Capítulo 4 Hacia un sistema de indicadores del Buen Vivir: pluralidad de unidades de análisis y multidimensionalidad Este capítulo presenta la propuesta preliminar del sistema integrado de indicadores del Buen Vivir, el cual pretende aproximarse y captar la complejidad del concepto del Buen Vivir, asi como sus múltiples dimensiones y pluralidad de unidades de analisis y medida. Es un trabajo inicial y aun en progreso que sera discutido, completado y mejorado en el marco de la Comisión Interinstitucional de Nuevas Métricas del Buen Vivir. El capítulo se compone de cinco secciones. La primera sección describe el método seguido para la conceptualización e identificación de componentes, dimensiones e indicadores del Buen Vivir. En la segunda sección se desarrolla la conceptualización del constructo Buen Vivir a partir de la Constitución de 2008 y de las distintas corrientes de pensamiento ecuatoriano sobre el Buen Vivir. La tercera sección desglosa los tres componentes del constructo Buen Vivir. En la cuarta sección se detallan las dimensiones de cada componente y los indicadores de cada dimensión. Finalmente, el documento termina con una sección de conclusiones y recomendaciones. 4.1Método El método seguido fue jerárquico y deductivo y consistió de dos procesos: conceptualización y operacionalización. La conceptualización del constructo Buen Vivir y la identificación de sus dimensiones se realizó a partir, principalmente, de los contenidos de la Constitución de la República del Ecuador de 2008 y de la revisión de la literatura de las corrientes de pensamiento ecuatoriano sobre el Buen Vivir. En el futuro esta reflexión se ampliará con los resultados de estudios cualitativos, actualmente en diseño, en varias comunidades del país que indagarán qué piensa directamente la gente sobre qué es vivir bien o vivir mal. Es decir, se contará con lo que dice la Constitución, lo que dicen los teóricos y lo que dice la gente sobre el Buen Vivir. Para la definición de los indicadores de cada dimensión, se revisaron varias experiencias nacionales e internacionales de elaboración de sistemas de indicadores e índices compuestos de calidad de vida. De este análisis, se extrajeron indicadores que pueden ser útiles para medir las dimensiones del Buen Vivir. No obstante, hay dimensiones que aún requieren más trabajo para la identificación de variables e indicadores. En particular se revisaron el Reporte de la Comisión para la Medición del Progreso Económico y Social (Stiglitz, Sen, & Fitoussi, 2010); el Índice de Progreso Social, la Guía de la OECD para la medición del bienestar subjetivo, el Reporte de Felicidad Mundial 2015 (Helliwell, Layard, & Sachs, 2015), la medición del bienestar nacional del Reino Unido, la lista de bienes básicos (Skidelsky & Skidelsky, 2012), la lista de capacidades centrales de Martha Nussbaum (Nussbaum, 2012), la propuesta de prevalencia del florecimiento (Huppert & So, 2013), el Índice de Desarrollo Humano de NNUU, los Objetivos de Desarrollo Sostenible. En este informe se propone un sistema de indicadores del Buen Vivir en lugar de un índice compuesto del Buen Vivir, aunque esto último puede ser desarrollado a posteriori en función de la disponibilidad de información. El sistema está compuesto de tres subsistemas que corresponden a cada uno de los componentes y unidades de análisis del Buen Vivir: armonía interna de las personas, armonía con la comunidad y entre comunidades, y armonía con la naturaleza. En referencia al análisis de la sostenibilidad, Stiglitz, Sen y Fitoussi señalan dos ventajas de un sistema de indicadores (dashboards): Primero, ellos son un paso inicial en cualquier análisis de sostenibilidad, el cual por su naturaleza es altamente complejo y por tanto necesita un esfuerzo en establecer una lista relevante de variables y fomentar a las oficinas nacionales e internacionales de estadísticas a mejorar la medición de estos indicadores. La segunda está relacionada con la distinción entre sostenibilidad “débil” y “fuerte” (…) El enfoque “fuerte” argumenta que la sostenibilidad requiere que se mantenga separadamente la cantidad y calidad de muchos ítems ambientales diferentes [es decir, no son sustitutos entre ellos]. Tras esto por tanto se requiere grandes conjuntos de estadísticas separadas, cada una perteneciendo a un subdominio particular de la sostenibilidad global. También señalan como debilidades de los sistemas de indicadores su heterogeneidad y, en su mayoría, carencia de “indicaciones sobre los vínculos causales, su relación con la sostenibilidad, y/o la jerarquía entre los indicadores usados” (Stiglitz, Sen, & Fitoussi, 2010, págs. 101-102). Esta propuesta del sistema de indicadores del Buen Vivir es preliminar y servirá como insumo para el análisis y deliberación en la Comisión Interinstitucional de Estadísticas del Buen Vivir, que es el espacio con el que cuenta el INEC 51