Psychis, ó : Estudios del alma humana.

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PSYOHIS
o
E8TUDIOS DEL ALMA HUMANA.
ANO 'I. f
DIOS ES PERFECTO; LUEGO TODO 10 QUE SE OPONOA A SU PER1'ECCION, ES mURDO.
Bogota, V de diciembre de 1870.
lNUM. 1.
CONSIDERACIONES SOBRE EL SIGLO XIX.
Fermentacion universal !-Remolino !-AnarquJa
i confusiaa !-Luz i
tiniebla!-Crepusculo
precursor de un nuevo dia!-o daos precursor de una
nueva creacion! !
Tales son las palabras que nuestro pensamiento lleva al labio cuando en.
sayamos irnpotentes, dar la espresion sintetica del caracter de este siglo.
En un sistema tan complicado don de hierve todo i todo significa, es imposible hallar una eintesis que 10 abraze todo.
Pero hai en esto una cosa reconocida i un hecho irreousable.c-Hai una
voz sorda, profunda i universal,-una voz interior i esterior a un tiempo,-un
rumor jeneral que se oye en la atmosfera i en la sociedad, en la tierra i en el
'nar, i que en el profundo de nuestro SCI', i en el eco de la naturaleza toda, nos
dice a 6ada instante, que la humanidad esta en visperas de una renovacion pro.
funda, que el globo entero se halls actual mente en jestacion; que un grande
acontecimiento, cual nunca vieron los siglos, se cierne hoi en los espaoios al
redector de nosotros, i que semejante al grande advenimiento q\Je vino are.
dimir la espeeie en .otro tiempo, Ilogara pOI' fin para cambial' de nuevo las
condiciones de la humanidad, i dar otra D1Z a la existeneia humana.
En la crisalidacion perpetua que es lei de nuostra naturaleza, se prepara
aetualrnents una nueva evolucion, que abrigara en sus senos i repJiegues el
desarrollo completo de todas las anteriores cvoluciones de la historia; que
abrini una nueva puerta no sospechada nunea, i nos mostrarri desde alli horizontes nuevos i desconooidos, ni siquiera imajinados por la fantasia mas ardiente.
EI siglo actual en su naturaleza i en su caracter nos anuneia estos grandes
eambios, i ese porvenir que se presiente desde que haoiendoso el hombre, aunque sea debil e imperfecto interprete suyo, pone el oido para escuchar siquiera dos 0 tres nomas de sus cien mil voces,
N adie podnl negarnos que entre los grandes rasgos esenciales, entre las
principalss facciones de la fisonomia de este siglo, descuellan, can otros que
sobresalen tarnbien, los cinco caracteres siguientes :
1.° El progreso creciente del Pensamiento i el imperio i la marchs incesante de la Idea; el desarrollo de Ia nocion cientifica i filos6fica en todas sus
manifestaciones; la infIuencia i poderio de la Oiencia en predominio sobre to.
das las otras influencias, sobre todas las otras fuerzas que conspiran i juegan
con ella en Ia escena del mundo,
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2. L:1. apropiapion sucesiva i creciente que va haciendo 01 hombre, de las
fuerzas de 13. ereaeion i de los poderes de la naturaleza, para someter i sojuzgar
la materia, para conoocr i .gobernar el globo que habita, i marchar arrnado de
esos poderes i fuorzas, ala conquista sucesiva de sus gran des ulterioros destinos, i a la mejora indeflnida de su coudicion en la tierra i mas alla de la tierra.
. 3. Los progresoa inoalculables en el contacto humane, que march a au.
mentando en proporoion compuesta i sin cesar creciente, EI contacto del hom.
BN,JCO
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IlIIBLlOT[':A
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FSYClUS
0 ESTl1TDIOS DEL ALl\IA HUMANA.
bre eon el hombre en todas sus faces i manifestaciones, es eondicion indispe
sable del desarrollo de sus fuerzas.
!
4'0 La Renovacion jeneral, la metam6rfosis profunda i radical anunciada
i ostensible en sus €los faces esenciales: la IJew1J!)licion i la RfcompoBicionj
pero predominando hoi la primera, porque la hora de eonstruir de nuevo i de
rejenerar, no puede venir de lleno sino pasada Ill' hera del calaclismo ( del
den'umbo.
'
5.0 Er sstado de angustia i dtl inquietud, de indecision, de ineertidumbre
i. vacio en que fluctua-el espiritu humane actualmente. En esta descomposi.
cion a que asiste; el hombre no sabe que Ie viene encima. Un d(seonoeido indescifl'able Ie amenaza i Ie amedrenta. EI vacio Ie rodea pOl' .tc.das partes, i
le parece que donde quiera que pis a pucde hundirse. Un »bismo a ;.'1)f"
pies; otro abismo sobre su frente, i el oscila como pendulo eni.re cstos dos
limbos del desoonocido. No tiene fe en nada, i pOl' eso no tiene base ell naua.
De esos cinco rasgos i earacteres prindpales resuita la flsonornia especial
del siglo, fi'sonomia que no pudiendo: nosotros reducir a una f6r:nu]a ;,\inU\tica, bien precisa, plena i exacta, hemos ensayado bOBquejar BiqUi~era,
{'SaR
p
palabras abstractas eon que empezarnos: Fel'mentaeion universal f i ,,!lc/ljm·
vertijinoso! Marafiada madeja! Anarquia profunda! Luz i tiI:i:ebJa I Cre·
pusculo si no caos!'
De esos cinco rasgos contemplemos en este articulo e]' juego pll)'ni""''''
de los tres primeros; pero dejaudo vel' en predo'lllinio el influjo d,; la'
pues los otros des que Ie siguen sou una consecuencia del progreso , ,:,.1 !.'"
del' de la nocion eientifica, En el articulo siguiente' espondremm' eon"".:' '\;pecialidad losprogresos i resultados del contacto humane, i en a: :,ie,}:)"
riores seguirernos esponien;do nueetrss ideas sobre el oaracter de:
',Il
('()Jacion con la marcha i aaturaleza del sspiritu humane.
Pero en la tiniebla' i vacilacion del espiritu,que es rasgo 'I (\
(1T\0""
actual, l e6mo nos atrevemos a decir que la Ciencie es tani'/leu u..o de
los caraoteres de este sigl0?
Al oontemplar 10 que la Ciencia, naciente hoi i en elprimer est:'llU <L,
su poder i fecundidad, ha realizado en este siglo; al.ver sus maravillo"a:: conquistas; las vastas i gloriosas emp/'esas, a que impulsa al hombre dan(lcI">'10:1
medics seguros de llevarlas a cabo; al verla universalidad de bUS ullli,ueio.
nes, ila profurlda revolucion que esta haciendo en todo, no se pnod« lte,: .r
su papel' como c:mict~r principal del."siglo, i el pensamiento se <illcda 1"1811,il'
do ante sus propias fucrzas; i se esp'imta iniajinando 10 que hani en las e
des futuras i en sus postreros desarrolloI'.
La Ciencia l La Ciencia I Que pala1:ha'inmensa! La Giencia en el conoc .,
'~ mien to del ser, In: posesion de laoverdud. POI' eso la cienoia es el pod er ; ,)
poder pOI' excelencia.El ser i Ill' verdad son la rnisnia cosa. l'lser i Ill,V(:1
dad son .... Dios! Dios es el Ser Supremo i 1<1Vel' dad {mica. Po:' eso la Cil:'
cia es el poder. Asi, en el fondo de toda ciencia es Dios quien rcsplandC'c
As! el sabio as el mas relijioso de todos los seres,porquees el q,IJ mas dar:,;
mas de· ceres ve estos dos contrastes : La Inmensidad de Dios ' :':.\cXlgilid:.l'l.
del hombre! La Giencia es un poder inmenso, porquees ll\ifuen'.'l de la V\,)',
dad en la Creacion; i la creacioll es la obra de esa verclad.
.'.
IJa cieneia empieza ahara no mas para el hombre en 1a,'l'r:1. No h::.
naoido todavia; esttl.nacienuo. I sincmbargo Ill' cienciaee uno de I<~ caractei c.'
de este siglo. POl' que '?
.
.
•
Porque en este siglo ha llegado ya el hombre, con entern ,:,mef(>[!(Jl~)
a
m
esta triple concepcion: l.a Que la naturaleza es un sistema de fl1(:c.'l~, :J." (2 ;
solo la Ciencia puede poner en manos del hombre estas fuerz,a', ""dero~ai'; 1
3.a Que una vez adquirido el imperio i clominio cle ellas, puede "carlas a sa
t
s ervicio, a su mejorarniento i al problema de su destine en I:, u· :" que es
someter i sojuzgar la materia. Solo con esta triple concepoiOli hi Hegado el.
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rsroms
0 ESTUDIOS
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DEL ALMA HUMANA.
hombre a vel' toda la importancis de la verdad; a comprender que Iuz es
fuerza, que la idea es Ia verdadera fuerza i el primero de los poderes, que
ciencia es creacion, i que verdad es omnipotencia. Esta triple concepcion ha
venido a veneer la triple Quimera antigua que aterraba ala. humanidad naciente; i la Hidra i el Dragon i el Gl'ifo, han caido postrados a los pies dela '
Ciencia; es decir, la naturalesa ha sido vencida por Ia idea, ~la creacion se
somete al pensamiento que Ia produjo.
El hombre on el siglo XIX aplica la ciencia a todo cuanto emprende i se
propene, i este hecho es e] rasgo caracteristico mas noble en la fisonomia de
nuestra epoca.,
,
Pero entre los cbjetos de su preferente anhelo en 10 relative a la ciencia,
uno de los mas esenciales debia SCI' el eonocimiento del planeta que es su
morada; porque en el planeta palpitan todas esas fuerzas que Ie dan tanto
poder lollhombre; pOl'que 01 vive del planeta ; pOl'gue el es ~I resultado de
las influencias que le rcdean, i esas influencias vienen sabre todo de la constitucion del globo que Ie aliments. El hombre ha aspirado siernpre a conocer
la tierra que habita, i descubrirla i ,verla i admirarla, es uno de sus goces
mas dulces i profundos. POl'O hasta ahora poco,. la tierra estaba fuera del
conocimiento humano. Toda ella estaba habitada pOl' el hombre, i toda ella era
desconocida al hombre. Cuatro siglos atras, i el hombre no sabia ni siquiera
que figura tiene el globo que le nutre i sustenta. Hasta el siglo XV los mismos sabios creian a la tierra un disco, i fue el recicnte conocimiento de BU
forma esferica, 10 que hizo que el 111aSafortunad« de ellos, descubriese por
ca.'ualidad el Nuevo' Mundo, i mnrio sin saber que era un nuevo raundo 10
que habia deseubierto buscando el oriente del Asia. '
Ayer no mas, a fines del siglo XVIII, ya la jeografia habia dado grandes pasos, i HO obstante mas de la rnitad del globo era completamente ignorada de la ciencia, Ya bacia cinco siglos que Marco Polo habia muerto ;
ya hacia 300 afios que se habia descubierto la America; ya Cook i Mungo
Park con su ejemplo habian oxitado aquella noble emnlacion que llevo al
Asia i a In Africa esa nurnerosa pl6yade de viajeros ilustres del siglo XVIII;
ya hacia mas de nn siglo que los ingl6ses eran conquistadores .de In India,
arrojando de alli a los portugneses, holandeses i franceses ; ya habia pasado
todo esto, i 0] globo de Latierra estaba todavia completamente cerrado a la
ciencia en mas .1e la mitud de su cstension i superfioie. La China, el J apon,
el Tibet, la 'I'artaria i el resto del Asiacentral ;. toda la America, casi toda.
el Africa, las doarejiones polaros, la niayor parte de la Oceania, todo e~o era
en realidad desconocido de la cicncia hasta fines del siglo XVIII. Estaba
reservada al siglo XIX In gloria inmcnsn de abrir todas csas puertas eerrndas
antes al espiritu, i de osplorar cientificamente todas las rejiones desconocidas.
El no pasarri sin haber tcrminado toda su tares en treinta afios mas.
Luego que los ingleses se establecieron en la India, examinaron jeogruficamente el pais, desafiando los misterios de la ignoruncia de los naturales.
Humboldt, al despuntar el siglo, esploro cientificamente el N uevo Mundo.
Ross, Parry, Franklin, Back i Richarson, de 1818 a 1830 hacen conoeer las
rejionos ignorac1as del polo artico, llogando Parry basta el 82°, 41, de latitud, i asegurando Ross haber pasado mas allu de Parry, andando muehas
veces a pie sobre desiortosdo hielo, con un frio hasta do 570 bajo cero, esplorando entre todos inmensas estensiones de costa, bnscando todos en diez
espediciones diferentes el paso al noroeste entre In America i el Asia, probaudo que la America esta aislada del antiguo coutineute, pasarrdo a pie
hasta cerca del paralelo 70, hallando Ross el polo magnetico alos 70 5' i 7"
de latitud i 29° 4' i 45" de lonjitud occidental del meridiano de Paris.
Las rejiones del polo antartioo son esploradas i reconocidas de 1819 a
1841, per Boswel, Palmer, Bongainville, Ducampper i BeIJing-Shavsen, que
va hasta el 700, 30' i descubre muchas Islas i las mas meridioualcs (10
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PSYCHIS
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DEL ALMA HUMANA.
todas. Se cree veri se afirma que hai un continente austral mas aHa de los
hielos, i para asegurai:se de esto envian los franceses a Dumont D' Urville,
los americanos del Norte a Wilkes, i los ingleses a Ross, quienes desvanecen
la creencia del sofiado continente polar mas alla del grado 70, donde otros
viajeros habian afirmado su existencia. EI ingles Weddell en 1824, penetra
3° 5' en el ctrculo polar antartico i encuentra deshelado el mar, i observa que
la brujula pierde su fuerza en este como en el polo artloo, En 1841 ROSRva
cien millas mas aHa del polo magnetico austral, i asegura que en el hemisferio
del sur no hai mas que un polo maguetico, cuando en cl boreal hai dos ;' i este
intrepido navegante planta elpendon de su patria mas cerca del polo que el
de ningun otro pais, i llama Victoria la tierra que tiene en sus limites el Erebo,
volcan de fuego entre los hielos, i faro natural en las tinieblas de esta rejion
calijinosa ! !
Asi un mismo hombre, Ross, va hacia el polo Norte hasta mas alla del
82 i hacia el polo Sur hasta eJ 78
i asi una misma Naciou planta su
estandarte a mayor distancia en los dos hemisferios, i a mayor cercania de los
dos pol os !
Pero la intrepidez cientifica superior a la intrepidez guerrera, i mas
gloriosa que ella, ita impulsado de nuevo ell estes euatro filtimos afios a varies
sabios bacia el polo. EI sueco Otter llega Oil 1868 hast.a el 810, 41'. La Mont
i Pallizer pOl' 01 Spitzberg, i tres espcdiciones aleman as porIa costa de Groenlandia, i el americanoBradford, aspiran a tremolar sus respeotlvos ostandartes'
patrios en el mar libre del polo, en la ignorada Polinia colocada mas alla de
los hielos, i apuestan a medii' un arco del meridiana cerca al polo i en las
vedadas rejiones dol misterio.
La Europa en este siglo ha vencido las resistencias que la naturaleza pOl'
una parte i el celo de los inclijenas pal' otra, oponian a la esploracion de los
mares del Japon i de las islas Knriles ; i despues de los esfuerzoa de los rusos,
los alemaues, los ingleses i los american os, hoi se conocen yaesos mares e
islas i se ha penetrado hasta el interior, como se conoce la costa tartar a por
los trabajos de Broughton.
Los viajes de circunnavegacion no tienen ya irnportancia jeografica, porque no hai ya nada que descubrir en la superficie del globo ; pero la censervan bajo el aspecto de la invcstigacion cientiflca acerca del magnetismo
terrestre, de la temperatura sub marina, de la climatolojia del globo, del estudio
de las corrientes atmosferioas i marinas, de la antropolojia en todas sus faces
fecundisimas, i de la historia natural en todas sus rarniflcaciones.
En jeneral en el siglo 19 se ha hecho mas en el conocimiento del globo
que en todos los siglos anteriores de la humanidad, i uno de los hechos mas
notables de esta epoca gloriosa, es la irrupeion de la Europa pal' todo el
.mundo, la difusion de sus pueblos, de su raza i de su civilizacion pOl' las cinco
partes cn que se divide el plan eta. La Europa se derrama sobre el Asia, de
Bengala a la Siberia; i sobre la America, dosde el Labrador hasta la Patagonia, i puebla las Islas i continentes de la Oceania, i abre por muchas puel'tas a un tiempo ol Africa ignorada i terrible.
I la Oceania, la China, el .J apon, el Asia central i el Africa misma lnfluyen ya sobre la Europa i sobre el mundo entero, i rocibon BUinfluencia recipl'oca; i los pueblos envejecidos que se apolillaban i se morian de carcoma,
cstancados en BUS rnuertas civilizaciones, i los pueblos barbaros que se devoraban en los horrores de su clima i de su ignorancia, se despiertan hoi al grito
de la eivilizacion modorna, i se conmueven 'i se ajitan al contacto i al soplo del
hijo de la Europa, que les Ileva el espiritu de vida en la idea nueva, en el
movimientoque es elalma de todo, en el race dolcuerpo con el CUOl'PO
i en
01 cambiodel alma can el alma.
Lapropaganda fide de la Iglesia oatolica con una smulaoionuobre humana, compite a un tiempo con el espiritu cientiflco i con las otras comunio0,
0;
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l'SYClllS
o
ESTUDlOS DEL ALMA HUMANA.
5=
Des cristianas en la grande obra de civilizar el nlundo; i en esa competencia
relijiosa, las diversas ramas del cristianismo esparcen a porfía, por el orbe
entero, sagrados ejércitos de misioneros que, indefensos pero omnipotentes,
llevan, en viajes remotísimo8, con la doctrina, la penlUasion i la caridad, el
riego mas fecundo de la mas fecunda mies de verdad, de luz i de ci\'ilizaoion
que puede poseer el hombre: la palabra del cielo!
1 el comercio fucnte fecunda i Iljente poderoso Je civilizacion, superando
en actividad i en resultndos al pensamiento mismo, estiende por todas partes
su benético influjo, i los tres colosos de podel' i de coJicia que se disputan el
vellocino de oro en el siglo, los ingleses, los rllsos i los americanos, eompiten
tambien en actividad i en esfuerzo~, ejerciéndolo Cll Occ:identc, sustituyendo
a 8U índole especial Je cstacionado i err,mte que tiene allí, el carácter r:ípido,
vivaz, espansivo ~~irresistible, que tieuc el eOlllereio de Occidente,
1el oro, I'roduecion de la naturaleza i fllerz~ dl) la sociedad, t0111:1su parte
en la obra de civilizar I~s;-r aciones; i cuatro eom~reas perauríferas, cuatro
IJoTados en cl mundo, d eral, las California;;, la .\ustralia i el Choe{¡, npuestan a cuíil tendrá mas oro en SIlSentraiias i sus placcres, i cu:íl tcr,drá mas
influencia en los progresos del hOIIlOr(;i en la 111arehadc la civilizueion.
Ya los chinos i los japoneses trafican fuera de su patria; )':1 8e abrieron al
mundo esas dos puertas quo le ineolllunicaban casi la mitau de su poblaeion i le
cerraban la cuarta parte de su estension i tmperficie; ya todo el sur del ¡\.frica etl
rccorrido por el hombro blanco sobre las huellas gloriosas de LivinsgthoD; ya el
centro del Africa es conocido por Baker, hallando en él lagos de agua dulce,
einiciando esa I'e.iionen su (·nlace con l.:tEuropa i el mundo entero; ya la Abisinia esplorad:l deja ver nI IllIllHlo Ins fucntes misteriosas del Kilo; ya el
Africa central ofrece abrir a todos.su seno fecunJísimo i ardiente; i en consecuencia i a virtud de estas nuevas puertas abiertas POI' el siglo, la mitad de
la poblaciondel globo se abre a la otra mitad do quo estaba divorciada, se
ponen las dos en contacto mútuo i creciente, i 500 millones de hombres dcsconocidos a los otro8~-SOO'millones, hoi se encucntran por primcra vez en
presencia mfttll~, i ~e=-conocellasombrados, i se saludan hermanos, i se tocall i
8e abrazan, i cOilliept:m, pará no suspenderlo nunca, sn comercio crecieute de
ideas i de 8entiniiEmtos, de tradiciones i de productos, de espcriflncia i de
impulsos recíproeos.
I10i so' puede hacer pr>r di\'ersion un viaje al rededor del globo en el solo
eBpacio do un año;. hoi en m¿nos de doce meses Ill) mas, puede una compañía
de ópcra italiana Mlce,' oir las al'IllOnías de Rossiui en el Cabo de Buena
Esperanza, en Goa, en C,ílcuta, en 1\[acao, en Lóndres i Paris, en N \w\'a York,
en MéJico, en Panamú i en Lima; hoi un hombro sentado i quieto cn nn p:mto
de Europa, puede ('onven:ar cn silencio cou todos 108 hombres de Europa, i
con casi todos 10Rhombres de Asia i de América; hoi resuena instantáneamente en el Occidente el pensamiento que estalla en el Oriente; boi preglluta Cálcuta a San Francisco i a la Habana a un mismo tiempo, i ellos al
iustante i en el mismo instante lo responden al tl'3ves de Bombay, de
Illpahan, de Alejandria, de At¡;nas, de Lúndrell i do N neva York; hoi el
Dawalagiri,en las cumbres del lIimalaya, i el Ilimani, en las cumbres de los
Andes, saiuden :l un tiempo sus cabeileras nevaáás para escuchar el paso
ilel mismo pensamiento, que atraviesa instunuineo de Oriente a Occidente i
de Occidente a Oriente,
-Pero no es solo el pens~111ieTltoel qne vhja volando; ('S tl!mbien el euer}l~., Se sube, ra'p~d!sim:HlI~llteP?r el Eftfrates, 'cJ 'l'ígris, ,el lndo, el Gánjes, el
~ iJer, el l\IISSlslpl, e~ OrlllOCO1 01 Plata; se Il~ga al OrIente por los grandes
1'1015
ae la l\Iesopotarll1:\; se paRa en nueve días de Lóndres a Nueva York,
en los o~}¡os!guicntcs de N ueva Y ol'k a Pan?má, i en los ocho que siguen de
P.anama a LIma; se \'a en cuatro semanas de Lóndrcs a Bombay i éi1 pocos
dlaB mas hasta Cálcuta pasando por Delhi i Alhajabama; en cinco dias se
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rSYCHIS
o ESTUDIOS DEL ALMA nUlIl:ANA,
atraviesa por tierra toda la EUl'opa, i en una mism:1 semana se puede estal' en
Se\'illa i en San Petersbul'go, cn Jladrid i en Cristianía; i como se va en seis
horas de L6nares a Liverpool, sc llcga en scis dias de Nueva York a San
Francisco, atravesando UIl desierto inmenso, i andando el hombre, eil cnerpo
i alma, a razon de 240 leguas por dia, 1 esto en asientos mullidos i perfumados, i entre casas seguras i cómodas, i convet'sanuo con las damas, i recibiendo de camino noticias de tOllo el mundo, i departiendo sobre lo verdadero, lo bello 110 bueno, c<}Jlloshijos i los rliscípulos de Kant, de Humboldt
i de Goeth, de Descartes, Pascal i Lamartinc, de N ewton, do IIersehell i de
Milton.
En 60 dias se puede ir i voh'cr de Lóndrcs a J.íma i de L6ndre!! a Bombay, De Europa a los conlines del Asia cnatro semanas; <le Ellropa a los confines de América cuatro semanas; i <'losamigos qne se despillen en:1 T.imesis
i parten a un mismo tiempo, el uno h:íci:l el Oriente i el otro h:icia el Occi·
dente, cn cllall'O semanas respir:lII los aires de todo el globo, se acercan a
todas. las eom"rcas de la tie\'!'~, i ciñen los do:'!hemisferios con la línea de su
trayecto de 28 dias.
'Así el hombre no solo es ya cosmopolita, sino que aspi¡'a a gOZ'lr de la
ubiquidad i de la prcsencia simult:inea de su persona el; todas p:utes; i
luchando con la naturaleza que álltcs le abrumaba, hoi por medio de su
pensamiento i del poder de la ciencia disipa las diBtancias, rompe todas las
barreras i dificultades, borra las frontera,; i vallas que separaban a los pueblos i naciones, remuevc o vence lo imposihle, i en desalio con d infinito,
tiende a eliminar el Espacio i a multíplic~r el Tiempo.
1 el buque vapor i el r.,rrocal'1'il estan hoi en Sil illfaneia, pues qne ayer nacieron!! 1 pronto al buque vapor le suceder:! el buque gas, sin gast,o de combustible, o el buque termoeléctrieo, r:ipido como Su ajente, i a \;¡ loce,motiva de
hoi sucedcrá ]a locomotora eJéetrica sin gastos i sin peligro." l'oque es hoi
no mas que empieza el hombre SIl apropiaciou i aplicacioll cientítica de las
fuerzas vivas de la creacion, a la satisfaecion de sus elellldas aspiraciones i a
la mejora i engrandecimiento de sus destinos ...
Hoi se ven surjir de repente en los desicrtos do ayer' ciudades 'oellísimas,
que nacidas instantáneamente se eonviertcll instantáneamente en empolÍos de
comercio, en centros de 1l10\-imiento i en fonos de luz,
1 apénas hai verdad mas patente (pie el int1njo actual de la ciencia en toda
obra i en toda opiniol1 humana, kLCieJ1l10de este carácter. el mas grande de
los caractércs del siglo. J.a jeolojí:\, la pa]eonto]ojia, la zootojíl1 i oVos ramos
do la historia natural; la antropolojía i otros ramos de la ciencia nioderna,
estan desquiciando las creencias del hombre sobre la creacion i el oríjen de
los mundo;;, sobre cljéne:'ois <le nueslro planeta, i sobre el oríjen (b! hombre
i la época de Sil aparieion cn d globo de la tierra. La qllítllÍ(~a, ]:1 fí,iea i la
mecánica cstall cambiando ]a faz del' mundo, El micro:'oeópio i el teJescópio
le abren al hombre, a un tiempo, los (los infinitos: el illfillit,ament~ pequeño
i el infinitamente grande. El lIliel'oscúpio de Ehren berg :mil'oa lo íntimo de
la materia descubriendo la vi{la en el abismo de lo mínimo ¡,de lo cxiguo, i
el telf''lcopio de lIerschell i d() nosc, descubre el úrtlell illlpúrturb~le i la vida
inac::1¡;¡ble en el abismo de lo m:íximu i en el seno de l:1Inmensida'tl !
1 si el telescopio 1I0Sacerca los ciclos, el espectróseopo los 3111\iza,i los
cQl1Iiel'te en aA~ntos de ciencia esperimental, sujetos al deterrninismo huma.no,
i en ohiútos de accion i rcaccion química, obsel'vables en nlle:'otros laJ:.o~·atorlOs,
1.:IS matem:iticas se han perfeccionado hasta el punto de permItir a un
hombl'e (\Vronski) fundar el cadete\' di;;tintivo de ellas P,1l]a ce1'tiJumbre
de un principio Único, trascendC/1L31i absolnto, qnB llbraz:\ tO(la la CJie,nciaen
una Id suprema de que dcrivan las leyes de la jenel'acion de las cantidades;
i las matemáticas se insinúan en todo, se aplican a todo i tienclell a darle a
todo su cará.cter de certidumbre,
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psycms
o ESTrDIOS DEL ALMA HUMANA.
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---------------.--------------------La jeometría
descrip(i\"a
llevando de los datos jeométricos
a las construcoiones gráficas, í determinando
la8 relaciones do situacioa de las Iínells i
superficies, ha creado \lna nueva 1'~ngu3 i \lna llueva escrit\\l'a universales.
, J.3 llledllica realiza milagros que dejan atras los ensueños de la fantasía;
la química rovela in naturnloza intima de la materia, 110 solo de este exí~uo
lllaneta, sino de los l;oles de la innwnsidad;
i la física jeneralsll.per.a los rol tos
de la fíbula, i convierte los homores, Illas quc on Cíclopes i Jigalltes, en semidioses tl"OlIantes, ~('iíol'es <ld rayo, de la luz i de la luucrte,
1.'1 química, eiencia de la cOll8tituGion íntima de los cuerpos, i la ciencia
de los imponderables,
vienen a revelamos los" secretos muelles que vivifican
a los entes," -porque los :ít0!l10S S011 ".ii~antes disfrazados,"
i los imponderables son los" ajentes ill\·i,iblc' <1IICdirijen les-.l1lovimientos del mundo," La
química i la fí~ica-(:¡ebl'r:ín pronto a los imponde¡;abJes, no solo su perfeccion
sino su tl':lsfiguraci0n.
Los álomos de todos los-elementos
químicos tienen la
misma capacidad de (~:1!"r, i quizá de luz, de elect.ricidad i de mo,·imiento;
i
la-JísiC~t molecular i b <¡'l(:nica, aliadas !:ls do" (h'Sellbrir:ín nueras fuerzas i
revelarán mayores Ycr.]:ldc:> caJa día.
La astronomía ayu,h<h (k las matem;ít ieas, de los instl'llmentos
i de la
análisis espectral,
le a]¡re ya el cido al homore, revelCl-ndolc hasta ¡;u constí-tuciou intima;
i este enl:uclltra di <;110en las nebulosas hai emoriojenia de
soles i de muntlos, como (l<]lli lili e:lIkiojlmia
d~ animales i vejetales.
La
materia cósmica conden~álld()s(' (';: Ins profulIdidades del Empíreo, hace nacer
allí los !>oles i los p~allelas, l:OlllO (,1 oxíjCIlO i otros irreductiLles,
vivificándose
aquí, haccn nacer a nucstra vista los reinos lIrgáWcos de la tierra.
JA nstrollomía
i la <)Idmica aliadas entr!) sí l10s ren>lan la atm98fera del
S,)1, haei['ndtlIlOs ver qne <,sde gas hidrójeno, ('S ¡]eeil', qne esa aimósfera es de
metal, i 1:\8 p\'o~uhl~r;¡IIl'i.ls del S,)l son masas <le hidl'újCllO incandecente;
la
.luna 110tielw atm<:,sfera o no d:í se.iiales de tpueda;
trescientas es! rellas nos
-dan su composicion qllímjc:t; las nebulosas se nos descubren
Illostr:indonos
-·quo t;oR aglomel'acwnes
<1<,azoe! Se estndia i se conoce mas i mas la luna;
se descubren de n.ue.vo ('e¡'ca de :00 plllDetas telescópicos;
f:e in,·estiga cllda
día tUas la via lactea i la natllral,~zu de las nebulosas;
se crea l:t astrollomÍll
del invisibtil nacida del estudio de las pertnrbacionl's
en el Cllrso de cualquier
astro por la existencia ile masas turbulentas;
!le d~mu(,stra
que existe un sa·
télite_ de Sirio) i el espcct 1'0 de los eclipses solarei sin'e para conocer la constitucion del Sol i 1,),) Sil :\1 JUÚSfl'1'3.
_
Eso di la asÚ'onolllÍ:l unida a la ñ,i;~a i a l:i- q¡¡í:nir:!; pero unida a otra
-ciencia mas alta, qne ser:i el objeto de ('sle periódico,
la astfOnomía nos sumerje mas profulldamente
eu ol.infinito del Espacio, i nos ro,'e1a los cielos i
10il mundos bajo :l!lpee:os mas hellos touada, mas allOS í mas nohles, i sobre
todo mas importantes a la bumani<latl, porque 80n infinitos i tra;;eendcntes,
i
se refieren a sus destinos inIDol'tal,~ ..
El progreso de las cienci:t" llatllL'ales pone cadlS dia nuevos i mejores
.mcdicatnentos,
tHl6VOS i mejor·e" proceqimicntoall
dispo;;icíon del arto de
cnrar L:l mC0:ioicaqllc
perfecciona
IOIf'4i1strumentos i ;el mi(:roscúpio que
hace vcr l~movirnientos
íutimo~ de la ,-j,l\: el vi,1rio i el diagnóstico
9llC
hacen ver' desde afuera todo lo que pasa 1""· o/entro del cuerpo;
la análIsis
qllimic:\ que revela el s .'ereto de las fnn:;:'):::', i 1:1estétoscopi'l
que haGe conocer mejor las enfc:·mc!:t,les
de los úrg:ln,H d~ h circula:cion i la respiracion; el sistema nervioso <¡ue visto en su im!'orUlllcia inmegg
ilumina toda
la (,icn(~ía i c'·ea, I",r dccir!o así, t~iolojía,
i la fisiolojía qn~ da hase sólida
.j científica a la medicina;
la qnímí(~A orgánica i la química riiln!3ral (lile aliadas
al e'Studio de los il1lponderable~ sujil'rcll cada dia nllevas preparaciones
i apli.
caciones, i la homeopatía
qlle (h'~cl\bl'iendo la verdadel'a
¡ei terap~lltica
da
conciencia
en la prác~¡ca; ccrtiJlllllbr'eÍ>n el arte i espe-ranza científica a la
cabecera
del enfermo; la química otra ~
quo dando los métodos i los me·
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8
PSYCHIS
o
ESTUDIOS DEL ALllA HUMANA.
dios. desinfectantes, i revelando e] modo de obrar de los medicamentos, i proporcion:mdo los antídotos, i proveyendo de los aItestéticos i hemostátÍCOB
mas eficaces, impulsa esta ciencia como impulsa t04o, i la hijiene i la policía
médica que preservando a los individuos i a las poblaciones, garantizan la
vida de las multitudes .... todos estos ramos i todos estos }lrogresoH están
dando una nueva faz al arte ue curar, i cambiadn radicdmente las, condiciones de la salud de los individuos i de Ills poblaciones.
Las aplicaciones de las ciencias fisicas proporcionan sin cesar mejoras
sorprendentes en el arte usual Je la vida, en la industria i en el dominio do
la natnraleza. Pero sobre todo el poder de la química es inmenso ya, i la
quím!ca no hace cien años qnc nació. Prescindimos aquí de los progresos de
esta ciencia en su órbita especial i en el desarrollo de sus princilJios i estudio
de sus leyes; i solo atendemos a SllSaplicaciones. l"a 30sa de sal marina se
sustituyo a la potasa, i la sosa artificiall'emplaza los álcalis i previene la
paralizacion dl: las indu~trjas; la remolacha i otl'Ogvejetales sllstituyen a la
caña en la produccion del azÚcar; el ácido sulfÚrico produce \lna revolucion
en las industrias; la química tiñe los jéneros de algodoll, de lana i de seda;
la química ayuda a la física para dar los escafandros con que se baja a las
profundidades del Océano; la química se aplica a llls artes todas i tiende a
tl'asmutarlas; las ferrería~, las minas, las salilla~, Iali hUlIlaguel'<l>:,la agricultura en todas sus face!', la produccion i la cil'clIJacioll de los cerealc:;, las, vi·
ñas i viñedos, la cria de ganado, todo se ajita intensa i estrañamente pOI' la
intervencion de esta poder08a ciellcia, i todo tiende a renovar!'e i a tl'asfor·
marsc. Los cuerpos grasos se convierten ell bujías 'estetíricas de luz mas barata i brillante; el gas ¡tidrújeno nos dá lámparas que i1Clminanlos mas oscuros retretes subterráneos, que salvan al minero en sus antros peligrosos, i
alumhran al buzo en las profundidades del abismo; como alumbran pOI'fuera
i por dentro ciudades enteras, eOll\'irtiendo ell ella:; las noches en dias. La'
química influye en la guerra por sus modificaciones en la pólvora, por la glicerina, por la nitroglict>rina, i por otras aplica<:ion~s. La química abona las
tierras, convirtiendo lo mas asqneroso en riqueza, i cSlionde el poder de la
bijiene convirtiendo lo mas pestífero en salud i vida. La química_Pace ver la
naturaleza metálica del hidrÓjeno, i yendo mas alh, de lo visible,nalla en ra·
yos no luminosos la virtud de prc,c1nciracciones qtlímitas, La química por
medio de la galvanoplastia, dora t.odos los metales, i hace medallas i forja estatuas; i por medio de todo e insillll:indose en todo, la química tiende a cambiar a un tiempo la m:turaleza i la sociedad.
1.•
a mecánica compite con 1:1 química en milagros, Vaucansou hace máquinas que hilan ellas solas la seda, í otras que hacen ellas solas labrados de
flores, Jacquard, eu emulacion con él, trasforma la industria i hace otras
máquinas que hilan ellas flolas el algodon, el cáñamo i ellillo; i las máquinas
de 'Vatt son como séres intelijcntes que en la prQcision de sus operaciones
dejan atras la mano racional del hombre. La meMnic3 se aplica ~ todo. La
industria en todos sus ramos produce SIlS prodijios i valores todos pb!' medio
de máquinas. La agricultura, I:l~ Tllanllfac~urastodas, la !'lline~ la mnbulanciD, las artes todas aÚn las mas hbcrales, 1 la guerra misma, sC"'"f,rMforman
actualmente al poder i al impulso (11'1 movimiento, que es el espíritu de vida.
En la agricultura, desde el barbechar i descuajar el terreno, hasta la Úhima
preparacion del fruto para el alimento (lel hombre i de la be8tía, todo se hace
pOI' medio de máqUinas. J,a má<)uina descuaja el bosqll~, limpia ~I t~r,reno, lo
riega, lo remueve, lo abona, lo SIembra, lo aporca, lo fecunda 1 VIVifica, lo
ampara i ampara la mies, la mar.nrs, la Riega, la limpia, la trilla, i la tritura i
muele, la confeccion:l, la cocina i la convierte en $liment<f, La m:íqllina alimenta al hombre, lo viste, lo abriga, lo calienta, 16 refr'~scll, lo baña, lo pasea,
lo traslada, lo trasporta a todas distancias, haci()ll~o}Qsubir a toda altura i
bajar a toda profundidad, lo hace viajal' por tierr~, por mar, por el aire, por
..
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PSYCHIS
o
ESTUDIOS
DEL ALMA HUMAKA.
9
encima del agua, por debajo do ella !lio tocarla, por entre el agua tocándola,
por encima de la tieITa i por entre la tiena, por los vientos, por las ondas.
Hai máquinas de hilar, de tejer, de plegar la estofa, de hacinarla, de pren.
8arla, de cortarla, de coserla; hai máquinas de coser toda e8pecie de telas;
hai máquinas de layar, de secar, de calentar, de ventilar minas i galerias, de
apagar incendios, dc andar sobl'C'el hielo, de 8alvar marinos, de I!alvar mine1'OS, de hacer pozos arte~ianos, de quemar el humo, de calentar los coches i los
vagones del fel'l'ocarril; hai múquinas de despeja!' de osr:ícu/os la via f,)l'rca,
de refrenar el ímpetu de los trenes, de pararlos de repente, dI:' medir su velo..
cidad. Hai máquinas de secar pantanos, de limpiar puertos i rios i calzadas,
de:perforar galerías sin la polvcra, de levDntar puentes ('nonnes i de volver a
baja/'los i p<lner]os, lIai Ill:íqnill:d de trasportar casas, i dc alzarlus de su nivel
primitivo. Hai máquinas de :llnbulaeion in(lividual, ya !-lOrjuego de los piés,
ya por juego de !:.lsmanos. Jfai máquinas de cllrar i de salvar la vida, i máquinas de matar lumbres a centenare~ en un instante. lIai m:.L{luinasde sanear
las cil1d:llle." i lllúquilla., de fulmillarlas i destrnirlas. lIai rná(jl1inas de es(~ril,ir desde léjus a toda distaneia, i má<¡uiEas de eSl'l'ibir soLre b mesa, i enviar
la carL:l en posta por el aire. Hai máquinas de dibujar, de pintar, de hacer
retratos, de grabar, de tocar dando toda esp~cie (le m(l"iea. Hai máqllims de
medil' el tiempu, i otras de medir el espaeio. Hai máquinas de abrir los ('ielos
i vcrles sus lll:mwillas, i m:.íquin:)s de sundear una gota de agua i contar!e sus
lDiriadas de ullimalillos.
J.as máquinas de sola Europa dan }¡o~el trabajo dc mil milloncs de operarios, la fuerza de mas de 20 millones de caballos i de mas de cien millones
de homures,
La mec:íni~ centuplica el poder del arte i de la industria, i multiplica.
illdefinid:lIllente"el trabajo i el producto, rejenera una gran parte de la socicdad, todo el:lemundo de trabajallores i obreros; i la mec:iJ:Íea tambien trasforma la materia como la química, i tambien crea como la poesía; i Arquimi.
des i Vauc:\IIl:lonfueron poetas cl'eadores como Homero i Shakespeare. 1en
jeneral, la /JIil:lionde la meduica como de toda cien da, es em:1neip3r al hombre; su d\!l:ltino hacerle señor de la materia i de la fuerza, i su aspiracion
llctllnl, sustituir n la fucrz;l limitada del hombre la fuerza inagotable de la
naturaleza, i a la tiltiga que e~tillgue la vida, el movimiento i la accioll do las
flll'rZa~ naturales, (¡ue en su juego animan, vivifie:ln i cngrandeccn la naturaleza nllsma.
En el c:studio de las fucrzas misterios:\~ que son objeto de la Física se
empieza, no hace Illncho,por ver la electricidad tan difulhli<1a en la matcri,a,
que se la cree como ia villa de ella; nacen pronto el galvllllbmo i el magllelíSIllOi se percipen bs relaciones entre la electricidad i estos dos ajentes,
columbrando desde luego o adivinando qne son nna ~o]a cosa; i se perciben
las relaciones entre la electl'Ícid:lll i el calúrioo, i entre estos i la luz; i el
espíritu científico es llevado dpidamente a vel' la identi(lad de los diversos
flúidos imponderables, fuerza ÚI,iua j acti\'idad i vida de la materia. La luz
se estudia ucsde entónces mas profundamente que Ilnnea; se eD,cuentra en
ella ellllilagl'o de que puede e¡e/'eer accion química, i nace la daguerreotipia
que da la fotografía i esta la fotopanoramia, i viene d an:ilisis espectral que
nos da la cOllsticucion de los soles del infinito, que nos permite analizar
desdH aquí los planetas i cometas en su vuelo, i !lOS da su composicion
química, haciendo venir el Cielo 8 lluestro laboratQ:,io. Se estudia el calórico
en rcla¡;Íoll con la luz i la electricidad, i se descubren en él rayos de diferento
naturaleza como los tiene la luz; "~esometen a cálculo SIlS fenómeno», i se
apliean sus restllt~os a la detcrmiriacio!l de los períodos de fo/'macicn de
nuestro planetll. Nace la termodináruia tan poderosa como la e1ectrodinámia.
Los imponderables estudiados mas profundamente i llevados a su unidad, i
vista la corrclacion de sus fuerzas, se aplicaD al estndio de
atmó5fera en l!\
la
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l~
PSYCHIS
o
ESTUDIOS
DEL ALMA HUMANA .
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.
meteorolojía, qne se aplica a la nántica i a los medio$ de ¡;alvamento en el!a; i
los impouderables so aplican a la química, a la física molecular, a la mineralójia, a la jeolojía, a la fisiolojía i medicina, a la meta1Úl'jia i a la mecániea; i
fiU aplicacion reciente tiende ya a cambiar la faz de todos e~tos ramos de las
ciencias, i los simplifica mas i llIas, i hace n~as f¡ícil Sll m:tllilio, mas fácil i mas
profundo ~Il cono(:illlient{), i mas ¡-¡¡pido Sil progreso,
El principio ne la corrolacion de las fuerzas hace Y01' que el calórico, la
luz, la electricidad, el magnetismo, la afinidad quími(la, el movimiento i el
esfuerzo mecánico tienen íntimas relaciones i depcnden lIlútuamente unos de
()tros., i aunque ninguna de estas fuerzas es ca\lsa necesaria i esencial de las
otras, cada \lna pnede 111'O~uciJ'i enjendrar las otl'llS, i todas eUas pueden
convertirse la \lnacn la otra. Es posible, pnes, la .ieneracion directa c inmediata de todas las fuerzas de la natnraleza por cualquiera de ellas, i esta jPlleracion comlln i mú.tua Reverifica en proporciones fijas i dt,terminada!', sig-niendo una lei de eqni \'alcJl(:ia que conoci(Ja ya en su fiíl'nlHla entre el Clllórico i
el esfuerzo mecánico, lI(~\'ará :'ll homhre a la determinacio:l exacta de los equivaleRtes l'espeetivos de todas las fuerzas unas por otras j ii1e~cuLrimicllto
inmenso! que se arllica a todo i c,t á cam biando tocIos los ramos de la cieucia;
que hace ver a un tiempo la imposibilidad de crear ningllDa fuer~a vi,':} per·petua, ni :llliqnilar ulla fuerza producida, i que demuestra que llaJa se pierde
en la Ilatlu'aleza Ili nadfl Re crea en ella, sino que en ]a obra de Dios, todo es
trasformacion i metamórf""i~
.•
IJa cicncia se cultiva hoi en las entraDas (le la tierra i cn las profundidades del océano; s011'c 1;)!:¡z de las aguas i en las f<>jiones lilas altas de la
atm68fera. Con el t(~lcscopi() se rasga el velo azul (lel cie~o, i con el tel'm')metro i el b¡¡)'úmell'o en la mano, se cruzan los campos aéreos donde vagan las
tempestade~, Se hacen obscr\'l\cione~ físicas i químicas en las alta:;; rpjiones
de la ntmÚsfera, i se baja <le alli para voh'er con el el'pe<:trúHcopoa las sidel'éas rejiones del firmamcnto i del Empíreo; i en este •.iglo maravilloso, cl
cielo i la tiena i el abismo, son el teatro infinito de la esploracion científioa.
La meteo1'olojía, tan atrasada anteB, se cll.ltiva ya con éxito, i 8tH, adelantos permiten percihir mas i mas rel:lciones entre la física del globo i la atmósfera, de donde ~llrjell nociones que se aplican a la n3Hg;lcion. EI~studio de
la meteoroloj i:;t pro\'eo hoi a la navegaciou ¡le reglas in::'alibles, no ~olo para
prevenir el encuentro <le t.empestades i hUl'lleanes, sino plLraluchar con ellos i
con los ciclonps mns terrihles, sacnndo ileso el hnquc de en medio de los
torbellinos, El estudio de I()~vientos disminuye la lonjitnd de ¡liS travesías;
el para-rayo protl'je la vida al marino como al viajero, i el 1arómetro previene los peligns de la tempes:a(l. La simnlt:ine~l auser'lUcion de todos los
instrnmrntos meteo1'oIÚji(:os da la posihilidad (le llacer pron(¡sticos f.tmosféricoR, i se ha~en con exactitu(1. IIoi SP. esfuerza la ciencia en prevenir con
seguridad n Ins Costas contl'fj los peligrol' de las torment[l~, hallando en su
poder el modo I'eguro de combatít: 101'elementos enfurecidos., por el conocimiento de la dil'eecion de 11lS tempestades i la velocidad de su propagacian.
Con este objeto se estahlecen en diferente~ plintos ohsef\'aciones meteo]'o16jicas, que siendo simnluíueas, a\\n a mucha distancia. unas de otras, se
hacen comparables entre f'í en el mismo instante por medio del telÚg1'afo
eIGctrico, Se crea l:1meteorol{,Jia internacional; se tienen congresos marítimas; se haceu m:.p~s pilotos; I'e ~iembran los mares de faros flotantes; se
modifiean 101'derroteros mnrinol'; I'e ilescubre la influ¡mcia ile los vientos
sobre la presion lJaromútrica, i se perfecciona el barómctro; i I~' la telegrafía eléctrica se estudian, sr. anlloeian i se previenen las tempestades hasta
pOI' 48 horas d(' :lntieip:lcioTl Así ~e conoce i se anuncia el pon'enil', ; así lucha
la ciencia con 101'elementos enfurecidos en la mar j porque se trata de la suerte
de dosciento8 mil buques i de illl millon de marinerJs que annalmente surcan
la faz de los océanos i de los mal'es del mundo. El Silliafor de Fitzroy pro-
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rSYCms
o ERT"CDIOSDEL ALMA BlJMAN A,
11
viene el peligro do lni'lcostas, i hoi la Europa está. sembrada por todas partes,
basta mas all:i del grado 70, de estaciones rneteol'016jicas ,londe se observan
tres veces al dia, i se comunican a obser\'alol'ios centrales, desde mui lÓjos i
de muchos puntos (1ivel'sos, el e~tado al' la presion barométrica,'de la tempe.
ratma, del viento, de la humedad, i el estado del cielo i de la lIlal.. 1la red
de yijias atlllosféri(,ns est(¡ ('Oll1!'Ill':.:tade llH\teol'6grnfos que dan antomatieamente la, \'icisitudc, de e,e oe·~~alloetí,reo donde tllujen las t,o•.•uelltas, i b
meteol'ólojia, así lIutrid:l )',1, rlelTIuestr:\ la influencia l1Iete'úriea de la luna que
hace desaparecer las nnbes (le lJuestra atmósfera por la accion del calor de
€ste nnestro satélite, i demuestra la natul'nleza eléctrica (le la aurora boreal,
por las perturbaciolws de la red telegr:iticn, i por la exist.encia de la ozonc,
que no es sino el ,)xíjeno Illodifieado pOI' la eléetricida(l.
Los progresos de la meteo"olojia permiten estudiar paralelamente las
eorrieutes i revolnciou('s (le la allll(,sf,~ra i del mal', i ¡wrcibil' :':1I~ rela(liol1e~.
He descubre el Glll f.., t1'eam qne volando en las /,l'Oftlll<lidadl's <lel ()(~éano,es no
obstante esplorauo )lor el homhre de:;(]c la supet'tici( .. El es UIl iUlllell>;orí ..•
ql1P. corre en los senos mas profnndos del abismo de los mares;
su cauce i
HUS ribel'as son capas (le :lgW¡ fria,
entre las c:uales 80 comprimen, en r:ípi.
da confnsion, oudas inlllensas (le:agllas tibi"s i azules. 1 eu niO¡!llna parte del
mundo existe tina Clll'l'iente tan llI:\jcstllosa como este rio, 'lile siglle imper.
turhahlc su cn;'so in\'i~ible ('n ('~"s profllll(lidades inson(J:¡bles, Illas rápido
que el Amazonas i mas impetllo80 que el Missisipí, i con un volúmcn de
.agua de que la masa de estos dos jigantes no es sino la milí:sima parte de
!tu caudal!
1 el estndio de las c:orrient\·s subrnar111as hace ver l()~ vínculos <¡uela!:
ligan entre sí, ¡;IBrelaeiones con los mo\-illlientos visibles (lel Atlántieo, de:
mar Indico i del océano I'aeíficn; Sll~ relaeiones con la;; Iíncas isoterltl/ls, con
la climatolojía de 111tierra i de Ins mal'es; i ese estudio cotlllu!:!' a resultados
inespel'a(los. como el de hacer ver quc el perfil de 1:Iscostas ,le la América
illtertropical influye, a mil i sciscientas Icg-nas, sobre la temperatura del litoral
del occidente de la EUl'Opa, i el perfil del golfo de Guiuea influye sobre las
lejanas costas de la l?at¡,gonia.
Se ha descubierto un cuarto estado de la materia, diferente de los tres
~stados, solido, líquido i gaseoso, i este cuarto estallo que tielw propicdades
especiales i que se llama el estallo esferoi.ial, nos ,U el modo de producir el
f,.io por médio del calor mas elev:l,lo i en su mayor potencia, i IIOSdá el modo
de jag:lr ineólumes con la temperatllr:l del hiel'l'o en f'lsion. Hoi se produce
el hielo en el foco ardiente de un horno hirviendo, i s'esaca un t~mpano de hiel.)
de un vaso fundente calen~:t(lo :l 1:\temperntul':l .-le400". Por reyelaciones del
estado e,l(~roi(bl se e"plica ¡ni perfectamente el f~núllleno de los hombres
il1lc()mhl)sLibJ,~s,lel A~i:\, 'Illt; :ltr:lviesan impunemellte unn hoguera de a~cuas
(levoradoras; i se esplieau l:t l'!'lleha del fuego eu la eda,l media, i otros f,m6menos tan eSLup~ndos, <¡\le Uo- pal'cL:ianincroibles aunque nos hab:ahan de
ellos la histol'ia i la tradieion.
Estudiadas las rcbeiones entre la e\-aporacioni la ebullieion, se ha de·
mostrado que un líquido que no present:l ~\lper6cie libre no pu('(le cambial'¡;c
en vapor; <{Ileel pasaje al estado de vapo,· (Iepcn.Je esencialmeute de las superficie,; libl'c:;; que la ebullicion es un modo de evaporacion, 11naccidente de
ella, una evapOl':llJion a un tiempo esterna e intema ; i este hecho Be aprOVf~eha en to(bs las :lCCuales aplicaciones del vapor.
El pltlvioscopio nos enscoa el fenómeno de la ílu\'ia, no 11010conociendo
la lIor" i d.u'acion de un aguacero, sino llegando a contar las gotas caídas ~'n
61, i pesarlas i determina!' ~u .lirellcion. Podemos !wi reLI':I7.:1rel punto de
coujela'lion de los líquido." el1!~¡)ntrandoel modo de conserv:\!' algnnos cnerpos en estado liql\ido, en temperaturas mui iufel'iores a la de !ill conjelacion
Ql'Jinaria; hallamos en cl hielo propiedadea _jrw.ortantes i desconocidas; con
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12
PSYCHlS
o
ES:fUDIOS
DEL ALMA HUMAJS"A.
el hielo producimos la calefaccion, i aplicamos este hecho a la conservacion
de las plantas en las grandes bajas de temperatura.
La influencia do los bajos fondos 80bro la temperatura del agua del mar;
haco dol termómetro un medio de se~uridad en la naveg:lcion, i el termómetro se anticipa a la sonda i la ayuda a salvarnos.
El magne~io es ajcnte luminoso, i aplicado a la fotcgrafía sustituye al
soi, i nos permite hacer retratos do noche, i sacar irnájenes subterráneas de
los bipojeos naturales" i artificiales.
Viene ya la máquina magnéto-eléctrica que permitH sustituir el movimiento a la acciou química, para producir la electricidad en corrientes que
descomponen con la mayor enerjía los baños do oro, phta i cobre, i se emplea
esta máquina en el dorado i plateado de los metales i en la galvanoplastia.
Ella produce la luz eléctrica i puede aplicarse al alumbrado de los buques i
al seguro de la navegacion alumbrándola; i se aplica al alumbrado a grandes
distancias como los faro~, i al alumbrado subterraneo, i sirve adolllas eficazmente para favorecer 13 ~:\lud de los obreros de fábricas eectro-químicas.
La chispa eléctrica ~g heterojénea i duplicana en su llaturale7.a. El alumbrado c1óetrieo da la illllllinacioll a mas grande~ distallcim;. El pan telégrafo i
el telégrafo automático ¡jan tcJ{~grama~autógrafos en que ,~ada hombre puede
escribir a toda distallcia COIl,,\1 propia escritura, trnzada de su propia mano.
El telég1"3fose aplica a la pesca de los arenques i favorec() la industria de las
clases pobres. La electricidad se aplica en grande a la pesca, i por medio de
una pila que obra a. bordo, 8C produce una gran luz en el fondo del mar, luz
que atrae a los peces, que acuden en multitud a laslrcdes i caen a millaradas
en manos del hombre.
El telégrafo solar establece la eorrespondenci:\ instanhlnea'donde es difícil
)a telegrafía eléctriea; i con este nuevo instrumellto, por medio de dos espejos que llaccn relámpagos que se producen i se apag:l11alternativamente, de
modo que so les puede aplicar un alfabeto con señales de significacion precisa,
con este nuevo telégrafo dos per~ona¡;;qne ignoran cada ulla la posicion de la
otra en el vago de un espacio iIlI1Jensurable, pueden buscarse en ese espacio,
i empezar S\I <.:orrcspondencia instantánea ..
Ln nuevo helioscopio permite examinar el Sol sin los peligros,que cega·
ron a Galilco, i casi hicicrun perder la vista a N ewton. ]{J eSlcrioscopio i el
telestcrioscOI)io nos introducen en mundos funtá"tieotl, i nos hacen soñar dcs-piertos con visiones inefables i sobrehumana8. I;a jeometl'in apli9atla a la fotografía, da la fotografía panorámica que se aplica al levantamiento de planos.
La acústica con la cre:\cion de nuevos instrumento8, i por medio de su
alianza con la fisiolojía dc la voz, i la gram~itica i la escritura, aspira a reali~ar el milagro de que la palabra humana, al producirse, se escriba ella misma
por sí misma; i el estudio profundo del fenÍlmcno fOIlÚtico, de sus rclaciones
con el movimiento de nucstros órganos, i los movimientos del aire i de la luz
aspira a damos un instrumento que permitiendo ohservar estas relaciones i
determinar 1m;condiciones i faces"i enlaces mútuos de estos fenómenos naturales, dé a~í nuevas basos a la estcnografía, i perfeccionáudola por )a gráfia
de los sonidos, haga que la pintura i estampa de la palabra, tengan tll colorido
i el fuego, la espl'esion i la vida ne que carecen la escritura i la imprenta.
1 armado en su brazo i en Sil espíritu de todas la!! fuerzas que conquista
de la naturaleza, i armado principalmente del vapor i de la electricidad, el
llOmbre seca pantanos, pozos i minas, aviva el movimiento de las fuentes,
distribuye el a~ua por todo el interior de eindades babilÓnicas como Lóndres, Paris i N ueva York, haciendo subÍ!' ellfqlli<1o basta los pisos Dlas altos;
domina los ID:lreSi los vientos, i vuela ¡lObre los odiaBos; recorre la tierra
con velocidad pasmosa i sin cesar creciente; eOlllunica su pensamiento i sus
afectos simultáneamente a todas distancias, por entre el Eeno de los mares i
las capas de la atmósfera, por encima i por debajo de la superficie del globo)
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PSYCHIS
o
ESTUDIOS
DEL ALMA HUMANA.
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abre p1lertos i canales, dirije el curso de los rios, perfora montes, taladra cordilleras, colma vallc~, abre istmos, reune en gl'ande8 centl'os las diseminadas
poblaciones; i con el yapor lava la ropa, prepara las pieles, da tinte a las teJa8, cocina la comida, produce toda ealoriticacion, concentra la jelatina
i los jarabes, purifica \as materias animales, vcjetale~ i minerales; i el vapor en
sus manos es fuente de riqueza CIl la:pur., i al:ma formidable cn la guerra, que
cambia el aspecto de los sitio!'! i de los combates navales i terrestres, que da
mas ajilidad a la artillería i hace mas decisi"as las batallas, i por tanto mas
cortas i mas raras las guerras; i unido a la eleetrici,lad i a la luz, al calórico i
a la afinidad, acabará por sometel' al dominio del hombre la superficie de la
tierra, i el océano del aire i el abismo de \as aguas!
1 las distancias se disipan, i las n:wione~ eouuensándose i asimilándose
mas i mas, se compenetmn i tienden a confundir~e; i las ciudades mas distantes se convierten en arrabaics de la l:apital; i la Europa cntera se hace
nna miniatura, i estrechándose en esten~ion a medida que aumenta en civilizacion, tiende a ser i será. pronto una sola alma i un solo cuerpo político.
¿ Qué significan estos hechos como espresion de la naturaleza del hombre, del carácter de este siglo, i de la venida de una Uenovaeion profunda en
las eondicioneé de nuestra existencia? ¿ Qub significau en la palinjenesia del
porvf::uir? ¿ Qué valor tienen en la marcha de la humanida(l, corno prueba
de qne ella está pasando por la crisis que precede i acompaña a toda nncva.
evolucion?
Eso será lo que ensayarémos esponcr despacío eu artículos ulteriores,
despues de ha~r ver l'ls progresos del contacto humano, i el hecho característico de la confusion i del c;ios actual en que vive la familia de Adan i de
Prometeo; descubriendo, si podemo~, el significado que tienen en l:1marcha
í progreso de la humanidad, este desarrollo de la nocion Ilientítica, esta apropiaciou i aplicacion ince"ante de las fncrzas de la naturaleza, esta demolieioll
qne anuncia derribar lo qne existe, i c"ta incesante aspiracion a otra Nueva
MejOl', ~otra promesa mas alta, i a un mas allá de qne tiene hambre i sed el
(,spíl'itu ITumano.
DE LA REVELACION.
En el sentido litúr.iico la revelacion implica nna idea do mistisi31l10
i de maravilloso.
Elll1ateria~ismo la rcchaza naturalmente,
porqne ella
Impone la illtcrvencion
de potencias i de intelijencias estrahumanas.
Por fuera de la ne~acion absoluta muchas pel'sorlas se proponen hoi
estas cuestiones: l Ha habido o no, una revelacion? ¿ La reve!acion es
necesaria? ¿ Trayendo a los hombrcs la verdad toda hecha, no tendria la
revclaci.on por efe~to impc.dirles .I1aC?r uso ~e sus fa.cll~tades, pues clh les
ahorrarla el trabajO de la lIlvestlgaclOn? Estas obJeclOlles nacen de la
falsa idea que se tiene de la rovelacion. Tomémosla desde lllego ell su
acepcion Illas simple, para seguirla hasta S\1 punto mllS elevado.
Hcvelar es rasgar un velo; es hacer conocer- una cosa que no está.
conocida; es enseñar a algullo lo que él no sabia. A este punto de vista,
hai para nosotros una rovelacion incesante, por deeirlo así. ¿ Cuál es el
papel del profesor delante de sus alumnos, sino es el un revelador'~ El
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PSYCHIS
o
ESTUDIOS
DEL ALMA HUMANA.
les enseña lo que no saben, lo que no tendrian ni el tiempo ni la posibilidad de descubrir ellos mismos,:f?rque
la ciencia es la obra colectiva
de los 8iglos i de una multitud d'é hombres que han traído aHí cada unoSil coutinjcntc
de observaciones de que se aprovechan
los que vienen
despues de ellos. En realidad pnes, la ens~ñanza es la re'lelaeion de ciertas verdades científicas o morales, físicas o metafísicas, qne los hom brea
que las conocen hacen a otros hOtnbres q~1e lal! ignoran, i que sin esto
las hubieran ignorado siempre. ,. Se creería mas lójico dejarIcs a ellos
mismos buscar estas verdades ~ g Aguardar
para ehseñarles a servirse
del vapor, que hubiesen inventado ellos mismo la mednica~
¿No se
podria decir que revelándoles lo que otros han encontrado, se les ímpide
poner en ejercicio sus facultades ~ ¿No es al contrario apoyándose en,:el
l~onocirnicnto de los descubl'imientos anteriores que los discípulos llegan
a nuevos descubrimientos ~ llacer conocer al mas grande número posible
la mas grande suma posible de "crdades conocida.s, -es provocar la actividad de la intelijencia en lngar de sofocarla; es impulsar al progreso.
Sin esto el hom bre q lledaria estacionario.
Pero el profesor no cnsei1a sino lo 9.ue él ha aprend:do;
es nn revelador de segundo Úrdell; el hombre de Jénio enseña lo que él mismo ha
encontrado:
es el revelador primitivo;
es él q llienha traido la luz que
de trecho en trecho se ha vulgarizudo.
l Dónde esta'ria la humanidad
sin la reveladon de los hombres de jénio que aparecen de cuando en
cuando{
~.
¿ Pero qué son los 110mbrcs de jénio? ¿ Por qué son hOi bres de jénio?
i De dónde viencn? i, En qué se con vierten '1 X Cltelllos' que la mayor
parte de ellos traen al nacer faeultadcs trasccndentes
i conocimientos
innatos qU(l un poco de trabajo basta para desarroll:¡.l'. Ellos péHenecen
mni realmente a la humanidad, pues qne nacen, viven i mueren como
nosotros. l Dónde pues han tOll1ado ellos estos conocimientos
que DO
han podido adquirir en su vida '! i Se dirá ron los materialistª-lil que la
casualidad les ha dado la materia cerebral en mas grand,~ canfiaad i me·
jor culilidad? En este caSo liÓ tcndrian mas mérito que una legumbremas grande i mas sabrosa qne otra legumbre.
l Se dirá con eiertos espiritualistas qne Dios les ha dotado de unaalma mas fa vOl'ceida q no la del ndgo de los hom bres? S.lposicion ignalmente ili>jica, pues acusaría a Dios Je parcialidad.
La {nica l'(lso]\Il~ioh
racional de este problema, está en la preexistencia del atna, i en la pluralidad de las existencias. El hombre de jénio cs UD Espíritu que ha
vivido mas largo ticTl;lpo, que por com:ecncncia, ha adquirida mas i pro9resado mas que los que están méllos avanzados qllO él. Encarnándose
el trae lo que sabe, i como sabe mucho mas que los otros, sin tener necesidad de aprender, él es lo que se llama un hombre de jonio. Pero lo
que sabe no es ménos el fruto de nn trabajo anterior, i no el resultado
de un privilejio. Antes de renacer él era pues un Espírit.u avanzado,
i
se rccncarna, ya para hacer aprovechar a los otros de lo que él sa~,:ra
para adquirir mas.
lllcontcsta,blementc
los hombres progresan por sí mismos i por los
esfuerzos de su intclijencia;
pero es lento estQ progreso si ellos están
e:Qtregados a sus propia~ fuerzas i no son ayudados por hombrc:! mas
avanzados, como el estudiante lo es por sus profesores.
Todos los puebLos han tenido sus hombres de jéllio, que en diversas épocas hall venido
a impnll:mrles i sacarles de su inercia.
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...•..•.
PSYCHIS o ESTUDIOS DEL
---.---------------.---
AB!A
HUMANA•
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..---.-.--.--
Desde que se admite la solicitud de Dios por sus criaturas, por quéno se admitiria, q uc Espíritus que por,,~ enerj ía i por la superioridad de
sus con~cÍroientos, son capaees de hactJI!P- avanzar la humanidad, S6 en_arnen por la voluntad de Dios ton la. mira de ayudar al progreso en un
-4entidodeterminado,
i que reciban una rnisioll como un Embajador
la
·::Crecibe:$l~su soberano ? Tal es el papel de los grandes jénios, ¿ (~n6 vic~n~r
ellos sino el. enaefiar a loa hombres verdades q ne éstos ignoran) .ique hubieran ignorado por largos períod~ todavía, a fin de d,arles!Wfué8é~,b~1 con la ayuda del cnal podrán el~varse mas rápidam~~
'"Estos JelllOS q ne aparecen al traves de los sIglos como estrellaaili1llantes (tlle dejan en pos de sí un reguero luminoso sobro la humanidad, son misioneros o Mesías si se (Plierc. Si no enseñasen a 108
hombres sino lo qne éstus saben, su presencia seria completamente
inútil; las cosas nuevas que let! ensefian en el ór<;lcn físico o en el mo-
ral, son f'e'l1elaciones.
Si Dil>S Bl1cita l'cyclad()res
para las verdades científicas, con lIlas
fnerte l'azon puede sucitarlos para las verdades morales, qqe son uno
do los elementos esenciales del progreso. Tale:; ~on los filósofos cuyas
ideas han ¡¡travesauo los siglos ..
En el sentido especial de la fe rclijiosB, los revcladores son mas
jenerahuente
designados bajo los nombres de Pl'oji:ta8 o lUe8ías. Todas
las l'elijiones han tenido 8US reveladores, i aunque todos ellos estén léjos
de haber conoeido tooa la verdad, teuiall su l'a7.on de sér provideneial~
p.orqnc eran a~\}ados
al tiempo i al Iffedio en.que vivian, aljénio partICular de loo.DJltblos a los cnales hablaban, I a los (llle eran l'el~tlvament~~ .per~~
Apeslll" de los errores de Sil;; d()ctrina~, no por esto
han .
¡nenos los e"píritus, i pOI" esto mismo han seml.!rado jérmeIles d6~p~eso
que mas tarde debian fccundar5c. o se-fecllndaran nn
dia al.~ldel
cristiani"mo.
Es pues Inj nsto q ne se les lance el anatema
en n9:ffibte de h\ ortodÚj ia, ponpe vendrá \In di" en que se fLlndirán en
nnagmntie i "asta unidad todas estascreen<.:Ías tan diversas por la forma,
p~ro gne ?1I realid,ad ~'epu~all solir,e Un mis,lllo pl'ine!pio fundamental:
DlUs 1 la Inlllt)l'taI1Jar: del alma; 1 eB~fllSlOn vendra cnando 1::,.raz.ou·
haya triunfado de las prcOCllpnC!l!nes..
Por desgracia en todos tiempos ¡as re1ijiones han sido instramento
de dominacion ; el papBl de Profeta ha tentado las l~rnbiciolles secunda.
rias, i se ha visto Sl1Iji:r:,1W8 ~!lltitnu de pretendidos reveladorcs o mesÍas
que, al t'avOl' del prestiJlo de'estc nOl!lbre, han csplotado b credulidad
en p.rovecho de su orgullo, de Sil c~ia
o do su pcrcza, encontrando
mas CÓni«!o vivir a e~pensas de HIlS~gaí1ados. La relijion cristiana no
hl~ estad-aaI abrigo de est'JS par~l~itos.tEl lenguaje ~illlbÚli(;o de Jesus
11a. favQrecido singnlarlllcnte
las interpretaeioncs
mas contradictorias ~
csforzédoso
en turturar el ientido, cada nno La ereido encontrar allíl~
sancionde sus miras per80Ilsles, i freCUentemente hasta la justificacion
de las doctrinas mas coutrarias al espíl1ta de caritlau i de justieia qnc es
la base del cristianismo.
Ahí esl;í. el ab_..ffie bajo el imperio de la
razon desaparecerá por la fuel'za misma d¡; las cosa~. De cato no tenemos
q llú ocupamos aquí. Solo haecmos qonstar las d06_gnndes revelaciones
sobre las cuales se apoya el Cl'i6tianismo: la
.Mo.isés i la de J esus,
porque ellas han wnido una infiuellcia decisiva sobre la humanidad . .Ei
islamismo pned<.: considerarse como Wl &rivado Jellllosait!mo i del cristianiS~l,
emanando de ellos por cijlc6lCioll humana. Mahoma.-tlara
ue
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}'SYCHIS
o
ESTUDIOS
DEL ALMA HUMANA.
acreditar la relijion que queria fundar, debió apoyarse eu un:~ pretendida
revelacíon divina ..
i Hr.i rcvelacioncs direct~. de Dios a los hombres ~ ]~8 esta una
cuestion que de llna manera absoluta nosotros no osadamos resolver ni
afirmativa ni negativamente.
La cosa no es radicalmente
imposib_
pero nada nos dá la prueba cierta de ello. Lo que DOpodi:~ Ber dudoso
es que los Espíritus mas cercanos a Dios por la pcrfecc~on, 80 pe¡:¡etran
de su pensamiento i pueden trasmitido. tu cuanto-ai los rev,eIadores
encarnados, segun el órden jerárquico a que pertenecen i el grado de a.1l:
eaber personal, pueden tomar SUB illstrnccionee en SUB propios conocÍif¡
mientas, o recibidas de Espírítus mas elevados, aun de 10i; mensajeros
directos de Dio::>. Hablando en nombre de Dios, estos han podido, a
veces, ser tomados pOI' Dios mismo.
Nada tienen de estrafío estas comunicaciones pam tode) el que conoée los fenómenos espíritas i la manera con que se establecen las relaciones entre los encarnados i los desencarnados.
I,as instnwciones pueden ser trasmitidas por di versos medios: por la inspiracion p..lra. i simple:
por la audicion de la palabra, por la vista de los Espíritus instructon;s
en las visiones i apariciones, ya en sueños, ya en el estado de vijilie.,
como 6C tiene muchos ejemplos de e\lo en la biblia, en el e\'llnjelio i en
los libro:> sagrados de todos los pueblos. Ee¡ plles rigurosamente exacto
decir 9.ue la mayor parte de los reveladores son mediums inspirados,
auditivos o videntes; de donde no se sigue qne todos los mediuills sean
reveladol'('~s ni, mucho ménos, intermediaTÍ'os directos de la divinidad o
sus rnclJs:1.lCl'os.
¡ •
Solo los Espíritus puros reciben la palahra de Dio¡; con mi6i()~ de
trasmitida;
pero ahora se sabe que los Espíritus están lejos 4f1¡er';porfectos todos ellos, i que !lai algunos que se dan falsas aparienciaa de
tales; esto es lo que ha hecho decir a San Juan: '; No ereaís a todo espíritu, sino ved ántes si los Espíritus son de Dios" (Ep. 1.'" cap. 4."
verso 4.".)
Pnede pues haber revelaciones serias i verdaderas como las hai apócrifas i embusteras. El eanicter esencial de la revclacion divina es el
de la eterna verdad. Toda re\'e1,v~ion tachada de error o sujeta a cambio
no puede emanar de Dios, p<)r'lue Dios no puede engañarl.
sabiendas
ni engafíarsc a sí mismo. Así eS que la lei del DeeálogÓ tiene todos los
caracteres
de su oríjen, mi6ntras que laa otras leyes mosaicas, esencialmente transitorias, frecuentemente en cont.radiceion con la I'Ji del Sinai,
son la obra personal i politica sl~lle.i islador hebreo. D~lcificándose las
costumbres del pucl!lo, estas leyes han cuido por sí m~sma¡;, en deslletud, miéntras qne el Decálogo ha quedado en pié, como el faro de la
humanidad.
Cristo ha hecho de'él la base de su edificio, miéntras que
ha abolido las otras leyes; si ellas hubieran sido la obra de Dios, Cristo
se habria guardado de tocadas. Cristo i Moises son los dos grandes re·
veladores que han cambiado la faz del mundo, i esa es la prueba de Sll
mision divina. Una obra pun.rnente humana no teudría tal poder.
U na nueva e imporblntc reve1acion se cumple en la época. actual;
es la que noS muestra la po~ib~lidad de comunicar :con 1013 SCl'c<:;del
mundo espil·itllal. Este conocllOlento DOes nuevo sin duda; pero hasta
nuestros dias habia quedado en el estado de letra muerta, es decir, sin
provech.o para 18. humanidad. La ignorancia de las leyes que rijen estas
revelaciones
habia Bofocado Olte ooDocilllieIlto bajo la ~upc:sticion;
el
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!'c:iCIJIS
o
ESTUDIOS
DEL AL)IA
IIL\IA~A.
11
110mbrccra incapaz dc sacar de él ninguna deduccion saludable, i estaba
reservado a llllestra {poca descmbarazarle de sus accesorios ridículos,
comprender su alcancc, i hacc¡' salír de é11a luz (lllCdcbia aclarar la
ruta del pornmir,
"'~.No siendo los Espíritus otros Seres llue las almas de 103 hombre;,;,
comunicando eon e1l08no salimos nosotros de la humanidad, cirCllnstancia que es capital en su considcracíon. Los hombres de jeDio (j1lÚ han
Bído antorchas de la humanidad, han salído pues del mundo :le los Es ..
píritus, como han vuelto a entrar a él al dejar la ticna. Desde q1lo Se
admita qne los Espírítus pueden comunícarse a. los hombres, estos mismos jenios pueden dades instrucciones bajo la forma espiritual como lo
han hecho bajo la forma corporal; ellos pucden instrnimos despnes de
su muerte como lo hacian estando vivos. Son invisilJles en vez de Ser
visibles, i esta es toda la diferencia. Su espericncia i Sll saber no dCOCll
ser menores, i 6i su palabra como JlOlIlbre tenia autoridad, dla!lo
puede tener menos porque estén ellos en el mundo dc los Espíritus,
Pero DO son solamente los Espíritus superiores quienes se manifiestan; son tambien los eRpíritus de todos los órdenes, Í esto era necesario
para iniciarnos en el verdadero carácter dcl mundo de 108Espíritus, mostrándolc a nosotros bajo todas SIlSfacea ;' por esto las relaciones entre el
mundo invisible i el mundo visible son mas íntimas, BU concxion cs mas
evidente, i n080tros vemos mas claramente de dónde "cnimos i a dónde
vamos; tal es el objeto esencial de estas manifestacioncs. Todos los Espíritus, cualquiera que sea el grado a que hayan Jlegado, nos enseñan
pues algnna cosa; pero como son mas o ,ménos ilustrados, toca a nosotros discernir lo que haya en ellos bueno o malo, i sacar el provecho que
corresponde a Sil ensei1anza; pues bien, todos ellos, cualesquiera qne
sean, pueden enseí1arnos orevelarnos cosas qne nosotros ignoramos i que
8in ellos no sabriamos jamas.
Los grandl'8 Espídtus encarnados son indivic1ualidades podero;;as,
"sin contradiccion," poro cuya accion es estrecha i necesariamento lcuta
en propagarso. Que uno solo de entre-elloB¡aunque fuese el mismo Elías
o Moisós hubiera venido en estos Último3tiémpos a revelar a los hornbrl'ti
el estado del mundo espidtual, i qui6n nabria probado la verdad de S11~
asertos en este tiempo de escepticismo? i No se le habria mirado como 1111
sOfiador utopista? 1admitiendo que estuviese en el absoluto verdadero
se pasarian siglos ántes de que sus ideas fuesen aceptadas por las masas.
Dios en su sabiduría no ha. querído qne fue,se así; ha querido quo la
enaefianza fuese dada por los Espíritus mismos, i no por encarnados, a
fin de convencer al mundo de su existencia, i a fin de que tuvÍese lllgal;:
esta ensenanza simultáneamente por toda la tierra, ya para propagarla
con mas rapidez, ya para qne en la coincidencia de ella pn todas partes,
se encontrase una prueba de la verdad, teniendo cada uno así los mediod
de convencerse por si mismo. Tales son el cbjoto i el carÚcter de la
°
reve]scion moderna.
Los Espíritus no vienen a eximir alh~bre
del tmbajo, del estudio
i de las investigaciones; 110 le traen--_:j.nl~ ciencill. completa; sobre
lo que él mismo puede ellcontrar le dejan'a SllS propias fnerzas, í esto lo
saben perfcctamente hoi los cspírit~ Mni de antemano ha demostrado
la ~speriencia el error de la opinion qnc atribuia a los espÍritlls todo
saber i toda cordura, i que suponia (lile bastaba. di¡·i.iirsc al espíritu (JlIe
primero apareciera para conocer todas las cosas. Salidos de-ta hmnanr-
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l'SYCHlS
o
ESTUDIOS
DEL ALMA HUl\L\~A.
dad, los Espiritns son \lna de las fascs de ella; allá como sobJ'e la tierra
los hai snperiorcs i los hui vulgarcs;
científica i filc,sóficamente muchos
dc cllos sabe:1 ménos que ciertos hombres aquí; ellos dicen lo que saben
Ili mas ni ménos; como sucede cntre los hombres, los mas avanzados
pneuen instruimos sobre mas cosas i darnos consejos mas ju;.ciosos qtib
los atrasauos. Pcdir consejos a los Espíritus no es, pues, diri.iirse a potencias sobrenaturales
e infalibles, sino que es dh'ijirse a sus semejantes,
a sus iguales, a aquellos mismos a quien sc hubicl'a uno dirijido si estuvieran viviendo aquí, a SI1S parientbs, a BUS amigos o a individuos mas
ilustl'ados que nosotros. Ile aquí la idea de que importa pe;'suadirsc, i
lo qne igllomn los que se fOl'lmm una idea completamente
falsa 60bre
la naturaleza del mundo de los Espiritus i de las relaciones de ultratumba, por no haber estudiado el espiritismo.
¿ Cnúl es pucs la utilidad de estas manifesta(,iones
o si se quiere de
estas J'cvclat:iullcs, si los Espíritus no saben mas que nosotrcs, o si no
!lOS diccn todo lo que saben '1 Desde luego, eUos se abstienen de damos
todo lo qne nosotros podemos adquirir por el trabajo, como lo hemos
dicho ya; i en segundo lugar hai cosas que no les es permitido revelar,
porque nuestro grado de avance DO lo admite. Pero no atendiendo a
csto, las condicioncs dc su nueva existencia estienden el círculo de sus
percepciones;
ellos ven lo que DO veian sobre la tierra; 1ibres de las
trabas de la materia, esentos de los cuidados de la vida corporal, ellos
juzgan todas las cosas dcsde un punto mas elevado i por esto mismo
mas sauamcnte;
ellos comprenden
sus errores, rectifican sus ideas i se
desembarazan
de las preocupaciQnes humanas. Es en esto (lue consiste
la supcrioridad dc ellos sobre la humanidad corporal, i que E,USconsejos
pueden ser, respecto a su grado de avance, mas.luiCjiosos i mas desinteresados que los consejos de los encarnados.
El medio en el cual se
encuentran les permitc ademas iniciarnos en las cosas de la vida futura
que ignoramos nosotros, i quc no podemos aprender en el medio en que
estamos. Hasta hoi no habia creado el hombre sino hipótesis sobre su
porvenir, i por esto sus creencias sobre este punto han sido divididas en
sistemas tan numcrosos i tan diverjentes, desde el Niki1ismo hasta las
fantá~ticas descripciones del infierno i del paraiso. Hoi t;on los testigos
oculares, los actores mismos de la vida de ultra-tumba,
los que vienen a
deeirnos lo qne ella es, i solo ellos podian hacerla, Estas manifestaciones
han servido, pues, para hacemos conocer el mundo ill\'isiblc q11C DOS rodea
i que no sospechábamos;
i este conocimiento
solo seria de una importancia capital, suponiendo que los espíritus fuesen incapaces de ense!iarnos nada mas,
ella comparacion
vulgar hará comprender
todavía mejor la situacioll_
1)11 S avio cargado de emigra.ntes parte para un destino lejano, llevando hombros de todas condiciones, parientes i amigos de los que
tlllerlau. Se sabe (¡ue este Navio ha naufragado;
ninguna huella ha
q uedauo de Ól, \l inguna noticia de S\1sucrte ha venido; se piensa que
todos les viajeJ'Os han perc(:ido, i.hai luto en todas laa familias. Entre
tanto el equipaje todo entcro, sin asaptllar \l1l solo hOlllbr'c, La llegado
a Illla tierra desconoeida, tierra abundnnte i f~rtil donde todos viven
fclices bajo 1111 Cielo clcmente. Mas esto se ignora. J¡>el'ohe aqní que
lln dia otro wtvío llega tambicn a esto. tiel'ra i enc~entJ'a allí todos
los n~mfl'a;;os S'\nos i salvos. La fe1il. noticia 80 propag~ con la rapidez
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l'!iYCHIS
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o
ESTUDIOS
DEL AUlA
HUMANA.
19
---------------------------
<lel relámpago;
cada uno HC dicc: "j N 11estros amigos no están perdi{los!" 1 dan gracias a Dios. Aunque no pueden verse so corresponden,
i C:1.111
biall testimonios do afecto, i la alegríasueede
a la tristeza.
Tal es la imájen de la vida ten'ostro i de la vida de ultratumba
imtes i despucs de la revelacion ll1odcJ'lla; esta, semejante al segundo
.Navio, nos trae la buena nueva de la superdvencia
de los que nos son
queridos, i la certidumbre
de volver a juntamos
a ellos un dia; no
hai ya duda sobre su Sllorte ni sobro la nuestra, i el desaliento se disipa
delante de la esperanza,
Pel'o otros resultados vienen a fecundar esta.revelacion.
Juzgando
Dio •. a la humanidad
lllndura ya para penetrar el misterio de su destiJlO i contemplar
.erena lJuovas maravillas, ha permitido que fuese levantado el velo qne separaba ellll\l1lJO visible del mimdo invisible. El
hecho de las manifestacioncs
llO tiene nada de eXÍl'ahumano;
es la
humanidad espiritual (lUO viene a conversar con la humanidad corporal
i a decirle:
" :NOSOtl'05 existimos; luego la nada no existe; ved en nosotros lo que
S0Il10S, i hé aquí lo qnc vosotros sereis;
el porvenír es vuestro asi como
-es Dllestro: rnarcb:ibais en las tinieblas i nOtcotros venimos a iluminar
'\'uestm ruta i a abriros el camino; ibais al azar, i ahora os mostramos
~l objetivo. La vida tel'l'estrc era todo pare. vosotr06 porque no veiais
nada' mas alhi; pero mostrálllJoos la vida espiritual, venimos a deciros:
La vida terrestre no es nada. Vuestra vista se detenia en la tumba, i
nosotros os mostramos mas allá un horizonte espléndido. No sabiais por
qué s\lfriai,; sohre la tierra, i ahora veis en el lmfrimicnto la justicia de
Dios: el lJie!1 no tonia frutos aparentes para el pon'cnil" i de hoi m:~s
tendrá un objeto i será una nec~dad;
la fraternidad
no era sÍlJ!&UJJR
bella teoría, i ahora la veis basada sobre lina lei de la naturileu.
" Bajo el impcrio de la creencia de que todo acaba con la vioa,la
inmensidad está v:leia, el egoi6mo reina entre, vosotros como soberano,
i vuestra. p~labra dt; ór?en .es: ." ~
uno para sí." COI! 1~ ~ertidnmb~'e
-del porvemr, los eSp8.elOS mfiDl~
pueblan hasta el mfimto,el
vaclO
i la soledad desaparecen, la solid_~ad
enlaza todos los sérea mas allá i
mas acá de la tumba, i viene erfeinado de la caridad con esta di,.-isa:
" Cada uno para todos, i todos pam (;ada uno." 1 en fin, al tÓrmino de
la vida vosotros deciais un eterno adios a los que os son queridos, i
ahora leo dc(;is : hasta lu~."
Tales SO]), en resúmen, los resultados de la revelacioD nueva. Ella
ha venido a colmar el ~io
abierto por la incredulidad,
a. levantar el
valor abatido por la dii<la o por la perspectiva de la nada, i a dar a cada
cosa su razon de ser. Este gran resultado nos parece nada solo porqne
los Espíritus no vienen a resolver los problemas de la cie:1cia, a dar el
saber a los ignorantes
i la riqueza sin trabajo a los perezosos i holgaza.ncs.- 1 sin embargo los frutos qnc elhomhre reporta de esto no SOl!
únicamente para la vida fntura, Siuo que los cosechará tambien sobre
la tiClT8 por la trasfol'lnacion que - - - su caráetcl', sns gustos, ('us tendencias, i, por--COIl5CetlCllCia,sobl
habitndes i la8 relaciones sociales.
dc,ber:i. neces.ariamcnte producir esta lIneva, cI'cencia i esta llueva re'l'o:
l:wioll. Acaballc10 con el reinado del egoismo, del orgullo i de la incredulidad, prcpamll el reinado del bien (pie es ell'eino do Dios.
(TrauucÍtlo
de la " Revbta E~l'irita."
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BOGOTÁ-}~IPRT;NTA m: (JAl1'AN , CAlIRERA DE KElL~.
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P8YOHIS
o
LOS TIEMPOS lIAN LLEGADO!
Se nos dice de touas pal'te~: los tiempos qne Dios seíialÍJ han Ijegadp;
aqucllos en qne van a cumplirse gmndes acontecimientos para In rl:,jeIJeracion de la hUllIanidad, ~En (11I{~
f'entid() se deben entender estas palabras
proféticas? Para los incl'édll]<)~, ella" no tienen ninguna importall<:.ia; a
sus ojos, no son sino la eSj>l'esion de Ull~~creencia pueril sin fundamento;
para el mayor número (:c los cn.:,yentes, ellas tiencn algo de místico i de
sobrenatural qne le:\ parece scr el IIl'CClII'SO!'
del trastorno de las leyes de
la naturaleza.
Estas dos intcrpretaciollesson
igualmente
erróneas; 1:1.
primera, porque implica la negacion de la Providencia, i 106 hechos
cnmplidos prneban la \'Pl'dad de estíl'" palabms;
la segunda, porque
éstas no an nncian la flcl't 11l'bacio1Jde las leyes de la naturaleza, sino su
cUlllplimiento.
BI1SfJuelll()~, l,ue~, 511fo.(~ntidomas ¡'acionul.
Todo es armonía en la 01>1':'1. de la creacion ; todo revela una prevision
que no se desmiente lIi en las COS!\S lIla~ peqi1~fías ni en h,s mas grandes;
debemos, pues, desde luc!:("oaparta.!' tona idea d-e caprieho inconciliable
con la sabiduría divina; en S(',é;:mdo lugar, si nuestra (;pnca está señalada para el cumplimlcnto ue ciertas cosas, es (lile ellas tien(~n SUl'azon
de ser en la marcha ,Íeneral dd conjunto.
Sentado ésto, dil'V¡1l0S que Iluestro gloho, como todo lo que existe,
está sometido a la ki del pl"Ogreso. Progre81l. físicamente por la trasformacion rle los elemlntos que le componcn, i moralmcnte })or la cEuracion de los espíritus enCal'llad1S i dcsencarnadoB q l1e le pueblan. Estos
dos prog¡'csos se signen, i marc]¡¡\ll paralelamente, pues que la perfeecioll
de la morada cstÚ pn l'elaci.m ('on 1:1.dethabitante.
,Físicamente, el
globo ha sufrido trusf',il'maciones, cOlllprobrinas por h ciencia, que le
hl1.!l hecho sucesivamente
Iwhitaule para séres mas i lilas l'ed('e('i()~lados;
moralmente, la humanidad V¡'ogresa por el desarrollo de la irilelijcneia,
del sentido moral i de la dnleificaeioll de las costumhres, Al pl'Opio
tiempo qne el mejoramiento del globo se efedÚa. bajo el impcrio de la¡;
fuerzas materiales, !(lS hombres concnrren a ello eon los est'lIC!'zos de Sll
intelijencia;
sanean !as rcjionetl insalubres, hacen UHl¡:' E(ciles las comnnicaciones ¡mas prod Ilcti \':l I:t tierra,
Este doble progreso se cumple Jc dos maneras: la !lna lenta, gradual
e insensible; la otra por camhios mas hrnsc08, en cada I1no do los cnales
se efectúa un m.ovimiento asccnsionalmas
rápido qne marca, por caracté res acentuados, los pel'íodos progresivos d~l&hulllanidad.
Estos moyimientos, subordinados el\ los pormenores al_cUbre albedrio de los hombres, son, en cierto modo, fatales en sn coriD'o,
pore¡no están sometidos
Q, leyes, como los qlle se efectÚan en la jeiiIlfnacion,
el crecimiento i la
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o
l'SYCHIS
22
___
'.
o-
ESTUDIOS
'
-
••
DEL ALMA HLMA~;A.
------------.-------.-----
madurez de las plantas, puesto que el fin de]a humanidad es el progreso,
no obstante la marcha rctardataria de algunas indivi¿uali\lade¡;;
es por
esto que el movimiento
progresivo algunas yeccs el; parcial, es decir,
limitado a una raza o a nna nacion, otras veces icneral. El progreso de
la humanidad se efectÚa, pues, en virtud de \lna lei; luego, como todas
las leyes de la naturaleza son ]a obra ctenm 'de la sabiduría i de la prescicnt:ia divinas, todo lo que es efecto de aql1dlus ]eyes, es el re,;ultado
de la voluntad de Dios, ])U de u])a -voluntad accidental i caprichosa, sino
de una voluntad inlllutaulc.
Así, cuandu la humanidad
está madura
para dar nn paso, puede decirbe <J ue los tiempos señalados por Dios han
llegado, COlllO se puelle decir talllbien que en tal estaciull hall llegado
.1)ara la mad urcz de los fru t08 i la cosecha.
De que elmovimionto
progresivo de ]a humanidad
sen. inevitable,
porqne está en la naturaleza, no se signe do ahí qne Vio:; sea indiferente
a ello, i (PIO des]lncs de habor establecido leyes, se haya encerrado en
la inac:ciull, Jejando q\le las cosas marchen solas. Sm leyes Sllll etemas
e inlllutables, sin duda, pero porque su volulltad mÍsIJlU es eteru& i constante, i su pelH;alllionto anima toJas ]as cosas sin intel'lupciun;
sn pensamiento que todo lo penetra, es ]a fuerza intulijcntc i permancntc
que
lo mantiene todo cn ]a armoníu; si este pensamiento cesasc por un solo
instante de ourar, el universo quedaria CulIlO HlI reloj sin péndulo regulador. Dios yela pues ineesantelllcntc en la ejcuH:iull de sus leye8, i los
cspíritrs que pucblan el espacio son SIlSmillistl'os cnnrgados de los por
menorC3, segun las atribuciones que inculllhclI a su g'UU(l de adelanto.
El ulliverso es al mismo tiempu UII IJlecaniSllIu illconlllcnsurablc condncido pUl' un nÚmero no ménus inCOlllllel!Slll':lblc de intelijeJl(:ias, un
í,¡lmensu guuie1'llo ell yue caJa ser ílltelijentu tiene sn parte de aceion
hajo la vista del soberano Dll0i10, cllya voluntad 'tt'n!c(t' mantiene por
to;las partes la unidad_ Haju el imperiu de este vusto poder rcgu]ado]'
todu se mucve, todo fUIIciona en un ól'den perfecto; ]0 (lllC nos parece
perturbacioncs
son los rno\'jlllientos parciales o aislados (lile !lO JlUSpal'ecen irrcgubres-sino
porque nllcstra vista es cirCIIIlSel'ita. Si pudiésemos
a lll'u¡mr el eunj unto, veriamos (lile esas irregularidade,
no son sino apalc:ntcs i que se armunizan en el todo.
La prcvision de ]us movimientos progresi\'os dc la humanidad 1IU
Cene nada sorprclldentc-en sél'cS Jeslllatcri,ilizados
<]r,e vcn el fin a qno
tieudon toda:; las co~as, a]gul\os de lo:) ('naJes poseen el pensamiento
directo de Dios, i qne .inzgan, por los n\o\'illlicntos parciales, del ticllJpu
cn el cual podl'~t cumplirse' un JlI(,Villliento ,jcneral, eOlllo se j llzga anticip:btlamentc del tiempo qne llocesita un lÍl'bul para {hr fl'utos, como ]08
astrónomos <:ulcnlan la éJlvl:a de IIn fenómeno :l81rOnlJlllico por el tiempo
que es llIeIlc8ter a lln ustro pam cnmplir Sil revolllciul.
l>C~l'otodus aq llellos (lile an IIncian esos fellÚlll(~LO", los alltorcs de
almanaques que predicen los eclipses i las marca:;, ei,;l'talllellte qne no
tiencn la aptitud de l¡acCJ'por sí mismos los cálculos ::lecesarios; lJO son
sino écos; lo mismo sucede rcspect() de los cspÍritlls secundarios cnya
vista es limitada, ¡que so]u repiten]o (PlC flan tenido a bien rcvelarles
los espíritus snperiorcs.
La humanidad
ha cumplido hasta l!OÍ progresas incontestablcs;
los bombros han llegado por su illtelijctlcia a rcsultados
qlle nunca
habian alcanzado respecto de las ciencias, de las ar:cs i del bienestar
material:
les qucdt\ atm 1)01'cumplir uno inmenso; es e! de hacer ímpeo
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l'~Y(,lfIS
o
ESTUDIOS
DEL AL.HA Hl":\L\~A
23
rar cntre ellos la (~al'idad, la fratel'llidád
i la solidaridad
para asegur.ar
:Sil uienesl ar 1111,>1 al. Ellos \lO pudiall eonsegllir
esto ni eon sus erecneias,
1Ii <:Oll su,; af¡~iRs
institu(,ioncs,
¡'estus de otra edad, buellas
en cierta.
¿'poe:l, sutil'ientes
para \lll estado ti :tIlsitorio,
pero que, habiendo
dado
1u '111\' telliall de sí, ~erial1 hui una r~ll1ora, Así 'Jnllifio se halla estimuladu ¡,ur IIl(¡yilvs <¡::e :;un ille1ieaecs emtlJdo IIt'ga la edad madura.
Ya.
IIÚ es su!allll:lltl'
l" dl'Sell\'o!\'illliento
de la i\ltelijcneia
lo quo es menester a ¡us llOnlbl'es, e,; la eieY¡(eiulJ del sentillliento,
i para esO sc necesita.
dcst¡'nir tudo lo <¡\le podi,t suurces(;itar
e\l ellos el egoismo i 01 orgullo.
Tal es el I)(.:ríudo en (i IW ya cntl'al' de hui eIl adelanto la humallidad,
i <!\le IllllrearÚ \lIla de sns fascs pri\leipales,
Esta fase que so elabora
ell ('slv il1~tallte es d eUllll'lclllento
Ilecc:>ari(l del estado prccedcnte,l
,'I!Ir1\) la e'!:ld \'iril es el eOlll]l!elllCnto
de la jayentlld:
clla podria,
plle~, sor !11'(.'\'iSLl i predicha
<.le a1lterna1l0, i es pul' esto 'iue se dÍl:e que
hall llegado lus t10lll!'tlS sd'ialadus
pOl" Dius .
.En este tielllj.'o, ya IllJ se trata de Ull eamhio parcial, de una re::Jtl\'acion limitada
a u!la eurna¡'ca, a !l!l puoulo, a tl!la raza; lo (lue viene hoi
es llll ll1:)\'imiento
~l!li\'cr,;al (llle sc. c\lmple
cn el sellti.j~ del progreso
1(lOI'lil.
l. n ll\ll'\'() orde11 ue eosas t!Cndo a establel'cn;e,
1 los rlOIllUI'06
lilas (1)[lOst,;:3 a cllo trallajall
sill sal.crlo;
la .ielJeraCiOll futura,
liure de
las cS('llrins del \"il~.i(l mundo i fOl'IIJad<\ de elel\Jl:!! tus mas depurados,
se h:-d:aJ'Ú unilllltdll de ideas i de sl:lltitllielltus
del todo distintos
a 106
d..¡ la .il;lleral;íu •• !,1'\.'",mte qlle s,: \'<\ a !,:~S(IS ajig:H1tados.
El \'iejo
IllUIl<lt) I¡ahr:t 1l111l:l't", i wl" \'il'i:';i ell la Ilistorja COlllO vi\'en ¡!Oi los
til:1I11"'s d,.' la (:,I:vl lIlL:di~í, eU:l Sll~ eustl:Jllures
b:irbaras
i sus creencias
.;-;
¡J P 1 • r...;I j (' ¡~';-a~.
Por lo dCIII;;S, calla lino sabe que el únlen Jl: cosaS aetual deja mllcho
'fle '¡cs(::lr; d(,s}l:I'~s de hauer ::~ot:ldo, 011eicl'to modo, el bienestar matcrid <¡\le cs ;:ll'rudm'ttJ
de Í<l i:lte!ijl'llei:l,
se llcga :l cUlTlprender que el
(;l>lll/,Jcllleulu dI: ese l)ie\ll~iit:ll' 110 p¡¡ede hallarse ~i¡¡() en e1 dcs,uToll"
1Il0¡-,d. ('ualltl' 1l1:1S,'e :ldelallU1., lilas se' (~()llO(;e lu 'llw f'¡lita, ,:in <¡Ile se pueda
sillelll[¡ar;ru
defillir]" aÚI1 e!amllll'n7e:
es este el et't:<:lu del trabajo imimo
(lile se e¡¡Ill¡,h
¡'al':! 1:1 rC,iellcl'a(~j')Il; se ¡iell •.•.(Jt..SI:U:::,~(~tienen aspira<;;un,''; 'lile 5ull ('UIII:' el prt.:sCl1tilliit.:llto de I'll estado Il1CjOI·.
~las HlI can¡\¡io tan l'aJieal
('01110 el 'J :Ie ~e elabora 110 puede Ctltnplir,;e sill (;u!ll1l<leiUll; hai lllelm iIW\'ital¡lll entre la::>ideas, i quien diee
lueIl", diee a~tl':'llati\'a
de bncn Su('C~U i de l'e\'eccs;
cou todo, como las
ideas nue\'as son las del 1)1'l)g'l'CSCli el progrcso
está. ea las leyes de /;~
Ilatnraleza,
IIU plled(:}1 ella~ dejar de triunfar de las ideas I'etl'ógrad!ls. De
ostc conflictu nuecrÚn fOl"y.o"alllclJ! t.: pt.:I't¡¡riJa';lu!Jc.~ tcmpo;'ales,
j¡asta
q ne el tencno
<¡I1edc tlesem harazadq
de los oustÚeIllo:; 'pIe se ('pollen a
la ercecioll del llIlC\'O odiricio sl,(:ial. Es, pues, du la llleha de las itlea"
qlle slll:iir:tll los gra\'L'S acontecimientos
¡íl11IIleiados. i no de eatacli::>lllos,
() eatiÍstrofes
plll'1l111cntc materialos.
Los eataeliSlllUS jenel'alcs
eran la
conseenencia
del c~l ado ,le forma.cion de la t ierm;
hoi no SOIl ya lus entl'aiías del globo las que se ajitan, !lonlas tic la ]¡:II11anidad.
Iu IrlllJltwidad C5 un ser eolccti\·o Cll quien se efectúan las Illi¡;maf~
revolnciones
lIlorales <1110cn cadailer
indiyidnal,
con esta. difercncia i
quo las unas se cnmplen
de aÍÍo en año, i las otras de siglo Oll siglo. Sicrasela ell sus eyoll1(,iones al tmn,s de los siglos, i so Y'~rú. la. Yida de las
di ve!'sas razas marcada
por períodos q lle dan a caua época ulla fisonomía
partICular,
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24
PSYCHIS
o
EST"LmOS DEL ALMA lIlj::liAXA.
AlIado de los movimientos
parcialcl'l, hai un movimiento jcnerat
qne da el impulso a la humanidad
tod¡~ entera; mas el pr'$reso de
cada parte del conjunto es relativo a su grado de adelanto. Tal seria
una familia compuesta de varios nino, de los cuales el lilas jÓven está
en la CUila, i el mayor tiene diez afios, por ~iemplo. Dentro) de diez años,
el mayor tendrá veinte, i será 11n hombre; el mas jóven tend¡'á diez, i
aunq ne mas adelantado, será todavía un niiío; pero, a :lll turno ]]egar{~
a ser un homb¡·e. Así sucede con las diferentes fracciones de la humanidad; las mas retardadas avanzan, pero no pueden de nn salto alcanzar el nivel de las mas avanzadas.
La humanidad,
habiendo llegado a la edad adulta, tiene nuevas necesidades, aspiraciones mas amplias, mas elevadas; ella comprende el
Tacío de las ideas con que se la ha entretenido,
la insuiieiencia de sus
instituC:Íones para S11 dicha; ya 110 encuentra cn el e~ta¿o dc las cosas
las satisfacciones lejítimas hácia las cuales se siente llamada;
por esto
es quc sacude sus pañales, i se lanza, impelida por nna :'Ilerza inesistible, hácia vlayas desconocidas,
al descubrimiento de nllevos horizontes ménos limitados. 1 es cn el momcnto en que se halla uema.siado
estrecha en su esfera material, en que la vida intelectnal "rebaBa," en
que el sentimiento de la espiritualidad
so ensancha, <]11ehOJllbrcs, pretcndidos filósofos, espcran colmar el vacío con las doctrilla", delnihiJ ismo
i del materialislIlo!
Estrafía aberracion!
Esos llJismos hombres q uo
pretenden impelerla hácia adelante, se esfllerzan ell circnr scribirla dentro del círculo estrecho de la materia del cual aspira a sal ir; le cierran
el aspecto de la vida infinita, i le dicen, lIlostr:.ímlole la tumba: .1.Ye<:
plus ultra!
La marcha prog'resiva de la humanidau
se efedúa de dos maner3S,
como lo hemos dicho: la una gradual, lenta, insensible. si se considt>ran
las épocas aproximadas, la que se tl'aduce por lllc.ioramie.ltos sucesivos
en las eostumbrcs, las leyes, los liSOS, i no se eelta de ver sino con el
tiempo, como los cambios que las corrientes de agua traen a la superficie del globo; la otra, por un movimientv relati\'aJllcntc b,'usco, rápido,
semejante al de nTl tOl'l'entc qne rompe sus diqncs, que en algunos afios
le hace salva¡' el espacio que hubiera necesitado siglos 'Para recorrer. Entónees es un cataclismo moral que se sorbe en algunos instantes las
lnstitneiones del pasado, i al cual sucede un nuevo (mlen de cosas que
se asienta poco a poco, a meuida que la calma se restablece, i vieoe a
ser definitiva.
Al que vive bastante para abrazar los dos lados de la nueva fasc, ].e
paree e que un mundo nu~vo ha salido de las ruina" del antiguo: el carácter, las costumbres, los usos, todo ha cambiado;
es f¡lie en efecto
han s\1l'jiclo hombres llnevos, mejor dieho, rejenerarlus;
laE!ideas que la
jelleraeioll q ne se estingue se ha llevado, han cedido su puesto a ideas
nuevas en la jencracion qne se levanta.
Es a uno de estos pel'íodos de trasformacion,
o, si se quiere, de
cl'ecimii!1lto moral, a que ha llegado la hnmanich,d. De la adolecencia
ella pasa a la edad viril; el pasado no puede ya basta¡· a SllS nuevas aspiraciones, a S11S nuevas necesidades;
ya no puede ser c:mducida por
los mismos medios; ya no se paga de ilusiones i prestijios: sn razon
madura necesita alimentos mas sustanciosos. El presente 08 dem9.\l.il'l.do
efímero: la hnmanidad
siente que Sll destino es mas vasto, i qne la
vida corporal es demasiado estrecha para encerrada entera; por esto es
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rsycms o
ESTUDIOS
DEL AL~rA llUUAKA,
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2~'
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que hunde BUB miradas en el pasado i en el porvenir a fin de deBc~lbrir
allí el misterio de su existencia i de sacar de él una consoladora segurIdad.
Quien quiera que haya meditado sobro el espiritismo i sus conse'cnencias i no lo circunscl'iba a la produccion de al~unos fenómenos, comprende ciue él abre a la humanidad
una via nueva, j le despliega 108
horizontes de ]0 illlillito: iniei:íIJdolo en los misterios dellllundo
invi"ible, le muestra su verdadero papel en la creacioll, papel peí'pétua:.nente
activo tanto en el estado espiritual corno en el estado corporal. 1ai 110
mal'c1;a el hOIlJbre a ciegas; sabo de dÓnde viene, a dÓnde va i por qué
está sobre la tierra. El ]lorn:nir se lTluestra a él en su realidad, desembarazado de las prcoeupaeiolles de la i,,'norancia i de la supel'sticion ; DO
es ya una vaga es\,el'llllza; es uua "~rda(j p'\lpable, tan cierta para él
como la sllcesion dt,[ dia j de la noche, El sabe CJuesu sel' no ,está limitado a algunos im;tantes do una existencia cuya dllracioll cstá sometida.
al capricho del azar: <pIe la vida espiritllal no es interrumpida
por la
muerte; '1\l0 L:,. ,'ivido ya, <lile rC\'ivir:i"aún, i qnede todo lo que adquiere
en perfc(;cioll por el trauaju, liada es perdido; él encuentra eIl sus existencias anteriores la l'aZOIl d,i lo <plCél es hoi; i de lo que él se hace hoi,
puede concluir lo qlle será IIlI dia.
Con el pensamiento de que la actividad i la r:oopcracion individuales
a la obra jenoral de la ci\'ilizaeion e~tán liltlitadas a la vida presente,
que uno nada Aa sidoi que uno nada SC?'rí, ¿ qué le importa al hombre el
progreso ulterior de la hUlllllnidad? ¿ (~\lé le importa <¡ne en lo venidero
los pueblos sean mejor g<.hcl'llados, lila" felices, mas ilnstrados, mcjores
los \lIJOSpara éoll los otros '! Ya que ning'uIl fl'Uto debe (ll saCar de esto,
i no está ese progreso perdido para él i ;, De ,qné le sirve trabajar para los
qne vengan despues de él, si nunca los debe conocer, si son sét'el! nnevos
que poco tiempo c1espucs entrarán dIos mismos en la nada? Bajo el imperio de la lIcgaciun del porvenir individual, todo se mengua fOI'ZOSlLmente a las propol'cioIles Itlezq uillas del momento i de la personalidad.
Pero, al contrariu,
j qué amplitud
da al pensamiento del homure la
eertidwlibre de la perpetuidad de 8n ser espiritual! qué fuerza, qné
valor no saea de ella contra las \'ieisitudes de la vida. material!
¡ Qué
cosa rna" )'acinnal, nIaS gl'nlldiosa, Illas digna del Creado!' que esa lei
segun la cllal la vida eSl'i,'itual i la vida corpoml no son sino dos modos
de existeIlcia que se altel'llan para el cumplimiento del proO'reso! j Qué
mas .i usto i mas eOllsolador (lile la idea de los mismos séres progresando
sin cesar, al principio al traves de las jenel'aeiones de illl mismo mundo,
i despurs de un mundo a otro hasta la [JcrfeccioJl, sin solllcion de contilluidad! Todas las acciones tienen entÓnces un fin, porqne, trabajallllo
pam todos, se trabaja para sí, i reeíprocamento;
de modo que, ni el
P¡" greso individual, ni el progrcso jeneral Dunca son estériles; aprovecha a las jeneraciones i a las indi vidualidades futuras, qne no son otras
sino llls jenel'acioncs i las indi\'idualidadespasadas,
llegadas a un grado
mayor de ndelantanliellto.
"
!-a vida espiritual cs la vida normal i eterna del espíritu, i la encarllaman 8010 es UBa furma temporal de su existencia. Salvo el vestido
osterior, hai, pues, identidad entre.loa. cncarnados i 105 desencal'l1ados ;
s?n las mismas individnalidades
bajo dos diferentes aspectos, perteneCIendo ya al mundo \'isible, ya al mundo invisible, volviéndose a encontrar ya en el uno, ya en el, otro, concurriendo en el uno i en el otro
al mismo fin, por medios apropiados a su 8ituacÍon.
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26
PSYCIIIS
----------.---.
o
ESTuDIOS
---
DEL ALMA JIUMA~.-\,
- ... -- ... ------
-------------
De csta lei emana la de la perpetuidad
de las relaciones entl'e 106
a~res: la muerte no los separa, i ya no pone término
;l sus relaeione9
simpáticas, ni a sus debel'es recíprocos. De ahí la solidaridad de todos
para caua UIlO, i de cada uno para todos; de ahí tal1lbien lafratemidad,
Los hombres no vivirán felices en la tierra sino CURndo estos dos sentimientos hayan penetrado en sus corazones i en sus costumbres, pues
entónces sujetarán a ellos sus leyes i sus institucionos, Este será uno do
los principales resultados de la transformacion <¡uc se efectúa.
Mas, t cómo conciliar los deberes de la solidaridad i de la fraternidad
con la creencia de que la llluerte hace para siempre ¡'S hombres estmf¡o~ los unos para con los otros? Con la Id de la per?etuidad de las relaciones que ligan tod'Os los sé res, el espiritismo fl¡nda este doble principio sobre las leyes mismas de la naturaleza: no solo hae'3 de él un debvr,
sino una necesidad tambicn, Por la de la pluralidad de las exi!'tcllcias,
el hombre se enlaza a lo que se ha hecho i a lo que se har:'!, a los hombres del pasado i a los del pon'enír;
ya no lmeJe decir que nada de eomun tiene con los qne muercn, llllesto que linos i otros se vuelven a encontrar sin cesar, en este mundo i en el otro, para subir juntos la escala
del progl'eso i prestarse un mútno apoyo, La fl'aternidf~d ya no está eircnnscrita a algunos individuos que reune la casualidad miéntrag discurre
h efímera duracion de la vidá; ella es perpetua como la vida del Espíritu, universal como la humanidad,
que cons~ituye una gran familia
cuyos miembros todos flon sulidarios los nnos para con los otros, cualquiera que sea la época en que !wn vivido.
Tales Ron laB ideas que Ee desprenden del espiritismo,
i que él BU6ci.·
tarí\ entre todos los homures, cuanuo esté difundido nni\'cl'salmente,
comprendido, ensefíado i ]Jmcticado. Cón el e6pil'itismo,la fl'Bternidad,
sinónimo de la caridad predicada por Cristo, ya no es una palabra
vn.na: ellt\,tiene sn razon de ser. Del sentimiento de la fraternidad nace
eldo la reciprocidad i de los deberes sociales, de hombre a hombre, de
pueblo a pueblo, de raza a raza: de estcls dos sentimientos bien comprendidos saldrán forzosarneute las institucioncs
mas provechosas para
el bienestar de todos,
La fraternidad debe ser la piedJ'a angular del nlB\'O árden social;
pero, no hai fratcrnidad
real, sólida i efecti\'l\ si no está apoyada
en una base incontrastable;
csa ba~c es tafé; no la fÚ en tales o eualet3
dogmas particnlares que camhian con los tiempos i lus puehlo~ i se tiran
la piedra, porqne al unatcmatizarse entretienen el anulgonismo ; sino la
fé en los principios fundamentales que todo el mundo puede aceptar:
.Dios, el alma, el porvenir, EL PROGRESOINDlVlDCAl. IKDEFINlOO, LA PERpE'n:rDAD
DE LAS RELACIO;>;ES ¡';='iTRE LOS Sf;RES. Cuando todos los hombl'c:>
estén eonvencidos de fjuc Dios es elmislllo
para tOdOfl, qUil esa Dio!',
!'obcl':1llamente justo i bneno, uada in,Íllstn puede querer, quc el mal
viene de los hombres i no de El, se mirarán como hijos de nn mismopadre i se tenc1er:m la mano, Eiita fé es la que da el cspiritiflmo; clla será.
en adelante el eje sobre el cual se 1l10YCr:Lei jénero humano, cualesquiera. <jl:Csean sn modo d~ adorarle i SI1S crcencias particlllarcs, que rospeta el espiritismo, pero de las cnales no tiene que ocup:\l'se. Solo de esa
fé puede salir el verdadero progreso mOI'al, porque sol) ella da una Bl\llcion lójica a los derechos lejítimos i a los deberes: sin ella, el derecho es
el qne da la fuerza; el deber, UIl código hum:mo impuesto por la violencia. Sin ella, i qué es el hOn!bre? nn poco de materia qne se diaucl ye: \la
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rSYCIIlS o EstrDIOS
DEL AI,MA HUMAKA,
27
sCl'efímCl'o quc no hace sino pasal'; el jénio mismo no es sino Ulla ,chispa.
qne brilla por un instante para estinguirse para siemprc; ciel'tamentc
q nc con esto no se realza 1lI ucho u sus propios ojos, Oon tal pensamiento, ¿ cn dónde estan realmente los del'echos i los deberc~? cnál e5 el fin
del progreso? Solo esa fé hace sentir al hombre su dignidad, pOI' la perpetuidad i la progrcsion de Sil ser, no en un pOl'\'enir mezquino j circunscrito a la personalidad, sinl,' gmndiosoiespléndioo;
su pensamiento
,lo eleva souro!¡\ tierJ':\; se siente engrandeccr al pcnsar q\1e él tiene BU
papel en el IIniverso, i (jl1Ceste nnÍ\'er'so es Sil dominio que UIt dia podm recorrel', i que la muerte no hará de ~l ulla nulidad, O un ser inutil
para sí mislllo i para los otros.
El progreso intelectnal
cumplido hasta hoi día en las mas vastas
proporeiolles ('3 nn gran jlhS i Illarea la primera fase de la hllmanidad ;
pero solo, es impotente pal'!t rcj,;nerarla;
en tanto que el homhre esté
dominado pUl' el orgullo i el eguisrno, (,1 ntiliZ;lrÚ S\I intcIijeneía i sus
eonocill1iento~ en pro\'(~cho de sns pasiones i de sus interescs personales;
es por Ceto (l\lelos aplica al perfeecionamipllto
de los mcdios de prrju<lieal' a los demas i de destruirse mÚtnamente.
Solo el progreso moral
pnede asegurar la felicidad de 1013 hombres SObl'Cla tielTa poniendo nn
f¡-eno a las malas pasiones; solo Úl puede ll;lecr reinar cntre ellos la concordia, la paz, la frah~J'lJid:l(l. El es fj\lil~n :d>:ttir:i las bal'rems de los pue1)10s,el que har{t (~:\eJ'la.; prCl)(~lll'a(;iolles de casta, i enTlludecer los antagonismos de sectas, ellSeíiandlJ a los hombres a mirarse como hermanos llamados a ayudarse mÚtllarnente i no a vivil' a espensas lo.> un08
de !os otros, E" aún el PI'l)g'I'CW 1rl()r:d, secunclado aquí por el progl'cso
de la intcli,iencia, el <¡HC confUJ1(¡jrl'L los hombres en una misma crcencia, establecida sobre las vorcladlCiletern~ no sujetas a disclIsion i por
esto mismo ac('ptaellls pOI' todos, La unidad de creencia será el vínculo
mas POdCI'OSO,el fundamento
mas sólido do la fraternidad
nniversal,
quebrantada
en todos ticmpos por los antagonismos
l'clijiosos qne dividen los puehlos i Jas familias, lJlW hacen ver en el pr('jimo enemigos tIa
quienes es menester hui¡', a. (Jlli('Tle:; se debe comb:\tir, estcrminal';
en
1ugar dc hermanos a quienes se debe amar.
Tal estado de cosa:; snpolle l1n r,ambioradical
en el sentimiellto de
las masas, lln Pl'0g'¡'CSO,íencral (}tIC no podia cumplirse sino saliendo
del eírcnlo de la" ideas estl'cchas qno fomentan el eg9islIlo, En dii'm'elltes épocas, llOlIlbrcs prctlaros han tratado de impeler 1Ila humanidad
en e~ta vía; pel'o, la. hlllllflnirla:l, dcma8iado joven aÚn, ha. quedado sor~
da, i susensei1anzas han tellido la suerte de la buena semilla caida sobre la píedl'a, Hoi, cstá madura pal'&,i~irijir S\lS miradas tnas lIniba de
lo que ha hecho, pam asimilarse ide~as
ámplias i comprender lo qne
110 hahia
cOlllprendido, La jelleraCil/ll qne desaparece
llevan'L consigo
S\lS preocl1pa(~iOlleS i SIlS errorcs;
la ,ienerl'icion que se lenmta, templada
en una fllente mas del'nrada, imbuida de ideas mas sanas, illlprillli;':i, al
JIlundo el mo\'imipllto ui\censionall'1I el sentido del progreso !lloral qne
ueoe marcar la nllcva f¡'.se de la huma11Á<l~. Esta fase te re\'cla ya por
si!:nos no eqnÍvocos, pOlO tentativns de ~pllas
Útiles, por las ideas
gl'antles i jcnerosa» quc se ahren paso i em,mzan a hallar partida¡'ios.
Es pOI' esto que se ven fl\l1Jal' llna Illn~titlld do institnciones
protectoras, eiyjlizadoras
i emall(,iparil)raS,~10
la impu1sior. i pOI' Ja iniciarinl.
de homhres evidentemente
p\'ed~ados
,a la oura.<le la rejenerllcion ;
l-lnc las leJes penales se imprc611Fcada
dw, de un sentimiento mas huI),
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28
PSYCHIS
o
ESTUDIOS
DEL ALMA HUMANA ..
mano. I.Jas preocupaciones de razas se debilitan, los pueblos empiezan ti.
mirarse como los miembros de una gran fllll1ilia; por la uniformidad i
la. facilidad de los medios de transaecion, suprimen las barreras que los
dividian de todas las partes del mundo, se reunen en comiciOf; univel1lales para los torneos pacíficos de la intelijeucia. Pero falta a estas reformas una base para dcsll.ndlarScl
completarse i cOllsolidal'se, l.lla predisposieion moral mas jenel'ul pal'a fructificar i haccl'se f¡ecptar de ~as
masas. No por esto deja de ser UII sigilo cumcterístico
del tiempo, el
preludio de lo q ne se cum plil':i sobre una escala mas vasta, a medida que
cl terreno venga a ,ser lllas jlJ'(lpieio.
Un signo no ménos cal'aeteristi{~u del período ell que elltl'3,mOS, es la
reaccion evidente que se opera el! el sentido Je las ideas ef,pil'ituales;
nna repulsiou instintiva se manifiesta eOlltra las ideas lIIuteria'.istas cuyos
representantes
se hacen méu{)s IJUlJlel'OcillS
o ménos absolutos, El espíritu de illeredu1idad que se babia apnderado de las masas, ignorantes o
cultas, i les había hecho rechazar, eOIl la forma, el foudo mismo de toda
creencia, parece haber Bido un sueño no cuyd despertar se cspel'imenta la
necesidad de respi,'al' U/I aire lilas vivificantc, Involuntariamente,
en
donde se ha producido d Yacío~ se busca algulla COSIl, un punto de
~poyo, una esperanza.
En este gran movimiento r(~i(:llerad()r, el espiritismo hace UIl papel
considerable;
no el espiritislllo ridículo inventado por una Cl'ítica burlona, sino el cspiritismo filosófico, tal C01l10 lo cOlllprende cualquiera que
se toma el trabajo de bnscal' la almcndra bajo la corteza, Por las pruebas que trae de las verdades fundamentales,
colma el vacío qne la
incredulidad
hace en las ideas i cn las creencias;
por la certidumbre
que dt\ de UIl porvenir conf"l'me con la justicia de Dios, ,i qne la ra.zon
lUasijOVera
puede admitil', templa 1118amarguras de la vida i previene
los ftmestos efectos de la desesperacion. Haciendu conocer nuevas leyes,
de la naturaleza, da la clave de I'en(mJCllOSno compl'elldidoB i dc problemas insolubles hasta hoi, i mAta :, lU; tiempo b incl'edulidad i la supersticion. Para él, no existe ni sO!>l'et:atural lIi maravilloso;
todo se
cumple en el mundo en ~'irtud de leye:s inllll/tablcs.Léjos
de sustituil·
un esclnsivislllo a otro, se presenta COIllOealrlpcon absoluto de la libertad de conciencia; combate el fanatismo oajl) todas las formas i lo corta
en su raíz pl'oclamalldo la "al vacion pal'a todos los hombres de bien, ¡
la posibilidad, para los mas irnperfeetos, de llegar, por sus (:sfuorzos, por
la espiacioll í la reparacioll, a la perfeecion, ÚTIiea que coud uce a la 511prema felicidad. En lugar de desalentar al débil, le alienta Ulo6trándolc
el fin a q lIe puede alcanZa!'.
Elllo dice: FUi:1Yt del Espi1'itis7no no hai .~alvaciim.: pero sí dice
con Cristo:
ji Uei'U dI! la caridad /«) /Lai 8alva<JÍon, priucipio de union,
de tolerancia, que lInírí~ a los llOlllb¡'es en UlI sentimiento
comnn do
fraternidad,
en vez de dividirlos CII sectas enemigas. Con este otro
principio:
]{o lwifé inclmtrrl,8table. sino la ~ue pllede1Idrc¡r?,! razo.n
cal'a, a cara en todas las edades de la, kumamdad, destl'llye elllTlperlO
de la fé ciega que anonada la razono de la obediencia pasi"a que embrutece: él emancipa la intelijclJ{'ía del hombre i realza su moral.
Consecnente cOllSigo lllíSll.Hl, ~lllo se impone jamas:
dice lo que él
es, lo que quierc, Iv que da, 1 espora que lino vaya }Jáeia él \ib\'e\\\ent(~,
voluntariamentc;
qniere ser u(;eptado por la razon i no por la fnerza.
Respeta todas las creeneias ::;inccrasSi~" combatc sino la incredulidad)
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psycrns o
---_._---_.-._._---,----_.
ESTUDIOS
DEL ALJlIA HUJlIANA.
29
__ .~- ---~._<-
el egoismo, el orgullo i la hipocresía, que son las llagas de la soeiedad~
i 108 obstáculos mas sGrios al progl'cso moral; pero él no lanza &
lladie el anatema,
ni aÚn a sus elJemigu:;, porqne está cOllvencido de
que la ví:¡ del bicn está abierta a los mas i:n perfectos, i que tarde ()
temprano entl'arán pOI' cIJa.
~i Se snpone Ja lllay(¡l'Í:~ de los hombres itllbnidos de estos sentimientos, se puede figurarse fácillJlente las modifh:aeiones (lue traerian
cn las relaciones sociales: caridad, frater-nioad, bene~oolencia para todos,
tolcrancia
para todas lal; (;jOeeneiaB,tal ser.i BU divisa. Es el fin al cnui
tiende eviuentunente
la hUlIlanidad, el o!'jeto de su" aspiraeivne¡¡, de
sns deseo~, S:ll <jIIP se lk bien Cl\(°llta de los llledios para realizarlos:
ella
ensaya, tHlltea, I'Cl"O se eIICl1\.)IItradetenida )lOI' resistencias activas o por
la fncrZ<t de inercia de I¡¡s }Jn~'-'('1lj.>aejou8s,de lal; (;rceneias estaeionarias
i l'efraetarias
al pr(Jgreso. ~Oll esas re~i~tcneias tu" que el' menester
veIll:er, i esto scní. oL,ra de la jCllc1"acioll 11 11 (;\' a ; si se Siglltl el curso
actil al de las (;(!sas, se reconocel'á 11110 tlldo parece predestilJaJo a ab¡irle
la scnJ¡L; tenurCt para sí el duble poder del lJúmero i de las ideas, i
ademu6 la osperielleia del pasado.
La nueva .ieneraeion se eneallliuurá,
pues, a b rel~lizal,ion de todas
las ideas humanitarias
compatibles
CO!l d grado de adelanto al cual
haya llegado. El Espiritiw10 nml'chand(J al lJliSllIOfin, i realizando sus
miras, se encontrará. cull ellas ell el wi8nlO terreno, no como cOllcurrentes, sino como allsiliu¡'es prestÚndose mÚtuo apoyo. Los hombrcs de progreso hallarÚn en las ideas cspírita" una poderosa palanca, i el Espiritismo encontrar:'! en los hOlnbl'es nuevos, espírit\ls enteramente Jispllestos a
acojel']o. EII ese e:;1l1dode cosas, lo (Jl16 podrianhac(:r
los qne qubieran
poncrse a atajarle 1
o,,
No es el Espiritismo quicn crea la reno"a(:iun social; es la madure;.;
<le la hUlllaniJau lo qne hace \lila neeesidad de cota rcnuvacioll. Por Sil
poder mfmdizadOl', pOI' sus tl:ndeneia.s progresiyas, por la amplitud du
sos miras, por la jencralidad de las cllcstiolies qne abraza, el espiritismo,
mas quc cualquiera otm doctrinn, es aptu para sc<:undar el movimiento
rejcnerador;
es por esto 11UC él es su contempo)'Únco; ha veuido en el
momento en que podia sel' Útil, pues que para d tamhien 109 tiempos
han llegado; II1W; tellt¡Jl'fUJo, hllbier'n. encontrado obstáculos insuperableR; inevitaLI(,lllc!lte hubiera &ucllmbido, porqne "atist'cchos los 11Ombres con Iv (¡\le tellian, ¡lO selltian aÍIn la nccesidad de lo qne trae. Hoi,
u3cido con el llllJ\Oilllie¡ltu de las ideas qne fermentan, enCl:cntra el
, terreno preparad u I,am n!c:ibil'lo: los espíritus, eall~ados de la duda ¡de.
la incertidumbre,
espantados uel abismo <¡nc se socava delante {le ellos,
le ac~ien como lIlIa áneora de salvado\} i UIl :supremo consuelo.
o
Al deeil' quc la humanidad
cst:t madura para la rejeneracion,
no
quiere decirse CUIlcsto que todos los individuos lo están cn el mismo
grado; sino que 1II1whos tienen, por illtuicion, el jérmcn de las ideas
nuevas qne las Ci¡'CllnMancias ltarÚll nacer; cnLónees se mostrarán lIlas
avanzados de lo que se snplJniu, i seguirán con aprcsuramiento
el impulso
de la mayoría.
Los hai, sinernoarg'o, Illle SOIlrad ¡(;almente refractario", aún entre los.
mllS intelijeutes, i que seguramente no se~trán
jamas, allllónos en esta
exiBtencia, los unos de buena fe, por con1iiOOion; los otros, por intereso
Aquellos cuyos intereses materialel;están
ligados con el estado presellte
de las cosas, i (lue no estáu suD.cieiltemente adelantados para hacer abne;--
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80
l'sycmg
o ESTUDIOSDEL AurA 'HU:\fANA.
--------.--. ----------------,--------------~
gacion de ellos, a quiencs interesa ménos el bien jeneral qno el de sn
,persona, no pueden ve\' sin aprehensioll el menor movimiento reformadar; la verdad es para ellos una cuestion secundaria, o, por decir mojol',
Ja verdad está tods. eutora <m aquello que no les causa ninguna turbacion; tod:'ls las ideas progrcsivas son a sus ojos ideas suuver¡:ivas, i por
esto es <¡ue les consagl'an un ódio implacable i les bacen nIla. gnerra
-encarnizada. Demasiado intclijentes para,no \'er Ol} el Espiritismo un
ausiliar de esas ideas, i los elementos do la trasformacion qne ellos temen
porque no se sienten a su altnra, se esfuerzan en denibarlo ; al juzgarlo
ellos sin n¡}or i sin alcance, no se prcocuparian deé!. En (otra parte ya
lo hemos dicho: "cuanto
mas grande es lIna idea, lilas adversarios
encuentra ella, i se pnede medir sn illlPOl·tancia por In vio12ncia do los
ataques de (lile es objeto."
El nÚmcro de los retardatarios
es 'todavía grande sin duda; pe!'O,
qué plleden ellos eontra la ola que sube, sino arrojarle algrnas piedras?
.Esa ola, es la jencracjon Cjnc se levanta, miéntras lIne ellos desaparecen
con la jeneracion qne se va cada día a pasos ~jigl\ntados. Hasta entónces defenderán el terreno }lió con }lié; hai, pues, Ilna lucha inevitable,
poro una Incha desigual, pues que es la dol pasado decrépito qne cae en
jirones, eontrael jllYenil porvenir; de laestagnacion
contra el pl'Ogreso;
de la crcatura contra la volllntad de Dios; porq ne lo!; tienp)os marcados
:l)or-él han Llegado.
'
LA VIDA E~A.
J,A TIEHRA EN J,O J::S-Fl::S-ITO
J
m,
LA E'rER::<IDAO.
Todas las relijíones (¡11ese han sllcedido en la historia de la hnmani·
'dad, desde la teogonía de los Arias, qne parece datar de qnince mil
auos i nos ofrecc d tilW Illas antigno, hasta el bnbis!TI() del Asia, que
no data 1:'inodel prc,;ente siglo i cuenta ya, sinembargn, bastantes sectarios; desde las t.eolo.iías Illas vastas i mejor cimentadas q'le, así c~mo el
bndismo en AsiR, el cl'is! ianislOo en Europa i el islami 3ll1Oen Afriea,
,han dominad(J en illlllcnsas comarcas i por largos siglos, hasta los sistemas aislados i IIInertos al nacer qne como h iglesia francesa del abate
Chatel, la relijioufu8onhma
Tonreil o el tem!Jlo po~itiyista de Augusto ()o¡¡:te, 'no lJ'an vi\'ido sino el trascmrso de nn dia; todas las relijiones, digo, han tcnido por objeto i por fin el conocimiento de la vida
ue
~te7'na.
Sinembargo,
ninglllla 1m podido decimos hasta ah,)ra 10 que es la
.vida eterna; lIinglllllt 1m podido ni aún decirnos lo qne es la vida actual,
en qné difiere u c6mo se enlaza Clm la eterna; lo qne cs la tierra en qne
vivimos, i lo qne es el ciclo, húcia el cnal se dírijen uLsiosas todas las
miradas, pidiénuole el secreto del gran problen.a.
La impotcll<:ia de todas 1llS rcliji()lleS nntignas i modernas pal'a
espliearllos el sistema del mnndo mouJ, ha sido cansa de qne la filosofía,
>desalentada por BU silencio o sns ficciones, llegase a formar en lltl6eIlO
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PSíClItS
o
31
ESTUDIOS DEL AL;lfA HUMAXA,
--------.-----------,--
.------ ----------"----------
una escuela de escépticos que, no solo han dudado de la existencia del
mundo moral, sino que han llevado la exajeracion hasta llegar la presencía
Dios en la naturaleza i la inmortalidad de las almas intelectuales.
N uestra filosofía espiritualista de las ciencias, basada en la síntesis
de las ciencias positi vas i especialmente ell las consecuencias metafísicas
de la astronomía moderna, es mas sÓlida que todas las relijiones antiguas, mas bdla (PlC todos los sistema8 filosóficos i mas feeunda que todas
las doctrinas, creencias n opiniones emitidas hasta hoi por el cspíritll
humano. Nuestra doctrina, nacida en el sileneio del estudio, trece en la
sombra i va perfeccionándose sin cesar por una interpretacion
mas i mas
desarrollada del conoeimiento delllllivel'so,
Ella sobrevivirá a los sistemas tcolójicos i psicolójieos del pusnuo, pOI' que os la naturaleza misma
la que Ob::lél'\"alllOS,s~n prcoenpaeiollcs, sin cspeclllacioll i 8in temol',
Cuando en Inedio de ulla Iloc]¡c profl1ll\b i siienciosa se eleva !\\les·
tra alma solitaria hácía esos lejaw,r; mnndos 11uobrillan fohre Il()HJtros,
tratamos instintivall1entc de interpretar los rayos que nos '-¡clIen de las
cstl'cllas, porque ser.tilllos que esas i1'l'adiaciolles son eomo otros tantos
lazos flnídicos qlle ligan los astros entre sí on la red dl~ ulla inmeIJ6a solj~
claridad. 1. ahol'a que las estrellas no son ya pam IJuSlltros clavos de oró
fijados en la bÓveda de los cielos; ahora. qne sal)(_)!lwsq l1e esas estrellas
son otros tantos soles allÚlogns al nuestro, (:PlltI'OSde ¡;istcmas planetaríos variados, i que est:in discminadas a distancias atCl'radOl'as ~t u'avcs
do lo infinito del espaeio; ahora qlle la nodIe !lu es ya para nosot;·os un
velo estenJido sobre elunivcriil} cntero, ~inll simplemente
\\na s')lllbra
pasajcra situada <letrn~ del globo telTestre, 611 la parte opuesta al sol,
SUIllU1'll(pie se estiende a eícrta distRIwia pero no basta las estrellas, i
qne atravesamos cada dia durante algunaf horas, c\\ virtud de la rotacion diurna. del globo; ahol'aaplicamos
~stos conocimientos físicos a la
esplicacion filosófica de nncstra sitll:¡,(~iollen el uni,'erso, i nos persuadi.
mas de que babitllTl¡OS la snpcrheíe de llll plalleta que, 1{',Íosde ser el centro i la base de la creaeÍo!l, no es sino lllla isla flotante del inmenso
archipiélago, impulsada por las fllel'zas Jil'eetrices <Id llJli\'crso. almit'mo
tiempo qlle mil'iádas de otras amilogas a ella; i (pIe 110 ha sido marcada
por el CI'jador con ningnn privilejio especial.
Sentimos cl)ndncidos por el espacio e8 uua condieion útil para la
exacta coml'rensioll de nuestro lnga¡' relativo cn ellllundo:
pero físicamente 1\0 tencllIos ni podemos tener esta sellsacion, }illcst() <¡lle estamos
tijados en la tierra IHlI'~ll atnwt:ionipa.rticipalllos
íntegmmeute de todos
SIlS movimientof'. La atmÓsfera, l~,nubcs i todos los objetos lllÚviles o
inm6dles que pcrtcneccnn
la tíer~ son arrastrados 1'01'ella, están ligados a ella, i por consigu1cntc l'l'lal:\-:l1lJcntc ]UU1Ó\-ikJ.
Sea clla] fnoro
altura a (llle pneda elevarse elllllwll1'e en la atmÓsfem. no Ilegaria. nllllca
a ponerse fnera de la atraccion terrcstre i aisla¡'se del movjmiento del
planetl~ pam verificar~o. La lmm misIl~a, a. !Hi,OOO. legllas de aqní, es
arrastrada cn el CSI_H\ClO
por la translaclOO de la tlerra. 1\0 podemos.
pues, sentíl' el movimiento do llucstro pbn(>\:\ ,,¡no por el pelt';\\lI\icnto-.
¿ Nos seri[~ posible obtencl' est;( ;;cIlsaciun eurioi':t ~ flltentélllosio.
Consideremos, desde Illego, que el g]ouo en C:¡11(: ('stamos roga en el
vacio a razon de 6(1),000 leguas por día, O sean 27.;')00 l(~guas ]>01' hora
() 30,550 metros PCI!'sCO'llnuo! ve1~jdad que es ma;; de einenclIta veccs
mayor qne la de llna bala de ea;¡f"(,;ielldo
la de .esta cio 5JO metros).
Sil! dnda (1110no podemos figlll'r
cxad:,tlleIÚe esta rapidez inaudita;
ue
m
T
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32
l'SYCmS
o ESTUDIOS
DEL ALMA HUlIfANA.
pero sí podemos formaruos una idea de ella, representándonos
nna línea
de 458 leguas de IOlljitud i con6idcrando qne el globo terrestre la recorre
en un minuto. La tierra 'lJuela así, perpétuamentc
i sin tregna ni descanso. Snponiéndonos colocados en el espacio i esperá.ndola cerca de su
camino para verla pasar por delante de nosotros como un tren espreso,
la veriamos \'<mil' de léjos bajo la forma de una estrella brillante. Cnando 110 C8tuviese ya sino a 6 o 700,000 leguas de distancia, es uecir, veinticuatro llOms Úntes de llega¡', aparecería mayor (PIO clIulq uiera de las
estrellas conoeióas, pero llléllOS vo]nminusa de lo que vemos lalnna:
como l/na gmn bÚlide Sl'llll'jante a las que a melludo atra\Íesan el cielo.
Cuatro horas ántes de Sil llegada apareceria cerca de cato.,ce veccs mas
voluminosa que la luna, i continuando
creciendo desmesuradamente,
oCllparía bien pronto la cnarta parte del cielo. Distinguiriamos
ya en
su superficie los continentes i los mares, los polos cnbiertos de nieve, las
bandas de llube" do los trópicos, la Euro!)a con SllSquebradas riberas ..
.... i quizá distinguiriamos una pequeña parte.vcrduzca, que no es sino
la milésima de la superficie cnte¡'l\, del globo i que se lIam:l la Francia
•....•
lIemos ouser\'ado yu tambien elmovillliento
de rotaciolJ sobre
Sil eje
pero cJ'eeiendo, creciendo SiClllPI'C, repcntina:~ellte
se
cstiellde el globo eomo una sombra jigantesea pOI' el cielo entero; gasta
seis minuto;; i Illedio en paHar, lo (!lIO tal vez nos pel'lnite oir los gritos
de las bestias ¡;alvajes de lus bus(jues ecuatoriales i el cañoll de los pueblos hnmanos. En seguida, :dejÚllJose con majestad en las profundidades del espacio i minorlÍ.ndose, desaparece en la honda ilm ensidad, no
dejando otra h Della de su paso sino un asom bJ'o, mezclado de tel'1'or, en
llnestra mirada atÚnita.
Sobre e?ta celeste b~t1aculesa1, ~e 3,000 le$lll\S de diámetro i del peso
de 5,875 mIllones de llllllones de !llllJares de kIlogramos, -;f es donde nosotros cstamo" di"eminados, pequerltJ8 séres imperceptibles,
al'l'ebatado8
con indescriptible enerjía por SlIS din;rsos movimientos de trflslacion, de
rotaéÍoll, de balanceo, i IJar SllSínclintleimJes alternativas,
poco mas o
1néllOl" como los grallos de poll-,) adheridos a \lua bl\la de cailon lanzada al espacio. Conocer i 8entir esta mareha de la tierl'a, es poseer una
de las primeras i lllas imporl antes condiciones del saber coslllográfico.
Así vnela la tierra en el cielo, La descripeíon
de este Illovimiento·
podrá considcl"al'se como pU!':ll\1ente del dominiu de la astronomía; pero
nos persl1Hdiretllos al punto de ql1C la filosofía relijio;:;a está altamemte
interesada en est08 hechos, i de qne el conocimiento del \lnivtrso físico
da en realidad las bases de la relijion del porvenir. Continuemos el exáUlcn científico de Ilucstro plalleta.
No pueden las teulojías, eOlllO tampoco edificio alguno, descansar
sobre el YaeÍo. Ellas han tomado por base el antigno sistema dd mundo,
qucsuponia a la tierra inmóvil en el ceno'V; mas, b astronomía moderIla al demostrar la vanidad de la ilusioll antigua, demuestra a la vez la
vanidad de las teolojías fundadas sobre esa i}usion.
El:\tá poblado este plancta pOI' lln considerable
númcro de especies
vivientes, (JllC han sido clasificadas cn do;: granJca divi,;jones naturales:
el reino vejetal i el I'eino animal. Cada I1no de estos séres posee tina
unidad anímica quc rijo su o¡'ganismo, i ell esto difierc de las COims·
pn/"amcnto
matcriales, de los objetos inanimados.
Ai cOllsiderar una.
•• 6 cuatrUlones, 875 trillones de kilú¡,rramoe, Bil.'Wo-merro en la operllCion.
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PSYCHIS
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.....
o
ESTUDIOS
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llEL ALlIIA HF)rA~A.
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planta, un animal o un hombre, nos persuadimos de que lo qnc constituye la vida es uo principio especial, dntadu de la facultad de obrar
sobre la materia;
de forlllar un Ser determinado, como pOI"t.;iemplo, nn
rosal, una encina, un lagarto, un perro, un hombrc;
i de fabricar Úrganos, como ulla ho.ia, uu pistilo, un estambre, una ala, un lllleyO; pri:lCípío especial, c:IlYocar:í.cter distint.i\'l) es el ser personal.
Concretálldollos
a la raza humana, que desde hace lIlas de cien
siglos ha establecido en este pianNa el reinado de la inteli.iencia, obser"amos que consta actuallllente de 1,200 millones ¡J(~ individuús que, por
tél'tnino medio, ~'iven 3-1- aiJos, Eu E'lropa la dllrf.ciollllledia de la vida,
que de nn siglo n. esta parte ha alllllentado el 9 pOI' lO!) con el progreso
del bienestal', es hoi di:t de 8tl arios. Pet'O en la tierra bai toda\"Ía razas
atrasadas, poco J istantcs de la »rÍ 111 iti va barharie, miserables i débiles,
cuya vida media no pasa de ~8 aOos. Mueren anualmente,
en nÚmero
redondo, 32 milloncs Je indi \-id Uus ]¡ Ulll:tIlUS,SO.OuO por dia i apl'clximadalllente
uno pn!' segundo, N:tc:(m 33 millones por aiío, o un individuo en algo ménos de un segundo; ¡'csnltando de aqní qne eada palpitaoion de nuestro eorazon, péndulo viviente de seglllld(.s, marca, poco
mas o ménoo., el nacimiento i la ITlnerte de un ser en la tierra,
Corriendo en III espacio con la velucidad que le' hemos reconocido
art'iba, la tierra ve, pues, rcn.,varsc constantemente
BU p0ulacion
II1:rrl:tna, con una rapic!ez que tambien es mui sorprendente, Segundo I"!"
segnndo se encarna una alma en el mundo corporal i otrn se escapa do
él. La sésta parte de los n ¡fíos m Uen~n en el pri mer aiín, la cuarta ántes
de 1l(~g-:\1' a .4-, la tCJ'(~l~raa los H i ]a mitad de los indiyiduos a la edad
de -!2 :tilos. ¿ Qlll> leí preside a los nacimiellt\}s? cuál a las muerte~? Este
e~ un p¡'oblcma qllC la ciencia, i tan solo la ciencia, rcsolvel'á, algun dia,
Conviene a todo hombre q11e bu:,;(!ue la verdad considerar las cosas
fl'eute a frente, tal como son, i adquirir así Ilo¡;iones exactas sobre la e,;onomía del uni\'erso. Establezcamos,
pues, primero los hechos, pnra i
simplemente, i sir·::í.lllonos en seguida de la realidad eon el intento de
penetrar las le)'e:; desl.:onocidas ell ya realizacion está en los hechos
físicos,
..
Pucs bien! vemos, por una parte, qne la ticrra es nn astro del cielo,
lo mismo q ne tT ú pitel' o Sil'io, i que circu la en el espacio cn vírtnd de 108
moviwicntos qne nos dan la medida del tiempo: los años i los dias, medida creada p01' esos mismos movimientos i q ne no existe en el espacio
eterno, Observ:tIll0?, pOl' ot.ra, que los sé ¡'es vi\'ícntes, i particularmente
!os hombres, están dotado., de nlla alma organizadora, qne es de principio innllterial,
independiente de las condiciones de espacio i de tiempo
1 de las propiedades
físicas qne caracterizan la materia;
así como tamhicn qne las existencias h~¡ll1anas 110 son"el fin de la creacion, sino qne
nos dan mas bien la idea de pas3jes, de medios, La vida tampoco alcanza su objeto en In. tierra, lo qne ineontestablemente
se deduce de los
caracté¡'es mismos qne tienen aqní la vida i la muerte,
Por otra. partc, la vidiL terrestre no es ni un principio ni un un,
Ella se cun~ple e,n el universo, a la vez que 1m gran nÚmero de otros
modos de eXIstencla, des pues de otras muchas que han tenido lugar en
los mundos pasados i ántes de mucbas otras que se cfectuarán en 109
futuros. La vida ter1'estre no se opone a otra vida celeste, como lo han
supu,esto los teólogos que no se apoyan en la naturaleza,
puesto quo
la VIda que florece en la superficie de nuestro planeta, es tan celeste
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PSY('lIIS
o
ESTUDIOS
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DEL ALMA HU!lIANA.
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{:omo la que irradia en l\Iercnrio o en V énus. N 080tros est.amos actualmente en el cielo, tau exactamente COillO si habitÚsl?mos la estrella pohno la nebul(ll6a de Orion.
La tierra, Ruspendi(1;t así en el espl\cio del hilo dé la atraceion solidaria de los mundos, conduco ]lor la estension las jeneraciones humanas·
que nacen, brillan algunos afios i se extinguen en su superficie. Todo
está en !lloyimient.o, i la GirClllacioll de los séres a traws ,id tiempo, no
es ménos cierta ni Il\l'UOS rápida que la que tienen a traves del espacio.
Este aspecto del universo nos sorprende: sin dud¡l, i nos parece, a la
verdau, difícil de ser bien dcf.inido. }<~laspecto aparente, aceptado durante tantos siglos, era mucho !llas sencillo: la tierra, inmÓvil, era la.
base del Illundtl físico i pspiritual;
la rar.a de Adan era la Úniea raza.
humana dpl uuiverso;
ella estaba colocada aqui para "i,-ir perezosamente, onu i llorar hasta el dia en que, decretado el fin del mundo,
hajase Dios del Empíreo corporalmente, rodeado de los álljeks i los santos, para. juzgar la tierra i trasf~)rma.r al punto el universo en clOB grandes secciones; el cielo i el infierno. Este sistema, mas teolójico que
astrolójico, em mni::;eucillo, repito, i descansaba en las veneradas tradiciones de una ensefianza q uillcc veces secular. Así, pues, cuando en
este siglo diez i llueve (ligo: "En verdad nuestras antiguas
creencias
están funda<lns en ,tparieneius mentirosas,
i no debemos ya reconocer
otra filosofia rclijiosa sino la que emana de la ciencia," p'Jdrá hab¡-r,. sin
duda, ni uchos l'spíri t liS q uc rehusen aceptar inmediatamente
la inmensa
trasformucioll qlle produGcn nuestros estudios modernos, i quieran examinar sevt'ralllPuk nut'stra ~octrina, ántes (!l. r('conocnse ,ukptos de ella.
Pero esto ('s precisamerite lo (1ne todos deseamos. La libertad ue conciencia debe preceder en las almas a todo juicio, i todas las. opiniones
deben ser 1ihre i s uCl'sivalllenle emitidas, l:legull las ir:dicaci.ones delespiritu i del corazon.
La tierra es, ]lues, un astro habitado que se cierne en el cido, en
union de las miriadas de los dmnas astros, que tamuie!' están habitados. :N nestm "ilb terre::;tre actnal hace parte de la ,. ¡(la universa.l i
eterna, sncedil>ndo lo mismo con la vida aetnal (le los habitantes de los
otros mUlluos. El e::;paci,) está pohlado de colonias hUffi.was que viven
simultáneamente
en globos mui dist.antes unos de otros, i qU(~ rstáll
ligados entre si por lr:yes, de las cuales no conocemos sin duda todayj¡.
sino las lilas apan'u.tes.
El bosquejo jeneral tie nuestra fé ¡;¡ en la vida eterna consta, pue;;,
los }Juntos siguientes:
1.0 La tierra es uno de 108 astros tIel ciclo;
2.0 Los demas astros están ha.bitados como ella;
3.0 La viua de la humanidad
terrestre es una seccion de In. vid,.
universal;
4.0 La existcncia actual dc cada uno de nosotros es ~tnafase de 8~t
vida eterna, etrrna en el pasado corno en el porvenir.
\
Este simple bosquejo jeneml de nuestra concepcion de la "ida eterna,
aunque apoyado en la observacion i el raciocinio e indestruct.ible en
estos cuatro principi.os elementales,
está todavía sinembargo, léjos de
ue
•. Al scrvirme de la lla.labra fé no quiero conservarlo aqui el sentido teolójieo en q~o
toda.vía se emplea hoi. Hablo aquí de la. fé científica, ra.zono.da,que no es sino consecuenCia
lejítime. del estudio filosófico del universo.
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Pi3YCHIS
o J-:STlmros
DEL ALMA I!r)l\~\.
no permitir ohjecion alguna;
T)(lrel contrario, eiprto nÚmero de dificultades pueden ~)pOnér8elt:li lo ha11 sido ya, ora pl)r los partidarios de las
teolojias un tigllas, ora por lo::;filósofos anti('::;piritua1istas:
He aquí las
princi pales :
¿ Qué prud.Jas pueden ohtenerse de q11(\ nurstra existencia actual
seu una fase de la pretelldida
vida pterna? Si el alma sohrcvive al
cuerpo ¿ cúalU puede (·xistir sin materia i privada dió los spntid,)s que
h~ ponian en relucion con la naturaleza?
Si ella preexistlJ ¿ de qué
manera i ('n qué momento se ha encarnado en nuestro euerpo ? Qné cosa
es el alma? en qué consi¡';Í\~ese spr ? ocupa nlgnn lugar? cómo obra so_o
bre la materia?
Si hemos vivido ya ¿ por q u0 110tellemos, jt'nerallllente,
ninglln l'(~cuerd() antl'rior?
¿ Cómo puede (·:..:istlr la personalidad de un
ser sin In. memoria?
¿ Están Illle.-troS l'(.'cuerdos en el cerebro .) en el
alma? Si nos n:encarnamos sucesivamente de muud.) ('il mundo ¿ cuándo acabarÚ esa trasllligmcion i pura qué sirve? &," &."
Kosotro::;, (jUl' lJUscallJOs la verdad i que no cret'mos obtenerla sino
llar medio dd trabajo, en vez de esquivar las objecionc8 o aparentar
dcsdeñarlas, tenemos, por el contrario, el deber dl' provocarlas, obligándonas así a no pagamos de ilusiones i a no imajinurnús qne nuestras
creencias estún ya fUlllladas i qne son iHat:IC'abl(·::;. La ciencia marcha
lenta i progn,::;ivanwlIt<', i sondeando la. prof'lIl1didall de los problemas, i
ata,cando las cnestiones de frúnte es como aplicarelllos
a estos estudios
fi!o/iúficos la sC\'eridad i el ri~or necesarios para asegnrar a nuestros
argllllll'lIÍlls la soli,lez (lit' les cun\·iene. La revelaeiulI 11lIIll.'I'IW110sale
dl~ I:~b(J';a ,le lll! Dios ;'lIcarnaLlo, sino de
csf'lIerz"s de la intelijencia.
humana é11l:all1inlldos háciael conocMnienttr de 1<1verdad.
En un est.udi() próximo tratat~,;:ID~Frlr inn'Higar cuál l'8 la naturaleza lid alma, aplicando a este exánwn, ell H'Z de los silojísmos de la
logomaquia escoIÚ::;tica, con lo;; cllal,,;; :;(' ha IJI'r\lrallo (~lIrant" (luince
siglos sin obtener nada s(~rio, los I'lilcl,dimielll{)s dd .i.0:'Hlo cil'ntífico
f'sperim.entul, al que le del)(' toda Sil ,Q:-:1lilh'za llUl'slm si:.:;io. Por hoi
deja.mos estahlecido un prilllcr aSIl('do Illui imp()rt,lLt(, <id problema
natural
(i no sobnmatllml)
dl~ h vida eternn, a saJ¡('r: <¡ne nuestra·
vida actlial se cUllljdl' (·n d cielo: que ella I:ac(: parte Ll,.~h i'll'l'il' de lus
('xi~tcnl:Íns qu(' clJllstituY('ll la vida nnivt'rs:t1, i qUl' ('8/am08 ac!uu¡'¡¡¡cn{c
en {( c¡";" de DIOS i l'II l'r('seneia del Espiri: il eterno, tan COlllpletamcn1e cumo si llillliuíSCIJJOS cualquiera. otro dl! lus astrus dd gran archipiélago f'st:·pJ lado.
¡Ojalá (lile esta certidllmbrefísica
inspire a nuestras allllas nna simpatia mas direc' fl, mas hllrrm.na, IUlcia los mundos que J¡(illan ('/1 la !lOche
i que ha8ta ahora llIirábaiiios \'agalllcnte corno estr:1.iius~ ¡ Esas SIlI1 las
residencias· de las humanida.des hprmanas nuestras. i las n·.,idencias menos lejanas! Al mirar l:na estrella qne se prcsenta C'lld ]¡¡¡¡"Ízonte estamos en la misma sitllaám
dd observ~or
qur cOllt('mpl<\ d"sde su
baleo n los árbolrs <11'un I".iallo pr\isaje, ó que se inclina sobre el parapeto
del navío o del [lerÚsl:l!() para examinar Ull haje>! en el mal' o una nube
e? la; atmósfera; .l'0rqlw la tierra es~~ lluyiú celeste que ya¡:;a en el espaCIO, 1 nosotros llmamos l\ un lado ~lla
cuan(lo dirijimos los ojos hácia
los demas mundos que aparecen i desaparecen, sc'gun nuestra estela. Sí,
~:'lOSotros planetas son otras tantas
tierras análogas fl b nuestra, que
)lrUll en la estensioll bajo los rayos <le un mismo sol, i todas esas reflll-
11'
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36
rSYCHIS
o ESTUDIOS
DEL AL)fA
HUMANA.
jentes t:strellas Ron soles, al rededor de los cuales gravitan mundos habitados. Así como en d nuestro, tambien hai en esos mUIlllos paisajes
silenciosos i solitarios; tambien ciuoades populosas i activafo están diseminadas en Sll superficie; tambien hui allá crepÚsculos de nubes infiamadaH i auroras de májicos resplandores;
tambien hai allá mares que
profundamente
suspiran, arroyos que murmuran dulcemente· i flores que
bañan en la límpida agua sns- tiernas i perfumadas corolas. Allá tambien hai bosques umbrío!', en 108 que mora la inalterable paz de la naturaleza; i hai tambien lagos cuyo suave esp~jo parece sonreir a los cielos,
i formidables montañas que levantan su altiva frente sobre las nubes
preñadas de relámpagos, mir:índolo todo desde lo alto.de los tranquilos
aires. Pero hai, adernas, 1'11 ('HaS variauos mundos l~SOSpanoramas indescriptibles desconocidos en la tierra, esa inim¡~jillable varie(hJ de cosas
i de séres que la naturaleza ha desarrollado con profusion -311 su ilimitado imperio. ¿ Cómo imajinarnos el espectáculo de la crca,~ion en los
anillos de Saturno i las maravillosas metamórfosis de los mundos cometales?
¿ Cómo esplicarnos los sistemas ll1ájicos de los sol ('s múltiples
i coloreados, que dan a sus mundos las mas singulares vat·iedades de
años, de estaciones, de dias, de luz i de calor? ¿ 1 cómo coml)l'l3nder, sobre
todo, la innumerable varielbl de las formas vivientes, que la3 fuerzas de
la naturaleza han construido ell los demas mundos, con diversidad especial en cada uno de ellos segun su volÚOlen, peso, densidad, su c0l18titucion jeolújica i química, las propiedades
fisicfls de sus diversas sustancias, en ulIa palabra, con la infinit.a variedad tlc que SOIlsusceptibles
las fuerzas i la materia?
La¡.metamórfosis
de la antig-u:t n:ito¡ojia son
nada comparadas elm h~ ol)!IIs universales do la natumleza eeleste.
Hemos bosquejado hoi 1<1 situacion cosmográfica del t~IIUa en su
enca.rnacion terrestfe.
:Nuestro próximo estudio telldní por objeto la
naturaleza
misma del alma, i n'solverá por si mismo las objeciones
resumidas arriba. EstudianJo
separaJaruente
los Jiferentes puntos del
gran prob}er'l1a, es como podremos llegar a la solucion esperada hace
tantos siglos.
CA;lIlLLE FLUBL\
("Revue Sp~rite" de Pa.ris)-Diciembre
BOGOTÁ-IMPR1':~TA.
UIO.s.
de 1869).
DE GA.ITA.N, CA.lmÉRA. DE };El~A.
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PSYOHIS~
o
ESTUDIOS DEL ALMA HUMANA .
..:::::..-----.---.-------------------._----...
-:"--'" ·--------------c
AÑ~1.---m:~-;r~;
~~~t~;¡d~;dclhombrt~q~_~o;.; ~Iaper~iom;j);_~-a!.nrd,,_ fNU;;:
J
Bogotá, 10 de febrero de 1871.
~-=-=-~=--::""""'=".-_==::'=_.-.=7';"":':'._":.._:~·=':_.-====--==--·.=':'7_==:"'::=":=:":""=:
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-=-::.:.: __--=-:::.:===:3
DIOS.
Exisroncia.de Dios.-De In. na.turaleza divina.-La
Providencia divina.-La
vistAde Dios.
1.
EXISTENCIA
DE DIOI!).
Siendo Dios la cansa primera de todas las COSRS, el punto de partida de todo, el eje sobro el cual reposa el edificio de la creacion, es el
punto que importa considerar ante todo.
Es un prlllcipio elemental que t~n&.causa se j"-~ga por sus efectos,
aun cuando no se vea la. causa. La Cleneu~va mas lCJos: ella calcula-el
podm' do la. causa por el poder del efecto;- i puede aun determinar su
naturaleza. Así es, por ejemplo, que la astr{)nomÍa.ha inferido la existencia de planetas en rejiones determinadas del espacio, por el conocimiento d~ las leyes que rij6q,I~ovimieDto de los astl'os: se han bnscad.o, i se han. halla~o los p!~~
~ue I?uede decirse en realidad haber.
SIdo descubIertos antes d.'baber 81do VIStoS.
U.
En un órden de hechos mas vulgares, si uno csttÍ Hlllncl'jidoen UDa
derlsa niebla., por la claridad difusa se j llega '10e el sol está sobre el horizonte, annqlle no 88 vea el sol. Si nn ave que hiende el aire, es alcanzada por el plomo mortal, se juzga que un hábil tirador la ha herido,
aun enando no Be vea al tirador. No ea, pues. siempre necesario haber
visto nna cosa para. saber qne ella existe;:En todo, es obscl'vando lQ8
efectos como se llega. al conocimientó.de la. causa.
m.
Otro principio igual __ elemental, i que ha pasado al cstado de
axioma a fuerza do ser .;- -es qne todo cfecto intelijentc debe tener
una causa. intelijente. ;
Si se preguntase qin
es el inventor de tal injenioso mecanismo,
el arquitecto de tal mormmento, el escnltor de tal estatua o 'Pinto!' do
tal cuadro t qué so pensaria del que respondiera que eso se ha h{:cho a
si mismo ~ Cuando vemos una obra maestl'a 4cl arte o tIe la. industria.,
decimos que debe ser producto de un homb~cdc jenio~ porque una alta
intelijencia ha. debido pl'e?idil' a su concepélon; juzgamos 1\0 obstante qm:Jlln hombre ha debido hac
:, e sabcn~os que la eosa no
excede a la capll.cidadilnmana; p
ocllfl'iráa nadie el pensl'miento do decir qne ella basalí(jo
rebr~idiota.
o de un-
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38
PSYCIIIS
o
ESTUDIOS
DEL ALMA HUMANA.
ignorante, i ménos aún q\le e8 tmbajo de un animal o producto de la
casualidad.
IV.
Por doquiera se reconoce la presencia <lel homhre por SUB obras.
Si llega.is a una tierra desconocida, aunque fucse un desierto, i descubris el menor vestíjio de trabajos humanos, deducís de ello que el
hombre habita o ha habitado esa comarca. La existencia de hombres
antediluvianos no se probaría solamcnte por fósiles humanos, sino talnbien, i con igual certidumbre, por la presencia, en los terrenos de aq llella
época, de objetos trabajados por los hombres; un fracmento de vaso"
una piedra labrada, nna arma, nn ladrillo, bastar:ín para atestiguar SUt
presencia. POI' la tOS(lllCdado por la perfcccioll del trabajo, se reconocerá el grado de intelijencia i de adelanto de los que lo lIan ejecutado.
Si, pnes, hallándoos en un pais habitado esclusivamcntc por salvajes,
descubrieseis una estatua digna de Fídias, no vacilariai:o en decir que,
aiendo salvajes incapaces Jc haberla hecho, ella debe ser obra de una
intelijencia snperior !lo la do los salvajcs.
V.
Pues bien! cchando nna mirada en torno de nosotros sobre las
obras de la naturaleza, al observar la prevision, la sabiduría, la armonía
que presiden en todas, reconocelllos qne no hai ninguna que no deje
atras al mas alto alcanco de la intelijencía humana, ya (lue el'mayor
jénio de la tierra l~Op~l.ede.crear la meno!.' brizna de J:c~·ba. Desde el
momento cn que la lIItchJencla humana no pnede produClrias, ,es porque
ellas son el producto de nna intelije~cia superior a la Lumánidad. 1
puesto qne esta armonía i esta sabiduría sa·cstienden desoe el gl'ano de
arena i el arador hasta los astros innnme¡'able8 que circulan en el espacio,
de ello es preciso concluir que aqnella intelijencia abraza lo infinito, a
ménos que se diga quc llai efectos sin causa.
VI.
A esto oponen algunos ell'aZOllamiento siguiente:
,
Las obras dichas de la naturaleza son el producto de fuerzas materiales qne obran mecánicamente, por consecuencia de las leyes de atraecion i de repulsion; las molécnlas de los cuerpos inertes se agregan i se
desagregan bajo el impcrio de estas leyes. Las plantas nl\cen~ crecen,
se desarrollan i se multiplican siempre do una misma manera, cada. una
en su especie, en virtu~ dc estas m!s~ai! leyes; cada Buje.to,;)S seme,1~nte
a. aquel de que ha salido; el creClllnento:;:,la floresccuela, la fructlficadon la coloracion están subordinadas a ca.llsas materiales, tales como
el c~lor, la electricidad, la luz, la 1ll1medad&t" i lo mismo sucede con
los animales. Los astros se forman por la atraccion molecnlar ise mneven r.erpetnamente en sus órbitas por el efecto de la gravitaeion, Esa
regUlaridad mecánica en el empleo de las fnerzas naturales no acusa
una intelijencia libre. El hombl'e lll11CYC brazo cuandO'i como qtriere,
pero el que lo moviera en nn mismo sentIdo desde su nacimiento hasta.
su muertc, seria nn autómata; luego las fuerzas orgánicas de la.naturaleza, consiJcradas en su conjunto, son de algnn modo autnmáticas.
Todo esto es cierto; pero esas fuerzas BOnefectos que debtplJ.ener
UDacausa, i nadie ha. pretendido que c~titnyen
la divini~ •. Ellas,
:1
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PSYCHIS
---------_,
o
ElS'l'UDlOS DEL ALMA H¡;)fA~A,
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, __
.
39
_
son materiale8 i mecánicas;
ellas no son intelijcntes por sí mismas, esto
es ciel'to tambien;
pero est.iu pnestas en obra, Jj¡;tribuidas, apropiadas
para las necesidades <le cada cosa pOI' una intelijencia que IlO es la de
los hombrcs: T.•a Útil apropiaeion de estas fuerzas es un deeto intelijente
que denota una call~a illtc]ijC:llte, rn reloj <le pélldo]a se mUe\'C con
lllJa reO'nlaridad alltolllÚtiea, i ell eH,l regularidad
úBtá su mérito. 1-a
fuerza 1ne lo haee obra¡' es en todo material i de lIingnnIllodo intclijcnte;
pero t qné cosa sería ese reloj si una iuteliieneia !lO hubiese combinado,
calCUlado, distribuido el empleo de aquella fucrza pam hacCl'lo andar
con preeision ~ ? Porque la intclijeucia no eat:t en el mecanismo del reloj,
i porque no se la Ye, seria racional concluíl' (llle 110 existe? Se la juzga
por BUB efectos.
La existencia, del reloj atestigua la existCl:cia del rclojero; la iujeniosidad del mecanismo atestigua la intclijellcia i el saber del relojero.
Ouando se ve uno de esos relojcs complicados que sefiaJan la hora de
las principales ciudades del mundo, clmovimiento
de 108 astros, que to.
can piezas de música, que parecen, en nna palabra, hablaros para 8uministrar08 con cel-teza el dato que Ilecesitaio, se le ha ocurrido jamás a
álguien decir: lIé aquí un reloj bien intelijentc?
Así sllcede respecto del movimiento del uni verso: Dios no se mues.
tra, pero s~ afirma por SIIS obras.
7
\'11.
f..a existencia
de Dios es pues un hecho adquirido, no 8010 por la 1'0velacion, sino por 1:t. e\'iJeneia material de los hechos. Los pueblos mas
salvajes uo han tenido I'evelacion, i sillcmbal'go cllos creen instill~i\'a'
mente ell la existcneia de un poder sobrehumano;
es que los sal \'ajcs
mismos deduccn consecuencias lójicas; ellos "en cosas que son superiorcs
al poder humano, i deducen qne provienen de un Ecr superior a la
humanidad.
nlI.
J>E LA N.A.1Tl~ALEZA
DT\'DIA.
No le es daJll al homl)l'e sondear la naturaleza íntima de Dios. Temerario soria el que pretendiera alzar el velo quc le QCulta a nuestra
vista; aÚn carecemos Jel sentido que no se adquiere sinó }.lor la conipleta depuracioll del Espíritu. Mas si no puede penetrar su esencia, siendo
dada ~u ~xistenci¡L C01ll~ premisas, pne?e, por ell'azonamiento
llegar al
conOCImIento de sus atl'lhlltos llecesanOf:; pues que, al ver lo que no
puede no sor sin dejal' de f.er Dios, concluye de ello lo que deLe SCI'.
Sin el cOllocimiento de los atributos de Dios, iruposiblc fnera comprender la obra de la creaeion; este es punto de partida de todas las
creencias rclíiiosas, i es por no haberla tenido presente COl110el faro qne
pod-ia dirijirlas, que la mayor parte de las rclijiones se han o(]ui"ot:ado
en sus dogmas: las que han atribuido a Dios la omnipotencia hall ima.
jinado varios dioses; las que no le han atribddo la soberana bondad le
han hecho un Dios celoso, colérico, parcial i vcngati\'o.
IX,
Y'-Dio8 es la 8obe'l'ana i 8uprema intelYencia. La illteJíjencia
hombl'9
es limitada,
ya que no puede ni hacer ni comprender
del
1;()d~)o
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PSYCHIS
o
ESTUDIOS
DEI, ALMA HUMA:l1A.
que existe; 1a de Dios, puesto que a.braza lo infinito, debe Ber infinita.
Si se la supusiese limitada en un punto cualquiera, l'udiérase concebir
un ser aun mas intelijente, capaz de comp}:'enderid,) hacer lo que el
otro no haría, i así sucesivamente hasta lo infinito.
X.
.Dios es ete1'no, es decir que no ha tenido principb i que no tendrá
fin. Si hubiera tenido principio, os por que habrla salido de la nada;
luego, no siendo nada, la nada ella no puede producir nada; o bien él
habria sido criado por otro ser anterior, í entónces ese ser sería Dios.
Al suponerle un principio o un fin, pudiérase pues concebir un ser que
habia existido antes que él, o que podia existir despnes de él, i así suce·
sivamente hasta lo infinito.
XI.
Dio8 e8 inmutable. Si estuviera sujeto a cambios, las leyes que
rijen el universo no tendrian estab¡lidadninguna .
.
XII.
Dio8 e8 inmaterial; esto es, que su naturaleza difiero de todo lo
que llamamos materia; de otro modo no seria inmutable porqne estaria Bujeta a las trasformacioncs de la. materia.
Dios no tiene forma apreciable a nuestros sentidos j sin esto serla
materia. Decimos: la mano de Dios, el ojo de Dios, la boca de Dios,
porque el hombre que no se conoce sino a sí, se toma por término de
comparacion de todo lo que no comprende. Esas imájenes en que se
representa a Dios bajo la figura de nn -anciano con largas barbas, cn~
bierta. con una capa, son ridículas: tienen el in~oÍlvenieIlte de rebajar
el Ser Supremo a las mezquinas proporciones de la humanidad; de áhí
a prestade las pasiones de la humanidad, a hacer de él un Dios colérico
i celoso, solo hai nn paso.
'
XIII.
Dí08 e8 todopoderoso. Si no tuviera el supremo poder, se podría
concebir un sér mas poderoso, i así sucesivamente hasta que se encontrase el ser qne ningun otro podría csceder en poder, i entónces ese Se_ría Dios. N o ha.bria hecho todas la.scosas, i las que él no hubiera hecho
serilln obra de otro dios.
XIV.
Dio8 es 80beranamente justo i bueno. La sabiduria providencial de
las leyes divinas 6e revela en las mas pequeñas cosas como en las ma.s
gra.ndes, i esa sabiduría no permite dudar ni de su justicia ni de su bondad. Estas dos cualidades implican todas las otras j si se las supusiese
limitadas, aun cuando no fuese sino en un punto, se podria eoncaba un
ser que las poseyera a un grado mas alto, i que le seria superior.
Lo infi~ito de nna ~uaIidad csc:luye.la. p08ibilida~ de ]a exis~enci~
de una cualIdad contraria que la apocana o la anulana. U n ser wfimtamente bueno no puede tenor la mas pequena parte de maldad, ni el
ser infinitamente malo toner la mas pequeña partícda de bJuda.d; do
la misma manera que un objeto no puede Bornegro absolutamente con
el ma.s lijero matiz de blanco, ni blanco absolutamente con J!II,maspequefia. mancha de negro.
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PSYCHIS
o
ESTUDIOS DEL ALMA nUllANA.
41
Dios no puede, pues, ser a la vez bueno i malo, porque cntónees, no
poscyendo ni la una ni la otra ue estas cualidades en el supremo grado,
no seria Dios; todas las cosas estarían sometidas al capricho, i no habria
estabilidad para nada. El no podria pues scr sino infinitamente bueno o
infinitamente malo; si fuera infinitamente malo, no haria nada bueno;
pero como sus obras atestiguan su sabiduria, su bondad i su solicitud,
es preciso concluir de aquí que, no pudiendo ser a la vez bueno i malo
sin cesar de ser Dios, debe ser infinitamcnte bucno.
La soberana bondad implica la soberana justicia; pucs que si obrase
injustamente o con -parcialidad en una sola circun,~tanoia, o respecto de
ima 80la de 8U8 criaturas, no seria soberanamente justo, i por consiguiente no seria soberanamente bueno.
xv
Dios es infinitamente pe'(Tecto. Imposible es concebir a Dios sin lo
infiinito de las perfecciones, sin lo cual no seria Dios, porque Bepodria
siempre eoncebir un ser que poseyese lo que le faltaria. Para que nmgun ser 'pueda s0brepujarle, menesteres que sea infinito en todo.
Siendo infinitos los atributos de Dios, ellos 110 son susceptibles ni
de aumento ni de diminueion, sin lo cual no serian infinitos, i Dios no
seria perfecto. Si se quitara la mas pequeíla partícula de uno solo de sus
atributos, ya no se tendria. a Dios, pues que podría ex.istir un ser
mas perfecto.
XVi
DW8 es únieo. La unidad de Dios es la consecuencia de lo infinito
absolut&de las perfecciones. No podiia existir otro Dios sino bajo la
condicion de ser igualmente infinit-een todas cosas; porque si hubiera.
entre ellos la mas lijera diferencia, el uno seria inferior al otro, subordinado a su poder, i no seria Dios. Si hubiera entre ellos igualdad absoluta, seria de toda eternidad un mismo pensamiento, una misma voluntad, un mismo poder; ~onf~ndidos as! en su identidad, no 8Grian en
realidad sino un BoloDioaSi tuviera cada uno atribucioncs cspeciales,
el uno haria lo que el otro~lle=hiciera, i entónces no habria entre cllos
igualdad perfecta, ya que ni el uno ni el otro tendrían la. soberana
autoridad ...
Laigu.,anei.del PdneiPioX.~ito
deJa, peñeeci
•••• de
; culto do todos les pueblos
prllliltlvoS; ellos han atrIbUIdo la dlvlmdad a todo poder que les ha. parecido superior a la humanidad; mas tarde, la razon los ha conducido
a confundir esos diversos podereaen uno solo. Despnes a medida que 108
hombres han compreudidola esencia de los atributos divinos, han suprimido de BUSsímbolos las cr~ias
que cran la negaeion dc ellos.
J)j.~.~ lo que ha enjend~ad? el po..•
XVIII.
En compendio, Dios no puede ser Dios sino con la eondicion de no
ser sobrepujado en nada por oq-p ser; porqne entónces el ser que lo 80brepujara en cu~quier~ cosa q~j_ fuera, aunque no fuese sino del espe8<)rd~ un cabello, serIa el verd~
Dios; i por esto es menester qua
sea infinito en todas las cosas. ~.n
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PSYCIIIS
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ESTUDIOS
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DEL AL)IA
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HUMANA.
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K, así como, estando In existencia de Dios.i ustifieada por el hecho
de ~lIS obras, se llega, por la sencilla dedllecion lójica, a determinar
108
atrIbutos que le caracterizan.
XIX.
Dios es, pues, la 811prC1/W
i soberana ?:ntelijenc'ia; él es único, eterno,
inmutable, inmaterial, todopoderoso, 8obera~amentejustu i bueno, infinito en todas sus pe1:lecciones, i no pnedo ser o~ra cosa.
Tal es el c.:jesobre el cnal reposa el edificio universal: es el faro cuyos rayos se cstiendell sobre el universo entero, i que solo puede guiar
al hombre en la inyestigacion de la verdad; siglliéndolo, nunca se estraviarÚ, i si tan a Inen ndo se ha descarriado, es por 110 haber segnido el
camino que le estaba indicado.
Tal es talllbien el criterio infalible de todas las doctrinas filosúficail
i relijosas: el hombre~ para .inzgarlas, tiene una medida rigurosamente
exacta en los atributos de Dios, i pnede decirse con certidumbre
que
toda teOl'ía, todo principio, todo dogma, toda creencia, toda práctica
que estuviera en contradiecion con ?6nO 8010 de estos atributos, qne tendiera no solamente a anulado, pero siquiera a debilitado,
no podria
estar conforme con la yenlad.
'
.Bl~filosofía, en p8icolo}ía, en moral, en relijion. no lwi verdadero
sino lo que no 8e apartct ni un ápice de tal/cualidades esenciales d~ la
]}iV1:nidad. La l'clijion perfecta seria la qne ni en un solo artículo de
fe estuviera en oposicion con estas cualidades, euyos dogmas todos pudieran sufrir la prueba de esta comprobacion, sin sufrir menoscabo.
xx.
LA I'HOVIDENCIA.
La providencia es la solicitud do Dios para con todas las criaturas.
Dios está en todas partes, vo todo, preside a todo, aun a las mas pequenas cosas; on esto os en lo que consiste la accion providencial.
Cómo, Dios tan grande, tan poderoso, tan superio!' a todo, puede
mezclarse en detalles íntimos, preocuparse dd los menores actos i do los
menores pensamientos
de cada individuo? Tal es la pregunta que so
hace la incredulidad, de donde c~luye
quo, admitiendo la existencia
de pios, su aceion n? dehe ~~6,!}~lle sino sobre las leycs,iene. r.ales del
umverso;
que el ul1lverso iundronB desdo ab eterno en Vll'tud, de esas
leyes a las cuales cada criatura está sometida dentro de su esfera de
actividad, sin que sea necesario el concurso incesante de la providencia.
XXI.
En su estado actual de inferioridad, los hombres difícilmente pueden comprender a Dios como infinito; i porque ellos mismos son ignorantes i limitados se lo figuran ignorante i limitado como ellos; se lo
representan
com¿ un ser circnnstrito, i ha~cn de ~I un:;,. imájen segun
su imájen. Nuestros cuadros en que se le plllta baJO f~c.moneil humanas
no contribuycn poco n. entl'ctencr este errol' en 01 espmtn de las masas
qne adoran en él mas la forma quc.,~l ponsal!liento.~;EH para ~Imayor
número un soberano poderoso, sobre un trono lllacceslble, perdido en la
inmensidad de los cielos, i porque son limitadas sus facultades isas per~
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PSYCHIS
o
ESTUDIOS
DEL ALMA HU1YIANA.
cepciones, no comprcnden qne Dios pueda o se digne intervenir
tamente en las cosas pequeñas.
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di1'OO-
XXII
En la impotencia CIlqne se halla el hombre de comprender la esencia misma de la divinidad, solo puede formarse de ella una idea aproximada con el allsilio de compamciones necesariamente lIllli imperfectas,
pero que pueden al ménos mostrarle la posibilidad de lo que, a primera
vista, le parece imposible.
-Supongamos un-flúido bastante sutil para penctrar todos los enerpos; es evidente ~ne hallándose cada molécula de aquel flúido en contacto con cadlt molecnla de la matcria, producirá 800rc el cuerpo una. aecion idéntica a la qne produciría la totalidad del flúido. Esto es 10 que
la química demucstra todos los dias en proporciones limitadas.
Siendo eRteflúido inintelijcnte, obra mecánicamente sobre las solas
fuerzas materiales; pero si suponemos este flúido dotado de illtelijencia,
de facultades pel'eeptivas i sensitivas, él obrará, 110 ya. ciegamente, sino
con discernimiento, con volnntad i libertad; verá, oirá i sentirá.
Las propiedadcs del flúido periespirita1 pueden darnos una idea de
csto. Por sí mismo no 08 intelijente pnesto qne es materia, pero es el
vehícnlo-delpensamiento, de las sensaciones i de l!ls percepciones del
espiritu; es acoDs8CuencÍa de la sutileza dc aquel flúido que los espíritus penetran por todas pal'tes, 'eseudl'ii1an nnestros pensamientos
mas íntimos, i ven i obran deede léjos; a este flúido lIegado a cierto
gradopde depuracion, es al qne 10B espíritus superiores deben el don de
ubicuidad; basta un rayo de sn pensamieuto diríjido a varios puntos,
para qne puedan manifestar alli su presencia simultánea.mente. La estension de csta facnltad está. subordinada al grado de elevacion i de depuracion del espíritu. Estll.mbien con el ausilio de este flúido que el
hombre mismo oura desde léjos por el poder de la voluntad, sobre ciertos individuos; i modifica dentro de ciertos limítcs las propiedades de
la materia, i da a sustancias inactivas propiedades determinadas, i repara desórdenes orgánicos, i opera curaciones con la imposicion de
las manos.
~TTI_
Pero 16s·'espíritus pOlo clúv -.: 'que sean, son: ctlaturas limitadas
en sus facultades, en su poder i
: estension de SUB percepciones, i
no poorian bajo este aspecto, acerc e a Dios. No obstante pueden ser·
virnos de punto de compan.cion. Lo que el espíritu no puede desempe.
ñar Binoen nn limite restrinjido, Dios, que es infinito, lo cumple en
prop?rciones indefi~idas. ~un ha,i esta ~~~re~cia: ql:C la accion ~el
espll'ltu no abraza SlllOun tlCmpo 1 un CSP8ft1P clrcnnscnto1i,: la de DlOS
es permanente; el pensamiento del cspíríilfqQ,abra:;:3. sino un tiempo
i un cspacio circunscritos: el de Dios abra;~--eluniver¡;o i la. eternidu(1.
En UDa palabra, entre los Espíritus i Dios,mt la distancia de lo finito
a lo infinito.
XXIV.
, El flúido pericspirital no es el _,/-' iento del ee.p!rltu, sino el ajente
iel inW-IDediario d~ este pella. -_
está de algun modo '/,mpreg
--c'__
-. ; con~o él e~ 9.~ieDlo _~~iteJ
en la lmposlbihdad-eu-que eata-
,1
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PSYCHIS
~_. __
...
.-
o
-.---.--.-.
ESTUDIOS
DEL ALMA HUMANA.
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mas de aislado, parece no fOl'mar sino una esencia con el flÚido, como el
sonido parece no formal"sino un CllCl'lwcon el aire, de suelte que podemos, por decirlo así, materializarlo. Así como decimos que el aire se hace
sonoro, pudiéramos, tomando el efecto por la causa, decir qne el flúido 6e
hace intelijentc.
XXV.
Suceda así o no con el pensamiento de Dios, esto es, q ne obre direetamentc o por el intermedio de un flúido, para la facilidad de nuestra
intelijcncia, reprcsentémoslo bajo la forma con~reta de un flúido intelijento que llena el universo infinito, que penetra todas las partes de la
l1rcacion: la natu1'aleza entera está sumeryida en el flúido divino; 1nego~
en virtud del principio de que las partes de un todo son de la. misma
naturaleza, i tienen las mismas propiedades que el todo, eada átomo de
este flúido, si 8e puede esprosar así, puesto que posee el pensamiento, es
decir, los atributos esenciales de la Divinidad, i está en todas partes, se
halla sometido a su accion intelijente, a 6U prevision, a su solicitud; ni
hai un ser, por ínfimo que sea, que en algllnll. suerte !lo} esté saturado
de él. Estamos así constantemente en presencia de la Divinidad; no
ha.i ni nna sola de nuestras acciones que podamos sustraor a su mirada;
nuestro pensamiento está en contacto incesante con su pensamiento, i
con razon se dice que Di08 lee en los mas profundo8 replieguE!8de nuestro corazon: Estamos en él, como él está en nosotros, segun la. palabra
de Oristo.
1)ara estender su solicitud a todas sus criaturas, Dios; no tiene, pues,
necesidad de sumel:jir sus miradas de lo alto de la inmensidad; nuestra8
súplicas, para qne 10.8oiga, no tienan necesidad de 8alvar el espacio, ni
de ser artÍculadas con voz resonante, porqne, sin cesara nuestro lado,
nuestros pensamientos se repercnten en él. Nuestros pensamientos son
como los taííidos de una campana que hacen vibrar todas las moléculas
del ambiente.
XXVI.
Lújos de n080tros el pensamiento de materializar la Divinidad; la
irllájen de un flúido intelijente universal no es evidentemente sino una
comparacion, pero propia para dar..,.
idea mas cabal de Dios que lOB
cuadros qne lo representan bajo ulirBgura humana; Eolo tiene por objeto el hacer compr'cnder la posibi.ljdad de que Dios está. en todas partes i se ocupa de todo.
~~:.
XXVII.
Tenemos incesantemente a la vi8ta un ejemplo que nos puede dar
una idea de la manera. como puede ejercerse la accion do Dios en todas
las partes mas íntimas de todos los seres, í consigllient.emente cómo las
impresiones mas sutiles9c nuestra alma ll~gan hasta. él: so ha sacado
dé una instruccion dada. por un espíritu a cste respecto.
Uno de los atributos de la Divinidad es la infinidad; no se puedo
representar al Oriador como qne tiene UIla forma, un límitecuálquiera.
Si no fuera infinito, pudiérase concebir algo mas grande qué él, i ese
algo seria Dios. Siendo infinito,J)io8 está en toda.\'! ll~.rtcs, porqne si no
estuviera en todas partes, no sainfinito
j no se puede salir de este
di!éma... Lue~o, ~i hai un Dios, i~"
o admi!o d.1,1d,a J?_ara nadie, este
Dlo,aes lOñn~to 1 no se puede c·
.. ,~stell$lon qU!l él nQ ()Cupe. Se
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DEL ALMA HUMANA,
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halla por consi~uiente en contacto con todas sus creaciones; las envuelve, están ell él; es, pues, comprensible que esté en l;elacíon directa
con cada criatura, i para haceros comprender tan materialmente como
os posible de qué manera tiene lugar esta eomunicacion universal i , c.ons:
tantemente, examinemos lo que pasa en el hombre, cutrc su eSI)U'ltu1
su cuerpo.
" El hombre cs nn pequerío mundo cuyo dit'cetor es el espíritu i
cuyo principio dirijido es el cuerpo. En aqnclunivcrso, el cuorpo ropresentaTá una creacion cuyo Dios será el espíritu. (Uomprendcis qne aquí
no puede haber sino una cuestioll de 3nulojía i no de identidad) L08
miembros de este cuerpo, los diferentcs órganos que lo componen, sus
mú¡;culos, sus nCl'vios, sus articulaciones, son otras tantas Ír}dividllalidades materiales, si pucde decirso así, localizadas en un parH;jeespecial
del euerpo ; bien que el número de estas partes constitutivas tan variadas i tan diferentes pOI' naturalez3, sea considerable, sinembargo, no es
dudoso para nadie qne no pueden pro"ducirse movimientos, qne no puede teñer lugar una hnprcsion cualquiera en nn punto particular, sin que
el cspiritu ten~a conciencia de ello. ¿Uai sen8aciones di versas en valios
puntos simultaneos1 El espíritu las siente todas, las discierno, las analiza, asign~ a cada una Sil .usa i Sil lugar Jc acciono
"Un fenómeno análogo tiene lugar entre la ereacion i Dios. Di08
está en todas partes en la Ilutnralezllo, como el espíritu está en todas
~rtes en el cuerpo; todos los elementos de la creacion están en relacion
constante con él, como todas las celdillas del cuerpo humano están_en
contactoillmcdiato con el ser espiritual;- no hai, pues, l'uzon para quo
fenómenos del mismo órdell no se prQi..~an de la misma manera, en el
nno i en el otro caso.
;#
" Se ajita un miembro: el espifitu lo siente; una criatura piensa
Dios lo sabe. Todos los miembros están en movimiento, los diferentes
órganos están puestos en vibracion : el espí¡'itu siente toda manifestacion,
la distingue i la localiza. Las diferentes crcaciones, las diferentes criaturas, se ajitan, pieDsa.lli':Óbrandiversarnente, i Dios sabe todo lo quo
pasa, asigna. a cadaulío lo que le es particular.
De esto se puede deducir igna.lmcnt~ la solidaridad de la materia i
de la.intelijencia, la solidaridad d~to.q~ los seres de UQ; mundo entre
ellos, la de todos los mundos, i en fb1 ,1&-oe las lcreacionesidel Criador."
QUlNEMA.NT.
&cieté de Paria, 18&1",:-="_.
Comprendemos el efecto, i es~a
mucho; dél (lfecto nos remontamos a la. causa, i juzgamos su ~r
por la. magnitud del efecto i
pero su ésencia íntima se n08 eacapa~como la de la c-Il.Usade una lDultitud de fenóménos. Conocemos los efectos de la electr'icidad, del calor,
de la luz, dela gravitacion ¡lOS calculamos, i con todo ignoramos la naturaleza. íntima del princi~que
los produce. ¿ Es, pues, mas racional
negar el principio divino,~porqne no lo comprendemos'
XXVill.
N.oa.impide admitir para el pr~ipio de soberana intelijenci3;-l.!~
~trocl~~on)cnn
foco principalqP.i irradia sin cesar,qnc inunda. el
u~Yel.'$O':~-8U8~fluvios como el 8Olfeon su luz. Pero dónde eaU.es.e
ioéót J.l:&
lo que nadie puede decir~,aprobable que 110 est6mas fijp '"'U
un pm).to détel'minado qne lo que ltestá. su accion, i qu,o-,reriorra ínCe~
6a.n~mente las rcjiones del espacio sin limites, Si meros espíritus tienen
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psycrrrs o
ESTUDIOS
DEL ALilfA HUMANA.
el don de ubieuidu.<l, esta facultad, en Dios, debe ser sin límites. Llenando Dios el universo, pudiérase aun admitir, a título de hipótesis, que
este foco no tiene necesidad de trnspol'tarse, i que se forma en todos los
puntos en que la soberana voluntad juzU'a a propósito producirse, de
donde se pool'ia decir que está en todas p~rtes i en ninguna.
XXIX,
.Ante estos problemas insondables, nuestra razon debe humilla¡'se.
Dios existe; no podemos dudarlo;
él es infinitamente
justo i bueno:
esta es su esencia; su solicitud se estiende a todo: 10 compl'endemos;
no puede, pues, querel' sino nuestro bien, i por esto debemos teller confianza en él. He aqui lo esencial; en cuanto a lo demas, cspe¡'emos haata
que seamos dignos de comprenderlo.
xxx.
LA VISTA DE DIOS.
Puesto qne Dios cstá en toJas partes, por qué DO 1& VCI;;10S?Le verémos al dejar la tierra? Tales son las preguntas que se proponen C\10tidianamente,
La primera es fácil de resoh'el'; nuestros ó¡'ganos materiales tienén
percepciones limitadas que los hacen ¡m propios para la vista de ciortasco·
sas,. aun materiales, Es así como ciertos flÚidos escapan totalmente a nuestra .•..ista i a nuestros instrumentos de análisi¡;, i no obstante :10 dndamos
de sn existencia. VenlOs los efectos de la parte, i !lO .•..
emos el flúido que
la trasporta; vemos moversc los euerpos bajo la influencia de 19. fuerza
de gravitaeion, ino vemos aq llella fuerza.
XXXI.
No pueden las cosas de esencia espiritual Ber percibid as por órganos
materiales;
solo es con la vista espiritual C}uepodemos \'er los Espíritus i las cosas dolmundo
inmaterial;
nnestra alma sola puedo, pues,
tenol' la percepcion de .Dios. 1, Se ve inmediatamente
despuesde
la
mnerte? Es lo q ne las comunicaciones de ultm tumba pueden 8010 ellas
enseiíal'Ilos. Por ellas sahcmos que la "ista de Dios no es BiD(~elprivj)ejio
de las almas mas depuradas, i quoasi bien pocas poseen, al abandonar
su en voltura terrestl'e, el g"a\lo necesario de desmaterializacÍon.
Algunas
comparaciones vulgares harán comprender esto fácilmente.
XXXII.
El qne se enCllentra el: el fondo de un .•..alle circundado por llna densa
niebla, no ,'e el sol; sinembargo, como lo hemos dicho mas atiiba, po~
la luz que difunde, él juzga que el sol está presente. Si sube la 'montafia,
a medida que se eleva, la niebla se esclarece, la luz se hal~e mas i mas
viva, pero no ve todavÍ[l, el sol; cuando empieza a columbrarlo,
aun
está velado, pues que el menor vapor basta para debilitar su brillo.
Solo es deapnes de haberse elevadócompletamentesobre
la capa brnmosa,
cuando, encontrándosc
en un airo perfectamente
puro lÓ ve.ell todo
BU esplendor.
'
. ,-_,~~
•
Lo mismo sucede con el que 'tuviera la <'labeza compl~~eenvnelt~ con varios veTos j al principio nada ve absolutamente ;ifcildil velo
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PSYCll1S
o
};STUDIOS DEL ALl\fA HUMANA.
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qne se quita, distingue \lna lnz mas i mas dara; i solo cnando el últimoyelu ha desapareeidn percihe elaramentc las cosas.
Sucede lo mismo con \In licor cargado de materias estrañas ; al prineipio está turbio; a cada destilacioll Sil trasparencia se aumenta, hasta
que estando completamente
depmado, adqlli('fV llna daridad perfecta. i
!la presenta
ningnn úlh,t~í.(~nloa l¡\ vista.
Lo mismu sucede con d alma. La ellvI)lt11l'a pCl'icspiritaJ, bien queinvisible e impalpable para nosotros, es para ella \lila vCI'dadera materia, demasiado basta aÚn para ciertas pe)'(~cpeiones. Esta envoltura se
espiritualiza a medida <111e
se ck\"lt el alma en lJ1(¡l'alj(lad, I.as illlperfecci.ones del alma son como velos quc ()SCllr(;cen sn vista; cada imporfeccion de qne se despoja es \1n vdo m{~nl)¡;j pero. solo ctespnes de habersodepnrado completlullcnte goza ue h plcnitud uc sus facnltades.
XX XIII.
Siendo Dios la escTlc:ia divina por excelcncia, no puede ser percibido
en todo sn esplendor si!J() por ]()~espíritus qne han llegado al mas alto
grado de dC~lIlateria]izaci<)lI, f:i l(ls espíritus impErCed<Js no le ven, no
es porque (;~t('n mas distantes de él qlle los otrus ; cumo ellos, como
todos los seres de la naturaleza, están sumel'.iidos en el flúido divino,
como lo estamos nosotros en la luz; solo q Ut: ;;m; ill1perfccci0ncs son velos
qne le ocnltan a Sl1vista; cuando se haya disipad(, b niebla, le verán
resplandecer;
para eso no tend¡'é.n necesidad ni de subir, ni de ir a buscarle en las profundiJadelldel
infinito; estando la vista espiritual desembarazada de las nubes morales que la oSCl~recillu, le \erán en cualquier
lugar queseenclJcntren,
aun sobre la tierra, plJes quo está en todas
partes.
XX.XIV.
Solo a la larga se deptll'f\ el r.~píritll, i las diforentes cnearnacioncs
son los alambi<plCs en el fondo de los cllalcs deja cada vez algnnus impurezas. Dejando Sil envoltura corporal, no se dcspoja il1stallt~l\)eamente
de SI1S imperfeccionc6 ; i por -esto haLalgunos que, de:>pues de la muerte, tampoco ven a Dio;;; pero, a medida. que se depllr:lll, tiellen de 61
unaintllicdon
mas distinta; si no le V'en, le compl'(~lIdcn mejor: la luz
08 ménos difusa. Lnegc¡ cnando
algunos e¡;píritl\s diten que Dios les
prohibe contestar a talo eualpregl\lIta,
no ~ por<j11e Dios se les aparezca,oJes
dirija la palahl'll. p~ pl'eseribir~
o prohibides
talo cual
COBa,no; pero ellos lo sientcn; reciben.
-' Ilvios de su pensamiento,
como nos sucede respecL) de los cspíri··
nos envuelven con su flúido, aun cuando no los veaTIlOs.
X
Ningun hombre puede, pnes, ver:~ Dios con los ojos de la carne. Si
este favor concedido a algllllo;;, solo seria en el estado de .•.•
!lis, cnan~o el alma está tan deep\eudida de lo~ l,az~8 de lam~teria cnan~
to es poslhle durante la encarnAtlOn. Ta.l pnvlle,l1O no sena por oti'&
parto sino ~l do las alma;; ese
as,encarnad,as en lTli~ioll i no en fJ8piacion. Pero, como los espíritu·
1 órden mas elevado resplandecen con
un brillo d~lumbradol',
p
r que ~Bpíri~ ménos elevados, encarnados o desencarnados,
._.-_ .. -por el esplendor q ne los rodea, hayan crei-
fuem
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48
PSYCHIS
o
ESTUDIOS
DEI, ALMA HUMANA,
------------_.-----_._-~-------------do ver al mismo Dios, así corno se equivoca a veces a un ministro con
su soberano.
XXXVI.
i Rajo qué apariencia se presenta Dios a 105 que se han hecho dignos de este favor? ¿ Es bajo ulla forma cualquiera, bajo una figura lm~l1ana,o como un foc? ~'e8p]andeciente de luz? El lenguaje humano es
Impotente para descr'¡blrlo, porque para nosotros no existe punto alguno
de comparacion que pueda dar una idea de ello; somos como Cil.l~.o8
a
quienes se trataria en vano de hacer comprender el brillo del 801. Nuestro vocabular'io está circunscrito a nuestras necesidades i al círculo de
nuestras ideas; el de los salvajes no bastaria a pintar las maravillas de
la civilizaciún; el de los pueblos mas cultos ea demasiado pobre para
describir los- esplendores de los ciclos, nuestra. intelijencia demasiado
limitada para comprenderlos, i nuestra vista, demasiado débil, seria deslumbrada por eUos.
(Tradncidodel JéncsiB segun la ciencia, escrito por AUm Kardee.)
----
-'------ __
o
"
"
.----•
_
B I B L I O G R A F f A..
El alma; demostracion de Sil rea.lidad, deducida del estudio de los
efectos del cloroformo i del curare sobre la economía a.nimal, por el
serior Ramon de la Sagra, miembro corresponsal del Instituto de Francia (Academia de ciencias morales i políticas), de la Academia real de
ciéncias de los Paises Bajos &.n ,xlIemos dicho, en un al,tícnlo, pájina 205, que las im'estigaciones
de la ciencia, aún en mira de un estudio esclusivamente material, conducirían al cspiritualismo, por la impotencia de eilplicar ciertos efectos
con la ayuda Bolode las leyes de la materia; por otra parte, h~mos
repetido mnchas veces quc en la. catalepsia, la leta¡;jía, la anestesia **
por el cloroformo u otras sustancias, el sonambulismo natural, el ~ta&is
1 ciertos estados patolójicos, el alma se revela por una accion independiente del organismo, i da.,por su aislamiento, la prueba patente de
8U cxistencia.
No hablamos ni del magnetismo, ni del sonambulismo artificial, ni
de la doble vista, ni de las manifestaciones espíritas que la.deneia oficial
no ha 'reconocido aún; sino de ~}enómenos sobre los cuales esa ciencia
<lstá en capacidad de hacer csperi~cia8 todos los dias.
La ciencia ha buscado el alma. con el escalpelo i el microscopio en
el cerebro i los ganglios nerviosos, i no la ha encontrado; el análIsis de
estas sustancias no le ha dado sino oxijeno, hidrójeno, azoe i carboD_q,de
dQnde ello.ha concluido que el alma no era distinta de la matel1a.Si no
la encuentra, es por una razon mni sencilla: la ciencia 8C forma del alma
una idea :fija proooncebida; se la figura dotada de las propiedades de
*
:!
Un volúmen en 12, precio 2 francos 50 centa'"
en la librería de Gcrmen-Boillier,
número 17, callo de la.escuela de 1Iledioina,
. -:"-'t
•.• Anestesia, suspeIlsion de la~bilidad
í del gijíh So privativa, aiatbanamai, sentir,
e
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PSYCHIS
o
ESTUDIOS
DEL ALMA HUMANA,
49
----~----------------------_._--------la materia. tanjible; cs bajo cota forma. que la busca, i naturalmente no
podria reconoccrla aun cuando la tuviera a 811 vista.
De que ciertos órganos son los instrumentos de las manifestaciones
del pensamiento, i de que destruycndo estos órganos ella detiene esa
manifestacioll, dcd nce la cOlH:iecuenciamlli poco filosófica de que son los
órganos los qne piensan; i esto es como si una persona que hubiera
cortado el hilo telegráfico e intcrrumpido la tl'lI.smisionde un despacho,
pretendiesc haber destruido al que lo enviaba.
El aparato telegráfico nos ofrece por comparacion una imájen
~acta de1 modo cómo funciona el alma en el organismo. Supongamos
que un individuo recibe un despacho o parte telegráfico, i que ignorando la procedencia de él, se entrega a las investigaciones siguientes :
Sigue el hilo conductor hasta el punto de partida; de camino busca a
lo 1argo del hilo al que lo ha enviado i no lo encuentra; el hilo le conduce a Paris, a la oficina, al aparato. Es de allí, dice, que el tclégl'ama
ha partido, no puedo dudar dc esto; eate cs un hecl:w materialmente
demostrado; espIara el aparato, lo desmonta, lo disloca para buscar allí
al que lo envió, i no encontrando sino madera, cobre, una rueda, dice
para sí: "Puesto que el tclégrama ha partido dI}aquí, i puesto que aquí
yo no encuentro a nadie, es eflte mecanismo quien ha concebido el
pensamiento del parte telegráfico, esto está demostrado para mí materialmente." Entre tanto otro individuo colocándose alIado del aparato,
se pone a repetir palabra por palabra el despacho telegráfico, i lc dice:
"Cómo podeis suponer, vos, hombre intelijente, que este mecanismo
compnesto de materia inerte, destructible, haya podido concebir el pensamiento del despacho telegráfico qu~ habeis recibido, conocer el hecho
que ese despacho os ha heeho sabed Si-la~materia tuviera la facultad
de pensar, por qué e11ierro, la:piedM) la madera no tendrian ideaS ~ Si
esta facultad depende del Órden i del arreglo de las partes, por qué el
hombre no construida autómatas pesantes? Os ha ocurrido jamás crecr
que estas mufiecas que dicen: papá, mamá, tienen la cunciencia de 10
que hacen? No, al contrario, habeis admirado la intclijencia del autor
de este mecanismo injenioso?
Aquí el nuevo interlocutor es el alma que concihe el pensamiento ;
el aparato es el cerebro donde ese pensamiento se concentra i se formula, la electricidad es el il.úido directameute impregnado del pensamiento i encargado de lIevarlo a lo léjos, eomo el aire lleva el sonido;
los hilo8 metálicos son los cordoncs nel'viosos destinados a la trasmisiou
del flúido; el primer individno' C6 el sabio en busca. del alma, qne signo
los cordones nerviosos, la busc~ en el cerebro, i no encontrándola a.llí,
concluye que es el cerebl'o el que piensa: no oye la voz que le grita:
"~Ú te obstinas?ll busca~tl por dent;o, miéntras C]ll.e
yo es!?i por afn~ra;
mIra a un lado 1 lIle verasj" los I;1ervlOS,
el cerebro 1 los flmdos no pICnsan, así como no piensan el hilo metálico, el aparato telegráfico i la electricidad ; ellos no son sino 108 instrumentos de la manifestacÍon del pensamiento, injcniosameute combinado&"por el inventor de la máquina.
humana.
,_En todos tiempos ha habido
¡cntes fCIlómenostlSppntó.neos que
como la catalepsia, la letarjia, el sonambulismo natnraHel éxtasis, han
mostrado el alml' obrando por fuera, del organismo; pero la ciencfa los
ha desdeñado a este respect~.Pero he aquí un nuevo dest;ubrimiento de
incontest::ble ntilidW en l~eraciones
quirúljicu, i que por esto esta-
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.so
rSYCHIS
o ESTUDIOS
-----------------
DEL ALMA HUMANA.
-~---------~-----~
mas obligados a estudiar10 en sus efectos; este descubrimiento es la
anestesia por el doroforl11o qne todos los dias hace a la ciencia testigo
de este fcnómcno, presentando desnuda, ]lar decido así, el alma del paciente; esa es la voz que 1I0Sgrita: "Mira por fuera i no por adentro,
i entónces me verás;" poro hai jentes que tienen ojos i no ven, oidos i
no oyon.
Entre numeroso;; hechos de este jéuoro, Beha presentado el siguiente en la práctica de 11. Velpeau.
Una seflOl'a que no habia dado señales ningunas de sentir dolor
cuando se le hacia la operacion de estirparle un voluminoso tumor, se
despertó sonriéndose i me dijo: "Sé bien que la operacion ha terminado; dcjadmc voh-er en mí enteramente i os esplicaré cÓmo es que só
esto .... Yo no he sentido absolutamente nada, aiíadió nwi lue~o; pero
ved aqllí de qué lllanera he sabido que se habia hecho en mí la operacion. Durante mi sueno fuí a Lacer nna visita a nna sei'íora cOllociua
mia para hablar con ella acerca de un niño pobre para quien teniamos
qne buscar una-' colocacion. Esta seflora me dijo en nue3tra. conversadOll: ¿No es verdad qne vos creis que estais en mi casa en este momento? Pues os engniíaís eomplctame'nte, mi querida amiga, porque
estais en la vuestra i en vuestra cama, i se os está haciendo ahora mismo la operacion de estmeros el tumor. Léjos de alarmanoe por su lenguaje, le respondi canuorosamente: j Ah ! si esto es asi,os pido permiso
de prolongar nn poco mi visita, a fin de que cuando yo vuelva a mi
casa, se haya 8l'aqndo todo. 1 ved por que al abrir los ojos i aún ántes
de estar entel'all1cnte despierta, he podido anunciaros que se ll1ehabia
hecho la operaeion ..
El clol'ofunno ofrecc millares de ejemplos tan conclnyentes como
estc.
Comunicando esto hecho i otl'OS análogos a la Academia de las ciencias, el 4 de marzo de 1850, M. Y clpeau ha esclamado: "Qué fuente
tan fecunda para la psi<:olojíai la fisiolojía estos actos que llegan hasta
separa¡' el cspídtu de la materia, o la intelijencia del cucrpo !"
M. Ve1peau lla visto pues funcionar e] alma por fnen, del organis- _
mo, i ha podido confirmar la existeneia de ella, por su independencia, él
ha oido la voz que le decia: yo estoi po\' fnera i no por dentro; por qué
pues ha hecho profesíon de fe de materialismo? lla dicho qcspues qne
estÚ en e] mundo de los e~píl'itus: "orgullo del sabio, qne no queria
desmcntirse." Sinembargo 110 lUl temido volver a ciertas 0f,iniones científicas erróneas q:w hahia profe:;ado pÚblicamente, En sn tratado de medicina operatoria publicado en lSiW, tomo 1.0 pájina 32, dice: "Evitar
el dolor en las operaciones, es nna quimera quc no es permitido conseguir hoi. Instrumento cortante i dolor, en medicina operatoria, son dos
palabras que lIOse presentan la. una sin la ,otra al espiritu de los enfermos, i cnj"a asociacion es,absolutamellte necesario admiti~." El cloroformo ha venido a dal']e un mentis en esto como en la cncstion del alma.
Por qué pues hu. aceptado lo uno i no lo otro? Misterio de las debilidades humanas ..
Si en sus lecciones 1\1. Yelpeau hubiera dicho a sus discípulos:
" Seiíores os he dicho que !la encontrareis el alma en la punta de vuestro osenlpelo, i es con l'a1.0n, porq ne ella no está allí, i la bhscariais en
vano allí como yo mismo ]0 hú hecho; pero estudiad las manifestaciones inte1ijentes en los fenómenos de la lUlestcsia, i tendré, la prueba
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PSYCHIS
o
61
J.;STFDIOS DEI. AL:llA ¡¡¡;)[A~L\.
------.---- ---"----.----
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,.-
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irrecusable de su existencia;
allí es que yo ]a hé encontrado i donde la
encontrará todo obsurvador de buena fé. En preiicncia de semejantes
hechos, no es ya posible negada, puesto que Hl puede eonilrmar su accion
independiente
del ol'ganiwlO, i por deeil'lo así se puede aislada bl se
quiere."
Hablando así no habria heeho sino eompletar el pensamiento
que habia emitido aute la Acadcmia de las cicncias.
Con tal lenguaje, apoyado en 1ft autoridad
de su nombre, habria
hecho llna l'c\'oliwion en cl arte tllédiea. El ha repudiado esta gloria, i
lo siente mucho hoi; pero otros la he1'cdarÚn.
Tal es la tésis que ha desarrollado con notable talento el señor Hamon de la Sagra, en la obra <}ne es ohjeto de este artículo. El autor en
10 concerniente a la ciencia P\\1'\\ \]\1e le es falllliar, describe allí con
método i claridad todas las fa~ei\ de b anestesia por el e1oroformo, el
éter, el curare 7(- i otros ajelltes, iSegnn sns propias ousernwiones i las de
los antores mas acreditados, COIllOVe1pcau, Gerdy, Bouisson, Flourens,
Simonin, &. La parte técnica i científica ocupa en ]a o1ra un cstGnso
lugar, pero esto era necesario para una deniostracion ril'uosa.
Contieno
ademas hechos numerosos de donde hemos tOHH\do el que referimos arriba. Tomamos igualmente de alli las conclusioncs siguientes:
" Pllestoque
es un hecho perfectameilte
confirmado por los 'fenómenos ariestéticos, que el éter extinglle la ,·ida de los nervios conductores de las impresiones de los sentidos, dejando 8inembargo libres ]as facu]tades intelectnales, es tam1ien ineoutestau]e que estas facultades no
dependen esencialmente de )03 órganos nerviosos. Pero como los órgaIlOS de los 8entiJos, que procur;m las impresiones, no ohran ¡¡ilIOpor 108
nervio;;, es daro que estando paralizados estos, todo el organislno de la.
vida animal, de la viua de rela(:ion queda anonadado
po}' estaS facultades intelectu.ales q 110 !lO oustante esto fmwiollall. Es forzoso pues confesar que su mdstencia, o mas hien Sil realídad, no depeude csencialmente del org~nismo, i que por consiguiente ellas proceden de nn principio
diverso deél, independiente
de él, el que puede funcionar sin el organismo i por fnera del organismo.
He aquí pues )¡\ realidad del alma rigurosamente
demostrada,
inconteslablemente
establecidn, sin qlle ninguua obsenacion
fisiolójíca
pneda infirmar}a. De esta condusion podemos VOl'salir I;OIIlOlampos de
luz que ilum~~an horizonte;; .lejanos; a. que no lIegarenios sinemburgo,
porque este Jenero de estlldlOs <,stan fuer~",del cuadro que llOShemos
trazado.
--~-El aspccto psicolójico bajo el cual a~mnos
\le presentar los efcctos
de las sustancias a!lcstéticas sobre la eeOílOllIía an imal, i las COllq~CUellcias qne de esto hemos deducido en favor de la realidad de la existencia del alma, deben sujerir']a
csper:tllza de que un método semejante,
ap.licado al .estudio de otros fenómenos de la vida análogos a éstc, podna condUCIr al mismo resultado .
. . Ni~wma dedll~ion se.r~a mas justa, pOl'que lo,s efectos iisiolójicoa
1 pSICO!<lJICOS
que se ml\mhestan dmante laembnagnez
aleohó\i(:a, d
delirio patolójico, el "meño llatnral i magnético, el éxtasis i aún la locura, ofrecen la mas grande semejanza en m~os
punto_s, con los efectos
de las sustancias anestétieas que acabalU~tl
cs~udiar en esta obra. No
.• lpllnw,.rc es nn~ sustancia eminent."'~.'ntetóxica que los salvajes del Orinoco s,,can.de CIertas plamas, 1 con la cRal ellos ~~n}a.
,Pl!n~.~el~ fle;hll8 que producen
handas mortales.
BA~
DL: lA t,;¡;;tL¡Bul. ••••
I/Buon,.
l lJ:5 ..I'H3f:L ARANGO
..C.ATAlOG1:,.dON
--=-=..;"
... _.'-~
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52
PSYCHIS
o
ESTUDIOS
DEL ALMA. HUMANA.
----------~---_._-----------------'------debe sorprendernos en favor de una conclusion idéntica, esa concordancia de diversos fenómenos quo proceden de causas tan diferentes. Ella
no es sino la consecuencia do la realidad de la existencia en el organismo humano, de una. esencia distinta de la materia, esencia a que está.n
confiadD,8las funciones intelectuales que la materia sola no podria jamas
desempetiar.
" Seria este el lugar de examinar otra cucstion, i hacer nna incnrsion en el dominio dol magnetismo animal, que sostiene la permanencia de las facul4l.des sen!loril\les por fuera de 108 sentidos, es decir la.
permanencia de la vision, de la alldicion, del gusto i del olfato, durante
la parálisis completa. de los órganos que en el estado normal procuran
estas impresiones. Pero la ciencia fisiolójiúa no admite esta doctrina,
cuya verdad nosotros no queremos ni contradecir ni l3osttmer; i eso es
suficiente ~ra que la eliminemos de nuestras actuales investigaciones."
Este ultimo parágrafo prueba que el autor ha hecho para la demostraeion del al~
lo q ne MI" Flammarion ha hecho para la de Dios; es
decir que ha renidt3 que colocarse en el terreno mismo ~e la cieucia.
oespcrimtntal, i solo ha ~l1crido sacar de los hechol! oficialmente reeono~idos, la prueba de Sll tesis. ,El nos ofrece otra. obra., que no 'puede ménos de ser mni interesante, en la que se cstudiarán en el mismo sentido
los div(lrsos fenómenos que apénas menciona aquí, donde solo se ha.limitado a. 105 de la anestesia por el clor.:>fol'ffio.
Esta pl'lleba no es ciertamente necesaria para afirmar la conviecion
de los espiritas, ni de los espiritllalistas; pero despues de la existencia.
de Dios, siendo la existencia del alma la base fundamental del Espiritismo, debemos considerar como eminentemente útil a la doctrina, toda
obra que tienda a demostrar sus prin:cipioBfundamentales. Pero prescindiendo del organismo, probada la aeoioa del alma, cshi ea un punto de
partida que lo mismo que la pluralidad de las existencias i el periespiritu conduce de trecho en treeho i pOl.'deduceion lójiea, a todas las con·
secuencias del Espiritismo .
. En efecto, el ejernploeitado arriba es capital del espiritismo, lo quc ni
siqniera sospechaba M. Velpeall, al Pllblicarlo, i si hnbiésemos podido
citar todos los fenómenos anéstetieos, se veria qne elIoE.prueban no solo
la realidad del alma, sino la del Espil'itismo.
Así es <lomose ha "anunciado" que todo concnrre a.llanar 11\ via
de la. nueva doctrina; se llega a ella por multitud de sendas que todas
converjen háeia un centro comun, i muchas jentes contribuyen al progreso de esta doctrina, trayendo cada cual su piedra, t:.nosa. sabiendasi
los otros sin quel'erlo ..
La obra del señor Ramon de la Sagra, es una. de las publicaciones
que aplaudimos con mas placer, porque aunque haya hecho abstraccion
del espiritismo, se la puede considerar, lo ,nismo que Di08en la naturaleza de M. Flammarion, i la pluralidad de las existenciude M. Pezzani,
como monografías de los principios fundamental08 de lud()ctrina a los
cua.les dan esos sabios la autoridad de la ciencia.
A I_LAN
KARDEC.
(Traducido de la "Revista Espíritp," del mes de julif.l ~ 1868).
BOOOTÁ-IlllPRENTA.
DE O,UTA.N,
CARRERA. DE lSEIVA..
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PBYCHIS
o
ESTUDIOS DEL ALMA HUMANA.
ANO l.
¡
LA VIDA ETERNA.
n.
NATURALEZA
DEL .ALMA..
La dificultaJ que tenemos para esplicarnos cómo el alma puede
encarnarse en \lll embrion, organizar el cucrpo que debe habitar, rcjirlo
durante todo el tiempo do su existencia sobre la tierra, volar despucs, al
exhalar el último snspiro, i atravesar instantáneamente
los considemblca
espacios que separan a dos mnndus; la diricultad qne tenemos, sl)bre
todo, de reprcsentamos
una alllm dvielldu independientemente
del
cnerpo terrestre, en el puro espaeiu, i dotada de la facultad de trasladarse inrnediatamclI te de un astro a otro, i de recorrer inmensas distancias COII ulla rapidez mayor q ne las de la luz i la eleetricidad,esa dificnltad
proviene de nuestra constante propcnsioll de asimilar la naturaleza de los
seres-espíritus a la de 108 seres-cuerpos.
Esta tendencia .ieneral C8 bien escusable, porq\le hace un eortonúmero de años 110 11m,:;que la ciencia cspcrimental ha principiado a darnos algunas revelaciunes 601>I'ela esencia de las cosas, i aun todavia han
quedado re~ervados cstus estudios al peqnel10 circulo de 108 ¡;abioB que,
en nuestra época, cstudian el universo con espíritu filosófico.
Por el estudio directo del calor, en S\l8 efectos mecánicos, la flsica
contcmporánea
La llegado a probal' que el calórico no es como se creía,
un simple movimiento vibratorio de los átomos de la materiu, sino nn
ajente especial que nada tiene de comun con ella.
La. luz, la electricidad, la atraccion, el magnetismo terrestre, tampoco son movimientos de la rnateriu, sino ajentes especiales, i diferentes
en nn todo de los elementos constitutivos de la materia.
La teoría que enseí1aoa que el calor, la luz, la. electricidad, &." no
son sino modos de nccion de lotJ átomos materiales-, i que rennía todos
estos ajentes bajo cl carácter de unidad de las fuel'Zll.$ físicas, suprimía,
evidentemente,
la8 fuerzas mie-mas quo quería csplicar. No quedaban
así, en realid!\d, fuerzas existentes i operantes: quedaba \an solo la materia i BUS movimientos.
Esta teoría, proclamada,
ora abiertamcnte,
segun Moleschott, V oO't, Virchow, Buchner; 01'l\ de nn modo indil'eeto,
conformo a Grove, el 'Padre Se<:chi, Tyndall, esta teoría) digo, era lIla
terialista. en Sll esencia misma.
Ahora, al contrario, la ciencia csperimental, i en particular la. termodinámica i su mas laborioso l'opresentantó, G . ..:l. llirn, demuest¡.an
que, tanto el calor como la luz, la clec~,
la atraccion, son ajcntoo
reales aunque no materiales; elltablecienao; en sum.:, que hai e11el uní-
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PBYCHIS
o
ESTUDIOS
DEL ALMA HUMANA.
verso no tan Bolo la materia ponderable que palpamos, vemos, sentimos,
sino tambien otra cosa, que 110 es ponderable, pero que existe tan realmente como la materia. Esa otra cosa sonla8fuerziUJ.
Los sabios, en jencral, i con mayor razon el público, t(·nian- el })ábitv
de considerar la fuerza, ya fuera la pesantez, el magnetismo, el calor,
como una cspecie de ser moral, una pura concepcion del pensamieuto.
Es preciso, sinembargo, que nos entendam<>s. 1.a fnerz(l, existe o Il0
e~1l1e. Si lo primero, es preciso que sea algo real, que se, encuentre en
el espacio de, igual modo que los cuerp08 mismos. POI' ejemplo: la tierra
está sostenida en el espacio por el sol, a 11\ distancia de treinta i ocho
millones de leguas: ulla fl'Uta desprendida del árbol cae a la superficie
del suelo: un pedazo de iman arrastra hácia 61, sin tocarlo, un pedazo
de hierro colocado a cierta distancia. Mas, cstas ftlCl'zas que de tal manera obran ¿ existen, o no son sino fenómenos debidos a propi~dades
ocultas de la materia? En el último caso, deberia borral'se de nuestl'O~
diccionarios la palabra fllc¡'za, Pero, ved aquí que la ciencia espel'imental, aplicándose a la discusion de la materia, acaba de demostrar que los
c{lorpos están formados de átomos físicos, reales, pondcrablcs,
yuxtal>\lelltos, entre los cuales qnedan intersticios;
ha l!lIcontrado el número
de los átomos caracteristicos de ciertas sustancias:
por ejemplo; del
agua, en la que hai (en su máximum de densidad) llIlCI'O décimos de
átomos materiales i uno de intel'sticios: ha medido la fuerza do-cobesiún de los átomos; ha probado que, si !ill ClIorpo, corno un ped"Do de
hierro, se dilata por el calor, es porque sus átomos 110 se tocan i el calor
aumenta los intersticios;
que si otro se contrae Jlor el frio, es pOI'
un procedimiento cont!'ario, ha espresado en trabajo la accion misma
del calor, estableciendo que la cantidad de éste necesaria para elevar un
kilógramo de agua dJO a 1 grado, representa idénticarnerJte el mismo cs·
fuerzo que la calltidad de trab~jo necesaria para levantar hasta un metro
un peso de 425 kilógramos; ha demostrado que la materia no es divisible
hasla lo infinito; lJ ne cada átomo existe en un volúmen inalterable, i
que la elasticidad do una bola de marfil, que salta 60ure llna mesa de
mármol, es debida, no a los átomos inertCfl, bino a lafuel'za que ocupa
BUS intert>tici<;l8; ella ha establecido,
en fin, que el espacio infinito donde
están diseminados los 80les i los mundos,c¡¡.tá. ocupado en todlla partes
por alguna cosa que no tiene ningt1D8 tie las calidades de la materia
propiamcnte dicha; q ne la fUtilrza rije la. materia, así en lo infinitamente
grande como cn lo infinitamente peq ueno, i que existe como principiocon8tituyente del1miverso, con igual titulo que la materia,'
1\0 es este el lugar de dem06t¡'ar, COIl ecuacÍonC3 aljebrnicas, lo
q,ne acabamos de cspoller, pues nuestro deber es, simplemente, interpretar los últimos descubrimientos de la aiencia, quo pUedi}ll darnos alguna
luz sobre el problema que nos ocupa. Vamos a !lomprender en seguida
el inmenso apoyo que llOS ofl'c'cen aqui las cODsecuencias de la termo-
dinámica.
Lasjuerza8 que llenan el cspacio infinito no tienen ninguna
do las
propiedades de la materia:
son, segun la esprosiGD matemática, de naturaleza trascendente.
El espacio i el tiempo no tien13n sobre ellas la
accíon qne ejercen sobre la materia, porque las fuerzas ~,lOestán sometidas a sns condiciones finitas. V cd aquí porqué fracasan todos los esfnerzos empleados para pintar, para fignrar la accion de una fuerza: lo que,
polo 5U naturaleza ::nismal no tiene f'ormt. definida, se aniquila cuando
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l'SYCllIS
o
ESTUDIOS
DEL ALMA HUMA:NA.
55
tratamos de dársc!a. Laplace ha demostrado que si la acoion de la pesantez no es instantánea a la yez en todas partes, su rapidez de propagacion es, en todo caso, varios centenares de millones de veces mayor
<lue la de la. lu?..,qne, sinembal'go, se ele\'a ya a setenta i siete millegun&
]lor segundo!
Al hablar d<llmurillliento
de una fuerza,-de la electricidad, por
ejemplo, río podemos riglll'Úrnoslo como tal, eOlDo un trasporte de la
materia. En el instante mismo en que se electriza un estremo del cable
u'asatlántico, el utl'O, a mil doscientasleglllis de distancia, es electrizadO.
al mismo tiempo. El mo\'imiento de \In principio de naturaleza trascendente, no pncde sel' sino de \lila wltllraleza totalmente distinta del movimiento de tl"asl'0rte de la materia ponderable.
La síntesis de las ciencias fíbicas modernas establece qne hai en el
uni\'crw inanímado dos órdenes de entidades bien disti~ltas : la materia,
<:ompnesta de átomos reales que oen pan un lugar definido en el espacio;
i lafuerza, dit'nudida pOI' donde <}uie¡'lJ.cn él, qlle no ocupa lngar algulJO definido.
La materia inerte, es incapaz por sí misma de todo movimiento i coordinaeion;
la fnel'za, elemento intermediario,
es a la v~
potencia motriz i ajent<l de relacion. entre los átomos, entre los cuerpos,.
entre 106 soles al tra ve;; de la est\mSlon,
Esta síntesis refnta sueeSi\':ullente:
la doctl'ina qne atribuye los
fc~nos
de luz, de ealur, de e1ectrieidad, a flÚidus distintos de la matc~pcro,
sinelllhar~u, ¡lI,tt!ogU&a ella cn Sil escneia; la <¡ue atrihuye
los fellÓlllcllOS de las mismas fuerzas a simples movimientos, que tCDdrian lugar cn tillstancias distilltas de la materia (por ejemplo, el supuesto úter CÚSlllico interplanetario),
¡lCl'O, si nem bargo, análugos a ella
<m su esencia; la <¡ne atribuye a si:nples mo\'imientos de la materia todos los fenómenos del universo (la atraeci()ll pal'cco establecida por un
demento dimílllieo ue una naturaleza difcrellte cn nn todo de la materia; 110 dependiendo, cu mallel'H algulla, de otro movimicnto el moyiIlliento que aqnella lIliSlIla prodnce), La cOllscencncia jelleral de estas!
reflltaciouC5 eó: que, mui prouablemente, 110 hai en el espacio, como se
habia creido, nn Úter uestillado a efectuar por SllS ondnlacioncs la trasmisiondc la luz, que se espliea ahora sin csa hi pútesis; ni tampuco flÚidos
imponderables q ne puedan asimilarse a la materia ext:esivalllente ténue;
pero sí que hai prineipios IIHtlll'aJes, c¡;pccificamcllto distiutos de la materia, bajo cnalq nic,' l'cSpedo (1\le sea; principios inma.teriales qne, así
como el que prodllce los fenómenos de la atraccioll universal, SOl!capaces de sacar del reposo la materia i yoh-el'la a él, i comititn)'en pl'iuci~
pios dindmiCO$, t1U!l'ZU8 en Sll esencia mi6ma, i uo simplemente sustancias dotadas de fucrzas. La fnncion de e1cmento dinámico o motor, qU&
estos _principios desempeñan en eluni verso, es capital.
La. atraccion, que liga los planetas al sol, a traves de millones 1;
éentenares do millones de leguas de distancia; qne80stienc el equilibrio d(llas estrellas cn 10 infinito, a distancias tales que de nna a otra,
la menor- de ollas no es
de dioz mil billones de leguas; * la fuerza.
~l'avifiea, decimos, se ~allil en todas l?a,rtes i ~ l,a vez, en. el esp~cio. Las
fuerzas no están sometIdas a las condICIOnes fimtas del tIempo I el espa-,
do, siendo esta la cOI!dieioll que separa. mas nctameute la naturaleza deaquellas de la naturaleza de la ma~ia.
'''08
* Segun 1&manera de eonl'ar de 10rlran_
~rian 10 trillllne8, i as1está.en el rexto:.--B.Ó:
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56
PSYCHlS
o
ESTUDIOS
DEL ALMA HUMANA.
El elemento dinámico no tiene forma alguna en el cspacio, ni duracio:! alguna en el tiempo, i se halla eternamente en todas partes.
El elemento materia tiene una. forma., i está compuesto de átomos
inmutables en tamaño i en masa,
El atributo esencial del primero es lo infinito; el del 8cgundo, lo
finito.
"
La velocidad de propagacion de la atraccion, de la eleetricidad, no
es una velocidad propiamente dicha, sino un modo del elemento dinámico, que sostiene i mucve los Illnndos i 108 átomos.
En rcsúmcn, pues, hai cn el universo inanimado:
1.0 materia real,
que ocupa ciertos pnntos limitados en el espacio; 2,° principios trascend'entes, que ocupan el espacio cntero i a los cuales dcbe la matCl'ia sus
movimientos i coordinaciones,
Dígnense nuestros lcctorcs excusamos
estos prcliminar~
científicos, algo técnicos, a la vcrdad,- cuya fuerza depende de esta condiciono Hemos tenido que insistir sobre este grande
hecho, porque es la base de las consi.deraciones que podemos emitir ahora acerca de la naturaleza espiritual del alma.
Los ma.terialistas han comprendido tan bien la estrec11:1 dependcncia que hai cutl'C la afil'lnacion de lafuerza, como elementc· distinto de
la matCl'ia, i el espirituldislllo raeioBal, que han duclarado siempre altamente qne, si puede ser negada la fuerza, la negacion del alma i de la
intelijencia creadora es consee\lencial. La piedra angular del edificip de
la filosofía moderna está en demostrar 'lIlO la fnel'za no etl \lna préfpiodad de la naturaleza. N uestres lectore8 saben q ne este fué el grande
i únieo ob.ieto que tuvimos en mira al escribir, hace pocos afios, Dios M
la naturaleza,
Entremos ahora en los problemas de la vida i del alma.
~Puede atribuirse la vida a cierto modo de coordinacion de la materia? La materia, perfeccionándose,
depurándose,
feeund:í.udose ella
misma, por decirlo así? podria producir la vida?
Esto se ha cl'eido d mante mncho tiempo,
Despues de que la ciencia ha podido examinar íntegramente a UIl
hombre, Ull animal, una planta, ha hecho ver en ellos el carácter cspecial que distingue al sé l' viviente: la organizacioll de tO(las las molócnlas constituti\'us de ese sér, moléculas diversas, heterojéueas,
camhiantes, agru padas por la accion directriz de nna fuerza in visible.
Por clIei!!la dc los lÍtomos inertes de la matcria i de 10;; elementos
dinámicos esparcidos en el espacio infinito, hai, así en la planta como
en el hombre, una potencia directriz que haee que las célulall se junten,
aq uí de cierta manera i mas allá de otra, para. constituil', por ejemplo,
una encina, un rosal, una áO'uila, un lean, un hombre. Esta potencia
obra evidentemente divjdiénd~se de los elementos del medio ambiente;
utiliza sus propiedadcs, sin modifi'car una sola de ellas; aplica lOS procedimientos químicos, físicos, mecánicos; pero obra. segun un pls.n anterior,
para. n.lcanzar nn objeto designado de antemano.
Por otra parte, csta potencia, que es el alma, no puede considerarse
revistiendo furma alguna, por ejemplo, la de nuestro cuerpo, ni ha.bitanda cada parte de nuestro organismo: El anális~s anatómi.~? demuestra que todas nuestras sensaciones provienen del sIstema nervIOSO, cuyo
receptor jcneral cs el cerebro. El espíritu tiene su asiento"'en el cerebro,
i sin duda ell un punto infinitamente
pequefio de este órgano, porque
aquella entidad no ocupa lugar alguno; sus relaciones con la naturaleza
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PSYCHlS
o
ESTUDIOS DEL ALMA HUMANA.
57
no se establecen sino por medio de un aparato admirable por su delicadeza i perfeccion, que se ramifica hasta las última8scuciones del cuerpo.
Donde un ramal nervio&o falta no hai seDsacion ni ruotilidad. Onando se
interrumpe la comnnicacioll con el foco cerebral, o solamente se altera,
la sensacion i el movimiento se anulan o se falsean. A cada impresion
que recibimos de afucra o del interiol" un correo, Iwonto c0ll10.e1 relámpa~o, parte delll1gar impresionado i se traslada al foco comUll: la sensacian no tiene lugar sino COIlesta condiciono
Los últimos esperimentos de los ¡¡siólogos no dejan duda sobre la.
especie de fuel'r.a intermcdiaria,
q ne está cn .i nego en el organismo
viviente i pone a el alma en comnnieacion con el mundo esterior. No
cs IlnlCfucrza espeeial, un flúido nervioso u otro: es ehctricídad simplemente. El hecho está uemostl ado. Cada vez que 11110 de los aparatos
receptores, qne llamamos sentidos, se encuentra afectado VOl'la materia
<¡ne le es propia, Hna corriente eléctrica, trasmitida por el nel"vio sensi·
tivo, va a advertir a nnestra alma de 10 que pasa porJllera;
i cada vez
qne ordenamos un movimiento a alguno de nuestros miembros, parte
del centro una corriente de igual naturaleza i va a obligar a contraerse
al mú,~culo correspondiente.
N uC8tro cerebro i nuestro sistema nerdoso constituyen \lna verdadera })il~, pronta siempre a funciorlfu', Pero, así c(>mo \lila pila no puede
pm' •.~rnisma comenzar o cesa¡' de obrar, recibir los despacho8 i cantestarliSf'de i~ual modo e8 absolutRmente cierto qne la pila viviente es
gobcrnada por un principio especial, de llatmalcza
totalmente distinta.
de todos 108 elementos de la pila misma. Nacla se hace de nada.
Examinando atentalllente
nuestra situaeion, reconocemos quo no
hai una sola de nuestras relaciones con elll1uudo esterno, una sola de las
relaeiones
de ]as partes de nncstro cl1erpo cntre sí, que so efectúo
directamente.
Llegamos así ¡" esta proposieion.
notable tanto por ~..
su sencillez como por 811carácter elevado:
"El principio anímico
no tiene accion alguna inmediata sobre la materia, ,Ora le dá aquel sua
órdenes, ora le da esta SllS mandatus (Il Jlli cummande, il ost commandé
par ellc); i la preseneia de un pr'¡ndpw intermediario los pone en relaciones recíprocas." *
,El principio anímico, el alma. está en pcrmanente l'elacion con los
ucmas principios (~ollstituyentes del mnndo físico; i el cuerpo, (Ine le
,,11'\'ede luga1', llO se organiza, 110tOllla forma, sino por medio de esas
fuerzas. El principio anímico está, pOI' consiguiente, dotado ue propiedades recíprocas i 8imétJ'ica~, que permiten dichas relaciones, i puede i
debe ser considerado i estudiado de la propia \I1anera qne 10 hacemos
con los otros clemento~onstitll'yentes
delllniverso,
El es tan superior a
los principios djnárnicos~ a la fuerza, como ésta lo es l\ la matel'Ía; porque
no solamente obra, sino qncsabe <Jue ohra, i, dentro de ciertos límites
detel'lI1iJlado~ ror las ne<:esidades de Sil cxi;;teneia, es lihre de obrar o nó.
, El alma es 1\ la. YCZ potéilC1a organizante i pellsllnte. Difiere de la.
materia ponderable en cnanto a que no admite idea nlgnnl\ de ponderabilidl\d, de inercia, i aun de movimiento prol'ianlclIte dicho, Difiere
de la fuerza en jencral, en cuante B Que ésta ocupa el eS(.iacio de una
manera indefinida, pero donde quiera análoga, miélJtl'as qne el alma es
una i tiene conciencia de Sil existen~e.'persoíJa1.
*
HJr,' Ccillséquences
phílosophiques
et
'4f<l1.YsiiIucs
de la thermodynamique,
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p, 9&.
58
PSYCHIS
o
ESTUDIOS
DEL ALMA HUMANA.
El eleI?ento anímico está confinado ciertamente, en el organismo;
p.ero no hal en este ,parato entero punto alguno del que pueda decirse,
SIn desmenti!' en mucho los hechos, que en él está el asiento de la vida.
El alma no ocupa espacio, en el scntido ordinario qlle damos a esta
palabra.
Este elemento, de naturaleza tI'ascendente, no está eometiuo a las
condicioncs finitas uel tiempo i el espacio. Podemos cOlwebir esta asercion, ahora que sabemos ya que la8 fuerzas mismas son tambien de
naturaleza trascendente,
i (lue el movimiento do la luz c.del magnetismo, para ir del sol a un planeta, no puede compal'areo al de Dna bala de
caflún o de cualquiera otro móvil, pues i!O trasmite sin trasporte material.
El espacio n.o existe mas para el alma que para la atraccion; i así
es que, para trasladarse el espíritu de la tierra 11 la Inna, al wl, a Júpiter o a Sirio, no pueue emplear mas tiempo quc el que gastaria la atracciOD, pOI' ejemplo: es (~eeir, un tiempo nulo.
El tiempo no existe, ciertamente, para el CSpíl'itu en mayO!' grnd(>
que el espado. Recordemos, por ejemplo, los fenómenos del ensueño,
en 106 cuales, ordinariamente,
parece el alma mas independicnte del
organismo, Todos hemos podido obseI'var, millares de veces, que durante
él se modifica. profundamcntc
la medida del tiempo, 10 mismo qne la
del espacio. Tencmos en oca8iones nn sneño que nos pareco interminable, i al dcs}}C1·tal'adquirimos la prueba mas positiva dI} qne dicho 61,12fíO
no ha podido durar sino algunos scgundos. Un ruiuo quc hiere ij~id()
dete,mina en nosotros un ellsucño tan instantáneo qno, si ese ruid-o no¡¡
despierta, conoeemos 'luO soñábamos con una situaeion cOl'I'cspondiente
a tal ruiuo : estábamos en la caza, caminábamos pOI' la~ calles o conversábamos en U11 saloll, por ejemplo, cuando cl ruido nos ha parccidu
sel' un tiro de escopota, el choquo do un carruaje, la cnida de un libro, &.
Ese ensueí'io ha sido determinado pOI' el ruido misl/lo. Rclata el señor
Maury, en S\1 obra titulada Ill8ueño i 108 ensueiio8, un ejemplo notable
de! aniquilamiento
del tiempo en estos últimos. Estalldo soñando,m'ec
asistir l\ las escenas del Terror i comparecer, como llcusado, Rnte el tribunall'evolucionario
... Es jnzgado en e:egniuu i condenado a mnerte ...
es conducido en la carreta, enllledio de un concurso inlllcnso, a la plaza
do la Revolncion" .. ,; suhe, en fin, al cadalzo .... ; es atado a la pll\ncha
fatal, Be balanza, siente el cuello en el anillo, bajo la guillotina" .. , i
aun oye caer la cnchilla qne le separa la cabeza del tronco: i dcs¡>iel'ta!
Ved aquí, sin disputa, una série de scnsaciones qne reprc'sentan, 110 la
duracion de algnnas horas, sino la ue vario8 días 8ucesivo,I, Pues bien!
ese cllsnet10 habia sido determinado
por la caid~ de ulla yarilla deIs
caUla sobre el cuello del antor, i !lO habia dUl"l\fIosino uno o dos segundos, pues la madre del scñor :Mau¡",}·lemanifcstó a éstl' que aquel ob~icto
acababa de caer en el instante, no habiendo tenido ella todavia tiempu
de recojerlo,
Una de las consecucneias
mas profundas qne poclem:>s sacar, de
paso, del hC:'cho de la j)l'odnccion de los ensneños p01' nna ¡;ensacion exterior, es q ne él nos da la pnleba, bi€o curiosa por eiel'to, de la necesidad que t~i1etHOSde buscar hasta en los ensncños, la causa de cnalquic¡'
efecto pl'odlleido,
"
,
Vemos. en todo caso, que en el cnsneño nos presenta lllstantáneamente la imajinacion una série bien múltiple de cnadros i <lue a la sucesion de éstos le asignamos una. idea de duracio~ qne !lQ tiene. El ensuefio
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PSYCHI8
o
ESTUDIOS DBL ALMA HUMANA.
59
es tIA fenómeno feno-psíquico, provoeado por circuDatancias fisiolójicas. El elemento psíquico-anímioo obra en él foera del t~mpo i del
~pacio;
i manifiesta su naturaleza trascendente imajinandQ 15imultá·
neamente lo que, por prooision es contrario de la simutt&fteidad, i
dando idea de duracion a lo que no la tiene. El fenómeDQdel
ensuerio, cOllvenientemente
analizado, nos prueba, una vez DfAB, qna:el
alma no puedo nada correctamente
en esta vida sin sus instrumentos
orgánicos; }lero. tambien nos prueba, igualmcntc, que 110 son éstos los
que piensan ..
F.oqetn{)S sin dG-da, admitir, recíprocamente
que, en condiciDM8
\lifercntes de las aduales. seromos capaces de apartar de la idea de dllracion lo qne hoi tiene lJeeeSar~ameute ese carácter, i ver simultáneamente acontecimientos sllccsivos.
Así, pnes, c,,; inhcrente a el alma Sil m\tnralcza trascendente, ~l no
cstar sometida a las cOlldiciuncs finitasdcl tiempo i el ~pa.cio, i no ocupar lugar a:gllllo CIl este Último. A. los caractércs distintlV<ls 00 los 8eres
viyicntes deben agregarse, por supuesto~ las facultades morál-es qlleleil
pertellecon esclusivl\melllc, i en primera línea la. de amar. E..'sta, la afeetividad, e6 aún mas el signo sUllI"emo de la. vida; no' la tienen la luz n~
11'. flle~,i no está sometida a las va.luaciones de la matemática, que
rije la lJ}atcria i la fnerzn,
~lsidera\1do
<¡ne el cspíritu 03 independiente del tiempo i el espado P:plC puede vi vil' IllI tiiglo CII un minuto i un minuto ~n un siglG;
que las distancias son nada para él i quc, en dofinitiva, está superiormente dotado de las propiedades reconocidas ya en las fuerzas ñsic8S jenCl'alcs; considerando,
pOI' otra parte, <Juo no tiene fomla a]gnna sustancial determinada,
i qne no está materialmente
localiZ$-do en. un
lóbulo del cerebro, me he preguntado a veces 8i, 811n durante (!Sta vida,
el alma ~de
siempre en el cuerpo, i si llopodria alejarse de 61, sin que
nos fner":O,ado siqnicr'a apercibirnod de )a distancia que la separase dé
nuestroeercbro,
Así, J.>vniendo comoejemplu
un hecho que mo ha suministrado ya Illuehas ooservacionet§::apuntaré
aquí que me ha suceqido
a menudo tomar-maquinalmente
h:í.eia la derecha, cuando mi intendon
prilIlitiv~era caminar pOI' la izq niurda. Saliendo de '11i habitacion, une.
misma calle me couduc(l a la oficina de un periódico i al cnsrtel de los
p¡'incipales editores; solamente qnc, cuando voi al primer punto, tomo
una bifurcaciou.a la izquiarla, que se halla en la estremidad dc la calIo; i cuando me diriju J¡íwia el t'cgundo, tomo otra a la derecha. Me
ha. suCQdidQ, pues, varias veces. salirconintencicJl\
de trasladarme al
primer lu'~r de los indicados, i lomarla segunda via: las. piernas, movidas en ewrto modo como pOI' un ~rte
automático, eegnian instintiVl\mente el camino que habiaJl rq,p..ido
la víspera, los ojos miraban
sin ver, el cspíritu estaba ~\l8ent-é;~ quién sabe ~ quizá en la luna O en
una nebulosa. Despues do algunos llliontos de mareha mll<}uinal era'
cuaudo el eapÍ1'ítu, volvien~'.
tOlnlU' la direcciou de In organismo, se
sorprondía de que el cnerpedlllbicra seguido un camino eqllivol,ado,i
parecia rep¡'en®t al instinto vital por no hnbel' sabidu~pla~lltlo
en.
su ausencia. Este ~ do aquellos hechos do quo todo el mnnd()ha~
dido ser testigo, por pocas quc sean la OCUpaciOlli la meditacion en que
haya estado el espíritu.
Repetimos, por otl'8. parte i una vez mas, que el espíritu no se trasporta en el espacio por un movimiento análogo al de un m6vil mll.te·
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PSYCHIS
o
ESTUDIOS
DEL ALMA HUMANA,
rial : ese trasporte no puede ser descrito ni figurado, poes como ya lo
hemos dicho, es de naturaleza trascendente.
'
El espíritu es personal, sin que por eso tenga forma definida, esté
formado de sustancia material TI ocupe lugar determinado en el espacio.
Así como la fuerza es una entidad, aunque no material. :I::sta nocion de
la esencia del alma puede darnos una idea de la naturale.:a personal de
Dios, espíritu infinito que llena el espacio inmenso.
El espíritu forma indudablemente
por sí mismo todo el conjunto
de 8U aparato orgánico, usando de las sustancias que encuentra'en el
medio ambiente. A decir verdad, las fUCT'zasfísicas dol sér nd'son SiDO
pensamientl)s
realizados por medio de los elementos del mundo inanimado. En la ticna él se amolda naturalmente
a las condicioncs de
existencia de la matel'ia en este planeta, tales como la compoBicion química de los elementos, la densidad, la pesantez, la cohesion molccular, la
intensidad del calor i de la luz, la constitucion física dc la atmósfcra, &."
L'1. vida se ha desarrollado aquí bajo la forma predominante de los
animales vertebl'ados, dando al espíritu como clementos de relacion el
sistema nervioso i 108 sentidos. Es evidente que, al encarnarse el alma
en otros mundos, está obligada a son'irse de los elementos diversos que
les son inhorentes, i en cuya superficio son mui dosernejantes las condiciones de existcncia;
i es evidente tambieo que en los mundos l~ianos,
la naturaleza no está representada por seres iguales a nuestras plantas
o a nucstros animales. Por consiguiente, es incontestable que los ho'ínbres
de los demas mnndos difiercu eseneialmente
de nosotros en su tipo orgánico, bien que las almas estén sostenidas donde quiera por la misma
conciencia i las mismas verdades intelectuales.
Hace precisamente un siglo que el célebre a5trónomo Eul81' se ocopóde la cucstion que hoi estudiamos,l'efutando
con profundidad i sencillez
~Ja teoría que asimilaba los espíritus a pnntos jeométricos.
Creo llenar
un deber citando a este gran matemático
en apoyo de ml\~stras doctrinas actuales.
" Los espíritus, diee, no tienen nada de comnn con los euerpos. La
estension, la inercia í la impenetrabilidad
son propi€dades de éstos,
miéntras qne aquellos no tienen ningnna de talcs cualidades. En cnanto
a la cstension, todos los filósofos están de acuerdo en q ne no podria. tener lugar en los espíritus. La cosa es clara por sí misma, puesro que
todo lo que cs cstenso es tambien divisible;
mas, nn espíl'itu no es susceptible de di\'ision alguna: no podria concebirse la mitad o la tercera
parte de Ól. Pareceria resultar de aquí que: pnesto. que los espíritusAW
tienen magnitud, son semejantes a los puntos joométricos. PerOl señ1i
bien exacta la idea de rcpresenta.rnos un espíritu como un pnnto? Los
filósofos escolásticos l¡an sido de este parecer, representándose
los espíritns como seres infinitamente pequeños, semejantes al polvo mas sutil,
pero dotados de una actividad i nna ajilidad inconcebibles, en virtud
de las enales podrían saltar en un instante'A las mayores distancias, A
causa do esta cstremada pequeflez, han sostenido qno millones de espíritus podrian reducirso al IDas peqneño espacio; i aún h:m debatido
cuántos de estos séres podrian evolucional' en la punta de un¡;; aguja, I~os
sectarios de W olf son, poco mas o ménos, del mismo dietámen.
Scgun
elloB, todos los cncrpos están compuestos de partíeulas estl'emadamento
peqneñas, careciendo de toda magnitud, a las qne dan el nombre de mó'Mdas: de manera que la mónada es uua'snstanciaain
cstension 'alguna.
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PSYCHIS
o
ESTUDIOS
DEL ALMA HUMA~A.
la
"Pero,
segun W olf, no solamente todos los cuerpos están compuestos de mónadas, sino que tambien cada espíritu no es otra cosa qne
una de ellas; i aún, que el S6r soberano, apénas me atrevo a decirlo,
es igualmente una de esas mónadas: cosa que da una idea poco sublime
de Dios, de los espíritus i de nuestras almas. Yo no podria concebir que
la mia fuese no mas que un sér seme.iante o las últimas partíclllas de un
cuerpo, o casi un punto. Ménos admisible me paroce todavía que varias
almas reunidas pudiesen formar un cuerpo, por ejemplo, un peda7..0 de
papel, para encender la pipa del tabaco. Mas, apoyándose los partidan08 dela referida opinion en el argumento de qne, no teniendo 01 espíritu estension alguna, debe ser como un punto jcométrico, todo dependo
pues, de averigua¡' si esa razon es sólida o nÓ.
" Hago observar, desde luego, que, siendo el espíritu un s{~rde nlla.
naturaleza totalmente diferente de la de nn cuerpo, tratándose de él no
deberia tencrse en cuenta las cnestiolles que se refieren a un tamlll'lo
cualquiera;
i que seria absurdo preguntar, por ejemplo, cuántos pi(~s o
~ulgadas tiene de largo un espíritu, o cuántas libras u om~as pesa.
Esto n? puede aplicarse sino a las cosas ql~c tienen ~on.iitud o l?eso;
!liendo 19ualmentc absurdo preguntar
tambH)l}, por ~lempl(\, cuant08
piés tendria de largo, o cuántas libras pesaria una hora. Al aseverar
que una Aora 110es igual a una línea do ciento, de diez o de nn pie!, ni
a. ninguna otra medida, no se seguida que es un punto jeométrico. La
naturaleza de aquellas es del todo diferente, i no puede aplicársele cue&tion alguna que suponga lonjitud representable por piés o por pulgadas.
" Sucede ]0 propio al tratarse dv un espíritu. Puedo decir rotundamente que éste no tiene diez, ciento, ni eual(pliera otro número de pi~s ;
pero no se sigue de aquí que sea un punto, así como támpoco puede
deducirse que ulla hora lo sea, por razon de que no es sueeptible de ser
medida por piés i por pulgadas.
"Seria, PUC8, tambien !lLsurdo preguntar en qué lugar existe un
espíritu, porque al atl'iollírsclo se le snpone estension. Yo no podria
docir tampoco en (lué lugar se halla una 1/.Ora, aunque ésta sea, sin duda,
alguna COi,a; pero esta cosa puede existir sin qlle esté afecta a determinado lugar. Puedo decir, de ignal manera, que el alma TlO existe en
la cabeza, ni fuera de ella, ni en otro lngar cualqniera, sin que de esto
pueda sacar~e la consecuencia de qne no <)xiste~ en manera alguna.
Existe, pues. un espíritu sin que pOI' eso ocupe nn lugar dado; mas, si
reflexionamos sobre el poder de qne está dotado para obrar sohre determinado cuerro, esta accion se efectúa, sin dnda, en determinado lugar.
" AS1, e alma no existe en IlIl lugar dado, pero obra en determini\do lugar; i como Dios tiene poder de obrar sobre todos los cnerpos, ea
por est() qne se -dice que él estlÍ en todas partes, aUll cuando sn existencia no esté afecta a lugar alguno.
"Existir en cierto lugar es atributo que no conviene sino a las cosas
corporales; i siendo los espíritus de una naturaleza mili distinta de la
de aquellas, no debe causal' sorpresa el que se diga que éstos 1¡0 se encuentran en lugar alguno, o lo que viene a ser lo mismo, en ninguna.
parte. De acueroo con eS,tas esp]i~aeioncs, no temo qU~8It ~e haga reproches a este respecto,~o
aSl que de eata manera consldCl'o la naturaleza de 108 espíritus infinitamente superior a la de los cucrpos. Oada
uno de los primeros es un sér que piensa, rellecciona, radocina,
delibera, obra. libremente i, CI1 una palabra., vive,-en tanto qne el cuerpo no
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62
PSYCHIS
o
ESTUDIOS
DEL ALMA HUMANA.
tiene otras cualidadcs sino las de ~er estenso, susceptible de movimiento e impenetrable:
en él no hai sino pasividad, i todo lo que lo
acontece cs necesariamente
i de conformidad con las 1(:yes del movimiento .. :En los cuerpos no hai intelijencia, ni voluntad, ni libertad,
cualidades eminentes de los espíritus, de Jás qne aquellos no son ni
aun susceptibles.
" Son tambien los espíritus quienes motivan los prin<:ipales acontecimientos i las bellas acciones en el mundo corporal;
sucediendo esto
en virtud de h~ aocion e influencia que ejercen las almas de los hombres
sobre su cuerpo. Mas, este podel· que cada alma tiene sobre su cuerpo,
no podia considerarse sino como un dón de Dios, que ha estahlecido tan.
maravilloso vÍncnlo entre las alma8 i los cuerpos; i así; encontrándose
el alma en tal uuion con cierta partícula del cuerpo establecida en el
cerebro, pucdo decir, en verdad, que el asiento de aquo3lla no está en
parte alguna, i que no se retiel'e a ese lugar sino en virtud de su accion
i Sil poder. Es tambien la influencia del .alma sobre el cuerpo lo que
constituyo la vida, durando ésta todo el tiempo en qne !;nbsiste el vínculo'() en que la organizaeion del cuerpo está intacta. La mucrte no cs,
pncf', otra cosa sino ]a destruccion de aquel vínculo; el alma no tiene
necesidad de trasladarse en seguida a otra parte, porque, como no está
en ~ingnna, es indiferente a to~o lngar. POI' cOIU,i~niente, si plu~uiel'a
a Dios ú¡¡tablecer despncs de mI muerte un rtllcvo Vlncnlo entre Ull alma
i un cuerpo organizado en la luna, cataria yo al instanto en la lnoa, siu
haber hccho viaje alguno; i aun lilas, si en IlL actualidad le concediera
Dios tarn bien a mi alma el podcr de obral' s0bre nn cuerpc organizado en
aqnel astro, mc encontraría igualmente aquí i en dicho satélite, sin que
hnbiera en esto contradiccion de ningunl\ especie. Los enerpos únicamente son los qne no pnedenllallarse
a nn mismo tiempo en uos lugares;
pero, tocante a los estlÍritns que, en virtnd de sil naturaleza, no tienen
relacion alguna con os lugares, nada impide que puedan obrar simultáneamente sobre varios cnerpos situados en puntos mui distantes entre
sí,-pudiendo mni bien decirse, bajo eete respecto, que sc hallan a la vez
en todÓ8 esos lugares."
Tal es la opinion del matemático Enler sobre la indcp~ndencia inmaterial absolnt3 del alma. 1 he encontrado idénticamente la misma maneJ"a de ver, espresada por el gl'an químico IIulophry Dli.v}. Ved, en efecto, lo que dice cn su importante obra titulada Los últimos dia6 de un
.filósqfo :
"Las almas son eterna8 e indivisiules, peTo BUS maneras de ser son
tan infinitamente vll.rif1.daseomo las formas de la materiu. Nada tienen
de comun con el espa<:io; i, el1 sus trl\nsieiolle8, son independientes del
tiempo,-do suerte que puellen pasar de uIIa a otra parte del universo en
virtud de leyes ente1·amente cstl'añas al movimiento," (Diálogo primero:
la Vision, p. 45.)
Con re¡;pecto ll.el al lila considerada en sí misma, ora :lea en su encarnacíon corpoml, ora el1 su existcncia espiritual: vcd aquí lo que añade
(DiáloO'o CUllrto: la Inmortalidad, p. 263, 273, 276:)
vida se debe a in prcsencia del alma, J amas podré creor51ue
ninguna division, refinamiento, slltilizacioll, }'nxtaposicioll ni cordmacion de las pa¡·tículas de la lIlateria, puedan crcar la sensibilidad ; ni qlle
la inúlijeneia pueda ser reSultado de combinaciones de ó-tQmof:!illSensibles i brutos. Esto seria para mí lo mismo q ne cr,;Jer q \1e los pla~etas
.
"La
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PSYCH1S
o
ESTUDIOS
DEL ALMA HUMANA.
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63
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jiran.al rededor del sol por propir, voluntad i designio especial, o que
raciocina uoa bala de canon al describir su curba parabólica.
"El Inundo esterno o material no es para ,nosotros, en defin-itiva,
sino una aglomeracion
de scn,:acioncs. H.emontando a los primeros
recuerdos de n nestm existencia encontramos nn princi pio eOllstantcmen te,
prescnte, el yo, q ne se asocia íntimamente C01llas sensaciones producidas
por los ól'ganos. Estos están en l'elacion con sensaciones de otro .1énero,
i las acompaiian, por decido así, a tm\'e:l dc las llIelamÓrfósis corporales
de nuestra existencia, marcando temporalmente
\lna línea de seIlsacion
que las abraza. todas.
"Podenios
consiJeml' la existencia lllllna1la como él ti po dc Illla
vida infinita e inmortal; i sn COlllpo8ieion s\lcesiva de sueiios i vijilias
podria presentarno;;, en verdad, \l1Ia imújen apl'llximada de la sllcesi(ln
do naéimient(J~ i llluertes de que se cOlllpone la vida eterna.
"La histol'ia entera dl31 alma prcsenta el elladro de lln desarrollo
efectllado conforme a cierta leí, no conservando nosoti"OS recuerdo "i)lo
de los canl bio;; q lll: nos han sido lÍtiles, El niño ha 01v¡dado lo q ne hacia
en el eeno de Sil madre, i bicn pl'unto no reeordltn1. nada tarnpoeo de los
sllfrimientos i 109 jueg-os de SLlS dos primeros :1008, lIai, sinembal'~o,
algnnos hábitos adquiridos desde esa edad que '-elllllS snu"isti,' en nosotl'\)8 dllran1ctodA la vida. POI' medio de SIlSórganos materiales e8 que
el principio anímico fnrma el teRoro de SIISpensamientos.
En la vejez d
€spíritn, cm botado, en tm en una especie de letargo, del tI lIe despertará
parlt una llueva exi"t en(~ia.
"La inteli.icncia hlllllnna, en Sil organiz8eion actllal, es natllra:.
mente limitada e ill1perfúeta; pero esta impCl'feccion depende de Sil
mecanismo matcrial. Es probable qllC, con una organizacioll lilas pe\'feeta, g-ozal'Ía la intelijencia de un poder ml1eho llJaS estenso,
" PodemOS suponer que la uniall illlllcdiata ucl cuerpo con el alma,
dc la matél'ia MIl el Espíritn tieno lugar pOI' la IllCdiaeion de nn cnerpu
flnídico illvisible,espccié
de elemento etéreo, inaccesible a llnestros sentidos, i qne es quizá, COIIrespecto al ('alol', la Inz, la electricidad, lo qne
{$tas SUII con relacion a los gases, El lllo~'imiellto es prouncido IIIUS
débillllentc-por la liJsteria li.ipl'a, i nadie ignora (pie ~jentes illlponderables, tal como la cleetricídad,
deniuan las lilas fncrtes COlliltr!l<;eioIIC¡;;.
"No llleparece
IlllflroLaule, agrega todavía Da,')', lJne algo del
mecanislllo rdilluuú e inUeSIl'llCtible de lws-fnerzas interllledilll'ías qne
ligan el alma a: clleqlO, Se aJhiera. al]wihc;pio
sensitivo, aun pasll.ft~o
este a otro cstallo ; ponj !lC,apesarde la destl'llccion de los órganos lIJ~teriales oeasionada pOI' lamn-ertc\ tales CO!110 los Ilen'iOil i el cCI'éoro, pnc,
de, sin duda, el alma conserval' indestrnctiblemellte
algíma ~osa de esl\.
naturaleza lilas etérea. Pienso nlg!ltlas '-ece6 qnc ]a8 facnltl\.c1es llamadas instintivas, pel·teaeeell a dicha natmaleza refinada." *
Así pensaban el gran IIlfitelllático de! siglo pasado i el elllinentc químico del principio del adllal,
ell lo que respecta a la naturaleza del
.• El célebre qúf:IDico inglé~ enuncia aquí la mi~·i&á
que, rcdudfa
n principio
incontrovertible,
es tratada por la cimcia ospírita en t.odtiS.llII dei!llrrollos, -a saber: 1110 exi~tencll\ del p8riB~}'-¡tU
i laa importantísimas
funci" -. M d~rnpeña
cerca del almo.
como_iuterme4ia.¡:la entre ésta i la. materia. Es no-- cierto, esta ~incidencin ; i la
opinion de un 6rgano tan autorizsdo de la. ciencia.
.
abrá de Jler ile mucho Jl€:'o eu
el &n1mo de los q~e creen o ap~relltan creet' qué, los principios proolllJnBdos :p<l.r
reell c<lpi!itismo;sm elncubramones fantásticas que,po:r-kimIBIDo,llo reposan sobre bue alg\ma taClonlt.l
i_ctllCltiva.-E. O,
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PSYCHlS o
64
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ESTUDIOS
...
DEL AUlA
HUMANA.
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,alma i a su distincion esencial do los cuerpos, anticipándose, por intnicion, a la ensefianza de la física contempQránea.
La conclusion del presente trabajo es qué el alma, llun mas que las
fuerzas físicas, es de naturaleza trascendente, e independiente de las
condiciones de la materia, del e~facio i del tiempo. N uef3tro precedente
estndio sohre " la tierra en lo :ntinito i en la eternidad," i el de hoi sobre
" la naturaleza del alma," nos sumin:stran
los dos primeros elementos
fundamentales
del conocimiento
de la vida eterna. Continnarélllos en
hre\'o la elllcidacion del gran problema de nuestros destinos, examicando así sepal'adamcnte los diversos puntos a que él se refiere.
CAMILLE FLAMMARION.
(De la lleC'lle .'lpirite
de Paris,
Enero de 1870.)
.
-. -------.-_.-"--"----- -
LA CARNE HUMANA. NO ES DÉBIL, SINO EL EspíRITU
HUMANO.
KS1'UDIO FrSIOLÓJICO I ~IORAr..
lhi
inclinaciones
viciosas qne son evidentemente
inhercntes al
espíritu, porqne dependen mas de lo moral que de lo físico; otras pareeen mas bien la consecuencia del organismo, i por este motivo, el que
las tiene se cree ménos responsable; tales son las predisposiciones
a la
cóle1'l1, a la molicie, a la sens\lalidad.
Está perfectamente conocido hoi, por ]08 filósofos espiritnalistas qne
correspondiendo
los órganos cerebrales a las divenms aptitndes, deben
su desal'\'ollo a la actividad del espíritu; que éste desarrollo es por tanto
\1n efecto i no \lna cansa. Un hombre no es músico porquc él tenga el
órgano de la música, si DO que mas bien, él tiene el órgano musical, porque IW espíritu es músico.
_ Si la actividad del espíritu obra sobre el eerebro, ella debe obrar
igualmente
sobre las otras partes del organismo.
El espíritu es así el
artífi(.e de su propio cnerpo, que él constituye,
por decirlo así, a fin ~e
apropiarlo a sns necesidades i a la manifcstacion de sns tendencias. Sentado esto, la perfcccion del cncq>o en las razas adelantadas
seria el
reBu1tado del trabajo del espíritn qne perfecciona BU instrumento
a
medída que S\lS facultades aumentan.
(Jéncsis segnnel
espiritism'o,
capBlllo XI.)
...
Por una consecuencia natural de este principio, las diepas ieiones
morales del espírítu deben modificar las cualidadcs de la safl'gl' e, darlo
mas o ménos actividad, provocar una 8cerccioIl mas o ménos abundante de bilis u otros flúidos. Asi es por ejemplo, que el gloton siente
venir la saliva a la. boca,
como se dice vnlgapnente, Ile le 'Vuelve la brica.
agua, :J, la vista de un plato apetitoso. No es el plato el que puede !!obreexcitar et órgano del gusto, pues qne no hai contado
entre ellos; es
pues el espíritu cuya sensualidad se despierta, quien obra por el pen&a"
°
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PBYCHIS
________________
o
ESTUDIOS
•
DEL ALMA lIUMAKA.
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6,1
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miento sobre este órgano, miéntrl\s qne sobre otro espíritu la vista del
mismo VIato 110 produce nada, Lo mismo sllcede con todas las concupiscencias, con tudos los descos provocadoil por la vista. La diversidad de
las emociones no Vllede esplicarse en muchos ca&os, si no por la diversidau Ile las ~nl\lidadcs del espíritu, Tal es la razon por la cual Ilna p(:rsana setlsible derrama fácilmente lágrimas;
no es la abundaneÍa
de
JágrillJas la qlle da la sensibilidad ~l espÍJ'itu, sino la. Re~sibilidad, del
espíritu la que provuca la secreclOn abundante de lagnmas.
BUJ0 el
imperio de la sensibilidad el organismo se ha modelado J.1Ol' esta dispoSiClO1lnormal del espíritu, como él se ha mudelado por el del capíritll.
glotoS~: ".1
'd
d 'd
d
"t
..
IgUlenuo este or en el cas se compren e (Iue un eS'pIrl u lraClble debe impulsar al organi:;nlO llevÚndolo al temperamento biliuso; de
donde se siguo que U1I hOlllb/'e 110 es colérico purque es bilioso, sino que
es bilioso pur(lllC es c:olérico. Asi sucede en t(Jdas las otras dispusiciones
instintivas;
un eBpíritu flojo e indolcnte deja bU u/ganislIIo e1l UIJ estado
de atonia cnrelacion cun su caráeter, miéntras que si él es activo i euérjico, dará a su sangre, a sus nervius cualidades llllli diferentes. La acchm
del espíritu sobre lo físico es tan evidente, q lllJ frecuentemente
sc ven
producirse gráves desó/'denes orgánicos pOI' efecto de violentas CUlIli '1eioncs morales, La espresion valgar: la emocion le ha trastoí'nadu ¿ú.
san.gl'e, no está tan desn nda de sentido como so podia creer; pero i quién
La podido rovol ver la sangre, si no las disposicivue::ó morales del
espiritu?
Este efedo es subre todo sensible en los grandes dolores, en las
grandes alegrías i en 108 grandes espantos, en que la l'caccion puede ir
hasta cansar la mucrte. Se ven jentcs que mucren de miedo de morir;
pero i qué rclacioJl exitite entre el cuerpo del individno i el objeto que
causa su espal.lto, objeto que frecuentemente IlU tielle ninguna realidad ~
~s, .~e di?e, el.efecto de !a imajinacion; Cll horab:lC~~; ~pero qué, ~c la
Jn1aJInaCIOn, SlI10 un atl'lbl;tu, un modo de senSIbilidad del CSpll'ltu?
Parece difícil atribuir la imajinacion a los músculos i a los Ilervios, porque cntóneos no se cspliea¡'ia por qué estos URÍBclllos i est.os nervios no
tienen siempre imajillucion; por qué no la~en
despncs de la muerte;
por qué 10 qne causa en los unos un es~'
mortal, 0/1 los otros excita
el valor ..
~:"'C
Cualq uim'a (pIe sea la sutileza que se emplee para espJicar los fenómenos morales, por la sola propiedad de la materia, se cae illevitabl(}o
mente en un atolladero, en cuyo fQDdose percibe con toda. evidencia i
como la única solueion posible,
espiritual independiente,
porqno
<ll organismo no es sino Un Pl:~<de lllanifcstaciun, como el piano es el
instrumento de manifcstacion"
. pensamiento
del músico. Lo mismo
que el músico templa su·
se pnedó decir q uc el espíritu templa.
su cuerpo para ponerlo en
<mía con sus di¡;posiciones morale».
Es'eiertamellte
curioso el' ellllaterialismo
hablar BiD. dCl!.CamlO de
la necesidad de realzar la dignidad del hombre, cuando él se esfuerza
en reducido a un pedazo de carne que se pudre i desaparece sin dejar
ningun vestijio, do revindiear pal'a ~hombre la libertad como un derecho natural, cuando lo hace un autú"
quo marcha como un muñeco
sin responsabilidad de sus actos ..
Oon el ser espiritual, independient
'. xistente i superviviente al
cuerpo, la respoD8abilid~d csa~luta;
pero para el mayor número de
er~r
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66
PSYCHIS
o
ESTVDJOS
DEL ALMA HUMAN.A.
los materialistas,
el primel'o, el principal móvil de ]30 creencia en el
ni9,uiJisrno, ,es ellllicd~ que causa csta responsabilidad,
que está ¡~as
aJla de la 1m humana, ¡ de la cual se cree cscapar ,~el'l'ando los OJOS,
Hasta hoi estA.responsabilidad no habia sido bien definida;
no era sino
Ilna creeucía "nga, fundada, es necesario l'Ccot\ocerlo, sobre creencias
qllc jamas habian sido admisibles por ]30 l'aZOIl; el espiritismo]a
demuestra como una realidad patente, efcctiya, ¡-in restl'Ícciun, como una
consecuencia natural de la cspiritualidad del ser; es por csto 'lile ciertllS jentes tieuen miedo del espiritismo, que los turbaJ'ia en sn quietud,
erijiendo delante de ellos e] tremendo tribunal del por,·cnir. Probar que
cl hombre es responsable de todus S1lS actos, C6probar su libertad de
accion, i probar su libertad, es enalteeel' su dignidad. I,a perspectiva dé
la responsabilidad
por fuera de bIci hurnal1a, e6 cImas poderoso e]emento moralizador: es el punto objeti\'o a que condnce el espiritismo
por ]a fucrza de las cosas,
Seglill las observaciones fisiolójicas que preceden, sepnede pnes,
admiti¡' que el temperamento es, al ménos en parte, deterrnmado por la
naturaleza, del cspíritu, qui~n. es ~ausa i 11? efecto, Decimos en )larte,
porque lllU casos en que lo físICO mflu)'e eVldelltemeIlt<~ sobre ]0 moral:
csto sucede, cuando un estado mórbido n anormal es dete1'lllinado por
una causa estema, accidental, independiente del espki!u, Goma ]a temperatura, el clima, los vicios hereditarios
de cotlstitncion, nna indisposieion pasajera, &.a El elemento llloral del espíritu puerlc entóllees ser
afectad u ell sus nlanif(>staciones por el estado pato.lójico, sin que Sil
naturaleza intrínseca sea modificada.
Disculparse de sus vicios COIllas debilidades de la earne, es pues Illl
subterfllj io para escapu¡'se de la responsabilidad,
La carne 110es débil
sino porque el espíritu es débil, lo que invierte 1:1 cnestion i deja
1\1 espíritu
la I'esponsabilidlld de todos sus actos, La came, que no tiene
pensamiento ni voluntad, 110pre\'a]ece .lamas SObl'Cel espíritu que es el
t;er pensante i volitiv.); es el espíritu quien da a la carne las cualidades
eOl'l'eilpondientes a sus instintos, como un artista imprime a sn obra material el sello de su jenio, El espíritu emaneipado d~loB instintos de la
bestia lidad se construye srl unerpo q uc no es ya un ti¡'ar. o por BUS aspiraciones hácia la espiritualidad de su sél'; es ~ntónces que el homhre coma
para "i"ir, porque "i"ir es una necesidad, pero no yive para comer.
La responsabilidad moral de ]os actos de ]a vida queda pues entera;
pero ]a razon dice qne las ~onsecuen~jas de est.a.re6pOl~sabilidad de,bea
ser en razon del des/mallo mtelectUld del cspmtn; mll!ntrs{l mas llustrado cs ménos escusable, porque con-':,la intelijcncia i el sentido moral
nacen las nociones del bien i del ~de
lo jnsto i de lo injusto. El
&alvaje todavía vecino a la animalida~i\:e
cede al instinto del bruto
comiéndose a su semejante, es, sin eonto
:cion ménos culpable que el
hombre civilizado que comete una simple injusticia,
Está ]ei encuentra ademas su ap]icacion en la medicina, i da la
razon de la falta de éxito de ésta en ciertos casos, Desde <¡no se mire el
temperamento
como un efecto i no como una causa, los esfuerzos hechos
para modificarlo pueden ser paralizados por lasdisp05iciones
morales
del CSpíl'itCl, que O[1oÍre una )'esistencia inconci.ento i. ncntraliza la accion
terapeÚliea,
Es pues sobre la causa primera que se deho obratO; si se
consig~~ caT?biar 1~6 ~ispo8ici?ncs ~oral:s del espíritu, elte!nI?eramcnto
se modlticara pOl' SllIlISmO baJO el lmpeno de una. vo!nntlld diferente, o
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PSYCHIS
o
ESTUDIOS
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6i
DEL ALMA HUMAl'íA.
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'.----.
a lo mén08 la. accion del tratamiento médico será secnndada en velí.
ser contrariada.
Dad si e8 posible valor al' cobarde, i verda cesar los
efectoa tisiolójicos del miedo; sucede lo mismo con otras disposiciones.
Pero se dirá, ¿ el médico del cnerpo puede hacerse el médico del
!l.lma ~ está en sns atribnciones hacert:e el moralizador de sus enfermos 1
Si, Ein dutla, dcntro de ciertos límitcs;
este es 1111 deber que un buen
módico lIO descuida jamas, desde que él ye l:n el estado del alma un
obstáculo al restablecimiento
de la salud del cuerpo, lo esencial es
aplicar el remedio moral con tino, prudencia i oportunidad,
segull las
oirennstanCÍlls. A este respecto su aocion está forzosamente circunscrita
porqne,ademas
de (lile él no tiene sobre sn enfermo sino un ascendiente
moral, es diticil una trasformacion de carácter en cierta edad; es pues a
la educacioll i sobre todo a la education pJimera, qu_c incumben los cui·
dados de esta Ilaturaleza. Cuando la ed llcacion dc"de la cuna, sea dirijida Cl! este sentido; cllando ¡,;etrate de sofpcar en Sil jérmen las imperfecciones fisicas, el médico no encontral"á ya cn el temperamento,
un
(.bstácnlo contra el cllal su ciencia es mas que frecuentemente impotente.
Esto es, como so ve, todo un estudio; pero un estudio completamente estéril miéutras 110 so tenga. en cnenta la aecioll del elemento espiritllllolsohl'e el organism". Participacion
incesa.ntemcn te acti va dd elemento espiritual en los fenómenos de la vida, tal es la clave de la mayol'
parte de los proulelllag contra log cuales se estrella la ciencia; cuando
la. ciencia haga elltrar en cuenta la accion de este principio, verá abrirBo-deJante de ¡,;Í horizonte::; entoramcntc IlUCvos. Es la dcmostracioll de
esta venlad lo que trae el Espirrtismo.
Traducido de l:l. «Revista Espírital> del mc~ de marzo de 1869.
BOGOTÁ
~.A.
DE GAIUN
, C.AJUl&lU. DE KEIV Á.
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PSYOHIS
o
ESTUDIOS DEL ALMA HUMANA.
LA. FUEB.Zl 1 LA. MA.TERIA.
Numeri rr.gunt mUIldum.
l.
POSICION
DEL PROBLEMA.
Papel de la cienoia. en la sociedad moderna.-Su
tendencia
a ultra.-pasarlos.-Las
poder i su gran,· czn..-Sn3 limites;
de la.
cieneia.s no pueden <lar nin¡,ruua. definicion de Dios.-
Procedimiento
jeneral del a.teismo contcmporáueo.-ObjecioncB
contra la. existencia
divina. sacsdsg de la. inroutabilida.d de las leyes i de la. union íntima entre la iuerzlI. i
lo. ma.terill..-··Ilu,ion
de los que afirman o niegll.Il.-Errores
de razonamiento.--LB
tion jene.rnl se reduce a. csúa.ble<Jerlas relaciones recíprocas de la.fller..a
cues
o
i de la tllJwncia.
El siglo en que vivimos está inscrito en caractéres indelehles en el
libro de la historia. Desde las recónditas edades de las civilizaciones
antiguas, IÚnguna época. ha visto como la nuestra ese despertar magnífico del espíritu humano: que afirma a la. vez sus derechos i su poder.
Ya no es el mundo cse valle de la edad media, en qnc el alma venia 3
llorar la falta del primer padre; i aislándose en el retiro i la oracion,
creia. conquistar un pucsto en el paraíso martirizando su cU('1'POcon el
cilicio i con la ceniza. Los trahajos de la intelijl'ucia ya no SOIl esas largas, oscuras e interroinahles disenciones de una nwtafísica infecunda,
edificados sobre puntas de agujas, levantados sobre las sutilezas de la
escolástica, a las cuales se cntregaron ciega.mente vastos jfnios i consagraron una preciosa vida de estudios, sin echar de ver que pel'dian a la.
vez su tiempo i el do un gran nÚmero de jenernciones. Allí, dondc los
cla.ustros encerraban en sus muros a los monjes i los reclinatorios,
6yense hoi resonar los pesados martillos de la industria, crnjir las
ciz.allas de fierro, i silbar el vapor de las máquinas inflamadas. Si
l~ instituciones monásticas tuvieron su papel en los siglos de inva.sion de los bárbaros, su fin ha sonado como el de su obra. pE'l·,'ced('ra:
el trab~io fecundo del artífice i del agricultor hace suceder la jnventud a la decadencia. En el anfiteatro de la. Sorbona, en donde se
discutía, sin fin, sobre los seis dias de la creacion, las llamas de
Pentecostés, el milagro de J osuó, el paso del mar Rojo, la forma de la
gracia. actual, la. consubstancialidad, las induljéncias parciales 1) plenarias, &,11. i sobre otras mil materias tan difíciles de profundizar, se ve
hoi el laboratorio del quimico, en p~yo seno los elementos de la
materia vienen dócilmente a medirse i a pesarse; la mesa dé! ::mat6-
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70
P"YCHIS
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o
ESTUDIOS
DEL ALMA BU1l!A~A.
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__ --.--.-------.
mictf sobre la cual el mecanismo del cuerpo i las [unciom·s de la vidf\
se hacen patentes; el microscopio del botánico, que deja 80rprender el
primer paso vacilan te de la esfinje de la vida; el telescopio del astn)tloroo, que muestra mas allá do lO!! cielos trasparelltes los movimientos
formidables
de soles inmensos, arreglados por las mismas leyes que
determinan b caída de una fruta; la cátedra de la ensef,anza esperimental, en torno de la cual las intelijencias populares vienen a agrupar
sus filas atentas.
La tierra está tasformada. So ha viajado al rededor de dI a, se la ha
medido, i ya no es Carlomagno quien la lleva en su mane: el compas
del jcómetra 6e ha sustituido
al cetro imperial. T"os océanos están por
todas partes surcados por navíos de velas infladas, por ]a Dllye rápida cuyo hélice perfora las hondas; los continentes l'on recoiTidos por el
dragon flamíjero de la locomotiva, i, bajo el techo del telégmfo, con ver~amos en voz baja de un estremo a] otro del mundo; el vlpor da una
vida desconocida a innumerables
motores, i la electricidacl nos permitD
contar en el mismo momento las pulsaciones de ]0.. humanidad
entera.
No, la humanidad
jamas ha asit:;tido a semejante fase; nunca. su seno
se ha sentido inflado de vida i de fuerza como hoi; DUDea 8U corazon ha enviado con nn poder tal ]a llama i el calor hasta las arterias
mas lejanas; nunca su mirada estuvo iluminada
por semfjantc rayo.
Por "astas qne sean :<.Únlos progresos por adquirir, nUCHtros descendientes se yerán forzados eternamente a reCflnocer que la ciencia debe ll.
nl1rstra época el estribo 00 Pegaso, i que si crecen todavía i \"eU 11.'vantarl'e el sol a su cenit., su dia !lO brillaria sin nuestra aurora.
Pero, lo que lla a la cicncia su fuerza i Sil poder, sepámoslo bien,
es el tener por o1>jeto de estlldj.o8 elementos bien determinlidos, 'illo ya
nhstrncciones i fillltasmas. Es que: química, acomete el volÚmen i el
reso de los cuerpos, examina l'US combinaciones, determina sus Telaciol\eS; fí¡;ica, busca SU;! Ill·ol1iC'llade", observa
6U!\ relaciones i las leyes jcneTales que los rijen; botánica, empie;m el estudio ue Ins primeras condiciones de la vida; zoolojía, Rigue las formas de la existencia i rejistra
las funciones asignadas a !flS <',rganos, los principios de ]a circulacion de
la matt·ria en los -s0res viviclltes, de sn entretenimiento
i de su metumÚrfosis; antropolojía, pnll:hl. lns leFs fisio16jlcas en accion en el organismo humano i uetermina tI paJlt'l de los diferentes apn,ratos qne lo
constituyen;
astrpnomía, inscribe los movimientos de los cnerpos celestt.'s i desenvuelve la nocion de las leyes directoras del universo; mat~mática, formula esas I{'yes i trae a la unidad las relacione3 numérieltS
de ]UB cosas. Es esta dderminacion
precisa del ohjeto de sus estudio8,
la que da a]a ciencia su valor i su autoridad.
Hé aquí cómo, hé aqni pM
qué es grande. Pero estos títulos la obligan a un deber imperi!lso. Si,
olvidando esta com1ician de su poder, se aparta de estos oljetos fundamentales para revolotear en el espacio imajinario, pierde en el mismo
instante su carácter i su ra::on dr ser.
Desde entúnc('s los argumentos
que pretende imponer en aquellas
rejioneA fuera. de su alcance j de :;u fin, no tienen derecho' ni mision
rara ello; pierde aun entúllccs su cualidad propia i no merecé llevar
el nombro Je cieocin. En esta posicion, es una soberana que acaba de
abdicar. Ya no es ella a quien se escucha': Bon sabios qut' peroran (lo
que no es siempre una misma co~a), 1 esos sabios, cualquiera que gen
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l'SYCHIS o l:STUDlOS DEL ALMA llUMA~A.
71
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por otra parte su valor, no son ya los intérpretes de la ciencia desdf:'el
instante en que se lanzan fuera tic su esfera.
Es esta precisamente
la posicion de lus defensores del mate?'.ialis1ilo contemporáneo j aplican la astronomía,
la química, la física,
i la fisiolojíu. a proLJc.ruas que ellas no pueden ni quieren resolver;
i no solamente constriiien estas ciencias a contestar cncstiones fuera
de Sil competencia,
sino que las tortUl'all corno a poLn's esclavas para
hacerJas confesar contra Sil agrado, i falsamente, proposicioncs en que
.iaL:as han pensado. :En lngar de ser inquisidores
del vocablo, son inquisidores del hecho. :Mas no es la ciencia la que tienen en sus manos,
sino su simulacro.
Probaremos
en las discusionf's siguientes, que esos sabios se hallan
completumentú
fuera de la ciencia; que se engañan i nos engañan; que
sus razonamientos,
sus deducciones, sus consecuencias son ilf'jítimas, i
que en su amor perdido por esa ciencia viljinal, la comprometen singularmente i la !lPrderian enteralll('nte en la opinioIl pública, si 110 se
tuviera el cuidado de demostrar que en lugar de la realidad, solo tienen
en su pose¡.;ion una sombra ilusoria ..
La circunstancia
Il1US enojosa i la razon dominante
que nos ordena
protestar clmtra esas hazañas de un estandarte
engaiiador, es que
pn nuestra Ópoca se ~iente, o al ménos se presiente universalmentt'
L'l
papel i el n.]e;a[)(.:ede la ciencia;
SI) COlrlprende
'1ue fuera de ella
110 hai salud, i (IUC la Illlmanidud bamualeatla tanto tit,mpo 8,)hl'e el
océano de la ignorancia, no t.iene sino un solo puerto qne ('sp(,rar: la.
tierra firnll' dd sabl'r. 'rarnhien ('1 pensamiento hUllHlno estiende COIl
cOl1viccion i esperanza sus brazos hácia la ciencia. Desde uu si:rlo ha
recibid() tantas pruelms de su poder i lk su riqueza, que esirt dispuesta a acojer COIl recoI1ocimiento toda;; las t'nsl'iianzas, todos los
tlisc1ll'sos. Ahí cs donde yace moment.Úneamente un lazo para el t'spiritualisrno. Un cierto nÚmero de los que cultiv,\Q la ciencia, qUl' la rcpresentan o que se hacI·n sus int(:rpretes, enseiian falsas i fUlwstas d0Ctrillus:
los espíritllS sellit'ntos I~ inciertos que beL['n ell sus libros los
conocimientos
de que sienten nl'cesidacl, bt'ben con ollos llTl veneno
pCl'Ilicioso, sllscept ible de destruir en su seno una parte el!:'los bC'IJeficios
del sabn·. lil' !l(jllí por qué es necesario detl'ner Ull Illovimier,to tan
deplorubl,' i qlle alllenaza. Sl'r lIniversal. He aquÍ por qué es soberanamente intlis]>t·nsable tbc\l[ir esas doctrinas i ,kmustrar que están léjot!
de derimrsc de lu ciellcia, con tanto rio-or i tanta facilidad como se
dice; sino qUtl son mas bien t'l prodn~to grosero de pensamientos
ilist.emáticos que, renovados perp6tuamentt',
hun tenido la ilusion de
creerse fecundados por la ciencia, cuando no ha\.lian recihido de ('se fulgulante sol sino lln pálido i estéril rayo dl·sviado de Sll direccion natural.
Hui ciertas cuestiones profundas que, en el CllrSOde la vida humana, en las horas de solt'dau i dI' silencio, se colocan ddantc de nosotros, como otros tantos puntos int~rogativos
inquietantes j misteriosos.
Tales son los problrmas de la existcncia uel a.lma, de nuestro destioo
futuro, de la existencia de Dios, de BUS rdaciones con la cre,~cion.
Estos V/lstos e importantes pl'oLlemas nos envuelven i nos dominun con su inmensidad,
porque nos esperan, i en nuestra iglJurancia. respecto de ellos, no podemos racionalmente
lilmlrnos de nn
cierto temor de lo del:iconocidu. Como lo escri1ia rascal) llllO Le' eSQs.
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72
PSYCHIS
o
ESTUDIOS
DEL AL:M4. HU;lIANA.
próblemas, el de la inmortalidad del alma, es una cosa tan importante,
que es menester haber perdido todo sentimiento para ser indiferente a saber lo que hai en él. Puede aplicarse la misma obsorvacion a la existencia ue Dios. Cuando reflexionamos sobre estas verdades,
o solamente sobre la posibilidad de su existencia, se DOS aparecen bajo
un aspecto tan formidable, quo nos preguntamos, cómo podria ser que
seres pensadores, hombres, puedan vivir enteramente en la3 preocupacianea de los interesfs transitorios, sin salir algunas .••.
eces de 8U
apatía por esas interrogaciones implacable!:!, Si es verdad, como creemos
haberlo observado en el mundo, que hai hombres completamente indiferentes, que nunca han sentido la granc1rza de esos problem¡\s, esperimentamos respecto de ellos un verdadero sentimiento de compasion.
Pero, si llevando la indiférencia a un grado mas brutnl 1.Ún,los hai
que, de hecho lwnsado, desdeiíullllo elevar su espíritu hácia esas importantes materias, porque les prefie¡'en los dulces goces de la vida.
física; aquellos, confesérnoslo altamente, 108 drjamos sin EscrÚpulo en
eu inercia, considerándolos como fuera de la esfera intelectual. Los pensadores reservan sus trabajos i sus estudios para los que juzgan en mas
alto precio las contemplaciones de h\ intelijencia.
El problema de la existencia de Dios es el primero entre todos.
Tambien es contra el que est¡ín dirijidas las primeras i las mas
poderosas baterías de los materialistas que tenemos qlw combatir. Se
quiere probar por la ciencia positiva que Dios no existe, i que e;;ta hipótesis solo ('8 llna eberracion dl'l e;;píritu hnmano. Un gran nÚmero
de hombres sérios, convenciJos del valor de esos pretendidos razonamientos científicos, se han colocado sucesivalDrnte en torno de esos novadores restanrados, i las filas de los materialistas se han abultado
desmesuradamente, en Alemania, luego en Francia, en Inglaterra,
en Suiza i aun en 1talia. Ella, no tememos decirlo, todos los que,
maestros o discípulos, se apoyan en el testimonio de las ciencias
esperimentales para concluir en la no-existencia de Dios, cometen
en eso la mas grave de las inconsecuencias. Nos hallamos en capacidad
de acusados de error, i justificaremos esta acusacion, por mas que
los espíritus contra quienes va dirijida puedan, por otra pal·tc, ser hombres eminentes i honorables. En nombre mismo de la ciencia esperimental es qne venimos a combatidos. Dejamos en la sombra toda ciencia especulativa, para colocamos esclusivamente sobre el mismo terreno
que nuestros adversarios. No pensamos con DemÚcrito que el medio
LIwjor <le vacar fructuosamente a la. filosofía, sea el de saearse los ojos
para escapar a las distracciones i a las observaciones (1('1mundo e~terior: por el contrario, permanecemos firmemente en la esfera de la observacian i de la esperienci3. En esta posicion, declaramos que por un
lado la ciencia no se ocupa inmediatament.e del problema de Dios, i que
por otro, cllando se llega lJ. aplicar a este problema nuestros conocimientos científicos actuales, léjos de tender a la negativa, afirman
llor el contrario la intelijencia i la. sabiduría. de las leye3 que rijen la
natnraleza.
La elevacion hácia Dios, por el estudio científico de la naturaleza,
:masmantiene a igual distancia do los dO<i estremos: de los que niegan
i de los que se permiten definir familiarmente la causa suprema, como
si hubieran sido admitidos a su consejo. Combatimos cen la.s mismas
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rSYCHIS
o ESTUDIOS
DEL AL:lIA ITt:!lIA}<A.
73
armas potencias opuestas:
el materialismo
i la ilusion relijiosa. Pensamos que es igualmente fi.dso e igualmento
peligroso creer en un
Dio~ infantil o negar toda causa primera.
En vano se IIOS ol>jetará que no podemos afirmar la exi8tencia <16
un sér que no conocemos: pongámonos en gnardia contra tal~s presunciones. No, no conocemos a Dios, pero l:iab('m08 quo existl'. No conocemos la luz, pero sabemos que ella irradia de lo alto de los cielos. No
conocemos la vida, pero sahemos que despliega I:iUS esplendores sobre la
superficie dclmunua.
"Estoi mui distante de creer, decia GWt]H' a Edwrmann,
que tenga
del Sér Supremo una nacian exacta. :Mis opiniones, las que he dicho O .
escrito, se resumen tod:.lS en e:;to: Dios l.'8 incompnnsible,
id hombre
sólo tien<J de él un sl'lltillliento Yago, una idl'a llproxilJJlltiya. Por lo
<lemas, la na turaleza i l(ls hombres estamos de 10.1 modo p,'netrados de la Dil"ilJidad, que dJa nos sostiene! en ella vivimos, respiramos
i somos: ~mfrinj()S i nos regocijamos, srgun las leyes eternas, respecto
de las cuales uesullpeiiamos
un papel a la vez activo i pasil'o; poco importa que las reconozcamos o no, El niiio He' re~ala con el pastelito, sin
inquietarse pOI' saber (luién lo ha hecho; i el gorrion picotea la cereza.
sin pensar cómo ha nacido. Qué sabemos de la idea de Dios, i qUl~ significa, ddinilivumente,
rsa. inluieion estn'cha qtw tenemos del ~;h' Supremo? AIlJ1 cllando lo designara como los tUl'COSpor una ceJ1eena de
nom1¡¡'es, me quedaria todavía iníinitamente
lnf('ricr a la vfnlad, tan
innumerahles :ion sus atri1!utus .... Cúlno el SI;r aU~l1sto que llamamos
la Divillida(l se mallífil'sla no ::tlIamente en (·1 homhre, sino aun en el
seno de ulla naturalf'za. rica i poderosa, a~í corno (.n los grand\,s acontecimientos dd mundo, la idl:a qlle nos formames de 'JI, segun las cualidades llllmtwas, es nidclltemente
insuficicnte,"
La idea qUf. nue:;tros antl:'pasados se 11an formado de DioR, estuvo
en todas las ép0cn::; en armonía con el gra(lo de ciencia auquirida sucesivamente rl)r la lturllanida<1. C,)mo el ~ahrr humano, esta illea es variable i debe neccsari'lU1ente progresar. Por mas tIne se pretenda, cnda.
una de las nociones qlle constituYl'u el tlominio dd espíritu humano
debe marchar ue frcnte con el }Jrf1gresojt'neral: so }1rna de qucu:1r atraso
En el conjnnto de un ~istf'ma en movimiento, todo pnnto qlle se obstinara en perIllllUCCCI' lstaeionario
rdrOCl'dl'ria en rmlidal1. Nadie está,
pue8, admitido en nucstros dias a dpclnrar dogmÚticulIlente qne talo
()nal nocion ('8 perfi'C'¡l i debe gunrdar <:l stC/tu qU!J de la infalibilidad.
Hace parte dl., la marcha progre:1¡va del espirit u o lit). En d prirnt'r caso,
es menester svgnirla inte~rallJlt'lIte.
En el seguw.1o, es }lrecis,) confesarse ntras. ComprélHhse Lien esto.
DigÚmoslo ii'ancamt'nte,
en ciencia csperimcl1tal, Dios no debe ser
admitido
a prim'i, ni el d"stino ni el fin que creemos compren~ler en las (¡lms de In nat nraJ"za. J,as doctrinas a priuri han cadncado
1 ya no las queremos,
Lo confe":lmos con los materialistas,
los que han
tomado a Dios por punto de partid,L i no a la naturaleza
¿ 110S han
esplicado las propiedades de la matrria o las le}'!';; HC'g-nnlas cuales está.
, gobernado ellllundo?
¿Han podido decimos ¡;i d sol camin,1ba o se
paraba? si la tierra era un I-'IIIho o un llano? CII<i.lera 1,1uesignio de
Dios, &."-? No, ptl!',: que srl'ia un imposible. Partir de Dios en la investigacion i en el exámen de la creacion, es un procedimiento que no
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PSYCHIS
o
ESTUDIOS DEL ALMA lIUlIANA.
tiene ni sentido ni objeto. Ese triste método de estudiar h naturaleza
i de sacar de ella consecuencias filosóficas creyenuo poder construir con
una simple teoria el universo i establecer las verdades naturales, ha
l)erdido felizmente todo crédito largo tiempo ha. Es pl'eJisamente al
método opnesto al que las ciencias naturales deben los grandes progresos i los resultados tan fdices de nuestros tiempos.
Mas de q \lO en virtnd de la ciencia esperinwlItal sustituimos a la.
hipGtesis pn'cedente
los resultados a postcriori del exámEn, ¿ es una
raZOIl para que estemos obligados a cerrar los ojos i a negar la intplijencia, la sabiduría, la armonía reveladas por la observacion misma? ¿Es
una razon para dc·negamos a toda conclusion filosófica i para quedarnos atras por t.emor de tocar el fin? ¿ Es una raZOll para dflr la mano a
los escépticos modernos, q \lC, a pesar de la evidencia, desechan toda
luz i toda conclusion? No 10 creemos. Es, por el contrario, en virtud
del método que dIos preconizan como hacemos constar su dl'negacion j
su inconsecuencia.
Importa, ante toda discusion, determinar bien las posiciones recíprocas, a fin de evitar cualquier concepto errado. Esperamos que las
declaraciones que preceden basten para. establecer categóricamente
la
nuestra. Combatiremos
francamente el materialismo,
no cen las armas
de la fe relijiosa, no con los argumentos de la fraseolojíl\ es{~olástica, no
con las autoridades de la tmdicion, sino con los razonamientos que inspira i fecunda la contemplacian
científica dd uni\'erso.
Examinemos primero de una prilllt>lu mirada ellll'ocedimiento
j0neral del ateismo con tem porílIleo.
Este procedimiento
ofrece relaciones srnsibles con aquel de que ¡:e
sirviÓ el Baron de Holbach al fin del siglo último, para establecer sn famoso Sistema de la naturaleza, obra de un materialismo
vulgar, por
la cual creia Goothe no tener jamas bastante dQl;precio, i que trataba
de "\'crdedt>l'a quinta esencia. de la vejez presumida e insípida!'
El
nuevo procedimiento,
mas esclusi"amente
científico, sinerr:burgo, consiste principalmente
en declarar qne las fuerzas que dirijrn el mundo
no lo dil'ijen: que léjos de ser sobemnas de la materia, son s~s esclavas;
i que 0s la materia (inerte, ciega i desprovista de intelijen'Jia) la que,
moviéndose por sí misma, se dirije segun leyes, de que es con todo incapaz de apreciar el alcance.
N uestros materialistas
actuales pretcnJen qlW la mat~ria existe de
toda eternidad; que eternamente
está reYl:'stida de ci(>rtas Fopiedades,
de ciertos atrihu tos, i q lle esas propiedades, calificativas de la materia,
'bastan cnn ella pura esplicar la existencia, el estado i la. c)nscrvacion
del mundo.
Sustitl1yen así un dios-materia
al Dios-espíritu.
Enseñan que la
materia gobierna el lUnndo, i que la.s fuerzas físicas, químicls, mecánicas, no son sino SllS cualidades.
Para refutar este sistema, se trata pues de tomar exactaml~nte la contraparte; de demnstrarqne
es un Dios-espíritu quien rije la creacion i'no
un incomprensible
dios Ini\teria; de establecer qne la susta,ncia no es
propietaria de la fuerza, sino al contrario, su esclava; de Jll'Obar que,
la direccion del mundo no pertenece a las moléculas cieg¡lS q ne lo constituyen, Eino a las fuerzas bajo cuya accion aparecen las I::'yes supremas. Sustancialmeute,
es en esta demostracion fundamental
donde se
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l'SYCRIS
o
ESTUDIOS
DEL ALMA nU:llANA.
75
resume el problema. Esperamos que resaltará resl)landeciente
de los
estudios q Ud hacon el objeto de nuestro trabajo.
1 ya qne nuestros ad\'t~rsarios 8C a.poyan en 10s verdaderos hechos
científicos para establecer su error, se trata aÚn para nosotros ue apoyamos sobre los mismos hechos para combatirlo.
A decir verdad, aun cuando estuvicra tlemostral1o que el universo
no es :¡ino un mecauis.¡no material, cuyas fuerzas no pertenecen a un
motor, sino que se remontan sin cesar a la matcria i descienden sin cesar
como un sistema de movimiento perpetuo, la caus3. de Dios no sería
por eso perdida. Mas desde el oríjen de la filosofía, desde Heráclito i
Demócrito, el sistema mecánico del mundo fuÍ) jeuernlmente el refujio
i la razon de los ateos, miÍ)utras que el sistema diniírnico fué el apoyo
de los espiritualistas.
Pertenecemos
en principio a la concl'pcion diná~
mi&'l. del mundo i combatimos el sistema íncompl¡;to de un mecanÍllmo
sin coustrnctor.
Como lo cspresa jniciosamentc el HeUJr Caro " pe,r una
parte el ,~mecanismo" esplica toJo por combiuaciones i agrupamientos
de átomos primitivos, eternos. Todas las variedades de los fenómenos,
el nacimiento,
la vida, la muerte no son sino el resultado mecánico de
composiciones i de descompo~icioneg, la manifcstaeion de sistemas de
átomos que se reunen o se separan. El "Jilltlmico,"
por el contrario,
trae todos los fenÚmenos i todos los sérea a la idea de fuerza. El mundo
es la espresion ya de fuerzas opuestas i armonizllllas entre sí, ya de
una fuerz¡\ única cuya metamórfusis perpetua h:lcC b universalilad
de
los séres.
Se puede Rentar que, aunque la esplicacion segllnrl(G de las cosas sea
hasta cierto punto independiente de la esplicacioll primera o met~\física,
la historia atestigua
el hecho constante de que hai afinidad IIntural :
por una parte, entre la esplicaciou mecinicn. del mundo i la hipótesis
qUé suprime a Di08; por otra parte, cntre L\ teoríj. t1in{tmica del mundo
i la hipótesis que lo diviniza en su principio. L¡l teoría mec{mica que
establece la pura necesidad matemática en las aeciones i las reacciones
que forman la vid'a tIel mundo, es incompleta porqnc suprime la idea
de caUS[~i disipa en humo el mundo moral. La teoría de una fuerza
Única, universal, siempre activa, que forma la va.riedall de los séres
por sus metamórfosis,
relaciotlll esa uni venmlidad misteriosa Gon una
fuerza primordial.
Pudiérase
pucs simplemente
acusar el procedimiento jtoneral de
nuestras contradictol'cs de consistir CIl \lna faltn. gramatical:
atribuir a
la m¡¡.teria un poder que no pCl't¡;nece sino a la fuerza, i pretend':r que
la fncrza no es sino un adjetivo calificativo, mi{~ntras que tienc los mis~
mos derechos que la materia al rango de sustantivo.
Examinemos ahora en este mismo golpe tic vista en conjunto, cuáles
son los grandes errores que andan a la par de este procctlimiento i lo
sostienen, i que encontraremos bajo U¡V('l"::Hts
fi)rmas en el detal de nuestras discusiones.
El primer error j.'neral con que se en;;aiian los materialistas,
es que
se imajinan que, para que Dios exista, es menester qne gOC'3 d,~ una
voluntad caprichosa. i no de Ulla voluntad constante e inmutahle ¡~n su
perfecciono Por ejemplo, Arited, el sabio escrut.ad,)\" del mundo fisico,
ha espl'esado juiciosamente
las relaciones do Dios con la n[\,tumleza
] L~ filosofia de G«:!he, ca.p.
VI.
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76
PSYCIIIS
o
ESTUDIOS
DEL ALMA HUMANA.
diciemlo que "el mundo está gobernado por una razon eterna qne DOS,
manifiesta. sus efectos en las leyes inmutables de la naturaleza." El
doctor 13ilchner opone a esta proposicion la especiosa olljecion que sigue: "Na.die podria comprender, dice, cómo una razon eterna que gobierna se aviene con leyes inmutables. O son las leyes do la. naturaleza
las que gobiernan, o es la razon eterna; las unas alIado de la otra entrarian a todo momento en colision. Si la razon eterna gobernase, las
leyes de la nat1ll'all'za serian 8uIJérjluas j si, por el contrario, las leyes
inmutables de la naturaleza gotliernun, ellas escluyon toda intervcncion
divina."-" Si nna personalidad gobierna la materia con un fin, dice
:Moleschott, la Id de la necesidad desaparece de la naturaleza. Cada
fenómcno viene a ser patrimonio del jurgo de la casualidad i de una
arbitrariedad sin freno (!!)."
S0 convcudní que esta grave objecion es bastante singular. Este raro
razonamiento tambalea por su propia base. Nos parece, rOl' el contrario, que la intelijencia q no se hace notar en las leyes de la naturaleza,
demuestrn. al ménos la intelijencia de la causa a que son debidas estas
ley<'s; i que estas leyes son precisamente la espresian inmutable de esta
intelijeuci::t dorna. ¿No es un tanto ridículo pretender que esta causa
dehe cesar de existir por la razon de que está en íntima concordancia con
esas mismas leyes? Ved, por l:'jemplo, un excelente arpista, de una
habilidad tan perfecta que los acordes que vuelan de las cuerdas estremecidas parecen identificados con la poesia de sn alma: lUE'goesa alma
no existe, pues rp1C para admitir su existencia seria menester que algunas vcee;; se }lUsicsc arbitrariamente en desacuerdo con las leyes de
la armoní¡\! Este modo de raciocinio es tan evidentem~nte falso,
que los mismos qne lo emplean, lo reconocen implícitamente. Así,
Biic1mer relacionando, respecto de los milagros, el hecho de que el clero
ingles habia pedido al gobierno que ordenase un dia jcneral de ayuno i
de plegarias para apartar el cólera, alaba a lord Palmerston por haber
contestado qnc la propagacion del cólera estribaba en condiciones
naturales en parte conocidas, i podria detenerse mas bien for medidas
de sani(lad que pOI'pl('~arias. Mui bien! El autor aliade mejor aún:
"ERtn. contestacion: dice, le atrajo el reproche de ateismo; i el clero
declaró que era un pecado mortal el no querer creer que la Providencia
pudiese tralJs~f(:<1il'en todo tiompo las leyes de la naturalezf .. Qué singular idea se forman esas jentes del Dios que se han creado! Un LejislacIor Snpn>mo que so dEjara doblegar por ruegos i sollozos para trastornar el órden inmutable que ha creado, violar sus propias leyes i destruir con su mano la accion de las fuerzas de la naturaleza."-"
Todo
milagro, dice tambien Cotta, si existiera, probaria que la creneion no
merece la veneracion que tenemos por ella; i el místico deberia necesariamente concluir de la impcrfeccion de la. creacion, la imperfeceion
del Creador."
Así, ved a nuestros adversarios por primera vez pugnando contra.
sí mismos en lo que por una parte no quieren admitir: que UER razon
eterna. pueda. ¡~justarse con leyes inmutables, i que por otra parte piensan con nosotros ql1(~ la idea de inmutn.bilidad, o al ménos de regularidad, se ajusta mní.;ho mejor con la perfeccian ideal del sér d€sconocido
qua llamamos Dios, mas bieIl que la idea de cambio o de arbitrariedad
que ciertas creencias pretenden imponerle. '
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rSYCHIS
o ESTUDIOS
DEL ALMA IIUMAKA.
77
Un segundo error jeneral que no es ménos funesto que el precedente
i que engaña igualmente a nuestros contrallictores, es el de creer que
para que Dios exista es menester que esté fuen" del mundo. N o vemos
bajo ningun protesto la razon de esa pretendida necesidad. 1 desde
luego, ¿qué es esa idea de una causa soberana fuera del mundo? A
dónde limitais el mundo para dejar campo a esa. idea? El mund,), esto
es el espacio en el cual se mueven las estrellas i la tierra, ¿no es infinito por su csencia misma? En cualquier lugar que os irnajineis un
límite a ese cspacio, ¿es que mas allá no se renueva el mismo espacio?
Es que es posible poner límites a la inmensidad? En dónde, l\Ucs, se
imajínaria a cso Dios fuera del mundo? Es fuera de la materia que se
quiere decir? Pero qné es la materia misma? agrupamientos de moléculas que no pueden cojerse. E,;, pues, imposible prccisar senHtiantc
posicion. Dios no puede estar fuera del mundo; pero él está en el mismo lugar <¡ue clm un do del cual es vida i sosten. Si DO tcmiésemos
la acusacion de panteistas, agregariamos quo "es el alma del mundo."
El universo vive por Dios como el cuerpo obedece al alma. En vano
los teólogos pretenden que el espacio no puede ser infinito; en yano 10B
materialist.as so encarnizan tras de un Dios fuera del mundo; sOHten€mas que Dios infinito está con el mundo, en cada átomo del universo.
Adoramos a Dios en la naturaleza.
Sinembargo nuestros adversarios combaten perdidamente 511 fantasma. "No se debe comiderar el ~obierno del universo como un (n'den
arreglado por un espíritu fuera del mundo, dice Strauss, pero sí como
la razon inmanente a las fuer7.as cósmicas i a sus relacioncs." En cuanto
a nosotros, esa razon la llamamos Dios, miéntras que los ateos modernos se sirven de esta declaracion para pronunciar quo Dios, no estando
fuera del mundo, DO existe, "'l.'odo, dice H. Tuttle, desde la tiña (perdon por la espresion) que danza a los rayos del sol, hasta la intelijcncia
humana q110 emaDa de las masas medulosas del cerebro, c>itásometido
a principios fijos. Lueg-o Dios no existe." Luego Dios existe, concluimos nosotros.-" Cada uno es libre para salvar los límites del mundo visible, ¡dice Bii:chner, i para buscar 1Jm'fuera una razon que gobierna, uu
poder absoluto, una alma del mundo, un Dios versonal, &.11" Pero
quién os habla de esto?-" Jamas i en ninguna parto, dice el mismo
letrado, en los espacios mas distantes que haya revelado el telescopio,
se ha podido observar un hecho formando escepcion i que pueda hacer
admitir la necesidad de una fuerza absoluta obrando por fucra d(3las
cosas." Pero, aun una vez, quién os habla de esto?-" La fuerza no es
un Dios que .impele, dice }101eschott, no es una esencia de las cosas
aisladas del principio material."-"
Nadie tendrá la vista bastante limitada, dice en otra parte, para ver \In las acciones de la naturaleza fuerzas que no fueran unidas a un sllbstracto material. Una fuerza que se
cirniera libremcnte sobre la.materia seria una idea absolutamente vaeía."
Decididamente, hai aun hoi dja caballeros andantt's que guerrean
al rededor de los viejos torrcones del Rhiu i quo de buena gana se baten
con los molinos de viento, a la manera deLhéroe de Cel'vántes. 1>01'que, en fin, ¿ cuál es el filósofo hoi que ensena un Dios o fuerzas por
fuera de la. naturaleza? Nosotros vemos en Dios la esencia virtual que
sostiene el mundo en cada una de sus partes infinitamente peq neílas;
de donde resnlta que el mundo está como bañado en él, empapado por
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78
l'SYCHis o ESTUDIOS DEL AUrA HUMA~A,
todas partes, i que Dios está presente en la composicion misma de
cada cuerpo.
Así, la nrimera zanja cayada por nnestros adversarios para el sitio
del espiritualismo ha sido colmada por ellos mismos; la segunda ni aun
está dirijida contra la ciudadela, i nuestros soldados alemanes andan
a tontas i a locas.
U n tercer error capital e imperdonf\ble para sabios de cierta edad,
es que se imajinan tonel' el derecho de afirmar sin pruebas, i que se
arrullan con la eanc1orosaconfianza de que tenemos el deber de creed os
por palabra. Ellos afirman donde la cif'ncia guarda el mas profundo
silencio, Afirman como si hubieran asistido al consejo de la creacion, o
como si ellos mismos hubieran creado el mundo.
Ved algunas muestras de aquel jénero de raciocinio, cuya infalibilidad se proclama tan arrogantemente. Que los espíritus un poco a.costumbrados a la práctica de la ciencia se tomen el trabajo de analizar
las afirmaciones siguientes:
" La fuerza, dico Maleschott, no es un Dios quo da impulsioD, no
es un ser separado do la sustancia material de las cosas (quereis decir
separado o distinto?) Es la propiedad inseparable de la materia, que
le es inherento de toda eternidad. Una fuerza que no estuviera adherida a la materia seria uua idea absurda. El azoe, el carbono, el hidrójeno i el oxíjenn, el azufre i el fósforo, tienen propiedades que les son
inherentes de toda eternidad .... Luego la materia gobierna al hombre."
Cada una. de estas afirmaciones o de estas nq;acioue:l es una pcticion de principio: todo dependo del sentido que se dé [~los términos
discutibles empleados uquf; se resumen en declarar que la fuerza es
una propiedad de la materia. Luego precisamente en esto está la
cuestiono Esos arrogantes campeones que pretenden repre:;cntar la ciencia i hablar en su nombre, no se dignan siquiera segnir el método científico que consiste en DO afirmar nado. sin pruebas. Han estereotipado
una máxima que brilla en letras de oro sobre el paño de su bandera:
"Toda proposicion DO demostrada esperimentalmcnte no merece sino
el deaden," i ellos la. olvidan desde el principio do su discurso. Son predicadores de un jénero nuevo: Haced lo que digo iD) lo que hago.
Manifestaremos cn ef{'cto que los que afirman que la flerza DO da la
impulsion a la materia, toman esta idea en su imajina,~ion i no en la
ciencia.
Oigamos algunas otras afirmaciones jeneralcs. "La materia, dice
Dubois-H.eymond, no €8 un vehículo al cua.l;ia manera de caballos, ee
pondrian o se q llitarian alternativamcnte las fuerzas. Las propiedades
Ion de toda eternidad inalienables, intrasmisibles."
Sobre el destino del hombre, Maleschott se espresa así: "Cuanto
mas concebimos claramente que trabajamos en el mas alto desenvolvimiento de la humanidad por una Juiciosa (?) asociaeion de ácido carbónico, de amoniaco i de sales, de ácido húrnico i de agua, tanto mas
nobles so hacen la. lucha i el trabajo, &.a"
1 en n ucstro pais mismo: "Una idea, dice la Revltc medicale, es
una combinacion anúlo~a a. la del ácido fórmi.coj el pcnsamiento depende del fósforo; la virtud, el heroismo i el valor son corrieutes de electricidad orgánica, &.a"
Quién os ha dicho tal cosa, señor,es Redactores? Vuestros lectores
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I'Sl'CHIS
o
ESTUDIOS
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DEL AI,;\IA HUMANA.
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deben imajinarse
q ne vuestros maestros cllseñan semejantes chanzas.
Nad¡\ de eso. lhjo el punto de vista científico, estos razonamientus
son
absolutampote
nulos. Verdaderamente
no se sabe qué admirar mas, si
la audacia de esos sin<Tulares
representantes
de la ciencia, o el candor
o
_
tIe sus pretensiones.
NewtoIl decia: "Nos parece .... " Kepll'r decia: "Os someto estas
ltipólesis .... " ~stos seiiores dicen: " Yo njirmo, yo niego, esto no es,
esto es, la. ciencia ha Juzgado, la ciencia ha faltado, la ciencia condena;" bien (Iue en lo que alegan no haya tiOmUI'3 de argumento
científico .
.'1'al método puede tener el m\~rito de la breyedad; pero a buen s('guro que no se le rl'prochar(t el .ser demasiado IIlOdl·~tOni yerdaderalIlen te cien tífico
rreneis la osadía de i:llputar a la ciencia la Jlesada suma de YUE'stras
herejías. Si la ciencia os oyera, sl'ñores-pero
ella ueue OiIOS,pues sois
hijos suyos-si
la ciencia os oye, señores, debe sonreir lijeramente de
vuestra ilusion.
Tia ciencia afirma, decis, la ciencia niega, la ciencia ord~na, la ciencia proltibc ....
Le ponei~ grandes palabras l'!) los huios u esa pobre
ciencia, le su poneis un gran(le or~ullo l'n el corazon.
No, scñores, i vosotros bien lo salJl'is (sea dicho l'ntrc nos) en estas
materias, la cicncia no afirma nada, no niega nada: la ciencia u1isca.'
Reflexionad,
pues, que In. forma de vuestras frases cngaiía a 1\,s ignorantes,
i que puede inducir a error a toclos los que no hun tenido la.
facultad de hacer los mi:;mos estudios que vosotros; i l'E'nS;l(]que cuando s(~presenta uno bajo el título de intérprete de la ei,'neia, del)f' :l este
título el no disfrazarlo
i permauccer fieles' i consi;;nientcrnentc modestos traductores de una cansa cuyo primer mérito es b. modestia.
Si de ]0. cucstion de la fuerza en jencral pasÚselllus n la del alma,
observariamoH qno en el dominio de la vida animal o humana nUe~tros
advenmrios no temen afirmar, sin mas prueuas precedentes que la
personalidad
del sér viviente i pensante !lO existe; que (,1 espíritu,
como la vida, no es sino un resultado físico de ciertos agrupamicntos
de átomos; i que la matcria gobierna al hombre tan esclusiY:.llLentl'
como gobierna, segun ellos, hs astros i los cristales. El fen/l\llCnO mas
curioso es que so imajinan esclarecer el problema })<)rSIl;; oscuras c:;plicaciones:
"El
esptritu,
(liee el doct.or Hl:'rmann ~L'j¡dHer, no es otra
cosa que una fuerza de la materia resultante inmediatamente
d~ la ac1ividad nerviosa."
¿ Pero de dónde viene esa acti vi(lad nerviosa? Del
éter (?) cn movimiento en 108 nervios. })l' Sllert(' (pIe los actos dl'l espíritu son el producto inmediato del rnovirni,'nto nervioso determinado
pUl' el éter en los nervios-a
10 que es menester a~rpgar un eambio mecánico, físico o químico: de la. sustancia ill1poncl'~rable do los n'~rv;os i
d~ ]o~ otros elementos de los cuerpo,; .... Ved, empero, la cuestion "(.lien
dIlUCIdada.
"Vivir,
dice Virchow, no es sino una forma particular de la mccánica."-"
El hombre no es sino un producto de la lIlakria, <liCtJ Bllchner, no es el sér que los moralista'! describen; no ticrw nillgl1n:~ f<lcaltad
intelectual
como prívil!'.iio."-"
Hai en todos los nervios \lna corri,'nte
el~ctrica, dice Dlluois-Ihymond,
i el peneumietlto no ('S sino un movillllcnto de la materia." -" 1¡as facultades del alma) dice V ogt, no 80n
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80
rSYCHIS
o ESTUDIOS
DEL ALMA HUMANA..
SInO funciones de la sustancia
cerebral; ellas tienen con el cerebro poco
mas o ménos la misma relacion que la orina. con los riiíones."-"
El
sentimiento de sí, la conciencia, dice Moleschott, no es sino una sensacion de movimientos materiales,
ligada en los nervios a corrientcs eléctricaR, i pcrcibidos por el cerebro."
•
Tendremos
lugar de señalar mas adelante un ditiraml)o del mismo
autor sobre e] fósforo del cerebro, las arvejas, los frisoles i 188 lentejas.
En. cuanto al prcsentl', limitémonos a estos edificantes teEtimoni08.
Pero admiremos la conclusion fundamental:
"Es por estos motivos
por ]0 que ]Ol:! sabios definen la fucrza una shnple propied':ld de la materia. ¿ Cuál es la consl'cuencia jeneral i filosófica de estl\ nocion, tan
sencilla como natural? Qt¡e los quc hablan de ~tnafue1'7.a .;readora que
habria. crrado el mundo por sí misma i de nada, ignoran el primcro i el
mas simple principio del estudio de la naturaleza, basada sobre la filosofía i el empirismo."
1 añÚdeso: "¿ Cuál os el hombro instruido, cuál es el que, con un
conocimiento
siquiera superficial de los resultados de la~ ciencias naturales, pouria dudar quo él mundo no sea gobl'rnado, como so dice
habitua]ll1entr,
sino quo los movimientos de la materia están sometidos
a una nccrsidlld absoluta e inherente a la materia misma? "
Así, por la autoridad
de algunos all'manes que vien,~n candorosamente a declarar, desde la primera pájina, que no quiercn a ningnn
precio ni la. existencia. de Dios, ni la dr] alma, i avasallar una sombra
de nocion científica a la pretendida justificncion de su fantasía, no soria
menester, segun ellos, o cesar de oeu parnos de la ciencia, o cesar de
creer en Dim;. Si siquiera hubieran tenido la precaucion de aplicar las
rrglas (le] silojismo a Sil método, si hubieran desde el principio tenido
cuidado de sentar premisas irrefutables i no sacar de ellas sino una conclusioIl lpjítima, pudiéraseles
seguir en 8U razonamiento i votarles un
premio de retórica. :Mas, observad en qué consiste su procedimiento:
Mayor.-La
fucrza cs una propiedad de la materia.
JJlcllor.-Lnego
una -propiedad de la materia no puede ser considerada como supcrior, creadora u organizadora de esta materia.
Conclus[on.-LlIego la idca dc Dios es Hna conccpcioll absurda.
Ponen así desdc cl principio e] asnnto por discutir. I;jen que combaticndo el método del cristianismo,
se parccen mucho a los q ne, para
probar a los romanos ]a divinidad de Jesns, comenzaban así:
JeS1l8 (;8 Dios, - i sacaban cn seguida sus ~uccioncs
de aquel principio 110 probado.1 haeemos mucho honor a esos escritores al aplicar a E.US alegaciones
las rcglas del razonamicnto,
ponIlle nunca han pcnsado qniz:í en seguir
esas reglas.
Pudiéramos
ann poner sus pretensiones bajo otra forma mas candor08a :
Antecedente.-Sc enCllcntran siempre jnntas la materia. i la fuerza.
Consecucnte.-Luego la. fuerza es Hila cualidad de la materia.
He l1.fluí, empero, un entimema de un llueva jéncro, i la consecuencia es bien cvidente no es así ~ Pero es así como los seflOre8 alemanes
raciocinan,
i sus pe'rspicaces imitadores,
los positivis:as de la jóvcn
l<'rancia.
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rSYCHIS
o ESTUDIOS
DEL ALMA nUMAXA.
51
En el primer caso, el razonamiento peca por Sil base; en el segundo,
no merece ni aun aquel reproche:
es una niñada.
Es penoso escribirlo, vera en verdad es a csa pnerilidad, o por decir
mejor, a esa. pcrversion de la facultad razonahle, a lo que se reduce el
formidable movimiento del materialismo contemporáneo.
Es el caso, o
nunca, do aplicar esta palabra de lln misántropo, el q llC, modificando
lijcramente
la cualidad de nuestra especie, decía qllC el hombre no e8
un animal razonable, sino razonador.
Todocl
fnndamento de csta gnl.ll querella, toda la base de este edificio heterojéneo
cuya caida inlIlcnsa podri aplastar mnchos cerebros
en sus ruinas, toda la fuerza de este sistema qne pretende dominal' el
mundo i el porvenir, todo Sll "aJor i todu Sll podcl' reposan sobre esta
Mercion fantasista, aruitl'aria i d0 Jlinglln modo demostrada:
que la
fuerza es una prQpiedad de la materia.
l cs finjiendo seguir rig-urosarncnte las demostmcioncs científicas, i
no apoyarse sino sobre vcrdades reconocidas;
es abrigándose
bajo el
cstandarte de la ciencír..; es prestando sus fórmulas i SUB jestos; C:\ oeult{¡,ndosc bajo sa Ill(lscara, COIllOlos onldores del ateísmo i de la nada proclaman sus bella~ i cUlImo\"cdoras doctrinas.
lIias la ciencia llO cs una máscara;
habla con el rostro descubierto,
no reivindica las faLias maniobras i los rcsplandores mentí rosas : calmada i pura en Sll grandeza, se cspresa seneilla, humildemente,
como UD
sér que tiene eon<.:icncia dc S\1 valor íntimo, i que no trata de imponer;
i sobre todo no avanza las cosas de (lllC 110 cst:í. segura, i en vez de hfirmar o de llegar, ill\'cstig-a i prosigue laboriosamente su obra.
La. esposicion precedente ha dejado adivinar ya, sin dnda, la táctica
del ateismo contemporáneo.
Él no es el rcsultado directo del estudio
cientifico, sino que trata de inflinu:\rsc bajo su apariencia.
lIai evidentemente Uusion en esos filósofos, pues que sabemos que cierto número de ellos tiene una conyiccion sincera; es a fuerza de desear la
nnion de S\lS teorías con In. ciencia, como hau acabado pOI' yer realizarse
en su mente esa union, esa de:sigualdad. Esas teorías no pueden iuvocar
en su favor una sola de las grandes esperimentaciones
científicas de
nuestra época; no importa, ellas se dan como rcsultado ac todo el
trabajo científico mederno: lo repitcn, i con tales palabras engaiian a
]08 ignol'ante~ i a la juventud inconstante,
i tienden u haccrles creer
que las ciencias, a fuerza de progresar, han acabado por dcscubrir i demostrar que no hai ni Dios ni alma. Ellos son los que forman la ciencia.
Diríase al oidos que na.da hui fucl'a de ellos. Los gl'andcs hombres de
la antigiiedad,
de la edad medía í de los tiempos modernos no son ya
sino fantasmas, i la :alosofia entera debe desaparecer delaute del pretendido ateísmo científico.
Es menester quo las imajinaciones
populares no se dejen engailar
por un .i llego de palabras, que ,·erdaderaniento
Be parece a veces a una.
comedia. OOllviene que 10E> espíritus piensen por sí mismo8, jUZO'IH;1leOIl
conocimiento de causa, i adquieran
la certidumbre de qne l~ hechos
cicntificos, intCl'fogados sin seO'undaintencion,
no sufren las conclnsiones dogmáticas que se les imp~nen.
Vista do cerca. la. piedra angular sentada a grandcs gastos por el
materialismo
contemporáneo,
deja adivinar que no es sino un ,'iejo
trozo de madera carcomida, i en el fondo 108 partidarios de ese sistema.
no están mucho lllas seguros de la solidez de su escepticismo qne no lo
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rSYCl1!S
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o ESTL'DIOS
...
DEL ALMA HUMANA •
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cst~ban los calvos diECíp"los de IIcráclito O de Epicnro. Por mas que
qnlcran engai1a1'll0s, 511 sistema tllJU cntero no es otra cosa que nna hipótesis, mas vana i ménos fllndada <lue mnchas novelas científicas.
1 pnesto qne declarau ellos mismos que toda hipÓtes's debe ser desterrada de la cieneia, es menestcr cm pczar por su cspnlsion.
Con <Jué dcrecho, cn efecto, vienen a hacel' de la f'llel'ím un atributo
de la matcria?
Con qué dcrecho afirman que lafuerzlz, está sometida
a; la; Jilateria, que obedece humildemente a los capricho, de ésta, i que
es csclava absoluta de los elementos
inel'te", Illuertos, indolentes i
eiegos ¡ Xos parece que tenemos un derccho mejor fundado i mas evidentc de proponer lo contrario, i de ues(lllicial' así por la base su famoso
edificio.
Tel'minemos.
pues, esta esposicion del problema ditiemlo qne la
cllestioIl se plantee en estos tél'minos fundamentales:
l Está la fuerza
sUllIetida a la matcI'ia, o bien, est(t In materia sometida n. la fuerza?
Se trat:\ de discntir el uno i el ot¡'O i de esc0jer; o para hablar mas
cs:wtamcnte,
se trata de observar la naturaleza i decidir segun ta obseryacion.
Es así que ya quc los Lonorablcs campeones dc la IIlfltcria afirman
con tanta firmeza. el primer punto, comencemos por revocado a duda i
pOI' pl'o]>oner la alegaeion contraria,
En el frontis de esta oura inscribimos, pues, la intrlTogaeion:
¿ tll
fuerza está sometida a la matel'ia, o al eUlItl'fU'io, la fllel'ZU no rijo la
materia! Es el dilema (1110 Jebe ser resnelto por los hech(¡s mismos,
El espectÚeulo del universo va a ofrecel'llUs Hna primera delllo!>tl'llclun de la soberanía de la. fllérza i de la ilnsion de los IIJaterialistas. De
la materia nos elevamos a las fuerzas qlle la rijen; de las fuerzas a las
leyes qlle las gobiernan; de esas leyes a s1lll1istel'ioso aufol', La nrmonía
llena el Tllundo eon SIlSacordes, i el oido de ciertos pequcños sÚres 11l1manos rehnsa uir/a. La mecánica celeete lanza atrevidamente
en el
cspucifl el arco de las órbitas estelares, i el ojo dc un parásito de estos
globos deeconoce la grandeza de su arqniteetlll'a.
J,a luz, el calor, la
eleetrieidad,
punto:) im-¡si}¡!cs arrujados de nna a otra esfera, hacen circular al tl'l\\'CS de los i,¡[¡nitos cllllOvimiellto,
la acti\'idad, la vida, el
centelleo del esplendur i de la he1'llIOSUl'a,i débiles creaturas nacidas
apÓnas cn la supedieie de una pobre esfera, gustan Illas tiritru' en la
80mbra (IHO confesar el bril\o celeste. Es esto locura o necedad? es 01'g\lllo o ignorancia?
Cuál puede ser el oríjcu i ellÚl el -_inde tan singnlar aberraeion?
Por qué cnando la fucrza \"ital, gozosa i fcclInda, palpita desde el paternal sol hasta la ll1aripoaa que nate i mnel'C en la
mafian:.¡, misma, desde la encina secular de nncstras selvas hasta la primaveral \"icleb; ¿por qué cnando la vida brillante i m'\gnífic.a dora ll\s
mieses de julio, l\carieia los blandos bucles de la impetuosa juvcntud,
se estremece en el seno virjinal de la desposada; por rnÓ negar la hel'o
mosma, por qué disfrazar la bondad, por qué desconocer la intelijencial
i por qué empollzoñar las virtudes eternas que sostienen el cditicío del
mundo, i eclijJsl\l' tl~stelllente la luz. inmaculada que desciende de 106
cielos?
Ántcs de penetrar los misteri08 del reino tan rico i tan interesante
Je la vida ddiÚmos desde ahora considerar el Los<¡.1(~jomaterial del
universo i ~tlIpezar pOI' demostrar la soberanía de la fuerza en el dcsignio de este bosquejo misllio. Dividircmos esta primera CODsideracioll
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l'SYCHIS
-------.-.
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o ESTUDIOS DEI, AL)!A nU;\IA:-I.\.
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..
---
en dos secciones: el Cielo i la Tierm, a fin de estableccr. en primer lugar por llls leyes llf;tronÍlll1ie:ls, en segundo por las leycs terrestre:>, que
en cada punto de la creaci(¡ll la materia nunca ha sido sino esclava
8ervil~ universalmente
dominada por la s(¡heranía de las. fucrzas (pe 1n.
rijen. Esta divi:oion no delw 11n solo installte rccordarnos la antigna
comparaeion del Ciclo i de h Tierra; sabemo;; todo;; c¡n~ estos F:Olld0S
tél'minos no comparables.
En valor abs()luto, el Cielo es todo, la Tierra es nada. I.a Tierra cs un Út0ll10 imperccptible
perdido en el seno
del infinito; el Ciclo la rodea, la en\' leb'e sin límites; ella hace parte
de la poblacion ('el este, sin cscepcion. sin privilejio particular .• Jrntar
(~sta;:, dos esprcsiones:
el Ciclo i la TirITa, es decir: lo:, Alpes i un pe(JueDo guijarro; el OcÓano i ¡:llU gota de agua; el Suhara i un grano
( e arcna; e,¡ tGmparar la lllÍnillla parte de llIl todo con ese touo mi31110.
Importa, pucs, no adherí¡' \lila illterprc!aeioll litcnd a nuestra divi~íOIl; el]a ro ticllc otra rn7.0n de ser que la elul':dad del asunto. Parn
Ilosotros, habitantes
ue lrt Tierra. este l\¡;tro es al~(l, 10 mismo qne par:>
la ornga quc nace sobre \Ina urizlla de yerLa, esa brizlla es algo, apesar
ue Sil insignificacion en la pradera entera.
Nuestra esfe:a de oLsenacion se diviue na(nralrnc])(e en dos partes:
lo qne pertencce a nuestro m\llldo i lo qne no le pertenece.
]~uc~o. Ya1II0S a establecer que fuera de nucstro mundo, tan biell como sobre él,
la materia en todo i pOI' todas partes 110 es sino una cosa inede, ciega,
mnerta, compnesta de e1emelltos ineapaces de dirijirse a sí mismoE-.
'lue 110 piensan Ili obran ]l(lr sn propia impn!sioll, i que en los s('nderOB
invisi'ulcs del cspacio, },) mismo Cjue en ](\S clInales de la savia o (le h
~allgre, lo q\le awupa los áUJlIlOF:,lo qne dirije las mo]{cll]as, lo qne
eondnce los mundos, es nlla }t'ue1'za que manifiesta a la vez el plan, la
voluntad,
la. intelíjencia, la sahiduria. i el pudcr de su autor.
(Trmiuciuo
tlc J:¡ oLra
I
DioR en le. natural(7-:¡;'
por C~_m¡lo Flllmm:lrion)-
------.-.---------.-----------BOGOTÁ-IMPRENTA
DE CJ.IT,u"
CAIlr.r.RA DJo; bO¡¡n.l.
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PSYCHIS
o
EST'UDIOS DEL ALMA HUMANA.
c~t:::~:;"~~~~~~~td~
.....
~iN~.
~.
--"-- ....
-----------.----.--.
-----,------ ---.----.
EL
Las armonías tlel mundo sideral.-LeJ'es
los orbcs i de los U1ovimientos.-Que
de las le)'es nstrouúmicas;
sabidurla..-:Kegacion
al mecánico.-¿Es
atea;
..
'
.. _------
CIELO.
de Kepler.-Atracdon
universal.-Arreglo
de
la fuerza rije b matena.-Carácter
intelijente
condiciones dc la estabilidad del lJniverso.-l'odcr,
reproches curiOBOl!n.l organizador;
cierto que no hai ninguna. señal de intelijencia
de la natlU'll.l8za1·-Contestacion
órden,
objeciones 8ingulQ.r~
en la construccion,_
a 108jueces de Dios.
La cootemplacíon de la nnturaleza terrestre ofrece, sin contradiccion, encantos particulares al espíritu instruido que descubre en la 01'ganizadon de los séres el movimiento incesante de los átomos de que
~.:;tál1 -formados i el cambi.o permanente que se opera entre todas las
cosas. Admiramos con j u8ticia las manifestaciones de la vida en la superficie de la tierra. El calor solar que guarda en estado líquido el agua
de los rios i de los marrs, eleva la sávia hácia la frente de los árboles,
hace palpitar el corazon de las á~uilns i de las palomas. La luz q~e
derrama la verdura sobre las praduras, nutre las pln.otas con un sor~
incorpóreo, puebla la atmósfera de sus maravillosas bellezas aéreas. __
El
sonido que tiembla en el follaje, cuuta_a la orilla de los bosques, gruñe
al borde de 108 mares; en una palabra, la correlacion de las fue.rzas flsica8 -que reune el sistema d(~ la vida entera bajo la fraternidad de las
mismas leyes, Luego tan ferviente es la admiracion escitada por la irradiacion de 11\ vida. en la superficle de la tierra, i tanto i mas es aplica.ble a todos-csos mundos que brillan encima dl\ nuestras cabezas llurante
la noche silencios3, Esos mundos lejanos que se balancean como el
nuestro en el éter, bajo el al'l'u1\ode las mismas enerjías i de las mismas
leyes, son, como el nuestro, el asiento ue la actividad i de la vida. Pudiéramos presentar ese grande i magnffico espectliculo de la vida universal como un elocuente testimonio de la intelijencia, de la sabidmía
i del podl.'r de la CMlsainnominada que halló buen.o, desde la aurora de
la creaci(ln, ver reflejar su csplenuor en el espejo de la naturaleza creada.
Pero no es bajo este aspecto que queremos uesarrollar aqui el panorama
de las grandezas celestes. Queremos solamente citar los negadores de lé~
intelijencio. creadora. ante el tRatro de las leyes que rijcn el mundo. Si,
consintiendo en abrir 108 ojos delante de este teatr9,persisten en negar
esa intelijencia, confesamos que b mas grande justicia que podemos
hacerles en respuestas esta negacioll incomprensibk, es a nuestro turno
dudar de sn facultad mental. Porqut', hablando,francamcnte, la intelijencia del Creador nos parece infinitamente mas cierta i mas i.nconteEta- tic que la de_los ateos franceses i cstranjeroB. 1como el método pusíti V(/
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PSYCHIS
o
ESTUDIOS
DEL ALMA HUMANA.
consiste en no juzgar sino despues de la observacion de los hechos nucstT<i> deber es examinar desde luego los hechos astronÓll,icOB de q~le hablamos i en seguida la interpretacion con que se contentan nuestros
adversarios. Si esta interpretacion es satisfaciente, suscribimos anticipadamente a sus doctrinas. Si por el contrario es insensata, debemos
al honor i a la verdad el quitarle la máscara i dejarla €O irrision a los
espectadores.
Olvidemos, pues, 1)01' un instante el átomo terrestre al cual el destino nos ha fijado por algunos dias. Que nuestro espíritu so lance en el
espacio i vea jirar delante de él el mecanismo inmenso, mundos tras de
mundos, sistemas tras de sistemas, t'n la sucesion sin fin de los universos estrellados. Escuchemos con Pitágoras las arman las de la naturaleza
en las vastas i rápidas revoluciones de las esferas, i c;mtemplemos en
su realidad esos movimientos a la vez formidables i regulares que arrastran las tierras celestes sobre sus órbitas ideales. Observamos que la leí
suprema i universal de la gravitaciondiriie esos mundos. Al rededor
de nuestro sol, centro, foco luminoso, eléctrico, calorífico, del sistema
planetario al cual la tierra pertenece, circulan los planetas obedientes.
Los mas asombrosos trabajos del esptritu humano DOS han dado la fórmula de esa lei. Ella se divide en tres puntos fundamentales, conocidos
en astronomía bajo el nombre de leyes de Kepler, laborioso astrónomo
que las descubrió tanto llar su paciencia como por su jenio, i que discutió, durante diez i siete años de un trabajo obstinado, las obse¡'vaciones de su maestro Tycho-Brahé, ántes de distinguir bajo el velo de la.
materia la. fuerza. que la rije.
1.0 Cada planeta describe al rededor del sol una órbita de forma
eliptica, cuyo centro es uno de los focos que ocupa siempre el sol.
2.0 Las áreas (o superficies) descritas por el rayo vector 1 de un planeta al rededor del foco solar son proporcionales a los tiempos empleados en describirlas.
3,0 Los cuadrados de los tiempos de las revoluciones de los planetas
al rededor del 801 son proporcionales a los cubos de los grandes ejes d~
lns órbitns.
La sínteRis de estas leyes forma el gran principio que Newton formuló el primero en su inmortal obra sobre los" Principios." Enseña
en aquel libro, como lo hace notar juiciocsamente lIerschel, que todos
los movimientos celestes son la conseCuencia de la lei, "que dos moléculas de ml\teria se atmen en razon directl\ del producto de su masa i
en raZOllinn~rsa del cuadrado de su distancia." Partiendo de este principio, esplica cómo la atraccion que se ejerce cntre hs grandes masus
esféricas de que se compone nuestro sistema, está arreglada por una lei
cuya eRpresion es ('sactamente semejante¡ cómo los movimientos eHpticos de los planetas al rededor del sol i de los satélites al rededor de sus
l)lanetas, tales como los ha determinado Kepler, se dEducen como CODsccuencias necesarias de la misma lei, i cómo las órbit'ls de 108 cometas
mismos no son sino casos particulares de los movimi,mtos planetarios.
Pasando en seguida a csplicaciones mas difíciles, hace ver: cómo las desigualdades tan complicadas del movimiento de la luna nacen de la acdon
perturbadora del sol, cómo las mareas nacen de la desigualdad de la
atraccion que estos dos astros ejercen sobre la Tierra i el Océano que la
-, Llamase rayo vector de un planeta lalinea ~dealque une ese planeta al soL
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l'SYCHIS
o
ESTUDIOS
DEL ALMA JIUMA};A.
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----------------------------------sodea, i en fin, cómo la precesion de los equinoxios no es sino una conteuencia necesaria de la misma lei.
Es a ll~ ejecllcion de esas leyes que está. confiada la armonía del sistema planetario;
es a esas leyes que deben los mundos sus años, sus
estaci.ones i sus dias; es en ellas que beben la luz i el calor distribuidos
en grados diversos por la fuente centellante;
es de ellas que de¡;eiende
la irradiaeion de la vida, íi)rma i gala de los cuerpos edestcs.
Bajo la
accion irr~istible
d.e esas fuerzas colosales, esot'! lllundos están arrebata.dos en el espacio con la rapidez del rayo, i recorren cent enares dI' miles de leguas por dia, incesantemente,
sin suspellsioll, sig menda ~scrupulosamente la ruta segura, trazada anticipadamente
por esas mismas
fuerzuf:l. Si nos fuera dado libramos por un monwnto de las apariencias
haj'l el imperio de las cuales nos creemos en reposo en el centro del
mundo, i si nos fuera permitido abrazar en un golpe ·le ojo simultCllleamente los movimientos de que están animadas tl)das las esfenl~, e¡;tariamos estraull.mente sorprendidos de la majestad de esos movimientos.
Bajo nuestros ojos maravillados,
vastos globos remolinearian rilpida~
mente sobre ellos mismos, lanzados con una velocidad sin igual en laS"o;:
desiertos del vacío como jigantesc.1.s balas de cañon que una proyeccion
inimajinable
hubiera enviado en el infinito. Nos aHomhramos de esos
trenes rápidos que ruedan sobre nuestros ferrocarriles devorando el espacio, iparecen arrebatados por los dragones flamijeros del aire; pero los
globo8 celestes, Dlas voluminosos que la tierra, vuelan con una velocidad que esccde tanto IL la de las locomotivas, como éstas esccden la
marcha do una tortuga_ La tierra en que estamos, POI" ejemplo, voga
e11 el espacio COn una velocidad de seiscientas
cincuenta millegllas por
dja. Al rededor de esos mundos veríamos satéliteg jirando, a diferentes
distancias, llevados i gobernados por las mismas leyes. 1 todas esas repúblicas flotantes inclinando sucesivamente
sus polos h:icia el ealorj
la luz, gravitando sobre su eje i presentando cada mañana 10s dh'erífo8
puntos de su superficie al 6sculo del astro-rei; bebiendo ('11 ]11. combinacion misma de BUS movimientos la renovacioQ Ínce8ante de 611 jnventud
i de su belleza; renovando su fecundidad por la Hllcl.'f;ionde las primaveras, de los estíos, de los otoños i de los inviernos; coronando sus montañas ÚP selvas en donde suspira el virn to; ornn.ndo sus paisajes con el
espejo de los lagos silencioso¡;; envolviéndose a vp.ees en el p]umoIl de
su atmósfera como en un manto protector, o rodeándose en los días de
cólera. de los truenos resonantes i de las tempestade~; despll'gandó en
su superficie la inmensidad de las ondas oceánicas que, ellas tambien,
se sublevan bajo la atraccion de los mundos como un seno, que respira;
iluminando sus crepúsculos con los esplendores de adios que el solles da.
en su última. mirada, i estremeciéndose en sus polos bajo las palpitaciones eléctricas de donde se lanzan los abanicos de la aurora boreal; enjendrando,
arrullanLlo i nutriendo la multitud de sérea que constituyen
i renne\'an el reino Lle la vida, desde las plantas~ vestijios del pasado,
hasta el hombre, cQutemplador del porvenir" " .. 'fodos esos mundos,
todas esas moradas del espacio, todas esas repúblicas do la vida, nos
apareceria.n como navíos guiados por la. brÚjula, i llevando al traves del
océano celeste poblaciones que no tienen que temer ni los escollos ni la
ignprancia del capitan, ni la falta de combustible, ni las escafe~es, ni
las tempestades.
Estrellas, soles, munuos erra.ntes, cometas flamíjeros,
sistem&s :¡ingulares, astros- misteriosos, todos proclamarían la armonía,
<
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PSYCHIS
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ESTUDIOS DEL ALMA Hlj~Li\.NA.
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todos :serían los acusudores de esos espiritus que condenan la fuerza a
D? ser sino UD.atributo de la ciega materia. 1 cuando, sEgun las rela-
CIOnes numéncas que UDen todos esos mundos al sol corno al corazon
palpitante de un mismo sér, habremos personific.'\do el s:.stema planetario en el sol mismo, foco colosal que los absorbe todos en su fulgumnte i poderosa PNsonalidad; entónces contemplaremos ese sol i ese
sistema en su curso al traves de los vacíos infinitos, i bien pronto, sabiendo que todas las estrellas son otros tantos soles rodeadoscomo.el
nuestro de una familia que respira a su alrededor su vida i su luz, observaremos que todas las estrellas son guiadas, las unas i las otras, por
movimientos diversos, i que en lugar de estar fijas en 111. inmensidad,
recorren esa inmensidad con velocidades aterradoras, ma:3formidabll's
aun que las que se han mencionado arriba. Et6nces es cuando eluniyerso ('ntero se presentará a nuestra vista bajo su verdad,~ro aspecto, i
que las furrzas que lo rijen proclamarán con la elocuencia maravillosamente brutal del hecho, BUvalor, su mision, su autorida.d i su poder.
Delante de esos movimientos indescriptibles, podemoB aúr. decir inconcebibles, que arrebatan a los desiertos infinitos esos milloIles i millones
de . soles; delante (le esa cascada inmensa, fsa lluvia de estrellas en 10
infinito; delante de esas rutas, esas órbitas inconmensurables que siguen
tan dócilmente como el puntero dl' un reloj, la manzana que cae, o la
rueda de un molino siguen la pesantez; delante de la obediencia de los
cuerpos celestes a reglas que la mecánica i las formulas del análisiaJ
pueden trazar anticipadamente, i delante de esa suprema condicion de
la estabilidad i de la duracion del mundo, ¿quién es el que osará negar
que la fuerza no rije la matl'ria, que no la gobierna soberanamente, que
no la dirije segun la lei inherente o afecta o.la fuerza mi~ma? ¿Quién
pretenderá esclavizar la fuerza a la constit.ucion ciega de la materia,
afirmar, 6iguiendo el ejemplo retr6grado de los peripatéticos, que solo
es una cualidad oculta, i reducida al rango de esclava, cuando ella. se
impone por 6U propio derecho el titulo de soberana ahsoluta? N o
quiera Dios que SIlceda as!! ¿Qué aconteceria si dejase un solo instante
de obrar i si ab(lical'fI su cetro? IJa sola suposicion de esta hipótesis
disue] ve la armonía del mundo, i lo hace desquiciarse en un c::wsinforme, digno resultado de una tentativa tan insensata.
Esas leyes universales proclaman la unidad de los mundos, i muestran que el mismo pensamiGllto arregló las mareas de nue,tro océano i
las revolucioncS' siderales de las cstrdlas dobles en el fondo de lqs cielos.
Esos dobles) triples, cuádruplos soles iiranjuntps allededor de su centro comun de gravedad i obedecen las mismas leyes que rijen nuestro
sistema planetario. Nada es mas Ilfopio para dar una idea de la escala
sobre la cual están construidos los cielos, qne esos magnlfi'Jos sistemas,
dice John HerscheI. Cuando se ven esos cuerpos inmensQs reunidos por
pares, describir en virt.ud de la lei de gravedad que rije todas las partes
el;:; nuestro 6istema, esas inmensas órbitas que emplean siglos en recorrer admitimos a. la vez que tienen en la crea.cion un fin que se nos
eS~~T)a, i que hemos llegado al punto en que la intelijencia humana está
fOTZada a confesar su debilidad i a reconocer que la imajinacion mas
rica no puede formarse del mundo un concepto que se acerque a laplagnitud dt'l objeto ...
' .
Los astrónomos que remontan humIldemente su espín tu al pnnClpío desconocido de las causas no pueden denegarse a poner en manos de
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PSYCHIS
o
ESTUDIOS
DEL AI,MA HUMA~A.
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un sérintelijen-te
esta atraccion universal po; la cual el mundo entero
~stá rejido intelijentemente.
"El. principio de la. gravedad, decia el sen·
tido director del Observatorio de Tolosa, ~ encierra implícitamente
las
grandes leyes que rijen los movimientos celestes, i por una de esas coincidencias notables que son el indicio mas seguro de la verdad, léjos de
tener que temer las escepciones aparentes,
las pcrtU1'Z,acionc8 de los
movimientos normales, saca. de las escepciones mismas las mas brillantes confirmaciones. Es así como se le ve, en munos de los jeómetras
modernos, esplicar la precesion de los equinoxios por la combinacion de
la fuerza.centrifuga
debida a la rotacion del globo terrestre, con la acdon del 801 sobre nuestro menisco ecuatorial.
Es así como se le "6
aún esplicar la llutacion por una influencia análoga de la Luna sobre
el mismo abombamiento
de la Tierra; que se le ve i~ualmcnte dar
cuenta, por las atracciones plaoetarias,
ya del balanc<:'o de la ¡,elíptica, ya del movimiento del apojeo solar, ya de la suspl'usion de Júpiter
cuando Saturno se acelera, i de la suspension de Saturno, por el con~
trario, cuando la aceleracion se produce Bobre Júpiter, &.11; quu se le ve
revelar, en fin, por qué, bajo la influencia perturbadora del Sol, el movimiento medio de nuestro satélite se acelera hoi de siglo en !liglo i debe
maa t«rd., moderarse, por qué la línea de los núcleos de la Luna cumple su revolucion, de un movimiento retr6grado, en diez i ocho años, i
por qué el perijeo lunar cumple la suya, con un muvimiento directo, en
un poco ménos de Dueve aÍÍos.
Bs curioso que Clairautr hallando por el cálculo un período de diez
i ocho años en lugar de nueve, decla.rasfinsuficieull',
para el caso ac~
tual, la gravitncioD inversa del cuadr~.de
la distalleia, i que sea precisa.mA~te nn naturalista, .B~ffol), qua.,,~p~rs?-a~lido de que la n~tura~e~
no pOdla. tener dos leyes di8tl~,~, paya lfIslstJdo para pBrslllllhr al .Jet!metra a que revis¡¡.ra BUB cálcUlos. Despues de un nuevo exámen, Clat.-·
raut reconoció, en efecto, que su p:imcru uocrciu.n re.posaba sobre un
error. Habia. descuidado ~JiJ~s séries, términos que DO eran de descuidar,
En una palabra, es~ran
priucipio es plica no solo t()do~ lo~ fenómenos conocido8, sino que nos hace descu brir' freclH'lJ tl'nwnt.e ef('ctos
que la observacion no habia indicado;~_ tal suerte qul' He podria est8~
blecer, o,priQri, la constitucion del ~o
1)O\, el an{disis, i no prestar
a la obsei'VRcion sino los pocos punt~-ml\rea
de que IOH jeómetras se
sirven bajo la denomina.cion de c-=es en fiUS cálculos. Tollo en el
universo marcha, pues, por una
lzucion admirab~e de t'eneillez, ya
que los movimientos, en aparienCia os mas complicados, r('sultan ,le la
combinacion de impuJsioncs primitivas con una ftH'rr.a Única obrando
sobre cada, una de las moléc~las d.e la materia; fuerza Única de qua el
Creador tlCne cons~ntem~te
que ocuparse. Qué desarrollo de poder
demand.a esa produccion .- saute de fuerzas cuya I'xist(·ncia no es esencialmente inherente a
e la materia! Oh cil<in \'ijílanh' delw ser la
?ternlJ;.~~ovidl'llcia q~instante
eu ~nstallte, renUl'Va fuel:zas M'meJa.ntes
en 10s~mpalpable8
atamos de los H~tros Slll nÚmero
sujetad'oli a poblar las Tl>jiones lUfi~itas de la inmensidad!
¿ No es el
caso de decir con el }'(·i prr;fda, incli•••
ándose delante UP. tanta grandeza:
n.sta
OreU enarrantgkriam De-i ?
.~_"
Desde, N&~n
i Keplcr sabe_que
el universo es nn dinamismo
inlDeD80~~<el
cual todos los elementos no cesan de obrar i de l'I'sistir
•• -l!"~~o
de a¡;tronomía, XXIV i últ.ime. lcc<:ion.
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PSYCRIS
o
ESTUDIOS
--------------"-_
DEL ALMA IWMANA..
..
"----------------~
en la infinidad del tiempo i del e~pacio, con una actividad indefectible.
Es la gran verdad que la astronomía,
la física i la quimica. DOS revelan
en las resplandecientes
maravillas de la. creacion.
Tal es el sublime espectáculo del mundo; tales B011 las leyes que
constituyen su armonía. Luego ¿por qué perfidia de lenguaje o de razonamiento los materialistas traducen estos hechos en su favor i llegan a
conclui!" de ellos la Husencia de todo pensamiento divino? He aquí los
argumentos inscritos en gruesos caractéres en un catecismo del materialismo, cuyo color científico ha engañado a un gran númew en el libro
Fuerza i Materia.
"Todos
los cuerpos celestes, grandes o pequeños, se conforman sin
ninguna repugnancia, sin escepcion i sin desviacion a esta lei inherente
a toda materia i a toda partícula de materia, como lo esperimentamos
a. cada momento. Es con una precision i una certidumbro matemáticas
que todos esos movimientos se hacen reconocer, determinar i predecir."
Los espiritualistas
ven en esos hechos el pensamiento de un Dios eterno
que impu!lQ a la creacion las leyes inmutables que la perpetúan. Pero
los materialistas
ven en ellas, por f>lcontrar!o, una prueba de que In.
idea de Dios no es sino una chanza. Si hubiera cuerpe.s celestes qUt~
fuesen caprichosos o rebeldes, si la gran lei que los rije no fuera soberana, seria de otm suerte. "Es fácil, dice Buchner, traer el nacimiento,
la constelacion (?) i el movimiento de los globos a los procedimientos
mas sencillos hechos posibles por la materia misma. La hipótesis de
una fuelza creadora personal no es admisible."
Por qué? Es lo que
jamas se ha podido saber.
Los espiritualistas
admiran la imponente regularida¿~ de 108 movimientos celestes, el Úrden i la armonía que presiden a elJ,)s. Crédulos r
N o hai ni órdcn ni armonía en el universo. Por el contrario, "la irregularidad,
los accidentes, el dcsórden, esclnyen la hipótenis de una accion personal í rejida por las leyes de la intelijencia aún humana."
Así, es despues de treinta años de trabajo que Copérn;co publicó su
libro de las revoluciones celestes,. es despues"de veinte años de investigaciones que Galileo fecundó el principio del péndulo; e~ despues de
diez i siete años de porfiadas labore!! que Kepler llegó a formular sus
leyes; Newton, octojenario, decia. que no habia llegado todavía a comprender el mecanismo de los cielos. 1 se viene a proponerDOs que creamos qne esas leyes sublimes, que jénios tan potentes llegaron apénas a
encontra1' i a for-inular, no revelan en la causa que las ha impuesto a
la materia una intelijencin. al ménos igual a la intelijencia humana r 1
el señor Rcnan escribe esta frase: "En cuanto a mí, pienso que no hai
en el universo intelijencia superior a la del hombre." 1 se atreven a
buscar un refujio en accidentes que no lo son, para declarar que no hai
armonia intelijente en la constru.:ciOll del mundo! Qué seria, pues, necesario para satisfaceros, señores críticos de Dios?
Ved aquí: seria menester desde luego que-Í19 hubiera espacio (!) o
que ese espacio fUll6e ménos vasto, porque decididamente hai demaslado
lU(Tar en el infinito. "Si importase a una fuerza creadora individual,
dj~e Biichner, crear mundos i habitaciones
para los hombres i para los
animales, nos resta saber ¿para qué sirve ese espacio inmenso, desierto,
'Vacío, inÚtil, en el cual nadan los súlt's i los globos? ¿ P.orqué los otros
planetas de nuestro sistema solar no son hechos habitables para los
hombres?"
A.sí place a la fantasía de esos señores declat~e1espacio
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PSYCHIB
o
ESTUDIOS DEL ALMA HUMANA.
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inú.til i querer que todos los globos comuniquen entre sí. El caricatuTista. Granv:ille habia tenido ya la. misma idea: él reprf:'scnta. cfcctiva~
mente en uno de sus lindos cróquis los habitantes de Júpiter yendo por
un puente colgante a pasearsc sobre Saturno fumando sus cigarros-regalías. El anillo de Satul'no apénas figura ahi como uu vasto balcon
sobre el cual los saturnicnscs vienen de noche a tomar el fresco. Si tal
es el universo deseado, cuyo primer resultado seria hacer inmóbil el sistema del mundo, los inventores harian mejor en dirijirse seriamente a.
la escuela de los puentes i calzadas que a la filosofía. Esta nada tieno
que ver aq ui.
"Si hubiese un Dios, se añade, ¿(le qué servirian las irregnlaridailes
i la8 inmensas desproporciones de grandor i de distancia cntre los planetas i nuestro sistema solar? ¿Por qué esa ausencia completa de todo
<Írden, de toda simetría, de toda belleza? "
Se convendrá en que es menE)ster ser un tanto pretencioso para adlUirar las decoraciones embadur~adas
de los bastidoros del teatro huroano, i lJam rehusar la belleza, la simetría a las obras de la naturaleza.
NO!l parece que es la primera vez que se acnsa a la naturaleza por este
lado. for J() demas no nos dan sino negaciones: negacion de Dios, negacioll del alma, nl'~acion de la ruzon i de sus mas altas poténcias;
siempre negaciones. He aquí lo que les pertenece en propiedad"; nada
mas. Su su puesta conciencia. científica es solo un engaño.
K Ilcstros espirituales
adversarios caen poco a poco en puerilidades.
Uno de ellos objeta que la lnz, que recorre 77,000 leguas por segundo,
!lO amla bastante
aprisa, i que es miserable de parte de un Creador el
no apurarla un poco. Otro encuentra que la Luna, ella tambien, no jira
bastante rápidamente sobre ella misma. "La Luna, dice el americano
Hudson Tuttle, no jira sino una sola vez sobro ella misma miéntras
que ejecuta su revolucion al rededor de la tierra, de suerte quele presenta siempre el mismo lado de su superficie. Tenemos mui bien derecho de pedir la rozan, porque si hubiera una intencion cualquiera, su
ejecucion ciertamente seria marcada;"
i el Creador es bien neglijento
en no haber hecho saber a. esos señores su moda de obrar. Se ha. visto
nunca semejante cosa? Dejarlos en una ignorancia completa sobre el fin
que se pr&pu80 haciendo jirar tan lentamente nuestra pequeña Luna!
Efectivamente.
¿no hubiera debido Dias conducirse mejor para nuestra insti'uccian personal?
Acaso. d6beria tratamos as1? A n08otro8!
"Por qué, preguntamos aún 1, por q~ la fuerza creadora no inscribió
en líneas de fuego. (en aleman sin duda?) Sil nombre en el cielo? Porqué no dió a 108 sistemas' de los cuerpos celestes un órden que nos,hiciese conocer su intencioni
sus designios de una m'anera evidente? "
Qué estúpida divinidad!
Verdaderamente,
seiiores, sois admirables, i vuestro modo de razo.nar iguala a. vuestra ciencia, lo qne no es poco decir. Qué lástima que
no. hayais vosotros mismos construiuo el universo; cómo hubíérais previsto todos esto8 inconvenientes 1 Pero ¿conoceis bien la. materia i sus
propiedades l?ara .afirmar que roolllJ!lazll a Dios tan \'entaj.asament~?
¿Ella os esphca bIen el estado. del~ffl'80?
Qué respondms?-"
Sm
duda, no nos es dado aúnsliber esadUimentc por qué la. materia ha to.madQ;.¡,tal movimiento en tal momento, pero 1<\ ciencia no ha pronuneiado IU última palabra, iDO es imposi ble que nos haga conocer un dia.
l ~~
Stolf",~
'
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PSYCnIS
o ESTUDIOS DEL ALMA HUMANA.
completamente la época del nacimiento de los globos." 'ral 8 la. oen.
testacion definitiva. de aquellos señores. Confiesan today!a lUlpOCO de
ignorancia. Qué será cuando crean absolutamente conoc:erlotodo? Oh
cienoia I son estos los frutos de tu árbol?
Aquí es el caso de confesar, con el mismo aIeman Buehner, que" lo
que llaman ordina.riamente la profundida.d del espíritu aleman es mas
bien la confusion de las ideas que la. ,-erdadera profundidad del espíritu."
Lo que los alemanes llaman filosofía, añade el mismo escntor,
no es tlino una manía pueril de jugar con las ideas i las palabras, respecto de lo cual se creen con derecho de mirar las otra.s naciones por
encima del hombro."
N o hai ni sabiduría, ni intelijencia, ni órdcD, ni armonía en el universo I1 Es séria semejante acusacion ?
En el mes de octubre de 1604, nna magnífica estrella apareció de
repente en la constelacion del' Serpentario. Los astrón':>Jnostuvieron
una suma. inquietud porqnc esa aparicionparecia estral'lILa la armonía
de los cielos. No se conocian todavia las estrellas variables. Aeababa
de nacer fortuitamente 1 Era la casualidad que la habLl enjendrado?
Estas eran las preguntas que se dirijia Kepler, cuando E,e presentó un
pequet'l.o incidente •..• "Ayer, dice, en medio de mis meditaciones, fuí
llamado para comer. Mi jóven csposa trajo sobre la mesa una ensalada.
-Piensas,
le dije, que si, desde la creaeion, flotasen en el espacio, en
todos sentidos i sin órden, platos de estal'lo, hojas de ledllIga, granos
de sal, gotas de aceite i de vinagre i fragmentos de 1ue'108 duros, podria la casualidad acercarlos hoi para hacor una ensals.da 1-No tan
bl~ena, a buen seguro, respondió mi hermosa esposa, ni t.an bien como
puesta como ésta."
Nadie osó considerar la estrella nueva como nna produccion de la
casualidad, i hoi sabemos que la casualidad no tiene ning'un puesto en
los movimientos celestes. Kepler vi vió en una verdadera adoraciondc
la armonía del mundo. Hubiera tenido por cstravagancia la duda en
este, punto. Los fundadores do la astronomía coneuerdan en eBta admiracion: 'Copérnico, Galilco, Tycho-Brahé, N cwton, alz~,n la millma
oracion que Kepler l•.
No son astrónomos los quo acusan el cielo de carecer do órden.
011 mundos espléndidos! estrellas, solos dol espacio, i vos, tierras
habitadas qne gravitais al rededor de eS08centros brillantes, cesad vucstros movimientos armoniosos, suspended vuestro C\1r60.La vida irradia
sobre vuestra frente, la intelijencia habita: _bajo~uostras tiendas, i Vllestros campos, como los de la tierra, reeiben de 108 soles variados que los
iluminan la fuente fecunda de las existencias. Sois Buster:tados en lo
infinito por la misma mano que Bostiene nuestro globo, por oSa lei BUprema bajo la cual cl jénio inclinado adora la causa ~na.
Desde aquí
seguimos vuestros mo\-imicntos, apesar de las distanCIas inDominadas
que os diseminan en la estenBiol1, i observamoB que son dirijidos, como
los Duestros, pOI' esas tres reglas jcométricas que el jénio paciente de
Kepler logró formular. Desde el fondo de los cclestes abismos nos enscñai8 quc nna órden soberana i universal rije el mundo. Contais la gloria de Dios en términos que dejan lllui atras los de los astros del rei
(C
I Cuanto
mas avanza. el hombre en la penetiaolon de los secretos de la ~Iezll,
tanto mejor Be le descubre la. universalidad
del plan eiemo. "Si stellro fixaJ, ~lilWton.
(,~~iZ. 'Ili:"~' Pri71ciPia,matk. Sckul"gen.) s~~ centra.8imili~~~lU,
tum,,~~B~'
mili eoIl8iho eoIl8tructa.llll.berunt 1lnUU domuuo. "-O!. tamb'eI( ~,
-HMIIt~~~~Mi._
.~.,_.,
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P8YCHIS o ESTUDIOS DEL ALMA HUJ\rA~A.
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profeta; escribis en el ciclo cl nombre misterioso de ese Sér desconocido
que ninguna creatura ni aun pnede presentir. Astros de mO~'imiento8
formidables, focos jigantescos de la vida universal, esplendort!sdel cielo!
os inclinais como niños bajo la voluntad divina, i vuestras cunas aéreas
se balancean confiadamente bajo la. mirada del Altísimo. Seguis hu~ildemonte la ruta trazada a cada uno de yosotros, oIl viajcros celcstes. i
desde los siglos recónditos, desde las edades inaccesibles en qlie salí8tcis
en otros tiempos del caos antiguo, manifestais la previsiva sabiduría de
la lei qU&08 guia .... Inscnsatos! masas inertes! globos ciegos! brutos
de la noche! qué haceis? Cesad, cesad vuestro testimonio eterno. Detened el torbellino colosal de Vl1e8tr06rnúltiplos cnrsos, Protestad contra
la fuerza que os a¡'¡'ust¡'a. (~116significa esa obediencia servil? Hijos de
la materia, no es la materia la soberana del espacio? Hll.i acaso leyes
iutelijcntes? Hai fnerza8 directoras? K 0, jamas. Sois víctimas del e1'l'01'
mas insigne, estrellas de lo infinito! Sois el jucgo de la illlSiollmas ridícula. Escuchad: en el fondo de los vastos desiertos del espacio, duerme
oscuramente un pequeño globo desconocido. ¿ Habeis columbrado a Yeces, entre laa miriadas de estrellas que blanqucan la via-láctea, nna
pequep.aestrella de última magnitud? 1 bien, (.'Sll. peqncfía estrella es
nn sol como vosotras, i a su alrededor jiran algllnas miniaturas de mllndos, mundos tan peqnefíos (ple rudarían eomobilla.s a la superficie de
UjlO do los vuestros. Luego, en uno de los mas microscópicos de esos
microscópicos n:ul1dículos, hui nna raza de séres razonadorcR, i en el
sellOde esa raza un campo de filósofos que vienen a declarar netamente,
oh ma~Ilificencias! que Vllestro Dios no existe, Ellos se hall al¡:ado, esos
soberb)(18 pigmeos, se han alzado sobre la punta de SIlS piés, creyendo
veros Un poco mas cerca. Os han hecho señas de qne pareis, i luego
han dicho al mundo que los habiais oido·i qne la naturaleza entera participaba. de su parecer. Se proclaman altamente los únicos intérprctes
de esta naturaleza inmensa. Si se ha. de creer su esperanza, a ellos pertenece en adelante el cetro de la razon, i el porvenir del pensamiento
humano está en sus manos. Están firmemente convencidos, DO solamente de la verd,ad, pero sobre todo de la utilidad de 811 del:cubrimicnto i
de Sil in:6.uenciafavorable sobre el sano progrcdo de esta pequel'ia humanidad. De mlLShan hecho 8aber a los miembros de esta humanidad que
todos los que no participaban de BU opinion cstf\ban en contradiooion
con la ciencia de la naturaleza; i qne la mejor calificaciíln con qne 80
pnede hooi'ar a esos retardatarios 08 la de ignorantísímoJ í de testanldos, N El 08 espongais, pue8, a ser juzgados tan desfavorablemente por
aq uell08 señorcs, uh resplandeeiclI tes estrellas! Haced· de modo quo di6tingaís nuestro imperceptible sol, nuestro átomo terrestre, nuestro átomo razonado!'; i uniéndoos a esta declaracion hnp0l'tante, parad el mecanismo del UniV-6l'80,
suspended a la vez la medida i la arnlonía, sllstituid el roposo almovimieuto, la o8curidad a la luz, la muerte a la vida;
despucs, cuando todo poder espiritua.l esté anonadado, todo pensamiento
desterrado de la naturaleza, toda leí suprimida, toda fuerza atrofiada,
el universo so disolverá en polvo, llovel'eÍa en polvo en la nocho infinita, i si el átomo terrestro existe to!lll.vía, los seflores filósC>Íos,últimos
vivientes, serán satisfechos. Ya DO habrá etlpíritu en la naturaleza!
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PBYCBJS
o
ESTUDIOS
DEL ALMA HUMAKA,
RECONOCIMIENTO
de la existencia de los espíritus i de sus manifestaciones.
Si las primeras manifestaciones espíritas han hecho numerosos adeptos, han encontrado no solo muchos incrédulos, sino tambien adversarios encarnizados e interesados en su descrédito. Pero hoi los hechos
han hablado tan alto que ha sido preciso ceder ante lE.evidencia; i si
todavíA.hai incrédulos sistemáticos, podemos predecirles con certeza que
no pasarán muchos años sin que suceda con los espíritu!! lo mismo que
con la mayor parte de los descubrimientos: que han tenido que aceptarse dcspues de haber sido combatidos desaforadamente, o considcrándolos como utopías, por los mismos a quienes S\1 saber d,~biahacer ménos escépticos, en lo que se refiere al progreso. Hai muchas jentes que,
aun cuando no han estado en actitud do profundizar estos fenómenos
estraños, convienen en que nuestro siglo es tan fecundo en cosas estraordinarias i que tiene tantos recUl'SOSsecretos la naturaleza, que habria
mas que lijereza en negar 10 que no se comprende. 'rales jentes dan así
prueba de cordura. Entre tanto, he aqui una autoridad, la Oivilta Cattolica, uno de los principales periódicos eclesiásticos de l~oma, que no
podriamos suponer que se prestase lijeramente a una burla. Reproducimos a continuacion un artículo publicauo por este periódico en el ~e~
de marzo último, en el que se ve que serit\ difícil probar la existenCia 1
manifestacion de los espíritus con argumentos mas pere::ltorios. Verdad es que disentimos de él en cuanto a la naturaleza de los espíritus,
plles no admite sino malos, miéntras que nosotros admitimos buenos i
malos: éste es punto que trataremos mas tarde, con todos los de5srroHos necesarios, El reconocimiento de las manifestaciones espíritss por
una autoridad tan grave i tan respetable, es un punto capital. Falta,
pues, juzgarlas i esto lo bal'emos en el próximo número. El Univers, al
reproducir el articulo. en referencia, lo hace preceder de las sabias retlexiones siguientes:
" Con motivo de una. obra publicada en Ferrara sobre la práctica
del Magnetismo animal, hablábamos últimamente a. nUeE:troslectores
de IQssábios artículos que acababan de aparecer en la Oivit'ta Oattolica
de Roma, sobre la Nigromancia moderna, r.eBervándonos131 hacérselos
conocer mas ámpliamente. Damos hoi el último de esos articulos, que
contiene, en algunas pájiUlls, las conclusiones de la revista. romana.
Ademas del interes que naturalmente 8e da a estas materias i la confianza que debe inspirar un trabajo publicado por la Oivilta, la oportunidad
particular de la cuestion en eBtos momentos, nos dispensa de llamar la
atencion hácia un asunto que muchas persollf,ls han tratado en teoría i
en práctica de una manera mui poco séria,'a despecho de la regla. de
vulgar prudencia que dice: que miéntras mas <.'8traordinll.riosson los
hechos, con mayor circunspeccion debe proceder8e,"
..
He aqul el artículo en euestion :
"De todas las teorías que se han presentado para esplicar naturalmente los diversos fenómenos conocidos con el nombre de espiritualis'/)lO americano, (} no hai una sola. que llene completamente el ~bje~;
•. En 103 Estados Unidos de América se da, impropiamente,
al e.piriti,mw ~'~ombre
de Hpiritual·ísmQj i de ahí viene la consiguiente mala apllcu.oion de la palabra. ilI]nritll4liita en vez de el1J'rtta; emvleada en. Ew:op6 i que aceptam08 JlO6Otros,-E. 0,
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PSYCHIS o ESTUDIoS DEI, .ALMA HUMANA.
V5
pues si una u otra de esas hipótesis basta para esplicar algunos de dichos fenómenos, quedan siempre muchos de ellos inesplicados e inesplicables. La superchería, la mentira, la exajeracion, las alucinaciones,
deben ciertamente tener una gran parte en los hechos que se relatan;
p~ro despues de hacer ese descuento queda todavía una masa tal de
dIos, que para. negar su realidad seria preciso rehusar todo crédito a la
autoridad de los sentidos i al testimonio humano. Entro los hechos en
-cuestion hai cierto nÚmero qne pueden esplicarse por medio de la teoría
mecánica o mecánico-fisiolójica; pero hai una parte de ellos tambien, i
es con mucho la lllas considerable, que no puede, en maDera algunB,
prestarse a una csplicacion de ese jénero. A este úrden de hechos corresIJonden todos los fenómenos en los cnales los (~fectosobtl.·nidos 80brelJUjlln evidentemente la intensidad de la fuerm llJotriz que lleberia,
segun se dice, producirlos. Tales son: l. o los movimicntos, los sobresaltos violentos de masas pesadas i sólidamente equilibradas, obtenidos
con la simple presion, con el solo contacto de las manos; 2." los efectos
i movimientos que so producen sin contacto alguno, por consiguiente
sin ningun impulso mecánico, mediato o inmediato; i 3.° en fin, todos
esos otros efectos que por su naturaleza manifiestan, en quieu los produce, una intelijencia i una voluntad distintas de las de los esperilOentadores. Para dar razon de estos tres órdenes de hechos diversos, tenemos todavía la teoría del magnetismo; mas, por mui ámplias que sean
las concesiones que uno esté disput'sto a hacerle, i aun admitiendo, con
los ojos cerrados, todas las hipótesis gratúitas en que se apoya, todos
los errores i absurdos de que está plagada, i las facultades milagrosas
atribuidil.spor ella a la voluntad humana, al flúido nervioso, a cualesquiera otros ajentes magnéticos, nunca podrá csplicar esta. teoría, por
medio de sus principios, C')illOes que una IDesa magnetizada por un
medium manifiesta en sus movimientos una intelijencia i una voluntad
propias"es decir, distintas de las del mediu1n; siendo a vecos superiores
i contrarias a la intelijcncia i a la voluntad de éste.
"¿Cómo dar razon de tales fenómenos? ¿Ocurriremos nosotros tambien a no sabemos qué causas ocultas, qué fuerzas todavía desconocidas
de la naturaleza? ¿a esplicaciones nuevas de ciertas facultades, de ciertas leyes que habrian permanecido hasta ahora inertes i como adormecidas en el seno de la creacion? Equiyaldl'ia esto a confesar abiertamente nuestra ignorancia i aumentar con este problema el ñúmero de
tantos enigmas cura clave no ha podido encontrar hasta el presente i
no podrá hanar jamas el pobre espíritu humano. Por lo demas, no vacilamos, por nuestra parte, en confesamos ignorantes con respecto a
varios de los fenómenos en cuestion, cnya naturaleza es tan equívoca i
tan oscura qne el partido mas prudente nos parece ser el no tratar de
esplicll.rlos. En desquite, hai algunos de ellos cuya solucion no nos parece diflcil encontrar, bien que sea imposible buscarla en las causas naturales. Mas ¿por qné habriamos de vacilar cntónces en buscada. en
esas causas que pertenecen al órden sobrenatural? Pudiera quizá hacerse valer en contra de esta opinion las objeciones que nos oponen los
escépticos i 108 que, negando ese órden sobrenatural, nos dicen que no
es posible precisar hasta. dónde se estienden las fuerzas de la naturaleza;
qtté ~ ~iene limites el campo que les queda por descubrir alas cienciaa
fí8icas;-·lquenadie conOGebastan te bien cuáles son los limit~ dE:l ÓÑen
hatQI'~I~ra }>Qderindi~-", con precision, el punto donde téftniaa~~-_
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96
PSYCIIIS
o
ESTUDIOS
DEL AUlA HUMANA.
i donde principia el otro. La respuesta a semejante oQjecionnos parece
fácil: admitiendo que no pueda detenninarse de una manera precisa el
punto de dívis~on de estos dos 6rdenes opues~os:-el ¡ultural i ~l sobrenatural-no Beslgne de aquí que nunca pueda mdlCar!(icon cerhdumbre
si tal efecto dado corresponde al uno u al otro de esos órdenes. ¿ Quién
l)ucdc distinguir en el arco-íris él punto preciso donde termina uno de
los colores i donde principia el siguiente? ¿Quién fijar con esactitud
el instante en que concluye el dio.i comienza la noche? 1 sinembargo,
no hai persona alguna bastanta obtusa para deducir de esto que no
pueda saberse si tal zona del arco-iris es roja o amarilla, o si a tal hora
es de dio. o de noche. ¿Quién no ve que para conocer la naturaleza de
un hecho no es necesario, en manera alguna, fijar el límite donde principia donde acaba la categoría it que pertenece, i que basta hacer constar que tiene los caractéres propios de esa categoría?
" Apliquemos ahora esta observaeion tan sencilla IL la cuestion presente: no podemos decir hasta dónde van las fuerzas de la naturaleza;
pero, sinembargo, dado un hecho, podemos n:iueha3veces, por sus caractéres ciertos, decidir con certidumbre qlle corresponde ;11 órden sobrenatural. I para no salir de nuestro problema, entre los '~tJOómenosde las
mesas parlantes hai muchos que, en nuestra opinion, manifiestan de la
manera mas evidente esos caractéres; tales como aqnellos en los cuales
el ajente que mueve las m'esas obra como causa intelijente i libre, dejando conocer al propio tiempo una intelijencil! i -una voluntad propias: es
decir, superiores o contrarias a las de los '1nCdÚ11I1S, l(,s esperimentadores i los concurrentes; distintas, en una palabra, de estas, sea cual fuere
el modo de atestiguar esa distincion. En casos semejantes, por mucho
que se diga en contrario, está uno 'obligado a admitir que tal alente es
un espírit.u que no pertene~ do la hUlnanidad, i que, desde luegó, está
fuera de este 6rden, de laA-causas que tenemos costumbre de llamar
naturales, de las que, decimos, no sobrepujan las fuerzas del hombre.
"Tales son,precisamente,
los fenómenos qne, (:crnoya. lo hemos
dicho, han resistido a cualquiera I.ltra.teoría basada en los principio6
puramentEl naturales, en tanto que en la nnestra encuentran su mas
fácil i claÍ'a osplicacion, puesto que sabemos que el poder que tienen
los espíritus sobre la l!1ateria sobrepasa con mucho, las fuerzas del
hombre; i lmesto que i\o hai efecto alguilo manwilloso, entre los que
se citan de la nigromancia moderna, ql1e no pueda ser atribuido a su
acciono
"Sabemos mui bien que al vernos poner aquí los espíritus en la
escena, mas de un lector sonreirá de compasion~ Sin h!lblar (le aquellas
jentes que, como verdaderos materialistas, no oteen en la existencia de
los espíritus i rechazan como fábula todo lo qúe no es materia ponderable i palpable, i tampoco de los qn-e, admitiendo que existen espíritus, les rehusan toda influencia i toda intervencion en lo que respecta
a nuestro mundo; hai, en nuestros dias, muchos hombres que, concediendo El. los espíritus lo que ningunbuen católico podria rehusarles-a
saber: la existencia i la facultad de intervenir en 108 hechos de la vida
humana, de una manera oculto. o patente, ordinaria o estra.ordinariaparece, sinembarO'o, drsmienten su fe en la práctica i consideran como
una vergii.enza, ~n esceso de crednlidad, una supers~icion de vieja" el
~dmitir la accion de csos mismos espíritus en ciertos casos ~Ipfl(llales,
~oQ;tentándose con no negarla en tésis jeneraI. It a de,~h:verdad, de un
°
L
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PSYCHIS
o
ESTUDIOS
DEL ALMA HUMA~A.
8 ellta<parte se ha hecho ta.nta.burla d~ ~a8implicid~d ~e la. edad
itiédla, acU8á.ndola dt ver donde qUIera l'spmtus, maleficIOs 1 ht>ohicei ~ ha dec1vnaqo tanto sobre el ~lirticular, ~ue 1)0debemo8 801'-'
prendernos de que muchas cabezas débIles, que qUIeren aparecer como
fuertes, esperimenteI1 repugnancia i como ulla especie de vergtl6DZl\en
creer en la intervencion de 101 csplritus. Mas, este esc€'sode incredulidad es tan falto de razon como ha podido serIo en otras épocas el esceso
contrario; pues si, en sempjante materia, el crecr demasiado condUCtft\
yan~ R1lpettlticione~,~l no querer admitir ?a~a, J[~va.,en del:lquite, R.Ja
l!PlJledadcde1 matenahsmo. El hombre sabIO 1 el CrIStIanoprudente, d~lieii~.evitEi.r,pues, igualmente estos dos estremos i mantenerse firmes ,en
la" linea intermedia: en 'ella es donde se encuentran lIt verdad i la virtud. Ahom ¿Mcia qué lado nos hará inclinar una fe prudente en esta
cuestion de las mesas parlantes?
" La primera i mas sabia de las reglas que nos impone esta pr~encia, nos enseña que para e~plicar los fen6menos que presentan un car{tcter e8traordinario, no ,jiebemos apelar a las ~usa$ sobrenaturales
sino cuando las q~e pertenecen al órden natural no basten para ello;
de donde ,se ~gtie, pOTotro lado, la obligacion de admitir las frime~
~uando lqtjegundas son insuficientes. 1 este es precisamente e caso en
que n08 hallamos; porque, en efecto, entre los fenómeIlos de que habla..mas hai algunos quc no podria hacernes comprender ninguna te<>r1a,ni
C'.tusaalguna puramente material. Es pues no solo pl'Ude~tt-, sino tambien necesario, buscar sn esplicacion en.el·úrden sobrenatlffal, o en otros
términos, atribuirlos a puros eSllÍritlls, puesto que, fuera de la IIaturaleza i por80bre ella, no existe otra causa posible..
"~
aq.uí una segunda regla, un Of'i.terillm infalible para deter~iDar, Conrespecto a un hecho cualquieia, si corresponde al9rden natural"·
o sobrenatural.: es examii1ar bien sus caractéres i determinar conforme
a .ellos la naturaJeza de, la causa que lo p.~producido. Es así quo 108
hechos mas maravillosos de este jénero-k>s que no puede asplicar ninguna otra teóda.-ofrecen caractéwl talc¡- que demuestran; no solo nna
causa intelijente i li~,csino tambien dotada- de una inte1ij}Dciai una
voluntad q~e naia. tienen de humano, luego ela causa no puede ser
~ino ~té
u~e8p~itu. '
"A8f,,~~e8, por dos sistemas, uno indirecto i negativo, que procede
por esclWllOri, i otro directo i positivo, por cuanf,u está b_do en la
l1aturalezamiBtna do, los hechos observados, llegamos a J-.ffiisma copclfisioDj a~~ber~ que entre los fenómenos de la ni~ncia
mod~rna
haia lo ménoB una. cat('go~ia de hechos qne, sin ducUl,&JgunB.tifo~producidos p'or ~spíritu.9, 1 llegal?os a esta conclusion por nn raciocili.io
tan sencdlo 1 I1atural que, léJos de temer al aceptarlo que cedemo$ 8.
una imprudente credulidad, creeriam,os,,por el contrario, al rehusaf"ad- ;
mitirlo, dar prneba de un,t debilidad i una incoherencia de espirítu
ínescusablcs. No careceríamos de argumentos para confirmar nuestra
tl.sercion" pero P9~_ fliltan el espacio i eJ#tip,mpopara desarroUarlos aquí.
Lo que nemos diapo hasta ahora Lasta plenamente, i
resumirse
en las cuatro propOSl/;líonessiguientes:
•. "1,& Entre los fenómenos en cuestioD, prescin~do
de lo que razona;lcmente pu~de atribuirse a la impo$t..nra, a las lilucinaciones i a las
exaje~ne8,.
e:!Í8~e t~davia 1m gran ~Úmero,cuya reali~~d no p~
.•
. l'.e!Q~~.
a duda SUl VIOlar todas las leyes de unalalla cnt¡ca¡r
. :c:.. ....
:~~~
ros,
u_
C"
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PSYCHIS
o
ESTUDIOS
DEL ALMA HUMANA.
---------- -----------~-----------------"2." Todas las teorías naturales que hemos eSpU€Btoi discutido
atras, son impotentes para dar esplicacion satisfactoria de todos esoll
hechos; pues si esplican algunos, dejan el m.ayo"rnúmero de ellos, i los
mas difíciles, totalmente inesplicados e inellplicablee~
"3." Implicando los fenómenos de este último órden la accion de
una causa intelijente distinta del hombre, no pueden esplicarse sino por
la intervencion de los esptritus, Beacual fuere, por otra parte, el carác- ter de éstos, que es cuestion de que nos ocuparemos al pllnto.
"4. a 'rudos estos hechos pueden dividirse en las cuatro categorías
siguientes: 1.a Entran en ésta muchos que deben ser reehazados como
falsos.o como producidos por la superchería.; 2." En ésta, los mas sencillos i fáciles de concebir, tales como las mesas jiratorias, admiten, en
ciertas circunstanciás, una csplicacion puramente natural: la de un impulso mecánico, por ejemplo; 3.••.Corresponden a rsta clase fenúmenos
mas estraordinarios i misteriosos, sobre cuya naturaleza queda uno en
duúa, porque aun cuando parecen sobrepujar las fuerzaH de 1(\natumleza, no presentan, sinembal'~o, caracté¡'es tales que un::>deba evidrntemente ocurrir a una causa sobrenatural para esplicarloB; 4.a Colocamos, en fin, en esta categoría los hechos que, ofreciendo de una manera
evidente estos caructéres, deben atribuirse a la accion imisible de netos
espíritus.
~
"Pero ¿cuáles son estos? ¿Son buenos o malos espíritus? ánjelcs o
demonios? almas bienaventuradas o réprobas? La respuesta a esta última parte de nuestro problema no podría ser dudosa, por poco que se
considere, por una parte, la natumlezá de estos diversos I~spíritus, i por
otra el carácter de sus manifestaciones. Esto es lo qne nos resta ex(\.millar."
(Tomado de la "Revue Spirite" de Paris).
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___
o
__
._"."_
•• ".
_ .._-
••
--
UNIVERSALIDAD DE LAS MANIFESTACIONES ESptRITAS.
(POR
ALLAN
KARDEC).
La rapidez con que se han propa~adó en t1>daslas partes del mundo
los fenómcnos estraños de las manifest~iones espíritas, es una prueba
del intrres que escitan. Simple objeto de curiosidad al principio, no han
tardado en despertar la atencion de los hombres sérios que han entre-:visto, desde luego, la inevitable influencia que deben ejercer sobre el
estado moral de la sociedad. Las ideas nuevas que de ellas surjen se
popularizall cada dia mas, i nada podria detener su progreso por la mui
ilencil1a razon de que estos fenómenos están al alcance de todos o del
mayor número, i de qUtlno hai podl}r alguno humano que pueda impedir que so produzcan. Impidiéndol08 en un punto,. se reproducen en
ciento. Los que pudieran ver en esto un inconveniente cualquiera,
estarán obligados, por la fuerza de las cosas) a esperimentar SUB consecuencias, como ha sucedido con las industrias nuevas qne, chocando en
su oríjen con los intereses privados, han tenido i tienen que ser aceptadas por todos, por no poder hacerse otra cosa. ¡Cuánto no se ha hecho
i dicho contra el magnetismo ! i, sinembargo, todos los rayos que c~JDtra
él se han lanzado i todas las armas con que se le ha ata<:ado, aun la del
ridículo, se han embotado ante la realidad i no han servido sinó para
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o
'PSYCIIIS
ESTUDIOS
DEL ALMA IIU)IANA.
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ponel'la. mas i mas en evidencia. 1 es porque el magnetismo es una potencia natural,
i porque el hombre, ante las fuerzas de la naturaleza,
es un pigmeo semejante a esos gozquecilloB que ladran inútilmente contra lo que los asusta. Sucede con las manifestaciones espíl'itas 10 mismo
qu~con el sonambulismo:
si ellas lIO se producen a toda luz, públicamente, nadie puede oponerse a que tengan lugar en la intimidad, puesto que cada familia puede encontrar algun medium entre sus miembros,
desde el niño hasta el ancihDo, así como tambien puede hallar un sonámbulo. ¿Quién l)()dria, pnes, impe(lir que un individuo cualquiera
fuese medium o sonámbulo? Los que combaten la cosa, indudablémcnte no han reiex.ionRdo en csto. UDa vrz más: cuando una fuerza está
en la naturaleza puede ser detenida un instante, pero destruida, jamas !
no haciéndose sino desviar su curr::o. Así, pues, como la potencia que
¡;;erevela en el fenómcno de las manifclitacioneli,-sea
cl1al fuere su causa,-está
en.la natUlaleza, lo mismo que la del magnetismo, no podrá
destruirse en manera alguna, así como tampoco puede serlo la. potencia
eléctrica. Lo q¡¡e debe hacerse es obsen'arla, estudiando todas BUS fase::;
para deducir de ah1las leyes que la rijen. Si es un error, una. ilusion,
el tiempo lo decidirá; si es verdad, la verdad es como el vapor: miéntra.s mas se la comprime, mayor ea su fuerza de espansion.
Lo que necesita el hombre que reflexiona es algo que hable a su intelijencia. Pocos alias han trascurrido desde la al'aricioll de los priml>ros fenómenos i estamos ya Jéjos de las mesas jiratorias i IJarlantes que
no eran sinó su infancia. Hoi dia tenemos ya uua ciencia que descubre
todo un mundo de misterios i hace patentes las verdades eternas, qut'
solo era dado presentir al esplritu: es una doctrina sublime que le muestra al hombre el camino del debc[' i qne abre ~l campo mas. vasto qUl'
se haya presl'ntado hasta ahora a la ullservacÍon del filósofu.
Disputarásenos, quizá, el calificativo de ciencia que damos al espiritismo. Sin dnda que éste no podria; en ningun caso, tcncr los caract(:-·
res de una c.iencia rsacta, i precisaDlcnte en esto es donde yerran los
que pretenden juzgarlo i esperimentarlo corno un análisis químico o un
problema matemático:
mucho es ya que tenga el de una ciencia fil08ú ..
ficn. Toda cienda debe basarse sobre hechos, pero é8tos solos no la constituyen. La ciencia nace de la coordinacian i la deduccion 16jica de los
Jlcchos; es el conjunto de las leyes que los rijen. ¿ Ha llegado el espiritismo al estado de ciencia? Si s& h~bla de una ciencia perfccta, s(~ria,
sinduda, prematuro contestar afirmativamente;
pero las observaciones
son hoi bastante numerosas, pam poder deducir de ellas a lo ménOli
}1rincipios jeneraler::, i aquÍ es donde comienza la ciencia .
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Bien que los fenómenos de que nos ocupamos se hayan producido
en estos últimos tiempos de una manera mas jeneral, todo prueba qUe
han tenido lugar desde los tiempos mas remotos. N o sucede con los f(~nómenos naturales lo que con los inventos, que siguen el progreso del
espfritu humano. Estando aquellos en el órden de las cosas, su causa
es tan vieja como el mundo, i los efectos han debido producirse en todas
las épocas. Esto de que hoi somos t~tigos no es un descubrimiento
nuevo: es de la antiguedad, pero de la antigiicdad que despierta sin (-]
coNejo místico que lía enjendrado las supersticiones, e ilustrada por la
civilizacion i el progreso en las cosas positivas.
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o
PSYCHIS
ESTUDIOS
DEL ALMA HUM ..ANA.
La consecuencia capital que resulta de estos fen'Jmenos es la comnnicacion que pueden establecer los hombres con los séres del mundo
incorpóreo, i el conocimiento que, dentro de ciertos límites, les es uado
adquirir sobre su estado futuro. El hecho de la3comunicaciones con el
mnndo invisible se halla consignado, en términos inequívocos, en los
relatos bíblicos. Mas, por una parte, para ciertos escépticos la Biblia
no es una autOTidau suficiente; i de otro lado, paTa los creyentes csos
son hechos sobrenaturales, permitidos por un favor ,especial de In. Divinidad. ¿ No seria eso, pues, para todos una. prueba de la jeneralidad de
estas manifestaciones si no la encontráS€mos en mil otras fuentos diversas? La existencia de los espíritus i su intervencion en el mundo corpa-·
mI la atestiguani
demuestran, no como hecho eseepcional sinó corno
principio jeneral, San Agustin, San Jerónimo, S;ln Crisóstomo, San
Gregorio de Nacianza i muchos otros padres de la Iglesia. Esta creencia forma, ademas, la base de todos los sistemas relijiosos. Los mas
sabios filósofos de la antigiledad la. han admitido: entre ellos Platon,
Zoroastro, Confucio, Apuleyo, Pitágoras, Apolonio c.l' Tyanea i muchos
mas. La encontramos igualmente en los misterios i los oráculos, entre
los griegos, los ejipcios, los indus, los caldeos, los f(.manos, 108 persas i
los chinos. Vemos que sobrevive a. todas las vicisitudes de 10spueblo8,
a todas las persecuciones, desafiando todas las revoluciones fisicas i morales de la humanidad. Hallárnosla, mas tarde, en hs adivinos i hechiceros de la edad média, en los willis i 108 walkirios de los escandinavos,
los e7Jos de los teutones, los leschios i los domest.Ínio8 douglti de los
esla vos, los ourisks i los brownios de Escocia, los }oulpicans i los ten8a1jJoulicts de los brctones, 108 cemís de los caribes; i, en una palabra,
('n toda la falanje de las ninfas, jenios buenos i malos, sílfides, gnomos,
hadas i duendes con que todas las naciones han poblado el espacio. Encontramos la práctica de las evocaciones en los pueblos de la Siberia,
t'll Kamtchatka,
en Islandia, entre los indios de la .América del Nortl',
los uboríjencs de Méjico i el Perú, en la Polinesia i hasta entre los es.túpidos salvajes de la N ueya Holanda. Sean cuales fueren los absurdos
de qne esta creencia esté Tildeada i ataviada segnn l(M lugarl's i los tiem}los, es preciso convenir en que ella partc de un mismo principio, mas
o ll1énosdesfigurado. Así, pues, una doctrina no se,hace universal, no
sobrevive a millares de jcneraciones, no se implanta de uno a otro polo
entre los pueblos mas desenwjantcs i en todos los ~rados de la escala,
i:'ocial, sin estar fundada en alguna cosa positiva. Ouál 'es esa cosa?
E,;to es lo que liOS demuestran las manifestaciones rl~cientes..Buscar la
l'clacion qne pueda haber entre estas manifestaciones i todas aquellas
creencias, es buscar la. verdad. La historia de la doc:rina espírita es, en
cierto modo, la del espíritu humano. N os aplicaremos no estudiada en
todas sus fuentes, las que nos suministrarán una milla inagotable de
, observaciones, tan instructivas como interesantes, sobre hechos jcncralmente poco conocidos. Esta parte nos dará ocasion de ('aplicar el orijen
de una multitud de leyendas i creencias populares, distinguiendo en
l' \las lo q\le hui de verdad, de aJeg'oría i de supersticion .
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(Traducido de la
:nOGOTÁ-IMI'I\E:\1'A
III
RCCllC
Spiritc de r:i.ris);
DE GAITA..'i', CA.l!Jl.EBA DE NIHVA.
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PSYOHIS
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ESTUDIOS DEIl ALMA HUMANA.
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opOllga a la ptrfmion de [lios,
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Bogotá, 23 de junio de 1871.
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.-"':':"':"==-~--=---:'=
LA. TIERRA..
nI.
l.ei de las combinacioneR químicns.-ProporcioneB
i tie los út<lmos.-Circulacion
<luírnicas.-La
citlS.-El
jcomctría
definidns.-De
lo infinitamente pequeño
de las moléculas bajo la dircccion de las fucrzas fí~ico-
i el liljebm en el reino inorg{mico.-Est<;ticn
número lo rije todo.-Armonlu
de los sonidoo.-·Arrnonfa
de lns eÍ(;n,
de los colores.-
Importancia de la leí; menor importancia de la materia, su Íncrcill.-El
perlamiento de la fuerza orgánica en el mundo vejeta!.
primer d')6'
Las demostraciones en [¡n'or de 111.dignidad de la fner;w, qUll 8ucamos
del espectáculo del universo sideral i de la intl'lijeu(;ia de la nwcúnica
cdestc, pueden bajo rl mismo tit.uh f;cr tomadas en ('1 exÚmen dr 109
cuerpos terrestres. Al1Ú, CI:1 el himno dc lo infinitalllcnte grande; aquí
es la parleria de 10 iníinitamente prqllciío. La flWr7.a rije los nw,imi<'ntos de los átomos así como las órbitus inmensafl de laR e~ferus eiérras.
Camhia de objeto; camhia de nomhre en.. las clasificaciones hUIl1:1nafl;
pero es b misma fuerza: es la atraecion universal. De b llama colw~ion cuando agrnlJa los á.tomos constituti\'os de las moléculas, i gravitacion, cuando hace jimr los astros al rededor de su cent rn comun de
gravrdad. l\Ias el nombre humano no diferencia el hecho f¡~ico.
Las moléculas constitlltinls
de las sustancias e;,t(,ll j~Jl'lna.-I(\spor
una reunion jeolllétrica de :'ttomos tomados entro los cu(~rpo~ r¡Ué la
química llama. simples. Cada mol<'cllla es nn modrlo de simct¡ia i rc,presenta lln tipo jeomdrico.
Así, por l'jl'lllplo, la mol(\cula dL' (¡cirIo
¡;ulfÚrico illonohydratado
es un :sÚlido .i<'ornl-Irico n-gular, un octllcdro
de base cuadrada, compuesto di' 7 átomos SIl" 04, Los cncrpOR ¡;implce, para formar los cncrpos c0mput'slos, no pueden combinarse sino
en nÚmeros proporcionales, uet(~•.minfl<los e inYllriablt,s. Se :sabe qne ~e
designan bajo el nombre de cquiva!f;¡lc8 los nÚmeros qUL' esprc¡,;an bs
relaeionrs de la.s cantic1a.drs ponderablcs de los diver~os Cll(rpos Huscer-[- ..: .--" tilJles de rnt.rur, ellns o sus lnÚlti pIes, en las con) hinacion(~s <1uírl)icas~ i'
¿k reemplazarse mÚtllamen7C para formar compnestos químicamente.
análogos. Cien partes de oxíjeno, en peso, se combinan por <'jempJo con
12,50 de hidrÚjeno, para formar agna: pues el agua siempre serÚ corr:}lUl'sta. en c¡,;urcln.ciou, i ¡;cril1.absolutamente
imposible aiíadir a la (OlLhiuaci0n que constituye una mOlécula de;3.gua, lllHi parte mas (1: bidr(.~ .u
,~jeno o de oxijeno. El agua formada por la comhustion de Hna llama ('3; ridé,nt.icarncnte la misma qne la de la~ fuentl's i de los rio;:;, j)(, la mi¡;ma.<
CiJ
manera 100 partes de oxíjeno ¡;e combinarán
con 350 do hierro, para
-1
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:,~•.
102
PSYCIlIS
o
ESTUDIOS
DEL ALMA HUMANA.
formar protóxido de hierro. Estas son reglas absolutafl, a las cuales la.
materia. está fOrzada a obedecer. La naturaleza tiene horror a la calualidad, como se decia en otro tiempo que tenia horror al vacio. 1no·
solamente estos equivalentes representan numéTicamen1;e-todaslas c()mbinaciones de los cuerpos con el oxijeno, sino aun todas las de estos
cuerpos entre ellos, de tal ¡luerte, en nuestro ejemplo, que si el hierro
se combina con el hidrójeno, siempre será en la relaci:m de 350 (equivalente del hierro) a. 12,50 (equivalente del hidr6jeno). Adamas, todas
estas combinaciones se efectúan segun reglas jeométricas, i la cristalizacion de los cuerpos puede siempre ser traida a uno de los seis tipos
fundamentales: el cubo, los dos prismas rectos, el romboedro i los dos.
prisma~ oblíCllos.
Para esplicnr no solamente las combinaciones, sino aun todos los.
movimientos múltiplos que se efectúan en las incesantes trasformacioJ1es de la matl'ria, en los fenómenos de contracciou i de dilatacion, en
la manifestacion de las diversas propiedades de los cuerpos, se admite
que los átomos no se tocan, ni aun en los cuerpos mas densos i mas
lIIúlidos,que están aislados los unos de los otros, i que ell razon de IHl
pequeñez, los intervalos ql1e los separan son los mismos relativamente
a ellos que los intervalos que separan los cuerpos llelestes; i en fin, de
la misma manera que los cuerpos celestes se mueven les unos al red.~dar de loa otros sin cesar de permanecer unidos por un vinculo solidario,
asi oscilan los átomos al r('deuor de su posicion respect.iva sin apartarse
de los lími tes arn:glados por la cohesioll O por la afinidad molecular.
No hai diferencia csencial entre cl mundo de las estrellas i el mundo de108 átomos. Aumentad ese cristal, esa molécula, suponedla auruéntando, desel.volviéndose hasta que alcance el volúmen d~l sistema plane-.
tario, de una nE'hulosa: tenureis un verdadero sistema con sus fuerzas ¡.
sus movimicntos. Al contrario, suponed que el sistema planetario s~
desinfle, por decirlo así, que tollas las distancias se estrechen, que todos
los cuerpos que lo componen Re apoqucn i que llegue finalmcnte a la
dimension de un agregado químico: henws vuelto al mi~roscopio. Por
lo demas, las nwuidas, las espresiones de infinitamentE' grande i de innnitamente peq l'leiio están en nosotros, i no en la nli.turnleza, porquerelacionamos todo con nosotros como con un punto de comparacion.
Las ideas de gmnlle i de pcqueño son puramente relacivfl.s. La naturaleza no conoce esos modos de ver.
Los fenómenos del calor, de la luz, del sonido, dd magnet.ismo, se
eaplican por esta conccpcion de los movimientos atómicos . .Bajo la influencia de esas fuerzas esteriores, las moléculas se reeojen o se aportan
i modifican sus movimientos, como se ven en el" espacio los mundosprecipitar su curso en su perihelio i moderarlo en laa J'ejioneslejanas de
su afelio. Cuando ocasionamos por un choque vibracioncs en los cuerpos sonoros, sus moléculas se njitan en cadencia, se~nn el modo de Sl}
armonia. Luego, esos átomos son de una. inespresaLle pequeñez. Se ha
calculado que el nÚmero de los átomos encerrados en un pequeño cubo.
de materia orgánica del t.amaño de la cabeza de un alfiler, debia asyender il.lguarismo inconqebihle de ocho sestmones (8 seguido de 21 ceros).
Suponiendo, dice Gandin, que Bequi~ieran contar este:! átomos tomando.
un mil1ar( 100 mil millones) por segundo, se empleariln doocient08 ~i'1l.-~uenta mil alias cn hacer esa cuen.ta t
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PSYClIIS
____________
o4
ESTUDTOS l1Efi AI,MA li1JMA~ A.
•
•
103
~ ••
~
No lo verificaremos. Sea lo que fnere, la sustancia de los cuerpos es
nn pequeño mundo, un mundo analítico, en el seno del cual lo infinitamente pequeño está rejido por leyes tan l'iguroslliS como lo infinit.amente
grande del mundo sideral. Cuando se sabe que una plll~ada. cúbica de
tripol encierra cuarenta mil millones de galionelos fósJ!es; cuando Si}
piensa que en la claso de los infusoríos él microscopio nos permittl distinguir vibrioues cuyo diámetro no escede
un milésimo de milímetro,
i que esos pequeños seres que se ffilH,vcn ('n el agua con ajilidad están
provistos de aparatos de locoUlocion servidos por m lIsculos i nen'ios,
que se nutren i poseen vasos nutritivos, que son activos, buscan, persiguen su presa, la combaten i se lanzan a veces en los ahismos ae la
gota de agua con UDl\ vdocidad i nna fucrza rehti\"IlDH'nte snperiores al
galope de un cabnlJo ; cuando se aualle a esta ohseryucion qne mItos animálculos están servidos en fill por órganos
sensibilidad, no cuesta
tmbajo creer que las moléculas de nlbumina i de jelatina
que los
constituyen sOuverdaderamente
de una t.enuidad inimajinable, i que
los átomos de que esas molecnlas mismas están compuestas pertenecensin metáfora a nuestra idea de lo infinitamente pequeño ....
Luego, esos :.ltomos no cambian: son invariables e inrnlltnbles;ias
moléculas de los cnerpos compuestos, en cuya formaeian f:<1Ún jeom&tricamente asociados, no cf\mbiun tampol:'\ annq ne pnsau incesfmtelll~mte de un ser a otro. l'ur el cambio perpetuo que se efectÚa entre
todos los séres de la natlll'abn i que lo~ encadena todos baJo el imperio
de una comunidad de sllstanc͡L, p0r la (;nlllunicncion
perlllanclltc
de las
cosas entre si, de- la atmó¡;fera. cou las planblH i C<JIl todos los séres
que respiran, de las plantas con 108 auiu)ales i los hombres, df!l agna
con todas las sustancias orWlnizadasr por l:L llutrícíon i la asimiladon
que pcrpl'tÚan la cuaroa de las existe-nci¡lS, las mo)éculas entran i salen
!lín Cesar de los cuerpos, eal1lbia~l a cada instante de d IIcill', pero con!\crvan esencialmente
Sll rmlurah'z,t
intrínseca.
Lo n'C'Jllt)('<~mos con
nuestros adversarios: la molécula de hierro 110 varía, Sl.',l <llll', incorpor~da en la mllt-eorite, rrcorra el ullivl'rso,~
que ,resuene sob~ la via
ferrea en 1[\ ruc(la del wagon, sea que br't'n globulo
sangumco cn·
las sienl's del poeta. Cualquiera, pneíl, que s,'a l'! lugnr habitado tranl'Iitoriameute por las moléculas, ella.<¡guardau Sll ll1tt.nmh,za esencial i
sus propiedad!)". Lfls átomos soo infiní tamente l)'XIUC:ñoH, Riemprc separados 108 unos de los otl'Oll, i siem
encadenados pOI' esa misma fuerza.
invisible que retiene la') eilfera
sus órbitas. La ma.teria enteru,
orgánica. o ioorgániea (pue
.. ~na mi8~:Q~edéCe eu primer 11lt;ar
a esa flX'rzl\. Las partes
'quellas son c(ffiio astros en el espaCIé';.
ellas se atraen la una. a la. otra i se rechazan el! "irtUll de sns movimientos respectivos. Bajo el velo de ('sta materia, que nos pan~ce pesada
i densa, debemos, pues, cojer la !Ucr;;f6 a la cual clla. ohedece la o \le
rije el mineral, que pesa los elementos, qnc ol'l\('na las combi~ac:o~l'~
que traza reglas ab801titas, j que, dirijieudo la materia como soberana'
la pliega como una. eseHtva flexible i pasiva a L'ls leyes primordiales qu;
COIl8BO'ran la eatabñWad dd mundo.
~~s e~~~de}9'
m~teria, e~tú.n arr.doB .pbr)eyes, Nunca ~abeis
a
fa~mas
caractcnstlCas fui.. rrstahmicwn?
N o habe!s 0:<1m
"
en el microscopio la
cion
las estrellas LIt) nieve i
de 1M moléCulas cristalinas del ¡cIo ~
esemnndo
im'isib]e COlllO ('r1;
ue
ue
de
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1()4
rsycms o
ESTUDIOS
DEL ALMA HUMANA.
el universo vi8ible, cada movimiento, cada asociaeion se efectúa bajo la
direccion de la lei. Siempre el miRmo ángulo, siempre las misJD8.8 líneas
siempre las mismas sucesiones. N unea las 'leyes humanas t.uvieron una
obediencia tan pasiva, t:m absoluta. Nunca nn jeón:etra construyó figura.
tan perfecta como la que reviste Ilutnrahucnte la m:lS humilde llioléculll,
lo mismo qnc nin~un fiaron en las mas elegantes baHilicas iguala el corte
de un disco de talla vl'jetal. No hablamos solamente de SIlS estados físicos. Se sabe en efecto; verbi-gracia, que la fluidez dc los cuerpos no es debida sino al calor, i qllC el vapor de agna que forma las nubes así como
las olas del pr0fnndo mar, estaria en el estado sólido, esto es, en el estado
de hielo, si todo C'alor fuese lkstenlldo de la tierra. Pero hablamos sobre
todo,
sus estadofl quimicos. Aqui reina In. lei sin escepcion. Prohibido estÚ ,al poder humano crear nada con leyes arbitrarias o caprichosas, i caro biar nnda en la com posicion ¡le los cuerpos. Nada nace, nads.
muere. Solo In forma es pCre¡;Cdl'fll ; la sustancia es inmortal. Somos
constituidos del polvo de nuestros an tepasndos. Son 108 mismos átomos
i las mismas moléculas. Nada se cria., nada se ¡,ierde. Una bujía que
ac~ba de ser quemada enteralllcnt(', ya no está visible a los ojos vulgare~ sinemunrgp, ellll f'xistc aún integrante, i rccojienuo las sustancias
consumidas, la reconst.ituiriamos en su peso anterior. IJos átomos viajan
de un ser a otro, ~Iliados por 1a8 fuerzas nllturale~. La causalidad de los
elemf'ntos cons ti tll t.i VIl:> dt.' to(los los cuerpos, la natura lezl\ bella i radiante subsiste en Sil grau<lez,t ; ese pod<'r nacional de la ti,:rra es debido únicamsmtc a 1:1 previsio[l
i al rigor de las leYI>s <lile organizan sin reposo los
Vil\jes i las etapa;; lle los :ltomos, de ~uaruicion en guarnicion. Si la 01'ganizacion militar t~0 l:~ Fm;1.ci¡~-es debida ,ll.lln consl'jo inte~ijente, DOS
parece que la org¡mlZae!On qml11lca de los seres, mucho mas Importante
que nqueIlll, at.f'stigua uu plan i un ¡>ensamiento director.
Con todo. ('1 papel que la lei dese m ['etia en ellmiv~rso está relegado
al ran"'o do hs fÚbulas por el autor de la R,éponsc aux lcttres de L-iebig.
.
1
ScO'un '" él, sin ~·a7.0Il el gran químICO
(('clara
que "t's la lei la que
co~strnye to(ll'." {; L~ lei no seria sino una idea jcneral, inducida de Cl\ni.ctéres sensibles; <le (PIC no se encuentre la lei sino deHpues de las esperiencias, resultnr:¡t Iluc no e:{istn en realillud!
"l\iiént;'as se crell. que 1ft.
leí construye el m1l11l11', ~:í~ osa escribir, en YPz de s('r el resultado i de
recibir su luz, el espíritu humano dormirá en las tinieldas i se opondrá
la. idea f\. In. csprrie1]C1n."
P:lf~ desterrar ~¡eh Datul':llf'za eI"e~~iritu!i en lmrticular el c8p~ritn
jeométl'lco, es
d~'ge;pr8c~ la e~;nCla del papel dcsempellado
por el nÚmC/'o 1 Ol)stll'}arSi n. no 011' la um'-ersal nrmon¡g derramada con
profusion en b~.obras cn':l.da~.
n.rmoníá no o.s solam,)nte la fraseolojín. musical ('scrit:t en espaclOS 1 e,i<'clltada por los mstrumentos humanos;
j10 consiste sola:l1Cnte ('u crear ,)bms muestras revereneiadas con justo
título que "inieron a pw(lncirse ea los dias de inspi.aci,m en el cerebro
de .Mozart i de Dp0\ hon'n; la armonía llena el universo con sus aeord.,s. 1 desde hH~go, la múó:ic:~ propiamente dieha está ella misma cnteramente formada por el nÚmero; cada sonido es una se~i,~de vibraciones en Cll.lltidatl deiillidq, i lns,relaciones nrmúIlicll.s de 101'soniuos no son
otra. cosn. sino rci:tciones num~ricas. La gama Cfl llua esenla .tJe=ciíjfs;
los mcdos, el menor como el mn.yor, son creados por las c~t~~los
ue
rn',w':
!.n.
•• Chen¡isclw B¡'irje, p~j. 3Z.'~"
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PSYCH1S
o
ESTUDIOS
~.
ALMA nUMANA.
105
aconles no 80n sino una combinacion aljebraica. Despu.:s, como si
el número debiese esencialmente reinar solo, touo compositor Ulusical
debe aÚn sujetarse a reglas para el compas. ~stas obseryaciones fundamentales, sujeridas por el estuuio del sonido, hallan su llplicacion no ménos importante en el estudio de la luz. Así como los tonos se derivan del
número de las vibraciones sonoras, de la misma manera los colores se deri.
van del número de las vibraciones luminosas. La coloracion de un paisaje es una especie de lllÚsica. gl verdor U0 los prad08 está formado por
el número, como el fondo de una meloJia; la rosa qne se abre es el centro de una esfera de vibraciobes luminosas que cOIlstituYl~1l
el matiz aparente, i el ruiseñor que trina sus acariciado ras notas, enda u la atmósfera las vibraciones sonoras características de su sonido. ~'oJu movimiento es nÚlllero i todo número es armonía.
Sin duda, hai en este estado de cosas, una parte retiervada a las leyes fisio16jicRsde nuestra organizacion. Los souiJos del oido empiezan
en las vibraciones lentas i acaban en las vibl'aciones agn(la¡.¡ q l1e nuest.ro
oido puede percibir: desJe 16 a 36,850 1) por segunuo. Los colores
visibles empiezan en las vibraciones lentas ise paran en las \-ibraci~es
rápidas que uuestra vista puede percihir: de 458.000,OOO.OOO,OO&a
727.000,000.000,000
por segundo. Mas, no f'e debe concluil' ue esto,
que no hui aquí UIla relacion fortúita entre lluestra ol'ganizacion i los
movimientos csteriores. Los ~nid08 i los colores se estienden debajo i
encima de 108limites de nuestra. organizacion, igualnwnte sometidos
a las reglas numéricas i hui sonidos qne el oid~ humano no pU4:de
percibir; hai colores que nuestra vista no puede yero 1 en-ellimi te misIDO de nuestras percepciones, la relacion que existe entre ellas i nuestros
sentidos procede, segun nuestro parecer al ménos, de que el núniero, ese
lazo uni\'ersal, no ha sido estmño Ii ]a cOIlstruccioDde nuestro organismo;
. La furma, tambien, en sus disimulaciones mas ondeantcR, pcrtenece al uúlUl;ro, )'lues que toda figura l.'stá determinada por la. cifra. El
sentido innato de la estética. que nos iospirabuSé8. las 1'lI'Il1asmas puras.
El círculo nos encanta por Sil cUl'ba gracio8l;;.La jcometria, en nuestras
coDstruccioneB, no se estravia por8eDdero~itrarios.
La arquitectura
se apoya, segnn sus aplicacio~ ¡obre la forma esf4ftica de nuestro espíritu, aunque le 8cont{:7caa .. , c;om<> 8Jt nuestra época por ejemplo)
no tener ningun estilo. Deseam.imetría
hasta en las figuras simbó•.
licas de lS8tradiciones relijiosas
eces la ¡lisimulamos en un desórden aparenw. Nuestra vis.ta, qne se fatiga ]Ironta mirando Ia.s muchedumbres éDtrecruzadas al aca.so, se deja mecer (lgl'adabl~Il1(,1l
te por 1u
danzas de movimientos melodiosos.
Carácter particular del reino mineral, la simetría se hace ménos severa al elevarse a 108 yeiuos'
oicos. 1Jos vejeta!es siguen el modelo de
su tipo iueal, pero dejan
rdtitud a las fuerzas que los modifican;
crecen en d08 direeciÓl'lesopnestas; BUS hojas se 8ucedell en ~u cielo en
derre(lor del tallo en ntímcro caractGJ;:iBtico;sus flore~.no rseapan al 61'den numérico i los númeroS como IU fvrwaslIl)JIlas bases de las clasificaciones vejetales. Los animales, al·-'-:-·'
1 tipo de (;aJa especie,.
I;¡¡:¡
• Se~
Despretz. La.s espericnci&s de Savart'
ímite dc lOH sonidos grave& a
por segundo, i ellímit8 de 108
udos a :t4,OOO.
"'~omamos aquí como Iímite5 el númBro de nn
ones del el!tremo rojo i del estnJlW m~o.
Mas allá del moIado nuestra vilta no puede ya. percibir la luz, la que. sinem8 vibr&cioDesdob~
llargo-tlr'¡sic·aún.
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10G
PSYCHIS
o
ESTU~OS
DEI. .ALMA HUM~"NA,
dejan un último papel a la. simetría, i el hombre mismo es una. unidad
formada por dos mitades simétricas soldadas juntas. 1 encima de tod~8
esas formas particulares, la. unidad de plan está 60heranamente mani •.
fiesta. En las especies mas diferentes, encontramos analojías significa-:tiv8s. :Nada se parece mél'l~s a una mano que el casco de nn caballo.
Siuembargo, disecad ese casco, en él encontrareis en u.n estado rudimen·
tar..iouna mano con dedos Boldados.
Así el órden, el órden numérico mismo, reina sobre la tierra como en
1QB cielos. No pensemos que la~ armonias naturales, no anotadas por la
mano del hombre, sean ruidos informes i hagan escepeion. El viento que
suspira entre los cedros i los pinos, el zuzurro de las .)Ias en la playa, la
sorda melodía de los insectos entre las yerbas, los :>onidosindefinidos
que llenan la naturaleza, son vibraciones sonoras qu,~ pertenecen como
las precedentes, al reino dd número.
El hecbo mas insignificante en apariencia, es resultado de ciertas
leyes asi como f'l acontecimiento mas importante. Con qué derecho los
Ilegadores del espiritu osan pues declarar la materialidad absoluta del
universo? De qué es capaz la materia sola? Qué vendrá a,ser un átomo
d~xijeno o de carbono si les suponf'is fuera de toda lei? En qne cáos
informe caerl:Í.lanaturaleza si anonadaisla fuerza que la sostiene? Ima~
jinaos por un instante que el nÚmero no existe: esta suposicion sola
anonada inmediatamente todas las armOliia.sde que acabamos de entretanoros. Luego, os 10 preguntamos, puede la facultad matemática pertenecer a la materia? Si lo pn;tendei.s os quffia ahora por decimos a qué
,materia: es al o:<íjeno, es al azúe, es al hierro, es al aluminio? Pero
no, puesto que la lei es superior a todos los cuerpos i que es ella precisamente la que los combina, los enlaza, los disocia, }.:)8 separa; puesto
-que ella es quien los gobierna. Qué os queda?
.
'Es a la materia a quien j)ertenecen el sonido, 1" luz, el magnetismo?
Esperi!Dentais 10 contrario. Son otr.os.tantos modos de~ov.imiento. Luego, qUIén ordena. tal modo de mOVimientopara ~l somdo 1 tal otro para
la luz? Quién rije esas fuerzas? Aparentemente son fsas fuerzas mis·
~as o una fuerza superior quien las abraza todas. La materia en todos
SUB movimientos T\j es sino el sujeto pasivo ..
.
Es pu~s innegable que en la naturaleza inol'gánica la materia. es esclava, Jd: fuer:i:usoberana.
Es sl'l'lembarO'oesto lo que revocan a duda los campeones de la materia; ya.hemosopodido apr.eciar el valor de sus razo~amientos en cuanto a la naturaleza inorgámca; pronto estaremos clhfieados respectode
su modo de {'splicar la naturalt'za orgánica.
Cuando sc qnema una tabla con precaucion, no 83 ra.roque se obtenga
por residuo un esqueleto silico correspondiente a la forma primitiva del
ta.llo. Es la sustancia inorgánica que la constituia i q"lCproviene de la
sustancia del suelo. La planta. integral encierra ademas ciertos cuerpos
determinados por su naturaleza, por ejemplo, el trigo contiene glúten
azoado, fosfatos ; la viña, cal; la papa, potasio; el té, manganeso; el
t8obooosalitre; &.a A cmla plaBtB convienen principios minerales, i la
])lnnt~ debe escojerlos por eisma;
el agricultor instruido ubordina
los frutos a la naturaleza ~elo,
o escoje sus abono,;¡s.egun las cose·
<chasque quiere obtener. En el conocimiento de las ne(lellídadellde cada
-especiees donde reside el secreto de las divisiones de los. terrenos ide los
8.
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psycms o ESTUD¡O-S
DEL ALMA RUMANA.
107
barbechos. Delante de este hecho, los teóricos de que se trata andan la
mitad del camino sobre la esplicacion verdadera. IJa raiil de la planta
absorbe, dicen ellos, segun las leyes fijas de afinidad, 108 elementos inor,gánicos q'.le la rodean en la tierra. 1como si temiesen que no se comprendiese el!teramente el papel que dan juiciosam{mte a aquella afinidad
elutiva, añaden (véase a Moleschott) que la plantajabrica. de por si la.
masa principal de su cuerpo. Se creerá. sin duda que por esta declara~
oion so confiesa que se vuelve a la fuerza la direccion que le pertenece?
Nada de esto, se refiere todo a la materia. La evaporacion que permite
a las raices de las plantas absorber los principios de la tierra vrjetal, 13e
dice, i la afinidad de los líquidos que obran al travcs de las celdillas que
las separan, tales son las f:.l.cultadesseñoras dc la materia que efectúa
'el crecimiento ..
He aquí una pobre raiz que vejeta en la cima de una roca; tiene ne~
·cesidad de oscuridad, de silencio, de cierto alimento separado de ella por
matorrales; examinad la espresion lenta de sus vagos pero enéljicos de'seos: ella. busca, circula, avanza., vuela sobre HUS pasos, eontornea. las
- roca.s, trepa, desciende, se lanza ávidamente hácia (,1 lJunto que ,una
,tluerte de illstinoo le hace adivinar, vuela para caer a 1'('(;('8desalentada,
pero bien pronto, animada por una fuerM nueva, ella derriba todos los
obstáculos i llega en fin, a la tierra prometida. Desde entÚnces se esta~
blece en ella, se implanta alli, proclama SIlS derechos de conquista, i el
árbol empobrecido que temblaba ha poco en el frio de una enfermedad
de consllncion, recobra bien pronto su vigor normal, ostentando al solsua
ramas frondosas. Aun se habrá de negar formalmente, todavía. que
en el caso de la;<Jmtalizacion mineral, la existencia de un "espiritu <le
las plantas," de nna fuerza orgánica particular? En cuanto a Iwsotros;
lo confesamos sin reserva: en la manifestacion de esas teDllcncias instintivas saludamos al ser virtual, la f!lerza intima quc constituye el ve..•
jetal, admiramos qlle la materia está confl~ñida a obedecerle. O~ h~la.
mos inconsecuentes de atribuir a la materia esa afinidad electiva, (como
si la materia fuese ~apaz de escojer!) i la atribuimos, al ser vejetal que,
estraviado en las condiciones mas desemejantps, sab~adivinar por donde
.quiera 108 elementos necesario8para la exist0ncia de su espíritu,
Oh pretendidos s[tbios, que creeis hacer ciencia arrastrando 1'uestr~
espiritu en el fondo de vuestrasre~rtas, dejadltlc aCUflarosi compadeceros de no haber sabido ver, dej!!-haber sabido sentir las escenas de la.
naturaleza! El aspecto de cieitm' sitios admirables, o la gracia i la belleza.juguetean bajo todas las forma!;; el movimiento de la vida en la.
verdura oonaciente de las praderas i de 108 bosques; el orillo de la luz
pálido azul entrecortado de copas de oro, en los árholes de siluetas silenciosas, en el espejo límpido dellagoql1f ~~percute el cielo; t'l dulce
~alor primaveral que sopla.la templada ~s~era;
los olores salvajes
J los perfumes de las flores 1 todas las bellÓzas, 1 todas las ternuras, to,das las caricias de la na.turaleza. han quedado desconocidas a vuestro ser
inerte. Las contemplaciones de esa naturaleza h~rrestre ofrecen sinembargo, grandes encantos i dan a VeceS rev~laciones ilwsperadas. Me acuer~
do i os confieso, aunque 08
-.
reir.• mi sensibilidad, me acuerdo,
digo, haber pasado horas
-, en la'admiracion solitaria de ciertos
pGisajes. No nombraré el de
habloaqui" porque el ojo que sabe ver
puede hallado en muchas .r.ejiones d~ntes.
El sol, no puesto aún,
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108
l'SYCllIS
o
ESTUDIOS
DEL ALMA HUMAN.!.
sino oculto por nubes, iluminaba las alturas del espacio, coloreando con
los maticRg mas puros i esquisitos lus elevadas nubes, rubios cúmulos que
vogaban lentamente sobre los cerros plateados. Un vienw superior insensible en la superficie del suelo, mecia esos grupos multicoloros, en que
los tintcfl de ulla paleta hechicera, desde el color de ore hasta el rosado,
se armonizalH1n en sus contrastes como los diversos acordes do un COf()
celeste. A mis piés temblaba la onda traslÚcida de un lago eBtenso quo
parecia subir hasta el horizonte. Un gran silencio dominaba aquella escena. A la orilla del estanque, !I. cierta distancia veíanse algunos sotillos
irregulares, rdli'jados en el espejo movible COIl proporc:ones jigantescl1s.
La onua reprrcutia igualmente el ciclo i la tierra, oponiendo a la luz de
lo alto las sombras de abajo. Era un cuadro digno de los grandes pintores de paisaje cuyas obra::! admiramos en los lienzos de Clauuio Lorrain
i del Poussino, pero cuya inimitablc sencillez em bicn superior a toda
imajinacion. A Vt'ces el silencio jeneral era illterrnmpiu.o por la campanilla lcjana de ]08 rebaiíos que el pastor conduce, o por aves que recordaban algunas coplas. Habia en ese conjunto tal belleza, ape8sr del velo;
tal. elocuencia, apesar del silencio; tal vida, apesar d~ la inanimacion
a.parente; ]wbin un esplendor tan conmovedor, i tan imperioso, que sentí esa "ida universal entrar en mi ser como el aire que respiraba, i
penctml'mc en todos los poros. Ella me decia que los á::boles viven, que
las plantas respiran i que sc sueñan. )-1e decia que en el aire i la luz,
esa natumlez;a que creemos inanimada crece i se eleva hácia la fase indecisa de lus primeras manifestaciones del ser. Yo veia ~.)ien,con los ojos
del químico, la 81lcesion rápida e incesante de los átomos constitutivos
de esos cuerpos, dcsde la brizna de yerba hasta la nube; sabia que un
movimÍl'nto inmenso e implacable hace turbillonear en su circulacion las
molécnlas simplcs combinadas alternativamAnte
en la sucesion de los
~mel'pos. Pero dentro de ese movirniento, sentia lafuerM que lo &l!astro.;
en el fondo de esas apariencias admiraba. la lei directora de las cosas
creadas. Dominado pOI' el pouer mismo de esas leyes, que arrojan la belleza en el espacio con In. misma facilidad que la mano del sembrad.or
arroja el grallo en el camp? fértil; profundamente impresionado por esta
comunicacion pasajera de mi ser con la vida inconsciento de la naturaleza i sentí fl ut.Jmi admiracion habia venido a ser una especie de éstasis i
que las irnÚjcnes aéreas de ese hermoso cielo se reflejaban en w-i alma
como en el espejo del lago impasible. Es en esos instantes,fujitivos
e
innarrables Ile contemplacion cuando la idea estética de Dios me aparece
con mas 1\1;1; i me domina con mas poder. Esas revelacio:¡es, no puedo ni
espresarlns, ni aun de6nírmelas cuando han pasado. Me siento sojuzgado 'p'!r la necesidad de reconocer una ca usa a esa belleza, una ca.usa que
no puedo nomurar, pero que me aparece con los caractél'es de la belleza
misma, de la bonllall, de la ternura, del amor, i sine'mbaJ'go tambieo con
los dt'l poder, de la magnitud, de la dominacion. 1 ya no es por el espíritu quo Dios entra l'll mi alma., sino por el coraZOD. Confesaré que a
veces mo he sorprendido agobiado por una emocion prOfllDdu.? N o, pues,
en la opinion de mis secos contradietores, toda señal de ~mocion DO tieno otra C:WS,) silJO ]¿¿ con traC4ion variable del corazonlnatómico,
o la
secrecion de la glándula lacrimal, mas o ménos sensible, segun los temperam('ntos;
de la misma manera que toda esa belleza de los paisajes
de que acabo de recordar algunos aspectos) no es sino resultado ciegQ
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PSYClIls o l'lSTUDlOS DEL ALMA HUMANA.
i desnudo de sentUo de las combinaciones materiales
109
enjendradas por la
qUimica i la física de los cuerpos '_
H El Dios eterno,
inmenso, lo sabe todo, ]0 puede todo, ha pasado
delante do mi, esclama Lineo, despues de sus admirables trabajos sobre
la organizacian de las plan taso N o lo he visto de cara, pero ese refif'j()
de él, sobrecojiendo mi alma, la ha arrojado en el estupor de la admimcÍon. He seguido acá i allá su huella entre las cosas de la creacioll ; i, en
todas estas obras, aÚn en las mas {leC)ueñas, las mas imperceptibles, qué
fuerza! qué sabiduría 1 qué indefinible perfeccioll! He ouservauo cómo
los séres animados se sobreponen i se encadenan al reino VI'jetal, los vejetales mismos a los miner¡lles que esÍlÍn 'm las f'ntmñlls del globo, miéntras que ese globo gravita en un óalen invariable al rededor del sol al
cual debe Sil vida. En fin, he visto él sol i todos los otros astros, todo el
sistema sideral, inmenso, incalculable en su infinitud, lllo';(.?rse en el esp.:1.cio, suspendido en el vacío por un primer lllotor incolllpren~ible, el
ser de los séres, la callsa de las causas, el Guiador i el Conservador dd
universo, el Maestro i el Obrero de toda la obra del rnllIHlo
_
" Todas las cosas creadas llevan el testimonio de la sahiduría i del
poder divino, al mismo tiempo que son el tesoro i el alimento de nuestra felicidad. La utilidad que tienen atestigua la bondad dd que las ha
hocho, su belleza dellluestra su sabiduría, miélltrus que su armonía,stl..
conservacion, sus j nstas proporciones, i su inagotable fecundidad proclaman el poder de ese gran Dios! "
"Es eso lo que quereis llamar la Providencia?
Eft)ctivamcnte es
S~l nombrl',
su consejo es el que esplica el mundo. Es pues justo
creer que hni un Dios, inmenso, eterno, que ningun sér 1m clljcIIllrado,
que nadie ha creado, sin el cnal nada existe, que 1m he dIO i ordellado
esa obra universal. Escapa a nuestra vista que llena sillemhal'go de su
luz; el pensamiento solo lo percibe: es e~'eBte santuario profundo don-o
de se oculta l~sa majestad."
.
Nuestros ad vel'snrios no comprendrn
estas elevaciones del alma.
Por lo de mas, para sentir la poesía d.J las co~as, es menester en primer
lugar poseerla en sí: es lUenester que el alma éntrc en vibracion. Et
espíritu que se rebaja al papel
produ{:to quíwico no es capaz de
esos goces.
Por circuDstancin., i ya que hablamos aquí de la estética de la natu~
raIc-..m inanimada, notemos de paso un ejemplo de b tcnuencia de nuestros q l1imicos a estender sohrú todas las cosas el rigor de sus concepciones. D(·jémoDos caer del ideal verdadero a nn reaiislllO no real.
El señor Molcschott es ciel'tarnen~(ll apústol de la realidad fisicoquímica; aun posee un realismo s(>ns~mentc
exajerado .• Tu7.g'ad mas.
bien su modo de poetizar la naturalezCl. Gustais sin duda del puro hrillo
{1c las florcs, sns matices tan tiernos, sus perfumes tan suaves. Ai! no.
dudais mucho de la po¡;icioll en que estais cuamlo presentais a una l"(l¡¡\\
vuestras naricrs dil<ttadas, Escuchad la revelaeio&del químico: "Cnaudo respiramos el perfume embalsamado de nuestros jardines, aspimmos
verdaderas sustaneias csem:mentales vejetales. Cieltamente que DO tenemos derecho pam admiral'DOII que los colcopteros íimicoles i animales
de un úrden superior comati'~~rroño (sic) i escrementos, ni quo todo el
mundo vejetal viva de las
== • nes de los animales,
puesto que saboreamos COIl; delicia sustanciM'~. están descompuestas
por el efecto.
ue
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no
l'SYCllIS
o l!:STUDIOS DEL
ALMA HUMANA.
de la vida de las plantas, i que tienen un oríjen análogo al de la orina. i
de las materias fecales."
No os lo habiais imajinado?
Se colocan aquí las flores i a los que o las que las a.man en una situacion bien grave, porque en fin. ~~__1
Para volver ti. nuestro asunto i terminar por la consderacion jeneral
de la acoion de la lei en la superficie de la Tierra, acordémonos de que
esta accion permanente es la condicion misma de la dumcion del mundo,
así como de su belleza. Lo hemos visto, todo es elocuencia. Cuando los
cuerpos resuenan, cuando la cuerda se estremece bajo e: arco, cuando la
campana vibra bajo el choque del badajo, las moléculas se ajitan en cadencia, como las esferas en el espacio. La armonia de las esferas no es
una palabra vana.
Su causa es una fuerza, i es la misma fuerza en los dos casos, llámese cohesion cuando agrupa las moléculas, o gravitacioll cuando acerca
los cuerpos celestes, fuerza primordial, elemental, que anima toda sustancia, ora cleterminando una simple aproximacion de las moléculas,
{¡fa sujetándolas a direcciones determinadas,
segun las condiciones en
las cuales se encuentran situadas. Esa fuerza puede ser llamada físicoquímica. Bien pronto manifestaremos la existencia de una fuerza distinta, que rije el torbellino de la mat{>riaen los sérea vivientes.
El animal se distingue dll la planta i del mineral por el sistema nervioso. Desde el estado rudimentario, en que se halla en l,)s zoófitos hasta
su completo desenvolvimiento en la especie humana, el Eistema nervioso
es la marca de la animalidad; preside a fenómenos inmateriales. Es por
él por lo que percibimos toda sensacion; él es quien hace Fosibles todos 108
movimientos voluntarios; en fin, él es el instrumento por el cual se manifiesta el pensamiento. Cortad los nervios, i del mismo g'olpe destruis la
llensacion; cortad los hilos telegráficos, i el despacho no está trasmitido.
Si el nervio Óptico está paralejado, aunque quede intacto el ojo, el
animal se hace ciego. Las imájenes continÚan formándose en el fondo
del ojo, pero )'a no existe la sensacion. El oido puede estar perfectamente
llaoo ; está físicamente constituido para recojer las vibr:lcioncs sonoras,
con todo, no hai sonidos producidos sino en tanto que el nervio acústico
está ahí para recojerlos i traBmitirlos al cerebro, i que el cerebro viviente
~stá ahí para percibirlos. Es del cerebro i de los nerviofi que se sirve la
fuerza q\lt~percibe i que juzga.
Reconocemos en el reino vejetal, i particularmente en ciertas espedes, tales como la sensitiva, la. dionea, la desmodie, una enerjia latente
·correspondiente a nuestro sistema nervioso. Es indiscutible, no obstante,
que la fuerza físico-química, la fuerza vejetal, la fU6rza animal, la inI Esta física-;:¡uímica
no va ¡Jemasindo léjos asimilando tan com pletamente las fun.
ciones vcjetales a las funciones animalcs! Los lirios cándidos i las pequeñas violeta.~ no se
parecen, rasgo por ra..~go,a los animales sitiosos de nUf'~~trosestablos, i el perfume de lUIl
alelies no se deeprende precisamente del mismo objeto que el olor no e~uívoco de los pesa.
dos toneles que bazuquean a média noche sobre el empedrudo de Paris. La química, ciertamente, no tiene ••falsas consideraciones" i queremos admitir que en un capítulo RObre
lo. dijestion, el señor 1I1alesehott discute la idea que tiene el señor Liebig de "reconocer el ,"&.lor dijestivo de UlJ alimento por el tamaño particular de los residuos de la..~
comida.~ consumidas, que los transcuntes dejan alQ largo de 108silo, i de lo" c~.rcados."
Pero en un eapltulo sobre las flores, no creem08 ~o
exajerar las :;imilitudes entre el
reino animal i el reino vejetal para llegar ahí.
'
Por lo dema.s, esto no es sino una digresiOlli ·fuera del testo, que muestra a. nues~
adversarios bajo un aspect<>particular, i nos apresuramos a terminarla.
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PSycI1:rs o ESTUDIOS DEL AurA
111
HUMA~A.
telijencia., no son una. 80lafuerza-matc1·ia. Esplíquese entónces cómo
una molécula. está animada sucesivamente por fuerzas tan distintas?
¿Cómo puede ¡ueeder que el átomo de hierro, que ahora hace parte de
un hombre, de un animal o de un vejetal, constituia, un instante ántes,
€l hollin de una antigua estatua, vcrbi-gracia? Si es a la vez materia i
fuerza, i si la fuefli:a.es única, cómo puede ser que ella produzca ftmómenos tan distintos?
Superiormente a la materia, existe un principio inmaterial que es
a.bsolutamente distinto de ella. Un espíritu anima la materia, segun la
espresion de Virjilio.
Delante de la organizacíon regular de los séres terrestres, DO podemos sino repetir lo que se rcspondia ya hace cicn años al Sistema de la
naturaleza. La materia es pasiva e incapaz de ordenarse a sí misma en
un todo regular. Está dotalla de ciertas propiellades qne la hacen suseeptible de obedecer a leyes. Luego, cómo una materia ciega puede tener
designios i tender hácia un fin? Cómo, sin intelijencia, habrá producido
aéres intelijenteB? Cómo se gobernará por leyes llenas de sabiduría
si no conoce la sabiduría.? Cómo reinará un órden majestuoso entre sus
partes stellano conoce el órden? Cómo, en fin, llna utilidad sensible
se h~tanotal' en tellas sus operaciones si no tiene ella fin ninguno?
Hai en esto otros tant08 prol>lemas a los cuales los materialistas de
hoi dia van a tratar de contestar en el detal de sus discusiones.
Para· resumir pues el estado de la cucstion i los principios de nuestra refutacion al punto de vista del mundo inorgánico, hemos establecido
que en el Cielo como en la 'rierra, la fne1'za cs la que ri,je la materia,
que la armonía está constituida llor el Número, i que el Número lleva
2
• Al proclamar que la fuerza gobierna la sustancia, no vam~ hasta pretender con
ciertos mat&fisioo¡¡qU8 la. sustancia no exist{), i que la fuerza sola existe. Creemos esta ex&jera.cion tan fáJ$r. oomé la. de 108materialistas. ~scw:b.cmOll UD instanre una demostra.cion
metaf1aica de la no existencia de los cuerpos i de la elltension.· Si se supone que la cstension, asfcOino la fuerza, conviene a l~ objetos de la esperiencia i es llD elemento iIlileparabIe de ella, enroncn", como 1a.~propiedades de la primera son precisameute inversas de
lll!lpropiedades de la scgunda, se enouen;ra ha.ber admitido implieitamente que los contradictorios pueden coexistir en un mismo.objeto : error quc es el tipo mismo de lo falso i de
lo a~
Pero, si al contrario, se:Mwoo
que la fuerza sola es real, de una realidad ab801~ i 8MÚl.Dcial, miéntrll.~ que . -'.
'on no es nada IDlI8que un acto psicolójico, que
IlOlllaente, p&ra aparecer bajo la
la conciencia, requiere ciertas condiciones lisio16jiOll8i fwC88, inmedi&~mente la
.
'ccion se de!l8.nuda.. De suerte que nuestra res·puest."aa 1& eUCjltion de saber cuál es la realidad objetiva. de la nacion de estellilion, que pa.rece tan estlral'la a primera vista., ('.'< cu cl fondo la única. verdaderamente
racional, YIl
-que no se Habria. rechazada sin, por <lecirlo así, poner la rlUOn en lucha consigo mismo.
Pero, Heobjetará, esta. respuesta c8tá. en contradiooion espresn. con la. esperiencia, pnes
que red~oe la eHtension a una simple apariencia. psioolójica, miéntrns que la. vista id tacto, relativamente !\ todOll.lOllcnerpos a que pueden a.loaDzar, n(~,<atR.<;tiguan una est.cnsion
propia a cada uno, i ma.n1lestmnente esterior al ~
No son Clltcnsos eBOllobjetos con los
cuales me encuentro en relacion : este cuerpo al CUlll!1Dialma. está unida. ; e.<;tamesa. delante de la. cual estoi seut.ado; esta casa, est.a t.ierra. este sol que me alumbra. en fin todo
el universo 1 Una. ilnsion tan constante i tan jencral es posible ni aun concebible 1
Eita . supone justamente lo que está en eUClltion, responde el filó'<ofo. Bu
efeel;o¡ 'UJ'li.
ña.n la vista i el tacto sobre el grado de realidad de la estension oorporal tQ.·.Q;ll68
una oualidad del cuerpo en esperiencia.? ~ada de ('sto, porquo
peréibi~·._
,~
~pre
preguntar si la imájen de la. estcllJ;ion que l.ICOmpa.ua.
aq1lll1l&¡ieMIlpaion, no sena·.
simple apariencia.
Sucede aquí con esta aJla~
como con ciortos fen6menos astron6micos, tal como el
movimiento del sol, dd cual ~.
fácil. dar cuenta por la rotacion de la tierra, (Joma por
la del sol; en cuanto a la esperlMia
mISma que es literalmente neutra. en la. cuestion, su
• Magy, D. k.
C' •••CÚl •
tU la nae~
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112
PSYCRIS
o
ESTUDIOS
DEL ALMA HUMAXA.
por donde quiera consigo su carácter intelectual. Pero en ninguna parte la intelijencia creadora aparece con una evidencia tan manifiesta. como
en la organizacion de la vida i en la existencia. del hombre. Es lo que
vamos a probar en loslibr~s siguientes.
Traducido de "Dios en la naturaleza"
por
CAMILLE
FL1.J\1M.ARIOX.
pretendido desacuerdo con nuestra tésis procede, no de los hechos mismos que se invocan,
sino del sentido arbitrario que se les atribuye implícitamente.
Los elementos constitutivos dc la materia SOIl, de toda necesidad, inest·msos 1puramente
dinámicos ..
J.os mismos principios que nos han eonducillo a la verdadera teoría de la estension coro.
paral, nos sujieren ig-uallllcnte la csplicacion de la estension incorporul, c;to es, del espacio.
La estension corporal es un simple fenómeno que acompaña la l:eaccion natural de esa.
fuerza. hiperorginica <¡!lese llama el alma, contra la ae¡:ion de las fuerza; que constituyen
los cuerpos brutos, accion de que cl alma está n.visada por las fuerzas orgá.nieas de nuestro
cuerpo. Pcro si Iu.~f!lerza,~ úrgániellS de que el cuerpo humano es el siste:na, suscltu.ran en
nosotros la. apariencia de la estensian, cuando obran como Intermediarias entre el alma i lu
naturaleza esterior, esu.s mismas fuerzas. por su accion incesanto sobre el alma misma, a la
cual cada uno. estú tan íntimamente unida, podian ellas no provocar un f,mómeno análogo,
del cual seria difícil a prior; asignar los caractéres específicos, pero que deJe infaliblemenre
encontrarse entre los fenómenos ]>sieolójicos? Luego, es precisamente lo que sucede, I de lo
Qual sin cesar estamos informados por la couciencia. La rea.ccion pernanente del alma
contra las fuerzas orgánicn.s enjenllra 11 cada illiltante un fenómé'no hom¡'jéneo al de la es·
teusion corporal. E:Jel fenómeno de la I';:tmsiolt incorporal o del cspaci¡, puro en el cual
localizamos naturalmente todos 103 cncrpos.
El movimiento en el espacio, lo mismo que cualquiera otro fenómellíl sensible, no es
pues nada mas que el signo visible de accionl"" invisihles i de cambios 11(, ménos inaccesibles a nuestros órgullos, en el modo de coexi~tencil~ dl>1:l.8fuerzas.
?tras de todas las soluciones del problema. la lilas remurcable sin coutradiccion es la de
Ko.nt. Este gran pensador, que tanto habia reflexionado Robre lnoScondiciones primordiales
del pensamiento, entre la.. cualcs lo. noeion de espacio le pareció con razon una de las principales. Sospechó el primero que el espacio no puede ser ni un objeto ester lor para n08Otros,
oomo lo snponcn los físicos, Dl el órdlln de coexistencia de las cosas, como lo habiapreteu>dido Leilmitz. pero Lien nn sin!ple modo del sujeto pensante. "La jeom€tna, dice, es tmti
ciencia qne determina las propiedades del espacio sintético.mente i sinernbargo a~.
Luego, qué debe ser la representacion del espado, para que en lo concerniEute a. él sea posí··
ble un conocimiento de ei'tn eApecie? Vna intlÚcion primitiva."
El espacio, para Kan t como para nosotros, ci)ncluye el escritor, es pues esencialmente
una o.feccior¡ psicolójico..
Por uno. parte, segun la lei objetiva del conocimieu~, toda.s las idellScientfficas se traen
n las nociones de fuerza i de esten,ion únicas verd.adeft.mente primordiale,¡ e irreductibles ;
i por otra parte, segun el exámen a fondo que o.cabamoe de hacer de esta!: dos nociones, la.
nocian de fuerza representa el elemento sustancial de los séres, I la de e~tension un 11tOdo
puramente $Ubjet'i-code nue.1tra naturaleza.
Mi hablan aún los purtida.rio.~ qe la. interpretacion puramente 8ubjetiya.
Se puede a este respecto hacer una observo.cion b:l.~t=te Guriosa. I que bastaria plll'&
responder a e8ta teorb lijeramente exajeI".Kla : es que si la estension nO existe, los cuerpos
no podrian ocupar una parte de ella. oomo Heenseña en la física. De aquí ;e sigue simple.
mento que no ocupamos lugar i quejama ..1 {!"tamo~elt ninguna P!J.rle.
En cuanto al punto primero, traslado a los constructorL'S de teatros. En cuanto al segundo, los malhechores podrú.n, si lo tienen por conveniente, apliearlo a su justificacion
metafísica.
Esos argumentos se parecen mncho a los que emplean los fra.~eólogcs modernos que·
renuevan querellas de palabras crcyendo discutir hechos. Por ejemplo. los que .repiteu
con Brou~sais que Dios i el alma no existen sino porque el lenguaje humano lolide&lgIla tal
cual vez bajo términos nega.tivos ~ Tanto valdria decir que la materia no extlte sino porque se la califica de b propiedad de ser impenetrable, i que esta. palabro. es negativa !.
En verdad, que esto es logomáquia.
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PSYCRIS
o
ESTUDIOS
DEL ALMA tIUMA1'A.
113
E&TUDIO DE LA DOCTRINA ESPIRITISTA.
1
Para las casaR nu(;vas son necesarias palabras nucvas, así lo quiere
la claridad del lenguaje 11ara evitar la confusíon inseparable del sentidO'
múltiple de los mismos términos. Las palabras espÚ'it1tal, espiritualista, espiritualis1no tienen una acepcion bien uefinida; dadas otra nueva
para aplicnrla a la doctrina de los Espíritus, seria multiplicar las causal>
ya tan nnmcrosas de amfibolojia. En efecto, el espiritualis1Do C!l la oposlcion del· materialismo;
cualquiera que crea que hai en si otra cosa.
ademasde
la materia, es espiritualista;
pero no sc sigue de esto qrre
Cfea en la existencia
de IOf; espíritus, o en :'lllS comunicaciones con el
mundo:vjs.ible. En vez de las palabras Espirit71alis1no empleamos para
designat -eSta Última creencia las de EspÚ-itisia i.E'spÚ-itismo, cuya forma rectlerda ('1 oríjen i el ReD ti do radical i q ne por e!:ltomismo tienen 111.
venta.ia de ser perfectamente
intelijibles, Tl'SI~rvando a la palahra Espi1'1'tual-i81nO su accion ln"opia. Diremos, PUCR, que la doctrina Espiritista
o el Esp¡:ritislno tient' por principiaR, las Tl·lacionps <lel mnndo material
con los Espíritu1:l o Sl'res del mundo invisiblr. Los fl(1eptos al Espiritismo Aerán lof'l Espirit.istas.
Como especialidnl1, d li~ de los ESIÚilll.9 contiene la doctrina espiritista ; como jeneraliuad.sc
une 11 la doctrina. Esp-irituah'stu, de la
quc presenta una de las fasp:<. Tal es la rnzon por la cual Ile\'a por titulo las palabras:
Filosofía cspiritual-is[a.
II
Hai otra. palabra sobre la cuaL~'pe1'l()
igualmente entenders<" porc¡ne 01 una de las Ilavrs m~stra;;.-«'l(hrh
do(;trina moral, siendo ob~
jeto de numerosas controversias por fi¡J tn. de una acrpcion determinaua,
es la palabro. alma. La div.~rjencia 11,) opiniones sohre 11\naturaleza del
alma, viene do la apljcaci~~ particula:- que cada uno hace de esta palahra_ Un lenf';naje pcrfe~t&, en el que cada idea tuviese 511 reprps(·ntacion
con un término propi~je •.it:1.ria muchas uiscusiom's ; con nna llnlahm
para C:1.<1:1.
posa, todos ·se entenderían.
~('~:m los unos, el alma es el principio de la •.¡(b mate>rial orgánica;
no tiene> existencia l1ropiu i ('('Ha CQIlla y;da ; este es el materialismo
pnro. En este séntillo, i por com'''cio:l.
dicen que un instnlm·:nto roto que no <1";'sonilh', no tiene,
. ~l'glln esta 0I,inion el alma seria
un efecto i no UI1:1.C:lU~::t..
J
.otr{)R pie>Dsan que el ~
es el principio de la ·intelijencia, ajente
~j.y;~r88.1, (lel cl1:1.1cada serabsorlJc una porcioll. Segun ellos, no habría.
~toao
d 1;ni,crso mas que una-alma que distrilllliria chispas cntre
los i1horsos ,Ú'ps intelijentes durante la ,,¡(la; de!<Tl1IP:<
de la ",j(la, cada chispn, V01\"('.1:1.al orijen comnn,gc donde salió i SI> confundiria en el
t.odo, así (:omo los arr~yos i los rioQuelven al mnr dr donde han salido,
Bsta 0il¡ni0n diiiet:.~~e]a Im~s(:~ltc~.'51ue, en i'stn hipótesis, hai en nosotros algo mas ~·la ma~l'n:, 1 que~.
una cos~ despurs <11' Ia. lJIuer~
te;. pero ?s ~o~~<;
o menos COI?O
'"'quedase nada, lm('sto que, no
teDlcndo mdrmTlla11(1uu, no t('nanam
conciencia de nosotros mismos.
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114
PSYCIIIS
o
ESTUDIOS
DEL ALMA HUMANA.
En esta. opinion el alma universal seria Dios i cada sér unu porcion dela Divinidad; es una variedad del Panteismo .•
Segun otros, en fin, el alma es un sér moral, dilltinto e independiente
de la materia, conservando su individualidad
des pues de la mnerte.
Esta acepcion es sin réplica la mas jeneraJ, porque bajo UD nombre u
otro, la Idea de este sér que sobrevive al cuerpo, se encuentra en el
estado de creencia intuitiva e independiente
de toda enseñanza, en todos los pueblos, cualquiera que sea su grado de civilizaeioIl. Esta doctrina, segun la cual el alma es la causa i
el efecto, es la de los espiritualistas.
Sin discutir el méri to de estas opiniones i considerando solo la partelinguística de la cosa, diremos que estas tres aplicaciones dda palabra
alma, constituyen tres ideas distintas que cada una necesitaria un término diferente. Esta palabra tiene, pues, una triple acepcion i tod~ ~j.enen razon a su modo de ver en la definicion dI) ella. L8,-falt.f¡está en 16
lengua, por no tener mas que una palabra para tres ideas. Para evitar
toda equivocacion seria necesario limitar la acepcion de la palabra alma
a nna de estas tre!j ideas; la eleccion es indiferente, l() principal es entenderse, es un negocio de convencion. NOliQtros crt'("mos mas lójico tomarlo en su acepcion vulgar; por esto llamamos alma al ur inmortal e individual que Tcsidc en nosotros i q:ue sobrevive al c~po. Si
este ser no existiera i no fuera mas que :un producto de la imajinacwnr
aun le faltaria un término para designarle.
A falta de una palabra especial para cada uno de los otr08 dos puntos, nosotros llamamos Principio vital, al principio de la vida material
i orgánica, cualquiera que sea su oríjen, que es COlUUO a todos 10& séres
vivientes, desde las plantas hasta el hombre. Pudiendo exi¡,tir la vida
haciendo abstraccion de la facultad de pensar, el principio v tal es UnR.cosa distintc\ e indepeildiente. La palabra vitalidad no dari~. la miBDla
idea. Para los unos, el principio-vital
es UDa propiedad de la ID4~a,
un efecto que se produce cuando b materia- se encuentra en eier
cunstancias dadas; segu n los otros, i esta EÍB-Ia idea maa com nn,_
en un flÚido especial, universal lilen te esparcido i del que cada ser absorbe i se asimila una parte durante la villa, as! como yernos a 10'8 euerposinertes absorber la luz; este seria entónces el flúido vital, q ne, scguDciertas opiniones, no es otra cosa que el flúido eléctrico animal izado, de!;ignado tambien bajo el nombre deflúido magnético,jlúido nervio~o, &.a
Sea lo que qniera, es un Iteeho que no podria disputarse, porque es
el resultado de las observaciones, el que los sércs orgánicos tienen en
ellos una fuerza íutima que proLlllce el fenómeno de la vida, tanto como
esta fuerza existe; que la vida material es~mun a todos los ~éres orgá~
nieos i que es indclwmliente de la intelije-neii1 i del pensamiento; qu~ la.
intelijencia i el ptmsamiento son facultades propias de ciertr.s especieS
ofl'tánicas; en fin, que entre las especies orgánicas dotadas de intelijenci~ i de pensamiento hui una dotada de un sentido lioral especial, que
le da una. incontestable superioridad sobre las otras; esta es la especie
humana.
Se concibe que con una ace~ion mÚltipll'r el alma 110 esclnye ni el
materialismo,
ni el panteismo. El espil'itualismo mismo p<l{)de mui
llien entender el alma segun la ,'Una o In. otra de las dos pl'in::eras defini.d,ones1 sin perjuicio del 8ér inmaterial distinto1 al que darili. eIlt6n~
no
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PSYClIlS
o
ESTUDIOS DEI. ALMA HU)!AXA.
115
un nomhre cualquiera. Esta palabra, pues, no es la qne representa una
opinion: es un proteo que cada uno acomoda. a su gusto; he aqui el;
orijen de tan. interminables disputas.
Se evitaria igualmente la c:onfusion, aun sirviéndoRe de la palahra.
alma en los tres casos, añadiendo un calificativo que especificase el
punto de vista bajo el cual se la mira, o la aplicacion que de ella se
hace. Entónces seria una. palabm jenérica, representando a la vez el
principio de la vida máterial, de la intelijencia i del sentido moral i so
la distinguirá por BU atributo, como los gases, por ejcmplo, que se les
distingue añadiéndoles
las palabras hidrójeno, oxijeno o a?.:oe. Podría
pues decirse i quizás esto seria mejor, el alma vital por el principio de
la vida material, el alma intelectual, por el princi pio (le 1a intclijencia,
('1 alma Espirittt por el principio de nnestra ínllivillualidad despucs de
11\ mnerte.
Oomo se ve, todo es cuestion de palabras j pero nna cuestion
mui importante para entenderse. Segun esto el alma m'tal seria comnn
'a todos los séres orgánicos, plantas, animales i hombres; el alma intelectual seria la propia de los animales i de los hombrrs, i el alma Espíritu perteneceria al hombrp.
Hemos creído deber insistir tanto mns en estas aplicacionps, cuanto
que la doctrina. espiritista descansa naturalml'nte
sobre la exil:ltencia en
nosotros ,de un sér independiente de la materia i que sobrevive al cuerpo. Debiendo repetirse frccurntemente
en el curso de esta o11ra la pala1m! alma, conviene mucho fijarse subre el sentido que la damos, a fin,
de evitar toda equivocacioB.
Vamos ahora al ohjeto principal de esta instruccion preliminar.
III
La doctrina espiritistf1, como toda cosa nueva, tiene sus adeptos i
sus contrad.ictores. V amo~ a tratar· de responder a algunas de las objeciones de cstos Últimos. eX!\\1Iinando ervalol' de los motivos en los cualcs se apoyan, sin tene): ninguna pl'ctension ell' convencer a todo el mundo, pllrque hui jentes que creen que la luz sulo S/1 ha hecho para ellas.
N os llil'ijimos a las personas de buena fe, sin ideas preconcebidas () al
ménvs fijas, sino sinceramente
drseosas de instruirse, i les demostraremos que la mayor parte de las objeciones que se oponen l\ la doctrinar
provienen de una, observacion incompletl\ de los hechos i do un juicio.
formado COIl demasiada lijerezl\ i precipitacion.
Recordemos primero en pocas palabras b serie progresista de los fenómenos que han dado ol'íjen lt esta doctrina.
El primer hecho ob6ervado, ha silla el de los 01~jeto8diversos puestos.
en movimiento j se le ha designado vulgarmente bajo el nombre de mesas ;jil'((tol'ias () danza de las mesas. Este fen6meno que parece haber
sido observado al principio en América, o mas biru qlln se reprodujo en
aquella parte, porque la historia prueba que Se rculOl:ta a la mas alta
antigiiedad, se ha. prollucido acompañadQ de circunstancias
estraiiasJ
tales como ruidl)'; aislallll~, golpes dadO$_causa
ostensiblemente conocida.. De I1lH se pl:Op~g:Ú ráp.id;men~fF
l~uro~a i por las otras p:~rte~
del mundo; al pnnclplO eSClto lUuc~'lllcrcduJ¡dad,
pero la multltlHl
de esperiencias lIO permitieron dudar ya de la realidad.
Si este ft>númeno se hubiese limitado al rnm'Ímiento do 108 objetoS'
materiales,. podria esplicarse por una causa puramente física. Estamos
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116
rSYCIJJS
o ESTCDIOS
DEL AurA 1iUMA"~'A.
-------------------------------------léjo~ de conocrr todos los njcntes ocultos de la naturaleza, ni todas la8
propiedades de aquellos que conocemos; la electricidad multiplica cada
dia 'basta el infinito los recursos que procura al hombre i parece deber
ilustrar la. ciencia con una luz nueva. No tendria nada 'de imposible
que la electricidad, modjfi.cada por. ciertas circunsta:lcia.s, o cualquier
otro ajentc desconocido, fuese la causa de este movimi:nto. La reunion
de muchas personas aumentando el poder de accion, parece apoyar esta
teoría porquc podria considerarse este conjunto, como una pila múltiple
cuyo poder está en razon del número de elementos.
El movimiento circular no tendria. nada de estraordinario;
está en la.
naturaleza;
todos los astros se mueven circularmente;
podriamos pues
tener en pequciío un reflejo del movimient.o jeneral del universo, o para
decirlo llwjor, una causa hasta entónce~ desconocida podria producir
accidentalnH'nte, en los pequeños objetos i en circunstancias dadas, una
corriente análoga a la que mueve los mundos.
Pero el movimiento no era siempre circular; se v('rifical)a muchas'
veces por medio de sacudimientos desordenados, el objeto era. violentamente movido, tirado, llevado en cualquier direccion contraria a todas
las leyes <.lela estética, levant.ado del suelo i sostenido en el espacio.
N:uln. tienen tampoco estos hechos que no pnedan esplic,lrse por Pl poder
de un ajente físico invisiblc. ¿ No Yemos la elect.ricidad derribnr los edi:ficios, arrancar los árboles de raiz, lanzar a 10 l{ojoslos cuerpos mas duros, atraerlos o rechazarlos?
Los ruidos aislados, los ~olp('g, suponiendo que DI) fllcsrn uno de
los efectos ordinurios de la dilalacion de la madera, o de ot¡-:1 cansa
acciuental, podrían aun mui bien ser producidos por la acumulacion del
llúido oculto. ¿:Ko produce la electricidad los ruidos ID?S violentos?
lIasta aquí, como se ve, todo puede entmr en el dominio de los heChOR pnmmentc físicos i fisiolÚjicos. Sin ¡;alir de este Íirden de ideaR,
hahia materia para estudio:;; formales i dignos de fijar la atencion de lNI
Rabias. ¿ Por qué no ha sllcedid') así? Penoso es dpcirb, pcro esto depende de causas q ne prtlt'ban Plltre mil hechos parecidm:, la lij¡>Tl'zadel
espíritn humano. Al principio h vnlgaridau
del ohjeto princ:ipal qne
sirvió de base a los primeros esperimentos, puede que no fuese pstraiío
n esto. ¡Qué inilnencia no ha tenido muchas veces una palahm sobre
las cosas mas ;;ravrs! Sin considerar que el movimien:o podia imprimirse a un ohjeto cualqniera, la idea de las mesas lUl. prevalecido, sin
d1llla porque cm el ohjeto lllas c(ím')(lo i es mas f¡ícil sentarse al rededor
de nna mesa que de otro ohjc';o cualquiera. 1,os hombres superiores Ron
n •.eces tan pncriles, que no fel1(lria nada de imposible el que ciertos Espíritus fl.\'entl1jados hayan crcido rehn;iarsc, ocupándose de lo que se lla
convenido en llnm:lr la danza de las mesas. Es tambicn pr01)¡lble qne
si el fenómeno okermdo por Guh-ani, lo hubiese sido po, hombl'e~ vul"ares i hnbiese (Plcdado caractcrizado con un nombre burlesco. estaria
~Ún relegado n.l llomhre del talisman. En efecto. ¿ qué sabio no se hu·
biese creido reunjrrdo al ocuparse de la danza de las ranm?
(Continnará).
--
..-- ------"--.----
I:OGOT •.\.-¡~PIlE:;TA
---
DE GAIT1~'-, CAI:nEfu\ DE NEI'i'A.
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PSYOHIS
o
ESTUDIOS DEL ALMA HUMANA.
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ANo L
o.o.· o_.~
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Dio! el pnfeeto; 19/9o loda ideJ del hooM., qu/
.._.....o
:-_.----=...:..:...-
...
• :-.==:-::---.~ ---
._.
NU" 8.
!,..')p~~~a_~a __~':f:<~~~~~D~::~~bo~~~)
1
Bogotá, 24 de julio de 1871.
. _..__
... --=-::=:.-::_~~;._-:.
,.. _.
::..:~:,j
ESTUDIO DE LA DOCTRINA EspíRITA.
(CONTINl'ACIO!'i).
Algunos sinembargo, bastante modestos para. convenir que podria
mui bien ser que la. na.turaleza no hubiese dicho la última palahm para
ellos, han querido ver, para aquietar su c<JUcil'l1cia; pero ha elucedid9
que el fenómeno DO siempre ha contestado segl\\1 su deseo: i porque no
se ha producido constantemen te a su voluntad i segnn Sll modo d~' hacerlo, a llesar de su sentencia, las Ille~as, pu(->~to (PW mcs1l.Shai, coutinúan jimndo i podemos decir con Galileo i 1 8inemlmryo se mueven!
Diremos mas, i es que los hechos se han multiplicado de tal Illodo, que
hoi tienen el derecho de supremacia i que no se trata ya ma~ que de encontrar una esplicacioD racional. ¿ Puede objetarse alguna OOS9. contra
la realidad del fenómeno porque DO se }iroduzca siempre de ulla manera
idéntica, segun la. voluntad i las exij\mcias <lel ouservad')r?
¿ Tien\}
nada. de estraño que el fi·u,Jmeno dd Illovim ¡en to dI' llls objetos por el
1iúido humano, tenga tarubien sus condiciones de ser i cese de producirse,
cuando el observador, colocándose en su verdadero punto de vista, pretende hacer marchar a la volnntad dl~ su capricho, o sujetado a la~ leyes de los fenómenos conocidos, sin considerar <] lltJ pMa hrchos DUeV')S
puede i debe haber leyes nueva~
P\H<Spara eODOCl:re~tas ley<.'ses menester estudiar las cireul1litancias en q uc se prod !ICen 1010; hechos, i este
estudio no puede sl'r mas que el fruto de una obsl'l'vacion s\H¡tenida, atenta i a menudo mui lÚrga,
Pero objetan algunas personas, <] ue muchas veces hai snperchería
evidente. Les preguntarémos
en primer lugar, si están bien ciertas que
la hai i si han tomado 1'01' tallos efectos, ue los (;uales no han podido
hacerse cargo; de la misma manera que aquel rÚstico que tomaha por
un diestro e¡¡camotcador a un sn.l¡io I'roft'sor d\l física que hacia
eHperimento8. Suponienuo aún qne esto haya podido tener lugar algunas veces, ¿ seria una razon para. n\'f~ar el hecho? ¿ Dd)e negarse la
física porquehai
escamoteadores que se llaman físicos? POI' otra parte
es necesario tomar en cuenta el carácter de las l'erson~s i el interes que
pueden tener engañando;
en tal caso seria una burla. Puede mui bit U
uno divertirso un instante,
pero una broma infinitamvlJte
prolongada
seria tan fa8tiuiosa para elmistifieador
como para el mistificado, Por.
lo demus, en una mistificacion que se propaga de una a otra parte del
mundo i entre las personas maH graves, Ulas honrad<l8 i mas ilustradas,
habría alguna cosa al wénos tan estraonlinaria
COlllOel mismo fcn~meno.
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PSYCHIS
o
ESTUDIOS
DEL ALMA HUMANA.
IV.
Si los fenómenos que nos ocnpan se hubiesen limita,do al movimiento
de los objetos, hubieran quedado como lo hemos dicho en el dominio de
lss ciencias físicas; pero DO sucedió así. N os han puelito en la senda de
109 hechos de un úrden
estraño. Se creyó descubrir, 110 sé por qué iniciativa, que la impulsion dada a los objetos, no era sdo el producto de
una fuerza mecánica ciega, sino que habia en este movimiento la intervencionde una causa intelijente.
Una vez abierto estE camino, era un
campo nuevo a la observacion; era. el velo levantado sobre muchos misterios. ¿Hai en efecto un poder intelijente?
Tal es la cuestiono Si este
poder existe ¿cuál es su naturaleza, su oríjen? Tales soln las otras cuestiones que se desprenden de la primera.
Las primeras manifestaciones
intelijentes tuvieron lugar por medio
de mesas que se levantaban i daban con un pié un número determinado
de golpes, respondiendo de este modo por sí o pOI' nó segun la COD\'encion a una pregnnta hecha.
Hast.a entúnces nada que pudiese convertir a los e;,cépticos, llorque
podria creerse que era un efecto de la casualidlld. Se obtuvieron en
seguida respul'stas mas claras por las letras del alfab,~to; dando el objeto movible un número de golpes correspondiente al número de órden
de cada letra, se consiguió el formar palabras i fmseu, respondiendo a
las preguntas hechas. La precision de las respuestas i su correlacion
con la cnest.ion escita1'lln la admiracion. Preguntado el sér misterioso
que contestaba de este modo, llar su naturaleza, dechuó que ~ra Espíritu oienio, diú Sil nombre i di\"l~rsas noticias suyas o de si mismo. Esta
es una circunstarwia mui importante para notarse. Nadie ba. imajinsdo
que los Espíritus fueran un m(~dio para esplicar el fenÓmeno; el mismo
fénÓmeno es el que revela la palabra. En las cienci'\s esactas se han
hecho muchas veces hipótesis para tener una base de razonamiento,
pero no estamos en este caso.
Este medio de correspondencia
era largo e incÓmodo, el Espíritu
indicó otro; esta es tam bien circunstancia
digna de notarse. U no do
estos aéres invisibles fué el que aconsejó a que se adaptara un lápiz a
un cestito o cualqlli~~· otro objeto. Este cestito puesto sobre una hoja
de papel, so puso en movimiento por el mismo poder oculto que hacia
mover las mt$US; pero en lugar de un simple movimiento regular, el
mismo lápiz trazó caractéres formando nombres, frases, discursos enteros ue algunas pájinas, tra.tanuo las IDas altas cuestiones de filosofía,
de moral, de mctafí¡;ica, de psicolojía &.lL con tanta rapidez como si
escribiese con la mano.
Este consejo fué dado simultáneamente
en América, en Francia i
en diforentes parteRo Aquí están 108 términos en que fué dado en Paris
ellO do junio de 1853, a uno de los mas fervientes adeptos de la doctrina desde muchos años, i que desde 1849 se ocupaba en la evoeaeion
de los EspÍlitns.
"V é a tomar en ('1 cuarto del lado el cestito pequeño,
ata a él un lápiz, colócalo sobre el papel; pón los dedos en el borde,"
algnnos iustantes desplles el cestito 80 puso en movimiento, i el lápiz
escribió mui lejiblemente esta frase: "Esto que yo Oll digo ahora, os
prohibo espreRamento el decirlo a nadie; la otra vez que escribiré,
cscribiró mejor."
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PSYCHIS
o
ESTUDIOS
DEL ALMA HUMANA.
119
El objeto .al cual se adapJIl un lápiz, no siendo mas que un instrumento, su natura.leza i su forma son completamente
indiferentes;
I\e ha
buscado la posicion mas cómoda, así es que muchas personas hacen uso
de una mesita.
El cestito o mesita no puede ponerse en movimiento mas que bajo
la influencia de ciertas personas dotadas, con resp~cto a esto, de un poder especial i que se designan con el nombre de Mcdiums, es decir, mE!dios O intermediarios entre 108 E!lpíritus i loshombl'es.
Las condiciones
que daneatepoder,
tienden a la vez a causas físicas i morales, no conocidas aUtl-'tn88 que imperfectamente, porque se encuentran mooiums do
todas edades i sexos i de toda capacidad, desarrollándose con el ejercicio.
v.
Mas tarde se reconoció que la. cestita i la tablita, no formaban en
realidad mas que un apéndice de la mano i el medittm tomando directamente el lápiz, se puso a escribir con Ullll impulsioll involuntaria i
casi febril. Por este medio las comunicaciones se hicieron mas rápidas;
mas fácilesi mas completas. Uoi dia es el mas jeneralizado, tanto mas,
cttantoque el número de personas dotauas d<.>esta facultad es mui considerable i se multiplica
todos los dias. La cs¡wriencin, en fin, hace
conocer muchas otras variedaues en la facultad mediiÍnica i se supo que
las comunicaciones podían tener ln~ar por la palabra, el oido, la vista, el
tacto &.lL i aun por la eHcritum directa de los Espíritus, es decir; sin el
socorro de la mano del mediwn ni del lápiz.
Obtenido el hecho, falta hacer constar un punto esencial que es el
pap!'l del medium en las respuestas i la parte que puede tomar en ellas
mecánica i moralmente. Dos circunstancias
capitales que no podrían
pasar desapercibidas al observador atento, pueden resolver la cuestiono
La. primera es la qne el cestito se mueve bajo su influencia con solo poner
los dedos. en el borde; el pxáTlll'u drmnestra
la. imp0!libilida.d de
una dif(lCcion cualqnieru. ElJta imposibiliua<l se hace sobre todo patente,
en8.DÁOdos o tres personas se colocan a un mismo tiempo en un mismo
cestito; seria prrciso que hubiese entre ellos una concordia de movimirnto verdaderamente
fenomenal; seria ademas precisa la concordancia de pensamientos
para que pudiesen entenderse sobrb la rEspuesta
q ne debia. dl:u'se a la. pn'~nnta
lH'cha. Otro hecho no ménos singular,
viene aun a recobrar la dificultad; es el cambio radical de la escritura.
segnn el Espíritu
que se manifiesta, i cada ver. que el TÍlismo Esp1ritu
vuelve, su escritura se reprouucr. Seria preciso pues, que el medium se
hubiese dedicado a cambiar su propia escritura de veinte maneraR diferentes i sobre todo que pudiese acordarse de la que pertenece a talo
cual Espíritu.
La. segunda circunstancia, resnlta de la natnraieza misma de las respuestas, qne están la mayor parte de la.s yece!:l, !\obre todo cuando so
trata d~cuestiones abstractft!:l, o cientificas, notoriamente
fuera do los
conocimientos i del alcance intelectual del medium, que por otra parte,
i lo más ordinario, no tiene conci('ncia de lo que se escribe bajo su influencia, que no siempre entiende ni comprende la pergunta. puesto que
puede estar en un idioma. que le es desconocido, o haCel'lle mentalmente
i que la respnesta puede hacerse en el mismo idioma. En fin, suced~
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120
PSYCRIS
o
ESTUDIOS
DEL ALMA HUMANA.
muchas
veces, que el ccstito e~cribe espontáneament'l,
sin prévia
pregunta sobre un asunto cualquiera i del todo inesperado.
Estas respuestas en ciertos casos, tiencn un sello tal de sabiduría,
de fondo i de circunstancias;
revelan pensamientos
t.an elevados, tan
sublimes, que no pueden enlanar siuo de una intelijencia superior, dotada de la mas pura moralidad: otms veces son tan lijerail, tan frívoluA,
aun tan triviales, que In razon rehu83 creer q!le puedan dimunar del
mismo orljen: esta di,"CTt;idad de lenguaje no puede e~plicarse sino
por la diven¡idad de las iotelijenciaR que se manifiestan.
,~Estas intelijencias están en lu humanidad o fuera. de la humnnidad?
Tal es el
punto que debe ilustrarse i dd que se encontrará la esplicaeion completa
en esta obra, tal como lo han d¡~uo los mismos E~pfritu~.
Estos pues son efectos pa ten tes que se prou llcen fuera. dd citculo
habitual de nuestras observaciones, qUt~ no se hacen con misterio, sino
a la luz del día que todo el mundo pueda ver i observar, I]ue no son el
privilejio de un solo individuo, sino que milll1l'f's de personas repiten
todos los dias a su voluntad. El'\tos efectos tienen necesariamente
una
causn. i desde el momento que revelan la accion de una illtelijencia i de
una voluntuu salen dd dominiopummente
físico.
Muchas teorías se han emitido con este motivo; las examinaremos
en seguida i veremos si pueuen dar razon de todos los bechcs que se producen. E$perando, admitamos la l'xistencia dn scres uistintos de la humanidad, puesto q ne tal es la csplicflcion emitida por las intelijencias
que se revelan i VPfllUOS lo q 11e nos dicen.
VI.
Los seres que fie comunican de este mono, se designan e~los mismos,
como lo bemos dicho, con el n.)lUUre de E~piritus o jenios i com(} habiemlo pertenecido, al ménos algunos, a los hombres que han vivido
sobre la. tierra. Constituyen
el lllundo Espiritu,d,
así cono n050tros
constituimos el Ulundo corporal, dnrante nuestra vida.
Reasul11il11QstVluí, en pocas palabras, l(ls puntos mas eulminantes
de la doctrina, que nos han trasmitido a fio de responder 011l>; filcilmente
a ciertas obj~ci{)n('s.
" Dios es el~'nlO, illmutaole, inmaterial, único, touopoder08o, l'obera11 nanwute
jlHlto
i
oUL'no.
"El ha creauo ellín¡"cr~o
qnc comprenue todos los SNes animados
"e innnimados, matériales e illlllatcrialeR.
"Los S{'rcs matcrial\'s ce)!lstit.nytH} el mundo visible o corporal i los
H seres inmatl'ria1es
el Il1111H!\)illvi~ible o de los E.~llÍrit.us.
"El mundo de los E"piritus es el mnlido normal, primit.ivo, etemo
4C prerxistente
i 80urevi vieudo a tod!).
"El mnndo corporal nnes !I1f\Sqne secundario; podria ue.ar de exis"tir Rin altera.r h existencilt del mundo de los Espírit.us .
.
" Los Bspírit.us revisten temporalmente una capa material perece"dera, cuya destl'llccion por la mnerte, les vut'\vc la l¡bertaC'..
"Entre
las uiferen tes e;;prci(~~ de} seres corp(\ralcs, Dios ha E'lpjido
4C la especie humana
para la. ('ncarnacion de 108 Espfritns q ne han llelega.do a cierto
O'rallo dH dC>lnl'rollo, esto es lo que le da la superioridad
•
o
le JllO¡:al e l11telc>ctual sobre todos
los otros.
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PSYCHIS
"El
o
E8TUflIOS
alma es un Esptritu
DEL ALMA UU)rA~A.
enca.rnado,
121
cuyo cuerpo no es mas que
"la emhflltura.
" En el hombre hai tres cosaR: 1.° el cuerpo o ~mr material análogo
"a los animales i animado por el miRmo principio vital; 2.° el a.lma o
" ser inmaterial, Espíritu encarnado en el cuerpo; 3.° {'llazo que une el
" alma i el cuerpo principio intermediario entre la materia i el Espíritu.
" El hombre de este modo, tiene dos naturalezas;
por su cuerpo
" participa de la naturaleza de los animaleR, cuyos instintos tiene; por
cc BU alma participa
de la natnraleza de los Ellpiritul'.
" El lazo o perisp'íritu que une el cuerpo i el ESl,íritu, es una espe" eie de cubierta sl'rnimaterial.
La muerte ('s la destruccion de la. capa
H mas ~I'ost'ra, el Espíritu
consc'r\'a la segunda que comtituye para él
" un cuerpo etéreo, invillible para nosotros en ti ('stado normal, pero
"qnc pnede hacerse accidentalmente
viHible i aun tanjiblr,
como esl0
" tien!' lUh'11r en el fenómeno de las aparicíoncíl.
" De este modo el Espíritu no es un l?ér abstracto, indefinido que solo
" el pen~aU1iento puede concebir ;es un sér real circunscrito, que en cier" tos casos es apreciable por el sentido de la vista, del oido i del tacto.
" Los Espíritus
ptrtenecen a dift'wntes clases i no son iguales en
H poder ni.fn
intelijencia, ni en saber, ni en moralidad. Los del primer
el órden, son los Espíritus fiupcriores que Be distinguen de los otros, por
H BU perft'ceiOll, sus conocimient.oR, su
nproxirnacion a Dios, por la pu"reza de !ilUl sentimientos i Sil aIDor al bien: est.os son los ánjflleB o)
11 Espiri tus
PUl'OS. Las otras
clases se alrjan de mas en mas de esta
"perft'ccion ; los de las clases inferiores ef::tán inclinados a la mayor
"parte de nuest.ras pasiones: alodio, la envidia, los c('108, el orgullo, &.:\
11 se complacen
{'n d mal. En el número de estos los hai que no son ni
"lTll1i buenos ni mui malos; mas bien embrollan es i chismosos que
" malos, 1/\ malicia i la inconsecuencia parece ser su fuerte: estos son
"los Esp1ritus duendes o lijl'ros.
11 Los Espírit.us,
no pertenect'n perpetuamente
a un mismo órden.
" Touos mejoran pasando por diferentes grados de la jerarquía espiri"tista.
Este mejoramiento
tiene lugar por la encarnacion que se ha
" impnetit.o a los unos corno expiacion i a los otros como a mision. La
" vida material es una prueba qne dC'bc sufrir muchas veces hasta. qua
H haya alcanzado
la perfeccion absoluta; es UDa especie de tamiz o do
t. filtro de donde salen mas o méuos purificados.
" Dejando el cuerpo, el alma entra en el munuo de los Espíritus, de
"donde había salido para volver a tomar una nueva existencia material
"despues de un tiempo mas o ménos largo, durante el cual está en el
" estado uc Espíritu errantt'. <;,
" Debiendo pasa.r el Espíritu por mnchas encarnaciones, resulta que
11 todos
nosotros hemos tenido muchas existeneias, i que tendremos
11 aun
otras mas o ménos perfeccionada!!,
sea en la. tierra sea en otros
" mundos.
" La encarnacion de los Es.píritus tiene siempre luga.r en la especio
"huma.na;
seria. un error el creer que el alma o Espíritu
puedeencar" narse en el cuerpo de un animal.
;\< Haí entre esta doctrina de la reencamacion
i la de la. metemp8ÍOOl!iA,tal como la. ad·
mitaD ciertas seota3, una. diferencia caracterÍlltica qua está cspllCAdaen lo que sigue de
la obra..
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122
"Las
PSYCHIS
o
ESTUDIOS
DEL ALMA HUMANA.
diferentes existenciaR corporales del Espíritu,
son siempre
depende
u progresivas i jamas retrógradas, pero la rapidez del progreso
u de los esfuerzos que hacemos para llegar a la perfecc~on.
"Las cualidades del alma, son las del Espíritu que está encarnado
"en nosoUos ; de este modo el hombre de bien es la encarnacion de un
"Espíritu bueno i el hombre pervergo la de un Espírit.u impuro.
" El alma tenia su individualidad ántes de su encarnacion; la con.
" servil.despues de bU separaeioll del cuerpo.
"Cuando vuelve a entrar en el mundo de los Espíritus, encuentra
" allí a .todos aquellos que ha conocido en la tierra i todas sus existen" cias anteriores se reflejan en su memoria con el recllcrdo de todo el
"bien i de todo el mal qne ha hecho.
"El Espíritu encarnado está bajo la. influencia de la materia, el
"hombre que se hace superior a esta influencia por la elevacion i la
"depuracion de sn alma, se acerca a los buenos Espíritus eon los cuales
"estará un dia. El qne se deja dominar por las malas pasiones i pone
" todos sus goees en la satisfaccion de 'los apetitos groseros, se acerca a
"108 Espíritus impuros, dando la preponderancia a la naturaleza
" animal.
" Los Espíritus encarnados habitan los diferentes globos del uní11 verso.
_
" Los Espíritus no encarnados o errantes, no ocupan una rejion de"terminada i circunscrita; están pOI' todas partes en el cspacio i & nucs"tro la40 viéndonos i codeándonos sin cesal'; es toda una poblacion in"vil:iible que se ajita al rededor nuestro.
" Los Espíritus ejercen sobre el mundo moral i ann sobre el mundo
" fisico, una accion incesante; obran sobro la materia i sobre el pensa"miento, i constitnyen uno de los poderes de la naturaleza, causa cfl" cientc de nna multitud de fenómenos hasta ahora inesplicablcs o mal
n esplicados, i que no encuentran una solueion raciona:. mas qne en el es" piritismo.
"Las relaciones do los Espíritus con los hombre3 son constantes.
"Los bucnos Espíritus nos inclinan al bien, nos sostienen en las pl'ue"bas de la vida i nos ayudan a soportarlas con ánimo i resignacion;
" los malus nos inclinan al mal, so alegran al vernDE;sucumbir i que
" nos parezcamos a ellos.
" Las comunicaciones de los Espíritus con los hombres son o(mltas,
"tienen lugar por la iP.fluencia buena o mala que ejercen sobrenoso"tros sin saberlo; a nncstro juicio toca el discernir las buenas o malas
"inspiraciones. Las comunicaciones ostensrbles, tienen lugar por medio
"de la escritura, de la palabra o de otras manifestaciones materiales, lo
" mas a menudo por la inter\'encion de los mediums que les sirven de
" instl'Umento.
" Los Espíritus se manifiestan espontáneamente o evocándolos. Se
"pueden eVocal' todos los EspÍl'itus tanto los que ban animado hombrea
"oscuros, como los de las personas mas ilustres, cualquiera qne soa la
"época en qne han vivida; los de Duestros pal'ientes, amigos 6 enemi"gos, i obtencr de ellos por comunicaciones escritas o ,'erbales, consejos,
"noticias sobre su sitl\!l.cionde ultra-tnmba, sobre sus pensamientos
"con respecto a nosotros, así como las revelaciones que les sea permiti" do hacemos.
" Los EspÍ1'itus son atraidos en ra.zon de su simpatía por la natura-
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PSYCHIS
o
ESTUDIOS
DEL ALMA HUMANA,
123
leza moral del círculo que 108cV"oca. Los Espíritus supcriores 50 com" placen en las reuniones formales en donde domina el amor al bien
.,i el deseo sincero de instruirse i mejorarse. 811 presencia separa a 108
" Espíritus inferiores, qne cncuentl'an por el contrario un libre aecCóo
" i puedcn obrar con toda libertad, cntre las pel'sonas frí volas o gniada.s
" por la sola curiosidad i en donde hai malos instintos, Lejos de obte"Del' de ellos buenos avisos i noticias útiles, no deben esperarse mas
" que tonterias, mentiras, uI'omas de mal jÚucro o mi,;tificaciunes, por"que Uluchas veces usan nombres venera.dos para inducir mejor en
" error.
"La distincion de los bucnos i malos Espíritus es mui fácil; ellen"guaje de los Espíritus snperiores cs constlwtemCTltc digno, noble, con
" el 6e1l0de la mas alta moralidad, desprcndido dc toda baja pasion;
" sus consejos rC6piran la sabiduría mas PUI'ai tieuen siempre por ob"jeto nuestra mejora i el bion de la humanidad, El de 106 Espíritu8
" inferiores al contrario, es incollsecnente, muchas veccs trivial i aun
" grosero; si algunas veccs dicen cosas buenas i verdaderas, dicen IDas
" falsas i flbsurdas por malicia o pUl' ignorancia; se alegran de la cre"dulidad i se divierten a espensas de aquellos que les preguntan, li8011"jeando su vanidad, entreteniendo sus deseos con vanas espcranzas, En
"resumen lltS COtllnnicacionesformale:>,cn toda la accpcion de la pala"bra, no tienen lllgal' mas que en lus centros furllla]es, en los que sus
" miembros, están unidos por UBa comllnioll Íntima de pensamientos
"con la mira del bien.
"La moral de los Espíritus supcl'iores, so resume como la de Cristo,
"en esta. máxima evalljélica: Obrar con los otros, COI\10 quisiéramos
" qne los otros obrasen con nosotros mislUos, es decir, hacér bien i no
" hacer mal. El hombre encuentra en este prillcil'io la regla univer8al
" de conducta para SUBmas pequefias acciones.
" N 08 enseíían que el egoislIlo, el orgullo, la scnsualidad, son pa"siones que nos aproximall a la naturaleza animal, slljetálldollos a la
"materia; que el hombre qnc desde aquí aoajo se desprende de la ma" teria. por el desprecio de las bagatelas mundanas i el amor del próji" mo, se acerca a la naturaleza espiritual; que cada uno de nOBot1'08
"debe haccrse útil segun sns facultades i los medios que Dios ha pues"to en SllSmanos para pl'obal'lo: qne el fuerte i el po<1el'080deben
"apoyo i protcceion al débil, porqne el que al)\lsa de su fuerza i poder
" para oprimir a BUsemejante, viola la lei de Dios. Enseñan por último,
" que en el mundo de los Espíl'itus 110 pudiendo haher uada. oculto, el
"hipócrita será descubierto i todas SllSfarsas manífieBtas; qne la pre" sencia incvitRbl~ i dc todos los instantos, de aquellos contra 108 cua(\ los, habremos obrado mal, es IllIOde los castigos q ne nos están rC8er·
"vados; que en el estado de infcl'ioriJad i de supcrioridad de los Espí"ritus, hai penas i goces q\le IIOSson desconocid(ls en la tiúrra.
"Pero nos ensefian tafllbien que \lO hai faltas irrel1li~ibles que no
"puedan sor borradas con Ir. espiacioll, El hombre eneuentra el medio
" de adelantar en el camino del pl'ogreso i hácia la pert'éccion que C6 su
"objeto fina.l, en las diferentes existencias,"
Tal es el resumen de la. doctrina cepírita, del mismo modo qne reflulta de la ensefíanza dada por los Espíritus superiores, V camos ahora
las objeciones que se hacen a ella.
«
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124
PSYCHIS
o
ESTUDIOS
DEL ALMA HUMANA.
VII.
Pal'a muchas jentes, la oposicion de las corporacioncs sabias C!I, sino
tina pl'llellli, [\.1 lllénos nlla grande presuncion 'contraria. Nosotros no
somos de /l/Incllos lllle claman justicia contra los sabios pOl'que DO queremos qlle se diga de nosotros qne damos la coz del asno; les tenemos
pOI' el contrario cn grande estima i nos cOllsiderariamús mui honrados
en podernos con tal' entre ellos i pero su opinion no puede I~Cl' en todos
los casos un juicio irrevocable.
Desde que la ciencia sale do la obsolTacion material do los hechos,
que se tl'ata de apreciar i espliC:1U', el campo está abierto a las conjeturas; cada uno tiene Sil pequei1n sistema qno qniel'e IIneer pl'cvaiceer
i sostiene con encarn izalIl ien to. ¿ No vemos todos los d ¡aE, las opiniones lIlas diver:jentcs preconizadas ¡rechazadas
nnas despncs de otras?
Tan pronto desechadas como erl'()res absurdos, como proclamadas pOI'
,erdades incontestaoles?
1.os he(~hos, estos son el verdadero criterio de
nuestros juicios, el argumento
sin réplica;
en auscncia de los hecho!;,
la duda es IR.opiniorr del prudente.
Para las cosas de l1otoricdaJ, la opinion de 106 sabios hacefó con justo título, porque ellos saben lilas i lllejor qne el vulgo; P'31'0 tocante a
prineipius nne\'os, de cosas dcs(~()nocidas, Sil mouo de \'er no es mas que
hipotétieo siempre, POI'(lilC ¡lO cstún lilas eseutos de preocupaciones ql10
los otros; dír'ó tarnbien quc el sabio puede ser qne tenga lllas preocupa.
ciones que otl'O, porqne \lila propensiolJ natural le conducc a snbordi.
narlo todo al pUllto de \'ista q\le ha Tfroftlndizado. El matemático no vo
mas prueb;l, quo la que somete a ulla operacion del áljebra, el químico
touo lo relaciona con la. aeeion de 108 elementos &." 'Iodo hombro que
se ha. hecho ulla cspeeialidad, une a ella todas SIlSideas; sacándolc de
aquí mnchas veces deja de tener razon; porque quiere someterlo todo B
mismo crisol: es una consecnencia d~ la debilidad humana. Yo conllult:1.I'épues con gusto i con toda cOIJfianza a un q'límico, sobro nna
cuestioll de análisis, a Un fiBieo sobre el poder eléctrico, lL un mecánico,
sobro la fucrza lIlotl'iz; pero me permitIrán, i sin que m,to tenga nada
qnc ver ('on la estirnacÍon a Sil saber especial, de que no aprecie BU opio
nion negativa con referencia al espj¡'itismo, así corno tampoco apreciaria el juieio (lne un arqnitecto hiciera sobre una cncstior, de música.
Las ciencias vulgar'cs descansan subro la propiedad de la materia
que 6e pncde esperimentar i manipular a su gusto; los fenómenos espiritistas descansan sobre la aecion do intelijencias que tienen su voluntad i nos pmcoan a caJa instante que no están acomodadas a nuestro
caprieho. Las ousen'aciones no pueden pues hacerse d,~ la misma manera; requieren cOlluicioncs espcc.:ialcs i otro punto de partida; querer
somoterlas a nuestros procederes ordinarios de investigacion, es establecer ana!ojíns qno 110 cx:sten. La ciencia p¡'Opialllente dicha, como ciencia, es puea incompetente
para pronunciarse
en la cuestion del e~pil'Í'
tismo; nl\c1a tienc Óste de qué plleda ocuparse, cualqniera qne sea su
juicio no puede ser de nin~un peso. El espiritismo, es el resnltado do
una convicc:ioll personal que los sabios pneden tener como individuos,
hecha abstraccioll de su calidad de sabios; pero querer someter la CUC6tion a la cicncia, 8el'ia lo mismo que hacer que la. existencia del alma.
la decidict·:.\ una asamblea de físicos o do astróncmos; en efecto) el oBpi-
un
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PSYCH18
o
ESTUDIOS
12~
DEL ALMA HUl'IANA.
ritiamo está er.tero en la exif.'tencia del alma i en Hl estado despue6 de
la muerte; así pues es sohcranamente
ilÚjico el pensar que un hombr(}
debe set· un grande psicolojista, porqne es un grande matelllático o un
grande anatómico . .El anatómico disecando el cuerpo humano, busca
el alma, i porque nv la encnentra
debajo de su cscalpelo, de la miema.
manera qne enCllclltm nn nervio, o porqne no la \'6 volar como un gas,
saca en consecllcncia que no existl', porque se coloca bajo Ull plinto de
vista csclllsinlmentc
rnatcl'Íal. ¡, Se sigue de csto qllo él tenga razon
contrala.opinion
Ullivcl'sal? Nu, vosotros \"eis pues que el espiritismo
no ea del resorte de la ciencia. Cuando las creencias cl'píritas estén
vulgarizadas, (i si se j \lzga por la rapidez eon la cual se propagan, c8te
tiempo no podrá e8tar mili IÓios,) sucederá cn esto como en todas las demas ideas nucvas qne han OlJc(liltrad;:¡ oposieitJ1l, los sabios se rendirán
a la evidencia; a esto rendrán a parar individualmcnte
por la fuerza
de las cosas; hastl\ cntónces seria intempestivu el distraerlos de sus trablljos cspeciale;:, para oéuparles en una cosa cstrai1a que no está en sus
atribllciones
ni cn Sll programa. E¡;perando, aquellos que sin estudio
detcnido i profundo de la materia, se pronuncian por la. ncgativa i escarnecen al que no cs de su parecer, 01vidan r¡1Ie lo mismo ha suce(l{do
con la. mayor parte de los grandes descubrimientus
qne hOlll'a1l ~ la humanidad; se esponen a ver aumentar la lista de los illlstre8 pl'Oscriptos
de las ideas nucvas, con sus nombres, illscl'Ítus al lado de a'plCllo8
miembros dc la docta asamblea q1l0 en milsetccientns
cincuenta idos
I\cojió con UIla inmcnsa. carcajada de risa, la lllclllNia do Frank lin sobre los paral'ayofl, jllzgtlll(hla indigna de tiglll'ar en el número de las
comnnicacioncs que le habían dirijido: i de la. otm yne hizo pcrdel' a
la I·'rancín, el bcndicio de la iniciativa dc la marina de vapor, deela.rand,) el sistema dc Fulton un slIeiío impracticable;
i sincmbargo eran
cuestiones de Sil resorte. Si pllCS estas asaml11eas c¡ne cnentall en Sl\
seno la fic)r de los sabios del mundo, DO turiel'on lllas qne la burla i el
sarcasmo para las ideas qnc ellos no cQmp/'cndiall, ideas quc algnnos
alIos rnas tarde, dehían de revolucionar la cicnci;\, las costumbres i la
industria, i Cómo csperar que una cncstion estraña n SIlS trabajL'8, 01ten~a mas favor?
Estos clTores de algunos, dignos de sentirse por S/1 recuerdo, no podrían q nitarlcs los títulos que por (,tras consideraciones han adquirido
a nuestra estirna<:iou. l Pero es preciso nn diploma cSfJeeial, para tener
buen scntido, i fuera de las poltronas académicas no hai mas que zotes
e imbécile:l? Que se dignen cchar una mil'ada sobro 108 adeptos de la
dOétrina cspirita i Yer~n si haí sulo ignorantes,
i si el llúlllero inmenso de hombrcs de mérito que lo han abl'azado permite elrclegarla
aliado de las crecneia~ do hucnRs mujeres, Su carácter i sn saber valen
la pena do que se diga: "Puesto qno estos hombres lo afirman) es preciso que al ménos haya. algnna COSa, »
Repetimos otm vez, (IUCsí los hechos qne nos ocupan se hubiesen
concrctado al movimicllto meeánieo dc los clIe/'pos, la investigacion 013
la causa física de este fenómcno, estaril\ en el dominio de la ciencia
poro desde que se trata de una manifcstaciun fuera do las leyes de l~
humanidad, sale do la competencia
de la ciencia material, porqne no
puedo csplicarse ni por los guarismos ni por el podel' mecánico. Cuando surjo un hecho nuevo que no se desprcnde do niuguna ciencia cono.
Cida) el sabio pal'a estndiarla debe hacer abstraccion de
ciencia, i
su
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126
PSYCHIS
o ESTUDIOS
DEL ALMA HUMANA.
convencerse de que para él ea un estudio nuevo que no se pr:ede hacer
con ideas concebidas de antemano.
El hombre que cree su razon infalible, está bien cerca del error;
estos mismos que tienen las ideas mas- falsas, se apoyan en BU razon, i
en virtud de esto rechazan todo lo que les parece imposible. Los que
en otro tiempo rechazaron los admirables descubrimientos, de ql¡e la
humanidad se honra, apelaban a este juez para rechazarlos; lo que se
llam3 razoll, no es muchas veces sino orgullo disfrazado, i el que se úree
infalible se supone ignal a Dios. N os dirijimos pues a aquellos qne son
bastante prudentes para dudar de lo que no han viato, i que jnzgando
el porvenir por lo pasado, no creen que el hombre haya llegado a au
apojeo, ni qne la naturaleza ha vuelto para él la última pájina de su
libro.
VIII.
Afíadamos que el estudio de llna doctrina tal como la doctrina espírita, i que nos entrega de repente a I1D órden de cosas tan nuevo i
tan grande, no puede hacerse con fruto sino con horubrell formales,
perseverant{)s, esentos de prevencioncs i animados de una sincera i firme voluntad de llegar a un resultado, Nosotros no podriam:>s dar esta
calificaciona aquellos que juzgan a priori ljjeramcnte i f¡in haberlo
visto todo; que no tienen en sus estudios ni la constancia, ni la rcgularidad, ni el recojimicnto necesarios; podriamos darla m(:nos aun a
ciertas pel'sonas, q!le por no faltar a su reputaciou de jentcB de espiritu
se esfuerzan buscando un lado jocoso a las cosas mas verdaderas, o juzgadas tales por las personas, cuyo sabCl', caráetOl' i eonviceioncs tienen
derecho a los respetos de cnalqniera que pretenda saber vivir. Que se
abstcngan pnes aquellos que no juzgan los hechos ,dignos de ell08 i de
8n atencion ; nadie piensa en violentar su creencia, pero que S8 dignen
respetar la de los otros.
Lo que caracteriza un estudio formal, es el resultado qu'~ se obtiene.
#, Debe uno maravillarse porque no obtenga mnchas veces una respuesta sensata a cucstiones graves cn sí, cnando se hacon al acaBOi se echan
a quema-ropa eu medio de una. multitud do preguntas descabelladas ~
Por otra parto una pregunta es muchas veces compleja i pide para ser
aclarada, cuestiones preliminares o complementarias. Cur.lqniera que
quiera adquirir una ciencia, debe hacer un estudio metódieo, comenzar
por el principio, i seguir el encadenamiento i el desarrollo de las ideas.
El que dirije una pregunta a un sabio, por ca8unlidad, SOI)I'enna ciencia de la cllal no sabe nna palabra, estará. Val' csto mas adelantado ~
f, ~odrá el mas sabio con la mayor buena voluntad, darle llna respnesta
satisfactoria? Esta respnesta aislada será necesariamente incompleta i
muchas veces inintelij ible o podrá parecer absurda i contradictoria..
Esactamente sucede lo mismoJlon las relaciones que estal>lecemos con
los Espíritus. Si uno qniel"O instmirse en BU escuela, es mellesterhaccr
un curso completo con ellos; pero como entre nosotros, es preciso escojer los pl'Ofesoresi trabajar con asidllidad.
Hemos dicho que los Espíritus superiores no vienen mas que a las reuniones formales i SOOI'O
todo a las en que reina una perfecta comunion
de pensamientos i sentimientos para el bien. La lijereza i las cuestioncs
ociosas los alejan, como entre los hombres, alejan a las jentea ra.zona-
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PSYCHIS
o
ESTUDIOS
DEL AUlA
127
HUMA~A.
bles; el campo queda entónees libre a la turba. de Eepíritns mentirosos
i frívol08, siempre al acecho de las ocasiones para burlarse i divertil'88
a nuestras espensas. i Qué viene a ser en una reuníon 8em~jante una
pregnnta formal ~ Responderán. i Pero por qué se hllee1 Es como 8i a
nna tnrba de alegres compañeros hicieseis esta;; preguntas. t Qué e8 el
alma ~ i Qué csla muerte ~ i otras cosas tan recreati ••..
a8. Si querci8 respuestas formales Bedformales vosotros mismos con toda la fuerza de
la palabra i colocaos en todas las condiciones reqneridas: 801amente
entónces obtendrei8 grandes cosas; sed adernas laboriosos i perBCverantes en vuestros estudios; sin esto los Espíritns superiores, os desamparan corno lo hace un profesor con sns discípulos neglijentes.
IX.
El movimiento de los objetos es un hecho adquirido, la cucstion es
de saber si en este movimiento, hai o no una manifestacion intclíjente,
i en easo afirmativo, cuál es el objeto de esta ml\nifestacion.
No hablamos del movimiento intelijenta de eiertos objetos, ni de
las comunicaciones verbales, ni aun de aquellas que son escritas directamente por el medium; este jénero de manifestaeion, evidente para.
aquell06 que han visto i profundizado la cosa, 110 es al primer aspecto
bt.&tante independient.e de la voluntad, pal'a sentar la opinion de un
observador novicio. No hablar'emas mas qne de la escritura obtenida.
con la ayuda de un objeto cualq niera provisto de nn lápiz, tal corno la
cestita, la planehita &,' la manera como los dedos del medinm están
espuestos sobre el objeto, desafía como lo hemos dicho, la destreza mas
consumada a que pueda tomar parte de cualquier modo que sea en el
trazado de los caratéres, Pero admitamos aun, que por una destreza mara.ilIosa pueda engal'iarse alojo mascscndriñador.
i Oómo se esplica.
rá la naturaleza de las respnestas, cuando estún fuera de todas las ideas
i de todos los conocimientos del mundo? NÓtese bien que no se trata
de respuestas ni de monosílabos i sí a menudo de muchas pájinas, cscritas con la mas admirablo rapidez, ya sea espontáneamente, ya sea
sobre un motivo determinado: bajo la mano del tIledium el mas estra1\0 a la literatnra, nacen algnnas "eces poesías de una sublimidad i de
una pureza irreprochables, cil'cunstancias que no negal'ian los mejores
pocta(humanos; lo que da mas fo a la cstrafleza de estos hechos, es
que se producen pOI'todas partes i que los medilll11sse multiplican hasta. el infinito. i Estos hechos son reales o no? A esto no tenemos que
responder mas que una cosa: mirad i observad; no os faltarán las OC8.siones; pero sobl'e todo obscrvad II menudo, mucho tiempo i segun la8
condicioncs requeridas.
[Continuará.]
_----
---.----.--.
~--_..
---".-- ---- -"'- --------.-.
.
'"
LAS CINCO ALTERNATIVAS DE LA HUMANIDAD.
Tradneeiol iledieada al seiQr Rtdidor de la Rerista del número
m
de "El Tiempo por gu afeeti;irntl
n
ALlIU.NZOR.
Pocos hombres habrá que dejen de pensar en el día de mañana.
Luego si hai inquietud por la incertidumbre de un dia de veinticuatro
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PSYCRIS
o
ESTUDIOS
DEL ALMA HUMANA.
horas, ?on cuánta mayor razon es rnui nnturalque debamos PI'cocuparnos
con la Idea de lo que será de nosotros dellpues dd gran dia de la vida;
porque ya no se trata de algunos instantes, sino de la eternidad. 1 Vivirémos {¡ no vivirémosl Esta suprema alternativa es, sin duda, cuestion
dtl vida o m Ut~rte
_
Si se interroga el sentimiento
íntimo de la universalidad
de 108
hombres, todos responderán afirmati\'amente:
vivirémos.
ERta esperanza es para ellos un eonaudo. Sim·rnbargo, una pequeña minoría S6
csforza, ha mucho tiempo, en probarles que no vivirán, 1 es preciso
cónfesar que esta escuela ha conseguido prosélitos, especialmflnte entre aquellos quP, temiendo la responsabilidad d('l pOI'vtmir, hallan mas
cómodo gozar del presente sin embarazo i sin ser turbados por la perspectiva de las cons(·cuencias. Pero esta no cs sino la opinioa del menor
número,
Mas, si hemos de vivir; cómo será esa vida? cuál nuestra. condirion?
Aquí \'arian los sistemas con llis creencias relijiosas o filoFÚficl\lI. Sinembargo, todas las opinionrs sobre el porvenir del hombre pueden reducirse a cinco alternativas principales, que vamos a resumir sucintamente,
a fin de que la_comparacion sea mas sencilla i pueda cada uno elejir, con
conocimiento de causa, la que le parezca mas racional i que responda
ml'jor a sus aspiraciones personales i a las nece~idades de la sociedad.
Esas cinco alternativas son las que lrsultan de las doctrinas del matet'ialismo, del panteis7no, del deismo, del dogmaticismo i del espirit1'smo.
1.
DOCl'RI~A
MATERIALISTA.
La intrl~ncia
drl homhre es una propiedad de la mat<>ria que nace
qmllere con el organismo. Nada ha sido él hombre ántes de la vida, í
nada será despues do ella,
Consecuencias, No siendo el hombre otra cosa que materia, no hai
para él mas goces verdaderos dignos de envidia, que los materiales; las
l\feceiones morales no tienen porvenir; los lazos moralel! quedan rotos
para siemprr. al morir; las miserias de la "ida no tienen compenl'lacioD¡
el suicidio llega a. ser el fin racional i l{¡jico de la existencia, cuando no
hai esperanza de alivio para los S11fi-imientos; toda violencia para vencer las malas inclinaciones es inÚtil; vivir lo mt'jor posible i solo para
sí durante la existencia es el gran cánon; es estupidez reprimirsei
sacrificar su reposo, su bienestar por otros seres, es decir, por tintes qlle serán destruidos a su turno i que nunca se yolvp.rán a ver; 103 debt<res sociales carecen de base; el bien i el mal son cOfias conveneionalcs, i el
freno social est,á reducido al poder material de la lei civil.
'
ObSf.TVacion. No será por demas recordar aquí a Dnc~tros lectores
algunos pasajt~s de un artículo que publicamos sobre el materialismo en
el nÚmero de la Revista de agosto de 1868.
" OstpDtándose el materialismo,
deeiamofl, como no lo habia hecho
en ninguna otra época, i presentándose como el regulador supremo de los
destinos morales de la humanidad, ha producido el efecto de espantar a
las masas, por las inevitables consecuencias de sus doctrinas para el órden social; por esta razon él ha provocado en fa VOl' de las ideas espiritualistas una enérjica reaccion, que debo probarlo:
quo está léjos de
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Psycms
o ESTUDIOSDEL AUrA
.._'-~-_.,
_._------_. ._--_._._-_
__
129
HUr.rA~A.
----.---
---
..
~---
obtener las simpatías jenerales con que sueña; i que sufre una estraña
ilusioo si espera que algun dia impondrá al mundo sus leyes.
"Las
creencias espirit.uales del t.iempo pasado son a buen seguro
insuficientes para ellm·sente siglo; dlas no están al nivel intdectunl de
nuestra jeneracioo i se hallan en abierta pngna con las verdades de la
cienci~; ellas dejan en el espiritll id\.'as lncol1lpf\tibles con la necesidad
de lo positivo, que domina en la sociedad n}(l(I(~rrH\í ticnen ademas ('1
grave inconveniente de imponerse a fe cil'ga, i d(~proscribir el libre exámen; de ala viene, sin duda, la difuliion de la incredulidad en el mayor
número. Es evidente que si los hombres se nutrieran desde la illfancill
con ideM que por su nf\t.uraleza misma pudieran ser cunfirmanas mas
tarde por la razon, no hahria incrédulos. Muchas personas a quienes el
espiritismo ha vuelto creyentes, nos han dicho: si Dios, el alma i la vida
futura se nos hubieran presentado siempre de unlL manera racional,
nunca habria penet.mdo en nuestro espíritu la duda!
" Pero de que un principio reciba UDa mala o falsa aplicacion, no so
8igue que deba ser recha.zado. Con las COElRS espirituales sU<''Bdelo que
con lILsde kjislacion i demas instituciones sociales: es pn~cil:loapropiarlas
a los tiempos so pena de sucumbir. Pero elmaterinli!<mo en vez de pl'e!lentar algU"D& cosa IIll'jor que el viejo espiritualisl1lo, ha prt'ferido snprimirlo todo, porque a~í se evita el trabajo de profundizar los hechos, i
porque encu(>ntm esto mas cómodo para sí, que la idea de Dios i la del
importuno pllrv(~nir. Qué se diria de un médico qnc hallando el réjimen
de un convalt~ciente poeo sustancioso para su temperamento,
le prescribiem la absoluta abstencion de todo alimento?
" PerQ l() q \le maA arlll1ira .encontrar en la mayor parte de l,)s materialistas de la escuela moderna, es el espíritu de intolerancia llt·vado a
la exajeracion, cuando ellos exijcn sin cesar para sí el derecho de la libertad de conciencia !
_
" En estos momentos una fmecion de cierto partido, lanza sus baterías contra las idoas espiritualistas
cn jeneral, en las cuales se halla comprendido Dltturalml'nte el espiritisnJo. 1Jo que esa fraceion busea. no es
un Dius mejor i mas just01, sinu el Dios materia, qno le es ménos embarazoso, porque 1)0 haique dttrle cuellta. Nadie le quita a eAe parti(lo el
derecho de tener su oJliniun i de Ji~cutir las opiniones contrarias;
pero
lo queDO se le po(lrá coneeckr es la j>reknsiull, bien singular para hOIllbres que se llaman apóstoles de la libertad, de impedir a 108 deml\s creer
11 gil modo i discutir las doctrinas d,l que uo }1l1l'ticipan. Intolerancia
por
intolerancia, tanto vale una como utra."
_
n.
DOCTRI~ A l' A~TEIRT A.
El principio
intelijent.e o alma, ilJ(lependil~nt.e do la materia, es saél se individnali;-;f\, en c¡¡,da ser dl1l'ante
la vid:~ i se confunde al morir en la IlHlSa com nn, cornu las gotas de la
lluvia en el Océano.
Consecuencias. Sin individualidad i sin conciencia de sí mismo, el
ser es como si DO existiera; las cansí'cneDeías n!orah's de esta doctrina
son esuctament.e la8 mismas que las dt>l materialismo.
Ob8er'facion. Cierto nÚmero de lJantcist.as admite que el alma saca-
~adQ al nfLcer del todo univor~al;
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130
PSYCIIIS
o
ESTUDIOS
DEL ALMA HUMANA.
da al na.cer del todo upiversal, conserva Sil individualidad
por tiempo
indefinido, i que ella no vuelve a la masa hasta no haber adquirido los
últimos grados do la perfecciono Las consecuencias de esta variedad de
creencia son absolutamente
las mismas que las de la doctrina panteista propiamente dicha; porque si es perfectamente
inÚtil trabajar para
adquirir algunos conocimientos, cuya conciencia debe perderse por su
destruccion en un tiempo relativamente corto, si el alma S-3 rehusa jeneralmenie a admitir semejante idea, cuánto mas penosament.e será afectada al pensar que aquel momento en que ella llega a la suprema perfeccion, será tambien el fatídico instante en que será condenada 8 perder el fruto de sus afanes, la destruccion de su individualidad?
III.
DOCTRINA
El deismo comprende
DEISTA,
dos categorías
mui distintas
de creyentes:
los
deistas independientes i los deista':3p1'ovidenciales.
Los deistas independiente.'] creen en Dios i admiten en él todos sus
atributos como creador. Dios, dicen, estableció las leyes que rijen el
universo, pero creadas que fueron esas leyes, entraron a funcionar f
funcionan por sí solas, sin que BU l\utor tenga que ocuparse de ellas,
ni de otra cosa alguna. Las criaturas hacen lo que qui-~ren o lo que
}Hlellen, sin que Dios se inquiete por ello. No hai, pues, Providencia; i
como Dios no se ocupa de nosotros, ni tenemos necesidad de glorificado,
ni de dirijirle nuestras súplicas.
Los que lliegan toda inten'encion de la Providencia en la vida del
hombre, son como niños que Sfl creyeran con la razon suficiente para I¡bertarse <le la tutela, de l08 consejos i de la proteceion de sus padres; o
que pensarán que sus padres no debieran ocuparse deeHoa desde el instante de su entrada al mundo,
Bajo d pretesto de glorificar a Dios, dem!lsindo grande, dicen ellos,
para descender hasta sus criaturas, hacen de El el mas tremendo egoista
i lo hacen descender al nivel de los animales que abandoDan su projenie
a los elementos.
Esta creencia es un resultado del orgullo; porque el pensamiento
de hallarse sometidos a un poder superior, hiere el amrJr propio i hace
que busquen los medios de librarse de Él. Miéntras que le-s unos recha,zan abiertamente
e~te poder, IOB otros consienten en reconocer BU existencia, pero condenada a la llulidl\d.
Hai una diferencia esencial entre el deista independiente de que
acabamos de ha blar i el ddata providencial; este ú( timo erúe cn efecto,
no solamen te en In. existencia i en el poder creatrix. de Dio:1 i en el oríjen
de las cosas, sino qne tambien cree en su intervencioll
incesante en
la creacion i en In. sÚplica; pero rechaza el cul to es terno i el dogmaticisma actual.
IV.
DOCTRINA
DOGMÁTICA.
El alma eB indept'ndiente de la materia i es creada en la formacion
de cada ser; ella. sobredve i conserva su individualidad
despues de la
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PSYCHIS
o
ESTUDIOS
DEL ALMA HUlIIANA.
131
muerte, pero desde el instante en que es creada, su destino queda irrevocablemente decretado j SIlBprogresos uI teriores son nulos, i es por lo
tanto para la eternidad, intelectual i moralmente, lo que fué durante
la vida. Los malos s~rán condenados a penas perpetuas e irremisibles
en el infierno j de suerte que para ellos es completamente
inútil el
arrepentimiento,
despues de su sentencia j parece, pues, que Dios ,se
deniega a dejades la posibilidad do reparar ellDal q no han hecho. Los
buenos son recompensados con la vista de Dios i su perpetua
contemplacion en el cielo.
Los casos que deban merecer cielo o infierno por toda la eternidad,
están sujetos a la decision i juicio de hombres falibleB, autorizados para absolver o condenar.
(Nota. Si se objetase á esta última proposieion : que Dios juzga en
definitiva, se podría preguntar:
entúnces ¿ cuál es el valor ue la decision
pronunciada por los hombres, si dla puede ser revocada ?)
Separacioll final i absoluta de los condt'nados i de 108 elejidos. Inutilidad de los socorros mor¡¡,l(ls i de los consuelos para los condenados.
Creacion de álljeles o almas privilejiadas esentas de todo trabajo para
Hegar a laperfeccion,
&.Il. &.Il.
OQn8e~ncia8. Esta doctrina deja sin resolver los graves problemas
siguientes:
1.° De dún(!!: vienen las disposiciones innatas intelectuales i morales que hacen qne llls hombres nazcan un08 inclinados al bien, otros al
mal, ora con int('lijt:ncia i ya en el idiotismo?
2.0 Cuál es la 811ert(~o UCRtinode los niiioll que mueren en la inf'l.ncia?
¿ Por qué han de ir ellos a la bienaventuranza sin el trabajo a qUll está.n
sujetos los de mas séres humanos durante el periodo de su existencia?
Por qné han de ser recompensados sin haber pmcticauo el bien, o
privados de una perf\~cta felicidad, sin haber hecho mal alguilo ?
3.° Cuál es la suerte de los cretinos e idiotas quo no tienen la
conciencia de sus actos?
4.0 En dónde está la justicia dt} las miserias i de las enfermedades
de nacimiento, cuando ellas no son el resultado de ningun acto de la
vida presente?
5.° C\1ál es la Sl1('rte de los salvajes i de todos aqut'llos que mueren
irremf!diablemente
en el estado de inferioridad moral en qUA la naturaleza misma los colocó, si no les es dado progn'sar ulteriormente?
6. o Por qué ha creado Dios unas almas lIlas favorecidas que otras?
7.° Por qué llama a él prematuramente
a 108 que hubieran podido
mejo~n.~se si hubieran vivido p0r mas tiempo, puesto que ya no les es
permItido amnzar deSpIIeR de la muerte?
8.° Por quÓ ha criltllo Dios íwjeles que han alcanzado la perfeccion
sin trabajo, mil'ntras que las demas criaturas est:'m sometidas a llls mas
crudas pruebas en las cnah's ticnen mas probaLilidades de sucumbir,
(lue de salir victoriosas?
&.a &.Il.
v.
DOCTRI~A
ESPÍRIL\.
El principio intelijt'nte (lS independiente de la materia. El alma individual prec:xistc i sobrevivo al cuerpo. El mismo pnnto de partida
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132
PBYCHJS
o
ESTUDIOS
DEL ALMA HUMANA.
-----------.---------.----------------'Sin escepcion alglma, para todas las almas; todas son crea1as sencillas
e ignorantes, i están someti({as al progreso indefinido. Na¿a de criaturas p/'i\'ih~jiadlls, ni mns favorecidas uoas que otras;
los ánjeles son
seres que han alcanzado la perfeccioo dcspnes de haber pasado como las
<lemas criaturas por todos los grados de inferioridad. Las almas o espíritus progresan mas o ménos rápidamente en virtud de su libre albedrío, por RU voluntad i su propio trabajo. La vida espiritu:ll es la vida
normal; la vida corpórea es una faz temporal de la vidá del espfritu,
durante la cual él reviste momentáneamente
una envoltuJ'a material
de que se despoja al morir.
El eRpíritu progresa en el estado corpóreo i en el espir.tual. El estado corpóreo es necesario al espíritu hasta qup. haya adquirido cierto
grado de perfeccion ; él se desarrolla por el trabajo a que 1(, sujetan sus
propias necf'siuades i auquiere conocimientos prácticos esrPI~iall's; siendo una sola existencia corporal insuficiente para bacerle a(:.quirir todas
las perfecciones, toma lIn cuerpo cuando le es necesario i t::ae a él todo
~l progrese, que ha alcanzado en sus existencias anteriores i en la vida
espiritual. Cuando ha adquirido en un mundo todo lo que en él puede
adquirir, lo deja para ir a otros mundos mas avanzados
intelectual i
moralmente, i continún. así hasta alcanzar el último grado ¿~eperfl:lccion
de que es suscept.ible la criat.ura.
El estallo feliz o dpsgraciado de los espíritus es inherente l\ su pro-.
greso moral; su ca;¡tigo es la c()nsecllcnci¡~ de su endurecimiento en el
mal;
de suerte que perseverando
en él, se cast.igan a sí propios;
pcro la puerta dd arrepl'11timiento
nunca les está cerraja i pueden,
cuando lo quieran, volver a tomar el camino del bien i alcanzar con el
tiempo todo el progreso ..
Los niños que mu\'ren en la infancia pUl'den estar mas o ménos
avanzarlos,
porq nc dIos han tenido otras existencias
anteriores en
que han podido pr¡lCticar el bien o cometer malas acciont's La muerte
no lo!: libra de las pruebas q \le dehen sufrir, i ell08 volverán a principiar, cllando sea tiempo, una n1wva existencia sobrc la ti6rra o en los
mundos su periorcs, se~lIn Sil grado de {'levacioll.
El alma de los cretino:; i d,~ los idiota;; es de la misma naturaleza
que la de todo ser encarnado;
su intelijencilles
frccnenteHlrnte
snperior i sufren por la ilJ~llficiencia d(· los medios de qne pueden diRponer
para (·ut·rar en relacion con Sil:>compañeros de existencia, como los muuos sufren por no pod(>r haLlar: ellos han ahnsado de su illtelijencia ('n
sns anteriores cxi:>t\'l1cias i han aceptado yolllntariamúnte
la condicion
de ser reducidos a la impotencia para espiar el mal que han (:ometiuo &..JJ.
ALLA~
Obras p&>tumas.-nevista
KiIRDEC.
e~pírit3. de enero de 18íO.
---.--.--------.----.------
BOGOTÁ-DIPllENTA. DE GAITAN, CARRF.RA DE NEIVA.
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PSYOHIS
o
ESTUDIOS DEL ALMA HUMANA.
;--=¡ -m:~-;rr~:;
~l:;~:d~
id~~dclho~b~c.q~~~ ~;o~~a~~a- p-crft'c.~jon
d:- Vio!,-es aboarda. -1 NUI
!il0 l. ~--~-------~-----------~
j
Bogotá, 19 de agosto de ~87~:
--------.-.----:::::::==....:.=...---
-
--~--
ft
. ~.
__
-
-
=::::.:=-
ESTUDIO DE LA. DOCTRINA. ESPÍRITA..
(COKTIXt:ACIOX).
A la evidencia ¿ q uó es lo que responden los an tagonistlls ? Vosotros
sois, dicen ellos, engañndos por el charlatanismo,
o el juguete de una
ilusion. Diremos en primer lugar, que es preciso separar la palabra
charlatani8mo de donde no hui proyecho; los charlatanes no hacen su
negocio gratis. Esto seria pues, todo 10 ma:'! una milltificacion. ¿ Pero
por qué cstraña coincidencia estos mistíficadorcs se hubieran entendido
de \lna a otra parte drl mundo, para. obrar de b misma manera, producir los mismos efectos i dar sobre los mismos motivos i en lenguas diversas, contestaciones idénticas, si no en cuanto a las palabras, al mén08
en cuanto al sentido? ¿ Cómo se presentarian a semejantes maniobras i
con qué objeto, personas graves, formales, honradas c instruidas P ¿ C6mo
se encontraría. en los niños la paciencia i la habilidad necesarias?
Porque si los medinms no son instrumentos pasivos, les es Ilccesaria unll. habilidad i conocimien tos incoID patibles con cierta edad i ciertas posiciones
sociales?
Añadamos pues, fJ\le si no hai superchería, puede uno ser engañado
(le dos modos por una ilu:>ion. Eu buena 16jica b calidad de los testigos es de nn cierto peso; este es pues el caso de preguntar si la doctrina Espiritista,
que cuenta hoi sus adeptos Jlor millones, los recluta. ent.re los ignoranks. Los fenómenos en los cuales se apoya, son tan estraortlinarios que no concebimos la duda; pero lo que no se p<l(lria admitir
es la pretension de ci(~rtos incl'édll los en el monopolio del buen sentido
i que sin respeto a la decencia o valor moral de SlIS adversarios, tachan
sin respeto, de inepcia n todos aqnellos que no son de su parecer. A los
ojos de toda persona juiciosa, la opinion de lasjentes ilustradas qne han
visto, estudiado i meditado unn. co~a mucho tiempo, serán siempre si no
una prueba, alménos una presllncion en su favor, pnesto que ha podido
llamar la atencion de hombres formales, no teniendo ningun interes en
pr'opagar un error ni perder tiempo en bagatelas.
X.
Entre las objeciones, hai algnnns mas especiosas, al ménos en la apari.mcia, porq ne están sacadas de la obsernlCion i están hechas por personas graves.
U na de estas objeciones, es consecuencia dellcnguaj{' de ciertos Eilplritus, qne no parece digno de la dcvacion que se suponc a aéres sobre~
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134
PSYCHIS
o
ESTUDIOS
DEL ALMA HUMANA.
naturales.
Si quieren referirse al resúmen de la doctrina que hemos presentado mas arriba, se verá que los Espíritus mismos r.os enseñan, que
no son iguales ni en conocimientos, ni en cualidades morales i que no
debe tomarse al pié de la letra todo lo que dicen. De jentes sensatas es
el distinguir lo bueno de lo malo. Seguramente
aquellos que de este
hecho sacan la consecuencia de que nosotros no tratamos Ilino con Espíritus malos, cuya Única ocupacion es el mistifiearnos, DO tienen conocimiento de las comunicaciones que tienen lugar en las reuniones en que
Bolo se manifiestan ES]lÍritus superiores, de otro modo no pensarian así.
Es enojoso que la casualidallll'8
haya servido bastante :mal, no enseñándoles sino el lado malo del mundo de los Espíritus, porque no queremos
suponer que una tendencia simpática atraiga hácia ellofl a los malos Espíritus, mas bien que u. los bucnos, a los Espíritus mentirosos o a aquellos cuyo lenguaje ~stá lleno de grosería. Podria sacars~ mas o ménos en
consecuencia, q \lC la solidez de sus principios, no es ¡'a~tante poderosa
paTa separar (~lmal, i que encontrando cierto placer en Sll.tisfacer su cnriosidad con respecto a esto, los malos Espíritus se deslizan en medio de
ellos, miéntras que los buenos S() alejan.
Juzgar la cuestion de los Espíritus por sus hechos;. tendria tan poca
lójica como juzgar el carácter de un pueblo por lo quo se dice i se hace
en la Asamblea de algunos aturdidos o jentes de mala fama que no frecuentan ni los prndelJtes ni las jentes sensatas. Estos se encuentran en
la situacion de lln estranjero que llegando a una grande capital por el
barrio Illas feo, juzga a todo::! los habitantes por las costumbres i lenguaje de este cuartel ínfimo. En el mundo de los Espíritm hai tambien buena i ma1.\ soci('dad; que estuuien estas personas lo que pa~ entre los
Espíritus selectos, i se convencerán qne la. ciudad celeste encierra otra
cosa. mejor que la hez de 110 pueblo. Pero dicen ¿ Los Espíritus escojidos vienen entre nosotros? A esto les respondert'Ulos, no os quedeis en
el arraba.l; mirad, observad i juzgareis;
los hechos €fitán patentes para
todo el mundo; ménos paro. aquellos a quieneg se leB aplica la palabra
de Jesus: 'l'iencn OJ08 i no ven, oidos i no oyen.
Una variante de esta opinion, consiste en no yer en las comunicaciones Espiri tistas i pn todos los hechos morales a los cuales dan 1ugar, sino
la intervencion de nn poder diabólico, nuevo proteo que revistirá todas
].as formas para burlamos mejor. No la crecmos susceptible de un exá·
men formal, por eso no nos paramos en ella: está refutada por lo que
acabamos de de::ir; añadiremos unicamente, que si flsí fuese, Feria preciso convenir en que el diablo es algunas yeces mui prudente, bien razonahle i sobre todo bien moral, o bien, confesar que tambien hui diablos
buenos.
¿ Cómo puede creerse, en efecto, que Dios no ?ermita mas que al
Espíritu del mal, el manifestarse para perdernos; !lÍo damos por contrapeso los consejos de los buenos Espiritus?
Si no lo puede, (>simpotencia; si lo puede i no 10 hace, es incompatible con su bondad; la. una
i la otra suposicion serian una blasfemia. Notad qne de admitir la comunicacion de los malos Espíritus, es reconocer el principio do las manifestaciones, pues desde el momento que existen, no puede ser mas que
con el permiso de Dios. ¿ CÓmo creer sin impiedad el que permita el
mal, cscluyendo el hien? 'l'al doctrina es contraria. a las mas simples
nociones dd buen sentido i de la relijion.
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PSYCHIS
o
ESTUDIOS
DEL ALMA nUMA~,A
135
XL
Unacosa estl'll.vagante, añaden, es que no se hable mas que de los
Espiritus de personajes conocidos, i se pregunta por qué solo ellos Be
manifiestan. Este es un error que proviene como muchos otros, de una
ebservacion superficial. Entre los Espíritus que vienen espontáneamente, aun h3i mas de desconocidos que de ilustrados, que so designan con
un nombre 'Cualquiera i muchas veces con un nombre alegórico o característico'. Ea cuanto a los que -ee evocan, a ménos que sea. un pariente
o un amigo, es bastante natural el dirijirse a los que uno conoce, que a
aquellos que no se conocen; el nombre de las personas ilustres, llama
demasiado la atencion, por esto son l'emarcables.
Es tambicn singular, qne los Espiritus de hombres eminentes vengan familiarmente
a nuestro llamamiento i so ocupen algunas wces
de cosas minuciosas en comparacion de las que han ejecutado durante
11\ vida. En cuanto a esto nada hai de estraño
para aquellos que saben
que cl poder o la consiílerucion q uc estoB hombres han gozado aqní abajo, no l~B dá ningnna 8upremacia. en el mundo de los Espíritus; los Espíritus confirman en esto las palabras del E\'anjelio:
L08 grandes scrán
humillados i los pequeños ensalzados, lo que debe entenclen,e con respecto al ran~o que cada UIIOde llosotros ocupará entre ell(,);.,; así cs que el
que ha sido primero en la tierra puede encontrarse fl]Já Sfr UIlOde los últimos, aquel delante dd cual doblamos la cabeza ,j¡¡:n!lte su vida C01'lloral, puede vcnir a ser entre nosot~oB como elma:-,. humilde artesano,
lJorque dejando la vida ha dejado toda Sl1 grauch:l1 i el mas pOUer08G
monarca puede estar mas abajo que el últi!l.:o de S~lf; ¡;olJ.al.los.
XII.
Un hecho tlemostrado por la obsen'aclíl!i i confiuu;\Uo por los Espíritus mismos: es que los Espíritus inferiot',~s toman ll1uchas veces nombres conocidos i venerados ¿ Quién puede ]Jues asegurarnos que aquellos
q ue dic~n haber sido por t;jemplo: Sócrates, Julio César, Carlomaguo,
Fenelon, Napoleon, \Vashington, .&,a hayan realmente animL~do cstos
personajes. Esta duda existe entre ciertos adeptos lllui fervientes de la.
doctrina espiritista;
admiten la intcrvencion i la nHl.llifl'stacion de los
Espíritus,
pero se preguntan:
¿ Qué cOlllprobacion puede tener de su
identidad? Esta comprobacian es en efecto mni dificil de t'Stablecer; sino
puede serlo de una manera tan auténtica, cOUlopor un acto del estado
civil, lo puede ser al ménos por la presuncion acerca de ciertos indicios.
Cuando el espíritu de alguno que nos es personalmente conociuo se
manifiesta, el de un pariente o el de un amigo por ejemplo, sobre todo
si hace poco que ha muerto, sucede en jeneral que BÚ lenguaje está en'
relacion perfecta con el carlÍcter que nosotros b conocemos; este es ya
uu indicio do identidad;
pero la duda no puede casi existir cuan,lo
o$te Espíritu habla de cosas privadas, recuerda circunstancia.s de famili~ que no son conocidas mas que del interlocutor.
TI n hijo no confuJldirá seguramente el lenguaje de su padre o de su madre, ni de sus parihtes con el de sus hijos. Algunas veces en estas especies de evocacione's íntimas pasan cosas que sorprenden, de modo que convencen al mas
in~édulo.
El escéptico mas endurecido queda amedrentado de las re\'0Jacipnes inesperadas que le hacen.
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136
psycms o
ESTUDIOS
DEL ALMA IIUMANA,
Otra circunstancia mui característica viene en apoyo de la identidad.
Hemos dicho que la escritura dd rnedium cambia jeneralmente con la
del E<lpiritu evocado i que esta ('stritura se reproduce esactamente cada.
vez que el mismo Espíritu se presenta; se ha hechQ cons!;ar muchas veces con respecto a lall personas mnertas de poco tiempo st)bre todo, que
esta escritura tiene un parecido ~ral1de con la de la misma persona cuando vivia, se han visto firmas de una l:'sactitnd perfecta. Por lo demas
estamos mui lt~jos de dar este hecho como una regla i s(,bre todo como
una rl:'gla constante, lo mencionamos como una cosa digna de Dotarse.
Los EspÍJ'itus, llegando a cierto grado de depuracion, son los 80108
que están desprendidos
de toda influencia
cor¡'lOral; pero cuando
no estiin completamente
deslllatcrializados,
(esta es espr2sion de que se
sirven ellus) conservan la mayor parte de las ideas, inclinaciones i aun
manías que teniau sobre la tierra, i este t·s tambien un medio para el recouocimiento;
pero se halla sobre todo en una multitud de hechos de
detal, qu,:, Rolo ¡mede revelar una observacion atl'nta i sostenida. Se Vt:D
escritores discutir sus propias obras o sus doctrinas, aprobar O condenar
cierta parte de ellas; otros recordar circunstancias
ignoradas o poco
conocidas de su vida. o de su muerte, todas las cosas en fln que son poco
mas o ménos pruebas morales de idt>ntidad, las solas que pueden invocarso con reslll'cto a COSllSabstractas.
Si pues la identidad <.ld Espíritu evocado puedl' estll' hasta cierto
punto, establecida en alglll10s casos, no hai razon }Jara ti ue no lo sea en
: otroE i si, no se tienen, para las pCI'i;unas euya ID uerte es mas lejana, los
mismos medio;; de prueba, l'iempre se' tienen el dellcngnaje
i el del r.1\ráctt·r:
porque seguramt:nte el Espíritu de un hombre de bien no hablará como d de un hombre peryerso o relajado. gn cuanto a los Espíritus qne se \'all'n de nombres respetables, se hacen ellos mismos traicion
mui pronto por su lenguaje i SUR máximas;
el qUe se ramase FeneloIl
por ejemplo, i q\W manchase, aun cnando no fuese mas que accidentalmente, el bnen sentido mt)ral, manifestaria por esto mis'uo la mistificacion. Si por el contrario los pf!usamientos que espresa son siempre puros,
sin contradicciones i CO\l"tantl'nll:nt(~ a la altura del carácter ue Fenelou,
no hai motivo para eludar tle FIl idelltidad, de otro mode· seria. necesario
suponer que un Espíritn qne no predica Illas que el hien, pueda a sabieudas emplear la mentira, i l'sto ~iu utilidad. La eSlwriencia nos enseña que lps Espíritus de un mislIll! 2;rado, de un mislllo carácter i animados de los mismos selltitlJientos, se reunen en grupos i I~nfamilias;
el nÚmero de los Espíritus es incalc:ulal,le i estamos léjos de conocerJos
a todos; la mayor pinte de ellos no lieucn nombre para nosotros, U [l
Espíritu de la categoría d(~ Ft'nelon puede pues venir cn su lugar, muchas veces enviado llar él como mandatario;
se presenta bajo su noml)re, porqne es idéntico i puede suplirle, porque nos hace falta un l10mbre
11am fijar nuestras ideas; pero ¿ Qué importa en defini~iva quc un Espíritu sea o no el de Fcnelon?
Desde el DlOll1el1
to que solo dice cosus
vuena,; i que habla como hablaria }'enelon mismo, es un buen Espíritu;
. el nombre b:ljo el cual se hace COiltlr;eres indiferen'te i no es mas que u~
medio de fijar nuestras ideas. Xo podria suceder lo mi~mo en las evljmciollcs ínt'illl:lR; pero en este caso, como lo hemos dicho, la identid~d
pUl'(le establecerse con pruebas de algun modo pátentes,
1
Por lo d •.:mas, es cierto que la 8ustitucion de los Espíritus puede
.1'
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I'SYC'HIS
o
ESTUDIOS
DEL ALMA HUMANA.
137
lugar a. una. multitud de equivocaciones, pudiendo resultar de esto errores i l~lUchas mistificacíoncs;
esta es una dificultad del Espiritismo
practico: pero nosotros no hemos dicho llUllca que esta ciencia sea una
cosa fácil i que pueda \\prenclerse jugando como ninguna otra ciencia.
No nos cansarinwus
de repetido, se requiere un estuJio asíduo i a menudo mui largo; no lJUdiendtl prO\'OClH los hechos, es menester esperar
que se presenten ellos mismos, i mnchaR Yl'ces son conducidos por cir<lullstanciaR en las que ménos se pil'nsa. PIII'<1 el observador atento i pa-ciente, los hechos abuudan porque deRcubre millones de cambios característicos, que son pam ól rayos de lnz. Lo mismo sucrde en las ciencias
vulgares;
miéntras que el hombre \'lllgnr no ve E'n la flor lIlas que una.
forma elegante, el sauio ue¡;cubrc en eJla tt"~oros para el pensamiento.
XIIl.
Las observaciones
hechas mas alTiba nos conducen a decir algunas
palabras sobre otra dificultad;
eB la divt:ljencia que existe en el lenguaje de los Espíritus.
Los Espiritus,
siendo mui diten'n~'-~ los unos de los otros con respecto a conocimientos i moralilhvl, (':; (·vidente que la misma cuestion
puede ser resuelta cn un ~enti •..
lo opuesto, ~eg'nn la línea que ocupan,
la. misma manera quc si se pusies,' la c!I('stion alt{'rnativamente
entre
los hombres, a UII sahio, él nn i~n(¡ral!t(', (1 a nn gracioso di' mal jénero.
El punto csencinl ya lo !tPDlOS dicho, l'S saber a qujplJ se dirijo uno.
¿ Pero 1m qll'~ consiste, se añad,', (J1W los Espíritus reconocidos por
séres supcrior('s, no estén siemprc .'lcor¡{es? Diremos primero que indep~ndiente de la causa que acabamos tit' delllnstrar, hai otras que pueden
ejercer cierta.s influencias sohro la lln.tnl'al",m de las respuestas, haciendo
abstraccion de la calidad <1e' los E"píritu>:i; este ('s un punto capital, uel
cual el estudio dará la csplicacion;
por Ci;tt) decimos q ne estos estudios
requieren una atencion sost.enida, una (lus('rVflcion profutlda i sobre todo,
como sucede con todas las cicnci>1s hUlllanas, consecuencia i perseverancia. Para ser un médieo J',:,~;ularSI' llcc('si t :\ll aiios, i las tres cuart:lS partes ue la vida para ser un sabio. i 1 quisieran en algnnas horas ad(lUirir la ciencia del infinit.o! Quo no SI' 1'1lg:liJ(>11
PUl';; en esto; cll'studio
del
espiritismo éS inmenso; tO:::1todas 1<1.'; cllestiotlt's de In. metafhic:l i dd órden social, cs todo un mundo que se ahre ddantl' (le nosotros. ¿ Deue uno
maravillarse de que sc necl:site tiempo i Illllcho tipmpo para adquirirla?
La contradiccion por l{l demas, !lO es sil'mpre tlm real como puede
parecir, ¿ No VClllOStodo;; los días h"mbr¡>s (11.1(' profl'sa!lln. misma ciencia variar ea la.s definici<)ncs ,}ue (hn de una ciencia, qne emplean tél'minos diferentes, sea que los \'ten b:tjn nlm punt.o de vista, aunque la.
idea fundamental sea siemp\'P, la mi~'¡':l? Que se cuent.en si se puede el
número de definiciones que sc han d:ltlO (le la gramática.
Añadamos
tambien que la form~ de b re¡.;pu('sta, (hp('ude mnchas veces de la forma de la. pregunta. ¿ Seria plWS puprili •..
la.d encontrar una c(¡utradiceion
en donde lo mas a menudo no hai sino una difereneÍa de palabras? Los
Espíritus superiores nunca se pa.ran en la forma, para ellos el fonu J del
de
pensamiento es el todo.
Tomemos por ejcmplo h ddlnicioll (Id alma, esta palabra no teniendo acepcion fija., pueden 10;, Espírit.us In misll!o (l'W nosot.ros, diferir en
la definicion que da.n de ella: uno pu,lria decir q t1!~es el princi pio de la
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·138
psycms o
ESTUDIOS
DEL. ALMA HUIIA.NA.
vida, el otro llamarla. chispa animalizada., otro dirá que es,interna, otro
que es esterna. &,8. i todos tend¡'án razon a su modo de ver. Podria tambien creerse que algunos de ell08 profesan teorías materia1istas i por lo
mismo decir que no existe. Lo mismo sucederá con respecto a Dios;
será el ptincipio de todas las cosa..'l,el Creador del Universo, la soberana
intelijencia, el infinito, el grande Espiritu, &,8. i en definitiva será siempre Dios. Citemos en fin la c1asificacion de los Espíritus. Forman una
continuacion no interrumpida desde el grado inferior al superior; la
clasificacion es pues arbitraria, uno podrá hacer tres clases, otro cinco,
diez o veinte a su voluntad, sin estar por esto eU el erro.)'; todas las
ciencias humanas nos ofrccen el ejemplo; cada sabio tiene su sistema;
los sistemas cambian, la ciencia no cambia. Que se estudia la botá.nica
por el sistema de Linr¿co, de Jussieu o de Tournefort, se sabrá botánica de la misma manera. Cesemos pues de dar f\. las cosas de pura convencion, mas importancia que la que ellas merecen, para Jcupal'llos solo
de aquello qne es verdaderamente formal; i la reflexion hará descubrir a
menudo en lo que parece el mayor disparate, una compamcion que ha.bis. pasado por alto en la primera inspeocion.
XIV.
Pasariamos lijeramente sobre la objecicm de ciertos escépticos, con
motivo de las faltas de ortografía cometidas por algunos Espiritus, si
no diese lugar a una ohservacion esencial. Su ortografía es preciso de~
cirIo, no es siempre irreprochable, pero es menester tener bien escaso
el juicio para hacer de esto un objeto de crítica formal, diciendo que
así como los Espíritus 10 saben todo, deberian saber oLografla.. Noso~
tros podriamos oponerles las numerosas faltas de este j(nero cometidas
por mas de un sabio de la tierra, lo que no quita nllfla a s.u mérito;
pero hai en este hecho una cuestioll grave. Para los Espíritus i sobre
todo para los Espíritus superiores, la idea es el todo, la forma. es nada..
Separados de la materia, BU lenguaje entre ellos es f('petido como el
pensamiento, puesto que es el mismo pensamiento el qu~ se comunica
sin intermediario; no deben pucs estar en condiciones mui satisfactorias, cuando están obligados a comlmicarse con nosotros~ a servirse de
las formaf! largas i embarazosas del lcnguaje humano, i sobre todo de
la insuficiencia e imperft'ccion do esta lengua para eapresar todas las
ideas; esto es 10 que ellos mismos dicen; tambien es curioso el ver 108
medios que ellos emplean muchas veces para atenuar este inconveniente.
Lo mismo suceueria con nosotros si tuviésemos que espresarnos.en una
lengua mas larga en palabras i en sus frases i mas pol)te en sus espresiones que la que nosotros usamos. Este es el inconveniente que espcrimenta el hombre de jenio, impacientándose por la lentitud de su pluma
qne siempre va en zaga de su pensamiento. 8e concibe segun esto, que
los Espíritus dan poca importancia a. la puerilidad de la ortografía,
cuando se trata sobre todo de una enseñanza grave i formal. ¿ No es
maravilloso por otra parte, que s~ espresen indiferentemente en todas las
lenguas i que todas las comprendan? Sinembargo no s~ puede decir por
esto que les sea desconocida la. correccion convencional de la lengua; la
obseryan cuando es necesario; así es por ejemplo que la poesja dictada
por cllos, muchas veces desanaria la crítica del mas medroBo purillta, i
esto apesar de la ignorancia del medium ..
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PSYCHIs
o ESTUDIOS
DEL ALMA HUMANA.
139
xv.
Hai ademas jentes quo ven el peligro en todas partes i cn todo lo
que ellos no conocen; así es que no dejan de sacar una consecuencia
poco favorable, porque ciertas personas, dedicándose a ciertos cstudios,
han perdido la razono ¿ Cómo pueden los hombres sensatos ver en este
hecho una. objecion formal? ¿ No sucede lo mismo en todas las preocupaciones intelectuales en una. imajinacion débil? ¿ Se sabe acaso el número de locos i de maniáticos que han producido los estudios matemáticos, de medicina, de mÚsica, filosóficos i otros? ¿ Será preciso por
esto desterrar estos estudios? ¿ Qué es lo que prueba esto? Con los trabajos corporales se estropean los brazos i las piernas que son los instrumentos de accion material, con los trabajos de illtclijencia se estropea el
cerebro quo es el instrumento del pensamiento. Pero si el instrumento
se rompe, no se rompe el :Espíritu, queda. intacto; i cuando está separado de la materia no goza por esto ménos de la plenitud de sus facultades. En su clase como hombre, es mártir del trabajo.
Todas las grandes preocupacion<.'sdel Espíritu pueden ocasionar la
locura: las ciencias, las artes, la relijion misma da su continjente. La
locura tiene por causa primera una predisposicion orgánica del cerebro,
que lo hace mas o ménos accesible a éiertas impresiones. 'reniendo una.
predisposicion a la locura, esta tomará el carácter de la preocupacion
l)l'incipal que viene a parar en una idea. fija, podrá ser la de los Espíritus, en aquel que se ocupa de ellos, como podrá ser la de Dios, de los
ánjeles, del diablo, de la fortuna, del poder, de un arte, de una ciencia,
de un sistema político o social. }1~sprobable que el loco relijioso viniese
a ser un loco Espiritista, si el Espiritismo fuese sn prcocupacion dominante, como el loco Espiritista lo hubiera sido bajo otra forma, segun las circunstancias.
Digo pues, que el Espiritismo no tiene ningun privilcjio con respecto
a esto, pero voi mas léjos: yo digo que bien comprendido es un preservativo contra la locura.
Entre las causas mas numerosas de sobrescitacion cerebral es menester
contar las decepciones, las desgracias, las afecciones contrariadas, qu~ al
mismo tiempo son las caUiiasmas frecuentes del suicidio. As1 pues, d
Espiritista verdadero ve las cosas de este mundo bajo un punto de vista
tan elevado, le parecen tan pequeñas, tan mezquinas con respecto 0.1
porvenir que le espera, la vida es para él tan corta, tan fujitiva, que las
tribulaciones no son a sus ojos mas que incidentes desagradables de un
viaje. J.Joqne en otro produciria una violenta emocion, le af~cta medianamente; sabe ademas que los di~gusto~ de la vida son pruebas quo
sirven para su adelantamiento, si las sufre Bin murmurar, porque será
recompensado segun el valor con que las habrá soportado. Sus convicciones le dan pues una resignacion que le salva del desespero i por consiguiente de una causa incesante de locura i de suicidio. Sabe adernas
por el espectá.culo que tiene en las comunicaciones con los Espíritus, la
suerte de aquellos que abrevian volunt.ariamente sus dias, i este cuadro
está mui bien acabado para hacerle reflsionar;
el nÚmero de aquellos
que han sido detenidos en esta funesta p~ente
tambien es considerable, este es uno de los resultados del Espiritismo. Que rian 108 incrédu108 tanto como quieran;
yo les deseo los consuelos que el Espiritismo
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140
PSYCHIS
o ESTUDIOS
DEL ALMA HUMANA.
procura a todos aquellos que se han tomado la pena de B·)ndearsus profundos misterios.
En el número de las causas de locura es menester cc10car el miedo,
i el miedo al diablo ha echado ll. perder mas de una cabeza. ¿ Se sabe
el número de victimas sacrificadas, impresionando dlÍbiles imajinaciones con este cuadro que se esmeran en hacerla horroroso con detestables detalles? Se dice que el diablo no asusta sino a los niños; que
es un freno para hacerlos buenos; si, como la tia Marizápalos i el lobo
hechicero i cuando se les pa¡;:uel miedo, son peores qu~ úntcs; en recompensa de este buen resultado, no se cuentan el númuo de epile.psias
causadas por la conmocion de un cerebro delicado. La relijion soria bien
débil si, faltando el miedo, se comprometiera /iU pode!', felizmente no
sucede asi, tiene otros medios de obrar sobre las almas; el Espiritismo
le proporciona otros mas eficaces i mas formales si sabe ¡,acar partido de
ellos, enseña la realidad de las cosas i por esto neutraliza los funestos
efectos de un miedo exajerado.
XVI.
. Nos quedan para exáminar dos objeciones; las Bolasque verdaderamente merecen este nombre, porque están basadas en teorias razonadas. La una i la otra admiten la realidad de todos los fenómenos materiales i morales, pero escluyrn lu intervencion de los Espíritus.
SeO'unla primera de estus teorías, todas las manifest.aciones atribuidas a los Espíritus no serian otra cosa que afectos magnéticos. Los 'Tnediums estarian en un estado que podria llamarse de sonambulil:llUodespierto, fenómeno del que toda persona que ha estudiad,} el magnetismo
ha podido ser testigo. En este estado las facultades intelectuales adqnie"ren un desarrollo anormal; el círculo de. las percepciones intuitivas, se
estienden fuera de los límites de nuestra concepcion ordinaria. De este
modo el medium sacaria de sí mismo i por causa de su lucidez, todo lo
que dice i todas las nociones que trasmite, aun sobre las cosas que le
¡,Ionmas estrañas en su est.ado habitual.
No seremos nosotros los qne neguemos el poder dl~lsonambulismo
del que hemos visto los prodijios i estudiado todas las fazes por espacio
de mas de treinta i cinco años; convenimos que en eff'Ctomuchas manifestaciones Espiritistas, pueden esplicarse por este medio; pero una
observacion sostenida j atenta, enseña una multitud de hechos en que
la intervencion del medium como instrumento pasivo, E:S materialmente
imposible. A los que son de csta opinion les diremos como a los otros:
Mirad i observad, porque seguramente no lo habeis visto todo. Les
opondremos en seguida consideraciones sacadas de su propia doctrina.
¿ De dónde ha salido la teoria Espiritista?
¿ Es este 'ln misterio imajinado por algunos hombres para esplicar los hechos? De ningnna manera. ¿ Quién lo ha revelado pues ? Precisamente e~.tos mismos mediums cuya 1ucidez exaltais. Si esta lucidez es pnes tal, como vosotros
lo suponeis, ¿ Por qué atribuirian a los Espiritus lo que habrian sacado
de si mismos? ¿ Cómo habrian dado noticias tan precisas, tan lójicas i
tan sublimes sobre la naturaleza de estas intelijencias sobrehumanas?
Una de dos, o son lÚcidos o no lo son; si lo son i Eetiene confianza
con su veracidad, no se ]lodria admitir sin contradiccion que no estén en
lo verdadero. En segundo lugar, si todos los fenómenoll tenian su orijen
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PSYCHIS o ESTUDIOS DEL ALMA nUMANA.
en el meclium serian idénticos en el mismo individtlo i no se veria la misma. persona tener un lenguaje disparatado i espresar una despues do
otra las cosas mas contradictorias.
Este defecto do nnidaden las ma.ni·
festaciones obtenidas por el 71wdium prueba la diversidad de orijenes ;
si pues no pueden encontrarse todas en el medium es menester buscar-
las fuera de él.
(Continu:Lril).
LA VIDA.
1.
ClRCV"LACIO"Y
Viajes incesantes
Vida aparente
prueba
solidaridad
uno. fucrm
la rcspiracion,
perpetuamente-El
directoIll.--Ln. dcscomposicion
que e5t~l fuena
química orgánica-Que
universal de 108
indisoluble entre las pla.nta.q, los animales i los hombroo-
i vida invisible--Elll.ire,
euerpo Be t,rasforma
una. fuerza;
LA MAn~mA.
de las átomos al traves de los orga.nismo¡;; fraternidad
Béres vivientes;
cion-El
DE
la alimentacion,
equilibrio
la. desasimila-
de las funciones
del cadáver
vitales
pruebll. que 18 vida ea
no es unll. quimern-Holllunclllus-IJechos
i jeBtos de la.
esta química no crea ni aéres vivientes ni órganos-La
mat<'ria.
circula., la fuerza golJierna.
El poder quo rije los astros i que desplega los esplendores de su riqueza
en la inmensidad do los cielos, la fuerza que arregla h con~truccion tic los
minerales i de las plautas sobre la tierra, el Ól'den que difunde la armonía sobre
el mundo, vlln al presente a aparecemos bajo un ;l!;pecto dif~;'ento cuyo testi·
monio no sed ménos irresistible a favor del principio intelijcnte que preside
a 10.11 destiuos del mundo. En tanto que la mil':l(h penetrante del tele8c6pio
atraviesa 108 vacíos infinitos, el ojo analizador del microscópio visita las habi·
taciones minuciosas de la vida en la supcrficie terrestre. Aquí ya no csla magnitud sola i el carácter formidable de la fuerza lo clue nos hablará: sino lllas
bien la injeuiosidad, h ucllez:l del plan, la finura de la ejecncioll, i por encima
de todo la sabiduría sobrehumana que dominó la materia i la plegt) bajo la lei
de una voluntad todopoderosa.
Cuando penetramos en el espectáculo del mundo con el ojo de la ciencia, la
naturaleza entera !lOS aparece bajo el carácter de un dinamismo inmenso en
el seno del cual se asocian o se trasforman las fuerzas formidables d~ la física
i de la química. I.08 fenómenos efímeros que aparecen aislados al vulgo están
liados para nosotros en una red única cuyos hilos tienen una fuerza misteriosa. Una gran unidad envuelve al mundo. Ningun elemento esci aislado,
ni en la esteusion presente, ni en la historia. J.a luz i el calor son hermanos;
ora se muestren juntos en ulla uuion indefectible, ora se hagan mútuamente
el sacrificio de su vida. J,a afinidad, i el magnetismo Beenlazan en los misterios
del mundo mineral. El dedo inquieto del iman busea sin cesar el polo. I.a,.,
planta ávida /le eleva con pasion hácia la luz. La tierra vuelve su frente matinal
Mcia el sol. El crepúsculo estiende RU manto sobre la noche. Los tibios perfumes de los valles calientan los piús helados de la noche. A la aproximacion de
la aurora, el 6sculo del rocío deja BU huella sobre la corola entreabierta de las
ilores. Un movimiento universal arreh:lta los útomos como los mundos. Mil
undulaciones se entrecruzall en la almúsfera: mil variedades de fuerzas 8e
combinan, de noche i de dia, por la maiíana i en la tarde, en toda estacion :
este mismo movimiento a la vez insensible i formidable, que la vista no per-
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142
PSYCHIS
o
ESTUDIOS DEL ALMA HUMANA.
cibe, i que sinembargo las cifras mas elevadas no podian escribir, estemovi.
miento indestructible se ejerce al traves del laboratorio del Cosmos. 1 el
resultado de este movimiento, es la Vida.
Fucra do esto resultado, el mundo no ofrece ya sino un mediocre atrac,ivo
a la imajinacion curiosa. Es por los aspectos o las sensacio:'les de la vida que
nuestro SOl'pensante so nne con la naturaleza. Si la contemplacion solitaria de
los cielos durante la noche silen<;iosa derrama en nosotros una impresioIl de
triste7ri'\indefinible; si el aspecto lle los vastos desiertos qumnados por un sol
ardiente no!! deja frios; SI el estudio do las combinaciones químicas. mas
maravillosas que se operan en una retorta, nos interesa ménos ín"imamente
que la \·ista de nn pajarito en su nido, i aun de una violeta que vejeta suavemente al pié de un árbol; es porque estas contemplaciones no nos revelan una
vida inmediata, Nuestra alma es sobre todo accesible a la!! impresiones que
no!! vienen de los otros seres vivientes, i entre esos séros,:os que se acercan
. mas a nuestra naturaleza 80n aun los que escuchamos mall. Una voz amada
halla en el fondo de nuestro ser un eco mas seguro i mas vibrante que el estallido del trueno. Una mirada de sus ojos nos penetra mas pI'ofundamente que
los rayos del sol. Una sonrisa de sus labios nos atrae CO]} un encanto mas
irresistible que el paisaje mas magnífico. Sobre sos espaldas, en sus brazos,
en sus cabellos, los diamantes, las perlas, la8 pedrerías, las esmeraldas i los
záfiros ven palidecer su brillo i descienden al rango de simples piedras. Es
que aquí sobre todo la vida nos aparece bajo la manifestacion terrestre la mas
bella i la mas esquisita; es que la vida os verdaderamento la grande atraccion
de la naturaleza.
Pero el carácter que hiere mall vivamente el observad,)r, en el conjunto
de la vida terrestre, es la lei jeneral que preside a ]a vida universal. Al primer
aspecto, todos los 8éres diversos n05 parecen aislados. El piuo que corona las
cimas alpestres DO parece tener ningun punto comuo c,m la liebre que
corre en el surco. La rosa de nuestro~ jardines no conoce sin duda clleon del
desierto. El águila i el condor de lall altas mesetas del As'.a central no han
probado 108 frutos de nuestl'os verjeles. El trigo i la viña no parecen relacionarsc con la vida de los peces. 1si nos concl'etamos a divisiones mimos marcadas, no parece que haya una relacion inmediata entre la vida del hombre i
la do los vejetales o de las yerbas que tapizan las praderas i los bosques. Con
todo en realidad la vida de todos los séres qne pueblan la tierra, hombres,
animales, plantas, es una vida única, un mismo, sistema d,~que el aire es el
medio, cuya base es el suelo; i esta vida universal no es ,)tra cosa que un
cambio incesante de materias. Todos e80S séres están consti;uidoB de llls mismas moléculas, que pasan sucesivamente e indiferentemente delllno al otl'O, do
tal suerte que el cuerpo de ningun ser le pertenece en propiedad. Por la res·
piracion i por la alimeotacion, absorbemos cada dia cierta cantidad de alimentos. Por la rlijestioD, las secreciones i las escreciones, pel'd1lmOS una miijma
cantidad. Nuestro cuerpo 8e renueva así, i despues de cierto tiempo, yá no
poseemos un solo gramo del cuerpo material que poseiamos ántes: está enteramente renovado. Es por este cambio que la vida se entretiene. Al mism(\
tiempo que ese movimiento de renovacion se opera en cada uno de nosotros,
se opera ignalmentc en cadll uno de 108animales i en cada una de las plantas.
Lo~ millones i los billones de séres que viven en la superficie del globo están
por consiguiente en mútno cambio de organismos. Tal átomo de oxijeno que
respirllis al presente fué quizás aspirado ayer por uno de HSOS árboles quo
orillan el hosque. Tal átomo de hidrójeno que humedece al presente el ojo
inspector de un Icon del bulevar, mojaba qni7.lÍ.shace al~un tiempo los labios
de la mas viljinal de las vírjenes de la mojigata Albion, 'fal átomo de carbono
que arde actualmente en mi pulmoll ardia quizás tambien en la bujía de que
se sirvi6 N ewton para sus esperiencias de óptica; i quizás el fósfo\'o que formaba las fibras mas preciosas del cerebro de N ewton yaco al presente bajo
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PSYCHI9
o
ESTUDIOS
DEL ALMA lJUMANA.
143
la cOl.lMade una ostra o en nna de esas miriadas de animálculos microl!c6piOO5
que.pfleblan la mar fosforescente. El átomo de carbono que se escapa actualmente de la combustion de vuestro cigarro ha salido quizás, bace algunos
años) de la tumba de Crist6bal Colon, que repolSa como sabeis, en In catedral
de la Habana. La vida terrestre toda entera no es sino un inmenso cambio de
materias. Físicamente nada nos pertenece en propiedad. Solo nnestro serpensante ee nuestro. El solo nos constituye verdaderamente, inmutables.
En cuanto a la sustancia que forma nuestro cerebro, nuestros nervios,
nuestros músculos, nuestros huesos, nuestros miembros, nuestra carne,
ella no n08 queda, viene, va, pasa de un ser a otro. Sin metáfora, las plantas
lIon nuellt!'U raices, por ellas sseamos de los campos ]a albumina de nuestra
sangre i el fosfato de cal de nuestros huesos~ el o::djeno que ¡;u respiracion
nos envia nos da nuestra fuerza i nuestra belleza, i recíprocamente el áoido
carbónico que nuestra respiracion envia en el aire, adorna de verdul'a las colinas i los valles.
Cuando se posee el sentimiento profundo de este cambio universal de materia, que hace hermanos, bajo el punto de vista de la composicion orgánica, al
pájaro i al :irbol, al pez i la ribera, al hombre i al leon, se considera la natu.
raleza bajo la impresion de la grande unidad que preside a la marcha de 139
cosas: así se mnestra enteramente trasfigurada. Es cou un interes mas intimo
que se representa el sistema jeneral de la vida terrestre. A. de Humboldt nos
ha l-rnado su fisonomía en un bosquejo a grandes rasgos, que merece abrir
considel'acioncs especiales sobre la vida. "Cuando el hombre interroga la natt}raleza con su curiosidad penetrante, o cuando mide con su imajinacion los vastos
espacios do la creacion orgánica, de todas las clIlosioncs que él esperimenta, la
mas poderosa i la mas profunda es el sentimiento que 1" inspira la plenitud de la
vida universalmente difundida. Por donde quiera, i hasla cerca do los polos
helados, el aire resuena con el canlo de 108 pájaros i con el zumbido de los
insectos. I~a vida respira no solamente en las capas..inferiores del aire en donde
flotan vapores espesos, sino en las l'ejiones serenas i e~éreas. Siempre que
!le ha trepado, ya los ccrros dc las cordilleras dcl PerÚ, ya, sobre b ribera
meridional del lago de Jinebra, o a la eima del monte Blanco, so ha encontrado en esas soledades séres animados. Hemos visto en el Chirnborazo, a alturas
que esceden casi de 2,600 metros la cima del Etna, mariposas i otros insectos
alados. Suponiendo aun que hubiesen sido arrastrados por corrientes de aire
ascendentes, i que er1':lS~ncomo estraiios en aquellos lugares en qm' el ardor
de conocer conduce los paSaR tímitiOR del hombre, su presenda prueba
sinembargo qlle, mas flexible, la organizacion animal resiste mucho mas allá
de los límites en que espira h vejetarion. Hemos visto a menudo al jigante
de los buitres, al candor, Cernerse encima de nuestras cabezas, mas alto que
la cumbre nevada de los Pirineos sobrepujada por el pico de Tenerifc, mas
alto que todns las cimas de Ia~ Indias. Esta poderosa ave estaba atraida por
sa rapacidad en persecucion de las vicuñas de lana sed osa, que, reunidas en
manadas, erran, como las gamuzas, pn los pasta les cubiertos de nieve." Esa vida, que ]a vista peroibe difundida en toda la almósfera, !lO C8SiDO
una débil im:ijou de la vida mas compacta revelada por ellllicroscópio. Los
vientos arrebatan de la superficie de las aguas que se evaporan una multitud
de animálculos invisibles, inmóbiles, que ofrecen todas las apariencias de la
~uerte; esos sérea flotan sURpeudido8 en los aires hasta que el rocío 108 trae
de nuevo a la tierra nutritiva, disuelve la cubierta que encierra su cuerpo, i
gracias sin duda al oxíjeno que contiene Biempre el a~ua, comunica a sus
6rganos una nueva irritabilidad. Nubes de organismos mIcroscópicos atravi.
san las rejiones aéreas del Atlántico i trasportau la "ida del uno al otro
continente.
• Cuadro de
1110naturalea,
libro
IT.
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144
rSYCHIS
o ESTUDIOS
DEL ALMA HUMANA.
Podemos añadir, con el autor del CosmOl, que independiel1~emente de
e8&8 existencias, la atmósfera contiene aun jérmenes innumerables de vida
futura, huevos de insectos i huev08 de plantas, que, 80stenidos por cor,on38
de pelos o de plumas, pal·ten para la8 largas peregl1inaciones del otoño. El
polvo fccundante que siembran la8 fiores machos en las especies en que los
sexos están separados, es llevado él mismo por 108 vientos i por in!!.)ctos alados,
al traves de la tierra i de 108mares, hasta las plantas hembras elle viven en
la soledad. Por donde quiera que el observador de la naturaleza" Bumerje BUS
miradas, encuentra o la vida o un jérmen pronto a recibirIa.
Las fOI'mas orgánicas penetran en el seno de la tierra a grandes profun·
didades, por donde quiera que las aguas derramadas a la lluperficie 8e infiltran
al traves de las cavidades ¡1roveniendo de la naturaleza, o cavadas por el
trabajo de los hombres .
. No se puede decir de una manera cierta cuál es el medio en que la vida
está difunrlida con mas profusion. Ella llena el Océano desde les mares tropicales ha~ta los hielos fij08 o flotante8 del polo antártico. El airee8tá poblado
de jérmenes invisibles i el suelo está cavado por miriadas de especies, así
animales como vejetales.
Los vejetales tienden incesantemente a disponer en combinaciones armoniosas la materia bruta de la tierra: tiencll. por oficio preparar i mezclar, en
virtud do su fuerza vital, las sustancias que, despues de innumerables modifi·
caciones, serán elevadas al estado de fibras nerviosas. La mism 1 mirada, al
abrazar la capa vejetal que cubre la tierra,nos revela la plenitud de la vida
animal, nutriéla i conservada por las planta!!.
Es por el intermedio llel aire qne Re operan esas incesantes i universales
trasformaciones, i los elementos no pueden pasar de un cuerpo a otro sin atravesal' este gran mcuiUIll. Esta proposicion es tan esacta que lo" fisiolojistas
dicen hace largo tiempo que todo ser viviente sobre la tierra es aire organi.
zado. Cómo se opera esa organizaeion? Se sabe desde Lavoisi(l' que la respiracion del hombre i de los animales es un acto análogo a las combustiones
por las cuales nos c:dentamos i 110Salumbramos. Insistamos por un instante
sobre este punto. La respiracion, decia el señor H.iche en una de las soírées
científicas do la Sorban a, es el resultado del elemento activo del aire, del
oxíjeno con el carbono i el hidrójcno de los alimentos, corno la, combnstion
es el resultado de la uuíon de ese mismo oxíjeno con el carbono i el hidrójeno
de la bujía, de la madera i de los otros combu8tibles. lAl respiracion se declara
bajo la influencia de la vida, miéntras quo la combustion propiamente dicha
tiene Ingar bajo la illfluoucia de nn calol' intenso. El uno i el otro de estos
actos tielle por efecto una produccion de calor, es el calor de~prendido pOl:la
respiracion qne entretiene nuestro cuerpo a una temperatura de 37 g¡'ados,
nece~ario al mantenimiento de la vida.
Lavoisier, Licbig, hall mostrado desde largo tiempo que todo animal es
un fogon, todo alimento un combustible. Si la respiracion no ~e acompaña,
como la corubustioD, de re~p]andores de esc8ndesccncia, es porqu'3 es una como
bustion ménos activa que la otra, una oombu8tion lenta. Por lenta que ella
e8, equivale sinembargo a la de \lna bastante fuerte d{¡sisde carb:m. Un hombre quema de lOa 12 gramos de carbon por hora, 250 gramos poco mas o
ménos por dia, mas una cierta cantidad de hidrójeno ..
J.a combustion i la respiracion vician la atmósfcra destruyendo su prlUcipio salubre, el oxíjeno, i reemplazándolo por un ga8 mefítico, el ácido carbónico, i otras causas derraman aun de un modo permanente '3se producto
insalubre en las capas de aire que habitamos. Esperiencia8 hechas sobre el
vapor <le agua condensada en llls vidrieras de los teatros de Paris, muestran
en él una combinacioll particularmente mefitica e insalubre.
La raza humana quita al aire cada año ciento sesenta mil millones de me·
tros cúbicos de oxíjeno i los reemplaza por el mismo volúmen de ácido carb6·
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PSYCHIS
o
ESTUDIOS
DEL ALMA HUMANA.
145
ni~~
respitaeion
de los animales cuadruplica
este resultado. La hulla sola
que g-e-i;$C8 deleuelo 8uminil"tl'a poco mas poco ménos de cien mil millones de
metros cúbiOO8 de ácido carbónico, i los demas combustibles
aumentan considerablemente
este nÚmero. I,as descomposiciones
aumcntan
todavia esta
cifra; con todo este gas no se encuentra en ellas sillo en la mui mínima proporcion de 4 a 5 libras por 100 hectólitros.
El ácido carbónico es soluble en
el agua. La lluvia disuelve este gas al atravcsal' el ::;ire i lo arrastra a los
arroyos, despues a los rios i on fin a los mares. AHí, este gas cad}6t1ico se une
a la cal: de ello resulta carbonato de cal, piedras calc:ircas, IDlirmoles, ~Ia·
bastro, onu, pólipos &.&
Los vejetales llenan, sobre nna escala inmensa, una funcion inversa de la
respiracion de los anim:lles, funcion mlli escncial para la conservacion
de la
armonía de la naturaleza, porque no solamente ella lija el hidrójeno en el agua,
sustrae el ácido carb6nico al aire, pero aun le restituye el oxíjeno. (Una hoja
de nenuf'ar da en diez horas quince n;!ces su volumen de oxíjeno.)
¿ Qué tr:lsforrnaciones
108 V('jctales hacen !lufrir al carbono,
al hidrójeno,
al azoe, de que han dcsembarazaJ.o
el aire? IWos elaboran mil productos
diversos. La naturaleza, al unir cinco moléculas de oar1l0n i cuatro moléculas
•
de hidrójeno,
forma en el liman i en el pino dos esencias qnc bien que difi·
riendo tan radicalmente
de olor, ticnen sinembargo
la misma composicion.
La naturalezaafiad(l
a menudo oxíjeno a estos dos elementos. Así ella solda
doce moléculas de carbon i diez mol~<.:ulas de hidrojeno i de oxíjeno, i forma
a su antojo ya el principio de la mader:l, ya el prilleipio de la papa. Otras
vcces, su trabajo es ma¡; cOlI\plejo aun: elb rcnne los cuatro elementos: carbon,
bi(h'ójello, oxiJeno, aZUl:!; i resnltun lo;; productos mas difermtes,
c~"'Jclentcs
;dimentos COIDOel trigo, venenos lIlui activos como la estricnina.
¿ Cómo csplicar, pUl' ejempln, que añadiendo nn c(jui\'alcnte de agna ., 1/1
Rustaucia caracterí"lica
(le la madera, la celulosc (e l' lll. o 10 ), forme la
naturalez.a azúcar ( el' til 1 01 1) ?
La naturaleza produce en silencio esas maravillosas síntesis bajo la influencia de la vida.
El reino vejetal es un injenio inmeriso. Bajo la accion del calor solar tollos
108 radajes se ponen en movimiento.
Así como el mt;'c;-inico ali~llenta su locomotiva, la natumlcza renueva el earbOD i 108 prineipi()s del aire, i 80n esos
principios los qne se cambian cn madera o en aimidon, en az(war o en veneno,
los que forman la carne sabrosa de las fl'uta~, el perfclme sutil do las Hores, el
encaje de las hoja", el tejido correoso de la madera. 1.0s lluimalt!s!le nut.ren
de los vejetales;
ellos gaezcifican ese aire solidificado i lo vuelven a la atm6sfera, en donde vuelve a (,mpezar ese círculo de trasformaciones,
que el aire)
ese bzo univcr¡;al, ese primer ajcnte de la vida, nunca deja interrumpir.
La compameion
de la combustion
animal por la respir8cion a la de los
eOlUbustibles en una hornilla, sostenida por la l'rimcl"a vez por r.iebig • es
C!lacta si no so forma de ella una imájcn material recordando el fuego de aquel
llparato. En el animal el cuerpo entero arde poco n. poco; luego, ¡;e sabe qno
la hornilla no arde; en el aparato humano, comhnstible
í cubierta, todo arde
a la v.ez. Es mas csacto tomal' la Llljía o la l;impara como punto de comparaclOlI.
El calor es la medida de h -yida. Descartc~
hahía. anticipado
80bre el
progreso de la esperiencia al escribir C!:itcpensamiento
siO'nificativo:
"En las
m:íqui~lUl humanas no so debe concebil' nillguna otra alm~vejetativa
ni Sl'-D8í.
tiva, n.1 al~.un otro principio de movimiento i de vida, que su sangro i sus
potenCias a~R9
por el calor del fuego que arde continuamente
en su corazon
~ qu~ no es ~e ~tra natural(,zrl qne todos los flll'gOS qne cstán en los cuerpos
lIlalllIDados.
(Se sabe que Descartes,
como Platon,
consideraban
el ~\IIDa
• Liebig, Oksm'¡sc1¡(J B¡-ic[.?, 400.
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146
PSYCHIS
o
ESTUDIOS
DEL .ALMA. HUIf.A.Nl..
humana como retirada en su santuario en el fondo de nosotros tni8m~mo
en oposicion con la materia. La vida i la funcion orgánica dependi;;W;ramente del cuerpo: el pensamiento solo era el atributo del ellprritu).
Tal es someramente el papel del aire en la naturaleza: ',ales son los vejctales; fisicos i químicos hábiles que nos preparan a la \'e&la alimentacion la
respiracion, el vestido, el combustible i los elementos materiales de nuestra
terrestre existcncia. 1 bajo el punto de vista de nuestro sentilniento personal r-e~pecto de la naturaleza, diremos con el orador de la Sorbona arriba
cit~do, que en adelante cuando miremos, en nuestros jardines la yerba naciente
no admiraremos solamente el tinte f1'esco do ese risueño tapiz de verdura i l~
gracia de las Hores de que está esmaltado, sino que levantaremos mas alto nues.
tros pensamientos, pensaremos que cada \lna de esas briznas d,~yerba que hollamos bajo 108 piés es un bienhechor silencioso, pues que si pOI \lna parte contri.
buimos a embellccerlo sumiuistnlndole el ácido carbónico SlIl d cual se aniquilaria, pOI' su lado, nos da benévolamente todo lo que es necesario para nuestra
vida material; reflcxionaremos q\le esta armonia es de \lna perfeccion sublime,
porque t;i algunas coma¡'cas están sumerjidas durante largos mescs en los
rigores del invierno, los vientos establccen entre aquellos pah¡es desheredados
i los lIue8tros un cambio illce!\\inte que trae a nuestros bo:~ques, a nuestras
praderas el áeido ca¡'bónico pl'dducido por la respiracion de, Lapon i del Esquimal, i que lleva a ese habitante del polo el oxíjcno que exhalan los millarea
de bocas de lIuestros vejetales.
;
Si seguimos la elc\'aeion gradual dlla materia, reconocemos con los fiaio.
lojistas cu jeucral i con I'laleschott en particular el procedimiento siguiente
<lel eam.hio de matl'rias: "El nmoniaco, 'el ácido cnrbónico, el agua i algunas
sales, hé aquí toda la ~I'ie de !:ls materias con las cuales la planta construye
8U propio cuerpo, dice jlliciosamente
este último: la albumina i la dextrina se
forman a espcnsns de estas combinaciones simples por el efec'W de una deperdicion continua <.leoxíjcno. Estas dos sustancias se disuelven en los jugos de
la planta lus qne por este hecho vienen a scr capaces de llevadas a las rejiones
mas uífcrente~, al traves del tallo., de las hojas i de las frutaE. A cspensas de
la albumina toman nacimiento otros cuerpos albuminoides, la legumina, el
glutell i la albumina vejeta! coagulada; estas dos ú]tima~ sustancias se depositan al estado insoluble en el grano. La albumina, el azúcar i la grasa son los
materiales orgánicos que sirven para construir el animal. La sangre del animal
es una solucion de alhumilla, de gl'asa, de azÚcar i de sales. Una absorcion
de oxijeno, que se hace mas i mas fuerte, cambia la albnmina en fibrina de los
músculos, en principios reductibles, en cola de los cartilagos i ue los huesos,
en la sustancia de los pelos ide la piel. Estas sustancias, con gr.lsa, saleNi agua,
forman la totaiidad del cue1'po del animal . .Al mismo tiempo que la recompoIlicion progresiva, la desasimilacion, ella misma es un fenómeno de una evolucion gradual. En la planta, la'albumina, el azúcar i la grasa se descomponen
en a]caloides, en ácidos, en materias colorantes, en a~eites voliitiles, en resina,
en azoe, en ácido carbónico i en agua. En el animal las mismas sustancias se
resuelven en leueina, sirosina, creatina, creatinina, hipoxantina ácido ú~ico,
ácido fórmico, áeido oxálico, urea, amoniaco, ácido carbónico i en agua.
:J<'ueradel cuerpo, la urca se descompone en ácido carbónico i en amoniaco."
Así, gracias a la vida misma, las plantafl i los animales vuelven a su oríjen.
Despues de la muerte, la desasimilacion es aun una evolucioú no ménos regular-que dUl'ant'3la vida. La materia desliza solamente sobre otros grados, hasta
que en un llega al término de la descomposicion. La putrefaecion no es otra.
cosa que una combustion lenta do las materias orgánicas, que tiene lugar fuera
del Cl\~rpo viviente. Continúa una c~pecie de respiracion dcspucs de la muerte' i cada átomo vuelve a la formacion o al entretenimiento do otros cuerpos.
, Tal es el bosquejo químico del cambio de ]a vida en los d08 reinos orgátlicos; abordemos ahora el sujcto particular de la .exi.stencia en el reino animal.
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PSYCHIS
o
ESTUDIOS
DEL ALMA HUMANA.
147
En:Wt<.\snueVos hechos de observaciones, como en los precedentes, esUm<>E'
de ~do
con nuestros ad versarios. Pero, cIlperem05 las consecuencias. Ved
aquí, segun el :mtor de la Circulacían de la vída el que so basa sobre 10&
recientes t¡'abajos de los fisiolojist3s alemanes, el procedimiento jeneral de la
des8ilimilacioll en el animal, o para hablar mas intelijiblemcnte, 108 fenómeoOf!l
principalcs del cambio de materias que constituye la vida. Se trata -particularmente aquí del cuerpo humano, el que nos interesa ma8. *
Se sabe hoi que la historia de la evolucion de los alimentos i de las materi.as esp~18ll.
...~as despucs (,le haher sen'id? a la asil,\~ila?ioD~
es la esen?i8 mi8tna
M la j;blQ!Ojía del cambIO de las matenas. La dlJestlOn I la formaclOn de los
tejidos e8tán comprendidas entre dos límites: las sustanÓas alimenticias i las
partes constitutivas de las funciones.
Es así corno todos 109 elementos anatómicos del cuerpo se descomponen
para rejuvenecerse sin descanso. El oxijeno que inspiramos pasa de la boca
a 11) traqucarteria, éstá sc ramifica j HUS último~ ramúseulos sueltoR est:io flrovistos ue vesículas laterales i terminales que 110 comunican entre sí sino pOI'
el intermedio delralllúseulo uel tubo aéreo que las lleva. De ese tubo el oxí·
jeno pasa a las vesículas pulmonal'es, de éstas pasa a la sangre al tr:WE'8de la
doble pared de las vesículas i do los vasos capilares, despues con la sangre
entra al corazon. En seguida el corazon empuja la sangre impregnada de oxi~
jano a toda8 la!! partes del cuerpo. al traves de las al'tt,,'ias de la gl'l\U cÍl'~)acion que tiene el cuerpo entero bajo,su dependencia. En fin el oxíjl'no penetra en los t('jillos nI tr:wes de las paredes de los vasos capilares que termin3n
las :l.l'teria".
En el mi~lllo tiempo se l'.iccuta un fenómeno inverso. El ácido c3l'b6nico
proyiuienoo de la sangrr, i el aire atmosférico iuspirado so eambian segun las
leyes jenerales del cambio de los gases en las cavidade~ de los pulmoll~t!, de
los bronquios i del tronco a~reo mi~mo. Despues los movimientos de la respiracion produciendo el estrechamiento del pecho, una colulUna de aire eargalia
de ácido carbónico es espulsada; en segu~da, i de!!pues de un corto intervalo,
\lna inspiraeioll si~uo esta espiracion, eri~cho se ensancha, un aire rico en
oxíjeno reempla~a el aire espulsado que 111\016 perdido UDaparte del suyo,i el
fenómeno vuelve a empeza.r de nuevo.
_
Se pueden cOI)~iderar los pulmones como un banco. El ácido carbónico es
entregado al mundo csterior para servir de alimeuto a Ins plantas. El odjeno
es cambiado con el ácido carbónico. 1,a sangre provista de oxíjeno pasa
de los pulmones hácia el ventrículo izq\lieruo del corazon, i de ahí a todas
las rejioncs del cuerpo. Entónces (~mpie;r.ade l1ue\'o la comhustion jeneral
que, aquí b3jo forma de nutrieion, allt bajo la i1e de~asimilacion, pone en jllego
las fUllciones principales.
Se puede medir la intensidad del camhio do las materias que se ha operado en un hombre, por la cantidad de áciJo csrbónico, de agua i de urca qne
elimina en un tiempo dado. La rapiile7. del cambio de las materias es la medida
de la "ida. La intensidad mas fuerte Jtl este cambio se coloca en el periodo
de la "ida que va de 30 a 40 años. Es en esta edad, término medio, que la
actividad creadora del hombre alcanza su apojco.
1,os pulmones i los riñones no son 108 únicos 6rganos que eliminan 109
productos de dcsusimilacion: e8 meneste~' asociarles la piel i el recto. Los cabellos qne caen, la epidérmis que se de::gu:.ma en el interior del cuerpo así como
en el esterior, las uñas que recortamos, multiplican los puntos de dimiuaeIDu
de los principios azoados.
La actividad eliminad ora de los pulmones i de los riñones monta nI dé~imo 9uinto del peso total de las cscl'ccioncs i sobrepuja en mucho a la de loa
Ultestmos.
• Qreia laud des Lebcns Briel XII.
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148
PSYCHJS
o
ESTUDIOS
DEL ALMA HUMANA •
. Mit;ntras mas grande es la actividad, mas 'pronta es la delissimillicion.
Los hombres ocupados en movimientos corporales elimjnan por la piel, en 9
horas, tanto áoido carbónico como en el estado de reposo en 24 horae. Eu un
(,-aballoal trote, la eliminacion es 117 V,2cesmayor que en el repos:). Un C«luedor inglés que habia recorrido en 100 horas un camino que hubiera exijido
500 para una marcha ordinaria, no habia perdido despues de aquel esfut!rzo
ménos de 14 kilógramos del peso de su cuerpo.
El ejercicio del pensamiento fatiga tanto i mas que el e8fueJ'zo corporal.
La espre8ion de que se sirve cuando se habla de los hombres de pensamiento
ardiente es esacta. Un acrecentamiento del trabajo del espíritu froduae UD
aumento del apetito así como lo haria nn movimiento muscular mten8(). El
apetito DO es &lnosíntoma de un empobrecimiento de la sangre i de 108 tejidos,
apreciado por medio de una sensacion. La actividad cerebral, COIllO el trabajo
~os
miembros, aumenta la eliminacion por la piel, los pulmones i los riñones.
La sangre abandona constantemente sus propias partes cC'I1stitutivas a
los órganos del cuerpo. La actividad do 108 tejidos descompone estos elementos en ácido carb6nico, en urea i en agua. En fin la::!materias eEcrementicias
llu'avies8n con~tanlemente la corriente de la ciroulacion para llegar a los pulmone~, a 109 riñones a la piel i al recto de donde son desechadas fuera del
cuerpo. Es, pues, necesario qne los tejidos i la sangre sufran for la IIU\rcha
regular de la vidl\ un desperdicio de sustancia, que no halla <ompensacÍon
sino en la indemnizacion suministrada por los alimentos ..
Este cambio df\ materias se opera con una rapidez rernarcahle. La dUTacion média de la vida de los homures que sucumuen a la inan:cion alcanza
hasta dos semanas. Pero cnel momento en que un vertebrado, cualquiera
que sea, muere de inanicion, su cuerpo ha perdido los cuatro décimos de su
peso primitivo. Si reemplazamos las pérdidas por alimentos, el cuerpo de un
adulto se mantiene en su peso primitivo. En los individuos que hacen un uso
conveniente de alimentos i de bebidas, el cambio do las materias 8(l opera mas
pront.o que en 101l séres agotados por la abst.inencia. Moleschott i otros fisiolojistss han creido poder co.nclu!~~;deciert.oshecboll, quc el cnerp.o rellnevo
la mayor parte de su 8ustancla en un lapso dettempo de 20 a 30 Olas.
Imponiéndose un réjimen regular, varios obsel'vadores han hallado una.
púrdida mMia del vijésimo segundo de su peso en un dia.
El aliment.o que 80 absorbe i el oxíjeno que se inspira cubren esta pérdida.
1,a sangre en efecto, no proviene solamente de las snstancias alimenticias,
sino a la vez del alimento i de la respiracioll. Esto es todavía mas cierto d(!
los tejidos orgánicos ..
Si perdiera el cuerpo cada dia en invierno un nuevo duodéeimo, en est.ío
1111
nuevo décimo cuarto de su peso, el cuerpo entero seria renovado en 12 o
14 dias. Segun los resultados dol último observador, serian nece~arios 22 dias.
1CQDtinuu4)
BOGOTÁ-IMPRENTA
DE GAI'UB ,cARUEBA
DI!: NEIV A.
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PSYCHIS
o
I~STUDIO DE LA. DOCTRINA. ESPÍRITA..
(COXCIX~IO~).
Segun esta opinion el mrdium es seguramente el orijen de las manifestaciones, pcro en vez de sacarlo
sí mismo, como lo pretenden los
partidarios de la teoría del HonamlJUlismo,
los saca dd centro ambiente.
El medium seria de est(~ l!lodo una especie (le esppjo en el qne rl'ilc'.i:trian
touas las ilIl':1-:;, t,)(IJS los pells:tmit'ntos
i tOllos los eonocimiell tos (le las
perSOI!<l.8 <]ll.' le r(J,k~.n;
'~alb dir;;t (j'H~ 110 í'l1f~S(~cOl\oeido :1-1ml'llllS <le
algunos <le <'1k". ~\t)
}l)(lr:;l m·:.~",,', i t:t¡;]lJ\' ¡¡ (>::;,(> <'>8nn pr¡ncipiD
de
la doctrilla~ ]¡, illllucll<:ia ,.j•.·rcilla F:1" los a;:;i~tl::)tu;;, sobr(' In. na[u;',ll(;ZI\
de las mani::est:u:jor;:;,:
1"'1'0 ('sta illUUeucil'. (::; en !yralJ\Cllt(, (lU'r:. que la
que se supone exi¡;tir i de ~st() a qllé: El mt:d¡/(¡¡~ SUl el eGO de ~u~ pensamientos, hai mncha llifl'i'rncia,
pÚl'qnc millones de hechos ('staUocen
perclltori::u:wntc lo cuutrario, Esto es pues un en'ol' gra"e que prndm
UllLLvez l1Ias el pdj~l'o ue l)ar('ccl'l.~;:; prematuros.
Estas personas no pudiendo negar la existcncia <le un fcnÚnwlIo, del que la ciencia vnl~[jr no
puc·Jc dar razon, i 110 qtll'ricf:c1o nl~¡¡¡itjr b prr's(·neiú. de los Espíritus, lo
csplican a su modo. Hu V:orÍl:. seri;, i_';:;pcci(¡.~a ¡,i lJlhli(']'a abrazar touos los
hechus; P('I'O no sucede W>Í. (;ul1ndo ~(' !es d'.;1l1uc:;1ra Lrrda k evidcnci:¡.
que ciertas comunicaeio!lc:s dd 1,icdiuJil !iOll compLt:wwute
t'strai"1S :t
BUS pensamientos, [~lus c,mol:imi(;J1:os, asi como :, las opiniones mismas
de todos los asistentes, q \le estas cUllHu1icnciones son mucha veces espontáneas i contmdiccn todas la:; ide:w concchidus de autemano. no se detienen por tan poca COS:.l. La uifusion, dicen, se csticllde mas allá del
círculo inmediato que nos roJea; el mediuí¡i es el reflejo de la. humanidad entera de tnl mancra, que si !la :iUCa. sus inspiraciollrs de su lado va
a buscal'las fuera, en la ciudad, en la. comarca, en todo el globo i aUD en
otras esferas.
Yo no crco qne se cneuentre en 051:1 teorb, una esplieacion mas sencilla i mas probable que la. del f:"piritisllln, porque Hlpone una causa
mucho mas maravillosa;
la itlea d,) que lus Sl:l'rS pueblan los ('spal~ios i
están en contact0 permalwntc con nosotrus i nos comunican sus pensamientos: choca mucho ménos [].la mzon que la :mposicion dc esta difusion universal, que Vil'llC de tollos ll)s puntos del UniVt:rso n. encont.rarse
en ]a irnajinacioll tie un inJi\'i,h,O,
Lo repetimos, este e:> lIn punto capital, sobre el ~malno sabriamos
insistir bastante o tanto cumo es necesario, la teoría del sonambulisiho
la que podria lla.marse 'l'efiectiva, han sido imajinadas lJ01" algl1nos hom-
ue
~¡~
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150
saYOHIS o ESTUDIOS DEL .ALMA HUMANA.
bres; son opiniones individnales creadas para esplicar u:n hecho, miéntras que la. doctrina de los Espíritus no es concepcidn humana; ha sido
dictada por las mismas intelijencias que se manifiestan, cuando nadie
pensaba en esto i que la misma opinion rechazaba. Pero nosotros preguntamos, ¿ de dónde han sacado los mediums una d:lctrina que no
existia en el pensamiento de ninguna persona de la tierra? Así mismo
preguntamos, ¿ por qné estraña coincidencia millares de mediums diseminados por todos los puntos del globo, que jamas se han visto, se ponen
de acuerdo para decir una misma cosa? Si el primer medio que apareció en Francia ha sufrido la influencia de opiniones ya acreditadas en
América, ¿ por qué estravagancia ha ido a tomar sus ideas a dos mil legU8S, a la otra parte de los mares, en un pueblo estraño en costumbres
i en idioma, en lugar de tomarlas cerca de él ?
Pero hai otra circunstancia en la cual no se ha pensado lo bastante.
Las primeras manifestaciones, tanto en Francia como en América, no
tuvieron lugar ni por la escritura ni por la palabra, sino por golpes con~
cordando con las letras del alfabeto i formando palabras i frases. Por
este medio se revelaron las intelijencias, declararon ser Espíritus. Si
pues se podia suponer la intervencion del pensamiento de los mediu1ns
en las comunicaciones verbales o escritas no podía suceder lo mismo con
los golpes, cuya. significacion no podía Ber conocida ántes.
Podriamos citar numerosos hechos que demueBtran en la intelijencia
que se manifiesta, una individualidad evidente i una independencia absoluta. VolvemoB pues a encargar a los disidentes una observacion mas
atenta i si quieren estudiar sin prevencion i no concluir iÍ.ntes de verIo
todo, reconocerán la impotencia de su teoría. para dar ra:~on completa.
Nos limitaremos a poner las siguientes preguntas: ¿ Por qué la intelijencia que se manifiesta, cualq1tíera que sea, rehusa responder a ciertas
preguntas sobre objetos perfectamente conocidos, como por ejemplo sobre el nombre o la edad del que hace la. pregunta, sobre lo que tIene en
la mano, lo que ha hecho la visrera, su l>royecto para el día siguiente,
&I\? Si el medio es el reflejo de pensamIento de los asist'3ntes, no seria
imposiblo responder.
Los adversarios redarguye!l. preguntando" su vez. ¿ Por qué los Espiritus quc deben saberIo todo no pueden decir tambicn ks cosas sencillas segun el axioma: Quien puede lo mas, puede lo ménos? De lo que
sacan en consecuencia que no son los Espíritus. Si un ignorante o un
bromista de mal jénero presentándose en una reunion de s,lbios preguntara por ejemplo por qué hace sol &- medio día, ¿ se cree que se tomarian
el tra.bajo de responderle formalmente? ¿ 1 seria lójico el deducir de su
silencio o de las burlas que prodigaba al preguntador, que ;iUS miembros
son unos asnos? Pues, precisamente por la. razon de que los Espíritus
son superiores, es que no responden a preguntas odiosas i Iidículas, i no
quieren que se les ponga en el banquillo; por esto se callan, o dicen que
se ocupan de cosas mas formales.
Preguntamos en fin, ¿ por qué los Espíritus vienen i se van en momento dado, i por qué despues de este momento, no hai ornciones ni súplicas que puedan hacerlos volver? Si el medium no obrase mas que
por la impulsion mental de 108 asistentes, es evideJ;lteqUE',en esta circunstancia., el curao de todas estas voluntades reunidas debian estimular
BU lucidez. Si pues, él no cede al deleo de la reunion, corNbora por su
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l'SYCHIS
o
ESTUDIOS
DEL ALMA HUMANA.
151
propia voluntad que obedece a una influencia estraña. a él mismo i a lós
que le rodean, i que esta inHuencia manifiesta por lo mismo su independencia i su individualidad.
XVII.
El escepticismo tocante a la doctrina Espirit.ista, cuando no es el
resultado de una opinion sistemática intcresada, ticne casi siempre
8U orijen en un conocimiento incompleto de los hochos, lo que no impide a. ciertas jentes, el oortar la cuestion como si la conociesen perfectament~ .. Se puede tener mucho talent.o, au~ in.s~l'Uccion?pero fa~t~r.el
discerDlmlento; IJar lo demas, el primer llldlClO de falta. de JUICIO,
es creer el suyo inf:llible. l\1uchas personas, tampoco ven en las manifestaciones de los Espíritus mas que un objeto de curiosidad; esperamo! que por la. lectura de este libro, encontrarán en estos fenómenos
cstraños, otra cosa mas (lue un simple pasatiempo.
La ciencia Espiritista comprende dos partes :' la una esperimentalsobre las manifestaciones en jeneral, la otra filosófica, sobre las manuestaciones"Íntelijentes. El (lue no haya observado mas que la. primera., está en la misma disposicion que aquel que tan solo conoce la física. por
los esperimentos recreatiyos, sin haber penetrado en el fondo de la cien:"
cia. La verdadera doctrina Espiritista, está en la enseñanza dada por
los Espíritus i los conocimientos que esta ensefianza reporta, son mui
graves para que Imedan ser adquiridos de otro modo que por un estudio formal i continuo, hecho en el silencio i en el recojimiento ; porque
Bolo en esta condicion se puede observar un número infinito de hechos
i de diftlrencias que se escapan al observador superficial, permitiendo
sentar una opinion. Este libro aunque solo tuviese por objeto el manifestar el lado formal de la cuestion i de provocar estudios en este sentido, seria ya. mucho i nos felicitariamos por haber sido elejidos para
cumplir una obra, de la que por otra parte, no pretendemos hacerDOS ningun mérito personal, puesto que los principios que encierra, no
son de nuestra creacion ; el mérito es pues todo de los Espiritull que lo
han dictado. Esperamos que tendrá otro resultado i e8 el de guiar a los
hombres deseosos de ilustrarse, cnseñándoles en estos estudios un fin
mui grande j sublimo; el del progreso individual i social indicándoles el
camino que deben seguir para conseguirlo.
Terminemos con la última consideracion. Los astrónomos sondeando
108 espacios, han encontrado en la reparticion de los cuerpos celestes,
vacíos no justificados i en dcsacuerdo con las leyes del conjunto, han ". 01
sospechado que estos vacíos debian estar llenos de globos, desapercibidos para ellos; por otra parte, han observado ciertos efectos cuya cau- _ O ()
sa les ha sido desconocida i han dicho: aquí debe haber un mundo, por- : ~ O
que este vacío no puede existir i estos efectos deben tener una causa; - .". O
juzgando entúnces de la causa por el efecto, han podido calcular BUS :-- r r
elementos, i mas tarde los hechos han venido a justificar SUB previsio- .~: -;¡. r
nes. Apliquemos este razonamiento a otro órden de ideas. Si se observa
:
la série de los séres, se cneuen tra. que forman una cadena sin solucion
de continuidad deHde la materia brutn hasta el hombre mas intelijente ..
~_
Pero. ~ntre el hom~f() i UioH,. que es el alfa i omega de todas .11\s.-il-" a.,_~,
¡QUé lOmenso VUCIO!¿Es raCIOnalel pensar que llegando a él S6-~ ~~,
los anillos de esta. cadena? iQue cruce sin transicion la distanciit·
')
ª~
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152
o
PSYCHIS
ESTUDIOS
DEL ALMA HUMANA.
le separa del infinito! La razon nos dice que entre el hembre i Dios,
debe haber otros escalones, asi como ha dicho a los astrónomos, que entre los mundos conocidos debia haber mundos desconocidos. ¿Cuál es
la filosofía' que ha llenado este vacfo? El Espiritismo nos la enseña,
lleno por los aéres de todos los grados del mundo invisible i estos sére6
no son otros que los Espiritus de los hombres que hau llegado a los
diferentes grados que conducen a la perfeccion; entóncos todo se eslabona, todo se encadena desde el alfa hasta el omega. V080tros que nega.is la existencia de los Espíritus llenad pues el vacío que ellos ocupan
i vosotros que os reís de esto, atreveos pues a reiros de las obras de
Dios i de su omnipotencia.
ALLAN-KARDEO.
-- .....------------.---.-----.,-_._------ ..--------- ----- .-
EL
ESPIRITISMO.
Tomamos del libro de los espíritus, que el sefíor Allan Kardec dice
le fué dictado por algunos espíritus buenos, los artículos primarios, con
el fin de que nuestros lectores vayal,l teniendo algun conocimiento de
lo que es el espiritismo. El testo entre comillas, qne sigue a las pre~nntas, son las mismas respuestas, que se dicen dadas por los cspíntns.
Las notas i aclaraciones afladidas por el autor, son las q'lO van en tipo
distinto.
Causas prhneras.
CAPITULO I-DIOS.
l.°-Dios i el infinito.-2."
vinidad.-4.o Pantheismo.
Pruebas de la existencia de Dios.-3.o Atributos de la di
DIOS I EL INFINITO.
1. i Quién es Dios?
"Dios os la intelijencia suprema caUBaprimera de todas las cosas."
2. i Qué debe entenderse por 10 infinito?
" Lo gue no tiene principio ni fin:
3. .J Pudiera decirse que Dios cs lo infinito?
" lJefinicion incompleta, pobreza de la. lengua de IOE hombres, que
e8 insuficiente para definir las cosas que están fuera del alcance de la
intelijencia'A
DiO!!es infinito en sus perfecciones, pero infinito es una abstraccion ; decir 9ue Di~8
es infin·¡to es tomar el atributo por la cosa misma, es definir una COSllo que no está conoCida por una COSllo que tampoco lo está.
PBUEBA.S
DE LA "EXISTENCIA DE DIOS.
4. .J En donde puede encontrarse la prueba de la exiE,tcncia de Dios!
"En un a.xioma que vosotros aplicais a vuestras ciencias: No hal
efecto sin causa. Buscad la causa de todo lo que no es obra del hombre
i vuestra. razon os responderá. "
Po.ra creer en Dio,~.lmst.'l echar una mirada sobre las obras de la creaoian. El universo Giste, hai pues una causa. Dudar de la ~tencia
de Dios, seria llegar que todo efecto
ticllleuna C.USB i sostener que la nada ha. podido hacer alguna cosa.
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PSYCHIS
o
ESTUDIOS
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~_4
153
DEL AUlA HUIliAN A.
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•
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5. i Que cOIlsecuenci:~ puede sacarse de la opinion instintiva que todos los hombres tienen de la existencia de Dios?
" Que Dios existe. i De dónde le vendria este sentimiento si en nada
se apoyase?
Esta es 1a. ap1icacioll por la conciencia. del principio, que
no hai efecto sin causa."
6. ¿ El Bentimiento intuitivo que tenemos en nosotros mismos de la
existencia de Dios, 110 seria el resultado de la educacion o de las ideas
adq uiridas ?
" Si así fuese ¿ por qué vuestros salvajes tendrían este sentimiento ?"
Si el sentimiento de la exi ••tcneia de un ser supremo no fU>lsesino el resultado de una
enseilanz3, no seria uai versal i no existiria, CDmo las uocione$ de las ciencias, siuo entre
aquellos que huhicr:.m pc,diull :'.c(;Íb~rest:. e:l,cii.an':a.
7. ¿ Podria encontrarsa la causa primera de la formacion (le las
cosas, en las.pl'opiedades íntimas de la materia?
"Entónces
¿ euúl seria la causa de estas propiedades?
Siempre es
indispensable una causa primera."
Ile1'Íll
Atribuir
tomar
la formacion primera de la.~ cosa!! !lo la.- propiedades íntimas de la materia,
el efecto por la cau.,a, pUl"que estas prOIÚdad(l:; ~on cn ~í mi,ma.~ un efecto
~ue debe tener una causa.
S. ¿ Qué ueh(lm(),~ ponsar de la oIlinioll que atribuye la formacion
primera ;1. una ¡;olUbinacioll fortuita de la materia, o de otro modo a la
casualidad?
" j Otro ahsurdo!
¿ Qué hombre do buen sentido puede mirar la.
casualidad como nn :>01' intelijentc?
Adornas; ¿ qué os la. casualidad?
Nada."
Ln armonía qne arregla!OR rcsortes dd uni\'cr~o. <lcscuhj'() eom\¡ir1l\cione8 i miras detcrminnda~ i por ("1'.0mi:;mo re-•.el:1 un poder illtelij;'lltc. At,'il;uir la formncion llrimera
a la erumaliclad, ",,;-ia un contmooutido, porquc la o(l;;ualidud no exi~tiendo no puede producir 106efectos de la iutelijeneia. Una ca;;ualidad intelijentc no seria una ca.~unJidn.d"
9. ¿ Cómo veremos en la causa primera, nna intlllijencia suprema.
i superior a todas las inteIijencias ?
" V oso~ros teneis un proverbio que dice; Por la obra se conoce al
obrero. i Pues bien! Mira.d la obm i buscau al obrero. El orgullo es el
que enjendra la incredulidad.
El hombre orgullo~o no quiere nada sobre
él, por esto se llama Espíritu fuerte. j Pobre sé!' que un soplo de la Di-
vinidad puede abatir!
Se juzga el poder de una intelijencia por sus ouraH, Bi ningun ser humano puede crear
lo que producce la. natu;'aIC7..1, es cvir.entc qne la causa primera e¡¡ una intelijenciu. superior 11 10. huumnid:..d.
Cualesquiera que sean 103 prod1jios eo;¡sumndos por bintelijencia
humana, esta iuteUjcncia tienc una causa i cuanto IIUl8gra.llde es lo que realiza, m!lB grande debo ser la
caUila priDlCl'l\. Thta intelijenciu
es la Call~ll primera de todas las cosas, cualquiera que
sea el nombre bajo el cual el hombre la dc:;igne.
ATRIbUTOS DE LA. DIVINIDAD.
10.- .¿ El hombre puede comprender
la naturaleza. intima do Dios?
"No, es un sentido que le falta. "
11. ¿ Será algun dia dado al hombre el comprender el misterio de
la Diviniuad ?
"Cuando
BU
pcrleccion
su espiritu no esté ofuscado por la materia i qve por
se halle cerca
a él. entónccs
le verá i cOJnnrpnop.l'á."
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154
rSYCHIS o ESTUDIOS DEL ALMA HUMANA.
La inferioridad de las facultades del hombre no le permiten comprender la naturaleza (ntima de Dios. En la infancia do la hnmanidnd, el hombre lo confundia a menudo con
la criatura, cuyas imperfecciones le atribuia;
pero a medida que el sentido morw se desenvuelve en él, su pensamiento penetra mojor el fondo de las cosas i Sil hlWC de él una
idea mas justa i ma~ conformo a la sana razon, aunque siempro incompleta.
k
.~ 12. ¿ Si no podemos comprender la naturaleza intima de Dios, podemos tener al ménos una idea de sus perfecciones?
"De algunas sí. El hombre lo comprende mejor a medida que se
eleva por encima de la materia; las entrevé con el pensamiento."
13. ¿ Cuando decimos que Dios es eterno, infinito, inmutable, único,
todopoderoso, soberanamente justo i bueno, no tenemos una idea completa de sus atributos?
"Segun vucstro modo de ver sí, porque vosotros cr'3is abra¡r,arlo
todo; pero sabed bien que hui cosas que no cstán al alcanc:e de la intelijencia del hombre mas intelijentc i para las cuales vuc~,tro lenguaje
limitado a vuestras ideas i a vuestras sensaciones, carece do espresiones.
La razon os dice en efecto, qno Dios debe tener estas pufecciones al
supremo grado, porque si le faltaba una sola, o bien que no fuese en
un grado infinito, no seria superior a todo i por consecuencia no seria
Dios. Para estar sobre todas las cosas, Dios no debe sufrir ninguna
vicisitud, ni tener ninguna de las imperfeccioncs que la imajill8cion
pueda concebir.
Dios C8 eterno, si tuvicm un principio, habria salido de la nRda. o bien hubiera sido
creado por un ser anterior.
Así es que de poco en poco nos remontamos al infinito i
a la eternidad.
Es inmutable. Si estuviese sujeto :L variacione!l, las leyes que rijeD el Universo, no
tendrian ninguna estabilidad.
Es inmaterial;
es deeir que su naturaleza difiere de todo aquello que nosotros llaml'lmos materia, de otro mooo DO seria inmutable porque estaria sujeto a !:ls trll8formaciones de la materia.
Es único Dios; si hubiera muchos Dioses, no habría unidad de miras :!liunidad de poder en el órden del Universo.
Es todopoderoso, porque es único. Si no tuviera el soberano poder, hahría alguna. cosa.
mas poderosa o tan poderosa como él; no hubiera hecho toda.~ las oos:lS i aquellas que él
no hubiera hecho, serian la obra. de otro Dios ..
Es soberanamentc justo i bueno. La sahiduría providencial de IlISIcy(s divinas, se revela tanto en las COS1l.'l ma.~ pequeña.q como en 1M mas grandes i estilosabi,luria no permite dudar ni de su jllHticia ni de su bondad.
PANTEI8MO.
14. ¿ Dios es un ser distinto, o bien segun la opinion de algunos,
seria el conjunto do todas las fuerzas i de todas las intdijencias del
TIniverso reunidas?
" Si fuese as1, Dios nO existiria, porque seria el efecto i IlO la causa;
no puede Berlo uno i lo otro al mismo tiempo. "
" Dios existe, no podeis dndarlo, esto es lo esencial; creedme, no
vayais mas allÍ\.; no os perda.is en un la.berinto del cual no podriais
salir; esto no os haria mejores, pero si un poco mas orgulJ.:>sos,porque
creeriais saber i en realidad no sabriais nada. Dejad pues a un lado
todos estos sistemas; bastantes cosas teneis que os tocan mas directamente, principiando por vosotros mismos; estudiad vue8tras propias
imperfecciones, a fin de deshaceros de ellas, esto os será lOas útil que
el qoerer penetrar lo impenetrable."
15. ¿ Qué debe pensarse sobre la opinion acerca do la. cual todos los
cuerpos dtl la naturaloza, todos los seres, todos los globos del Universo,
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PSYCHIS
o
ESTUDIOS
155
DEL ALMA HUMA1'IA.
8erian parte de la Divinidad, i constituirian
por su conjunto, la misma
Divinidad;
dicho de otro modo ¿ que debe pensarse de la doctrina
pantheista?
"El hombre no pudiendo hacerse Dios, quiere al ménos ser una.
parte de Dios."
16. Los que profesan esta doctrina pretenden encontrar en ella
la demostracion de alguno de los atributos de Dios. Los mundos siendo
infinitos, Dios es por esto mismo infinito, el vacío o la nada no estando
en ninguna parte, Dios está en todo, puesto que todo es parte integrante de Dios, da a todos los fenómenos de la naturaleza
una razon
de ser intelijente; ¿ Que es lo que puede oponerse a este argumento?
"La raza n ; reflexionad maduramente
i no os será difícil reconocer
el absurdo."
Esta doctrina hace de Dios un ser material, que bien q ne dotado de uua intelijencia
suprema, seria en grande lo que nosotros cn pequeño. Por lo dema¡; tra.<¡formándOBCla
materia sin cesar, si fuese de este modo, Dio.~no tendria ninguna estabilidad; estaria sujeto a las viciaitudes i a. todas las necesidades de la humanidad;
careeeria de uno de
los atributos esenciales de la Divinidad; la inmutabilidad.
LllS propiedades de la materia
no pueden aliarse con la idea de Dioo, sin reba¡arle en nnestro pensamiento, i todas las
sutileZ&8 del sofisma no llegarán a.resol ver el problelua de su naturaleza intima. N080tros
no 8&bem08todo lo que c~, pero sabenlOs lo que no puede ser, i este sist.Bma Clltá en contradiocion con sus propiedades mas eseudales ; confunde al crio.dor con la criatura, absolutamente como si uno quisiera quc una má.quil1~ injenio~a fuese uua parte integrante del
maquinista que la ha construido.
La intelijencia de Dios se revela e11 sus obras como la de un pintor en su cuadro:
pero las obras de Dios no son el mismo Dios, lo mismo que un euadro, no es el pintor que
lQ ha. concebido i ejecutado.
CAPITULO
II-EJ.EME!l:TOS
1. Conocimiento del principio
la materia.-4.
Espacio universal.
CONOCIMIENTO
JENERALES Dn
de la..q cosas.-2.
DEL
Espíritu
PRINCIPIO
UNIVERSO.
i materin.--3.
Propiedad de
DE LAS COSAS.
17. ¿ }1~sdado al hombre el conocer él principio de las cosas?
"No,
Dios no permitl' quo se revele touo al hombre aquí a bajo. "
penetrará ut:J. dia el misterio de las cosas que están ocultas?
" El velo so levanta para él a medida que se depura; pero para comprender ciertas cosa¡¡, le son necesarias facultados que aun no posee. "
19. ¿ Puede el hombro por las investigaciones de la ciencia, penetrar algunos de los secretos de la naturaleza. ?
" La ciencia le ha sido dada para su adelantamiento
eu todas las
cosas, pero no puede traspasar los límites fijados por Dios. "
18. ¿ El hombre
Cuanto ma...qpronto es dado al hombre el penetrar en e.~tos misterios, mas grande debe
ser su admiracion por el poder i la sabiduría del Creador; pero sea por orgullo, sea por
debilidad, su intelijenoia misma le hace !lo menudo el juguete de su ilusion; amontoBasis·
temas sobre sistemllS i cada dia le ensei'ia·clla.ntos errore~ ha tomado por verdades, i cuantas verdades ha rechazado (,omo errores. Estas son otras tRntas decepciones para su orgullo.
20. ¿ Fuera de las investigaciones de la ciencia, es dado al hombre
recibir comunicaciones de un úrden mas elevado, sobre lo que se escapa al testimonio de sus sentidos?
H Si,
si Dios lo juzga Útil, puede revelar lo que la ciencia no puede ensoñar. "
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156
PSYCHIS
o
ESTUDIOS
DEL ALMA HUMANA.
Por medio de estas comunicaciones el hombre dcscubre llentro ciert<)s límites. el conocimiento de su pasado i de Stl destino futuro.
'
ESPIRITU I MATERIA.
21. ¿ La materia, es de toda eternidad como Dios, o bien ha sido
creada por él en un tiempo cualquiera ?
" Dios solo lo suuo. Sinembargo, hai una cosa qne vuestra razon
debe indicárosla, i es que Dios, tipo de amor i de earida<l, jama!l ha estado inactivo. Por !Uni lejano que pudieseis representaras el principio
de su accjon ¿ podriais considerad e un segundo en In. ociosidad?"
22. J ellerahnonte la matcria sc define: aquello que tiene estension ;
lo que puede hacor improsion a nuestros scntiuos; lo que es impenetrable. ¿ Estas dcfiniciones ROIlcsactas ?
" Bajo nkstro puutu lle \' ista son esaetas, porr¡ue vosl¡tros no hablais
mas que de lo que cOll()eris ; pero la materia existe eL estauos que os
son desconoci,los ; puede ser por ejemplo, de tal modo etérea i sutil,
que no haga ninguna sensaeion a vuestros sentidos, sillcmbargo siempre es materia, aun cuando para vosotros no lo sea. "
,
-¿ Que ddinicion podei,¡ dar de la materia?
" La lllateria es el lazo que encadena al Espíritu, es el instrumento
que lo engasta, i sobre el cual ejerce su acciono "
Bajo este punto dc vista ~e puede dceil' que In. mv.tcl'ia. e~ el lljent.l, el inteonediario,
con ayuda del cual i sohre !el cual obm el Es¡,íl'itu.
23. ¿ Que es el Espíritu?
-" El principio intelijcllto del Universo. "
" Al Espíritu no es fÚcil q nc lo podais analizar en v'lesÍl'o lenguaje.
Para vosotros es nad •., porque el Espíritu
no es una cosa palpable;
pero para nosotros es alguna cosa. '1'enlo entl'lllliuo, naua es la nada, i
la nada no cxjst('. "
24. ¿ El Espíritu es sinónimo de intelijencia ?
"La. intelijcllcia es un atributo esencial del Espíritll,
pero los dos
se confunden en un principio comun, de manera qnc para vosotros es
una nlisnln. cosa. :,
25. ¿ El Espíritu e8 independiente de In. materia, o no es mas q ne
una propiedad, como los colores son propiedad de la lllZ, i el sonido la
propiedad del aire?
" Uno i otro son distintos;
pero es nccesari:\ la Unil)ll del Espíritu
con la materia para dar intclijencia a la materia. "
-¿ Esta union es igualmente necesaria pam la manifestacion del
Espíritu?
(Entendemos aquí 2J01' Espíritu, el principio inteliJente, he-
cha abstraccion de las l1/(lividualidades designadas b(~jo elite numb?·e.)
"Es necesaria para vosotros, porq ue vosotros 110 es taia organizados
para percibil' el Espíritu sin la materia; vuestros sentidos no están hechos para esto. "
26. ¿ Se puede concebir el Espíritu sin la materia, i la materia sin
el Espíritu?
" Se pu('de sin duda, por el pensamiento."
27. ¿ Do éste modo, habria dos elementos jenerales en el universo.
La materia i el Espiritu ?
" Sí, i sobre todo Dios; el creador, el padre de todas las c~saB ;
estas trcs cosas son el principio de todo lo que existe, la trinidad' uni-
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PSYCHl:s o F.ST{;DIOS DEI. AUlA B UIA:'U.
157
versal. Poro al elemento material, es Dece~:trio aiíadirle el fluido universal que jue;;;~ el papd de intermediario
entre el Espíritu i la materia propiamente did1a, ¡letnftsiado grost>ra pam q ne el Espíritu pndieEe
ten~r una acciol1l:!obre ella. Aunque bajo cit~rto punto de vista pudiese
colocársela cn el th~lllento l~)aterial, se disting'lkjJor
lJI'opiedades especiales; si positivamente Úll'"() lll:Ltcria, no }¡ahri:L ra7.011 para que el Espiritu 110 lo fuese LtmlJJl'lI. E~tÚ ,~ol(lca(lo (l\,rl' f.': l>vírilu
i la materia, es fluido como la l!lati'l';:t e;; llliL[cria, :'lll;~eu ;l,]B il(.r sus innnmerables combillacílJlIe~ con e,;La i k¡j<¡ la acciui! d,'1 Espíritu, de producir
la infiniumllle y¡uiei!,ldcs de cosa" lh: las cllale~ no conoceis llH1Sque
una mui pcqueii.a parte. E,te fluido universal, primitivo o l'lementario,
siendo el aj~~nte qun e¡¡¡plea, el EspíriLlI, es el pri;)ci~)i() sin el cual la.
mat(~ria e8tn.li:~ Clll':ot;tlJo 1.(;rpéLl1l) d(~tliví,:i:ln i UD adf)uiririajamas
las
propie¡}!lc13s <] IW 1(· dan b grn.W¡1t~ll. "
-¿ E,;te Huido, será tal vez el qtW !1<)SoL'os tbsíg'uamos con el
nom bre dé e/ecl rieidad ?
"Hemos
dicho que es susceptible de innumcrables combinaciones;
lo que vosotrO::l llalllais flúido eléctrico, flúido l\l~gudico, son modificaciones do} flÚido llnivc'rsal, que propiameute hahlau<lo, no e5 ma.s qua
una materia mas perfecta, mal': sutil i (ple se h pude mirar como
independiente."
¡,nntinllu',.i
Lj"
VID!.
(VO:\TIXFAGlOX ).
Liebig Jednc,} esta rapidez del cambio de b'l matcri.1S de otra considera.
eion. N o se eng:iiía mucho atribuyendo al homhl'(J m:ulnro una cantidad média
de 24 libras de sangre. El oxíjeno que absorb,mll)S en ., o ,; días por la l'cspi.
racion basta para trasformal· por la eombu;;tion todo el c~lrbono i el hidr6jeno
do esas 24 libl'a5 do sangre en áúi.lo cnrl."~ll¡co i ('!l agl':!. Pero la sangro
°
eflui\'alu poco 1l1:l8 mént)s al quinto del p:>so (!;~I cnr!'po <lc un adulto. Si,
pues, 5 dias 11:\stan para gaslar la s:mgrt: por el c:lI11I,io <lo \u;¡ materias, 80
puedo deducir que el cuerpo entero se trasforma
~'!I 5 ycce;;
5, o 25 dias.
l\Iolcschott ha encontrado con i\[arfel", flllé los c0I'J¡[I~cl!loscolorados del cal"
nero que se inyectan en gran cantidad cn la circlllaeion dc bs ranas, han desaparecido complctamentc dcspues do 17 dia:;. LUl:go, corno el cambio m:lterial
Re opera en las ranas con mas lentitud quo en los animales do sangrc calionte,
se 11a llegado a creer que los glóuulos colorados de la sangre del homhre 80
renuevan completamcnte
en ménos de 17 dia:;,
El autor de l:1 CÚ'¡)ulacion de le, m'da deelara, pueq, que la concordancia de
los rcsultados obtcDido~, particndo de trcs puntoll de ViSU1 difercutes, es UDa
garantía positiva do la verdad de la hipótesis segun Ir. ellal es menester 30 dia6
para dar al cuerpo entero una composicion Ill1eva. IJO!'l siete años que la creencia del pnchlo fijaba para la duracion de estc lapso de tiempo seria nna exajel·scion colosal. "Por sorprendente que l)llcua ap!\I'eeer al primer golpe de
vista c8ta l'apidez, dice, las ob,¡ervscÍoIlCS concuerdan sobro todos los puntos.
Segun 8tahl, las alondras picl'den en un dia la gl'llsa que se ha desarrollado
durante la noche en su CHcrpo. El desenvolvimiellto de las celdillas se opera
en la sangre en siete n ocho horas a cspensas ue las materias suministradas por
el quilo. ¿Quién no !labe, por lo demas, que son suficientes pO~08 dias para
haoer nn hombre ca8i dcsconocible por el enflaqueoimiento?
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158
PSYCHIS
o
ESTUDIOS DEL ALMA HUMANA.
"La rapidez del cambio de las materias, que todas estas observaciones
demaestran es lo que hai mas propio para disminuir nuestro alOmbro. Ellas
nos enseñan que un adulto pesando 128 libras, secreta en 24 horas c:\8i 3 libras
de saliva, por lo ménos 21- libras de bilis i mas de 2e libra!' de jugo gástrico;
de suerte que nn fumador afectado de la mala <;ostumbre de esce,pi!', pueue espulsar, en medio dia, la octojésima quinta parte de su peso. En d tras0urso de
~;!4horas corre en nuestro cuerpo cerca de la cuarta parte de nuestro peso de
jugo gástrico circulando de la sangre al estómago, i del eRtóm:¡~~oa la sangre.
Cada individuo cambia,la materia con una velocidad diferente. El hombre, la
mujer, el niño i el anciano manifiestan aptitudes diferentes por la prupiedad
de que goza él hombre de cambiar mas materias qne la mujer, el adulto mas
que el anciano i el niño. El obrero i el pensador cambian la c:>lIlposieion de
8U8 cuerpos en un tiempo mas corto que las jentes ociosas i los \'egalon~~. Uai
hombres que viven aprisa; en ellos, la esperanza, la pasion i tJl abatimiento
temeroso, que se trasforma rápidamente en confianza gozosa, ponen vivamente
l~ sangre en movimiento. Viven aprisa, porque el cambio de las materias se
ejecuta pronto en su cuerpo.
"Miéntraa existe el equilibrio entre la sangnificacion i la eliminaeion, el
cuerpo no sufre ninguna alteracion en su provision jeueral de materias. Es\:
equilibrio so mantiene en el cambio de las materias del adulto. En el anciano
el equilibrio está. destruido. Ya la dijestion no es tan [ioderosa como en el
hombre en la flor de su edad. 1.•a absorcion de los alimentoR i de las bebidas
se ajusta mui pronto a la dijestion. La aocion del oxíjcno i la desasilllilacion
de los tejidos que es su efecto, no discontinúa. De ello resulta !nllH'diatamento
una disminucioo del jugo nutridol' que se puede reconocel' no solamente por
el peso sino tambien por la inspeccion directa. Partes que, como el gloho del
ojo, contienen mucho líquido, están ménosllenas, ménos tendiJas en una edad
avanzada; la córnea so aplana, lo quo es causa de que la miopía disminuye de
año en año, i aún puede convertirse en enfermedad opuesta. Los huesos de
los ancianos han perdido una parte de su elasticidad, porque son ménos ricos
en agua que los de los adultos, (Fremy).
"Desde quo la recomposicion no hace ya equilibrio a la jesasimilacion,
el deterioro de los tejidos se sigue inevitablemente. La quijada inferior disminuye de volúmen, lo que fOl'ma la barba puntiaguda de los ancianos.
La grasa subcutanea !lufre UD desperdicio considerable; tamhien, en la frente i las mano!!, la piel, venida a ser demasiado ancba, se arruga. Los músculos, adelgazados, carecen de contractilidad; ya no pueden enderezar la espina dorsal i dejan caer la cabeza háeia adelante. Tambien admiramos como una
cosa rara el andar seguro i derecho de los ancianos vigoro~os, las CIH'rdas
vocales se baceu mas secas, pierden su flexibilidad i su elasticidad, La voz se
hace ronca i sorda, o aguda i chillona. Desde los cincuenta aiios, el peso del
cerebro disminuye tambieD. (Pedcock.)
"Todo debe cODtribuir, en el anciaDo, a aumentar la falta de proporcion
entre la sangnificacion i la desasimilacion. Con la materia, la fuerza disminuye.
El fin se aproxima poco a poco. La muerte es UDagotamionto que resulta
del empobrecimiento materia!." 1
1 Es así como se espresa Moleschott: ni una palabra viene a coronar la eequedad de esta
deacripcion. Pedimos permiso de compararle la última. frase de un capítlllo anéJogo de otro
ñeiolojista a.1eman, Schleiden, i preguntar de qué lado se sienten atraidB8 ]a¡¡B8pirllCiones
del alma. "Nuestra percepcion de la vida i de la.muexte, dice éste, viene a ser enteramente
distinta en la vejez, del todo opuesta a la que teniam08 en nuestra juventud. Los elementas Be acumulan mll8 i mll8 en el cuerpo; los 6rganos muelles i flexibles se hacen tiesos, se
osifican i rehusan eu servicio; el polvo atrae elonerpo mB8i mB8 hácia ,~lpolvo, hasta que
en fin el alma, cansada de esta violeI\cia, se despoja de eu cubierta. demll8Ísdo pesada para
ella. AbandOnA el cuerpo, nllCido del polvo, a la combustion lenta qne lla.mamOElpodredumbre. El alma, solo ella, inmortal e incorruptible, deja la ~lavitud de las leyes materiales i se vuela háeia el Regulador de la h'bertad espiritual."
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l'SYCIIlS
o
ESTUDIOS DEL ALMA HUMANA.
159
Est:1s alegaciones !lon'contestables, No está aún probado qne el cuerpo
humano se renueva enteramente en lIIénos de un mes. Ciertos tejidos no 8e
renuevan aún sino mui lentamente, si es cierto que se renuevan todos. Se han
encontrado en todas las edades celdillas ernhrionarias, qne sinembargo están
destinadas Il desaparecer en el feto mismo. Lo!! granos del párpado que suceden a las pequeñas inflamaciones (orzuelos) \lO se resuelven jeneralmcnte
por sí mismos siuo en un año, JJas uiías gastan po!' término medio seis meses
para renovarse; en esta<lo <lc ~alud, creecn dos milímetros poco mas o méno!! por mes; de suerte que si se guardase la uña del índice, por ejemplo,
encerrada en 1111est.nche cilíndrico durante sesenta años como se hace para
preservar ciertos árboles ¡'aros, no se tendria aun dcspue:l de este lapso de
tiempo, sino una garra de \111metro i meuio, &,a Pudiéramos pues contestar
los veinticinco dias de la renovacio\1 dd organismo i pedir un intervalo lijeramcnte ma~ estenso, l'er() un aíio o un mes IIO~importan poco. Le temps
ne ¡ail ?'ien a ['affaíre, como dice el satirista frances, Por el contrario, cuanto Illas formidablo i r:ipida es esa renovacion de la materia corporal, tanto
mejo¡' sirve la esperiencia a nuestra teoría.
Los adoradores do la materia concluyen RU f:mlOsa aserdon de los hechos
que acaban de ser espuestos, Ellos decl:U'rlll qne la no existencia del alma
está probada por esas trasformaciones química~, En cuanto a nosotros, por
el oontrario, (ved la singular diferencia) dedal'Umos que la existencia del
alma está en lo sucesivo demostrada por esas mismas trasforlllaciones. Pero,
:lntes de cntrar cn I:t discusion, nos place asenta¡' desde ahora una simple oblServacion a la afirmacíon tall positiva de nucstros ndversarios, que proclaman
con tanta seguridad, como una verdad incontestable, que las moléculas matel'Íalcs cxisten solas i que ellas solas constituyen el ser viviente, desde su nncimiento hasta 8U virilidad, i desde su virilidad hasta su muerte.
Afirmais, por una parte, que el cnerpo viviellte no es otrn cosa sino un
conjunto de moIÚcu]as; por otra parte, deeis que el cuerpo entero se rejuvenece cada mes. Luego, nos parcce que es difícil conciliar estas dos proposiciones. ¿ Cómo esplicais que el cuerpo envejezca, ese cuerpo material, en
tanto qua moléculas químicas nunca tienen mas de un mes de edad? El torbellino vital, como lo llama Cuvier, que se sucede incesantemente debajo i
dentro do nuestra piel, nuestra carne misma, nuestra sangre, nuestros huesos,
nuestros cabellos, uuestras caras, nuestro cuerpo entero, es como un vestido
que se haria nuevo por sí mi¡;mo. El cHerpo del :-;exajenario o del octojennrio
no tiene sino un mes, así como el del niño que empicza a caminar. Los cuerpos estún, pues, siempre nnevos, i por cierto \lO podemos impedimos de admirar esta lei injeniosa de la naturaleza. Con todo, es incontestable que hai
sobre la tierra jelltes de toda edad, desde la cuna hasta la tumba. Vos, señor
Molesehott, teneis 45 años, creo. Vos, señor A, Comte, contariais 79 inviernos. Vos, señor Vogt, haheis nacido en el año de g¡'aeia de 1817. Somos
cada unO de diferentes edades. Yo, supongo, tengo ménos de 20 lustros
sobre la cabeza. El señor Schopcnhane¡' los tendrá bien pronto. Luego, si ea
cierto que nuestro cuerpo rejuvenezca así mensualmente, o anualmente si se
prefiere, ¿ qué es lo que envejece en nosotros?
Aún nna vez, no son las moléculas constitutivas de nuestro cue!'po que,
haee algun tiempo, no nos pertenecian todavía, las que hacian parte del pollo,
de la perdiz, del grano de trigo, de la sal, de la vaca, de la volatería, del (lardero, del vino, del café que hemos absorbido, moléculas que, por lo damas,
!lon inmutables i que, COBa muerta, no envejecen. Luego, hai entre nosotros
otra cosa que esas moléculas. Nuestro organismo ha envejecido.
Continuemos i entremos ahora en el asunto mismo de la discusion. Permitiduos desde ahora notar que a cada instante la debilidad de vuestro sistema se traduce en la inconsecuencia forzada de vuestras eepremones.
Llamais vosotros mismos la vejez una falta de equilibrto entre la reoom·
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posicion i la ~esasimilacion, Apellidais la vida p,lcna i normal el eq'4ilibrio
entre las funcIOnes, l\fiéntl'llS el equilibrio existe entre la sRngnitioacion i la
eliminacion, enseñais vosotros que 01 cuerpo no 8uft'e ningona :dteracion en 8U
provision jeneral de materia, Este equilibrio se mantiene '~nel cambio de
materias del adulto. Se puede pesar el cuerpo de un hombre de 30 años a 40,
sucesivamente i a largos interva!oi'l, sin notar un aumento o una diminucion
de peso que no se pueda esplicar por un recaudo o 1111 gasto que la hubiera
precedido inUlcJiatamente, ?lIui bien, Pero ¿ quién organiza este equilibrio?
Prctendeis que no hai ninguna fuerza interior que preside en nosotros a esa
incesante renovaciOll de las moléculas. Pero es una pretensi')n vana o insostenible. La hipótesis puramente materialista de la vida, la asimibciou de la
circulacion de las moléculas al movimiento del vapor en el a1:\mbique o de la
electricidad cn los tuuos de Gcisslcr no esplica ni el nacimiento, lIi el acrocent:.lIuiento, ni la vida, ni la decadencia, ui Ja v(jez, ni la muerte,
Para que haya equilibrio, para que haya organizacioll en 01 agrllpamiento
de las moléculas, es preciso que haya direccion, De resto, ni Cllvier, ni
Geofft'oy de Saint-lIilail'e, ni vosotros negais aquella direccion. Luego, para
que haya direccion es menester qne haya fuerza directol"a. Osareis sostenel'
lo contrario? Aquella fuerza directora no es un amalgama de propiedades
confusas: ella es una, es soberana, es necesaria, i ella os <ju:conrije el torbellino vital, así como es la atraccion la que rije el torbellino de las esferas
planetarias.
Si no hubiera en nosotros una fuerza directora ¿ oómo sucederia que el
cuerpo Re forma i crece, segun el tipo orgánico, del nacimiento a la juventud? ¿ Por quÚ, mas allá de los 20 anos, este cuerpo que absorhe otro tanto
do aire i alimento como precedentemente, deja de crecer? ¿ (~uiÓn distribuye
arm6nicamente todas las sustancias asimiladas? De~pues dd cree;lUiento en
altura ¿ qnién determina el crecimiento en espesor? ¿ Qniéll da la fnerza al
hombra maduro, i quién repara perpetllamente los l'odaj,~s de la máquina
animada?
!
Sin una fuerza orgánica, típica, vital (poco 110S importa la palabra), ¿ cómo
80 podria esplicar la constl'uccion de un cuerpo?
El señor :'cl!cfRel' nos rllS,
ponde por las fuerzas química i físioa: "Cada una de estas fuerzas, dioe, ejerco sobre las otras una influencia por la cual todo el organism,) recibe, en toda~
SUR partes, cierta uniformidad de un órden mas elevado. Las acciones especiales de las fuerzas individuales so reUllcn en seguida el:. nn efecto total i
forman una resistencia que coordina la multiplicidad de la:'!partes en un todo
unitario, en que se diseña el tipo fundamental de toda propi,~tbJ individua!."
He aquí una esplicilcion mui luminosa. Solamente ¿ cómo pneoen todas estaR
maravillosas combinaciones producirse en la ausencia de una unidad virtualmente organizadora? ¿ Quión construye ese organismo l' ¿, Cómo pueden las
propiedades de la materia tl'abajar sobre un plano, sin l:na idea que ellas
no pueden tener? ¿ Cómo sabe el organismo escojer tan bien 108 alimentos
que le convienen? ¿ Quién determina la reproduccion fiel de la especie? ¿ Es,
pues, mas fácil admitir todas estas casualidades, haremos notal' con el señor
rrissot, mas bien que suponer un principio esencialmente :lctivo, dotado de
un poder organizador, teniendo la facultad de ejeroer ese p~ldel' en el sentido
de tll o cual tipo específico? "En el hombm, se responde, en su oontenido
material i en las sustitucione¡¡ de sustancias (Stofi'wechsel) que se operan en
él, la funcion química tiene su papel; ella produce las partículas corporales
que están en estado de servir de sustentáoulo o de substra1,nm a todo el edi.
ficio. La fuerza vital que l'esulta de todas esas combinaciones lo ol·ganiza.
, De esta organizacion l'esulta la fuerza espiritual." Muchos rodeos son estos
para no esplicar nada.
Varios materialistas, on el número de los cuales citaremos a Mulder, SODrien de la doctrina de la fuerza vital i comparan aquella fuerza" a una bata-
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lIa librada por millares de combatientes, como fli no hubiera en actividad sino
UDa fuerza 80la que hieicra disparar los caiíono~, njitar los 8ablcs, &.a" "Bl.
conjunto <1c eso;\ rCMllltaJos, aiíade ?IlulJcr, 110es el resultado de una sola
fuerza, de una fUC1'za de batalla, sino la suma de las fllel'zas i de las combi.
naciones illnumerahles que. estáu en acti\'i<lad en seruej:mte acontecimiento."
De ello se concluye que la fllerza vital no es nn principio, sino U11r~sultado.
La eomparacion no carece de justicia; tiene, adelll:ls, la inapreciable sutileza de servir no para los que la irnajinan, ¡;ino para nosotros mismos que no
hemos tenido el trabajo de buscarla. Claro está, cn efecto, que 10 que constituye la fuel·1.:lde un ejército i lo que gana la batalla nu es solamente el juego
particular de cada combatiente, sino sobre todo la dh'eccion del combate, la
intelijencia del J encral en .Tefe, el plan de ]a batalla, el órdcn ¡;oberano que,
d& la frcnte del organizador, irradia 80bl'0 caJa uno de lo:; jefes i desciende
por batallones hasta los soldados, números-máquinas rejiment:lllos. ¿ A quién
se perRlladini que no es K apoleon quien ganó la victoria de Austerlitz? Preguntad al 8eñor ThierR (que lo sabe qui7.á mejor que el mismo Napoleon) si
esas batallas que no se olvidan, lo mismo las que son ganadas en número igual
como las que son anebatadas por sorpresa, no revelan, por encima del valor
personal de cada guerrero, el jénio tristemente célebre que llega a acostar en
un abl'ir i cerrar de ojos, en las tinieblas de la tumba, millares de hombres
en el apojeo de su fuerza i de su actividarl.
Si es necesario qne un ejército sea gobernado por un jefe i que una dis·
ciplina severa ahrace bajo la misma unidad millares de soldados, con mayor
razon es necesario qnc ulla fuerza gobierne la materia i reduzca a la unidad
arm{.nica del cuerpo los millares de moléculas qne lo componen sucesivamen·
te. Es por esta fuerza sola que el cuerpo existe, lo mismo qUl; nn rejimicnto
no es cn alguna suerte sino un ser abstracto, que existe en virtud de la leí i
no por la importancia de cada hombre. Los conscl'itos llegan, 108 veteranos
se van, i en siete anos el rejimiento está renovado. En el intérvalo, lu lioon.
cias temporales i enganches particulares establecen to(lavía otra modi1icacion
en las moléculas constitutivas del ejército. (Pc'l'don, por la palabra). Cada sol·
dado, cada oficial, no C!l otra cosa sino un llÍlTl1m'o,su persona no cuenta; 108
oficiales pueden sor asimilados a los aeros del 6l'den decimal; para hablar
mas galantemente, son jefes de decenas i de centenas; pero su personalidad
no cnenta mucho lllas que la del voltíj('l'O. J"os coruneles mismos cambian
sin que el rejimiento cese por ('so de existil' en su furma idéntica. J"os jeDerales sufrcn igualmcnte eRlas trasmlltaciones qne UD pODeDen peligro la exis·
tencia lic las ul'igadas i d~ las di\'i~ioncs. La jerarquía mili.tar es Ulla unid.w.
Esto es lo que hace sn fuerza. En cuanto a las partcs constitutivas de esta
unidad, 110se las cOlloce. Es incontestable que un coronel a la cabeza de su
rejimiento, o un jencral en actividad tienen mas importancia bajo el punto de
vista del servicio, que un simple gr:madero, lo miRmo que un átomo de ~rasa
cerebral tiene mas importancia que un recolte de uña. Pero lo qne constItuye
el tronco o el nudo de encrucijada de un árbol a las ramas esteIlSa8, no por
eso constituye el árbol entero. La comparacion de nuestros adversarios conviene, pues, mejor a nuestra tésis que a la suya.
¿ Cuál es el hombre instruido, cuál es el observado l' de buena fé que osará
contestar que nuestro cuerpo no sea un organismo formado por UDafuerza
especial. ¿ En qué difiere un cadáver do un cuerpo vivo? Dos horas ha que el
corazon de aquel homhre ha dejado de palpitar. Héle estendid-ú sobre su lecho
fUDe1·ario. J"a viJa ~e ha escapado sin que una sola lcsion, sin que un solo
desórden se haya manifestado en el organismo. Sil estado desafía la autopsia
mas mim\ciosa. Químicamente hablando, nin[Juna diferencia hai entre aquel
c~erpo i ese mismo cuerpo de por .la maii:ma. IJuego, ¿ en qué difiere, lo repIto, un cadáver de un cuerpo VIVO? Segun vuestra teoría no difieren. Es
esactamente el mismo peso, la misma medida, la misma.-f'orma; son los mis.
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PSYCHIS
o
ESTUDIOS DEL ALMA RUMA:liA.
mos átomos, las mismas moléculas, las mismas propiedadesfísico-quhnicas;
enseñais vosotros mismos que estas propiedades están iuviolablemente unidas
II los átomos. 1Es, pues, esactamellte el mi,¡mo ser!
¿Pero no sentís que tal consecuencia es la condenacioL formal de vuc!<tro
llistema ? Un ser viviente difiere mui sensiblemente de un ser muerto. IIai
aquí verdaderamente un hecho demasiado popul:u' para (Iue podais nl'garlo,
Confesad, pues, que una hipótesis que enseña que la vida [la es otra cosa que
el (conjunto de las propiedades químicas de los átomos, cae a la vez por su
base i por su coronamiento, porque el nacimiento i la muerte, el álfa i el omega de toda existencia, protestan invenciblemellte contl'a las aserciones de
aquella hipótesis.
Es casi afrentoso para la intelijencia humana verse uno obligado a sostener que un ser viviente difiere de un cadáver, i que la fuena animadora ya no
existe en éste. Afimlar que la vida es algo, es poco mas o ménos afirmar que
es de dia cn pleno medio dia. Pero es nuestro deher co[sentir en poner los
puntos sobre la ies a nuestros adversarios de ultra-Rhin.
Es mene,¡ter que la fuerza que constituye la vida sea ;ma fuerza especial,
ya que en su presencia las moléculas corporales se distribllyen armónicamente en una unidad fecunda, miéntras que en su ausencia eBas mismas moléculas se separan, se desconocen, se combaten, i dejan rápidamente sufrir una
disolucion entera a ese organismo que cae bien pronto en polvo.
Es menester que esta misma fuerza exista particularmente, pnesto que
por una parte no siendo vivientes todos'los cuerpo!! de la naturaleza, i por
otra estando compuestos los cuerpos vivientes de los mismos materiales que
los cuerpos inorgánico!J, esos cuerpos vivientes difieren sinembargo de los
primeros pOI' las propiedades especiales i admirables de la vida.
Es menester que la vida sea una fuerza soberana, plesto que el cuerpo
viviente no es sino un torbellino de elementos transitorios, que todas sus partos están en mutacioll incesante, i que, miéntras que la m(~te'l'iapasa, la vida
permanece.
¿ Se pensará COIl Butron que hai en el mundo dos jéneros de moléculas,
las orgánica!! i las inorgánicas? ó Que las primeras son celdillas vivientes, dotadss do sensibilidad i de irritabilidad, que pasan oe un ser viviente a otro
ser viviente, i no se unen a los cuerpos inorgánicos, miémras que las últimas
no entran en la constitucion jeneral de la vida? Pero la química org'¡llica
ha demostrado demasiado magníficamente que los elementos de la materia
vivificada son los mismos que las del mundo mineral o aéreo: elementalmente, el oxíjeno, el hidrójeno, el azoe, el carbono, el hierro, la cal, &."
¿ Se dir~ con el botánico Dutrochet i con el anatomista Bicbat, que la
vida es Ulla escepcion temporal a las leyes jenerales de la materia, una susp'endon accidental de las leyes flsico-químwas, quo acaban si,~mpre por derrIbar
el ser i gobernar la materia. ¿ Pero, no tememos llamar aquella idea un error,
siendo la vida el fin mas elevado i mas brillante de la crllacion, i perpetuándose, por las especies, desde el primero hasta el último dil del mundo.
Por lo demas, por mas que se piense i se diga, no se logrará nunca que
la vida no sea una fuerza, superior a las afinidades elementales de la materia.
1.0 que caracteriza los séres vivientes. es lafuerza orgánica que agrupa
esas moléculas segun la forma respectiva de los individu{ls, segun el tipo de
las especies. "1.08 verdaderos resortes de nuestra organizlcioll, decia Buffon,
no son esos músculos, esas arterias, esas venas; son lu~"zas interiores, que
no siguen absolulamente las leyes de la mecánica grosem que hemos imajilIado 1 i a la cual quisiél'amos reducirlo todo. En vez di) tmtar de conocer
1 Butron, quc no era mecánico, se equivoca aquí, i sabemos hoi ~ue la mecánica, como
la química, desempeña un papel importante en la construccion del cllerpo. Pero este error
no impido que 1118 palabras del gran naturalista sean ciertas en lo que concierne a la prepoudenmcia de la fuerza.
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PSYOHIS
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ESTUDIOS DEL AL)IA
HUMANA.
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las fuerzas por sus efectos, se ha tratado de apartar de ellas hasta la idea, !le
las ha querido desterrar de la filosofía. Han reaparecido sinembargo, i con
mas esplendol' que nunca." Cuvier declara mns esplícitamente, porque lo habia observado mas di¡'cctamcnte, que la materia es Ilimplementc " depositaria de la fuer::a que conMrcíiirá la materia futura a marchar en el mismo
scntido que ella, i que la forma de los cuerpos les es mas esencial que su materia, puesto que ésta tambia miéntras que la otra se conserva." J_as esperiencias de Flourens sobre todo han puesto en evidencia este hecho de la mutabilidad de la materia en oposicion de la permanencia de la fuerza que, a
decir verdad. constituye esencialmente el ser. Una de eHas esperiencias consiste cn somete]' durante un mes un animal al réjimen de la rubia, sustancia
que, como se sabe, colorea de rojo los objetos de que est.án impregnados. Al
cabo de un mcs de este réjimen, el animal posee un esqueleto coloreado de
rojo. Si en seguida se devuelve al animal BUalimentacion habitual, los huesos
tornan a ser blancos al partir del centro. Pues la renovacion incesante de los
huesos como do la carne se opera del interior al esterwr. En otra esperiencia,
8e despoja de su carne un hueso que se rodea con un anillo de hilo de platinao Poco a poco el 81"llo, recubierto de capas succsivamenae formadas, acaba
por encontrarse en (\1 interior del hueso. Los huesos se renuevan así; las carnes i las partes blándali sufren una renovacion mas rápida. J ustifiquémoslo
"ún con de Quatrefagucs: "En las profundidades mas ocultas de los seres
vivientes, reinan dos corrientes contrarias: la una, arrebatando siempre,
molécula por molécula, algo al organismo, la otra reparando 8 proporcion
do las brechas que, ensanchadas demasiado. traerian consigo la muerte."
1.a fuerza orgúnica que constituye nuestro ser so oculta bajo el vestido variable de la carne; pero se la siente palpitar en su ardiente vigor. Ella forma,
dirije, gobierna. Ved esos reprcsentaotes de los grados primitivos de la cscuela zoolójica, esos crustáceos, que protejia una carapaza contra los trastornos de la corteza terrestre, esos ensortijados i esos gUfi.ar.osque, hechos pedazos, continúan viviendo. Quebrad la pata dc un cangrejo: ella so reproduce en todo su carácter. Cortad la de una salamanquesa, ella se formará de nuevo en todas sus partes. Romped la cola de un lagarto, ella renaoerá. Dividid
un gusano en varios fragmentos, cada uno de ellos, fornfará do nuevo lo quo
le falta. l,a flor del coral separada do su madre, va al traves de las ondas 8
reformar un árbol nuevo. ¿ La materia sola opera cosas semejantes? No revelan estos hechos la accion incesante do la fuerza típica que constituye 108
sércs cada uno segun su especie, i quo ciertl\mente es mas esencial para su
existencia quo las moléculas mismas de sus cuerpos i SUBpropiedades
químicas?
¿ 1 qué conoluir de las metam6rfosis do los insectos, formas transitorias
bajo las euales la fuerza sola persiste al traves de las fases del letargo i do la
resurreccion? ¿ La mariposa que vuela hácia la luz no es el mismo ser que
animaba la oruga o la larva?
Es claro, os incontestable, segun estos hechos, que unafuena cualquiera
(poco importa el nombre que se le dé) organiza la materia segun la forma
típica de las especies vejetalos i animales. Luego nuestros adversarios no
temen afirmar que nada de esto sucede i quo las propiedades químicas de las
moléculas bastan para esplicarlo todo. "El conjunto de lall circunstancias,
pretende Moleschott, el estado por el cual la afinidad de la materia produce
las mismas formas con el poder de persistencia, ha recibido de Heule, a ejemplo de Schelling, el nombre de fuerza típica. Esta fuerza típica es un pequefio paso hácía adelante sobre la fuerza vital, puesto que admIte tantos estados
de la materia .cuantos 6rgallos i especies hai. Pero la fuerza Upioa de las plantas i de los animales es tina idea tan vacía, una personificacion tan pueril
como la fuerza vital su madre."
El señor Wirchow la llama "lID8 para lIupersticion que DO puede negar
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psycms o
ESTUDIOS
DEL ALMA HUMANA.
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su parentesco con la creencia en el diablo i la indag:wion :le la piedra filosofal." El autor del Estudio de fllosof;a positiva cierra los ojos i esclama:
" Nada hai real sino los cncrpos."
,
"La pretendida fllerZ:1vital es una quimera, deelara por su biJo du Bois
Haymond en su obra sobre b electricidad :mi\l1:11.Si Il\l\;stros :\\lversarios se
obstinan en tiostenel' C¡lIelos Ol'gflllismos está u »olllctiuos a filcl'zas que !lOse
encnentr:lI1 fucia <le ell()~, ya no les falta ¡,ti~oatl\"lll:lr lo q\l\~!'i.?uc: unfl molé·
cula de m::teria, al cutral' ~1Iel torbellino de la vida, recib(' )l~' un tiempo el
don de nuevas faerzas; esta!\ fuerzas la molécula las pierde de uuevo cuando
el torbellino lle la vida, <lisgnSf:qdode ella, la desedla definitivamente sobre
la ribera de b.naturalcza in:\Ilim:ub."
Este r:lzonarniellto es falso, pnc~to qne hasta a(lmiti¡' que una molécula de
materia, al entrar en el torhellino de la vida, sea dirijida I>ci~unel tipo del ser
al cual pertenece mOlllclJtiíncamcnte. Para Iw!'tener su esceptici¡,;uH),están
obligados, como lo hemos visto ya,.a conar Iml ojos sobro la diferencia no
discutible que distingne un cuerlJO viviente de 1111
cadáver i a admitir que
ninguna distincion hai entre 108 dos. Ya DO se puede considerar como'dudosa, al decir de du BoiH-Uaymónd, la cuestión de sa~r " si la diferencia, la
sola de que reconocemos la posihilidad, cntre los felJÓm;¡nC8de la naturaleza
muerta i los de la nat\ll'aleza viyicnte, existe realmente. -Una diferencia de
esta especie no existe. En los organismos no se ngregan a lns moléculas materiales fuerzas nueva~, ninglUl:l fllcna qu~ tia esté tamhicn en actividad fuera
de los orgalli¡,;mos. Luc!/o no hai fnerzas que merezcan el Tlombro ue fuerzas
vitales. La separacion clltrc la natmaleza pretendida orgánica i la inol'gánica
es enteramente arbitraria. 1,0s que se esfucrzan por m:llltellerl:1, los que predican la herejía de la fllerz:l vital, bajo cllalquicr:l forma, bajo cualquier disfraz engaiíador que sea, nunca, de ello pueden estar l',eguroB,han penetrado
hasta 108 límites de su pensamiento."
Observtld de paso esta seguridad, podemos aún decir '3se lijero tono de
arrogancia para con los que no lJÍe¡¡s::lIlCOmoello~. Afirman sin prueba las
proposiciones mas contest:lbles. "Las propiedaues del azoe, dicen ellos, del
carbono, del hidrójeno i del oxíjeno, del azufre i del fósforc" residen en ellos
do toda ~rDidad.
1:>robadn08 lo contrario. 011 eallais? Luego no teneis
razon." 1 la piezfl está jugada., Las propiedades de la materia no pueden
cambiar cuarido entran cn la composicion de las plantrts i de los animales.
Por consiguiente, es evi(lente que la hipótesis de una fuerza particular a la
vida"es ellteramentc quimérica!
.
Se objeta en fin qlte esa fuerza no existe porque" una fuerza sin 8ubstracto
material es una idea abstracta, desprovista de sentido."
N o vemos que sea necesario admitir o que una fuerza típica no existe, o
que aquella fuerza esté fuera de la materia. Nuestros negade,res cometen aquí
aún el mismo error que el que han cometido en la cuestion de Dios cuando
declaran que para admitir la existencia de aquel poder es menester cOllee·
birlo fuera del mundo. Siempre es el mismo principio que está en juego.
Fácil nos seria, por lo demas, demostrar quo todos los conociUliellto~ del
hombre se reducen, cn ucfiniti\':1, a la nocion <lela fuerza i de la estenslOn;
pudiGramos apela¡' al testimonio de las matemáticas, de la fí:lica, de la química, de la historia natnral en sus tres reinos: mineralojía, bo;ánica i zoolojía;
a la ciencia del hombre: sicolojía, csténica, moral, teol~jía natural, filosofía.
Todas cstas ciencias terminarian en el mismo uudo de 108 pr.)blemas : la fuerza i la estension. Pero é8te no es el lugar de hacer un diccionario. Bástenos
considerar bajo el plinto do vista. de la vida esta doble ct\cstion i de notar
todavía el primado de la fuerza Flobre la estcnsion.
[Contiliuari.].
BOGOTÁ.-IJlP:RENTA DE GAITAl'I, CARRERA DE NElVA.
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PSYCHIS
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ESTUDIOS· DEL ALMA HUMANA.
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d~ ~i,':."~~\:~
) N~TM.1t
.Bogotá, 31 de octubre de 1871.
t
EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS.
Q,ue eontlene 108 prlndpl ••• de la doctrIna e.plrlta •• obre la lumarlalldlUl
alma, la nat¡aralcza de 108 Espll'ltll.
I ••••• relacione~ con los hombres,
d ••l
1".
ley"" mOl'lllu, la vida preoent", la vIda t'lltura I el pon-enlr de la ,bl1wanldad, sesun la. ennÚftnza
dad •• por lo. E.plrltus
s••perlore ••1 Clblenida por
diversos
1IIEDIUMS,
Recojidos i puestos en órden por ALLAN KARDEC.
Esta obm, como lo indica su título, no es una doctrina personal,
sino el resultado de la enseÍÍanza directa de los Espíritus mismos sol're
los misterios del mundo a (londe irrillos dt.>spuesi sobre todas la8 cuestiones que intC'resan a la humanidad, dúndonos en cierto modo el cúdigo
de la vida al trazamos el camino de la dicha futura. No ~iendo este
libro fruto de nuestras pl'Opl<\s ideas, pnes que en mnchos puntos import;ante8 t1lniamos una manera ue ver distinta en un todo, no .tendria
~osa alguna que Aufrir nuestra modestia con nnestros propios'el~Jio8;
mas, preferimos, sinembargo, ddar hablar sobre el particular a los que
aon completame,nte (jt'sinteresados en la cuestioll.
El CourriM' de Pm'is del 11 de julio del aiío r.nterior contenia el
artículo siguiente sobre este libro:
"LA
DOCTRIXA ESPÍRlTA.
"Hace poco tiempo que el editor Dentu ha l)ublicado nna obra mu!
notable; íbamos a decir IDui curiosa, pero -las cosas de esta naturaleza
rechazan tal calificativo,
"El Lib,'O de los Espíritus, del señor Allan Kal'dec, es una pájina.
nueva del libro mismo de lo infinito, i tenemos la persuaHion de que
habrá de ser señalada especialmente. Sentiriamos sobremanera que 6e
creyese que tenemos en esto un interes bibliográfico; i si pudiéramos'
'Suponer que f'ue/leasí romperiamos inmediatament.e nuestro. pluma. No .
conocemos absolutament.e al autor, pero proclamamos altamente f)ue
nos alegraríamos de eonocerl0. Quien escribió la int.roullccÍon qne precede al Lib1'O de 108 Espíritus debe tener el alma ab:ertn. para tOlks 108
nobles sentimientos.
"Por otra parte, para que no pueda sospechar¡;:onuestra buen" fe i
acusárgenos de parcialidad, diremos con toda sinceridad que jamfl8 hemos hecho un estudio profundo de las cuestiones sobrenaturales. t:\o!amente que, si 108 hechos que se han prodncido nos han cansado sorpre .•
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Sl'YCHlS
o
ESTUDIOS
DEL AtMA
l'IUMAEA.
sa, a lo ménos nunca nos han hecho levantar los hombros.
Pertenecemos algun tanto a esas jentes a quienes se llama Boñndors!l, porque no
piensan eBactamente como todas las demas. A veinte leguas de Parisr
estando l)or la tarde bajo de los grandes árboles i no teniendo a nuestro
rededor sino algunas cabaiias diseminadas, hemos teDido que pensar
naturalmente
en COSllS distintas de la Bolsa, del Macadam, de los boulevares i de las carrerae de Long-champs.
Bien a menudo n08 hemos
preguntado, i esto mucho ántes de haber oido hablar de los médinms,
lo que pasa en lo que se ha convenido en llamar allá arriba. Aun bosquejamos haco algun tiempo una teoría sobre los mundos invisibles,
~ue nos hemos alegrado mucho de encontrar, casi pcr completo, en el
hbro del señor Allan Kardec.
" A todos los desheredados de la tierra, a todos 1011 qne caen regando
Con sus lágrimas el polvo del camino, les diremos: leed el L~'b1'O de lOff
Espíl'itus, pues su lectura os hará lUas fuertes; les (¡iremos tambien a
los dichosos, a los que no encuentran en Stl camino sino las aclamaciones do la multitud o las sonrisas de la fortuna: estudiadlo,
porque os.
llará. mejore::>.
"El cnerpo de la. obm, dicl~ el señor AlIan Kanlec, debe ser reil'indicado en un todo por los Espíritus que lo dictaron. Ella tlstá clasificada
admirablemente
por preguntas i respuestas, sil'ndo muchas veces estas
últimas en alto grado sublimes. Esto no nos sorprende, pero ¿ nQ hai
un gran mérito en quien snpo provocarlas?
"Desafiamos al mas incrédulo 3. que pueda. reir lc)'endo este libro pn
medio dd silencio i In. soledad, Todo el mundo homará al hombre que
escribió Sl1 prefacio.
"La doctrina se Tl'snme en dos palabras:
No ]vJ,gas a lo.~ otros lo
qu~ no quió'icras que hiciesen contigo. Sentimos que el señor Anan
Kardec no haya agregado: 1 haz a los oil'os lo que quisieras para tí.
El libro, por lo demas, lo dice claramente; i por otra parte la. doctrina
no estaria completa sin esto. No basta el no bacer nunea mal, sino qtW
es preciso tambicn hacer el bien; pues quien es apénas honrado no ll~'n,\
sino la mitad de sus deberes, CaJa hombre no es sino nn átomo imperceptible tle esta gran máquina que se llama el mundo, donde nalla deb~
ser inútil. No nos digais, sobre todo, que se puede ser Útil ain hacer el
bien: nos veriamos obligados a rebatiros en un vol:ímen.
"Leyenllo las admirables respuestas dé los Espiritlls en la. obra del
señor Kard~'c, nos dijimos que con ellas podia escribirse un hermoso
lihro, pero bien pronto reconocimos quo nos hahiamos engañado:
el
libro esttí. completo. No se lograría sino dañarlo al tratar de adicionarlo.
"¿ Sois hombre de estudio i poseeis In bllenn ff: que no solicita sino
instruirse? . Leed el libro primero sobre la doctrina espírita.
"¿ Perteneceis a la. clase de las jentes que no "e ocupan sino do ¡;1
miSUll\S, que hacen, como se dice, sus pequeños negocios mui tranquilalUcnte i que no ven nada mas allá. de sus intereses?
Leed las
leyes morales,
.
"Os persigue la. desgracia. con encarnizamiento
i os veis a menudo
abrumadúB poI' el hielo de la duda?
Estlluiau el libro tercero: E8pet'anws ·í consuelo.'!.
"1 todos vosotros los que tem'is nobles sentimientos en el coraZOD
i crecía en el bien, leed todo el libro.
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psycms o
ESTUDIOS
167
DEL ALMA HUMANA.
"Si hubiese alguien que pndierB encontrar en él materia
las, lo compadeceriamos sinceramente.-G.
DU CHALARD."
para bur-
---------------------------------------------.-------------~
Hemos sido interrogados
varias veces sobre la manera como hemos
obtenido las comunicaciones que son objeto dd LNn'o de los Espíritus;
i resumimos aquí con tanto mayor gnsto las rt'spuestas que hemos dado
a este respecto, cuanto que esto nos presentariÍ. la ocasioll de llenar un
deber de gratitud para con las personas que han tenido a. bien prestsrnos su concurso.
Como ya. lo hemos esplicado, las comunicaciones por medio de gotpea, ,es decir, por la signolojía, son demasiado lentas e incompletas lJara
un trabajo tan estenso, i así es que nunca hemos empleado rste medio:
todo ha sido obtenido por la escritura i pOI" la mediacion de varios mediurns psicógrafos. Nosotros mismos hemos preparado las cU~8tioDes i
coordinado el conjunto de In obra; las respuestas son textultlmentc
las
que han dado los Espíritus;
la mayor }larte de ellas hito sido escritas a
nuestra vista i algunas han sido tomadas en comunicaciones que nos han
remitido los correspoos!l.les o qne hemos recojido ~l()nflequiera que hemoll
podido hacer estudios: los Espíritus parecen multiplicar i presentamos
para este efecto los llsnntoH dl' ohs<.'rvacioll.
Entre los primt'l'o~ medinll1s que han concurrido 3. nuestro trnooj~
fib"w11n. señorita. B;:<<'>\ cuya c(.mplacpnciIL jalllas nos ha falt.ado, pues
ct\si todo el libro ha sido ol-1crito por su mediacioll i en presencia de un
nnmeroso audit.orio quc usisti¡\ a las sl'siones, tomando en ellas el IDIUI
vivo intereso ~las tarde, en conferencias particulares, los Espíritus l,rescrihieron Sil completa revision, para haccrlc todas las ndicionf's i correcciones qne juzgaron necesarias. Esta parte esencial dd trabajo so hi5lo
con el concmso de la señorita J aphet, quien se ha prestado con la. mayor
complacencia i el ma>'!completo Ilesintf'rt'S a todas las f'xi,kncias de los
Espíritus, Pl.rque eran f'!los q niE'lll'S fijaban los días i las horas para. dar
su..; ]f'ccionl'~, El dl'sinteres 110tt'l1dria ('11este un mérito particular en
la señorita .Taphet, que es igualmente son{unbula ml1i notablt, i emplea~
ha provecho¡;¡amenre Sl! til'lll po, p\les q ne los Espírit\ls l't'prneban· tOdo
tráfico que pueda hncr-rse con su presenda;
pt'ro ella comprendi{, que
f'rA.tambien emplt'arlo Útilmente consagrÚndolo 11 la propagacion de la
floctrioa. En cuanto no nosotros,. hemos declarado deSlIo el principio i
nos complacf'mos en confirmado Il(luf, qne Ilunca hemo8 pretendido hacer f'speculacion alguna con el Libro de 1M Espíritus, dehiendo ser nplicado su producto 1\ cosas <le ntilidatljeneral.
Por esto es qne esturemos
siempre reconocidos para con los q no se asocien de corazon i pOI' Ilmor
al bien Il. 11\ obra a q \lO !lOS hemos consagrado.
ALL;\~
KARDEC,"
(Traducido ue la r.e!"u~ Spirit". de Pario).
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168
PSYCHIS
o
ESTUDIOS
DEL ALMA HUMANA •
•
-----------------------------EL ESPIR.ITISMO.
Causas p:ri:rncras.
(CONTINUACION.]
28. ¿ Puesto qU& el Espíritu es alguna cosa, no seria Das csncto i
cstaria menos sujetEf~ confusion, el designar cstos elementos jcnerales,
con lal:lpalabrQ.s
n'(t inerte, materia irrteliJente?
" Poco nos imp ". n las palabras; cosa vuestra es el reformar vuestro lenguaje de un ~" nera que os entendais. Vuestras disputas vienen
casi siempre de no entenderos en el significado de vuestras palabras,
porque vuestra lengua. es incompleta para las €osas que no causan sensacion a vuestros sentidos."
mi:'
Un hecho patente domina todas las hipótesis: Ternos la materm :¡ue 00 es inteJijente; vemos un principio illtclijente independiente de la materia. El oríJen i la conexion do C8tD.Sdos cosas nOd 80n desconocidos. Que tengan un odjcn comun, puntos
de contacto necesario8; qUI' la intelijencia tenga 811exii!téncia propia, que sea una
propiedad o un efecto, aun cuando segun lIt opinion de algúDos, 6ea UD ¡'emanacion d~
la Divinidad, lo que nosotros ignoramos, nos parecen distinta6 ; i por l!stO las admitimos como formando dos principi08, constituyendo el Universo. Acem1l8 de esto,
vem08 \lDa. intelijencia. que domiua n todas las otras, qne las gobierm., la que se di8tingue por sus atrtbutos esenclalcs. Es esta. intelijeneia suprema la. qut: se llama. Di06.
PROPIEDADES
DE LA MATERIA.
29. La ponderabilidad es un atribut.o de la materia?
"De la materia tal corno vosotros la entendeis, si; llero no de la
rnll.teria considerada como flÚido universal. La materia etérea j 8util que
forma este flúido, es imponderable paravosotI·os i no por i~SOdpja de ser
el principio de vuestra materia ponderable."
dos,
El peso ua \lna propiedad relati"l"ll fuera de las esferas de atracdon
bai peso, lo mismo que no bai alto ni bajo.
de los mun-
DO
30. ¿ La materia está. formada de uno o mnchos elementos?
"De un soJo elemento Idmitivo. Los cuerpos que comiderais como
~p~e~, }I~son verdaderos elementos i sí trasformaciones de la materia
pr~a.
31. ¿ De uónde vienen las diferentes propiedades de la materia?
"Son modificaciones quc las moléculas elcmentarias ¡;nfren por su
union en ciertas circunstancias."
22. ¿ Segun esto, el sabor; el olor, el color, el sonino, las cualidades
venenosas o saludables de los cuerpos, no serian mas que modificaciones
de uoa sola i misma cosa primitiva?
"Si, sin duda, i que existen solo por la disposicion de los órganos
destinados a Jlcrcibirlas."
Este principio está demostrado por el hecho de que no todos perciben de'la misraa mancrD.: uno encuentra una cosa ngrada.ble al gusto, otro la encuentra mala;
uno., ven azul lo qne otros ven encarnado; lo que es un ,eneno para uno8, cs in')fensh·o o saludable pa.ra otros.
33. ¿ La misma materia elcmentaria, es susceptible {e recibir tadas
las modificacioncs i de adlJ.uirir todas las propiedades?
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PSYCHIS
o
ESTUDIOS DEL ALMA HUMA.NA.
169
"Si, i esto es lo que debe entenderse cuando decís que todo' efltá. en
el todo." ~
El oxíjeno, el hidrójeno, el azoe, el carbono i tedos los cuerpos que considerlltl108
como simplll8, no son ma8 que modificaciones de una sustancia primitiva. En la impo5ibilidad en que estamos basta el presente de remontamos, de otro modo que con el
pensamiento, a esta materia primera, csos cuerpos son para nosotros verdaderos elementos, i podemos, sin que esto tenga consecuencia, COtlsiderarlos como tales hasta.
nueva órden.
-¿ Esta teoría, parece dar razon a la opinion de aquellos que no
admiten en la materia mas que dos propiedades esenciales: la fuerza. i
el movimiento, i piensan que todas las otras propiedades no son mas
que efectos secundarios, variando segun la identidad de la fuerza r- la
direccion del movimiento?
"Esta opi,nion es esacta. Es menester afiadir tambien: segun la disl}osicion de las moléculas, - como tú lo .es, por ejemplo, en un cuerpo
opaco, que puede volverse trasparente i recíprocamente."
34. ¿ Las moléculas tienen una forma determinada?
"Sin duda, las molécnlas tienen una forma, pero que no es apreciable para vosotros."
¿ Esta forma es constaute o varial¡le?
"Oonstante
para las moléculas elementarias primitivas, pero variables para. las moléculas secundaria8, que no son mas que aglomeraciones
de las primeras;
Jlorque esto que llamais vosotros molécula, está. aún
JéjOB de la molécula clementaria."
ESPACIO
lJl'i¡VERSAL.
35. ¿ El espacio universal es infinito o limit.ado?
~'Infinito. Supónle límites ¿ qué habrá mas allá? Est.o confunde la.
razon, bien lo sé, i sinembargo tu razo-n te dice que no pllede ser de otro
modo. Lo mismo sucede con el infinito de todas las cosas; en tu pequeña esfera no puedes comprender esto."
Si se le supone límite al espacio, por mui lejano que elpen811im~to pueda concebirlo, la. ra.zon dice que mas allá de este límite hai alguna. cosa, i así de gra.do en grado
hasta el infinito; porque esta cualqlliera cosa, aun cuando fue¡;e el vacío absoluto,
seria aún el espacio.
36. ¿El vacio absoluto existe on alguna parte en el espacio universal?
"No, nada está. vacio; lo que estlÍ vacío para tí, está ocupado por
una materia que se escapa a tus sentidos i a tus instrumentos."
CAPITULO III -
CRF.ACIOS.
1. Fonnacion de 10I-e,mundos.-2 Formacion de los s~s vivientas.-3.
Pobl11don de la tierra.. Ad_~
DiversidJ\d de las rav.as humnnat.-5.
Pluralidad de ),>s
mundos.-6.
Considi}raciones i concordancias bÍlaIic&8 "tocante a la"creacion.
* Este principio esplica el fenómeno conocido de tolOO~'
0l'0!I i qne cowúste en daJo. I*f la
voluntad, a. una 8ustancia. cuah¡uit.\ra, 0.1agua. por ejemplo, -.
mui diveraaa, un
to determinado, I18l como las eualidadc! a.otiv3.!!dé otras Bnstancia.'I,
ueatD:J:j1le no hai mas quo un eCento primitivo i que las Rl'Opiedade:s de 108 diferentes cuerportl no son mM qtle modiflracionOl de elite elemento, resulta
que 1•• 81lAt&nOIam ••• inofensh-a tiene el mi.mo principio que 1,. mas deletére ••. Asi, el s.g'Ila, que est' fOl'.
mada de una parte de olÚjeno 1 dOll ~e hidr6Jono, Be vuelve ool'l'08iva si Be dDblA la poreion iie olÚjeuo.
Uu tm1lAfortDaCÍOll análoga, puede produclrle por la ••ccian m ••guótlQ& dirijida por la volWltad.
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170
rSYCHIS
o ESTUDIOS
FOR.lllACION
DE
DEL ALMA HUMANA.
LOS lIIUNDOS.
El Universo comprende la infinidad de los mundos que velIlos i ]O~ que no
vemo~1 todos los sére~ animados e inanimados, todos los astros qUfl se mueven en el
espacio, así como los flúidos que lo llenan.
37. ¿ El Universo ha sido creado, o es de t.oda eternidad, como Dios?
"Sin duda que no puede haberse hecho élmi::lmo, i si fuese de toda.
eternidad como Dios, DO podria ser obra de Dios.
La razon nO$ dice que el Universo no ha podido hacerse por si mismo j i no pudiendo ser tampoco obra de la casualidad, porque la casualidad nI) existe, debe ser
obra de Dios.
38. ¿ Cómo cre6 Dios el TIniverso?
"Para servirme de esta espresion: por su voluntad. Nada pinta esta.
voluntad todopoderosa mejor que las bellas palabras del Jénesis: 'Dios
dijo: Que la luz sea, i la luz fué."
39. ¿Podemos conoct'r la. manera cómo so formaron bs mundos?
"Todo lo que puede decirse i que vosotros podais eompiender, es
que los mundos se forman por la condensacion do la materia diseminada.
en el espacio."
40. ¿Los cometas, son así como lo pensamos ahora, un principio d~
condensacion de la materia i de los mundos en via de fOl'macion?
"Esto es esacto ; pero lo que e::lun absurdo es el creer en su influencia, es decir, esa influencia que se les atribuye vulgarmente; porque
todos los cuerpos celestes tienen su parto de influencia en ciertos fenómenos fijos."
41. ¿Puede desaparecer un mundo completamente formado i diseminarse la materia que 10 compone, en el espacio?
,. Si, Dios renueva los mundos del mislllo modo q'Je renueva los
aéres vivientes."
42. ¿Podemos conocer la duracion de la formacion de 108 mundos;
por ejemplo, lo que tardó en formarse la tierra?
" yo DO puedo decírtclo, porque 8010 el Creador lo sabe, i bien insensato seria el que pretendit'se s8berlo i conocer el número de siglos
que trascurrieron en su formacion,"
FORlIIA.CION
DE
LOS SERES
V,lVIENTES.
43. ¿Cuándo empezó a poblarse la tierra?
"Al principio todo era caos; los elementos estaban confundidos.
Poco a poco cada cosa ha ido tomando su puesto i entúncetl aparecieron
los aéres vivientes apropiados al estado del globo."
44. ¿ De dónde vinieron los séres vivientes a la tiem~?
" La tierra encerraba los jérmenes, que esperaban el momento favorable para BU desarrollo. Los principios orgánicosc88jut.taron desde que
cesó la fuerza que los tenia separados, i formaronlo~érmenes
de todos
106 aéres vivientes. Los jérmenes- quedaron en estado latente e inerte,
como la crisálida i la simiente de las planta!!, hasta el momento propicio para el nacimiento de cada una; entónces los séres dE:cada especie, se
juntaron i se multiplicaron."
45. ~En dónde estaban los elementos orgánicos ántes de la forma.cion de la. tierra?
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PtlYCHISo ESTUDIOSDEL ALMA
HUMANA.
171
" Se encontraban, por decirlo así, en estado de flúido en el espacio,
entre los Espíritus o en otros planetas, esperando la creacion de la tia·rra, .para. empezar una nueva txistencia en un globo nne\'o."
La química nos maniflesh. las moléculas de cuerpos igncrgánicos uniéndose panr.
fonnar cristales de una regularidad constante, segun cada especie, desde que están
en la condicion que es necesaria. La menor turbacion en estas condiciones,basta para
impedir la rellnion de los elementos, o al ménos la disposicion re¡1;ularque constituye
el cristal. ¿Porqué no ba de ser lo mismo en los séres orgánicos? Consérvanse, durante años, semillas de plantas i de animales que no se desarrollan sino en una temperatura dada i on un paraje propicio, i se han vistojerroinar granos de trigo despoes
de muchos siglos. Uai pues en estall semillall un principio latento de vitalidad, esperando una circunstancia favorable para desarrollarse. ¿Lo que pasa todos lus dias ir.
nuestra vista, DO puede haber cxistido desde el principio del globo? Esta fonnacioll
de séres vivientes saliendo del caos por la fuerza misma de la naturaleza ¡, quita alguna cosa & la grandeza de Dios? Léjo, de esto, corresponde mejor :l. la idea que no"otros tenewos de su poder, ejerciéndolv sobre infinidad de mundos por leyes eternas.
Esta teOl'ia, es nrdad que no resnelve la cuestion del orijen de los elementos 'Vitales; pero Dios tiene sus misterios i ba puesto límites a nuestras investigaelone3.
46. ¿lIai aún séres que nacen espontáneamente?
"Si: pero el jérmen primitivo existia ya. en estado latente;
vosotros sois todos los dias testigos de este fenómeno. ¿ No encierran los
tejidos del hombre i de los animales los jérmencs de una multitud de
gusano!!, que esperan para nacer la fermentacion pútrida, ne(:esaria par.a
su existencia?
Es un pequeiio mundo que dormita i se crea."
47. ¿La especie humana se encuentra entre 108 elementos orgánicos
contenidos en el globo terrestre?
"Sí, i vino a su tiempo; esto es 10 que ha hecho decir que el hombre estáformauo
del polvo de la tierra."
48. ¿ Podemos conocer nosotros la época de la aparicion del hombre
i de los otros aérea vivientes?
"No, todos vuestros cálculos son quimeras."
49. ¿ Si el jérmen de la especie humana se encontraba entre 108 elementos orgánicos del globo, porqué no se forman ahora hombres como
en su oríjen ?
" El princi pio de las cosas está en los secretos <lo Dios; sinem bargo, se
puede decir que los hombres una vez esparcidoK sobre la tierra, han absorvido en ellos los elementos necesarios para su formacion, para trssmitirlos segun las leyes de la reproduccion.
Lo mismo sucede con las
diferentes especies de sé res vivientes."
(Continuará.).
FORMA.S DE LA. VIDA. FUTURA..
Nuestra
opinlon filobre In inlU.or1:alidu.d.
-Qrljen del alma.-PreexJstencia.-Reencarnacion.-&posicion
de los principios.-Falea
beatitud.-Inadmision del infierno eterno.-Verdad sobre la ,·Ida.futura..-Solucion de
la cuestion del maL-Bondad de Dios.-San Jer6nimo.-lforalidad de nuestra doctrina.-Condiciones de las existenci8BfutUIaEl.- Profcsionde fe.
En la anterior hemos referido fielmente lo qJleJlan pensado los antiguos
i los .meder.1108 8obr.e la .ouestion suscitada í resuelta por la filosofla nnl:Va.
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rSYCHIS
o ESTU'DWS
DEL .ALMA H'úM.A'gA .
.Nos queda por hacer conocer nuestra opinion, la que hemos tJspresado en
qmnce obras filo6óficas, desde 1838 hasta -nuestT08dias, SiDhaber cambiado
nUlica sobre los principios esenciales.
No tenemos, pues, nada ml:ljor que hacer Sino escojer diverboH fragmentos
de nuestras obras i prescntarlas por 6tden de materias, tanto mas que todas
ellas están llgotadas, siendo imposible reunirlas boi.
Trataremos desde luego de la cuestion del or~jen,esto es, de la prexistencia, que inducimos: }.o de las desigualdacles intelectuales i mor;1Ies;2.o del
estado ·inferiol· de la ticl'l'a, del de nuestro cuerpo achacoso a l:lcnudQ, enfúrmoi de la diversidad de las condioiones de fortnna concedidas a cada uno,
Diremos en seguida una palabra wbre el pecado orijinal i la manera racional
como es menester entenderlo.
Pasando, en fin, a la cuestion del destino, mostl'al'emos que la opilJion del
infierno absoltllO i de la beatitud ociosa debe ser desecbada; despues estableceremos, por una parte, la pluralidad de las existencia:> C01110 medio; .por otra
Dioll, como fin eternamentc propuesto a nuestras aspi1'aciones i obtenido ya -en una plenitud suficiet'lle por los que han llegado a su r'3ino, gracias
a 8\\S méritos 'i a sus pruebas valerosamente soportadas,
"El problema de nueStro odjennos está oculto, i es solo po:' la observacion de 108 hechos de 1:1 existenciallctun1'que .podemos ensayar reRolverlo,
induciendo el pasado del presente .
." Tres hipótesis han sido emitidas a este respecto:
,'}.o. Antetj de venilo a la tierra, el alma preexistia en nn mundo cual·
quiera. La vida terre~tre no es sino un punto en la del individuo i está ligada
a nn conjunto de vidas diversas que tiencn lugar l\quende i allenc,e;
"2.0. El alma 110 comienza II ser sino cuando el niiio ha sido -<,oncebido en
el B('no de la madre; i
(, 3.U. El alma no se manifiest:\ sino en aquel instantc; pero la esencía preexístia 01 la prin~ra pareja.
" Hago a un lado 1nillediatamcntl! esta tercera bipótesis, qm' se encierra
evidentemcnte en la segullda, no datando la vida moral ¡¡ino del dia CIl que
se manifiesta la esencia.
"ñus dos primcras hipótesis son tan antignas como el mundo. 'Si la Bntiglie(l:-l,entrara por algo en la ::lolucion de la ~uestion, no se Habria a cual
COTlVl'lHlria
dar la preferencia.
" Nuestra tarea consistiría en investigar silos fenómenos revelados pOI'
la ob~el"Vaciondel alma indican en ella una ·vidannterior, o estnn l:lUficielltemcnte esplicados por los hechos de la existenoi.aactual.
.
" "Eldoble lJecho de la desigualdad de las intelijencias i de la desigualdad dela ·moralidad, está admitido por el sentimiento jenera!. 'Se oye decir
~ada día qUll talo cual niño tieue disposiciones especiales, que·tal otro tiene
mt'nos. 1 por otra parte ¿ no se dicc tambien, hablando de niños de tierna
edad, cnya educaciou apéna1l está ·empev.ada, que t.ienen ·inclina·Jiones viciosas? ¿ ~ o es uno a veces testigo, bajo este respecto, de prodíjic>s inesplicables? Allí son jóvenes aún impúberes, pasando altomativarnente de su muñeca al violín, i alcauzando la habilida<l consumada ·de los grandes maestros,
cn una cdad e:1 quc mnchosno distinguirían una nota do {)tra, lIe .nombrado
II Teresa i a :Maria MillalloIlo. ' .¿ Hablaré de los dos pastores calculistas,
-Enriqne .l\1ondeux i Vito Mangiaméle.? del colojial de'San Poelten, de Col.
born, de :Fedediah Buxton? Estos son heéhos remarcablcs; pero~ cuántos otros
hai que, aunque no·tan sobresalientea, son igualmente ciertos! Interroguemos a los'institutores i s las madres de familia: ninguno vacilaría en afirmar la
desigllaldad de las illtelíjenciaso Tambicn cuando Jacoto\' proclamó el princiI DesJo
la. edad de nueve años Teresa entusill8maba
todas 1M CD.pit¡.lllS de Euro"pa. Bllillot deciD.: "Se creeria que ha tocBdo el violin ántea de nacer"
.
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1'8YCHIS
o
'ESTUDIOS DEL .ALMA H"{j}[ANA,
173
'Pio contrario, suscitó la mas severaop08icion. Helvecio otras veces no fué
mas feliz, bien que la igualdad nativa era la consecuencia necesaria del 8ensualismo que lo dominaba todo entúnoos.
" En la tierra, no se puede negar seriamente la desigualdad intelectual
i moral. Los fiilúsofos que han '8ostenido la igualdad de las inlelijencias no
creian en ella sinceramente, i no emitian esa paradoja sioo como un estímulo
para todos i como preliminar de UII plan nuevo de cllseiianza,
"En verdad se puede deoil' que es imposible concebir dos hombros en
una posicioD de tal modo idéntica quc se pueda juzgar del uno por el otro: si
solo se hicieran Ilotar algunas lijel'as diferencias, podl'ian ser atribuidas
a la val'Íedad de los centros cn que hab¡'ian estado colocados; pero sucede de
otra manera, Hai intelijeneius tan débile,¡, tan limitadaR, que, aunque se lns
someta a las mejercs condiciones de edueacion, es imposible haeerlas llegar al
nivel de otras que han queJado' sin cultura. Por otro lado, encuéntl'asc a
veces hombres en tal grado superiores, que se les saluda con el nombro de
jéllios. Seria menester, pues, suponer que un idiota a quien apénas se
ha podido enseñar las cosas llias comunes, habría llegado a ser tan grande
como N ewton o iLeibnitz, colocado en la8 mi8mas condiciones. Parece tan
ab8urda esta oonsbcllencia i repugna de tal modo al buen sentido, que no va·
cilam08 en Pl'oclamar la desigualdad de laR intelijencias en la tiena como
UDa verdad adll1itidapor la cOllciencia del jénero humano. El principio con·
trario solo·ha Rido una paradoja que ni aun ha creido de una manera absoluta
'el que la ha emitido.
"Espliquemos bien llue8tro pensamiento, que podria 1<ercomprendido
,mal. Nadie ha contestado ni podido contestar que las intelijencias fuesen de¡¡iguales en la tierra. Jacotot, cuyo n-ombre no es indigno de figurar cn
este escl'ito, reconocia csta desigualdad como un hecho, pero la lltribuia a la
diferencia de los centros de la existencia actual. Hai en el error dc J acotot
el.jérmen de una gran verdad, El elTor viene de que este filósofo cree esplicar suficientemente la variedad, algunu!! veces enorme de las intelijencias, por
los 8010s hcchos antcriores ,le la existcncia terrestre actual, los que son impotentes para dar cuenta de ella. Pero, al mismo tiempo, Cllpresa una mui bella
'imui justa idea cuando admite en el punto de partida la ignaldad de las facultadl!l:li un poder intelectual idéntico. Como lo hemos demostrall0, la desiguahbd de esencia no puede provenir ni del alma aRtes de su manifestacion,
ni de Dios, sober:mamellte equitativo, Esta idea es aÚn contradictoria a la
nocioll de los scres, Ya que el alma ántes de S¡¡S manifestaciones cs una simplc esencia, seria menester deei¡' que hai tantas esencias de una especio dife.
rente casntos individuos, lo que 08 insostenible .
.•, Luego, la distancia inmensa que separa a los idiotas de los hombres de jénio induce claramente a creer que las almas no llegan a la tierra con el mismo
grado de poder i de iniciacion: la diferencia de edllcacion i la variedad de los
centros son motivos impotentes para esplicarla. Para !\ostener l'l. igualdad d~
las almas al principio de su cx,istencia actual, seria preciso tlostenar qua un
cretino a quien, a pesar de una posicion social brilhmte, no se ha pOflidr}cnse-fiar los elementos mas vulgares de las ciencias, hubiera podido, por ejemplo,
eucontní.ndose en los mismos centros que N apoleoD, concebir i ejecutar obraii
tan grandiosas como é8te. Esta opinion está roohazada por la coocíeneia mis·
ma de la humanidad.
"Si fuora posible distinguir i reunir almas que se encontrasen a llU llegada
a la tierra en el mil\lUo grado de desarrollo, se harian ouriosas observa.
teiones, 8ometiéndolas, poco mas o,ménoB, a la misma edueflCion i s las mismas intlllencia8. En verdad, los progre .•olíl variarían, porquo por mas que so
haga, 108centros no pueden ser completamente idénticos; pero la diferencia
de la una a la otra seria poco sensible i jamas constituiria las notables dis.
ltinciones que separan ~ los ¡qdivid.uOi tomados 31 llCJiSO i reunidos por
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174
PSYCHIS
o
ESTUDIOS DEL A.LMA RUlIANA.
los acontecimientos, a los que preside siempre la Providencia divba. El papel
de la Proyidencia consiste, sobre todo, en una distribucion tal de las almas
de modo que el progreso esté siempre asegurado, i que la buman:,dad marche
con paso cierto a la conquista de sus destinos.
"La desigualdad de las almas que llegan 8 nuestro globo DO pro\'iene,
como lo hemos establecido, de una del!ig~ldad de esencia ni de \lna voluntad
particular ue Dios: ella no puede encolltrar su razon de ser sino en una sél'ie
mas o menos larga de existencias anteriores.
" Asi, las disposiciones del alma, quesou el efecto de las manifestaciones
precedentes, forman el punto de partida de la existenoia actual.
"Al venir a ocupar UII cuerpo humano, el alma imprime a la materia una
manera de ser correspondiente al gl'ado de iniciacior. que ha conquistado
anteriormente. GaU ha demostrado, en efecto, por la invencioll de la ciencia
frenolójica, que una disposicion cerebral particular corresponde a -cada inclinacion, a cada facultad de la intelijencia. Se ha podido criticar este resultado en sus aplicacionell, en sus detalles, miéntras que los trabajos de Gall,
oonsiderados eu principio i en su conjunto, son inatacables. Quid. este sabio
ha cometido algunos errores de práctica, que serán o han sidl) rectificadotl
por sus 8ucesores; pero un sistema verdadero en sí mismo nO p Jede ser des·
truido por falsas designaciones, que resultan de una observacioll incompleta
en la infancia de una ciencia. Si eSll estado del cerebro P,s independiente del
alma, so concibe que la voluntad debe hallarse en ciertos casos dominada
irrc,;istiblementc. A veces la libertad seria anonauada, l'icmpre apocada. El
asesino, (no hablo aquí del que comete un homicidio bajo la influencia de una viva pasion) presenta constantemente el desarrollo cerebral indicado por los frenólogos. Siguiendo la opinion ordinaria, que consiste·en decir
que nacemos por primera vez en la tierra i que seremos juzgados por
esta sola prueba ¿ no so vo que se tlUscitan insuperables dificultf,descontra la
justicia di vina i la justicia humana? j Quó! el infierno (como se dice) se abri.
rá para un hombre que ha sido avasallado por su inelinacion, que no ha sido
libre, o, si so quiere, que ha tenido una libertad a med,ias! ¿ (2uó significan
nuestras cortes de asís i nuestros cadalsos? La condenacion de aquel hombre es un asesinato jutídico: el juez seria el único asesino. Para probar al
homicida que ha hecho mal, que era libre ¿ le matais ? j bella lójica! Compadecedle mas bien, i encadenadle como una bcstia feroz. Crueldad e injusticia
de Dios: • barbarie de la sociedad; - he aqui las consecuencias :1 las cuales se
llega necesariamente; i csas consecuencias son evidentemente falsas, siendo imposible admitir que la justicia humana i la justicia divina no vengan a ser sino
una perpetua iniquidad. A esta cuestion insoluble, ¿ qué respollden los teólogos? Que Dios pedirá a cada uno segun le haya sido concedido. Es decir que,
si la inclinacion ha sido irresistible, no hai crímen punible: esto es salvar
la dificultad sin resolverla; es desquiciar todas las leyes de la sociedad humana. En efecto, que se presente un homicida con un horroroso concurso de
protuberancias cerebraloiil: no se le podr:i condenar; cn tal caso el crímen es
mdiferente on sí: bai necesidad, la libertad desaparece. Por otro lado, supongamos un hombre cuyo cerebro está admirablemcnte conformado, que posee
en el mas alto grado todos los signos de la benevolencia, dt:llsentido moral,
de la relijiosidad, ¿ qué mérito puede tener en obrar bien? ¿:S0 le concede
mérito al cordero por EU dulzura? N o, de la misma manera que no 8e di·
ria: el tigre es sanguinario. Despues de l08 descubrimientos frenolójicos, para que haya todavia lugar para el mórito o el demérito, soria menester que cada
ioclinaciou se encontrase contrabalanzeada por una inclinaciou contraria; que
así, por ejemplo, el desarrollo del órgano de la benevolencia P'l.dieae auiquilar
el desarrollo de la protuberancia del homicidio. La esperieclcia deSIDlente
2
PW8, el hombre, &, cap. VII, 1.847.
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Pl'lYCHIS
o
ESTUDIOS
DEL ALMA HUMANA.
175
este re8ultado: casi siempre]a cabeza de ]os malvados presenta a la ciencia
frenolójíca un horroroso conjunto de malas pasiones i de brutalidad. La de·
l!igualdad mora], como la desigualdad intelectual, no puede esplicarse sino
por una suce8ion de existencias anteriores. 3
Hasta ahora hemos considerado el alma actual en su intelijencia i en su
moralidad. Echemos una mirada sob!'e la esterioridad que ]e cstá unida.
El alma S6 exhibe en la actualidad en el mundo tIe la tierra. Pero si vit;!n6
aqui nueva i sin faltas anteriores que ]e hagan merecer esta morada ¿IIOI-'lIede quejarse con buen deNcho a Dios I-'0r haberle reservado una prueha
tan ruda? ¿ Por qUtlllO habria tenido lugar aquella prueba ell otro globo de
la creacion? «LE~ que la tierra, dondc domina todavía el mal, seria el mejor de
los mundos? Despues ¿qué órganos obtiene para manifestarse en ella i ejcroer
su vida? Ellos son pesados i groseros, sujetos a las enfel'llledades; es menester vestirse, alimentarse; la locomocioll es penosa. Si hai hombres cuyo cuero
po está poco lUas o ménos oien organizado, hai otros que lo están detestablemente; hai achacoso!!, sordo-mudos, tullidos, ciegos de nacimiento, idiol as,
t:retino~, looos. ¿ POI' qué esa reparticion de males horrorosos, si nada la justifioa, ni para la expiacioll, ni para la prueba, que no puede ¡¡¡ertan fácil para
\lUOS i tan difícil pal'a
otros, sin una incalificable injusticia? ¿ 1uo 80n.1as
condiuion<l8 de la Huerte tan disparatadas e inicuas? El uno nace en la opu]encia, el otro en la eHtrcma pobreza ¿ por qUtl?
Se ha tratado de rcsponder por el dogma del pecll<lo orijinal, mui justo,
lllui profundo con la preexilltcncia, pero ra(licalmcute incomprensible !Sindla.
He a(luí como, en nuestro::! fra,qmentos filosóficos, \lO::!lo csplicamos, rcsulllicn¡\o las opinionell de J uall Reynand:
" El pecado del padre, esclama Pelajio, no ha podido ]\:Ic(>rculpalJlcs :l
los hi.ias: hc aquí ]0 cierto, porqne es el grito divi\lo de la conciencia. Luego
108 niños nacen inocentes:
he aquí el desbarro, Por ser inocente!! del pecado
da sns padres, no se sigue de ahí que los hijos lo llean del que uao podido 00meter por Rí mismos en los tiempos anteriores a Sll apariciou sobre la tierra •
.Ahora JIlan ¡{eynaud hace ver que al uacer el alma do algunos está visible·
mente deformada. I.uego el hombre ha vivido ya, i, en aquella vida precedente, se ha depravado. Deddil' de otra manera seria atribUÍ!' a Dio!! la. inilliativa do todas las malas inclinaciones que se manifiestan en el hombre desde
el momento en que pone el pitl sobl'e la tierra. Así se comprende de igual
JUanera por qu{¡ es que nadie aquí abajo está esento de rnberias, i por' qu&
C"¡)tánestas miserias diversámente repartidas.
"AunquE! estuviésemos verdaderamente bajo el ostigma de la decadencia
de nuestro primel' padre, encontrlÍndonos en ella todos neoesariamente lJajo el
mismo título, RUS efectos deberiall ser los mismos pal'll todos; de suerte que
la hipótesis de la caida primitiva, aunque diese la esplicacion de las miserias
en jeneral, no bastaria con todo para dar cuenta de Sil distribucion. Pero b1,
por el contrario, nne¡)tra culpabilidad es pel'sonal, es naturalmente difel'eIJw
para cada uno, i por consiguiente los principios que le corresponden uo pueden dl'jar de diferir taUlbien. No es porque seamos los hijos de Adan que nos
hallamos depravados i miserables como él: es porque Úramos depravados eomo él i dignos pOI' consiguiente de ser miserables como él, que homo!! venido
a ser sus hijos. Pero si, por culpables quo somos al nacer, la juslicia ,le Dios
\10 nos aplica por castigo sino la tierra, por culpables que seamos al morir
ella no podria imponemos el infierno; pues que nuestra culpabilidad, sicnd¿
de] mismo órden a la partida que a la llegada, no puede merecemos en la
segunda puerta penas absolutamete diferentes de lag que nos aguardaban en
la primera. Así, ]a verdad de la pl'eexistencia suministra un tcstimonio invencible contra la locura dol infierno eterno. Juan Heynaud insiste como no¡¡o~ Destino d~llwmlJre, p. 21 i sil, 1846.
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176
PSYCHIS
o
ESTUDIOS
DEL ALMA I1Ul\lANA.
tros sobre el estado perpétuamente l'elati'l"o del pecado, que puede siempre
ser ex~iado por el a1'l'epentimiento.
"El ó¡'den de la tierra, quedando ligad{) bajo todos respectos al del
universo, el problema que, cuando se pretendía atacarlo sin Elevarse a una
,eontemplacion mas alta que la de este pequeño rincon del mundo, no tenia
. Bolucion sino por la injlisticia de un lado i por la fatalidad del,)tl"O, se espliea, i en toda su estension a la vez, de una manera eonfo¡'me a la libertad del
hombre i a la justicia de Dios. Fácil es ver, en efecto, que como la tierra debe estar abarcada de tal manera por d ¡'esto de la creacion que el conjunto
no haga sino uno, si se considera del todo aisladamente, se debe necesariamente caer ~n la imposibilidad de descubrir sus leycs. N()tese tambien
que todo queda subvertido i tt'astornado por cOI1secuencia de la falsedad
de este punto de vista: lo que es 6rden viene a ser desórden; lo que es justicia, injusticia; lo que es libertad, fatalidad; i, en tal confusion, los espÍl'itus re.montando del jénero humano, convencido de iniquidad, a la Providencia,
condenable :tambien, en apariencia, por el mismo cargo, condenan, como
lo decía ha poco, las leyes i la relijion. 1\1as, al contrario, mediante la
consideracion de los vínculos de la tierra con el universo, todo se calma al
mismo tiempo que todo se regulariza. El hcmbrc, en cualquier:} condicion de
nacimiento qllc se vea colocado: acha(lo~G,deforme, pobre, es::lavo, abandonado; pri\'ado de toda facultad brillante, aquejado por todos los malos instintos i todoakls vicios, comprende que no es victima de un info~tllnio inmerecido i cesa de injuriar a Dics exasperándose contra su destino,- El espectáculo de ~108 destiaos mejores, léjos de entretener en su oorazon una fuente
,de zelns i de .odio, lIutre en Úl, por el contrario, la ClUulacion i la esperanza. •
" Es evidente que la relacion bíblica do'la falta de Adan es un mito, esto
es, una vordllJ .oculta bajo una historia emblemática. Los noml:res mismos da·
dos por Moiséi ' a los dos (Lrboles del Paraiso: árbol de la cieucia del bien i
del mal, árbol de vida, lo indican suficientemente. Los PadrE:s de la Igiesia
ma!! ortodojos ,han confesado que la relacion bíblica no podia sor entendida
al pié de la letra. San Agustin piensa, como Oríjenes, que ·an ese capítulo
del Jénesis se ~cbe atender mas al espíritu que al texto, i un escritor cat6li
eo de nuestros dias ha dicho: "El abuso que se ha hecho en teolojía del sistema de los mitos no debe proscribir la sabia exéjesis, con euya ausencia la fé
queda a veces escasa i estéril. De que se haya hecho de la caida del hombre un
progreso, i de qne se haya llamado árbol de Ig ciencia del bien i del mal el primer árbol de la libertad, no hai razon para tomar la fruta de aqu,)l árbol por una
manzana de la especie de ,las que COlloce~lOS,i la cubierta camal con que el pe·
cado vistió a Adan, por nn calzon de piel' e "El dogma del pecado orijinal
puede, 'segun mi parecer, tener un ¡.;entido mui razonable. En la hipótesis de
la prexistencin, infinitamente probable para todos los espíl'llns que no limitan
-BU vista -al presente, se puede con verdad decir que cada niño que viene a la
tiena trae una falta orijinal, que le hace merecer esta morada. ¿ No hai, en
efecto una. singular estrechez de vista en creer que nosotros que vivim08 en
1847, háyamos venido cabalmente a este punto de los tiempo~ caidos de las
nube!! de repente, con facultadm;, con inclinaciones, algunas de las cuales son
innatas, sin antecedentes i sin encadenamiento, i Binembat'go nos sentimos inmortales? Pero j qué inconsecuencia la d~ Degar el pasado afirrnanJo el pOl've'nir! .... Sin duda que hemos empezado, puesto que 00 IlOIl}()S Dios, puesto que
no bomos partes de Dios; i todo nos induce a creer que ésta no e8 Iluestl'a·
primera existencia, pues, seria menester a cada nacimiento que hubiese crea·
cion de una alma nueva, miéntras que hemos csplicado que, por una leí armó• Leed el emayo .,o¡'re los mi.,fm'/o." 1R49. p. 5S, i el .,enri.llo di'l"UrIO a, todo, lo, hombres, i "obre todo lllos que l'ufrc1I, p. 108 i 109 de la obre. titulada: Dios, ,:l1wmbre, k.
• Xlleros frag""·ntosJillwijlcn,,
184!),
o IntrodllCcioll a la !coíojía de la hi,toria, por CJ¡r.rlea Stofelil, p, 29.
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PSYCHIS
o
ESTUDIOS DEL ALMA IIUllIA!'1A.
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-
.,-
nica, el a1ma va al mundo que ha ganado a revcstir el cucrpo que corresponde
a su estado 1 Notemos qlC despues de la vida terrestre, si hemos desmerecido, o si no hemos hecho sillo pocos progresos, iremos a mundos inferioreR, donde los lazos materiales comprimirán aÚn el recuerdo, i que aHí tambien seremO!l
Yíctimas de la misma ilnsion, creyendo 'Vivir por primera vez. El recucrdo no
existe sino en los mundos superiores, donde las cadenas materiales son mas i
!Uas ¡ijeras; así es que, siulas tradiciones Robre el pecado orijinal i sobre la degradacion de nuestra naturaleza, cuya rcvetacioll es <lívina, no 'hubiéramos
tenido sino mui dificilrnclltc una idea uc la preexistencia. En el tiempo de
()risto no era útil todavía que la l'lociedad humana comprcndiese la gral1 vcrdad, que el porvenir no discutirá, admirándose de haherla poseidO' tan tarde,
a sabcr: que la humanidad no es. sino una tribu deluniven;o. Largo tiempo
hemos sido i somos aún mi9Cr:1blessalvaje!> confinados en una isla desconocida: no seremos verdaderamcnte grande!! sino cuando no!! h:íyamos incorporado a las sociedades mas avanzadas del cielo; sino cuando seamos dignos
de entrar en la magnífica unidad de la creacioIl. El tiempo se aproxima, y:~
que los hombres empiezan a tener una idea confusa del el1cader-amiento de los
mundos. Cuando en este punto sea sério el progreso i la humanidad hay~
avanzado, no es imposible suponer que ciertos hom'bres tengan una conciencia cierta, aunque oscura, de sus vtda8 anteriores. En los momcntoS en que el
espíritu !ledesprende lo mas posible de las trabas de la carne i vuela háda el
intinito en alas del pensamiento, mc ha acontecido tener como un recuerdo
vago de paises, de ~eres, de co~as a que nada se asemeja aeiÍ abajo. Oh! si no
es esto una ilusion, Dios mio, sostened mi dehiliJaJ; remonte yo I¡¡icia el puro
foco de V~lestro amor; aqui estoi demasiado léjos de vos, todo me pesa i me
hiela; si me abandonaseis, en qué abismo caeria! Pie{lad, señor, espero aún,
porque os amo í amo a mis hermanos, a quienes <}lIisiera arrastrar cOllmigo
hlicia vos! '
"lIemos probado la preexistencia por la desigllaldac1 dc las intelijeneins i
de la moralidad de los inJiviulIos de aquí abajo. Aún admitiendo la realidad
de las obscrvaciones fl'enolójicas en jeneral, todo ~e e;:plical'ia por e~te principio, <lstablecido así: el alma forma el cuerpo por medio de su fuerza pl:í.stica.
Es lo que los Latinos espresaban enél'jic:Hnente con estas palabras: Corpus
('ordis o-pU8.
"Probada la precxistencia, la doctrina de las rcmcarnaciones se dm1uce
de ella toda entern •. En efecto, el pasa.lo trae consigo el pc.rvenir ; i si hemos
"cniJo acá abajo para perfeccionamos, del'plles de mas o llléllOS!:.irgas vidas
antcriores, como el port't!c~ionamicIlto no e~ completo para la mayor parte de
108 hombl'cs i como cn el nuevo punto de partida tiellcn todavia ,,¡cios e imperfecciones, no habria ningun motivo racional para querer hacer de nllestro
miserable ¡>lalleta una morada de pruebas definitivas. Los que lo han pensado
así hall dado prueba de un juicio falso ilimitado. j;inembargo, es mellester reconocer el principio de que no es normal que el alma teug:-. dos "idas terrestres. El sistema de Pedro Leroux, sobre ulla metemsícosis puramente terl'cstrc,
está condenado por todos los buenos esplritus. N 0, la vuelta aquí abajo no e~
normal, i sinembargo tiene lugar frecuentemente: es que el hombre traspasa la
lei de Dios, lei de atraccion i de amor, de a5ccn:>ion luminosa i do progreso
indefinido. Así, lo que es anormal ha yenido a ser una realidad harto constante por culpa de los habitantes de la tierra, que S<:l alejaban ¡;iempre mas ¡maR
de Sil soberano bien,-Dios,- que costeaban los abismos del materialismo i de
la impiedad i en los cuales alguno~ 8e perdian. Es por esto que el Serror
ha permitido la filosofía actual, que tiene por fin disminuir las pruebas i hacer
mas cortos, por sus cnseñanzas, nucstros pasos en el mundo terrestre o {'n los
glposirim~ de 11n nucro Iistema, p. 13í.
o Dios, el ¡¡mno!'!', &. cap. XIII, 18t7.
7
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liS
PSYCHIS
glohos
(lel mi~mo gl':\do:
o
ESTUDIOS
DEL ALMA HUMANA.
lo qne la admirable
teolojía
de Io~ druidas
llamaba
f-l círculo de los viajes.
" )hs no 80n los druidas Rolo~ quienes han tenido e!;to~ p,mElamientos verfdico<; !'lobre las reencarn:\cione~;
los lIntiguoR .T udíOB mismOE arloptahan estAs
ideas que les eran familiat'es. J.os monumentos
antiguos
de la cábala tradicional dan fé de ello. pue~lo que tratan de las tra~migracionl!8
del alma.
" Pero hai :\10'0 mejor qne aquellos documentos, cuy:\ edae. pudiera en rigor
"'el' conte~lada; hai opinioncs vivas que mencionan los Evanjelios i que J e~u!<,
el divino :\Ie!<ias, nunen contradijo.
Se le preg\.lnta, en efec';o, si un cie~o de
r.acimiento era eal'1tigado por !'lUSfAltas anteriores, i elude la respucsta.
"En todo fla!'lO, esta sola pregunta prueba que los Judíos
crejan en la
rr('exi.~tencil). De la misma manera, fluando se le interroga~obre
si San Juan
Bautista
seria Elías ¿ dice que es imposible?
De ningun modo: responde
que, ~i !'le quiere cntenderasí,
es ese Elias que debe venir. De cualquiera manera qne !le interpret.en estas palabra!l, no queda duda de qu'~ J esus reconocia
la pOl'libi1ida,1 de la vuelta de Elías. Uai en el evanjelio de San J uall nn pasaje
entero de conll'O\'ersia entre Nicodemo i el Cristo, que supone evidentemen·
te que estas cuestiones eran IIjitada!l entre los doctores de hrael. Así como la
preexistencia
e!lplica la pl'l1eba terrestre i IOR hechos de esta vida, ineomprensible!'l !lin ella, (lo la misma manem las reencarnacioncs
i las existencias
p()stel'iore~ de las almas esplican el órden jeneral .lel universo, el plan ,le 1:1
('reaeion, la justicia i la miseri('ordia
de Dio"', i una vez que 80 ha admitido
el frimer rlogma, es preeiso, por una irresistible lójica. re·~onocer la verdlld
de segun.Io," 9
y amos :1 rcpro/lneir un capítulo entero del libro Ile Dios; el !tombre, la
huma7lidad i sus pro{Jre.~os, porque toca en lo vivo la!l 'clH'stionel'l de l'~tc
trflt:ldo i porque allí afirmamos de nuevo lluestm opulion completa i fortllal
Iilobrc la ¡m~existencia i las ri'cncal'llaciones.
" Sentemos primero los pl'in('ipios:
" El intiuito ('ompleto en ~í mismo, Por la crc:leian, n:da ha :lgreg!\flo :\
S1\ ser. Si ha cl">:Hlo, lJO es pflra su glorill; no tenia
nece~idad de no~otro!'.
Su alllor h~ qnerido difnn¡]ir~e, h~ qnerido \Iamar otr08 RereR para pllrticipar.
1'11 grados
<1ifcrcnte!l, de los esplen(lores del sér i de la felic:.dad de la vida .
•, Qnerien.ln
Dios producir intelijencillR distintas de él, ha dehido C1'earI:1s lihres para qne fue:<en persona~
para que tnvieRen su vropia vil'tnalidad.
La libertad eR ptH.·!l,el atribUlO esellcial i di!<tintivo del alma: Dios no p(lIhil\
quit:irs(·la !<in3\lOnadarla, !<inabsol'berJa p.n 1'11seno .
•• Dio!! es inrlefHmtliente¡ no tiene el sér t¡ino de (.l mismo, Él 8010 podia
comlluicar]o n Ins eriatlll'as.
" Mas ¿ qué grado del universo ocuparia cada una? ¿ C;~ui{'Ilfijaria sn rango? ¿ el arbitrio de ]a voluntad divina?
Dios nada hae'3 arbitrariamente.
¿CUtíl hnhiera ¡;;ido el motivo determinante
de talo cnal grado? Las almas no
se encentrahan
"in o en estado de pnra ('senda no manifestada.
Por otra parte
¿ no era meneRter tener en cuenta la libertad que constitni'l la perlloDa de cada entidad?
Cualquiera
que fuese el puesto de la criatura,
podia decal'r¡
¿ lIo valia mas re!lpetar sn libre albedrío, i dejarla que obtu"iese ella misma I'U
l'nlidad i Slll'ango?
Dios solo, sé!' eternoi llbsoluto, tenia todo de sí mismo.
La criatura, ser rellltivo i tini! ••, tendri<l. todo de su mérito i de la eleccion de
su voluntad.
" El infillito no podia reproducirse
F<inal1()nadarse. No podia eomnnicar,
F<indl'strnirla, 8ll sur rema perfecciono De aquí, necP!li..la<t ne límites i de iml)crfeccion para las criaturas.
L:1. imperfeccinn, comhinada con la libertsrl, h"
¡;ido la causa del mal moral, esto es, de la df.:'~obediellcia a la lei divina. El
• FtlO8fllía tic la ret'elacion. ráj 8:;, 184ii.
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PSYCHIS
o
ESTUDIOS
DEL ALnA
HUMANA.
]79<
mal puede ser definido: la privacion del bien, tanto mas profunda i mas grave
cuanto mas se aleja 11\criatura de su Dio~, fuente única de todo bien.
"Dios es inmutable, por{]ue es todo perfecto; porquc nada puede ser quitado o añadido a su sé •.. Quien diee un tiempo, \1n momeDto, dice algo qn!)
ahora mismo no era, i q~e en bre\:e ya no será, No hai momentos en Dio~,.
porque la idea de cambio es incompatiblo con la absoluta perfeccion, Para U\
criatura,. al contrario, que es eseDcialmenteimperfecta i limitada, un instante
puede darle lo que no tenia, quitarle lo que tenia. Progl'eso o decadencja, h(>
aquí los perpétuQs posibles de la oriatura, Ella 110 pucde fijarse en ninguna
parte !':inidentificnr con esto sus momentos, sin venir a scr Dio~, sin entmr
Itn el absoluto.
Para ella la movilidad es tall nccesaria como la inmauenciapara Dios. IJa inmovilidad, para ella, es el anona(bmiento.
"Dios ha creado las diversas entidades para Sil dicha, para acerearla>l a
él. No las abandona solas a su peligro!la libertad; las atrae Rin cesar a él.
A cada necesidad de las criaturas, Dios responde pOI' un nuevo socorro.
Aquí, el absolutl,} e8tá modificado, cl inmutable se nloviliza 8in que pierda
nAda de 811 eterna inmanencia. ER por Sil faculaad mediadora que Vivió'inter~
viene f'D el tiempo, i que wrtifica la libertad por la gracia, sin destruir por
e~to el mérito. El mérito, para la criatura, consi!-lto en concordar con la gra. eia por una correspondencia \'oluntaria, en 8eguir el movimiento de ascension
que Dios le imprime. El progreso es, pues, la lei dc la criatura, su tendel,cia
natural; pero la libcrta(l mnl dirijida se opone al I'rogreso.
" A~i, Dios nos ha ereado para haccl'l\os feliec-.
"La libcrtad no podria Rer destrui(!a t'n b criatura intelijentc sin que
u.c8aparcciese la personalidad.
" Dio~ ha ]¡('cbo (lel mérIto de Sil eriatUl'a la ('onllidon dn su felici(lad.
" La movilidad es lleeesaria a la criatura; el absoluto, para e1l3, etl la
n:ucrt~,
" La leí de la eriatura ('5 el rrogl'e~o, pOI'el impulso (le la gl'3ci:¡.
"Toda ('splicaeion de la villa futlll'n que hiera IIllOde esto8 prillcipjilg no
I'erá h vertlad.
"No me ocupo <le la hi¡.óte,is de los matl'riali,tas, que na(lie sostipnp hoi.
" X O hnblllrtJ sillo de los si;¡temas que han l'l-('ollOci(lo la illlllortali(lall
del alma.
"1 desde ln~go, reehazo ~in vacilar la doctrina í':lI)t~i,t:\.]e la ln.li:! i lall
iJeas l'itagórieas de la absorcion en Dio!':, cOllsiderada COIl!Od mas alto grudolIe feliddad. Aquella hipóte~íió',al constituir la erial lira E'Ilel absoluto, n.) tiendt!
a nada m~no" que a anonadada. Rechazo, por la llIi''1Il:ll'llzon, lo qne cierto~
teólogos definen: la beatitud .. Parecen suponcr qne lI(>~ará Iln tiempo para el
sIma en q:te su \"olnnta<1estará obligada al bien, en que contemplar:i a Di~
('sra a cara. San Pablo no se ha precabido siempre lo ba~tante de aquel 3bismo.
Resulta, pues, que entre 13beatitu<1 coneebid.l así i la doctrina indica de 13ab·
sQrcion en Dios, no hai diferencia maread:!. Ningull otro ~ino Dios puello con·
templar a Dios cara a cara. Que Ilegnemos a comprender mejor a Dios en
sus relaciones con nosotros i en tanto como es aecesiblo a [as eriatura~, lo
8<,eptamos; pero qne penetremo!! tollo!! los secretos de su sér, que no haya
mas misterio!; a nuestro" ojos que para sí misllIo, esto es imposible.
" ¿ Cómo comprenderiamos la inmanencia, la eternidad, la illmensi,lad~
n~otros que somos movibles, finitos, limitadM? ¿ Puelle el tiempo contcner
la eternidad? ¿ Puede el espacio eoutener la inmensidad? Puede el eamuin
contener la inm:menein? De I:l mi~ma manera ¿ qu6 es la libertad si estll.
obliagda al bien? La personalillad de'llparE'Ce, Diog solo queda, todo lo absorvc en sí. Enlónces ¿ para qnú la criatura i la di~tillcion rpal de 10R sfres 1"El mismo error ha sido st'guido por algnnoR, en lo quo toca al ca~t.igo.
"Suponer qne la criatnra eSI)(>rimental'áun suplicio eternamente (lnrab~.
oon la misma intensidad, es todavia 80ñar el absoluto para ella. Luego ¿ es.
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PSYCIIIS
o
ESTUDIOS
DEL ALMA HU!fAN.A.
necesario volver a decir alÍn que no podemos fijar ninglln tiemro, cualquiera
que sea i que no hai nno solo de nuestros momentos idénti00 a otro? Aquí el
error es mucho mas grave que en la cQDeepcionan~iloga de la beatitud. Tiene su
punto de partida en el panteiamo i viene a terminar en el dualismo. Ved cómo:
Si, en cierto tiempo, el reino del mal se halla constituido definitivamente, tan inmutable, tan eterno como el reino del bien, ya no es el mal solamente negativo i transitorio: tiene una existen\lia absoluta;. i, si sucede así,
debe tener un principio, porque es menester, para toda realidad, remontar a.
un primer autor. ¿ Quién no ve qne es \a mafl e1<pantosa herejía, mncho mas
peligrosa que la de )lanés, puesto que la teolojía de Zoroastro, i, !legU!! eJln, la
secta maniquéa, enseñaban el triunfo definitivo del bien? Suponer tamhien,
como lo han hecho, que los condenado8 serán privados de libertad ¿ no es
destruir la personalidad, anonadando el atributo di8tintivo de la criatura?
" El dogma de las penas eternas, entendido en este sentido de sufrimientos
siempre iliénticos, siempre persistentes, que serán inflijidos a los condenados
hasta el estado de que su libertad no tendrá mas ejercicio ni lICnimas merecedora, es rechazado a la vez por todas las facultades, P(}l' todas las potencias
del hombre.
" Por su voluntad, puesto 'lue ese dogma niega en e: tlorvenir su libre
manifestacion;
•
" Por !lU intelijencia, puesto que ese dogma atribuiria al hombre nn estado
absoluto, permanente, contrario a la idea de cambio perpiÍtuamento verdade·
ra para toda criatura .
.. Pero de todas nuestras flcultlldes la que protesta mas cnérjicamente
contra ese dogma abominable, es el sentimiento ..
" j Dios nos habria sacado de la nada, nos habria dotado con nna funesta
libertad, nos habria hecho atravesar tentaciones "in nÚmero i pruebas multiplicadas; i, despues de una vida corta, que no es 8ino un punto en el tiempo, nos
cerraria para siempre la puerta del arrepentimiento i de la rehabilitaeion! Fijaria nuestra movible sucesion i nos dada tambien a nosot)'OS, sérea limitados,
nuestro absoluto, nuestro dominio inmutable, el dominio del mal i del dolor!
:Nos arderia en las llamas de su eterno auto de rt), fuego inexorable que calcinaria sin purificar, suplicio atroz que torturaria sin rejen,}rar!
"1 a sus escojidoR, a sus mui amados t qué daria? Oh : no les envidien na(b los condenados! Los separaria eternamente tambien de, sus amigaR, de sus
parientes, de sus hermanos. ¿Qué tendrian que desear? ¿~¡o sei"ian hahitante8
de la ciudad eterna1 ¿~o nadarian e1111ninagotable océano de goce? jQl1l~goce! De 1In lado la luz, del otro las tinieblas; nquí las alahanzas inefables, allí
las maldiciones: acá aÚn las mas suaves delicias, llculh¡ lOl! llantos ¡los re,chinamientos de dientes. iEstraño cuadro! ia todo esto ning'un cambio, el absoluto para la dicha como para el sufrimiento. Entre los do'! mundos, el ahismo
del inlinito i de la eternidad. Pero, si esto es así, Señor, ¿(Iónde tomareis elejidos para vuestro paraiso? rOl' cierto, el mal es grand€, en eRta tierm; el
egoismo jermina por donde qniera, i sinembargo veo en torno de mí la simpatía i la caridad, En medio de nna fiesta, donde todo resplandece a 'las mi·
radas, donde la orquesta arroja Sil arrobadora armonÍ3, donde los sentidos so
embriagan a la vez con los manjares mas esquisitos, con el sonido de las voces, el encanto de la belleza i el perfume de las flore>l, si estalla de repente en
el momento de la mas loca alegría un grito de horror i de desesperacion, si
un espect:iculo horroroso aparece, si, ahí cerca, una casa ardiendo amenaza
sepultar algunos desgraciados que imploran socorro, de repente la fiesta enmudece, los corazones se prensan, los mas jenerosos se Innzan para disputar
la presa al incendio; i estad persuadidos de ello, al dejar e l baile, habrá mujeres que dejarán caer uno de sus diamantes en la mano do los que ya no tieIlen asilo.
.
[ContinU!lrá.]
nOGOTA
-l:'tlrRE..~TA
DE
GATIA~.
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PSYOHIS
I
o
ESTUDIOS DEL ALMA HUMANA.
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DioRes pedeeto; lae~o toda idea del hom~~!:.~op~~::I:..~~~~a~d~'
__Dio~b~a~~
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}..
l
Bogotá, 30 do noviembro de 1871.
NUM. 12.
-------=-=-~-
.-".-.-:..--,
E L E S P 1 R 1 T 1 S M O.
Cansas
prinH~ras.
(COSTINUACION.]
PODLACION
DE
LA TIERRA.-
ADAN.
50. ¿Laespecie bumana empezó por un solo hombre?
"No; el que vosotros llamais Adan, ni fué el primero, ni que solo
él pobló la tierra."
51. ¿ Podemos saber en qué ('poca vivió Adan?
" Poco mas o ménos en la que vosotros le seiíalais; cerca de 4,000
años ántes de Cristo."
El hombre (pe la tradi~ion ha conservado bajo el nombre de Adan, fllé UDO de
aquellos que 80breviviel on em cierta comarca, despues de al¡!;unos de los grandes catadismos, que cn diversas épocas, han trastornado la 8uperueie -;--1 globo i vino a ser
el tronco primitivo de una de las razas que boi lo pueblan. Las !Pyes do la naluralezll
se oponen Il que los progresl)s ue la humanidad, probados mucbo tiempo ántes de la
venida de Cl'ista, hayan podido cumpiiree en al¡:;uno, siglos. si el hombre no estaba
sobre la tierra mas que desde la época señalad~ a la existencia de Adan. Algunos
consideran a Adan como m¡tulc'~ico o una alegoría personificando las primeras edades
,lel mundo.
DIVERSIDAD
DE LAS RAZAS IIlTIIIANAS.
52. ¿ De dónde vienen las diferencias físicas i morales que distinguen
la. variedad de razas humanas sohre la tierra?
,: El clima, la vida i las costumures. Lo mismo sueede con dos niños
hijos de una misma madre, que educados ¡(ojos el uno del otro i de un
modo diferente, no se parecen en nada en cuanto a lo mora],"
53. ¿ Ha nacido el hombre en muchas ]>ilrtes del globo?
" Sí, i en diversas épocas, esta es una de las causas de la diversidad
de razas; despues de los hombres, dispersándose por diferentes climas i
juntándose a otras razas, ban formado nuevos tipos.
-¿ Estas diferencias constituyen especies distintas?
"Ciertamente
qne no, todas son de una misma familia. ¿Las diferentes variedades de un mismo fruto, impiden que pertenezcan a la
misma especie? "
54. ¿Si la especie humana no procede de un') solo, los hombres deben cesar de mirarse como hermanos?
" Todos los hombres son hermanos rn Dios; ponFt} están animados
por el Espíritu i tiendl:n a un mismo fin. ro;-;c-(ros i (\~l\ai~ siempre )as
palabras al pié de la letra."
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SPYCHIS
o
ESTUDIOS
PLVRALIDAD
DEL ALMA HUllfA~A.
DE LOS lIIVNDOS.
55. ¿Todos los globos que circulan en el espacio están habitados?
" Sí, i el hombre de la tierra está léjos de ser el primero ('D intelijencia, en bondad i en perfcccion, como él lo cree. Por toda!! partes hai
hombres que se creen perfectos i que se imajinan que este pequeño
globo tiene solo el privilejio de tener séres razonables. ¡Orgullo i vanidad! ¿Creen que Dios ha creado el Universo para ellos solo~?
Dios ha poblado los mundos de séres vivientes, qu(' concurren al mismo fin de la
Providencia: creer que los séres vivientes, están limitados al solo punto que nosotros
habitamos en el Universo, seria poner en duda la sabiduría de Dios, qUtl no ha hecho
nada inútil; Dios ha debido asignar a estos mundos un fin mas formal qUE'el de recrear
nuestra vista. Por lo demas nada, ni la posicion, ni el volúmen, ni la cunstitucion física de b tierra, puede razonablcmente hacE'r suponer quo ella sola tiene el privileji<>
de scr habitada con la esclusiun do tan tus millones dc mundos p~ree:d\)s.
56. ¿La constitucion flsica de los diferentes globos es la misma?
"No, no se parecen en nada."
57. ¿Ln, constitucion f¡sica de los mundos, no siendo la misma. para
todos, se sigue de aquí que hai una organizacion diferente pHra los aéres
que los habitan?
"Sin duda: ¿No veis entre vosotros que los peces han Ilido criados
para vivir en el agua i las aves en el aire."
58, ¿Los mundos mas separados del sol están privado~ de la luz i
del calor, puesto que el sol no se l~s manifiesta mas que hajo la apariencia de una estrella?
"Creeis que no hai otros manantiales de luz i de calor que el 601, i
para nada contais con la cl<:'ctricidad que en ciertos munde,s juega un
papel que os c¡; desconocido i mas importante que el que se siente sobre la tierra? Por lo de mas, no se. ha dichp que todos los séres, ven de'
la misma rnall(~ra q ue \'osotro~: siempre que sus órgano ssean iguales?"
Las condicioncs de existencia de los séreR que habitan los difer,mtes mum!,),.;
deben ser apropiado, al centro cn cl cllal sun destinados a vivir; si n) huIJiéscl11"s
visto jamas los peccR, no comprenderíamos que pudieran vivir séres en el agua. "hi
sucede con 10< otros IIl1lIldo,sque encierran sin duda elemcntos que nm, son desconocidos. i~o vemos en la ticrl'll las largas nuches polares, iluminadas po;' la electricidad do las auroras borcaJ¡•• -: Hai nada dc impo6ible el que cn ciertos mundos, la
electricidad sea mn,; abundante q,le S"bl'C la tierra i ha~a en cllos Llnpapeljelleral,
cuyos efectos no podelllos cumprcnder? Estos mundos puedcn, pues, e¡¡.:errar los manantiales de calUl' i de luz necesarios a sus habitantes.
CO:VSIDERACIONES
I CONCORDA:VCIAS BIBLICAS
CREACION.
CON RESP];)CTO
A LA
59. Los pueblos se han formado ideas mui diveljentes sobre la creacion, segun d grauo de sus 111ees. L'l. razon apoyada. eIl la ciencia, ha
reconocido lo inverosímil de ciertas teorías. La q UI) ha. sido daua por los
Espíritus, confirma la Opillioll admitida. desde mucho tiempo por los
hombres mas ilustrados.
La ohjecion que pueue hacerse contra esta teoría, es que está en contradiccioll con el texto de los libros sagrados; pero un exámen detenido,
hace conoccr que esb~ contl'adiccioIl es mas aparmtr. que real, i que
solo resulta de la intcrprctarion
dnua a un sentido ID llchas veces
alegórico.
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PSYCHIS
o
ESTUDIOS
DEL AL}IA
HUlIIAl\A.
183
La enestion dc quc el primer hombre fuera la persona de Adan,
como único oríjen de la humanidad, no es la sola sobre la cual han
tenido que modificarse las creencias re1ijiosas. El movimiento de la tierra. ha parecido en ciertas épocas, tan opucsto :'.1 texto sagrado que se
han seguido persecuciones, cuya teoría ba sido el prct('sto, i sinembargo
la tierra sigue dando vueltas apesar de los anatemas i nadie podria hoi
contradeeido sin hacer tlaiío a su propia razono
La Biblia dice igual.tllcnte, que el mundo Cué creado en seis dias, i
fija la época de 4000 años peco ma~ o ménos :'Lutes de la era cristiana.
Antes de esto la tierra no existia, todo ('staba en la nada: el texto es
formal: i he aquí <!lit' la. ciencia positiva, la cicllcia inexoraule viene Q.
probar lo contrario. La formacion del glollo estIÍ descrita con caractérelJ
illlpreseriptibles
ell el mundo f(¡sil, i estii prolmdo que 1(\8 seis dias de
la creacion fueron otros tantos períodos, cada uno quizás de muchoR
et'utenares de millares de años. Esto no es un sisÍ('ma, UD!L doctrina,
UDa opinion aislada.: es un hecho constante
como el del movimiento de
la tierra i que la tcolojía. no puede d~jar de admi tir, i que prueba evidentemente
d error en el cual se puede caer tomando a 11\,letra las
espresiones de un lenguaje Illui a nltmudo fi¡!;\tl'ad,). ¿ H0Tl10S de decir
por esto que la Biblia. es un error? 1\0; pero sí que' los l)()illUreS se han
{~ngañaJo interpretándula.
La cienci ••, rejist.l'andu los archivos de la tierra, ha reconocido el Úrden bajo el cual los ditl'rentes lit'res vj\·icntcs hun aparecido en eHa, i este
Úrllen esh¡' conforme con el q \le estÚ i[lllicado en el J énesis, con la sola
diferencia, que esta obra en lugar de salir milagrosamente dI) las manos
de Dios en alguuas horas, no por E:SO se ha dejado di) cumplir su voluntall, pero segnn la lei nn.tnral, cn algunos lIlillonl's lle aiíos. ¿Dios es
ménos grandl~ i m{~ll()S}ll)lkrl>w por ('sto? ¿S!l obra es méllOS sublimo
por no lener tI prestijio dI.' la instantaneidad?
Evidentemente
que no:
seria preciso hacer dI'. la Divinillml una ¡(lea bic'n IlJpzquilH1.para nI)
reeonuef,r su poder illfini to en las kyl's eternas <¡!le ha ('stalllecido pam
rejir lus mundos. La Gil'neia, ]¡UOS de amilwrar In. ohra '¡i\·jna, nos la
ew:!eiía hajo el aspecto mas ;;mndioso i ma<:; cunfornw a la" Hoeiones que
teneIllOS del poder i d<' la maj"stad de Dios, p{lr 1,) mi"di1;l quo so ha
llerado a S!l cnUlJ>liilliento ;;ill derng:ar las l(·y¡·s de la llatl!r:~lcza.
IJa eiencia, acol'l[,. en b (o con :il10i~és, coloca al h'.llll ]¡¡-(~ dl el Último
lugar en el úrden dl~la erencioll lle los sÓl'es vivientes; pero :Moisés coloca
al diluvio universal en el aiío dd m11ndo 1G54, miéntras ([11e Lt jeolojia.
nos enseña el gran cataclismo anterior a ht aparicion del hombre, m
:~tencion a quc hasta este dia, no se encueutra en las razas primitivas
ninguna traza de S!l prcsencia, ni <le l,)s animales de la misma cate~oría, al punto de vista fijo; pero nnda prueha que esto sea. imposible;
muchos descnhrimientos
han resueltu las <ludas sobre est.~ particulul';
puede ser, pues, q \lú do un mamen to a otro se adq uiem la. certeza material de esta anterioridad de la raza humana i entúnces se reconocerá que
floure esto punto así como sobre otro~, d texto de la Biblia es figurado.
La cnestion es saber si el cataclismo jcolújico, es el mismo q utJ el de N Ol-;
por lo demas la uuracion necesaria para la formacion de las capas fógiles, no permite confun<lirlos, i desde el momento que se hayan encoIltrado los V'estijios do la existencia. del hombre ántes <lela gran catÚstro. fe, quedará probado o quc Adan IIO fué el primer homul'c o que sn crea-
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184
PSYCHIS
o
ESTUDIOS
DEL ALMA nUMANA.
cion se pierde en la noche de los tiempos. Contra la evidencia no hai
razonamiento posihle, i será preciso aceptar este hecho como se ha acéptado el del movimiento de la tierra i los seis períodos de la creacion.
La existencia del hombre ánt.es del diluvio jeolójico, es verdad que
aUB es hipotética, pero hó aquí lo que no es mónos. Admitiendo que el
hombre haya aparecido por primera vez sobre la tierra 4AOOO años ántes
de Jesucristo, si 1,650 años mas tarde, la raza humana tué destruida a.
escepcioD de una sola familia, resulta. de esto que la poblacion do la
tierra no data mas que uef\de NOé, es decir 2,350 auos :lutes de nueStra
era. Pero,~ cuando los hehreos emigraron a Ejipto en el siglo diez i
ocho, eDcor.~raron aquel pais mui J)oblado i mui avanmdo ya en civilizacion. La historia prueba que los indios i otras comarcas, estaban
igualmente
florecientes,
sin tomar en cuenta la cronolojía de ciertos
pueblos que se remonta a una época mucho mas lejana. Hubiera pnes
sido preci¡;:o que desde el siglo 24 al siglo 18, es decir qJe en el espacio
de 600 años, no solo la posteridad
de nD solo hombre hubiese podido
poblar todas las inmensas comarcas entónces conocidas, imponiendo qne
las otras no lo hu bicscn sido, sino que en este intervalo la especie
humana hubiese podido pasar de la ignorancia absoluta del estadQ
primitivo al mas alto grado de desarrollo intelectual, lo que es contrario
l\ toda!! las llJyes antropolÓjicas.
La diversidad de las razas viene tambicn al apoyo :le esta opinion.
El clima i las costumbres prouucen sin duda modificaclcnl.'s en el carácter físico, pero se conoce hasta dónde puede llegar In influencia de
estas causas, i l.'l exámcn fisiolÚjico prueba que hai enbe ciertas razas,
diferentes constituciones mas profundas que las que pueda producir el
clima. La mezcla de las razas produce los tipos intermediarios
i
tiende a deshacer los caractéres estremos, pero no los produce, Di crea
mas que variedades;
así pues para qll~ hubiese mezela de razas, era
menester que hubiese raza~ distintas. ¿ 1cómo se cspliea su existencia,
dándolas un oríjen C011lun i sohre todo tan inmediato?
Cómo pnede
admitirse que en algnnos ¡;jglos ciertos def\Cendientes de Noé so hayan
trasformado hasta el punto uc llroducir la raza etíopll, por ejemplo?
Tal metamórfosis,
no es mas admisible que la hipót'~sis de un oríjen
comun entre el lobo i el cordero, t'l elefante i el pulgon, el pájaro i el
pez. Repito que nada podria prevalecer contra la ~viclencía de los
hechos. Por el contrario todo se csplica, admitiendo la existencia del
hombre, ántes de la época en qne vivimos. La diversidad de oríjenes;
Adan que vivia hace 6,000 afios habiendo
poblad.) una comarca
aun inhabitada;
el diluvio <.le Noé, como una catástrofe parcial confundida
con el cataclismo jeolójico, i en fin tcniendo en cuenta la
forma alegórica particular dd estilo oriental i que se encuentra en todos
los libros sagrados de todos los pueblo:'l. Por esto -35 prudente
no
pronunciarse lijeramente contrá doctrinas, que como tantas otras, tarde
o temprano pueden dar un mentís a los que las combaten. Las ideas
relijiosas, léjos de perder se engrandecen marchando
con la ciencia.
Que el escepticismo busque lugar a este modo de juzgar i averiguar
los hechos I
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PSYCHIS
o
ESTUDIOS
CAPITULO
1. Séres orgii.nicoo e inorgánicos.-·2.
SERES
185
DEL ALMA HUMANA.
IV-PRINCIPIO
VITAT ••
J,[}, vida i la. muertc.-:L
ORGANICOS
InteJijencit. e instinto.
E INORGANICOS.
Los sére¡, orgánicos son aquellos que tienen en sf un manantial de ll.cl¡ividaUÍntima.
que les da la vida; nacen, crecen, se reproduccn ellos mismos i mueren; cstií.n provistos de órganos e:¡peciales, para el cumplimiento
de (lifercntes actos de la vida i que
80n apropiados a sus necesidades potra su cOIlservacioll. Comprenden los hombres, 108
animale;¡ i ll1Splantas. Los séres illorKinicos son todos aquellos que no ti&.en vitalidad
ni movimiento propio i no se formnIl mas que por la agregacion de la. mawria : tales son
108minerales, el agua, el aire &."
f
60. ¿ Es 11\ misma. fuerza la que une los elementos de la materia en
los cuerpos orglÍnicos i en los cuerpos illorg{micos ?
" Sí, la lei de atraccion es la misIlla para todos."
61. ¿ Hai diferencia entre Ila materia de los cuerpos orgánicos i la.
de los cuerpos inorgánicos ?
" Siempre es la misma matcria, pero in los cuerpos orgánicos está
animalizada. "
62. ¿ Cuál es la causa de la animalizacion de la materia?
"Su union con el principio vitaJ."
63. '¿ El principio vital re:side-rll1u ujentc particular, o no es mas
que una propiedad de la lllaterfl gauizuda; en una palabra., es un
efeeto o una cuusa ?
" Es lo uno i lo otro. La vida es mi efecto producido por la accion
de un ajente sobre la materiu; este ajente sin materia no es la vida, de
la misma manera que la materia no puede vivir sin este ajellte. Da. la
vida a todos los séres que lo absorben i eo le asimilan."
64. ¿ Hemos visto que el espíritu i la materia son dos elementos
quecoIistituyen el Universo: el cspíritu vital forma un tercero?
" Es sin duda uno de los elementos nccesarios pa.ra la constitucion
del Universo, pero él mismo til'ne su oríjen en la materia universal
modificada: para vosotros es un elemento como el oxíjeno i el hidrójeno)
que sinombargo no son elementos primitivos, porque todos estos parten
de un mismo principio."
-¿Parece
resultar de esto que la vitalidad no tiene su principio
f:'nun ajente primitivo distinto, sino en Ulla propiedad especial de la
materia universal, debida a ciertas lUodificaciones?
" Es la consecuencia de lo quc hemos dicho."
65. ¿ El principio vital reside en uno de los cuerpos que nosotros
conocemos?
"Tiene su oríjen en el fluido universal; es lo, que vosotros llamais
fluido magnético o fluido eléctrico animalizado. Es el intermediario,
el lazo entre el espíritu i la materia."
66. ¿ El principio vital es el mismo para todos los séres orgánicos?
_ "Sí, pero modificado :;l'gun las especies, es el que les da el movimlento i la actividad i les distingue de la materia inerte; porque el
movimiento de la materia. no es la vida: recibe este movimiento pero
no la da."
.
(Continuará.)
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PSYCIIIS
o
ESTUDIOS
DEL AL!lIA I1UMA~A.
FORMAS DE LA VIDA FUTURA.
Nu.estra opinion sobre la inuaorlalidad.
(Conclusion.)
"Hó aquí lo que haremos todavía en ]a tierra: si aquel ·novimiento es bue·
no en no:;otros, no no:; extraviará. ¿ Quó dareis pues a nue¡,tros eseojidos para
cambiarlos así, para "xaltar su egoismo hasta la barbarie? Oh I si esto es así,
mai bien que aborrecer a los que amo, mas bien que permanecer insensible a
sus sufrimientos, o mujer mia, o mis padres, o mis amigos t me gustaria, mas
participar de vuestra suerte, i diría a Dios: guardad, gu l1'dad, Señor, para
otros cuyo corazon no envidio, los goces eternos di vUCf,tro paraiso j quiero estar con la desgracia i el sufl'imientd'j no quiero compl'u vuestros favores
al precio de mis sentimientofl, de mi amor, de mi vida. Esos afectos que me
habeis d:<do, no puedo desprendcrme de ellos. Esos Sére!l tan queridos que
habeis puesto a mi paso, no puedo oesechal'los sin pesar ni tener alegría
llstando ellos auscntes. El mayor mal para mí !!eria el no amar.
¿ Se creeria sinembargo a los hombres~que han cns3ñado que los elejidos verian aumentar su felicidad con el espectáculo del suplicio de los rÓprobos? N o tendrian para ellos eompasion! ¡Desapiadados tcólogos! lo habeis pensado, lo habeis escrito, vuestra pluma no se ha roto de horror en
vuestros dedos, cuando componiais e~as p:ijinas, que os deshonrarian si f'e
]as imputase a vuestro corazou, si no f:u.era mejor atribuidas al extravío de
vuestra fe. 1
.. 'ª?.
"Ah! sabed lo, conociendo el verlrf.1l-o ispíritu de la~ amenazas salidas
de ]a boca del Cristo, no comprendiall; el fin del cristiani,mo, de esa relijion
sublime cuyo precepto máximo es la caridad? Les habeis perdonado, Señor,
habeis olvidado sus blasfemias para no vel' sino sus brillwtes servicios i sus
c.minentes virtudes. ¿ Qué es el error ante la santidad o el martirio ? ¿ En qué
extravíos podemos caer? O Dios de bondad, Dios de amor, Dios de miseri.
cordia, c6mo se habia podido desconoceros así? ¿ C(¡mo "~ehabia podido colocar en vuestro seno la barharie i la crueldad? Tal como os revelais a mí,
Seño!', os bendigo i os amo! Pueda el grito de mi reconocimiento i de mi
amor cubrir todas las blasfemias de los impíos que solo doctrinas insensatas
han podido nlejar de Vos! ! !...•
"El mismo dogma es rechazado igualmente por nuestras dos facultades
mediadoras:
" Por nuestra sensibilidad: no hai en nosotros dos sensaciones idénticas j
el dolol' siempre iutenso al mismo grado, nos parece tan imposible como
atroz.
" Por nuestra razon que, revelándonos ]a distancia de 11 eternidad al tiempo, del finito al infinito, nos enseña que el inmutable i el 2.bsolutono pueden
Iler constituidos en nosolro~, ni para el sufrimiento ni parE. la alegría: haciéndonos conocer a Dios como la fuente Única del bien, de lo verdadero, de ]0
hello, se opone a que lo consideremos bajo la idea de vengado!' sin necesidad.
" lIé aquí para el h~mbre. ¿ Qué será para Dios?
" Sí la mayor parte de los hombres están destinados al absoluto de los
suplicios, ¿ cómo nos ha sacado su voluntad de la nada, la que, al ménos no
sufre? ¿ lh querido Dios, horrible pensamiento, darse en la eternidad el espectáculo de nuestras torturas?
11 Si los condenados
no pueden merecer el remontar a la luz ¿ cómo no ha
I SI/m" froláji('(/
de santo Tomll8. 111 parte: "Los elejidos gOZ&"án de ello, en este sentido, quc se 8cntirán esentos de torturas, i que, por otra parte, toda eompasion habrá muerto en ellos, porque admira.rlÍn la justicia divina." Es t:l.mbien la ol'inion de sa.n Bernardo.
(Tratado del amor de Dios, cap. XIV, núm. 40.
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PSYCBIB
o
ESTUDIOS
DEL ALMA HUMANA.
187
{lomprendido la intelijencia divina la inutilidad de una pena sin expiacion, de
un sufrimiento sin purificacion? ¿ Cómo ha hecho la suprema sabiduria una
obra defectuosa a tal punto, que el mal no puede repararse en ella, i que adquiere, lejos de borrarse POCO) a poco, una existencia tan positiva, tan inmanente como el hien ?
¿ Cómo nos ha amado, si nos ha sometido a pruebas de que el gran número jamas triunfaria? Para éstos, la creacion no es una obra de amor, es uua
obra de cólera.
" En fin, hemos rcoonocido en Dios la eXistencia de una f:lCultad mediadora i viviente, por la cnal tiene relaciones COIl~u creacion, Jlor la cnal CODcibe el tiempo i el espacio i sale de su ab¡.;oluto para obrar en el relativo. Dios
interviene por sus leyes cn cllllUlIdo fí~ico, por la gracia en el mundo de
la voluntad, por la relacion el! ellllundo de la inlelijencia. 1.a conbinacion de
estos medios constituye la Providcncia, esto es, el gobicl"no divino de las innumerables sociedades que el Creador ha colocado sobre los astros de que ha
hecho su dominio. Obrando Dios así en el tiempo COIIrespecto a sus criaturas, jamas tiene ~l pecado nada de inmutable, jamas tiene nada de infinito,
puesto que puede ser borrado por la expiacion i el arrepentimiento.
"Absoluto quimérico de la beatitud, absoluto mas quim(,rico aún de la
condenacioll, desapareced pucs para siempre i lIOlllaucl1eis lilas con vuestra
impostura la teolojía del p(1l"vcnir. I
"Rechazo tambien sin vaeilar la metempsicosis cnseñada en la India i en
la escuela de Pitágora;;. El :lIlimul no tienc verdadera libertad, luego sin libero
tnd In personalidad se evapora. Para el animal, no hai ni mérito Di demérito;
el paso del alma en cuerpos dc bestias seria plles ulla expiacion sin objeto. s
" Hechazo así mismo todo sistema de lUeternpsícosiH terrestre que ataría
eternamente el alma a cuerpos humanos, renovado sin cesar. Pues, en ese siste.
ma tambien, la personalidad d(,saparece con la ausencia perpétua del recuerdo.
El sentiminto de la. identidad tiC borra, puesto que habría cada vez anonadamiento del ser antiguo i formaeion do un nuevo sér; la esencia seria idéntica, pero no se tendria conciencia de aquella identidad. Por otro lado, aquella
hipótesis no abre un campo hastante indefinido a 108 castigos i a las recompensas. En fin, ella tiene esto resultado, que todos nuestros afectos quedan
destruidos por la muerte, desde que no debemos reconocer jamas a los que
hemos amado. 1
" Hemos destruido, es menester edificar. Hemos negado el erl'or, afirmo.
mos la verdad.
" El ser finito, por oposicioLl con el ser infinito, está perpétuamente somEtido al cambio: 01instante actual resulta del que precede, i cl instante que
segnil'á se deducirá del presente. Así la vida terrestre, si se adopta la hipóte1\is de la preexistencia, tiene sn razon en la existencia preccdente, i la vid:l
futura sorlla consecucncia do la actual; luego bajo la relacion de la moral i
de la sancion, los estados del alma, al dejar una tierra cualquiera, pueden ser
de tres clases. El bien ha triunfado, el mal ha prevalecido, o el! hn el bien i
el mal 80 han mantenido por decir así en balanza igua1. Si el bien ha vcncidot
el alma recibe una recompensa proporcional a sus méritos. Su voluntad Se
hace mas fuerte i mas independiente de las influencias materiales, su intelijencia se engrandece, su amor encuentra mas satisfacciones; sus relaCIOnes con.
J Consultad tambien
sobre esta. ,)ucstion nuestros trata.do~ IJcl Ilríjml del mal, núm~.
14, 15 i 16; Del dcaUlIll rld lwm1Jl'c, C/2a JOO; Bt eRaayo sobr/! el uríjen, pájs. 101 a 103 d~
la Esp08íciolt de un nuevo sistema.
2 Leed la. refute.cion
de este sistema en el EllsaY(I s(lbrc el d(l!l'IH.a de t'llltcte-mpskoe.ia,
núms. 5 i 6, pájs. 111 al] 4 de la li,Í;pos¡"ú.>n de 1m ,/Oucvo 8i~tema ~."
1 Este sistema
formulado por Pierre Leroux en su liuro de la IluT/I,a1flidad, ha sido
combatido en el tra.tado Del dl'8tino dellJvmbrc,
nÚDlS. 65 & 7.8, páls. 35 u. 42, 86,87 i 1St>
de la. Eapoa.icion de ?In nuero ,,¡afcma ,~..'
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188
PSYCHIS
o ESTUDIOS
DEL ALMA HUMANA.
el mundo físico son mejores, sea que pese ménos la materia sobre ella, sea que
este organi,¡mo ll1i~moa~quiera sentidos nuevos o mejor perfeccionados. :1 A
cada progl'eso el alma tIene una vista mas clara, mas distbta de Dios; se
acerca a la celeste atraccion que la lleva precisamente al bien. Cnanto mas
conoce el alma a Dios, tanto mas le ama; siempre Fe elevaaácia Él por uua
eleccion voluntaria, por un libre movimiento, sin que el abatimiento sea posible. Pero en esta ascencion progl'csiva, nunca alcanza el alma el absoluto;
sus movimientos vurian ue lo mimos a lo mas, el tiempo no cesa para ella; hai
enU'e lo finito i el infinito bastante distancia para que los sirlos de los siglos
no pnedan lIe~:lr a colmarla, Desprendiéndose poco a poco d~ los lazoamateliales que oscurecen el espil'itu, el alma vuelve a hallar su pasado por el recuerdo completo de sus modificaciones, i no es la menol' de sus alegrias recor·
dar sus pruebas, sus triulIf()s, SIlS caidas de las que se ha levantado, i las influencias que ella ha tenido en los uestinos de los mundos que ha recorrido
Bucesivancnte. Qué dicha reconocer en la Tida futura a los que se ha amado
tanto, con los cuales se ha marchado en las diversas estacic·ncs del cielo, de
no separarse mas en adelante, de avanzar juntos i de concierto con Dios, unidORde voluntad, de intelijeacia i de amor 1 El mérito es com,tante, la libertad
está mantenida, la identidad persiste, el progreso está aseg\ll'ado, la criatura
conserva la mo.'ilidad, i la vida no está 'absorbida en Dios en una engañadora beatitud.
" 8i el mal ha prevalecido, el cambio tiene 'lugar en sentido inverso. El alma está apocada cn todas sus potencias, castigada en todas sus facultades,
Sometida a ataduras materiales lUas pcsadas, a centros mén08 armónicos con
su organismo, ella ve al m;smo tiempo os~ureeer las luces dE,su razono Su voluntad es mas dí:bil i mas frájil, dominada fácilmente por las influencias esteriores; su intelijencia es presa mas a menudo del érror; su sentimiento, olvidando mas i mas la unida.!, deja disminuir poco a 'poco la caridad i )3 simpatía, i se ellcierra en RIl egoislUo. Yendo el alma a habitar eSe mundo inferior,
lleva allí la señal no equívoca de su degradacion; alli reviBte una naturaleza
decaida, ocupa un lugar en una e~pecie corrompida; en aquel mundo, ella
pierde el recuerdo, ~i lo habia conquistado ántes ; !!inembargo ella debe tener
aún el sentimiento vago i oscuro de su decaimiento. Quizá:, en aquella desdichada sociedad, las trarli<;iones i ]a~ cosmogonías de tO<l03los pueblos contendrán \In veslijio coufu~o del pecflclo de oríjen que manch2. al re cien llegado.
Qui7.á.tendrán un mito para expresar la corrupcion de toda alma i de toda
carne. Pero, IlPrdidos t,n medio del cielo, habiendo dejado E,scapar de sus manos el hilo conduelor que unia sus vidas sucesivas, aquellos tristes habitantes
80 creerán cflidoil por primera vez de las nubes a ese punto preciso de) tiempo
i de! espacio, i coloeanill el dogm3 del decaimiento sobre el globo, que es su
dominio, i al odjen de Sil llistoria. Nacidos en centros hostiles a su orgaDizacion fisica, ellos se imajinarán que ántes de la culpa de su prirfíer padre,
sus cuel'pos dcbian ser inmortales, i que una eterna primavera habia reinado
en Sil globo, Los habitantes de ese mundo desheredado,_si no lo tomase Dios
en piedad i lo sostuviere por 61l gracia, serian impotentes para hacer el bien,
porque su voluntad está demasiado encadenada a los placeres de los sentidos;
es posible que aquclla sociedad, demasiado alejada de Dios de quien recibe la
intlunencia sin scntida, empiece por adorar todo, ménos al Creador, deificando el mundo, los astros, la materia o la bestia, multiplicando los Dioses para
no carecer ne ellos. Dio~ no la ahannonará, al priucipio revelará al habitante
de aquel mundo, bajo el mi~o OSCI11'O
de que hemos hablado, el pecado de: su
orijell, la degradacioll de sU naturaleza, a fin de pl'emunirb contra las tenta2 ConsúlteRe nuestro
tro.tado DI' la naturaleza i del destino de l08 a8tros. Esponemos
en él nuestrlUl ideas sobre la vida futura i la progresion de los mund·:>S, pájs. 145 i siguientes de la .b'apoaicion de 111~n1lCVO s'¡stcma <S',,
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PSYCHIS
o
ESTUDIOS
DEL ALMA HU}IANA.
189
~iones i los peligros; mas tarde hará. resonar a sus oidos promesas de inmortalidad. EscoJení para sí cspecialmente un pueblo del que será el fundador;
despues un dia en medio de aquel pueblo estallará un prodijio dc amor, la
palabra de Dios se habrá hecho viviente en medio de ellos, i no scrá demasiado un sacrificio grande i admirable para rcjenerar el globo dccaido. POC&
a poco ~e repondd aquel globo, i ciertas serán las señales de aquclla rehauilitacion cuando la sociedad que lo habita tenga conciencia dd puesto que
oellpa en la universal armonía i haya separado el eHpíritu de la letra, eonprelldido el sentido de los mitos relijiosos, i posea una teolojía bastante vasta para
reposlJ: en ella su pcnsamiento.
"Si acabo de trazar la historia de la tierra, ai! no debemos estreme-.
cemos ?
N uestro rango es bien inforior. Pero brillo tiene nnestra planta en el esplendor de los mundos; todo \lOSdemuestra que lluestra naturaleza estn. degradada, i no es vano que las tl'adiciones de todos los pueblo~ !lOS clamen
esta detloladora verdad. j Cuántos esfuerzos no debemos hacer! ¡Cuánto no
debemos velar sobre las determinaciones de nucstl'a volnntad! El dolor, el
mal moral, nos vienen de todas partes. Si caeIUO~, ¿ a dÓnde iremos? Tan
desgraciados ya sobre esta tiena, tristes por el lIlenor pesar, agobiados pOl:
el mas lijero dolor ¿ cómo soportaremos destinos llIas duros? ¿ Qué no tendremos qtlC sufrir :lutes de elevarnos? Hai castigos proporcionados a todas
las faltas, i cuya intensidad eseede quiz~i:\ n\le~tl'a imajiniwion ; en vano quisiéramos negarlo. Xo tntUlria de llamar la atencioll a los ,lclDas, si no temicsc
nada yo misllIo. Aiil'lllO rcsueltamente, es cierto, que aquel infierno no es
ctemo, que nuestra lilJcrtad I;OS proporeion3 siempre 10:-l medios de salir de
él, i que no se pnede dcscelHler tan abajo qne no haya acceso al arrepentimiento; afirmo que es imposible, aún a Dios, continuar para el hombre el absoluto de los tormentos; pero, bien sea que toda esperanza no sea quitada a
los culpables, no pcnsemos que nos es imposillle el progreso ¡;i logramos vencer nuestras frajilidades. Si actualmente 1\08es tan difícil el bien, imajinémonOs cuántos increibles esfuerzos necesitarÚ nllestra rebabi~acion en lo::!mundos inferiores. La libertad trae consigo el poder de un pecado perpetuo; ¿ no
debe nuestro pensamiento estremecerse de aquella hOrl'ib]c posibilidad?
" Me gusta mas apartar csta iJea i erem' qlle en donde abundará el pecado, la gracia será. supembundaute, i que, en esa infinita evohwion do los
siglos, 01 Olal acabará por desaparecer de la creaeioll. Con todo, 1\1 no suponer
aun par'a algunos sino una rebabilitacioll pa,'cial en que reinara aÚn el pecado.
los tormentos de los culpables no serían eternos e infinitos; habria, como sobre la tierra, que es tarnhien la morada de la expiacioll, alternativa ile miseria
i de felicidad imperfecta; i tal vez, para esas almas, valdria siempre mas In
existencia que la nada. Eso !lolo bastaria para justifica¡· Sil cre3cion ; pues, si
no fueran mas felices, es a Sil propia culpa que lo habian de imputa,'. Corramos un velo a estos cuadros sombrios. Espero, o mi Dios, que llegará un
tiempo en que todos los seres producidos por Vllestro amor Aejar~'¡1llos senderos del mal i eaminar:in a vuestra luz; en que todas la~ sociedadl',~ que pucblan vuestros mundos, rennidas en su COtnUll ascension por una solidaridad
universal, gl'avitarán bácia "os lleno de per{eccion; en que, en fin, la creaeiQD
toda entel'a no será sino un concierto do reconocimiento i de bendiciolles.
" Si el bicn i el mallle l1:m di"idido igualmente el alma va a un mundo
apGnas superior al que deja; pero la libertad existe por todas partes, por don·
de quiel~ el alma es relativa i transitoria, por todas partes hai 8liper3nza de
rehabilit.l1cion.
"Ahora estamos en aptitud do resolver la cuestion del mal en la humanidad.
" Calli todas las filosofías han convenido en reconooer su carácter negativo i transitorio. ¿ Po~ quú es ne¡;{ativo el mal? Por una razon mui sencilla.
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190
PSYCHIS
o
ESTUDIOS DEL ALMA nmIANA.
El bien ticne una existencia positiva, porque tiene un primer autor inm6vil
i absoluto. El mal, por el contrario, es lo limitado, la imperfeccion, la negacion, la mutilacion del sér completo. ¿Por qué es transitorio el mal? Por.
que no está sino en la criatura, que es esencialmer..te variable i movible.
Así, segun que tal o cual mundo es un paraíso, nn purgatorio, un infierno, el
mal8e borra o se equilibra con el bien, o predomllla enteramente. El mal,
que nace de la imperfeccion i de la libertad de las criaturas, 110 está ni un solo
instante en el estado absoluto, no le pertenece la eternidad .. Es evidente, desde entónces, que Dios no podia impedirIo, puesto que no podia comunicar su
perfeccioll en toda su plenitud 1 pucsto que ellibrc albedrío era necesario a
la personalidad de las íntelijencias. Quedaria solamente el reproche detaber
creado i de haber producido indirectamente el crímen i el dolor. Pero ese reproche cae aún, sí consideramos que en 108 siglos de los siglos la libertad
merecedora de las criaturas puede hacer desaparecer el mal elevándolas progresívamente hácia Dios, fuente inefable del bien, en una unidad de accion,
de intelijencia i de amor. Venlad es decit, que, aún en los ml.ndos superiores,
Isimperfeccion permanecer4 siempre, puesto que ~olo Dios ('8 perfecto; pero
la imperfeccion seri alJí tan vecina del sér, el último de sus habitantcs poseerá un bien tan grande comparativamente a nosotr.os, que en esa altura ya no
teDdr:i nombre el mal en el lenguaje, Cuanto mas se ahonc:all las profundidades de esta cuestion, mas se vé que el dogma del infiern(, absoluto es un
espantoso error. Si el ateo no conoce a Dios, al ménos no le insulta. Los par'tidarios de la eternidad absoluta de las penas son entre todos los hombres \08
mllS bla~femadores i los mas impíos. Felizmente este error es lójicamente imposihle, i la humanidad, que ama a Dios i confía en Él, jamás admitirá ulla
doctriua que hacA de Dios el execrable de los tiranos!
" Dios ha creado lIna multitud innumerable, que no pOllemos nombrar,
de familias de séres intelijentes, humanos, Entre aquenos 8(re8, los hai inferiores al hombre terrestre, los hai superíorel;l a los agregados sucesivamente
segun nuestros méritos i nuestros deméritos. 1 como son indefinidos los méritos, no hai mundo ninguno, aún de los mas felices, que nos sea cerrado;
pero Jll'gamos a ellos progresivamente a medida que nos mostram08 dignos.
" Podemos, por otra parte, descender a los mundos inferiores. Los séres
desgraciados que los habitan, léjos de ser puros espíritus, segun la fal"3 idea
que el cristianismo se haco de los demonios, tienen una materia aún mas inepta quc la nuestra, aún mas grosera, cuerpos todavía ménos arm6nicos con los
centros. Es tan imposible a sérea semejantes intervenir sobre la tierra como
a nosotros hombres en los mundos superiores de ]a creacion.
" !\las, de lo que Dios ha creado Únicamento pal'a fa dicha de las criaturas,
se sigue que no ha dado la vida sino a los que, temprano o tarde, deban ser
felices. Entre todos los posibles, ha l'scojido i llamado a la existencia únicamente aquellos para quienes BU ser valdria mejor que la nada, Con esto
caen todos las objeciones dirijidas contra la Providencia sobre la cuestion
del mal; por ahí oe refutan igualmente a Epicuro i a Bailc; p,)r ahí se refuta
tambien a Mallés. El mal es pasajero i transitorio; debe desaparecer un dia.
El bien solo debe reinar. El mal ninguna ,existencia positiva tiene, porque
no tiene un primcr autor, I.a libertad sola de las criaturas \.) ha producido.
1, por otro lado, Dios ha dado a los l'éres intelijentes la libllrtad para que
fuesen personas, para que pudieran merecer su felicidad.
" Lo esencial es que el mal no tenga sino un cal'ácter ne~ativo, i que deba
desvanecerse j porque si concebimos el mundo como una seriu de vi~s sucesivas para cada criatura, comprendemos mui bien c6mo Dios, para quien no
hai ni tiempo ni espacio, i que vé el término final de cada llosa, permite el
1
E,po,UJion de un nuevo si,tema, Orljen del mal, nlÚnero 16, pájina 86.
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PSYCHIS
o
ESTUDIOS
DEL AL~IA IIl;l\IANA.
191
mal i el sufrimicnto como fascs necesarias por donde se ven pasar las criaturas para Ile~ar a un cstado dc fclicidad.
" No hal un Bolo condenado, en el scntido propio de la palab\'a ; si hubiera uno solo, seria menester decir que Dios es criminal para COIl El, porque
110 hubicra dcbido crearlo.·
" Hc aquí pues a donde scriamos conducidos, o Dios de amor! ¿ Cómo habeis podido sufrir que hombrcs abusasen de vuestro nombre, ultrajasen a tal
punto vuestra divina ma.iestad, quc diescn dc vos ideas tan poco conformes
a vuestro sér innal'rable? Adoro, sin comprendcrlo, vuestra s0berana voluntad. lIabcis mandado a vuestro servidor j ha obedecido. I.•e habeis dicho:
Levá.ntate, aplasta la mentira haciendo brillar la verdad j i l:l se ha levantado, i ha clamado a ]08 teólogos del pasado: "Impostores ciegos, retiraos!
insultais a mi Señor i a mi Dios; quisiérais hacérmc]o aborrecer." Ah!
Señor, si mi talento correspondiese al ardor de mi fe i al deshllnbrarniento
que ha producido vuestro amor en mi COrlW;OI1,
quisiera desmeuuzar tambicn
esos sistemas mentirosos, que volviesen a la nada de dNJde jarnas hubieran
debido salir. Dios es el bien j i el mal, obra de las criaturas, desaparecerá
para siempre, puesto que no t.iene sino una existcncia precaria i transitoria.
Ah! confío en vuestra sabiduría eterna; si habeis dejado penetrar el mal en
vuestra obra por la libertad, es que veis al mislllo tiempo el pasado, el pre:,lente i e] porvenir de todas las criatul'a~, i qne la pel'fecciol1 del fin basta
pflra justificar a vuest¡'os ojos los cstados intermediarios por los cuales han
debido pasar. Tengo fe en vos i cspero.
" ~ o hai lugar, ('n nnestn teolojí:1, para ajitar I:1s cuestiones ordinarias
de la l'redestiuacion i de la reprobacion. La prec1estinflcion es un decreto
eterno que Di6s ha hecho pata salvar a alglln08 i hacerlos eternamente felices. Esta predestinacion es absolutamente gratuita; nada hai en el hombre
que la prevenga; no depeonde de ningun mérito del hombre, pnesto qne, 11
contrario, todos los móritos del hombre no ¡¡on sino efectos de la predestinacion. De aquí resulta que Dios no ha podido predestinar a todos ]os homhres. Sin embargo, i como antagonismo a la predestin:lcion, la teolojía admite
la reprobacion, esto es, el deCl'eto eterno que Dios ha hecho de condcnar a
alguno!! i de privarlos de la soberana felicidad. Santo Tomas ha llevado la
ceguedad hasta Bostener que no hai en el réprobo ningnn motivo de su reprobacion. Justo es decir que val'Íos teólo~os, entre los cuales se debe contar a
san Agustin, a san Próspero i a san Fulj0.ncio, se han levantado contra esta
ntroz e inexorable opinion. Aun suponiendo que los réprobos mereciesen su
snertf>.,Dios no debia el'earlos. Entre todos los séres posibles, Dios, que veia
i sabia todo, debia escojer aquellos que, mas temprano o mas tarde, lIegarian
a ]a felicidad por su libertad ayudada de su ~racia, i no sacar de la nada a
aquellos que, por un pecado perpetuo, debian merecer penas eternas. Ya
hemos visto que esta objecion es insolnble.
" En verdad, Dios, tal C0ll10nos lo representan varios teólogos, ~eria el
mas cruel de todos los sérea. Admiro, con el mas profundo llsombro, cómo
el alma tan llena de mansedumbre de las mujeres ha podido guardar la fE' i
no ser indignada por el dogma impío de la reprobacion; no me lo puedo
esp]icar sino pensando en la astucia incompaJ'able de ciertos obstinados que,
cOlDprendiendo bien, la mayor parte, lo que sus dogmas tiénen de odioso,
tratan de apal·tal· a los fieles de penetrarlos, por ejercicios de piedad i de
caridad, i sobre todo por el desarrollo estraordinario dado al culto de María.
Ese culto de amor, tan propieio a los instintos de las mujeres pil!dosas, sirve
de protesto i de nlo a los dogmas abominables del infierno i deia condenacion. Las atrocidades que el E-eudo-cristianismo ha cometido, llis torturas, las
hogueras de la inquisicioll, el !'an Bartolomé, el jesuitismo, los fieles ni aun
pienslln en ello; ellos no ven sino a María, la madre de Dios, i delante de
esta radiante i anjélica figura, a quien honramos uosotros mismos iufinita-
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1~2
PSYCHIS
o
ESTUDIOS
DEL ALMA HUMANA.
mente, todos esos dogmas desaparecen, los que vistos de llerca, escandalizarian el recto sentido de la humanidad. 1
" He probado que el dogma del infierno eterno es rechazado a la vez
por todas las facultades, por todas las potencias del hombre. 2
" Decir que despues de la vida de la tierra no habrá mas, ni m&rito, ni
demérito, es un absurdo gratuito; es querer limitar la Fueba a un punto
del tiempo i del espacio; e>l arrancar al hombre su pcrsc,nalidad. Aquí el
error de la teolojía vulgar es capital i no tiene necesidad dl mas ámplia refutacion: el alma, en todos l(ls siglos de los siglos, es i permanecerá libre. Ese
error tan grosero i tan imperdonable de la teolojía, puesto que toca lanaturaleza de los sércs, proviene de un error análogo sobre el rango de la tierra
en el universo. 3
" Segun Moisés i todas las cosmogonía~, 108 astros han sido hechos para
la tierra; fuera de la t.ierra, no hai sino Dios i los ánjele~idotados de una
naturaleza inmaterial. Luego, despUéS de la .vida de la tierra, todo está acabado para el mérito i para la libertad. Pero desde Copérnico i Galileo, desde
que sabemos que existe un nÚmero infinito de mundos ¿ no hai una 8ingular
escasez de miras en quel'er ceiiir nuestras pruebas a la tierra, i en quitarnos
para el porvenir todo medio de reparacion?
" La teolojía, por su dogma del infierno eterno, ha cometido pues un
crímen de lesa-humanidad. lIemos visto precedentemente que aUa blasfema
contra Dios, i que podiamos, con justo título, aeusarla de impiedad i de
sacrileiio_
"'El dogma del infierno eterno es de tal modo un uogrna de circunstabdas, mantenido por la Iglesia católica a cansa de su utilidad,.que san Jerónimo, tan riguroso por otm parte i ci:debre por su guerra contra Oríjenes i
sus partidarios, lo confiesa él mismo en uno de sus escritos. Citém08lo testualmente: "Qu¡r~ omnia replicant asseverare cupientes: post. cruciatus atque
"tormenta, futura refrigeria. Quro nunc abscondenda sunt ab bis quibus
"timor utilis est; ut dUIll supplicia reformidant, peccare desistant. Sicut
" diaboli et omnium impiorum qui dixerunt in corde suo: Non est Deus, cree
"dimus reterna tormenta, sic peccatorum atque impiorulll el tamen christia" norum, quorum opera in igno probanda sunt atque purg:mda, moderatam
" arbitramur et mixtam clemenciro sentenciam judicis. • Tlles son los moti" vos 80bre ]o~ cuales se apoyan los que quieren hacer entender que despues
" de los suplicios i de los torm~mtos habrá el perdon i el reposo. Es lo que
" es menester ocultar ahora a aquellos para quienes el temor es 'Útil, a fin de
" que, temiendo l08 suplicios, se abstengan de pecar. Cr(,emos bien que el
" diablo i los impíos que han dicho en su corazon: N o hai Dios, serán eter"namente castigados. Pero los otros pecadores e impíos que no habrán
': cesado de \er cristianos, pensamos que sus obras serán probadas i purifica'1 das por el fuego, i que Dios se dejará doblegar i usará de clemencia
res"pecto de e))os." Así, san Jerónimo no mantenia el inflexible dogma de la
eternidad de las penas; solamente hacia do él un dogma d.e polida i de disciplina, a fin de atemorizar a los pecadores. La Iglesia catélica]o ba conser.
vado con un horroroso rigor, temperándolo srnembargo ¡-or el dogma del
purgatorio que contiene en jérmell la fe del porvenir. EIItrc el dogma del
1 Nuevo,
fragmentos filOSÓficos, 1849.
• Dios. ellwmbrc, la humanidad i SIIS progrCl(l'8, páj. 115 i sigo Ve:~ta.mbien el En'ay~
IUJ/¡re Qríjenes i el sueño de Antonio, 2.' id, páj. 31 i sigo ala nota.
• Se hl\ comparado el universo de los cristianos a una casa cuyo entresuelo está ocupado por los vivo •• las cava.q por los demoniO!! i por el infierno. i el }rimer piso por los
bienaventurados
del paraíso, Ver, sobre la fa18edad de estM ideas i l!Obrela. importn.ncia
de 108dCRcubrimientoH Il.8tronómieos. lo que hemos escrito bajo este '¡ítulo: _iVat1t'l'aleza i
de8~ilWde lOI a.,tro." páj. t26 80 159 de la B'Po,icioll de un nuevu ,¡,tcm.a. Ved así miJlmo
p(¡j. 83 i sigo del lo-'nsayo,obre los mi,tcl'ios.
• Comlllllllt in il, C. ?lit, 81tb fin.
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psycms o
ESTUDIOS
193
DEL ALMA IIUMAN A.
purgatorio i el de las vidas sucesivas no hai sino un paso, i es nuestro eiglo
el que tiene mision de <larlo.
"La creencia en el infierno ha producido la creencia en los demonio!! i en
su intervencion esclusiva en este mundo, lo que ha sido cllUsa de supersticiones numerosas i de funestos errores.
" ¿ N o habrá pue!! castigo para los culpables? 1,08 que me hacen estll
objecion interpretan mal mi filosofía. He esc1'Íto eelas líneas 8igniQcativas :
"Hui calltigos proporcionados a todas las faltas, i cuya intensidad eseedc
"quizás a nuestra imajinacion: en vano quisiéramos negados. Aunque tod:l
" esperanza no sea quitada a los culpables, pensem08 con espanto !lobre nues" tras frajilidades de aquí abajo. Sí el bien es actualmente tan dificil pam no" sotr08, imajinémonos qué indecibles c8fuerzos necesitará nuestra reahabilita" cion en 10Rmundos inferiores." I
" N uestm doctrina es aun mas moral que la del cristianismo. Un momento de arrepentimiento en la muerte no basta para expiar ulla vida de crímenes,
<le la misma manera que un iTlstante de debilidad o de error no basta inevocablemente para una condenacion eterna. Dios pesa en una ualnTlza equit3blr,
nuestras buena", i Tlllestras malas acciones, i si el bien de"euella sobre el mal,
c¡ue el malo el bien haya sido ejeeutado al principio de nuestra "ida o al fin,
el hombre es recompensado; Hiel mal, por el contrario, descuella sobre e] bien,
es castigado. Que los que onl re los cristianos tornan aun ]a8 palabras a la
letra cesen pues de engaíiar8(>, i de lisonjearse con b loca esperanza que una
hOl'a <le al'1'epentirniento i la ahsolucion del sacerdote ser:ín snficientes para
borrar todas las f:lltas, cllales(]1lÍera que sean su número i su enormidad .
.:,Cuál seda la justici::. eterna, si sucediera así? ¿ Sc piensa que una bula de
c:monizacion baste para cutral' en el reino de ]a paz, i que ciertos hipócritas,
sobre cuya santidad a veces 8e ha engañado de un modo estmíio, no expían
en los tormentos sus maldades i 8118crímenes? Es en vano <¡ueen ]a otra
vida habrán mostrado sus pasapOl'leS; en vano habrán alegado su celo por
• la relijion.
" i Qué pues! esclama Cá1'108 Bonnet, ¿ era una doctrina que no respira
:-;innclulzura, misericordia, caridad, la que ordenaba e!\os honores? ¿ Era una
-loctrina tan pura, tan 8311t:1,la qne preseribia aquellos crímenes? ¿ Era la
palabra de] príncipe de ]a paz la que armaba hermanos contra hc¡'manos, i les
en~efiabl\ el arte infcmal de refinar todos los jéneros de suplicios? ¿ Era b
tolel':mcia misma la que aguzaba 108puñales, preparaba las torturas, construía
los cadalzos, encendia las hogneras '~"
"El iluminado SwedelUbol'g nos pinta el asomhro oe almas piadosll&
que buscan en ]a vida fntura tal santo i lo enCllentran en el infierno. • En
cuanto a las víctimas de la illqui¡;icion i del f.'lnatismo, Vanini, Giordano
Bruno, Juan IIuss, Savonarole i tanto!! otros, ha largo tiempo q\le han Ilega(lo al puerto eterno. N aJa apresura tanto el adelantamiento de las almas
(:omo \as hogueras í los eada]zos; es por esto que Dios los ha permitido.
Coloco sobre la misma línea a los mártires de la iuquisicion i l\ ]08 mártires
del cristianismo. 8
" Hai en 13 vida terrestre muchas circuntancias en oposicion flagrante
con la organizaeion del hombre. De ahí la!! enfermedades, de ahí las necesidades de vestirse i de ponerse al abrigo; no puede el cuerpo subsistir sin
una alimentacioll cuotidiana i nada nos da]a tierra que no esté bañado con
lJuestro!! sudores i nuestras lágrimas. La locomocion, el alimento, el alojamiento i el vestido constituyen lo necesario do la vida. Lo demas no es sino
I
Dios, ellwmbre,
&.', páj.
125 i 126.
• Maraf:ilúu dcl cielo i dd infierno, tomo 11 <le la traduccion
, ,Yuet'Ol fragmento, filo'ójico,~, 1849.
francesa,
pá.j. 129 i 130.
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rsycms o
ESTUDIOS
DEL ALMA HUMAN A.
8upérfiuo. I Quitad el vestido, la dificultad de locomocion i el alojamiento,
ya no hai pobr(~s. Es pues mui fácil figurarse lo que puede ser el progreso
eu los mundos futuros, al suponer la materia de ménos en ménos pe;¡ada, de
méuos en ménos sensible a las intlllencias estor'iores, exi)endo un alimento
de ménos en ménos grosero; por otro lado, un globo en que la8 estaciones
fueran mas iguales i los elimas ménos hostiles a la salud de sus habitante",
en que el suelo diera sus fmtos con un trabajo menor, en que los centros
ambial]tes bastaran para la alimentacion, hasta que lleguCl~os al momento de.
lo que los cristianos llaman la resurreccioll, en el cual nue',tro cuerpo vendd
a Ber imponderable, incorruptible e inmortal. Los grad01; de estos mejoramientos pueden variar indefinidamente.
" Las facultades del alma esperimentarian un desenvo,vimiento paralelo;
porque siendo los sentidos los instrumentos del alma, ella viene a sel' tanto
mas perfecta cuanto son mas perfectos. La satisfaecion de las necesidades haria desaparecer las caU~:lSde heha i de egoismo, la dismirlllciou del trabajo
dejaria una carrera mas libre a los progl'e8os de la illtelijcncia i de la moralidad. Al dejar esta vida, el hombl"e llega a una estaeion correspondiente a su
grado de illidacion; Ya, como lo dice la cosmogonía indiana, al mundo de
!U~ obras, toma la condicion que ha merecido i reviste la fOl'ma corporal la
mas armónica con el estado (le su alma; lleva a otra existencia no solo su
alma, !'lino aun la esencia de su cncrpo, que le estaí. unida, indisolublemente.
Nada cambia en él sino la forma, Pero esta forma, hasta que esté lilas depurada, comprime el recuerdo sin abolir la identidad.
" ¿ Cuál e!>la lei de estos J"(,Tl:1cirnientos
i Ile estas tra~formaeiones? Este
es uno de 108 misterios de la Provillcneia qne no se po,Iria querer penetrar
sin locnra, Solamente se puede ensayar el tener un concepto vago, el Único
que en esta tierra sea permitido al espíritu hUJJ1ano, Cuar do el alma deja su
cnerpo terrestre, o cuando, para venir aquí abajo, ella ha dejado su cuerpo
anterior, se encuentra en uu estado cualquiera dc mérito: de dern{,rito, bajo ."
el doble punto de vista de la intelijencia i de la mo¡;ali,lad. Aquel e~taJo
sirve de punto de partida nuevo para la vida futura; til alma IIU solo va al
lIlundo (le sus obras, sino aun, en aquel mundo, se reune al cuerpo con el
cllal tiene mas afinidad, .En el órden físico, la lei de atmccion universal
mueve todos los ..:uerpo~, toclos lo" sét'es materiales; ¿ por qué no tendria
esta lei nn eqlli\·alente en el órucn moral? Ese equivalent.) lo llamaremos lei
de flrfltOlltG,
Es en virtud de csta lei <¡ueel alma va precisamente a animar la
furma material que corresponde al grado de su adelantam,ellto i al t)stado de
sns inclinaciones, i esta forma, ella la penetra i la practica en virtud de ti!l
fuerza vi rtual.
"Así el alm:l que llega a nuestro globo i reviste la. fárma humana til'IIG
en su pasado una doble razon, primero de su existencia terrestre, despucs de
Sll nacimiento en ta] parentesco, en tal posicioll, i de BU union con tal cuerpu
lUas Lien que con tal otro; en cuanto a los niños que mueren en la cnna o en
mili tierna edad, es \llcnester pensar qua no habiendo merecido de buenas a
primeras el pa.'O a un mundo superior, tampoco han merecido 108sufrill1iento~ de la tÍcrra durante una vida completa i despues de un tiempo mas o méIIOS corto de dolor i de envolvimiento, están eximidos por la muerte del grado terrestre de la illiciacion. 2
Se puecle aiiadir a cstas lineas eecritas en ] 846, i se ha añadido, pero en
1858 solamente (Libro de los ES!>tl·itUS), que la muerte de estos niños de
tierna edall, aclemas de la verídica razon quo hemos dado, puede todavía SCl"I El amor dcllujo
i del sup6rtluo es un signo de In grandem humana. Prneba que la
8/ttisfaccion de 18-g necc~illadés físic~~ no basta al hombre. Necc¡;jta un refinamiento de
goce, una abundancia de hienestar. Es un indicio que la. tierra es 'ln lugar de palla, i que
nuestros destinos no están encadenados aquí abajo.
• Eaposieion de un nuevo sistema, páj, U8 i sigo 1840.
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ESTUDIOS
DEL ALMA HUlIfANA.
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vir de prueba 1lI sus padres, lo qne es un motivo secundario 80bre el cual 8e
cierne siempre el motivo primario i superior relacionado mas arriba ..
He aquí, de una mllltitllll de opúsculos i de tratados filosóficos, lo que
hemos creido deber citar; pero los que quieran recurri¡' a esos volúl1leueB~
todos arYotauos, i que, encontráudolos por casualida(l, se tomen el trabajo de
leerlos, ~acarán muchos argumentos que hemos descuidado, I
Alguno me decia : "Vuestras intenciones son buenas; pel'o no bubiúrnig
"debido se!' tan al1rmativo en la negacion del infierno absoluto; con 8ímple,;
" dlldas si ese infiemo existe, no huhiérais sido hereje!'
He contestado resueltamente: "Si existe, mi eieccion está hecha, quiero
" estar con la desgmcia i el slt!hmiento para participa!' dc ellos i consolados,
"pol'q11e Dios entónees ya no 8e!'ia nuest!'o padre."
Si, tal es mi ardiente e indomahl~ fe.
Demos a nuestro turno el regÍlll1en de nlte~tra teoría. Se ha visto que
dividimos e1ulliv('rllo eu tres círculos, l~l círculo tlc los lllundos inf~riores>
el de los mundos intermediarios, el de los mUIHlossuperiores,
En los mundos primitivos, los de inc1wacion, el alma se ensaya a la vida
i a la adquisicion Je las facuhades qne dcsarrollar:i mas tarde en los mundos
de pruebas.
En el primer circulo, el alma criminal va a expiar sus maldades en los
mundos mas ínfimos i mag teneb!'osos, 2 Bom(~tidaa las pruehas mas penosas,
II las expiaciones mas duras,
El alma lIimpleménte culpaLle lava sus m:meh:¡s i sus vicios en un mundo
cn que el mal tlominu aún i en <¡ne la fl'uIH]l¡jei:1de b carnc i de la materil\
necesita esfuerzos laboriosos, Es el dl'culo llamado, impropiamente Q1liz!i
(lo veremos ahora) círculo de los viajes por la teo!ojía ,iruilljea, i que llama·
mos Illas bien mili/do de las J)ruebas i de las c;cpial'Íones,
Ved el espíritu curado de sus vicios i de sus crímenes, pel'O ¡me,le queda\' impc!'fecto i no merecer desde !llego ser el url ífiee í el ~ervi,lor de Dios,
Puede [lltarle la intelíjeneia ue lo que (.~ l;nenc"LPrhacer, i el valor indomable necesario a sns fUl1eiol1es,le hijo d\~Dios. Luc!;o, (.I puede i debe pUAar
pOI' mundos internwdiarios, en donde o,) instruye
l'l! d conocimienlo del Se·
fiar, i funifica su moralidad, Son los TJ1ullllos,le l:1Jli'c/,uracion, de donde ya
!la se puede detacr, i es po!' lo que distinguimos e~e ~l'gllndo dl'culo del primero el! quc, miéntI':J.8 que el alma cst:l sometida a III'liebas, puede caer ll1as
bajo, bien que conservando !as enerjí:ls adquirida" E:; tambil;m en esto 'lue
somos mas completo,; que los drui,hs i .111:111 l~eYII;llI'l.
En fin, vienen los llluudos 81ltJerio)'~s, cn los cnal,';; hai todavía pl'Ogreso
incesantt>, je\'arquía segnn ]0, m(:ritos entre los di\'ersos hienaventurados,
lIJas ahí todaví(t
no se est:i sin oCllpa.-:ioll,h adi vid:\,] crece pOl' t'l contrario
proporcionalmente a b el,~v:lCiollj allí ~e viaja tud,t1'ta, sea en el círculo lié
pl'epal'ac-io¡J para enseñar a SlIS llflbitantes; 'sea :lUll en los círculos de la
I!xpiacion i de las pruebas, para desempeñar, al servicio del Padre celeste i
1 He aquí la lista: E.ipo,;icion de un nuevo i;ist~m!\-DesLino del hQtllbre-Orfjen
del
mal-Busayo
sobre Oríjenes-Dogma
de la. metcillsíc<lsis--Cosmogonía de l!'ourier-XaLura.leza i destino de los a.qtros-Dios. el hombre, h humtlllida'! i sus progresos (1817), tratado dividido en cinco libroB-Bo"'lueJo de la filosofía de llallanchi-Ensayo
soure los mi>teri03-Fragmcnto~
filosóficos-Filosofía
<le l1treveluciou-Mat.-emática.g del infinito-Suclío de Antonio (1.& edioion, ]339-1814, ~,' ediuiou, ]85t)-Ell":lYo
sobre el dl'uídi~mo-Nuevos fragmentos filosóficos-Principios
superíores de !:l morul (coronado por el inBti,
tuto 2 vol. in-8.o, 18(9)-Exámcn
de Ia.qcnc.,tionco pendientes en tilosofín relijiosa-Snr.
Juan Bautista-El
preeur~or relijioso-Biogrnlb
de .Tobard.
Entre lORpoema.~ no mencional'emOH sino n Palkir o 108 mi,t~'1'Í(>s del sig/.Q como te·
niendo relacion con las cuestiones suscitada" uquí.
• Aun en p.quellos que lo!! Ilruidf,.q lIaJURu el "b¡.<Ilti>, quo el Zohar llama las tiniehla,
ti,. Bdom, i loa eristilo.noo elinjicrll<J. Pero siempre se puede ~alir do él. Dios conduce allí
.~l a.lma pecadora, i la saca de allí cuandQ la. expiacion está terminada, dicen los salmos.
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PSYCRIS
o ESTUDIOS
DEL ALMA HUMANA.
bajo en proteccion, misiones de amor i de abnegacion. Ved porqué henws
desechado la dcnominacion de círculo de los viajes para el primero, siendo
pc.r todas partes los viajes la lei de la actividad de los Espíritu!l.
La identidad del yo se conserva siempre, aunque cn los mnndos ínfimos
i materiales (i se recordará que nuestra tierra está en esta categoría), la nece;!lidad de la prueba trae consigo la privacion temporal del recuerdo 'que no
se recobra sino oscuramente, en el intervalo que, despues de la muerte, precede a cada recncarnacion.
En los mundos menos imperfectos del círculo de las prueba;l, no es imposible que la lei del Letf¿(; sea abolida en parte, i que un recuerdo, bien que mas
o ménos borrado, de las precedentes existencias, sea concedid)& las almas.
En los mundos de preparacioll, por el contrario, el recuerdo de las vidas
pasadas es el medio mas saludable tle instruccion i de afian1.amiento en el bien.
1 en los mundos felices, ese recueruo Be vuelve a hallar entero, por el
cuerpo espiritual del alma, cuerpo enteramcnte etéreo, i que ha. penctl'ado
las envolturas diversas habitadas por es.a misma alma •.
La identidad persiste pues, apesar de los cnerpos diferentes que el alma
ha tomado en cada una de BUB morlldas i ha penetrado de su fuerza plástica,
i apesar de los nombres diversos de los personajes representados alternativamente, así como lo espresaLan ya simb6licamente los Misteri08.
Los druida!! pensaban qne el círculo de Ceugant no pertenecia sino a
Dios; sin duda tenian razon en este sentido qne Dios es incomunicabl!' para
siempre en toda Sil plenitud a los hombres, pero no hai límite en su oesenvol'I'Ímiento progresivo, i pueden acercarsc en todos los siglos de los ¡;iglos,
i de mas en mas, al divino amante. Pueden crecer a cada minuto en ciencia,
p.namor, en belleza, i pcnetl':¡r siempre mas adelante. 1.•
0 hemos dicho, lwi
t3ntre lo .finito que somos i el infinito que es IJio.~, bastante distancia para
que la etern idml de las eternidades no pueda llegar a colmarla. Así, i en
este sentido, los mundo:; divinos mi¡¡DlOSnos 80n accesibles.
Uectificamo¡:. pues en \"arios puntos 108 druidas i aun a Juan Reynaud.
Sucede así en hl naturaleza. J~a tierra es el emblema del cick; i de la milmm
manera que, calla dia, a lo!:'ojos de los bienaventllrado~, se eOlTe un velo de
los que ocultan el esplendor supremo, así la ciencia filosófica hace a cada instante aquí ahajo mas i mas grandes conqui¡¡tas.
Otro:; pensadores irán mas léjo¡;;que nosotros i nos rectificarán a llU turno.
Nos queda por csplicar Ull último punto:
El alma Pllcde, aun en el círculo de las pruebas, a fuens de mérito"" de
virtudes, de hcroismo, subir de ulla vez todos los peldaños i devarse inmediatamente al cí.rculo supremo, sin que pueda despucs' ni decaor ni retl'{)gradar.
Si ha comctido grandes cl'Ímenes, al contrario, no puede caer tan bajo
que no Plleda levantarse por la expiacion i el arrepentimient.o.
Es que el bien es el fin último del alma, i que el mal, contrario a su destino, no ha sido producido sino pOI'Sil libre albedrío, i puede repararse COIlél.
Tales son nuestras creencias íntimas.
(Traducido de la Pluralidad
de 1••• ""'u/encías del alma .f.a pjlr Andres re?..,.1l;.)
A NUESTROS
ABONADOS.
Con el presente número termina. la. primera. anualidad de este Jleriódioo. Esperimen.
tamos uI¡.a viva. satisfaccion por la. benévola a.cojida que él ha. merecido, acojida. que nos
<lbliga. a redoblar nuestros esfuerzos en el próximo año, en. el ('entillo de hacer cada vez
rna.a digna dc sus favorecedores esta Jlublicaeion, puesta al servicio de las grandes cuestio~ea filosóficas i morales que hoi se debaten en el mundo civilizado.
BOGOTA -IMPRENTA
DI!: GAIT.\N.
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