Silvia Sánchez-Vegazo 1º Bachillerato B PONERSE EN OTRO LUGAR En mi experiencia personal he tenido que vivir ya incontables ocasiones en las que, por un motivo u otro, me he puesto en el lugar de otra persona – a menudo para saber cómo me sentiría en su situación y así decidir cómo actuar -. Pero no lo veo como algo que se deba hacer, como una obligación. Es, simplemente, algo natural. Se le llama empatía. La gente que carece de ella son personas a las que, o no les importa esa posibilidad de hacer daño a otros, o no son conscientes de las consecuencias que conllevan sus actos. Hacer caso de las conclusiones que sacamos al plantearnos la situación de la otra persona puede resultar a veces sacrificado, si al final nuestra decisión favorece al otro pero nos perjudica a nosotros mismos: es una prueba de generosidad. Sin embargo, yo creo que no se nos puede calificar de egoístas si hacemos lo contrario, si actuamos sin tener en cuenta lo que reflexionamos: puede que no tengamos elección…