Descolonialidad del Poder y Reoriginalización Social: Dejar de Ser lo... Pablo Quintero

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Descolonialidad del Poder y Reoriginalización Social: Dejar de Ser lo Que No Somos
Pablo Quintero
América Latina se estructuró históricamente bajo la experiencia colonial/imperial de la
modernidad. Se configuró con la conquista de América en el mismo proceso histórico en
el cual se inicia la interconexión mundial (globalidad), y al mismo tiempo comienza a
constituirse el modo de producción capitalista. Estos movimientos centrales tienen como
secuela principal el surgimiento de un inédito sistema de dominación y de explotación
social, y con ellos, de un nuevo modelo de conflicto. Los sistemas interregionales
anteriores a la colonización, conformados por muy diversos pueblos originarios de
América, sufrieron profundas transformaciones y fueron fagocitados por una matriz de
poder colonial, cuyos productos centrales han sido: 1) La configuración de una geocultura
global asentada en la invención de categorías de identificación subjetiva como las ideas de
“raza”, “género” y “clase”, que servirán en adelante como instrumentos de clasificación y
estratificación social. 2) La constitución de un nuevo sistema de explotación del trabajo
que articula en una sola estructura, todas las formas históricas de control del trabajo
(servidumbre, esclavitud, trabajo asalariado, etc.), subsumiéndolas a la hegemonía del
capital. 3) El surgimiento de un nuevo sistema de control de la autoridad colectiva y de la
distribución del poder social, basado en la hegemonía del Estado imperial, y en los añejos
“organismos” gubernamentales globales, que aseguran la desigualdad entre naciones
centrales y periféricas. 4) El establecimiento de un sistema de producción y control de la
subjetividad (imaginarios, saberes, memoria, etc.) sustentado en el eurocentrismo como
perspectiva dependiente, tanto de las exigencias del capitalismo como de la necesidad de
los colonizadores de perpetuar y naturalizar su dominación.
La conjunción de estos productos de la dominación colonial/imperial, a saber los sistemas
de dominación social que conocemos comúnmente bajo los epítomes de racismo,
patriarcado, capitalismo, imperialismo y eurocentrismo, constituyen la producción de una
matriz de poder colonial, que Aníbal Quijano ha denominado colonialidad del poder1. Con
Quijano, Aníbal (2001) “Colonialidad del poder, globalización y democracia”, en VVAA Tendencias
básicas de nuestra época. Globalización y democracia. Instituto de Altos Estudios Diplomáticos Pedro
Gual, Caracas, pp. 25-61.
1
las independencias latinoamericanas, cuyo bicentenario celebramos hoy, se inicia un
proceso de independencia pero no de descolonialidad del poder. Las nuevas republicas
latinoamericanas logran deslastrarse de la hegemonía político-administrativa de los
centros europeos, pero la colonialidad y sus efectos fundamentales, caracterizados en los
sistemas de dominación ya mencionados, siguen operando profundamente en nuestras
sociedades. La colonialidad del poder sigue siendo el elemento central de la estructuración
de la sociedad en América Latina.
La grandiosa gesta independentista, no conllevó ciertamente un proceso real de
democratización de las relaciones sociales a lo interno de las repúblicas latinoamericanas,
sino más bien aperturó la reconfiguración de los sistemas de dominación social a
conveniencia de las elites blancas, que secuestraron el proceso de descolonización. No por
casualidad nuestros pensadores más brillantes y nuestros héroes más osados, aquellos que
intentaron llevar la empresa descolonizadora hasta sus últimas consecuencias, murieron en
el exilio o fueron asesinados por quienes otrora tomaron las riendas de los Estados, e
instrumentaron internamente la colonialidad del poder.
En este sentido, el eurocentrismo ha sido un elemento particularmente central en la
continuidad de la colonialidad del poder en América Latina. La “colonización
pedagógica”, la “cultura imperial”, la “dependencia cultural” instituidas por las elites
criollas como la subjetividad hegemónica, han representado un modo de imponer sobre los
dominados un espejo distorsionarte que les obliga a mirarse con los ojos del dominador,
bloqueando profundamente la perspectiva histórica y cultural autónoma de los
dominados2. Las “zonceras”, brillantemente descritas por Arturo Jauretche3, como
efectivos axiomas que encubren y distorsionan el análisis de las realidades de nuestras
sociedades, han obrado con extraordinaria eficacia en la perdida de nuestra originalidad
social, convirtiéndonos en una copia ridícula, subordinada a los modelos dispuestos por la
colonialidad del poder. Para Frantz Fanon, la característica principal de un pueblo
Quijano, Aníbal (1998) “La colonialidad del poder y la experiencia cultural latinoamericana”, en Roberto
Briceño-León y Heinz Sonntag (eds.) Pueblo, época y desarrollo: La sociología de América Latina.
Universidad Central de Venezuela / Editorial Nueva Sociedad, Caracas, pp. 27-38.
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3
Jauretche, Arturo (1972) Manual de zonceras argentinas. Peña Lillo Editor, Buenos Aires.
colonizado es precisamente la perdida de su originalidad cultural, y el nacimiento de un
complejo de inferioridad basado en la imitación de los valores culturales de la metrópoli4.
Nuestro bicentenario representa un proyecto inacabado de descolonización: dos siglos de
ruptura con el colonialismo, dos siglos de independencia formal, dos siglos de naciones e
identidades nacionales. Pero aún así: dos siglos de imperialismo, dos siglos de zonceras,
dos siglos procurando ser lo que no somos. En medio de la algarabía celebratoria se
yerguen, necesariamente, nuevos retos y nuevos compromisos. No es momento para vivir
de apologías, es momento de encomendar nuestra memoria histórica a las luchas del
presente: “Es tiempo, en fin, de dejar de ser lo que no somos”5. Nuestro único horizonte de
futuro viable, es la completitud del proyecto de descolonización iniciado hace ya tanto
tiempo, y que sólo será posible mediante un proceso real de descolonialidad del poder, es
decir, de democratización de la existencia social y de proyección de un nuevo horizonte
histórico fundado tanto en la desintegración de las estructuras de poder de la colonialidad,
como en el desmantelamiento de los dispositivos ideológicos del eurocentrismo6.
Sintomáticamente, este proceso sólo será posible en la medida en que podamos
desmantelar todas las zonceras y en la medida en que nuestras sociedades reconstituyan su
originalidad. Esa reoriginalización, deberá ser necesariamente praxis creadora, y no calco.
Hoy en nuestra América Latina, en el mismo territorio que vio nacer a la colonialidad del
poder y que ha sobrevivido con tanto empeño sus embates, esa matriz colonial y sus
sistemas de dominación están entrando en su mayor crisis histórica. Con las insurgencias
políticas y epístemicas de los movimientos sociales, con los procesos políticos actuales de
algunos Estados, con la democratización de las relaciones sociales, nuestro bicentenario
parece inaugurar el potente resurgimiento de ese añejo proyecto descolonizador. Estamos
ante la re-emergencia de la descolonialidad del poder y de la reoriginalización social:
excepcionales senderos para ser, finalmente, lo que realmente somos.
4
Fanon, Frantz (1973) Piel negra, máscaras blancas. Editorial Abraxas, Buenos Aires.
Quijano, Aníbal (2000) “Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina”, en Edgardo Lander
(comp.) La colonialidad del saber: Eurocentrismo y ciencias sociales. Perspectivas latinoamericanas.
CLACSO, Buenos Aires, pp. 201-246.
5
Quintero, Pablo (2009) “La colonialidad del poder y el mito de la democracia racial en Venezuela”, en
Mario Ayala y Pablo Quintero (comps.) Diez años de revolución en Venezuela: Historia, balance y
perspectivas. Universidad de Buenos Aires / Editorial Maipue, Buenos Aires, pp. 203-238.
6
Pablo Quintero
Licenciado en Antropología (Universidad Central de Venezuela), Magíster en Ciencias
Sociales (Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales) y candidato a Doctor en
Antropología (Universidad de Buenos Aires). Profesor adjunto del Departamento de
Antropología de la UBA y Director del Grupo de Estudios Sobre Colonialidad (UBA).
Profesor invitado en la Universidad Nacional de Misiones, la Universidad Nacional de
Tres de Febrero, y la Universidad Popular Madres de Plaza de Mayo, entre otras. Autor de
“La Invención del Indio en Venezuela” y “El Transporte Sagrado: Sociabilidad, Control
Social y Modernidad en el Metro de Caracas”. Compilador de “Diez Años de Revolución
en Venezuela: Historia, Balance y Perspectivas”.
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