VIII Anulabilidad y nulidad del acto jurídico

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VIII
Contenido
Informe especial
Anulabilidad y nulidad del acto jurídico (Parte I)
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VIII-4
GLOSARIO empresarial
(Parte I)
Ficha Técnica
Autor:Dr. Cristhian Northcote Sandoval
Título:Anulabilidad y nulidad del acto jurídico
(Parte I)
Fuente: Actualidad Empresarial, Nº 219 - Segunda
Quincena de Noviembre 2010
1.Introducción
Un acto jurídico debe cumplir con una
serie de requisitos para ser válido y surtir
plenos efectos. Cuando no se cumplen
estos requisitos, podemos estar ante un
acto jurídico anulable o nulo, dependiendo del vicio que se haya presentado.
Es importante tener en cuenta que los
efectos de la anulabilidad y de la nulidad son distintos y, por lo tanto, debe
tenerse en claro cuáles son las causales
que generan la anulabilidad de un acto
jurídico y cuáles su nulidad.
Por ello, en el presente informe analizaremos las distintas causales de anulabilidad y de nulidad del acto jurídico
previstas por el Código Civil, así como
los efectos de ambas figuras.
2.Marco legal
Las causales de anulabilidad y de nulidad, así como sus efectos, se encuentran
regulados por los artículos 219º y 221º
del Código Civil. Asimismo, analizaremos las otras disposiciones contenidas
en el Código referidas a los vicios que
pueden afectar al acto jurídico.
3.Eficacia e ineficacia del acto
jurídico
Antes de abordar el desarrollo de las
figuras de la anulabilidad y nulidad del
acto jurídico, conviene establecer la
definición de algunas categorías previas
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Segunda Quincena - Noviembre 2010
y que son necesarias para comprender
el funcionamiento del acto jurídico y de
las causales que afectan su aplicación.
El acto jurídico es concebido como la
manifestación de voluntad que tiene
por objeto el crear, regular, modificar o
extinguir una relación jurídica. Se trata
entonces, de la voluntad emanada de
una o varias personas, a través de la
cual se generan una serie de efectos con
relevancia jurídica.
Sin embargo, como ya lo hemos señalado, este acto jurídico debe cumplir
determinados requisitos para que esa
voluntad o voluntades sean emanadas
válidamente y puedan surtir efectos.
Por ello, podemos establecer de manera general, que un acto jurídico puede
ser catalogado como eficaz o ineficaz,
en función de si ha sido afectado por
causales que no permiten que surta sus
efectos.
La eficacia de un acto jurídico entonces,
será aquella condición en la cual el acto
jurídico surte plenos efectos. En contraposición, la ineficacia del acto jurídico
será aquella situación en la cual el acto
no surte efectos, pudiendo deberse esto
a distintos motivos.
Un acto ineficaz puede ser válido inválido. Un acto ineficaz válido será aquel
que contiene todos los requisitos de
validez establecidos por ley, pero que ha
sido afectado por una causal que origina
la imposibilidad de que surta efectos.
Así, serán actos jurídicos válidos pero
ineficaces aquellos actos afectados por
una causal de resolución o de rescisión.
La resolución1 es la figura por la cual un
acto jurídico, válidamente celebrado,
1 Artículo 1371º.- Resolución
La resolución deja sin efecto un contrato válido por causal sobreviniente a su celebración.
es extinguido durante su ejecución por
una causal originada precisamente en
su ejecución. Los casos más comunes de
resolución son los de contratos resueltos
por incumplimiento o por mutuo disenso. El efecto de la resolución es que
el acto jurídico se extingue, por lo que
deja de surtir efectos y, de ser posible,
se deberán retrotraer los efectos que se
hubieran desplegado.
Informe Especial
Anulabilidad y nulidad del acto jurídico
La rescisión2 es aquella figura por la
cual un acto jurídico válido se torna
ineficaz debido a que se produce su
extinción por una causal originada en
la celebración del acto. Es decir, que
a diferencia de la resolución, en la
rescisión la causal proviene del origen
del acto jurídico y no de su ejecución.
El efecto de la rescisión es que se retrotraen los efectos del acto hasta el
momento mismo de su celebración, por
lo que, prácticamente, sería como si no
se hubiera celebrado. El Código Civil
regula distintos supuestos de rescisión,
como en el caso de la lesión3 o de la
compraventa de bien ajeno4, por citar
algunos ejemplos.
Por otra parte, un acto jurídico puede
ser ineficaz por un defecto que origina
su invalidez, pudiendo tratarse de un
supuesto de anulabilidad o de nulidad.
Todas estas categorías podemos graficarlas de la siguiente manera:
2 Artículo 1370º.- Rescisión
La rescisión deja sin efecto un contrato por causal existente al
momento de celebrarlo.
3 Artículo 1447º.- Acción por Lesión
La acción rescisoria por lesión sólo puede ejercitarse cuando la
desproporción entre las prestaciones al momento de celebrarse el
contrato es mayor de las dos quintas partes y siempre que tal desproporción resulte del aprovechamiento por uno de los contratantes
de la necesidad apremiante del otro.
Procede también en los contratos aleatorios, cuando se produzca la
desproporción por causas extrañas al riesgo propio de ellos.
4 Artículo 1539º.- Rescisión del compromiso de venta de bien ajeno
La venta de bien ajeno es rescindible a solicitud del comprador, salvo
que hubiese sabido que no pertenecía al vendedor o cuando éste
adquiera el bien, antes de la citación con la demanda.
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Informe Especial
Acto
jurídico
bilidad de realizar determinados actos
por sí misma.
Eficaz
Válido
Resolución
Rescisión
Inválido
Anulable
Nulo
Ineficaz
4.La anulabilidad del acto jurídico
Por lo que hemos señalado, la anulabilidad del acto jurídico es aquella figura
por la cual un acto jurídico pierde su
eficacia al encontrarse inmerso en alguna causal que afecta su validez, de
acuerdo a lo previsto por ley. Es decir,
las causales de anulabilidad, así como
las de nulidad, son previstas por ley. A
efectos del presente informe, haremos
referencia a las causales de anulabilidad previstas por el Código Civil.
El artículo 221º del Código Civil dispone que un acto jurídico es anulable
cuando se encuentra inmerso en alguna
de las siguientes situaciones:
• Por incapacidad relativa del agente.
• Por vicio resultante de error, dolo,
violencia o intimidación.
• Por simulación, cuando el acto real
que lo contiene perjudica el derecho de tercero.
• Cuando la ley lo declara anulable.
Veamos cómo se configura cada una de
estas causales.
4.1.Incapacidad relativa del agente
La capacidad es el atributo jurídico
en virtud del cual una persona puede
ejercer sus derechos y ser exigida de
sus obligaciones, distinguiéndose entre
la capacidad de goce y la capacidad
de ejercicio. La capacidad de goce,
es aquella en virtud de la cual una
persona posee una serie derechos
reconocidos por el ordenamiento jurídico. En tanto que la capacidad de
ejercicio es aquella en virtud de la cual
una persona está en la posibilidad de
ejercer por sí misma tales derechos.
Así, toda persona posee capacidad de
goce, pero no todas poseen capacidad
de ejercicio.
Cuando una persona se encuentra
privada de su capacidad de ejercicio,
se le considera, jurídicamente, un
incapaz. El Código Civil prevé causales de incapacidad absoluta, por las
cuales una persona no puede realizar
ningún acto por sí misma, y causales
de incapacidad relativa, por las cuales
una persona está privada de la posi-
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Los artículos 42º, 43º, 44º y 45º del
Código Civil regulan las situaciones en
las cuales un sujeto goza de capacidad
de ejercicio y aquellas en las que se le
considera incapaz:
“Artículo 42º.- Plena capacidad de
ejercicio
Tienen plena capacidad de ejercicio de sus
derechos civiles las personas que hayan
cumplido dieciocho años de edad, salvo
lo dispuesto en los artículos 43º y 44º”.
“Artículo 43º.- Incapacidad absoluta
Son absolutamente incapaces:
1. Los menores de dieciséis años, salvo
para aquellos actos determinados por
la ley.
2. Los que por cualquier causa se encuentren privados de discernimiento.
3. Los sordomudos, los ciegosordos y los
ciegomudos que no pueden expresar
su voluntad de manera indubitable”.
“Artículo 44º.- Incapacidad relativa
Son relativamente incapaces:
1. Los mayores de dieciséis y menores
de dieciocho años de edad.
2. Los retardados mentales.
3. Los que adolecen de deterioro mental
que les impide expresar su libre voluntad.
4. Los pródigos.
5. Los que incurren en mala gestión.
6. Los ebrios habituales.
7. Los toxicómanos.
8. Los que sufren pena que lleva anexa
la interdicción civil”.
“Artículo 45º.- Representante legal
de incapaces
Los representantes legales de los incapaces ejercen los derechos civiles de éstos,
según las normas referentes a la patria
potestad, tutela y curatela”.
Como podemos apreciar, existen
causales de incapacidad referidas a
situaciones que físicamente le impiden
a un sujeto ejercer sus derechos, en
tanto que otras están referidas a condiciones jurídicas que los inhabilitan
legalmente para ejercer por sí mismos
sus derechos.
A efectos de la anulabilidad, sólo consideraremos las causales que generan
la incapacidad relativa de una persona,
pues si aplicáramos las causales de
incapacidad absoluta, estaríamos en
realidad ante supuestos de nulidad
del acto.
Siendo así, los actos realizados por
una persona inmersa en una causal
de incapacidad relativa son anulables.
La anulación del acto surte efectos desde que es declarada, es decir, no opera
de pleno derecho, como sí ocurre con
la nulidad, sino que se requiere que
el sujeto ejerza la acción para solicitar
la declaración de anulación del acto.
4.2.Vicio resultante de error, dolo,
violencia o intimidación
Se trata de una causal que vulnera la
libertad con la que debe emanar la
voluntad de la persona que celebra un
acto jurídico. En la medida que estos
factores alteran o distorsionan la manifestación de voluntad del agente, el
ordenamiento jurídico ha considerado
conveniente establecer la posibilidad
de que el acto sea anulado, en el entendido que puede resultar perjudicial
para la persona, pero podría también
ser confirmado, como veremos más
adelante, en el supuesto en que el acto
haya sido beneficioso.
El Código Civil define al error como
aquella situación en la cual la persona
que celebra el acto manifiesta su voluntad sobre la base de información
errónea sobre el objeto del acto, su
contraparte o sobre los efectos del
acto jurídico, de forma tal que de no
haberse encontrado en dicho error, el
acto jurídico no habría sido celebrado.
El artículo 201º del Código establece
que el error es causal de anulación del
acto si es que es esencial y conocible
por la otra parte. Es decir, que el acto
jurídico podrá ser anulado cuando,
como hemos dicho, el error fue una
causa fundamental para que la persona celebrara el acto y si este error era
conocible por la contraparte.
Para estos efectos, se considera que el
error es esencial cuando:
• Recae sobre la propia esencia o una
cualidad del objeto del acto que, de
acuerdo con la apreciación general
o en relación a las circunstancias,
debe considerarse determinante de
la voluntad.
• Recae sobre las cualidades personales de la otra parte, siempre que
aquellas hayan sido determinantes
de la voluntad.
• El error de derecho haya sido la
razón única o determinante del
acto.
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Además, se asume que el error es conocible cuando del contenido del acto,
las circunstancias o las características
de las personas que celebran el acto,
alguien diligente podría haber detectado el error.
Debe quedar claro que el error que da
lugar a la anulación del acto debe ser
de carácter esencial, es decir, trascendente para los efectos del acto y que
haya consistido en un factor importante en la decisión tomada por las partes
para celebrar el acto.
Por ejemplo, en la celebración de un
contrato de compraventa en virtud
del cual se transfiere la propiedad de
un bien inmueble, no será un error
esencial el hecho de que se haya consignado erróneamente la dirección de
alguno de los contratantes o el número
de su documento de identidad. Es
decir, a efectos de la anulación no estamos haciendo referencia a los errores
materiales del documento por el cual
se celebra el acto, sino a los errores
inherentes al acto mismo, su contenido
o a las personas que lo celebran.
Sí será un error esencial por ejemplo, el hecho de que el inmueble
sea un departamento sobre el que el
vendedor afirma que es de estreno,
cuando en realidad ya tuvo ocupantes
anteriores.
Ahora bien, puede producirse un error
sobre las cantidades relacionadas con el
bien, como su área, peso, contenido o
factores similares. Estos errores no dan
lugar a la anulación en tanto puedan
rectificarse, salvo que la cantidad haya
sido determinante para la celebración
del acto y que su rectificación no subsane la situación.
Asimismo, el error en el motivo, que
consiste en la situación por la cual una
persona celebra un acto por una razón
trascendente para ella, ya sea que
tenga vinculación directa con el acto
jurídico o no, sólo origina la anulación
del acto si es que el motivo fue manifestado expresamente y aceptado por
la contraparte. Así por ejemplo, si se
celebra un contrato de arrendamiento
en el que el arrendador señala que le
arrienda el inmueble al arrendatario
porque éste forma parte de la misma
congregación religiosa, se podrá anular
el acto si resulta que el arrendatario
en realidad no forma parte de dicha
congregación.
Cabe señalar también que la acción
para solicitar la anulación del acto
celebrado por error, no es procedente
si es que se le ofrece a la parte que
ha incurrido en error, cumplir con el
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acto de acuerdo al contenido que ésta
quería.
Otro de los vicios que afectan la manifestación de voluntad es el dolo,
concebido como el engaño cometido
contra una persona a fin de que ésta
celebre el acto jurídico. A diferencia
del error, aquí estamos frente a una
figura que conlleva la intención de una
persona de someter a la otra a engaño,
a fin de obtener un beneficio con la
celebración de un acto jurídico que,
sin haber mediado tal engaño, no se
habría celebrado.
El Código Civil prevé también la posibilidad de que el engaño sea de tal magnitud que aún sin haberse presentado
el acto jurídico se habría celebrado,
pero en condiciones distintas. En tal
caso, no existe la acción por anulación,
pero la parte que actuó con mala fe,
deberá indemnizar a la otra por los
perjuicios causados.
Tampoco procede la acción de anulación del acto por dolo si es que éste se
hubiera utilizado en forma recíproca,
es decir, que ambas partes hubieran
cometido un engaño contra la otra.
La intimidación, que también es causal
de anulación, es aquella por la cual se
inspira a la persona un temor fundado
sobre la posibilidad de sufrir un daño
inminente y grave hacia ella, su cónyuge o sus parientes dentro del cuarto
grado de consanguinidad o segundo de
afinidad, o en el patrimonio de estas
personas. Es posible que la figura de la
intimidación se extienda más allá de los
grados de parentesco señalados, si así
lo considera pertinente el juez.
La violencia implica el sometimiento
por la fuerza de la persona para obligarla a celebrar el acto jurídico.
Tanto para la calificación de la intimidación y de la violencia se deben evaluar las características de la persona.
4.3.Anulación por simulación que
perjudica a terceros
La simulación del acto jurídico consiste
en aquella situación en la cual se ha
pretendido aparentar la realización de
un acto jurídico sin que éste se haya
producido efectivamente.
VIII
acto pero en realidad, se tiene la
intención de celebrar otro distinto.
Veamos ambos casos con un ejemplo.
Supongamos que dos personas suscriben un documento en el que se expresa
la compraventa de un bien. Sin embargo, ni el vendedor tiene la intención
de transferir el bien ni el comprador
tiene la intención de pagar el precio ni
de adquirir la propiedad. En tal caso,
estaremos ante una simulación absoluta, pues nunca existió la voluntad
de celebrar la compraventa y no se ha
realizado ningún acto que conlleve a la
ejecución de dicho contrato.
Bajo este mismo esquema, supongamos que el documento de compraventa ha sido suscrito pero el comprador
no tiene la intención de pagar el
precio en dinero, sino que estaba de
acuerdo con el vendedor en entregarle
otro bien como contraprestación. En
tal caso, estaremos en una simulación
relativa en la que se expresa la intención de celebrar una compraventa
pero que en los hechos, se trata de
una permuta.
En los casos de simulación relativa, el
acto ocultado surte efectos entre las
partes, siempre que se hayan cumplido los requisitos de validez para
tal acto y no exista perjuicio contra
terceros.
Pero, si el acto real hubiera generado
un perjuicio a un tercero, éste puede
solicitar la anulación del acto.
4.4.Otros supuestos de anulación
previstos por ley
Además de las causales ya señaladas,
existen supuestos de anulación de actos jurídicos que han sido previstos de
manera específica por ley. A manera
de ejemplo, hacemos una pequeña
relación de actos jurídicos sobre los
que pesa una causal de anulación, tal
como lo dispone el Código Civil en los
siguientes artículos:
“Artículo 166º.- Anulabilidad de acto
jurídico del representante consigo
mismo
• La simulación absoluta, que es
aquella en la cual se aparenta celebrar un acto jurídico sin que exista
voluntad real de celebrarlo.
Es anulable el acto jurídico que el representante concluya consigo mismo, en
nombre propio o como representante de
otro, a menos que la ley lo permita, que
el representado lo hubiese autorizado
específicamente, o que el contenido del
acto jurídico hubiera sido determinado
de modo que excluya la posibilidad de
un conflicto de intereses.
• La simulación relativa, por la cual
se aparenta la realización de un
El ejercicio de la acción le corresponde al
representado”.
Como tal, la simulación puede producirse en dos formas:
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VIII-3
VIII
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“Artículo 277º.- Causales de anulabilidad del matrimonio
Es anulable el matrimonio:
1. Del impúber. La pretensión puede ser
ejercida por él luego de llegar a la mayoría de edad, por sus ascendientes
si no hubiesen prestado asentimiento
para el matrimonio y, a falta de éstos,
por el consejo de familia. No puede
solicitarse la anulación después que
el menor ha alcanzado mayoría de
edad, ni cuando la mujer ha concebido. Aunque se hubiera declarado
la anulación, los cónyuges mayores
de edad pueden confirmar su matrimonio. La confirmación se solicita
al Juez de Paz Letrado del lugar del
domicilio conyugal y se tramita como
proceso no contencioso. La resolución
que aprueba la confirmación produce
efectos retroactivos.
2. De quien está impedido conforme el
artículo 241º, inciso 2. La acción sólo
puede ser intentada por el cónyuge
del enfermo y caduca si no se interpone dentro del plazo de un año desde
el día en que tuvo conocimiento de
la dolencia o del vicio.
3. Del raptor con la raptada o a la inversa
o el matrimonio realizado con retención violenta. La acción corresponde
exclusivamente a la parte agraviada
y sólo será admisible si se plantea
dentro del plazo de un año de cesado
el rapto o la retención violenta.
de la libertad o el ocultamiento de
la esterilización o del divorcio. La
acción puede ser ejercitada sólo por
el cónyuge perjudicado, dentro del
plazo de dos años de celebrado.
enfermos mentales cuya interdicción ha
sido declarada. Es anulable el de las demás personas incapaces comprendidas en
el artículo 687”.
6. De quien lo contrae bajo amenaza de
un mal grave e inminente, capaz de
producir en el amenazado un estado
de temor, sin el cual no lo hubiera
contraído. El juez apreciará las circunstancias, sobre todo si la amenaza
hubiera sido dirigida contra terceras
personas. La acción corresponde al
cónyuge perjudicado y sólo puede ser
interpuesta dentro del plazo de dos
años de celebrado. El simple temor
reverencial no anula el matrimonio.
5.Confirmación del acto anulable
7. De quien adolece de impotencia
absoluta al tiempo de celebrarlo. La
acción corresponde a ambos cónyuges y está expedita en tanto subsista la
impotencia. No procede la anulación
si ninguno de los cónyuges puede
realizar la cópula sexual.
8. De quien, de buena fe, lo celebra ante
funcionario incompetente, sin perjuicio de la responsabilidad administrativa, civil o penal de dicho funcionario.
La acción corresponde únicamente al
cónyuge o cónyuges de buena fe y
debe interponerse dentro de los seis
meses siguientes a la celebración del
matrimonio”.
“Artículo 537º.- Acción de nulidad
del pupilo por actos sin autorización
4. De quien no se halla en pleno ejercicio de sus facultades mentales por
una causa pasajera. La acción sólo
puede ser interpuesta por él, dentro
de los dos años de la celebración del
casamiento y siempre que no haya
hecho vida común durante seis meses
después de desaparecida la causa.
La acción del menor para anular los actos
celebrados por el tutor sin las formalidades legales prescribe a los dos años. Este
plazo se cuenta a partir del día en que
cesó la incapacidad”.
5. De quien lo contrae por error sobre la
identidad física del otro contrayente o
por ignorar algún defecto sustancial
del mismo que haga insoportable
la vida común. Se reputan defectos
sustanciales: la vida deshonrosa, la
homosexualidad, la toxicomanía, la
enfermedad grave de carácter crónico, la condena por delito doloso a
más de dos años de pena privativa
Los actos anteriores a la interdicción
pueden ser anulados si la causa de ésta
existía notoriamente en la época en que
se realizaron”.
“Artículo 582º.- Anulabilidad de actos anteriores a interdicción
“Artículo 808º.- Nulidad y anulabilidad de testamento
Es nulo el testamento otorgado por incapaces menores de edad y por los mayores
Como veremos más adelante, la anulabilidad se diferencia de la figura de la
nulidad por una serie de características.
Una de estas diferencias radica en la posibilidad de que el acto anulable puede
ser confirmado, esto es, convalidado o
subsanado por declaración de la parte
que es titular de la acción de anulación,
dejando así al acto con plenos efectos y
ya sin la contingencia de que pueda ser
anulado por la causal subsanada.
Veamos lo que señala el Código Civil
sobre la figura de la confirmación en
su artículo 230º:
“Artículo 230º.- Confirmación explícita
Salvo el derecho de tercero, el acto anulable puede ser confirmado por la parte a
quien corresponda la acción de anulación
mediante instrumento que contenga la
mención del acto que se quiere confirmar,
la causal de anulabilidad y la manifestación expresa de confirmarlo”.
La confirmación requiere que la persona que es titular de la acción de
anulación, manifieste en forma expresa
su intención de confirmar el acto, indicando la causal por la cual era aplicable
la anulación.
Existe también la posibilidad de una
confirmación tácita, que se da cuando el
titular de la acción por anulación, a pesar
de conocer la causal que motiva la anulación, cumple o ejecuta el acto jurídico,
en forma total o parcial, o si a través de
otros hechos se puede asumir de manera
indubitable que tiene la intención de
renunciar a la acción de anulación.
Cuando el acto jurídico sobre el cual
pesa la causal de anulación requiera de
una formalidad determinada para su
validez, el acto de confirmación debe
seguir la misma formalidad.
Continuará en la siguiente edición...
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1. ¿Cómo se fija la dieta de los directores de una sociedad anónima?
VIII-4
De acuerdo al artículo 166º de la Ley General de Sociedades, el monto
de la retribución o dieta de los directores debe ser fijada en el estatuto
de la sociedad o, de no constar en él, debe aprobarlo la Junta General
de Accionistas en la Junta Obligatoria Anual.
Cabe señalar que además de la retribución o dieta, puede aprobarse la
entrega a los directores de una participación en las utilidades.
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2. ¿Cuál es el número máximo de socios que puede tener una
sociedad civil?
Según el artículo 295º de la Ley General de Sociedades, la sociedad
civil puede ser ordinaria y de responsabilidad limitada. En el caso de la
ordinaria, no existe un límite para el número de socios. En la sociedad
civil de responsabilidad limitada el número de socios no puede ser mayor
a treinta.
N° 219
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