manera: PROYECTO DE LEY DEFENSOR/A DEL PUEBLO

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PROYECTO DE LEY
DEFENSOR/A DEL PUEBLO
Modificación parcial Ley 3
ARTÍCULO 1º: Modificase el Art. 8º de la Ley 3, el que quedará redactado de la siguiente
manera:
“El Defensor o Defensora del Pueblo percibe igual remuneración y adicionales
que el Defensor o Defensora General del Ministerio Público que integra el Poder
Judicial de la Ciudad.”
ARTÍCULO 2º: Modificase el Art. 21 de la Ley 3, el que quedará redactado de la siguiente
manera:
“Las adjuntas o adjuntos perciben igual remuneración y adicionales que el
Defensor o Defensora General Adjunto del Ministerio Público que integra el Poder
Judicial de la Ciudad”.
ARTÍCULO 3º: La presente modificación se integrará al texto ordenado de la ley 3 y sus
modificatorias y tendrá efecto retroactivo al mes de marzo de 2009.
ARTÍCULO 4º: De forma.
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FUNDAMENTOS
Señora Presidenta:
El presente proyecto propicia modificar la equiparación que en materia
remunerativa asimila al Defensor/a del Pueblo con un Legislador/a, y sustituir
dicha equiparación por el Defensor/a General del Ministerio Público que integra el
Poder Judicial de la Ciudad, cuya remuneración ha sido determinada por la Ley 21
(Art. 11 inc a) y modificatorias, con los valores y adicionales establecidos por la
Ley 80.
Las remuneraciones del Defensor o Defensora del Pueblo de la Ciudad de Buenos
Aires y los Defensores Adjuntos datan de febrero de 1998. Fueron fijadas por la
Ley 3 de (BOCBA 394 del 27-02-1998) que -con sus modificatorias posteriores
(Leyes nros. 140, 514, 707, 1177, 1538 y 2090)- regula a la Institución pero
ninguna de dichas modificatorias alteró el principio de equiparación, también
llamado “enganche” de las remuneraciones entre Defensoría del Pueblo y
Legislatura de la Ciudad que transcribimos a continuación:
“El Defensor o Defensora del Pueblo percibe igual remuneración que los
diputados o diputadas de la Ciudad”,(Art. 8 ley 3) y el artículo 21 dice: “Las
adjuntas o adjuntos perciben una retribución equivalente al 80% de la
remuneración del titular”.
Es dable destacar que la Ley 3, fue la primera ley sustantiva sancionada por la
primer Legislatura conformada en el marco de la autonomía de la Ciudad y su
Constitución dictada en 1996 que inició sus sesiones en febrero de 1998.
La Ley 1 había tenido como contenido salvar las erratas en el texto constitucional, y
la Ley 2 fijó estructura y remuneraciones de los diputados, secretarios,
subsecretarios, directores generales y personal de planta de la legislatura.
La inmediata siguiente preocupación de los legisladores, una vez rectificado el
texto constitucional y resuelto el funcionamiento de su propio cuerpo institucional,
fue abocarse a la reglamentación de la institución de garantía fundamental para el
ejercicio de los derechos en la Ciudad como es la Defensoría del Pueblo.
Vale decir, que –a ese momento- la única equiparación posible, en cuanto a
remuneraciones fijadas por ley para funcionarios independientes del Poder
Ejecutivo era con la única ley precedente, es decir la Ley 2, y en consecuencia se
asimiló la remuneración del Defensor o Defensora del Pueblo con la de un
legislador.
Sin embargo, dicha equiparación no se relaciona con analogía de tareas sino con la
urgencia de establecer un método remunerativo con el único parámetro con que se
contaba.
Si analizamos comparativamente, existe escasa o ninguna similitud entre la tarea de
un legislador y la de un defensor. La procuración General del Gobierno de la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, lo ha manifestado indicando que: “....si bien la
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normativa mencionada (Art. 6º y 8º de la Ley 3) establece para la Defensora del
Pueblo requisitos, incompatibilidades y remuneración similares a las de quienes
integran el Poder Legislativo y el Poder Judicial, se trata de un órgano que posee
una naturaleza jurídica distinta de la de legislador o juez.” (Dictamen PG nº 26493
del 06/06/2004) .
Entre las diferencias más notorias debemos destacar que los defensores no integran
colegiados ni bloques, les está vedada la actividad política, así como les está
prohibido el ejercicio profesional independiente, atienden la problemática vecinal
individual o colectiva en forma directa, gestionando su resolución. El Defensor o
Defensora del Pueblo administra su propio presupuesto, firma sus resoluciones, es
convocado como tercero por el Poder Judicial para intervenir en las cuestiones de
su incumbencia, y durante los 365 días del año la institución debe mantener sus
puertas abiertas sin receso de ninguna especie.
Sólo en el derecho de ejercer la iniciativa legislativa que incluye la presentación de
proyectos y eventual participación con voz, sin voto, en las Comisiones de
Asesoramiento, realiza algo parecido a la tarea de un legislador.
Dentro del sistema institucional de la Ciudad, la Defensoría del Pueblo guarda
mayores semejanzas con otros organismos que fueron creados con posterioridad,
entre ellos la Auditoria General y el Ministerio Público. De ambos el más parecido
en cuanto a similitud de funciones, tareas, inhabilidades, etc. es la Defensoría
General que integra el Ministerio Público.
En efecto, ambas tienen como misión la defensa y protección de los derechos
humanos, la tutela del interés social de modo imparcial, observando los principios
de legalidad de actuación, con plena independencia respecto de los poderes del
Gobierno, poseen autonomía funcional y autarquía financiera, elaboran los criterios
generales de actuación de sus integrantes, son designados con el acuerdo de dos
terceras partes del total de los miembros de la Legislatura, pueden ser recusados por
las mismas causales establecidas para los jueces en el Código Procesal Civil y
Comercial de la Nación, pueden para el mejor cumplimiento de sus funciones
requerir informes a los organismos administrativos, los prestadores de servicios
públicos y los particulares, así como disponer la intervención de las autoridades
para realizar diligencias y citar personas a sus despachos, les está vedado el
ejercicio independiente de su profesión, gozan de las mismas inmunidades y
prerrogativas, tienen incompatibilidades e inhabilidades idénticas que los jueces,
velan por la defensa de los derechos humanos en los establecimientos y lugares de
detención de personas, son asistidos en sus funciones por Adjuntos/as, etc., etc.
Es por lo antes expuesto que entendemos que ha llegado el momento de modificar
este artículo y ajustarlo según el entramado institucional vigente, cumpliendo así
también con el principio general de que “a igual trabajo igual remuneración” al
aplicar la equiparación con la institución más análoga entre las existentes en el
sistema de la Ciudad.
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