Integración andina

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−. CONTEXTO HISTÓRICO EN EL QUE NACEN LAS INICIATIVAS DE INTEGRACIÓN
ECONÓMICA.−
Las apuestas por la integración regional no son una corriente totalmente nueva en la historia económica,
aunque han tomado mayor relevancia en la actualidad y sobre todo desde la finalización de la segunda guerra
mundial, hecho que ha tenido gran relevancia en toda la humanidad y no sólo en los países que tomaron parte
en la contienda. Es necesario realizar un análisis de la situación tras ese periodo negro para Europa occidental
y Japón, que en general fueron los derrotados de la guerra, y la influencia que este acontecimiento tendría en
la historia del mundo. Tras la guerra y como he dicho anteriormente hubo dos perdedores fundamentales:
Europa occidental y Japón, aunque en el bando Europeo hubiese varias naciones en el bando supuestamente
ganador y una en el perdedor, la realidad es que tras la guerra nos encontramos con una Europa occidental en
ruinas que no entiende de ganadores y perdedores, la desolación y la quiebra económica eran comunes en
Europa. Por otro lado asistimos al nacimiento de dos bloques económicos, sociales y políticos de orientación
bien distinta, que marcaran el devenir de la historia hasta finales de los ochenta, será un periodo de cuarenta
años de recelo entre los bloques nacientes y de tensión entre ambos, es el periodo más conocido como guerra
fría. Tras la guerra USA se consolida como potencia hegemónica en uno de los bloques, el otro es el
encabezado por la URSS, los primeros defienden una política económica basada en el libre mercado y su
ajuste con una mínima actuación en temas de interés nacional como pueden ser la sanidad y la educación, el
bloque comunista defiende el estado social, en el que el estado es el responsable de la regulación del mercado
y de la ordenación de los recursos para la producción industrial. Pero las diferencias no sólo se están en
materia de política económica, también la estructura social y política de los países es diferente y en muchos
casos contraria. Esta situación es la que va a marcar la reconstrucción Europea y por extensión la que marcará
el rumbo del mundo: Europa queda dividida en dos bloques enfrentados de un lado están los países alineados
con Europa y de otro los países amparados bajo el paraguas soviético, Europa queda partida por la mitad, un
ejemplo claro de esta división es Alemania que queda dividida, las consecuencia de esta división y la posterior
reunificación Alemana aún no se pueden analizar de forma concreta. La reconstrucción de los países
occidentales se lleva a cabo tras la implantación del plan Marshall mientras que los países orientales siguen
políticas al estilo de la URSS. Es en este contexto en el que los movimientos de integración comienzan su
desarrollo, en Europa se inician movimientos de cooperación económica entre los países occidentales en
temas como el carbón el acero y la energía atómica que darán lugar posteriormente a la Comunidad
Económica Europea y a la actual Unión Europea, en el bloque del este también se inician formulas de
cooperación entre los países de corte socialista en el desaparecido COMECON.
Es indudable el marcado carácter político de los nuevos bloques, de un lado países más favorables al libre
mercado, los países occidentales, del otro países que defienden al Estado como motor principal de la
economía, los países del este.
En Iberoamérica y durante los años sesenta se inician también movimientos de cooperación regional, sobre
todo al auspicio de la CEPAL, organización dependiente de las ONU y cuyo objetivo es promover el
desarrollo industrial en los países Iberoamericanos. CEPAL en sus primeros trabajos, promovidos por
Prebisch, apuesta por el desarrollo industrial promovido desde el Estado, fortaleciendo y desarrollando la
industria en función de las necesidades de los países implicados en el esquema de integración, sin dejar sólo a
las fuerzas del mercado el crecimiento y el desarrollo económico de los países Latinoamericanos. En este
sentido hay que recordar lo ya dicho anteriormente y el mucho recelo existente entre los bloques antagónicos
surgidos tras la SGM, este recelo hacia que USA rechazase cualquier movimiento que pudiese contemplar
esquemas de integración en los que se aludía a la intervención estatal, aunque estos esquemas realmente no
tuviesen nada o poco que ver con las ideas soviéticas, para USA permitir la implantación de esos modelos de
desarrollo en países de su entorno, concretamente en Iberoamérica era meter el enemigo en casa, de hay que
los Estados Unidos favoreciesen esquemas de integración basados en el libre mercado y la libertad de las
fuerzas del mercado como generadores de crecimiento económico, nunca sabremos lo que estos modelos
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desarrollados en los primeros trabajos de la CEPAL podrían haber dado de si para el despegue de las
economías de Iberoamérica. En resumen USA quería para Iberoamérica un modelo de integración como el
que se llevaba a cabo en los países de Europa occidental, sin tener en cuenta las peculiaridades y el nivel de
desarrollo de estos países, en realidad USA estaba más interesado en la protección de su sistema económico y
sus esquemas políticos frente a su actual enemigo que en el desarrollo de los países a los que imponía su way
of life. El respaldo económico de USA a esos programas basados en las recetas liberales pudo ser un factor
decisivo en la adopción de los mismos por la mayoría de los esquemas de integración nacientes. Así nacen los
primeros esquemas de integración en Iberoamérica y en Europa, y en este entorno nace también la Comunidad
Andina. La historia sigue su curso, los movimientos de integración en principio funcionan más o menos
correctamente, pero en el primer envite de la crisis del petróleo empiezan a manifestarse sus deficiencias, la
recesión internacional no favorecía los intentos de integración, en estas circunstancias se llega a los años
ochenta, con los países de Iberoamérica fuertemente dependientes del capital exterior, buscando la
rentabilidad en los intereses y poco favorables a la inversión estable y a largo plazo.
Llegada la década de los ochenta la situación del mundo bipolar va a vivir momentos decisivos, USA lanza el
definitivo órdago a la aparentemente boyante economía soviética. Estados Unidos promueve programas de
potenciación de la carrera armamentística en todos los países de su órbita y al mismo tiempo desarrolla una
campaña de venta de granos a crédito a la URSS, la URSS veía en esto una gran oportunidad ya que le
permitía conseguir productos de primera necesidad aplazando el coste de esos productos y destinar recursos a
la financiación de la política de armamentos, es la época del desarrollo de los programas de la Guerra de las
Galaxias, denominada así por la proliferación de satélites artificiales con fines militares. Evidentemente la
política llevada a cabo por los Estados Unidos necesitaba un sostén económico, esta financiación se obtuvo
por la atracción de capitales externos subiendo los tipos de interés internos, lo que provoco una fuga masiva
de los capitales invertidos en países de Iberoamérica, provocando en estos países una época de fuerte recesión,
con altas tasas de inflación, incrementos en los tipos de interés, bajo crecimiento y encarecimiento del coste
de la deuda externa, los países de Iberoamérica volvieron a cifras económicas de la década anterior en lo que
se ha llamado la década pérdida. En esta situación internacional Estados Unidos en una hábil maniobra decide
cancelar el programa de venta de granos a la URSS, el gran oso había caído en la trampa descuidando el
sector agrícola, había confiado en exceso en la política de venta de granos a crédito americana que le permitía
desarrollar un programa armamentístico similar o superior al desarrollado por Estados Unidos. La Unión
Soviética se estaba desmoronando, era un gigante con los pies de barro al que Estados Unidos había
derrotado, tras la quiebra económica vendrán acontecimientos que hacen visible la caída del bloque del este,
estos acontecimientos son la caída del muro de Berlín y la unificación Alemana y las sucesivas revueltas en
países del este que terminan con la caída de los dirigentes comunistas de los países del este. Estados Unidos
había ganado la partida.
Antes de desarrollarse este programa Estados Unidos era el país hegemónico en la Tierra, era la gran potencia
sin discusión, (hay que recordar que la mayoría de los analistas políticos no daban gran credibilidad a los
datos procedentes del sector soviético), la ofensiva militarista no fue gratis para Estados Unidos ni para sus
aliados, sus presupuestos de defensa se habían multiplicado de manera alarmante.
En esta situación la actuación de Estados Unidos se centro en la recuperación de la economía interior, para esa
recuperación se necesitaba evidentemente financiación, para obtener esa financiación Estados Unidos
comienza a elevar el tipo de interés y atraer así capitales que estaban invertidos en otros países,
principalmente en Europa e Iberoamérica, la actuación de los Estados Unidos hizo temblar el sistema
monetario europeo, provocando la tormenta monetaria en la que las monedas más apreciadas del sistema
monetario europea fueron devaluadas, e incluso algunas de ellas se vieron forzadas a abandonar el SME, ésta
crisis puso en serio peligro la Unión Monetaria Europea, en Iberoamérica la crisis fue tan grave o mayor que
en Europa.
La crisis de los noventa comenzó en los mercados del sudeste asiático y rápidamente se extendió por
Iberoamérica, las devaluaciones en las monedas no se hicieron esperar y los países Iberoamericanos recibieron
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la ayuda del FMI, como siempre condicionada al cumplimiento de una serie de políticas de corte liberal.
Actualmente Estados Unidos no es el país hegemónico que fue en el pasado, su papel actual es el de líder, que
como tal no puede imponer su voluntad, sino que debe adaptarse e interpretar las necesidades y deseos del
resto de países, en este sentido puede destacarse que recientemente USA anunció que estaba dispuesto a pagar
la deuda que mantenía con la ONU, esto puede indicar un mayor respeto de los Estados Unidos para el resto
del mundo. En esta nueva etapa hay tres grandes áreas de influencia política y económica como son:
• Estados Unidos, que fue superpotencia y actualmente es el país que desempeña un papel de liderazgo.
• Europa, que por medio de la Unión Europea ha conseguido por el momento poner fin a las luchas intestinas
que la devoraban, aunque aparecen brotes localizados de nacionalismo que pueden poner en peligro el
futuro de la Unión.
• El sudeste asiático, en el que actualmente Japón es el país que lleva la voz cantante, pero en el que no hay
que perder de vista a otro gran gigante con mil millones de habitantes, esta futura nueva potencia es China,
país que ha conseguido algo que hace años parecía imposible: desarrollar una política de corte liberal en un
país sin libertad individual. China es un país comunista al que Estados Unidos no ha impuesto un bloqueo
económico como el que ha impuesto a Cuba, al contrario Estados Unidos promueve las inversiones de sus
empresas en China mientras que condena las inversiones de otras empresas en Cuba, algo que en principio
parece contradictorio, en este punto es necesario recordar que China tiene más de mil millones de
habitantes.
Tres grandes bloques, ¿y el resto del mundo qué? ¿qué pasa con Iberoamérica y África?. Para estos países el
mundo desarrollado tiene una serie de recetas de corte liberal, es decir apoyo económico a cambio de ajustes
interiores y de apertura al exterior, receta muy similar a la que se aplicaba en los primeros momentos de la
integración (años 60).
Después de este rápido análisis a través de la historia internacional y de la actual situación económica mundial
centrare mi análisis en lo acontecido desde la creación de la Comunidad Andina y su posterior desarrollo,
analizando algunos datos económicos referentes al comercio de los países que conforman la Comunidad
Andina.
−. LA INTEGRACIÓN EN IBEROAMÉRICA, LA EXPERIENCIA ANDINA.−
Como ya he dicho antes, en la década de los sesenta surgen diversas experiencias de integración económica en
varias áreas del mundo, también en Iberoamérica, uno de los procesos de integración económica se produce en
los países del entorno andino, este proceso se inicia en mayo de 1969 y cumple actualmente 30 años, el
proceso de integración tiene las características de la mayoría de esos procesos en la década de los sesenta, el
principal objetivo era la industrialización de los países que participaban en esos procesos potenciando la
sustitución de las importaciones procedentes de países del exterior de los países participantes en la integración
por productos del interior de esos países, favoreciendo así la industrialización en estos países.
En ésta época el objetivo era uno: Industrializar los países que participaban en la integración, países que en su
mayoría estaban industrializados en un nivel muy bajo.
A este objetivo quedaban subordinados el resto de los sectores económicos del país, sobre todo la agricultura,
sector en el que los países menos desarrollados eran más competitivos y mantenían niveles de exportación
importantes. Las divisas obtenidas de la exportación se destinaban a financiar los procesos de modernización
industrial en estos países, el problema de esta política fue el descuido en el que se dejó al sector agrícola, que
no se benefició de sus ventajas para modernizarse y mejorar sus niveles de productividad.
Los primeros pasos de éstas experiencias de integración fueron esperanzadores, durante la primera etapa que
va desde los sesenta hasta principios de los setenta los procesos de integración presentaban resultados
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favorables en la mayoría de los casos.
Este proceso favorable se vio truncado a mediados de los setenta en los que se produce la crisis del petróleo,
los países de la OPEP deciden recortar su producción, lo que lleva aparejado un incremento del precio del
crudo en los mercados internacionales, esta crisis del petróleo provoca una fuerte recesión de la economía a
nivel internacional, los países adoptan políticas de protección de sus economías, estas políticas de protección
perjudicaron a los países de Iberoamérica que vieron reducidos los flujos de divisas que financiaban sus
procesos de industrialización. A ésta situación de caída de las exportaciones se une el incremento del tipo de
interés de la deuda, los países Iberoamericanos que eran los principales deudores tuvieron que soportar esta
subida de los tipos de interés, las políticas de ajuste, que no se coordinaron en los foros de integración, que se
aplicaron tuvieron como resultado lo que se llama la década pérdida, los países Iberoamericanos vieron
reducido su nivel económico al nivel de principio de la década, la integración era un instrumento para
potenciar la coordinación de los países en los organismos internacionales, aumentando así el poder negociador
de estos países frente a las potencias mundiales, pero a los primeros síntomas de crisis cada país desarrollo
políticas unilaterales sin considerar la consecuencia de las mismas en la economía del resto de los países. Este
incremento en el coste de la deuda vino acompañado de un racionamiento en el crédito internacional, receloso
de las suspensiones de pagos de la deuda de estos países, estos dos factores propiciaron una fuerte crisis en los
países de Iberoamérica, y provocó una ralentización en los procesos de integración iniciados en los sesenta.
Actualmente y tras la crisis financiera que afecto a países del sudeste asiático, Rusia y Brasil, y a la que de
nuevo se respondió con medidas unilaterales y poco consultadas con el resto de los países participantes en el
proceso de integración, en la mayoría de los casos las medidas adoptadas por un país perjudicaban al vecino
(devaluaciones competitivas y restricciones al comercio inter− regional), tras esta crisis los procesos de
integración están tomando nuevos bríos, alentados por un entorno económico internacional estable y favorable
para estos procesos de integración, el problema será la respuesta que se dé en el futuro a situaciones
desfavorables.
La coordinación de la política exterior es una de las mayores carencias en los procesos de integración, la
ventaja de una posición unificada de los países integrados en un bloque económico es grande frente a la
posición individual que pueden presentar cada uno de los países por separado, una postura unificada de los
países de Iberoamérica representaría a más de trescientos millones de personas, es un potencial demasiado
importante para agotarlo en disputas internas que serán aprovechadas desde el exterior para imponer
posiciones poco favorables a los países Iberoamericanos, la unidad de acción frente a otros bloques
económicos puede generar avances en el proceso de integración económica.
Pero no conviene avanzar en el crecimiento económico a cualquier precio, no conviene descuidar los aspectos
sociales de la integración, la educación, la sanidad y la cultura, así cono los temas de política laboral son
elementos que usados correctamente permitirán avances en la integración, pero que si son descuidados pueden
degenerar en problemas que pongan en peligro el proceso de regionalización. Es necesario informar a los
empresarios y sindicatos sobre las ventajas del proceso de integración, así como de los aspectos económicos
que deben respetarse en un proceso de convergencia económica, de la misma forma que es necesaria la
promoción de la competitividad en las empresas mediante programas de modernización y formación de los
trabajadores. Es necesaria la cooperación en campos de relevancia social (educación, sanidad, trabajo y
finanzas), el avance en estas materias es necesario para favorecer el proceso de integración, evitando que las
diferencias de cobertura sanitaria o educacional provoquen desplazamientos de población hacia las naciones
con políticas sociales más avanzadas. El camino de la integración no puede hacerse a costa de los
trabajadores, minando sus derechos para obtener ventajas en el coste de la mano de obra, en este punto es
necesario recordar que la integración económica es un mecanismo para mejorar el nivel económico y de
bienestar de los países que participan en ese proceso integrador, la mejora económica debe repartirse de forma
que no se generen mayores desigualdades entre grupos sociales y entre países, para lo que es necesario
articular mecanismos de reparto de la riqueza generada que compensen a los grupos sociales y a los países
menos favorecidos por el proceso de integración, de lo contrario los países menos favorecidos por este
procesos no se verán motivados a seguir en ese proceso, procesos del cual no deben quedar excluidos los
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países menos favorecidos. Para articular estos mecanismos de compensación es necesaria la coordinación de
políticas económicas y fiscales, en este sentido los criterios de convergencia aplicados en la Unión Europea
pueden ser un ejemplo a seguir por los países de la Comunidad Andina, adaptando esos criterios a la realidad
económica de los países participantes en la integración, la reducción de la inflación es un objetivo
fundamental para crear un entorno de estabilidad económica.
Aparte de la necesaria coordinación en materia económica, existe un consenso generalizado por parte de todos
los países participantes en el proceso de integración en asuntos referentes a la potenciación y el desarrollo del
capital humano, es necesario desarrollar programas de formación para trabajadores y empresarios que
permitan elevar el nivel competitivo y tecnológico de los países andinos, de esta forma los productos de esta
región podrán competir en los mercados internacionales sin que el trabajador tenga que asumir esa
competitividad con unos salarios ínfimos, tal y como esta ocurriendo en algunos países en los que la
competitividad internacional se esta logrando a costa de los derechos de los trabajadores perjudicando no sólo
a los países en los que esos derechos son vulnerados, también se perjudica a los trabajadores de otros países,
al desplazarse la producción de las multinacionales a los países con ventaja en coste salarial, incluso cuando
esa ventaja no respete los mínimos derechos de los trabajadores.
No debemos olvidar tampoco la relevancia del entorno económico internacional en la marcha de los procesos
de integración, el esfuerzo no corresponde sólo a los países participantes en el proceso integrador, es necesaria
la apertura del primer mundo a los productos de países en vías de desarrollo, principalmente a los productos
agrícolas, la política de contingentes utilizada por la Unión Europea supone un freno a los productos de
Iberoamérica, la apertura de la Unión Europea a los productos de Iberoamérica no debería representar ningún
peligro para el sector agrícola comunitario, la producción agrícola Iberoamericana responde en su mayoría a
un esquema tropical, con menos variaciones climáticas que el clima europeo, esta diferencia climática permite
que las producciones agrícolas Iberoamericanas sean en su mayoría complementarias con las producciones
europeas.
El desarrollo de los programas de integración, por tanto, depende de la capacidad y la voluntad política de los
países participantes en el proceso, será necesaria la apertura del mundo a las economías en desarrollo.
−. DATOS COMERCIALES DE LOS PAÍSES ANDINOS DURANTE LOS 30 AÑOS DE
INTEGRACIÓN.−
La siguiente tabla recoge los datos de las exportaciones de Bolivia, desglosados en exportaciones al resto de
países de la Comunidad Andina y al resto del mundo, las exportaciones se reflejan en moneda corriente en
miles de dólares, y se representan en el siguiente gráfico:
El análisis que se puede realizar de estos datos cuenta con la limitación fundamental de una característica de
los mismos, los datos reflejan la contabilidad en moneda corriente de las exportaciones, es decir, presentan el
sesgo del tipo de cambio, las depreciaciones o apreciaciones ficticias de una moneda pueden hacer que la
cantidad expresada no refleje la realidad de la economía del país, indicando mejoras económicas que no
existen.
De cualquier modo, la visión conjunta de los datos de los países andinos, aún con los sesgos que pueden tener
por estar expresados en moneda corriente, permiten obtener una serie de rasgos que presentan los países
andinos en su conjunto:
• La mayoría de los países presentan el mismo esquema en la representación de los datos, crecimiento de las
exportaciones hasta la década de los ochenta, a mediados de la década de los ochenta todos los países
andinos muestran un profundo valle en las exportaciones, este frenazo en las exportaciones se corresponde
con una recesión económica que provocó la década perdida, los datos muestran como afecto a los países
ésta época de recesión, mientras que Bolivia y Venezuela se vieron profundamente dañados en esa década,
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los valles que presentan sus niveles de exportación son más profundos que en el resto de países,
aparentemente el país menos afectado fue Colombia que muestra un mayor dinamismo, la tendencia en este
país presenta un leve estancamiento en el nivel de exportaciones, del que posteriormente se recupera y
crece fuertemente, al menos en términos reales.
• De la misma forma se muestra la crisis financiera del 94, aunque su nivel es menor países como Bolivia se
resintieron durante esta crisis y vieron como mermaba su nivel de exportaciones.
• Un dato general, común a todos los países es el escaso nivel de comercio inter− regional, los porcentajes
que este comercio representa frente al total son los siguientes:
• Bolivia
Años
Intra− comunitario/ total
Años
Intra− comunitario/ total
1969
1,9174%
1984
2,0005%
1970
2,1898%
1985
2,5050%
1971
6,8422%
1986
3,7946%
1972
4,1500%
1987
5,3899%
6
1973
2,6172%
1988
4,6030%
1974
5,2302%
1989
6,1035%
1975
3,8485%
1990
6,4955%
1976
3,3816%
1991
9,6764%
1977
1,5825%
1992
13,0048%
1978
2,1961%
1993
15,9678%
1979
2,5820%
7
1994
18,8328%
1980
4,1068%
1995
19,1560%
1981
4,5239%
1996
20,3708%
1982
3,8098%
1997
19,7523%
1983
2,9118%
1998
21,7609%
• Colombia
Años
Intra− comunitario/ total
Años
Intra− comunitario/ total
1969
6,2108%
1984
8
4,8403%
1970
7,0557%
1985
6,1369%
1971
9,0393%
1986
5,5079%
1972
8,2550%
1987
8,0602%
1973
6,8274%
1988
7,1236%
1974
8,2592%
1989
5,3898%
1975
11,3274%
1990
5,5101%
1976
9
10,5671%
1991
10,7452%
1977
12,2316%
1992
14,3443%
1978
10,1317%
1993
15,9841%
1979
12,6554%
1994
13,1997%
1980
9,8323%
1995
19,8479%
1981
15,4468%
1996
17,0086%
1982
14,6337%
1997
10
18,3707%
1983
5,9032%
1998
19,7379%
• Ecuador
Año
Intra− comunitario/ total
Año
Intra− comunitario/ total
1969
4,9309%
1984
2,2021%
1970
4,7486%
1985
2,5395%
1971
6,3418%
1986
1,9640%
1972
5,0620%
1987
4,7475%
11
1973
10,1803%
1988
8,0817%
1974
7,9107%
1989
7,7741%
1975
13,4802%
1990
6,9451%
1976
18,3645%
1991
7,1426%
1977
12,4213%
1992
5,8269%
1978
6,5680%
1993
9,6284%
1979
4,9086%
12
1994
10,3534%
1980
5,9355%
1995
8,2323%
1981
6,4164%
1996
8,7415%
1982
7,0822%
1997
12,0848%
1983
5,9308%
1998
13,0446%
• Perú
Año
Intra− comunitario/ total
Año
Intra− comunitario/ total
1969
1,8745%
1984
13
6,7007%
1970
1,8732%
1985
8,1682%
1971
2,3549%
1986
6,1797%
1972
2,0058%
1987
6,3396%
1973
2,9868%
1988
7,1279%
1974
3,1594%
1989
5,7065%
1975
3,2681%
1990
6,4604%
1976
14
3,8655%
1991
7,7534%
1977
4,3440%
1992
8,2138%
1978
7,5925%
1993
8,0461%
1979
9,5401%
1994
7,1113%
1980
8,3276%
1995
7,4437%
1981
8,6069%
1996
7,2075%
1982
8,2667%
1997
15
7,6345%
1983
4,3815%
1998
8,3022%
• Venezuela
Año
Intra− comunitario/ total
Año
Intra− comunitario/ total
1969
0,9673%
1984
2,1358%
1970
0,8153%
1985
1,6615%
1971
1,1588%
1986
1,8576%
1972
1,3332%
1987
2,0408%
16
1973
0,9252%
1988
2,2164%
1974
1,3514%
1989
2,3240%
1975
1,2498%
1990
2,7904%
1976
1,3471%
1991
3,1489%
1977
2,7685%
1992
4,6942%
1978
1,3191%
1993
6,7619%
1979
1,4265%
17
1994
8,5323%
1980
1,5904%
1995
10,7870%
1981
1,7652%
1996
7,5703%
1982
1,8280%
1997
9,2247%
1983
2,0832%
1998
11,4904%
Las exportaciones de los países que pertenecen a la comunidad andina hacia el resto de sus socios presentan
un dato muy claro, no ha alcanzado valores significativos hasta la década de los noventa, excepto Ecuador que
presenta en esta década valores inferiores a los alcanzados en 1976, el resto de países ha alcanzado los
porcentajes de comercio inter− regional más elevados en la década de los noventa. En cualquier caso hasta
ésta década los niveles de comercio dentro de la región no eran suficientemente significativos. A título
particular cabe resaltar la situación de Perú, el porcentaje de exportaciones dirigidas a países andinos sobre el
total de exportaciones permanece casi constante a lo largo del proceso de integración, no existen medidas que
hayan favorecido la integración del Perú en el proceso regional, o las medidas articuladas no se aplican de
forma correcta, de cualquier forma Perú no presenta el dinamismo en la exportación a países andinos que
presentan el resto de socios de la Comunidad Andina, llegando en algunos casos el porcentaje de
exportaciones regionales sobre el total al 20%, implica unos niveles de comercio relevantes y que
posibilitarían avances en la integración, pero en mí opinión es necesaria un mayor implicación de Perú, por
ser la vía de acceso de los países de la Comunidad Andina a los mercados de Asia y el Pacífico.
Para conocer si el comportamiento del Perú y del resto de países andinos es el mismo en el comercio de
importación, tenemos los siguientes datos:
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• Bolivia:
Año
1969
1970
1971
1972
1973
1974
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