interior LIBRO LO TERRENAL DEL PARAISO

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LO TERRENAL
DEL PARAÍSO
Reflexiones y sugerencias
para mejorar
la relación de Pareja
Luis Alfonso Vera Cruzado
Calle Las Chiras 255 - Casa 104
Urb. California - Víctor Larco
+51-44-282548
Trujillo - Perú
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Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú
Nº - 2009-11342
Corrección: Gaudencia Bustamante Bautista
Edición y corrección de estilo: Luz María Pérez Cisneros
Fotografía del autor: María Ysabel Canchucaja Rodríguez
Diseño y Diagramación: Gráfica Real
Primera Edición 400 ejemplares
Setiembre del 2009
Impreso en: Imprenta Editora Gráfica Real S.A.C.
Independencia 953 - (44) 253324
Trujillo - Perú
Queda autorizada la reproducción total o parcial
de este libro, siempre que se cite la fuente.
A Marisabel, complemento de
armonía en nuestro hogar.
Dedicatoria
Manuel Vera de la Benita
(bisabuelo), Alejandro Vera
Moncada y Amalia Balarezo
Becerra (abuelos paternos), así
como a Margarita Mejía Cortez
de Cruzado (abuela materna) y a
mis siempre recordados padres:
Alfonso y Margarita (Blanca).
In Memoriam
A Dios, la Virgen de Guadalupe (Norte del
Perú – La Libertad), a mi esposa María
Ysabel Canchucaja Rodríguez, a mis hijos Luis
Alfonso, Manuel Alejandro, José Bernardo, a
mis familiares muy cercanos y también a cada
uno de mis pacientes que me consultan y que me
sugieren la publicación de este libro; finalmente
con singular aprecio a los amigos y amigas que,
cada momento, me manifiestan actitudes de
afecto, como aquellos hermanos que nunca tuve.
Agradecimiento
Se acercaron a él algunos fariseos y, para ponerlo a prueba, le
dijeron: "¿Es lícito al hombre divorciarse de su mujer por
cualquier motivo?". El respondió: "¿No han leído ustedes
que el Creador, desde el principio, los hizo varón y mujer; y
que dijo: Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre
para unirse a su mujer, y los dos no serán sino una sola
carne? De manera que ya no son dos, sino una sola carne.
Que el hombre no separe lo que Dios ha unido". Le
replicaron: "Entonces, ¿por qué Moisés prescribió entregar
una declaración de divorcio cuando uno se separa?". Él les
dijo: "Moisés les permitió divorciarse de su mujer, debido a
la dureza del corazón de ustedes, pero al principio no era así.
Por lo tanto, yo les digo: El que se divorcia de su mujer, a no
ser en caso de unión ilegal, y se casa con otra, comete
adulterio". Los discípulos le dijeron: "Si ésta es la situación
del hombre con respecto a su mujer, no conviene casarse".
Y él les respondió: "No todos entienden este lenguaje, sino
sólo aquellos a quienes se les ha concedido. En efecto,
algunos no se casan, porque nacieron impotentes del seno
de su madre; otros, porque fueron castrados por los
hombres; y hay otros que decidieron no casarse a causa del
Reino de los Cielos. ¡El que pueda entender, que entienda!".
(Mateo 19,3-12.)
Prólogo
La familia es la célula social por excelencia, la
primera y más eficaz formadora de los seres humanos.
En la familia nacen las expectativas del individuo, su
moral, su forma de sentir, su personalidad. En ella está la
clave para la autoestima del individuo. Es en el propio hogar
donde mejor se aprende el amor al trabajo, a la sinceridad, a
la justicia, al interés por todo lo bello y noble, a la
abnegación y al sacrificio cuando es necesario.
A la familia todos debemos aportar lo mejor: la
alegría, la ilusión de vivir, el amor y la fraternidad, el
equilibrio y la espiritualidad. Porque la llave es siempre la
familia; incluso si uno ha fallado en todo lo demás a los ojos
del mundo, si se tiene una familia que ha aprendido a vivir
con amor, uno es un triunfador.
En el libro “LO TERRENAL DEL PARAÍSO”, su
autor pone énfasis en la relación de pareja como punto de
partida para una reflexión sobre la felicidad y la realización
del individuo. El Matrimonio es el estado ideal del hombre y
la mujer, es una de las principales respuestas a la necesidad
universal de las personas de sentirse necesarias para alguien.
El hombre común que es feliz en su matrimonio lo es
mucho más que el genio que vive en soledad.
El trabajo que ahora publica mi dilecto amigo y
paisano, el Psicólogo Luis Alfonso Vera Cruzado,
constituye un valioso aporte de reflexión y sugerencias para
mejorar la relación de pareja. En él se descubre una gran
riqueza muy en sintonía con los desafíos del mundo actual.
La propuesta de diversos elementos para la vida de pareja
que se propone en el libro, tiene un gran valor y merece ser
profundizada, teniendo en cuenta los desafíos que el mundo
actual nos propone.
Debo decir finalmente que acepté con cordial
agrado prologar este libro porque he seguido muy de cerca
el desarrollo profesional y familiar de Luis Alfonso. Desde
mi responsabilidad como sacerdote y guadalupano, he sido
testigo calificado de su gran amor a Guadalupe, a su querida
familia, a su trabajo y de su fidelidad a sus convicciones.
Hago votos para que el Señor siga bendiciendo su trabajo
para gloria de Guadalupe e invoco sobre Luis Alfonso y su
querida familia la bendición de nuestra madre y protectora,
la Santísima Virgen de Guadalupe.
Rev. P. Jaime Norberto Cruz Mendoza
Notario del Tribunal Eclesiástico Regional de la Arquidiócesis
Metropolitana de Trujillo. (2001).
Canciller de la Arquidiócesis Metropolitana. (2002).
Capellán del Monasterio del Carmen y San José de Trujillo. (2003).
Formador del Seminario Mayor “San Carlos y San Marcelo” de
Trujillo. (2003).
Secretario Personal del Arzobispo Metropolitano de Trujillo.
(2004).
Vice-Rector del Seminario Mayor “San Carlos y San Marcelo” de
Trujillo. (2004).
Administrador Parroquial de la Parroquia Santa Rosa de Buenos
Aires. (2005 – 2008)
Director del Colegio Seminario de San Carlos y San Marcelo. (2005
– 2009).
Administrador Parroquial de la Parroquia María Auxiliadora de la
Urb. El Recreo (2007 – 2009).
Presentación
I
“En un principio creó Dios el cielo y la tierra…que exista
una luz, fue el primer día…las aguas se juntarán, segundo día…en el
suelo crezca toda clase de plantas, fue el tercer día…cuarto
día…quinto día…sexto día…el sétimo día Dios descansó”.
¿Alguna vez se ha puesto a pensar en qué hubiese pasado si en
ese sétimo día Dios no descansaba? Quizá tendríamos ocho
días en la semana, no habrían doce meses o de repente la
recreación de un día domingo, caracterizado como familiar,
simplemente no existiría. Esto nos pone a pensar y
reflexionar sobre la gran magnitud y trascendencia que
pueden generar cosas minúsculas y particulares.Por eso
mismo, ¿qué hubiera pasado si en ese sétimo día Dios daba
origen a la vida por medio de Adán y Eva? ¿cree usted que
no se hubiera cometido aquel grave error de comer la
manzana? Quién sabe, sólo Él, Dios. Como ésta, son las
situaciones que a diario se nos presentan en una familia
normal y sobretodo dentro de una relación de pareja: se
exponen diversas oportunidades, tanto buenas como malas,
extrañas o comunes y así como satisfactorias o frustrantes.
En el caso último, nos encontramos con aquella
frase común: “Qué hubiera pasado si…”. Este mundo actual
que nos pertenece se encuentra lleno de riesgos y no da
tiempo ni espacio a pestañear, pues en el caso de hacerlo,
difíciles y duras podrían ser las consecuencias. Por eso
mismo debemos encontrarnos siempre informados y
preparados para enfrentar de todo; y por sobre ello, algo
esencial en la vida: tu familia.
La familia empieza con tu vida como hijo, pero
luego el grado de dificultad aumenta y tener un buen control
es más necesario en tu vida como pareja. Es una realidad
absolutamente importante y para ello tienes diversas formas
de conllevarla del mejor modo para llegar a un codiciado
paraíso dentro de este mundo.
Por esa razón este libro está hecho para todos los
Adán y Eva contemporáneos, para que logren llegar al
ansiado destino, tal como lleva por nombre este asombroso
libro, el cual te funcionará como guía, y te ayudará a
encontrar respuestas a diferentes circunstancias y estar
preparado para que posteriormente no pienses con aquella
frasecita previamente mencionada, y tus actos puedan ser
satisfactoriamente productivos, bien recompensados en tu
vida de pareja y el fruto, tus hijos, alcancen el éxito que a la
vez será tuyo.
Comparto contigo los mejores deseos. Acabas de
embarcarte en un viaje que ya empieza: ponte cómodo,
escoge la mejor ubicación y abróchate el cinturón de
seguridad pues la siguiente bajada es…El Paraíso Terrenal.
Manuel Alejandro Vera Canchucaja
II
Cerca de veinticinco años en el mundo de la
psicoterapia hacia la familia, y en especial de pareja, me
invitan a escribir una serie de reflexiones y sugerencias para
mejorar la relación de pareja. Intentaremos aproximarnos y
dar algunos alcances sobre posibles soluciones a situaciones
que generalmente se presentan en la ruta del “amor”.
Somos concientes de que el amor es un incentivo
poderoso para que las parejas se apoyen y coadyuven, se
hagan felices el uno al otro y pretendan tener una familia, sin
embargo no constituye en sí mismo la esencia de la relación,
pues no provee las cualidades y aptitudes personales que
son decisivas para sustentarla y hacerla crecer. Frente a ello
hay cualidades especiales como compromiso, sensibilidad,
generosidad, consideración, lealtad, responsabilidad,
confiabilidad, que son determinantes para una relación
estable y duradera.
Los cónyuges deben cooperar, transigir y proceder
con decisiones solidarias. Deben saber adaptarse, reconocer
errores y perdonar. Tienen que ser tolerantes con los
defectos, errores y rasgos particulares del otro. Si se cultivan
esas virtudes durante diversos períodos, el matrimonio
evoluciona y se fortalece.
Las parejas suelen tener capacidad para tratar con
gente que está fuera de su relación, pero pocas personas
contraen una relación íntima con la comprensión básica, o
la técnica necesaria, que la haga florecer. A menudo carecen
de la habilidad que les permita tomar decisiones conjuntas o
descifrar los mensajes del cónyuge.
Existe un ejemplo típico que bien lo grafica el
psicoterapeuta norteamericano Aaron T. Beck: “Cuando un
grifo, o llave para agua, en la casa empieza a gotear, tienen las
herramientas para detener la pérdida, pero cuando el amor empieza a
drenar, no se les ocurre cómo detener su flujo”.
Hay que ser claros que un matrimonio o una pareja
que convive difieren de otras relaciones. La intensidad de la
interacción alimenta muchas expectativas largo tiempo
latentes, de amor, lealtad y apoyo incondicionales. Y las
parejas se comprometen, en los votos del matrimonio, o en
forma indirecta, mediante sus actos, a satisfacer esas
necesidades. El comportamiento del otro, está dotado de
significados que derivan de esos deseos e intereses
afectivos.
Cuando ocurren los conflictos, a menudo por una
mala comunicación, los cónyuges parecen estar más
dispuestos a acusarse mutuamente que a pensar en el
conflicto como en un problema que puede solucionarse. A
medida que surgen las dificultades y proliferan las
hostilidades y los malentendidos, los esposos pierden de
vista aquellos aspectos positivos que su pareja les aporta y
representa, es decir, alguien que los apoya, que realza sus
experiencias, que comparte la construcción de una familia.
En última instancia, llegan a dudar de la propia relación y
pierden así la oportunidad de desenredar los nudos que
deforman el mutuo entendimiento.
A partir de lo descrito nos acercaremos a reflexionar
en cada capítulo, intentando analizar cada una de las
situaciones comunes que se presentan en muchas relaciones
de pareja.
Luís Alfonso Vera Cruzado
Capítulo I
Mirándonos
al espejo
Somos conscientes que una pareja es cosa de dos, sin
embargo, también individualmente se pueden cambiar
algunas actitudes que obedecen a usted. Y si está dispuesto a
no quedarse de “brazos cruzados”, esperando a que la vida,
el tiempo, “la suerte” o los demás le resuelvan la existencia,
es necesario que entre en acción.
La dedicación y “falta de tiempo” por el trabajo, los
hijos, la casa, las discusiones, etc., es lo objetivo. Su actitud
hacia esas circunstancias y todo lo que piensa y siente, es lo
subjetivo, y es necesario intervenir en ambos niveles desde
ahora mismo.
Es bueno estar bien consigo mismo para no
justificar lo injustificable. Si no, sucederá que nuestro
comportamiento se centrará en intentar que el otro se
ponga en nuestro lugar y nos dé la razón.
Que nos den la razón cuando nosotros no nos
ponemos en el lugar de las otras personas es difícil, porque
el otro siente lo mismo que usted, quiere que le comprendan
y le den la razón, ¡alguno tiene que empezar! ¿Por qué no
reconocer que los dos tenemos la razón?
Por ejemplo cuando tenga que dar su opinión, primero
escúchele atentamente y luego le dice:
1. “Entiendo que...” (Así demuestra que ha comprendido su
idea, muestra empatía y, si es posible los puntos de acuerdo
con su postura).
2. “También es cierto que...” (Procure no usar un PERO...
porque parece que lo anterior no vale; en muchos casos el
21
“pero” puede ser sustituido por “sin embargo”. Dé su
opinión, o argumente con hechos, otro punto de vista
distinto al escuchado. Si va a dar su opinión subjetiva, utilice
mensajes “YO”, hable por usted, y no se meta en
descalificaciones hacia los demás).
3. “Por lo tanto sugiero”... o “¿qué podríamos hacer?...” (Proponer
un cambio que satisfaga a ambas partes, es también
saludable).
Recuerde que son tres pasos y en ese orden, y que se
tiene que empezar por demostrarle que se pone en su lugar y
que respeta su punto de vista con un entiendo, antes de dar
su opinión o de pedir algo. Trate de abrir el diálogo y la
negociación en lugar de cerrarlo con ataques personales,
exigencias, malos modos, gestos de impaciencia, etc.
Evite decir cosas como: “Sabes que no soporto a
fulanita, y tu hermano me parece un... Creía que a ti
tampoco te gustaba..., la verdad es que no te entiendo...” (es
decir, sin proponérselo, termina metiéndose con la persona
que es de su agrado o con él mismo, o poniendo obstáculos
para permitir ese encuentro).
La actitud de cariño y afecto en forma habitual es
básica, incluso utilizando muchos “te quiero” y el contacto
físico (besos, abrazos, sonrisas). No regañe. Utilice una
forma positiva de expresión, hablando de lo que desea y no
de lo que quiere evitar. Incluso a veces es bueno antes de
hacer una crítica comenzar por un halago, y si puede
terminar con otro mejor. Evite ser tan perfeccionista y deje
de criticar a su pareja. Es sólo un ser humano tan imperfecto
como usted.
No esté corrigiéndola continuamente por cosas
nimias. Así mismo hay que dejar de competir. Los dos están
en el mismo equipo. ¿Por qué tiene que demostrarle que es
más listo, más intuitivo, más rápido, el que sufre más, qué
pone más de su parte, etc.?
22
Recuerde que la gente “perfecta” es repelente. Si
usted fuera un santo estaría en los altares y no en su casa.
Perdónese, sea tan bueno consigo mismo como usted lo es
con quien más quiere. Piense cómo podría haberlo hecho
mejor y qué ha aprendido de esta situación. Pague una sola
vez por sus errores. No se regañe, martirizarse no le hace
mejor persona, no soluciona el problema ni es un consuelo
para el ser al que hemos afectado. Es sencillamente un
sufrimiento inútil. No reprocharse tanto por los errores del
pasado, “una vez realizado el acto, ya no hay ensayo que
valga”.
Existe una estrategia para estas situaciones, puede
decir: “¡qué mal ha sonado eso que he dicho!” Y empieza de
nuevo. También puede ser: “creo que no voy bien, empiezo
de nuevo”, e imaginariamente pasa “la cinta” hacia atrás. El
sentido del humor es muy importante para “quitarle hierro
al asunto” o “bajar los ánimos”, y liberar tensiones.
María del Carmen Camacho Gil, licenciada en
Psicología, técnica en Marketing y Comunicación por la
Universidad Autónoma de Madrid, España; orientadora
laboral, sugiere a las mujeres que tienen pareja: “Cuídate
mucho, date caprichos. Refuerza tu autoestima, haz cosas (dentro
de tus posibilidades) que te permitan sentirte mejor contigo misma y que
no tengan que ver con él. Puede ser tan sencillo como hacer una nueva
receta de cocina, ir a la peluquería, apuntarte a un curso, conversar
amigablemente con alguien desconocido, cuidar tu dieta, hacer ejercicio,
etc. Se trata de aprender alguna habilidad nueva, ponernos pequeñas
metas o simplemente disfrutar de cosas sencillas....”.
Si la confianza en sí mismo es fundamental, lo es
también su pareja. Si hay algo que no entiende, simplemente
pregunte por qué, sin ponerse a la defensiva, eso evitará
muchas discusiones y “meteduras de pata” por ser
malpensado. Las personas solemos tener un motivo más o
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menos razonable para hacer lo que hacemos. Escuche lo
que tiene que decir su pareja.
Es importante estar bien consigo mismo, serenarse,
despojarse de los sentimientos de culpa, ser capaz de
recuperar su independencia emocional y perder el miedo a
estar solo consigo mismo. Vale decir pasar progresivamente
del miedo a la confianza. No “voy a hacer esto o aquello para
que no se enfade”, sino porque “verle feliz me compensa y
me hace feliz a mí también”.
También hay que tener en cuenta que si con facilidad
usted se altera es necesario que controle su impulsividad.
¿Cómo? Por ejemplo: desaparecer por un rato de la escena o
el lugar, ir a otro ambiente de la casa, a otra habitación, si es
posible a la calle con cualquier excusa, deje que su adrenalina
vuelva a los niveles normales y elija lo que quiera hacer para
después actuar.
Respire profundamente y destense sus músculos,
piense en amor, en abundancia, en que todo tiene una salida,
en el fin positivo de las cosas (de todo se aprende, hay cosas
que llevan su tiempo). Se trata de encontrarse a sí mismo y
conectar con sus deseos, y no se permita reaccionar a lo loco
y/o a la defensiva, alejándose del fin último y bueno de sus
deseos (ser felices, amarnos, ayudarnos, entendernos,
resolver dificultades, permanecer unidos, etc.)
Disculparse es valioso, sin embargo no la pase
pidiendo perdón o convencerá al otro de que lo que ha
hecho es terrible. Un “no siempre conseguimos estar a la
altura de las circunstancias, he cometido un error, lo siento”,
o “aunque mi intención era buena, no lo he sabido hacer, lo
lamento”, es suficiente.
Evite decir cosas como: “soy un desastre, no hago
más que amargarte la vida, nunca aprenderé, no sé como me
aguantas, etc.”, no le beneficia a usted y menos es un
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consuelo para los demás.
A veces mostramos un sesgo perceptivo importante
al valorar lo que nos sucede. Es como si nos pusiéramos
unos anteojos con cristales de un color y a partir de ahí toda
nuestra realidad se torna de ese mismo color.
No es cierto que todo vaya de mal en peor. Piense en
aquello que sí funciona y recuérdeselo para que su pareja
también lo vea y se sienta menos frustrada y más animada
para resolver las diferencias.
Si es una cuestión de tomar decisiones, tómelas y
actúe en consecuencia. En algunos casos, nosotros damos
permiso a las personas para que nos hagan daño, reviviendo
malos recuerdos, que nos golpean una y otra vez, volviendo
a lo de siempre. ¡Basta ya!
No le dedique toda tu energía ni todo su tiempo a
darle vueltas al asunto. Recuerde el primer consejo: si no
está bien, nada lo estará. Es bueno reflexionar sobre
nuestras decisiones, tenga presente que: “todo en extremo
es dañino”.
Pensamos con más claridad cuando tomamos
distancia de nuestros problemas. Tomamos distancia
cuando diversificamos nuestra atención, nos olvidamos por
un rato del asunto y podemos volver a ello viéndolo desde
otro punto de vista, con otro ánimo, con otras experiencias.
El aceptarse tal como se es y actuar en concordancia
con lo que se piensa, analizar con objetividad el entorno y
tomar de él lo que nos conviene, no dejarse manipular por
nada ni por nadie, es ser íntegro y auténtico.
Gabriel García Márquez comentó alguna vez: "He
aprendido que un hombre sólo tiene derecho a mirar a otro hacia abajo,
cuando ha de ayudarle a levantarse…”
Por último, Paloma Gascón Vera, quien es
psicoterapeuta y licenciada en Psicología por la Universidad
Complutense de Madrid y ha trabajado como profesora
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visitante en diversas universidades norteamericanas y
latinoamericanas, refuerza: “Quizás os parezca raro pero el
primer paso está en comprender lo que sucede en vuestra relación y la
única manera de conseguirlo es mirando dentro de vosotros mismos. Si
tenéis el valor de permanecer solos con vosotros mismos, os daréis cuenta
que cada día seréis más fuertes para abordar vuestros problemas, de
esta forma os sentiréis libres y capaces de pasar a la acción.
Una vez superado el miedo a la soledad, abandonad todo
resentimiento hacia el otro, porque seréis independientes. Apenas lo
hagáis, os daréis cuenta que la infelicidad y la insatisfacción que
sentíais desaparecen.
Probad y experimentad el perdón, intentad dar más bien que
esperar a recibir, tened paciencia y sed constantes, y os sorprenderéis
transformados. ¡Mejoraréis!”
26
Capítulo II
pareja y
el proyecto
de vida
La
Cuando una persona se quiere a sí misma y aprecia su
valor, tiene una adecuada y estable autoestima y así también
buenos límites: es capaz de manifestar lo que le gusta y decir
NO a aquello que considera que va en contra de su parecer o
bienestar.
De muchas formas esta proposición es la clave para
tener una sana relación de pareja; también lo es evitar ser
complaciente y hacer respetar sus derechos, respetando los
del otro. “El verdadero amor es la capacidad de relacionarse
adecuadamente sin perder la autonomía”, nos comenta la
psicóloga y terapeuta de pareja, Nelly Rojas de González
–quien fue fundadora y dirigió el Postgrado de Terapia
dePareja en la Universidad de los Andes, Bogotá, Colombia
– autora de los libros: “Ser amigos para ser amantes'” y “El
amor se construye”.
La autoestima y los límites (es necesario nunca
sobrepasarlos ni quedarse corto en ellos, a esto se llama
asertividad) se adquieren, al menos en parte, por la
influencia de la familia de origen.
A través de ello, la persona hace un reconocimiento
de “¿quién soy?, ¿de dónde provengo? y ¿qué cosas han
influido en mi vida?”, también entiende su manera de
relacionarse con los demás y descubre los patrones de
comunicación que ha recibido respecto al afecto, sexo,
diálogo y manejo del dinero.
29
Por eso, es importante ese pasado: no con el objeto
de censurarlo, especialmente a sus padres, sino de encontrar
qué elementos de los aprendidos en la crianza afectan, para
bien o mal, el vínculo con la pareja. Por ejemplo: si la
relación con alguno de los padres no fue buena, es posible
que la persona, cuando crezca, desconfíe de los vínculos. De
igual forma, si se es hijo(a) de madre o padre alcohólico, esta
disfunción puede trasladarse a la relación matrimonial,
repitiendo el mismo modelo al elegir como pareja a alguien
alcohólico(a) o detestando a alguien sólo porque consume
licor.
Es muy importante relacionar la conciencia y la
madurez, es más, desarrollar la capacidad de reconocer las
dificultades del pasado y la intención de dejarlas atrás para
ser diferente e ir mejorando.
Un adecuado ambiente familiar se asocia a la
construcción del amor que se hace desde el momento en
que la persona decide convivir con alguien y cuenta con
elementos importantes como el respeto, el cariño, la
ternura, la confianza y el trabajo en equipo.
Para ello es fundamental la buena comunicación, de
este modo hay que validar las diferencias de pensamiento y
los sentimientos. Cuando esto no existe, aparecen o gestan
ironías, descalificaciones, bajas valoraciones, agresiones de
todo tipo, silencio castigador, dobles mensajes (una cosa se
dice y otra se hace), manipulaciones. Vivir con los
problemas del pasado afecta seriamente la relación.
Un punto importante es tener en cuenta que un hijo
se planea y desea con amor, no por conveniencia, y menos
para salvar una relación. Un hijo es la continuidad del
proyecto de vida en pareja y una nueva familia no se
improvisa sino que se planea, construye y cultiva. Debe ser
una decisión consciente, no para darle gusto a la pareja.
30
Hay que estar preparados para establecer una buena
familia y conocer qué implica la llegada de una tercera
persona al seno del hogar. En algunos países, llamados
desarrollados, uno de los primeros motivos de separación
es el nacimiento del primer hijo. Si la relación de pareja no
está fortalecida, si no se ha hecho nada por construir el
amor, si se desconoce que un bebé demanda atención
permanente y que ambos deben turnarse para su cuidado, el
vínculo corre el riesgo de romperse. Algunos estudios
indican que, en general, a los hombres les gustaría formar
un hogar como parte de su proyecto de vida, mientras que
muchas mujeres piensan que su proyecto es el hombre.
La familia no es una escuela de martirio. A la familia
se llega porque produce –o se espera que produzca–
grandes satisfacciones. Tampoco se encamina por una
especie de determinismo biológico, es decir, no sirve la idea
de que el sexo es la trampa que pone la naturaleza para llegar
a la familia. El asunto está en que ahora tenemos la
posibilidad de fundar unas familias mucho más pensadas,
montadas sobre una estructura afectiva mucho más
profunda, duradera, rica y que, además, esté en
reciprocidad.
Hoy en día, ¿cómo conseguimos esa pareja ideal y la
familia perfecta? A esta pregunta se anima a responder el
Dr. José Antonio Marina, filósofo y ensayista español,
catedrático, disertante y también floricultor, quien en su
labor investigadora se ha centrado en el estudio de la
inteligencia y el pensamiento divergente. En su obra
“Aprender a Vivir”, nos argumenta: “Ante todo, no debemos
trivializar las cosas y pensar como aquel congresista norteamericano
para quien el problema entre los árabes y los judíos se terminaría
cuando todos se comportaran como buenos cristianos. Es decir, no se
arregla la familia con decir a los padres que se quieran mucho, que sean
31
muy buenas personas. Así es como no funcionan las cosas”.
En una relación se debe ceder, tener expectativas
reales, confiar en el otro, comunicarse, expresar afecto,
desarrollar mucho la tolerancia y manejar asertivamente las
emociones y acciones.
32
Capítulo III
Las
malas
interpretaciones
Si pudiéramos evaluar todos los hechos en una
situación determinada antes de llegar a una conclusión, sería
menos probable que cometiéramos errores en interpretar
los actos de las personas. Sin embargo, rara vez tenemos el
tiempo necesario para efectuar deducciones lógicas sin estar
contaminados por las malas interpretaciones.
Las señales son en realidad porciones de datos —
una cadena de palabras, un gesto — que traducimos en una
información utilizable. Desarrollamos nuestro sistema de
códigos interpersonal al principio de nuestra vida. Éste nos
brinda los significados de las observaciones, como el tono
de la voz de una persona, su expresión facial o sus gestos.
Por el contexto y otras observaciones, entretejemos
los significados para llegar a una conclusión. Ya que nos
sentimos más seguros cuando creemos conocer los móviles
y los sentimientos de las otras personas respecto a nosotros,
confiamos en las conclusiones a las que podemos llegar más
de lo que los hechos justifican.
La mayor ventaja de ese sistema de códigos es que
proporciona explicaciones inmediatas. Su desventaja
consiste en que pueda estar equivocado: podemos leer
incorrectamente “rechazo”, cuando nuestro compañero
está distraído; podemos suponer por error que hay enojo,
cuando nuestro cónyuge está tenso o ansioso; y lo más
importante es que podemos atribuir, por error, mala
voluntad a nuestra pareja si ésta olvidó simplemente
cumplir una promesa.
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A veces, el malentendido se basa sólo en una
comunicación imperfecta. En otras oportunidades, el
malentendido surge, y quizás en forma más grave, porque
las palabras o actos de un cónyuge contienen
inconscientemente, una amenaza para el otro.
Las señales constituyen una clase de signos que se
emplean en la comunicación. Las emociones y los
sentimientos, por ejemplo, nunca se comunican en forma
directa, sino a través de medios como la palabra, el tono de
voz, la expresión del rostro y las acciones.
Puesto que las señales y símbolos no son cosas
reales, tienen que ser traducidos. A veces, el sistema de
códigos es deficiente y el cónyuge no lee la señal: el marido
no reconoce quizá que el retraimiento de su mujer es un
pedido de ayuda; la mujer quizá no identifique el entusiasmo
simulado de su marido como la máscara de una profunda
decepción.
Algunas personas están más predispuestas que otras
a asignar significados simbólicos a ciertas situaciones
específicas. Es más probable que los hombres, por ejemplo,
consideren una conversación sólo como un medio para
transmitir hechos, mientras que las mujeres la encaren como
un fin en sí mismo, como un símbolo de interés y amistad
(sugerimos leer: “Los hombres son de Marte, las mujeres
son de Venus” de John Gray). A causa de esas diferencias en
el significado simbólico de una comunicación, debidas al
sexo, pueden surgir malentendidos entre los integrantes de
una pareja.
En las relaciones estrechas somos menos flexibles
en el uso de nuestro sistema de códigos que en situaciones
impersonales. En realidad, cuanto más intensa sea la
relación, tanto mayor es el malentendido. El matrimonio,
más que cualquier otro vínculo íntimo, presenta
36
oportunidades constantes para que se produzca una mala
lectura de las señales.
Así que piense y analice bien el afecto de su pareja,
antes de interpretar cualquier hecho de su vida cotidiana y
así evitar malos entendidos.
37
Capítulo IV
Los
prejuicios
Ciertos malentendidos que asedian a los
matrimonios tienen sus orígenes en el modo estricto de
pensar que sirve de base a toda clase de prejuicios. Las
expectativas, observaciones y conclusiones preconcebidas
que forman un prejuicio, reflejan una estructura mental
conocida técnicamente como “tendencia cognitiva
negativa”. Cuando, por ejemplo, un hombre enmarca a su
mujer dentro de esa tendencia, interpretará casi todo lo que
ella dice de un modo negativo.
El prejuicio puede distorsionar no sólo nuestras
interpretaciones de los demás, sino también de nosotros
mismos. Existe una forma de prejuicio en aquellos cuya
autoestima es pobre: en ese caso, el objeto del prejuicio son
ellos mismos más que los otros. Esas personas están muy
preocupadas por lo que significan sus interacciones con los
demás, en especial por lo que éstos puedan pensar de ellas.
Sin embargo como su autoestima es baja, tienden a
aplicar sus preconceptos y formarse interpretaciones
negativas injustificadas de las opiniones que los demás
tienen de ellas.
Las conjeturas básicas de aquellas personas podrían
enunciarse de la siguiente manera: “Si alguien no me ama
ahora, nunca me querrá”; “Si esa persona no me quiere,
luego no soy merecedora(o) de ser querida(o)”; y “Si no soy
digna(o) de ser querida(o), siempre estaré sola(o) y seré
desdichada(o)”. Sus suposiciones las predisponen a
interpretar algunas conductas como señal de rechazo que
concluirá con la relación.
41
Por otra parte, una persona ansiosa, ve peligrar su
relación en situaciones intrascendentes. Un marido ansioso
cuya mujer se demora en llegar a una cita, piensa: “la
asaltaron”, “me dejó plantado”, “ya no me quiere”, etc.
Esas personas difieren de las “normales” en que
atribuyen mucha mayor importancia a sus conclusiones y se
aferran a ellas fuertemente. Están mucho más predispuestas
a reconocer esquemas que concuerden con sus propios
preconceptos y a ignorar la información que no concuerde
con esos esquemas.
Aunque parezca paradójico, per manecen
estancados en su modo de pensar aun cuando éste les
produzca un gran dolor. Esa “rigidez cognitiva” se acentúa
en muchas personas cuando se encuentran bajo estrés.
Las parejas disfuncionales reaccionan entre sí como
si tuvieran ellas mismas un trastorno psíquico. En sus
pensamientos acerca del cónyuge aparece la suspicacia,
como la que se observa en la gente afectada de ansiedad o
depresión. Según ellos, sus creencias son reales,
aparentemente sus mentes están abiertas, pero en realidad,
tienen la mente cerrada y una visión obstruida en lo que al
compañero se refiere.
Los cónyuges hostiles, por ejemplo, no se dan
cuenta de que su visión del compañero puede estar
distorsionada por el estado de ánimo y las ideas que los
dominan. Cuando alguien trata de corregir esas distorsiones
—en particular el cónyuge— puede chocar con un muro de
discordia. A una persona enojada no le gusta que la
contradigan en su visión de la realidad y considerará que el
otro no sólo está equivocado, sino que intenta manejarla y
aun engañarla.
42
Cuando los cónyuges hostiles intentan adivinar un
estado invisible, como por ejemplo las emociones, los
pensamientos y las motivaciones del compañero, están tan
convencidos de sus conclusiones como si pudieran ver
directamente en la mente de su pareja. Las creencias, para
ellos, no son una mera conclusión, sino la realidad.
Por otra parte, durante la efervescencia del noviazgo
y de los primeros años de la vida conyugal, las parejas
muestran una predisposición positiva. Casi todo lo que dice
o hace el cónyuge se interpreta bajo una luz positiva. Ni él ni
ella pueden hacer algo malo. Sin embargo si ocurren
dificultades en el matrimonio, los reiterados desengaños,
discusiones y frustraciones llevan a un cambio en la actitud
mental. Alterados, los cónyuges pasan de una
predisposición positiva a una negativa. Entonces lo que
hace cualquiera de los dos se interpreta en un aspecto
negativo. Ni él ni ella hacen nada bien.
El poder del pensamiento negativo se demuestra en
nuestras observaciones ocasionales. Cuántas veces hemos
oído a un cónyuge quejarse: “Pasamos un día maravilloso
juntos y luego sucede una pequeña tontería y ¡se viene abajo
todo!” En una serie de estudios de investigación se muestra
el poder de lo negativo, lo valioso e importante que es
(sugerimos leer: “La Actitud Mental Positiva” de Napoleón
Hill y “El Secreto” de Rhonda Byrne). Lo que más distingue
a los matrimonios disfuncionales de los satisfactorios no es
tanto la ausencia de experiencias agradables, sino la gran
cantidad de experiencias desagradables o las que se
interpretan como tales. Las mejoras que experimentan las
parejas al ser orientadas terapéuticamente vienen
acompañadas más por una reducción de encuentros
desagradables que por un aumento de los sucesos
agradables. La felicidad parece venir en forma más natural
43
cuando las experiencias e interpretaciones negativas
disminuyen.
Luego, las parejas pueden reconocer sus
interpretaciones y a su vez las recíprocas opiniones e
inmediatamente corregirlas conforme a lo experimentado,
antes de dar lugar a que los pensamientos negativos
estropeen su felicidad.
44
Capítulo V
Acercándonos
a entender
el
enamoramiento
Los afables secretos del amor han producido
canciones y poesías románticas que expresan la calidad
exigente de todo-o-nada, así como los maravillosos
transportes de admiración acerca de ese estado místico.
Incluso parejas desilusionadas del todo siguen
apegadas a los conceptos románticos y sentimentales del
amor, que han inspirado canciones, películas y novelas en
general, como por ejemplo el cantautor Juan Luís Guerra:
Si ella cediera un poco mi vida fuera ideal. Bájate de esa nube y
deja de soñar. Es que el amor se viste de lino y de franela y
cada día que pasa yo me enamoro de ella, ay, oye.
Me enamoro de ella (bis) de sus ojos claros de su risa bella.
Son algunos de los segmentos de la canción Me
Enamoro de Ella.
Puede parecer casi irreverente analizar en detalle el
amor, reducirlo a sus elementos psíquicos fundamentales,
despojados de su ilusión y resplandor. Sin embargo, el amor
es, desde luego, uno de los sentimientos más conmovedores
y apreciados por los seres humanos. Muy pocas personas
renunciarían a ese encanto, a esa alegría y exaltación
intensas, a pesar del lado oscuro que representan las ansias
insatisfechas, la decepción y la desesperación. El amor en su
forma más intensa —enamoramiento (que algunos
consideran como una especie de “seudoamor”)— va más
allá de los sentimientos y anhelos intensos; implica también
una variación de la conciencia. Las expresiones como “estar
en las nubes”, “sentirse transportado”, “con la mente en el
47
aire”, indican que alguien está fuera de lugar, desviado de
una evaluación y reacción realistas, viviendo un sueño
eufórico.
Algunas veces el encantamiento adopta la fuerza de
un trastorno psíquico. La preocupación irremisible por los
pensamientos e imágenes de la persona amada muestra
señales de una neurosis obsesiva en el amante embelesado.
Esa compulsión conduce también a un deseo
irresistible de estar con el amado constantemente -Un
estudiante de un colegio en Trujillo se sintió obligado a dejar
el colegio en la mitad del año a fin de estar cerca de su amada
que estudiaba en una escuela de Lima. Sólo estaba feliz
cuando podía encontrarse cerca de ella para mirarla, aunque
ella estuviera ocupada con sus estudios o asistiera a clases,
tratando de ignorarlo.
Otro joven, cuyo amor tampoco era correspondido,
permanecía horas de pie fuera de la casa de una jovencita,
con la esperanza de poder darle una mirada. Incluso,
rebuscaba en el recipiente de basura para ver si encontraba
algún objeto relacionado con ella.
Algunos consideran que el apasionamiento debilita.
Incluso se consideran que aspectos del enamoramiento se
asemejan a los pensamientos y sentimientos de las personas
maniáticas. La luminosidad artificial del amor, que consiste
en magnificar e idealizar las cualidades positivas del amado,
y la visión en túnel, que permite ver sólo los atributos
positivos y a su vez ocultar los negativos, se descubren en el
pensamiento típico de las manías. La imagen brillante del
amado durante el período de enamoramiento forma un
fuerte contraste con la negativa y opaca que emerge con la
desilusión.
El psicólogo social Stanton Peele comparó el
enamoramiento con una adicción, en su libro “Amor y
Adicción”. Las similitudes arrojan una luz adicional sobre la
48
naturaleza del amor. Los sentimientos “elevados” —de
exaltación, embriaguez, de placer intenso— muestran un
parecido asombroso tanto en el amor como en la adicción.
Y son similares los sentimientos tristes, vacíos, que
se originan cuando se retira el “embriagante” (droga u
objeto amado). Además, en ambas situaciones se observa la
necesidad compulsiva de conseguir una “dosis” para
mantener el estado “alto”. Por ejemplo, Julia se sentía como
si estuviera “en los aires” cuando estaba con Pedro, sin
embargo quedaba “hundida” cuando estaban separados, y
no podía soportar la idea de esperar hasta que estuvieran
juntos otra vez. Muchas personas enamoradas están tan
absortas en sus placeres que se olvidan de la posibilidad de
que las cualidades que provocan esa elevación sean fruto de
la ilusión o fantasía .
Aun cuando admiten que podrían no ser realistas en
la apreciación de la otra persona, encubriendo, por ejemplo,
diferencias de personalidad, de intelecto o de intereses, son
incapaces de concentrarse en esos factores potencialmente
destructivos u otorgarles cierto peso. La fantasía de navegar
con la persona amada en un mar de permanente felicidad se
apodera de los enamorados sin que éstos sean capaces de
ver que todo eso podría ser un espejismo.
Con todo, el enamoramiento desempeña un papel
decisivo: forja un vínculo poderoso que incita a una pareja a
comprometerse en una relación. Aunque las declaraciones
de amor eterno, el que nunca muere, suelen apagarse
después de los primeros años de matrimonio, expresan sin
embargo las expectativas de una unión permanente. La
gratificación que experimenta una pareja al convivir,
compartir placeres y problemas, ofrece un fuerte incentivo
para formar esa vida en común y perpetuar esos placeres, así
mismo evitar que el desencanto se vuelva traumático y a su
vez, no permitir una frustración en lo que se inició con
mucho amor.
49
Capítulo VI
Auto
evaluación
Indagando e investigando sobre cómo encontrar
soluciones cognitivas a los conflictos de pareja, y así
complementar nuestro auto análisis en la convivencia,
compartimos el Inventario de Relaciones de Convivencia, que
registra varias fórmulas para determinar las reacciones de
los cónyuges frente a situaciones específicas. También se
incluyen algunas actitudes que pueden afectar las relaciones
de modo adverso. Cuando las personas tienen estas
actitudes o creen con absoluta seguridad en estas fórmulas,
pueden perder la flexibilidad esencial para conseguir una
relación armoniosa. El apego rígido o estricto a estas
actitudes conduce a conflictos, haciendo más difícil el
cumplimiento de los compromisos y el otorgamiento de
concesiones mutuas. Por lo tanto los psicólogos Norman
Epstein, James Pretzer y Bárbara Fleming, en sus
investigaciones sobre “La evaluación de la función
cognitiva” descubrieron que los individuos, en los
matrimonios hostiles, tienden a obtener altas puntuaciones
en el presente cuestionario:
Hay que seguir las siguientes instrucciones: En
cada una de las quince afirmaciones siguientes, coloque el
número (1 a 7) que representa la condición que más se ajusta
a su grado de acuerdo o desacuerdo. Escriba el número en la
línea correspondiente a cada aseveración.
De acuerdo: Por completo (7) En buena parte (6) Un poco
(5) Ni de Acuerdo ni en desacuerdo (4)
53
En desacuerdo: Un poco (3) En buena parte (2) Por
completo (1)
1. Si una persona tiene algunas dudas acerca de la relación,
eso significa que algo no anda bien en ella.
2. Si mi pareja en verdad me quisiera, no tendríamos
ninguna riña.
3. Si a mi pareja le importara de veras, siempre sentiría
amor por mí.
4. Si mi pareja se enoja conmigo o me critica en público, eso
indica que en verdad no me ama.
5. Mi pareja debería saber o conocer qué es importante para
mí sin tener que decírselo.
6. Si tengo que pedir lo que realmente quiero, eso ya lo echa
a perder.
7. Si a mi pareja en realidad le importara, haría lo que le
pido.
8. Una buena relación no debería tener problema alguno.
9. Si dos personas se aman de verdad, no hay necesidad de
construir su relación.
10.Si mi pareja hace algo que me perturba, pienso que es
porque desea herirme a propósito.
11.Cuando mi pareja no está de acuerdo conmigo ante otras
personas pienso que es una señal de que no le importo
demasiado.
12.Si mi pareja me contradice pienso que no me respeta
demasiado.
13.Si mi pareja hiere mis sentimientos, pienso que él/ella es
malo(a).
14.Mi pareja siempre trata de hacer las cosas a su manera.
15.Mi pareja no escucha lo que yo tengo que decir.
54
Al completar el cuestionario, si tiene problemas en
su matrimonio, fíjese en las preguntas en las cuales tiene una
puntuación alta. Éstas le darán algunas pistas sobre los
puntos tensos en su relación. Es beneficioso, en particular,
cuando participan ambos miembros de la pareja, porque
pueden ilustrarse mutuamente, tanto como a sí mismos,
acerca de los puntos sensibles específicos. Observe que este
formulario no está concebido para brindarle una
puntuación absoluta mediante la cual pueda determinar si
su relación está en dificultades. Las puntuaciones para cada
aseveración deben usarse sólo para ayudar a identificar los
problemas potenciales. Hay que tener en cuenta que una
puntuación alta sugiere una posible creencia o actitud
equivocada. Y como éste es un cuestionario de componente
cognitivo emocional, sugerimos que se reflexione sobre sus
resultados, si es posible que se discuta y así fortalecer la
convivencia a través de la comunicación fluida y
participativa.
55
Capítulo VII
El
desencanto
en la
relación
Existe una serie de preguntas que se tejen alrededor
de una relación de pareja, las más comunes: ¿Cómo y por
qué empieza a debilitarse y a desaparecer las
demostraciones de afecto? ¿De qué manera explicar la
reiterada queja: “Estoy tan decepcionado(a) de mi matrimonio?”.
Son algunas de las inquietudes de parejas que asisten a
psicoterapia.
Una vez casados, ciertas expectativas latentes
comienzan a aparecer. Cuando en una relación no íntima
alguien falla en corresponder a nuestras expectativas, nos
sentimos decepcionados y tendemos a esperar menos de esa
persona o la excluimos, por no considerar que valga la pena
conservar esa relación. En esos casos, nuestras expectativas
se ajustan a las experiencias nuevas y las decepciones hacen
que aquéllas disminuyan.
En un matrimonio o en una relación comprometida,
la reacción es a menudo diferente y la decepción no conduce
por fuerza a una reducción de las expectativas. En muchos
casos, el marido o la mujer no pueden renunciar a sus
esperanzas originales o no desean hacerlo.
Las expectativas en un matrimonio son por lo
general menos flexibles que en una relación sin
compromiso. Parte de la rigidez puede explicarse por el
hecho de que cuando las parejas toman un compromiso de
por vida, los riesgos son mayores que en una relación más
ocasional. Además, es mucho más probable que las
relaciones comprometidas giren alrededor de símbolos —de
59
amor o rechazo, seguridad o inseguridad— que por su
misma índole son inflexibles.
Un aspecto distintivo particular de esas expectativas
en el matrimonio consiste en interpretar los "traspiés"
como una falla general de la relación. El cónyuge ofendido
considera esos errores como una prueba que su pareja no
tiene interés en él. Algunas mujeres, por ejemplo, esperan
que su conyuge la acepte en forma incondicional, como lo
hizo durante el noviazgo. Y cuando empiezan a criticarlas,
creen que ya no les importan.
A veces, las promesas explícitas que se hacen en el
período del noviazgo no se cumplen después del
casamiento y contribuyen al "período de desilusión". Esas
promesas quebrantadas se citan como ejemplos de
desinterés del cónyuge.
Una mujer solía ir con su novio a una serie de
agencias de viaje en las que planificaban salidas al interior
del país. Después del casamiento, sin embargo, él perdió
interés en los viajes. Su mujer creyó que la había engañado y
se sintió amargada por su "falta de honestidad".
Aunque algunas promesas no son explícitas, parecen
implícitas en el noviazgo, cuya naturaleza puede ser
engañosa desde el comienzo. Cada uno de los integrantes de
la pareja se conduce bien y trata de ser agradable, solícito y
simpático para alentar la relación. Se convierten en
vendedores eficaces que tratan de decir y hacer cosas que
realcen su atractivo, para crear expectativas no realistas
sobre su forma de obrar después del casamiento.
El psicoterapeuta canadiense Christopher Morris,
comenta: “El enamoramiento acrecienta la decepción, si bien en
forma no intencionada. Proporciona a la pareja una fusión de intereses,
incluso de identidad, de manera que lo que gusta a uno, gusta en forma
automática al otro. Parece haber una gran comunidad de intereses y de
60
participación, que al final puede reducirse”.
Y agrega: “Otra fuente de decepción en muchos matrimonios
la constituyen las atribuciones que se asigna un cónyuge con respecto al
otro. Un cónyuge, por ejemplo, puede desear sentirse plenamente
aceptado, comprendido, querer compartir experiencias agradables,
recibir apoyo cuando se siente mal y obtener consuelo cuando tiene un
disgusto. En compensación, él o ella está dispuesto a hacer sacrificios
para el compañero y ofrecer un apoyo similar. El otro cónyuge puede
esperar beneficios más prácticos: alguien que proporcione un ingreso
suficiente para tener un estándar de vida razonable, para compartir la
educación de los niños, tener una participación sexual activa y disponer
de actividades sociales y recreativas”.
Esas expectativas forman un contrato implícito, que
rara vez se hace explícito. El cumplimiento del pacto se
considera como un símbolo de interés y confianza, sin
embargo el respeto del mismo depende en gran medida de
que un cónyuge perciba lo que el otro espera y tenga la
necesaria motivación y capacidad para satisfacer esas
expectativas. Para contrarrestar esta serie de hechos reales,
es importante demostrar consideración y empatía, como
por ejemplo, a través del arte de escuchar, hacer preguntas
adecuadas y brindar explicaciones fundadas, todo ello esta
íntimamente ligado a la comunicación eficaz.
61
Capítulo VIII
Rompiendo
o Tirándose
“platos”
Existen muchas afirmaciones de que más del 50%
de los matrimonios se divorcian, sin embargo, esto se basa
en las tasas que actualmente se dan en Estados Unidos. Así
mismo, en estudios longitudinales con un tiempo limitado
en ese mismo país, el 43% de los matrimonios sin divorcios
anteriores se rompen en los 15 primeros años. Si se tiene en
cuenta la edad a la que se realiza el matrimonio se obtienen
también cifras diferentes, por ejemplo los matrimonios que
se celebran con los contrayentes menores de 24 años tienen
mucha más probabilidad de acabar en divorcio que los que
se realizan con mayor edad (Kearl, 2007).
La problemática de crisis en la pareja no se refleja
solamente en el divorcio, sino en que están cambiando de
forma notable las formas de relacionarse. En los momentos
actuales muchas personas se van a vivir juntas sin un
compromiso explícito o mantienen relaciones duraderas y
plenas desde hogares separados. Se dan las parejas de hecho
que no son computadas en las estadísticas oficiales de
matrimonios ni de divorcios, no se computa su formación,
menos su disolución.
Esta crisis se refleja mejor en la elección de la pareja
como forma de vida preferida. Podríamos estar tentados de
atribuir estos procesos exclusivamente a la falta de
preparación psicológica para afrontar los problemas y
conflictos que son inherentes a vivir en pareja en el
momento actual. Así mismo los cambios sociales que
vivimos han propiciado e incrementado los problemas de
65
relación y posiblemente se necesite un entrenamiento
especial para afrontar la relación con éxito y por ello una
intervención terapéutica desde la terapia de pareja o un
programa de prevención podrían ayudar en cierta medida a
paliar la crisis. No obstante se trata de un fenómeno social al
que sin duda hay que buscar causas sociales, en las que,
evidentemente, juegar un importante papel los avances de la
mujer hacia la igualdad social con el hombre y su integración
en el proceso productivo; elementos como la ideología
hedonista, establecida para mantener un gran nivel de
consumo, o la falta de apoyo social al desarrollo de la familia,
que pone grandes dificultades laborales para el cuidado de
los hijos, llevan a considerar tener descendencia como una
carga insoportable. No hay que despreciar otros elementos
como las condiciones precarias de trabajo, que por una
parte disuaden de establecer compromisos a largo plazo,
como tener hijos o comprar una vivienda, y por otra
establecen jornadas interminables que contribuyen de
forma muy influyente para incrementar las barreras de
comunicación en la pareja.
Dentro de los patrones conductuales que se instalan
en las parejas con conflictos, el más problemático es cuando
a una comunicación negativa se responde generalmente con
otra comunicación negativa por parte del otro,
estableciéndose una reciprocidad en la negatividad que
puede acabar en una escalada de violencia. A la escalada
verbal suele contribuir en mayor medida la mujer. Las
mujeres que no lo hacen, es porque tienen más capacidad de
razonar en esas circunstancias sobre sus pensamientos y
cambiar la respuesta más automática. Este patrón de
reciprocidad negativa aparece también en los matrimonios
que no tienen problemas; pero con mucha menos
frecuencia, en ellos una interacción negativa es seguida
66
frecuentemente por una respuesta positiva o por ninguna
respuesta. Este patrón es un estado absorbente, es decir, es
muy difícil salir de él.
Otro patrón problemático aparece cuando la mujer
da respuestas hostiles mientras que el hombre se retira o no
contesta, ante lo que la mujer incrementa su hostilidad. En
los matrimonios armoniosos se da también este patrón
aunque con menor frecuencia y a menudo acaba con la
retirada de ambos.
Uno de los métodos que se utilizan para resolver los
problemas de comunicación es el empleo de la meta
comunicación, es decir, reflexionar sobre la forma en que se
está dando la comunicación.
Por ejemplo, se dice: “no me estás escuchando” para
intentar lograr una escucha, en este caso el mensaje no
verbal va acompañado, en general, por un componente
agresivo, y el que responde lo hace al componente agresivo,
lo que lleva a más discusiones, metiéndose en un círculo
vicioso. En los matrimonios sin problemas contestan a la
meta comunicación y no al componente emocional, vale
decir a la forma más no al fondo de dicho mensaje,
respondiendo con un mensaje no verbal de atención y
escucha, estoa es una acción positiva, de esta manera
rompemos los esquemas de agresión insertos en el mensaje
inicial.
Todos estos patrones de conductas pretenden la
mayoría de las veces resolver el conflicto, sin embargo hay
que tener en cuenta que no lo resuelven, sino que lo
perpetúan y la propia interacción se convierte en el
problema hacia la separación. No siempre los conflictos
llevan a la ruptura. Se ha reportado un tipo de conflictos en
los que el marido se enfada e inicia la discusión con ánimo
de resolver el problema. Cuando se tiene éxito, la relación
67
puede salir fortalecida, en estos casos el conflicto vivido por
los hijos no necesariamente es negativo para ellos, incluso
puede ser una ocasión para aprender a ser asertivos en su
vida.
68
Capítulo IX
La
meta
comunicación
¿Qué entendemos como Meta comunicación? Para ello
nos guiamos en el trabajo desarrollado por Paul Watzlawick,
Janet Helmick Beavin y Don D. Jackson en su obra: “Teoría
de la Comunicación Humana”. Los autores, miembros del
equipo que investigó diez años en Palo Alto (CaliforniaUSA) con Gregory Bateson, estudian la pragmática de la
comunicación interpersonal. Después de definir ciertos
conceptos generales, los autores presentan las
características básicas de la comunicación humana e ilustran
sus manifestaciones y sus posibles perturbaciones. Se
analiza la importancia especial de la paradoja y la
contradicción en la comunicación humana, tanto desde el
punto de vista de la patología como de la terapia. La
conducta perturbada es vista como una reacción
comunicacional ante una situación que tiene determinadas
propiedades, y no como una enfermedad localizada en la
mente del individuo. Se discute también la famosa teoría del
doble vínculo sobre la esquizofrenia, y se ejemplifica la
situación contradictoria que caracteriza al doble vínculo en
unas variadas situaciones interpersonales, incluida la
psicoterapia. Es más en el último capítulo se establece una
comparación entre la teoría de la comunicación y el punto
de vista existencial.
Sin embargo vayamos a lo nuestro, donde plantean
que la meta comunicación permite obtener información acerca
de la relación, refiere a la posibilidad de definir con claridad,
entre dos o más personas, el tipo o modo de mensajes que
están intercambiando.
71
La meta comunicación sería la explicación que nos
damos y que solicitamos al otro, acerca de nuestras
conductas -y las de nuestro interlocutor - y sus efectos en la
relación mientras estamos interactuando. Se trata, en
definitiva, de una comunicación acerca de la comunicación.
Vale decir, en todo mensaje hay un aspecto meta
comunicativo - “implícito” que “define”, por así decirlo, la
índole de la relación que se está estableciendo; de esta
manera, se puede plantear que una cosa es lo que decimos y
otra cosa es “cómo” decimos lo que decimos, ya que lo meta
comunicativo “implícito” de cualquier mensaje es “cómo” lo
decimos. Así, la forma o modo de decir lo que decimos
respecto a un mensaje (ya sea con firmeza o en forma de
ruego; enojados o alegres; con órdenes o con pedidos; a
gritos o amablemente; etc.). También nuestros gestos,
posturas corporales y aquellos aspectos no-verbales que no
podemos controlar -como ruborizarnos, por ejemplo-,
muestran este aspecto meta comunicativo al que llamamos
“implícito” -porque en la mayoría de las veces no tenemos
conciencia, no nos damos cuenta, que estamos meta
comunicandos. Este aspecto muchas veces entra en
contradicción con el mensaje verbal que lo acompaña
(como por ejemplo, cuando decimos una mentira y nos
sonrojamos); en este caso, es muy probable que nuestro
interlocutor dé cabida a lo que ve y no a lo que escucha y así,
quede al descubierto la mentira. Otros investigadores hacen
referencia a los mensajes ulteriores como formas de meta
comunicación.
Por otro lado, hay un aspecto meta comunicativo
“explícito” que tiene que ver con la necesidad de pedir
aclaración respecto a mensajes que nos confunden, en tanto
nos damos cuenta que son contradictorios, o cuando
hacemos un 'alto' en lo que venimos diciendo para hablar de
72
la relación que estamos estableciendo con el otro. De esta
manera, cuando expresamos, por ejemplo, “¿por qué me
gritas?”, nuestro interlocutor puede contestarnos: “era una
broma” o “discúlpame”; en ambos casos estamos meta
comunicando, es decir, estamos hablando de la relación;
estamos pidiendo información acerca de quién está siendo
el otro para mí y acerca de quién estoy siendo yo para el otro;
estamos, en definitiva, pidiendo información acerca de
cómo nos estamos proponiendo en la interacción.
Muchas veces creemos que la meta comunicación tiene
que ver con “reclamar” o “quejarnos” de lo que creemos
que el otro dice y piensa de nosotros, sin embargo, con esta
actitud no se logra nada, por el contrario, suele provocar que
nuestro interlocutor nos replique y se ponga “a la
defensiva”, porque se siente atacado. En muchos casos es
probable que sólo miremos las conductas del otro y como
nos afectan, descuidando por completo el examinar como
nuestras actitudes también afectan y a su vez estén
contribuyendo a generar el malestar de la relación.
Cuando estamos meta comunicando, es muy distinto
determinar desde uno, que hacer desde lo que observamos
en la conducta del otro. Por eso es conveniente preguntarse:
“¿qué dije o hice para que reaccionara de esta manera?”, en
vez de recriminar que no nos gusta cómo reacciona el otro y
pretender que él/ella cambie de actitud.
Bajo esta condición, la meta comunicación nos permite
colocarnos fuera del marco de la interacción -como
contexto -, para reflexionar y “vernos” en la relación.
Así, la meta comunicación se convierte en un medio al
que podemos recurrir cada vez que necesitamos examinar
cómo nos estamos llevando en el encuentro con alguien,
proponiéndole al otro la posibilidad de que reflexionemos
juntos acerca de nuestra relación.
73
Esto fortalece aún más lo que definimos en el
capítulo anterior: Rompiendo o tirándose “platos”, donde
sugerimos uno de los métodos para resolver los problemas
de comunicación, e insistimos que es importante. Y
concluimos que en los matrimonios sin problemas
contestan a la meta comunicación y no al componente
emocional, vale decir a la forma más no al fondo de dicho
mensaje, esto es respondiendo con una acción no verbal de
atención, de esta manera arrancamos las formas de agresión
fijados en tales mensajes.
74
Capítulo X
La
sinceridad...
Muchas personas se quejan de no poder ser
espontáneas y sinceras con su pareja, de tener que estar en
guardia u ocultar algunos hechos. Temen que el cónyuge se
enoje, se sienta herido o en el peor de los casos se muestre
desinteresado de ellas. Una esposa dice: “Tengo que cuidar
cada palabra que digo a mi marido. No puedo ser yo
misma”. Un marido comenta: “Si yo no puedo ser directo
con mi mujer ¿de qué sirve el matrimonio?”. Una mujer se
queja: “Cuando le digo algo a mi marido, reacciona como un
perro rabioso”.
La sinceridad y espontaneidad dependen de ciertas
formas automáticas de los discursos. Es como si
apretáramos un botón y la maquinaria mental entrara en
acción. No necesitamos tiempo para pensar en lo que
decimos. La maquinaria opera sin esfuerzo porque ciertos
modelos del habla están tan grabados que el mensaje se
desliza como si fuera un objeto cayendo por un tobogán.
Supongamos que queremos cambiar nuestra
manera de hablar a nuestra pareja, volvernos, por ejemplo,
más seguros o más diplomáticos. Lo que debe cambiar no es
tanto lo que decimos, sino la forma y el estilo cómo lo
decimos. Por ejemplo, “¿Cuándo estará listo el almuerzo?”
puede preguntarse en un tono de exigencia, queja o
acusación.
Desarrollar nuevos hábitos de comunicación es algo
similar a aprender cualquier técnica, como conducir un
automóvil en ciudades donde circulan moto taxis o triciclos
77
por ejemplo.
Las rutinas ordinarias son semejantes a los autos
automáticos, que nos libran de tener que cuidar los cambios
de velocidad a lo largo del trayecto. Después de haber
dominado esas rutinas, la conversación fluye sin esfuerzo,
porque hemos desarrollado buenos hábitos del habla. Pero
cuando al principio aprendemos esas técnicas, tenemos que
cometer errores y hacer correcciones hasta adaptarnos al
modelo final.
Cuando su cónyuge reacciona negativamente a su
estilo coloquial, entonces usted se encuentra en la situación
del conductor que tiene que readaptarse al tránsito de la
ciudad donde debe conducir: debe reaprender las formas
corrientes.
Readaptar los modelos del habla equivale a aprender
una nueva forma de conducir. Al principio, requiere un
esfuerzo, pero con el correr del tiempo se vuelve
automático.
Un marido, por ejemplo, puede preguntar a su mujer
algo en una forma exigente o hacerle una petición en un
tono hostil. Su modo de hacer preguntas puede modificarse
para que suene menos exigente. Para lograrlo, el marido
tiene que “escucharse a sí mismo”. (Grabar y escuchar las
conversaciones puede ser una inmensa ayuda y técnica
apropiada). Luego, en forma paulatina, él o ella pueden
corregir la forma hasta que el nuevo tono se vuelva
automático.
Un detalle importante: hacer que la cortesía sea
espontánea. Nuestras reacciones tienden a estar “ligadas a la
situación”, o sea que están determinadas por la situación en
la que se manifiestan. Por ejemplo, en las relaciones de
negocios, desplegamos por lo general cortesía y diplomacia,
en cambio con nuestro cónyuge expresamos libremente
78
disgusto o crítica. Nuestras reacciones dentro del
matrimonio están causadas en parte por los lazos que
incorporamos a la relación y también en gran medida por
los modales que aprendimos de nuestra familia original y
aun por ejemplos tomados del entorno, incluso de la
televisión y a veces del cine. Muchos maridos y mujeres que
sostienen que deberían hacer cambios drásticos a fin de ser
más diplomáticos y considerados, fueron durante el
noviazgo un ejemplo de buenos modales. Los modales que
se emplearon en esa etapa fueron reemplazados, en el curso
del matrimonio, por un conjunto de modales diferentes, que
abarcaba las características residuales de mezquindad,
manía de criticar y quejas de la infancia.
El desafío real consiste en traer los modales que
usamos afuera, hacia el interior de nuestro hogar. Para
aprender a hablar al cónyuge de una manera nueva,
conviene pensar en cómo se presentaría la misma pregunta
o la misma petición a un huésped o invitado. Se
estructurarían las palabras de una manera diplomática y el
tono sería agradable. O bien se podrían reconstituir las
formas y los modales que se emplearon en el período
anterior al matrimonio.
Hay dificultad para introducir esas formas
aceptables en la relación matrimonial si uno está habituado
a dirigirse al cónyuge en forma crítica, exigente o quejosa. Si
es así, cambiar esos modelos requerirá cierto esfuerzo. No
es fácil romper los hábitos, sin embargo una vez aprendidas
las nuevas pautas y maneras de actuar, usted puede ser más
cortés con su pareja en forma “espontánea”, y por cierto su
relación será mucho más saludable.
79
Capítulo XI
rol de la
psicoterapia
El
Conversando con un g r upo de amig os
profesionales, la mayoría de ellos casados, se planteó la
inquietud relacionada a la terapia de pareja, es así que
llegamos a la conclusión de que cuando la relación empieza
a deteriorarse y se piensa seriamente que no se aguanta más
y no se ve salida alguna, es el momento de plantearse la
posibilidad de que alguien ajeno y profesional pueda ayudar
a mejorar la relación. La posibilidad de la separación está
siempre ahí, pero hay que tener en cuenta que es muy
dolorosa, sobre todo cuando hay hijos pequeños. La terapia
de pareja es cosa de dos y normalmente es uno el que da la
voz da alarma y el otro, al menos, tiene que estar dispuesto a
colaborar. Si no es así, el que ve el problema todavía es el que
puede acudir al profesional, que podrá ayudar aunque,
lógicamente con menos capacidad de destreza en los
cambios positivos. El principal problema en el fallo de la
terapia de pareja es que se acude al profesional cuando la
solución está ya muy lejana.
Sin embargo hay que ser honestos en que existe un
aumento substancial en los últimos años, de parejas que
buscan apoyo terapéutico. Entre los factores que influyen
está el hecho de que se ha avanzado muy positivamente en la
libertad para plantear las quejas en la pareja, y que la terapia
de pareja ha demostrado su eficacia y hoy se tiene mayor
confianza en la labor profesional de los psicólogos y
psicoterapeutas.
83
Además uno de los principales problemas que existe
en la relación es el quiebre en la comunicación, así como
enfrascarse en discusiones inútiles y destructivas en las que
los dos se hacen sufrir y se maltratan tremendamente sin
llegar a ninguna solución. También puede ocurrir lo
contrario, no se hablan ni se comunican y la relación va
muriendo. La frenética vida laboral actual contribuye
tremendamente a ello.
Otro problema frecuente es la falta de aceptación de
las peculiaridades del otro. La sociedad nos enseña a luchar
por nuestros deseos, pero a veces eso se lleva a un extremo
en la pareja, mientras que un poco de aceptación del otro
nos puede conducir a una mayor felicidad, dándonos cuenta
de todos sus valores y no solamente del aspecto que nos
gustaría cambiar.
Por otro lado, a la hora de acudir a la terapia, lo hacen
más fácilmente las mujeres, porque tiene una formación
mucho mayor para compartir sus sentimientos y emociones
y también para pedir ayuda. Sin embargo, una vez iniciada la
terapia, cuando se rompen las primeras barreras, el hombre
está tan interesado como la mujer, de hecho la dependencia
emocional del hombre hacia su pareja suele ser mucho más
grande que la de la mujer.
Otra de las interrogantes es el tiempo que demanda
acudir a consulta: la duración de cualquier terapia depende
del problema que se presente. Hay que tener en cuenta que
la terapia la hacen los pacientes y no el terapeuta y por tanto
depende de cada uno de ellos, del cariño que todavía queda
entre ellos, etc. A veces basta con unas pocas sesiones para
poner las cosas en su sitio, otras veces es necesaria una
terapia más profunda. Las sesiones suelen desarrollarse con
entrevistas individuales y luego unas conjuntas.
La terapia supone que cada uno tiene que hacer
84
cambios en su comportamiento, cambios que son la vía para
lograr un progreso interior profundo. El seguimiento y
apoyo para esos cambios se hace en sesiones individuales
con cada miembro y luego en las sesiones conjuntas se pone
en común el avance que se va dando. En ocasiones se da un
problema psicológico en alguno de los componentes de la
pareja que necesita terapia personal, la cual puede hacerla el
mismo terapeuta.
Los cambios son de comportamiento, por lo tanto
no se trata sólo de hablar, hay que poner en práctica lo
necesario para poder convivir y disfrutar uno del otro. Un
ejemplo muy frecuente es enseñar a la pareja cómo discutir,
qué se puede decir y cómo lograr no callarse nada, pero sin
hacer daño al otro, en especial aprender a plantear
problemas de forma que se llegue a soluciones y no a
discusiones estériles. Esto tiene su técnica, se aprende en las
sesiones de terapia y se practica en casa.
Sin embargo, si la comunicación es fluida y
permanente, difícilmente las parejas tendrán que acudir a
terapia, por lo que se recomienda siempre estar atentos en la
relación, como generalmente se hace en cualquier otra
actividad de nuestra vida personal o profesional.
85
Capítulo XII
Terapias
en
de
pareja el
“banquillo”
Las funciones que los miembros de una pareja
deben cumplir, en relación al otro y a la pareja misma, son
tan diversas y complejas que “ninguna multinacional, por
poderosa que sea, se animaría a enfrentarlas”, dice la doctora
Graciela Peyrú, psicoterapeuta argentina, en una entrevista
para un importante diario de su país. De acuerdo a estas
declaraciones podemos reflexionar aun más sobre algunas
dudas comunes en relación a la psicoterapia de pareja.
Algunas de las preguntas mas frecuentes: ¿Para qué
me sirve la terapia de pareja? ¿Acaso funciona?
Una persona que va a terapia de pareja es porque
tiene problemas en la relación y esas dificultades pueden
deberse a razones diversas. La terapia de pareja es para tratar
de resolver esos problemas o para encontrar una solución a
la relación de pareja. No necesariamente el éxito de una
terapia de pareja es “y vivieron juntos para siempre”, ya que
en algunos casos el éxito de una terapia de pareja también se
da en la separación.
Hay que tener en cuenta que: “Nadie tiene una relación
perfecta en la que siempre esté de acuerdo con su pareja o en la que no
existan los conflictos y las discusiones”, como lo manifiesta Aaron
T. Beck en su obra “Con el amor no basta”. El elemento
principal para saber que necesitamos terapia de pareja, es
cuando ninguno de los dos es capaz de arreglar esos
conflictos.
Cuando hay una relación afectiva entre dos, muchas
veces es muy difícil que solos puedan arreglar sus
89
problemas, porque están involucrados sentimentalmente y
no son objetivos. En estos casos necesitan de un tercero,
que es el terapeuta de pareja. Por eso es difícil que los dos
miembros de la pareja solos, cuando la relación ya está
deteriorada, puedan arreglarla por sí mismos.
En la terapia se tienen que ver las cosas desde un
punto de vista lo más objetivo posible, decir las verdades
aunque no las quieran apreciar, hay que dar herramientas,
dejar tareas, y finalmente los consultantes son los que van a
decidir hacerlas o no hacerlas, utilizarlas o no utilizarlas,
cuándo usarlas y si son compatibles con sus parámetros
morales, éticos y religiosos. Por lo tanto, las decisiones son
exclusivamente de los que asisten a consulta, el
psicoterapeuta sólo sugiere.
Y frente a los celos y la infidelidad, que son aspectos
muy recurrentes en la pareja en conflicto, debemos decir
que se presentan igual en hombres y en mujeres. Es más, no
se puede decir que los hombres son más celosos que las
mujeres ni viceversa. Lo que sí se puede comentar es que los
celos y la infidelidad no son propios del ser humano, sino
que son conductas aprendidas. Y hablando específicamente
de los celos, surgen en el momento en que dejamos de ver a
nuestra pareja como un sujeto y lo empezamos a ver como
un objeto. Cuando una persona siente celos, ya sea hombre
o mujer, es cuando ve a su pareja como algo que le
pertenece. Aún así se debe insistir, es una conducta
aprendida y no hay razones para ser infiel ni celoso.
Con o sin crisis, los conflictos que afectan a una
pareja son innumerables y la función de la terapia, definida
por el psicoanalista Daniel Waisbrot, es “aliviar el
sufrimiento” que provoca la relación, aunque el resultado
sea su continuidad o no.
La regla, según Peyrú, puede compararse con un
paisaje de picos y una gran planicie. Los picos representan
90
los conflictos y la planicie los periodos de estabilidad. Entre
uno y otro gran conflicto están las etapas de construcción
de la familia, con infinidad de acuerdos y desacuerdos.
La psicoanalista María Cristina Rother, explica
alguna de sus variantes: “Se expresa cuando se defiende a rajatabla
la idiosincrasia de la familia de origen o cuando, aunque se reniegue del
vínculo disfuncional de los padres, se termina repitiéndolo por la fuerza
que tienen los mandatos”.
La infidelidad “clásica”, explican algunos
investigadores, sigue siendo un motivo importante de
consulta, siempre que la pareja llegue a preguntarse “¿Qué
nos está pasando?”. Así mismo la falta de vida sexual afecta
cada vez a más parejas alienadas por las condiciones de vida.
Y les pasa no sólo a los que tienen que trabajar duro porque
el sueldo no alcanza sino también a los que lo hacen
persiguiendo el éxito profesional y económico. Waisbrot
echa por tierra dos fantasías: no es cierto que si una pareja
no tiene vida sexual es porque la tiene afuera, y no son
exclusivamente los hombres quienes se quejan de la falta de
sexo en la pareja, “porque la caída del deseo masculino es
impresionante”.
Es cierto que siguen siendo mayoría las mujeres que
empujan a los hombres a la terapia. Sin embargo ya casi no
hay cuestión de edades en los consultorios. Van los jóvenes,
los adultos y los de 60 y 70 a punto de separase, ahora que
las expectativas de vida aumentaron tanto.
En esa lista, si uno pudiera acceder a ella,
seguramente encontraría de todo: parejas a las que no les
funcionó el “contigo pan y cebolla” ó el “panza llena,
corazón contento”, parejas que jamás debieron haberlo
sido, parejas que nunca lo fueron y parejas que un día
dejaron de serlo. Si la fórmula de la relación perfecta se
hallara, valdría millones, y por ahora no existe. Sólo nos
91
queda seguir intentando y, más aun, buscar ayuda
profesional cuando es necesario.
92
Capítulo XIII
Intentando
solucionar
conflictos
En mi experiencia profesional he venido analizando
y evaluando una serie de hechos que se gestan en la relación
de pareja, y así podemos acercarnos a las investigaciones de
Jhon Gottman, de la Universidad de Washington, y Clifford
Notarius, de la Universidad Católica de América, que junto
con sus colaboradores han estudiado por cerca de 20 años el
fenómeno de cómo la pareja resuelve sus conflictos.
Gottman focaliza su labor más en la fisiología y la
psicología; mientras Clifford centra su atención en los
modos de expresión. De estudios hechos en común y otros
por separado, han logrado resultados que sorprenden por
su verificación con otros realizados en diferentes partes del
mundo.
Gottman y Notarius concuerdan, a partir de sus
estudios, que las relaciones sólidas de pareja se distinguen
de las relaciones frágiles en la forma como sus miembros
asumen y solucionan sus conflictos y diferencias, cuando
estos aparecen.
En las relaciones frágiles surgen largas secuencias de
actitudes negativas de las cuales no se puede salir; se
empieza con un problema muy simple, que se une a otro
simple y otro más simple hasta desencadenar en la
formación de un problema de magnitudes incalculables y
difícil resolución. Mientras, en las relaciones sólidas los
encuentros son cada vez más frecuentes, más cortos y más
centrados en la solución del problema.
95
Lo anterior toma su real forma al analizar los cuatro
factores que estos investigadores han señalado como los
principales para que un conflicto no llegue a solucionarse, y
que, por su amenaza a la relación, han denominado Los
Cuatro Caballeros del Apocalipsis: la crítica implacable, el
desprecio, la actitud defensiva y el repliegue sobre sí mismo.
La interpretación que se hace de un simple hecho va
a modificar significativamente las emociones y actitudes: los
integrantes de una relación frágil atribuirán siempre al otro
la razón del problema y jamás al azar o a sucesos externos
mientras los miembros de una relación sólida tratarán,
mutuamente, de excusar al otro colocando la causa del
problema en el exterior, e incluso ubicándose en su posición
o comprendiendo las acciones del otro. El grado de
confianza instaurada entre los miembros de una relación
permite predecir el grado de solidez de la misma: a mayor
confianza mayor estabilidad y duración. La forma como los
miembros de una relación se acuerdan de su pasado y de sus
primeros encuentros predicen también la estabilidad y
duración. El despliegue emocional al afrontar la discusión
es factor que señala el desenlace; los cambios en la presión
arterial, sudoración, y otras manifestaciones autónomas van
en contra de la solución adecuada de un problema. Por
ejemplo, cuando las pulsaciones cardiacas pasan de 100, el
ser humano se vuelve incapaz de escuchar.
De los descubrimientos de estos dos autores surgen
nuevos aportes para la aplicación en la solución de
conflictos. Si extractamos los postulados obtenidos al
observar la relación de pareja, tendremos:
?
Las relaciones de pareja donde hay peleas continuas, se
vocifera fuertemente y se manifiestan actitudes de cólera,
no tienen más peligro de desintegración que aquellas
donde esta situación no es frecuente.
96
Las divergencias entre ambos integrantes de la pareja no
?
las arregla el tiempo; las diferencias las arregla la voluntad
de solución de sus miembros y en el mismo momento en
que surgen.
La estabilidad en la relación que se tenga en el presente,
?
no es un factor de garantía para señalar que hacia el
futuro no se tendrán conflictos e inconvenientes en la
interacción.
La similitud de caracteres o de opiniones de las parejas
?
no son garantía para pronosticar una relación armónica y
estable.
No existen relaciones lo suficientemente invulnerables,
?
cuyos problemas no puedan ocasionar la ruptura de su
unión.
Por lo tanto planteamos aquí algunas formas de
asumir la solución de conflictos: Primero, solucionar un
conflicto a la vez; no aplazar su solución, no importa que tan
sencillo parezca. No mezclar la solución de un conflicto con
la de otro, ni mezclar conflictos para obtener una sola
solución.
Posteriormente, si se desea llegar a solucionar un
conflicto se debe evitar: criticar y/o despreciar al
interlocutor y asumir actitudes defensivas o evasivas ante el
conflicto. A su vez, no atribuir la razón del conflicto al
oponente, buscar la razón en el exterior.
Otro detalle es la confianza entre los cónyuges, eso
es fundamental si se desean mantener relaciones de pareja
armónicas y duraderas.
Por último, tener en cuenta que solucionar
problemas en momentos de alteración emocional no es
conveniente. La ira y demás manifestaciones emocionales
no permiten solucionar adecuadamente un conflicto; en
cambio, lo complican.
97
Capítulo XIV
Cambios de
actitud frente
a
los conflictos
La actitud es la forma como cada persona responde
a alguien o a algo. Una actitud se compone de tres
elementos: lo que se piensa, lo que se siente y lo que se
manifiesta. De tal manera que la actitud está compuesta por
el componente cognitivo (pensamiento), el componente
emocional (sentimientos) y el componente conductual
(conducta).
No siempre estos elementos están en consonancia y
puede suceder que exista contradicción entre ellos. Es
factible que alguna persona piense que la infidelidad no se
presenta como inconveniente alguno, sin embargo sienta
celos al ver a su pareja con un rival y bajo ninguna
circunstancia actuar de forma infiel.
El porqué una persona tiene una actitud
determinada hacia algo o alguien no siempre es algo claro.
Algunos dicen que les enseñaron a pensar, sentir y
actuar de tal manera ante determinado evento. Otros dicen
que la urgencia de satisfacer sus necesidades los obliga a
pensar, sentir y actuar como lo hacen. Lo cierto es que en
ambos casos siempre se les está dando la oportunidad de
que cambien sus actitudes, pues nada imposibilita la
erradicación de una actitud.
La forma como podemos modificar una actitud
empieza con la aceptación de que existe contradicción en la
manera como asumimos los tres elementos que la
constituyen. Si encuentro una contradicción cuando pienso
que vivir en pareja es el único medio para conseguir una
101
armonía familiar pero al mismo tiempo siento que puedo
amar a varias mujeres a la vez, y por tanto tengo una amante,
con seguridad estoy en el camino de modificar mi actitud.
En este caso podré: primero, evitar tener amantes que me
obliguen a faltar en el hogar o, segundo, tener mis amantes y
evitar a toda costa formalizar un hogar, etc. Si no veo
ninguna contradicción en los elementos antes mencionados
mi actitud hacia la armonía en la relación seguirá
trayéndome inconvenientes.
Otra forma de lograr cambiar una actitud en una
persona es la persuasión que haga un especialista en
determinado tema, a través de la psicoterapia, por ejemplo.
También se pueden cambiar las actitudes
transmitiendo el mensaje de manera tal que la persona que
escucha crea que la idea de cambio surge de ella y no de la
persona que la está persuadiendo.
Es por eso que debemos hacer un alto, ante el
manejo que se viene dando a la solución del conflicto de
pareja, para revisar la emoción y el sentimiento, factores
cruciales que se muestran insidiosos y de difícil manejo
cuando surge una discordia entre las personas. Estos
podrían facilitar el trabajo si se pudieran instrumentalizar en
el momento en que se hace necesario.
Entre los sentimientos que se han deslindado, a
partir del análisis de la actitud en el ser humano, se
encuentran la ira, el miedo, el temor, la tristeza, la alegría, la
repugnancia, el odio, el amor, el optimismo, la
incomodidad, la excitación, la ansiedad, el disgusto, la
frustración. El estado de ánimo, humor, es la tendencia
general y prolongada a que se mantienen los sentimientos
de un sujeto. Se habla de buen o mal humor.
En la enseñanza del dominio de las emociones y
sentimientos es necesario señalar que la idea básica no es
102
que el hombre deje de sentir o manifestar la emoción; al
contrario, se le debe dar libertad a la expresión de
sentimientos, pero de tal manera que en nada afecte la toma
de decisiones trascendentales para su adaptación y el
cumplimiento de objetivos trazados. Por ejemplo, se puede
amar intensamente a una persona y no por eso tomar la
decisión de vivir con ella en pareja, sin medir objetivamente
las ventajas y desventajas que contrae la unión. Igualmente,
no es que se deje de sentir ira ante un conflicto de pareja;
pero, a cambio, se pide que al intentar solucionarlo, la ira no
influya en el raciocinio. Las manifestaciones emocionales
deben ser evaluadas a cada instante para no terminar
cometiendo errores, que no traen beneficio ni para quien las
expresa ni para los otros. Las personas deben obligarse a
tomar decisiones sin la influencia de la emoción y esto sólo
se logra dominándola y encausándola; dejando el
apasionamiento en el momento propicio, sin ser presa de
él.
Ejercicios que permiten empezar a dominar las
emociones son: mantener un control sobre los esfínteres,
logrando evacuar los residuos uretrales e intestinales
cuando se desea y no cuando el organismo da la señal
(estimulación), para que esto suceda; llorar sin que esta
manifestación esté asociada a determinadas situaciones que
siempre la han acompañado; obligarse a reír
independientemente de estímulos exteriores; sonrojarse y
palidecer a disposición; disminuir y acelerar el ritmo
cardiaco a voluntad; evitar la ingestión de alimentos fuera de
horarios establecidos para hacerlo, así se tenga mucha
hambre; aplazar el deseo de consumir alimentos que son
altamente atrayentes. Someterse a pruebas donde sabe que
la emoción está presente e intentar no actuar de la misma
manera que lo ha hecho siempre, analizando y
103
comportándose lo más racional que se pueda: discutir sin
perder el control sobre las palabras que se dicen; propiciar y
presenciar situaciones altamente emotivas; ensayar formas
de resistencia al dolor y el miedo.
104
Capítulo XV
Lo
“loco”
del amor:
ingrediente
motivador
Dustin Hoffman, famoso actor de Hollywood, de 70
años de edad, casado con la abogada Lisa Gottsegen hace 27
años, con quien tiene seis hijos adultos, en una entrevista
proporcionada a la revista “Selecciones”, en agosto del
2008, declara que el secreto de un matrimonio duradero está
asociado a lo ilógico: “El matrimonio tiene mucho de innatural.
No me parece natural ser monógamo, estar hoy tan enamorado como
ayer. Pero la fidelidad tiene sentido, y en ninguna relación se puede
reemplazar la honestidad”.
Ello se relaciona a lo opuesto de una continua
búsqueda, de lo que algunas personas que asisten a consulta
psicológica esperan, una insaciable necesidad de llenar
espacios internos, deseos, sentimientos.
Como pasa con la comida, nos alimentamos del
amor que desprende lo que nos rodea. Por eso que el amor
con el que nos alimentamos es el mismo amor que damos a
los que queremos.
De esta forma, lo que está a nuestro alrededor,
nuestro entorno, irradia en cierta forma algo que de alguna
manera nos llena. Puede ser a través de nuestra familia, de
nuestros amigos, de los hobbies, de la conducta sexual.
Buscamos y buscamos, conscientes o no, como si
tratásemos de llenar huecos internos que sentimos.
Tenemos hambre y nos pasamos la mayoría de nuestro
tiempo buscando ese alimento que sacie nuestro apetito.
Por ejemplo recuerdo el discurso de una paciente;
107
“desde que empecé a enamorarme también recuerdo que empezaba mi
calvario de penas, inseguridades, miedos. Si estaba con alguien no era
realmente feliz, porque no me sentía segura, me sentía como si de nuevo
fuera una niña a la que desnudaban y soltaban en medio de una plaza
llena de gente, me sentía expuesta, totalmente desnuda. Amor y
sufrimiento eran sinónimos para mí porque la persona que amaba era
también la persona que me hacía más vulnerable. Era como si todos
mis miedos, mis peores inseguridades, estuviesen materializados en
carne hueso, en mi pareja”.
En terapia descubrió que no eran sus parejas las
culpables de que las relaciones no funcionaran, sino que
siempre les acusaba de que no le entendían, de que no
sabían llegar a ella. Les culpaba de sus sufrimientos como si
ella no tuviese nada que ver en toda aquella realidad.
Por supuesto que era mucho más fácil, porque el ser
víctima generalmente ayuda más que el aceptar que uno es el
que ha elegido una situación. Cuando se está en una relación
se crea una especie de contrato en el que sino se cumple
alguna de las cláusulas, uno reclama al otro la falta de
cumplimiento del mismo.
En este caso las cláusulas eran que se ampliara el
papel de los padres, exigiendo amor-protección, amorseguridad, amor-libertad de su pareja cuando lo quisiera. Se
dedicaba a demandar y demandar y al mismo tiempo ni
sabía qué ofrecía porque no sabía ni siquiera quién era.
Muchas veces idealizamos a la pareja como si fuera
ese héroe que de pequeño pensábamos que nos vendría a
rescatar, que nos cogería entre sus brazos y nos liberaría de
todos los problemas. Fantaseamos con que nos hará feliz en
vez de pensar en si la felicidad se encuentra fuera o es
necesario primero encontrarla dentro y de esta forma
proyectarla, expresarla.
Esta persona se dio cuenta que el miedo que antes
108
sufría cuando se involucraba en una relación era porque
exponía sus inseguridades, es decir, buscaba la cura a las
sensaciones y sentimientos, intentaba auto-convencerse
que fuera encontraría lo que no tenía dentro. Además
aprendió a darse cuenta que cuanto más buscaba dentro de
sí, más feliz era, porque no se trata de apuntar con un dedo
acusador a todos aquellos que creemos culpables de
nuestras penas sino de entender el motivo por el que nos
afecta tanto lo que nos hacen. Comprender para mejorar.
Nuestra paciente ahora comenta: “Al principio el amor
era sufrimiento, ahora lo estoy convirtiendo en el abono que haga
florecer de una vez mi vida, porque es sólo responsabilidad mía el poder
ser feliz.”
A manera de corolario, Hoffman relata: “Cuando era
niño, una mujer iba de vez en cuando a mi casa a cocinar y limpiar. Yo
la quería mucho y seguí tratándola de adulto, hasta que falleció. De
pequeño no me gustaba comer, pero ella se daba sus mañas para
convencerme. Me servía un plato y yo lo probaba y decía: — ¡Qué rico!
¿Qué tiene? — Humm humm—contestaba ella. Nunca me explicó
qué era eso, pero supongo que cariño. Así que el ingrediente secreto
quizá sea humm humm.”
Definitivamente “humm humm” es cariño,
comprensión, afecto, y sobre todo encontrar la felicidad en
nuestro interior.
109
Capítulo XVI
La
relación
estable
Existen estrategias confiables que pueden ser
utilizadas para crear relaciones fuertes en la pareja. Muchas
de estas herramientas no han sido enseñadas en nuestra
cultura. Aquí una serie de consejos que pueden ayudar a
lograr lo que planteamos como enunciado en nuestro
presente capítulo:
?
Intenta decir siempre la verdad. Es común mentir
para proteger los sentimientos, ya sea para proteger los
nuestros o los de nuestra pareja. Las mentiras crean una
desconexión dentro de la relación, aun si la pareja nunca
llega a enterarse. No decir la verdad constituye también
una forma de mentir.
?
Perdona a tu pareja. El perdón es el proceso de
terminar el enojo y el resentimiento hacia otra persona.
Perdonar tiene el poder de olvidar todas las ofensas,
grandes y pequeñas y enseña paciencia, honestidad y
respeto.
Perdonar a otra persona es un acto de
humildad, no un favor que se hace al otro. El perdón,
además, tiene el poder de curar cualquier relación que
sufra problemas de confianza.
?
Cumple con tu palabra. Por ejemplo, si dices que vas a
ver a tu pareja al medio día para almorzar, llega a tiempo o
llama si vas a retrasarte. Mantener tu palabra muestra
respeto por ti y por tu pareja y de esta forma envías un
mensaje de confianza y seguridad.
?
La responsabilidad “como bandera”. Tener en
cuenta que responsable significa que tienes la habilidad
113
de responder, no significa que seas la persona a la que se
culpará. Si has estado irritable con tu pareja, acéptalo.
Luego busca la forma de no serlo la siguiente vez. Si no te
encuentras a gusto en tu relación, indaga cuál es la
diferencia de esta relación con las anteriores y cómo
puedes crear una mejor relación en vez de intentar
cambiar a tu pareja.
?
Entiende tu relación como una experiencia de
aprendizaje. Cada uno tiene información importante
que aportar al respecto. Una verdadera relación consiste
en que ambos integrantes se interesen en aprender y
expandir la relación de modo que ésta siga creciendo y
mejorando.
?
Estima personal recíproca. Valórate y aprecia a tu
pareja. En medio de una pelea, puede ser muy difícil
encontrar algo que valorar en nuestra pareja. Comienza a
considerar a tu pareja cuando el estrés se encuentre bajo.
De esa forma, cuando necesites hacerlo en un momento
de estrés, será mucho más sencillo. Dile a tu pareja que la
amas y que no quieres discutir, pero que sí quieres hablar
y hacer que las cosas vayan mejor.
?
Examina tus objetivos. Asegúrate de no intentar que tu
pareja llene cada necesidad en tu vida. Todos
necesitamos amor, intimidad, afecto, cariño, sin embargo
una sola persona no puede darte todo eso. Necesitas
obtener parte de ese cariño de tus amigos, de tu familia y,
sobre todo: ámate como eres. Si intentas cambiar la
forma o la personalidad de una persona, lo único que
obtendrás será complicaciones.
?
Utiliza la comunicación para establecer una base
común de entendimiento para entender diferentes
puntos de vista a la hora de llegar a un acuerdo. Puedes
escoger entre tener la razón y tener una relación
114
saludable. No puedes tener ambas. La mayor parte de la
gente discute para tener la razón y dice: “Si me amas,
entonces...”. Si tu interés es tener la razón en vez de
revisar las opciones con la cabeza fría, lo más seguro es
que no tienes ni tendrás una relación sólida. Tener una
buena relación significa que tu experiencia y la de tu
pareja deben trabajar juntas para obtener un mejor
resultado. Comparte tus miedos y deseos con tu pareja
para poder llegar a un acuerdo y que ambos se beneficien
de la experiencia del otro.
Hay que tener en cuenta, que lo que haces es tan
importante como lo que no haces. Toma las cosas con calma
y piensa las cosas con la “cabeza fría”, reflexiona antes de
actuar. No tiene sentido tratar de arreglar las cosas cuando
las emociones se encuentran en efervescencia. Todas las
buenas relaciones de pareja se basan en el respeto mutuo.
Comunícate con tu pareja en forma constante. Sin
comunicación, no hay relación.
Las relaciones amorosas suelen ser maravillosas, sin
embargo es bueno no idealizar demasiado. Evita glorificar a
tu pareja. Somos seres humanos y contamos con nuestro
envoltorio de defectos. La idealización de la pareja,
comúnmente tiende a obviar estos defectos y a la larga
devolverlos a nuestra mente el momento menos pensado;
esto limita en gran medida tener una relación saludable,
fuerte y estable.
115
Capítulo XVII
Fortaleciendo
la
relación
Los inconvenientes en toda pareja no son ajenos a
las relaciones humanas, lo fundamental es aprender a
solucionarlos. Las parejas se pueden ver afectadas por
diversos problemas que van desde la relación entre ellos,
hasta agentes externos, como el trabajo, amigos, familia y
otros.
Por eso seguiremos insistiendo con algunos
consejos que pueden ayudar en el proceso de intentar
solucionar algunos inconvenientes, que si no solucionamos
a corto tiempo pueden afectar la relación forzosamente. A
raíz de haber indagado un poco más sobre las relaciones
humanas en general, tenemos a bien plantear las siguientes
sugerencias:
?
Cuando necesites decir algo difícil o complicado,
comienza expresando tu afecto hacia él o ella. Evita en
todo momento actuar a la defensiva. Si te es difícil,
puedes hacerlo a través de una carta o una nota, no
importa el medio, lo que interesa sobremanera en una
pareja es la comunicación. Y si esto sirve para la
generalidad de las personas, más aún en una pareja en
donde el amor es el motivo de unión.
?
Si discuten habitualmente por dinero, aunque suene un
poco extremo, la solución puede llegar conformando
cuentas separadas para los gastos individuales, vale decir
de cada uno, y una cuenta conjunta para los gastos del
hogar. Obviamente tendrán que ponerse de acuerdo que
monto manejará cada uno.
119
En algunos casos si no tienes nada que decir, no te
?
esfuerces por inventar algo, los silencios también pueden
ser bien interpretados. No siempre debemos
comunicarnos con la palabra. Los gestos son parte
imprescindible de la comunicación.
Si tienes algo que decir, dilo en el momento, expresar las
?
opiniones o comentarios más tarde sólo traerá
sustanciales problemas.
Por ningún motivo te acuestes enfadada(o). El día debe
?
acabar con la reconciliación de ambos, además, cuanto
más tiempo tardemos en aclarar las discrepancias, más
difícil será la solución.
Si en algún momento tienes el deseo de tener una
?
atención especial, llamarla(o), mandarle un mensaje,
comprarle algo que acabas de ver, o prepararle una cena
sin razón alguna, no te reprimas, esas demostraciones de
afecto espontáneas dan un toque especial a la relación de
pareja.
Los amigos son parte importante de la vida, sin embargo
?
en lo que refiere a la relación de pareja, en ciertas
situaciones, conviene dejarlos afuera. Porque sin querer y
sin mala intención, pueden afectar la relación. Hay que
tener mucho cuidado en ello.
Siempre que hagas algo por tu pareja, hazlo por amor,
?
eso sí nunca en contra de tus principios o valores.
Posteriormente ese acto puede provocar una “revancha”
sin razón, y de hecho con mucho perjuicio.
Vive la sexualidad junto a tu pareja, hablen del tema sin
?
vergüenza y permitan conocerse cada vez más.
No hace falta que hagan todo juntos. Pueden tener
?
actividades diferentes y así disfrutar más el reencuentro.
Si con el paso del tiempo notan que los sentimientos de
?
amor se han deteriorado en demasía y la relación se
120
destruye completamente, incluso después de haber
ingresado a una terapia de pareja y otros mecanismos de
unión e integración familiar, en relación a todos los años
compartidos e incluso sobre los hijos, si inevitablemente
el momento de la separación se presenta, debe
procurarse la mayor cordialidad y amabilidad entre
ambos.
Estos consejos no están dirigidos a la mujer o al
hombre, es bien sabido que la pareja se compone de dos
personas. Estas pautas sugeridas, cumplidas o respetadas
por ambos, permitirán formar una pareja más estable, y con
mayor pronóstico de durabilidad, así mismo un buen
modelo para sus hijos, si los hubiera.
Por último hay que tener presente que una pareja
sólida se va construyendo todos los días, con elementos
básicos como la comunicación, respeto, intimidad, e ideas y
proyectos en común.
121
Capítulo XVIII
Solución
de conflictos
El “conflicto” puede ser interpretado y asumido
como: un problema; una situación difícil que genera
tensión, angustia, dolor o sufrimiento; desacuerdo entre
dos o más personas; una pelea; algo que se puede resolver;
un enfrentamiento; algo para discutir; una preocupación, y
así una serie de acepciones, pero finalmente la palabra
conflicto está asociada a una dificultad.
Hay que tener en cuenta que los conflictos forman
parte de la vida de las personas y se pueden dar en todas las
relaciones humanas, incluso algunas veces entre más
cercanas son las relaciones entre los individuos más
frecuentes suelen ser los conflictos. Por ejemplo, hay
conflictos en el trabajo, con los amigos, con la pareja, con la
familia, con la comunidad e incluso con uno mismo.
Existen muchas causas y situaciones que originan
los conflictos, he aquí algunos de ellos, por cierto los más
significativos: cuando dos o más personas perciben o
interpretan distinto un mismo evento puede darse una gran
diferencia y un conflicto; esto puede suceder con respecto a
gustos y creencias religiosas, políticas, morales, económicas
y culturales; por ejemplo, no todas las personas tienen el
mismo concepto de Dios, ni creen en la misma religión.
Cuando se presenta un conflicto o dificultad algunas
personas reciben solamente una versión de los hechos y con
ella toman partido o decisiones, desconociendo el resto de
versiones o aspectos de esa determinada situación.
Cuando la información que una persona le brinda a
125
otra no es clara y quien la recibe no manifiesta que no
entendió, puede actuar de manera equivocada y provocar
un conflicto.
También cuando una persona agrega, inventa o
pone en boca de otro palabras que no ha mencionado, se
rompe el buen curso de la comunicación. Por ejemplo, el
famoso y antiquísimo chisme. Cuando las personas no
tienen oportunidades para suplir sus necesidades básicas o
ejercer sus derechos pueden generar conflictos.
Frente a estas situaciones aparecen una serie de
sentimientos y emociones, de mal genio, tristeza, euforia,
depresión, desesperación, angustia, incluso problemas de
salud. Sin embargo, nuestra propuesta está dirigida a
entender el conflicto como una gran oportunidad: para
mejorar las condiciones de vida, de aprender, para
conocerse y conocer a otras personas, así como para liberar
las cargas que comúnmente llevamos, y también para
reconocer que podemos equivocarnos.
Realmente cuando se presentan los conflictos, las
personas se enfrentan a situaciones problemáticas y pueden
asumir diferentes actitudes: evadir la situación, asumir el
conflicto en forma violenta y combativa, o enfrentar el
conflicto y resolverlo de manera constructiva, creativa y
pacífica.
Lo importante es que se puedan resolver los
conflictos de manera efectiva para las personas
involucradas. Y se consigue:
1.-Resolviendo positivamente el conflicto, a través de
analizar el problema;
2.- Identificando el conflicto;
3.- Tratando de conocer las causas que lo generaron;
4.-Buscando posibles alternativas de solución, es decir si lo
puede resolver solo(a) o necesita ayuda de otras personas
126
o algún psicoterapeuta;
5.-Reconociendo que la angustia, el enojo y la
desesperación no contribuyen a la solución del conflicto;
6.-Haciendo un listado de posibles enmiendas, revisando
instrumentos y elementos que tiene a su disposición para
resolver el conflicto;
7.-Por último, aplicando las posibles soluciones, vale decir
actuar, ponerse en acción.
Los conflictos no deben asustar a las personas,
porque muchas veces las ayudan a crecer emocionalmente.
Tal es así que los conflictos logran ser positivos o negativos
dependiendo de la habilidad de la persona para resolverlos.
Complementamos con algunas ideas clave en la
resolución de conflictos: aprender a negociar, es decir llegar
a acuerdos justos para cada una de las partes, respetar los
puntos de vista del otro, aprender a escuchar otras
posiciones diferentes a las propias, construir con la pareja,
conocer sus derechos y los de los demás.
Como recomendación final, debemos tener en
cuenta que los conflictos definitivamente no se resuelven
con: violencia, gritos y malas palabras, ignorándolos,
encerrándote a llorar, quedándote callado(a), esperando a
que se solucionen solos, y menos buscando soluciones
mágicas.
Así es que recapacite optimistamente y tenga en
cuenta lo que Lao Zi, pensador chino cuya filosofía dio
origen al Taoísmo, planteó: «Los hombres nacen suaves y
flexibles. En la muerte son rígidos y duros. Las plantas nacen tiernas y
d ó c i l es. En l a m u er t e so n sec a s y q u eb r a d i za s.
Entonces, cualquiera que sea rígido e inflexible, es un discípulo de la
muerte. Cualquiera que sea suave, abierto y flexible, es un discípulo de
la vida». Natural conclusión para meditar y luego actuar en
beneficio de mejorar la relación de pareja, de esta forma se
busca fortalecer la concordia de ambos.
127
Capítulo XIX
¿La felicidad?
Cuando Juan habla de Mariana, la más tierna de sus
sonrisas ilumina su rostro. No hay mujer más elegante,
atractiva, buena y hermosa que su esposa. Y no puede
imaginar un simple viaje sin su compañía.
Ella lo sabe todo sobre él y él conoce hasta los más
íntimos sentimientos de ella. De vez en cuando discuten,
pero saben cómo reconciliarse. Es un ejercicio que sale casi
de manera natural.
En realidad, Mariana y Juan no están en su fase de
“luna de miel”. Cuarenta años de matrimonio, cuatro hijos y
cinco nietos no han hecho más que consolidar su amor. Se
conocieron siendo muy jóvenes, y desde entonces están
profundamente enamorados.
Está claro que ellos, al igual que muchas parejas que
conocemos, han logrado la felicidad en el matrimonio: su
amor es para toda la vida. Han comprendido que una
relación satisfactoria y duradera no sucede al azar, sino que
la vida matrimonial está llena de momentos para construirla
con mayor solidez.
¿Cual es su secreto? Ellos nos manifiestan estas
interesantes sugerencias: “Poner al otro por encima de uno
mismo”. Muchos de los matrimonios que se rompen lo
hacen por no vivir esta sencilla máxima. El egoísmo no
funciona en un matrimonio. A menudo las parejas son más
egoístas entre sí que con sus amigos. Se preocupan por estar
al tanto de los éxitos y acontecimientos en la vida de sus
amigos, por buscar áreas de interés común, y ceder para
131
evitar romper una amistad. Y sin embargo, no ponen la
misma energía cuando se trata de la relación con su
esposo/a.
Los mejores matrimonios son aquellos en los que
rige el principio de dar en lugar de recibir, donde los esposos
colocan las necesidades, aspiraciones, esperanzas y sueños
de su pareja por delante de los propios.
Otro interesante detalle son los halagos, al menos
una vez al día, busca algo positivo que decir a tu esposo/a.
Pon atención a lo largo del día, para encontrar un pretexto
real para halagar. Samuel Johnson escribió en el siglo XVIII:
“El aplauso de un solo ser humano tiene grandes consecuencias en la
vida de una persona”.
El psicólogo John Gottman, que estudió las
relaciones de pareja en dos mil matrimonios, afirma que por
cada comentario o acción negativa se precisan al menos
cinco positivas que las puedan contrarrestar, para que el
amor de la pareja se mantenga fresco. Gottman recomienda
todos los piropos, sonrisas y manifestaciones de ternura
posibles, al tiempo que advierte contra la crítica, el rencor y
las actitudes defensivas.
Las crisis como fortaleza. Nada une más a las parejas
que permanecer unidos en tiempos de crisis. El psicólogo
Paul Pearsall, autor de “Laws of Lasting Love” describe
cómo la fortaleza de su esposa, siempre a su lado durante el
tiempo en que se enfrentó a un terrible cáncer, le ayudó a
superar los fatalistas pronósticos de sus doctores.
Pearsall relata cómo su mujer le agarró con fuerza y
le llevó de un médico a otro hasta que dieron con uno que
pudo salvar su vida: “éramos uno solo; nos movíamos a un tiempo,
con la esperanza de encontrar un doctor que no confundiera el
diagnóstico con un veredicto. Nunca habría podido caminar a mi
curación por mí mismo”.
132
Es un mito que las parejas felices tienen vidas,
intereses y actividades independientes. Para escribir su libro
“Lucky in Love: The Secrets of Happy Couples and How
Their Marriages Thrive”, la psicóloga Catherine Johnson
entrevistó matrimonios de todos los Estados Unidos que
llevan casados entre 7 y 55 años. Más de la mitad
describieron su matrimonio como “muy feliz”.
Johnson se dio cuenta de que una característica
común a todas las parejas felices era que pasaban buenos
tiempos juntos, a pesar de no compartir los mismos
intereses. En su opinión, la idea de que “es esencial
mantener identidades separadas” es errónea. Estas parejas
supieron encontrar una “identidad compartida”.
Es clave la famosa lectura bíblica que termina con la
frase: “El amor todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo
soporta”. Lamentablemente, muchas parejas despojan a su
relación de toda alegría, esperanza y amor, simplemente
porque olvidan los aspectos positivos de su pareja y ven sólo
lo negativo. Y esto tiene terribles consecuencias en el
matrimonio.
El escritor John Powell indica acertadamente: “Son
las actitudes las que hacen que una misma experiencia sea agradable o
dolorosa”. En el matrimonio también sucede así: es necesario
mantener una actitud positiva hacia la pareja, educando los
ojos y la mente para encontrar lo positivo que tiene incluso
el rasgo que menos agradable nos resulta: Por ejemplo en
lugar de calificar a tu esposo como “demasiado estricto”,
seguro que puedes describirlo como disciplinado, maduro,
reflexivo y fiel a sus principios. Por otro lado si crees que tu
esposa es “excesivamente extrovertida”, puedes ver a tu
mujer como vital, positiva, entusiasta y alegre.
Además es muy bueno expresar tu amor
frecuentemente y con creatividad. Piensa en qué forma
133
especial e inesperada puedes sorprender a tu esposo(a),
recordándole que es lo más importante de tu vida.
Es importante que tu matrimonio lo tengas como
prioridad uno, la psicóloga Judith Wallerstein, en un estudio
sobre 50 matrimonios felices, destaca que todos ellos
declararon que construir un matrimonio sólido y duradero
había sido el compromiso más importante de toda su vida
de adultos. Es un gran consejo para asegurar un amor para
toda la vida. Muchas parejas priorizan los bienes materiales
o sus estudios o el trabajo, etc. Por supuesto que son
trascendentes, sin embargo es importante evaluar las
prioridades que te harán feliz.
134
Capítulo XX
El mito
de la
convivencia
Existen una serie de inquietudes e interrogantes
frente a la relación de pareja, sin embargo se presenta
comúnmente esta pregunta: ¿La permanente convivencia
puede mantener fuerte y estable la relación de una pareja o,
por el contrario, perjudicarla y provocar la ruptura? Los
últimos hallazgos en el campo de la neuro química indican
que ambas cosas son posibles. Si una pareja no logra superar
los obstáculos de las distintas etapas del matrimonio, quizá
acabe por separarse. A menudo la ruptura es predecible
porque el cerebro dicta una serie de reacciones naturales
durante cada fase de la relación. De la manera como se
afronten esas etapas depende que el matrimonio perdure o
se acabe.
Comprender las diferencias conductuales que
existen entre el varón y la mujer puede ser la clave para que el
amor perdure toda la vida, por lo que se sugiere establecer
acciones de apego, como salir solos a cenar, llamarse por
teléfono o enviarse mensajes electrónicos cuando alguno de
los dos sale de viaje. Tales hábitos se convierten en
excelentes aliados y estrategias de éxito que sostienen la
relación, sin embargo cada momento del matrimonio no
tiene que ser íntimo: ambos deben saber que esos actos son
para mantener la fuerza del amor cuando la vida se vuelve
complicada y estresante.
Es bueno tratarse con amabilidad y respeto en por lo
menos noventa por ciento de las interacciones. Los lóbulos
frontales de nuestro cerebro cumplen su función con
137
madurez cuando nos damos cuenta de que la amabilidad es
fundamental para tener un matrimonio feliz.
Resolver las desavenencias en vez de dejar que la
situación empeore. Es importante ofrecerse disculpas por el
mal genio y procurar solucionar los conflictos lo antes
posible. En todo caso, si es necesario, acudir a un
especialista en busca de ayuda.
Respetar sus originalidades y diferencias, sobre todo
las de género. Si el marido acapara el control remoto cuando
ven televisión, la mujer, en vez de enojarse, debe intentar
tolerar de buen agrado. Y cuando ella quiere hablar sobre
sus sentimientos, él sabe lo importante que es esto para su
esposa y es básico darse tiempo para escucharla.
Mantener su círculo personal de amigos (por lo
común mujeres en el caso de ella y hombres en el de él) y es
fundamental alentarse para conservar esas amistades. Con
el tiempo llegan a descubrir que, aunque su cónyuge es su
mejor amigo, aún satisfacen muchas de sus necesidades
emocionales a través de otras personas.
Es importante concederse distintos dominios
conyugales. Si para uno es muy importante una actividad
especial, pasatiempo, deporte o cierta forma de socializar, el
otro lo respeta y alienta. Así, cada uno tiene espacios,
tiempos y actividades propios que le brindan libertad e
independencia.
Es fundamental tener conciencia de que los
sentimientos que existen entre los dos tal vez cambien con
el paso de los años y que ese cambio es natural. La química
cerebral determina en parte que esto ocurra, así que resulta
inútil tratar de evitarlo. Es mejor dejar que la biología lo guíe
a uno hacia la comprensión y hacia un amor original y
perdurable. A fin de cuentas todos los seres humanos
somos criaturas de la naturaleza, y ella sin duda es muy sabia.
138
Aquí compartimos el Decálogo de la Pareja Feliz:
1.- Nunca estén enfadados los dos a la vez.
2.- No se griten jamás, a no ser que la casa se incendie.
3.- Si uno de los dos debe ganar una discusión, deja que sea
el otro.
4.- Si tienes que criticar, hazlo con amor y delicadeza.
5.- Nunca menciones errores del pasado.
6.- Olvídate del mundo entero antes que de tu pareja.
7.- Nunca se vayan a dormir sin haber hecho las paces por
una discusión.
8.- Al menos una vez al día, hazle un comentario amable o
ten un gesto de amor.
9.- Cuando te hayas equivocado, admítelo y pide perdón. Si
se equivoca, perdónale.
10.-Se necesitan dos para una pelea, y quien no tiene la
razón es habitualmente el que más habla.
Adicionalmente recomendamos leer a David Niven,
quien en su obra “Los 100 Secretos de las Parejas Felices” ha
recolectado la información más significativa y reciente de
los miles de estudios que se han hecho acerca de las
relaciones, y la presenta de una manera clara y fácil de
comprender. Los consejos no están basados en la
experiencia o las opiniones de una persona en particular.
Están fundados en las investigaciones de
reconocidos científicos que estudian las vidas y los amores
de los estadounidenses. Es más, cada uno de los 100
secretos va ilustrado por una historieta que lo justifica.
139
Capítulo XXI
Puntos
de encuentro
En algunas parejas, son muy comunes interrogantes
como: ¿De verdad somos el uno para el otro? ¿Tenemos las
condiciones para ser una excelente pareja? ¿Envejeceremos
juntos después de haber compartido una vida armoniosa?
Es muy difícil responder a estas incógnitas con exactitud y
anticipar lo que pueda suceder, pero hay indicios para saber
si su realidad amorosa tiene un buen futuro.
Ni siquiera el mejor vidente puede anticipar con
absoluta certeza el futuro de una pareja, sin embargo
teniendo claro ciertos puntos y manteniéndose atento sobre
lo que ocurre en la relación se pueden distinguir qué
posibilidades existen de que el amor sea duradero.
Los apoyos mutuos y las alternativas de solución son
un buen indicio con respecto a la buena marcha y el grato
por venir de una relación de pareja.
Hay que tener en cuenta que la mayoría de la gente
idealiza el amor por la educación que ha recibido y la cultura
que le rodea: las películas invitan a soñar con relaciones
románticas o con “medias naranjas” destinadas a
encontrarse y las canciones dicen cosas como “sin ti no soy
nada” o “era nadie hasta que te conocí…” y proposiciones
por el estilo.
Cuando uno se enamora suele adaptar su
comportamiento a las expectativas que tiene respecto a la
otra persona, o a la idea distorsionadamente romántica que
se ha construido sobre el amor, sin embargo tarde o
temprano, surge la propia personalidad, y también las
143
primeras desilusiones, si el otro no se ajusta a lo que se
fantaseaba.
Darse por vencido ante la primera diferencia
substancial que surja con su pareja no es ninguna solución,
ya que ni las relaciones ni las personas somos perfectas. Para
mejorarlas hace falta una labor rigurosa y constante. Las
buenas relaciones de pareja se construyen día a día y por
ambas partes, esforzándose por vigilar las cosas que las
debilitan y potenciando lo que refuerza el afecto. P u e d e
que esto acabe con la idea romántica del amor, sin embargo
evitará sorpresas más adelante, porque como ha afirmado
con tanta ironía como sabiduría la escritora madrileña
Gloria Fuertes: “Si su noviazgo es comedia, su matrimonio será
drama”.
Una mala elección es bastante común. “Nos metemos
en relaciones sin sentido porque a menudo nos guiamos por nuestros
corazones en vez de por nuestra cabeza, y nos sentimos atraídos por el
físico de alguien, en vez de por su forma de ser” señala Steve Scott,
autor de “Aconsejado por un millonario”.
Para evitar relaciones sin sentido en el futuro, Steve
Scott sugiere que piense en la clase de relación que quiere y
en la persona que puede dársela. He incluso sugiere algunos
pasos:
?
Escriba qué cosas quiere de la relación. “Por ejemplo puede
querer una relación en la que sus necesidades emocionales y físicas
estén satisfechas; una en la que haya una confianza total,
compromiso y seguridad; una en la que la comunicación en ambos
sentidos sea perfecta o una relación en la que su pareja esté tan
deseoso de satisfacer sus necesidades como usted las suyas”.
?
Tenga claras cuáles son sus metas. Pregúntese a usted
mismo qué pasos le llevarán a sus objetivos. Si busca a
una persona estable emocionalmente, una meta debe ser
asegurarse de que se está bien emocionalmente para
144
poder atraer a una persona equilibrada.
?
Traduzca cada meta en una serie de pasos. Puede que le
ayude leer un libro de auto ayuda o también la
meditación. “Aunque este proceso le puede llevar una hora o dos,
le puede ayudar a conseguir con mayor rapidez el tipo de relación
que desea”.
Y no subestime el poder de la personalidad a la hora
de buscar una pareja mejor.
“Una vez que entienda la personalidad de su pareja,
entenderá la forma de satisfacer sus necesidades, así como la forma más
eficaz de comunicarse con él o ella y motivarle para que haga lo mejor
por la relación”, dice Steve. “También comprenderá sus necesidades y
lo que es preciso para satisfacerlas. Sin esta evaluación, estará dando
palos de ciego y su relación tiene muchas posibilidades de extinguirse”.
Marilyn Graman psicoterapeuta neoyorquina, tiene
su consulta en Greenwich Village, Nueva York. En 1984
creó el Life Works Inc., y desde entonces realiza talleres y
seminarios para que las mujeres consigan hacer realidad lo
que desean en su vida. Actualmente se desarrollan
seminarios de cuatro semanas en la ciudad de Buenos Aires,
Argentina, en base a este programa. Autora del libro “Los
príncipes no existen y otras verdades que tu madre nunca te
contó”, afirma que muchas veces no buscamos la
información suficiente acerca de la otra persona cuando
empezamos a salir. “Es importante conocer el pasado amoroso de
alguien, porque tiene mucho que ver con cómo se comportará en el
futuro”, nos aconseja.
Las disputas indican la salud de la relación. Son
positivas cuando persiguen una solución, por supuesto
fundamentándolas y llegando a acuerdos, sin violencia, ni
humillaciones, entonces sirven para que la relación
funcione, como un nexo de atracción para revivir la vida en
pareja.
145
En cambio, pueden ser negativas si involucran a
terceras personas para conseguir un fin o implican una
crítica constante, la infravaloración o juicios personales
sobre la otra persona, o recurren al chantaje psicológico,
recurriendo a frases del tipo: "si no haces esto, dejo de hacer
aquello...".
También son una señal de que algo va muy mal
cuando terminan con un silencio, quedando mudo como
por respuesta ó haciendo caso omiso del otro para minar su
paciencia con la indiferencia.
Finalmente, las discusiones son un punto de no
retorno cuando comienzan exigiendo a la pareja
concesiones que aquella no está dispuesta a dar, cuando se
reacciona siempre negando para no perder la batalla o
cediendo para no discutir más, y cuando en vez de sugerir se
intenta imponer algo al otro o doblegarlo.
146
Capítulo XXII
Mejorando
la
comunicación
La singularidad es uno de los aspectos a considerar
en la comunicación, como tal no existe una regla básica para
mejorar la comunicación dentro de la pareja, además cada
pareja es un mundo distinto, incluso maneja un lenguaje
único. Lo que sí debería existir, como forma para mejorar la
comunicación, es la voluntad, el interés, y la disponibilidad,
por parte de ambos, para que este espacio sea creado,
primero, y luego, vivido intensamente, en la medida de lo
posible. Si lo que quieren es una relación estable y sólida, la
mejor vía, el más acertado camino, es por la comunicación
efectiva. Si bien es cierto que no existen reglas básicas, sin
embargo nos animamos a sugerir:
?
Lo primero, es observar el tipo de comunicación que
llevamos a cabo con nuestra pareja. Dediquemos unos
días de observación libre de juicios y culpabilidades.
Funciona muy bien conectar una grabadora en
momentos habituales de conflicto o de sobrecarga
familiar. Es un ejercicio sano pero, a veces, de
conclusiones difíciles de aceptar cuando la dura realidad
supera todas las previsiones ideales.
?
Practicar la escucha activa y reflexionar cada una de
las intervenciones. Valorar hasta qué punto merece
prioridad atender al otro frente a la tarea que estemos
realizando; en cualquier caso, nuestra respuesta ha de ser
lo suficientemente correcta para no menospreciar su
necesidad de comunicación.
?
Si no podemos prestar la atención necesaria en ese
149
momento, y razonar con él o ella, es recomendable un
aplazamiento del acto comunicativo para más tarde.
Podemos decir simplemente: “dame diez minutos y enseguida
estoy contigo”. Recordemos después agradecer su paciencia
y su capacidad de espera.
?
Evitar el empleo del mismo tipo de respuestas, de
forma sistemática, para que nuestra pareja no piense que
siempre somos autoritarios, que le hagamos sentir culpable,
que le quitamos importancia a las cosas o le damos
sermones.
?
Dejar las culpabilidades a un lado. Si hasta hoy no
hemos sido un modelo de comunicadores, pensemos que
podemos mejorar y adaptarnos a una nueva forma de
comunicación que revertirá en un bien de nuestra
relación suavizando o incluso extinguiendo muchos de
los conflictos habituales en la acción cotidiana.
?
Cuando decidamos cambiar o mejorar hacia una
comunicación más abierta, es aconsejable establecer un
tiempo y un espacio especial para ello, por ejemplo elegir un
día de la semana para salir juntos, así compartir un momento
de tranquilidad y además considerar que debemos
modificar para crecer emocionalmente y conseguir
resultados positivos.
?
Debe existir una total libertad en la comunicación
dentro de la pareja. Nunca conviene tener temas tabú,
incluso es conveniente expresar con entera libertad aquello
que pueda no acabarnos de gustar de nuestra pareja. Todo
va a contribuir a fortalecer la relación, a enriquecerla.
?
Y como actos comunicativos, alcanzamos diez
conductas para generar una mejor comunicación, citados
por Bornstein, Philip H.; y, Bornstein, Marcy T. en la obra
“Terapia de pareja: enfoque conductual-sistémico”.
Ser positivo (”me agrada que...”, “me gusta la forma que
150
tú...”,etc.). Ser flexible. Ser breve. Ser asertivo, no atacar, no
ser sumiso (a), decir lo que se piensa sin ira. No estar a la
defensiva. Personalizar los comentarios (yo creo, a mi me
parece, opino que...). Hacer constar los acuerdos cuando se
producen. Valorar el tono de voz. Expresar afecto. Utilizar
una "franqueza" comedida y no una "franqueza" brutal.
?
Siempre tener en cuenta que la única manera en que
nutrimos cualquier relación es a través de la comunicación.
No podemos amar lo que no conocemos. La comunicación
en la pareja abarca varios aspectos, a través de los cuales
podemos lograr ese acercamiento.
La pareja es un proyecto de dos personas que
deciden unir su vida. Para ello, necesitan compartir de
forma incondicional todo lo que son y tienen, y eso exige
una comunicación fluida entre ambos. Y como factor
adicional están las miradas, los gestos, la sonrisa, la
expresión facial, que forman parte del lenguaje no verbal y
que, en la mayoría de las ocasiones, es más expresivo y
cercano que las propias palabras.
Normalmente, una sonrisa, un silencio oportuno o
una caricia suponen una complicidad o acercamiento hacia
nuestra pareja, imposible de expresarlo en el lenguaje
verbal. Ante una discrepancia en ambos tipos de lenguaje,
damos en algunos casos mayor credibilidad al lenguaje no
verbal.
La comunicación efectiva y libre, total, irá
mejorando de a poco la vida diaria, permitiendo llegar a
conocer y comprender mejor a nuestra pareja cada día.
151
Capítulo XXIII
El compromiso
y
la
pareja
repercusión
familiar
de la
Los problemas económicos y la infidelidad son las
causas más frecuentes de separaciones y divorcios, sin
embargo la falta de preparación antes del matrimonio y el
mínimo compromiso para asumirlo, alcanzan a ser el
fundamento de la mayor causa de los fracasos en la relación
de pareja.
Karen Benson es una especialista en el desarrollo de
la familia y del niño, del Servicio de Extensión de la
Universidad Estatal de Mississippi en el condado de
Neshoba, de Norteamérica. Ella plantea que es común
entre las parejas vivir juntos sin casarse, y las parejas jóvenes
que se casan hoy en día están expuestas a un alto riesgo de
divorcio.
No obstante Benson cita una reciente encuesta, en la
que el 92% de las parejas piensa que el matrimonio es un
compromiso para toda la vida y que el divorcio es sólo
aceptable en extremas circunstancias. “A pesar de que creemos
en el matrimonio, obviamente no tenemos las cualidades para mantener
estas relaciones en estado saludable y con parejas juntas hasta 'que la
muerte los separe',” señala Benson. “Las cualidades necesarias
incluyen compromiso, saber resolver los conflictos, solucionar
problemas, comunicación, afecto, amabilidad y respeto.”
Esa misma encuesta también reveló el deseo de
contar con más educación para parejas antes del
casamiento. “Las parejas, especialmente las parejas jóvenes,
necesitan ayuda para analizar las razones principales por las que
quieren casarse”, y ese es un tema muy importante. “A la larga,
155
la educación antes del matrimonio puede ayudar a las parejas a
aprender las cualidades valorables que los prepararán para tener una
relación larga y exitosa”.
También menciona que las parejas en relaciones de
largo tiempo, se enamoran y desenamoran durante su vida.
“Cuando se pierde el romance, ahí es cuando comienza la verdadera
relación de pareja”, dice Benson.
Tabitha Staier, especialista en educación de la familia
y reglas conductuales, dice que los esfuerzos para proveer
más apoyo a las parejas, incluyendo la educación antes del
matrimonio, debe ser a través de seminarios sobre el
casamiento y actividades diversas de preparación. “Debemos
esforzarnos en ayudar a las parejas a través de programas duraderos”,
comenta Staier.
Por otro lado, la especialista atribuye el ranking
pobre del Estado sobre el bienestar del niño, debido a la
ruptura del hogar tradicional formado por papá y mamá.
En KIDS COUNT, publicación de la Fundación
Australiana de la Infancia (The Australian Childhood
Foundation), se sostiene: “La manera en que los padres manejan
los conflictos tiene un efecto importante en los hijos. El sentido de
seguridad y bienestar de los niños está íntimamente relacionado con la
manera en que los padres se comportan entre sí”. Ese es un punto
muy importante que los padres deben tener en cuenta.
“Cuando los padres se llevan bien entre sí, su relación sirve de
base segura para apoyar la exploración y las relaciones del niño o la
niña con otros. Los niños pueden sobrellevar y aprender cómo resolver
los conflictos si ven que los padres están en desacuerdo de vez en cuando
y resuelven sus diferencias de manera constructiva. Sin embargo, los
niños se sienten significativamente afectados en forma negativa si surgen
frecuentes conflictos sin resolver entre los padres”. Es por ello
recomendable que los niños no escuchen o vean las
discusiones o disputas, para no sentirse negativamente
156
afectados por éstos. “Los niños son muy sensibles al clima
emocional de la casa y captan las tensiones fácilmente”. El resultado
puede ser muy dañino para los pequeños. “El conflicto puede
producir angustia y daño a los niños. Los conflictos severos entre los
padres pueden causar problemas de comportamiento, socialización y
desarrollo en algunos niños. Estos niños pueden sentirse angustiados,
ansiosos, ser pegajosos, agresivos y desobedientes. Pueden sufrir
disturbios de sueño, problemas de concentración y aprendizaje así como
dificultades en las relaciones con sus compañeros”.
También se indica que “los niños tienen más
predisposición a vivir en la pobreza, experimentar el abuso o tener
problemas de comportamiento o emocionales, si sus padres nunca se
casaron o si son divorciados,” sostiene Staire. “También están más
predispuestos a tener problemas en la escuela o al uso de drogas.”
Adicionalmente Staier sugiere que los adultos
tienden a tener reacciones más favorables si están casados.
“Los estudios han demostrado que los adultos casados son físicamente y
emocionalmente más saludables y más productivos en el trabajo, que los
que no se casaron, se divorciaron o son adultos viudos”.
Son planteamientos serios, de investigadores de la
conducta humana, que en esta oportunidad compartimos
para exhortar a la reflexión y así encontrar alternativas de
solución frente a la realidad que se vive actualmente.
157
Capítulo XXIV
Pareja
y
familia
Teniendo en cuenta que la formación de la pareja es
el punto de partida para la constitución de la familia y que
sucede como evolución en la interacción social, es de mucha
importancia ser consecuente de este proceso, para la mejora
de la vida familiar.
Generalmente la realidad es que con el paso del
tiempo y al nacimiento de los niños la pareja va quedando
postergada ya que los adultos están constantemente
enfocados en su rol de padres. Esto trae consigo
dificultades entre los miembros de la pareja que afectan
finalmente a todo el grupo familiar.
Los conflictos generalmente se relacionan con la
falta de espacios -tiempos y privacidad- para estar juntos,
para conversar y compartir experiencias como pareja -como
lo hacían durante la etapa del enamoramiento o el noviazgo.
Esto puede afectar incluso la vida sexual de la pareja
provocando muchas veces problemas difíciles de resolver.
Es sumamente importante que la pareja no pierda
sus espacios y que los padres se den un tiempo de su rol de
padres para estar juntos como pareja. Una familia que
mantenga claramente los espacios para la pareja, tiende a
tener menos dificultades en sus relaciones familiares e
interpersonales.
Hay que tener presente que al formalizarse la pareja,
cada uno de ellos tiene un estilo de vida particular,
costumbres y formas de vivir en familia derivados de su
familia de origen, con la cual ha vivido su historia familiar
161
hasta antes de contraer un nuevo compromiso. A partir de
allí ambos deben ser capaces de negociar para establecer
una nueva y propia forma de vivir en familia y en pareja, con
elementos que cada uno aporta de sus experiencias
familiares anteriores.
En esta etapa las expectativas que cada uno tiene
sobre como debería comportarse el otro, tienden a
complicar la convivencia diaria, apareciendo pequeñas
discusiones sobre lo cotidiano que afectan la relación. Para
resolver estas dificultades habituales la clave está en
entender que el otro no es como yo espero que sea y que las
diferencias son la base de esta convivencia que se inicia. A la
manifestación de estas características deben ser capaces de
ir llegando a acuerdos comunes sobre como se van a hacer
las cosas. El amor que ha unido a la pareja permitirá ceder
ante los desacuerdos y aceptar costumbres y conductas que
antes no habrían aceptado. La definición en conjunto y el
respeto por el otro -este otro que es distinto a como yo esperaba- son
los aspectos fundamentales para una convivencia más
armónica y grata en esta nueva pareja, en esta nueva familia.
Vivir en pareja involucra también la necesidad de
espacios personales para cada uno de sus miembros. A su
vez significa que cada uno tenga espacios de tiempo para
desarrollarse como persona y aportar elementos nuevos
para enriquecer la relación. Esto genera muchas veces
temor de perder al otro cada vez que este intenta buscar
estos tiempos para sí mismo, pero el miedo inicial
desaparece en la medida que la pareja es capaz de establecer
relaciones más profundas y significativas.
Existen algunas parejas que establecen relaciones
simbióticas -en las que ambos son como uno solo- que
generalmente determinan un estilo de vida solitario, con
pocas amistades, y en las que cada uno depende del otro. El
162
riesgo de estas relaciones es la soledad de la pareja frente al
mundo externo y que se geste la inflexibilidad en este estilo
de vivir hacia el interior de la familia y la pareja. Esto
también puede ser vivido por alguno de los miembros como
una pérdida de su identidad personal, provocando
sentimientos de rabia y frustración difíciles de enfrentar
para ambos.
La expresión del afecto es uno de los aspectos
fundamentales de la vida de pareja y en cierto modo define
la opción de vivir juntos. En la medida que la relación va
asentándose prevalecen las manifestaciones de afecto pero
surge un nuevo panorama de experiencias afectivas: el ser
padres. Así las manifestaciones de afecto, que tanta
importancia tiene para la vida de la pareja, deben además ser
compartidas con la expresión de afecto hacia los hijos. Los
actos de ternura y amor del uno hacia el otro no sólo son
importantes para la pareja sino que constituyen un modelo
de relación que genera gran seguridad y confianza en los
hijos.
Las expresiones de cariño y afecto constituyen un
lenguaje común entre los miembros de la pareja, que
permite que cada uno exteriorice sus emociones y
sentimientos. Esto genera una mayor profundidad y
confianza entre ambos. Los espacios de comunicación
afectiva son fundamentales para la pareja y permiten
además mejorar la vida sexual, ligándola a la afectividad.
A lo largo del desarrollo de la familia, la pareja debe
vivir múltiples cambios propios de las etapas de vida que
están pasando. A pesar de los cambios en su relación con los
hijos o con el contexto social y laboral, la pareja debe
adaptarse a los cambios en general.
163
En este aspecto es de gran valía la capacidad de la
pareja para seguir teniendo una vida afectiva en que ambos
compartan sus experiencias, dolores, frustraciones, éxitos y
felicidad. El apoyo que se ofrezca el uno al otro es de suma
importancia para enfrentar las dificultades habituales que
viven todas las familias.
Cuando las parejas son capaces de flexibilizar sus
roles y compartir las tareas, la convivencia mejora y se
pueden enfrentar sin dificultades los pequeños detalles
propios de la convivencia en pareja. Cada pareja deberá
resolver a su modo qué compartir y cómo hacerlo.
Estos, además son aspectos de trascendentales
momentos que influyen directamente en el clima afectivo de
la pareja y constituyen un excelente modelo para los hijos,
que posteriormente podrán alcanzar el éxito en la evolución
personal y en su futura convivencia familiar en otro
contexto.
164
Capítulo XXV
Desarrollo
familiar
y los
problemas
en
pareja
“La familia es un sistema de cambio constante que al
transformarse en disfuncional, detiene su proceso evolutivo”. Lo
afirmó Verónica Kenigstein, Licenciada en Comunicación
Social y Master en Sexualidad Humana y Género en la
Universidad de la Laguna, Tenerife-España, en una
conferencia.
Cuando esto ocurre, cada uno de sus integrantes,
que posee diferente estructura psíquica y emocional, van
realizando cambios a nivel individual que amplifica la
alteración del sistema familiar, en especial de la pareja.
Generalmente sucede que cuando la pareja logra la
plenitud de su vida intelectual, social y laboral, ésta coincide
con la adolescencia de los hijos y la vejez de sus propios
padres, así como la necesidad de una reestructuración de las
funciones de la pareja, donde se presentan situaciones
como la lucha por el poder de decisión, administración de
los ingresos, categorización de los espacios, aceptación de
nuevas formas de interacción de los integrantes de la
familia.
En este contexto pueden aparecer diversas
problemáticas: aumento de las manifestaciones neuróticas,
tales como ataduras mentales, trastornos físicos sin
enfermedad que los justifique, intentos de divorcios,
disminución de la líbido, dificultades de comunicación con
los padres ancianos y/o hijos adolescentes, cambio en la
imagen corporal y de hábitos deportivos y sociales, lenta
pérdida de la autoestima y la espiritualidad, preocupación
167
exacerbada por el juicio ajeno, terquedad como voluntad,
necesidad de control sobre los demás, exagerado
perfeccionismo, superficialidad en las relaciones, búsqueda
de la alegría y la espontaneidad a través de las drogas,
alcohol y excesos en la comida, falta de visión global en
situaciones problemáticas, carencia de actitudes solidarias,
exagerado egoísmo.
La aparición de una sola de estas características es
motivo de la pérdida de recursos saludables e impedimento
para el bienestar individual y familiar.
Solemos casarnos con la ilusión de un romance
perpetuo, ideal, idílico, que jamás se apagará. Sin embargo,
el tiempo nos pasa la factura, donde lo ideal parece
reemplazarse por las urgencias de cumplir con las
responsabilidades, los trabajos del hogar, las compras
domésticas y atender la educación de los hijos, lo que genera
en algunas familias las alteraciones antes descritas.
Así, la ilusión de "ser felices por siempre" se va
despintando y podemos entonces confundirnos sobre
nuestras sensaciones. Por eso, insistimos también en
sugerir: continuar con esos detalles que tanto nos resultaron
en la etapa del enamoramiento, como flores, chocolates,
cenas, etc.
Es buena idea comprar entradas para asistir al cine.
Se permite alquilar un par de películas, una para los hijos, y
otra para los padres, para ver más tarde (no confundir
películas adultas con "películas para adultos"), por ejemplo
elijan una comedia romántica o una dramática que
impresione a su pareja.
Tómense de las manos, y salgan cuanto antes de la
rutina cotidiana. Incluso un paseo por el barrio, mirando la
luna y las estrellas, puede hacer que regresen esas mágicas
sensaciones que experimentaban años atrás, es bueno
168
aprovechar la ocasión para fortalecer la comunicación.
Aprendan nuevas técnicas de masajes, para aplicarse el uno
al otro. Háganse masajes y caricias.
Planifique tomarse ambos alguna mañana libre en el
trabajo, y, cuando sus hijos no estén en casa, sientan la gloria
de estar juntos a solas.
Hay que hacerle saber al otro que nos importa y que
forma parte de nuestras prioridades en la vida. Es valioso
hacerlo con mucha honestidad.
La reflexión y acción sobre la problemática visible y
la búsqueda de apoyo terapéutico son necesarias para
restablecer el equilibrio de pareja y familiar.
“He cometido el peor de los pecados que un hombre puede
cometer. No he sido feliz”. Son las palabras de Jorge Luis Borges
que nos invita a la reflexión. ¿Soy feliz? ¿Me he
comprometido en la búsqueda de mi felicidad? Vale como
un recorrido por nuestro interior, porque la satisfacción
vital sólo podemos hallarla dentro, porque los recursos de
nuestra mente, son exclusivamente nuestros y solamente
nosotros podemos usarlos correctamente. Como el poema
de Borges, es una invitación, fundamentalmente a la acción.
Y desde nuestros interior, fortalecidos, dispuestos a amar la
vida, irradiar gratitud, generosidad, confianza y alegría de
vivir.
169
Capítulo XXVI
Las
parejas
“disparejas”
“El amor no tiene edad, no entiende de razas, ni religiones o
atributos físicos”. Es la afirmación de un famoso refrán. No
obstante, hay parejas que chocan por su diversidad, famosos
que se emparejan de la forma atípica. El amor es
imprevisible y, en ocasiones, surge entre las personas menos
compatibles, como es el caso del presidente francés Nicolás
Sarkozy y la cantante Carla Bruni, según una publicación de
la revista española FHM. “Ella es considerada una chica buena,
que se unió al hombre menos esperado”, señala dicha publicación.
Otra de las parejas que figura en el top 25 de la
revista FHM es la de la cantante Jennifer López y Marc
Anthony. “La cantante se caracteriza por salir con personajes poco
compatibles. Ya cambió varias veces de amantes y esposos, aunque por
el momento, parecería tener una relación estable con el salsero, con
quien ya tuvo dos niños”, lo divulgan en una de sus ediciones.
Según el diario Montevideo, el actor norteamericano
Tom Cruise y Katie Holmes aparecen en el puesto once.
“Cuesta creer cómo la dulce estrella adolescente puede soportar las
diferencias que los separan, tales como, la estatura, la edad y esos
amigos raros de Tom”, indica el periódico.
Los que no podían faltar en la lista son el director
Woody Allen y la coreana Soon Yi, hija adoptiva de Mia
Farrow, ex esposa del talentoso artista.
No muy atrás destacan el actor de “Indiana Jones”,
Harrison Ford y la actriz Calistha Flockhart (22 años menor
que él), lo cual demuestra que hay romances muy difíciles de
173
explicar. El amor de estos famosos también rebasa
cualquier gran diferencia de altura: Shakira 1.62 m. y
Antonio de la Rúa 1.80 m; Vicente Fox (Presidente de
México) 1.92 m. y Martha Sahagún 1.60 m.; Príncipe Felipe
(España) 1.98 m. y Leticia Ortiz 1.68 m.
¿Funciona una pareja atípica? Bueno, sería
pertinente preguntarse antes qué significa funcionar. Los
estudios de Albert Ellis y colaboradores, quienes investigan
los diferentes mecanismos de evolución de la conducta
humana, afirman que una pareja exitosa es la que alcanza los
siete años ( +- 2). El modo o los mecanismos internos
ideales de la pareja van variando según el entorno social, que
es el que presiona para mantener la integridad de la
+- cuando se han extinguido los motivos
formalidad, aún
iniciales de unión.
Hay que tener en cuenta que el entorno social, las
costumbres, objetivos y consignas son actualmente muy
variables en la unidad de tiempo. Lo cual lleva
inevitablemente a una curva decreciente de la duración
promedio de las parejas.
Existen un sinnúmero de parejas disparejas que son
muy felices. La tradición entiende que esta felicidad se debe
a que “se complementan y enriquecen mutuamente”.
Una “pareja”, por definición, es la suma de dos
personas que tienen entre sí alguna correlación, analogía o
semejanza, y “dispareja” viene de dispar, que significa ser
diferente o lo contrario.
No importa si hay diferencia de edad, de ideología o
de especie biológica. Si funciona, funciona. La experiencia
demuestra que es más frecuente la separación de las parejas
“normales” que las parejas “disparejas”. En ambos casos es
la falta de intereses comunes lo que produce las rupturas.
Al referirnos a parejas disparejas generalmente nos
174
graficamos o ubicamos en algún rasgo físico de las
personas, una pareja de un rollizo y una delgada o de una
persona con mucha más edad que la otra. También, puede
señalarse al temperamento desigual de la pareja, como que
el sea muy serio y ella muy alegre. La pregunta que entonces
mucha gente se hace es ¿Cómo pueden ser atraídas dos
personas dispares y ser felices? Muchos apuntan a que la
respuesta está en los intereses. El primer encuentro entre
las personas disparejas no es como todos. Las parejas que se
atraen por lo físico o temperamental les basta tal vez
solamente una mirada y van directo a la seducción. El
enamoramiento suele ser más rápido, más emocional y
menos racional. Incluso, llegan a la vida en común de forma
más apresurada. Los “disparejos” requieren algo más.
Como la otra persona no es su modelo o imagen del
ser a quien mentalmente se supone como posible pareja,
generalmente primero se le conoce tras una presentación,
luego vienen las conversaciones, se genera la amistad y poco
a poco se van dando cuenta que a pesar de las diferencias, los
dos armonizan en muchas cosas. Un día se dan cuenta que
poseen intereses comunes que les hace compartir
momentos, trabajos, lugares, lecturas, películas, obras de
teatro, gustos en la comida, concepciones de vida,
sentimientos religiosos, diversiones, problemas, negocios,
formas de ser, concuerdan en la forma de educar a los niños,
en cómo administrar su vida, existe compromiso entre ellos,
desean las mismas cosas, persiguen iguales objetivos en la
vida y comienzan a tomar conciencia que coinciden en
tantas cosas que podrían vivir juntos, formar un hogar y ser
una feliz pareja sólo “dispareja” en apariencia.
Estos “disparejos” son más racionales en el amor
porque “piensan” que pueden convivir juntos. La emoción
del enamoramiento aparece después de conocerse como es
175
cada cual y no al revés. Primero usan la razón y después llega
el atolondramiento amoroso.
Es lógico pensar que una relación “dispareja” –tanto
física como emotiva– existe porque la pareja encuentra en
ella su “media naranja”, su mitad perfecta con quien
compartir todo aquello que llevaban por dentro. Y es por
eso que aún existen personas que no se pueden explicar con
lógica como “un hombre fino y elegante se enamora de una
mujer sencilla y carente de buen gusto”. Y así
sucesivamente…
176
Capítulo XXVII
Las
relaciones
de
parejas
y los
factores
culturales
Ocho de cada diez personas de los países
considerados más pobres de la Tierra, señalan que son
felices y que esto se debe especialmente a los fuertes lazos
afectivos que les unen a sus familiares, en especial con su
pareja, según un estudio realizado en Bangladesh por un
equipo de investigación británico. Este estudio señala que
en Bangladesh y en otras zonas del sudeste asiático, el
origen de la felicidad para las personas está en la calidad de
sus relaciones personales y afectivas.
Bangladesh es uno de los lugares más pobres y con
mayor densidad de población del planeta. Sin embargo, el
nivel de satisfacción y felicidad de sus habitantes es mayor
que en otros países en los que la renta per cápita es
inmensamente superior a la de estas personas. El estudio ha
sido realizado por el equipo de investigación ESRC
Wellbeing in Developing Countries de la Universidad de
Bath, que ha difundido esta investigación. El equipo que ha
desarrollado el estudio también se dedica a investigar la
pobreza, la desigualdad y la calidad de vida de los países
desarrollados.
El ESRC Wellbeing in Developing Countries (WeD)
trabaja en la actualidad con algunas de las comunidades más
pobres del mundo (además de Bangladesh también en
Etiopía, Perú y Tailandia), en un intento de aumentar la
comprensión acerca de los factores que influyen en la
obtención de calidad de vida y bienestar en estas regiones
deprimidas del planeta.
179
Este conocimiento, señalan los investigadores, será
esencial para ayudar al desarrollo en dichas regiones de
forma efectiva. Los estudios acerca de la calidad de vida son
una de las herramientas para ilustrar la importancia de los
roles sociales, culturales y políticos en el bienestar general
de los individuos.
Los resultados hablan por sí mismos: el 79% de los
encuestados afirmaron que eran felices, y un 38% que eran
“muy felices”. En una zona en la que la pobreza impera, los
investigadores señalaron que la red familiar y social es la
responsable de que los individuos se sientan más o menos a
gusto con sus vidas.
Esta investigación acerca de la calidad de vida de la
gente de Blangadesh ha puesto de relieve algunas
características que, al parecer, suponen un seguro de
felicidad vital. Así, los analistas descubrieron, por ejemplo,
que las madres mayores reciben un trato afectivo, tanto por
parte de sus hijos como de sus nueras, así como apoyo
económico, de manera que no quedan desvalidas después
de haber dedicado toda su vida a la crianza de los hijos.
Por otro lado, a nivel social se considera que la
participación de los dos miembros de una pareja, así como
el hecho de consultar al compañero o compañera, en la
toma de decisiones, son buenos indicadores de la existencia
de un matrimonio feliz. En lo que se refiere también a la
pareja, para una mujer joven la relación más crucial de su
vida es la que mantiene con su marido.
El marido, por su parte, se ocupa de cubrir las
necesidades tanto de su esposa como de sus hijos, es
respetuoso y reconoce las capacidades de su mujer, que
asimismo debe relacionarse bien con las mujeres de la
familia de su compañero: madre, hermanas y cuñadas.
En todos los casos, estas personas relacionan la
180
felicidad con el deseo de ser respetados e influyentes en sus
relaciones familiares. Los hombres mayores valoran la
capacidad de participar e influir en los asuntos que afectan a
la comunidad.
Las relaciones interpersonales de las familias tienen
tanta importancia para estas personas que, incluso cuando
pasan hambre, se siguen sintiendo felices, simplemente por
la armonía que reina en el grupo. Parecería adecuado
proponer un intercambio en las ayudas: los países
avanzados podrían llevarles a ellos ciertos conocimientos
sobre el desarrollo y ellos podrían enseñarnos su escala de
valores, su forma de ver y vivir la familia y su capacidad de
ser felices en cualquier situación.
En conclusión, el estado de ánimo influye
sustancialmente en las relaciones familiares y con demasía
en la pareja, así como la importancia que se le da a las cosas,
la actitud ante las dificultades.
He aquí unas apreciaciones puntuales:
Primera y última regla: QUIÉRETE.
Primer y último objetivo: SÉ FELIZ.
Primera y última obligación: CUIDATE.
Primer y último derecho: RESPÉTATE.
Jesús y la religión que se origina con Él, que ha
influido en tanta gente de tantas culturas por tanto tiempo,
tiene como su principal premisa: “Amarás al prójimo como
a ti mismo”. Sería bueno comenzar por uno mismo para
saber cuál es la medida en la que podemos amar a nuestra
pareja.
181
Capítulo XXVIII
Homenaje:
Madres coraje
Hace muchos años atrás apareció en la televisión
nacional una serie denominada “Hermanos Coraje”,
telenovela mexicana que rendía tributo al machismo latino.
Sin embargo, lejos del mundo televisivo, muy dentro
de la realidad, existen personas con verdadero coraje; ellas
son las madres que día a día, solas por motivos diversos,
tienen que afrontar el gran reto de orientar y educar a sus
hijos en todo sentido: emocional, económico, social,
educativo, etc. Bajo esa perspectiva muchos gobiernos y
autoridades de turno han pedido y recibido el apoyo para
ellas, pero poco se ha hecho para contribuir decididamente
en beneficio de estas mujeres que valientemente emprenden
el reto que les plantea la vida.
Frente a lo señalado, es grato compartir que el 20 de
febrero del 2008 un importante grupo de madres solas en la
tarea del fortalecimiento del hogar, se han unido para
intercambiar experiencias, buscar alternativas de solución a
los diferentes obstáculos vividos frente a la responsabilidad
de ser únicas conductoras de sus hogares. Es pertinente
señalar que si bien existe la opción de que los padres se
separen y dejen de ser pareja, ambos mantienen el continuo
y permanente compromiso de ser padre (el varón) y madre
(la mujer). Esto lo manifiesto con ahínco y con firmeza, ya
que muchos hombres se desentienden de esa gran y difícil
responsabilidad de ser buenos padres.
Señalamos este hito porque efectivamente son las
madres (sí, ellas), quienes conocen las verdaderas
185
necesidades y urgencias en sus acciones diarias, por eso
decidieron organizarse en una asociación legalmente
constituida con el fin de recibir el apoyo o estímulo en su
eficiente servicio hacia su familia y por ende recomponer
actitudes sociales que desarticulan los valores morales. Es
conveniente entender que ellas no necesitan dádivas, sólo
que se les dé el lugar y el espacio que efectivamente se
merecen por las circunstancias que se les presentan.
Mujeres con coraje, temple, arrojo, intrepidez, valor,
audacia, bravura, esfuerzo, valentía, agallas, brío, empuje y
mucha resolución en el camino que ellas mismas se forjan y,
se demuestran así que son capaces de asumir retos mucho
más grandes que otras personas. Es urgente y necesario que
todos, de alguna u otra forma, nos juntemos en esa buena
iniciativa de entender las acciones de beneficio en favor de
ese hogar en el que falta el padre y donde con mucha
creatividad la mujer tiene que desarrollar estrategias para
encaminar la vida de sus hijos, incluso de muy corta edad, de
mucha necesidad, afectiva y de otra índole. Deseamos todo
el éxito a esta agrupación que estamos seguros desarrollará
acciones para las madres solas de la región norte, ya que esta
iniciativa se ha gestado en Trujillo y posteriormente se
extenderá por el país con el fin de intercambiar experiencias
y encontrar puntos de encuentro en beneficio de las familias
y por ende de la sociedad, que tanto necesita salir de esta
involución en la que se encuentra.
Éxitos y felicidades por nuestra sociedad que
necesita estar más sana y en la búsqueda del fortalecimiento
familiar. Encontrando caminos distintos llegaremos a
unirnos en beneficio de todos, aunque muchas veces
sintamos estar solos, en un mundo tan inmenso y de
grandes oportunidades como el que nos corresponde
vivenciar.
186
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193
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195
Reseña del Autor
Hijo de Alfonso Wladismiro Vera Balarezo y Valeria
Margarita Cruzado Mejía, desarrolló los niveles escolares de
inicial, primaria y secundaria en la ciudad de Guadalupe,
estudió dos semestres académicos en la Universidad
Nacional “Pedro Ruiz Gallo”, Lambayeque, la carrera de
Sociología, por aquel entonces en la ciudad de Chiclayo,
culminando la profesión de Psicología en la Universidad
Particular “Inca Garcilazo de la Vega” en Lima. Desarrolló
sus prácticas pre profesionales o internado, de un año
calendario, en el Centro Médico Naval "Cirujano Mayor
Santiago Távara" (Hospital Central de la Marina Ministerio de Guerra del Perú), a fines de los años 80 del
siglo pasado. Fue Jefe del Departamento de Servicio
Estudiantiles y Proyección Social del Instituto Superior
Tecnológico “Guadalupe”, de la ciudad de Guadalupe,
docente del Instituto Superior Pedagógico "David Sánchez
Infante" – San Pedro de Lloc, provincia de Pacasmayo, y de
la Escuela Nacional de Policía - Filial Chiclayo, en
Lambayeque. Fue funcionario de la Asociación
Internacional Club de Leones por cinco años consecutivos
como el más joven de aquella época, desarrollando
actividades en conjunto con CEDRO – Lima, obteniendo
reconocimientos nacionales e internacionales por la labor
de servicio.
197
Al inicio de la década de los 90 se desempeña como
Regidor de Educación, Cultura y Deporte en la
Municipalidad de Guadalupe. Dentro de sus más
importantes obras está la creación del primer canal de
televisión en el valle Jequetepeque. Posteriormente se
traslada a la ciudad de Trujillo afincado hasta la actualidad,
dictando algunos cursos en el Instituto Superior
Tecnológico del Norte, Universidad César Vallejo,
Universidad Antenor Orrego, Universidad Privada del
Norte, Universidad Nacional de Trujillo y otras importantes
entidades académicas, prestando sus servicios profesionales
como Psicólogo en diversas instituciones como el Colegio
Seminario de San Carlos y San Marcelo, Centro de Estudios
Preuniversitarios de la Universidad Antenor Orrego CEPREU, Colegio Militar "Gran Mariscal Ramón Castilla",
Centro de Estudios Preuniversitario de la Universidad
Nacional de Trujillo CEPUNT, y a la fecha brinda consulta
privada en la Clínica Sánchez Ferrer, de Trujillo, desde el
año 1994.
Durante su acción profesional ha tenido la ocasión
de capacitarse en eventos nacionales e internacionales,
habiendo participado en el Congreso Regional de
Psicología para Profesionales en América: "Entrelazando la
Ciencia y la Práctica en la Psicología", en la Ciudad de
México, y el IV Congreso Mundial de Psicoterapia
"Psicoterapia: Un Puente entre Culturas", ciudad de Buenos
Aires, Argentina; con cursos de post-grado en
"Psicoterapia: Alter nativa en la Práctica" y
"Neuropsicología del Aprendizaje" de la Universidad de la
Habana – Cuba, así como de "Marketing Estratégico" de la
Universidad Nacional de Trujillo, y “Tutoría y Orientación
Educacional”, en la Universidad Privada Antenor Orrego.
De igual forma se ha destacado por la organización de
198
eventos nacionales y extranjeros en las ciudades de
Guadalupe y Trujillo.
Fue el Primer Decano del Colegio de Psicólogos del
Perú, Consejo Regional VII, en aquel entonces de La
Libertad y Ancash, periodo 98-99, colaborador como
columnista en diarios y revistas, e invitado como panelista
en emisoras radiales y de televisión, en el ámbito local,
regional y nacional. Ha sido Fundador, Director y Editor de
varias publicaciones, tales como: “Aurora Juvenil”,
“S.O.S.”, “Ahora”, “Sentir” y Boletín Turístico Regional,
“Vitaminas para Fortalecer la Personalidad”, “Aquí
Guadalupe”, y últimamente de la revista S.O.S. ALERTA
PADRES, la que en el año 1997 fue seleccionada para el
Concurso Internacional de Región del Hemisferio
Occidental de la Federación Internacional de Planificación
de la Familia y Certificado de Reconocimiento del Instituto
Peruano de Paternidad Responsable, INPPARES-Lima.
Actualmente se dedica exclusivamente a la consulta privada
como Psicoterapeuta de Familia y Pareja, es miembro del
cuerpo editorial de Terapias de Vanguardia y Alto Impacto
(www.terapiasdevanguardia.com). Durante su vida en
general ha desempeñado varias acciones de servicio de
proyección social y últimamente a través de un Test
Psicológico Gratuito en la web, desde el año 2002, en la
página: www.mediclick.info/drvera.
Contrajo matrimonio, hace más de dos décadas, con
María Ysabel Canchucaja Rodríguez, con quien tiene tres
hijos varones: Luís Alfonso, Manuel Alejandro y José
Bernardo.
199
Apreciaciones
y comentarios
“Este libro tiene el mérito de condensar la experiencia de cerca
de veinticinco años de Luis Alfonso Vera Cruzado en la práctica de la
psicoterapia de pareja, de trasmitirnos su contribución a la
comprensión de diversas vicisitudes, y de su motivación y compromiso en
pro de la mejora de la relación. Comparto con él la relevancia del
vínculo; no sólo con uno mismo, sino con el otro o la otra: la otredad.
Estoy seguro que continuará su importante tarea”.
Prof. Dr. Saúl Peña K.
Presidente Honorario de la Sociedad Peruana de
Psicoanálisis. Profesor Honorario de la Universidad
Nacional Mayor de San Marcos.
"Un libro maravillosamente escrito desde las profundidades
del alma de un conocedor de las relaciones de pareja y familiares; con
pasión y tesón nos lleva de la mano por los meandros más difíciles de las
relaciones humanas, brindándonos salidas de entendimiento afectivo
que inciden en una vida armónica y amorosa, garantes de Humanidad,
en la extensión misma de la palabra".
Dr. Luis Arocha Mariño.
Miembro de la Sociedad Venezolana de Psiquiatría.
Creador de NEUROCODEX. Fundador de la
Unidad de
Comunicación Humana y Terapia
Familiar de la Facultad de Medicina de la Universidad
Central de Venezuela.
203
"La relación de pareja puede ser una fuente de bienestar, salud
y felicidad. Este libro puede ayudarlo a encontrar este objetivo".
Dr. Luis Armando Oblitas Guadalupe.
Psicólogo con Ph. D de la Universidad Nacional
Autónoma de México (UNAM, 1989). Catedrático de
la Facultad de Medicina de la UNAM, y en el
postgrado en psicología de la Universidad del Valle de
México. Escritor y conferencista.
“La sensatez de las palabras de Vera Cruzado -que no
abunda en trabajos de este tipo-, confirma su experiencia y su saber en
la propuesta ofrecida. Para los que trabajan en el tema, una lectura
imprescindible que clarifica muchas confusiones reinantes en el campo
de esta práctica”.
Ricardo Alberto Córdoba Otaduy.
Psicólogo miembro - International Afiliate -, de la
APA (American Psychological Association),
Washington, DC; USA. Director de los Cursos de
Posgrado de Programación Neuro Linguística
aplicada a la Psicoterapia y de Hipnosis. Secretaría de
Graduados de la Facultad de Ciencias Médicas de la
Universidad Nacional de Córdoba – Argentina.
"“Lo Terrenal del Paraíso” es un tratado de Amorología, la
ciencia del amor. El hombre que ama, la pareja y el matrimonio
constituido, pueden encontrar los pensamientos necesarios para
orientarse en el espíritu del amor, porque debe ser evolucionado
existencialmente".
Dr. Jaime Motta Torre.
Médico Psicoanalísta, clínico e investigador en
Psicoanálisis Ontológico. Autor de "El Alma. Su
Ciencia Almalogía" y de varios estudios en Ontología
Humana.
204
“El autor vuelca su experiencia de cerca de veinticinco años en
un texto que ofrece recomendaciones muy sencillas, prácticas y
profundas a parejas que quizás han perdido la esperanza de que sus
dificultades tengan solución, dándoles esa esperanza y la ayuda que
necesitan. Aprovéchenlo.”
P. Víctor Muller.
SM. Director del Colegio San José Obrero
Marianistas, Trujillo (1992 - 1997). Superior Regional
Marianista, Perú (2002 - 2008)
“En este libro, el autor conocedor de todas las necesidades
actuales en cuanto a crecimiento personal, autoestima, nos entrega lo
mejor de toda su experiencia como terapeuta, Luis Alfonso Vera
Cruzado nos aporta una herramienta valiosísima para el crecimiento
en Pareja y así poder generar una mejor sociedad planetaria. El Dr.
Vera Cruzado tiene toda la experiencia de cerca de veinticinco años
como experto en relaciones de pareja y familiares y en este libro nos la
entrega en toda su profundidad d. Excelente”.
Dra. Sybil Selene Delahoz Yañez.
Médica especializada en Homeopatía, Acupuntura y
Medicina Alternativa. Facilitadora de Vida / Life
Coaching. International Life Comunita. Bogota,
Colombia.
“La esencia del pensamiento de Luis Alfonso en relación a la
pareja humana es........tu y yo somos nosotros y juntos haremos del
mundo algo mas hermoso incluyendo amor, intimidad, generosidad,
lealtad, empatía, tolerancia, comunicación”.
Dr. Felipe Iannacone Martinez.
Doctor Honoris Causa U.I.G.V. Profesor Principal de
Psicopatologia y Psicoterapia. Director de
Gestaltperu. Fundador de la Asociación Peruana de
Psicoterapia Gestáltica.
205
“Estimado Luis Alfonso”,
Me gustó mucho leer tu libro y lo que escribo es sinceramente
mi opinión a respecto, como persona y una de las partes de una pareja, y
también como psicóloga clínica de familias y parejas”. “Lo Terrenal
del Paraíso” describe la dinámica de la relación conyugal, enfocando
principalmente la comunicación y los conflictos tan comunes, cuando se
trata de convivir con las diferencias individuales de cada uno de los
cónyuges. El abordaje sistémico utilizado en el análisis y en las técnicas
terapéuticas, hace de éste libro una referencia inestimable, tanto para el
profesional cuanto para el paciente.
Es un libro que recomiendo a toda pareja”.
Liliana Scheliga.
Psicóloga Clínica con maestría en Counseling (St.
Cloud State University, MN). Directora Clínica de
Solutions, Latin America, Sao Paolo, Brasil.
www.solutionsla.com.br
“Hablar de Luis Alfonso Vera, de sus motivaciones y
habilidades para día a día hagan renacer el entusiasmo y la energía
para afrontar los retos y desafíos de la vida cotidiana, es ser concientes
del significado que para este Profesional de calidad significa elaborar y
cumplir un proyecto de vida expresando sus experiencias y continuar
motivándose para haber llegado a la clase de profesional y amigo que es.
Para él no existe nada imposible y difícil. Un triunfador a carta
cabal.!!!! Felicidades!!!.
Dra. Juanita García de Martial.
Doctorada en la Universidad Sorbona de Paris:
"Sciencias de l' eudation Psicoanaliticas y rechercha".
Maestra de conferencia, trabajos dirigidos y
capacitadora de los Proyectos Europeos a diferentes
universidades. París, Francia.
206
Dedicatoria
In Memoriam
Agradecimiento
Prólogo
Presentación I
Presentación II
Capítulo I:
Mirandonos al espejo
Capítulo II:
La pareja y el proyecto de vida
Capítulo III :
Las malas interpretaciones
Capítulo IV:
Los prejuicios
Capítulo V:
Acercándonos a entender el enamoramiento
Capítulo VI:
Auto evaluación
Capítulo VII:
El desencanto en la relación
Capítulo VIII:
Rompiendo o tirándose “platos”
5
7
9
13
15
17
19
27
33
39
45
51
57
63
Indice
Capítulo IX:
La meta comunicación
Capítulo X:
La sinceridad
Capítulo XI:
El rol de la psicoterapia
Capítulo XII:
Terapias de pareja en el “banquillo”
Capítulo XIII:
Intentando solucionar conflictos
Capítulo XIV:
Cambios de actitud frente a los conflictos
Capítulo XV:
Lo “loco” del amor: ingrediente motivador
Capítulo XVI:
La relación estable
Capítulo XVII:
Fortaleciendo la relación
Capítulo XVIII:
Perspectivas del conflicto
Capítulo XIX:
¿La felicidad?
Capítulo XX:
El mito de la convivencia
Capítulo XXI:
Puntos de encuentro
69
75
81
87
93
99
105
111
117
123
129
135
141
Capítulo XXII:
Estrategias para mejorar la comunicación
Capítulo XXIII:
El compromiso de la pareja y la repercusión familiar
Capítulo XXIV:
Pareja y familia
Capítulo XXV:
Desarrollo familiar y los problemas en pareja
Capítulo XXVI:
Las parejas “disparejas”
Capítulo XXVII:
Las relaciones de parejas y los factores culturales
Capítulo XXVIII:
Homenaje: Madres Coraje
Bibliografía
Publicaciones en la Web
Reseña del autor
Apreciaciones y comentarios
147
153
159
165
171
177
183
187
193
197
201
LO TERRENAL DEL PARAÍSO
Se terminó de imprimir en setiembre
del 2009 en los talleres gráficos de
Jr. Independencia 953 Telefax (044) 253324
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