BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA las aguas que fluyan de la fusión de las nieves, con el fin de q u e las devuelvan d u r a n t e el v e r a n o . Si la tolla está empapada, las precipitaciones atmosféricas resbalan totalmente sobre su s u p e r ficie mojada, como suele acontecer en primavera. Más tarde, en verano y en otoño, estas precipitaciones resultan i n ú t i l e s , e s t a n cándose en los terrenos pantanosos y elevando su nivel. Los trampales no son provechosos para la alimentación de los ríos, sino cuando, gracias al avenamiento, se da salida á sus aguas y se les capacita para retener y verter en seguida á los arroyos las precipitaciones del verano antes que se evaporen. El objeto del desecamiento artificial de los suelos pantanosos es, como lo indica G. W e s s e l o w s k y , d i s m i n u i r la pérdida i n ú t i l de las precipitaciones por evaporación, y a u m e n t a r , e n cambio, la alimentación de los ríos á cuenta de las precipitaciones de invierno y también de verano, sustrayéndolas á la evaporación. La canalización y el avenamiento de los pantanos desecados artificialmente d i s m i n u y e la pérdida iuútil de la h u m e d a d por evaporación en el aire, y c o n t r i b u y e á a u m e n t a r el gasto de los ríos á costa de la evaporación disminuida de las cuencas. (E. Oppokovv.) El avenamiento de los trampales y terrenos h ú m e d o s es también de gran interés con relación al cultivo forestal. Los t r a m p a les, al llenarse de a g u a , se h i n c h a n ; y no pudiendo extenderse hacia abajo ni lateralmente, se elevan; al perder agua, d i s m i n u y e n su volumen y descienden por su propio peso. El avenamiento les permite ensancharse hacia los lados, y al desecarse no vuelven ya á su posición anterior, formándose en su masa sutiles grietas y pequeñas h e n d i d u r a s que, permitiendo el acceso del aire, a u m e n tan su capacidad aerífera y mejoran sus condiciones físicas, á lo que contribuye asimismo la elevación de 1 á 2 grados en su temperatura, á consecuencia de la pérdida del exceso de agua. E n muchos casos el h u m u s , por su capacidad retentiva de la h u m e d a d , dificulta la circulación del aire en el suelo y obliga á avenar terrenos arenosos, á pesar de su b u e n a composición m e cánica, para evitar la formación de dañosos h u m u s ácidos, y porque u n a insuficiente aeración del suelo obra de u n modo d e p r i mente en el desarrollo de las plantas. El avenamiento produce u n a profunda aeración del suelo, siendo éste su principal efecto, y secundario el del desecamiento desde el punto de vista del cultivo.