Gana en Riqueza - Deja de Culpar

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Gana en Riqueza: Deja de Culpar
por
Gabriella Kortsch, Ph.D.
Haces que me enfade tanto
Podría ser tan feliz si el/ella dejara de decirme lo que tengo que hacer
Me deprimo cuando llueve tanto
Cuando mi madre me echa la culpa por no conseguir entrar en una
universidad de prestigio, me hace sentir que no valgo nada
Me enfurecen los conductores que ponen mi vida en peligro
No puedo trabajar bien cuando mi jefa me da una fecha límite…ella
es tan mandona
Cuando me miras así me haces sentir fatal
Me pongo muy nerviosa cuando la gente me observa
Si mi mujer dejara de criticarme, yo dejaría de pasar tanto tiempo
con mis amigos
Ella dejó de amarme y la vida ya no tiene ningún sentido
El Rol de la Gente…
¿No es increíble como los demás tienen su papel en la manera en
que nuestras vidas fallan? Si sólo no se portasen como lo hacen, o no fuesen como son, porque
entonces las cosas nos irían mucho mejor…
Me imagino que te has dado cuento que no hablo en serio, ¿verdad? Si llevas leyendo estos artículos
mensuales a lo largo de los últimos años, ya lo sabes.
Entonces ¿qué es lo que pasa? ¿Por qué tienen un rol de tal magnitud los demás en nuestra
infelicidad o nuestra falta de éxito, o nuestra eterna dilación, o nuestra infinita desesperación? ¿Qué
podemos hacer para que nuestras vidas no dependan tanto de la actitud o el comportamiento de los
demás, para que la manera como nos sentimos, y los resultados que conseguimos a todos los
niveles tengan más que ver con nosotros que con lo que los demás dicen o hacen?
Controlando a los Demás
Allí está el meollo del asunto. ¿Qué podemos hacer?
Quizás debiéramos intentar controlar mejor a los demás. (Ver también mi artículo: Controlándonos a
Nosotros, a Nuestra Vida y a las Personas en Ella). O quizás pudiéramos conseguir que los demás
entiendan mejor el efecto negativo que tiene su comportamiento sobre nuestra vida, para que
tomasen la decisión de ser más considerados. O quizás nos pudiéramos mudar a un país donde no
llueva, o donde no hay niebla, o donde no hace frío. O quizás pudiéramos darles a los demás un
ultimátum más riguroso para que se diesen cuenta lo que echarían a perder si no se atienen a
nuestra petición. (Ver también mi articulo: Eligiendo Alternativas: Haciéndonos Responsables por
Nuestras Vidas y todo lo que he colgado sobre el tema de Choice en mi blog – sólo en inglés).
Supongo que ya empiezas a entender que será necesario ver el dilema desde otro ángulo, que
quizás el culpar a algo o alguien externo a ti no es donde vamos a encontrar la solución.
Disminuyendo tu Experiencia
Abraham lo dice así: Si decides hacer de alguien un enemigo, y si estás empujando mucho contra él,
no le afecta pero tú te desconectas de la Corriente. Si alguien te engaña, no puede disminuir tu
experiencia. Solo disminuye la suya propia. Quien te engaña no te puede disminuir excepto si te
molestas mucho por ello, y empujas contra él y utilizas eso como tu excusa para desconectarte de la
Corriente. (Entiende Corriente como aquello que te empuja hacia delante a nivel energético, es decir,
cuando te sientes deprimido u de ánimo bajo, te encuentras en dirección contra corriente, o, en otras
palabras, estás desconectado de la Corriente.)
Carlos Castaneda lo pondría así: Estar enfadado con los demás significa que consideras que sus
actos tienen importancia. Es imprescindible dejar de pensar así. Los actos de las personas no son lo
suficientemente importantes como para compensar nuestra única alternativa viable: nuestro
encuentro inmutable con el infinito.
Ésta Va Por Mi
Queda claro que las alternativas ofrecidas más arriba para controlar a los demás o para eludir al mal
tiempo, o para culpar a los demás son tristemente carentes de eficacia, incluso risibles. Entonces,
volvamos al principio ¿qué se puede hacer?
Primero miramos hacia dentro.
Primero le echamos un vistazo al clima propio interno, porque queda claro que no estamos en una
posición de echarle un vistazo al clima interno de otro. Si crees que lo puedes hacer, o si crees que
haciéndolo podrás influir de modo consistente sobre la manera en que esa persona interactúa
contigo, probablemente eres muy joven o has vivido una vida muy protegida. En otras palabras, es
por el proceso de pasar revista a tu propio clima interno que realmente puedes empezar a encontrar
tu propia riqueza a la que hace referencia el titulo de este articulo.
Segundo, miramos hacia dentro.
Si. La misma cosa. Otra vez. Y otra vez más.
Porque esto es lo único que vale. Al menos, es lo único que vale si realmente te interesar influir y
tener alguna medida de control sobre el estado de tu día, o de tu bienestar. Debes de empezar a
darte cuenta que todo empieza contigo, continua contigo y termina contigo (ve también mi articulo:
Tending Your Inner Garden aún no traducido al español).
El Guerrero Consistente
Eso no puede ser, me dices. Mira la cantidad de gente que llega al éxito en la vida gracias a un
mentor o a tener suerte en una situación concreta, o a una gran oportunidad. Si es así, mucho de lo
que nos sucede depende de los demás. Aunque sea cierto que otros de hecho pueden desempeñar
un rol de mucha importancia en el desarrollo de nuestras vidas, profesiones, relaciones, sentimientos,
etc., también es cierto que nuestro propio papel en ello es aun más grande.
El Budismo Zen tiene un concepto maravilloso, y he escrito algo acerca de él ya. Se llama wu-wei …
el hacer desde la no-acción … el estar en un flujo … en el sitio correcto …creando oportunidades
estando tranquilo dentro de ti, y aun abierto a ellas, así es que cuando lleguen, no solamente las ves
y entiendes, sino que también estas preparado para actuar sobre ellas (ve también mi articulo: The
Puritan Work Ethic, Wu-Wei, and Is Life Really Meant to be a Struggle? aun no traducido al español).
La Caja de Pandora
Mirando hacia dentro para encontrar el origen de cualquier cosa que parece alejarte de donde
quieres llegar, o como te gustaría sentirte, es un tanto como abrir la caja de Pandora, con la
diferencia que aunque lo que sale te puede sorprender debido a su naturaleza inesperada, no será,
sin embargo, algo que te trae dolor y enfermedad y desesperación. Al contrario. Enfocando la lupa
sobre ti para hacer de tu vida lo que quieres, de hecho tomas el primer paso para conseguir
precisamente eso, porque depositas la responsabilidad por lo que sucede en tu vida directamente en
tus propios hombros.
¿Responsabilidad por lo que sucede en mi vida? Eso no es posible. Yo no tengo la responsabilidad
por el huracán que destruyó mi casa. No tengo la responsabilidad por la guerra que acabó con la vida
de mi familia. No tengo la responsabilidad por el ladrón que me atacó y me dejó ciego en un ojo. No
tengo la responsabilidad por el cáncer que le está matando a mi pareja. No tengo la responsabilidad
por el fracaso de la empresa donde trabajo, que resultó en la perdida de mi empleo. No tengo la
responsabilidad por la tormenta que nos fastidió la comida campestre del domingo.
Claro que no. Esto es cierto. No tienes la responsabilidad por todo eso. Pero si tienes la
responsabilidad por la manera en que reaccionas ante ello. Por lo que piensas sobre ello. Y eso es lo
que cambia todo. Eligiendo tus reacciones ante cada situación, tomas control de tu vida.
La validez de esa frase sólo puede experimentarse por aquellos que lo intentan. La próxima vez que
alguien hace algo que te lleva al enfado, tómate unos segundos para pensarlo. Y tus pensamientos
podrían tomar este rumbo:
¡No! ¡Otra vez no! Cada vez que hace esto, es que le quiero estrangular
Espera…aquí es donde esa psicóloga dijo que puedo elegir
La elección tiene que ver con que tome un momento para darme cuenta que puedo elegir
Para preguntarme sobre la dirección en la que realmente quiero ir ahora mismo
Podría embarcarme por el camino de la rabia contra esa persona y terminar en el mismo lugar que
siempre…aun más enfadado, o podría decidir irme por un camino totalmente distinto
Entonces puedo elegir no enfadarme
Puedo elegir decirle a esta persona que lo que acaba de suceder no es aceptable
Y luego me puedo ir de aquí…aunque sea durante una hora hasta que me haya calmado
Haciendo esto me da la sensación de tener control sobre mi, y de no perder los estribos como suelo
hacer
Otra manera de dejar de culpar es preguntándote por qué te sientes así. Entonces, por ejemplo, en el
caso indicado al principio de este articulo, donde piensas: “No puedo trabajar bien cuando mi jefa me
da una fecha límite…ella es tan mandona”, podrías hacerte otra serie de preguntas distintas:
¿Por qué me parece que es tan mandona?
¿Por qué me cuesta trabajar bien cuando me presionan con la fecha?
¿Hay demasiado trabajo? ¿Me dan más de lo justo?
En ese caso debo de comentar el tema de una manera calmada, respetuosa y preparada.
¿O me sucede porque dejo que las cosas se amontonen? ¿Debería de imponer prioridades más
eficaces y trabajar más rápidamente?
¿O es porque me pongo nervioso cuando me siento observado? ¿Eso tiene que ver conmigo o con el
observador? ¿Debería de trabajar mi auto-estima o auto confianza en relación a esto, o debo de
pedir que me den mayor autonomía y menos supervisión? En tal caso, ¿cuál seria una manera eficaz
de hacerlo?
¿Ves como funciona? Dado que vas hacia dentro para buscar el control, en vez de esperar
infructuosamente poder controlar tu mundo externo, con el tiempo no solamente tendrás mayor
control, sino que – en el proceso – descubrirás la riqueza de tu ser interior. Es allí donde ganarás
tanto sencillamente porque dejas de culpar. Esto también, como muchas de las sugerencias hechas
en estos artículos, te llevará más allá en el camino hacia la libertad interior.
Gabriella Kortsch es doctora en psicología, psicoterapeuta, hipnoterapeuta clínica, coach
de parejas, escritora, y conferenciante profesional. Emite un programa semanal de radio
(en inglés) desde la Costa del Sol en España, que también se puede oír en el Internet o
como clips de audio en su portal. Ella trabaja con clientes para llevarlos hacia un mayor
éxito personal, profesional y de pareja utilizando un enfoque integral basado en el
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