LO TERRENAL DEL PARAÍSO Reflexiones y sugerencias para mejorar la relación de Pareja Luis Alfonso Vera Cruzado Calle Las Chiras 255 - Casa 104 Urb. California - Víctor Larco +51-44-282548 Trujillo - Perú www.mediclick.info/drvera www.mitrujillo.com [email protected] [email protected] Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú Nº - 2009-11342 Corrección: Gaudencia Bustamante Bautista Edición y corrección de estilo: Luz María Pérez Cisneros Fotografía del autor: María Ysabel Canchucaja Rodríguez Diseño y Diagramación: Gráfica Real Primera Edición 400 ejemplares Setiembre del 2009 Impreso en: Imprenta Editora Gráfica Real S.A.C. Independencia 953 - (44) 253324 Trujillo - Perú Queda autorizada la reproducción total o parcial de este libro, siempre que se cite la fuente. A Marisabel, complemento de armonía en nuestro hogar. Dedicatoria Manuel Vera de la Benita (bisabuelo), Alejandro Vera Moncada y Amalia Balarezo Becerra (abuelos paternos), así como a Margarita Mejía Cortez de Cruzado (abuela materna) y a mis siempre recordados padres: Alfonso y Margarita (Blanca). In Memoriam A Dios, la Virgen de Guadalupe (Norte del Perú – La Libertad), a mi esposa María Ysabel Canchucaja Rodríguez, a mis hijos Luis Alfonso, Manuel Alejandro, José Bernardo, a mis familiares muy cercanos y también a cada uno de mis pacientes que me consultan y que me sugieren la publicación de este libro; finalmente con singular aprecio a los amigos y amigas que, cada momento, me manifiestan actitudes de afecto, como aquellos hermanos que nunca tuve. Agradecimiento Se acercaron a él algunos fariseos y, para ponerlo a prueba, le dijeron: "¿Es lícito al hombre divorciarse de su mujer por cualquier motivo?". El respondió: "¿No han leído ustedes que el Creador, desde el principio, los hizo varón y mujer; y que dijo: Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre para unirse a su mujer, y los dos no serán sino una sola carne? De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Que el hombre no separe lo que Dios ha unido". Le replicaron: "Entonces, ¿por qué Moisés prescribió entregar una declaración de divorcio cuando uno se separa?". Él les dijo: "Moisés les permitió divorciarse de su mujer, debido a la dureza del corazón de ustedes, pero al principio no era así. Por lo tanto, yo les digo: El que se divorcia de su mujer, a no ser en caso de unión ilegal, y se casa con otra, comete adulterio". Los discípulos le dijeron: "Si ésta es la situación del hombre con respecto a su mujer, no conviene casarse". Y él les respondió: "No todos entienden este lenguaje, sino sólo aquellos a quienes se les ha concedido. En efecto, algunos no se casan, porque nacieron impotentes del seno de su madre; otros, porque fueron castrados por los hombres; y hay otros que decidieron no casarse a causa del Reino de los Cielos. ¡El que pueda entender, que entienda!". (Mateo 19,3-12.) Prólogo La familia es la célula social por excelencia, la primera y más eficaz formadora de los seres humanos. En la familia nacen las expectativas del individuo, su moral, su forma de sentir, su personalidad. En ella está la clave para la autoestima del individuo. Es en el propio hogar donde mejor se aprende el amor al trabajo, a la sinceridad, a la justicia, al interés por todo lo bello y noble, a la abnegación y al sacrificio cuando es necesario. A la familia todos debemos aportar lo mejor: la alegría, la ilusión de vivir, el amor y la fraternidad, el equilibrio y la espiritualidad. Porque la llave es siempre la familia; incluso si uno ha fallado en todo lo demás a los ojos del mundo, si se tiene una familia que ha aprendido a vivir con amor, uno es un triunfador. En el libro “LO TERRENAL DEL PARAÍSO”, su autor pone énfasis en la relación de pareja como punto de partida para una reflexión sobre la felicidad y la realización del individuo. El Matrimonio es el estado ideal del hombre y la mujer, es una de las principales respuestas a la necesidad universal de las personas de sentirse necesarias para alguien. El hombre común que es feliz en su matrimonio lo es mucho más que el genio que vive en soledad. El trabajo que ahora publica mi dilecto amigo y paisano, el Psicólogo Luis Alfonso Vera Cruzado, constituye un valioso aporte de reflexión y sugerencias para mejorar la relación de pareja. En él se descubre una gran riqueza muy en sintonía con los desafíos del mundo actual. La propuesta de diversos elementos para la vida de pareja que se propone en el libro, tiene un gran valor y merece ser profundizada, teniendo en cuenta los desafíos que el mundo actual nos propone. Debo decir finalmente que acepté con cordial agrado prologar este libro porque he seguido muy de cerca el desarrollo profesional y familiar de Luis Alfonso. Desde mi responsabilidad como sacerdote y guadalupano, he sido testigo calificado de su gran amor a Guadalupe, a su querida familia, a su trabajo y de su fidelidad a sus convicciones. Hago votos para que el Señor siga bendiciendo su trabajo para gloria de Guadalupe e invoco sobre Luis Alfonso y su querida familia la bendición de nuestra madre y protectora, la Santísima Virgen de Guadalupe. Rev. P. Jaime Norberto Cruz Mendoza Notario del Tribunal Eclesiástico Regional de la Arquidiócesis Metropolitana de Trujillo. (2001). Canciller de la Arquidiócesis Metropolitana. (2002). Capellán del Monasterio del Carmen y San José de Trujillo. (2003). Formador del Seminario Mayor “San Carlos y San Marcelo” de Trujillo. (2003). Secretario Personal del Arzobispo Metropolitano de Trujillo. (2004). Vice-Rector del Seminario Mayor “San Carlos y San Marcelo” de Trujillo. (2004). Administrador Parroquial de la Parroquia Santa Rosa de Buenos Aires. (2005 – 2008) Director del Colegio Seminario de San Carlos y San Marcelo. (2005 – 2009). Administrador Parroquial de la Parroquia María Auxiliadora de la Urb. El Recreo (2007 – 2009). Presentación I “En un principio creó Dios el cielo y la tierra…que exista una luz, fue el primer día…las aguas se juntarán, segundo día…en el suelo crezca toda clase de plantas, fue el tercer día…cuarto día…quinto día…sexto día…el sétimo día Dios descansó”. ¿Alguna vez se ha puesto a pensar en qué hubiese pasado si en ese sétimo día Dios no descansaba? Quizá tendríamos ocho días en la semana, no habrían doce meses o de repente la recreación de un día domingo, caracterizado como familiar, simplemente no existiría. Esto nos pone a pensar y reflexionar sobre la gran magnitud y trascendencia que pueden generar cosas minúsculas y particulares.Por eso mismo, ¿qué hubiera pasado si en ese sétimo día Dios daba origen a la vida por medio de Adán y Eva? ¿cree usted que no se hubiera cometido aquel grave error de comer la manzana? Quién sabe, sólo Él, Dios. Como ésta, son las situaciones que a diario se nos presentan en una familia normal y sobretodo dentro de una relación de pareja: se exponen diversas oportunidades, tanto buenas como malas, extrañas o comunes y así como satisfactorias o frustrantes. En el caso último, nos encontramos con aquella frase común: “Qué hubiera pasado si…”. Este mundo actual que nos pertenece se encuentra lleno de riesgos y no da tiempo ni espacio a pestañear, pues en el caso de hacerlo, difíciles y duras podrían ser las consecuencias. Por eso mismo debemos encontrarnos siempre informados y preparados para enfrentar de todo; y por sobre ello, algo esencial en la vida: tu familia. La familia empieza con tu vida como hijo, pero luego el grado de dificultad aumenta y tener un buen control es más necesario en tu vida como pareja. Es una realidad absolutamente importante y para ello tienes diversas formas de conllevarla del mejor modo para llegar a un codiciado paraíso dentro de este mundo. Por esa razón este libro está hecho para todos los Adán y Eva contemporáneos, para que logren llegar al ansiado destino, tal como lleva por nombre este asombroso libro, el cual te funcionará como guía, y te ayudará a encontrar respuestas a diferentes circunstancias y estar preparado para que posteriormente no pienses con aquella frasecita previamente mencionada, y tus actos puedan ser satisfactoriamente productivos, bien recompensados en tu vida de pareja y el fruto, tus hijos, alcancen el éxito que a la vez será tuyo. Comparto contigo los mejores deseos. Acabas de embarcarte en un viaje que ya empieza: ponte cómodo, escoge la mejor ubicación y abróchate el cinturón de seguridad pues la siguiente bajada es…El Paraíso Terrenal. Manuel Alejandro Vera Canchucaja II Cerca de veinticinco años en el mundo de la psicoterapia hacia la familia, y en especial de pareja, me invitan a escribir una serie de reflexiones y sugerencias para mejorar la relación de pareja. Intentaremos aproximarnos y dar algunos alcances sobre posibles soluciones a situaciones que generalmente se presentan en la ruta del “amor”. Somos concientes de que el amor es un incentivo poderoso para que las parejas se apoyen y coadyuven, se hagan felices el uno al otro y pretendan tener una familia, sin embargo no constituye en sí mismo la esencia de la relación, pues no provee las cualidades y aptitudes personales que son decisivas para sustentarla y hacerla crecer. Frente a ello hay cualidades especiales como compromiso, sensibilidad, generosidad, consideración, lealtad, responsabilidad, confiabilidad, que son determinantes para una relación estable y duradera. Los cónyuges deben cooperar, transigir y proceder con decisiones solidarias. Deben saber adaptarse, reconocer errores y perdonar. Tienen que ser tolerantes con los defectos, errores y rasgos particulares del otro. Si se cultivan esas virtudes durante diversos períodos, el matrimonio evoluciona y se fortalece. Las parejas suelen tener capacidad para tratar con gente que está fuera de su relación, pero pocas personas contraen una relación íntima con la comprensión básica, o la técnica necesaria, que la haga florecer. A menudo carecen de la habilidad que les permita tomar decisiones conjuntas o descifrar los mensajes del cónyuge. Existe un ejemplo típico que bien lo grafica el psicoterapeuta norteamericano Aaron T. Beck: “Cuando un grifo, o llave para agua, en la casa empieza a gotear, tienen las herramientas para detener la pérdida, pero cuando el amor empieza a drenar, no se les ocurre cómo detener su flujo”. Hay que ser claros que un matrimonio o una pareja que convive difieren de otras relaciones. La intensidad de la interacción alimenta muchas expectativas largo tiempo latentes, de amor, lealtad y apoyo incondicionales. Y las parejas se comprometen, en los votos del matrimonio, o en forma indirecta, mediante sus actos, a satisfacer esas necesidades. El comportamiento del otro, está dotado de significados que derivan de esos deseos e intereses afectivos. Cuando ocurren los conflictos, a menudo por una mala comunicación, los cónyuges parecen estar más dispuestos a acusarse mutuamente que a pensar en el conflicto como en un problema que puede solucionarse. A medida que surgen las dificultades y proliferan las hostilidades y los malentendidos, los esposos pierden de vista aquellos aspectos positivos que su pareja les aporta y representa, es decir, alguien que los apoya, que realza sus experiencias, que comparte la construcción de una familia. En última instancia, llegan a dudar de la propia relación y pierden así la oportunidad de desenredar los nudos que deforman el mutuo entendimiento. A partir de lo descrito nos acercaremos a reflexionar en cada capítulo, intentando analizar cada una de las situaciones comunes que se presentan en muchas relaciones de pareja. Luís Alfonso Vera Cruzado Capítulo I Mirándonos al espejo Somos conscientes que una pareja es cosa de dos, sin embargo, también individualmente se pueden cambiar algunas actitudes que obedecen a usted. Y si está dispuesto a no quedarse de “brazos cruzados”, esperando a que la vida, el tiempo, “la suerte” o los demás le resuelvan la existencia, es necesario que entre en acción. La dedicación y “falta de tiempo” por el trabajo, los hijos, la casa, las discusiones, etc., es lo objetivo. Su actitud hacia esas circunstancias y todo lo que piensa y siente, es lo subjetivo, y es necesario intervenir en ambos niveles desde ahora mismo. Es bueno estar bien consigo mismo para no justificar lo injustificable. Si no, sucederá que nuestro comportamiento se centrará en intentar que el otro se ponga en nuestro lugar y nos dé la razón. Que nos den la razón cuando nosotros no nos ponemos en el lugar de las otras personas es difícil, porque el otro siente lo mismo que usted, quiere que le comprendan y le den la razón, ¡alguno tiene que empezar! ¿Por qué no reconocer que los dos tenemos la razón? Por ejemplo cuando tenga que dar su opinión, primero escúchele atentamente y luego le dice: 1. “Entiendo que...” (Así demuestra que ha comprendido su idea, muestra empatía y, si es posible los puntos de acuerdo con su postura). 2. “También es cierto que...” (Procure no usar un PERO... porque parece que lo anterior no vale; en muchos casos el 21 “pero” puede ser sustituido por “sin embargo”. Dé su opinión, o argumente con hechos, otro punto de vista distinto al escuchado. Si va a dar su opinión subjetiva, utilice mensajes “YO”, hable por usted, y no se meta en descalificaciones hacia los demás). 3. “Por lo tanto sugiero”... o “¿qué podríamos hacer?...” (Proponer un cambio que satisfaga a ambas partes, es también saludable). Recuerde que son tres pasos y en ese orden, y que se tiene que empezar por demostrarle que se pone en su lugar y que respeta su punto de vista con un entiendo, antes de dar su opinión o de pedir algo. Trate de abrir el diálogo y la negociación en lugar de cerrarlo con ataques personales, exigencias, malos modos, gestos de impaciencia, etc. Evite decir cosas como: “Sabes que no soporto a fulanita, y tu hermano me parece un... Creía que a ti tampoco te gustaba..., la verdad es que no te entiendo...” (es decir, sin proponérselo, termina metiéndose con la persona que es de su agrado o con él mismo, o poniendo obstáculos para permitir ese encuentro). La actitud de cariño y afecto en forma habitual es básica, incluso utilizando muchos “te quiero” y el contacto físico (besos, abrazos, sonrisas). No regañe. Utilice una forma positiva de expresión, hablando de lo que desea y no de lo que quiere evitar. Incluso a veces es bueno antes de hacer una crítica comenzar por un halago, y si puede terminar con otro mejor. Evite ser tan perfeccionista y deje de criticar a su pareja. Es sólo un ser humano tan imperfecto como usted. No esté corrigiéndola continuamente por cosas nimias. Así mismo hay que dejar de competir. Los dos están en el mismo equipo. ¿Por qué tiene que demostrarle que es más listo, más intuitivo, más rápido, el que sufre más, qué pone más de su parte, etc.? 22 Recuerde que la gente “perfecta” es repelente. Si usted fuera un santo estaría en los altares y no en su casa. Perdónese, sea tan bueno consigo mismo como usted lo es con quien más quiere. Piense cómo podría haberlo hecho mejor y qué ha aprendido de esta situación. Pague una sola vez por sus errores. No se regañe, martirizarse no le hace mejor persona, no soluciona el problema ni es un consuelo para el ser al que hemos afectado. Es sencillamente un sufrimiento inútil. No reprocharse tanto por los errores del pasado, “una vez realizado el acto, ya no hay ensayo que valga”. Existe una estrategia para estas situaciones, puede decir: “¡qué mal ha sonado eso que he dicho!” Y empieza de nuevo. También puede ser: “creo que no voy bien, empiezo de nuevo”, e imaginariamente pasa “la cinta” hacia atrás. El sentido del humor es muy importante para “quitarle hierro al asunto” o “bajar los ánimos”, y liberar tensiones. María del Carmen Camacho Gil, licenciada en Psicología, técnica en Marketing y Comunicación por la Universidad Autónoma de Madrid, España; orientadora laboral, sugiere a las mujeres que tienen pareja: “Cuídate mucho, date caprichos. Refuerza tu autoestima, haz cosas (dentro de tus posibilidades) que te permitan sentirte mejor contigo misma y que no tengan que ver con él. Puede ser tan sencillo como hacer una nueva receta de cocina, ir a la peluquería, apuntarte a un curso, conversar amigablemente con alguien desconocido, cuidar tu dieta, hacer ejercicio, etc. Se trata de aprender alguna habilidad nueva, ponernos pequeñas metas o simplemente disfrutar de cosas sencillas....”. Si la confianza en sí mismo es fundamental, lo es también su pareja. Si hay algo que no entiende, simplemente pregunte por qué, sin ponerse a la defensiva, eso evitará muchas discusiones y “meteduras de pata” por ser malpensado. Las personas solemos tener un motivo más o 23 menos razonable para hacer lo que hacemos. Escuche lo que tiene que decir su pareja. Es importante estar bien consigo mismo, serenarse, despojarse de los sentimientos de culpa, ser capaz de recuperar su independencia emocional y perder el miedo a estar solo consigo mismo. Vale decir pasar progresivamente del miedo a la confianza. No “voy a hacer esto o aquello para que no se enfade”, sino porque “verle feliz me compensa y me hace feliz a mí también”. También hay que tener en cuenta que si con facilidad usted se altera es necesario que controle su impulsividad. ¿Cómo? Por ejemplo: desaparecer por un rato de la escena o el lugar, ir a otro ambiente de la casa, a otra habitación, si es posible a la calle con cualquier excusa, deje que su adrenalina vuelva a los niveles normales y elija lo que quiera hacer para después actuar. Respire profundamente y destense sus músculos, piense en amor, en abundancia, en que todo tiene una salida, en el fin positivo de las cosas (de todo se aprende, hay cosas que llevan su tiempo). Se trata de encontrarse a sí mismo y conectar con sus deseos, y no se permita reaccionar a lo loco y/o a la defensiva, alejándose del fin último y bueno de sus deseos (ser felices, amarnos, ayudarnos, entendernos, resolver dificultades, permanecer unidos, etc.) Disculparse es valioso, sin embargo no la pase pidiendo perdón o convencerá al otro de que lo que ha hecho es terrible. Un “no siempre conseguimos estar a la altura de las circunstancias, he cometido un error, lo siento”, o “aunque mi intención era buena, no lo he sabido hacer, lo lamento”, es suficiente. Evite decir cosas como: “soy un desastre, no hago más que amargarte la vida, nunca aprenderé, no sé como me aguantas, etc.”, no le beneficia a usted y menos es un 24 consuelo para los demás. A veces mostramos un sesgo perceptivo importante al valorar lo que nos sucede. Es como si nos pusiéramos unos anteojos con cristales de un color y a partir de ahí toda nuestra realidad se torna de ese mismo color. No es cierto que todo vaya de mal en peor. Piense en aquello que sí funciona y recuérdeselo para que su pareja también lo vea y se sienta menos frustrada y más animada para resolver las diferencias. Si es una cuestión de tomar decisiones, tómelas y actúe en consecuencia. En algunos casos, nosotros damos permiso a las personas para que nos hagan daño, reviviendo malos recuerdos, que nos golpean una y otra vez, volviendo a lo de siempre. ¡Basta ya! No le dedique toda tu energía ni todo su tiempo a darle vueltas al asunto. Recuerde el primer consejo: si no está bien, nada lo estará. Es bueno reflexionar sobre nuestras decisiones, tenga presente que: “todo en extremo es dañino”. Pensamos con más claridad cuando tomamos distancia de nuestros problemas. Tomamos distancia cuando diversificamos nuestra atención, nos olvidamos por un rato del asunto y podemos volver a ello viéndolo desde otro punto de vista, con otro ánimo, con otras experiencias. El aceptarse tal como se es y actuar en concordancia con lo que se piensa, analizar con objetividad el entorno y tomar de él lo que nos conviene, no dejarse manipular por nada ni por nadie, es ser íntegro y auténtico. Gabriel García Márquez comentó alguna vez: "He aprendido que un hombre sólo tiene derecho a mirar a otro hacia abajo, cuando ha de ayudarle a levantarse…” Por último, Paloma Gascón Vera, quien es psicoterapeuta y licenciada en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid y ha trabajado como profesora 25 visitante en diversas universidades norteamericanas y latinoamericanas, refuerza: “Quizás os parezca raro pero el primer paso está en comprender lo que sucede en vuestra relación y la única manera de conseguirlo es mirando dentro de vosotros mismos. Si tenéis el valor de permanecer solos con vosotros mismos, os daréis cuenta que cada día seréis más fuertes para abordar vuestros problemas, de esta forma os sentiréis libres y capaces de pasar a la acción. Una vez superado el miedo a la soledad, abandonad todo resentimiento hacia el otro, porque seréis independientes. Apenas lo hagáis, os daréis cuenta que la infelicidad y la insatisfacción que sentíais desaparecen. Probad y experimentad el perdón, intentad dar más bien que esperar a recibir, tened paciencia y sed constantes, y os sorprenderéis transformados. ¡Mejoraréis!” 26 Capítulo II pareja y el proyecto de vida La Cuando una persona se quiere a sí misma y aprecia su valor, tiene una adecuada y estable autoestima y así también buenos límites: es capaz de manifestar lo que le gusta y decir NO a aquello que considera que va en contra de su parecer o bienestar. De muchas formas esta proposición es la clave para tener una sana relación de pareja; también lo es evitar ser complaciente y hacer respetar sus derechos, respetando los del otro. “El verdadero amor es la capacidad de relacionarse adecuadamente sin perder la autonomía”, nos comenta la psicóloga y terapeuta de pareja, Nelly Rojas de González –quien fue fundadora y dirigió el Postgrado de Terapia dePareja en la Universidad de los Andes, Bogotá, Colombia – autora de los libros: “Ser amigos para ser amantes'” y “El amor se construye”. La autoestima y los límites (es necesario nunca sobrepasarlos ni quedarse corto en ellos, a esto se llama asertividad) se adquieren, al menos en parte, por la influencia de la familia de origen. A través de ello, la persona hace un reconocimiento de “¿quién soy?, ¿de dónde provengo? y ¿qué cosas han influido en mi vida?”, también entiende su manera de relacionarse con los demás y descubre los patrones de comunicación que ha recibido respecto al afecto, sexo, diálogo y manejo del dinero. 29 Por eso, es importante ese pasado: no con el objeto de censurarlo, especialmente a sus padres, sino de encontrar qué elementos de los aprendidos en la crianza afectan, para bien o mal, el vínculo con la pareja. Por ejemplo: si la relación con alguno de los padres no fue buena, es posible que la persona, cuando crezca, desconfíe de los vínculos. De igual forma, si se es hijo(a) de madre o padre alcohólico, esta disfunción puede trasladarse a la relación matrimonial, repitiendo el mismo modelo al elegir como pareja a alguien alcohólico(a) o detestando a alguien sólo porque consume licor. Es muy importante relacionar la conciencia y la madurez, es más, desarrollar la capacidad de reconocer las dificultades del pasado y la intención de dejarlas atrás para ser diferente e ir mejorando. Un adecuado ambiente familiar se asocia a la construcción del amor que se hace desde el momento en que la persona decide convivir con alguien y cuenta con elementos importantes como el respeto, el cariño, la ternura, la confianza y el trabajo en equipo. Para ello es fundamental la buena comunicación, de este modo hay que validar las diferencias de pensamiento y los sentimientos. Cuando esto no existe, aparecen o gestan ironías, descalificaciones, bajas valoraciones, agresiones de todo tipo, silencio castigador, dobles mensajes (una cosa se dice y otra se hace), manipulaciones. Vivir con los problemas del pasado afecta seriamente la relación. Un punto importante es tener en cuenta que un hijo se planea y desea con amor, no por conveniencia, y menos para salvar una relación. Un hijo es la continuidad del proyecto de vida en pareja y una nueva familia no se improvisa sino que se planea, construye y cultiva. Debe ser una decisión consciente, no para darle gusto a la pareja. 30 Hay que estar preparados para establecer una buena familia y conocer qué implica la llegada de una tercera persona al seno del hogar. En algunos países, llamados desarrollados, uno de los primeros motivos de separación es el nacimiento del primer hijo. Si la relación de pareja no está fortalecida, si no se ha hecho nada por construir el amor, si se desconoce que un bebé demanda atención permanente y que ambos deben turnarse para su cuidado, el vínculo corre el riesgo de romperse. Algunos estudios indican que, en general, a los hombres les gustaría formar un hogar como parte de su proyecto de vida, mientras que muchas mujeres piensan que su proyecto es el hombre. La familia no es una escuela de martirio. A la familia se llega porque produce –o se espera que produzca– grandes satisfacciones. Tampoco se encamina por una especie de determinismo biológico, es decir, no sirve la idea de que el sexo es la trampa que pone la naturaleza para llegar a la familia. El asunto está en que ahora tenemos la posibilidad de fundar unas familias mucho más pensadas, montadas sobre una estructura afectiva mucho más profunda, duradera, rica y que, además, esté en reciprocidad. Hoy en día, ¿cómo conseguimos esa pareja ideal y la familia perfecta? A esta pregunta se anima a responder el Dr. José Antonio Marina, filósofo y ensayista español, catedrático, disertante y también floricultor, quien en su labor investigadora se ha centrado en el estudio de la inteligencia y el pensamiento divergente. En su obra “Aprender a Vivir”, nos argumenta: “Ante todo, no debemos trivializar las cosas y pensar como aquel congresista norteamericano para quien el problema entre los árabes y los judíos se terminaría cuando todos se comportaran como buenos cristianos. Es decir, no se arregla la familia con decir a los padres que se quieran mucho, que sean 31 muy buenas personas. Así es como no funcionan las cosas”. En una relación se debe ceder, tener expectativas reales, confiar en el otro, comunicarse, expresar afecto, desarrollar mucho la tolerancia y manejar asertivamente las emociones y acciones. 32 Capítulo III Las malas interpretaciones Si pudiéramos evaluar todos los hechos en una situación determinada antes de llegar a una conclusión, sería menos probable que cometiéramos errores en interpretar los actos de las personas. Sin embargo, rara vez tenemos el tiempo necesario para efectuar deducciones lógicas sin estar contaminados por las malas interpretaciones. Las señales son en realidad porciones de datos — una cadena de palabras, un gesto — que traducimos en una información utilizable. Desarrollamos nuestro sistema de códigos interpersonal al principio de nuestra vida. Éste nos brinda los significados de las observaciones, como el tono de la voz de una persona, su expresión facial o sus gestos. Por el contexto y otras observaciones, entretejemos los significados para llegar a una conclusión. Ya que nos sentimos más seguros cuando creemos conocer los móviles y los sentimientos de las otras personas respecto a nosotros, confiamos en las conclusiones a las que podemos llegar más de lo que los hechos justifican. La mayor ventaja de ese sistema de códigos es que proporciona explicaciones inmediatas. Su desventaja consiste en que pueda estar equivocado: podemos leer incorrectamente “rechazo”, cuando nuestro compañero está distraído; podemos suponer por error que hay enojo, cuando nuestro cónyuge está tenso o ansioso; y lo más importante es que podemos atribuir, por error, mala voluntad a nuestra pareja si ésta olvidó simplemente cumplir una promesa. 35 A veces, el malentendido se basa sólo en una comunicación imperfecta. En otras oportunidades, el malentendido surge, y quizás en forma más grave, porque las palabras o actos de un cónyuge contienen inconscientemente, una amenaza para el otro. Las señales constituyen una clase de signos que se emplean en la comunicación. Las emociones y los sentimientos, por ejemplo, nunca se comunican en forma directa, sino a través de medios como la palabra, el tono de voz, la expresión del rostro y las acciones. Puesto que las señales y símbolos no son cosas reales, tienen que ser traducidos. A veces, el sistema de códigos es deficiente y el cónyuge no lee la señal: el marido no reconoce quizá que el retraimiento de su mujer es un pedido de ayuda; la mujer quizá no identifique el entusiasmo simulado de su marido como la máscara de una profunda decepción. Algunas personas están más predispuestas que otras a asignar significados simbólicos a ciertas situaciones específicas. Es más probable que los hombres, por ejemplo, consideren una conversación sólo como un medio para transmitir hechos, mientras que las mujeres la encaren como un fin en sí mismo, como un símbolo de interés y amistad (sugerimos leer: “Los hombres son de Marte, las mujeres son de Venus” de John Gray). A causa de esas diferencias en el significado simbólico de una comunicación, debidas al sexo, pueden surgir malentendidos entre los integrantes de una pareja. En las relaciones estrechas somos menos flexibles en el uso de nuestro sistema de códigos que en situaciones impersonales. En realidad, cuanto más intensa sea la relación, tanto mayor es el malentendido. El matrimonio, más que cualquier otro vínculo íntimo, presenta 36 oportunidades constantes para que se produzca una mala lectura de las señales. Así que piense y analice bien el afecto de su pareja, antes de interpretar cualquier hecho de su vida cotidiana y así evitar malos entendidos. 37 Capítulo IV Los prejuicios Ciertos malentendidos que asedian a los matrimonios tienen sus orígenes en el modo estricto de pensar que sirve de base a toda clase de prejuicios. Las expectativas, observaciones y conclusiones preconcebidas que forman un prejuicio, reflejan una estructura mental conocida técnicamente como “tendencia cognitiva negativa”. Cuando, por ejemplo, un hombre enmarca a su mujer dentro de esa tendencia, interpretará casi todo lo que ella dice de un modo negativo. El prejuicio puede distorsionar no sólo nuestras interpretaciones de los demás, sino también de nosotros mismos. Existe una forma de prejuicio en aquellos cuya autoestima es pobre: en ese caso, el objeto del prejuicio son ellos mismos más que los otros. Esas personas están muy preocupadas por lo que significan sus interacciones con los demás, en especial por lo que éstos puedan pensar de ellas. Sin embargo como su autoestima es baja, tienden a aplicar sus preconceptos y formarse interpretaciones negativas injustificadas de las opiniones que los demás tienen de ellas. Las conjeturas básicas de aquellas personas podrían enunciarse de la siguiente manera: “Si alguien no me ama ahora, nunca me querrá”; “Si esa persona no me quiere, luego no soy merecedora(o) de ser querida(o)”; y “Si no soy digna(o) de ser querida(o), siempre estaré sola(o) y seré desdichada(o)”. Sus suposiciones las predisponen a interpretar algunas conductas como señal de rechazo que concluirá con la relación. 41 Por otra parte, una persona ansiosa, ve peligrar su relación en situaciones intrascendentes. Un marido ansioso cuya mujer se demora en llegar a una cita, piensa: “la asaltaron”, “me dejó plantado”, “ya no me quiere”, etc. Esas personas difieren de las “normales” en que atribuyen mucha mayor importancia a sus conclusiones y se aferran a ellas fuertemente. Están mucho más predispuestas a reconocer esquemas que concuerden con sus propios preconceptos y a ignorar la información que no concuerde con esos esquemas. Aunque parezca paradójico, per manecen estancados en su modo de pensar aun cuando éste les produzca un gran dolor. Esa “rigidez cognitiva” se acentúa en muchas personas cuando se encuentran bajo estrés. Las parejas disfuncionales reaccionan entre sí como si tuvieran ellas mismas un trastorno psíquico. En sus pensamientos acerca del cónyuge aparece la suspicacia, como la que se observa en la gente afectada de ansiedad o depresión. Según ellos, sus creencias son reales, aparentemente sus mentes están abiertas, pero en realidad, tienen la mente cerrada y una visión obstruida en lo que al compañero se refiere. Los cónyuges hostiles, por ejemplo, no se dan cuenta de que su visión del compañero puede estar distorsionada por el estado de ánimo y las ideas que los dominan. Cuando alguien trata de corregir esas distorsiones —en particular el cónyuge— puede chocar con un muro de discordia. A una persona enojada no le gusta que la contradigan en su visión de la realidad y considerará que el otro no sólo está equivocado, sino que intenta manejarla y aun engañarla. 42 Cuando los cónyuges hostiles intentan adivinar un estado invisible, como por ejemplo las emociones, los pensamientos y las motivaciones del compañero, están tan convencidos de sus conclusiones como si pudieran ver directamente en la mente de su pareja. Las creencias, para ellos, no son una mera conclusión, sino la realidad. Por otra parte, durante la efervescencia del noviazgo y de los primeros años de la vida conyugal, las parejas muestran una predisposición positiva. Casi todo lo que dice o hace el cónyuge se interpreta bajo una luz positiva. Ni él ni ella pueden hacer algo malo. Sin embargo si ocurren dificultades en el matrimonio, los reiterados desengaños, discusiones y frustraciones llevan a un cambio en la actitud mental. Alterados, los cónyuges pasan de una predisposición positiva a una negativa. Entonces lo que hace cualquiera de los dos se interpreta en un aspecto negativo. Ni él ni ella hacen nada bien. El poder del pensamiento negativo se demuestra en nuestras observaciones ocasionales. Cuántas veces hemos oído a un cónyuge quejarse: “Pasamos un día maravilloso juntos y luego sucede una pequeña tontería y ¡se viene abajo todo!” En una serie de estudios de investigación se muestra el poder de lo negativo, lo valioso e importante que es (sugerimos leer: “La Actitud Mental Positiva” de Napoleón Hill y “El Secreto” de Rhonda Byrne). Lo que más distingue a los matrimonios disfuncionales de los satisfactorios no es tanto la ausencia de experiencias agradables, sino la gran cantidad de experiencias desagradables o las que se interpretan como tales. Las mejoras que experimentan las parejas al ser orientadas terapéuticamente vienen acompañadas más por una reducción de encuentros desagradables que por un aumento de los sucesos agradables. La felicidad parece venir en forma más natural 43 cuando las experiencias e interpretaciones negativas disminuyen. Luego, las parejas pueden reconocer sus interpretaciones y a su vez las recíprocas opiniones e inmediatamente corregirlas conforme a lo experimentado, antes de dar lugar a que los pensamientos negativos estropeen su felicidad. 44 Capítulo V Acercándonos a entender el enamoramiento Los afables secretos del amor han producido canciones y poesías románticas que expresan la calidad exigente de todo-o-nada, así como los maravillosos transportes de admiración acerca de ese estado místico. Incluso parejas desilusionadas del todo siguen apegadas a los conceptos románticos y sentimentales del amor, que han inspirado canciones, películas y novelas en general, como por ejemplo el cantautor Juan Luís Guerra: Si ella cediera un poco mi vida fuera ideal. Bájate de esa nube y deja de soñar. Es que el amor se viste de lino y de franela y cada día que pasa yo me enamoro de ella, ay, oye. Me enamoro de ella (bis) de sus ojos claros de su risa bella. Son algunos de los segmentos de la canción Me Enamoro de Ella. Puede parecer casi irreverente analizar en detalle el amor, reducirlo a sus elementos psíquicos fundamentales, despojados de su ilusión y resplandor. Sin embargo, el amor es, desde luego, uno de los sentimientos más conmovedores y apreciados por los seres humanos. Muy pocas personas renunciarían a ese encanto, a esa alegría y exaltación intensas, a pesar del lado oscuro que representan las ansias insatisfechas, la decepción y la desesperación. El amor en su forma más intensa —enamoramiento (que algunos consideran como una especie de “seudoamor”)— va más allá de los sentimientos y anhelos intensos; implica también una variación de la conciencia. Las expresiones como “estar en las nubes”, “sentirse transportado”, “con la mente en el 47 aire”, indican que alguien está fuera de lugar, desviado de una evaluación y reacción realistas, viviendo un sueño eufórico. Algunas veces el encantamiento adopta la fuerza de un trastorno psíquico. La preocupación irremisible por los pensamientos e imágenes de la persona amada muestra señales de una neurosis obsesiva en el amante embelesado. Esa compulsión conduce también a un deseo irresistible de estar con el amado constantemente -Un estudiante de un colegio en Trujillo se sintió obligado a dejar el colegio en la mitad del año a fin de estar cerca de su amada que estudiaba en una escuela de Lima. Sólo estaba feliz cuando podía encontrarse cerca de ella para mirarla, aunque ella estuviera ocupada con sus estudios o asistiera a clases, tratando de ignorarlo. Otro joven, cuyo amor tampoco era correspondido, permanecía horas de pie fuera de la casa de una jovencita, con la esperanza de poder darle una mirada. Incluso, rebuscaba en el recipiente de basura para ver si encontraba algún objeto relacionado con ella. Algunos consideran que el apasionamiento debilita. Incluso se consideran que aspectos del enamoramiento se asemejan a los pensamientos y sentimientos de las personas maniáticas. La luminosidad artificial del amor, que consiste en magnificar e idealizar las cualidades positivas del amado, y la visión en túnel, que permite ver sólo los atributos positivos y a su vez ocultar los negativos, se descubren en el pensamiento típico de las manías. La imagen brillante del amado durante el período de enamoramiento forma un fuerte contraste con la negativa y opaca que emerge con la desilusión. El psicólogo social Stanton Peele comparó el enamoramiento con una adicción, en su libro “Amor y Adicción”. Las similitudes arrojan una luz adicional sobre la 48 naturaleza del amor. Los sentimientos “elevados” —de exaltación, embriaguez, de placer intenso— muestran un parecido asombroso tanto en el amor como en la adicción. Y son similares los sentimientos tristes, vacíos, que se originan cuando se retira el “embriagante” (droga u objeto amado). Además, en ambas situaciones se observa la necesidad compulsiva de conseguir una “dosis” para mantener el estado “alto”. Por ejemplo, Julia se sentía como si estuviera “en los aires” cuando estaba con Pedro, sin embargo quedaba “hundida” cuando estaban separados, y no podía soportar la idea de esperar hasta que estuvieran juntos otra vez. Muchas personas enamoradas están tan absortas en sus placeres que se olvidan de la posibilidad de que las cualidades que provocan esa elevación sean fruto de la ilusión o fantasía . Aun cuando admiten que podrían no ser realistas en la apreciación de la otra persona, encubriendo, por ejemplo, diferencias de personalidad, de intelecto o de intereses, son incapaces de concentrarse en esos factores potencialmente destructivos u otorgarles cierto peso. La fantasía de navegar con la persona amada en un mar de permanente felicidad se apodera de los enamorados sin que éstos sean capaces de ver que todo eso podría ser un espejismo. Con todo, el enamoramiento desempeña un papel decisivo: forja un vínculo poderoso que incita a una pareja a comprometerse en una relación. Aunque las declaraciones de amor eterno, el que nunca muere, suelen apagarse después de los primeros años de matrimonio, expresan sin embargo las expectativas de una unión permanente. La gratificación que experimenta una pareja al convivir, compartir placeres y problemas, ofrece un fuerte incentivo para formar esa vida en común y perpetuar esos placeres, así mismo evitar que el desencanto se vuelva traumático y a su vez, no permitir una frustración en lo que se inició con mucho amor. 49 Capítulo VI Auto evaluación Indagando e investigando sobre cómo encontrar soluciones cognitivas a los conflictos de pareja, y así complementar nuestro auto análisis en la convivencia, compartimos el Inventario de Relaciones de Convivencia, que registra varias fórmulas para determinar las reacciones de los cónyuges frente a situaciones específicas. También se incluyen algunas actitudes que pueden afectar las relaciones de modo adverso. Cuando las personas tienen estas actitudes o creen con absoluta seguridad en estas fórmulas, pueden perder la flexibilidad esencial para conseguir una relación armoniosa. El apego rígido o estricto a estas actitudes conduce a conflictos, haciendo más difícil el cumplimiento de los compromisos y el otorgamiento de concesiones mutuas. Por lo tanto los psicólogos Norman Epstein, James Pretzer y Bárbara Fleming, en sus investigaciones sobre “La evaluación de la función cognitiva” descubrieron que los individuos, en los matrimonios hostiles, tienden a obtener altas puntuaciones en el presente cuestionario: Hay que seguir las siguientes instrucciones: En cada una de las quince afirmaciones siguientes, coloque el número (1 a 7) que representa la condición que más se ajusta a su grado de acuerdo o desacuerdo. Escriba el número en la línea correspondiente a cada aseveración. De acuerdo: Por completo (7) En buena parte (6) Un poco (5) Ni de Acuerdo ni en desacuerdo (4) 53 En desacuerdo: Un poco (3) En buena parte (2) Por completo (1) 1. Si una persona tiene algunas dudas acerca de la relación, eso significa que algo no anda bien en ella. 2. Si mi pareja en verdad me quisiera, no tendríamos ninguna riña. 3. Si a mi pareja le importara de veras, siempre sentiría amor por mí. 4. Si mi pareja se enoja conmigo o me critica en público, eso indica que en verdad no me ama. 5. Mi pareja debería saber o conocer qué es importante para mí sin tener que decírselo. 6. Si tengo que pedir lo que realmente quiero, eso ya lo echa a perder. 7. Si a mi pareja en realidad le importara, haría lo que le pido. 8. Una buena relación no debería tener problema alguno. 9. Si dos personas se aman de verdad, no hay necesidad de construir su relación. 10.Si mi pareja hace algo que me perturba, pienso que es porque desea herirme a propósito. 11.Cuando mi pareja no está de acuerdo conmigo ante otras personas pienso que es una señal de que no le importo demasiado. 12.Si mi pareja me contradice pienso que no me respeta demasiado. 13.Si mi pareja hiere mis sentimientos, pienso que él/ella es malo(a). 14.Mi pareja siempre trata de hacer las cosas a su manera. 15.Mi pareja no escucha lo que yo tengo que decir. 54 Al completar el cuestionario, si tiene problemas en su matrimonio, fíjese en las preguntas en las cuales tiene una puntuación alta. Éstas le darán algunas pistas sobre los puntos tensos en su relación. Es beneficioso, en particular, cuando participan ambos miembros de la pareja, porque pueden ilustrarse mutuamente, tanto como a sí mismos, acerca de los puntos sensibles específicos. Observe que este formulario no está concebido para brindarle una puntuación absoluta mediante la cual pueda determinar si su relación está en dificultades. Las puntuaciones para cada aseveración deben usarse sólo para ayudar a identificar los problemas potenciales. Hay que tener en cuenta que una puntuación alta sugiere una posible creencia o actitud equivocada. Y como éste es un cuestionario de componente cognitivo emocional, sugerimos que se reflexione sobre sus resultados, si es posible que se discuta y así fortalecer la convivencia a través de la comunicación fluida y participativa. 55 Capítulo VII El desencanto en la relación Existe una serie de preguntas que se tejen alrededor de una relación de pareja, las más comunes: ¿Cómo y por qué empieza a debilitarse y a desaparecer las demostraciones de afecto? ¿De qué manera explicar la reiterada queja: “Estoy tan decepcionado(a) de mi matrimonio?”. Son algunas de las inquietudes de parejas que asisten a psicoterapia. Una vez casados, ciertas expectativas latentes comienzan a aparecer. Cuando en una relación no íntima alguien falla en corresponder a nuestras expectativas, nos sentimos decepcionados y tendemos a esperar menos de esa persona o la excluimos, por no considerar que valga la pena conservar esa relación. En esos casos, nuestras expectativas se ajustan a las experiencias nuevas y las decepciones hacen que aquéllas disminuyan. En un matrimonio o en una relación comprometida, la reacción es a menudo diferente y la decepción no conduce por fuerza a una reducción de las expectativas. En muchos casos, el marido o la mujer no pueden renunciar a sus esperanzas originales o no desean hacerlo. Las expectativas en un matrimonio son por lo general menos flexibles que en una relación sin compromiso. Parte de la rigidez puede explicarse por el hecho de que cuando las parejas toman un compromiso de por vida, los riesgos son mayores que en una relación más ocasional. Además, es mucho más probable que las relaciones comprometidas giren alrededor de símbolos —de 59 amor o rechazo, seguridad o inseguridad— que por su misma índole son inflexibles. Un aspecto distintivo particular de esas expectativas en el matrimonio consiste en interpretar los "traspiés" como una falla general de la relación. El cónyuge ofendido considera esos errores como una prueba que su pareja no tiene interés en él. Algunas mujeres, por ejemplo, esperan que su conyuge la acepte en forma incondicional, como lo hizo durante el noviazgo. Y cuando empiezan a criticarlas, creen que ya no les importan. A veces, las promesas explícitas que se hacen en el período del noviazgo no se cumplen después del casamiento y contribuyen al "período de desilusión". Esas promesas quebrantadas se citan como ejemplos de desinterés del cónyuge. Una mujer solía ir con su novio a una serie de agencias de viaje en las que planificaban salidas al interior del país. Después del casamiento, sin embargo, él perdió interés en los viajes. Su mujer creyó que la había engañado y se sintió amargada por su "falta de honestidad". Aunque algunas promesas no son explícitas, parecen implícitas en el noviazgo, cuya naturaleza puede ser engañosa desde el comienzo. Cada uno de los integrantes de la pareja se conduce bien y trata de ser agradable, solícito y simpático para alentar la relación. Se convierten en vendedores eficaces que tratan de decir y hacer cosas que realcen su atractivo, para crear expectativas no realistas sobre su forma de obrar después del casamiento. El psicoterapeuta canadiense Christopher Morris, comenta: “El enamoramiento acrecienta la decepción, si bien en forma no intencionada. Proporciona a la pareja una fusión de intereses, incluso de identidad, de manera que lo que gusta a uno, gusta en forma automática al otro. Parece haber una gran comunidad de intereses y de 60 participación, que al final puede reducirse”. Y agrega: “Otra fuente de decepción en muchos matrimonios la constituyen las atribuciones que se asigna un cónyuge con respecto al otro. Un cónyuge, por ejemplo, puede desear sentirse plenamente aceptado, comprendido, querer compartir experiencias agradables, recibir apoyo cuando se siente mal y obtener consuelo cuando tiene un disgusto. En compensación, él o ella está dispuesto a hacer sacrificios para el compañero y ofrecer un apoyo similar. El otro cónyuge puede esperar beneficios más prácticos: alguien que proporcione un ingreso suficiente para tener un estándar de vida razonable, para compartir la educación de los niños, tener una participación sexual activa y disponer de actividades sociales y recreativas”. Esas expectativas forman un contrato implícito, que rara vez se hace explícito. El cumplimiento del pacto se considera como un símbolo de interés y confianza, sin embargo el respeto del mismo depende en gran medida de que un cónyuge perciba lo que el otro espera y tenga la necesaria motivación y capacidad para satisfacer esas expectativas. Para contrarrestar esta serie de hechos reales, es importante demostrar consideración y empatía, como por ejemplo, a través del arte de escuchar, hacer preguntas adecuadas y brindar explicaciones fundadas, todo ello esta íntimamente ligado a la comunicación eficaz. 61 Capítulo VIII Rompiendo o Tirándose “platos” Existen muchas afirmaciones de que más del 50% de los matrimonios se divorcian, sin embargo, esto se basa en las tasas que actualmente se dan en Estados Unidos. Así mismo, en estudios longitudinales con un tiempo limitado en ese mismo país, el 43% de los matrimonios sin divorcios anteriores se rompen en los 15 primeros años. Si se tiene en cuenta la edad a la que se realiza el matrimonio se obtienen también cifras diferentes, por ejemplo los matrimonios que se celebran con los contrayentes menores de 24 años tienen mucha más probabilidad de acabar en divorcio que los que se realizan con mayor edad (Kearl, 2007). La problemática de crisis en la pareja no se refleja solamente en el divorcio, sino en que están cambiando de forma notable las formas de relacionarse. En los momentos actuales muchas personas se van a vivir juntas sin un compromiso explícito o mantienen relaciones duraderas y plenas desde hogares separados. Se dan las parejas de hecho que no son computadas en las estadísticas oficiales de matrimonios ni de divorcios, no se computa su formación, menos su disolución. Esta crisis se refleja mejor en la elección de la pareja como forma de vida preferida. Podríamos estar tentados de atribuir estos procesos exclusivamente a la falta de preparación psicológica para afrontar los problemas y conflictos que son inherentes a vivir en pareja en el momento actual. Así mismo los cambios sociales que vivimos han propiciado e incrementado los problemas de 65 relación y posiblemente se necesite un entrenamiento especial para afrontar la relación con éxito y por ello una intervención terapéutica desde la terapia de pareja o un programa de prevención podrían ayudar en cierta medida a paliar la crisis. No obstante se trata de un fenómeno social al que sin duda hay que buscar causas sociales, en las que, evidentemente, juegar un importante papel los avances de la mujer hacia la igualdad social con el hombre y su integración en el proceso productivo; elementos como la ideología hedonista, establecida para mantener un gran nivel de consumo, o la falta de apoyo social al desarrollo de la familia, que pone grandes dificultades laborales para el cuidado de los hijos, llevan a considerar tener descendencia como una carga insoportable. No hay que despreciar otros elementos como las condiciones precarias de trabajo, que por una parte disuaden de establecer compromisos a largo plazo, como tener hijos o comprar una vivienda, y por otra establecen jornadas interminables que contribuyen de forma muy influyente para incrementar las barreras de comunicación en la pareja. Dentro de los patrones conductuales que se instalan en las parejas con conflictos, el más problemático es cuando a una comunicación negativa se responde generalmente con otra comunicación negativa por parte del otro, estableciéndose una reciprocidad en la negatividad que puede acabar en una escalada de violencia. A la escalada verbal suele contribuir en mayor medida la mujer. Las mujeres que no lo hacen, es porque tienen más capacidad de razonar en esas circunstancias sobre sus pensamientos y cambiar la respuesta más automática. Este patrón de reciprocidad negativa aparece también en los matrimonios que no tienen problemas; pero con mucha menos frecuencia, en ellos una interacción negativa es seguida 66 frecuentemente por una respuesta positiva o por ninguna respuesta. Este patrón es un estado absorbente, es decir, es muy difícil salir de él. Otro patrón problemático aparece cuando la mujer da respuestas hostiles mientras que el hombre se retira o no contesta, ante lo que la mujer incrementa su hostilidad. En los matrimonios armoniosos se da también este patrón aunque con menor frecuencia y a menudo acaba con la retirada de ambos. Uno de los métodos que se utilizan para resolver los problemas de comunicación es el empleo de la meta comunicación, es decir, reflexionar sobre la forma en que se está dando la comunicación. Por ejemplo, se dice: “no me estás escuchando” para intentar lograr una escucha, en este caso el mensaje no verbal va acompañado, en general, por un componente agresivo, y el que responde lo hace al componente agresivo, lo que lleva a más discusiones, metiéndose en un círculo vicioso. En los matrimonios sin problemas contestan a la meta comunicación y no al componente emocional, vale decir a la forma más no al fondo de dicho mensaje, respondiendo con un mensaje no verbal de atención y escucha, estoa es una acción positiva, de esta manera rompemos los esquemas de agresión insertos en el mensaje inicial. Todos estos patrones de conductas pretenden la mayoría de las veces resolver el conflicto, sin embargo hay que tener en cuenta que no lo resuelven, sino que lo perpetúan y la propia interacción se convierte en el problema hacia la separación. No siempre los conflictos llevan a la ruptura. Se ha reportado un tipo de conflictos en los que el marido se enfada e inicia la discusión con ánimo de resolver el problema. Cuando se tiene éxito, la relación 67 puede salir fortalecida, en estos casos el conflicto vivido por los hijos no necesariamente es negativo para ellos, incluso puede ser una ocasión para aprender a ser asertivos en su vida. 68 Capítulo IX La meta comunicación ¿Qué entendemos como Meta comunicación? Para ello nos guiamos en el trabajo desarrollado por Paul Watzlawick, Janet Helmick Beavin y Don D. Jackson en su obra: “Teoría de la Comunicación Humana”. Los autores, miembros del equipo que investigó diez años en Palo Alto (CaliforniaUSA) con Gregory Bateson, estudian la pragmática de la comunicación interpersonal. Después de definir ciertos conceptos generales, los autores presentan las características básicas de la comunicación humana e ilustran sus manifestaciones y sus posibles perturbaciones. Se analiza la importancia especial de la paradoja y la contradicción en la comunicación humana, tanto desde el punto de vista de la patología como de la terapia. La conducta perturbada es vista como una reacción comunicacional ante una situación que tiene determinadas propiedades, y no como una enfermedad localizada en la mente del individuo. Se discute también la famosa teoría del doble vínculo sobre la esquizofrenia, y se ejemplifica la situación contradictoria que caracteriza al doble vínculo en unas variadas situaciones interpersonales, incluida la psicoterapia. Es más en el último capítulo se establece una comparación entre la teoría de la comunicación y el punto de vista existencial. Sin embargo vayamos a lo nuestro, donde plantean que la meta comunicación permite obtener información acerca de la relación, refiere a la posibilidad de definir con claridad, entre dos o más personas, el tipo o modo de mensajes que están intercambiando. 71 La meta comunicación sería la explicación que nos damos y que solicitamos al otro, acerca de nuestras conductas -y las de nuestro interlocutor - y sus efectos en la relación mientras estamos interactuando. Se trata, en definitiva, de una comunicación acerca de la comunicación. Vale decir, en todo mensaje hay un aspecto meta comunicativo - “implícito” que “define”, por así decirlo, la índole de la relación que se está estableciendo; de esta manera, se puede plantear que una cosa es lo que decimos y otra cosa es “cómo” decimos lo que decimos, ya que lo meta comunicativo “implícito” de cualquier mensaje es “cómo” lo decimos. Así, la forma o modo de decir lo que decimos respecto a un mensaje (ya sea con firmeza o en forma de ruego; enojados o alegres; con órdenes o con pedidos; a gritos o amablemente; etc.). También nuestros gestos, posturas corporales y aquellos aspectos no-verbales que no podemos controlar -como ruborizarnos, por ejemplo-, muestran este aspecto meta comunicativo al que llamamos “implícito” -porque en la mayoría de las veces no tenemos conciencia, no nos damos cuenta, que estamos meta comunicandos. Este aspecto muchas veces entra en contradicción con el mensaje verbal que lo acompaña (como por ejemplo, cuando decimos una mentira y nos sonrojamos); en este caso, es muy probable que nuestro interlocutor dé cabida a lo que ve y no a lo que escucha y así, quede al descubierto la mentira. Otros investigadores hacen referencia a los mensajes ulteriores como formas de meta comunicación. Por otro lado, hay un aspecto meta comunicativo “explícito” que tiene que ver con la necesidad de pedir aclaración respecto a mensajes que nos confunden, en tanto nos damos cuenta que son contradictorios, o cuando hacemos un 'alto' en lo que venimos diciendo para hablar de 72 la relación que estamos estableciendo con el otro. De esta manera, cuando expresamos, por ejemplo, “¿por qué me gritas?”, nuestro interlocutor puede contestarnos: “era una broma” o “discúlpame”; en ambos casos estamos meta comunicando, es decir, estamos hablando de la relación; estamos pidiendo información acerca de quién está siendo el otro para mí y acerca de quién estoy siendo yo para el otro; estamos, en definitiva, pidiendo información acerca de cómo nos estamos proponiendo en la interacción. Muchas veces creemos que la meta comunicación tiene que ver con “reclamar” o “quejarnos” de lo que creemos que el otro dice y piensa de nosotros, sin embargo, con esta actitud no se logra nada, por el contrario, suele provocar que nuestro interlocutor nos replique y se ponga “a la defensiva”, porque se siente atacado. En muchos casos es probable que sólo miremos las conductas del otro y como nos afectan, descuidando por completo el examinar como nuestras actitudes también afectan y a su vez estén contribuyendo a generar el malestar de la relación. Cuando estamos meta comunicando, es muy distinto determinar desde uno, que hacer desde lo que observamos en la conducta del otro. Por eso es conveniente preguntarse: “¿qué dije o hice para que reaccionara de esta manera?”, en vez de recriminar que no nos gusta cómo reacciona el otro y pretender que él/ella cambie de actitud. Bajo esta condición, la meta comunicación nos permite colocarnos fuera del marco de la interacción -como contexto -, para reflexionar y “vernos” en la relación. Así, la meta comunicación se convierte en un medio al que podemos recurrir cada vez que necesitamos examinar cómo nos estamos llevando en el encuentro con alguien, proponiéndole al otro la posibilidad de que reflexionemos juntos acerca de nuestra relación. 73 Esto fortalece aún más lo que definimos en el capítulo anterior: Rompiendo o tirándose “platos”, donde sugerimos uno de los métodos para resolver los problemas de comunicación, e insistimos que es importante. Y concluimos que en los matrimonios sin problemas contestan a la meta comunicación y no al componente emocional, vale decir a la forma más no al fondo de dicho mensaje, esto es respondiendo con una acción no verbal de atención, de esta manera arrancamos las formas de agresión fijados en tales mensajes. 74 Capítulo X La sinceridad... Muchas personas se quejan de no poder ser espontáneas y sinceras con su pareja, de tener que estar en guardia u ocultar algunos hechos. Temen que el cónyuge se enoje, se sienta herido o en el peor de los casos se muestre desinteresado de ellas. Una esposa dice: “Tengo que cuidar cada palabra que digo a mi marido. No puedo ser yo misma”. Un marido comenta: “Si yo no puedo ser directo con mi mujer ¿de qué sirve el matrimonio?”. Una mujer se queja: “Cuando le digo algo a mi marido, reacciona como un perro rabioso”. La sinceridad y espontaneidad dependen de ciertas formas automáticas de los discursos. Es como si apretáramos un botón y la maquinaria mental entrara en acción. No necesitamos tiempo para pensar en lo que decimos. La maquinaria opera sin esfuerzo porque ciertos modelos del habla están tan grabados que el mensaje se desliza como si fuera un objeto cayendo por un tobogán. Supongamos que queremos cambiar nuestra manera de hablar a nuestra pareja, volvernos, por ejemplo, más seguros o más diplomáticos. Lo que debe cambiar no es tanto lo que decimos, sino la forma y el estilo cómo lo decimos. Por ejemplo, “¿Cuándo estará listo el almuerzo?” puede preguntarse en un tono de exigencia, queja o acusación. Desarrollar nuevos hábitos de comunicación es algo similar a aprender cualquier técnica, como conducir un automóvil en ciudades donde circulan moto taxis o triciclos 77 por ejemplo. Las rutinas ordinarias son semejantes a los autos automáticos, que nos libran de tener que cuidar los cambios de velocidad a lo largo del trayecto. Después de haber dominado esas rutinas, la conversación fluye sin esfuerzo, porque hemos desarrollado buenos hábitos del habla. Pero cuando al principio aprendemos esas técnicas, tenemos que cometer errores y hacer correcciones hasta adaptarnos al modelo final. Cuando su cónyuge reacciona negativamente a su estilo coloquial, entonces usted se encuentra en la situación del conductor que tiene que readaptarse al tránsito de la ciudad donde debe conducir: debe reaprender las formas corrientes. Readaptar los modelos del habla equivale a aprender una nueva forma de conducir. Al principio, requiere un esfuerzo, pero con el correr del tiempo se vuelve automático. Un marido, por ejemplo, puede preguntar a su mujer algo en una forma exigente o hacerle una petición en un tono hostil. Su modo de hacer preguntas puede modificarse para que suene menos exigente. Para lograrlo, el marido tiene que “escucharse a sí mismo”. (Grabar y escuchar las conversaciones puede ser una inmensa ayuda y técnica apropiada). Luego, en forma paulatina, él o ella pueden corregir la forma hasta que el nuevo tono se vuelva automático. Un detalle importante: hacer que la cortesía sea espontánea. Nuestras reacciones tienden a estar “ligadas a la situación”, o sea que están determinadas por la situación en la que se manifiestan. Por ejemplo, en las relaciones de negocios, desplegamos por lo general cortesía y diplomacia, en cambio con nuestro cónyuge expresamos libremente 78 disgusto o crítica. Nuestras reacciones dentro del matrimonio están causadas en parte por los lazos que incorporamos a la relación y también en gran medida por los modales que aprendimos de nuestra familia original y aun por ejemplos tomados del entorno, incluso de la televisión y a veces del cine. Muchos maridos y mujeres que sostienen que deberían hacer cambios drásticos a fin de ser más diplomáticos y considerados, fueron durante el noviazgo un ejemplo de buenos modales. Los modales que se emplearon en esa etapa fueron reemplazados, en el curso del matrimonio, por un conjunto de modales diferentes, que abarcaba las características residuales de mezquindad, manía de criticar y quejas de la infancia. El desafío real consiste en traer los modales que usamos afuera, hacia el interior de nuestro hogar. Para aprender a hablar al cónyuge de una manera nueva, conviene pensar en cómo se presentaría la misma pregunta o la misma petición a un huésped o invitado. Se estructurarían las palabras de una manera diplomática y el tono sería agradable. O bien se podrían reconstituir las formas y los modales que se emplearon en el período anterior al matrimonio. Hay dificultad para introducir esas formas aceptables en la relación matrimonial si uno está habituado a dirigirse al cónyuge en forma crítica, exigente o quejosa. Si es así, cambiar esos modelos requerirá cierto esfuerzo. No es fácil romper los hábitos, sin embargo una vez aprendidas las nuevas pautas y maneras de actuar, usted puede ser más cortés con su pareja en forma “espontánea”, y por cierto su relación será mucho más saludable. 79 Capítulo XI rol de la psicoterapia El Conversando con un g r upo de amig os profesionales, la mayoría de ellos casados, se planteó la inquietud relacionada a la terapia de pareja, es así que llegamos a la conclusión de que cuando la relación empieza a deteriorarse y se piensa seriamente que no se aguanta más y no se ve salida alguna, es el momento de plantearse la posibilidad de que alguien ajeno y profesional pueda ayudar a mejorar la relación. La posibilidad de la separación está siempre ahí, pero hay que tener en cuenta que es muy dolorosa, sobre todo cuando hay hijos pequeños. La terapia de pareja es cosa de dos y normalmente es uno el que da la voz da alarma y el otro, al menos, tiene que estar dispuesto a colaborar. Si no es así, el que ve el problema todavía es el que puede acudir al profesional, que podrá ayudar aunque, lógicamente con menos capacidad de destreza en los cambios positivos. El principal problema en el fallo de la terapia de pareja es que se acude al profesional cuando la solución está ya muy lejana. Sin embargo hay que ser honestos en que existe un aumento substancial en los últimos años, de parejas que buscan apoyo terapéutico. Entre los factores que influyen está el hecho de que se ha avanzado muy positivamente en la libertad para plantear las quejas en la pareja, y que la terapia de pareja ha demostrado su eficacia y hoy se tiene mayor confianza en la labor profesional de los psicólogos y psicoterapeutas. 83 Además uno de los principales problemas que existe en la relación es el quiebre en la comunicación, así como enfrascarse en discusiones inútiles y destructivas en las que los dos se hacen sufrir y se maltratan tremendamente sin llegar a ninguna solución. También puede ocurrir lo contrario, no se hablan ni se comunican y la relación va muriendo. La frenética vida laboral actual contribuye tremendamente a ello. Otro problema frecuente es la falta de aceptación de las peculiaridades del otro. La sociedad nos enseña a luchar por nuestros deseos, pero a veces eso se lleva a un extremo en la pareja, mientras que un poco de aceptación del otro nos puede conducir a una mayor felicidad, dándonos cuenta de todos sus valores y no solamente del aspecto que nos gustaría cambiar. Por otro lado, a la hora de acudir a la terapia, lo hacen más fácilmente las mujeres, porque tiene una formación mucho mayor para compartir sus sentimientos y emociones y también para pedir ayuda. Sin embargo, una vez iniciada la terapia, cuando se rompen las primeras barreras, el hombre está tan interesado como la mujer, de hecho la dependencia emocional del hombre hacia su pareja suele ser mucho más grande que la de la mujer. Otra de las interrogantes es el tiempo que demanda acudir a consulta: la duración de cualquier terapia depende del problema que se presente. Hay que tener en cuenta que la terapia la hacen los pacientes y no el terapeuta y por tanto depende de cada uno de ellos, del cariño que todavía queda entre ellos, etc. A veces basta con unas pocas sesiones para poner las cosas en su sitio, otras veces es necesaria una terapia más profunda. Las sesiones suelen desarrollarse con entrevistas individuales y luego unas conjuntas. La terapia supone que cada uno tiene que hacer 84 cambios en su comportamiento, cambios que son la vía para lograr un progreso interior profundo. El seguimiento y apoyo para esos cambios se hace en sesiones individuales con cada miembro y luego en las sesiones conjuntas se pone en común el avance que se va dando. En ocasiones se da un problema psicológico en alguno de los componentes de la pareja que necesita terapia personal, la cual puede hacerla el mismo terapeuta. Los cambios son de comportamiento, por lo tanto no se trata sólo de hablar, hay que poner en práctica lo necesario para poder convivir y disfrutar uno del otro. Un ejemplo muy frecuente es enseñar a la pareja cómo discutir, qué se puede decir y cómo lograr no callarse nada, pero sin hacer daño al otro, en especial aprender a plantear problemas de forma que se llegue a soluciones y no a discusiones estériles. Esto tiene su técnica, se aprende en las sesiones de terapia y se practica en casa. Sin embargo, si la comunicación es fluida y permanente, difícilmente las parejas tendrán que acudir a terapia, por lo que se recomienda siempre estar atentos en la relación, como generalmente se hace en cualquier otra actividad de nuestra vida personal o profesional. 85 Capítulo XII Terapias en de pareja el “banquillo” Las funciones que los miembros de una pareja deben cumplir, en relación al otro y a la pareja misma, son tan diversas y complejas que “ninguna multinacional, por poderosa que sea, se animaría a enfrentarlas”, dice la doctora Graciela Peyrú, psicoterapeuta argentina, en una entrevista para un importante diario de su país. De acuerdo a estas declaraciones podemos reflexionar aun más sobre algunas dudas comunes en relación a la psicoterapia de pareja. Algunas de las preguntas mas frecuentes: ¿Para qué me sirve la terapia de pareja? ¿Acaso funciona? Una persona que va a terapia de pareja es porque tiene problemas en la relación y esas dificultades pueden deberse a razones diversas. La terapia de pareja es para tratar de resolver esos problemas o para encontrar una solución a la relación de pareja. No necesariamente el éxito de una terapia de pareja es “y vivieron juntos para siempre”, ya que en algunos casos el éxito de una terapia de pareja también se da en la separación. Hay que tener en cuenta que: “Nadie tiene una relación perfecta en la que siempre esté de acuerdo con su pareja o en la que no existan los conflictos y las discusiones”, como lo manifiesta Aaron T. Beck en su obra “Con el amor no basta”. El elemento principal para saber que necesitamos terapia de pareja, es cuando ninguno de los dos es capaz de arreglar esos conflictos. Cuando hay una relación afectiva entre dos, muchas veces es muy difícil que solos puedan arreglar sus 89 problemas, porque están involucrados sentimentalmente y no son objetivos. En estos casos necesitan de un tercero, que es el terapeuta de pareja. Por eso es difícil que los dos miembros de la pareja solos, cuando la relación ya está deteriorada, puedan arreglarla por sí mismos. En la terapia se tienen que ver las cosas desde un punto de vista lo más objetivo posible, decir las verdades aunque no las quieran apreciar, hay que dar herramientas, dejar tareas, y finalmente los consultantes son los que van a decidir hacerlas o no hacerlas, utilizarlas o no utilizarlas, cuándo usarlas y si son compatibles con sus parámetros morales, éticos y religiosos. Por lo tanto, las decisiones son exclusivamente de los que asisten a consulta, el psicoterapeuta sólo sugiere. Y frente a los celos y la infidelidad, que son aspectos muy recurrentes en la pareja en conflicto, debemos decir que se presentan igual en hombres y en mujeres. Es más, no se puede decir que los hombres son más celosos que las mujeres ni viceversa. Lo que sí se puede comentar es que los celos y la infidelidad no son propios del ser humano, sino que son conductas aprendidas. Y hablando específicamente de los celos, surgen en el momento en que dejamos de ver a nuestra pareja como un sujeto y lo empezamos a ver como un objeto. Cuando una persona siente celos, ya sea hombre o mujer, es cuando ve a su pareja como algo que le pertenece. Aún así se debe insistir, es una conducta aprendida y no hay razones para ser infiel ni celoso. Con o sin crisis, los conflictos que afectan a una pareja son innumerables y la función de la terapia, definida por el psicoanalista Daniel Waisbrot, es “aliviar el sufrimiento” que provoca la relación, aunque el resultado sea su continuidad o no. La regla, según Peyrú, puede compararse con un paisaje de picos y una gran planicie. Los picos representan 90 los conflictos y la planicie los periodos de estabilidad. Entre uno y otro gran conflicto están las etapas de construcción de la familia, con infinidad de acuerdos y desacuerdos. La psicoanalista María Cristina Rother, explica alguna de sus variantes: “Se expresa cuando se defiende a rajatabla la idiosincrasia de la familia de origen o cuando, aunque se reniegue del vínculo disfuncional de los padres, se termina repitiéndolo por la fuerza que tienen los mandatos”. La infidelidad “clásica”, explican algunos investigadores, sigue siendo un motivo importante de consulta, siempre que la pareja llegue a preguntarse “¿Qué nos está pasando?”. Así mismo la falta de vida sexual afecta cada vez a más parejas alienadas por las condiciones de vida. Y les pasa no sólo a los que tienen que trabajar duro porque el sueldo no alcanza sino también a los que lo hacen persiguiendo el éxito profesional y económico. Waisbrot echa por tierra dos fantasías: no es cierto que si una pareja no tiene vida sexual es porque la tiene afuera, y no son exclusivamente los hombres quienes se quejan de la falta de sexo en la pareja, “porque la caída del deseo masculino es impresionante”. Es cierto que siguen siendo mayoría las mujeres que empujan a los hombres a la terapia. Sin embargo ya casi no hay cuestión de edades en los consultorios. Van los jóvenes, los adultos y los de 60 y 70 a punto de separase, ahora que las expectativas de vida aumentaron tanto. En esa lista, si uno pudiera acceder a ella, seguramente encontraría de todo: parejas a las que no les funcionó el “contigo pan y cebolla” ó el “panza llena, corazón contento”, parejas que jamás debieron haberlo sido, parejas que nunca lo fueron y parejas que un día dejaron de serlo. Si la fórmula de la relación perfecta se hallara, valdría millones, y por ahora no existe. Sólo nos 91 queda seguir intentando y, más aun, buscar ayuda profesional cuando es necesario. 92 Capítulo XIII Intentando solucionar conflictos En mi experiencia profesional he venido analizando y evaluando una serie de hechos que se gestan en la relación de pareja, y así podemos acercarnos a las investigaciones de Jhon Gottman, de la Universidad de Washington, y Clifford Notarius, de la Universidad Católica de América, que junto con sus colaboradores han estudiado por cerca de 20 años el fenómeno de cómo la pareja resuelve sus conflictos. Gottman focaliza su labor más en la fisiología y la psicología; mientras Clifford centra su atención en los modos de expresión. De estudios hechos en común y otros por separado, han logrado resultados que sorprenden por su verificación con otros realizados en diferentes partes del mundo. Gottman y Notarius concuerdan, a partir de sus estudios, que las relaciones sólidas de pareja se distinguen de las relaciones frágiles en la forma como sus miembros asumen y solucionan sus conflictos y diferencias, cuando estos aparecen. En las relaciones frágiles surgen largas secuencias de actitudes negativas de las cuales no se puede salir; se empieza con un problema muy simple, que se une a otro simple y otro más simple hasta desencadenar en la formación de un problema de magnitudes incalculables y difícil resolución. Mientras, en las relaciones sólidas los encuentros son cada vez más frecuentes, más cortos y más centrados en la solución del problema. 95 Lo anterior toma su real forma al analizar los cuatro factores que estos investigadores han señalado como los principales para que un conflicto no llegue a solucionarse, y que, por su amenaza a la relación, han denominado Los Cuatro Caballeros del Apocalipsis: la crítica implacable, el desprecio, la actitud defensiva y el repliegue sobre sí mismo. La interpretación que se hace de un simple hecho va a modificar significativamente las emociones y actitudes: los integrantes de una relación frágil atribuirán siempre al otro la razón del problema y jamás al azar o a sucesos externos mientras los miembros de una relación sólida tratarán, mutuamente, de excusar al otro colocando la causa del problema en el exterior, e incluso ubicándose en su posición o comprendiendo las acciones del otro. El grado de confianza instaurada entre los miembros de una relación permite predecir el grado de solidez de la misma: a mayor confianza mayor estabilidad y duración. La forma como los miembros de una relación se acuerdan de su pasado y de sus primeros encuentros predicen también la estabilidad y duración. El despliegue emocional al afrontar la discusión es factor que señala el desenlace; los cambios en la presión arterial, sudoración, y otras manifestaciones autónomas van en contra de la solución adecuada de un problema. Por ejemplo, cuando las pulsaciones cardiacas pasan de 100, el ser humano se vuelve incapaz de escuchar. De los descubrimientos de estos dos autores surgen nuevos aportes para la aplicación en la solución de conflictos. Si extractamos los postulados obtenidos al observar la relación de pareja, tendremos: ? Las relaciones de pareja donde hay peleas continuas, se vocifera fuertemente y se manifiestan actitudes de cólera, no tienen más peligro de desintegración que aquellas donde esta situación no es frecuente. 96 Las divergencias entre ambos integrantes de la pareja no ? las arregla el tiempo; las diferencias las arregla la voluntad de solución de sus miembros y en el mismo momento en que surgen. La estabilidad en la relación que se tenga en el presente, ? no es un factor de garantía para señalar que hacia el futuro no se tendrán conflictos e inconvenientes en la interacción. La similitud de caracteres o de opiniones de las parejas ? no son garantía para pronosticar una relación armónica y estable. No existen relaciones lo suficientemente invulnerables, ? cuyos problemas no puedan ocasionar la ruptura de su unión. Por lo tanto planteamos aquí algunas formas de asumir la solución de conflictos: Primero, solucionar un conflicto a la vez; no aplazar su solución, no importa que tan sencillo parezca. No mezclar la solución de un conflicto con la de otro, ni mezclar conflictos para obtener una sola solución. Posteriormente, si se desea llegar a solucionar un conflicto se debe evitar: criticar y/o despreciar al interlocutor y asumir actitudes defensivas o evasivas ante el conflicto. A su vez, no atribuir la razón del conflicto al oponente, buscar la razón en el exterior. Otro detalle es la confianza entre los cónyuges, eso es fundamental si se desean mantener relaciones de pareja armónicas y duraderas. Por último, tener en cuenta que solucionar problemas en momentos de alteración emocional no es conveniente. La ira y demás manifestaciones emocionales no permiten solucionar adecuadamente un conflicto; en cambio, lo complican. 97 Capítulo XIV Cambios de actitud frente a los conflictos La actitud es la forma como cada persona responde a alguien o a algo. Una actitud se compone de tres elementos: lo que se piensa, lo que se siente y lo que se manifiesta. De tal manera que la actitud está compuesta por el componente cognitivo (pensamiento), el componente emocional (sentimientos) y el componente conductual (conducta). No siempre estos elementos están en consonancia y puede suceder que exista contradicción entre ellos. Es factible que alguna persona piense que la infidelidad no se presenta como inconveniente alguno, sin embargo sienta celos al ver a su pareja con un rival y bajo ninguna circunstancia actuar de forma infiel. El porqué una persona tiene una actitud determinada hacia algo o alguien no siempre es algo claro. Algunos dicen que les enseñaron a pensar, sentir y actuar de tal manera ante determinado evento. Otros dicen que la urgencia de satisfacer sus necesidades los obliga a pensar, sentir y actuar como lo hacen. Lo cierto es que en ambos casos siempre se les está dando la oportunidad de que cambien sus actitudes, pues nada imposibilita la erradicación de una actitud. La forma como podemos modificar una actitud empieza con la aceptación de que existe contradicción en la manera como asumimos los tres elementos que la constituyen. Si encuentro una contradicción cuando pienso que vivir en pareja es el único medio para conseguir una 101 armonía familiar pero al mismo tiempo siento que puedo amar a varias mujeres a la vez, y por tanto tengo una amante, con seguridad estoy en el camino de modificar mi actitud. En este caso podré: primero, evitar tener amantes que me obliguen a faltar en el hogar o, segundo, tener mis amantes y evitar a toda costa formalizar un hogar, etc. Si no veo ninguna contradicción en los elementos antes mencionados mi actitud hacia la armonía en la relación seguirá trayéndome inconvenientes. Otra forma de lograr cambiar una actitud en una persona es la persuasión que haga un especialista en determinado tema, a través de la psicoterapia, por ejemplo. También se pueden cambiar las actitudes transmitiendo el mensaje de manera tal que la persona que escucha crea que la idea de cambio surge de ella y no de la persona que la está persuadiendo. Es por eso que debemos hacer un alto, ante el manejo que se viene dando a la solución del conflicto de pareja, para revisar la emoción y el sentimiento, factores cruciales que se muestran insidiosos y de difícil manejo cuando surge una discordia entre las personas. Estos podrían facilitar el trabajo si se pudieran instrumentalizar en el momento en que se hace necesario. Entre los sentimientos que se han deslindado, a partir del análisis de la actitud en el ser humano, se encuentran la ira, el miedo, el temor, la tristeza, la alegría, la repugnancia, el odio, el amor, el optimismo, la incomodidad, la excitación, la ansiedad, el disgusto, la frustración. El estado de ánimo, humor, es la tendencia general y prolongada a que se mantienen los sentimientos de un sujeto. Se habla de buen o mal humor. En la enseñanza del dominio de las emociones y sentimientos es necesario señalar que la idea básica no es 102 que el hombre deje de sentir o manifestar la emoción; al contrario, se le debe dar libertad a la expresión de sentimientos, pero de tal manera que en nada afecte la toma de decisiones trascendentales para su adaptación y el cumplimiento de objetivos trazados. Por ejemplo, se puede amar intensamente a una persona y no por eso tomar la decisión de vivir con ella en pareja, sin medir objetivamente las ventajas y desventajas que contrae la unión. Igualmente, no es que se deje de sentir ira ante un conflicto de pareja; pero, a cambio, se pide que al intentar solucionarlo, la ira no influya en el raciocinio. Las manifestaciones emocionales deben ser evaluadas a cada instante para no terminar cometiendo errores, que no traen beneficio ni para quien las expresa ni para los otros. Las personas deben obligarse a tomar decisiones sin la influencia de la emoción y esto sólo se logra dominándola y encausándola; dejando el apasionamiento en el momento propicio, sin ser presa de él. Ejercicios que permiten empezar a dominar las emociones son: mantener un control sobre los esfínteres, logrando evacuar los residuos uretrales e intestinales cuando se desea y no cuando el organismo da la señal (estimulación), para que esto suceda; llorar sin que esta manifestación esté asociada a determinadas situaciones que siempre la han acompañado; obligarse a reír independientemente de estímulos exteriores; sonrojarse y palidecer a disposición; disminuir y acelerar el ritmo cardiaco a voluntad; evitar la ingestión de alimentos fuera de horarios establecidos para hacerlo, así se tenga mucha hambre; aplazar el deseo de consumir alimentos que son altamente atrayentes. Someterse a pruebas donde sabe que la emoción está presente e intentar no actuar de la misma manera que lo ha hecho siempre, analizando y 103 comportándose lo más racional que se pueda: discutir sin perder el control sobre las palabras que se dicen; propiciar y presenciar situaciones altamente emotivas; ensayar formas de resistencia al dolor y el miedo. 104 Capítulo XV Lo “loco” del amor: ingrediente motivador Dustin Hoffman, famoso actor de Hollywood, de 70 años de edad, casado con la abogada Lisa Gottsegen hace 27 años, con quien tiene seis hijos adultos, en una entrevista proporcionada a la revista “Selecciones”, en agosto del 2008, declara que el secreto de un matrimonio duradero está asociado a lo ilógico: “El matrimonio tiene mucho de innatural. No me parece natural ser monógamo, estar hoy tan enamorado como ayer. Pero la fidelidad tiene sentido, y en ninguna relación se puede reemplazar la honestidad”. Ello se relaciona a lo opuesto de una continua búsqueda, de lo que algunas personas que asisten a consulta psicológica esperan, una insaciable necesidad de llenar espacios internos, deseos, sentimientos. Como pasa con la comida, nos alimentamos del amor que desprende lo que nos rodea. Por eso que el amor con el que nos alimentamos es el mismo amor que damos a los que queremos. De esta forma, lo que está a nuestro alrededor, nuestro entorno, irradia en cierta forma algo que de alguna manera nos llena. Puede ser a través de nuestra familia, de nuestros amigos, de los hobbies, de la conducta sexual. Buscamos y buscamos, conscientes o no, como si tratásemos de llenar huecos internos que sentimos. Tenemos hambre y nos pasamos la mayoría de nuestro tiempo buscando ese alimento que sacie nuestro apetito. Por ejemplo recuerdo el discurso de una paciente; 107 “desde que empecé a enamorarme también recuerdo que empezaba mi calvario de penas, inseguridades, miedos. Si estaba con alguien no era realmente feliz, porque no me sentía segura, me sentía como si de nuevo fuera una niña a la que desnudaban y soltaban en medio de una plaza llena de gente, me sentía expuesta, totalmente desnuda. Amor y sufrimiento eran sinónimos para mí porque la persona que amaba era también la persona que me hacía más vulnerable. Era como si todos mis miedos, mis peores inseguridades, estuviesen materializados en carne hueso, en mi pareja”. En terapia descubrió que no eran sus parejas las culpables de que las relaciones no funcionaran, sino que siempre les acusaba de que no le entendían, de que no sabían llegar a ella. Les culpaba de sus sufrimientos como si ella no tuviese nada que ver en toda aquella realidad. Por supuesto que era mucho más fácil, porque el ser víctima generalmente ayuda más que el aceptar que uno es el que ha elegido una situación. Cuando se está en una relación se crea una especie de contrato en el que sino se cumple alguna de las cláusulas, uno reclama al otro la falta de cumplimiento del mismo. En este caso las cláusulas eran que se ampliara el papel de los padres, exigiendo amor-protección, amorseguridad, amor-libertad de su pareja cuando lo quisiera. Se dedicaba a demandar y demandar y al mismo tiempo ni sabía qué ofrecía porque no sabía ni siquiera quién era. Muchas veces idealizamos a la pareja como si fuera ese héroe que de pequeño pensábamos que nos vendría a rescatar, que nos cogería entre sus brazos y nos liberaría de todos los problemas. Fantaseamos con que nos hará feliz en vez de pensar en si la felicidad se encuentra fuera o es necesario primero encontrarla dentro y de esta forma proyectarla, expresarla. Esta persona se dio cuenta que el miedo que antes 108 sufría cuando se involucraba en una relación era porque exponía sus inseguridades, es decir, buscaba la cura a las sensaciones y sentimientos, intentaba auto-convencerse que fuera encontraría lo que no tenía dentro. Además aprendió a darse cuenta que cuanto más buscaba dentro de sí, más feliz era, porque no se trata de apuntar con un dedo acusador a todos aquellos que creemos culpables de nuestras penas sino de entender el motivo por el que nos afecta tanto lo que nos hacen. Comprender para mejorar. Nuestra paciente ahora comenta: “Al principio el amor era sufrimiento, ahora lo estoy convirtiendo en el abono que haga florecer de una vez mi vida, porque es sólo responsabilidad mía el poder ser feliz.” A manera de corolario, Hoffman relata: “Cuando era niño, una mujer iba de vez en cuando a mi casa a cocinar y limpiar. Yo la quería mucho y seguí tratándola de adulto, hasta que falleció. De pequeño no me gustaba comer, pero ella se daba sus mañas para convencerme. Me servía un plato y yo lo probaba y decía: — ¡Qué rico! ¿Qué tiene? — Humm humm—contestaba ella. Nunca me explicó qué era eso, pero supongo que cariño. Así que el ingrediente secreto quizá sea humm humm.” Definitivamente “humm humm” es cariño, comprensión, afecto, y sobre todo encontrar la felicidad en nuestro interior. 109 Capítulo XVI La relación estable Existen estrategias confiables que pueden ser utilizadas para crear relaciones fuertes en la pareja. Muchas de estas herramientas no han sido enseñadas en nuestra cultura. Aquí una serie de consejos que pueden ayudar a lograr lo que planteamos como enunciado en nuestro presente capítulo: ? Intenta decir siempre la verdad. Es común mentir para proteger los sentimientos, ya sea para proteger los nuestros o los de nuestra pareja. Las mentiras crean una desconexión dentro de la relación, aun si la pareja nunca llega a enterarse. No decir la verdad constituye también una forma de mentir. ? Perdona a tu pareja. El perdón es el proceso de terminar el enojo y el resentimiento hacia otra persona. Perdonar tiene el poder de olvidar todas las ofensas, grandes y pequeñas y enseña paciencia, honestidad y respeto. Perdonar a otra persona es un acto de humildad, no un favor que se hace al otro. El perdón, además, tiene el poder de curar cualquier relación que sufra problemas de confianza. ? Cumple con tu palabra. Por ejemplo, si dices que vas a ver a tu pareja al medio día para almorzar, llega a tiempo o llama si vas a retrasarte. Mantener tu palabra muestra respeto por ti y por tu pareja y de esta forma envías un mensaje de confianza y seguridad. ? La responsabilidad “como bandera”. Tener en cuenta que responsable significa que tienes la habilidad 113 de responder, no significa que seas la persona a la que se culpará. Si has estado irritable con tu pareja, acéptalo. Luego busca la forma de no serlo la siguiente vez. Si no te encuentras a gusto en tu relación, indaga cuál es la diferencia de esta relación con las anteriores y cómo puedes crear una mejor relación en vez de intentar cambiar a tu pareja. ? Entiende tu relación como una experiencia de aprendizaje. Cada uno tiene información importante que aportar al respecto. Una verdadera relación consiste en que ambos integrantes se interesen en aprender y expandir la relación de modo que ésta siga creciendo y mejorando. ? Estima personal recíproca. Valórate y aprecia a tu pareja. En medio de una pelea, puede ser muy difícil encontrar algo que valorar en nuestra pareja. Comienza a considerar a tu pareja cuando el estrés se encuentre bajo. De esa forma, cuando necesites hacerlo en un momento de estrés, será mucho más sencillo. Dile a tu pareja que la amas y que no quieres discutir, pero que sí quieres hablar y hacer que las cosas vayan mejor. ? Examina tus objetivos. Asegúrate de no intentar que tu pareja llene cada necesidad en tu vida. Todos necesitamos amor, intimidad, afecto, cariño, sin embargo una sola persona no puede darte todo eso. Necesitas obtener parte de ese cariño de tus amigos, de tu familia y, sobre todo: ámate como eres. Si intentas cambiar la forma o la personalidad de una persona, lo único que obtendrás será complicaciones. ? Utiliza la comunicación para establecer una base común de entendimiento para entender diferentes puntos de vista a la hora de llegar a un acuerdo. Puedes escoger entre tener la razón y tener una relación 114 saludable. No puedes tener ambas. La mayor parte de la gente discute para tener la razón y dice: “Si me amas, entonces...”. Si tu interés es tener la razón en vez de revisar las opciones con la cabeza fría, lo más seguro es que no tienes ni tendrás una relación sólida. Tener una buena relación significa que tu experiencia y la de tu pareja deben trabajar juntas para obtener un mejor resultado. Comparte tus miedos y deseos con tu pareja para poder llegar a un acuerdo y que ambos se beneficien de la experiencia del otro. Hay que tener en cuenta, que lo que haces es tan importante como lo que no haces. Toma las cosas con calma y piensa las cosas con la “cabeza fría”, reflexiona antes de actuar. No tiene sentido tratar de arreglar las cosas cuando las emociones se encuentran en efervescencia. Todas las buenas relaciones de pareja se basan en el respeto mutuo. Comunícate con tu pareja en forma constante. Sin comunicación, no hay relación. Las relaciones amorosas suelen ser maravillosas, sin embargo es bueno no idealizar demasiado. Evita glorificar a tu pareja. Somos seres humanos y contamos con nuestro envoltorio de defectos. La idealización de la pareja, comúnmente tiende a obviar estos defectos y a la larga devolverlos a nuestra mente el momento menos pensado; esto limita en gran medida tener una relación saludable, fuerte y estable. 115 Capítulo XVII Fortaleciendo la relación Los inconvenientes en toda pareja no son ajenos a las relaciones humanas, lo fundamental es aprender a solucionarlos. Las parejas se pueden ver afectadas por diversos problemas que van desde la relación entre ellos, hasta agentes externos, como el trabajo, amigos, familia y otros. Por eso seguiremos insistiendo con algunos consejos que pueden ayudar en el proceso de intentar solucionar algunos inconvenientes, que si no solucionamos a corto tiempo pueden afectar la relación forzosamente. A raíz de haber indagado un poco más sobre las relaciones humanas en general, tenemos a bien plantear las siguientes sugerencias: ? Cuando necesites decir algo difícil o complicado, comienza expresando tu afecto hacia él o ella. Evita en todo momento actuar a la defensiva. Si te es difícil, puedes hacerlo a través de una carta o una nota, no importa el medio, lo que interesa sobremanera en una pareja es la comunicación. Y si esto sirve para la generalidad de las personas, más aún en una pareja en donde el amor es el motivo de unión. ? Si discuten habitualmente por dinero, aunque suene un poco extremo, la solución puede llegar conformando cuentas separadas para los gastos individuales, vale decir de cada uno, y una cuenta conjunta para los gastos del hogar. Obviamente tendrán que ponerse de acuerdo que monto manejará cada uno. 119 En algunos casos si no tienes nada que decir, no te ? esfuerces por inventar algo, los silencios también pueden ser bien interpretados. No siempre debemos comunicarnos con la palabra. Los gestos son parte imprescindible de la comunicación. Si tienes algo que decir, dilo en el momento, expresar las ? opiniones o comentarios más tarde sólo traerá sustanciales problemas. Por ningún motivo te acuestes enfadada(o). El día debe ? acabar con la reconciliación de ambos, además, cuanto más tiempo tardemos en aclarar las discrepancias, más difícil será la solución. Si en algún momento tienes el deseo de tener una ? atención especial, llamarla(o), mandarle un mensaje, comprarle algo que acabas de ver, o prepararle una cena sin razón alguna, no te reprimas, esas demostraciones de afecto espontáneas dan un toque especial a la relación de pareja. Los amigos son parte importante de la vida, sin embargo ? en lo que refiere a la relación de pareja, en ciertas situaciones, conviene dejarlos afuera. Porque sin querer y sin mala intención, pueden afectar la relación. Hay que tener mucho cuidado en ello. Siempre que hagas algo por tu pareja, hazlo por amor, ? eso sí nunca en contra de tus principios o valores. Posteriormente ese acto puede provocar una “revancha” sin razón, y de hecho con mucho perjuicio. Vive la sexualidad junto a tu pareja, hablen del tema sin ? vergüenza y permitan conocerse cada vez más. No hace falta que hagan todo juntos. Pueden tener ? actividades diferentes y así disfrutar más el reencuentro. Si con el paso del tiempo notan que los sentimientos de ? amor se han deteriorado en demasía y la relación se 120 destruye completamente, incluso después de haber ingresado a una terapia de pareja y otros mecanismos de unión e integración familiar, en relación a todos los años compartidos e incluso sobre los hijos, si inevitablemente el momento de la separación se presenta, debe procurarse la mayor cordialidad y amabilidad entre ambos. Estos consejos no están dirigidos a la mujer o al hombre, es bien sabido que la pareja se compone de dos personas. Estas pautas sugeridas, cumplidas o respetadas por ambos, permitirán formar una pareja más estable, y con mayor pronóstico de durabilidad, así mismo un buen modelo para sus hijos, si los hubiera. Por último hay que tener presente que una pareja sólida se va construyendo todos los días, con elementos básicos como la comunicación, respeto, intimidad, e ideas y proyectos en común. 121 Capítulo XVIII Solución de conflictos El “conflicto” puede ser interpretado y asumido como: un problema; una situación difícil que genera tensión, angustia, dolor o sufrimiento; desacuerdo entre dos o más personas; una pelea; algo que se puede resolver; un enfrentamiento; algo para discutir; una preocupación, y así una serie de acepciones, pero finalmente la palabra conflicto está asociada a una dificultad. Hay que tener en cuenta que los conflictos forman parte de la vida de las personas y se pueden dar en todas las relaciones humanas, incluso algunas veces entre más cercanas son las relaciones entre los individuos más frecuentes suelen ser los conflictos. Por ejemplo, hay conflictos en el trabajo, con los amigos, con la pareja, con la familia, con la comunidad e incluso con uno mismo. Existen muchas causas y situaciones que originan los conflictos, he aquí algunos de ellos, por cierto los más significativos: cuando dos o más personas perciben o interpretan distinto un mismo evento puede darse una gran diferencia y un conflicto; esto puede suceder con respecto a gustos y creencias religiosas, políticas, morales, económicas y culturales; por ejemplo, no todas las personas tienen el mismo concepto de Dios, ni creen en la misma religión. Cuando se presenta un conflicto o dificultad algunas personas reciben solamente una versión de los hechos y con ella toman partido o decisiones, desconociendo el resto de versiones o aspectos de esa determinada situación. Cuando la información que una persona le brinda a 125 otra no es clara y quien la recibe no manifiesta que no entendió, puede actuar de manera equivocada y provocar un conflicto. También cuando una persona agrega, inventa o pone en boca de otro palabras que no ha mencionado, se rompe el buen curso de la comunicación. Por ejemplo, el famoso y antiquísimo chisme. Cuando las personas no tienen oportunidades para suplir sus necesidades básicas o ejercer sus derechos pueden generar conflictos. Frente a estas situaciones aparecen una serie de sentimientos y emociones, de mal genio, tristeza, euforia, depresión, desesperación, angustia, incluso problemas de salud. Sin embargo, nuestra propuesta está dirigida a entender el conflicto como una gran oportunidad: para mejorar las condiciones de vida, de aprender, para conocerse y conocer a otras personas, así como para liberar las cargas que comúnmente llevamos, y también para reconocer que podemos equivocarnos. Realmente cuando se presentan los conflictos, las personas se enfrentan a situaciones problemáticas y pueden asumir diferentes actitudes: evadir la situación, asumir el conflicto en forma violenta y combativa, o enfrentar el conflicto y resolverlo de manera constructiva, creativa y pacífica. Lo importante es que se puedan resolver los conflictos de manera efectiva para las personas involucradas. Y se consigue: 1.-Resolviendo positivamente el conflicto, a través de analizar el problema; 2.- Identificando el conflicto; 3.- Tratando de conocer las causas que lo generaron; 4.-Buscando posibles alternativas de solución, es decir si lo puede resolver solo(a) o necesita ayuda de otras personas 126 o algún psicoterapeuta; 5.-Reconociendo que la angustia, el enojo y la desesperación no contribuyen a la solución del conflicto; 6.-Haciendo un listado de posibles enmiendas, revisando instrumentos y elementos que tiene a su disposición para resolver el conflicto; 7.-Por último, aplicando las posibles soluciones, vale decir actuar, ponerse en acción. Los conflictos no deben asustar a las personas, porque muchas veces las ayudan a crecer emocionalmente. Tal es así que los conflictos logran ser positivos o negativos dependiendo de la habilidad de la persona para resolverlos. Complementamos con algunas ideas clave en la resolución de conflictos: aprender a negociar, es decir llegar a acuerdos justos para cada una de las partes, respetar los puntos de vista del otro, aprender a escuchar otras posiciones diferentes a las propias, construir con la pareja, conocer sus derechos y los de los demás. Como recomendación final, debemos tener en cuenta que los conflictos definitivamente no se resuelven con: violencia, gritos y malas palabras, ignorándolos, encerrándote a llorar, quedándote callado(a), esperando a que se solucionen solos, y menos buscando soluciones mágicas. Así es que recapacite optimistamente y tenga en cuenta lo que Lao Zi, pensador chino cuya filosofía dio origen al Taoísmo, planteó: «Los hombres nacen suaves y flexibles. En la muerte son rígidos y duros. Las plantas nacen tiernas y d ó c i l es. En l a m u er t e so n sec a s y q u eb r a d i za s. Entonces, cualquiera que sea rígido e inflexible, es un discípulo de la muerte. Cualquiera que sea suave, abierto y flexible, es un discípulo de la vida». Natural conclusión para meditar y luego actuar en beneficio de mejorar la relación de pareja, de esta forma se busca fortalecer la concordia de ambos. 127 Capítulo XIX ¿La felicidad? Cuando Juan habla de Mariana, la más tierna de sus sonrisas ilumina su rostro. No hay mujer más elegante, atractiva, buena y hermosa que su esposa. Y no puede imaginar un simple viaje sin su compañía. Ella lo sabe todo sobre él y él conoce hasta los más íntimos sentimientos de ella. De vez en cuando discuten, pero saben cómo reconciliarse. Es un ejercicio que sale casi de manera natural. En realidad, Mariana y Juan no están en su fase de “luna de miel”. Cuarenta años de matrimonio, cuatro hijos y cinco nietos no han hecho más que consolidar su amor. Se conocieron siendo muy jóvenes, y desde entonces están profundamente enamorados. Está claro que ellos, al igual que muchas parejas que conocemos, han logrado la felicidad en el matrimonio: su amor es para toda la vida. Han comprendido que una relación satisfactoria y duradera no sucede al azar, sino que la vida matrimonial está llena de momentos para construirla con mayor solidez. ¿Cual es su secreto? Ellos nos manifiestan estas interesantes sugerencias: “Poner al otro por encima de uno mismo”. Muchos de los matrimonios que se rompen lo hacen por no vivir esta sencilla máxima. El egoísmo no funciona en un matrimonio. A menudo las parejas son más egoístas entre sí que con sus amigos. Se preocupan por estar al tanto de los éxitos y acontecimientos en la vida de sus amigos, por buscar áreas de interés común, y ceder para 131 evitar romper una amistad. Y sin embargo, no ponen la misma energía cuando se trata de la relación con su esposo/a. Los mejores matrimonios son aquellos en los que rige el principio de dar en lugar de recibir, donde los esposos colocan las necesidades, aspiraciones, esperanzas y sueños de su pareja por delante de los propios. Otro interesante detalle son los halagos, al menos una vez al día, busca algo positivo que decir a tu esposo/a. Pon atención a lo largo del día, para encontrar un pretexto real para halagar. Samuel Johnson escribió en el siglo XVIII: “El aplauso de un solo ser humano tiene grandes consecuencias en la vida de una persona”. El psicólogo John Gottman, que estudió las relaciones de pareja en dos mil matrimonios, afirma que por cada comentario o acción negativa se precisan al menos cinco positivas que las puedan contrarrestar, para que el amor de la pareja se mantenga fresco. Gottman recomienda todos los piropos, sonrisas y manifestaciones de ternura posibles, al tiempo que advierte contra la crítica, el rencor y las actitudes defensivas. Las crisis como fortaleza. Nada une más a las parejas que permanecer unidos en tiempos de crisis. El psicólogo Paul Pearsall, autor de “Laws of Lasting Love” describe cómo la fortaleza de su esposa, siempre a su lado durante el tiempo en que se enfrentó a un terrible cáncer, le ayudó a superar los fatalistas pronósticos de sus doctores. Pearsall relata cómo su mujer le agarró con fuerza y le llevó de un médico a otro hasta que dieron con uno que pudo salvar su vida: “éramos uno solo; nos movíamos a un tiempo, con la esperanza de encontrar un doctor que no confundiera el diagnóstico con un veredicto. Nunca habría podido caminar a mi curación por mí mismo”. 132 Es un mito que las parejas felices tienen vidas, intereses y actividades independientes. Para escribir su libro “Lucky in Love: The Secrets of Happy Couples and How Their Marriages Thrive”, la psicóloga Catherine Johnson entrevistó matrimonios de todos los Estados Unidos que llevan casados entre 7 y 55 años. Más de la mitad describieron su matrimonio como “muy feliz”. Johnson se dio cuenta de que una característica común a todas las parejas felices era que pasaban buenos tiempos juntos, a pesar de no compartir los mismos intereses. En su opinión, la idea de que “es esencial mantener identidades separadas” es errónea. Estas parejas supieron encontrar una “identidad compartida”. Es clave la famosa lectura bíblica que termina con la frase: “El amor todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta”. Lamentablemente, muchas parejas despojan a su relación de toda alegría, esperanza y amor, simplemente porque olvidan los aspectos positivos de su pareja y ven sólo lo negativo. Y esto tiene terribles consecuencias en el matrimonio. El escritor John Powell indica acertadamente: “Son las actitudes las que hacen que una misma experiencia sea agradable o dolorosa”. En el matrimonio también sucede así: es necesario mantener una actitud positiva hacia la pareja, educando los ojos y la mente para encontrar lo positivo que tiene incluso el rasgo que menos agradable nos resulta: Por ejemplo en lugar de calificar a tu esposo como “demasiado estricto”, seguro que puedes describirlo como disciplinado, maduro, reflexivo y fiel a sus principios. Por otro lado si crees que tu esposa es “excesivamente extrovertida”, puedes ver a tu mujer como vital, positiva, entusiasta y alegre. Además es muy bueno expresar tu amor frecuentemente y con creatividad. Piensa en qué forma 133 especial e inesperada puedes sorprender a tu esposo(a), recordándole que es lo más importante de tu vida. Es importante que tu matrimonio lo tengas como prioridad uno, la psicóloga Judith Wallerstein, en un estudio sobre 50 matrimonios felices, destaca que todos ellos declararon que construir un matrimonio sólido y duradero había sido el compromiso más importante de toda su vida de adultos. Es un gran consejo para asegurar un amor para toda la vida. Muchas parejas priorizan los bienes materiales o sus estudios o el trabajo, etc. Por supuesto que son trascendentes, sin embargo es importante evaluar las prioridades que te harán feliz. 134 Capítulo XX El mito de la convivencia Existen una serie de inquietudes e interrogantes frente a la relación de pareja, sin embargo se presenta comúnmente esta pregunta: ¿La permanente convivencia puede mantener fuerte y estable la relación de una pareja o, por el contrario, perjudicarla y provocar la ruptura? Los últimos hallazgos en el campo de la neuro química indican que ambas cosas son posibles. Si una pareja no logra superar los obstáculos de las distintas etapas del matrimonio, quizá acabe por separarse. A menudo la ruptura es predecible porque el cerebro dicta una serie de reacciones naturales durante cada fase de la relación. De la manera como se afronten esas etapas depende que el matrimonio perdure o se acabe. Comprender las diferencias conductuales que existen entre el varón y la mujer puede ser la clave para que el amor perdure toda la vida, por lo que se sugiere establecer acciones de apego, como salir solos a cenar, llamarse por teléfono o enviarse mensajes electrónicos cuando alguno de los dos sale de viaje. Tales hábitos se convierten en excelentes aliados y estrategias de éxito que sostienen la relación, sin embargo cada momento del matrimonio no tiene que ser íntimo: ambos deben saber que esos actos son para mantener la fuerza del amor cuando la vida se vuelve complicada y estresante. Es bueno tratarse con amabilidad y respeto en por lo menos noventa por ciento de las interacciones. Los lóbulos frontales de nuestro cerebro cumplen su función con 137 madurez cuando nos damos cuenta de que la amabilidad es fundamental para tener un matrimonio feliz. Resolver las desavenencias en vez de dejar que la situación empeore. Es importante ofrecerse disculpas por el mal genio y procurar solucionar los conflictos lo antes posible. En todo caso, si es necesario, acudir a un especialista en busca de ayuda. Respetar sus originalidades y diferencias, sobre todo las de género. Si el marido acapara el control remoto cuando ven televisión, la mujer, en vez de enojarse, debe intentar tolerar de buen agrado. Y cuando ella quiere hablar sobre sus sentimientos, él sabe lo importante que es esto para su esposa y es básico darse tiempo para escucharla. Mantener su círculo personal de amigos (por lo común mujeres en el caso de ella y hombres en el de él) y es fundamental alentarse para conservar esas amistades. Con el tiempo llegan a descubrir que, aunque su cónyuge es su mejor amigo, aún satisfacen muchas de sus necesidades emocionales a través de otras personas. Es importante concederse distintos dominios conyugales. Si para uno es muy importante una actividad especial, pasatiempo, deporte o cierta forma de socializar, el otro lo respeta y alienta. Así, cada uno tiene espacios, tiempos y actividades propios que le brindan libertad e independencia. Es fundamental tener conciencia de que los sentimientos que existen entre los dos tal vez cambien con el paso de los años y que ese cambio es natural. La química cerebral determina en parte que esto ocurra, así que resulta inútil tratar de evitarlo. Es mejor dejar que la biología lo guíe a uno hacia la comprensión y hacia un amor original y perdurable. A fin de cuentas todos los seres humanos somos criaturas de la naturaleza, y ella sin duda es muy sabia. 138 Aquí compartimos el Decálogo de la Pareja Feliz: 1.- Nunca estén enfadados los dos a la vez. 2.- No se griten jamás, a no ser que la casa se incendie. 3.- Si uno de los dos debe ganar una discusión, deja que sea el otro. 4.- Si tienes que criticar, hazlo con amor y delicadeza. 5.- Nunca menciones errores del pasado. 6.- Olvídate del mundo entero antes que de tu pareja. 7.- Nunca se vayan a dormir sin haber hecho las paces por una discusión. 8.- Al menos una vez al día, hazle un comentario amable o ten un gesto de amor. 9.- Cuando te hayas equivocado, admítelo y pide perdón. Si se equivoca, perdónale. 10.-Se necesitan dos para una pelea, y quien no tiene la razón es habitualmente el que más habla. Adicionalmente recomendamos leer a David Niven, quien en su obra “Los 100 Secretos de las Parejas Felices” ha recolectado la información más significativa y reciente de los miles de estudios que se han hecho acerca de las relaciones, y la presenta de una manera clara y fácil de comprender. Los consejos no están basados en la experiencia o las opiniones de una persona en particular. Están fundados en las investigaciones de reconocidos científicos que estudian las vidas y los amores de los estadounidenses. Es más, cada uno de los 100 secretos va ilustrado por una historieta que lo justifica. 139 Capítulo XXI Puntos de encuentro En algunas parejas, son muy comunes interrogantes como: ¿De verdad somos el uno para el otro? ¿Tenemos las condiciones para ser una excelente pareja? ¿Envejeceremos juntos después de haber compartido una vida armoniosa? Es muy difícil responder a estas incógnitas con exactitud y anticipar lo que pueda suceder, pero hay indicios para saber si su realidad amorosa tiene un buen futuro. Ni siquiera el mejor vidente puede anticipar con absoluta certeza el futuro de una pareja, sin embargo teniendo claro ciertos puntos y manteniéndose atento sobre lo que ocurre en la relación se pueden distinguir qué posibilidades existen de que el amor sea duradero. Los apoyos mutuos y las alternativas de solución son un buen indicio con respecto a la buena marcha y el grato por venir de una relación de pareja. Hay que tener en cuenta que la mayoría de la gente idealiza el amor por la educación que ha recibido y la cultura que le rodea: las películas invitan a soñar con relaciones románticas o con “medias naranjas” destinadas a encontrarse y las canciones dicen cosas como “sin ti no soy nada” o “era nadie hasta que te conocí…” y proposiciones por el estilo. Cuando uno se enamora suele adaptar su comportamiento a las expectativas que tiene respecto a la otra persona, o a la idea distorsionadamente romántica que se ha construido sobre el amor, sin embargo tarde o temprano, surge la propia personalidad, y también las 143 primeras desilusiones, si el otro no se ajusta a lo que se fantaseaba. Darse por vencido ante la primera diferencia substancial que surja con su pareja no es ninguna solución, ya que ni las relaciones ni las personas somos perfectas. Para mejorarlas hace falta una labor rigurosa y constante. Las buenas relaciones de pareja se construyen día a día y por ambas partes, esforzándose por vigilar las cosas que las debilitan y potenciando lo que refuerza el afecto. P u e d e que esto acabe con la idea romántica del amor, sin embargo evitará sorpresas más adelante, porque como ha afirmado con tanta ironía como sabiduría la escritora madrileña Gloria Fuertes: “Si su noviazgo es comedia, su matrimonio será drama”. Una mala elección es bastante común. “Nos metemos en relaciones sin sentido porque a menudo nos guiamos por nuestros corazones en vez de por nuestra cabeza, y nos sentimos atraídos por el físico de alguien, en vez de por su forma de ser” señala Steve Scott, autor de “Aconsejado por un millonario”. Para evitar relaciones sin sentido en el futuro, Steve Scott sugiere que piense en la clase de relación que quiere y en la persona que puede dársela. He incluso sugiere algunos pasos: ? Escriba qué cosas quiere de la relación. “Por ejemplo puede querer una relación en la que sus necesidades emocionales y físicas estén satisfechas; una en la que haya una confianza total, compromiso y seguridad; una en la que la comunicación en ambos sentidos sea perfecta o una relación en la que su pareja esté tan deseoso de satisfacer sus necesidades como usted las suyas”. ? Tenga claras cuáles son sus metas. Pregúntese a usted mismo qué pasos le llevarán a sus objetivos. Si busca a una persona estable emocionalmente, una meta debe ser asegurarse de que se está bien emocionalmente para 144 poder atraer a una persona equilibrada. ? Traduzca cada meta en una serie de pasos. Puede que le ayude leer un libro de auto ayuda o también la meditación. “Aunque este proceso le puede llevar una hora o dos, le puede ayudar a conseguir con mayor rapidez el tipo de relación que desea”. Y no subestime el poder de la personalidad a la hora de buscar una pareja mejor. “Una vez que entienda la personalidad de su pareja, entenderá la forma de satisfacer sus necesidades, así como la forma más eficaz de comunicarse con él o ella y motivarle para que haga lo mejor por la relación”, dice Steve. “También comprenderá sus necesidades y lo que es preciso para satisfacerlas. Sin esta evaluación, estará dando palos de ciego y su relación tiene muchas posibilidades de extinguirse”. Marilyn Graman psicoterapeuta neoyorquina, tiene su consulta en Greenwich Village, Nueva York. En 1984 creó el Life Works Inc., y desde entonces realiza talleres y seminarios para que las mujeres consigan hacer realidad lo que desean en su vida. Actualmente se desarrollan seminarios de cuatro semanas en la ciudad de Buenos Aires, Argentina, en base a este programa. Autora del libro “Los príncipes no existen y otras verdades que tu madre nunca te contó”, afirma que muchas veces no buscamos la información suficiente acerca de la otra persona cuando empezamos a salir. “Es importante conocer el pasado amoroso de alguien, porque tiene mucho que ver con cómo se comportará en el futuro”, nos aconseja. Las disputas indican la salud de la relación. Son positivas cuando persiguen una solución, por supuesto fundamentándolas y llegando a acuerdos, sin violencia, ni humillaciones, entonces sirven para que la relación funcione, como un nexo de atracción para revivir la vida en pareja. 145 En cambio, pueden ser negativas si involucran a terceras personas para conseguir un fin o implican una crítica constante, la infravaloración o juicios personales sobre la otra persona, o recurren al chantaje psicológico, recurriendo a frases del tipo: "si no haces esto, dejo de hacer aquello...". También son una señal de que algo va muy mal cuando terminan con un silencio, quedando mudo como por respuesta ó haciendo caso omiso del otro para minar su paciencia con la indiferencia. Finalmente, las discusiones son un punto de no retorno cuando comienzan exigiendo a la pareja concesiones que aquella no está dispuesta a dar, cuando se reacciona siempre negando para no perder la batalla o cediendo para no discutir más, y cuando en vez de sugerir se intenta imponer algo al otro o doblegarlo. 146 Capítulo XXII Mejorando la comunicación La singularidad es uno de los aspectos a considerar en la comunicación, como tal no existe una regla básica para mejorar la comunicación dentro de la pareja, además cada pareja es un mundo distinto, incluso maneja un lenguaje único. Lo que sí debería existir, como forma para mejorar la comunicación, es la voluntad, el interés, y la disponibilidad, por parte de ambos, para que este espacio sea creado, primero, y luego, vivido intensamente, en la medida de lo posible. Si lo que quieren es una relación estable y sólida, la mejor vía, el más acertado camino, es por la comunicación efectiva. Si bien es cierto que no existen reglas básicas, sin embargo nos animamos a sugerir: ? Lo primero, es observar el tipo de comunicación que llevamos a cabo con nuestra pareja. Dediquemos unos días de observación libre de juicios y culpabilidades. Funciona muy bien conectar una grabadora en momentos habituales de conflicto o de sobrecarga familiar. Es un ejercicio sano pero, a veces, de conclusiones difíciles de aceptar cuando la dura realidad supera todas las previsiones ideales. ? Practicar la escucha activa y reflexionar cada una de las intervenciones. Valorar hasta qué punto merece prioridad atender al otro frente a la tarea que estemos realizando; en cualquier caso, nuestra respuesta ha de ser lo suficientemente correcta para no menospreciar su necesidad de comunicación. ? Si no podemos prestar la atención necesaria en ese 149 momento, y razonar con él o ella, es recomendable un aplazamiento del acto comunicativo para más tarde. Podemos decir simplemente: “dame diez minutos y enseguida estoy contigo”. Recordemos después agradecer su paciencia y su capacidad de espera. ? Evitar el empleo del mismo tipo de respuestas, de forma sistemática, para que nuestra pareja no piense que siempre somos autoritarios, que le hagamos sentir culpable, que le quitamos importancia a las cosas o le damos sermones. ? Dejar las culpabilidades a un lado. Si hasta hoy no hemos sido un modelo de comunicadores, pensemos que podemos mejorar y adaptarnos a una nueva forma de comunicación que revertirá en un bien de nuestra relación suavizando o incluso extinguiendo muchos de los conflictos habituales en la acción cotidiana. ? Cuando decidamos cambiar o mejorar hacia una comunicación más abierta, es aconsejable establecer un tiempo y un espacio especial para ello, por ejemplo elegir un día de la semana para salir juntos, así compartir un momento de tranquilidad y además considerar que debemos modificar para crecer emocionalmente y conseguir resultados positivos. ? Debe existir una total libertad en la comunicación dentro de la pareja. Nunca conviene tener temas tabú, incluso es conveniente expresar con entera libertad aquello que pueda no acabarnos de gustar de nuestra pareja. Todo va a contribuir a fortalecer la relación, a enriquecerla. ? Y como actos comunicativos, alcanzamos diez conductas para generar una mejor comunicación, citados por Bornstein, Philip H.; y, Bornstein, Marcy T. en la obra “Terapia de pareja: enfoque conductual-sistémico”. Ser positivo (”me agrada que...”, “me gusta la forma que 150 tú...”,etc.). Ser flexible. Ser breve. Ser asertivo, no atacar, no ser sumiso (a), decir lo que se piensa sin ira. No estar a la defensiva. Personalizar los comentarios (yo creo, a mi me parece, opino que...). Hacer constar los acuerdos cuando se producen. Valorar el tono de voz. Expresar afecto. Utilizar una "franqueza" comedida y no una "franqueza" brutal. ? Siempre tener en cuenta que la única manera en que nutrimos cualquier relación es a través de la comunicación. No podemos amar lo que no conocemos. La comunicación en la pareja abarca varios aspectos, a través de los cuales podemos lograr ese acercamiento. La pareja es un proyecto de dos personas que deciden unir su vida. Para ello, necesitan compartir de forma incondicional todo lo que son y tienen, y eso exige una comunicación fluida entre ambos. Y como factor adicional están las miradas, los gestos, la sonrisa, la expresión facial, que forman parte del lenguaje no verbal y que, en la mayoría de las ocasiones, es más expresivo y cercano que las propias palabras. Normalmente, una sonrisa, un silencio oportuno o una caricia suponen una complicidad o acercamiento hacia nuestra pareja, imposible de expresarlo en el lenguaje verbal. Ante una discrepancia en ambos tipos de lenguaje, damos en algunos casos mayor credibilidad al lenguaje no verbal. La comunicación efectiva y libre, total, irá mejorando de a poco la vida diaria, permitiendo llegar a conocer y comprender mejor a nuestra pareja cada día. 151 Capítulo XXIII El compromiso y la pareja repercusión familiar de la Los problemas económicos y la infidelidad son las causas más frecuentes de separaciones y divorcios, sin embargo la falta de preparación antes del matrimonio y el mínimo compromiso para asumirlo, alcanzan a ser el fundamento de la mayor causa de los fracasos en la relación de pareja. Karen Benson es una especialista en el desarrollo de la familia y del niño, del Servicio de Extensión de la Universidad Estatal de Mississippi en el condado de Neshoba, de Norteamérica. Ella plantea que es común entre las parejas vivir juntos sin casarse, y las parejas jóvenes que se casan hoy en día están expuestas a un alto riesgo de divorcio. No obstante Benson cita una reciente encuesta, en la que el 92% de las parejas piensa que el matrimonio es un compromiso para toda la vida y que el divorcio es sólo aceptable en extremas circunstancias. “A pesar de que creemos en el matrimonio, obviamente no tenemos las cualidades para mantener estas relaciones en estado saludable y con parejas juntas hasta 'que la muerte los separe',” señala Benson. “Las cualidades necesarias incluyen compromiso, saber resolver los conflictos, solucionar problemas, comunicación, afecto, amabilidad y respeto.” Esa misma encuesta también reveló el deseo de contar con más educación para parejas antes del casamiento. “Las parejas, especialmente las parejas jóvenes, necesitan ayuda para analizar las razones principales por las que quieren casarse”, y ese es un tema muy importante. “A la larga, 155 la educación antes del matrimonio puede ayudar a las parejas a aprender las cualidades valorables que los prepararán para tener una relación larga y exitosa”. También menciona que las parejas en relaciones de largo tiempo, se enamoran y desenamoran durante su vida. “Cuando se pierde el romance, ahí es cuando comienza la verdadera relación de pareja”, dice Benson. Tabitha Staier, especialista en educación de la familia y reglas conductuales, dice que los esfuerzos para proveer más apoyo a las parejas, incluyendo la educación antes del matrimonio, debe ser a través de seminarios sobre el casamiento y actividades diversas de preparación. “Debemos esforzarnos en ayudar a las parejas a través de programas duraderos”, comenta Staier. Por otro lado, la especialista atribuye el ranking pobre del Estado sobre el bienestar del niño, debido a la ruptura del hogar tradicional formado por papá y mamá. En KIDS COUNT, publicación de la Fundación Australiana de la Infancia (The Australian Childhood Foundation), se sostiene: “La manera en que los padres manejan los conflictos tiene un efecto importante en los hijos. El sentido de seguridad y bienestar de los niños está íntimamente relacionado con la manera en que los padres se comportan entre sí”. Ese es un punto muy importante que los padres deben tener en cuenta. “Cuando los padres se llevan bien entre sí, su relación sirve de base segura para apoyar la exploración y las relaciones del niño o la niña con otros. Los niños pueden sobrellevar y aprender cómo resolver los conflictos si ven que los padres están en desacuerdo de vez en cuando y resuelven sus diferencias de manera constructiva. Sin embargo, los niños se sienten significativamente afectados en forma negativa si surgen frecuentes conflictos sin resolver entre los padres”. Es por ello recomendable que los niños no escuchen o vean las discusiones o disputas, para no sentirse negativamente 156 afectados por éstos. “Los niños son muy sensibles al clima emocional de la casa y captan las tensiones fácilmente”. El resultado puede ser muy dañino para los pequeños. “El conflicto puede producir angustia y daño a los niños. Los conflictos severos entre los padres pueden causar problemas de comportamiento, socialización y desarrollo en algunos niños. Estos niños pueden sentirse angustiados, ansiosos, ser pegajosos, agresivos y desobedientes. Pueden sufrir disturbios de sueño, problemas de concentración y aprendizaje así como dificultades en las relaciones con sus compañeros”. También se indica que “los niños tienen más predisposición a vivir en la pobreza, experimentar el abuso o tener problemas de comportamiento o emocionales, si sus padres nunca se casaron o si son divorciados,” sostiene Staire. “También están más predispuestos a tener problemas en la escuela o al uso de drogas.” Adicionalmente Staier sugiere que los adultos tienden a tener reacciones más favorables si están casados. “Los estudios han demostrado que los adultos casados son físicamente y emocionalmente más saludables y más productivos en el trabajo, que los que no se casaron, se divorciaron o son adultos viudos”. Son planteamientos serios, de investigadores de la conducta humana, que en esta oportunidad compartimos para exhortar a la reflexión y así encontrar alternativas de solución frente a la realidad que se vive actualmente. 157 Capítulo XXIV Pareja y familia Teniendo en cuenta que la formación de la pareja es el punto de partida para la constitución de la familia y que sucede como evolución en la interacción social, es de mucha importancia ser consecuente de este proceso, para la mejora de la vida familiar. Generalmente la realidad es que con el paso del tiempo y al nacimiento de los niños la pareja va quedando postergada ya que los adultos están constantemente enfocados en su rol de padres. Esto trae consigo dificultades entre los miembros de la pareja que afectan finalmente a todo el grupo familiar. Los conflictos generalmente se relacionan con la falta de espacios -tiempos y privacidad- para estar juntos, para conversar y compartir experiencias como pareja -como lo hacían durante la etapa del enamoramiento o el noviazgo. Esto puede afectar incluso la vida sexual de la pareja provocando muchas veces problemas difíciles de resolver. Es sumamente importante que la pareja no pierda sus espacios y que los padres se den un tiempo de su rol de padres para estar juntos como pareja. Una familia que mantenga claramente los espacios para la pareja, tiende a tener menos dificultades en sus relaciones familiares e interpersonales. Hay que tener presente que al formalizarse la pareja, cada uno de ellos tiene un estilo de vida particular, costumbres y formas de vivir en familia derivados de su familia de origen, con la cual ha vivido su historia familiar 161 hasta antes de contraer un nuevo compromiso. A partir de allí ambos deben ser capaces de negociar para establecer una nueva y propia forma de vivir en familia y en pareja, con elementos que cada uno aporta de sus experiencias familiares anteriores. En esta etapa las expectativas que cada uno tiene sobre como debería comportarse el otro, tienden a complicar la convivencia diaria, apareciendo pequeñas discusiones sobre lo cotidiano que afectan la relación. Para resolver estas dificultades habituales la clave está en entender que el otro no es como yo espero que sea y que las diferencias son la base de esta convivencia que se inicia. A la manifestación de estas características deben ser capaces de ir llegando a acuerdos comunes sobre como se van a hacer las cosas. El amor que ha unido a la pareja permitirá ceder ante los desacuerdos y aceptar costumbres y conductas que antes no habrían aceptado. La definición en conjunto y el respeto por el otro -este otro que es distinto a como yo esperaba- son los aspectos fundamentales para una convivencia más armónica y grata en esta nueva pareja, en esta nueva familia. Vivir en pareja involucra también la necesidad de espacios personales para cada uno de sus miembros. A su vez significa que cada uno tenga espacios de tiempo para desarrollarse como persona y aportar elementos nuevos para enriquecer la relación. Esto genera muchas veces temor de perder al otro cada vez que este intenta buscar estos tiempos para sí mismo, pero el miedo inicial desaparece en la medida que la pareja es capaz de establecer relaciones más profundas y significativas. Existen algunas parejas que establecen relaciones simbióticas -en las que ambos son como uno solo- que generalmente determinan un estilo de vida solitario, con pocas amistades, y en las que cada uno depende del otro. El 162 riesgo de estas relaciones es la soledad de la pareja frente al mundo externo y que se geste la inflexibilidad en este estilo de vivir hacia el interior de la familia y la pareja. Esto también puede ser vivido por alguno de los miembros como una pérdida de su identidad personal, provocando sentimientos de rabia y frustración difíciles de enfrentar para ambos. La expresión del afecto es uno de los aspectos fundamentales de la vida de pareja y en cierto modo define la opción de vivir juntos. En la medida que la relación va asentándose prevalecen las manifestaciones de afecto pero surge un nuevo panorama de experiencias afectivas: el ser padres. Así las manifestaciones de afecto, que tanta importancia tiene para la vida de la pareja, deben además ser compartidas con la expresión de afecto hacia los hijos. Los actos de ternura y amor del uno hacia el otro no sólo son importantes para la pareja sino que constituyen un modelo de relación que genera gran seguridad y confianza en los hijos. Las expresiones de cariño y afecto constituyen un lenguaje común entre los miembros de la pareja, que permite que cada uno exteriorice sus emociones y sentimientos. Esto genera una mayor profundidad y confianza entre ambos. Los espacios de comunicación afectiva son fundamentales para la pareja y permiten además mejorar la vida sexual, ligándola a la afectividad. A lo largo del desarrollo de la familia, la pareja debe vivir múltiples cambios propios de las etapas de vida que están pasando. A pesar de los cambios en su relación con los hijos o con el contexto social y laboral, la pareja debe adaptarse a los cambios en general. 163 En este aspecto es de gran valía la capacidad de la pareja para seguir teniendo una vida afectiva en que ambos compartan sus experiencias, dolores, frustraciones, éxitos y felicidad. El apoyo que se ofrezca el uno al otro es de suma importancia para enfrentar las dificultades habituales que viven todas las familias. Cuando las parejas son capaces de flexibilizar sus roles y compartir las tareas, la convivencia mejora y se pueden enfrentar sin dificultades los pequeños detalles propios de la convivencia en pareja. Cada pareja deberá resolver a su modo qué compartir y cómo hacerlo. Estos, además son aspectos de trascendentales momentos que influyen directamente en el clima afectivo de la pareja y constituyen un excelente modelo para los hijos, que posteriormente podrán alcanzar el éxito en la evolución personal y en su futura convivencia familiar en otro contexto. 164 Capítulo XXV Desarrollo familiar y los problemas en pareja “La familia es un sistema de cambio constante que al transformarse en disfuncional, detiene su proceso evolutivo”. Lo afirmó Verónica Kenigstein, Licenciada en Comunicación Social y Master en Sexualidad Humana y Género en la Universidad de la Laguna, Tenerife-España, en una conferencia. Cuando esto ocurre, cada uno de sus integrantes, que posee diferente estructura psíquica y emocional, van realizando cambios a nivel individual que amplifica la alteración del sistema familiar, en especial de la pareja. Generalmente sucede que cuando la pareja logra la plenitud de su vida intelectual, social y laboral, ésta coincide con la adolescencia de los hijos y la vejez de sus propios padres, así como la necesidad de una reestructuración de las funciones de la pareja, donde se presentan situaciones como la lucha por el poder de decisión, administración de los ingresos, categorización de los espacios, aceptación de nuevas formas de interacción de los integrantes de la familia. En este contexto pueden aparecer diversas problemáticas: aumento de las manifestaciones neuróticas, tales como ataduras mentales, trastornos físicos sin enfermedad que los justifique, intentos de divorcios, disminución de la líbido, dificultades de comunicación con los padres ancianos y/o hijos adolescentes, cambio en la imagen corporal y de hábitos deportivos y sociales, lenta pérdida de la autoestima y la espiritualidad, preocupación 167 exacerbada por el juicio ajeno, terquedad como voluntad, necesidad de control sobre los demás, exagerado perfeccionismo, superficialidad en las relaciones, búsqueda de la alegría y la espontaneidad a través de las drogas, alcohol y excesos en la comida, falta de visión global en situaciones problemáticas, carencia de actitudes solidarias, exagerado egoísmo. La aparición de una sola de estas características es motivo de la pérdida de recursos saludables e impedimento para el bienestar individual y familiar. Solemos casarnos con la ilusión de un romance perpetuo, ideal, idílico, que jamás se apagará. Sin embargo, el tiempo nos pasa la factura, donde lo ideal parece reemplazarse por las urgencias de cumplir con las responsabilidades, los trabajos del hogar, las compras domésticas y atender la educación de los hijos, lo que genera en algunas familias las alteraciones antes descritas. Así, la ilusión de "ser felices por siempre" se va despintando y podemos entonces confundirnos sobre nuestras sensaciones. Por eso, insistimos también en sugerir: continuar con esos detalles que tanto nos resultaron en la etapa del enamoramiento, como flores, chocolates, cenas, etc. Es buena idea comprar entradas para asistir al cine. Se permite alquilar un par de películas, una para los hijos, y otra para los padres, para ver más tarde (no confundir películas adultas con "películas para adultos"), por ejemplo elijan una comedia romántica o una dramática que impresione a su pareja. Tómense de las manos, y salgan cuanto antes de la rutina cotidiana. Incluso un paseo por el barrio, mirando la luna y las estrellas, puede hacer que regresen esas mágicas sensaciones que experimentaban años atrás, es bueno 168 aprovechar la ocasión para fortalecer la comunicación. Aprendan nuevas técnicas de masajes, para aplicarse el uno al otro. Háganse masajes y caricias. Planifique tomarse ambos alguna mañana libre en el trabajo, y, cuando sus hijos no estén en casa, sientan la gloria de estar juntos a solas. Hay que hacerle saber al otro que nos importa y que forma parte de nuestras prioridades en la vida. Es valioso hacerlo con mucha honestidad. La reflexión y acción sobre la problemática visible y la búsqueda de apoyo terapéutico son necesarias para restablecer el equilibrio de pareja y familiar. “He cometido el peor de los pecados que un hombre puede cometer. No he sido feliz”. Son las palabras de Jorge Luis Borges que nos invita a la reflexión. ¿Soy feliz? ¿Me he comprometido en la búsqueda de mi felicidad? Vale como un recorrido por nuestro interior, porque la satisfacción vital sólo podemos hallarla dentro, porque los recursos de nuestra mente, son exclusivamente nuestros y solamente nosotros podemos usarlos correctamente. Como el poema de Borges, es una invitación, fundamentalmente a la acción. Y desde nuestros interior, fortalecidos, dispuestos a amar la vida, irradiar gratitud, generosidad, confianza y alegría de vivir. 169 Capítulo XXVI Las parejas “disparejas” “El amor no tiene edad, no entiende de razas, ni religiones o atributos físicos”. Es la afirmación de un famoso refrán. No obstante, hay parejas que chocan por su diversidad, famosos que se emparejan de la forma atípica. El amor es imprevisible y, en ocasiones, surge entre las personas menos compatibles, como es el caso del presidente francés Nicolás Sarkozy y la cantante Carla Bruni, según una publicación de la revista española FHM. “Ella es considerada una chica buena, que se unió al hombre menos esperado”, señala dicha publicación. Otra de las parejas que figura en el top 25 de la revista FHM es la de la cantante Jennifer López y Marc Anthony. “La cantante se caracteriza por salir con personajes poco compatibles. Ya cambió varias veces de amantes y esposos, aunque por el momento, parecería tener una relación estable con el salsero, con quien ya tuvo dos niños”, lo divulgan en una de sus ediciones. Según el diario Montevideo, el actor norteamericano Tom Cruise y Katie Holmes aparecen en el puesto once. “Cuesta creer cómo la dulce estrella adolescente puede soportar las diferencias que los separan, tales como, la estatura, la edad y esos amigos raros de Tom”, indica el periódico. Los que no podían faltar en la lista son el director Woody Allen y la coreana Soon Yi, hija adoptiva de Mia Farrow, ex esposa del talentoso artista. No muy atrás destacan el actor de “Indiana Jones”, Harrison Ford y la actriz Calistha Flockhart (22 años menor que él), lo cual demuestra que hay romances muy difíciles de 173 explicar. El amor de estos famosos también rebasa cualquier gran diferencia de altura: Shakira 1.62 m. y Antonio de la Rúa 1.80 m; Vicente Fox (Presidente de México) 1.92 m. y Martha Sahagún 1.60 m.; Príncipe Felipe (España) 1.98 m. y Leticia Ortiz 1.68 m. ¿Funciona una pareja atípica? Bueno, sería pertinente preguntarse antes qué significa funcionar. Los estudios de Albert Ellis y colaboradores, quienes investigan los diferentes mecanismos de evolución de la conducta humana, afirman que una pareja exitosa es la que alcanza los siete años ( +- 2). El modo o los mecanismos internos ideales de la pareja van variando según el entorno social, que es el que presiona para mantener la integridad de la +- cuando se han extinguido los motivos formalidad, aún iniciales de unión. Hay que tener en cuenta que el entorno social, las costumbres, objetivos y consignas son actualmente muy variables en la unidad de tiempo. Lo cual lleva inevitablemente a una curva decreciente de la duración promedio de las parejas. Existen un sinnúmero de parejas disparejas que son muy felices. La tradición entiende que esta felicidad se debe a que “se complementan y enriquecen mutuamente”. Una “pareja”, por definición, es la suma de dos personas que tienen entre sí alguna correlación, analogía o semejanza, y “dispareja” viene de dispar, que significa ser diferente o lo contrario. No importa si hay diferencia de edad, de ideología o de especie biológica. Si funciona, funciona. La experiencia demuestra que es más frecuente la separación de las parejas “normales” que las parejas “disparejas”. En ambos casos es la falta de intereses comunes lo que produce las rupturas. Al referirnos a parejas disparejas generalmente nos 174 graficamos o ubicamos en algún rasgo físico de las personas, una pareja de un rollizo y una delgada o de una persona con mucha más edad que la otra. También, puede señalarse al temperamento desigual de la pareja, como que el sea muy serio y ella muy alegre. La pregunta que entonces mucha gente se hace es ¿Cómo pueden ser atraídas dos personas dispares y ser felices? Muchos apuntan a que la respuesta está en los intereses. El primer encuentro entre las personas disparejas no es como todos. Las parejas que se atraen por lo físico o temperamental les basta tal vez solamente una mirada y van directo a la seducción. El enamoramiento suele ser más rápido, más emocional y menos racional. Incluso, llegan a la vida en común de forma más apresurada. Los “disparejos” requieren algo más. Como la otra persona no es su modelo o imagen del ser a quien mentalmente se supone como posible pareja, generalmente primero se le conoce tras una presentación, luego vienen las conversaciones, se genera la amistad y poco a poco se van dando cuenta que a pesar de las diferencias, los dos armonizan en muchas cosas. Un día se dan cuenta que poseen intereses comunes que les hace compartir momentos, trabajos, lugares, lecturas, películas, obras de teatro, gustos en la comida, concepciones de vida, sentimientos religiosos, diversiones, problemas, negocios, formas de ser, concuerdan en la forma de educar a los niños, en cómo administrar su vida, existe compromiso entre ellos, desean las mismas cosas, persiguen iguales objetivos en la vida y comienzan a tomar conciencia que coinciden en tantas cosas que podrían vivir juntos, formar un hogar y ser una feliz pareja sólo “dispareja” en apariencia. Estos “disparejos” son más racionales en el amor porque “piensan” que pueden convivir juntos. La emoción del enamoramiento aparece después de conocerse como es 175 cada cual y no al revés. Primero usan la razón y después llega el atolondramiento amoroso. Es lógico pensar que una relación “dispareja” –tanto física como emotiva– existe porque la pareja encuentra en ella su “media naranja”, su mitad perfecta con quien compartir todo aquello que llevaban por dentro. Y es por eso que aún existen personas que no se pueden explicar con lógica como “un hombre fino y elegante se enamora de una mujer sencilla y carente de buen gusto”. Y así sucesivamente… 176 Capítulo XXVII Las relaciones de parejas y los factores culturales Ocho de cada diez personas de los países considerados más pobres de la Tierra, señalan que son felices y que esto se debe especialmente a los fuertes lazos afectivos que les unen a sus familiares, en especial con su pareja, según un estudio realizado en Bangladesh por un equipo de investigación británico. Este estudio señala que en Bangladesh y en otras zonas del sudeste asiático, el origen de la felicidad para las personas está en la calidad de sus relaciones personales y afectivas. Bangladesh es uno de los lugares más pobres y con mayor densidad de población del planeta. Sin embargo, el nivel de satisfacción y felicidad de sus habitantes es mayor que en otros países en los que la renta per cápita es inmensamente superior a la de estas personas. El estudio ha sido realizado por el equipo de investigación ESRC Wellbeing in Developing Countries de la Universidad de Bath, que ha difundido esta investigación. El equipo que ha desarrollado el estudio también se dedica a investigar la pobreza, la desigualdad y la calidad de vida de los países desarrollados. El ESRC Wellbeing in Developing Countries (WeD) trabaja en la actualidad con algunas de las comunidades más pobres del mundo (además de Bangladesh también en Etiopía, Perú y Tailandia), en un intento de aumentar la comprensión acerca de los factores que influyen en la obtención de calidad de vida y bienestar en estas regiones deprimidas del planeta. 179 Este conocimiento, señalan los investigadores, será esencial para ayudar al desarrollo en dichas regiones de forma efectiva. Los estudios acerca de la calidad de vida son una de las herramientas para ilustrar la importancia de los roles sociales, culturales y políticos en el bienestar general de los individuos. Los resultados hablan por sí mismos: el 79% de los encuestados afirmaron que eran felices, y un 38% que eran “muy felices”. En una zona en la que la pobreza impera, los investigadores señalaron que la red familiar y social es la responsable de que los individuos se sientan más o menos a gusto con sus vidas. Esta investigación acerca de la calidad de vida de la gente de Blangadesh ha puesto de relieve algunas características que, al parecer, suponen un seguro de felicidad vital. Así, los analistas descubrieron, por ejemplo, que las madres mayores reciben un trato afectivo, tanto por parte de sus hijos como de sus nueras, así como apoyo económico, de manera que no quedan desvalidas después de haber dedicado toda su vida a la crianza de los hijos. Por otro lado, a nivel social se considera que la participación de los dos miembros de una pareja, así como el hecho de consultar al compañero o compañera, en la toma de decisiones, son buenos indicadores de la existencia de un matrimonio feliz. En lo que se refiere también a la pareja, para una mujer joven la relación más crucial de su vida es la que mantiene con su marido. El marido, por su parte, se ocupa de cubrir las necesidades tanto de su esposa como de sus hijos, es respetuoso y reconoce las capacidades de su mujer, que asimismo debe relacionarse bien con las mujeres de la familia de su compañero: madre, hermanas y cuñadas. En todos los casos, estas personas relacionan la 180 felicidad con el deseo de ser respetados e influyentes en sus relaciones familiares. Los hombres mayores valoran la capacidad de participar e influir en los asuntos que afectan a la comunidad. Las relaciones interpersonales de las familias tienen tanta importancia para estas personas que, incluso cuando pasan hambre, se siguen sintiendo felices, simplemente por la armonía que reina en el grupo. Parecería adecuado proponer un intercambio en las ayudas: los países avanzados podrían llevarles a ellos ciertos conocimientos sobre el desarrollo y ellos podrían enseñarnos su escala de valores, su forma de ver y vivir la familia y su capacidad de ser felices en cualquier situación. En conclusión, el estado de ánimo influye sustancialmente en las relaciones familiares y con demasía en la pareja, así como la importancia que se le da a las cosas, la actitud ante las dificultades. He aquí unas apreciaciones puntuales: Primera y última regla: QUIÉRETE. Primer y último objetivo: SÉ FELIZ. Primera y última obligación: CUIDATE. Primer y último derecho: RESPÉTATE. Jesús y la religión que se origina con Él, que ha influido en tanta gente de tantas culturas por tanto tiempo, tiene como su principal premisa: “Amarás al prójimo como a ti mismo”. Sería bueno comenzar por uno mismo para saber cuál es la medida en la que podemos amar a nuestra pareja. 181 Capítulo XXVIII Homenaje: Madres coraje Hace muchos años atrás apareció en la televisión nacional una serie denominada “Hermanos Coraje”, telenovela mexicana que rendía tributo al machismo latino. Sin embargo, lejos del mundo televisivo, muy dentro de la realidad, existen personas con verdadero coraje; ellas son las madres que día a día, solas por motivos diversos, tienen que afrontar el gran reto de orientar y educar a sus hijos en todo sentido: emocional, económico, social, educativo, etc. Bajo esa perspectiva muchos gobiernos y autoridades de turno han pedido y recibido el apoyo para ellas, pero poco se ha hecho para contribuir decididamente en beneficio de estas mujeres que valientemente emprenden el reto que les plantea la vida. Frente a lo señalado, es grato compartir que el 20 de febrero del 2008 un importante grupo de madres solas en la tarea del fortalecimiento del hogar, se han unido para intercambiar experiencias, buscar alternativas de solución a los diferentes obstáculos vividos frente a la responsabilidad de ser únicas conductoras de sus hogares. Es pertinente señalar que si bien existe la opción de que los padres se separen y dejen de ser pareja, ambos mantienen el continuo y permanente compromiso de ser padre (el varón) y madre (la mujer). Esto lo manifiesto con ahínco y con firmeza, ya que muchos hombres se desentienden de esa gran y difícil responsabilidad de ser buenos padres. Señalamos este hito porque efectivamente son las madres (sí, ellas), quienes conocen las verdaderas 185 necesidades y urgencias en sus acciones diarias, por eso decidieron organizarse en una asociación legalmente constituida con el fin de recibir el apoyo o estímulo en su eficiente servicio hacia su familia y por ende recomponer actitudes sociales que desarticulan los valores morales. Es conveniente entender que ellas no necesitan dádivas, sólo que se les dé el lugar y el espacio que efectivamente se merecen por las circunstancias que se les presentan. Mujeres con coraje, temple, arrojo, intrepidez, valor, audacia, bravura, esfuerzo, valentía, agallas, brío, empuje y mucha resolución en el camino que ellas mismas se forjan y, se demuestran así que son capaces de asumir retos mucho más grandes que otras personas. Es urgente y necesario que todos, de alguna u otra forma, nos juntemos en esa buena iniciativa de entender las acciones de beneficio en favor de ese hogar en el que falta el padre y donde con mucha creatividad la mujer tiene que desarrollar estrategias para encaminar la vida de sus hijos, incluso de muy corta edad, de mucha necesidad, afectiva y de otra índole. Deseamos todo el éxito a esta agrupación que estamos seguros desarrollará acciones para las madres solas de la región norte, ya que esta iniciativa se ha gestado en Trujillo y posteriormente se extenderá por el país con el fin de intercambiar experiencias y encontrar puntos de encuentro en beneficio de las familias y por ende de la sociedad, que tanto necesita salir de esta involución en la que se encuentra. Éxitos y felicidades por nuestra sociedad que necesita estar más sana y en la búsqueda del fortalecimiento familiar. Encontrando caminos distintos llegaremos a unirnos en beneficio de todos, aunque muchas veces sintamos estar solos, en un mundo tan inmenso y de grandes oportunidades como el que nos corresponde vivenciar. 186 Referencia Informativa Bibliografía AHLBORN, Bernardo. (2008)¿Padres Problema o Hijos Problema? Lima, Perú. Editorial San Marcos. AHLBORN, Bernardo. (1992). Se venden fantasías (Reflexiones psicológicas sobre la infancia). Lima, Perú. Impresión Diálogo S.A. 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Desarrolló sus prácticas pre profesionales o internado, de un año calendario, en el Centro Médico Naval "Cirujano Mayor Santiago Távara" (Hospital Central de la Marina Ministerio de Guerra del Perú), a fines de los años 80 del siglo pasado. Fue Jefe del Departamento de Servicio Estudiantiles y Proyección Social del Instituto Superior Tecnológico “Guadalupe”, de la ciudad de Guadalupe, docente del Instituto Superior Pedagógico "David Sánchez Infante" – San Pedro de Lloc, provincia de Pacasmayo, y de la Escuela Nacional de Policía - Filial Chiclayo, en Lambayeque. Fue funcionario de la Asociación Internacional Club de Leones por cinco años consecutivos como el más joven de aquella época, desarrollando actividades en conjunto con CEDRO – Lima, obteniendo reconocimientos nacionales e internacionales por la labor de servicio. 197 Al inicio de la década de los 90 se desempeña como Regidor de Educación, Cultura y Deporte en la Municipalidad de Guadalupe. Dentro de sus más importantes obras está la creación del primer canal de televisión en el valle Jequetepeque. Posteriormente se traslada a la ciudad de Trujillo afincado hasta la actualidad, dictando algunos cursos en el Instituto Superior Tecnológico del Norte, Universidad César Vallejo, Universidad Antenor Orrego, Universidad Privada del Norte, Universidad Nacional de Trujillo y otras importantes entidades académicas, prestando sus servicios profesionales como Psicólogo en diversas instituciones como el Colegio Seminario de San Carlos y San Marcelo, Centro de Estudios Preuniversitarios de la Universidad Antenor Orrego CEPREU, Colegio Militar "Gran Mariscal Ramón Castilla", Centro de Estudios Preuniversitario de la Universidad Nacional de Trujillo CEPUNT, y a la fecha brinda consulta privada en la Clínica Sánchez Ferrer, de Trujillo, desde el año 1994. Durante su acción profesional ha tenido la ocasión de capacitarse en eventos nacionales e internacionales, habiendo participado en el Congreso Regional de Psicología para Profesionales en América: "Entrelazando la Ciencia y la Práctica en la Psicología", en la Ciudad de México, y el IV Congreso Mundial de Psicoterapia "Psicoterapia: Un Puente entre Culturas", ciudad de Buenos Aires, Argentina; con cursos de post-grado en "Psicoterapia: Alter nativa en la Práctica" y "Neuropsicología del Aprendizaje" de la Universidad de la Habana – Cuba, así como de "Marketing Estratégico" de la Universidad Nacional de Trujillo, y “Tutoría y Orientación Educacional”, en la Universidad Privada Antenor Orrego. De igual forma se ha destacado por la organización de 198 eventos nacionales y extranjeros en las ciudades de Guadalupe y Trujillo. Fue el Primer Decano del Colegio de Psicólogos del Perú, Consejo Regional VII, en aquel entonces de La Libertad y Ancash, periodo 98-99, colaborador como columnista en diarios y revistas, e invitado como panelista en emisoras radiales y de televisión, en el ámbito local, regional y nacional. Ha sido Fundador, Director y Editor de varias publicaciones, tales como: “Aurora Juvenil”, “S.O.S.”, “Ahora”, “Sentir” y Boletín Turístico Regional, “Vitaminas para Fortalecer la Personalidad”, “Aquí Guadalupe”, y últimamente de la revista S.O.S. ALERTA PADRES, la que en el año 1997 fue seleccionada para el Concurso Internacional de Región del Hemisferio Occidental de la Federación Internacional de Planificación de la Familia y Certificado de Reconocimiento del Instituto Peruano de Paternidad Responsable, INPPARES-Lima. Actualmente se dedica exclusivamente a la consulta privada como Psicoterapeuta de Familia y Pareja, es miembro del cuerpo editorial de Terapias de Vanguardia y Alto Impacto (www.terapiasdevanguardia.com). Durante su vida en general ha desempeñado varias acciones de servicio de proyección social y últimamente a través de un Test Psicológico Gratuito en la web, desde el año 2002, en la página: www.mediclick.info/drvera. Contrajo matrimonio, hace más de dos décadas, con María Ysabel Canchucaja Rodríguez, con quien tiene tres hijos varones: Luís Alfonso, Manuel Alejandro y José Bernardo. 199 Apreciaciones y comentarios “Este libro tiene el mérito de condensar la experiencia de cerca de veinticinco años de Luis Alfonso Vera Cruzado en la práctica de la psicoterapia de pareja, de trasmitirnos su contribución a la comprensión de diversas vicisitudes, y de su motivación y compromiso en pro de la mejora de la relación. Comparto con él la relevancia del vínculo; no sólo con uno mismo, sino con el otro o la otra: la otredad. Estoy seguro que continuará su importante tarea”. Prof. Dr. Saúl Peña K. Presidente Honorario de la Sociedad Peruana de Psicoanálisis. Profesor Honorario de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. "Un libro maravillosamente escrito desde las profundidades del alma de un conocedor de las relaciones de pareja y familiares; con pasión y tesón nos lleva de la mano por los meandros más difíciles de las relaciones humanas, brindándonos salidas de entendimiento afectivo que inciden en una vida armónica y amorosa, garantes de Humanidad, en la extensión misma de la palabra". Dr. Luis Arocha Mariño. Miembro de la Sociedad Venezolana de Psiquiatría. Creador de NEUROCODEX. Fundador de la Unidad de Comunicación Humana y Terapia Familiar de la Facultad de Medicina de la Universidad Central de Venezuela. 203 "La relación de pareja puede ser una fuente de bienestar, salud y felicidad. Este libro puede ayudarlo a encontrar este objetivo". Dr. Luis Armando Oblitas Guadalupe. Psicólogo con Ph. D de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM, 1989). Catedrático de la Facultad de Medicina de la UNAM, y en el postgrado en psicología de la Universidad del Valle de México. Escritor y conferencista. “La sensatez de las palabras de Vera Cruzado -que no abunda en trabajos de este tipo-, confirma su experiencia y su saber en la propuesta ofrecida. Para los que trabajan en el tema, una lectura imprescindible que clarifica muchas confusiones reinantes en el campo de esta práctica”. Ricardo Alberto Córdoba Otaduy. Psicólogo miembro - International Afiliate -, de la APA (American Psychological Association), Washington, DC; USA. Director de los Cursos de Posgrado de Programación Neuro Linguística aplicada a la Psicoterapia y de Hipnosis. Secretaría de Graduados de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Córdoba – Argentina. "“Lo Terrenal del Paraíso” es un tratado de Amorología, la ciencia del amor. El hombre que ama, la pareja y el matrimonio constituido, pueden encontrar los pensamientos necesarios para orientarse en el espíritu del amor, porque debe ser evolucionado existencialmente". Dr. Jaime Motta Torre. Médico Psicoanalísta, clínico e investigador en Psicoanálisis Ontológico. Autor de "El Alma. Su Ciencia Almalogía" y de varios estudios en Ontología Humana. 204 “El autor vuelca su experiencia de cerca de veinticinco años en un texto que ofrece recomendaciones muy sencillas, prácticas y profundas a parejas que quizás han perdido la esperanza de que sus dificultades tengan solución, dándoles esa esperanza y la ayuda que necesitan. Aprovéchenlo.” P. Víctor Muller. SM. Director del Colegio San José Obrero Marianistas, Trujillo (1992 - 1997). Superior Regional Marianista, Perú (2002 - 2008) “En este libro, el autor conocedor de todas las necesidades actuales en cuanto a crecimiento personal, autoestima, nos entrega lo mejor de toda su experiencia como terapeuta, Luis Alfonso Vera Cruzado nos aporta una herramienta valiosísima para el crecimiento en Pareja y así poder generar una mejor sociedad planetaria. El Dr. Vera Cruzado tiene toda la experiencia de cerca de veinticinco años como experto en relaciones de pareja y familiares y en este libro nos la entrega en toda su profundidad d. Excelente”. Dra. Sybil Selene Delahoz Yañez. Médica especializada en Homeopatía, Acupuntura y Medicina Alternativa. Facilitadora de Vida / Life Coaching. International Life Comunita. Bogota, Colombia. “La esencia del pensamiento de Luis Alfonso en relación a la pareja humana es........tu y yo somos nosotros y juntos haremos del mundo algo mas hermoso incluyendo amor, intimidad, generosidad, lealtad, empatía, tolerancia, comunicación”. Dr. Felipe Iannacone Martinez. Doctor Honoris Causa U.I.G.V. Profesor Principal de Psicopatologia y Psicoterapia. Director de Gestaltperu. Fundador de la Asociación Peruana de Psicoterapia Gestáltica. 205 “Estimado Luis Alfonso”, Me gustó mucho leer tu libro y lo que escribo es sinceramente mi opinión a respecto, como persona y una de las partes de una pareja, y también como psicóloga clínica de familias y parejas”. “Lo Terrenal del Paraíso” describe la dinámica de la relación conyugal, enfocando principalmente la comunicación y los conflictos tan comunes, cuando se trata de convivir con las diferencias individuales de cada uno de los cónyuges. El abordaje sistémico utilizado en el análisis y en las técnicas terapéuticas, hace de éste libro una referencia inestimable, tanto para el profesional cuanto para el paciente. Es un libro que recomiendo a toda pareja”. Liliana Scheliga. Psicóloga Clínica con maestría en Counseling (St. Cloud State University, MN). Directora Clínica de Solutions, Latin America, Sao Paolo, Brasil. www.solutionsla.com.br “Hablar de Luis Alfonso Vera, de sus motivaciones y habilidades para día a día hagan renacer el entusiasmo y la energía para afrontar los retos y desafíos de la vida cotidiana, es ser concientes del significado que para este Profesional de calidad significa elaborar y cumplir un proyecto de vida expresando sus experiencias y continuar motivándose para haber llegado a la clase de profesional y amigo que es. Para él no existe nada imposible y difícil. Un triunfador a carta cabal.!!!! Felicidades!!!. Dra. Juanita García de Martial. Doctorada en la Universidad Sorbona de Paris: "Sciencias de l' eudation Psicoanaliticas y rechercha". Maestra de conferencia, trabajos dirigidos y capacitadora de los Proyectos Europeos a diferentes universidades. París, Francia. 206 Dedicatoria In Memoriam Agradecimiento Prólogo Presentación I Presentación II Capítulo I: Mirandonos al espejo Capítulo II: La pareja y el proyecto de vida Capítulo III : Las malas interpretaciones Capítulo IV: Los prejuicios Capítulo V: Acercándonos a entender el enamoramiento Capítulo VI: Auto evaluación Capítulo VII: El desencanto en la relación Capítulo VIII: Rompiendo o tirándose “platos” 5 7 9 13 15 17 19 27 33 39 45 51 57 63 Indice Capítulo IX: La meta comunicación Capítulo X: La sinceridad Capítulo XI: El rol de la psicoterapia Capítulo XII: Terapias de pareja en el “banquillo” Capítulo XIII: Intentando solucionar conflictos Capítulo XIV: Cambios de actitud frente a los conflictos Capítulo XV: Lo “loco” del amor: ingrediente motivador Capítulo XVI: La relación estable Capítulo XVII: Fortaleciendo la relación Capítulo XVIII: Perspectivas del conflicto Capítulo XIX: ¿La felicidad? Capítulo XX: El mito de la convivencia Capítulo XXI: Puntos de encuentro 69 75 81 87 93 99 105 111 117 123 129 135 141 Capítulo XXII: Estrategias para mejorar la comunicación Capítulo XXIII: El compromiso de la pareja y la repercusión familiar Capítulo XXIV: Pareja y familia Capítulo XXV: Desarrollo familiar y los problemas en pareja Capítulo XXVI: Las parejas “disparejas” Capítulo XXVII: Las relaciones de parejas y los factores culturales Capítulo XXVIII: Homenaje: Madres Coraje Bibliografía Publicaciones en la Web Reseña del autor Apreciaciones y comentarios 147 153 159 165 171 177 183 187 193 197 201 LO TERRENAL DEL PARAÍSO Se terminó de imprimir en setiembre del 2009 en los talleres gráficos de Jr. Independencia 953 Telefax (044) 253324 E-mail: [email protected] Trujillo - Perú