Aportes y críticas a la pedagogía tradicional

Anuncio
Aportes y críticas a la Pedagogía tradicional
Índice
Carátula. 1
Índice. 2
Introducción
¿Por qué elegimos estudiar a Freire y a Dewey?............................................3
Desarrollo
Pedagogía Tradicional: Surgimiento y conceptos Básicos.....4
Pablo Freire:
Biografía...7
Contexto Histórico..9
Pensamiento y concepción pedagógica de la Educación9
La educación bancaria.12
La educación problematizadora..14
John Dewey:
Biografía...16
Contexto Histórico..17
Pensamiento y concepción pedagógica de la Educación18
Democracia y educación19
Análisis Comparativo..22
Conclusiones.....23
Bibliografía...25
Introducción:
¿Por qué elegimos estudiar a Freire y a Dewey?
Elegimos a Dewey porque fue un representante de la Pedagogía que aspiraba a la unificación, de la teoría y la
práctica, desarrollada a principios del siglo XX en Estados Unidos de América; elegimos a Freire
1
(latinoamericano), porque fue uno de los mayores y más significativos pedagogos del siglo XX. Con su
`principio del diálogo', él nos mostró un nuevo camino para la relación entre profesores y alumnos. Sus ideas
influenciaron e influencian procesos democráticos por todo el mundo. El fue el pedagogo de los oprimidos y
en su trabajo transmitió la pedagogía de la esperanza.
¿Por qué averiguar el contexto histórico y la biografía de los autores?
No sólo decidimos agregar estos datos por el simple hecho de que nos interese saber acerca de la vida de
Freire y Dewey y como fue la época en que vivieron, sino que pretendemos mostrar la situación en que vivió
cada uno de ellos y cuáles fueron las circunstancias que motivaron la creación de su propuesta educativa.
Pero antes de desarrollar las concepciones de ambos sobre la educación, tendremos que remontarnos a los
orígenes de la misma, para entender lo que después de exponer las concepciones de Dewey y Freire, criticarán
de la concepción tradicional de la educación, dichas críticas desarrolladas brevemente en un análisis
comparativo, para finalmente desembocar en nuestras propias conclusiones.
Desarrollo
Pedagogía Tradicional: Surgimiento y conceptos básicos
El pensamiento pedagógico puede decirse que comenzó su desarrollo desde los inicios de la humanidad. Él
mismo no es más que una consecuencia del avance histórico, debido a la necesidad del ser humano de
transmitir con eficiencia a sus descendientes las experiencias adquiridas y la información obtenida en sus
experiencias diarias, tanto en el medio natural como en el social.
Así se encuentra el pensamiento pedagógico, expresándose de manera concreta a través de acciones de una
educación inicial, ejerciendo su influencia en el proceso de transformación de la llamada comunidad primitiva
en una sociedad dividida en clases; sirviendo de instrumento y arma para luchar contra las tradiciones y las
ideas movilizadoras para la acción de las entonces comunidades primitivas. Con estas concepciones es que
surgen las llamadas escuelas, para la enseñanza de los conocimientos que se poseían hasta ese momento para
la utilidad exclusiva de las clases sociales selectas, asignándoles a las emergentes clases explotadas, (como
única salida de sobre−vivencia), el trabajo físico.
Tales concepciones e ideas pedagógicas, conjuntamente con las cualidades que deben poseer tanto el alumno
como el maestro, aparecen en papiros muy antiguos de China, India y Egipto.
El desarrollo de un pensamiento pedagógico semejante se desarrolla también en Grecia y Roma, con figuras
tan sobresalientes como Democrito, Quintiliano, Sócrates, Aristóteles y Platón. Este último aparece en la
Historia como el pensador que llegó a poseer una verdadera filosofía de la educación, con una caracterización
de los campos de la acción educativa, a qué exigencias debía responder la misma y en que condiciones tales
acciones resultaban posibles.
No obstante, el pensamiento pedagógico brota con un contenido y una estructura que le permite alcanzar un
cuerpo teórico verdadero, recién en el renacimiento, etapa en la cual ya la humanidad ha alcanzado
determinado grado de desarrollo científico, capaz de promocionar el desarrollo social, situación que obliga a
la nueva clase social, la burguesía, progresista por entonces, a valorar con toda fuerza y en su real dimensión e
importancia lo referido al progreso científico y técnico con vistas al progreso económico. Aquí la Pedagogía
adquiere por primera vez un carácter de disciplina independiente, emerge como la posibilidad de solución a la
necesidad que tiene la sociedad de contar con una base teórica fuerte sobre la cual sustentar, de manera
fundamental, la enseñanza en la misma.
En este último período, tal como nos redacta KONSTANTINOV en su libro Historia de la pedagogía la
2
figura más representativa de la Pedagogía como ciencia independiente es Juan Amos Comenius quien, en
esencia, estableció los fundamentos de la enseñanza general, al tiempo que elaboró todo un sistema educativo
integral y unitario con una fundamentación lógica de la estructuración del proceso docente en sí, que debía
desarrollarse en la escuela con el objetivo principal de contribuir y lograr un aprendizaje satisfactorio, capaz
de proyectarse en la práctica de manera resolutiva respecto a la realidad enfrentada con vistas a su
transformación en aras del beneficio propio y de los demás. Amos Comenius fue un gran revelador de los
principios básicos sobre los que se sustenta la enseñanza, de aquí que se lo considera como el padre de la
Didáctica y el primero en plantear la importancia de la necesidad de vincular la teoría con la práctica como
procedimiento facilitador, incluso, del ulterior aprendizaje.
Entre 1548 y 1762 surge y se desarrolla la Pedagogía Eclesiástica, impulsada principalmente por los Jesuitas,
y cuyo principal exponente es Ignacio de Loyola. En 1832, sus esencialidades son retomadas para llegar a
convertirse en el antecedente de mayor influencia en la Pedagogía Tradicional.
Tal Pedagogía Eclesiástica tiene como centro la disciplina, de manera dura e indiscutible, persiguiendo, como
último objetivo (pero no por ser el último, el menos importante), afirmar, cada vez más, el poder del Papa y
fortalecer la Iglesia, ya amenazada por la Reforma Protestante y a la cual le resultaba necesario el poder
disponer de hombres que les respondieran sin vacilación alguna, en base de una conducta formada en la
rigidez y el orden absoluto. Al margen de algunos de los antecedentes planteados, puede decirse que la
Pedagogía Tradicional comienza a idearse en el siglo XVIII, siglo en el cual se considera como muy
importante al desarrollo social de la humanidad, con la aparición de las Escuelas Públicas, tanto en Europa
como en América Latina, reflejos de los grandes cambios ocasionados por las revoluciones republicanas de
los siglos XVIII y XIX, animadas por la ideología política y social del liberalismo.
En el siglo XIX, es que la Pedagogía Tradicional, como práctica pedagógica ya ampliamente extendida
alcanza su mayor grado de esplendor, y es en este siglo en el cual el estado nacionalista le concede el valor
insustituible de ser la primera institución social, responsabilizada con la educación de todas las capas sociales.
Es precisamente a partir de este momento en que surge la concepción de la escuela como la institución básica,
primaria e insustituible de la sociedad, educando al hombre para la lucha consciente por alcanzar los objetivos
que persigue el Estado. Lo que determina que la Pedagogía Tradicional adquiera un verdadero e importante
carácter de Tendencia Pedagógica, en cuyo modelo estructural los objetivos se presentan de manera tan solo
descriptiva y declarativa más dirigidos a la tarea que el profesor debe realizar, que a las acciones que el
alumno debe ejecutar sin establecimiento o especificación de las habilidades que se deben desarrollar en los
educandos, otorgándoles a éstos últimos el papel de entes pasivos en el proceso de enseñanza al cual se le
exige la memorización de la información a él transmitida, llevándolo a reflejar la realidad objetiva como algo
estático, detenida en el tiempo y en el espacio, como si no contara de manera alguna la experiencia existencial
de quienes aprenden, o como si los contenidos que se ofrecen estuvieran desvinculados, en parte o en su
totalidad de la mencionada realidad objetiva. Constituyendo un conjunto de conocimientos y valores sociales
acumulados por las generaciones precedentes y que se transmiten como si fueran verdades acabadas,
disociados del entorno material y social del educando.
La Tendencia Pedagógica Tradicional no profundiza en el conocimiento de los mecanismos mediante los
cuales se desarrolla el proceso de aprendizaje. Ella modela los conocimientos y habilidades que se habrán de
alcanzar, de manera empírica en el estudiante, por lo que su pensamiento teórico nunca alcanza un adecuado
desarrollo. La información la recibe el alumno en forma de discurso y la carga de trabajo práctico es mínima
sin control del desarrollo de los procesos que subyacen en la adquisición del conocimiento, cualquiera que sea
la naturaleza de éste, lo que determina que ese componente tan importante de la medición del aprendizaje, que
es la evaluación, este dirigido a poner en evidencia el resultado alcanzado mediante ejercicios evaluativos
meramente reproductivos, que no enfatizan, o lo hacen a escala menor, en el análisis y en el razonamiento.
En la relación alumno−profesor predomina plenamente la autoridad del segundo, con un aspecto cognoscitivo
3
paternalista: lo que dice el profesor es respetado y cumplido por el alumno, con principios educativos poco
flexibles, impositivos y coercitivos.
La Tendencia Pedagógica Tradicional tiene, desde el punto de vista curricular un carácter racionalista
académico, en el cual se plantea que el objetivo esencial de la capacitación del hombre es que el mismo
adquiera los instrumentos necesarios que le permitan tan solo intervenir en la tradición cultural de la sociedad;
sin embargo esta tendencia se mantiene bastante generalizada en la actualidad, con la incorporación de
algunos avances e influencias del modelo psicológico del conductismo que surge y se desarrolla en el siglo
XX.
En resumen, la Tendencia Tradicional resulta insuficiente y deficiente en el plano teórico cognitivo y de la
praxis del ser humano, por cuanto ve en éste último a un simple receptor de información, sin preocuparse de
forma profunda y esencial de los procesos que intervienen en la asimilación del conocimiento como reflejo
más o menos acabado de la realidad objetiva, sin prestarle la debida importancia al papel, ciertamente decisivo
de los aspectos internos que mueven la determinación de la conducta social del individuo y las influencias,
favorecedoras o no, que éstas puedan tener sobre el aprendizaje del mismo: la retención de la información se
alcanza en base de una repetición mecánica de ejercicios sistemáticos y recapitulados, de manera esquemática
y enciclopedista.
Pablo Freire
• Biografía
Paulo Reglus Freire nació el 19 de septiembre de 1921 en Recife, Brasil. Hijo de Joaquín Temistocles y
Edeltrudes Neves Freire.
A los 10 años se fue a vivir a Jaboatao donde siente, aprende y vive la alegría de la vida además de aprender el
sufrimiento que trae el crecer.
Toma con pasión sus estudios en la sintaxis popular y se especifica en la lengua portuguesa. En Jaboatao
aprendió lo bueno y lo malo de las situaciones además de sufrir el impacto de la crisis del 29, en donde pasa
por momentos de hambre y pobreza.
En 1944 se casa con Elsa María Costa Olivera, quién era profesora de primaria con la que tuvo 5 hijos.
Trabajó en el colegio en el que estudió, el Oswaldo Cruz, como profesor.
Al estar interesado en las ciencias humanas se graduó en leyes en la Universidad Federal de Pemambuco.
Ejerció por poco tiempo la abogacía volviendo a dedicarse a la enseñanza de la cual se valió para reflejar su
protesta contra la segunda guerra mundial.
En 1947 se convirtió en director del departamento de educación y cultural del servicio social de la industria.
En ese momento se relaciona con la educación de adultos y trabajadores donde vio que la nación enfrentaba
problemas de analfabetización.
En la década del 50' funda junto a otros educadores el Instituto Capibarbie, el cual era privado y contaba con
un alto nivel de enseñanza, con una formación científica, ética y moral, con el fin de llegar a la conciencia
democrática.
En 1959 obtuvo títulos, tanto de doctor en filosofía, como en historia de la educación defendiendo la tesis
educación y actualidad brasileña. Es nombrado profesor de Filosofía e Historia de la Educación, en la
Facultad de Filosofía, Ciencias y Letras. Nombrado docente libre de estas dos materias en la escuela bellas
artes. En el consejo estatal de educación de Pemambuco fue uno de los primeros consejeros, por ser una
4
persona de notorio saber y experiencia en materias de educación y cultura.
En 1958 es reconocido como educador progresista por el segundo congreso de educación de adultos.
En 1961 fue el primer director del departamento de extensión cultural de la universidad de Recife.
Para Freire la forma de educar adultos es basarse en la conciencia de la realidad cotidiana y que no sean sólo
letras sin un sentido adecuado. Que ayude a estimular la decisión, la participación en la responsabilidad social
y política siendo una acción para la democracia.
El creó esta teoría a partir de que en los años 60' la mitad de los habitantes eran marginados y analfabetos.
Con esto desarrollo el método con el que fue conocido en todo el mundo. Este estaba fundamentado en el
principio de que el proceso educativo debe partir de la realidad que rodea al educando (Freire, 1970, Pág. 30).
Gracias a este método 300 trabajadores fueron alfabetizados en 45 días, lo cual fue reconocido por el
presidente de Brasil, que al otro año lo llamaría para reorganizar la alfabetización de adultos en el ámbito
nacional. A pesar de esto fue destituido por el golpe de estado del 3 de marzo de 1964. Fue exiliado porque su
programa de alfabetización sería un problema para la elite conservadora a causa de su concientización de las
masas populares.
Por ser considerado un peligroso pedagogo político fue puesto en prisión 75 días acusado de subversivo e
ignorante. Se refugio en la embajada de Bolivia y luego se traslada a Chile donde trabaja para varias
organizaciones internacionales participando en reformas para el gobierno de Eduardo Frei Montalva. En Chile
encuentra un espacio político, socio−educativo dinámico, lo cual fue fundamental para terminar de consolidar
su obra y crear un pensamiento político pedagógico. Creo ediciones clandestinas que difundían sus nuevos
planteamientos pedagógicos, insertando términos como educación libertadora, alfabetización como
concientización, entre otros.
En 1968 es acusado por el partido demócrata cristiano de escribir un libro violentísimo (Pedagogía del
Oprimido), una de las razones por las que luego decide abandonar Chile. Pero a pesar de esto la obra tuvo
gran influencia en las miradas filosóficas, entre ellas la fenomenología, el existencialismo, el cristianismo,
entre otras.
Un año después viaja como consejero del departamento de educación del consejo mundial de Iglesias
recorriendo países del África, Asia, Oceanía y América. Y, de estas visitas fue que surgió una de sus obras
más importantes Cartas a Guinea Bissau.
En agosto de 1979 regresa a Brasil por causa de una amnistía política donde es recibido afectuosamente por
sus amigos y familiares. Se interesó en conocer de nuevo su país luego de los cambios, realizando incesantes
viajes por todo el terreno brasileño.
Recibió grandes doctorados honorarios de distintas universidades del mundo y en 1987 el premio de la paz de
la UNESCO.
A los 70 años en México problematizó sobre la educación universitaria. Días antes de su muerte debatía
proyectos de las nuevas perspectivas de la educción en su instituto en Sao Paulo.
Muere a los 75 años el 2 de mayo de 1997.
• Contexto Histórico de la Época
La obra de Freire contiene las ideas nuevas y revolucionarias que surgen en América Latina en los años 60'.
Por una parte, da cuenta de su formación católica proveniente de las corrientes progresistas del catolicismo,
5
que hacen surgir la teología de la liberación. Su filiación existencial cristiana es explícita y, además, utiliza
elementos de la dialéctica marxista que le entregan una pauta de visión y comprensión de la historia.
En el período en que escribe, contempla los traumas y dificultades por los que atraviesa la gran mayoría de los
hombres campesinos del norte de Brasil, producto de una educación alienante que lleva al pueblo a vivir su
condición de miseria y explotación con una gran pasividad y silencio. La cultura de ese pueblo ha sido
considerada como una visión sin valor, que debe ser olvidada y cambiada por otra cultura: la de las clases
dominantes, valorada como buena, y que es transmitida por todos los medios disponibles. El pueblo pobre es
tratado como ignorante y es convencido de ello, lo que produce y explica la pasividad con que se soporta la
situación de esclavitud en la que se vive.
La colonización en Brasil tuvo características marcadamente destructoras, lo que produjo una fuerte
explotación convirtiéndola en un gran comercio, donde el poder de los señores dueños de las tierras sometía a
la gran masa campesina y nativa del lugar otorgándoles trato de esclavos. La educación de los colonizadores
pretendía mostrar a los habitantes de América (más precisamente de Brasil), la indignidad de cultura y la
necesidad de aplicar un sistema educativo cultural ajeno, que mantuviera esta situación de explotación e
indignidad humana.
Este es el pasado de Brasil que va a motivar a Freire a crear una educación que pueda ayudar al hombre a salir
de su experiencia anti−democrática, experiencia anti−humana que no le permite al hombre descubrirse como
recreador de su mundo, como un ser importante y con poder de mejorar las cosas.
• Pensamiento y concepción pedagógica de la Educación
Paulo Freire es un pensador comprometido con la vida: piensa la existencia, y basa su pensamiento en una
pedagogía en que el esfuerzo totalizador de la praxis (práctica) humana busca, re−totalizarse como práctica
de la libertad.
En sociedades donde la actividad estructural está dirigida a la dominación de las conciencias, la pedagogía
dominante es la de las clases dominantes. Pero las formas de opresión no pueden, de manera contradictoria
favorecer a la liberación del oprimido. En esas sociedades la educación como práctica de la libertad, propone
una pedagogía del oprimido (Freire, 1992, Cáp. I), no para él sino de él.
La práctica de la libertad encontrará entendimiento en una pedagogía en la que el oprimido tenga condiciones
de descubrirse y conquistarse, como sujeto de su propio destino histórico.
La pedagogía del oprimido es, liberadora del oprimido y del opresor. La verdad del opresor se encuentra en la
conciencia del oprimido.
Cuando un hombre o mujer se percibe como poseedor de cultura está dando el primer paso para sentirse
importante, y surge la necesidad de apropiarse de la lectura y la escritura.
El método de alfabetización de Pablo Freire no enseña a repetir palabras, sino que pone al alfabetizando en
condiciones de poder re−existenciar críticamente las palabras de su mundo, para que pueda en determinadas
circunstancias, saber y poder decir su palabra, pero para esto debe haber primero una toma de conciencia del
oprimido de la realidad que vive, esa toma de conciencia, no se da, sin una toma de conciencia crítica, ya que
no basta, entonces, con saber leer que "Eva vio una uva", es preciso comprender cuál es la posición que ocupa
Eva en su contexto social, que ella trabaja para producir la uva y que se lucra de ese trabajo. Las actividades
de alfabetización exigen lo que Freire denomina "vocabulario mínimo universal" entre los alfabetizándos. Es
trabajando este universo por el cual se escogen las palabras que formarán parte del programa. Estas palabras
son colocadas, necesariamente, en orden creciente de menor a mayor dificultad fonética, unidas dentro de un
contexto más amplio de vida de los alfabetizandos y del lenguaje local y nacional. Estas palabras Freire las
6
denomina "Palabras Generadoras".
A través de las palabras generadoras y la combinación de sus elementos propician la formación de otras
palabras. La codificación" y "descodificación" de la palabra generadora permitirán al alfabetizando integrarla
en su contexto, existenciarla y objetivarla como combinación de fonemas susceptibles de representación
gráfica. Al objetivar de esta manera una palabra generadora, el alfabetizado se motiva no sólo para
recomponer y componer nuevas palabras sino también para escribir su pensamiento. Ya que al aprender a
decir su palabra se constituye a sí mismo y a la comunión humana en que él se forma, establece el mundo en
que él se humaniza, humanizándolo. Con su palabra el hombre se hace hombre, al decirla el hombre asume su
condición humana.
Paulo Freire piensa y práctica un método pedagógico que pretende dar al hombre la oportunidad de
redescubrirse, mientras considera el propio proceso en que él se va descubriendo, manifestando y
configurando: método de concientización, nadie lo hace aisladamente, la conciencia se constituye como
conciencia del mundo. El movimiento constitutivo de ésta, es el diálogo, el mismo es relacional y en él nadie
tiene la iniciativa absoluta.
Los participantes del "círculo de cultura" (para Paulo Freire, los Círculos de cultura eran una estrategia de la
educación libertadora. No era un lugar donde estaba el profesor bancario, que todo sabe, ni tampoco era un
lugar para el alumno pasivo, que nada sabe. El Círculo de cultura era un lugar en donde todos tenían la
palabra, y todos dialogaban para transformar el mundo. Es un espacio de trabajo. Exposición de prácticas
dinámicas y vivencias que posibilitan la construcción), entran en diálogo sobre un objeto o sobre la
representación de la realidad, al ser decodificada, responden a los cuestionamientos provocados por el
coordinador del grupo, todos juntos, en círculo y en colaboración, reelaboran el mundo. Al reconstruirlo,
perciben que ese mundo no es verdaderamente de ellos ni para ellos, humanizado por ellos, ese mundo los
humaniza. Las manos que lo hacen no son las que lo domina. Destinado a liberarlos como sujetos, los
esclaviza como objetos
El método de concientización de Freire no pretende ser un método de enseñanza sino de aprendizaje, el
hombre no crea su posibilidad de ser libre sino que aprende a hacer efectiva y a ejercer esa condición.
Alfabetizarse no es aprender a repetir palabras, sino a decir su palabra creadora de cultura. Expresarse,
expresando su mundo implica comunicarse, por lo que la palabra es más que un instrumento, es origen de la
comunicación, esencialmente es diálogo.
Resumiendo, con el método de Freire los alfabetizandos parten de pocas palabras, que le servirán para generar
su universo vocabular, esto suceden si antes pudieron concientizar el poder creador de esas palabras, las
cuales sustentan su mundo.
En la pedagogía del oprimido, aquella que debe ser elaborada con él y no para él, el gran problema está en
como podrán los oprimidos (como seres duales, inauténticos) que alojan e idealizan al opresor en sí, participar
de la elaboración de la pedagogía para su liberación, deben destruir la idea de que ser es parecer y parecer es
parecerse con el opresor, para poder construir su pedagogía liberadora. En el primer momento del
descubrimiento de los oprimidos por sí mismos y el de los opresores por los oprimidos, los oprimidos tienden
a ser opresores también o sub−opresores, debido a que su ideal de ser hombres equivale a ser opresores.
Sin embargo, los oprimidos tienen para sí el desafío de transformarse en los restauradores de la libertad de
ambos. Se trata pues, de una contradicción: en vez de la liberación, lo que prevalece es la identificación con el
contrario: es la sombra testimonial del antiguo opresor. Ellos temen a la libertad porque ésta les exigirá ser
autónomos y expulsar de sí mismos la sombra de los opresores. De esta forma, debería nacer un hombre
nuevo que supere la contradicción: ni opresor ni oprimido: un hombre liberándose. Pero no basta conocer la
relación dialéctica entre el opresor y el oprimido para alcanzar la liberación. Es necesario que éste se entregue
7
a la praxis liberadora. Cuando más descubren las masas populares la realidad objetiva sobre la cual deben
incidir su acción transformadora, más se insertan críticamente. Lo mismo sucede con el opresor, el que este
reconozca su rol, no equivale a solidarizarse con los oprimidos, estas actitudes, que en la práctica se observan
en el existencialismo, no son sino un reesfuerzo de la dependencia, intentando minimizar la culpa con una
conducta paternalista. La generosidad de los opresores es falsa. La verdadera solidaridad debería expresarse
transformándolos a estos como hombres reales despojados de una situación de injusticia.
La violencia de los opresores convierte a los oprimidos en hombres a quienes se les prohíbe ser, y la respuesta
de éstos a la violencia es el anhelo de búsqueda del derecho a ser. Como los opresores tienen la tendencia a
inanimar todo y a todos, es por eso que los oprimidos como objetos carecen de finalidades, sus finalidades son
aquellas que prescriben los opresores, los oprimidos difícilmente luchan y ni siquiera confían en si mismos,
tienen una creencia en la invulnerabilidad del opresor, pero es necesario que empiecen a ver la vulnerabilidad
del opresor para que vaya surgiendo en si mismos una convicción opuesta a la anterior, deben tomar
conciencia del estado de opresión, y poco a poco la tendencia es de asumir formas de acción rebeldes,
finalmente solo cuando los oprimidos descubren nítidamente al opresor, y se comprometen en la lucha
organizada por su liberación empiezan a creer en sí mismos, superando su complicidad con el régimen
opresor. Entonces solamente los oprimidos podrán liberar a los opresores a través de su propia liberación. Los
oprimidos deben luchar como hombres y no como objetos, este es el descubrimiento con el que deben superar
las estructuras impuestas por la oposición.
La educación bancaria
En la ideología de la opresión se encuentra la absolutización de la ignorancia, esto se da a través de la visión
bancaria de la educación, en donde el conocimiento, es una donación de aquellos que se juzgan sabios a los
que juzgan ignorantes.
El educador conduce a los educandos a la memorización mecánica del contenido narrado, esa narración los
transforma en recipientes que deben ser llenados por el educador, cuanto más llene mejor educador será,
cuanto mejor se dejen llenar dócilmente (que recibe fácilmente la enseñanza), tanto mejor educandos serán.
Por lo que la educación se transforma en un acto de depositar, en donde el educador hace comunicados y
depósitos que los educandos reciben pasivamente, memorizan y repiten. En esta visión de la educación no
existe creatividad, transformación, ni saber.
El educador produce la ignorancia y será siempre el que sabe, mientras que los educandos los que no saben.
Además el educador reconoce su existencia por la ignorancia de los educandos, los educandos reconocen en
su ignorancia la razón de la existencia del educador pero no llegan, a descubrirse como educadores del
educador. Entonces la educación debe comenzar por superar la contradicción educador−educando para que
ambos se hagan educadores y educandos. Pero en la concepción bancaria, no puede lograrse esta superación.
Contrariamente refleja la sociedad opresora, por lo que mantiene y estimula la contradicción.
En esta visión de la educación los hombres son vistos como seres de la adaptación, y cuanto más se ejerciten a
los educandos en los archivos de los depósitos que les son hechos, menos desarrollarán en sí la conciencia
crítica, que les permite su inserción en el mundo, como transformadores de él. Por lo que la visión bancaria
anula el poder creador de los educandos estimulando su ingenuidad, y no su criticidad, satisfaciendo así los
intereses de los opresores, que pretenden transformar la mentalidad del los oprimidos y no la situación que los
oprime (Simone de Beauvoir), permitiendo una mejor forma de dominación.
Freire señala sin embargo, que incluso una educación bancaria puede despertar la reacción de los oprimidos,
porque, aunque oculta, el conocimiento acumulado en los "depósitos" pone en evidencia las contradicciones.
No obstante, un educador humanista revolucionario no debería confiarse de esta posibilidad sino identificarse
con los educandos y orientarse a la liberación de ambos.
8
Pero tanto el educador como los educandos, así como también los líderes y las masas, se encuentran
involucrados en una tarea en la que ambos deberían ser sujetos. Y no se trata tan solo de descubrir y
comprender críticamente sino también de recrear el conocimiento. De esta manera, la presencia de los
oprimidos en la búsqueda de su liberación deberá entenderse como compromiso.
La educación problematizadora
La educación que se impone a quienes se comprometen con la liberación no puede basarse en una
comprensión de lo hombres como seres vacíos a quien el mundo llena de contenidos, debe basarse en los
hombres como cuerpos conscientes y en la conciencia intencionada del mundo. No puede ser la del depósito
de contenido, sino la de problematización de los hombres en su relación con el mundo. La "Educación
Problematizadora" niega el sistema unidireccional propuesto por la "Educación bancaria" ya que da existencia
a una comunicación de ida y vuelta.
En esta concepción no se trata ya de entender el proceso educativo como un mero depósito de conocimientos
sino que es un acto cognoscente y sirve a la liberación quebrando la contradicción entre educador y educando.
Mientras la "Educación Bancaria" desconoce la posibilidad de diálogo, la "Problematizadora" propone una
situación gnoseológica claramente dialógica. El antagonismo entre las 2 concepciones, la bancaria que sirve a
la dominación, y la problematizadora que sirve a la liberación se corporifica precisamente ahí. La primera
mantiene la contradicción educador−educando y la segunda realiza la superación. En la educación
problematizadora, el educador ya no es sólo el que educa sino que también es educado mientras establece un
diálogo en el cual tiene lugar el proceso educativo. De este modo se quiebran los argumentos de "autoridad":
ya no hay alguien que eduque a otro sino que ambos lo hacen en comunión. Así ambos son sujetos del proceso
en que crecen juntos y en el cual los argumentos de autoridad ya no rigen. El educador no podrá entonces
"apropiarse del conocimiento" sino que éste será sólo aquello sobre los cuáles educador y educando
reflexionen
La educación, como práctica de la libertad, implica la negación del hombre aislado del mundo, propiciando la
integración.
La construcción del conocimiento se dará en función de la reflexión que no deberá ser una mera abstracción.
El hombre, siempre deberá ser comprendido en relación a su vínculo con el mundo.
La educación bancaria pretende la inmersión de las conciencias de los educandos, la problematizadora, por el
contrario, busca la emersión de las conciencias, de la que resulta su inserción crítica de la realidad.
Y finalmente, Freire señala que así como la "Educación Bancaria" es meramente asistencial, la "Educación
Problematizadora" apunta claramente hacia la liberación y la independencia. Orientada hacia la acción y la
reflexión de los hombres sobre la realidad, se destruye la pasividad del educando que propicia la adaptación a
una situación opresiva. Esto se traduce en la búsqueda de la transformación de la realidad, en la que opresor y
oprimido encontrarán la liberación humanizándose.
• Debemos aclarar que muchas veces han criticado a Freire diciendo que él defiende que los educadores
se queden en el nivel en que se encuentran los educandos, y esto no es así; lo que pretende Freire es
que el educador debe partir (no quedarse) de los niveles de percepción de los educandos, los grupos
populares y con ellos ir avanzando y transformando en rigurosidad científica lo que era, en el punto de
partida, sentido común. El educador es diferente del educando, por el hecho mismo de que es
educador. Si ambos fueran iguales, uno y el otro no se reconocerían mutuamente. No hay duda de que
el educador tiene que educar, ese es su papel. Lo que necesita es saber que al educar, él también se
educa.
John Dewey
9
• Biografía
Nace el 20 de octubre de 1859, en Burlington (Vermont), fue un filósofo, psicólogo y pedagogo
estadounidense. Se graduó en Artes en la Universidad de Vermont en 1879. En 1882 se trasladó a Baltimore.
Le influyó especialmente el ambiente hegeliano de la universidad. La huella de Hegel se refleja en tres rasgos
que le influyeron poderosamente: el gusto por la esquematización lógica, el interés por las cuestiones sociales
y psicológicas, y la atribución de una raíz común a lo objetivo y a lo subjetivo, al hombre y a la naturaleza.
En 1884 se doctoró en Filosofía en la Universidad de John Hopkins por una tesis sobre Kant. Se casó con una
antigua alumna llamada Alice Chipman, la cual contribuyó más que nadie a interesar a Dewey en los temas
educativos y, colaboró estrechamente con él.
La larga e influyente carrera de Dewey en educación comenzó en la Universidad de Michigan, donde enseñó
desde 1884 a 1888, siendo posteriormente profesor en las universidades de Minnesota, Chicago y Columbia,
desde 1904 hasta su jubilación como profesor emérito en 1931. Dedica el resto de su vida a defender sus ideas
y a la publicación de otros muchos escritos. Realiza también viajes a diversos lugares de Europa, en Extremo
Oriente e inclusive a Rusia. De su etapa en Columbia datan sus obras más influyentes. El padre de la
psicología progresista murió el 1 de junio de 1952 en Nueva York, con 92 años de edad
Para destacar: Dewey mantuvo una gran actividad como conferencista y consultor de temas educativos,
además de estudiar los sistemas educativos de China, Japón, México, Turquía y la Unión Soviética. Fue un
hombre de acción, que aspiraba a la unificación de pensamiento y acción, de teoría y práctica. Defendió la
igualdad de la mujer, incluyendo el derecho al voto. Fue cofundador, en 1929, de la Liga para una acción
política independiente, fomentó el sindicalismo docente, alentó la ayuda a los intelectuales exiliados de los
regímenes totalitarios. Dewey, tuvo una gran influencia en el desarrollo del progresismo pedagógico
desempeñando un papel protagonista que abarca desde finales del siglo XIX hasta la Primera Guerra Mundial.
Fue el pedagogo más original, renombrado e influyente de los Estados Unidos y uno de los educadores más
ingeniosos y geniales de la época contemporánea, influyendo en el curso de tres generaciones.
• Contexto histórico mundial
Para contextualizar mejor el desarrollo pedagógico de Dewey, es preciso presentar un breve panorama de los
principales acontecimientos históricos que sustentaron la vida de pueblos y naciones en esta época y que de
una u otra forma influyeron en el contexto educativo.
Las últimas décadas del siglo XIX giraron básicamente en torno a un hecho: el surgimiento de dos nuevas
naciones, Alemania e Italia. A estos dos hechos hay que agregar la segunda revolución industrial con sus
consecuencias conocidas como la cuestión social, cuyo intento de solución dio origen al socialismo, al
marxismo y al anarquismo, los que surgen en diferentes momentos del siglo XIX.
Iniciado el siglo XX se habían formado ya dos grandes grupos, Triple Alianza y Triple Entente, luchando
ambos por el dominio territorial de las colonias de África y Oriente, así como por el poderío económico. Al
mismo tiempo, los Estados Unidos arreglaban sus problemas internos y se convertían en una potencia.
La Paz Armada, en el inicio del siglo XX, dio lugar a una larga y ensangrentada lucha armada conocida como
Primera Guerra Mundial, que sólo termina con la rendición de Alemania, gracias a la intervención de los
Estados Unidos.
Durante esta guerra tiene lugar la Revolución Rusa que propicia el surgimiento de lo que se conoce como
comunismo, cuyo desarrollo y propagación influirá en la política mundial hasta los años noventa del siglo
10
XX.
Los años 20−40, conocidos como período entre guerras por su inestabilidad, a partir de los acuerdos firmados
al concluir la Primera Guerra, propician el surgimiento de grandes dictaduras como el Fascismo y el Nazismo
que van a provocar el inicio de otra confrontación mayor: La Segunda Guerra Mundial. En este contexto
político−social se desarrolla lo que se conoce como pedagogía contemporánea y dentro de ella se ubica John
Dewey.
• Contexto histórico, filosófico y pedagógico de John Dewey en EE.UU.
Desde el punto de vista sociohistórico hay que tener en cuenta el peculiar momento que vivieron los Estados
Unidos, cabe destacar:
• Movilidad de las fronteras estadounidenses y la colonización de nuevos territorios.
• Ductilidad y permeabilidad de la organización social.
• Estratificación social flexible.
• Relativización de los principios y prácticas de la herencia histórica.
• Forma de vida democrática.
En definitiva, un clima social abierto.
En el ámbito filosófico, hemos de situar a Dewey dentro del pragmatismo (Movimiento filosófico iniciado en
los Estados Unidos a fines del siglo XIX, que busca las consecuencias prácticas del pensamiento y pone el
criterio de verdad en su eficacia y valor para la vida)
• Pensamiento y Concepción Pedagógica de la educación para Dewey
John Dewey perteneció a la corriente llamada escuela nueva. Antes de desarrollar su pensamiento, brevemente
trataremos los inicios de esta corriente denominada también escuela activa.
Escuela activa
Escuela activa, concepción del aprendizaje como un proceso de adquisición individual de conocimientos, de
acuerdo con las condiciones personales de cada alumno, en el que interviene el principio del activismo
(estimación primordial de la acción). Supone la práctica del aprendizaje a través de la observación, la
investigación, el trabajo y la resolución de problemas, en un ambiente de objetos y acciones prácticas. El ideal
de la escuela activa, según el educador suizo Adolphe Ferrière, en quien confluyen las ideas del pragmatismo,
el pensamiento del filósofo Henri Bergson y la influencia de la escuela del trabajo, es la actividad espontánea,
personal y productiva. La finalidad del acto didáctico está en poner en marcha las energías interiores del
educando, respondiendo así a sus predisposiciones e intereses, en un ambiente de respeto, libertad y actividad.
Se concibe el mundo como un laboratorio en el que el niño desarrolla activamente su propia educación. A
partir de 1917 la escuela activa se presenta como sinónimo de escuela nueva, ya que ésta encontraba en el
activismo su fundamento más distintivo.
La escuela Dewey
John Dewey reaccionó vigorosamente con la forma tradicional de considerar la educación y sostuvo que el
mal de la educación era casi su total insignificancia. La educación tradicional, es autoritaria fundada en que el
11
alumno tiene que depender de la mente y voluntad de otro. Por eso, de manera muy distinta, la Escuela Dewey
establecida en 1892 en Chicago, tomó como punto de partida, no a las actividades futuras del adulto en las que
participaría el niño, sino las actividades ordinarias en las que estaba comprometido, lo cual era una verdadera
novedad.
El fin de la educación era ayudar al niño a resolver los problemas que se iban presentando dentro del ambiente
físico y social que lo rodeaba.
Para Dewey los contenidos escolares eran como un instrumento que ayudaría al niño a realizar todos los
proyectos que éste podía haber formulado. Por eso el programa de los primeros años se basaba en las
necesidades del niño: alimento, albergue, vestido...La lectura y la escritura eran simples instrumentos.
Sostenía que el defecto más grave de los métodos de entonces consistía en el divorcio entre el saber y su
aplicación. A su juicio ninguna instrucción podía tener éxito separando saber y hacer.
La escuela−laboratorio de Dewey daba mucha importancia a las actividades manuales como carpintería,
cocina, costura y tejido, esto se debía a su estrecho lazo con la preocupación de procurar alimento, albergue y
vestido en el ambiente cotidiano del niño.
Democracia y educación
En su libro Democracia y educación, publicado en 1916. Dewey establece los fundamentos filosóficos y
sociales que sirven de orientación para un mundo mejor, aunque su escuela−laboratorio de fines del siglo XIX
ya ponía las bases mediante una inteligencia reflexiva y práctica de una escuela activa y de un nuevo espíritu
social.
La educación como necesidad de la vida (es así como se subtitula el primer capítulo del libro Democracia y
Educación), empleando la palabra vida para designar toda la extensión de la experiencia, abarca las
costumbres, las instituciones, las creencias, las victorias y las derrotas, los ocios y las ocupaciones. A la
experiencia así como a la vida en el sentido fisiológico, se aplica el principio de la continuidad mediante la
renovación. La continuidad social se produce por la continuidad de la experiencia la cual se garantiza por la
transmisión. Para Dewey lo que la nutrición y la reproducción son a la vida fisiológica, es la educación a la
vida social. Esta educación tiene como principio fundamental a la comunicación, ya que la comunicación es el
modo en el que los individuos de una sociedad llegan a poseer cosas en común y cambia la aptitud de las dos
partes que participan en ella, es decir además de modificar a los individuos a los cuales se está comunicando
también se modifican los que comunican. A medida que la civilización avanza, se amplía la distancia entre las
capacidades de los jóvenes y las actividades de los adultos, pero para solucionar esto se organizan
instituciones organizadas, la escuela y material ex profeso (es decir con intención y un propósito), los
estudios. Y la tarea de enseñar ciertas cosas se da a un grupo especial de personas, sin esta educación
sistemática (que se adecua al sistema social) no es posible transmitir todos los recursos y adquisiciones de una
sociedad compleja. Pero este tipo de educación transmite intereses que no se han incorporado a la estructura
de la vida social, sino que transmite información técnica expresada en símbolos, esto para Dewey es una
noción de la educación que ignora su necesidad social, y su identidad con toda asociación humana que
repercuta a la vida consciente, la educación se identifica con la transmisión de saber mediante símbolos
verbales para adquirir la alfabetización pero no influye en la formación de una disciplina social, la experiencia
no logra adquirir sentido, la escolaridad sólo crea cultos ingeniosos, especialistas egoístas.
Dewey expresa que todo lo que se aprende de forma más espontánea, es lo que el individuo internaliza más:
educación incidental, es educar a través de la experiencia. Pero si esta forma de educación es la que el
individuo internaliza más, entonces la educación sistemática deberá basarse en la experiencia.
La educación como función social
12
Un ser cuyas actividades están asociadas con las de otro tiene un ambiente social; al estar conexionado con
otros no puede realizar sus actividades sin tener en cuenta las actividades de los demás. En demasiados casos
se actúa sobre la actividad del ser humano inmaduro simplemente para asegurar hábitos que son útiles. Es
adiestrado como un animal, más que ser educado como un ser humano, para lograr su felicidad o para evitar el
fracaso debe actuar de acuerdo a como lo hacen los demás. El medio social no es el que le implanta ciertas
ideas o deseos al individuo, es él mismo que adopta creencias semejantes a las de los demás del grupo así
como el mismo caudal de conocimiento, todo esto debido a evitar el sentimiento de fracaso anteriormente
descrito. El desarrollo del joven para la vida continua y progresiva de una sociedad tiene lugar por medio del
ambiente social, que incluye las actividades de todos los seres semejantes que intervienen en el desarrollo de
las actividades de todos sus miembros. El ambiente es el que logra la continuidad de un grupo social, es el que
dificulta, favorece o inhibe las actividades propias de un individuo. Hay ambientes diseñados para producir
determinadas respuestas y actitudes de los individuos, uno de ellos es la escuela. La cual debe organizarse
como si fuera una sociedad simple y reducida, simplificada se queda con algunos elementos que son
importantes para la clase dominante. Purificar el ambiente dejar afuera lo que podría desarrollar funciones que
no queremos. Ampliación del ambiente social de origen del niño.
Para Dewey siempre se educó a través de la experiencia, pero en la escuela tradicional el niño interactuaba
con un ambiente limitado.
Educación
La educación es una necesidad de la vida, en cuanto asegura la transmisión cultural; en las sociedades
complejas se ha especializado en la instrucción formal, y al mismo tiempo advierte como uno de sus fines el
de mantener el contacto con la experiencia directa, estableciendo la continuidad de la teoría con la práctica. Es
el nexo de la experiencia de participación con las actividades dirigidas a la adquisición de los símbolos
culturales el que confiere a la educación moderna su particular función social.
Propuestas teóricas de John Dewey
Dewey mantiene una posición crítica respecto a la sociedad industrial. La educación progresiva debemos
contraponerla a la concepción educativa tradicional. Dewey rechaza un conjunto de doctrinas pedagógicas de
variado signo:
• la educación como preparación.
• la educación como desenvolvimiento.
• la educación como adiestramiento de la facultad.
• la educación como formación.
La escuela, para Dewey, se concibe como reconstructora del orden social, el educador es un guía y orientador
de los alumnos.
Aportaciones metodológicas de John Dewey
Pensaba que la nueva educación tenía que superar a la tradición no sólo en los fundamentos del discurso, sino
también en la propia práctica. Sin embargo, no existe un método Dewey para ser aplicado. Cuando él habla
del método, lo hace a nivel abstracto, él piensa que no existen métodos "cerrados y envasados".
La propuesta metodológica de Dewey consta de 5 fases:
13
• Consideración de alguna experiencia actual y real del niño.
• Identificación de algún problema o dificultad suscitados a partir de esa experiencia.
• Inspección de datos disponibles, así como búsqueda de soluciones viables.
• Formulación de la hipótesis de solución.
• Comprobación de la hipótesis por la acción.
Dewey mostró un excelente sentido práctico para planificar y desarrollar un currículum integrado de las
ocupaciones (actividades funciones ligadas al medio del niño), incluyendo previsiones de desarrollo del
programa en ciclos temporales cortos. Le dan a los alumnos algo que hacer, no algo que aprender; y si el hacer
es de tal naturaleza que demanda el pensar o la toma de conciencia; el aprendizaje es un resultado natural.
.
Análisis Comparativo (pedagogía tradicional en contraste con la escuela nueva de Dewey y la pedagogía
liberadora de Freire)
Como hemos aprendido, en las ciencias sociales a diferencia de las ciencias de la naturaleza, los paradigmas
pueden convivir sin que uno suplante al otro, y esto fue lo que se dio con estas corrientes educativas tan
diversas en su esencia (pedagogía tradicional vs. la escuela nueva y la pedagogía libertadora). Y debemos
tomar en cuenta también que estas teorías se han desarrollado con diferencias de tiempo muy importante entre
una y otra, y con una problemática social y un contexto histórico, totalmente diferente.
Como punto de partida, estas corrientes tienen conceptos antagónicos de la sociedad. Mientras la pedagogía
tradicional considera a la sociedad como armoniosa y esencialmente buena, donde la marginalidad es un
fenómeno accidental que debe ser corregido a través de la educación. Las expuestas por Freire y Dewey
consideran a la sociedad como imperfecta y buscan que a través de la enseñanza, cada ser explote al máximo
sus cualidades. La corriente tradicional sostiene que los oprimidos son la patología de las sociedades sanas, y
deben ser transformados para ajustarlos a ella. Distinto del enfoque de Freire en el cual plantea que la solución
no está en ajustarse al mundo, sino insertarse críticamente en él de manera de transformar la estructura social
para poder convertirse en seres para sí.
La mayor diferencia entre ambas corrientes surge sin duda en el tipo de relación docente−alumno, ya que en la
tradicional se da una relación notoriamente vertical, unidireccional y autoritaria, en la cual el docente cumple
un rol fundamental, siendo sujeto activo de la educación; en tanto el alumno participa en forma pasiva y
disciplinada, manteniendo una postura silenciosa y atenta en la cual no interviene ni con el docente ni con sus
compañeros. Por otro lado Freire y Dewey plantean una relación completamente diferente a la antes descripta,
la relación se presenta en forma horizontal, lo que no significa que el docente se ausente sino que permanece
en una posición de animador o guía, asegurando al grupo la posibilidad de expresarse sin neutralizarse, en
donde ... educando y educador toman posición como sujetos en el acto de conocimiento. Esta relación es
bi−direccional y no se basa en la autoridad del docente sino en el diálogo entre estos, construyendo el
conocimiento. No imponiéndolo como verdad absoluta.
Los contenidos de la educación tradicional constan de la herencia cultural, o sea los conocimientos ya
adquiridos y asimilados como verdad por la humanidad. En contraposición con esto la pedagogía liberadora y
en la Escuela Nueva de Dewey, se extraen los contenidos de la enseñanza y se intenta de enseñarlos
mayormente a través de la práctica en vida de los educandos.
La forma en que se transmiten dichos contenidos también es diferente, mientras que en la tradicional se utiliza
14
la narración como principal herramienta de instrucción, en cambio en la corriente liberadora se busca trasmitir
el saber a través de la experiencia realizada por el educando, no narrada por el docente.
Mientras que la pedagogía tradicional pretende hacer recorrer el mismo camino hacia el saber a todos los
alumnos, obligando a los menos capaces a luchar para superar sus dificultades y conquistar su lugar junto a
los más capaces, la pedagogía liberadora pretende que el grupo forme su propio camino, los vuelve sujetos
activos de su propia educación.
Conclusiones
Al llegar a la etapa final de nuestro trabajo nos encontramos en la difícil tarea de realizar una conclusión
objetiva sobre nuestro estudio de estas corrientes. Es sencilla tarea, encontrar críticas a la pedagogía
tradicional, ya que a través de ella se nos ha enseñado la gran mayoría de los años y conocimientos que hemos
tenido como estudiantes, mientras que con las otras sólo hemos tenido un breve contacto teórico a través de
textos, aunque recordando ciertas experiencias escolares o liceales vemos que ciertas prácticas de la
pedagogía liberadora son utilizadas por los maestros y profesores, como por ejemplo realizar experimentos en
el salón de clases para que luego nosotros mismos construyéramos a partir de lo que observábamos
generalizaciones teóricas, o se tenían en cuenta nuestros esquemas previos de conocimiento para a partir de
los mismos refutarlos o ampliarlos. Pero de todas maneras es para nosotros mas fácil encontrar defectos en la
pedagogía tradicional que en los aportes teóricos establecidos por Freire y Dewey, sobre éstas últimas sólo
podemos plantearnos dudas acerca de su funcionamiento práctico.
Con respecto a los métodos aplicados por la Teoría tradicional, la utilización del recurso de memorización y
repetición de conceptos, puede generar individuos sumisos, y de esta forma lograr que se adapten ciegamente
a la estructura social. No creemos que la educación deba tener estos fines, la educación no debe preparar
piezas para que funcione la máquina de la sociedad, creemos que debe formar seres humanos con espíritu
crítico, capaces de pensar por sí mismos.
Analizando la educación tradicional, encontramos que sus contenidos, reafirman el carácter domesticador de
nuestra gente, por considerar verdades absolutas a los conocimientos ya adquiridos, no fomentando la
investigación, ni las nuevas ideas, haciendo que una parte importante de la potencialidad del educando se
pierda por falta de estímulos, esto se da muchas veces, y es grave. Otro gran defecto de este carácter
domesticador de la educación tradicional es que no respeta a las culturas locales, invade culturalmente al
imponer contenidos que no siempre se relacionan con el educando y su entorno social.
Y, generalmente la mayoría del aprendizaje, adquirido con los métodos tradicionales, no lograban perdurar
mucho tiempo en la cabeza de los estudiantes, ya que estos, luego de rendir la prueba establecida (que
consistía en repetir como loros lo que el profesor dictaba en clase) olvidaban lo que habrían aprendido, debido
a la falta de interés que despertaban los temas estudiados.
Por otro lado, creemos que aunque la educación no deba ser una imposición de contenidos exteriores al medio
del educando, es positivo destacar que hay ciertos conocimientos que son prácticamente universales, y que
deben ser transmitidos a la mayor cantidad de individuos, lo que no significa que deba ser transmitido de la
misma manera a todos los educandos. Un ejemplo de conocimientos de este tipo son los conocimientos
matemáticos.
En cuanto a la pedagogía liberadora y al aporte de Dewey, debemos cuestionarnos cuán efectiva son sus
enseñanzas en cuanto a, la transmisión de conocimientos. Aunque, para estos pedagogos, el único objetivo
planteado no sea la educación de los estudiantes, este tema no puede estar fuera de ella. Creemos válido el
hecho de generar espíritus críticos, y seres capaces de cuestionarse los esquemas sociales, pero no podemos
dejar de lado la herencia cultural, ya que se nos volvería imposible reformular todo el conocimiento
acumulado por la humanidad hasta ahora para cada nueva generación.
15
A través del recorrido hemos aprendido que la enseñanza no es un proceso sencillo, sino, que cada
conocimiento tiene su forma correcta de enseñarse, y a veces varios métodos son posibles, para desarrollar
esta noble tarea.
Al analizar a Freire nos hemos dado cuenta de que el enseñar no es solamente transferir conocimientos, como
él mismo cita en su último libro, sino que Cuando entro en un salón (como Profesor) debo actuar como un ser
abierto a indagaciones, a la curiosidad y a las preguntas de los alumnos
Dewey nos ha dejado también interesantes ideas y planteos teóricos, entre los cuales destacamos: la
importancia de que aprender sea un proceso natural, generar el ambiente para que estudiante anhele aprender,
y aplicar lo aprendido. Lo cual produce que el conocimiento adquirido no se olvide fácilmente.
Todo esto, como mencionamos, al llevarlo a la práctica, nos hace notar de lo complicado de esta tarea
(enseñar), pero también nos enorgullece, ya que formar cabezas es un bello legado.
El análisis que hemos hecho de estos autores nos ha dejado conformes, aunque, seguramente, debamos
aprender las teorías y prácticas de otros autores, para llevar a cabo de la mejor forma nuestra labor docente.
Bibliografía
Libros
• DEWEY, J. Democracia y Educación. Buenos Aires: Editorial Losada S.A. 2002.
• FREIRE, P. Pedagogía del Oprimido. México: Editorial Siglo XXI, 1992 Cáp. I y II
• KONSTANTINOV, N. Historia de la pedagogía. La Habana: Editorial Pueblo y Educación; 1988
• BRALICH, J. Colección trabajo social serie cuadernos 1. Entrevista a Paulo Freire por R. Torres.
Montevideo, 1989. Editorial EPPAL
• FREIRE, P. Pedagogía de la Autonomía. Sao Pablo: Editorial Paz e Terra S.A., 2004
Revistas
• REVISTA PERSPECTIVAS. vol. XXIII, nos 1−2, 1993, págs. 289−305. Artículo: John Dewey. De
Robert B. Westbrook ©UNESCO: Oficina Internacional de Educación
(http://www.ibe.unesco.org/publications/thinkersPdf/deweys.pdf)
Páginas Web
• Enciclopedia Wikipedia(http://es.wikipedia.org/wiki/John_Dewey
• Enciclopedia Wikipedia (http://es.wikipedia.org/wiki/Pablo_Freire)
• Educación: de la práctica a la teoría http://educacion.idoneos.com/index.php/124370
• Universidad Abierta
(http://www.universidadabierta.edu.mx/Biblio/M/Maya%20J−John%20Dewey.htm)
Sentimiento de la conciencia de estar separada de la realidad // Conjunto de trastornos intelectuales, tanto
temporales como permanentes. (definición extraída del Diccionario Enciclopédico Ilustrado .Editorial Océano
Barcelona 1991)
J. Libaneo El campo pedagógico Pág. 65
Instituto de Profesores Artigas
Freire y Dewey: Aportes y Críticas a la Pedagogía Tradicional
16
3
1eroA− FÍSICA
Año: 2007
Figura 1: en este cuadro se esquematiza la situación del oprimido con respecto al opresor en el proceso de
liberación. La deshumanización" es consecuencia de la opresión, no solo afecta a los oprimidos sino también a
aquellos que oprimen.
Figura 2: Esquema que representa la relación educador−educando en el modelo de educación bancaria.
Figura 3: Esquema que representa la relación educador−educando en la educación problematizadora.
17
Descargar