Saturno devorando a su hijo, abcc

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Saturno devorando a su hijo
Esta obra de Goya provoca y evoca una sensación siniestra, por ello abordaré el tema
desde la siniestralidad.
El porqué le interesan este tipo de obras o este tema simplemente puede ser por sus
circunstancias.
Trataré de ajustarme a la etapa que define a la creación de la pieza aunque con una
breve introducción de su vida para situarnos en un contexto adecuado.
Podemos conocer que (H. Vallés Varela, 2005) Goya nace en el año 1746 en Zaragoza,
empieza a formarse en este oficio (la pintura) a los catorce años. Unos cuarenta años después,
el artista se encuentra muy enfermo sufriendo incluso “alucinaciones y delirios” y sufre a causa
de toda su mala salud una depresión.
Goya se encuentra influido por la sociedad de su época. (Carlos A. Jáuregui, 2000) Por lo
que todos sabemos de Goya en la Historia de España e Historia del Arte, su viva puede
dividirse en varias etapas, la que nos interesa de este artista en este momento es la última,
una etapa más fúnebre del artista y que coincide con una España en la que no se da paso a
nuevos movimientos y existe una opresión que nota toda la sociedad.
Goya trata de plasmar en sus lienzos como los políticos de su época los devoran como
antropófagos y atan sus libertades.
“España se halla en la oscuridad del festín caníbal, hundida en la melancolía funeraria del
descubrimiento de sí misma”
(Carlos A. Jáuregui, 2000)
Al leer estas palabras se me vienen rápidamente imágenes de sus pinturas; es fácil
asociar este pensamiento tan funesto de su sociedad a sus lienzos. Esa opresión, como los
políticos españoles y en conjunto parte de la sociedad los devoran, dejándoles sin libertad u
opinión.
En torno a este tema, pinta diversos cuadros como Caníbales preparando a sus
víctimas, Salvajes degollando a una mujer… y también el que vamos a tratar: Saturno
devorando a un hijo.
La pintura Saturno devorando a su hijo (Prof. Rafael Argullol) se engloba dentro de las
Pinturas Negras de Goya, ya en su etapa final.
En un texto de Rafael Argullol podemos encontrar unas palabras de Hamerton que
reescribiré:
“…Cuando un artista decora su casa podemos pensar, con cierta dosis de seguridad, que
expresa su yo más profundo y sincero (…). Los llamados ‘frescos’ (…); constituían la decoración
permanente de los cuartos principales de la casa de Goya”
(Hamerton, texto de Rafael Argullol)
Podemos ver el desconcierto que producen estas pinturas, pinturas que marcaron un
antes y un después en la historia, por su apariencias funestas y por el tema nada grácil o bello.
Produce mayor impresión al saber que estas pinturas eran ‘frescos’ situados en las paredes de
la vivienda. Continuamente escuchamos que una casa tiene que ser acogedora, cómoda, como
la sensación de un nido. Entonces, ¿Qué le lleva a Goya a convertir sus paredes en imágenes
sangrientas, de amputaciones, de caníbales…? ¿Su estado mental? ¿Un recordatorio de la
sociedad, de su vida?...
Como podemos leer a lo largo del texto, en otro artículo que se nos presenta llamado
Le présent encontramos:
“(…) Sus monstruos son posibles, tienen las proporciones adecuadas. Nadie se ha arriesgado
tanto en el camino de la realidad grotesca. Todas estas contorsiones, caras bestiales y muecas
diabólicas son profundamente humanas. (…)”
(Baudelaire, texto de Rafael Argullol)
Donde encontramos mayor impresión es al observar monstruos humanos. Animales
racionales con ética actuando irracionalmente.
Al observar la pintura podemos ver como los tonos usados son sombríos y apagados a
excepción del rojo intenso de la sangre, y otro punto clave como foco de atención: los ojos
desorbitados que tiene en ese momento el caníbal.
Todo en la imagen produce siniestralidad desde el pequeño cuerpo al que le falta la
cabeza y uno de sus brazos, lo que concuerda con uno de los aspectos siniestros que enumera
Freud en su listado de motivos siniestros, al cual añadiría el asco que puede producir, aunque
este punto sea más subjetivo.
Saturno…. Esta imagen ya no solo la considero siniestra por las amputaciones, el
canibalismo… los tonos apagados, fúnebres y todos sus demás aspectos como el saber que la
persona que está devorando es su propio hijo, sino también por el autor, por el hecho de que
una persona se imagine esa escena, ese hecho. Como puede alguien tener dentro esa imagen,
el que un padre devore a su hijo, o ya a cualquier otra persona. Todos conocemos hechos,
como el de que un animal se coma a su cría, pero precisamente es un acto animal, las personas
a diferencia de ellos tenemos consciencia, el don del pensamiento.
Ana Belén Cruz Cruz
(H. Vallés Varela, 2005) – H. Vallés Varela, Goya, su sordera y su tiempo, 2005, versión
electrónica
‹‹http://www.elsevier.es/sites/default/files/elsevier/pdf/102/102v56n3a13097059pdf001.pdf›
›
(Carlos A. Jáuregui, 2000) – Carlos A. Jáuregui, Saturno Caníbal: Fronteras, reflejos y paradojas
en la narrativa sobre el antropófago. REVISTA DE CRÍTICA LATINOAMERICANA, Lima-Hanover,
1er.
Semestre
del
2000.
Versión
electrónica
‹‹http://www.jstor.org/discover/10.2307/4531090?uid=3737952&uid=2&uid=4&sid=2110097
1364663››
(Rafael Argullol) – Prof. Rafael Argullol, Goya en su infierno. Revista colombiana de psicología.
Versión
electrónica.
‹‹http://revistas.unal.edu.co/index.php/psicologia/article/viewFile/15795/16612››
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