24/02/2011 Imprimir 11.12.2005 | Clarín.com | Zona JOSE MARIA GONZA LEZ GA RCIA , SOCIOLOGO Y FILOSOFO "La burocracia es una forma organizada de ser irracionales" administrar desde un hospital hasta Auschwitz, los hombres suelen diseñar máquinas burocráticas en las que el cambio está esporádicamente previsto. Clarín.com Hace prácticamente un siglo, Kafka dibujó un panorama de la modernidad marcado por el desencantamiento y el avance de la maquinaria burocrática. ¿Fue una exageración literaria o los funcionarios eran y son como él los describió? —No sé si hay tanta exageración literaria. En "La parábola ante la ley", incluida en El proceso, un sacerdote le cuenta a Josef K una parábola. Y es ese mismo sacerdote el que hace la interpretación del guardián ante la ley como el funcionario ideal, que no se deja corromper aunque admite que le den cosas; pero siempre, en último término, está ahí cumpliendo con su deber. Ese guardián dice que es el más inferior de los guardianes; anima al hombre del campo a que entre en la ley si se atreve, pero le explica que tiene que saber que detrás hay más guardianes, que son cada vez más poderosos. Quizá las cosas no han cambiado tanto, ¿no cree? En un mundo tan burocratizado, los acontecimientos parecen reducidos a un expediente. ¿Seguirá así en este siglo? —El expediente es uno de los elementos básicos de funcionamiento de la burocracia: todo tiene que estar escrito y todo tiene que trasladarse por escrito de un nivel a otro. Auschwitz hubiera sido imposible sin un funcionamiento de la maquinaria burocrática alemana hasta sus últimas consecuencias. El exterminio de tantos millones de personas supone todo un proceso de burocratización que funciona co mo una máquina. No sólo para que los trenes llegaran en el momento oportuno. Dentro del campo había un proceso de burocratización muy fuerte, especialmente en los primeros tiempos, cuando todavía no habían sido masificados. Se fotografiaba uno a uno a todos los que entraban al campo y se les tomaba la filiación. Y a mí me impactó ver en una pared fotos de los expedientes burocráticos, dentro del campo de Auschwitz. Uno de esos expedientes trataba de un prisionero que había hecho sus necesidades delante del barracón, cosa que lógicamente estaba prohibida. Entonces, en el oficio estaba el informe del soldado, firmado, y decía: "El preso número tal ha hecho sus necesidades en el barracón y debe ser castigado". Ese oficio pasa al oficial de turno, que lo firma agregando: "Castíguese. Pase al siguiente oficial"; el siguiente oficial da el visto bueno y tiene también la firma. Y después, da la vuelta: "Cúmplase el castigo", y está la firma del oficial que hace cumplir el castigo. El expediente recorrió toda la jerarquía de la burocracia militar que se ocupaba del campo de Auschwitz. Después, cuando se abarrota el campo, ya no hay burocracia posible. Entonces, ya murieron por miles y por millones sin dejar ningún rastro en el asentamiento burocrático del campo. ¿Se da cuenta? La burocracia es una maquinaria que no tiene fines en sí misma; se los marcan desde arriba. ¿Pero siempre funciona para el mal? —Desde luego que no. Puede funcionar para el bien, para el correcto funcionamiento de un hospital: o para el mal, para el exterminio en masa de los hombres. Kafka se sorprendía por la aceptación de la gente común de las imposiciones de la burocracia. ¿Existe algo así como un hábito general de obedecer esas imposiciones? …clarin.com/notas/jsp/…/imprimir.jsp… 1/3 24/02/2011 Imprimir —Sí, dentro de la burocracia militar eso es habitual; uno cumple órdenes y se excusa con la obediencia debida. También una persona que padece un accidente de trabajo, o en edad jubilatoria, sobre todo en países subdesarrollados, puede estar haciendo trámites mansamente meses y meses, mientras el expediente crece. —El "vuelva usted mañana" ha quedado como leit motiv de la burocracia española. "Vuelva usted mañana. Hoy no se puede arreglar", y uno acaba volviendo mañana y pasado y al día siguiente. Pero hay que reconocer también que algunos intentan acelerar. Mi padre libró su propia batalla contra la burocracia. ¿Cómo? —Mi padre era director general de la Enseñanza Media, todavía bajo el franquismo, a comienzos de los años 60. Era un momento de expansión de la enseñanza y había que construir muchos institutos. Mi padre dedicaba un día de la semana a ir al Ministerio de Hacienda a ver cómo estaba el expediente de la creación del instituto equis en un pueblo perdido de quince mil habitantes. Todos los jueves sistemáticamente estaba ahí, haciendo mover el expediente. ¿Cómo impacta Internet en ese mundo de tinta, de papeles, de sellos? —Hay un impacto importante. En España estamos trabajando por la administración electrónica, y de hecho hay muchas instituciones en las cuales electrónicamente se pueden hacer muchísimos trámites. No deja de ser curioso: lo que más ha avanzado en la administración tiene que ver con la recepción y la devolución de impuestos. La declaración de impuestos se puede hacer ya telemáticamente, y no hay ni un solo papel; se registra directamente en la agencia tributaria y ésta devuelve el dinero, si es que tiene que devolver, a través de un ingreso bancario. No hay papeles. La burocracia sin papel, en ese sentido es un avance. Pero bueno, en último término, sigue habiendo expedientes. Ahora, el soporte del expediente es distinto: es el ordenador. Pero sin expediente, la burocracia no puede funcionar. ¿Y en qué cambian los burócratas? —Ese individuo anónimo que vive en el engranaje de la máquina burocrática y que va ascendiendo poco a poco en esa escala sigue existiendo y no ha cambiado. Pero hay un proceso de transformación en las nuevas pautas de gestión de la gestión pública. Se intentan formas de promoción, con incentivos económicos por cumplimiento de objetivos, cosa que en la burocracia clásica no existía: el hombre tenía su sueldo y podía echarse a dormir. ¿No hay entonces mayor racionalidad del aparato burocrático? —Son formas de combatir la irracionalidad del sistema. La burocracia es, como dice Weber, la forma más racional de organización, pero que genera nuevas formas de irracionalidad. Una burocracia pagada, con funcionarios permanentes, que se deben al cargo, es un adelanto frente a las situaciones anteriores, pero también genera formas de irracionalidad. Entonces, estas nuevas formas de gestión pública estarían intentando mejorar la racionalidad de la burocracia. Pero, corrigiendo a Weber, creo que la burocracia es una forma organizada de ser irracionales. Hay una metáfora muy conocida de Weber, que es la "modernidad como jaula de hierro". —Esa metáfora tiene muchos problemas, porque propiamente Weber no la utiliza. En La ética protestante, Weber habla de que nos encaminamos hacia una situación sin salida posible. La metáfora que utiliza es todavía más dura: nos imaginamos la jaula con barrotes a través de los cuales uno puede ver lo que hay detrás, aunque no lo pueda alcanzar, porque estamos prisioneros. Weber habla de que nos encaminamos hacia un …clarin.com/notas/jsp/…/imprimir.jsp… 2/3 24/02/2011 Imprimir caparazón duro como el acero, en el que estamos prisioneros. Ese caparazón duro sería como un molusco que se cierra dentro de un caparazón de acero. En esa situación parece que estamos instalados. Y en esa situación, la metáfora es más dura, porque no permite ver en absoluto lo que hay detrás. Kafka le da la vuelta a la metáfora, escribiendo que "una jaula salía en busca de un pájaro". Seguiríamos siendo frutos de un poder disciplinario que tiene como un brazo importante al aparato estatal y a su burocracia... —Yo intento no ser tan pesimista. Kafka es un nombre checo, que en alemán es dole , y en español sería algo así como el grajo. Es decir, un pájaro. Kafka se concibió a sí mismo porque su apellido es un pájaro. Entonces, "una jaula salió en busca de un pájaro" tiene una interpretación autobiográfica. Grajo es también un pájaro de mal agüero. Entonces, en esa jaula que sale en busca de un pájaro, Kafka se ve a sí mismo como alguien impotente. El está metido dentro de la burocracia austrohúngara y es incapaz de salir de ella sino a través de la enfermedad final y de la muerte. Pero hay momentos en los cuales las burocracias también desaparecen. No hay que ser tan pesimista. Fíjese: hasta hemos asistido al declive de la burocracia de la Unión Soviética. Copyright Clarín, 2005. http://www.clarin.com/suplementos/zona/2005/12/11/z-03816.htm Copyright 1996-2011 Clarín.com - All rights reserved …clarin.com/notas/jsp/…/imprimir.jsp… 3/3