Tratamiento del Empiema Pleural con Fibrinolíticos: Marchas y Contramarchas Bibliográficas Comisión de Neumonología Clínica de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria Correspondencia: Dr. Ernesto J. Prieto B. Avenida Pueyrredón 1640 (1118) Buenos Aires, Argentina e-mail: [email protected] La incidencia actual de neumonía bacteriana en los Estados Unidos es de alrededor de 4.000.000 de pacientes por año, estimándose en Argentina 400.000 casos en el mismo lapso . Su complicación más frecuente es el derrame pleural (36 al 66 %) (1). Hasta el día de hoy su tratamiento continúa siendo materia de controversia, en especial cuando se infecta. El derrame pleural de origen infeccioso puede iniciarse por contacto directo con el parénquima pulmonar comprometido o a través de un foco infeccioso metastásico proveniente de otro territorio del organismo (2). Debido a lo controvertido en la literatura en lo referente al tratamiento del derrame pleural empiematizado, nos pareció oportuno discutir, en razón a un tratamiento no exitoso de un empiema pleural, a los fines de buscar una posición actualizada al respecto. Caso clínico: Paciente de sexo femenino de 61 años de edad que concurrió a consulta en Agosto del año 2001 por presentar dolor abdominal difuso, presentando en la ecografía y posteriormente en la tomografía axial computada una masa tumoral en la cola del páncreas. El CEA 19/9 fue de 880 UI/ml, siendo su valor normal menor a 37 UI/ml. En los exámenes de rutina preoperatorios se constató un derrame pleural derecho de carácter leve, el cual fue estudiado mediante toracocentesis y posterior punción biopsia pleural en Octubre de 2001, siendo los resultados citológicos y anatomo-patológicos negativos. Se decidió intervenirla quirúrgicamente, realizándose una esplenopancreatectomía con colectomía segmentaria en ángulo esplénico y resección de intestino delgado, cuyo diagnóstico diferido fue un cistadenocarcinoma mucinoso semidiferenciado estadío T2N0. En el post-operatorio mediato inició un cuadro de fiebre y dolor en abdomen superior, constatándose mediante tomografía axial computada la presencia de una colección subfrénica y derrame pleural derecho con consolidación basal derecha más atelectasia por compresión mecánica del parénquima pulmonar ejercida por el líquido pleural. La colección subfrénica fue evacuada mediante introducción de cateter por punción transcutánea, evacuándose material purulento, siendo el exámen directo y los cultivos negativos para gérmenes. Se realizó punción pleural con aguja simple, extrayéndose 20 cc de líquido serohemático. El exámen físico-químico fue compatible con un exudado, mostrando un pH de 7,25. A las 48 horas se efectuó una segunda tomografía de tórax y abdomen sin y con contraste, objetivándose la presencia de septos pleurales. Ante el regular estado general de la paciente y la cercanía de su cirugía abdominal, se decidió colocar tubo de drenaje simple con inducción anestésica. Al no haber mejoría clínico-radiológica a pesar de estar bien colocado el tubo de drenaje, se decide infusión de estreptokinasa según protocolo de Wait (3) durante 3 días seguidos, clampeando el tubo durante 4 horas después de efectuada la infusión, rotando a la paciente en distintas posiciones. Los débitos en los 2 días subsiguientes aumentaron significativamente, pero no se logró mejoría radiológica a las 96 horas. Ante el fracaso del tratamiento fibrinolítico, se decidió efectuar videotoracoscopía asistida para resolver el empiema pleural. La paciente fue dada de alta al 8vo día de la cirugía, realizándose los controles en forma ambulatoria, presentando radiografía de tórax normal. Discusión: Al no contar con experiencia previa en nuestro hospital e inclusive en nuestro país referente del tratamiento fibrinolítico por vía intrapleural, es que nos hemos interesado en realizar una revisión sobre éste tema en base del aporte de la literatura y de la medicina basada en la evidencia. El tratamiento del derrame pleural complicado ha merecido últimamente mucha atención por parte de diversos autores, ya que persisten todavía defensores y detractores del uso de fibrinolíticos para su resolución. Fueron Trillett y Sherry (4) los primeros en utilizar agentes enzimáticos por vía intrapleural para el tratamiento del empiema en el año 1949. Desde ese momento hasta la fecha se han realizado diversos estudios comparando la eficacia del tratamiento fibrinolítico con la cirugía convencional y luego con la videotoracoscopía, sin resultados contundentes. La estreptokinasa es una proteína producida por el estreptococo beta-hemolítico. Carece de actividad enzimática intrínseca, pero al formar una unión con el plasminógeno expone el sitio activo del mismo para formar plasmina libre. La plasmina degrada todas las estructuras protéicas que componen los tabiques del empiema, permitiendo el fluido de líquido a través del tubo de avenamiento. La estreptokinasa, al ser una proteína no nativa, puede desencadenar efectos adversos serios, tales como reacciones alérgicas, anafilaxia, hemorragias sistémicas, hipertensión arterial, fiebre y escalofríos. La urokinasa, en cambio, deriva de la orina humana y no produce los efectos de la estreptokinasa, activando el plasminógeno en forma directa (5, 6). El consenso de la ACCP (American Association of Chest Physicians) para el tratamiento médico y quirúrgico de los derrames paraneumónicos en el año 2000 (7) realizó una búsqueda bibliográfica en la red Medline ® constatándose 789 citas, de las cuales 24 fueron revisiones, 3 estudios randomizados, 2 series de control y 19 casos reportados. Dentro de los estudios randomizados más importantes está el realizado por Bouros y col. (8) quienes compararon la eficacia de la estreptokinasa con respecto a la urokinasa en el manejo de derrames pleurales complicados en 50 pacientes consecutivos, tratándose cada grupo durante 6 días. 25 de ellos recibieron estreptokinasa y los otros 25 urokinasa. 2 pacientes de cada grupo requirieron después una cirugía para la resolución completa del cuadro. La respuesta al tratamiento fue evaluada por el estado general, aumento de drenaje, mejoría radiológica y el uso de métodos ecográficos y/o tomografía axial computada, no hallándose diferencias significativas entre ambos grupos, aunque la conclusión final aconsejó el uso de la urokinasa por presentar menos efectos adversos que la estreptokinasa. En la revisión que efectuó ese mismo consenso (7) se cita un trabajo de Wait (3), quien comparó el uso de agentes fibrinolíticos y la videotoracoscopía. Se randomizaron 20 pacientes consecutivos con diagnóstico de empiema pleural, sometiendo a 9 de ellos a la colocación de tubo de drenaje y una infusión diaria durante 3 días consecutivos de 250.000 UI de estreptokinasa en 100 cc de solución fisiológica; los 11 pacientes restantes fueron operados mediante videotoracoscopía inmediata. El grupo que fue operado mejoró significativamente más rápido que el grupo de la estreptokinasa, concluyendo que probablemente la videotoracoscopía sea de primera elección para el tratamiento del empiema pleural, reduciendo los días de permanencia en el hospital y por consiguiente, los costos que se generan. Otros estudios han comparado la eficacia del uso de la estreptokinasa por vía intrapleural durante 10 días consecutivos con respecto a la toracostomía convencional con colocación de tubo de drenaje simple (9), concluyendo en ésta serie que el tratamiento fibrinolítico aumenta significativamente el débito diario de líquido pleural pero no reduce ni la morbilidad, ni la mortalidad ni el giro cama. Además, el 22 % de los pacientes que recibieron estreptokinasa debieron requerir una intervención quirúrgica posterior, versus el 14 % de los pacientes que tenían drenaje simple. Por otro lado, A. Yim (10) sugiere que aquellas colecciones pleurales complicadas que no resuelven en 48 horas con el tubo de drenaje simple, deben ser evacuadas mediante videotoracoscopía, no recomendando el tratamiento fibrinolítico dado el alto costo y poca efectividad. Otros autores concluyen que la videotoracoscopía tiene menos porcentaje de complicaciones y menos días de estadía en el hospital que el tratamiento con fibrinolíticos (8,7 días versus 12,8 días, respectivamente) (3). Un estudio multicéntrico, abierto y prospectivo realizado en 5 hospitales mexicanos (11) reveló que la estreptokinasa, como tratamiento adyuvante a la colocación del tubo pleural, es altamente efectivo, restableciendo la función pulmonar y la normalidad radiológica en el 92 % de los casos, evitando de ésta manera la cirugía. El número de pacientes enrolados fue de 48; 30 de ellos con diagnóstico de empiema pleural, 14 con hemotórax y 4 con derrame pleural maligno tabicado. El éxito se logró en 44 de los 48 pacientes, definiéndose como tal la resolución radiológica y la recuperación de su función pulmonar habitual a los 6 meses del episodio. De los 4 pacientes oncológicos, la estreptokinasa intrapleural fue efectiva en 3 de ellos. La técnica que usaron para la infusión de la estreptokinasa es la habitual: dilución de 250.000 UI en 100 cc de solución salina al 0,9 %, inyectándola a través del tubo pleural, clampeando el mismo durante 4 horas y rotando al paciente para permitir la mejor distribución de la estreptokinasa en toda la superficie pleural. Dicho procedimiento se repitió en forma diaria hasta objetivar mejoría radiológica. El tiempo total de duración fue de 5,10 +/1.99 días, siendo el máximo de 10 días. Kemper y Koehler (12) aseguran que el éxito varía del 44 al 100%, con un promedio del 80 %, y han utilizado las dósis diarias hasta 15 días, sin ningún efecto adverso a la medicación. R. Cameron (13) realizó una búsqueda bibliográfica en la base de datos Cochrane ® identificando solamente 3 estudios que compararon la estreptokinasa con la urokinasa, más otros 2 pequeños estudios que comparaban la eficacia de la estreptokinasa con la urokinasa y con la infusión de solución salina (casos control). La conclusión de ésta búsqueda es que aún no hay evidencia concluyente para poder utilizar en forma rutinaria el tratamiento fibrinolítico para la resolución del derrame pleural complicado y empiema pleural. R. Light evaluó la efectividad in vitro de la estreptokinasa, urokinasa y varidasa (combinación de la estreptokinasa con la estreptodornasa) en la licuefacción del líquido del empiema pleural (14). Para ello reprodujo un empiema en conejos inyectando por punción simple al espacio pleural cepas de Pasteurella multocida. Posteriormente extrajo material purulento de la pleura y lo expuso a concentraciones definidas de estreptokinasa, urokinasa y varidasa, concluyendo que la varidasa disminuye la viscosidad del líquido pleural, no así la estreptokinasa. Esto fue confirmado por Simpson y col., quienes concluyeron que el complejo estreptokinasa-estreptodornasa redujo la viscosidad del líquido de empiema en un 50 %, y la urokinasa en un 23 % (15). La varidasa promete en un futuro ser más efectiva para el tratamiento fibrinolítico del empiema pleural. Además se evaluaron los efectos fibrinolíticos sistémicos de la estreptokinasa después de una dosis simple de 250.000 UI por vía intrapleural sobre 8 sujetos (16). Se extrajo sangre 1 hora antes de la infusión y después de una sola dosis. Se controló el tiempo de protrombina, tiempo parcial de la tromboplastina activada, dímero D cuantitativo, tiempo de trombina y fibrinógeno, no hallándose diferencias significativas en ambas mediciones. Se realizaron después 2 dosis diarias de 250.000 UI hasta acumular 1.500.000 UI, extrayéndose sangre a las 24, 48 y 72 horas, sin resultados significativos. Esto último demuestra que la estreptokinasa por vía intrapleural no desarrolla reacciones sistémicas, como sí lo hace si se realiza tratamiento endovenoso para la repermeabilización coronaria. En cuanto al uso de los agentes fibrinolíticos en los derrames malignos tabicados, algunos han desestimado su uso e incluso lo han contraindicado (17), pero otros la han defendido y utilizado con un éxito cercano al 100 % (18). En los Estados Unidos hay 100.000 derrames pleurales neoplásicos por año. Su evacuación mejora notablemente la disnea y la calidad de vida. Muchos de éstos derrames son tabicados, teniendo una buena respuesta con el uso de agentes fibrinolíticos y posterior pleurodesis. Conclusiones: Podríamos concluir que, en base a los arriba expuesto, no se ha podido aún establecer cuál es el mejor tratamiento del derrame paraneumónico complicado y del empiema pleural. Todos los trabajos de investigación evaluados no cuentan con un número apreciable de pacientes como para definir la conducta terapéutica y poder utilizar el tratamiento fibrinolítico en forma rutinaria. En nuestro país los agentes fibrinolíticos son costosos y de difícil acceso en los hospitales públicos, por lo que sigue siendo de elección la colocación de tubo de drenaje por toracostomía y la videotoracoscopía. Al respecto es interesante acotar que en nuestra paciente la colocación de estreptokinasa intrapleural significó una erogación de US$ 400.- por 3 infusiones, requiriendo muchos pacientes hasta 10 infusiones, que sumado a la prolongación de su estadía en el hospital, superaría ampliamente los costos relativos a la cirugía videotoracoscópica. Resúmen: El tratamiento de los derrames pleurales complicados y el empiema pleural han sido materia de controversia, decidiéndose efectuar una revisión bibliográfica al respecto. Los distintos autores han mostrado resultados no definitorios en cuanto al uso rutinario de los agentes fibrinolíticos para la resolución del empiema pleural. Algunos han favorecido el uso de la estreptokinasa y urokinasa, y otros han defendido el uso de la videotoracoscopía. Ante el alto costo del tratamiento fibrinolítico y la evidente prolongación de estadía hospitalaria que supone, concluímos que el procedimiento videotoracoscópico sigue siendo de primera elección para el tratamiento de los derrames pleurales complicados y empiema pleural por presentar menos complicaciones y menos días de internación. Summary: The treatment of complicated pleural effusions and empyema are still today a controversial matter, deciding to elaborate a bibliographic review about this theme. The different consulted authors showed not definitive results concerning to the use of fibrinolític agents in empyema’s resolution. Some of them favored its use, and others use videothoracoscopy at first instance. Due to the high cost of fibrinolytic agents and an evident prolongation of hospitalization, we conclude that the videothoracoscopy procedure should be used in first instance for the resolution of complicated pleural effusions and pleural empyema. Referencias Bibliográficas 1. Cohen M, Sahn S. Resolution of pleural effusions. Chest 2001;119:1547-62 2. Srivastava P, Godden JD, Kerr KM, Legge JS. Fatal haemorrhage from aortic dissection following instillation of intrapleural streptokinase. Scottish Medical J 2000;45(3):86-87 3. Wait MA, Sharma S, Hohn J, et al. A randomized trial of empyema therapy. Chest 1997;111:1548-51 4. Trillett WS, Sherry S. Effect in patients of streptococcal fibrinolysin (streptokinase) and streptococcal desoxyribonuclease on fibrinous, purulent, and sanguinous exudations. J Clin Invest 1949;28:173-186 5. Thomas Temes R, Follis F, Kessler RM, et al. Intrapleural fibrinolytics in management of empyema thoracis. Chest 1996;110:102-06 6. Krishnan S, Amin N, Dozar AJ, Stringel G. Urokinase in the management of complicated parapneumonic effusions in children. Chest 1997;112:1579-83 7. Colice GL, Curtis A, Deslauniers J, et al. Medical and surgical treatment of parapneumonic effusions. Chest 2000;18:1158-71 8. Bouros D, Schiza S, Patsourakis G, et al. Intrapleural streptokinase versus urokinase in the treatment of complicated parapneumonic effusions. Am J Respir Crit Care Med 1997;155:291-95 9. Kooi Chin N, Lim TK. Controlled trial of intrapleural streptokinase in the treatment of pleural empyema and complicated parapneumonic effusions. Chest 1997;111:275-79 10. Lim TK. Management of pleural empyema. 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