07. Impuestos.doc

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SOBRE LOS IMPUESTOS EN HISPANOAMÉRICA
En prueba de ellos referiremos lo que, a nuestra vista, pasó en Lima, donde
parece que la presencia del virrey y el temor de estar allí las fuerzas del reino, debería
contener algún tanto a sus habitadores. Con el motivo de la guerra contra Inglaterra y
las prevenciones que se dieron precaviendo el reparo necesario a los insultos que esta
nación podía hacer en aquellos reinos, determinó el virrey, siguiendo el dictamen de
un “acuerdo” hecho a este fin, hacer una derrama entre el comercio y vecindario de
Lima para recoger de pronto la suma que se necesita; y siendo empréstito, y no
donativo, se asignó el derecho de un nuevo impuesto sobre todos los géneros y frutos
que entrasen en Lima, para su paga; porque el fin fue sufragar a los gastos de la
guerra, y como el impuesto no podía suministrar de pronto las sumas que urgían, fue
preciso tomarlas adelantadas de los particulares, para satisfacerlas después. Los
comerciantes no tuvieron modo con que excusarse a su entero, porque si lo hubieran
intentado lo padecerían con la retención de los efectos que entrasen de su cuenta, y
por esto convinieron en hacer prontamente la entrega de la parte que les cupo; pero los
demás vecinos de la ciudad lo resistieron tanto que no fue dable, ni el virrey tuvo poder para
obligarlos a que pagasen lo que se les había repartido, lo cual le dio motivo a poner presos, en
sus casas, a algunos, destinando soldados que los guardasen, a quienes asignó crecidos salarios
a costa de los mismos sujetos. Pero esta providencia no bastó, porque ni pagaron a los
soldados, ni se consiguió que hiciesen el entero, y al cabo de algunos días fue forzoso hacer
que se retirasen las guardias, dejándolos libres al ver que no se lograba el intento, y que era
exasperar los ánimos y darles ocasión a que formasen algún alboroto si se pasase adelante con
las diligencias.
Casi lo mismo sucedió con la cobranza del donativo que Su Majestad pidió para la
fábrica del palacio que se está actualmente haciendo [en Madrid]. Los que lo pagaron
rigurosamente fueron los indios, porque se les aumentaron los tributos de aquel año en la
cantidad que correspondía; los mestizos lo pagaron, si no todos, la mayor parte; los españoles
o gente blanca de poca distinción, unos sí y otros no, y los de más lustre, unos lo pagaron
enteramente, otros lo que quisieron y no lo que se les tenía asignado, y hubo muchos que no
quisieron pagar nada, por más instancias que les hicieron los corregidores y tribunales. Con
que propiamente se reduce aquello a que la justicia no tiene más lugar que el que le quieren
dar los moradores de aquellos países.
Jorge Juan y Antonio de Ulloa: Noticias secretas de América, Madrid, Historia 16, 1990, pp.453454.
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