EUROPA Y ESTADOS UNIDOS EN EL AÑO 2000 Guillermo de la Dehesa Romero Director del Instituto de Estudios Económicos de Galicia Pedro Barrié de la Maza. El primer año del Milenio va a ser un año crucial desde el punto de vista de las economías americana y de la europea. Estados Unidos vive un ciclo expansivo de casi diez años con elevado crecimiento, sin paro (salvo en friccional) y sin inflación. A esta situación se le ha llamado el "nuevo paradigma" por muchos empresarios y políticos y algunos economistas. Este "nuevo paradigma" o "nueva economía" está basado en una mejora indudable de la economía de las empresas americanas, que se empezaron a reestructurar a mediados de los años ochenta, aprovechando un mercado laboral muy flexible y a invertir en tecnologías de la información y de las telecomunicaciones siendo hoy más competitivas que las europeas. Ello ha hecho pensar que estamos ante una nueva fase expansiva mucho más larga, como la de 1870 a 1913 o la de 1950 a 1973 derivada, como las anteriores, de una nueva ola tecnológica y de un proceso de globalización derivado de que nuevas tecnologías reducen dramáticamente los costes de transporte y comunicación. Europa se ha quedado rezagada en estos años pero intenta recuperar el terreno perdido a gran velocidad. La otra cara de la moneda de este "nuevo paradigma" viene representada por un fuerte desequilibrio en las finanzas de las familias americanas y por una burbuja especulativa en los mercados financieros. El ahorro neto de los hogares americanos alcanza el -7%, es decir, su gasto es un 7% superior a su renta y, como consecuencia de ello, su endeudamiento es 1,6 veces superior a su renta permanente. Los consumidores americanos han sido capaces de gastar sin ahorrar porque el valor de mercado de sus inversiones bursátiles les hace creerse ricos y porque los inversores extranjeros, especialmente los europeos, han invertido masivamente en Estados Unidos suministrando el ahorro necesario para mantener la inversión americana y financiar un déficit de balanza de pagos por cuenta corriente que hoy llega a más de 300.000 millones de dólares. Es decir, como apuntaba Paul Volcker recientemente, "La economía americana y mundial dependen hoy del consumidor americano, que a su vez depende de la bolsa americana, que a su vez depende de 50 empresas, la mitad de las cuales no tiene beneficios". Entre 1994 y 1999 el índice S&P se multiplicó por tres, y algunas acciones por diez, provocando una sobrevalorización bursátil o burbuja de más del 50%. ¿Por cuanto tiempo es sostenible esta situación? Las burbujas financieras siempre terminan pinchándose. El problema es saber cuando y cómo. Si esto ocurre en el año 2000, podrían manejarse dos escenarios. Uno positivo, en el que Europa, que está empezando a crecer con fuerza, toma el relevo de Estados Unidos como locomotora mundial, los inversores vuelven a Europa y, poco a poco, se desinfla el crecimiento americano y su burbuja. El euro se aprecia frente al dólar acabando con la sobrevalorizción actual de este último y se logra un aterrizaje suave americano y una recuperación estable europea. El otro, más negativo, consistiría en una fuerte caída de Wall Street, tan pronto como el FED suba los tipos de interés ante mayores expectativas de inflación, lo que, por un lado, provocaría una fuerte reacción de los hogares americanos, que al ver que su riqueza financiera cae, empiezan a ahorrar masivamente y provocan una caída del consumo y una recesión y, por otro y dado que los mercados financieros están cada vez más correlacionados, la caída de Wall Street se transmitiría a las bolsas europeas haciendo que la actual recuperación del consumo se detenga y se reduzca también, aunque en menor proporción, el crecimiento europeo. Al final, recesión en Estados Unidos y Europa. Esperemos y deseemos que el primer escenario sea el más probable, ya que de no ser así, las consecuencias para la economía mundial y la globalización podrían llegar a ser muy negativas. 1