F° 430 Res 7 T° 10 - Poder Judicial de la Provincia de Santa Fe

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Santa Fe, 10
de febrero de 2012.-
Y VISTOS: Estos autos caratulados “ZAPATA, GRETEL JUDITH C/ SILVA,
VIVIANA MONICA Y OTRO S/ ORDINARIO” (Expte. Sala I N° 71 – Año 2011),
venidos del Juzgado de Primera Instancia de Distrito en lo Civil y Comercial de la Quinta
Nominación de Santa Fe para resolver el recurso de apelación en subsidio interpuesto por el
apoderado de la parte demandada a fs. 92 contra la sentencia de fecha 23/09/2010 (v. fs.
89/90); y,
CONSIDERANDO:
Que por sentencia de fecha 23/09/2010 (v. fs. 89/90), el juez a quo rechazó la
excepción de arraigo interpuesta por la demandada, como de previo y especial
pronunciamiento con costas a su cargo. Para así decidir consideró que la excepción de
arraigo opuesta por el apoderado de la demandada, no puede prosperar en atención a lo
normado por el art. 330 inc. 3) del CPCyC, destacando que en los autos “Zapata, Gretel
Judith c/ Silva, Viviana Mónica y otro s/ Declaratoria de Pobreza” (Expte. 210/08) por
resolución de fecha 11/07/08 se concedió a la actora el beneficio de litigar sin gastos contra
la demandada, decisorio que se encontraba ejecutoriado con anterioridad al momento de
interponer el arraigo el 12 de diciembre de 2008.
Que a fs. 92 el apoderado de la demandada interpone recurso de revocatoria con
apelación en subsidio.
Que habiéndose rechazado el recurso de revocatoria interpuesto y concedido el de
apelación (v. fs. 101) y radicados los presentes en esta sede, expresa agravios la accionada
sosteniendo que si bien el decisorio impugnado se remite a lo dispuesto en el art. 330 inc. 3
del CPCyC, estima que la actora al ser pobre para litigar con el beneficio de no pagar los
sellados, se deben resguardar los honorarios profesionales de su parte y/o las costas
devengadas por el proceso, en defensa de los profesionales litigantes, los que si fueran
beneficiados con un fallo favorable no tendrían a quien perseguir por el cobro de los
devengados. Explica que el hecho que la actora sea pobre para litigar en su juicio, no afecta
el derecho que le corresponde a su parte de pretender el uso del instituto del arraigo para
asegurar los beneficios de su cobro. Agrega que la actora se encuentra en la situación
contemplada por el art. 348 del CPCyC por lo que debe prestar arraigo, ya que este instituto
tiene por finalidad garantizar a la parte demandada por su defensa en juicio, la
responsabilidad del actor respecto de la satisfacción de las eventuales costas del juicio
(gastos y honorarios) frente al desconocimiento de la solvencia del actor. Por último, refiere
que quien ha sido declarado pobre para litigar por resolución firme, siempre queda expuesto
a las disposiciones del art. 329 del CPCyC, y no está obligado a arraigar por el pleito, sino
por las consecuencias de éste, o sea por las costas, en el supuesto de resultar perdidosa.
Al contestar agravios la actora (v. fs. 114/115 vto.) sostiene que la demandada no
efectúa una crítica razonada de la sentencia en crisis así como tampoco brinda argumentos
suficientes a los fines de justificar el apartamiento del texto expreso de la ley. Agrega que
la accionada incurre en contradicción al afirmar por un lado que el arraigo es la garantía
que debe prestar el actor para asegurar las costas del juicio, y por el otro, señala que quien
ha sido declarado pobre para litigar por resolución firm no está obligado a arraigar por el
pleito sino por las consecuencias de éste, o sea por las costas.
Que en orden a los agravios esgrimidos deviene inevitable formular algunas
consideraciones respecto del instituto del arraigo en atención a los precedentes que invoca
la accionada, concretamente en relación al criterio sostenido por esta Sala. En este sentido,
es sabido que en el perfil que al arraigo le confiere la detallada regulación que de él hace el
CPCyC en los arts. 329 a 331, no basta al actor probar su solvencia “genérica” -como
titularidad dominial de bienes registrables, o ausencia de pasivo-, sino que debe hacerlo en
función de su “solvencia específica”, vale decir, preordenada hacia el proceso en el cual
singularmente se arraiga (Peyrano, Jorge W., “¿Quién prueba la solvencia del demandante
que hace improcedente el arraigo en juicio?” en “Táctica Procesal”, Editorial Orbir,
Rosario, 1979, pág. 73; igual autor, “Ajustes a la doctrina de la carga probatoria limitada
del actor en la excepción de arraigo”; Zeus 56-D1), con lo cual lo que se pretende es
avizorar con razonable certeza que cuenta con bienes disponibles para ser realizados en
caso que deba afrontar las costas del juicio por él promovido sí es que le resulta de suerte
desfavorable (v. esta Sala, 19/03/98, “Vassallo Gerardo Raúl Vassallo Edgardo Juan c/
Marzioni, Alberto Raúl y otros s/ Juicio Ordinario”, F° 87 T° 38). Es decir, los precedentes
jurisprudenciales que invoca el demandado se encaminan a expresar cuál es la finalidad
concreta del instituto; pero en sí mismos no adquieren relevancia para fundar la cuestión
que se debate en estos actuados.
Es que en las presentes, cobra singular importancia el hecho que frente a la
excepción de arraigo esgrimida por el demandado se impone la situación de la actora, la
cual en el marco de los autos caratulados: “Zapata, Gretel Judith c/ Silva, Viviana Mónica y
otro s/ Declaratoria de Pobreza” (Expte. N° 210/08), que se tienen a la vista, le fue
concedido por sentencia de fecha 11/07/08 el beneficio de pobreza “para iniciar posterior
juicio contra la Sra. Viviana Mónica Silva y el Instituto Silva de Medicina Estética” (v.
fs.71/72 de las actuaciones mencionadas). Lo expuesto indica que la situación de autos se
enmarca dentro de la normativa contemplada en el artículo 330 inc. 3 del CPCyC, ya que la
sentencia de pobreza tiene fecha anterior a la oposición del arraigo, el que fue interpuesto
en fecha 11/03/09, fs. 71/71 vto. Es que “Arraigo y pobreza son dos institutos simétricos. El
primero trata de preservar al demandado contra la demanda temeraria evitándole el
perjuicio de las costas si la pretensión es rechazada. Pero como el acceso a la jurisdicción
no puede ser negada por razones económicas, lo que importaría un agravio a la garantía de
igualdad ante la ley, el Código exime de arraigar al que es declarado pobre. Pero le opone
un requisito, que en el caso es definitorio: la declaración debe ser efectuada por resolución
firme anterior a la oposición del arraigo (art. 330 inc. 3 de CPCyC S.F.)” (CSJ Sta. Fe,
23/11/89, “Piña Jorge César c/ Massey Ferguson Arg. S. A. - cobro de pesos s/ Recurso de
Inconstitucionalidad, Zeus Tomo 56, pág. R-51). También se ha sostenido que “gozando el
actor del beneficio de pobreza por obra de la ley, sin necesidad de gestionarlo, y no
obstante su allanamiento, su situación se encuentra comprendida en la causal de
improcedencia del arraigo que contempla la norma del artículo 330 inciso 3 del Código de
forma ya citado” (CSJ Sta Fe, 02/12/88, “Meinardi, Enrique Félix c/ Comuna de Frank s/
Recurso contencioso administrativo de plena jurisdicción” citado en “Código Procesal Civil
y Comercial de Santa Fe, Tomo II, comentado por Jorge Prividera. Zeus, Rosario, 2004,
pág. 50).
En definitiva, habiéndose cumplimentado los presupuestos que la norma del artículo
330 en su inciso 3) describe, concretamente la existencia de un auto declarativo de pobreza
que se encuentra debidamente ejecutoriado, la existencia del mismo impide la introducción
del arraigo.
Que por todo lo expuesto en el sublite, cuanto corresponde es rechazar el recurso de
apelación interpuesto por la demandada, con costas.
Por ello, la SALA PRIMERA DE LA CAMARA DE APELACION EN LO
CIVIL Y COMERCIAL DE SANTA FE, RESUELVE: 1) Rechazar el recurso de
apelación interpuesto por la parte demandada, con costas (art. 251 del CPCyC). 2) Los
honorarios de Alzada se liquidarán en la proporción establecida en el artículo 19 de la ley
6767, modificada por la Ley 12.851, oportunidad en que se correrá vista a la Caja Forense.
Insértese, hágase saber, bajen.
SAUX
VARGAS
ALETTI DE TARCHINI
(En abstención)
PENNA
(Secretaria)
ABSTENCION DE LA DRA. ALETTI DE TARCHINI:
Habiendo tomado conocimiento
de estos autos y existiendo votos totalmente concordantes de dos jueces, de conformidad al
art. 26 de la Ley 10.160 y a la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia de la
Provincia, me abstengo de emitir opinión.
ALETTI DE TARCHINI
PENNA
(Secretaria)
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