ARMADA ARGENTINA DEPARTAMENTO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS NAVALES NAUFRAGIO DEL REMOLCADOR ARA GUARANÍ EN UNA MISIÓN HUMANITARIA EN TIERRA DEL FUEGO Remolcador ARA Guaraní fondeado en el Puerto de Ushuaia En los últimos años de la década de 1950, la Armada Argentina desarrollaba una intensa actividad en la Antártida, que constaba de campañas anuales y ocupación efectiva del territorio austral a través de dotaciones permanentes en los destacamentos navales y temporales en los refugios. Durante las operaciones de parte de la Flota de Mar se cumplían con actividades científicas oceanográficas y meteorológicas, balizamientos y reconocimiento topográfico mediante aerofotografías, además del habitual recambio de personal perteneciente a la Marina y Ejército. Para el año 1958, la Marina de Guerra tenía instalado en la Antártida los destacamentos Melchior, Decepción, Almirante Brown, Esperanza y había pasado a su jurisdicción Orcadas. Además, poseía una decena de refugios navales y una treintena de balizas. ARMADA ARGENTINA DEPARTAMENTO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS NAVALES En el destacamento Melchior, el primero en ser inaugurado en la Antártida el 21 de marzo de 1947, existió hasta 1961 una dotación permanente de marinos que realizaban tareas científicas y soberanas. En octubre de 1958, el Cabo Segundo Cocinero Mario Oliva que se encontraba apostado allí, tuvo que ser intervenido quirúrgicamente de urgencia por una apendicitis aguda. Para su recuperación post operatoria se necesitaban medicamentos y plasma, por lo que fue realizada una llamada radial pidiendo los preciados antibióticos. Para el operativo humanitario, se destacó al teatro de operaciones un Douglas DC-4 CTA-2 perteneciente a la 1ra. Escuadrilla de Transportes Aeronavales, que recibió la orden de volar hasta Río Gallegos y allí prepararse para lanzar la medicina Remolcador ARA Guaraní solicitada sobre el destacamento. En ese sector no existían estaciones que dieran cuenta del tiempo, ni tampoco las condiciones meteorológicas en la ruta eran buenas, razón por la cual se destacó como buque de apoyo el remolcador A.R.A. Guaraní, que tenía asiento en la Base Naval de Ushuaia. Tenía como función hacer de aviso de estación al CTA-2. El Guaraní zarpó de la Base Naval Ushuaia con una dotación de 38 hombres en la madrugada del 14 con condiciones climáticas adversas para la navegabilidad. Se dirigió por el canal Picton hacia la salida del Canal del Beagle y de allí a mar abierto. La última información recibida por radio en las últimas horas de la jornada hablaba de filtraciones de agua en la zona de popa y en el cuarto de máquinas. Se encontraba navegando a 7 millas al sur del Cabo Hall frente al Estrecho de Lemaire, en el extremo sudeste de Tierra del Fuego. ARMADA ARGENTINA DEPARTAMENTO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS NAVALES Por su parte, el Douglas al mando del Capitán de Corbeta Eduardo Ruiz, debía lanzar los bultos a una altitud de sólo 60 a 90 pies de altitud. En esa época del año, el Continente Blanco tiene un intervalo de dos a tres horas de luz solar. La misión fue llevada con éxito durante el mediodía del 15 de octubre sin apoyo desde el agua. Luego de lanzar los medicamentos y otras provisiones regresaba hacia Río Gallegos, momento en que recibió la noticia desde tierra de la pérdida de contacto con el remolcador. De esta manera, fue éste Douglas C4 el primer medio en acudir al auxilio del buque desaparecido. Realizó un vuelo de superficie durante un par de horas sin lograr contacto alguno con el buque, resaltando los tripulantes de la aeronave los vientos de más de 180 km/h que soplaban en la zona de la Isla Nueva. El 15 de octubre fueron destacados al área del naufragio buques con asiento en la Base Naval Puerto Belgrano y Mar del Plata junto a cinco aviones navales, uno de Fuerza Aérea y uno civil de Aerolíneas Argentinas. Una de las aeronaves pertenecientes a la Armada, logró divisar días después manchas de aceites esparcidas a 8 millas al sudoeste del Cabo Buen Suceso. El 19 de octubre comenzaron a llegar las unidades destacadas al lugar, los destructores Cervantes y San Luis, el remolcador Diaguita y las fragatas chilenas Covadonga e Iquique. Fueron encontrados ese mismo día por el Diaguita una caja con la inscripción del naufragio y un modelo en escala de su casco en la costa oriental de la Isla de los Estados. Éstos fueron los únicos vestigios hallados del remolcador. Paulatinamente, los buques designados para la misión de salvataje fueron retornando a sus bases de origen. El 5 de noviembre se dio por finalizada la búsqueda con el regreso del destructor San Luis. En el temporal perecieron ahogados sus 38 tripulantes, entre ellos seis Oficiales, tres Suboficiales, dieciséis cabos, cinco marineros y ocho conscriptos. Para homenajearlos, ARMADA ARGENTINA DEPARTAMENTO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS NAVALES se realizaron diversos actos conmemorativos y por Resolución del Secretario de Estado de Marina, a partir del 12 de enero de 1959 “todo buque de la Armada Argentina que pasase por Mv. 161 del Cabo Buen Suceso, distancia 6,5 millas y una vez por viaje, debía rendir honores, formando la tripulación en cubierta y tocando el trompa „oración’, o en su defecto, con pito marinero”. Esta disposición caducó a los cinco años de la desaparición del buque. Para recordar al buque, se denominó Guaraní al muelle construido sobre las aguas de la Ensenada Zaratiegui en honor a su comandante, el Capitán de Corbeta Gerardo Zaratiegui. También, una calle de la ciudad de Ushuaia pasó a tener su nombre a partir de mayo de 1968. En esta misma localidad, en 2008 con la conmemoración de los 50 años se inauguró una sala del Museo Marítimo con el nombre de ARA Guaraní, placas recordatorias de los tripulantes en una plazoleta y la presentación de la estampilla del remolcador. El Guaraní llevó adelante una misión compleja, sabiendo su tripulación el riesgo que implicaba salir a navegar con un temporal de inusitada violencia que se extendió durante una semana. Sin embargo, prevaleció el espíritu humanitario de apoyar logísticamente al Douglas DC-4 CTA-2 para lograr salvar a un compatriota. Ninguno de los miembros de su dotación logró sobrevivir al naufragio, aunque la desaparición física de ellos no fue en vano, demostrando cualidades profesionales, de compañerismo y dedicación al cumplimiento del deber. TENIENTE DE FRAGATA FRANCESCO VENTURINI