1. cómo hacer valer los derechos que una directiva me reconoce

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1.
1. CÓMO HACER VALER LOS DERECHOS
QUE UNA DIRECTIVA ME RECONOCE.
ESPECIAL CONSIDERACIÓN
DE LA CUESTIÓN PREJUDICIAL*
Cuatrecasas Abogados, Bruselas
INTRODUCCIÓN
El presente artículo pretende exponer cuáles son las posibilidades
de actuación de que dispone un particular para hacer reconocer los
derechos que le concede el Ordenamiento comunitario, cuando no ha
habido actividad legislativa del Estado o ésta ha sido incorrecta.
En este análisis nos centraremos en el estudio de las Directivas, ya
que según el Tratado Constitutivo de la Comunidad Europea (en adelante "TCE"), precisan ser previamente transpuestas en Derecho interno para producir plenos efectos.
En efecto, la Directiva es un instrumento jurídico regulador de
carácter vinculante que permite la participación activa de los Estados
*. Actualizado a 2003 por Ada Garriga con la colaboración de Pedro Serret, abogado especializado en Derecho Comunitario.
1. Los presentes comentarios han sido realizados por Marta Ventura Arasanz, Ana
Pérez Ocón y Eduardo Llagaria Móner.
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¿Cómo rentabilizar la normativa comunitaria?
miembros en la aplicación del Derecho comunitario y la armonización
paralela de las legislaciones nacionales1.
La naturaleza de las Directivas se caracteriza por su carácter absoluto, en tanto que su inobservancia conlleva un incumplimiento del
Derecho comunitario, y por su carácter mediato, en tanto que la adopción y la producción de sus efectos se encuentran desligadas en el
tiempo, dada la necesidad de una norma nacional de trasposición.
El problema surge cuando un Estado miembro no ha incorporado una
Directiva a su ordenamiento jurídico en el plazo establecido o cuando, aun
habiéndolo hecho, la transposición ha sido errónea. En estos supuestos,
¿qué puede hacer un particular? ¿Puede invocar los derechos que le reconoce una Directiva que no ha sido transpuesta? En definitiva, ¿cómo debe
actuarse en justicia para exigir el reconocimiento de tales derechos?
POSIBLES VÍAS DE ACTUACIÓN
QUE SE LE PLANTEAN AL ABOGADO
Lo primero que debe hacer el abogado que desee hacer valer un
derecho contemplado en una Directiva y que el Ordenamiento interno no
garantiza, es comprobar si el Estado ha llevado a cabo o no la transposición de la norma mediante una actuación legislativa en el plazo establecido en la misma2. Si existe una actuación legislativa interna de transposición de la Directiva, el siguiente paso es estudiar la norma de transposición comparándola con el texto de la Directiva, a efectos de determinar
si la transposición ha sido llevada a cabo correcta o incorrectamente.
Si no ha habido transposición, o si ésta ha sido realizada de una
manera errónea, el abogado puede optar entre diversas alternativas
para hacer valer los derechos que la Directiva reconoce:
2. En este sentido, el artículo 189 del TCE dispone que “la Directiva obligará al Estado
miembro destinatario en cuanto al Resultado que deba conseguirse, dejando sin embargo a las autoridades nacionales la elección de la forma y de los medios”. Se trata así pues,
de un instrumento jurídico de acción indirecta, que impone a los Estados una obligación
de resultado cuyo plazo de ejecución aparece determinado por su propio articulado.
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1. Invocar ante el juez el efecto directo de la norma comunitaria.
2. Si se trata de una relación entre particulares o el reconocimiento del efecto directo plantea problemas, solicitar al juez
nacional una interpretación "conforme" del Derecho nacional con el Derecho comunitario.
3. Si debido a la falta de transposición o de la incorrecta incorporación al Derecho español de la norma comunitaria se ha
causado un daño, cabrá la posibilidad de interponer una
acción en responsabilidad contra el Estado infractor por
haber incumplido la obligación que le ha sido impuesta por
el texto de la Directiva.
4. Si hay dudas sobre el modo en que la normativa comunitaria ha de aplicarse, se podrá requerir a la autoridad judicial
que conoce del asunto el planteamiento de la cuestión prejudicial ante el Tribunal de Justicia de las Comunidades
Europeas (en adelante, TJCE).
Dado el especial interés que despierta la cuestión prejudicial, y
siendo ésta la vía más importante de colaboración entre las jurisdicciones nacionales y el TJCE, desarrollaremos en profundidad este último capítulo.
1. La invocación ante el Juez del Efecto Directo de la norma comunitaria.
El concepto de efecto directo, como principio básico del Derecho
comunitario, puede definirse como la invocabilidad ante los jueces
nacionales de aquellas reglas de derecho comunitario que, por reunir
una serie de caracteres, crean derechos a favor de los particulares.
Si bien los Tratados constitutivos no mencionan el efecto directo
entre las características de las normas comunitarias, el TJCE se ha
encargado de definirlo en su jurisprudencia3, tomando como punto de
3. Con carácter general, el plazo se suele establecer entre seis y dieciocho meses.
Esta jurisprudencia fue establecida por primera vez en el asunto Van Gend & Loos
(Sentencia del TJCE de 5 de febrero de 1963, asunto nº 26/62, RTJCE [1963], pág. 9) "
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¿Cómo rentabilizar la normativa comunitaria?
partida su concepción del Derecho comunitario como sistema jurídico
con vocación creadora de derechos para los particulares, y fundándose, para su desarrollo, en la idea del efecto útil4.
¿Qué implica por tanto una norma con efecto directo?
Que puede ser invocada directamente ante los tribunales nacionales y que vincula a éstos. Por tanto, queda clara la importancia de que
la norma en que queremos fundarnos para alegar nuestro derecho
tenga efecto directo.
El Tribunal de Justicia ha reconocido, desde su sentencia Van Duyn5
la posibilidad de que las disposiciones de una Directiva puedan ser
invocadas ante los jueces y tribunales nacionales para que éstos las acojan como derecho aplicable. Esta jurisprudencia ha sido confirmada en
repetidas ocasiones, reconociéndose la plena creación de "efectos análogos a los de las normas con efecto directo6, cuando la Directiva no ha
sido incorporada en el plazo establecido o lo ha sido incorrectamente7"
Para analizar si el derecho que crea la Directiva tiene efecto directo y podemos invocarlo directamente ante el juez, hemos de realizar el
siguiente análisis:
y seguidamente en el asunto Simmenthal (sentencia del TJCE de 9 de marzo de
1978, Administrazione delle finanze dello Stato / Simmenthal, asunto nº 106/77
RTJCE [1978] p. 629), donde el TJCE declaró: “la aplicabilidad directa, considerada en esta perspectiva, significa que las reglas de Derecho comunitario deben desplegar la plenitud de efectos, de manera uniforme en todos los Estados miembros
a partir de su entrada en vigor y durante toda la duración de su validez; que de esta
manera estas disposiciones son una fuente inmediata de derechos y obligaciones
para todos aquellos a quienes afectan, ya se trate de Estados miembros o de particulares que son parte en relaciones jurídicas que entran en el ámbito del Derecho
comunitario; que este efecto afecta igualmente a todo juez que, conociendo de un
asunto en el marco de su competencia, tenga por misión en cuanto órgano de u
Estado miembro proteger los derechos conferidos a los particulares por el derecho
comunitario”
4. En principio este concepto implica la posibilidad de que los justiciables puedan
prevalerse en justicia de sus derechos y que las jurisdicciones puedan tomar en consi"
deración los mismos en tanto que elementos de derecho aplicable.
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Primero, analizar si tiene las características exigidas por la jurisprudencia para que una norma produzca efectos jurídicos de carácter
inmediato8, es decir:
• La norma comunitaria debe ser "clara y precisa" o
"suficientemente precisa", en el sentido que no quede
duda alguna acerca de la obligación que impone y el
modo en que de ella se derivarán los efectos jurídicos
perseguidos.
• El mandato en ella contenido habrá de ser "incondicional",
en el sentido que no deje márgenes de discrecionalidad a
las autoridades competentes para su aplicación.
Segundo, y tratándose de una Directiva, comprobar que el plazo de
transposición haya ya transcurrido.
Tercero, comprobar a qué tipo de relación afectaría el derecho creado por la Directiva. La jurisprudencia del TJCE sólo ha reconocido
efecto directo a aquellas disposiciones de Directivas que creaban
derechos a los particulares frente al Estado. Nunca a las normas que
creaban obligaciones a los particulares.
5. Sentencia del TJCE de 4 de diciembre de 1974 Van Duyn / Home Office, asunto
nº 41/74, RTJCE [1974] p. 1337.
6. A esta jurisprudencia se la ha denominado, por extensión, el “efecto directo de
las Directivas”. Si bien el uso de esta terminología es generalizado entre la doctrina, hay
que destacar que el TJCE ha evitado siempre aplicar este término al caso de las
Directivas, limitándose en sus sentencias a reconocer la posibilidad de que una
Directiva goce de “efectos análogos a los de otras normas con efecto directo” (José Mª
FERNÁNDEZ MARTÍN, “El efecto directo de las Directivas y la protección de los derechos subjetivos comunitarios en la jurisprudencia del TJCE. Intento de sistematización”,
Noticias de la Unión Europea, nº 135, abril 1996, pág. 19).
7. Véase, por ejemplo, sentencia del TJCE de 5 de abril de 1979, Ratti asunto nº
148/78, RTJCE [1979] p. 1629, o sentencia del TJCE de 8 de octubre de 1987,
Kolpinghuis Nijmegen asunto nº 80/86 RTJCE [1987] p. 3969.
8. La calificación de una disposición comunitaria como norma de efecto directo
resulta ser, como señaló el TJCE en el asunto Van Gend & Loos, una operación compleja y en ocasiones de arduo resultado, que precisa ser determinada individualmente.
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Este punto merece una breve reflexión.
La jurisprudencia y la doctrina distinguen dos tipos de relaciones:
las relaciones verticales, en las que se produce una relación entre el
Estado y el particular, y las relaciones horizontales, en las existe una
relación entre particulares.
Según el texto literal del Tratado, "la Directiva obligará al Estado
miembro". En consecuencia, el TJCE deduce que una Directiva no
transpuesta o transpuesta incorrectamente podrá ser alegada por el
particular frente a la Administración, ya que ésta estaba obligada por
la misma, pero no a la inversa9.
Siguiendo esta misma línea de razonamiento, el TJCE no se ha pronunciado a favor del reconocimiento del efecto directo horizontal de las
Directivas, esto es, entre particulares. Esta posición constituye una jurisprudencia reiterada que encuentra su origen en el asunto Marshall I10,
donde el Tribunal confirmó que el carácter obligatorio de una Directiva
sobre el cual se funda la posibilidad de invocarla "sólo existe en relación
con los Estados miembros destinatarios. De ello se deriva que una
Directiva no ejecutada correctamente no puede, por sí sola, crear obligaciones a cargo de un particular y que una disposición de una Directiva
no puede, por consiguiente, ser invocada, en su calidad de tal, contra
dicha persona". Esta postura constituye ya jurisprudencia reiterada11.
9. Así se pronunció el TJCE en su sentencia de 11 de junio de 1987, Pretore di Salò,
asunto nº 14/86, RTJCE [1987], pág. 2545, donde el Tribunal concluyó afirmando que
“de una Directiva no desarrollada en el orden jurídico interno de un Estado miembro no
pueden resultar obligaciones para los particulares, respecto del propio Estado que ha
incumplido su deber de transposición”. Según esto, el Estado infractor, mientras no
cumpla con su obligación de transponer la normativa comunitaria en el orden interno,
puede enfrentarse a una doble situación: tolerar la invocación, por parte de los particulares, de los derechos que se desprendan de la Directiva, y encontrarse imposibilitado
para reclamar, paralelamente, su cumplimiento.
10. Sentencia del TJCE, de 26 de febrero de 1986, Marshall, asunto nº 152/84,
RTJCE [1986], pág. 723.
11. Por ejemplo, Sentencia del TJCE, de 8 de octubre de 1987, Kolpinhuis
Nijmegen, asunto nº 80/86, RTJCE [1987], pág. 3982, o Sentencia del TJCE, de 14 de
julio de 1994, Faccini Dori asunto nº C-91/92, RTJCE [1994], pág. I-3347.
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Una vez realizado este análisis, y si se cumplen los requisitos arriba
referidos, se podrá alegar la aplicabilidad directa de la norma, y por
tanto, el reconocimiento de los derechos en ella reconocidos. A este respecto, es útil saber que el TJCE ha considerado que, hasta que el Estado
no ha adoptado la norma de transposición de una Directiva que concede un derecho a un particular, el plazo para alegar ante los Tribunales el
reconocimiento de dicho derecho no comienza a prescribir12.
De no cumplirse los requisitos para que la norma tenga efecto
directo, será necesario acudir a las otras vías previstas, y a las que a
continuación nos referimos.
2. La invocación de la Doctrina de la interpretación conforme
Como hemos analizado en el punto anterior, existe una serie de
supuestos en los que no podremos alegar el efecto directo de la
Directiva no transpuesta o incorrectamente transpuesta, ya sea:
• Por falta de claridad y precisión.
• Por sometimiento del derecho reconocido a alguna condición.
• Por tratarse de relaciones entre particulares.
¿Qué podemos hacer en estos casos?
Solicitar al juez nacional una interpretación de la ley nacional conforme a la normativa comunitaria.
Por esta vía, el TJCE reconoce a la autoridad judicial, como órgano
integrante del Estado, la posibilidad y, a la vez, el deber, de adoptar las
medidas que fueren necesarias para alcanzar respecto a las partes del
litigio el objetivo perseguido por la Directiva.
El TJCE se pronunció claramente en este sentido en la sentencia
Von Colson13, al declarar que "la obligación de resultado prescrita por
12. Sentencia de 25 de julio de 1991, Emmott / Minister for Social Welfare et
Attorney General, asunto nº C-208/90. RTJCE [1991] p. I-4269.
13. Sentencia del TJCE de 10 de abril de 1984, Von Colson et Kamann asunto nº
14/83, RTJCE [1984], pág. 1901.
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la Directiva se impone a todas las autoridades de los Estados miembros, comprendidas las autoridades jurisdiccionales".
Esta jurisprudencia ha sido reiterada en la sentencia Marleasing14.
En este asunto, situado en el marco de una cuestión prejudicial planteada por un Juzgado de Oviedo, se trataba de un litigio entre dos particulares relativo a la declaración de nulidad de una sociedad anónima
sobre la base de una causa recogida en el Código Civil español, pero
no en la Directiva 68/151/CEE de coordinación de las garantías exigidas a las sociedades. El Tribunal, sin reconocer el efecto directo, obligó al juez nacional a tener en cuenta la Directiva (no transpuesta),
como elemento de Derecho comunitario con rango de primacía y dejar
inaplicada la norma nacional en la medida en que le era contraria.
Siguiendo esta doctrina, el abogado podrá invocar que el Derecho
español debe ser aplicado a la luz de las normas comunitarias, incluso cuando éstas no gocen de los elementos requeridos para que tengan efecto directo. Y ello no sólo en litigios en los que el particular se
enfrenta al Estado, sino incluso en litigios entre particulares.
No obstante, esta técnica tampoco resuelve completamente el problema, puesto que el juez nacional se halla sujeto a ciertos límites a la
hora de ejercer su función, especialmente cuando se trata de aplicar
una Directiva no transpuesta o transpuesta incorrectamente.
El primero de ellos viene impuesto por los principios generales del
Derecho, en particular, los principios de seguridad jurídica y de irretroactividad.
Un segundo límite que cerca su actuación consiste en que se
requiere que la ley nacional pueda ser, realmente, objeto de interpretación. Es decir, si la ley nacional es clara y terminante en su redacción, será muy difícil realizar interpretación alguna. En este supuesto,
deberá acudirse a los otros medios o instrumentos para obtener la
plena eficacia de sus derechos.
14. Sentencia del TJCE, de 13 de noviembre de 1990, asunto nº C-106/89, RTJCE
[1989], pág. I-4156. Véase también las sentencias en los asuntos Faccini Dori y
Kolpinghuis Nijmegen, citadas anteriormente.
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3. La reclamación de la responsabilidad del Estado por incumplimiento
de la obligación de transponer las Directivas
Pese a las vías señaladas anteriormente, habrá situaciones en las
que ni el principio de efecto directo, ni la doctrina de la interpretación
conforme podrán resolver todos los problemas que afectan al reconocimiento de los derechos de los particulares derivados de una
Directiva no transpuesta o transpuesta de un modo incorrecto.
¿Qué podemos hacer entonces?
Si en estas situaciones el no reconocimiento en el ordenamiento
interno de un derecho nos ha causado un daño, podremos reclamar
del Estado una indemnización. Ésta es la vía en la que la jurisprudencia más reciente del TJCE está insistiendo: la responsabilidad patrimonial del Estado por incumplimiento del Derecho comunitario.
Según el TJCE es inherente al sistema del Tratado el principio de responsabilidad del Estado por los perjuicios causados a los particulares por
los incumplimientos del Derecho comunitario que le son imputables15.
A la hora de plantear un recurso por responsabilidad del Estado
basada en su incumplimiento del Derecho comunitario, hay que tener
en cuenta que ésta es una vía autónoma que se ejercita ante los tribunales nacionales, y que no requiere, por tanto, que el TJCE haya declarado en sentencia previa dicho incumplimiento. En consecuencia,
podremos acudir directamente ante el juez español competente para
15. Véase la Sentencia del TJCE, de 19 de noviembre de 1991, Frankovich y
Bonifacci, asunto acumulados nº C-6 y 9/90, RTJCE [1991] pág. 5357. En esta sentencia el TJCE indica que: “la plena eficacia de las normas comunitarias se vería cuestionada, y la protección de los derechos que reconocen se debilitaría si los particulares no
tuvieran la posibilidad de obtener una reparación cuando sus derechos son lesionados
por una violación del Derecho comunitario imputable a un Estado miembro” y añade
que “esa posibilidad de reparación es especialmente indispensable cuando el pleno
efecto de las normas comunitarias se subordina a la condición de una actuación por
parte del Estado, como ocurre en el caso de las Directivas, y que por consecuencia, los
particulares no pueden, en defecto de tal acción, hacer valer ante las jurisdicciones
nacionales los derechos que les son reconocidos por el Derecho comunitario”.
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reclamar los daños y perjuicios que se hayan causado, sin necesidad
de esperar un pronunciamiento del Tribunal comunitario al respecto16.
Para que la demanda de daños y perjuicios nos sea estimada, tendremos que demostrar tres requisitos17:
1. Que la norma de Derecho comunitario violada tenga por
objeto conferir derechos a los particulares.
Para demostrar este punto, nos bastará con que del análisis
de la Directiva se deduzca que, de haber sido correctamente
transpuesta, nuestro cliente habría disfrutado de un derecho
que ahora no tiene. Como lo que estamos pidiendo no es la
aplicación directa de la Directiva, sino la reparación por el
Estado de los daños causados al no haber transpuesto correctamente la Directiva, no tendremos que demostrar los requisitos que se exigían para que ésta tuviera efecto directo.
2. Que la violación producida como consecuencia del incumplimiento estatal esté suficientemente caracterizada.
No es suficiente, por tanto, cualquier tipo de incumplimiento, sino
que éste debe revestir una cierta gravedad. Corresponderá a la
16. Así lo ha declarado el TJCE tanto en la sentencia Frankovich (citada anteriormente) como en la sentencia Factortame III (Sentencia del TJCE, de 5 de marzo de 1996,
asuntos acumulados Brasserie de Pêcheurs SA contra Bundesrepublik Deutschland y
The Queen contra Secretary of State for Transport ex parte: Factortame Ltd. e.a. nº C46/93 y C-48/93 RTJCE [1996] p. I-1029) al estimar que, “supeditar la reparación del
daño a la exigencia de una declaración previa por parte del Tribunal, de un incumplimiento del Derecho comunitario imputable a un Estado miembro, sería contrario al principio de efectividad del Derecho comunitario, puesto que excluiría todo derecho a indemnización mientras el presunto incumplimiento no hubiera sido objeto de un recurso interpuesto por la Comisión, en virtud el artículo 169 del Tratado y de una condena por parte
del Tribunal. Los derechos a favor de particulares derivados de las disposiciones comunitarias que tienen efecto directo (...) no pueden depender de la apreciación por parte de
la Comisión de la oportunidad de actuar en contra de un Estado miembro ni de que se
dicte por el Tribunal una eventual sentencia en la que se declare del incumplimiento.”
17. Véase la sentencia “Factortame III”, citada anteriormente
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jurisdicción nacional determinar si en el caso concreto el incumplimiento del Estado está "suficientemente caracterizado18".
En cualquier caso, el TJCE ha indicado19 que la ausencia absoluta de transposición de una Directiva en el plazo establecido
constituye por sí misma una violación caracterizada del Derecho
comunitario. Por tanto, cuando no ha habido ninguna norma de
transposición, ya no tenemos que probar este requisito.
¿Qué actuaciones del Estado podrán generar responsabilidad por incumplimiento del Derecho comunitario?
No existen normas generales al respecto. Sin embargo, es
jurisprudencia constante que el incumplimiento por parte
del Estado del Derecho comunitario puede provenir de cualquier órgano estatal, ya sea el poder ejecutivo, el poder
legislativo o incluso el poder judicial.
En el caso de que estemos reclamando la responsabilidad
por mala transposición de una Directiva, en principio, se tratará de un incumplimiento realizado por el poder legislativo20, ya sea por haber transpuesto incorrectamente la
misma, ya sea por no haberlo hecho21.
3. Una relación de causalidad entre la violación del Derecho
comunitario y el perjuicio
Es decir, tendremos que demostrar que la incorrecta transposición de la Directiva por el Estado, o su falta de transposición, son la causa del perjuicio producido.
Este punto también le corresponde apreciarlo al juez nacional.
18. Para aclarar este punto, podría hacerse uso del mecanismo de la cuestión prejudicial.
19. Sentencia del TJCE de 8 de octubre de 1996 Erich Dillendofer e.a. /
Busdesrepublik Deutschland, en los asuntos acumulados C-178/94, C-179/94, C188/94 y C-190/94 RTJCE [1996] pág. I-4845.
20. Como ocurrió en la sentencia Frankovich (citada anteriormente).
21. Como ocurrió en la sentencia Factortame III (citada anteriormente)
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¿Cuál será la indemnización que podremos pedir por los daños
sufridos por el incumplimiento de la obligación del Estado de transponer una Directiva?
La jurisprudencia del TJCE al respecto ha sido bastante progresista, considerando el derecho a la indemnización con bastante amplitud. Ésta deberá ser adecuada al perjuicio sufrido, incluyendo el lucro
cesante, no pudiendo la legislación nacional limitar los daños reparables únicamente a los daños producidos en determinados bienes22.
¿Qué procedimiento deberemos seguir para obtener la reparación de
los perjuicios causados por el incumplimiento del Derecho comunitario?
Como regla general se aplicará, en lo posible el procedimiento
nacional previsto para la reclamación de daños y perjuicios causados
por el Estado23. Por tanto, consideramos que en Derecho español,
serán de aplicación los artículos 139 y siguientes de la Ley de 26 de
noviembre de 1992, nº 30/1992 de Régimen Jurídico de las
Administraciones Públicas y Procedimiento Administrativo Común24.
Sin embargo, aunque en cada Estado se aplique su propio procedimiento, el TJCE ha establecido que los procedimientos para pedir la responsabilidad del Estado por incumplimiento del Derecho comunitario
deben cumplir en toda la Comunidad Europea una serie de requisitos mínimos, incluso aunque éstos no se reconozcan para los pleitos nacionales:
a. Las condiciones de fondo y de forma fijadas por las diferentes legislaciones nacionales no pueden ser menos favorables que las relativas a las reclamaciones similares de naturaleza interna.
22. Como hacía la legislación inglesa en el asunto Factortame III, citado anteriormente.
23. En este sentido se afirmó en la sentencia Russo que “en el caso de un perjuicio causado a un particular por la violación del Derecho comunitario, el Estado miembro estaría obligado a asumir las consecuencias frente a la persona lesionada en el
marco de las disposiciones de Derecho nacional relativas a la responsabilidad del
Estado” (Sentencia del TJCE de 22 de enero de 1976, Carmine Russo / Azienda di Stato
per Gli Interventi Sul Mercato Agricolo asunto nº 60/75, RTJCE [1976] pág. 45).
24. BOE del 27.11.92, núm. 285, pág. 40300.
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b. Dichas condiciones no pueden estar establecidas de tal
forma que sea muy difícil o prácticamente imposible la
obtención de la reparación.
Por tanto, en el supuesto de que consideremos que el procedimiento establecido no satisface estos requisitos, podremos solicitar al
juez que plantee una cuestión prejudicial sobre la compatibilidad del
procedimiento nacional con el Derecho comunitario.
En resumen, podemos afirmar que la petición de una indemnización por los daños causados por el Estado al no transponer una
Directiva es la vía que el TJCE está potenciando en la actualidad para
proteger los derechos de los particulares cuando no sea posible invocar el efecto directo de las Directivas.
4. El planteamiento de la Cuestión prejudicial
Hasta ahora hemos analizado qué vías tenemos para conseguir que
el juez nacional reconozca los derechos de los particulares concedidos
por el Derecho comunitario. Hemos estudiado en qué supuestos las
normas de la Directiva pueden aplicarse directamente. En su defecto,
hemos contemplado la posibilidad de pedirle al juez que interprete el
derecho nacional a la luz de la Directiva. Finalmente nos hemos detenido en la posibilidad de plantear la responsabilidad del Estado por los
danos que haya causado el incumplimiento del Derecho comunitario
en especial su obligación de transponer las Directivas.
Pero no siempre resultará evidente que se cumplan los distintos
requisitos de cada una de las vías. Tampoco siempre resultará claro a
qué obliga exactamente la Directiva, ni si el Estado ha abusado de sus
facultades discrecionales al adaptar la legislación nacional a la legislación comunitaria.
En estos casos conviene solicitar al juez una cuestión prejudicial.
La cuestión prejudicial es una forma de cooperación entre las jurisdicciones nacionales y el TJCE para asegurar el correcto desarrollo del
Derecho comunitario. Su objeto es permitir al juez nacional plantear
sus dudas al TJCE sobre la validez o interpretación de una norma de
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¿Cómo rentabilizar la normativa comunitaria?
Derecho comunitario que pueda ser de aplicación para la resolución
del fondo del litigio del que está conociendo25.
El procedimiento de la cuestión prejudicial es, pues, de naturaleza “incidental”, siendo un incidente del que se conoce ante la jurisdicción nacional
y que finaliza con la emisión de una respuesta a la cuestión planteada por
parte del TJCE. De máximo interés para el abogado es el considerar los efectos “suspensivos” del procedimiento ante la jurisdicción ordinaria que produce el planteamiento de dicha cuestión; a los efectos de aconsejar a sus
representados sobre la conveniencia o no de instar dicho procedimiento.
El sujeto legitimado para plantear la cuestión prejudicial es la jurisdicción de un Estado miembro26, esto es, el juez o tribunal que conoce del proceso principal en que dicho incidente se inserta27. Por tanto,
él será el único legitimado para plantear la cuestión prejudicial.
25. Según palabras de García de Enterría, el TJCE estaría asumiendo, en este sentido, “una función pedagógica” respecto de los órganos jurisdiccionales nacionales.
GARCÍA DE ENTERRÍA, E. “Las competencias y el funcionamiento del Tribunal de
Justicia de las Comunidades Europeas. Estudio analítico de los recursos”, en la obra
colectiva dirigida por GARCÍA DE ENTERRÍA, GONZÁLEZ CAMPOS y MUÑOZ MACHADO: Tratado de Derecho comunitario europeo. (Estudio sistemático desde el Derecho
español), tomo I Civitas, Madrid, 1986, pág. 704.
26. Al respecto, el TJCE ha elaborado su propio concepto de jurisdicción, independientemente del significado que tenga tal término en las legislaciones nacionales, entendiendo que esta noción exige, en principio, la creación por ley del órgano, su carácter
permanente, su competencia obligatoria, la existencia de un procedimiento contradictorio y la necesaria aplicación de normas de derecho. En el caso español, el TJCE ha
reconocido como jurisdicción al Tribunal de Defensa de la Competencia (Sentencia de
16 de julio de 1992, Dirección General de Defensa de la Competencia/ Asociación
Española de Banca Privada asunto nº C-67/91 RTJCE [1992] p. I-4785) y al Tribunal
Económico-Administrativo Central (Sentencia de 1 de abril de 1993, Diversinte et
Iberlacta / Administración Principal de Aduanas e Impuestos Especiales de la Junquera
asuntos acumulados nº C-260/91 y C-261/91. RTJCE [1993] p. I-1885). El Tribunal ha
admitido incluso que la cuestión sea planteada en el curso de un procedimiento de instrucción, de gracia, o de un recurso de urgencia, incluso de un procedimiento no contradictorio, con tal de que haya una función jurisdiccional.
27. Sentencia del TJCE, de 30 de junio de 1966, Vaassens-Göbbels c./ beambtenfonds voor het mijnbedrijff, asunto nº 61/65, RTJCE [1966] pág. 377.
22
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Así, en una ya consolidada jurisprudencia, el TJCE ha considerado
que no cabe entender como “jurisdicción” con facultades para la
interposición de este tipo de cuestiones ni los “colegios profesionales”28 cuando se dirime un asunto relativo a la admisión a la profesión,
ni los “arbitrios privados”29, entre otros30.
No obstante, el Juez o Tribunal podrá plantear la cuestión prejudicial a instancia de parte; Para ello, deberemos proponerse lo por escrito. No se establece ninguna forma para realizar la proposición, de
donde se deduce que puede solicitarse, por tanto, tanto en la
Demanda, o en la Contestación, como en un escrito aparte.
En principio cualquier órgano jurisdiccional puede solicitar al
Tribunal de justicia la interpretación de una norma de derecho comunitario. si lo considera necesario para resolver un litigio del que esté
resolviendo.
Cabe remarcar que la facultad de interrogar al TJCE mediante la
vía de la cuestión prejudicial corresponde a las distintas órdenes jurisdiccionales (civil, penal, contencioso-administrativo, social) sin distinción31.
Sin embargo, cuando propongamos al juez que plantee una cuestión prejudicial debe tenerse en cuenta una diferencia importante
según si el pleito se halla ante un órgano que resuelve en última instancia (por ejemplo, los Tribunales Superiores de Justicia. el Tribunal
Supremo y el Tribunal Constitucional) o ante aquellos otros cuyas resoluciones son susceptibles de recurso.
28. Court d’appel de Douai, 18 de mayo de 1977, J.T, 1978, pag 206; Orden de 18
de junio de 1980, asunto Broker, 138/80, ERC. P,1975. Vid. para una completa información: Droit Institutionel de L’Union et Des Communautés européennes, Sean Van
Raepenbusch, De Boeck Université, 1998, pág. 420.
29. Asunto Nordsee, 102/81, de 23 de marzo de 1982, Rec. 1095.
30. Vid. para una completa información: Droit Institutionel de L’Union et Des
Communautés européennes, Sean Van Raepenbusch, De Boeck Université, 1998,
pág. 420.
31. Así, el TJCE ha resulto cuestiones prejudiciales en el ámbito penal; vid. a este
respecto, entre otros, Asunto Corbeau, procedimiento penal contra Paul Corbeau.
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¿Cómo rentabilizar la normativa comunitaria?
Y ello, porque, en virtud del artículo 234 (ex. artículo 177), cuando se plantee una cuestión de esta naturaleza, cualquier Tribunal
podrá pedir al Tribunal de Justicia que se pronuncie sobre la misma.
En cambio, aquellos órganos jurisdiccionales nacionales cuyas decisiones no sean susceptibles de ulterior recurso judicial de derecho
interno32 estan obligados 33 a someter al Tribunal de Justicia las cuestiones de interpretación que se les planteen.
Ahora bien, esta obligación impuesta por el artículo 234 (ex artículo
177) tercer párrafo no es absoluta, pues estos órganos jurisdiccionales
no tendrán el deber de plantear la cuestión prejudicial cuando ya exista
jurisprudencia en la materia o cuando la manera correcta de aplicar la
norma comunitaria sea de todo punto evidente y el tribunal entienda que
esta interpretación es "clara"34. Esta excepción a la obligación de plantear la cuestión prejudicial se conoce como la doctrina del “acto claro” (in
claris non fit interpretatio), de indiscutible inspiración francesa, que el
TJCE ya incorporaba a su jurisprudencia en el asunto Cilfit35.
32. Ello aunque excepcionalmente las decisiones de estas “jurisdicciones supremas” sean susceptibles de recurso: Así, las sentencias del Conseil d’Etat del Reino de
Bélgica pueden -en ciertos casos- ser motivo de recurso de casación.
33. Véase al respecto la diferente redacción de los párrafos segundo y tercero del
artículo 177 del TCE.
34. El TJCE ha rechazado que deba plantearse la cuestión prejudicial siempre que
el Derecho comunitario sea de aplicación, aunque igualmente ha condenado cualquier
interpretación demasiado extensa de la “noción de acto claro”. Para que un acto sea
“suficientemente claro, su evidencia y claridad deberán ser extensibles a jurisdicciones
de otros Estados miembros y al mismo Tribunal, teniendo en cuenta, para ello, las características del Derecho comunitario y las dificultades especiales que presenta su interpretación. Véase la sentencia del TJCE, de 16 de diciembre de 1981 Foglida c/ Novello
II, asunto nº 244/80, RTJCE [1981] pág. 3045. Véase también la sentencia del TJCE de
6 de octubre de 1982, Cilfit as. 283/81, RTJCE [1982] p. 3415.
Por otra parte, la competente para determinar la procedencia de plantear una cuestión prejudicial es la jurisdicción que conoce del asunto principal. En la sentencia Damiani,
en la que una de las partes sostenía que la cuestión prejudicial era inoportuna teniendo
en cuenta las diversas cuestiones planteadas ante la jurisdicción de reenvío. El TJCE se
pronunció así: “no es competencia del Tribunal pronunciarse sobre la oportunidad de la
solicitud de la decisión prejudicial. En el reparto de funciones entre las jurisdicciones
nacionales y el Tribunal (...) pertenece, en efecto, al juez nacional -único en conocer direc- "
24
Economist&Jurist
Otras excepciones a la ya especificada obligación de plantear
una cuestión prejudicial son: a) una cuestión prejudicial cuya pertinencia no puede ser constatada, es decir, si la respuesta a una
eventual cuestión no permitiría la resolución del conflicto; y b) la
existencia de una jurisprudencia anterior que verse sobre una
cuestión idéntica36.
Así por ejemplo, el Tribunal Supremo, en sentencia de 27 de marzo
de 1995 se negó a plantear una cuestión prejudicial referente a la
interpretación de validez del artículo 47 del Reglamento n° 1408171
a efectos del cálculo del importe teórico de una prestación relativa al
seguro de vez.
El Tribunal basó su negativa en dos motivos: la ausencia de
duda razonable en cuanto la aplicación correcta de las disposiciones nacionales y comunitarias (esto es, la "claridad" del acto),
y la imposibilidad de plantear en una súplica una cuestión que
no habla sido presentada por las partes en el recurso previo "de
suplicación". En dicho asunto, no obstante, tres magistrados formularon una opinión disidente, al considerar necesario plantear
una cuestión prejudicial. Por otro lado, el TSJ del País Vasco, en
autos de 31 de mayo y de 27 de julio de 1994 ya habla planteado al Tribunal comunitario cuestiones prejudiciales substancialmente idénticas a las que se hablan cuestionado en el Tribunal
Supremo.
Por tanto, ¿Qué actuaciones podrán realizarse si solicitamos al juez
nacional que plantee una cuestión prejudicial y éste se niega?
tamente los hechos del asunto y los argumentos sostenido por las partes, que además
deberá asumir la responsabilidad de la decisión judicial que tiene que emitir- apreciar, con
pleno conocimiento de causa, la pertinencia de las cuestiones de Derecho plantadas en
el litigio y la necesidad de una decisión prejudicial, para estar en situación de pronunciar
su fallo”. Sentencia del TJCE, de 14 de febrero de 1980 Damiani c./ Office National des
Pensions pour Travailleurs Salaries, asunto nº 53/79, RTJCE [1980], pág. 273.
35. Asunto Cilfit, 283/81, de 6 de octubre de 1982, Rec. 1982, página 3428.
36. Aunque la “jurisdicción suprema” tendrá entonces la facultad (y no la obligación) de elevar una cuestión prejudicial si considera necesario el intentar un cambio de
la jurisprudencia del TJCE.
cuadernosprácticos
25
¿Cómo rentabilizar la normativa comunitaria?
En principio. la negativa del juez a elevar la cuestión prejudicial no
es por si sola motivo de casación37, La única vía de la que dispondremos será el control que puede realizar el Tribunal Supremo de la aplicación del derecho comunitario por el juez.
Por otra parte, de la sentencia del Tribunal Constitucional de 25 de
marzo de 199638 se deduce que no cabrá un recurso de amparo ante la
negativa de un órgano jurisdiccional de plantear una cuestión prejudicial.
Por tanto, hoy en día. y pese a que exista la "obligación" de plantear cuestiones prejudiciales, no se dispone en derecho español de un
medio seguro para exigir el cumplimiento de la misma, por lo que será
de vital importancia mostrar al juez la necesidad de acudir al TJCE
para hallar la solución más adecuada al litigio.
PROCEDIMIENTO
En el procedimiento que sigue la cuestión prejudicial podemos distinguir dos fases:
A. Ante el juez nacional.
Trámite de audiencia
Una vez que el juez decide plantear la cuestión prejudicial, dará
audiencia a las partes y al Ministerio Fiscal, en su caso. De este modo,
los particulares pueden pronunciarse sobre la conveniencia o no de la
misma, y encuentran en ello, por consiguiente, un medio de salvaguardar y proteger sus intereses privados.
No obstante, hay que tener en cuenta que la decisión de plantear
o no la cuestión prejudicial es una facultad que, en algunos supuestos, puede depender ampliamente de la discrecionalidad del juez que,
oídas las partes, podrá desestimarla o acogerla.
37. Como la facultad del juez nacional no puede quedar limitada por las apreciaciones que puedan hacer instancias superiores, no cabe recurso alguno en que se
pueda controlar la procedencia de elevar la cuestión prejudicial al TJCE.
38. Sentencia del Tribunal Constitucional español nº 45/1996
26
Economist&Jurist
Por ello, durante el trámite de audiencia deberemos insistir en dos puntos:
• La necesidad o no de plantear la cuestión (según nos interese).
• La concreta redacción que vaya a tener la cuestión prejudicial.
y que deberemos intentar que nos sea la más favorable posible.
También hay que tener en cuenta que una oposición al planteamiento
de la cuestión o incluso la interposición de un recurso contra la decisión que
la plantee, no suspenderá ni afectará el curso de la cuestión prejudicial.
Momento de la presentación.
El Tratado no indica en qué momento procede presentar la cuestión prejudicial, por lo que se puede solicitar Juez que la plantee en
cualquier fase procesal.
El juez nacional es el mejor situado para apreciar en que momento procesal debe producirse la elevación de una cuestión prejudicial.
La jurisprudencia comunitaria ha establecido que esta decisión deberá basarse en cuestiones relativas a la “economía” o la “eficiencia”
procesal a ser consideradas por el propio juez nacional39.
No obstante, según una nota explicativa del propio TJCE40, el
momento ideal será cuando "el juez remitente esté en condiciones de
definir, siquiera sea de un modo hipotético, el marco fáctico y jurídico
del problema". Por tanto, en Derecho español, el momento más propicio será cuando el asunto esté visto para sentencia.
Sin embargo, según la jurisprudencia comunitaria, cabe incluso la
presentación de una cuestión prejudicial como consecuencia de la
apreciación “de oficio” de la existencia de un problema de interpretación de la normativa comunitaria, incluso antes que las partes hayan
podido pronunciarse en una vista oral41.
39. Vid. a este respecto Asunto Campus Oil, 82/73, de 10 de julio de 1984, Rec. p. 2727.
40. “Nota informativa sobre el planteamiento de cuestiones prejudiciales por los
órganos jurisdiccionales nacionales”, publicada en 1996.
41. Vid. a este respecto, Asunto Simmenthal, 70/77, de 28 de junio de 1978, Rec. p. 1453.
cuadernosprácticos
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¿Cómo rentabilizar la normativa comunitaria?
POSIBLES VÍAS DE ACTUACIÓN PARA INVOCAR
EL DERECHO COMUNITARIO
1
INVOCAR ANTE EL JUEZ EL EFECTO DIRECTO DE LA DIRECTIVA
•
•
•
•
•
2
CARACTERÍSTICAS QUE DEBE CUMPLIR LA DIRECTIVA INVOCADA:
QUE CREE DERECHOS PARA PARTICULARES
CLARA Y PRECISA
INCONDICIONAL
QUE HAYA TRANSCURRIDO EL PLAZO DE TRANSPOSICIÓN
INVOCAR ANTE EL JUEZ NACIONAL LA DOCTRINA DE LA INTERPRETACIÓN
CONFORME
• APLICABLE EN CASOS EN QUE LA DIRECTIVA NO CUMPLA LOS REQUISITOS NECESARIOS PARA PODER INVOCAR EL EFECTO DIRECTO
• CONSISTE EN SOLICITAR AL JUEZ NACIONAL LA INTERPRETACIÓN DE
LAS LEYES ESTATALES CONFORME A LA DIRECTIVA COMUNITARIA
3
RECLAMACIÓN DE LA RESPONSABILIDAD DEL ESTADO POR INCUMPLIMIENTO
DE LA OBLIGACIÓN DE TRANSPONER LAS DIRECTIVAS
CONSISTE EN LA RECLAMACIÓN DE UNA INDEMNIZACIÓN AL ESTADO
DERIVADA DE UN NO RECONOCIMIENTO DEL ESTADO AL PARTICULAR
DE UN DERECHO DEL QUE DEBIERA GOZAR EN VIRTUD DE UNA DIRECTIVA COMUNITARIA
LA RECLAMACIÓN SE PLANTEA ANTE LOS TRIBUNALES NACIONALES
REQUISITOS:
• LA DIRECTIVA DEBE CONFERIR DERECHOS A LOS PARTICULARES
• EL DAÑO CAUSADO POR EL INCUMPLIMIENTO DEL ESTADO DEBE
ESTAR SUFUCIENTEMENTE CARACTERIZADO
• RELACIÓN DE CAUSALIDAD ENTRE EL DAÑO Y EL INCUMPLIMIENTO
28
Economist&Jurist
4
PLANTEAMIENTO DE LA CUESTIÓN PREJUDICIAL
ES UNA FORMA DE COOPERACIÓN ENTRE LAS JURISDICCIONES
NACIONALES Y EL TJCE PARA ASEGURAR EL CORRECTO DESARROLLO
DEL DERECHO COMUNITARIO
LEGITIMACIÓN: EL JUEZ NACIONAL, DE OFICIO O A INSTANCIA DE PARTE
SOLICITUD AL JUEZ NACIONAL:
NO SUJETA A FORMA
POR ESCRITO:
INDEPENDIENTE
EN LA DEMANDA
EN LA CONTESTACIÓN A LA DEMANDA
PROCEDIMIENTO
DECISIÓN DEL JUEZ DE PLANTEAR LA CUESTIÓN PREJUDICIAL
AUDIENCIA A LAS PARTES: NECESIDAD DE PLANTEAR LA CUESTIÓN
REDACCIÓN DE LA CUESTIÓN
REMISIÓN AL JUEZ COMUNITARIO
ALEGACIONES DE LAS PARTES POR ESCRITO EN 2 MESES
EL PONENTE ELABORA EL “INFORME PARA LA VISTA”
VISTA ORAL EN LA SEDE DEL TSJC
PROPUESTA DE RESOLUCIÓN DEL ABOGADO GENERAL (NO VINCULANTE)
SENTENCIA DEL TJCE
EL JUEZ NACIONAL APLICARÁ LA INTERPRETACIÓN DEL TJCE
cuadernosprácticos
29
¿Cómo rentabilizar la normativa comunitaria?
Forma y tramitación.
El TCE tampoco establece qué forma debe tener la petición de
cuestión prejudicial, para que en cada Estado miembro se siga el sistema que más se acomode a su costumbre jurídica. En Derecho español, en principio, la forma más adecuada será mediante un "Auto", el
cual suspenderá el procedimiento hasta la resolución del TJCE.
Una vez dictado el auto, se enviará una solicitud de resolución al
TJCE, ésta deberá motivarse de manera sucinta, pero suficientemente completa, de modo que permita al Tribunal de Luxemburgo comprender adecuadamente el marco de hecho y de derecho del asunto
principal.
Cabe señalar que la finalidad de plantear la cuestión prejudicial es
que el TJCE resuelva las dudas sobre el Derecho comunitario, dando
así una respuesta útil al problema planteado. Por tanto, el Juez nacional deberá comunicar al TJCE los antecedentes de hecho cuyo conocimiento resulte indispensable para comprender el alcance jurídico
del litigio principal, los fundamentos de derecho eventualmente aplicables, las razones que hayan conducido al juez nacional a plantear la
cuestión al TJCE y, en su caso, las alegaciones de las partes.
Además, la petición deberá ir acompañada, en anexo, de una
copia de los documentos necesarios para la adecuada comprensión
del litigio, especialmente de las disposiciones nacionales aplicables.
La petición de resolución y los documentos pertinentes deben
enviarse al Tribunal de Justicia mediante correo certificado42, no siendo necesario tramitarlo a través de ningún órgano o administración
ministerial.
Hasta que se dicte la sentencia, la Secretaría del Tribunal de
Justicia de las Comunidades Europeas se mantendrá en contacto con
el órgano jurisdiccional nacional, y le transmitirá copia de los sucesivos documentos.
42. Dirigido a la “Secretaría del Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas,
L-2925 Luxemburgo”.
30
Economist&Jurist
B. Ante el juez comunitario.
El procedimiento que sigue la cuestión prejudicial ante el juez
comunitario tiene dos fases: una escrita y otra oral.
Fase escrita
Una vez que el TJCE recibe la cuestión prejudicial, se notifica la
misma a los Estados miembros, y a las Instituciones Comunitarias34,
así como a las partes del pleito nacional, para que se pronuncien en
su propia lengua.
Seguidamente, el juez ponente realizará un resumen del problema
planteado y de las alegaciones de las partes. El llamado "informe para
la vista", que se presentará a los sujetos que vayan a intervenir, concluyendo así la fase escrita.
Fase oral y Sentencia
En la vista oral, que tiene lugar en la sede del Tribunal de Justicia,
en Luxemburgo, podrán participar todos los interesados, tanto las partes en el procedimiento principal, como las instituciones o los Estados
miembros que deseen aportar sus comentarios u observaciones.
Tras la vista oral, el Abogado General redactará una propuesta de
solución, en la que analizará el derecho comparado y la jurisprudencia anterior del TJCE para así facilitar la deliberación del TJCE, centrando las cuestiones principales43. Debe señalarse, no obstante, que
las "Conclusiones del Abogado General" no son vinculantes, por lo que
el TJCE podrá apartarse de las mismas.
Finalmente, el TJCE dictará la sentencia con lo que podrá fin a la
cuestión prejudicial.
Debe notarse, a efectos de proceder a un diseño de estrategia procesal más preciso, que el plazo medio entre la presentación de una
43. La cuestión se notifica siempre a la Comisión Europea y además al Consejo o al
Parlamento si el acto a interpretar o cuya validez es puesta en entredicho emanó de ellos.
cuadernosprácticos
31
¿Cómo rentabilizar la normativa comunitaria?
cuestión prejudicial y la obtención de una respuesta es de 18 meses,
lo que debe considerarse una duración importante a sumar con la
duración propia del litigio ante la jurisdicción nacional.
EFECTOS
¿Qué efectos se derivan de dicha sentencia?
En primer lugar, el TJCE se pronunciará sobre su comprensión del
Derecho Comunitario, siendo el juez nacional, de quien emana la
cuestión, el que habrá de extraer las consecuencias y aplicarlas al
caso concreto.
El juez nacional aplicará la interpretación del TJCE con efectos
retroactivos a los expedientes de que conozca y que se hubieran iniciado tanto antes como después de la interposición de la demanda
que fue origen de la cuestión prejudicial. No obstante, como la aplicación de la sentencia del TJCE puede crear problemas respecto de
las relaciones jurídicas nacidas en el pasado y basadas en la buena fe,
el juez podrá, en virtud del principio de seguridad jurídica, limitar los
efectos retroactivos. El TJCE también podrá establecer límites temporales de su sentencia44.
Sin embargo, esta limitación de los efectos ex tunc en el tiempo debe considerarse como una excepción a la norma general,
excepción que, sin embargo, puede ser validamente invocada
cuando se trata de proteger al particular por imperativos de seguridad jurídica. Así, en sus asuntos Salumi45 y Denkavit Italiana46, el
TJCE lo reconoció, excepcionalmente, por aplicación del principio
general de seguridad jurídica inherente al orden comunitario y en
consideración de los graves inconvenientes que su sentencia
podría acarrear para aquellas relaciones anteriores establecidas
de buena fe.
44. Al resolver una cuestión prejudicial, el TJCE no está vinculado por la redacción
que el Tribunal nacional ha dado a la misma, pudiendo modificarla de la forma que crea
que resultará más conveniente para la resolución del litigio principal.
45. Asunto Salumi, 66, 127 y 128/79, de 27 de marzo de 1980, Rec. p. 1260.
46. Asunto Denkavit Italiana, 61/79, de 27 de marzo de 1980, Rec. p. 1223.
32
Economist&Jurist
De todas formas, puesto que la interpretación del TJCE versa sobre
la norma de derecho comunitario, si el Juez nacional considera que,
en vista de los hechos, esta interpretación no es aplicable al caso concreto, podrá no tomarla en consideración para resolver el litigio.
Finalmente, señalar que en aplicación del principio de economía
procesal, la sentencia del TJCE podrá ser utilizada por el tribunal
nacional en otro asunto similar. De este modo, la sentencia conservará un efecto indirecto o mediato, como precedente para futuros asuntos en los que sea de aplicación el ordenamiento comunitario.
El régimen legal del artículo 35 (ex art. K.7) del TUE, establecido
por la Reforma de Ámsterdam.
El artículo 35 del TUE ha establecido nuevas competencias para el
Tribunal de Justicia, especificando que el Tribunal podrá pronunciarse
a título prejudicial acerca de la validez e interpretación de decisiones y
decisiones marco; sobre la interpretación de Convenciones y acerca de
la validez e interpretación de medidas de aplicación de actos susvisés.
A condición que el Estado Miembro acepte previamente estas competencias mediando una declaración. Por todo ello y aunque no se
especifique implícitamente, que el Tribunal tiene el poder de interpretar el Tratado en tanto en cuanto esta facultada para conocer de la
interpretación y validez de los actos de derecho comunitario derivado47.
VALORACIÓN PRÁCTICA
Hay que reconocer que el juez español no ha hecho un uso enorme del mecanismo del artículo 234 (ex art. 177) del Tratado si comparamos el número de cuestiones prejudiciales interpuestas por los
órganos judiciales españoles con los de otros Estados miembros. Así,
lo podemos comprobar con el siguiente grafico (a pie de pagina), que
lista las cuestiones prejudiciales planteadas por algunos Estados
miembros representativos desde 1990 hasta 1996.
47. Para una explicación en mucha mayor profundidad vid. Droit Institutionel de
L’Union et Des Communautés européennes, Sean Van Raepenbusch, De Boeck
Université, 1998, pág.450.
cuadernosprácticos
33
¿Cómo rentabilizar la normativa comunitaria?
Es cierto que, desde la Adhesión de España a la CE y a medida que
han ido pasando los años, los jueces españoles van haciendo un
mayor uso de la cuestión prejudicial. Sin embargo. y tras examinar las
cifras comparativas, salta a la vista que dicho uso no alcanza la media
comunitaria.
En cuanto a qué órganos han planteado cuestiones prejudiciales,
debe señalarse que han acudido a la vía del artículo 248 (ex art. 177)
prácticamente todos los órganos jurisdiccionales posibles: Juzgados
de Primera Instancia49, Juzgados de Instrucción50, Juzgados de
Primera Instancia e Instrucción51, Juzgados de lo Penal52, Juzgados de
lo Social53, Juzgado Central de lo Penal de la Audiencia Nacional54,
Audiencias Provinciales55, Audiencias Territoriales56, Audiencia
Nacional57, Tribunales Superiores de Justicia58 y Tribunal Supremo59
Incluso el Tribunal de Defensa de la Competencia60 y el Tribunal
Económico-Administrativo Central61.
48. Véase, por ejemplo, la Sentencia del TJCE, de 2 de febrero de 1998, Blaizon c./
Universidad de Lieja, asunto nº 24/86, RTJCE [1988] pág. 379. En dicha sentencia,
relativa a la reclamación por ingresos indebidos correspondientes a pagos de derechos
de matrícula, el Tribunal indica que el efecto directo sólo puede ser invocado por los
alumnos que habían reclamado con anterioridad a la fecha de la sentencia.
49. A título de ejemplo sentencia del TJCE de 7 de marzo de 1996, El Corte Inglés
S.A. / Cristina Blázquez Rivero as. nº 192/94 RTJCE [1996] p. I-1281.
50. A título de ejemplo, sentencia del TJCE de 07 de mayo de 1992, procedimiento penal contra Aguirre Borrell e.a. as. nº C-104/91, RTJC [1992] p. I-3003.
51. A título de ejemplo, sentencia del TJCE Marleasing c./ Comercial internacional
de Alimentación, citada anteriormente.
52. A título de ejemplo, sentencia de 28 de enero de 1992, procedimientos penales contra López Brea e Hidalgo Palacios as. nº C-330/90 RTJCE [1992] p. I-323.
53. A título de ejemplo, sentencia del TJCE de 20 de febrero de 1997, Bernardina Martínez
Losada e.a. / INEM e.a. as. acumulados C-88/95, C-102/95 y C-103/95 RTJCE [1997] pág. I-869.
54. A título de ejemplo, sentencia del TJCE de 14 de diciembre de 1995,
Procedimientos penales contra Lucas Emilio Sanz de Lera e.a. asuntos acumulados C163/94, C-165/94 y C-250/94 RTJCE [1995] p. I-4821
55. A título de ejemplo, sentencia del TJCE de 28 de marzo de 1996, Procedimientos
penales contra Rafael Ruiz Bernáldez as. nº C-129/94 RTJCE [1996] pág. I-1829.
56. A título de ejemplo, sentencia del TJCE de 11 de julio de 1989, Ford España /
Estado español as. nº C-170/88 RTJCE [1989] pág. 2305.
34
Estado
Miembro
1997
1998
1999
2000
2001
Suma
1997-2001
Suma total desde
incorporación UE
Economist&Jurist
Bélgica
19
12
13
15
10
69
435
Dinamarca
7
7
3
3
5
25
89
Alemania
46
49
49
47
53
244
1262
Grecia
2
5
3
3
4
17
64
España
9
55
4
5
4
77
134
Francia
10
16
17
12
15
70
638
Irlanda
1
3
2
2
1
9
42
Italia
50
39
43
50
40
222
714
Luxemburgo
3
2
4
-
2
11
48
Países Bajos
24
21
23
12
14
94
542
Austria
35
16
56
31
57
195
203
Portugal
2
7
7
8
4
28
50
Finlandia
6
2
4
5
3
20
23
Suecia
7
6
5
4
4
26
36
Reino Unido
18
24
22
26
21
111
338
Total c.p.
1997-2001
237
264
255
224
237
1217
Total c.p.
4618
57. A título de ejemplo, sentencia del TJCE de 15 de diciembre de 1994, Transáfrica
c./ Administración del Estado Español. as. nº C-136/93 RTJCE [1994] pág. I-5757.
58. A título de ejemplo, sentencia del TJCE de 25 de julio de 1991, Ayuntamiento de Sevilla
/ Recaudadores de las Zonas primera y segunda as. nº C-202/90 RTJCE [1991] p. I-4247.
59. A título de ejemplo, sentencia del TJCE de 4 de mayo de 1993, Federación de
Distribuidores Cinematográficos / Estado español as. nº C-17/92 RTJCE [1993] pág. I-2239
60. A título de ejemplo, sentencia Dirección General de Defensa de la Competencia/
Asociación Española de la Banca Privada e.a., citada anteriormente.
61. A título de ejemplo, sentencia Diversinte et Iberlacta c/ Administración Principal
de Aduanas e Impuestos Especiales de la Junquera, citada anteriormente.
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¿Cómo rentabilizar la normativa comunitaria?
CONCLUSIONES
Para defender los derechos e intereses de los particulares, el abogado no debe olvidar que el Derecho comunitario es un sistema de
Derecho que, en cierto modo, se desenvuelve en igual sentido que un
Derecho interno, albergando una actividad normativa y judicial importante y alcanzando de manera directa a los ciudadanos comunitarios.
Si en el análisis de la normativa nos encontramos con que en una
Directiva se reconoce un derecho que no se reconoce en el ordenamiento interno, debemos ser conscientes de todas las posibilidad que
el Derecho comunitario nos ofrece. En particular, deberemos tener
presente la posibilidad de aplicar la Directiva directamente, si se cumplen todos los requisitos ya analizados o, en toda hipótesis, podremos
plantear al juez la posibilidad de realizar una aplicación conforme de
la legislación española a la norma comunitaria. Si creemos que estas
vías no darían resultado alguno, entonces podremos optar por demandar al Estado la reparación del daño causado por la no transposición
de la Directiva.
Ahora bien, la vía más idónea cuando se planteen dudas sobre la
aplicación del Derecho comunitario, o cuando necesitemos una interpretación del Derecho comunitario aplicable, al no sernos reconocidos
los derechos que nos concedía una Directiva, será el planteamiento de
una cuestión prejudicial.
Si actuamos así, estaremos aprovechando al máximo todas las
posibilidades que nos brinda el ordenamiento jurídico comunitario
para defender los derechos de los particulares que no han sido reconocidos por la normativa interna.
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