Tema 12. IMPLEMENTACIÓN DEL PROGRAMA: ASPECTOS

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Tema 12. Implementación del programa: aspectos procedimentales.
Julia García Sevilla
Tema 12.
IMPLEMENTACIÓN DEL PROGRAMA:
ASPECTOS PROCEDIMENTALES
Resulta difícil delimitar qué es o no es un programa de intervención, puesto que no
todas las intervenciones pueden considerarse programas, ni todos los elementos de un
programa tienen la misma importancia. En cualquier caso, algunos de los requisitos que
ha de cumplir cualquier proceso de implementación de un programa de intervención han
de ser los siguientes:
‚
Planificación o diseño: supone la especificación por escrito de los objetivos que
se pretenden conseguir, de las actividades ue se llevarán a cabo para conseguir
cada uno de los objetivos, de los recursos materiales y personales que se van a
utilizar en la realización de dicha actividades, de la duración, del tiempo
necesario, etc. En este sentido, un programa es un documento escrito que sirve
de guía para la acción, tanto a quienes lo coordinan y/o ejecutan como a los
destinatarios del mismo.
‚
Implementación: Una vez diseñado, el programa tiene que implementarse, en
principio, tal y como fue previsto –recursos materiales y personales, actividades
y experiencias diseñadas, secuenciación y duración, etc.-, y simultáneamente
tiene que seguir siendo evaluado de forma continuada. Esta evaluación permitirá
averiguar si los distintos componentes del programa se están desarrollando tal y
como habían sido planificados.
En definitiva, para la elaboración de un programa de rehabilitación cognitiva es
necesario tener presente determinados principios metodológicos que orienten tanto el
momento de su planificación como el proceso mismo de implementación del programa.
A continuación vamos a ir describiendo cada uno de ellos.
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Tema 12. Implementación del programa: aspectos procedimentales.
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1. Programación de objetivos y módulos de entrenamiento
Cualquier programa de intervención no tiene sentido sin unos objetivos previamente
especificados. Los objetivos son el punto de partida del programa, y ponen en marcha lo
que es el desarrollo de todas las actuaciones posteriores que se van a desarrollar.
Obviamente, no todos los programas de estimulación cognitiva tienen los mismos
objetivos. Generalmente, los objetivos vienen determinados por el tipo de usuarios a los
que va destinada la intervención, por un lado, y por los déficits cognitivos concretos que
presentan dichos usuarios. En la Tabla 1 presentamos un ejemplo de los objetivos que
normalmente suelen formar parte de los programas de estimulación cognitiva que van
destinados a personas mayores con problemas de memoria. En la tabla 2 presentamos
algunos objetivos delimitados según las áreas cognitivas que se pretenden estimular.
Tabla 1. Objetivos del Programa “Programa de Memoria. Método UMAM” (Montenjo, Montenegro,
Reinoso, de Andrés, y Claver, 1997).
ƒ
Dar a conocer qué es y cómo funciona la memoria.
ƒ
Lograr una mejora del proceso de recordar haciendo hincapié en cada una
de las 3 fases de la memoria.
ƒ
Tratar de resolver los fallos de la memoria que suceden en la vida
cotidiana.
ƒ
Ayudar a ser conscientes de las posibilidades de mejora y cambiar las
actitudes negativas sobre la pérdida de la memoria en los mayores.
ƒ
Favorecer la comunicación entre las personas del grupo.
ƒ
Mejorar la autoestima y el estado de ánimo.
ƒ
Favorecer la participación de las personas en otras actividades de la
comunidad.
Finalmente, en la tabla 3 presentamos los objetivos –no todos, dada su extensión - de un
programa totalmente individualizado para un un niño de 15 años con parálisis cerebral
tetraparesia espástica, retraso mental severo (edad mental diagnosticada de 18 meses) y
afectación visual grave, elaborados a partir de su evaluación previa. Si comparamos las
tablas descritas, podemos ver la diferencia de objetivos planteados, así como su
especificidad.
En cualquiera de los casos, los objetivos prioritarios de cualquier programa de
estimulación cognitiva se encuentran referidos a la intervención cognitiva propiamente
dicha, puesto que el objetivo fundamental de la estimulación cognitiva es intervenir
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Tema 12. Implementación del programa: aspectos procedimentales.
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precisamente en la esfera cognitiva del individuo. Dichos objetivos se clasifica en
muchas ocasiones en objetivos generales y objetivos específicos (ver Tabla 3).
Tabla 2. Posibles objetivos a tener en cuenta a la hora de estimular áreas cognitivas específicas.
Ejemplos de objetivos relacionados con la
atención y la memoria
Ejemplos de objetivos relacionados con el
pensamiento y el lenguaje
‚
Ejercitarse para observar detalles y hacer
un esfuerzo de precisión y coordinación
visomotriz.
‚
Aprender a organizar la percepción
agrupando y clasificando por categorías
‚
‚
Optimizar los niveles de atención sobre
los estímulos y materiales.
Aprender a encontrar relaciones en estas
categorías
‚
‚
tomar conciencia de la importancia de la
atención y la observación para aprehender
datos
y
luego
memorizarlos
eficientemente.
Identificar un todo a partir de uno o más
elementos
‚
Desarrollar y ejercitar el razonamiento
lógico-abstracto
‚
Aprender a introducir un orden en el
desorden
‚
Desarrollar el sentido práctico de la
organización
‚
Estimular a dar soluciones creativas a
ciertos problemas.
‚
Estimular el lenguaje comprensivo y
expresivo. Favorecer el acceso léxico, la
categorización y conceptualización.
‚
Ejercitar el lenguaje y el vocabulario.
‚
Estimular el
conversación
‚
Estimular el lenguaje narrativo
‚
Desarrollar, mantener y mejorar las
capacidades comunicativas del enfermo
en el ámbito social y familiar.
‚
desarrollar la atención a partir de
estímulos sensoriales a fin de constituir
referentes que faciliten la evocación.
‚
Entrenar la atención sostenida.
‚
entrenarse en concentrarse en una tarea a
fin de desarrollar la capacidad de atención
para facilitar la retención y evitar
interferencias en la memorización.
‚
‚
‚
Ejercitar la memoria inmediata, mediante
la presentación de estímulos visuales y
auditivos.
Optimizar la memoria reciente, mediante
la presentación de estímulos verbales y
visuales.
Ofrecer
elementos
emotivos
que
favorezcan la permanencia de los
recuerdos lejanos.
lenguaje
expresivo
de
3
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Tabla 3. Objetivos del “Programa de Estimulación para un niño plurideficiente” (Carnicero, Huerta,
Simón y Gil, 2001)
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Tema 12. Implementación del programa: aspectos procedimentales.
OBJETIVO
GENERAL
DEL
PROGRAMA
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Con la aplicación de esta programación pretendemos aumentar el conocimiento que J.
tiene del entorno que le rodea y de sí mismo; todo ello en un ambiente que propicie y
fomente la motivación y la alegría de J. y la experimentación a través de los distintos
sentidos. Para todo ello, hemos centrado nuestra atención educativa en la estimulación
en todos los ámbitos: estimulación visual, auditiva, táctil, gustativa, olfativa y
respiratoria, estimulación comunicativa y estimulación motriz.
Estimulación visual
▫ Elevar el nivel de conciencia de presencia de luz desde la sensación a la percepción
facilitando la atención visual.
▫ Estimular el contacto visual como parte de una experiencia compartida.
▫ Estimular la conciencia de atención hacia
la cara
movimientos del otro y algunos gestos apoyados por la voz.
de
otras
personas,
Estimulación auditiva
▫ Reaccionar ante sonidos hechos con distintas partes del cuerpo o con distintos
elementos, de intensidades diferentes.
▫ Producir sonidos de diferente juguetes ó instrumentos de percusión y localizar
fuentes de sonido girando la cabeza en los distintos planos de movimiento.
▫ Utilizar la música para relajar distintas partes del cuerpo, a la vez que podemos
utilizar algún contacto físico.
Estimulación táctil
OBJETIVOS
▫ Despertar distintas sensaciones en partes del cuerpo tales como: la cara, las manos,
los brazos y las piernas, principalmente.
▫ Conseguir una mayor conciencia de sus manos, sus dedos, sus brazos, sus piernas y
su cara.
ESPECÍFICOS
▫ Utilizar, cada vez con mayor frecuencia e intencionalidad, el tacto como fuente de
exploración de distintos objetos.
Estimulación gustativa
▫ Favorecer la deglución, y si es posible la masticación, como actividad prefónica que
potencia y desarrolla los músculos que intervienen en la fonación
▫ Probar diferentes sabores y texturas para que muestre sus preferencias.
Estimulación olfativa y respiratoria
Mejorar la capacidad y habilidad respiratoria.
Acercar distintas sensaciones olfativas y esperar respuestas de agrado ó desagrado.
Estimulación comunicativa
▫ Favorecer los prerrequisitos de la comunicación, a través de los diferentes tipos de
estimulación.
▫ Favorecer y estimular la producción vocálica.
▫ Comprender sencillas órdenes.
Estimulación motriz
▫Conseguir relajar la espasticidad de miembros superiores e inferiores.
▫ Conseguir un buen control cefálico, ya sea decúbito supino, decúbito prono y en
sedestación.
▫ Ganar movilidad articular en extremidades superiores e inferiores y evitar más
retracciones.
▫ Conseguir manipulación y pinza fina.
▫ Conseguir el equilibrio del tronco en sedestación.
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Ahora bien, recordemos que la estimulación cognitiva se enmarca en un trabajo
multidisciplinar y la intervención conjunta sobre diferentes esferas; a saber, no sólo el
cognitivo, sino también el emocional y el social. Ello hace que, en ocasiones, se incluya
una serie de objetivos secundarios, que no por ello son menos importantes. Estos
objetivos podrían ser agrupados de la siguiente manera (Acuña y Risiga, 2001; Ginarte,
2002; Peña-Casanova, 1999):
‚
Psicoterapéuticos. En estos caos, la estimulación cognitiva pretende que la
persona disminuya sus problemas emocionales (sobre todo de ansiedad) ante sus
problemas cognitivos y adquiera actitudes y conductas positivas que permitan
compensar dichos problemas: reforzar la identidad, estimular la motivación,
estimular la comunicación, estimular el interés y la curiosidad, ganar confianza
en sí mismo, seguridad, conseguir que adquiera actitudes positivas que permitan
compensar los problemas, etc.
‚
Socioterapéuticos. En buena parte de las ocasiones, la intervención terapéutica
desarrollada en grupo refuerzo los efectos de los programas de intervención
cognitiva debido a la interacción y la participación conjunta de todos los
participantes, el apoyo afectivo y la socialización. Las tareas en grupo permiten
incrementar la autoestima y evitar sentimientos de soledad o de aburrimiento. En
definitiva, además de la intervención propiamente cognitiva, se promueve la
interacción personal.
Por último, indicar que, dada la importancia cobra la familia y/o el cuidador principal en
las personas con problemas cognitivos, muchos programas de estimulación y/o
rehabilitación no sólo centra los objetivos en el paciente, sino también en la familia. La
incorporación de la familia a los programas de rehabilitación es una de las mayores
aportaciones que se han hecho en los últimos años y, en ese sentido, se hace necesario
conocer no sólo las expectativas del paciente con relación al programa de rehabilitación,
sino también las de la familia, y adecuarlas a las posibilidades reales. La participación
activa de la familia durante el proceso de rehabilitación cognitiva desempeña un papel
fundamental. En estos casos, los objetivos suelen ser:
a) proporcionar información acerca de cómo estimular en el ambiente familiar y
aprovechar cualquier situación idónea para ello.
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b) en los casos en los que los deterioros son muy graves e importantes, aliviar a los
cuidadores en la atención permanente del paciente, situación que produce altos
niveles de estrés y descompensación emocional.
En cuanto a los módulos o áreas de entrenamiento, éstos se deciden en función de la
población y de las características individuales del individuo al que va destinado el
programa. Se entrenarán especialmente los módulos más deficitarios, siempre y cuando
sepamos que hay posibilidades de ser rehabilitados. En cualquiera de los casos, debe
intervenirse en todas las áreas afectadas organizándolas en un orden jerárquico, de
aspectos inespecíficos a específicos. Este principio se conoce con el nombre de
jerarquización (Ginarte, 2002).
2. Planificación de las actividades del Programa
Aplicación grupal vs. individual
Cualquier programa de intervención ha de elaborarse de la forma más individualizada,
esto es, ha de estar perfectamente adaptado a los déficits y a las necesidades
individuales del sujeto. Ello hace que, sobre todo en los casos de mayor gravedad, los
programas sean individuales. Pero la mayoría de los investigadores (Fernández-Guinea,
2001; López-Luengo, 2001; Santos y Bausela, 2005; Tirapu, Martínez, Casi, Albéniz y
Muñoz, 1999) están de acuerdo en las ventajas que tiene la implementación de los
programas en un contexto grupal y que, por lo tanto, en la medida en que la naturaleza y
el grado de afectación cognitiva del sujeto lo permita, el trabajo en grupo es más
conveniente que el estrictamente individual por las ventajas socioterapéuticas que
aporta:
‚
Es idónea cuando el objetivo del tratamiento se centra en conductas sociales,
puesto que la propia situación de grupo es una situación real, con lo que se
favorece el aprendizaje y se facilita, por otro lado, la reproducción de situaciones
sociales ficticias (role playing).
‚
La presencia de otros miembros con dificultades similares tranquiliza y
desinhibe al sujeto, además de ayudarle a mejorar su conciencia de enfermedad.
‚
Proporciona una amplia variedad de modelos de conducta y de afrontamiento,
factores que mejoran el aprendizaje y la generalización.
7
Tema 12. Implementación del programa: aspectos procedimentales.
‚
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Supone un importante ahorro de tiempo y dinero al posibilitar la atención
simultánea de varios pacientes con uno o dos terapeutas.
Algunas pautas generales son las siguientes:
‚
Puede ser conveniente combinar sesiones individualizadas para trabajar
determinados aspectos cognitivos con sesiones de grupo en las que se pongan a
prueba las técnicas y las estrategias que se han ensayado de forma individual y
que sirvan para generalizar los resultados a situaciones más ecológicas y
comunes.
‚
Hay sujetos a quienes, por el tipo de problemas que presentan, sólo es posible
administrar el programa de forma individual en las primeras etapas de la
intervención, pero es altamente aconsejable integrarlos en un grupo en cuanto se
den las condiciones para ello.
‚
En el caso de poblaciones terapéuticas, es especialmente importante reagrupar a
los pacientes en función del grado de discapacidad o por discapacidades de la
misma naturaleza, lo que facilitará la adaptación de las tareas.
‚
Para un mejor seguimiento de cada uno de los participantes, el ideal sería formar
grupos pequeños (4-8 personas). En el caso de poblaciones no terapéuticas, los
grupos pueden ser algo más numerosos (8-10 personas).
Momento del día y lugar
Hay que buscar el mejor momento del día para implementar el programa de
estimulación. Existen varios factores que mediatizan el momento en el que se realiza el
programa. En concreto:
‚
Si bien parece que el mejor momento del día es por las mañanas, siempre
dependerá de la hora en la que el usuario esté más activado. Hay sujetos que por
las mañanas están más despiertos e interesados, en cambio a otros les va mejor
por la tarde. Lo importante es crear una rutina y que siempre sea a la misma
hora.
‚
En poblaciones terapéuticas en las que, además de una intervención cognitiva,
reciben un tratamiento farmacológico, debemos observar los efectos que dicho
tratamiento tienen sobre el arousal del sujeto, y buscar el momento del día en
que se hayan más “despiertos” para realizar la intervención.
‚
En el caso de la población infantil, muchos programas de estimulación cognitiva
se aplican en el horario extraescolar y, por lo tanto, por la tarde.
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Tema 12. Implementación del programa: aspectos procedimentales.
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En cualquiera de los casos, el ambiente debe ser lo más tranquilo y relajado posible, e
intentar que sea siempre el mismo, para que el sujeto lo asocie con un ambiente de
trabajo y esfuerzo.
Cantidad y duración de las sesiones.
En cuanto a la secuenciación, frecuencia y duración de las sesiones con que vamos a
llevar a cabo un proceso de rehabilitación cognitiva no existe un criterio unificado. Esto
va a depender del plan terapéutico establecido. Hay programas que se realizan en
sesiones de una hora u hora y media una vez por semana, sesiones de 40 minutos dos
veces por semana, y sesiones de una hora tres veces por semana que duran entre 30 y 45
minutos. Las sesiones pueden ser más frecuentes y durar más, pero ello depende las
necesidades individuales del paciente, de su grado de afectación, de su grado de
fatigabilidad, de su nivel de motivación, etc.
En los casos de demencia y enfermedades neurodegenerativas, por ejemplo, la duración
de las sesiones depende de la fase de la enfermedad (ver Tabla 4). De hecho, el tiempo
máximo que acostumbra a estar alerta un enfermo con demencia en fases iniciales es de
45 minutos a una hora1. En fases más avanzadas la capacidad de atención disminuye, así
como su interés por el entorno, por lo que la duración de las sesiones es menor.
Tabla 4. Secuenciación y temporalización de los talleres de estimulación cognitiva en los casos de
demencias, según la fase de la enfermedad.
Número de
Duración de las
GDS
participantes
sesiones
GDS 3-4
8 personas
1 hora
Frecuencia
3 veces por
semana
GDS 5-6
3-4 personas
30 minutos
4-5 veces por
semana
Elaboración de un cronograma
En el apartado anterior hemos hecho referencia a la frecuencia y duración de las
sesiones. Pero también es importante tener claro cuál va a ser la duración total de todas
y cada una las distintas fases del programa: evaluación psicológica si la hubiera,
duración total del programa (en número de sesiones y/o semanas o meses) qué intervalo
1
Cuando los talleres se realizan grupalmente, a veces las sesiones suelen ser de hora y media.
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Tema 12. Implementación del programa: aspectos procedimentales.
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temporal va a transcurrir desde la finalización del programa hasta la evaluación post y
las sesiones de seguimiento, etc.
Al igual que en el caso anterior, no existe un criterio unificado al respecto. Por ejemplo,
en cuanto a la duración total de un programa, este criterio es muy variable, desde varias
semanas a varios meses. En los casos de envejecimiento no patológico, los talleres de
memoria que se implementan suelen ser relativamente breves: en torno a las 12-15
sesiones. En cambio, en los casos de demencia y enfermedades neurodegenerativas, los
programas no tienen una duración predeterminada; por el contrario, muchas veces es
ilimitada porque la intervención se realiza desde que se detecta la enfermedad hasta que
el proceso de deterioro es tal que ya no puede realizarse la estimulación. En otros casos,
la duración de los programas es amplia pero acotada en el tiempo. Por ejemplo,
Frosting, en su clásico entrenamiento perceptivo visual en niños en los años 70, utilizó
un mínimo de seis meses, con una o dos sesiones semanales, y planteó que el
tratamiento podía extenderse de uno a tres años.
Finalmente, la evaluación neuropsicológica post-tratamiento se realiza de forma
inmediata a la implementación del programa. Pero en ocasiones, transcurrido un cierto
tiempo que es variable, suele volver a realizarse otra evaluación. En la tabla 5
ofrecemos el ejemplo de un cronograma de un taller de entrenamiento de la memoria
para personas mayores con quejas subjetivas de memoria.
Tabla 5. Cronograma del Programa “Programa de Memoria. Método UMAM” (Montenjo, Montenegro,
Reinoso, de Andrés, y Claver, 1997).
Actividad
‚ Implementación del programa (9 sesiones/2 días semana)
‚ Evaluación post
Temporalización
Primer mes
Segundo mes
‚ Primera sesión de seguimiento
Tercer mes
‚ Segunda sesión de seguimiento
Quinto mes
‚ Evaluación final
Sexto mes
Elaboración de un organigrama
Una vez que hemos delimitado cuáles son los módulos de entrenamiento, cuáles de ellos
precisan mayor ejercicio, cuáles son más secundarios, etc., estamos en disposición de
elaborar un organigrama. Un organigrama permite ajustar cómo se va a desarrollar en
el tiempo estipulado de duración de un taller o programa de intervención, cuáles son las
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Tema 12. Implementación del programa: aspectos procedimentales.
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fases en las que hay que dividir el programa, qué módulos se entrenan en cada sesión,
cuánto tiempo de destina al entrenamiento de cada uno de los módulos, etc.
Esquema general seguido en el desarrollo de las sesiones.
El especialista ha de determinar un esquema general de cómo se van a desarrollar las
sesiones. Cada Programa tendrá un esquema específico en función del nº de sujetos,
características de la población, etc. En cualquier caso, algunas pautas generales son las
siguientes:
1) Si se puede, las sesiones se suelen comenzar con la realización de unos
minutos de relajación para favorecer el aprendizaje y asimilación de los
contenidos que se van a trabajar.
2) En el caso de haber encomendado tareas para la casa, se revisa la realización
de dicha tarea
3) A continuación se suele repasar los contenidos expuestos en la sesión
anterior, y se da paso a la exposición de los temas y ejercicios que se han de
desarrollar en la sesión correspondiente.
4) Para terminar, entre todos los participantes se efectúa un repaso de lo
realizado durante la sesión y, en caso de que se considere recomendable, se
encomienda una(s) tarea(s) para realizar en casa.
Finalmente, indicar es importante proveerse de un cuaderno o carpeta donde se llevará
el registro de:
‚
nombre y apellido y datos pertinentes de cada uno de los participantes.
‚
las evaluaciones objetivas que se realizarán desde la iniciación del programa, y
las reevaluaciones sucesivas (por ejemplo, cada tres meses), las observaciones
sobre los rendimientos, las dificultades, los avances, etc., de cada uno en el
transcurso del desarrollo del programa.
‚
la lista de actividades que se llevará a cabo en cada sesión.
‚
las observaciones de lo realizado y acontecido en cada sesión.
Es, pues, necesario seleccionar previamente el material que se utilizará, teniendo en
cuenta el tiempo del que se dispone, el tipo de participantes, las funciones que
específicamente se van a entrenar. No obstante, es muy útil llevar a la sesión el
“material de reemplazo” en el caso de que por alguna razón se deba cambiar de ejercicio
o se haya cometido un error de cálculo del “tiempo”.
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Tema 12. Implementación del programa: aspectos procedimentales.
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3. Implementación del programa
3.1. Aspectos psicopedagógicos
Selección de las tareas y actividades.
En primer lugar, hay que tener muy claro qué se pretende entrenar con las actividades y
ejercicios elegidos. Entre otras cosas, éstos deben adaptarse a los objetivos específicos
propuestos en el programa de intervención. En segundo lugar, hay que adaptar las
actividades y la forma de plantearlas teniendo en cuenta el tipo de población a la que va
dirigida, su grado de afectación, el nivel cultural, la edad, los gustos y la motivación del
sujeto. Por ejemplo:
‚
La edad del usuario determina en buena parte el formato de los materiales. No es
conveniente utilizar formatos infantiles con personas adultas o, al menos abusar
de ellas. Pero la edad no sólo influye en el formato de los materiales sino
también en la forma de presentarlo. Por ejemplo, para los más jóvenes, en el
proceso de memorizar y aprender una información, tal vez les sea más útil
asociarlo a sonidos o canciones. Sin embargo, para alguien mayor, lo más
efectivo puede ser asociarlo a información ya conocida (Mújica, 2001).
‚
En cuanto al nivel cultural del sujeto, un enfermo poco escolarizado puede tener
más dificultad en realizar según que fichas, para otro con un nivel cultural más
elevado, la dificultad será menor.
‚
Es necesario emplear material que motive al sujeto
‚
Tener en cuenta los gustos, los intereses y las particularidades de cada
integrante. Las personas recuerdan más cuando entran en juego el afecto y lo
placentero.
En tercer lugar, es conveniente facilitar la generalización del entrenamiento, es decir,
conseguir que las capacidades y/o componentes entrenados no se circunscriban solo al
tipo de ejercicios desarrollados en el taller sino que se puedan aplicar en otros
contextos. Algunas pautas de estimulación para conseguir dicho objetivo son las
siguientes:
‚
Presentar los distintos ejercicios en diversos formatos: ejercicios de lápiz y
papel, manipulativos, por ordenador, etc.
‚
Variar las modalidades sensoriales en las que se presentan los: visuales,
auditivas, táctiles, etc.
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Tema 12. Implementación del programa: aspectos procedimentales.
‚
Julia García Sevilla
Exigir al sujeto distintos tipos de respuestas: hablar, apretar, escribir, manipular,
etc.
‚
No circunscribir las actividades a los típicos ejercicios de entrenamiento
cognitivo, sino plantear en la sesión actividades ecológicas.
Nivel de dificultad y desarrollo de las tareas.
Llega un momento en que hay que seleccionar las tareas que se van a utilizar: conocer
qué capacidades y qué componentes son necesarios para su ejecución, si se debe realizar
en un período de tiempo determinado o no, si debe hacerse con interrupciones o hay que
realizarla toda seguida hasta el final, cómo está estructurada, y qué nivel de dificultad
tienen.
Precisamente la dificultad de las pruebas es un aspecto de gran relevancia ya que, si
éstas son demasiado difíciles, es probable que el sujeto no quiera repetirlas más
adelante. Por contra, el que las pruebas resulten demasiado fáciles puede llevarlo al
aburrimiento y a que no se puedan detectar mejorías posteriores, ya que desde un primer
momento el usuario ha alcanzado los mejores resultados.
En este sentido, existen diversas técnicas y/o estrategias de intervención cada vez más
utilizada de forma sistemática, y que guardan relación directa con estos aspectos. Una
de ellas se conoce con el nombre de Rehabilitación Cognitiva de Allen, utilizada sobre
todo por terapeutas ocupacionales, pero cada vez más incorporada a algunos talleres de
Estimulación Cognitiva, sobre todo aquellos que trabajan especialmente praxias y
actividades de la vida diaria. Esta técnica se basa en la división de las capacidades
cognitivas en 6 niveles clasificados en una escala ordinal del 0 al 6: coma, acciones
automáticas, acciones posturales, acciones manuales, acciones dirigidas a un objetivo,
acciones exploratorias y acciones planeadas. Tras una evaluación previa de las
capacidades, y basándonos en el nivel alcanzado por el sujeto, el terapeuta adapta las
demandas de la actividad a la forma que tiene el paciente de realizarla. Otra técnica es la
conocida con el nombre de método de Aprendizaje sin Errores. Procedente del
condicionamiento clásico, el punto de partida de este método es que, si se evitan los
errores en la fase de aprendizaje, se evita la perseveración de los errores.
Posteriormente, algunos enfoques cognitivos del aprendizaje han postulado que existe
un aprendizaje implícito del error que puede interferir en el proceso de
psicoestimulación. Los principios básicos de este método son que:
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Tema 12. Implementación del programa: aspectos procedimentales.
‚
Julia García Sevilla
En caso de funciones cognitivas dañadas, el programa de intervención se dirige
precisamente y con carácter exclusivo a las funciones conservadas de modo que
se evitan los fallos del paciente y con ello la frustración ante su interacción con
el medio.
‚
Además, el entrenamiento de las funciones cognitivas no dañadas se inicia con
tareas muy sencillas en las que el paciente no tenga fallos para posteriormente
incrementar gradualmente la dificultad de la tarea.2
En cualquiera de los casos, y con independencia de adaptarnos a alguna metodología
concreta, es necesario ajustar el nivel de dificultad de tal forma que:
‚
Se debe comenzar con tareas que exijan del sujeto demandas mínimas, de tal
modo que sea necesario escaso esfuerzo para realizarlas, asegurando un
resultado exitoso, e ir progresando en dificultad poco a poco según se vaya
alcanzando la finalidad buscada.
‚
Habrá que buscar pautas de estimulación que hagan una misma tarea más
sencilla. Por ejemplo, si el sujeto tiene especial dificultad para desarrollar las
actividades de seguimiento visual (p. ej., caminos superpuestos, cuadro de
entradas verticales y horizontales, laberintos, etc.) es aconsejable el apoyo del
seguimiento de la direccionalidad con el dedo o con el lápiz y, una vez
identificada la ‘ruta’ correcta, trazar con rotulador el camino por encima de la
trayectoria localizada.
‚
Los componentes excesivamente complejos se deberán suprimir en ocasiones.
‚
No debería cambiarse bruscamente de actividad en función de los fallos si se
desea evitar reacciones catastróficas. No obstante, a veces es necesario
interrumpir las tareas que generen ansiedad y rechazo. Así, pues, debemos evitar
usar las que a priori pensemos que puedan ser conflictivas.
‚
Debe evitarse que la persona se angustie. No es necesario que realice todos los
ejercicios, puede pasar a otro ejercicio que pueda realizar o disminuir el grado de
dificultad. Si es incapaz de responder adecuadamente, puede ofrecerle ayudas
para encontrar la respuesta o bien darle la respuesta y pedirle que la repita.
‚
En caso de que el paciente presente fatiga, o incluso oposición, se realizarán
actividades cortas y estimulantes.
2
Estudios experimentales con pacientes con trastornos de aprendizaje, esquizofrenia y deterioro de la memoria por
daño cerebral han mostrado que disminuir los errores al mínimo durante la fase de aprendizaje mejora la adquisición
de conocimientos específicos relacionados con el aprendizaje por ensayo y error.
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Tema 12. Implementación del programa: aspectos procedimentales.
Julia García Sevilla
‚
Deberán efectuarse cuantas modificaciones o ayudas técnicas sean precisas.
‚
No trabajar con demasiados ejercicios. Prestar atención a la fatiga.
‚
El sujeto nunca debe terminar una sesión en la que tenga más errores que
aciertos.
Las instrucciones.
‚
Hay que enunciar muy claramente las consignas: dar todas las instrucciones paso
a paso, de forma concreta y sencilla, repitiéndolas cuando sea conveniente.
‚
Es recomendable la instauración de rutinas: seguir rutinas y evitar que las cosas
queden al azar.
‚
Debemos ser claros, evitar ambigüedades y eliminar opciones múltiples.
‚
Hay que asegurarse de que todos los usuarios hayan comprendido las
instrucciones y que tengan a mano el material que van a utilizar.
‚
Si es necesario, al sujeto se le deben repetir las consignas y permitirle disponer
de todo el tiempo que precise.
Ambiente de trabajo
‚
Hay que eliminar las distracciones: la persona ha de tener una sola actividad y
una sola fuente de estímulo.
‚
También es importante que realicen las fichas en un espacio con el menor ruido
posible (sin televisión o radio...), ya que cualquier estímulo les puede distraer.
‚
A ser posible, es útil usar una habitación que puedan asociar con la idea de
trabajar.
‚
Hay que establecer una relación y clima distendido: no hay que reprochar al
sujeto cuando se equivoque, sino de reafirmar continuamente todas las tareas
que él hace correctamente, anímelo y dígale que lo hace muy bien.
‚
Hay que intentar convertir el tiempo que se trabaja con la persona en un espacio
de ocio y dedicación, para que él pueda sentirse cómodo y tranquilo.
‚
Importancia del feedback: Durante el proceso de rehabilitación se debe
proporcionar una retroalimentación (feedback) al sujeto sobre el resultado de su
ejecución, y de ello derivar recompensas tanto por los logros obtenidos como
por el esfuerzo realizado, así como castigos cuando la ejecución no es correcta.
‚
Cómo motivar al sujeto
15
Tema 12. Implementación del programa: aspectos procedimentales.
∼
Julia García Sevilla
No se trata de presentar las tareas como un deber escolar con la idea de dar
una nota (bien o mal). Se trata de estimular, animar, acompañar, incitar,
∼
Ayudar. No solucionar las cosas, a excepción de que ostensiblemente el
paciente no las pueda realizar por sí mismo. Lo mejor es dar pistas al
sujeto para que resuelva la dificultad, o ponerle ejemplos.
∼
Es pertinente recompensar tanto los logros obtenidos como el esfuerzo
realizado.
∼
En el caso de que al sujeto muestre absoluto desinterés, o si le cuesta
mucho realizar un ejercicio y no consigue hacerlo correctamente, puede
repetirse otro día.
∼
Estimular la creatividad y la imaginación de los participantes,
solicitándoles, cuando sea posible, que den sus propios ejemplos en los
ejercicios.
∼
Es importante utilizar el humor como factor motivacional a través de
todas las sesiones.
∼
Hay que intentar corregir los errores de una forma delicada. Si
convertimos el tiempo de trabajo en una situación hostil para él, éste se
negará a realizar la tarea y/o actividad. Y hay que evitar que abandonen la
tarea por temor al fracaso y por su baja autoestima.
‚
Conviene evitar:
∼
la competencia entre los participantes.
∼
la imposición de opiniones.
∼
el excesivo protagonismo de algunos sujetos participantes.
∼
la pasividad y la exclusión (por parte de los compañeros o de uno mismo)
de algún participante.
∼
la invasión de las sesiones por los problemas personales de los
participantes.
‚
Conviene favorecer:
∼
la expresión de opiniones, ideas, sugerencias, etc.
∼
la relación entre los participantes
∼
la participación de todos, de manera que en cada sesión hayan intervenido
en voz alta todos los sujetos.
16
Tema 12. Implementación del programa: aspectos procedimentales.
Julia García Sevilla
3.2. Principios terapéuticos a tener en cuenta
En los últimos apartados que acabamos de describir, se evidencia una idea importante
que queremos explicitar mejor; a saber, que la actitud del estimulador (empatía y a la
vez distanciamiento profesional, comprensión, diálogo, flexibilidad, visión optimista y a
la vez realismo,...) es fundamental para la marcha del grupo. A continuación esbozamos
algunas consignas útiles que cualquier especialista ha de tener en cuenta y ha de
desarrollar para una mejor puesta en marcha de cualquier programa de estimulación.
Respetar a la persona
‚
Trabajar de forma colaboradora con los pacientes y sus familias, creando un
soporte ambiental.
‚
Respetar la espontaneidad del paciente.
‚
Reforzar al paciente en sus esfuerzos, solicitándole una evaluación de sus
progresos y proveyéndolo con un método significativo y efectivo para cumplir
con sus tareas.
‚
La flexibilidad y la personalización son las reglas de oro de la evaluación e
intervención cognitiva, por lo que los programas o intervenciones de carácter
terapéutico deben ser siempre individualizados. Partiendo de la idea de que cada
persona tiene unas características específicas, es fundamental recordar la
importancia de la evaluación individualizada y la obligada flexibilidad de toda
intervención. Lo que puede ser bueno para un paciente puede tener efectos
fatales para otro.
‚
Tener en cuenta las características e intereses individuales de la persona. No
forzar tareas que no tengan interés para el paciente.
‚
Mostrar respeto (tratar al paciente como adulto que es) y buscar un buen clima
de relación. Sonreír en lugar de poner mala cara ante errores y problemas.
‚
Dirigirse al paciente por su nombre, solicitándoles las tareas por favor. No darles
órdenes.
‚
Recordar que en la mayoría de las ocasiones el sujeto no hace las cosas mal
voluntariamente.
17
Tema 12. Implementación del programa: aspectos procedimentales.
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La actitud del especialista
‚
Mantener el contacto visual, pues ayuda en la comprensión y facilita una buena
relación.
‚
Ayudar mediante la comunicación no verbal. Un gesto puede acompañar a las
palabras y hacerlas más comprensible.
‚
Tener sumo cuidado en respetar los tiempos individuales.
‚
Evitar enfrentamientos y no forzar nunca las situaciones: no discutir cosas
evidentes.
‚
Mantener la calma. Hacer las cosas al ritmo necesario adaptado al paciente. No
dar prisas.
‚
No asumir a priori que el paciente es incapaz de realizar una tarea.
‚
Hacer notar los éxitos del paciente para reforzar su seguridad.
‚
Las tareas de intervención cognitiva no se deben convertir nunca en un problema
para paciente ni para la familia.
‚
Hay que estimular la motivación y la comunicación.
‚
Conviene estar atento a:
▫ Los sentimientos negativos de los sujetos (pesimismo, hipocondría, baja
autoestima) respecto a sus propias capacidades y logros.
▫ La expresión afectiva de problemas y contenidos ajenos al entrenamiento,
de modo que se permita tal expresión, pero sin que llegue a estorbar la
realización de la tarea del entrenamiento.
▫ Las impresiones y sentimientos que el coordinador despierta en los
participantes.
▫ Las impresiones y sentimiento que los participantes o alguno de ellos
despiertan en el coordinador.
En el caso concreto de las demencias, Peña-Casanova (1999), por ejemplo, afirma que
este tipo de pacientes presenta una serie de deficiencias cognitivas que limitan sus
posibilidades de comunicación -tanto en sus vertientes de comprensión como de
expresión- que además se puede agravar por las dificultades para evaluar el entorno y
reconocer el lugar dónde está que suelen tener. En estos casos, es especialmente
importante desarrollar formas de interacción positiva con los pacientes. Para PeñaCasanova (1999), el primer principio es cuidar las actitudes ante el paciente siguiendo
los siguientes principios:
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Tema 12. Implementación del programa: aspectos procedimentales.
‚
Julia García Sevilla
Identidad personal: el enfermo no es simplemente un diagnóstico médico. Es
una persona con pertenencias, familia e identidad personal. La información
sobre la identidad y la historia de la vida del paciente puede ayudar mucho a
mejorar el trato con él.
‚
Capacidad de elección: mientras el paciente tenga capacidades cognitivas hay
que facilitar y adaptar su capacidad de elección (cosa que en muchas ocasiones
no ocurre en las residencias: elegir comidas, vestidos, bebidas,...)
‚
Independencia: hay que evitar actitudes sobreprotectoras que eliminen la
posibilidad de acción personal. Hay que brindar el punto justo de ayuda que
necesite el paciente.
‚
Intimidad: sentirse respetada en sus espacios, objetos personales, vivencias y
creencias o ideología.
‚
Evitar los enfrentamientos: una persona con limitaciones en sus capacidades
mentales tendrá problema de entender ciertos razonamientos y explicaciones.
Los fallos que comete son debidos a la enfermedad. Intentar brindarle largas
explicaciones o reprenderle por sus errores puede ser cruel.
Especialmente interesante son las tablas que en el tomo I del Programa denominado El
Baul de los Recuerdos -destinado no sólo a especialista en estimulación cognitiva que
trabajen con pacientes con Alzheimer sino también a sus familiares-, se describen
acerca de cómo actuar y no actuar y qué pautas de estimulación son especialmente
importantes con estos enfermos. Buena parte de esos principios también pueden ser
aplicados a otro tipo de pacientes.
Finalmente, no queremos dejar de mencionar la importancia que tiene en este contexto
la conocida con el nombre de Terapia de validación, una técnica basada en las terapias
humanistas que trata prioritariamente sobre las actitudes de interacción entre el cuidador
y el enfermo. Partiendo del principio de respeto y empatía con el enfermo, se basa en los
principios de simplificación de los mensajes, en la combinación de información verbal
con la no verbal, en la regulación de las distancias y de las posiciones entre cuidador y
enfermo. Su objetivo fundamental no es orientar al enfermo en la realidad, sino respetar
su realidad, que puede encontrarse en el tiempo presente o no. La validación acepta las
creencias del enfermo sin contradecirlas. En la Tabla 5 se ofrecen algunos de los
principios que sigue este tipo de terapia.
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Tema 12. Implementación del programa: aspectos procedimentales.
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3.3. Variables que mediatizan el proceso de implementación
ƒ Naturaleza y gravedad de los déficits cognitivos. Por lo regular, las personas con
graves déficits de memoria anterógrada no pueden recuperar la capacidad de recordar y,
por tal motivo, suelen depender de ayudas de memoria externas y de otras
compensaciones. Por otro lado, las personas que presentan problemas de memoria
secundarios a déficits atencionales o a la utilización deficiente de estrategias de
recuperación, pueden beneficiarse de diferentes intervenciones tales como el
entrenamiento en atención, la utilización de reglas mnemotécnicas o estrategias
metacognitivas y el uso de ayudas externas (Mateer, 2006).
Tabla 5. Principios de la terapia de validación
Aspectos a evitar
Algunas maneras de validar
‚ Utilizar el lenguaje no verbal. Nos expresamos
sin palabras, a través del cuerpo, la mirada, los
gestos,..
‚ Lograr consistencia entre el lenguaje verbal, el no
verbal y el contexto.
‚ Hablar a gritos o en tono de enfado.
‚ Cuidar y observar la postura corporal, los gestos
faciales y los movimientos de las manos.
‚ Hablar deprisa
‚ Utilizar un volumen adecuado de voz. El tono
elevado es señal de irritación.
estuviera presente.
‚ Decir las cosas de una en una para no saturar la
memoria.
‚ Establecer contacto visual y, si hace falta, físico.
‚ Aprovechar cualquier
comunicarnos con él.
oportunidad
para
‚ Aplaudir, reforzar y validad cualquier esfuerzo
de comunicación por su parte, aunque tenga
errores. Se puede hacer mediante expresiones de
afecto, como un apretón de manos o una caricia.
‚ Hablar del enfermo como si no
‚ Comunicarse con él en un ambiente
ruidoso o hablando varias personas a la
vez.
‚ Sobreprotegerle quitándole cada palabra
de la boca.
‚ Establecer objetivos que superen las
capacidades reales. Por ejemplo, dando
órdenes complejas.
ƒ Iniciativa y flexibilidad del sujeto. Los pacientes que demuestran poca iniciativa o
flexibilidad, que son muy dependientes del ambiente, o que tienen una mínima
conciencia de sus déficits, tienden a responder mejor a las manipulaciones ambientales
externas. Los pacientes que demuestran mayor iniciativa y flexibilidad -capaces de
iniciar y dirigir sus propias conductas- tienen cierta conciencia de las consecuencias
sobre sus habilidades resultantes de su accidente o enfermedad. Son los que responden
mejor a las intervenciones directas, a los tratamientos orientados a procesos y al uso de
entrenamiento de estrategias compensatorias (Lorenzo y Fontán, 2001).
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Tema 12. Implementación del programa: aspectos procedimentales.
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ƒ Falta de conciencia de las limitaciones. Uno de los aspectos que debemos destacar es
la falta de conciencia de las limitaciones (anosognosia) que suelen presentar algunos
tipos de pacientes como son los pacientes con daño cerebral y, en ocasiones, los
pacientes con demencia. Es uno de los primeros puntos en los que nos debemos fijar y
trabajar, ya que si el paciente no es consciente de que tiene problemas, no va a colaborar
con nosotros y no va a querer participar en un programa de rehabilitación que trate de
mejorar dificultades que según él no tiene (Santos y Bausela, 2005). La conciencia de
secuelas aparece como una variable de gran importancia ya que afecta a la motivación y
grado de cooperación de los pacientes en las sesiones de rehabilitación. En cuanto al
tipo de intervención, Mateer (2006) afirma que una persona con poco nivel de
conciencia y poca capacidad de autorregulación necesitará intervenciones de carácter
externo que incluyan varias estrategias conductuales, entrenamiento en tareas rutinarias
y modificaciones ambientales que le faciliten la orientación de su conducta. Estas
intervenciones son consideradas mecanismos de compensación… las estrategias con
estas personas son muy específicas a la tarea y la situación particulares, y no se espera
que se produzca una generalización del aprendizaje a otros contextos (Mateer, 1999).
Para individuos con mayor nivel de conciencia y con más capacidad de autoiniciar y
autorregularse existen otras técnicas. Estas personas pueden beneficiarse del
entrenamiento en técnicas dirigidas al mayor procesamiento de la información, la
implantación y la práctica de estrategias compensatorias activas.
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