PROPUESTAS PARA LA MEJORA DEL FUNCIONAMIENTO DE LA

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PROPUESTAS PARA LA MEJORA DEL FUNCIONAMIENTO DE LA
FISCALÍA QUE HACE LA ASOCIACIÓN PROFESIONAL E
INDEPENDIENTE DE FISCALES (APIF) AL FGE EN FECHA 4 DE
NOVIEMBRE DE 2014
Hacemos una serie de propuestas que son competencia de la Fiscalía General del
Estado, aunque somos conscientes de que hay otras que han de ser establecidas por el
Gobierno, razón por la cual las dirigiremos al Ministro de Justicia cuando tengamos la
ocasión.
1. Consideramos necesario que antes de proceder a elegir a un fiscal jefe, o bien antes
de su renovación, la plantilla de la Fiscalía sea escuchada en voto secreto. Si hubiera
varios candidatos podrían someterse a votación el parecer de la plantilla. Si hubiera uno
solo, podría escucharse a través de información reservada. Y todo ello antes de que el
Consejo Fiscal votara y de que el FGE resolviera. Consideramos que la plantilla ha de
tener algo que decir sobre quien va a ser su jefe, y especialmente en aquellos casos en
que ya lo ha sido, su opinión ha de ser de la máxima importancia. Se trataría de otro
dato muy relevante a considerar por el Consejo Fiscal, visto que la Inspección no
cumple de manera sistemática con lo que dispone el EOMF en el art. 13.2 (informe de
una hasta ahora inexistente Sección Permanente de Valoración). Instamos a V.E. a
crear dicha Sección y a ponerla en funcionamiento.
2. Reconociendo que se han dado algunos tímidos pasos, instamos a V.E. a que dote de
transparencia la actuación del Consejo Fiscal. Una transparencia que debe incluir
información a la Carrera Fiscal no solo de los candidatos que aspiran a cada plaza y de
su número de escalafón -como recientemente se hace-, sino un esquema de sus
currículums, su proyecto de actuación para cada puesto al que se aspire, y sobre todo, la
motivación de las razones por las cuales se elige a uno y no a otro. La motivación es
necesaria si queremos -como estamos seguros que es el caso de V.E.- desterrar para
siempre la arbitrariedad (o la sospecha de arbitrariedad) en la política de nombramientos
en la Fiscalía con posibilidad de permitir la impugnación efectiva tal como sucede con
los nombramientos en la Carrera Judicial.
Además, la transparencia debería abarcar a todas las cuestiones que puedan ser de
interés para los Fiscales, y no dejando que sean las asociaciones las que publiquen sus
voluntariosos esquemas sino que fuera la propia FGE la que diera cuenta de lo ocurrido.
3. Es preciso consensuar con las asociaciones una Instrucción de la FGE sobre las
reglas mínimas de funcionamiento en las Fiscalías, evitando que la llegada de un nuevo
jefe altere -como ha ocurrido recientemente en un caso bien conocido- todo el
funcionamiento de cualquiera de ellas.
Unas reglas que incluyeran los criterios
generales de reparto del trabajo, la distribución de los medios materiales, las garantías
de los fiscales para impugnar dichos repartos, el órgano competente de la Fiscalía para
resolver el conflicto, la necesidad de motivar las resoluciones, los casos en los cuales se
podrá realizar en Junta una votación secreta, y otras cosas de semejante naturaleza. Por
ejemplo, no hay razones para que en las Fiscalías pequeñas o medianas, los Fiscales
Jefes no asistan a juicios, tal como hacen los Presidentes de las Audiencias. Es
perfectamente compatible la asunción de tareas protocolarias con el trabajo efectivo en
el despacho de asuntos y vistas por parte de los Fiscales Jefes. El organizar el trabajo
de la Fiscalía debe tener ciertos límites y controles dados de antemano.
4. Es preciso elaborar un estudio sobre la carga real de trabajo de todos los fiscales.
Consideramos sorprendente que este trabajo no esté hecho; que haya grandes
diferencias en el trabajo de diferentes fiscalías, y también dentro de las propias fiscalías.
Esta es una cuestión que afecta no solo al bienestar de los fiscales, a la mejora de sus
condiciones de trabajo, sino también al servicio público que se presta. No se diga que
es imposible, porque en la Carrera Judicial lo han conseguido, y ello sirve para medir no
solo el rendimiento individual sino también para distribuir correctamente la
productividad y la carga real de trabajo en muchos sitios. No tenemos que recordar que
los fiscales de TSJs tienen una carga de trabajo muy inferior a los fiscales destinados en
otros sitios, dado que apenas tienen competencias atribuidas en las normas procesales.
Las cargas de trabajo que soporta cada Fiscalía y de promedio cada fiscal en esa Fiscalía
deberían gozar de transparencia, ya que no es indiferente ese hecho a la hora de pedir
destino, a la hora de evaluar las consecuencias de trasladarse o de prepararse para un
traslado. Solo así, con transparencia, podrá equilibrarse adecuadamente el trabajo de
todos los que servimos a la sociedad desde la Fiscalía. La jerarquía de la Carrera y la
organización de la Institución debe establecerse para ayudar a los fiscales en su trabajo,
para mejorar sus prestaciones y para garantizar un mejor servicio.
5. La Inspección fiscal -que necesita en nuestra opinión una profunda reforma- ha de
acusar recibo siempre de las comunicaciones que le realizan los fiscales; han de
atenderlas; han de resolver en tiempo breve y en todo caso, preestablecido. En el caso
de denuncias surgidas desde dentro de la Carrera fiscal es inconcebible que se tarde
meses en oír a los testigos que se proponen por aquellos que se consideran agraviados
por alguna razón. La necesidad de contestar con plazo preestablecido y mediante
resolución motivada debe observarse por parte de todos los órganos del Ministerio
Fiscal. La Fiscalía ya no es una institución con unos pocos cientos de compañeros.
Ahora somos más de 2.400, la mayoría no nos conocemos, y las reglas han de ser claras
y obligatorias para todos.
6. Debe crearse un protocolo de incorporación de los fiscales recién ingresados. No
puede ser que tras las prácticas y al ser incorporados a las Fiscalías se abandone toda
tutoría sobre ellos. Se tarda algún tiempo en conocer el oficio, los derechos y las
obligaciones de cada uno de nosotros. Y esto ha de cuidarse desde el comienzo. Por
ejemplo, debería haber en cada Fiscalía un compendio de notas de jefatura y acuerdos
de Junta en vigor; que se revisaran periódicamente y se facilitaran a los compañeros
recién ingresados o llegados a la Fiscalía.
Y que se distribuyeran los modelos
adecuados para empezar a asumir la carga de trabajo que se les encomiende.
7. Es preciso introducir criterios de distribución de trabajo que permitan la conciliación
familiar en el caso de cuidado de menores o mayores. Es cierto que es difícil de llevar
a cabo por la Fiscalía que V.E. dirige de manera solitaria, pero en nuestra opinión no se
ha hecho nada al respecto. Esperamos con atención el resultado de la iniciativa que a
propuesta de esta asociación V.E. ha adoptado en relación a la adopción de protocolos
para detectar y solucionar casos de acoso laboral y sexual, y medidas de conciliación de
la vida personal.
Pero este es un terreno en el que hay todo por hacer. Sería por
ejemplo bien sencillo el establecer un mes de embarazo a partir del cual no se pueda
exigir hacer guardias que impliquen desplazamientos a las fiscales embarazadas; o por
ejemplo, establecer una regla de que las Juntas fueran por la mañana en horario de
trabajo, o la adaptación del puesto de trabajo a la fiscal embarazada a partir del sexto o
séptimo mes; o que las sustituciones forzosas no puedan imponerse a fiscales que
tengan a su cargo a menores o personas especialmente dependientes. Muchas cosas
que hacer y que pensar.
8. Estamos en contra de que la estadística del trabajo realizado descanse en los fiscales.
Nos da la sensación de que con el pretexto del pago de la productividad, la Institución
pretende que la estadística se la hagamos manualmente los fiscales. Si se tratara de una
carga ligera podríamos no tener nada que decir, pero es que consume en muchos fiscales
mucho tiempo, mucha atención y mucha incomodidad.
Reclamamos medidas
imaginativas de la FGE para solucionar esta cuestión.
9. Nos parece inconcebible la pasividad que por la Institución se acepta la falta de
posibilidades de movilidad de los fiscales. Los concursos por el sistema "a resultas"
no resuelven el problema en modo alguno. Ha llegado el momento de sentarse a
discutir con las asociaciones profesionales el mejor modo de arreglar esta cuestión para
permitir que los fiscales puedan sencillamente encontrar el lugar donde quieren trabajar,
algo que hoy día resulta muy difícil. La FGE, en último caso y a falta de aceptación de
otras formas de traslado que se conocen en la administración pública, dispone de la
institución de las comisiones de servicio, que permitirían ir soslayando los problemas
más graves que se pueden plantear en esta materia. Instamos al FGE a que se tome este
asunto muy en serio porque afecta directamente al bienestar y a la economía de muchos
fiscales.
10.
Debe estudiarse la institución de los fiscales eméritos, que son destinados
precisamente en las Fiscalías donde no hacen ninguna falta por razones del servicio. No
es cuestión la de reconocer los méritos de quienes se jubilan con una larga y brillante
trayectoria profesional. La cuestión es de optimizar el servicio, y los fiscales eméritos
además de ir destinados donde no hacen demasiada falta, se comen una buena parte del
presupuesto de sustituciones, precisamente el establecido para arreglar desequilibrios
donde realmente hacen falta más fiscales.
Madrid, a 4 de noviembre de 2014
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