Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco Secretaría Académica Programa de Formación Continuada Seminario Internacional de Posgrado Problemáticas curriculares en el Siglo XXl “La construcción de tejidos sociales a través de un curriculum más flexible” Profesora: Dra. Alicia De Alba Participantes: Dra Silvia Coicaud Magister Susana Perales Ts Ana Lia Pomes Año 2007 La construcción de tejidos sociales a través de un curriculum más flexible Introducción acerca de la problemática La intencionalidad del presente trabajo es avanzar en la problematización del curriculum de carreras universitarias, para ser implementadas con la modalidad de educación a distancia en la UNPSJB. En una primera instancia, se piensa en ofrecer a distancia o en forma semipresencial el Profesorado en Ciencias Biológicas, el Profesorado en Ciencias Biológicas para EGB y Polimodal, y el Profesorado en Química (Facultad de Ciencias Naturales) y la Licenciatura en Trabajo Social (Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales). En el caso de la carrera de Trabajo Social, algunos antecedentes contextuales que justifican lo planteado se delinean en los siguientes puntos: . Demandas de Trabajadores Sociales explicitadas por Organizaciones del Estado, ONGs y privadas para desempeñarse en ámbitos rurales y urbanos, en instituciones públicas y privadas. . El crecimiento poblacional de centros urbanos en el ámbito provincial de Chubut y de Santa Cruz Norte, lo cual manifiesta la emergencia de nuevas problemáticas sociales, y la necesidad de espacios académicos y profesionales para su abordaje . La procedencia de alumnos ingresantes de vastos sectores de la Patagonia Austral (Fuente: encuestas realizadas por docentes de primer año de la carrera durante cuatro años consecutivos) . La extensión del territorio patagónico y las dificultades de acceso entre diferentes localidades . El costo para sostener un alumno en Comodoro Rivadavia (aproximadamente $1000, según Fuente de Bienestar Universitario), situación que dificulta el ingreso y la permanencia en la Universidad. Al respecto, se realizaron entrevistas desde el Rectorado a jóvenes cuya intencionalidad era estudiar la carrera de Trabajo Social, cuestión que se modificó en parte por los antecedentes antes enunciados. Durante el año 2007, la inscripción e ingreso de alumnos a la carrera se ha visto disminuida -quizás por los condicionamientos que explicamos-. Por estas razones, creemos conveniente adecuar las propuestas curriculares a las condiciones concretas de existencia, considerando el impacto de nuestras carreras y el accionar que la Universidad tiene en la región. Pero de ninguna manera se desconoce que la implementación de este tipo de propuestas para la carrera de Trabajo Social tiene sus particularidades, ya que la práctica es fundamental, y en tal sentido deberá ser acompañada, orientada y evaluada de manera presencial. De existir esta posibilidad podríamos llegar a diferentes ámbitos de la región con propuestas que permitan enriquecer las prácticas de profesionales que ya están trabajando. Nadie desconoce el valor de la tecnología en el ámbito educativo universitario, cuestión que deberá ser debidamente potenciada para el fortalecimiento de nuestro quehacer. También tenemos claro que la actual modalidad presencial deberá continuar, ya que la inscripción de alumnos en nuestra ciudad da cuenta del interés que la misma genera. Es fundamental señalar que los Trabajadores Sociales, como otros profesionales, son considerados trabajadores que asumen un rol político cuyo accionar se entiende en el marco de la “cuestión social”. Otro problema de la UNPSJB es la creciente baja de matrícula en las carreras de Profesorado que se ofrecen, lo cual atraviesa a la mayoría de las Facultades. Pero lejos de ser un problema local, el tema es reconocido en otras instituciones del país, y su estudio se ha abordado desde diferentes perspectivas y disciplinas. Dada la relevancia de esta problemática, surge la necesidad de elaborar una propuesta para encararla en los Profesorados que ofrece la Facultad de Ciencias Naturales a partir, entre otros medios y recursos, de las posibilidades que brindan las tecnologías de la información y comunicación –TICs-, por lo cual se propone gestionar y promover un proyecto que apunte a estas intencionalidades: . Configurar propuestas de políticas y estrategias que permitan disminuir la baja de matrícula en las carreras de profesorado que ofrece la FCN. . Ofrecer alternativas de enseñanza a distancia ampliando el área de influencia de la Facultad de Ciencias Naturales, tanto desde lo geográfico como desde lo social. . Determinar las implicaciones (personales, institucionales y sociales) y los costos para revertir la situación . Brindar el soporte informático necesario que posibilite, a las asignaturas que lo requieran, la instrumentación de su propia página Web y toda otra instancia que favorezca los objetivos planteados, apoyándolas en su diseño y/o construcción. . Evaluar el desarrollo de cursos y carreras cuyas áreas temáticas y metodologías permitan su dictado según la modalidad a distancia o semipresencial, convocando para ello, a un grupo de expertos. Dentro de las repercusiones que los procesos de globalización en la educación superior han provocado, podemos mencionar las restricciones en la matrícula, los recortes presupuestarios, y en muchos casos la disminución de la calidad de la oferta educativa. En este contexto, las disciplinas tienen que probar su valor mediante su contribución a la economía, además de ver reducida su autonomía institucional por la gran influencia del mercado en los asuntos universitarios. A partir de esta situación, consideramos que la UNPSJB debe propiciar cambios en su estructura que posibiliten una transformación académicaadministrativa, coadyuvando en la formación de profesionales capacitados para enfrentar y dar respuesta a los requerimientos que demanda la dinámica social y política, a escala regional y nacional. Por ello planteamos la necesidad de adecuar la oferta de los profesorados, para que la misma llegue de manera más accesible a grupos de personas que en general trabajan como docentes en escuelas de la zona, y que no han podido ser incorporados al sistema universitario por diversas razones: dificultades para acceder a los horarios de cursado programados por la FCN, falta de gestión institucional y carencia de mecanismos de articulación con otros organismos e instituciones del medio. Sin embargo, pensar la profesionalización implica considerar que lo sociohistórico atraviesa y “da forma y contenido” a las prácticas cotidianas de los diversos profesionales, afectando las condiciones laborales, las relaciones sociales e institucionales, la situación de vida de las personas y la vinculación de los trabajadores universitarios con las mismas. Esta lectura debe incluir necesariamente el enfoque político para explicar la coyuntura, evitando actitudes fatalistas acerca del proceso histórico, como si la realidad estuviera determinada de una vez y para siempre. Estas visiones lineales, movilizan e interpelan pobremente el accionar profesional, generando actitudes y prácticas que congelan la realidad y desconocen el carácter social e histórico de los sujetos, y su condición de productores de la trama social de la que emergen. Otra perspectiva a cuestionar es la del “mesianismo profesional”, por la cual se asumen posturas heroicas, que suelen producir prácticas voluntaristas y sin capacidad de interrogar la realidad (Iamamoto M., 2003) El desafío se vincula entonces con la necesidad de reflexionar colectivamente acerca de las tendencias planteadas para avanzar en la complejización de la sociedad, “evitando” los análisis lineales que poco aportan al cuestionamiento de las relaciones que hegemonizan la sociedad. Resulta fundamental pensar en propuestas pedagógicas que articulen las demandas sociales con un currículum que no pierda de vista las características de una universidad pública y regional, superando momentos eminentemente críticos para arribar a otros crítico– propositivos, lo cual implica pensarnos no sólo como intelectuales críticos, sino como intelectuales transformadores (Giroux, 1992) Marco referencial Entendemos que el campo del curriculum es complejo y multireferenciado. Los alcances e intencionalidades del curriculum como propuesta educativa sólo pueden entenderse a partir de un análisis profundo de los proyectos que las sociedades elaboran en determinados contextos histórico-políticos, a partir de condiciones e intereses culturales, económicos y sociales contradictorios. Los múltiples “juegos del lenguaje” que, como plantea Wittgenstein (1953) intervienen siempre en la legitimación o deslegitimación de ciertos saberes a modo de madeja que entrecruza significantes diversos, configuran miradas distintas sobre los discursos interconstruidos acerca del curriculum, a partir de las múltiples formas de vida y cosmovisiones en torno al sentido de la misma. Así, el curriculum suele transformarse en un significante flotante en muchas instituciones educativas, y en el nivel superior adquiere diferentes connotaciones según se inscriba en determinados discursos y prácticas educativas. De este modo, no es lo mismo lo que entienden por curriculum los docentes que elaboran sus programaciones didácticas al principio del ciclo lectivo que aquellos abocados a reformular los diseños curriculares de una carrera universitaria en comisiones de trabajo convocadas para tal fin, o lo que interpretan los alumnos cuando, ante esta denominación, en la Facultad les ofrecen los Planes de Estudio de las carreras. A veces los significados de los significantes flotantes pueden ser contradictorios, lo cual genera confusión e incertidumbre en los actores. Por ejemplo, cuando docentes, gestores y alumnos reducen al curriculum al formato del Plan de Estudios vigente, desconociendo la complejidad que entrañan los procesos de negociación, diseño, desarrollo y evaluación del curriculum educativo. Asimismo, las reformas curriculares entrañan conflictos y tensiones entre los discursos pedagógicos y los campos de recontextualización oficial e institucional (Díaz V. M) El entramado simbólico que se genera en estos procesos, conlleva a la necesidad de analizar, entre otras problemáticas, las condiciones subjetivas, los intereses individuales y grupales, las prácticas dominantes y alternativas, y los niveles de significaciones que existen en la institución. Si bien toda reforma curricular debiera ayudar a los docentes a apropiarse de manera significativa de nuevas prácticas pedagógicas e institucionales, a partir de enfoques y tendencias actualizados acerca de la formación en el nivel superior, la realidad nos muestra que los cambios introducidos en los planes de estudio de las universidades suelen ocasionar efectos perturbadores en los profesores, pues implican una desestructuración de sus prácticas habituales y, en mayor o menor medida, amenaza de pérdida de los lazos de identificación con los referentes previos. Por ello es imprescindible develar la red de relaciones que se genera entre campos, discursos, prácticas y agentes, pues en la misma se plasman los principios constituyentes de la cultura institucional y de la identidad de los docentes, identidad cuya interioridad se construye a partir de las subjetividades que generan los diversos elementos con los que los docentes se identifican en sus ámbitos de trabajo. También es importante que, ante los cambios curriculares que se promueven en algunas universidades, los docentes cedan una parte de la identidad diferencial que conforma su profesión en la institución, para que de esta manera se logre construir una cadena equivalencial que articule la lógica de las nuevas propuestas pedagógicas con la de las prácticas hegemónicas existentes, vinculando de esta manera múltiples expresiones y acciones que se manifiestan a modo de “orden-desorden” (de Alba, 2006) Tal como lo plantea Díaz M, “si la cultura de los profesores debe hacer parte de una reforma, la cultura de una reforma debe, primero, hacer parte de la conciencia de los profesores”. De Alba (1995) plantea la necesidad e importancia del lugar que la Universidad Pública tiene en la sociedad ante las condiciones sociales y económicas imperantes, instando a “problematizar” esta situación y a desarrollar capacidad para “asumirse como sujeto social en el proceso de determinación que se está generando […] siendo fundamental que los universitarios nos asumamos como sujetos de la determinación curricular y no que nos conformemos con ser sólo sujetos sociales del desarrollo curricular, o en el mejor de los casos, sujetos del proceso de estructuración formal del currículo” Cuando los cambios curriculares conllevan a adoptar una modalidad de estudio a distancia o semi-presencial en las universidades, debemos analizar también la categoría de “flexibilidad”. La flexibilidad constituye un principio fundacional de la educación a distancia, pues esta forma de enseñar y aprender descarta la canonización de la organización rígida de los tiempos y los espacios en las instituciones. Un curriculum que se estructura a partir de esta modalidad posibilita que los alumnos estudien en sus hogares o lugares de trabajo en el momento en que puedan hacerlo, con la mediación de un entorno flexible en el cual los docentes organizan materiales apropiados para el estudio y acompañan sus procesos de aprendizaje a través de diferentes medios y recursos tecnológicos. Sin embargo, el término flexibilidad viene del campo de la economía –más precisamente, de la economía informacional-, y en el campo del curriculum se lo relaciona con el mercado del trabajo, poniéndose el acento en la reforma de medios y fines. Por ello existe entre los docentes la preocupación acerca del tipo de vinculación que se puede establecer entre la universidad y el mercado, comercializando los servicios educativos. Las connotaciones políticas y sociales que se desprenden de esta posibilidad generan tensión en muchos actores, los cuales asumen el discurso de la flexibilidad en el curriculum del nivel superior desde la resistencia. No obstante, recuperamos la importancia del concepto de flexibilidad para las propuestas de innovación curricular, como un principio que le otorga significación a la educación abierta y a distancia desde sus orígenes históricos, constituyéndose de este modo en una modalidad comprometida con la educación a lo largo de toda la vida de las personas, a través de ambientes apropiados para el aprendizaje que superan los condicionantes témporo-espaciales. La crisis por la que atravesamos pareciera sumergirnos en una creciente incertidumbre, donde la sensación que prima es la de que nada puede permanecer. En tal sentido es importante recuperar que “en los momentos de crisis, tenemos mayor presencia y actuación de la temporalidad sobre la espacialidad-temporalidad” (de Alba, 2006) Desde un punto de vista institucional y social, podemos considerar que éstos son momentos privilegiados, ya que si la estructura se encuentra en proceso de desestructuración- descentramiento, las decisiones que se tomen en el espacio estarán más vinculadas a los sujetos sociales, quienes son los que contribuyen a provocar la erosión de la estructura. En la actualidad se plantea una tensión entre la crisis estructural generalizada y el proyecto de globalización, caracterizándose éste por la realización de esfuerzos de espacialidad–estructuralidad para detener la des-estructuración. Pero la temporalidad -considerada como la forma misma de la libertad- continúa manifestándose. Esta situación amerita ser investigada por los docentes, ya que constituye el escenario en el que nos desenvolvemos quienes transitamos los espacios educativos. Al respecto, Laclau y Mouffe explican que “la crisis es una oportunidad inédita para impactar nuestra realidad”. La contingencia constituye también un proceso que permite avanzar en aspectos vitales para la construcción de una sociedad, su análisis y su deconstrucción. La crisis y la apertura de la estructura o su precariedad, da cuenta de la necesidad de elegir posibilidades entre una multiplicidad de posibilidades, y en esto la acción fundamental es del sujeto. La contingencia tiene una fuerte relación con la necesidad histórica, siendo constitutiva de la apertura, la precariedad, la ambivalencia, la opacidad de toda identidad de la totalidad, objetividad, sistema y estructura. Desde esta postura, la opción por innovar en prácticas pedagógicas que contemplen un carácter más abierto y flexible en los diseños curriculares para la educación superior, conlleva a tomar decisiones en un marco de contingencia institucional, que permite articular la función histórica de la universidad con demandas socio políticas actuales para la formación profesional. Algunas conclusiones La intención entonces es crear nuevos “contornos sociales” a través de la puesta en marcha de un proyecto de educación a distancia para ofertas de grado universitario en la UNPSJB. Los contornos surgen en momentos avanzados de la crisis estructural generalizada, a partir de un conjunto de elementos emergentes (rasgos disruptivos, elementos provenientes de otras estructuras y rasgos o elementos nuevos, inéditos) articulados en procesos de desestructuración (de Alba, 2006). Pretendemos con esta propuesta articular prácticas y discursos pedagógicos diversos que interpelen la realidad de los problemas de la educación superior actual, posibilitando generar nuevas significaciones para construir utopías realizables en contextos sociales complejos. Bibliografía Coll C. "Vigencia del debate curricular. Aprendizajes básicos, competencias y estándares"., Segunda reunión del Comité intergubernamental del proyecto regional de educación para América Latina y el Caribe. (PRELAC), 2006 de Alba A., El campo del curriculum en la primera década del siglo XXI Tensión Globalización- Crisis estructural generalizada (CEG), en: Curriculum-Sociedad: el peso de la incertidumbre, la fuerza de la imaginación, ISUE-UNAM, Plaza y Valdés, en prensa, 2006 de Alba A., Curriculum, crisis, mito y perspectiva, Editorial Miño y Dávila, Buenos Aires, 1995 de la Cueva J. "El ciberespacio, un nuevo continente Diaz Villa M. 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