AJUSTE POR ADAPTACIÓN ESTRUCTURAL. LA EXPERIENCIA BRASILEÑA * Antonio Barros de Castro** I. UNA VISIóN ORTODOXA: DEL FINANOAMIENTO AL AJUSTE Las fuentes financieras internacionales empezaron a restringir la concesión de empréstitos al Brasil en la segunda mitad de 1980, lo que tornó prácticamente imposible la situación de su balanza de pagos. En la percepción de los acreedores y del FMI la situación podía describirse así: desde 1974 el país venía recurriendo intensamente al financiamiento externo para ajustar sus cuentas; había llegado la hora de corregir esta situación mediante el "ajuste" de la economía. La forma consagrada del ajuste es la contención de la demanda global a fin de reducir la necesidad del ahorro externo. En la práctica la corrección se hace por medio de la disminución de las importaciones y el aumento de las exportaciones, como consecuencia de la reducción de la demanda global y de la reordenación de algunos precios, entre ellos destacadamente el tipo de cambio. El tratamiento se completa con reformas liberalizantes que tratan de hacer más expedito el comercio de bienes y servicios, así como el flujo de capitales. Sometido a esta terapia el país se considerará "ajustado" al recuperar una situación viable (sostenible) de la balanza de pagos. A partir de este punto se supone que aumentarán las exportaciones, no sólo como resultado de la compresión de la demanda interna sino también como reflejo de la restauración de su poder competitivo y de la exploración de oportimidades que antes se desaprovechaban. En cuanto a las necesidades de recursos nuevos se habrán tomado compatibles con el movimiento espontáneo de los capitales de empréstito y de riesgo hacia el país.^ El gobierno brasileño adoptó las primeras medidas convencionales de contención a fines de 1980. A pesar de los resultados obtenidos en 1981 —sobre todo la mejora de la balanza comercial y el mayor flujo de capitales— el gobierno vacilaba en adoptar las medidas dictadas por la ortodoxia. Sólo después de las elecciones del 15 de noviembre de 1982 —y ya bajo la orientación explícita del FMI— se aceptó efectivamente • Traducción del portugués al español de Eduardo L. Suárez. *• Profesor de la Universidad Federal de Río de Janeiro. ^ J. de Larosiére, "Resolving The World's Debt Probiem: Adjnstment, Financing and Trade", International Business Conference, Los Angeles, 21 de julio de 1983. 705 706 El TRIMESTRE ECONÓMICO rl recetario ortodoxo. Se frenaron el gasto corriente y, sobre todo, la inversión pública; también se logró derogar la legislación laboral, inflacionaria y (supuestamente) redistributiva, hasta entonces vigente. A estas medidas, directamente orientadas por el objetivo de la contención de la demanda global, se sumaron la devaluación cambiaria, el reajuste de ciertos precios (petróleo, trigo, etcétera) y la progresiva eliminación del crédito preferente para la agricultura. En tales condiciones, y no obstante el "estallido" de ciertas metas, podemos afirmar que la economía se encontraba en 1983, por fin, sometida a la terapia ortodoxa. CUADRO 1. Brasil. Indicadores macroeconómicos (Porcentajes) Inflación Año 1970 1971 1972 1973 1974 1975 1976 1977 1978 1979 1980 1981 1982 1983 ICP 19.2 19.8 15.5 15.7 34.5 29.4 46.3 38.7 40.8 77.2 110.2 95.2 99.7 211.0 nipc — — — — — — — — — 95.3 91.2 97.9 172.9 Var. piB 8.8 13.3 11.3 14.0 9.8 5.6 9.0 4.7 6.0 6.2 8.0 —3.5 1.4 —3.3 FUENTE: FCV, IBCE. Las consecuencias del tratamiento ortodoxo sobre la balanza comercial parecen haber sido fulminantes. De una situación de relativo equilibrio en 1982 se pasa a un superávit enorme en 1983, y culmina el movimiento, según todas las indicaciones, con la obtención de un saldo no inferior a 9 mil millones de dólares en 1984 (véase el cuadro 2). Además de responder (globalmente) al tratamiento tradicional la evolución de las t>- vo r~ \0 lO in 00 ■^ ^ N \o i-< t1—I CO 00 I—I TÍ 1/5 0\ 1-1 . . vo ■^ vo in "* Tf «* ift \0 vo m (N t» m o\ 00 >—I CTi 00 vo 0\ eo r—I o> vO r~ o in t- Tfi o\ ov eo 00i-iC<It-O\00C<>QeOt~-t^Nr^'*i—II-HO OOOvOOCOOOMOr-ieoWrfiOeOi-Ht^O lONineo^vOi—it^OOONt^OOt^cOrHeo ' ' ' I I I 11 TT I 7777 1 I eoeOcoi>O\irti-icOpH'^(NC0vO'#iri o rf o <N ^ObO\t^'*vOlNirti/5i/5 rH i-l (N ^ T3>vOi/5t~-COcOi-HOi/5es| ^ eo C<I o M co o\ r- 1/5 o r» -. Tf vO 00 (N v£5 0^ iN es «3 1/5 00 eo >/5 \0 o esi c<i o (N 0\ l/^ o VD 1—I Tf irj I I I T I '*M^M0N^MgpO3O\0rH0>C0i0© 'Tooeooirt>-<iAS'^o*coi-ir^ininQ I—li—(MeOCOi/5VOTíi00i-l\OrHeOr-icOi/5'iO 1 t4 \o eo <N ^ 3 r- o g in M «—I eo Tfi 'í vo »rt es eo W e»b es TJ> e« cjj ^•1 eo es es o o es o 00 5- g o 00 cvi t^ rf 1-1 rH es e^ i-i \o 0\ m es i-i O eo eo eo in eo t>eo 0\ Tf l-H 00 es í^eóoÑ^i-ioocsoóobiñoioÑM __. esesi-ivoeseoo55oo\oeoTÍ_. — o i-^r-ieseo^*OescíeseseoooesesoN»/5i/5 rHrHrHi—Ir-li-ICSeSi-ll-ll-H i-li-IO\^i-l2>i-tOCQOO\^eseOi/5QvO 00i-ie0OO>0»l/5l^CSMm^c00Nt"0>Q oocot^ONOv'-'ONVOi-ii-ivoesi-icsr-ioo'O esesmoeooi-i'* i-icseseseo'Ot^oooeses r-H r-l rH ■ es es es es M OOONOI—leSeOTfi/ivOt^OOONOi—leseo^í vo\ot^t~r^f-r~-t~-t~-t^t^t^ooooooeooo 3 708 El TRIMESTRE ECONÓMICO transacciones comerciales parece haber permitido a la economía alcanzar una situación extema viable. Esto es así porque, garantizados prácticamente los recursos necesarios para el año en curso, si las exportaciones y las importaciones crecen en el futuro a cerca de 13 % anual (en valores nominales), la expansión absoluta del superávit comercial debería —en ausencia de nuevos choques exógenos— mantener la necesidad de recursos adicionales en equilibrio con la capacidad de recaudar dinero en el mercado internacional. Pero precisamente, y a título de ilustración, la evolución prevista de las exportaciones y las importaciones permitiría la generación en 1990 —si se acatan ciertas hipótesis referentes a los intereses y a la disponibilidad de recursos en el mercado financiero internacional— de un superávit comercial del orden de los 20 mil millones de dólares, compatible con el cumplimiento de los compromisos externos de la economía previstos para dicho año. En suma, el tratamiento al que se ha sometido a la economía brasileña parece haber tenido éxito en lo que se refiere a las transacciones con el exterior. Las reducciones del crédito y del gasto público, así como lo? demás expedientes a los que se recurrió para comprimir la demanda global —incluido el decreto ley 2065—, aunque dolorosos, han sido condiciones del ajuste realizado. Se comprobaría así de manera indirecta que los años que precedieron al ajuste sólo retrasaron un tratamiento que resultaría finalmente indispensable (y agudizaron sus rigores). En lo que sigue trataremos de demostrar que es falsa la descripción del ajuste brasileño que acabamos de trazar a grandes rasgos. Además de falsear lo ocurrido la ortodoxia extrae conclusiones de política económica para la fase posterior al ajuste que deben ser combatidas frontalmente para que los errores recientes no sean acrecentados en errores nuevos, tanto o más graves en sus consecuencias para la economía brasileña. Veamos esto principiando por la reconstrucción del origen y la naturaleza de las dificultades de la balanza de pagos. II. EL COLAPSO DE LA CAPACIDAD PARA IMPORTAR Los precios del petróleo pasaron de una media de 12.4 dólares en 1978 a 17.1 dólares en 1979. Se inició así un proceso de contracción de la capacidad para importar destinado a agravarse de manera marcada en los años siguientes. Pero precisamente todos los términos de la ecuación que define aquella variable* empezaron a presentar movimientos marca* La capacidad de importar se obtiene sumando e! valor de las exportaciones, la remesa ADAPTACIÓN ESTRUCTURAL BRASILEÑA 709 damente adversos; cabe destacar que, salvada la retracción del ingreso de capitales verificada en 1979 (destinada a reducir el nivel de reservas del país), los sucesivos golpes sufridos por la capacidad de importación surgirían como reflejo de la actuación de factores ajenos al país.' En consecuencia la capacidad de importar alcanzada —y sostenida— de 1972 a 1978 no se alcanzaría más (véase el cuadro 3). A esta capacidad de importar en retracción correspondía la necesidad de proveer a una economía cuyo tamaño había aumentado 70 % entre 1972 y 1979. Vista la cuestión desde este ángulo se percibe cuan necesario era un cambio de la situación. Por su parte el gobierno ignoró al principio y trató después de ocultar la insostenible posición en que se encontraba la economía brasileña. Forjó la euforia de 1980, dilapidó las reservas del país y forzó el ingreso de capitales por medio de la aceptación de condiciones verdaderamente leoninas para la obtención de créditos en dinero. Pero nada de esto permitía escapar al hecho de que la capacidad de importación se había vuelto insuficiente para proveer al país de productos importados, tanto en el nivel de actividad alcanzado mediante el fracasado impulso expansivo de 1980 como en el nivel en que vendría a caer la economía, en forma no menos desastrosa en 1981 (una baja aproximada de 10 % en la industria de transformación). Por fin una drástica contracción del ingreso de capitales en el segundo semestre de 1982 tornó la situación absolutamente insostenible. La reducción de la capacidad de importar podría haberse enfrentado a través de dos tipos de solución. Por un lado estaban las prescripciones ortodoxas, que terminaron por imponerse. Otro tratamiento consistiría en la adaptación directa de las estructuras de la demanda y la oferta a la reducción de la capacidad de importación, lo que exigiría a su vez: i) el control estricto de las importaciones, que se repartirían de acuerdo con criterios establecidos de común resolución con representantes de diversos ramos de actividad; ii) un programa de urgencia, tratando de localizar y/o adaptar sucedáneos rápidamente obtenibles y destinados a sustituir los productos adquiridos hasta entonces en el exterior; iii) el racionamiento del consumo final de ciertos productos. En mi opinión la economía brasüeña estaba relativamente preparada neta de fondos al exterior y el ingreso neto de capitales, todos ellos en términos deflacionados por el índice de precios de las importaciones. ' Se encuentra una primera evaluación del efecto conjunto de estos factores adversos para el conjunto de los países subdesarroUados en "The Debt Problem of Developing Countries at End - 1982", de Dragoslav Avramovic, Aussenwirtschaft, marzo de 1983. '" ,í fe I—IONOIO\ON r-Joooc5 OqOSO¡ONO¡r-Ht~;00\C^ ooooc3i-Hc5i-!orH o i-H. o. ■^. I—I \qcqcqc0i-Hu0Or-; o. CO. CO.^ nH cócocooooÑe4»ooOfOrtir5t--oÑ TÍ t—I l—H I—I I—I ^-lC-^corocOOl^!O^O^CO I—I .2 s o E Ce; E H «o o « (ú S n e ^^1 (N VOOOO(^^0^0^03COO^O^CO^OmmoOO cO'^OiN'-HroOrOcot-cOrí'OO'e' t~a:oocovocoTí'iOcooooot~-t- ?ia 1^ 3 a <5C5 ñ \0 t00 00 O en cp 00 00 0\ o ON loo .o eooNi-iONOot^vo« o __ ..-o o » Q < "B.2s 8 000^1—lONTfi-it-vocOíNCCOO OvOOi—leOí—iMc^coinOí—iO\t- o o te p4 g í .§ ■^ >0 COO^~O^OO^C^O^^OO^O^OO^O co oooONOmoocoi—ivocovooví—lo s o 00 CT>Oi-HC^CCrflOOIVO:0\0^(NCC vo ot^t^t--r-t^t^t^r~r~t-cococoo3 0\ O^O^C^C^O^C^O^C^C^O^C^C^O^O^O^ fe • ADAPTACIÓN ESTRUCTURAL BRASILEÑA 711 —por contraste con otras economías, industrializadas o no— para tomar este camino. Ante todo porque se encuentra institucionalmente equipada para la tarea: el control de las importaciones y los programas sectoriales de sustitución de importaciones constituyen el punto fuerte de su tradición de política económica. Además porque ya se encontraba en plena marcha todo un conjunto de programas sectoriales que trataban de expandir y restructurar la oferta de energéticos y de insumos básicos. En suma se trataba de acelerar y profundizar el esfuerzo en el sentido de aumentar el ámbito de intersección entre la economía y la base de recursos naturales del país. No pretendo sugerir que la solución heterodoxa hubiera permitido la conservación (sin discontinuidad) del crecimiento de la economía. En rigor poco o nada se puede afirmar a este respecto: sólo la experiencia permitiría responder a esta cuestión. Sin embargo no me cabe duda acerca de la superioridad de esta opción. Ante todo porque intrínsecamente es la más indicada para responder a una situación de insuficiencia de la capacidad de importar, originada no por la elevación del consumo y de la inversión internos sino por el comportamiento adverso de los factores exógenos que definen la capacidad de importación, que no tendrían por qué moverse en favor de la economía como respuesta a su ajuste eventual contra lo previsto en el esquema del FMI. Además, al aumentar el grado de integración de la economía el segundo camino se tomaría más adecuado para definir —y garantizar— su trayectoria de crecimiento, en medio de un mundo cuya inestabilidad no será superada en el futuro próximo, según todos los indicios. Por último, aunque no menos importante, la solución heterodoxa reforzaría manifiestamente el poder de negociación del país frente a sus acreedores. A pesar de todo esto las autoridades brasileñas trataron de ocultar los problemas y al fin —después del 15 de noviembre— lanzaron de manera atropellada un programa de ajuste evidentemente inadecuado para las condiciones del país y del momento.* Las razones de este procedimiento son, a mi juicio, de naturaleza política. El régimen en el poder ha venido buscando desde hace largo tiempo la legitimidad que cada vez le falta más, a través de éxitos económicos cada vez más caros para la economía y para el pueblo. Admitir que la política de endeudamiento y aun la propia estrategia de apertura extema habían fracasado * FMI para el Brasil. "A armadilha da recessSo", Forum Gazeta Mercantil, 1983. Véase en particular la introducción de JoSo Manoel Cardoso de Mello y Luiz Conzaga Belluzzo. y los trabajos de Edmar Bacha y Paulo Nogueira Batista Jr. El TRIMESTRE ECONÓMICO 712 CUADRO 4. Brasil. Endeudamiento extemo (Miles de dólares) Año 1968 1969 1970 1971 1972 1973 1974 1975 1976 1977 1978 1979 1980 1981 1982 1983 1984* Deuda neta 3 523 3 747 4108 4 876 5 338 6157 11897 17130 19 441 24 781 31616 40 215 46934 53 904 65 659 Deuda a mediano y largo plazo 3 780 4403 5 259 6622 9 521 12 572 17166 21171 25 985 32 037 43 511 49 904 53 847 61411 70198 80 843 93 465 Corto plazo 3 200 4000 6 700 8 200 13 007 10 319 6979 FUENTE: HACEN, Informe Anual, varios números; BACEN. Programa Económico del Brasil — Ajuste Interno y Externo, vol. 2, maizo de 1984. * Estimación. sería poner en duda su propia —y última— razón de ser. Además en su progresivo desgaste político el régimen ya no contaba (en 1980) con el apoyo indispensable para la implantación de un tipo de política económica que exigiría la participación activa de los empresarios y, en cierta medida, de la población. La propia relación Estado-economía tendría que ser modificada y profundizada así fuera provisionalmente. Y esto en particular no sería asimilado dada la identificación inevitable del Estado con el régimen. III. ANáLISIS DEL SALDO COMERCIAL Trataremos ahora de explicar cómo se logró pasar en tan poco tiempo de una situación insostenible, perceptible en 1979 y embozada en 1980, al cuadro que se anuncia en 1984, caracterizado por un saldo comercial supuestamente capaz de hacer viables las cuentas externas del país. Para ADAPTACIÓN ESTRUCTURAL BRASILEÑA 713 ello se torna necesario especificar los factores principales que contribuyeron al surgimiento del saldo comercial previsto para el año en curso. Una parte considerable del saldo en cuestión proviene del ahorro de divisas correspondientes a la reducción de los gastos del petróleo. Esta reducción, de cerca de 9 400 millones de dólares (gasto neto) en 1980 a 4 800 millones de dólares previstos para 1984, se explica en gran medida por la expansión de la producción nacional de petróleo, de 187 mil barriles diarios en 1980 a 470 mil en 1984, y por la sustitución de por lo menos 150 mil barriles diarios por alcohol (entre 80 mil y 90 mil barriles diarios equivalentes de petróleo), carbón mineral (más de 40 mil barriles diarios), carbón vegetal y leña.* La expansión petrolera tiene sus raíces en el descubrimiento de Bahía de Campos en 1974, y en la oleada de inversiones que le siguió en la plataforma continental. La rápida expansión alcoholífera actual, a su vez, se explica por la ampliación de las instalaciones a raíz del segimdo choque petrolero. De igual modo, sólo recientemente alcanzó cantidades significativas el programa de sustitución del combustóleo en las industrias de cemento, papel y celulosa, vidrio y en la agroindustria. El periodo reciente se caracterizó también por la completa transformación ocurrida en los sectores de metales no ferrosos, papel y celulosa, petroquímicos, fertilizantes y maquinaria y equipo. En algunas de estas ramas el país pasó súbitamente de la condición de importador a la de exportador dotado de elevado poder competitivo. El efecto conjimto de esta expansión y diversificación de la capacidad productiva sobre la balanza comercial, en una evaluación preliminar (en la que deben calcularse la reducción neta de las importaciones y las exportaciones a partir de nuevos proyectos), no parece inferior a 4 500 millones de dólares, y quizá llegue a 5 mil millones.' Además de los programas y proyectos patrocinados por los poderes públicos en forma directa o indirecta (por medio del financiamiento preferente y otros favores), ocurrió recientemente un incremento de la sustitución de importaciones inducido entre otros factores por el rígido control de las importaciones implantado desde mediados de 1982. Algunas ' Adviértase que una parte de la reducción observada en el valor de las importaciones de petróleo se debe a la contracción del consumo en respuesta a la baja del ingreso y a los mayores precios relativos en el interior de la economía. Por otra parte es inútil suponer que el volumen del petróleo importado pudiera continuar creciendo después de 1979. En cuanto al precio del barril de petróleo importado éste se encuentra abora a un nivel nominalmente equivalente al de 1980 (cuadro 5). ' Un cómputo por ramas y por grandes proyectos de la referida economía de divisas se encuentra en una fase inicial de elaboración. s ^ <N ce 00 f- O t- ^ (N M ce Tí VO "^ es vO le 00 ce in c<i es ce r<N I—1 lO O^ ON Tf" r-^ ce CO C^ (N 1—I r-i c^i o cvi ce es es Tí ce í—I co VO TI" I— eo VO ov ep 00 (N o ^ o ce VO 1—I co ^ es ^ O 03 co ce ^ es o o ON o M t-CS t^ lO <N o 0^ CO in ^H ift ca 03 00 e^ co i-< t-. ,-4 es 1—1 00 ^ rH t- 0\ -* ce CO O es co o o 03 r^ r^ eo 0\ 1—I .-I ce ce o "^ ce Tf O ec CO o VO Tf vo Sí es vd "" es es ce Ov o ^ ce o ce VO Ov ce (N 1-1 es es N ce O VO LO O 10 VO \p I—( '# in ce >5 o íe vi o co r- LC 00 o» o ^ VO a, ^-"^ ^— r^ & ^ ^' Ov Ov r- o S I—I o es tu O r- O o co ve VO co t> co l> O r-i -T- in es ■^ c 1-1 VO r- o Tf es O 00 ift o^ es es Tf irt t-t es) es 1—( 0\ o Ov ^ Ov ce ai Q < t~- Ov co Tf es Tí es in VO o CJ t^ o VO I—I Q es ce 9i 1—I co VO ^ cí> VO Ti" 1—1 «> o "=" i-i es ce a I o n3 O cd > cd vi js ■—■ .—- o o -—- ^^ ,—, .0 o U3 V OH 2 O «o ». S o 4> o I" .2 o s o S ■o a. -o :2-S vO •-« 173 .ü H3 O 5 jj 2 ji -r> o o o o o fi-— 0.= O, DH £S wS o o o , vO a o ,5 <u u B o O O O.S es 0 u ■3 _« 1-, JS d-i 03 O) -—; Cd c 'ü c3 4-t h 0 a. +.^^ O en B h c o o 0.= s+BB 0 £s I—I o ^ o < < ^—' ^ c 0 33 4J (U >. i "ü ADAPTACIÓN ESTRUCTURAL BRASILEÑA 715 informaciones permiten suponer que el valor (neto) de las importaciones así sustituidas pasa de mil millones de dólares, y quizá llegue a 1 500 millones. Un tercer factor del saldo comercial actual se origina en la eliminación de los "paquetes" de préstamos que traían consigo grandes volúmenes de importaciones. Este fenómeno, particularmente importante en 1980 y 1981, promovió una "hinchazón" de las importaciones, no sólo en los años de la obtención de préstamos de dinero sino también durante varios años siguientes. La desaparición casi total de esta forma espuria de obtención de "dinero nuevo", después del septiembre negro financiero, ha contribuido sin duda a la reducción de las importaciones; no obstante, los compromisos ya contraídos continúan bajo la forma de una adquisición forzada de bienes de capital, en manifiesto conflicto con los intereses de la industria nacional. La diferencia así creada, por contraste con los años de 1980 y 1981, llega tal vez a mil millones de dólares. En resumen, el efecto de los grandes proyectos de prolongado periodo de maduración, la sustitución de importaciones inducida por el reciente estrangulamiento de la economía y la reducción de las importaciones asociadas a los préstamos de dinero, podrían explicar en conjunto una mejoría del orden de los 6 500 a 7 500 millones de dólares en la balanza comercial. La diferencia con el saldo que se espera obtener en 1984, aumentada por el déficit comercial registrado en 1980 (último año de utilización plena de la capacidad instalada), se explicaría a su vez por las políticas de ajuste. Sin embargo, dado que el saldo comercial negativo de 1980 se encuentra algo inflado por las importaciones especulativas (realizadas a medida que parecían insostenibles la sobrevaluación del cruceiro y la congelación de los intereses), convendría corregirlo en cerca de 2 400 millones de dólares.^ Llegamos así a una estimación del efecto del ajuste de 3 900 a 4 900 millones de dólares. Por otra parte, los 6 500 a 7 500 millones de dólares obtenidos mediante la redefinición de la base productiva del país constituyen el equivalente a un saldo estructural. Esto es así porque las transformaciones que lo explican —en especial los valores correspondientes a los renglones i y ii anteriores— se incorporaron a la estructura productiva, de modo que no tienen por qué revertirse. Pero precisamente el saldo que corresponde a estas mejoras puede conservarse por completo con el retorno de la economía al nivel de actividad alcanzado en 1980. Recuperado este nivel la evolución subsecuente ha^ Obtenido mediante la aplicación, al año de 1980, del coeficiente medio de importaciones de 1978-1979. 716 El TRIMESTRE ECONÓMICO bría de proyectarse a partir de una nueva base quedando en manos de la política económica conservar y si es posible ampliar este margen, lo que garantizaría cierto ritmo de crecimiento económico. IV. EL PAPEL DE LAS POLíTICAS DE AJUSTE En vista de lo anterior convendría ahora hacer algunos comentarios acerca de la relación entre la adaptación realmente ocurrida y la política de "ajuste" promovida según la orientación del FMI. Los proyectos y programas que maduraran en vísperas o durante la intervención del FMI revelan la persistencia de prácticas profundamente arraigadas en la tradición de la política económica de ese país. Estas prácticas, sobre todo la programación sectorial bajo la dirección de empresas estatales, constituyen bétes noires de la ortodoxia. En concreto, si el país hubiera sido entregado más pronto (digamos, luego del primer choque del petróleo) al control del FMI, estos proyectos y programas habrían sido cortados o minimizados. En cuanto al segundo componente del saldo, la sustitución de importaciones inducida por el estrangulamiento externo, debemos decir que fue gravemente perjudicada por la llegada del FMI. En efecto, al tornarse evidente la falta de viabilidad de la posición externa del país, a fines de 1980 y de nuevo a mediados de 1982, empezaron a movilizarse las entidades patronales y los líderes empresariales, tratando de aprovechar las posibilidades de sustitución de importaciones a corto plazo, ramo por ramo. Se daban así los primeros pasos en dirección del establecimiento de un nuevo y amplio programa de sustitución de importaciones. No obstante, bajo el creciente imperio de la ortodoxia este movimiento fue perjudicado, pero la adaptación al estrangulamiento externo por la vía de la sustitución de importaciones no se cita siquiera en los documentos intercambiados entre el Brasil y el FMI. Aun durante la gran devaluación de febrero de 1983 la hipótesis de la sustitución de importaciones permaneció oficialmente ignorada. Los "efectos benéficos de la gran devaluación sobre el nivel del empleo y la producción" provendrían sólo del aumento de las exportaciones y de la (supuesta) baja de las tasas de interés.^ A pesar de la omisión y/o el boicot de las autoridades numerosas empresas pudieron responder a la apertura externa improvisando sustitutos nacionales. En ausencia del apoyo gubernamental los resultados 8 Carta de las Autoridades Monetarias al señor J. de Larosiére, fechada el 24 de febrero de 1983. ADAPTACIÓN ESTRUCTURAL BRASILEÑA 717 obtenidos se quedaron segxu-amente detrás de las posibilidades. Se desperdició el alcance (la amplitud) y la eficiencia, entre otras razones, por no haber sido debidamente utilizada la capacidad de apoyo existente en el sistema financiero encabezado por el BNDES, así como la red de instituciones orientadas de la investigación tecnológica." Por lo que se refiere al tercer componente la contribución de la política del FMi podría considerarse positiva sólo en el sentido de que permite al país liberarse de la práctica absurda de importar lo que (en rigor) no necesitamos para obtener empréstitos destinados a compensar el derrumbe de la capacidad de importar. Por último en lo que toca a la auténtica contribución de las políticas de ajuste a la recuperación de una situación viable de balanza de pagos debemos observar la brutal desproporción entre el resultado obtenido y el sacrificio impuesto a la nación. Subrayemos también que al depender exclusivamente de la terapia tradicional el país estaría todavía lejos de obtener el saldo comercial compatible con el monto de financiamiento que le es dado obtener realistamente en el mercado internacional. V. LA ENCRUCIJADA El derrumbe de la capacidad de importar iniciado en 1979 y que culminó en 1982 con la cesación del ingreso espontáneo de capitales, tornó difícil operar el aparato productivo montado en este país durante los decenios anteriores. Frente a un problema de esa naturaleza la solución podría buscarse de manera general en la adaptación más rápida posible de los procesos y los productos, sumada a la contención y/o el racionamiento de ciertas formas de consumo. La escuela creada por el gobierno bajo la presión de los acreedores y con el respaldo del conservadurismo local, favorecía un "ajuste" de corte tradicional. La intensificación de las medidas contraccionistas que fundamentaran al programa de ajuste se sumó y se coludió con la adaptación estructural de la economía que entre aciertos y tropiezos vienen persiguiendo los poderes públicos desde mediados de los años setenta. También se toma más penoso el reciclaje de las empresas, que en lo que toca a los cambios de insumos, procesos y productos, tuvieron que realizar una cirugía en frío, por decirlo así, cambiar en medio de restricciones crediticias cre■^ En el campo de los energéticos se registran algunas excepciones. El programa de sustitución del combustóleo —bajo la responsabilidad del MIC-BNDES—, por ejemplo, está obteniendo resultados considerables. 718 El TRIMESTRE ECONÓMICO cientes y frente a una contracción sin precedentes de sus mercados. Como tratamos de poner en claro, el fracaso del ajuste convencional sólo se hizo evidente, dado el proceso intenso de sustitución de importaciones, realizado al margen y aun a despecho de las políticas de ajuste. En los primeros meses de 1984 se sumaron nuevos fenómenos a este cuadro. Mientras que el gobierno anunciaba medidas capaces de dar una vuelta más al círculo de la recesión, las relaciones comerciales con el exterior presentaban resultados sorprendentemente favorables. En una palabra, el saldo comercial del primer cuatrimestre se ubicó cerca de mil millones de dólares por encima de lo requerido para alcanzar al final del año el pretendido superávit de 9 mil millones de dólares. En un sistema de cambio controlado la conversión en cruceiros de este saldo adicional debería mejorar las condiciones de liquidez de la economía, dando margen a su expansión ordenada en la única dirección que no se encontraba (supuestamente) impedida. El gobierno, sin embargo, ima vez más apoyado por voces conservadoras, echaría mano de diversas medidas tratando de esterilizar los recursos adicionales. Al aislar la economía, impidiendo que se valiera del impulso que le llegaba por la vía de la balanza comercial, las autoridades gubernamentales, además de violar los supuestos de la doctrina del ajuste," ponían en claro que, a su entender, una vez dominado el proceso de estrangulamiento externo el techo pasa a ser la inflación. Debemos tratar de desentrañar el significado de esta sustitución de los techos. Hay una diferencia cualitativa entre el límite impuesto por el colapso de la capacidad de importar y la alegada barrera colocada por la inflación. El primer límite, al dificultar, o aun impedir por algún tiempo, la utilización plena de la capacidad instalada del país, constituye el equivalente de un bloque naval. En cambio, en el caso de la inflación, la necesidad de vencerla (¿reduciéndola a cuál nivel?, ¿en cuál plazo?) deriva de la adhesión de las autoridades a posiciones ampliamente cuestionadas en lo que se refiere a la evaluación de los efectos de la inflación sobre el funcionamiento de la economía, e infundadamente optimistas en lo que concierne a la eficacia del combate a la inflación por la vía de la contención monetaria. En suma, mientras que el estrangulamiento externo se impone como un reto real (habiendo en lo general diferentes maneras de enfrentarlo), la inflación surge como un reto doctrinario. En efecto, jamás se logró alguna comprobación de que la inflación 10 Véase por ejemplo WiUiam Day, "Domestic Credit and Money Ceiling Under Altemative Exchange Rale Regimes", nap Staff Papers, vol. 26, septiembre de 1979. ADAPTAaóN ESTRUCTURAL BRASILEÑA 719 fuera en este país incompatible con el crecimiento económico. Por lo conIrario, la economía brasileña se expandió durante decenios con tasas de inflación superiores a las que consideraban admisibles los monetaristas en turno. Lo que se ha establecido, aquí como en otras partes, es que el combate a la inflación por los instrumentos tradicionales impide el crecimiento, y esto por un periodo que, como lo comprueban ciertas experiencias, puede ser superior al social y políticamente tolerable. Tomando en cuenta este hecho hay que admitir que la implantación de un programa antinflacionario ortodoxo —al ingresar la economía a su cuarto año consecutivo de recesión— constituye una aventura de resultados imprevisibles. Esta aventura parece ser en particular absurda en una sociedad como la brasileña, objetiva y subjetivamente adaptada a la inflación, y reconocidamente impreparada para soportar el desempleo en masa.