Rueda de Prensa 18

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Plataforma de Toledo Frente a los Recortes en Educación para los Menores Discapacitados
EL PROYECTO DE EXCLUSIÓN DE NUESTROS HIJOS
EN LAS AULAS CONTINÚA
Marcial Marín se ha propuesto eliminar de las aulas ordinarias a los menores con necesidades
educativas especiales y, si no lo evitamos, terminará lográndolo. Para ello, está creando, en los
colegios ordinarios las denominadas Aulas TEA, auténticos guetos en los que recluye a nuestros
hijos aislándolos del resto de los compañeros y dejándolos al margen del sistema educativo al
que tienen derecho constitucionalmente.
Después de la exclusión de los alumnos motóricos, para los cuales el Consejero ha creado los
llamados “Centros Cabecera”, ahora elimina progresivamente a los profesionales de apoyo de
las aulas ordinarias y los traslada a las nuevas Aulas TEA, en las que pretende aglutinar a todos
nuestros hijos, independientemente de cual sea su necesidad especial o de la intensidad con la
que se manifieste en cada uno de ellos. Marcial Marín obvia la capacidad de adaptación que los
niñ@s tengan o los avances que puedan experimentar con la ayuda de sus apoyos en las aulas
ordinarias y les impone un único futuro: vivir al margen de los demás.
Ante esta situación, hemos efectuado Reclamación ante el Ministerio Fiscal, ante el
Consejo General del Poder Judicial y ante la Oficina Permanente Especializada del
Consejo Nacional de Discapacidad, así como queja ante el Defensor del Pueblo.
1.
LAS AULAS TEA NO SON EL SISTEMA COMBINADO.
Como asociación, somos conocedores de las recomendaciones efectuadas, por expertos y
profesionales en la materia, para algunos casos concretos, del denominado sistema
combinado:
Hay determinados alumnos de 3, 4 y 5 años que necesitan entornos de aprendizaje más
reducidos y flexibles, pero luego irán desarrollando capacidades que les hagan aptos para
incluirse en aulas ordinarias con apoyos más o menos intensos, dependiendo de cada caso.
En ocasiones, siempre que sea dentro de un mismo centro ordinario y haya coordinación entre
todos los profesionales, la escolarización combinada puede resultar adecuada. En estos casos
los menores asisten durante algunas horas al día a un Aula Abierta Específica (AAE) y las
restantes (que son la mayoría) a un aula ordinaria, siendo utilizado este tiempo de INCLUSIÓN
para generalizar los aprendizajes impartidos en el aula abierta específica.
Éste sistema se ha comenzado a emplear en algunas Comunidades Autónomas, como en
Murcia, pero aquellos que lo defienden tiene muy claros los límites
Primero: Las AAE no pueden ser aulas cerradas o minicentros, sino que forman parte a todos los
efectos del centro ordinario y el alumnado escolarizado en ellas comparten con el resto de
alumn@s, diferentes espacios y situaciones interactivas, así como determinadas áreas
curriculares.
Segundo: las AAE no deben utilizarse para escolarizar alumnos y alumnas del centro ordinario
con otras necesidades educativas especiales no tan graves no permanentes, cuya modalidad
de escolarización idónea es la inclusión.
Nada tienen que ver las AAE con las Aulas TEA del Consejero, puesto que, tal como dijimos,
en éstas se pretende agrupar a TODOS los menores con necesidades educativas diferentes
edades, con patologías más o menos intensas y con edades también distintas, sin efectuar
selección alguna… Un claro ejemplo del hacinamiento planificado por la Consejería es el CEIP
(colegio de educación infantil y primaria) Jaime Foxa de Toledo, en el que comparten profesores
y espacio, dentro del mismo aula un menor de 12 años con otro de 4.
Las aulas TEA se venden, por el Consejero, como INCLUSIÓN, cuando son
sustitutivas de Centros Especiales.
La desvergüenza de Marcial Marín le ha llevado a declarar: “Si yo tuviera hijos con
discapacidad, los llevaría a los centros piloto – refiriéndose a aquellos con Aulas TEA- y
no al colegio habitual”.
No podemos dejar de mostrar nuestro enfado e indignación, ya no decepción, para con estas
declaraciones efectuadas por alguien que carece de autoridad moral para ello:
Sr. Marín: no nos equivocamos si apostamos a que sus hijas (que no han nacido con
discapacidad, aunque NADIE está libre, puesto que no todas las discapacidades son
de nacimiento), acuden a un centro en el que comparten aula con menores que tienen
idéntica edad, comparten su tiempo de recreo con todos sus compañeros (excepto
con los que tienen necesidades especiales (puesto que éstos, según usted, no han de
jugar con menores como sus hijas) y se relacionan en el centro con normalidad.
Tampoco tenemos miedo a equivocarnos al asegurar que, cuando tengan 12 años, no
asistirán a un aula con niños de 4.
O es usted un auténtico necio o desconoce cuál es la realidad de las aulas TEA en la
región en la que ocupa, con la retribución económica que ello implica, el cargo de
Consejero de Educación.
Actualmente no hay legislación que regule las aulas TEA. Por tanto, la Administración no
tiene límites.
En Castilla –La Mancha, no existe regulación alguna sobre las aulas especiales en la que se
regule la obligación de hacer actividades inclusivas de ese alumnado con el resto del centro, ni
que garantice un mínimo de horas de inclusión para los alumnos que estén en ellas.
La Administración no está sometida a límites en cuanto al número de alumnos, al tiempo máximo
en el que los menores han de permanecer aislados en las Aulas TEA, al número mínimo de
horas o de aprendizajes que los afectados deben compartir con los demás alumnos del centro en
las aulas ordinarias, ni tampoco en cuanto a las edades que han de tener los menores que
asisten a la misma aula TEA.
2. LA CRISIS ES SÓLO LA EXCUSA
A todos lo que intenten justificar con la crisis el ahorro que, supuestamente se está haciendo con
estas aberrantes medidas cuyo único objetivo es la exclusión de estos menores del sistema
educativo, nos vemos obligados a recordarles que: un niño con TEA u otra diversidad funcional
al que no se le den instrumentos para alcanzar unas habilidades sociales y una buena capacidad
de adaptación será un gran dependiente el resto de su vida, y un gasto mayor para las
administraciones públicas.
Desde la Asociación insistimos: no es la crisis la que motiva este cambio en Castilla-La Mancha
y no es la supuesta necesidad de aplicar recortes el verdadero motivo por el que Marcial Marín
apuesta por la EXCLUSIÓN, sino un cambio ideológico en función del cual se pretende
“colocar a nuestros hijos donde menos molesten”. Así, la Confederación de Autismo de España
maneja los siguientes datos:
- coste de una plaza en un centro específico de autismo: 30.000 €/año
- coste de una plaza en un aula de educación especial (aula TEA): 15.000 €/año
- coste de una plaza en un aula ordinaria: similar a un niño sin autismo
Los profesionales de apoyo en Castilla -La Mancha han disminuido en 164 AL (profesionales en
audición y lectura) y PT (profesionales de pedagogía terapéutica) y orientadores. Esto supone un
porcentaje del 33% respecto el año pasado, lo que nos obligará a matricular a nuestros hijos (en
el curso 2013-2014) en las Aulas TEA de aquellos centros ordinarios en los que se hayan
creado, puesto que en las aulas ordinarias no tendrán profesionales de apoyo y su continuidad
en las mismas resultará imposible
¿Cuáles son los verdaderos motivos que llevan a la Consejería de Educación a
eliminar a los profesionales de apoyo de las aulas ordinarias para agruparlos en las
Aulas TEA?. ¿No “quedan bien” nuestros hijos educándose con los demás?. ¿No
pueden compartir espacios con los menores que carecen de necesidades
educativas especiales? ¿Ni siquiera pueden compartir juegos? ¿Porqué volver a la
situación existente hace 40 años? ¿Es, acaso, una cuestión ideológica?
3. A CONSEJERÍA SE JUSTIFICA CON UNA INTERPRETACIÓN
FRAUDULENTA DE LA LEY.
El art. 74.1º de la LO 2/2006, de Educación (LOE) determina que: “La escolarización del
alumnado que presenta necesidades educativas especiales se regirá por los principios de
normalización e inclusión y asegurará su no discriminación y la igualdad efectiva en el acceso y
la permanencia en el sistema educativo, pudiendo introducirse medidas de flexibilización de las
distintas etapas educativas, cuando se considere necesario. La escolarización de este alumnado
en unidades o centros de educación especial, que podrá extenderse hasta los veintiún años,
sólo se llevará a cabo cuando sus necesidades no puedan ser atendidas en el marco de las
medidas de atención a la diversidad de los centros ordinarios”.
Pues bien, este “sólo se llevará a cabo” es interpretado- por la Consejería- como “cabe la
escolarización del alumnado con necesidades especiales en unidades (sus Aulas TEA) o en
centros de educación especial, SIEMPRE que dichas necesidades no puedan ser atendidas
en los centros ordinarios.
Y, ¿cómo consigue Marcial Marín que “no puedan ser atendidas”?. Es muy sencillo, haciendo
lo que está haciendo desde hace meses: eliminando progresivamente los profesionales de apoyo
de las aulas ordinarias y destinándolos a las Aulas TEA. De esta manera, agrupando a los
profesionales, obliga a agrupar a nuestros hijos y consolida el SISTEMA DE EXCLUSIÓN.
Esta interpretación por parte de la Administración, interesada, abusiva y propia de alguien que
está deseando “sacudirse el problema de los menores con necesidades educativas especiales”,
resulta – a juicio de esta Asociación- no sólo ilegítima, sino también ilegal. Al menos, en este
sentido, se han pronunciado algunos jueces sobre este tipo de situaciones hasta el momento e
Castilla –La Mancha (aportamos sentencia).
Además, la interpretación de la LOE por parte de la Consejería y la actuación de la misma en
cuanto a la educación de nuestros hijos, resulta absolutamente contradictoria con la Convención
de a ONU sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, ratificada por España el 3
de diciembre de 2007, publicada en el BOE y parte integrante del Derecho Español desde el 3 de
mayo de 2008. Ésta, es una norma internacional vinculante para la interpretación de las leyes no
solo estatales sino también autonómicas, y jamás puede ser modificada (según el art. 10.2 y 96.1
CE) por normativas aprobadas posteriormente en nuestro país.
En este contexto, nos vemos obligados a recordar al Consejero que el art. 27 CE: reconoce el
derecho a la educación como derecho fundamental y, de acuerdo con el art. 53 CE, su contenido
vincula a todos los poderes públicos; la LO 8/85, del Derecho a la Educación, en su art. 6 recoge
los derechos básicos de los alumnos entre los cuales se encuentran el derecho a recibir una
formación que asegure el pleno desarrollo de su personalidad y el derecho a que se respete su
integridad y dignidad personal; y, la LOE, en su art. 71, recoge la obligación de todas las
Administraciones Educativas de disponer de los medios necesarios para que todo el alumnado
alcance el máximo desarrollo personal, intelectual, social y emocional.
4. MARCIAL MARÍN MIENTE: NO ES VERDAD QUE LOS PADRES Y MADRES
DE MENORES CON NECESIDADES ESPECIALES PODAMOS ELEGIR
Actualmente, nos encontramos en una situación muy clara: si nuestros hij@s no tienen
profesionales de apoyo en las aulas ordinarias, tendremos que renunciar a escolarizarlos en las
aulas ordinarias, puesto que sin estos apoyos permanecerán al margen del aprendizaje que se
imparta en las mismas.
¿Dónde escolarizarlos?. Obviamente donde estén los profesionales de apoyo y, ¿dónde se
encuentran estos profesionales?: Marcial Marín pretende contratarlos exclusivamente en aulas
TEA y en centros especiales.
Obviamente, la libertad real de elegir NO EXISTE.
5. CONSECUENCIAS DE CEDER A LA ESCOLARIZACIÓN EN UN AULA TEA O
CENTRO ESPECIAL.
LA “C” EN EL DICTAMEN: EL ENGAÑO A LOS PADRES Y MADRES
La LO 8/85 reguladora del Derecho a la Educación, establece en su art. 4, que los padres tienen
derecho a “ser oídos en aquellas decisiones que afecten a la orientación académica y profesional
de sus hijos”. Sin embargo, nos consta que en Castilla –La Mancha, sin que los padres sean ni
siquiera informados de las consecuencias, a los menores que acuden a las Aulas TEA o a
Centros Especiales, se les CAMBIA LA CALIFICACIÓN de B a C.
La letra B figura en los dictámenes de los menores con necesidades educativas especiales que
acuden a aulas ordinarias en colegios ordinarios y que desarrollan sus estudios con ayuda de los
profesionales de apoyo, y la letra C consta en los dictámenes de aquellos menores que,
teniendo también necesidades educativas especiales que acuden a aulas TEA o a centros
especiales.
Así, el CAMBIO de un aula ordinaria en un colegio ordinario a un aula TEA en un colegio
ordinario o bien a un centro especial, lleva aparejado el cambio de la letra B a la C en el
dictamen del menor. Esto puede parecer un detalle, pero la realidad es una calificación que
acompañará al menor de por vida puesto que resulta INAMOVIBLE. Una vez que en el dictamen
figura la letra C, no hay “vuelta atrás”, no existen opciones para reincorporar al alumno a ninguna
aula ordinaria en un Instituto con independencia de la mejoría experimentada en su evolución o
de que se demuestre que su aprendizaje es mayor en un centro ordinario. Sólo puede continuar
en aulas o en centros especiales.
No existe posibilidad de instar a la Administración a que reconsidere su decisión de
calificar con una C el dictamen, sólo cabe la vía judicial.
6. EL FUTURO PARA LOS MENORES QUE ACUDEN A LAS AULAS TEA.
Las enseñanzas en los centros de educación especial y en las unidades de educación especial
de los centros ordinarios contemplarán una educación básica obligatoria (EBO) (con una
duración mínima de 10 años, desde los 6 años y puede extenderse hasta los 18) y, después, una
formación profesional adaptada y de transición a la vida adulta (encaminada a la adquisición de
competencias profesionales y de habilidades de la vida diaria que permitan al alumnado
desarrollarse con la máxima autonomía posible).
Sin embargo, no está contemplado normativamente que los menores destinados a centros
o aulas de educación especial puedan acceder a estudios superiores.
La realidad en Castilla- La Mancha es que los menores que estudian en las Aulas TEA
permanecen en las mismas en una primera fase de la EBO hasta los 12 años. A partir de esta
edad, como no existen Institutos con Aulas TEA, se ven obligados a matricularse en un
Centro especial para finalizar la EBO.
El único futuro que les queda es un centro ocupacional para la formación profesional
adaptada.
7. MPUGNACIÓN DE LA DECISIÓN DE LA ADMINISTRACIÓN EN EL
DICTAMEN
Esta modificación en el dictamen por parte de la Administración, sin consentimiento de los
padres y en contra de la opinión de los profesores del aula ordinaria, ha sido calificada por el
TSJ de Castilla –La Mancha como “UNA VULNERACIÓN DEL DERECHO A LA EDUCACIÓN
DEL MENOR”, en una sentencia de 2012.
El Magistrado afirma que “las personas con discapacidad no pueden quedar excluidas del
sistema general de educación para facilitar la educación efectiva, facilitándoles medidas de
apoyo personalizadas y efectivas, de conformidad con el objetivo de plena inclusión”.
En este caso, la orientadora del IES “Santiago Grisolía” elaboró un informe en el que califica el
nivel de adaptación e integración del menor “mínimo” y la Consejería de Educación Ciencia y
Cultura decide que “la respuesta educativa del IES no es la adecuada, de manera que la
escolarización en el menor en Centro de Educación Especial “Infanta Elena” de Cuenca, es
“lógica y razonable”.
El Magistrado señaló que, esta consideración ha de ser revisada, atendiendo especialmente a
uno de los testimonios de un profesor, según el cual “es cierto que el menor exige mucha
atención pero existen posibilidades de mejora de su nivel de conocimientos, y que realmente es
un problema de medios, tanto de asistencia a través de un profesorado específico, como de
medios propiamente materiales”.
Además - añade la sentencia en consonancia con el Ministerio Fiscal - “no se ha producido en
este caso una adaptación de los medios a las capacidades del menor sino que ha sido al
revés, se ha adaptado el menor a los medios existentes, lo que, efectivamente,
contraviene su derecho a la educación, al no permitirle al mismo recibir una educación
secundaria inclusiva con los apoyos específicos necesarios para cubrir sus necesidades
educativas especiales, con las importantes consecuencias que ello tiene para el
desarrollo integral del mismo”.
8. INTERVENCIÓN DEL COMITÉ DE DERECHOS HUMANOS
Después de la presentación de los informes pertinentes por parte de España y del CERMI, el
Comité de Derechos Humanos les requirió para que responder, entre varias cuestiones a la
siguiente: “¿Los niños con discapacidad y sus familias pueden elegir libremente opciones
de educación INCLUSIVAS que cuenten con ajustes razonables?”. El órgano con máxima
autoridad en esta materia a nivel europeo, ha mostrado su disconformidad con la aplicación
práctica de la legislación educativa en nuestro país. Así, ha destacado que “la denegación de
ajustes y apoyos a los alumnos con necesidades educativas especiales es DISCRIMINACIÓN y
que la obligación de proporcionar un acomodo razonable a estos alumnos es de aplicación
INMEDIATA”.
El propio Comité ha recomendado a España que: “asigne recursos financieros y humanos para
aplicar el derecho de educación INCLUSIVA, velando por que los departamentos de educación
de las Comunidades Autónomas asuman las obligaciones que les impone el convenio y actúen
de conformidad con las disposiciones de éste”.
También ha indicado que “las decisiones de colocar a los niños con discapacidad en escuelas
especiales o en clases especiales, o para ofrecerles un plan de estudios reducido, se adopten
con el consentimiento de los padres, (...) pudiendo ser las mismas objeto de apelación
rápida y eficaz”.
En lugar de acatar estas indicaciones, Marcial Marín intenta vendernos que los menores con
necesidades especiales deben estar aislados en aulas y, siendo esto inaudito, pretende
convencernos de que el suyo es un modelo de INCLUSIÓN.
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