivo comentar en forma general la obra de este
autor, en el capítulo dedicado a las experiencias de Cyril Burt.
Deberíamos tener en cuenta antes de comenzar algunos conceptos básicos.
¿A que llamamos coeficiente intelectual?
Podríamos definir como coeficiente al número que representa el grado o
intensidad de una determinada cualidad o característica, e intelectual a la
facultad de comprender, conocer y entender las cosas, Entonces, podríamos
definirlo como el número que representa el grado de conocimiento,
comprensión y entendimiento de las cosas.
¿Qué miden los tests de inteligencia?
Los mismos son pruebas que se realizan para estudiar y valorar los
conocimientos del sujeto.
¿Cómo se demuestra una teoría?
Principalmente sustentándola con datos válidos, que sean replicables,
medibles y que acepten una posterior comprobación e investigación.
Otro concepto básico a tener en cuenta es la distinta postura de los científicos
con respecto a la inteligencia:
A-Posición hereditarista: cantidad invariable innata fijada genéticamente.
B-Posición no hereditarista: depende del ambiente en que se haya criado
una persona ya que puede favorecer a su desarrollo o no. El más importante
fue Alfred Binet.
Ahora las preguntas serían:
¿Se puede medir la inteligencia?
¿Se hereda la inteligencia o se desarrolla a lo largo de la vida?
El primer test de inteligencia fue publicado en 1905 por Alfred BINET (psicólogo
de la Sorbona (1857-1911), cuyo propósito era utilizarlo como instrumento de
diagnóstico sobre los niños. Siguiendo los estudios de Paul Broca, fue dándose
cuenta de los errores de la craneometría, poniendo en tela de juicio sus
resultados; como así también consideró la importancia de la autosugestión en
la investigación: es decir LOS PREJUICIOS PREEXISTENTES Y LA
MALEABILIDAD EN EL MANEJO DE LOS DATOS PARA SU JUSTIFICACION
(obviamente en forma semiinconsciente).
Fue el creador de la escala de Binet, tan utilizada. La misma se originó en un
encargo del Ministro de Educación con el objetivo de lograr un sistema de
medición para ayudar a los niños que presentasen fracaso escolar. Ese fue el
objetivo de la escala en sus inicios, el cual fue desvirtuado y dio origen a
múltiples equívocos luego de su muerte.
Stern modificó la forma de cálculo del resultado, dando origen al coeficiente de
Inteligencia. Al ser introducido en EEUU y traducido por los hereditaristas,
(Terman-adultos, Goddard asignó el carácter fijo de los niveles mentales como
justificación para discriminar ricos y pobres, y considerar a los que no los
aprobaban como débiles mentales, aislarlos, imposibilitarles acceder a buenos
empleos o no, Yerkes lo utilizó para el ejército) dejó de utilizarse como
instrumento diagnóstico y comenzó a utilizarse para identificar a los “genética e
incurablemente anormales” según ellos, los niños con bajo nivel de inteligencia
suponían un gasto económico y una pérdida de tiempo innecesarios, y como
herramienta discriminatoria.
De esto se desprendió la idea errónea de que las diferencias de clase sociales
producen una diferente aptitud, que es heredada genéticamente y es fija e
invariable, esa cualidad sería la que medirían los tests, asociando heredado
con inevitable.
¿Qué pasa entonces con los niños adoptados criados bajo la tutela de padres
adoptivos con ambiente cultural elevado y los criados por padres biológicos en
un supuesto ambiente negativo?
Uno de los hereditaristas mas conocidos fue Cyril Burt.
Sir Cyril Burt
(1883-1971), psicólogo de la educación del Consejo del Condado de Londres
dedicado a la aplicación e interpretación de los tests mentales. Sucedió a
Charles Spearman en la cátedra de psicología del Colegio Universitario de
Londres.
Escribió varias obras. Su primer artículo en 1909 determinó que la inteligencia
innata de las distintas clases sociales dependía de la herencia. Consideró la
intervención de un factor g (inteligencia general) que intervendría en los
factores cognitivos y sería de origen hereditario. Tuvo controversia ya que
primitivamente este concepto era de su maestro Spearman, y luego de su
muerte usurpó el mismo.
Se asocia el nombre de Burt con su estudio sobre los gemelos univitelinos, es
decir los formados en la misma bolsa con un mismo óvulo. Sostenía que si eran
separados y criados en ambientes totalmente distintos, ambos desarrollaban un
mismo coeficiente intelectual, es decir, negaba toda posibilidad de influencia o
intervención ambiental en el desarrollo de la misma. “Obviamente”, sus
conclusiones fueron demostradas. Reunió 53 parejas de gemelos, y estableció
correlaciones para validarlos.
Ahora bien. en análisis posteriores, por ejemplo, los realizados por Gillie en
1976, se cuestionaron los mismos: la difícil posibilidad de encontrar esa
cantidad de gemelos, ya que es rarísima. Su estudio comenzó con 20 pares y
terminó con 53; las variaciones en las correlaciones eran mínimas; sus
colaboradoras Howard y Conway eran personajes irreales (que habían
ayudado a sus investigaciones) por lo que no solo se dudó de los resultados
correctos de sus investigaciones sino que se habló de una falsificación
deliberada de sus resultados, creada para justificar los mismos e imponerlos.
También podríamos afirmar que no había mala intención, sino que se trataba
de un prejuicio anterior y confiaba en forma excesiva en sus conclusiones, sin
medir las consecuencias por el mal uso que algunos sectores sociales y
políticos podían darle. Establecía que la deficiencia de la inteligencia innata era
culpable del fracaso escolar. Sin embargo, en otras investigaciones realizadas
no demostraba empecinamiento en sus ideas, era más objetivo, por ejemplo en
estudios realizados en la zurdería, etc. Pero en los estudios sobre inteligencia
ponía limitaciones a la capacidad innata de los niños, los limitaba con un techo.
Otro estudio aplicado llamado “examen 11 +” porque el factor de inteligencia
se manifestaría a partir de esa edad, (además a esa edad se pasaba de la
escuela primaria a secundaria) solo se empleó con fines discriminativos.
Algunos niños de clases bajas podrían verse beneficiado por esto porque
accedería a otra educación, pero el propio Burt –según Gould- no creía
encontrar muchos de ellos.
Sin embargo Burt, según sus defensores, había realizado acciones positivas.
Fue pionero en la implantación de las revisiones médicas y dentales en la
escuela para asegurar que el desarrollo infantil siguiese un curso normal, fue
responsable de la distribución diaria de leche para garantizar los niveles de
vitamina D y eliminar el raquitismo, identificó la desnutrición como causa de
retraso escolar, además de los defectos auditivos, de visión, del habla y la
curvatura de la columna.
Si bien se preocupó por identificar los chicos brillantes de los estratos
inferiores, ¿qué pasaría con el resto? Según el mismo, habría que enseñarles
a aceptar su frustración. Tal vez la solución, no contemplada, hubiera sido
ubicar una forma alternativa de enseñanza que beneficiara a los chicos con
coeficiente bajo.
Algunos defensores de Burt como Jensen argumentaron que sus errores eran
por negligencia. Había tenido cambios en su conducta al vivir las
consecuencias de la guerra, la separación de su matrimonio, su jubilación y
posiblemente el padecimiento del síndrome de Meniére.
Podríamos resumir la “equivocación” –voluntaria o no- de la obra de Burt en
4 puntos:
1. la invención de datos en el caso de los gemelos univitelinos.
2. otro estudio sobre la correlación del c.i. entre parientes próximos,
también con valores improbables.
3. la disminución del nivel de inteligencia en Gran Bretaña
4. se atribuyó la creación del factor g de Spearman.
Tal vez un importante error fue tratar de definir a la inteligencia como una “cosa
heredable”, localizada en algún lugar del cerebro, medible con un número para
clasificar a la gente según la cantidad que posea del mismo (análisis factorial).
O tal vez, la verdadera y gran equivocación haya sido ceder -en forma
irresponsable- a la tentación de acomodar los resultados a las ideas
preconcebidas.
Tanto Stephen Gould como León Kamin, en 1973, psicólogo, comenzaron a
replantear los datos de Burt. Pero los manuscritos de Burt se destruyeron por
orden de Liam HUDSON, profesor de psicología educativa de la Universidad de
Edimburgo, oponente de Burt.
De cualquier forma, sea en forma voluntaria o no, sus estudios se realizaron en
forma tendenciosa.
Podríamos decir que las razas humanas son genéticamente similares, el
hombre se diferencia de las demás especies por la posibilidad de transmitir el
conocimiento y la conducta aprendidos a través de las generaciones. Las
distintas gamas de comportamiento son consecuencia de la evolución y de la
organización del cerebro. La inteligencia no es más que la aptitud para resolver
problemas de modo no programado, es decir creativo. Todas las capacidades
principales del cerebro son consecuencia de la selección natural.
La flexibilidad es la marca de la evolución humana. Si los seres humanos han
evolucionado, por neotecnia, entonces somos como niños. Muchos caracteres
esenciales de nuestra anatomía nos vinculan con etapas fetales y juveniles. La
idea de que la selección natural se haya dirigido hacia la flexibilidad en la
evolución humana es una consecuencia de la neotecnia, los humanos son
animales que aprenden.
CONCLUSION:
TANTO LOS HECHOS COMENTADOS EN SU OBRA POR STEPHEN GOULD
COMO LAS TANTAS CRITICAS A TODOS LOS TRABAJOS DE PSICOLOGIA
PRESENTADOS A LA FECHA EN DISTINTAS EPOCAS Y POR DISTINTOS
AUTORES, PODRIAN HABER SIDO EVITABLES, SI NO HUBIERAN DEJADO
DE LADO UNA PREMISA: LA OBJETIVIDAD ANTE TODO, Y NO
ESTABLECER CONCEPTOS A PRIORI A LAS INVESTIGACIONES,
VALIDANDO ASI A LA PSICOLOGIA COMO UNA VERDADERA CIENCIA.
En la actualidad, nos valemos de los tests para medir la inteligencia, entre otras
muchas cosas.
Sin desoír los estudios que han tratado de demostrar con los años la
importancia de las mediciones y sus resultados, y aún luego de aplicar los
tests para los distintos fines que fueron concebidos, no dejamos de pensar que
tenemos delante nuestro un paciente que ante todo es una persona.
En edad escolar o no, es tan importante el estímulo para el individuo que se
destaque con determinados valores, como para aquel limitado por los mismos,
aplicando tal vez un programa de contención y estimulación que le permita
acceder a otros niveles de educación en su momento.
Si bien en rehabilitación el grado de recuperación depende de factores fijos
como la zona de la lesión, la edad, la educación preexistente, etc., no tenemos
solo en cuenta eso para su evolución sino el aprendizaje adquirido hasta el
momento de la lesión, y su prognosis en definitiva no dependerá solo de un
número sino, entre otros muchos factores, de sus condiciones actuales,
sumado a su entorno, y sobre todo a la dedicación y al plan terapéutico que el
profesional aplique para su recuperación.
Estas premisas son aplicables también a la estimulación y prevención de
patologías a cualquier edad, sin subestimar los datos valiosos que podemos
obtener con determinadas baterías de tests.
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