LAS GALLINAS PONEDORAS EN LA CONTABILIDAD FISCAL (I)

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LAS GALLINAS PONEDORAS EN LA CONTABILIDAD FISCAL (I)
La contabilidad fiscal y la contabilidad comercial en Colombia, podría afirmarse que son
dos cosas diferentes después de 1986. A manera de ejemplo para identificar las distancias
entre estos dos conceptos, propondremos el análisis de un tema sobre el cual recientemente
el Honorable Consejo de Estado cambió la tesis de la autoridad tributaria sobre el
tratamiento del IVA pagado a los proveedores en el proceso de cría y levante de las gallinas
ponedoras. Estudiaremos los parámetros exigidos por la contabilidad fiscal, lo concerniente
a la contabilidad comercial según la normatividad vigente y los posibles cambios con la
aplicación de las NIIF.
Comencemos con el concepto de activo fijo según la contabilidad fiscal. En artículo
anterior (marzo de 2008) habíamos propuesto los análisis de los parámetros que permiten
diferenciar los activos movibles e inmovilizados y la importancia en materia fiscal por
cuanto tiene múltiples efectos entre los cuales se resaltó en su momento al beneficio sobre
los activos fijos reales productivos (eliminado a partir del 2011 – posiblemente), a las
pérdidas de activos, a los impuestos descontables de IVA, al tratamiento de las ganancias
ocasionales sobre activos fijos poseídos por dos años o más, de manera independiente de la
renta líquida, luego de la eliminación en el 2006 del sistema de ajustes por inflación para
los contribuyentes del impuesto a la renta.
El estatuto tributario vigente en el artículo 60 establece para efectos fiscales la definición de
activos movibles y la de fijos o inmovilizados de la siguiente manera: “Son activos
movibles los bienes corporales muebles o inmuebles y los incorporales que se enajenan
dentro del giro ordinario de los negocios del contribuyente e implican ordinariamente
existencias al principio y al fin de cada año o período gravable.
Son activos fijos o inmovilizados los bienes corporales muebles o inmuebles y los
incorporales que no se enajenan dentro del giro ordinario de los negocios del
contribuyente.”
Para la autoridad tributaria, los bienes según su naturaleza se clasifican en corporales e
incorporales. Corresponde a la esencia de los mismos, es decir que sean reales y puedan ser
percibidos por los sentidos o que sean meros derechos como los créditos y las servidumbres
activas. (DIN, Conc. Unificado 1/82).
En la contabilidad fiscal, las gallinas ponedoras entonces tienen la característica de ser
activos fijos o inmovilizados, por cuanto no se enajena dentro del giro ordinario del
contribuyente y su propósito principal es la producción de huevo. Los animales destinados
a otros procesos derivados de la industria avícola, tales como engorde y posterior
sacrificio, tendrían la categoría de movibles.
El negocio de la ganadería, incluidas las especies menores como las gallinas ponedoras,
tiene normas específicas de medición en materia fiscal, entre las que destacamos los
artículos 92, 93, 94, 176 y el artículo 276 del ETN, las cuales se aplican
independientemente si son activos fijos o movibles. (Artículos del autor Noviembre de
2007).
Con el anterior marco conceptual comprimido, se analizarán las normas que tienen relación
con el IVA y el tratamiento del impuesto descontable por pagos a proveedores, en el caso
específico de los procesos productivos de las gallinas ponedoras.
Había establecido la autoridad tributaria que las gallinas ponedoras al tener la categoría de
activos fijos, le era aplicable la restricción del artículo 491 del ETN., la cual establece que
la adquisición o importación de activos fijos no otorgará derecho a descuento.
(MEMORANDO NO. 00594 DE 2004 (agosto 5))
El Consejo de Estado en dos sentencias del 24 de marzo de 2011, ha eliminado del análisis
los asuntos relacionados con la medición contable fiscal de las gallinas ponedoras bajo la
categoría de activos fijos, y ha determinado que la norma especial, el artículo 477,
modificado por el artículo 31 de la Ley 788 de 2002, fue el querer del legislador lo
siguiente:
“…. Manifestó que la aplicación de la tesis de la DIAN conllevaría como resultado
indirecto, que los productos o bienes declarados por el legislador como exentos del
impuesto sobre las ventas, fueran gravados con el IVA. Es que el mayor valor de los
impuestos pagados en la adquisición de las materias primas durante la etapa de cría y
levante, deben ser llevados al costo, luego las carnes, huevos y despojos comestibles
exentos, se tornan más costosos para el consumidor final; cuando lo que buscó la ley fue
evitar gravar al consumidor final con el IVA.[2]”
Cordialmente,
GABRIEL VASQUEZ TRISTANCHO
Columnista Vanguardia Liberal
Socio Impuestos Baker Tilly Colombia
E-mail: [email protected]
Bucaramanga, 30 de mayo de 2011
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