a) Gestión de negocios. Cuando una persona administra

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OBLIGACIONES
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a) Gestión de negocios.
Cuando una persona administra voluntariamente los negocios de otra, sin habérselo
encargado. Resulta de ello una obligación análoga al mandato. El gestor,
negotiorum gestor, debe rendir cuenta de su gestión al dueño, dominus; por su
parte puede hacerse indemnizar por sus gastos.
Elementos de la gestión de negocios:
•
Es preciso que el gestor haya obrado en interés del dueño. Es que no tienen
por mira más que su propio interés, no obliga al dueño para con él más que
en la medida que puede haberle causado su enriquecimiento.
•
Es preciso que el gestor haya obrado espontáneamente y sin saberlo la parte
interesada.
•
Es preciso, en fin, que el gestor haya tenido intención de crear entre él y el
dueño una relación obligatoria. No hay gestión si ha querido hacerlo por
liberalidad, o si solo se ha hecho por cumplir con un deber de familia.
b) Efectos.
Crea una obligación a cargo del gestor y puede nacer otra a cargo del dueño.
El gestor debe ejecutar completamente el negocio que se ha encargado y rendir
cuentas de su gestión al dueño.
El dueño está obligado a indemnizar al gestor sus gastos, pero solo si eran útiles en
el momento que se hicieron. El dueño debe además descargar al gestor de todas
las obligaciones que ha contraído con motivo de la gestión, la tutela y curatela.
Se acerca más a la gestión de negocios y son, como ella, la imagen del mandato. El
tutor que gestiona los negocios del pupilo no ha contratado con él. Su obligación
de administrar resulta de funciones que le han sido impuestas, sea por testamento,
ley, jefe de familia o por el magistrado. Sin embargo, el tutor está obligado a rendir
cuentas al pupilo, quien, por su parte, debe indemnizar sus gastos.
Ocurre lo mismo con el curador de un incapaz.
c) Indivisión.
Cuando varios propietarios, es decir, varias personas son copropietarios pro
indiviso de cosas determinadas, o de un conjunto de bienes, como una sucesión,
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