El programa iconográfico del Tapiz de la Creación: El Círculo del

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ISSN 1886-1741
X Edición de la Gaceta hispánica de Madrid
El programa iconográfico del Tapiz de la Creación:
El Círculo del Génesis y la Leyenda de la Verdadera
Cruz
Elisabet Adriana AVILÉS
Figura 1: Bordado con escenas del Calendario, del Génesis y de la Leyenda de la Verdadera Cruz, 1050 – 1100,
Catedral de Girona1
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El Tapiz de la Creación (1050–1100) es un importante bordado románico cuya
fecha de realización, por su estilo y el contenido de las imágenes, no sería anterior a la
segunda mitad del siglo XI. Desconocemos dónde se hizo el Tapiz y cuál fue su propósito
específico. Es posible que fuera comisionado poco después de la consagración de la
Catedral de Gerona en 1037 (Baert 115) y que, por la similitud entre algunas imágenes de
la época en Gerona, fuera de un taller de bordadores de la ciudad (Yarza, “Entre lo
medieval” 14). Lo que ha permanecido del Tapiz está conservado en el Museo de la
Catedral de Gerona. El bordado no ha sobrevivido en su totalidad, falta la mayoría de la
zona inferior, que cuenta la historia de la Verdadera Cruz, y se conservan sólo fragmentos
de los cuadrados a la derecha, que contienen los meses y los símbolos de la luna y de un
río. En su estado actual el bordado mide 4,70 x 3,65 m. (Garcia y Renau 11), pero en su
estado original hubiera podido medir hasta 12 m. de altura (Yarza “Entre lo medieval” 6).
Como ya se ha mencionado, el Tapiz de la Creación no es un tapiz sino un bordado.
Por lo tanto se hará referencia al “Tapiz” y al “bordado”, términos intercambiables para los
objetivos de esta investigación. La obra muestra un complejo programa de iconografía de
composición cupular, que tiene como enfoque principal la imagen de Cristo, que está
situado dentro del círculo central en su estado actual (Yarza 6). Los otros elementos
principales son: el Ciclo de la Creación, que incluye los dos círculos centrales; la historia de
la Verdadera Cruz, que ocupa el fragmento horizontal de la zona inferior; el Calendario,
cuyos componentes son el círculo de los Años dentro del cuadrado central de la franja
superior y los cuatro cuadrados de las Estaciones a sus lados; los Meses, que constituyen
los bordes verticales a la derecha y a la izquierda; y los círculos del Sol y de la Luna, que
ocupan los cuadrados hacia la parte inferior de los bordes verticales, a la izquierda y a la
derecha respectivamente. Además hay otros elementos que son de la naturaleza: los Cuatro
Vientos, que ocupan el espacio cóncavo del gran cuadrado interior; los cuadrados de los
dos Ríos en los dos ángulos superiores y otros temas bíblicos (el cuadro de Sansón en el
borde superior –adyacente al Río de la izquierda– y –adyacente al Río de la derecha– el
cuadro de otra figura del Antiguo Testamento cuya identidad es dudosa y podría representar
a Caín o Abel).
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Se desarrollará el análisis del Tapiz en dos secciones. La primera se centrará en el
Círculo del Génesis y la relación de sus varios elementos con el círculo interior, y se hará
uso de las ideas presentadas en el libro de M. Assumpta Garcia i Renau El tapís de la
Creació, símbol del sagrat. La segunda parte del trabajo tendrá como enfoque la leyenda de
la Verdadera Cruz, y se basará principalmente en las ideas que Barbara Baert presenta en su
artículo sobre la iconografía de esta leyenda. En los siguientes párrafos, es mi intención
proveer una explicación introductoria a las imágenes que aparecen en el Tapiz y de sus
significados. Empezamos con el centro.
El Ciclo de la Creación
Figura 2: Tapiz de la Creación, detalle: Cristo Cosmocreador2
El Tapiz está organizado visualmente con un sistema de círculos concéntricos,
cuadrados y triángulos. Todas las formas geométricas están proporcionadas, y todas rodean
y dependen del círculo central e interior, donde se representa el Cristo Cosmocreador
(Figura 2). La relación formal entre estos elementos simboliza la armonía total entre el
Creador y todo lo que le rodea, toda la Creación. La unidad superior es el Creador y el
cosmos está en armonía con Él (Garcia i Renau 24). En la Edad Media estaba prohibido
representar a Dios Padre en el arte con un cuerpo físico, pero Dios hecho hombre o
encarnado sí se podía representar (Duby 22). La imagen de Cristo sin barba se sienta en un
trono y en la mano izquierda sostiene un libro abierto con el texto
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SCS DS
(sanctus Deus).
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Sobre la cabeza tiene un nimbo y al lado de sus brazos, las palabras Rex Fortis (Baert 115).
Más allá del diseño geométrico del bordado, todos los símbolos también rodean y dependen
de Cristo, la Unidad superior. En esta estructura podemos ver un reflejo de la mentalidad
cristiano-medieval, que cree en un único Dios al cual todo está subordinado. Cristo lleva el
libro de la Ley con que ordena el universo y dirige el sistema social de los hombres. Cristo
lleva la Palabra de Dios, además es la Palabra de Dios.3 Está presentado, en consecuencia,
como Verbo-creador de todas las cosas y encarnado como la Imagen de Dios (Garcia i
Renau 32).
La relación entre el Hombre Celestial, Cristo, y el hombre terrenal tiene un carácter
de distancia. El Tapiz participa en la tradición iconográfica románica de representar la
Maiestas Domini, o la manifestación de Dios, con una imagen gigante, sedente en un trono.
Es una visión sobrehumana que no marca las semejanzas sino la distancia que separa a Dios
del hombre (Yarza, “Cataluña” 239). Sin embargo, la idea de que la totalidad del cosmos es
una imagen de Cristo es un fundamento de la teología del arte cristiano. Cristo tiene la
inscripción de Rex Fortis porque es el Rey de todas las cosas creadas. Es singular en el
Centro y, como el Tapiz es una representación del Universo, el Centro de Cristo coincide
con el centro del Universo. Esto quiere decir que la representación de Cristo en el centro
del bordado simboliza que el Centro del Hombre Universal es lo mismo que el del hombre
terrenal (Garcia i Renau 32). En la Edad Media, objetos e imágenes funcionaban como
mediadores que facilitaban la comunicación con el mundo espiritual. Esta representación de
Cristo lo hubiera hecho “presente aquí abajo” mientras cumplía la función pedagógica de
enseñar a los analfabetos (Duby 10); por esto una relación con Dios era posible aunque
hubiera clara distancia entre el hombre y Él.
Un círculo estrecho con la frase DIXIT
QUOQUE
DEUS
FIAT LUX ET FACTA EST LUX
bordea el Centro y lo comunica con los elementos semi-triangulares del ciclo del Génesis
que lo rodean (Figura 2). Cristo es el Verbo-creador que ordena y relaciona los otros
elementos (Garcia i Renau 26) que están divididos en ochos secciones. Todas adyacentes y
3
Evangelio según San Juan 1v1-5: “En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba junto a Dios, y la
Palabra era Dios. Ella estaba en el principio junto a Dios. Todo se hizo por ella y sin ella no se hizo nada. Lo
que se hizo en ella era la vida y la vida era la luz de los hombres, y la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas
no la vencieron.”
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radiando del Centro, las ocho escenas forman el círculo grande que está rodeado por otro
círculo-anillo estrecho, que contiene la inscripción IN PRINCIPIO CREAVIT DEUS COELUM ET
TERRAM, MARE ET MONIA QUA IN EIS SUNT ET VIDIT
VALDE BONA.
DEUS CUNCTA QUE FECERAT ET ERANT
Esté círculo-anillo exterior es el Círculo de la Creación.
Figura 3: Tapiz de la Creación, detalle: Los tres círculos sobre las Aguas
4
Tres formas semi-triangulares, con los tres círculos sobre las Aguas, están situadas
dentro del semicírculo superior del Círculo de la Creación. Contienen las siguientes
imágenes, de la izquierda hacia la derecha: la Creación del Firmamento, el Espíritu sobre
las Aguas y la Separación de las Aguas con la Creación de los Astros. Estos tres círculos
hacen referencia a la Trinidad. Orientado con el eje vertical del Centro, se encuentra el
Espíritu de Dios que sobrevolaba la faz del abismo (Yarza, “Entre lo medieval” 13). La
inscripción en latín que aparece dentro de este círculo, traducida, dice: “El Espíritu de Dios
batía las alas sobre las Aguas”. El Espíritu está representado como una paloma blanca con
las alas extendidas. Lleva un nimbo cruciforme como el del Cristo Cosmocreador, pero de
color beige-rosado y una cruz más simple, que la identifica con el símbolo del Dios
cristiano (Garcia i Renau 42).
Dentro del círculo, a la izquierda, aparece una inscripción en latín que, traducida,
quiere decir: “Dios hizo el firmamento en medio de las aguas” (Garcia i Renau 43). La
referencia al círculo sobre las aguas no aparece en el libro del Génesis, sino en Job 26v105
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Job 26v10: “Trazó un cerco sobre la faz de las aguas, en los confines de la luz y las tinieblas.”
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y Proverbios 8v276. En latín la palabra firmamentum significa cielo. Este firmamento
circular, firme y estable, representa al Cielo como símbolo de la Transcendencia y hace
referencia a las imágenes del Cosmos. El color azul representa el simbolismo de lo
inmaterial. El cielo es un símbolo del estado divino inalcanzable, al cual tienen acceso solo
ciertos privilegiados. En la Edad Media esto incluía a los reyes, los santos y los jefes
guerreros, que tenían un nivel más alto en el sistema jerárquico por ser las representaciones
de Cristo o los intermediarios con acceso a Dios. La forma de este círculo también está
relacionada con la corona que, por estar colocada sobre la cabeza, es símbolo de la
transcendencia (Garcia i Renau 44). Este simbolismo recuerda a la oración verdadera de
Cristo, al “Padre nuestro que estás en los cielos”7, de forma que la representación de la
Creación del Firmamento es un símbolo de Dios Padre.
El Firmamento también aparece en el triángulo de la Separación de las Aguas y la
Creación de los Astros. El Sol y la Luna juntos significan la unión de contrarios o la
superación de la dualidad y, por esto, la unificación de la Aguas Superiores e Inferiores. El
Sol es la fuente de la Luz y el elemento activo. La Luna representa la Luz y el elemento
pasivo. El Sol rige el día y la Luna la noche (Garcia i Renau 44). El Firmamento entre las
Aguas Superiores e Inferiores es la intersección entre el Cielo y la Tierra, que corresponde
a Cristo, Hijo del Cielo –masculino– y de la Tierra –femenina– (Garcia i Renau 45). En
otras palabras, la imagen de Cristo, cuando es representada como parte de la Trinidad,
significa que Él es aún más que el Creador que ordena el Cosmos. También es el
intermediario que hace posible la relación con Dios Padre (Las Aguas Superiores, o el
Cielo) y el hombre terrenal (Las Aguas Inferiores, o la Tierra). Queda más claro que la
esfera de la Creación de los Astros se refiere a Cristo cuando recordamos la inscripción del
círculo-anillo que bordea el Centro (Figura 2): “Dijo Dios, Haya luz, y hubo luz”.8
6
Proverbios 8v27: “Cuando colocaba los cielos, allí estaba yo; cuando trazaba la bóveda sobre la superficie
del océano.”
7
Evangelio según San Mateo 6v7.
8
Génesis 1v3.
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Figura 4: Tapiz de la Creación, detalle: El Ángel de las Tinieblas y el Ángel de la Luz9
Por ambos lados del Espíritu sobre las Aguas está el Ángel de las Tinieblas y el
Ángel de la Luz. Los Ángeles, como la Luz, son símbolos de la manifestación divina. La
combinación de la forma humana con las alas contribuye a establecer un fuerte ritmosímbolo entre los ángeles y los pájaros que aparecen en la escena de la Creación de los
Animales (Figura 5). Como el Círculo de la Creación de los Astros, los ángeles hacen
referencia a la transcendencia o la elevación espiritual, y a la relación entre el Cielo y la
Tierra, que es la comunicación entre el estado humano y la Divinidad. Son aspectos del
Verbo divino o el Hombre Universal. Sabemos esto en parte por su representación visual en
el bordado. Un pie del Ángel de las Tinieblas penetra en el espacio de la Creación del
Firmamento, que pertenece a la simbología de Dios Padre, y un pie del Ángel de la Luz
penetra en el espacio de la Separación de las Aguas, que pertenece a la simbología del Hijo
Cristo. Así los ángeles transcienden al nivel espiritual y divino, mientras que tienen cuerpos
humanos. Los ángeles equivalen al estado humano paradisíaco, antes de la caída (Garcia i
Renau 50).
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Figura 5: Tapiz de la Creación, detalle: La Creación de los Animales Marinos y Voladores10
El Océano Primordial en forma circular era una representación común en la Edad
Media. Como las Aguas que envuelven el círculo del Espíritu sobre la Aguas y del
Firmamento (Figura 3), estas Aguas son una imagen del Caos divino de donde todo sale y a
donde todo regresa (Garcia i Renau 53). Los Animales Marinos, o los Monstruos, ocupan el
espacio de las Aguas y miran hacia arriba. Todos los pájaros levantan la cabeza hacia el
Centro, en la dirección del Cristo Cosmocreador.
Dos figuras de interés particular son la serpiente y el águila, situados en el eje
vertical del Centro. El águila es el pájaro de vuelo elevado, una imagen parecida a las alas
de los Ángeles de las Tinieblas y de la Luz (Figura 4); es un símbolo de la iluminación y
del contacto con el mundo superior (Garcia i Renau 55). La serpiente en este caso no se
identifica inmediatamente con el diablo y con el mal, porque en su cuerpo hay tres espirales
que corresponden a tres niveles: el inferior, el intermedio y el mundo superior que hemos
visto en la Separación de las Aguas y la Creación de los Astros; la serpiente simboliza la
relación con el renacimiento eterno y la evolución mística del Universo hacia la Eternidad
(Garcia i Renau 54). Lo que vemos es un fuerte ritmo en el Tapiz entre Águila-Serpiente,
Aire-Agua, Esfera Superior-Esfera Inferior. Los Ángeles están situados en el semicírculo
superior del Círculo de la Creación y se identifican más con la Trinidad y la esfera
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espiritual del Cielo, mientras los Animales ocupan la mitad inferior del semicírculo inferior
y se identifican más con el hombre terrenal y la Tierra.
Figura 6: Tapiz de la Creación, detalle: El Paraíso11
Las escenas del Paraíso aparecen a ambos lados de los Animales y en un nivel
superior a ellos. Además, las dos escenas –en que Adán está presente– son adyacentes a los
espacios de la Creación del Firmamento y la Separación de las Aguas y ejemplifican que el
hombre terrenal tiene en el Universo una posición más alta que la de los animales por su
relación con el Hombre Celestial. En el semi-triángulo derecho Adán dona nombres a los
animales terrestres, y a la izquierda está la Creación de la Mujer y los Árboles de la Vida y
de la Sabiduría. Adán figura como un precursor de Cristo, pues de él procede la Creación
de la Mujer; al otro lado, Adán “ilumina” a los animales a través del proceso de darles
nombres.
En los siglos XI y XII son numerosos los ejemplos en los que, sucesivamente, se
encuentra en la creación el pecado y la caída, pero en el Ciclo de la Creación del Tapiz no
se habla explícitamente de la Creación de Adán y, sobre todo, de la tentación y la caída; se
acentúan, por el contrario, los aspectos positivos y se dejan de lado los negativos (Yarza,
“Entre lo medieval” 6). El Tapiz es una representación del Universo y es Sagrado (Garcia i
Renau 31). El simbolismo de cada elemento está en armonía con el Centro. Se trata de una
serie de reflejos. Primero, las dos escenas del Paraíso son reflejos de forma y de posición en
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el bordado. Luego, en la Creación de la Mujer, Eva sale del costado de Adán, de su eje
horizontal y con los brazos extendidos. Ella es un reflejo de él, como la Luna lo es del Sol,
y la unión de sus figuras refleja las formas de los dos Árboles al lado, que también son
dobles o reflejos. El semicírculo inferior del anillo de la Creación y la Creación de los
Animales Marinos y Voladores y el Paraíso son un reflejo del semicírculo superior con los
Ángeles de la Tinieblas y de la Luz y la Trinidad (Garcia i Reanu 70). Todos los símbolos
del Tapiz están conectados y son dependientes de la imagen de Cristo en el Centro, y esto
representa que todo en el Universo está ordenado por el Dios Cosmocreador y es
dependiente de Él.
La Leyenda de la Verdadera Cruz
Figura 7: Tapiz de la Creación, detalle: Fragmento de la Leyenda de la Verdadera Cruz
12
Para un entendimiento mejor del fragmento de la Leyenda de la Verdadera Cruz,
volvemos a la imagen de Cristo en el círculo central (Figura 2). Las palabras que
acompañan a Cristo, Rex Fortis, nos pueden revelar algo sobre el sistema político del
medioevo. Originalmente la función del rey era simbólica y sagrada aunque más tarde
pasaba a ser político-profana. En la Edad Media, con los reyes carolingios, el rey era un
símbolo de Dios, en su aspecto de organizador del Cosmos, y era su representante en la
tierra. El emperador, situado en el centro del imperio, era un símbolo del eje central y el rey
era un prototipo del Hombre Universal, situado en el Centro del Cosmos que organiza
(García i Renau 35). La coronación sagrada era muy importante en la historia del arte
europeo. En el caso de los carolingios la consagración consistía en la unción del rey,
convirtiéndolo en el ungido del Señor, como los reyes hebreos del Antiguo Testamento o
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como Cristo mismo (Duby 28); equivalía a una renovación o reorganización, y se celebraba
la coronación del rey en año nuevo (Garcia i Renau 36). La coronación sagrada de
Carlomagno en 800 tuvo consecuencias directas para la restauración del imperio cristiano.
Una vez coronado emperador, Carlomagno se lanzó a la Reconquista. También empezó a
construir y decorar edificios de piedra como había hecho Constantino (Duby 29). El
programa artístico proyectaba la identidad del nuevo Imperio como el renacimiento de la
Roma cristiana (Duby 31), así como el título de Rex Fortis dentro del círculo central indica
la función que tiene Cristo de crear y organizar un Cosmos nuevo, de pasar del mundo
caótico y profano al Mundo sagrado (Garcia i Renau 36).
No exenta de este linaje artístico, la simbología del Tapiz de la Creación también
implica una conexión entre el Rey Cristo y el Imperio. El fragmento horizontal del bordado
que conecta los cuadrados de febrero y noviembre, y que ocupa la parte inferior, está
ocupado por la Leyenda de la Invención de la Verdadera Cruz. Se trata de la historia de la
Cruz triunfante de Jesús a partir del momento en que una tradición tardía recoge que santa
Elena, madre del emperador Constantino, se desplazó a Tierra Santa a fin de descubrirla.
Dentro de estos escenarios se distingue la parte superior de una gigantesca cruz verde e
inclinada, llevada por una figura con una corona, donde el símbolo imperial se manifiesta.
Por su estatura esta figura probablemente equivalía a la figura de Cristo en el Centro (Baert
115).
Figura 8: Tapiz de la Creación, detalle: la Cruz y la Corona13
Es probable que la figura que porta la Cruz gigantesca sea un emperador y no
Cristo. Si fuera Cristo, no llevaría la corona imperial (Baert 121). El emperador portador es
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más probablemente Heraclio que Constantino (Yarza, “Entre lo medieval” 8). Según Baert,
la iconografía románica de un emperador portador siempre está relacionada con el
emperador Heraclio (122) y con la tradición de la restitución de la Cruz, que cuenta que
Heraclio rescató la reliquia de la cruz del rey persa. Si la figura es Heraclio, lleva su corona
específicamente para evitar confusión con Cristo (123). El papel de Heraclio es muy
importante en el Tapiz porque ocupa un espacio mucho más enfático que el de la historia
misma de la Verdadera Cruz. En el románico es frecuente la similitud iconográfica entre las
representaciones de Cristo y de los reyes o emperadores históricos y mitificados. En estos
casos, tienen poder sagrado y mágico porque eran los intermediarios entre el Cielo y la
Tierra (Garcia i Renau 36). Aquí en el Tapiz habría similitud entre Heraclio y Cristo
simplemente porque aparecerían con la misma altura dentro del bordado.
No sabemos cuál fue exactamente la función del Tapiz pero, por sus dimensiones e
iconografía, es improbable que estuviera desplegado constantemente. Este tipo de bordado
habría tenido una exhibición anual de orden litúrgico. Español sugiere que se habría
colgado en el espacio existente en el piso alto de la galilea, a occidente de la iglesia
románica del siglo XI y conectado visualmente con la nave mayor, que con la
conmemoración de la muerte y resurrección de Cristo adquiría toda su carga simbólica (“El
marco” 177). Baert presenta otra hipótesis: Heraclio está conectado a la Leyenda de la
Invención de la Verdadera Cruz y asociado a la Fiesta de la Cruz del 14 de septiembre.
Elena era asociada a la Fiesta de la Cruz del 3 de mayo (Baert 124). En la iglesia románica
había un sepulcro con un altar dedicado a la cruz. Tal vez el Tapiz fue expuesto durante las
fiestas de la cruz o tal vez tenía una función litúrgica en conexión con el altar de la cruz
(Baert 125).
Baert también presenta un argumento convincente sobre las implicaciones políticas
que la simbología de la Verdadera Cruz podría tener. Sugiere que el Tapiz fue comisionado
poco después de la consagración de la Catedral románica de Gerona en 1037. La inclusión
de la imagen de Heraclio, homólogo tipológico de Cristo, se referiría a la tradición de la
restitución de la Cruz y a su papel de vencedor contra los sarracenos de Persia (en la Edad
Media erróneamente considerados homólogos de los musulmanes) y restaurador de la
salvación a través de la reliquia de la Cruz. El condado de Barcelona, al cual Gerona
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pertenecía, había tenido un papel muy importante como estado cristiano en la batalla
contra los musulmanes (Baert 124). Si la interpretación que Baert presenta de la iconografía
de la Verdadera Cruz es correcta, añadiría algo al significado global del Tapiz: por medio
de la victoria en la guerra contra el Islam, se puede restaurar el Paraíso en nombre de la
cruz del Rex Fortis (125).
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