Freeride de primer nivel

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Freeride de primer nivel
Aunque Engelberg no es una de las estaciones más conocidas de Suiza, en los últimos años se ha convertido en destino de peregrinación para esquiadores en busca de powder
accesible. ¿El motivo? Su fuera-pista de primer nivel.
Texto: Curro Bultó. Fotos: David Ledesma
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Junto al cuatriplaza Laubersgrat bajan algunas pistas rojas y negras realmente buenas.
En el manual que entregamos a todos los alumnos del Solo Nieve Esquí Master,
en el capítulo de freeride, clasificamos los fuera-pistas en tres niveles según la
forma de llegar a él. El fuera-pista de primer nivel es el que se realiza dentro de
la estación y es accesible mediante remontes. Al de segundo nivel también se
llega con los remontes, pero se practica fuera del dominio esquiable. El fuerapista de tercer nivel se refiere a las áreas alejadas de cualquier estación, para las
que necesitamos otros medios de transporte como esquís de travesía, motos de
nieve o helicóptero.
Pues bien, si tuviéramos que elegir el lugar del planeta que mejor definiese el
fuera-pista de primer nivel, probablemente nos quedaríamos con Engelberg. Una
estación de esquí con buenas pistas, pero sobre todo con tremendas posibilidades de freeride.
La montaña del ángel
La historia de Engelberg comienza en el año 1120, con la creación de su monasterio benedictino. Según la leyenda, el fundador Konrad von Sellenbüren
escuchó el cantar de unos ángeles en lo alto de la montaña Hahnen, una cumbre muy característica que domina la zona, pidiéndole que edificase un templo
dedicado a Dios. Y denominó este lugar Engelberg, que significa ‘Montaña del
Ángel’. La localidad (en la que el enorme monasterio del siglo XVIII ocupa un
lugar preeminente) está enclavada en un impresionante entorno de montañas
dominadas por el Titlis, que con 3.239 metros de altitud es la cumbre más alta
de esta parte de Suiza.
Y a pesar de lo que diga la historia, para los esquiadores, la verdadera montaña
del ángel de Engelberg es sin duda Titlis y no Hahnen. Desde el pueblo, a 1.050
metros, los remontes suben hasta quedarse a pocos metros de la cumbre,
cubriendo nada menos que dos mil metros de desnivel esquiable con mucho,
mucho terreno salvaje sin preparar. Un bus gratuito que recorre todo el pueblo
nos lleva desde el hotel donde nos alojemos hasta Sammelplatz, la base de la
estación, donde enlazamos un par de telecabinas de seis plazas -algo apretadashasta la zona de Trübsee, un altiplano en el que hay un lago helado. Es el centro
neurálgico del dominio y la puerta de entrada a las dos áreas principales: Titlis y
Jochpass.
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El glaciar de Steinberg cubre un desnivel
de mil doscientos metros de puro freeride,
con zonas amplias, estrechas, suaves, con
mucha pendiente y con infinidad de líneas
para elegir
El Rotair nos lleva a la cota máxima pasando por encima del glaciar de Steinberg. ¡Puro freeride!
Esquiando a 3.000 metros
Desde Trübsee tomamos el teleférico que sube a Stand y enlazamos con el Rotair,
un curioso teleférico giratorio que alcanza la cota máxima de la estación en el
Klein Titlis (el hermano pequeño del Titlis), a 3.028 m. En ambos trayectos nos
acompañan algunos esquiadores equipados con mochila y anchos –algunos
muy anchos- esquís de freeride. Durante el ascenso en el Rotair, mientras vamos
girando lentamente dentro del teleférico, la vista es espectacular y empezamos a
intuir las enormes posibilidades fuera-pista de Engelberg. Desde la estación superior la panorámica es un regalo para nuestros ojos… y para la legión de excitados
turistas japoneses que tienen programado el ascenso al Titlis en sus paquetes
de turismo por Europa. Se hacen fotos entre sí, con esquiadores (nosotros entre
ellos) o simplemente con trozos de nieve en la mano. De vuelta a la realidad, nos
dirigimos hacia el telesquí Gletscherlift a través de algunas pistas rojas con nieve
polvo de calidad extra y bien compactada, donde hacemos unas cuantas bajadas
para calentar. Obviamente, la temperatura a tres mil metros es muy inferior a la que
teníamos en el pueblo. Desde este punto se puede regresar a la base del Rotair por
la pista Rotegg, un itinerario difícil, bastante pendiente y sin preparar que por sus
particulares características está marcado en el mapa en color amarillo y catalogado
como “very difficult route”. Seguro que es una gran bajada con dos palmos de
nieve fresca, pero no con los baches que encontramos nosotros.
En cambio, una vez superado este escollo, hay unas cuantas pistas que bajan hacia
Trubsee realmente buenas. Ochocientos metros de desnivel con bastante inclinación, buena preparación y poco tráfico.
El glaciar de Steinberg
El ácido e indigesto itinerario Rotegg es la única posibilidad “oficial” marcada en el
mapa para bajar esquiando desde lo alto del Titlis. La alternativa es descender en
el Rotair.
Pero existe una tercera opción, que es la verdaderamente interesante: bajar justo
por debajo del teleférico, por el glaciar de Steinberg. Una zona teóricamente cerrada, y decimos teóricamente porque está rayada por infinidad de trazas, así que
David y yo nos aplicamos el dicho de allá donde fueres haz lo que vieres y traspa-
El teleférico Rotair.
Engelberg tiene uno de los remontes más peculiares del planeta: el teleférico Rotair. Inaugurado en 1992, es el primer teleférico giratorio del mundo. ¿Giratorio? La cabina es cilíndrica y durante el trayecto va girando, de
manera que empezaremos el viaje en un punto del teleférico y al llegar
a la estación superior estaremos en otro lugar de la cabina. Un apunte
importante: sólo gira el suelo. Eso quiere decir que debemos llevar los
esquís con nosotros en todo momento, pues si los apoyamos en la pared
de la cabina al cabo de poco estarán en el suelo… o apoyados en la cabeza de otro pasajero. El centro de la cabina, donde va sentado el conductor,
tampoco gira.
En todo caso, tranquilos, que no marea. La rotación es muy lenta y no se
llega a completar siguiera una vuelta a lo largo de todo el viaje.
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El Iglu-Dorf
La pista de regreso al pueblo es un largo y agradable paseo.
samos la poco disuasoria cuerda que marca el límite de la pista. Unos metros más
abajo nos encontramos en un entorno 100 % de freeride, en medio de un enorme
glaciar en el que la presencia de grandes grietas y gran variedad de barrancos
donde despeñarse deja claro que no hay que distraerse ni hacer tonterías. Hay
multitud de opciones de descenso, a cual mejor y más excitante. Hace algunos
días que no nieva y el sol pega fuerte, pero tenemos un palmo de nieve polvo de
primera calidad que nos permite hacer algunas buenas fotos. Si no fuera porque
de vez en cuando pasa el Rotair por encima de nuestras cabezas, la situación sería
comparable a la de estar haciendo heli-esquí en Canadá.
El descenso hasta Trübsee cubre un desnivel de nada menos que mil doscientos
metros de puro freeride, con zonas amplias, estrechas, suaves, con mucha pendiente y con infinidad de líneas para elegir. El entorno es impresionante, estamos
rodeados por gigantescas moles rocosas con enormes cortados, un escenario que
será una constante en tu visita a Engelberg, mires hacia donde mires. La última
parte del largo, muy largo, descenso por el glaciar de Steinberg es una sucesión
de palas que pasan bajo algunos circos rocosos de gran altura, donde se intuyen
trazas en diversos canales, algunos de ellos accesibles pero otros realmente
difíciles. ¡Parece que en Engelberg el nivel de los esquiadores locales es alto! Nos
intriga saber de dónde vienen todas esas trazas, pero la bajada por Steinberg ha
sido increíble, así que decidimos repetir. Tanto el ascenso como el descenso lleva
su tiempo, que se alarga todavía más porque buscamos localizaciones para hacer
fotos entre las grietas y bloques de hielo, de manera que un par de bajadas más
tarde nos acercamos al Iglu-Dorf, junto al lago helado de Trübsee, a rehidratarnos
antes de comer. No dejéis de leer el recuadro adjunto sobre este complejo de iglús
y, sobre todo, no dejéis de visitarlo en vuestra visita a Engelberg.
Descubriendo Jochpass
Al día siguiente nos decidimos a explorar de dónde parten esas líneas de freeride
que vimos ayer desde el glaciar de Steinberg. Desde Trübsee nos vamos a buscar la silla Jochpass, al otro lado del lago, una cuatriplaza con calota con la que
asomamos a un valle contiguo. En esta zona hay un par de telesillas y un par de
pistas azules divertidas, con desniveles y rasantes, además de alguna otra negra
y roja que no están mal. También está el park de la estación. Pero nuestra vista se
eleva constantemente hacia lo alto de las enormes pendientes que nos rodean. Lo
que nos llama la atención no es el tamaño de las montañas, al que ya nos estamos
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Bajo los cables para provocar avalanchas, cerca del telesquí Gletscherlift.
A 1.800 m, en el altiplano de Trübsee, se encuentra el Iglu-Dorf, probablemente el establecimiento más peculiar de Engelberg. Se trata de un complejo de iglús con un restaurante donde se puede cenar fondue, además
de catorce habitaciones de diversos tamaños y acabados, desde algunas
“multitudinarias” para pasar una noche divertida con seis amigos hasta
otras calificadas como “romantik”, para compartir en pareja un glamuroso
entorno con esculturas de cisnes y mantas de pelo grueso. Algunas incluso
tienen WC individual. La cosa no acaba aquí, pues hay dos jacuzzis a cielo
abierto, uno para seis personas y otro de dos plazas.
La edificación impresiona por su tamaño. Está construida por una compañía especializada (que también hace el de Grandvalira). Utiliza grandes
globos, algunos de hasta diez metros de diámetro, que se recubren con
cerca de 3.000 toneladas de nieve. Una vez compactada se desinflan los
globos, se acaba de perfilar el interior y se trabaja la decoración con esculturas de hielo, relieves y todo tipo de detalles para crear un ambiente
sorprendentemente acogedor.
Los precios oscilan desde los 99 € del iglú estándar hasta los casi 350 € de
la suite romántica. Sin duda, una experiencia diferente. Más información en
www.iglu-dorf.com.
habituando, sino que allá donde miremos se ven trazas de esquís en lugares
donde no se llega desde los remontes… ¿o quizá sí?
Lo que empezamos a intuir ayer entre las grietas del glaciar se confirma completamente hoy: el verdadero Engelberg hay que descubrirlo de la mano de un
guía, con algún esquiador local que nos enseñe las mejores líneas sin perder
el tiempo y sin arriesgar a meternos en un lío. Tras hacer algunas bajadas por
pista subimos a lo alto de la séxtuple Jochstock, el punto de acceso a esos
itinerarios que vimos ayer y también a otras opciones más salvajes que hay que
remontar a pie. La vista de mil trazas por todas partes, así como de algunos
grupos pateando, se repite. El sentido común nos aconseja elegir una opción
que nos parece técnicamente asequible, por una línea evidente que nos llevará
sin complicarnos demasiado la vida hasta Trübsee.
A última hora regresamos a la base por un larguísimo vuelta a casa, siempre
rodeados por enormes montañas cortadas a tajo a un lado y otro. Un agradable
paseo que nos lleva de vuelta al pueblo. Una vez en la base y a una temperatura
muy superior a la que teníamos en el Klein Titlis, 2.000 metros más arriba, se
hace irresistible parar a tomar una cerveza en El Chalet, el bar donde se reúnen
los habituales de Engelberg.
Imprescindible en tu currículum
Además del glaciar y de Jochpass hay una tercera zona de freeride cinco
estrellas: Laub, a la que se accede desde la cota superior de la silla Laubersgrat
(otra cuatriplaza con calota). Una magnífica ladera con cerca de mil doscientos metros de desnivel que no siempre se puede bajar -como nos ocurrió a
nosotros-, pero que según nos dijeron es una de las mejores zonas de freeride
de Engelberg. Al llegar al Restaurante Ritz, una furgoneta nos acercará (cuesta
2 francos) hasta Gerschnialp, la estación intermedia del telecabina que sube
desde la base. La otra opción es hacerlo a pie (unos 20 min).
Nuestra primera visita a Engelberg se nos quedó, sin duda, muy corta. Pero
tuvimos claro que es uno de esos lugares imprescindibles si te gusta el fuerapista. Quizá algún día tendremos que organizar un Esquí Master Solo Nieve en
Engelberg. En la redacción estamos convencidos de que sería la mejor manera
de explicar el “freeride de primer nivel” que describimos en la página 14 del
manual que entregamos a los alumnos del Esquí Master…
¿Quién se apunta?
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{01}
{02}
{05}
ENGELBERG EN DATOS
{03}
{04}
{06}
Alternativas al esquí
Año de apertura: 1912
Cotas máxima/mínima: 3.028/1.050 m
Extensión: 82 km de pistas.
Pistas: 10 % negras (8 km), 57 % rojas (47 km), 33 % azules (27 km).
Remontes, nº y tipo: 25. 1 funicular, 4 teleféricos, 4 telecabinas, 8 telesillas, 7 telesquís y 1 cinta
Capacidad: 29.500 esquiadores/hora
Nieve artificial: 164 cañones (50 % de las pistas)
Otros: Tubbing, kilómetro lanzado, park
Más información: www.titlis.ch, www.engelberg.ch
Precio forfait: 60 CHF un día adulto; 274 CHF, 6 días adulto; 24 CHF, un día infantil (hasta 15 años).
En los Alpes centrales de Suiza, en el cantón de Obwalden. Impresionante entorno, con el pueblo ocupando una planicie completamente rodeada de enormes montañas muy verticales.
Un plano de pistas aparentemente desordenado esconde un dominio realmente variado y muy diverso.
Las pistas están bien preparadas, pero el terreno más interesante de Engelberg es, sin duda, el que no
está pisado. Un verdadero paraíso de freeride.
Cómo llegar
Remontes
Lo mejor es volar con Swiss a Zúrich (2 horas). Cuatro vuelos diarios desde Barcelona, tres desde Madrid
y semanales desde Valencia, Málaga y Mallorca, con la ventaja de que incluye el transporte de esquís
y botas. Más info en www.swiss.com. En coche hay unos 80 km que se recorren en algo más de una
hora. Desde el aeropuerto, otra opción es el tren, un par de horas con trasbordo en Lucerna. Una combinación muy cómoda -el ferrocarril en Suiza es impecable- y que permite disfrutar del fantástico paisaje
suizo. En este caso, lo mejor es sacarnos el Swiss Transfer Ticket. Más info en www.myswitzerland.com.
De todo un poco. Teleféricos (hay que destacar el giratorio Rotair), telecabinas, funiculares, sillas de dos,
cuatro y seis plazas, tanto de pinza fija como desembragables -algunas con calota protectora- y telesquís.
Distancia principales ciudades
Barcelona: 1.082 km
Bilbao: 1.372 km
Madrid: 1.681 km
Valencia: 1.424 km
Zaragoza: 1.369 km
Dónde dormir
{01} Salta a la vista que en Engelberg son tolerantes con los esquiadores que se salen de las pistas. {02} El arrastre Gletscherlift, en lo alto de
Titlis. Dos mil metros más abajo está el pueblo. {03} ¡Cuidado con las grietas! (pero disfruta de la bajada). {04} Sesión de fotos con turistas
japos. {05} En la gruta de hielo excavada en el interior del glaciar. {06} La impecable red ferroviaria de Suiza, un viaje a través del incomparable
paisaje suizo. {07} En los puntos clave de acceso a las zonas de freeride, como la silla Jochstock, hay paneles informativos con las condiciones
de nieve, boletín de avalanchas, etc. {08} El impresionante monasterio Benedictino domina el ‘skyline’ de Engelberg.
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Yucatan y Springle son los lugares clave. En el imponente Hotel Terrace está la disco Cave. Atentos en
Yucatan: ¡cuidado, porque si coincides con los locals de Engelberg, la noche puede ser muy larga y al
día siguiente el esquí puede verse comprometido!…
Pistas
Situación
{08}
Para salir de marcha
EL ANÁLISIS DE SOLO NIEVE
DATOS DE INTERÉS
{07}
El shopping es interesante, con algunas tiendas de material muy bien equipadas. No hay que dejar
de visitar Okay (www.okay-shop.com), especialistas en material de freeride y telemark, donde tienen
expuestas algunas fotos de Oskar Enander que los más observadores identificarán como publicadas en
portada en Solo Nieve.
En la cota superior del Rotair hay una gruta de hielo excavada en el interior del glaciar. La entrada es gratuita. Tampoco hay que dejar de visitar el monasterio benedictino y su fábrica de sabrosos quesos.
Hoteles de 4 y 3 estrellas, familiares, apartamentos y alojamientos económicos. Destacamos el Hotel
Terrace*** (www.terrace.ch), majestuoso por fuera y austero por dentro; situado en una ladera sobre el
pueblo, se accede a través de un par de túneles con sendos ascensores. Mención especial para el Ski
Lodge (www.skilodgeengelberg.com), nuevo, muy acogedor y donde son especialistas en programas
de freeride. El Berghotel Trübsee (www.titlis.ch) está en las pistas y se accede a él con el teleférico.
Central de reservas: www.engelberg.ch, tel.: +41 41 639 7777.
Para comer
Una cincuentena larga de establecimientos cubre todos los gustos y bolsillos, desde pizzerías hasta restaurantes como el Alpenhof, donde disfrutar de una fondue o raclette en un ambiente 100 % de montaña.
Cafeterías
En la montaña encontramos hasta quince puntos de restauración. Destacan el Iglu-Dorf, el complejo de
iglús junto al lago Trübsee. En la misma zona, el Berghotel Trübsee (reformado la pasada temporada)
tiene una agradable terraza con música de fondo… sorprendentemente, al volumen adecuado.
En la cota superior de Titlis hay restaurante, self-service, pizzería y una terraza con unas vistas espectaculares.
Acceso a pistas
Sin complicaciones. Diversos autobuses gratuitos recorren el pueblo y llevan a los esquiadores hasta
Sammelplatz, la base del telecabina.
Para aprender
Hay cuatro escuelas de esquí: Schweizer Skischule Engelberg, www.skischule-engelberg.ch; Prime Ski
School, www.prime-engelberg.ch; Boardlocal www.boardlocal.ch, y Active Snow Team, www.activesnow-team.ch. Por otro lado, la compañía de guías Engelberg Mountain Guide, www.engelbergmountainguide.ch, ofrece desde los mejores itinerarios de freeride de la zona hasta heli-esquí.
Precios
Suiza ya no es tan cara como antaño, a pesar de que actualmente el franco está bastante fuerte. El vuelo
a Zúrich con Swiss se puede encontrar a partir de 187 € y el Swiss Transfer para el tren cuesta 82 € ida y
vuelta desde el aeropuerto. El forfait de día son 60 francos, unos 47 euros. El de Baqueira cuesta 45 €, el
de Grandvalira 42 € y el de Formigal 41 €.
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