LO QUE IMPIDE RETENER LA COSECHA Hay cosas en nuestra

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transforman vidas
TRIGO Y MIEL A. C.
Arena Norte #403, Col. San Miguel
León. Gto. México
Tel: 01 (477) 7 07 13 05
LO QUE IMPIDE RETENER LA COSECHA
Hay cosas en nuestra vida que impiden retener la cosecha.
Esta historia narrada por Jesús es de las mas conocidas, y es un ejemplo
que Jesús uso para explicar el reino de Dios. De acuerdo con los estudiosos
de la Biblia, enseñan que esta es la parábola fundamental para que se
entiendan las demás. Es la primer ilustración que Jesús uso para explicar
cómo es su reino en la tierra, llamada también por algunos “La Parábola del
Sembrador”.
A lo que se refiere esta historia es al continuo avance del reino de Dios
entre los seres humanos.
Todos nosotros somos sembradores, (como en esta historia), donde se
menciona a un sembrador que salio a realizar su labor. La Biblia nos enseña
mas adelante, que la semilla es la palabra de Dios. Esta ilustración también
habla de los que comparten la palabra de Dios con otros, de cada persona
que comparte con otros la preciosa semilla de la palabra de Dios.
Esta encomienda es para todos; no importa si eres niño, joven, mujer,
varón, si tienes pocos o muchos estudios, todos podemos lanzar la palabra
de Dios para otras personas.
El campo es el mundo, los seres humanos, la semilla es la palabra de Dios y
el sembrador todo aquel que lleva la palabra de Dios al campo del mundo.
En vano seria llamarle a alguien sembrador si no siembra. Sería ilógico que
nos llamaran sembradores si no lo hacemos, solo se nos llamará así, si
damos la palabra a otros.
HE AQUÍ EL SEMBRADOR SALIO A SEMBRAR…
Para sembrar hay que salir, y no esperar a que Dios te lleve las personas
hasta la sala de tu casa, aunque en ocasiones deseamos que sea así, y por
si fuera considero que si hay ocasiones en que las personas llegan hasta
nuestra casa, con una necesidad que nos da lugar o nos piden que les
hablemos de Dios y no lo hacemos. ¿Tienes flojitis aguda?, ¿Por qué no
hablas del Señor?
Sal y siembra, el mundo es tu escuela, tu trabajo, el campo es tu cuadra,
las colonias de León, Gto., el estado, México, las naciones, todo el territorio
donde habitan hombres y mujeres. Tienes que salir de tu comodidad, de tu
pasividad, de tu flojera, y llevar la palabra a un terreno que la reciba y que
de fruto.
La semilla es la palabra de Dios. Necesitamos tener la palabra, no podemos
dar lo que no tenemos. ¿Tienes la palabra, lees la Biblia?, ¿Cómo vas a dar
la semilla que no tienes? Por eso es importante no solo que te congregues y
escuches la palabra por medio de una conferencia o en cursos, es necesario
que constantemente estés leyendo la palabra de Dios porque esa es la
semilla, la semilla no son tus ideas o tus conceptos, tus filosofías o
experiencias, LA SEMILLA ES LA PALABRA DE DIOS y debes tenerla para
sembrar. A lo mejor solo tienes tres gramos, aun eso Dios los puede usar,
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debes conocer la palabra de Dios y meterla a tu vida, cómela, ámala, vívela
y da la palabra para cuando haya necesidad en las personas cercanas a ti
puedas sembrar en ellas no tu idea, o tu experiencia sino la palabra de
Dios.
En esta historia la semilla es la misma, pero actúa diferente en cada
ejemplo que Jesús usa, es decir en cuatro tipos de tierra. El problema no
esta en la semilla, porque es la misma, reacciona diferente por el tipo de
tierra que la recibe.
Los diferentes tipos de tierra producen diferente fruto. Esto nos habla de los
diferentes estados del corazón, de las diferentes actitudes con las que
recibimos la palabra de Dios. Su Palabra es tan poderosa que la Biblia dice
que en el principio creo Dios los cielos y la tierra y cuando la tierra estaba
desordenada y vacía, Dios dijo: “sea la luz, sepárense las aguas de arriba
de las de abajo, produzca la tierra hierba”, etc., y así fue. El poder de la
palabra de Dios puede crear vida donde no la hay, puede traer orden donde
hay caos, puede hacer que las cosas que no se ven, de pronto, por el poder
de la palabra se vean. Ese es el poder que hay en la semilla de la palabra,
la semilla es buena, el asunto es la actitud con la que el ser humano recibe
esta semilla, la actitud con la que algunas personas oyen la palabra.
Hay cosas que impiden retener la cosecha. Estas tres actitudes impiden que
la semilla crezca y que se retenga la cosecha como Dios quiere:
1. NO ENTENDER LA PALABRA
Muchos cristianos creen que con sembrar la palabra de Dios en otro corazón
es suficiente, pero no debería ser así. Ningún agricultor va a su campo y
avienta la semilla y se vuelve a su casa y seis meses después va a ver si
creció o no creció, nadie hace eso. Cuando siembras la semilla el trabajo a
penas inicia, hay que cuidarla. El agricultor va a ver como está su campo,
se da una vuelta y riega lo que está seco, quita las malas hierbas, los
espinos, para que no ahoguen a la planta, elimina todo lo que dañe la
matita que apenas esta creciendo, etc. Ningún campesino cuerdo o
agricultor con sentido común abandona la semilla una vez que la sembró,
hace todo lo necesario para que crezca sana y produzca fruto.
Los cristianos nos hemos detenido en sembrar la semilla, muchos de
nosotros le estamos fallando al Señor porque equivocadamente habíamos
creído que solo compartir con otra persona era suficiente. Pero esto no tiene
por que ser así, es un engaño. Creemos que el esfuerzo que hemos hecho
para vencer la comodidad, la pereza, la pena o la vergüenza, por compartir
la palabra, ese es todo el esfuerzo, pero no es así. Cuando tú compartes a
otro de Cristo el trabajo apenas comienza, puedes decir que eres
sembrador. Tan pronto como una persona entrega su vida a Cristo no
debemos olvidarnos de ella, hay que cuidar la semilla. La palabra dice que
uno siembra y otro riega, no solo hay que sembrar hay que regar la semilla.
Debemos cuidar la semilla para que aquello que tu sembraste en ese lugar
crezca y llegue a producir fruto, que produzca lo que tiene la naturaleza de
la semilla que fue depositada en ese corazón, ¿Cuántos de nosotros nos
hemos despreocupado de las personas a las que les hemos compartido de
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Dios? Necesitas regar la semilla. Muchas veces lo harás al orar por él o ella,
pidiendo a Dios por aquella persona a la que le compartiste o que ya recibió
a Jesucristo en su vida.
No es solo oír la palabra, es necesario entenderla. La semilla cayo junto al
camino, fue depositada y sembrada, pero la actitud de no entenderla hace
que no haya fruto. Ahora ¿cómo entenderemos la palabra si nadie nos la
enseña o explica?
Hechos 8:31
31 “—¿Y cómo voy a entenderlo —contestó— si nadie me lo explica?
Así que invitó a Felipe a subir y sentarse con él.32 El pasaje de la
Escritura que estaba leyendo era el siguiente:
«Como oveja, fue llevado al matadero;
y como cordero que enmudece ante su trasquilador,
ni siquiera abrió su boca.
33 Lo humillaron y no le hicieron justicia.
¿Quién describirá su descendencia?
Porque su vida fue arrancada de la tierra.
34 —Dígame usted, por favor, ¿de quién habla aquí el profeta, de sí mismo
o de algún otro? —le preguntó el eunuco a Felipe.
35 Entonces Felipe, comenzando con ese mismo pasaje de la Escritura, le
anunció las buenas *nuevas acerca de Jesús.”
¿Cómo se va a retener la cosecha si los cristianos no le enseñan, no le
explican a otros la palabra?, Es importante cuidar a la persona que se
entrega a Cristo, es importante enseñarle. Para eso tu primero tienes que
leer y entender la Palabra. Si no le explicamos a otros la palabra la cosecha
se perderá, tómate el tiempo. Cuando la palabra es entendida y recibida en
el corazón con fe, quedan fuera “las aves”, que representan todas las obras
del maligno o personas que el enemigo puede usar para quitar la semilla y
quitar la palabra.
Mateo 4: 15 “Algunos son como lo sembrado junto al camino, donde se
siembra la palabra. Tan pronto como la oyen, viene Satanás y les quita la
palabra sembrada en ellos.”
Una vez que la palabra es entendida queda fuera de alcance del enemigo.
Mientras la palabra no sea entendida, el enemigo la puede robar fácilmente.
El enemigo roba la palabra en el corazón de alguien que no la entiende a
través de dudas, temores, juicios. Y si en ese momento no hay quien les
explique llega la duda.
2. NO TENER PROFUNDIDAD EN LA PALABRA
En esta historia La Biblia lo llama como no tener raíz.
Mateo 13: 5 “Otra parte cayó en terreno pedregoso, sin mucha tierra. Esa
semilla brotó pronto porque la tierra no era profunda; 6 pero cuando salió el
sol, las plantas se marchitaron y, por no tener raíz, se secaron”
Mateo 13: 20 El que recibió la semilla que cayó en terreno pedregoso es el
que oye la palabra e inmediatamente la recibe con alegría; 21 pero como no
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tiene raíz, dura poco tiempo. Cuando surgen problemas o persecución a
causa de la palabra, en seguida se aparta de ella.
Esta actitud del corazón es de aquellos que entienden la palabra de modo
superficial, no profundizan, son emotivos, entusiastas, se conmueven, lloran
fácilmente, pero no van a mas. Puedes recibir la palabra, tener gozo, ser
tocado y si no profundizas eres de corta raíz. Cuando el cristiano o la
persona que recibe la palabra no profundiza es de corta duración. Entender
la palabra de modo superficial produce una fe débil; la falta de raíz produce
cristianos de poca duración. No te conformes con solo escuchar la palabra,
necesitas conocer la Biblia para conocer a Dios a través de ella. De esta
manera, cuando venga la aflicción y la persecución no te secarás, porque
estás metido en la palabra. Recuerda que esto depende de tu comunión
con Dios y no de ninguna persona. Profundiza en la palabra, lo que nos hace
diferentes a la religión es que profundizamos en la Biblia. Se trata de
conocer los principios bíblicos de la Biblia, no debes conformarte con lo que
una solo persona te dice, léelo en tu Biblia, y podrás confirmar que Dios te
habla hasta más de lo que te han enseñado, porque estas tomando la
palabra para ti mismo.
¿Cuántos tienen un cristianismo superficial porque su conocimiento bíblico
es superficial?, debemos pedirle perdón a Dios por no tener profundidad en
la palabra. Algunas sectas tienen mas profundidad en la Biblia que tu.
Puede suceder que aunque conozcas la verdad, que es Jesucristo, las sectas
tengan mas profundidad en la Biblia, es decir, puedes tener la verdad pero
bíblicamente superficial. Profundiza tu fe bíblica, debe ser fuerte tu
conocimiento bíblico, no intelectual, sino que el conocimiento de la verdad
de Dios, aplicada a tu vida debe ser fuerte, continuo. Tener profundidad de
raíz te afirma aun en las aflicciones, en las persecuciones y en las
adversidades. Las personas que no tienen profundidad en Dios y en la
palabra pueden ser desanimadas ante las dificultades que vendrán en el
camino cristiano. Jesucristo dijo “en el mundo tendrás aflicción…”, es una
promesa de Jesús, pero, no nos dejo ahí, y añadió: “confiad yo he vencido
al mundo.”
La prueba, la persecución, la aflicción en un cristiano que tiene raíz lo hace
más fuerte y profundo. Cuando no es así, al venir la prueba, la persecución,
la aflicción se secan. Como dice la Biblia en Mateo 13: 6 “pero cuando salió
el sol, las plantas se marchitaron y, por no tener raíz, se secaron.”
Sin profundidad el ánimo, el entusiasmo inicial se seca. Se acaba el gozo, se
va la unción por la dificultad. Acaba por no entender la cruz, por no
entender que el camino de Cristo es tomar la cruz y seguir a Dios. Cuando
no se profundiza no se llega a entender la cruz, no se llega abrazar la cruz,
no se llega a comprender que la aflicción, la persecución y la
tribulación son parte del crecimiento cristiano y son lo medios mas
usados por Dios para que tu crezcas. Si pensabas que era cuando eras
tocado por el Espíritu, sorpresa, son las pruebas. Debemos entender que EL
medio mas usados por Dios para hacer que tú crezcas será la prueba, la
tribulación y la persecución.
La profundidad en una planta no se ve; se ve el tallo, las hojas y el fruto,
pero la raíz no. La raíz esta oculta. Tu fe en Dios, lo que te hace dar fruto,
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no se ve a primera vista, está oculto en tus tiempos con Dios, en los
tiempos de prueba, donde tu fe ha querido ser arrancada por el temor, la
persecución, la burla, las luchas. Si a pesar de esas situaciones te has
afirmado en la palabra de Dios, eso es lo que sostiene tu vida, y eso no se
ve. Una planta sin raíz no dará fruto, sin profundidad en Dios tu vida solo
sirve de adorno, tu raíz es muy pequeña y cuando viene la prueba tu ánimo
se seca.
3. DARLE MAS IMPORTANCIA A OTRAS COSAS Y NO A LA
PALABRA
La Biblia dice que ahogan la palabra:
Mateo 13: 7 “Otra parte de la semilla cayó entre espinos que, al crecer, la
ahogaron. Y 13: 22 El que recibió la semilla que cayó entre espinos es el
que oye la palabra, pero las preocupaciones de esta vida y el engaño de las
riquezas la ahogan, de modo que ésta no llega a dar fruto.”
Estas personas manifiestan su fe pero, la vida de Cristo en ellos se ve
ahogada porque han crecido más otras cosas, a las que le han dado más
importancia. Su cristianismo se va ahogando entre las cosas que ellos han
puesto como importantes en su vida, evitando el crecimiento. Son personas
que se ilusionan con otros intereses más que con producir el carácter y la
vida de Dios en ellos. Son personas que se distraerán con la prosperidad. La
semilla es ahogada por los afanes, las preocupaciones; los asuntos de la
vida. Una preocupación extrema manifiesta la falta de fe en Dios. Tal vez te
preocupas por un momento por algo, pero cuando llegas a estar atribulado
con preocupación extrema, estás dejando de confiar en Dios y puedes
ahogar la semilla. Cuando caes en ansiedad y preocupación desmedida, al
grado que te quita el sueño o estas alterado por alguna decisión, puedes
ahogar el crecimiento de lo que Dios quiere hacer en tu vida. Echa tu
ansiedad en Dios, sabiendo que el te sustentará, sabiendo que él tiene
cuidado de ti. Él dijo: “no te dejaré ni te desampararé.” Cuando la persona
le da mas importancia a sus preocupaciones que a Dios, la semilla se
ahoga. Si tiene raíz, y esta es profunda, significa que hay otras cosas a las
que les ha dado importancia.
Otra cosa que ahoga la semilla es el engaño de las riquezas. Confiar en el
dinero, creer que todo en la vida es acumular riquezas, es una mentira. Hay
que confiar en Dios más que en el dinero.
Dios ordenó construir a Moisés un tabernáculo en el desierto, el cual se
construyo con el oro y la plata que las personas traían. Dios pudo dárselos
espontáneamente pero no lo hizo, les dio el privilegio de que ellos dieran
para la obra que Él había ordenado. Es un privilegio que nosotros demos a
Dios, honremos a Dios para hacer la obra que Él nos ha dado, para que
otros le conozcan.
Mateo 13: 23 “Pero el que recibió la semilla que cayó en buen terreno es el
que oye la palabra y la entiende. Éste sí produce una cosecha al treinta, al
sesenta y hasta al ciento por uno.”
Hay que sembrar, anunciar la palabra a los que no la conocen, y que la
entiendan. Recuerda, no solamente es el que oye, también es el que
entiende. Necesitamos tomar responsabilidad para explicarles las verdades
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de Dios a otros; cuidarles, regar la semilla. Es necesario que oigan, que
entiendan la palabra. Para retener la cosecha se necesita que aquellos que
reciben la semilla manifiesten su cristianismo, se les note que son
cristianos, que sean discipulados, atendidos personalmente. Nadie va a
poder dar fruto si no tiene a alguien que le esté cuidando, que le esté
ayudando. Es muy difícil que tengas fruto si no hay alguien que te anime o
guíe a una vida cristiana mas profunda, que da fruto, lo que indica que la
semilla de la naturaleza se empieza a ver, la gente cambia, impacta a su
familia, a los de su alrededor. No es hasta que la persona manifiesta un
cambio, que otros son impactados. Al momento que empieza a dar fruto, al
momento que la vida de Cristo empieza a notársele, entonces los que están
alrededor se dan cuenta de algo diferente. Que oigan la palabra, que
entiendan la palabra, que den fruto, que se les note que son cristianos.
Finalmente para retener la cosecha es importante que, los que recibieron la
palabra, la oyeron, la entendieron y empezaron a manifestar la vida
cristiana en ellos, se reproduzcan en diez mas, sesenta mas o en cien mas.
Ahí, Dios es glorificado.
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