1 La eclosión de la Revolución Bolivariana en Venezuela sumada a... que llevaron a Evo Morales a la presidencia de...

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TRANSICIÓN AL SOCIALISMO. Teorías y práctica (agosto de 2007)
Por Alberto Fortunato*
La eclosión de la Revolución Bolivariana en Venezuela sumada a los procesos
que llevaron a Evo Morales a la presidencia de Bolivia y a Rafael Correa a la de
Ecuador y sobre todo la persistencia de la Revolución Cubana pese al cerco
norteamericano y la reafirmación del rumbo revolucionario socialista por el Primer
Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros de Cuba, General Raúl
Castro Ruz, en el acto central de la celebración del 54ª aniversario del asalto a los
cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes en la Plaza Agramonte de
Camagüey, pone en discusión, nuevamente, las teorías, los métodos y las formas
de una sociedad socialista. Tal discusión, ahora excede el campo de la ortodoxia
marxista y es mencionada en intervenciones de Ministros ecuatorianos y
bolivianos y fundamentalmente por el Presidente de Venezuela, General Hugo
Chávez, trasladando el debate a América Latina.
Escribía Marx: “Los hombres hacen su propia historia, pero no la hacen a su
libre arbitrio, bajo circunstancias elegidas por ellos mismos, sino bajo aquellas
circunstancias con que se encuentran directamente, que existen y les han sido
legadas por el pasado. La tradición de todas las generaciones muertas oprime
como una pesadilla el cerebro de los vivos. Y cuando estos aparentan dedicarse
precisamente a transformarse y transformar las cosas, a crear algo nunca visto, en
estas épocas de crisis revolucionaria, es precisamente cuando conjuran
temerosos en su auxilio los espíritus del pasado, toman prestados sus nombres,
sus consignas de guerra, su ropaje, para, con este disfraz de vejez venerable y
este lenguaje prestado, representar la nueva escena de la historia universal” 1 El
pensamiento de la izquierda revolucionaria reafirma lo citado más arriba al evocar
reiteradamente a Carlos Marx y Federico Engels para fundamentar sus
argumentaciones acerca de las transformaciones revolucionarias de la sociedad y
el estado capitalistas. De esa manera actuó Lenin al desarrollar su estudio sobre
El Estado y la Revolución2 escrito en vísperas de la Revolución de Octubre (1917)
y hacer referencia a la Crítica del Programa de Gotha3 y a La guerra civil en
Francia4, el primero escrito por Marx en 1875 al analizar el programa aprobado por
el socialismo unificado de Alemania y el segundo compuesto de tres manifiestos
del Consejo General de la Asociación Internacional de los Trabajadores (Primera
Internacional) referidos a la guerra franco-prusiana de 1870/71 y sobre la Comuna
de París de 1871 redactados por Marx y publicados en 1871. Ambos trabajos
1
CARLOS MARX. El dieciocho brumario de Luis Bonaparte. En
Obras Escogidas. Editorial
Progreso, Moscú, s/f, pp.95
2
LENIN. El Estado y la Revolución. Editorial Nuestra América, 2da. Edición, Buenos Aires, 2004.
CARLOS Marx. Crítica del Programa de Gotha. Ediciones Compañero. Biblioteca Proletaria, Buenos
Aires, 1971 (incluye notas de Lenin)
4
CARLOS Marx: La guerra civil en Francia. Ediciones Pueblos Unidos, Montevideo, 1953
3
2
cuentan con prólogos de F. Engels fechados en 1891. Marx había sido cuidadoso
al no incluir referencias detalladas en sus trabajos anteriores sobre la futura
sociedad comunista, no obstante su temprana militancia en la Liga de los
Comunistas y sus fuertes críticas al denominado socialismo utópico. En su carta a
W. Brake afirma que “Cada paso de movimiento real vale más que una docena de
programas”. No obstante, al criticar a la afirmación programática que ubica al
Estado como un órgano que está por encima de la sociedad, señala que “La
sociedad actual es la sociedad capitalista” y que los distintos Estados de los
distintos países civilizados, pese a la abigarrada diversidad de sus formas, tienen
de común el que todos ellos se asientan sobre la base de la moderna sociedad
burguesa” y continúa: “Cabe, entonces, preguntarse: ¿Qué transformación sufrirá
el Estado en la sociedad comunista? O, en otros términos: ¿Qué funciones
análogas a las actuales funciones del Estado subsistirán entonces?” y entonces al
señalar que la respuesta debiera ser científica y no meramente literaria introduce
el tema de la transición al comunismo. Escribe Marx:
“Entre la sociedad capitalista y la sociedad comunista media el período de la
transformación revolucionaria de la primera en la segunda. A este período
corresponde también un período político de transición, cuyo Estado no puede ser
otro que la dictadura revolucionaria del proletariado”5 Antes de esta definición,
Marx discute la afirmación del Programa de Gotha sobre la constitución en
patrimonio común de la sociedad de los medios de trabajo y la regulación colectiva
del trabajo y el consiguiente reparto equitativo del ·fruto del trabajo” y señala:”De
lo que aquí se trata no es de una sociedad comunista que se ha desarrollado
sobre su propia base, sino de una que acaba de salir precisamente de la sociedad
capitalista y que, por tanto, presenta todavía en todos sus aspectos, en el
económico, en el moral y en el intelectual, el sello de la vieja sociedad de cuya
entraña procede. (...) Lo que el productor ha dado a la sociedad es su cuota
individual de trabajo. (...) el tiempo individual de trabajo de cada productor por
separado es la parte de la jornada social de trabajo que el aporta (. . .) La
sociedad le entrega (en retribución –A.F.) un bono consignando que ha rendido tal
o cual cantidad de trabajo (después de descontar lo que ha trabajado para el
fondo común) y con este bono saca de los depósitos sociales de medios de
consumo la parte equivalente a la cantidad de trabajo que rindió.(. . .)Aquí reina,
evidentemente, el mismo principio que regula el intercambio de mercancías, por
cuanto éste es intercambio de equivalentes.” Y agrega más adelante: “el derecho
igual sigue siendo aquí, en principio el derecho burgués aunque ahora el principio
y la práctica ya no se tiran de los pelos”.6 Federico Engels, contemporáneamente
a este trabajo manifiesta que:”La concepción de la sociedad socialista como reino
de la igualdad, es una idea unilateral francesa apoyada por el viejo lema de
`libertad, igualdad, fraternidad`; una concepción que tuvo su razón de ser como
fase de desarrollo en su tiempo y en su lugar, pero que hoy debe ser superada, al
igual que todo lo que hay de unilateral en las escuelas socialistas anteriores...”. En
la misma carta, Engels se refiere a la transición y al Estado: “Habría que
abandonar toda esa charlatanería acerca del Estado, sobre todo después de la
5
6
C.Marx. Crítica del...cit. pp.38
Op. Cit. Págs. 21/22
3
Comuna, que no era ya un Estado en el verdadero sentido de la palabra. Los
anarquistas nos han echado en cara más de la cuenta, eso del Estado popular, a
pesar de que ya la obra de Marx contra Proudhon (Miseria de la Filosofía – 1847)
y luego en el `Manifiesto Comunista` dicen claramente que, con la implantación del
régimen social socialista, el Estado se disolverá por sí mismo y desaparecerá.
Siendo el Estado una institución meramente transitoria, que se utiliza en la lucha
en la revolución, para someter por la violencia a los adversarios, es un absurdo
hablar de Estado popular libre: mientras el proletariado necesite todavía del
Estado no lo necesitará en interés de la libertad, sino para someter a sus
adversarios, y tan pronto como pueda hablarse de libertad, el Estado como tal
dejará de existir, Por eso nosotros propondríamos decir siempre en vez de la
palabra Estado, la palabra `Comunidad`(Gemeinwesen), una buena y antigua
palabra alemana que equivale a la palabra francesa Commune`”.
La Comuna de París (marzo/mayo de 1871): El 2 de setiembre de 1870 el
ejército francés fue derrotado en Sedán por las tropas prusianas de Bismark
siendo tomado prisionero el emperador Napoleón III. La consecuencia fue la
revolución de París del 4 de setiembre que proclamó nuevamente la república,
una república cercada por las tropas de Prusia y que obligó al pueblo a integrar
un Gobierno de la Defensa Nacional integrado por los diputados parisinos del
antiguo Cuerpo Legislativo. Se accedió a esto, escribe Engels en el prólogo de La
guerra civil en Francia porque “para los fines de la defensa, todos los parisinos
capaces de empuñar las armas se habían enrolado en la Guardia Nacional y
estaban armados, con lo cual los obreros representaban dentro de ella una gran
mayoría. Pero el antagonismo entre el gobierno, formado casi exclusivamente por
burgueses, y el proletariado en armas no tardó en estallar. El 31 de octubre los
batallones obreros tomaron por asalto el Hotel de Ville y capturaron a algunos
miembros del gobierno.” No obstante, teniendo en cuenta que la ciudad estaba
sitiada por los prusianos, se permitió al gobierno constituido seguir en funciones.
“Por fin –continúa Engels-, el 28 de enero de 1871, la ciudad de París, vencida por
el hambre capituló. Pero con honores sin precedentes en la historia de las guerras.
Los fuertes fueron rendidos, las murallas desarmadas, las armas de las tropas de
línea y de la Guardia Móvil entregadas, y sus hombres fueron considerados
prisioneros de guerra. Pero la Guardia Nacional conservó sus armas y sus
cañones y se limitó a sellar un armisticio con los vencedores. Y estos no se
atrevieron a entrar en París en son de triunfo.” El historiador Thiers, designado
nuevo jefe de gobierno intentó robar a la Guardia Nacional la artillería, lo que
provocó la movilización masiva del pueblo y tuvo como consecuencia la
declaración de guerra entre París y el gobierno francés instalado en Versalles. “El
28 de marzo fue elegida y el 29 proclamada la Comuna de París. El Comité
Central de la Guardia Nacional, que hasta entonces había tenido el Poder en sus
manos, dimitió a favor de la Comuna, después de haber decretado la abolición de
la escandalosa `policía de moralidad de París. El 30, la Comuna abolió el servicio
militar obligatorio y el ejército permanente y declaró única fuerza armada a la
Guardia Nacional...Condonó los pagos de alquiler de viviendas desde octubre de
1870 hasta abril de 1871 y suspendió la venta de objetos empeñados...” (Engels)
4
Las medidas se sucedieron rápidamente: Sueldos máximos a los funcionarios de
la Comuna, separación de la Iglesia y el Estado, declaración de propiedad
nacional de todos los bienes de la Iglesia, quema pública de la guillotina y
demolición de la Columna Triunfal de la plaza Vendôme símbolo de chovinismo “e
incitación a los odios entre naciones”.. Organización de cooperativas obreras para
reanudar la explotación de fábricas clausuradas por los patrones, declarar abolido
el trabajo nocturno de los panaderos y otras medidas con claro contenido de
clase.
En el Manifiesto redactado por Marx en 1871 se hace referencia al Segundo
Imperio liderado por Luis Bonaparte que “Decía que salvaba a la clase obrera
destruyendo el parlamentarismo y, con él la descarada sumisión del gobierno a las
clases poseedoras. Decía que salvaba a las clases poseedoras manteniendo en
pie su supremacía económica sobre la clase obrera; y, finalmente, pretendía unir a
todas las clases, al resucitar para todos la quimera de la gloria nacional. En
realidad, era la única forma de gobierno posible en un momento en que la
burguesía había perdido ya la facultad de gobernar el país y la clase obrera no la
había adquirido aún.” Marx hacía así referencia al bonapartismo donde el “Poder
del Estado, que aparentemente flotaba por encima de la sociedad, era, en
realidad, el mayor escándalo de ella y el auténtico vivero de todas las
corrupciones” Afirma Marx: “La antítesis directa del Imperio era la Comuna. El grito
de `república social` con que la revolución de febrero (de 1871) fue anunciada por
el proletariado de París, no expresaba más que el vago anhelo de una república
que no acabase sólo con la forma monárquica de la dominación de clase sino con
la propia dominación de clase. La Comuna era la forma positiva de esta república.”
Dice Engels, en la obra citada: “La Comuna tuvo que reconocer desde el primer
momento que la clase obrera, al llegar al Poder, no puede seguir gobernando con
la vieja máquina del Estado”. Asimismo Marx agrega: “La Comuna estaba formada
por consejeros municipales elegidos por sufragio universal en los diversos distritos
de la ciudad. Eran responsables y revocables en todo momento. (...)La Comuna
no había de ser un organismo parlamentario, sino una corporación de trabajo,
ejecutiva y legislativa al mismo tiempo...Igual que los demás funcionarios públicos,
los magistrados y los jueces habían de ser funcionarios electivos responsables y
revocables” y agrega: “Una vez establecido en París y en los centros secundarios
el régimen comunal, el antiguo gobierno centralizado tendría que dejar paso
también en provincias el gobierno de los productores por los productores. (...) En
realidad, el régimen Comunal, colocaba a los productores del campo bajo la
dirección ideológica de las capitales de sus distritos, ofreciéndoles aquí, en los
obreros de la ciudad, los representantes naturales de sus intereses. (...) La
Comuna convirtió en realidad ese tópico de todas las revoluciones burguesas que
es un `gobierno barato`, al destruir las dos grandes fuentes de gastos: el ejército
permanente y la burocracia del Estado.” Continúa Marx: “la Comuna era,
esencialmente, un gobierno de la clase obrera, fruto de la lucha de la clase
productora contra la clase apropiadora, la forma política al fin descubierta para
llevar a cabo dentro de ella la emancipación económica del trabajo (...)
Emancipado el trabajo, todo hombre se convierte en trabajador, y el trabajo
productivo deja de ser un atributo de clase.” .Engels, luego de sintetizar el Capítulo
5
tercero de “La guerra civil en Francia” a modo de conclusión define: “En realidad,
el Estado no es más que una máquina para la opresión de una clase por otra, lo
mismo en la república democrática que bajo la monarquía (...) El proletariado
victorioso, lo mismo que hizo la Comuna, no podrá por menos de amputar
inmediatamente los lados peores de este mal, entretanto que una generación
futura, educada en condiciones sociales nuevas y libres, pueda deshacerse de
todo ese trasto viejo del Estado.” Y termina su prólogo de esta forma:
“Últimamente las palabras `dictadura del proletariado han vuelto a sumir en santo
horror al filisteo socialdemócrata. Pues bien caballeros, ¿Queréis saber que faz
presenta esta dictadura? Mirad a la Comuna de París: ¡He ahí la dictadura del
proletariado!7
Sobre la teoría de la transición al socialismo, en la segunda década del siglo XX,
vuelve a considerarse la cuestión.
Lenin (1870-1924) en El Estado y la
Revolución8, escrito en vísperas de la Revolución de Octubre, remarca que en el
análisis de la Comuna en Marx no existen “ni rastros de utopismo” y los
acontecimientos y experiencias son estudiados “como un proceso históriconatural”, donde la nueva sociedad nace de la vieja y se detiene en el estudio de
las formas de transición de una a la otra. Tomando “la experiencia real del
movimiento proletario de masas” y saca conclusiones y enseñanzas prácticas de
ella. Destaca Lenin que Marx “aprende” de la Comuna. En el capítulo V de dicha
obra “Las bases económicas de la extinción del Estado”, Lenin subraya el carácter
científico del análisis marxista de la transformación del Estado y repite que “En
Marx no encontramos el más leve intento de fabricar utopías” y agrega: “Marx
plantea la cuestión del comunismo como el naturalista plantearía, por ejemplo, la
del desarrollo de una nueva especie biológica, sabiendo que ha surgido de tal y tal
modo y se modifica en tal y tal dirección determinada”9 Y prosigue más adelante:
“...lo primero que ha sido establecido con absoluta precisión por toda la teoría del
desarrollo y por toda la ciencia en general...es el hecho de que, históricamente,
tiene que haber, sin género de duda, una fase especial o una etapa especial de
transición del capitalismo al comunismo”. Y entonces cita a Marx:
“...A este período (de transformación revolucionaria) corresponde también un
período político de transición, cuyo estado no puede ser otro que la dictadura
revolucionaria del proletariado...”
Lenin dice que la conclusión citada de Marx está basada en “el análisis del papel
que el proletariado desempeña en la sociedad capitalista actual, en los datos
sobre el desarrollo de esta sociedad y en el carácter irreconciliable de los
intereses antagónicos del proletariado y la burguesía.” 10 Lenin interrumpe el folleto
en el Capítulo VI y en las palabras finales a la primera edición escritas el 30 de
FEDERICO ENGELS: Introducción a “La Guerra Civil en Francia” (1891).Ediciones Pueblos Unidos,
Montevideo, 1953, pp.25
8
V. I. LENIN: El Estado y la Revolución. Editorial Cartago, Buenos Aires, 1958, TomoXXV. Escrito en
agosto-setiembre de 1917. Ver pp. 418 y siguientes.
9
Obra citada, p.452.
10
Ibidem. P.453
7
6
noviembre de 1917 con los bolcheviques en el poder destaca que pese a tener “ya
trazado el plan del capítulo siguiente, del VII: La experiencia de las revoluciones
rusas de 1905 y 1917...no me fue posible escribir ni una sola línea...; vino a
estorbarme la crisis política, la víspera de la revolución de Octubre de 1917.
Estorbos como éste no pueden producir más que alegría. (...)es más agradable y
provechoso vivir la experiencia de la revolución que escribir acerca de ella.”11
Sin embargo, es inevitable confrontar los fundamentos teóricos con la experiencia
social en el emprendimiento insólito de construcción de la nueva sociedad
socialista.. La Rusia zarista se encaminaba luego de la revolución de febrero12 a
conformar un gobierno (burgués) que restaurara el orden en las calles. Al decir de
Trotski (1879-1940) “la paradoja de febrero” dio como resultado que una
revolución realizada en las calles por las masas trabajadoras y los soldados (en su
mayoría de origen campesino) terminó en un Gobierno “creado en los salones” por
políticos tibios e irresolutos. Lenin y su partido bolchevique se proponían no sólo la
transformación del sistema económico “atrasado” del zarismo sino que,
contrariamente a lo proclamado por mencheviques y eseristas que sostenían la
necesidad de una revolución burguesa previa a la transición a un orden socialista
13, proclamaban la necesidad de una insurrección armada para instaurar “una
dictadura revolucionaria democrática del proletariado y el campesinado”. Esta tesis
que databa de 1905, es actualizada en abril de 1917. En Las Tesis de Abril 14
reformula su propuesta y establece la estrategia para la Revolución de Octubre:
“2. La peculiaridad del momento actual en Rusia consiste en el paso de la primera
etapa de la revolución, que ha dado el poder a la burguesía (...), a su segunda
etapa, que debe poner el poder en manos del proletariado y los campesinos
pobres.”. Proclama la necesidad de “Explicar a las masas que los soviets de
diputados obreros son la única forma posible de gobierno revolucionario...” y
haciéndose eco de la debilidad momentánea de su partido escribe: “Mientras
estemos en minoría, desarrollaremos una labor de crítica y esclarecimiento de los
errores, propugnando, al mismo tiempo, la necesidad de que todo el poder del
estado pase a los soviets de diputados obreros, para que, sobre la base de la
experiencia, las masas se desprendan de sus errores”.y a continuación plantea
sucintamente un programa que en algunos aspectos retoma antiguas tesis del
11
. Obra citada , p.487
Desde el 23 al 28 de febrero de 1917 se sucedieron en Petrogrado grandes movimientos de protesta y un
alzamiento de varios regimientos que culminaron en la constitución del Soviet (asamblea permanente) de
Diputados de trabajadores y soldados de Petrogrado, dirigidos por socialistas. Presionados por la ola
revolucionaria popular, los miembros de la Duma (Asamblea Legislativa de la Rusia zarista y de poderes
limitados) luego de fracasar en imponer al Gran Duque Miguel como dictador de Rusia, se proclaman
autoridad y de hecho queda constituido una especie de poder dual. Por un lado el Comité Temporal de la
Duma “que detentaba lo que más se aproximaba al poder formal, pero no tenía ninguna autoridad en la calle”,
y por otro lado el Soviet que “tenía lo que más se aproximaba al poder en las calles, pero ninguna autoridad
formal” (Véase: .ORLANDO FIGES La Revolución Rusa –1891-1924, EDHASA, Barcelona, 2001)
13
En el caso de los mencheviques, la convicción en la necesidad de una etapa de evolución burguesa antes de
llegar al socialismo provenía de la interpretación de algunas afirmaciones de Marx. Producida la Revolución
de Octubre, el joven periodista socialista Antonio Gramsci escribe un lúcido artículo: “La revolución contra
El Capital”, señalando esta circunstancia.
14
V.I.LENIN. Tareas del proletariado en la actual revolución. Obras Completas, tomo 24 pp. 9/16Ed.
Cartago, Buenos Aires, 1957.
12
7
Manifiesto Comunista y algunas de las medidas tomadas en la Comuna de París
de 1871, como ser:
Supresión de la policía, del ejército (es decir, sustitución del ejército permanente
por el pueblo en armas), de la burocracia.
La remuneración de los funcionarios, todos ellos elegibles y que puedan ser
removidos en cualquier momento, no deberá nunca exceder el salario medio de un
obrero calificado.
Confiscación de todas las tierras de los terratenientes.
Nacionalización de todas las tierras del país, de las que dispondrán los soviets
locales de diputados obreros agrícolas y campesinos.
Fusión inmediata de todos los bancos del país en un Banco Nacional único,
sometido al control de los soviets de diputados obreros.
Lenin aclara en la tesis 8 que la tarea inmediata de los bolcheviques no es la
“implantación” del socialismo, sino la simple instauración del control de la
producción social y de la distribución de los productos por los soviets de diputados
obreros.,
Un agudo observador y estudioso de la Revolución Rusa15 escribe que la mayor
elaboración de la tesis agraria por Lenin lo muestra “realista “y por vez primera
estaba ahora pensando en términos concretos de revolución rusa, una revolución
en un país con abrumadora mayoría campesina. (...)Ninguna revolución
democrático-burguesa, incluso con la más radical redistribución de la propiedad
territorial, podía alimentar a Rusia” El proceso de desintegración de Rusia
provocado por la guerra provocaba la imposibilidad de que el Gobierno Provisional
pudiera alimentar al pueblo ruso.
El partido bolchevique se proponía cambiar radicalmente la situación de Rusia.
Tendría que hacerlo en condiciones sumamente difíciles. Era necesario dar fin a la
guerra imperialista y satisfacer las demandas y anhelos de la clase obrera y del
inmenso campesinado. De allí que los dos primeros Decretos puestos a
consideración por el Congreso de Soviets de toda Rusia el día siguiente del triunfo
revolucionario (26 de octubre/8 de noviembre) y aprobados por unanimidad fueron
los de la Paz y la Tierra. Sin embargo, el apoderamiento de los “altos puestos de
mando” de la economía” no garantizaban –en las difíciles condiciones existenteslogros exitosos y permanentes. Un historiador del período16 señala: “No había
ningún plan concreto para reconstruir el sistema económico sobre nuevas bases;
las ideas fundamentales para dirigir el sistema económico a través de un período
de transición eran claras, pero no lo eran las formas que tomaría la reorganización
permanente, ni los métodos por los cuales se lograría esa reorganización”. Y
agrega: “Se esperaba como inevitable un período de experimentación, de
tentativas y errores, hasta que fuese posible encontrar una forma satisfactoria de
15
E.. H. CARR: La Revolución Bolchevique 1917/1923, Tomo 2. Ed.Alianza Universidad, Madrid, 1987,
p.38
16
A. BAYKOV: Historia DE la Economía Soviética. Ed. Fondo de Cultura Económica, México, 1948, p.13
8
economía planeada”.17 En un primer momento, hasta mediados de 1918, el
gobierno revolucionario nacionalizó parcialmente la gran industria, expropió a los
terratenientes, estableció licencias de exportación e importación. En marzo se
firma en Brest-Litovsk la paz con Alemania y se separan del gobierno los eseristas
de izquierda. Desde mediados de 1918 y hasta marzo de 1921 se desarrolla el
período denominado “Comunismo de Guerra” donde se suceden la
nacionalización de toda la industria, de la tierra, el comercio exterior y la banca, en
un proceso de casi desintegración de la economía del país provocado por la
guerra civil y la intervención extranjera. Hacia fines de 1918, Lenin sufre un
atentado que lo deja gravemente herido. Baykov refiere que durante el
Comunismo de Guerra “las medidas del Gobierno soviético fueron, por la presión
de la emergencia (así como, en muchos casos, por la influencia de las teorías
económicas marxistas) un intento de pasar directamente a un sistema de
producción y distribución centralmente dirigido a un sistema basado en el trueque
organizado por el Estado”.En este período se desarrollaron embrionariamente
formas socialistas de trabajo denominadas “subbotniki” (trabajo voluntario hecho
por grupos de trabajadores, los sábados para realizar alguna tarea urgente) y
hacia 1920 se intenta un sistema de planeamiento de la economía del país en su
conjunto con la aprobación del plan Goelro para la electrificación de Rusia. Lenin y
los bolcheviques confiaban que la revolución se extendería a los principales
países de Europa occidental y que de esta forma podrían consolidar la revolución
socialista. Sin embargo, la derrota del movimiento revolucionario en Alemania,
Italia, Hungría..., el descontento obrero y campesino obligó a los bolcheviques a
introducir una nueva política económica (N.E.P.)
Lenin, con lucidez y valentía, caracterizaba la situación en el Décimo Congreso
del Partido Comunista realizado en marzo de 1921 de la siguiente manera:
“Estamos viviendo en tales condiciones de empobrecimiento y ruina, de excesiva
tensión y agotamiento de las principales fuerzas productivas de los campesinos y
los obreros, que por algún tiempo habrá que subordinarlo todo a esta
consideración fundamental: aumentar a toda costa la cantidad de bienes”
(subrayado mío).y agrega más adelante: “La nueva política económica significa la
sustitución de las requisas por un impuesto sobre los víveres, significa una
transición a la restauración del capitalismo en grado no pequeño. En qué grado
será, no lo sabemos...Desde el punto de vista de la estrategia, la cuestión
fundamental es: ¿quién será el primero de sacar ventaja de esta nueva situación?
¿Quién vencerá? ¿El capitalista a quien ahora dejamos entrar por la puerta o
incluso por muchas puertas que nosotros mismos ignoramos y que se abrirán
independientemente de nosotros y contra nosotros? ¿O el poder proletario
soberano?” Durante 1921 Lenin reitera estos argumentos. Por ejemplo, en el
Informe en el II Congreso de Educación Política de Rusia (17/10/1921) 18 refiere
que la nueva política económica “contiene más elementos de lo viejo y que el error
de los bolcheviques fue creer, a principios de 1918 que podrían contar con un
17
18
Ibidem, p. 14.
V.I.LENIN, Obras Completas, tomo 33, pp. 49/67 Editorial Cartago, Buenos Aires1960
9
período de paz para la construcción. ·Pero nos engañamos, pues en 1918 nos
vimos enfrentados a un verdadero peligro militar: la sublevación checoslovaca y el
comienzo de la guerra civil que se prolongó hasta 1920 (. . .) cometimos el error de
resolver el paso inmediato a la producción y distribución comunistas. Resolvimos
que los campesinos debían darnos la cantidad de trigo fijada por la requisición de
los excedentes, la que sería repartida en las fábricas y talleres para obtener de
esa manera una producción y distribución comunistas”19 La experiencia sufrida
“nos hizo ver lo equivocado de la teoría, que se hallaba en oposición a lo que
antes habíamos escrito sobre el tránsito del capitalismo al socialismo
(subrayado mío), cuando declarábamos la imposibilidad de entrar siquiera en la
primera etapa del comunismo sin pasar por todo un período de contabilidad y
control socialistas”20 Lenin señala que la N.E.P. es un retroceso estratégico. Dice
que “Las concesiones entregadas a los capitalistas extranjeros, los
arrendamientos a los capitalistas privados, constituyen un franco restablecimiento
del capitalismo y se vinculan con las raíces de la nueva política
económica...Desde el punto de vista de la estrategia, el problema fundamental es
el siguiente: ¿Quién aprovechará con mayor rapidez la nueva situación? El
interrogante lo constituye el campesinado; ¿seguirá al proletariado, que aspira a
edificar la sociedad socialista, o al capitalista que dice “volvamos al pasado, es
menos peligroso; no necesitamos para nada este socialismo que han
inventado”?”21 En la misma intervención Lenin subraya que “no debemos contar
con el paso directo al comunismo” y que “toda rama importante de la economía
nacional deberá ser edificada sobre el interés individual” y hace una reflexión que
destaco: “La dictadura del proletariado impone una guerra enconada. El
proletariado ha triunfado en un país, pero en la escala internacional sigue siendo
débil. Debe unir en su derredor a todos los obreros y campesinos, infundiéndoles
la conciencia de que la guerra no ha terminado. Aunque las palabras de nuestra
canción digan Agrupémonos todos en la lucha final eso no es del todo cierto;
lamentablemente no es esta nuestra batalla final. No lograremos el éxito si no
somos capaces de fusionar en el combate a los obreros y campesinos”. 22
Cuarenta y dos años después, en el período inicial de la Revolución Cubana,
Ernesto Ché Guevara, aborda el tema de la transición al socialismo y critica
duramente a Lenin considerando como un error importante el establecimiento de
la Nueva Política Económica en Rusia soviética. Escribe el Ché: “...Lenin,
presionado por el inmenso cúmulo de peligros y de dificultades que se cernían
sobre la Unión Soviética, el fracaso de una política económica, sumamente difícil
de llevar por otro lado, vuelve sobre sí y establece la NEP dando entrada
nuevamente, a viejas relaciones de producción capitalista”23
19
Ibidem, p.51
Ibidem p51
21
Ibidem p.54
22
Ibidem p.57
23
ERNESTO Ché GUEVARA: a MODO DE PRÓLOGO. “Algunas Reflexiones sobre la transición
socialista” en Apuntes Críticos a la Economía Política., OCEAN SUR – OCEAN PRESS, 2006, P.10
20
10
* Contador Público. Docente Adjunto Universidad Popular Madres de Plaza de Mayo Cátedra
Economía Política y Social. Miembro del Comité de Redacción de Revista Periferias.
Miembro del Comité de Redacción Revista 30 Días. Director de la Colección Ché de Editorial
Acercándonos. (Wilde, Provincia de Buenos Aires, 1938)
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