Neurocapital Humano

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ENTREVISTA concedida a Virginia Gudiño para Neurocapital Humano
•
Director de Extensión Instituto Profesional Libertador de Los Andes
•
Académico FVRUC de la Pontificia Universidad Católica de Chile
•
Agente Académico ESEUNE ESPAÑA - UNIVERSIDAD DE VALENCIA para Chile.
•
Director del Capitulo Chileno de la Fundación Latinoamericana para la calidad.
•
Director de la Red Latinoamericana de Liderazgo, Educación y Calidad
•
Ambassador de la Red SCI-CO UNU para Chile, dependiente de la Universidad de Naciones
Unidas
•
Miembro Consultor de REDEM CHILE
•
Miembro de la Comunidad de Educadores para la Cultura Cientifica de la OEI (CEMM)
& Alumno Becario de Post-grado de CTS+I (Ciencia, Tecnología y Sociedad mas Innovación
del Centro de Altos Estudios Universitarios de la Organización de Estados Iberoamericanos
CAEU-OEI)
•
RESPUESTA
5- ¿Es optimista o pesimista, respecto al rumbo de la educación en el mundo? Por qué?
EL FUTURO, COMO EDUCAMOS PARA EL FUTURO Y LA INCERTIDUMBRE
Las ciencias nos han hecho adquirir muchas certezas, pero de la misma manera nos han
revelado innumerables campos de incertidumbre. La educación debería comprender la
enseñanza de las incertidumbres que han aparecido en las ciencias físicas, en las ciencias de la
evolución biológica y en las ciencias históricas.
Tendrían que enseñarse principios de estrategia que permitan afrontar los riesgos, lo
inesperado, lo incierto y modificar su desarrollo en virtud de las informaciones adquiridas en el
camino. Es necesario aprender a navegar en un océano de incertidumbre a través de
archipiélagos de certeza. La fórmula del poeta griego Eurípides, que data de hace 25 siglos, es
ahora más actual que nunca: “Lo esperado no se cumple y para lo inesperado un dios abre la
puerta”. El abandono de los conceptos deterministas de la historia humana que creían poder
predecir nuestro futuro, el examen de los grandes acontecimientos y accidentes de nuestros
siglo que fueron todos inesperados, el carácter en adelante desconocido de la aventura humana,
deben incitarnos a preparar nuestras mentes para esperar lo inesperado y poder afrontarlo. Es
imperativo que todos aquellos que tienen en la carga de la educación estén a la vanguardia con
la incertidumbre de nuestros tiempos. (Autor: Edgar Morin).
Hace tiempo y a lo lejos la escuela tradicional atesoraba en los libros sus verdades esenciales y
el alumno obtenía de memoria conocimientos rigurosos o verdades. Lo que se enseñaba
permanecía vigente a través de los años; no se producían los asombrosos cambios que agitan
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ENTREVISTA concedida a Virginia Gudiño para Neurocapital Humano
nuestro tiempo; en la actualidad las ciencias rasgan sus vestiduras habituales y entretejen sus
campos.
La geometría clásica ha sido escoltada por otros razonamientos metafísicos y relativistas, algo
semejante ha ocurrido con la lógica, las verdades científicas son superadas por otras nuevas. Lo
que hoy tenemos que transmitir se muestra en continuo cambio y debe ser transmitido en
movimiento. Vivimos una cultura dinámica cuya característica primordial es el gran movimiento
de sus verdades. La condición evolutiva en una cultura dinámica, es la de seguir revelando
siempre, aún a costa de desautorizar el saber descubierto recientemente.
Hoy en día la educación se ha redimensionado en todos los ámbitos; el auge de las TICS
(tecnologías de la información y la comunicación) ha generado un total cambio en las formas de
enseñanza y aprendizaje. Con el mundo tecnológico en el que vivimos cada día sale algo nuevo
y por ende, debemos adaptarnos a ello. Debemos abrir espacio y camino a lo diferente a lo
insospechado, al riesgo, a la incertidumbre.
La educación, hoy y siempre, queda afectada por la realidad de la sociedad que le envuelve.
Como proceso de desarrollo personal y social, ha de tener como referente precisamente el
contexto en el que se inscribe, sirve, e incluso trata de mejorar y transformar. Por tanto, los
cambios sociales, culturales y económicos inciden de forma determinante en los
planteamientos educativos, y como tales, exigen modificaciones estructurales (sistemas
educativos) y modificaciones en las propias prácticas, de las que no pueden aislarse los propios
procesos de investigación y reflexión.
El problema que se plantea en este terreno es que “vivimos en un dinamismo de cambio de tal
magnitud que necesitamos adecuaciones constantes y crecientes ante el riesgo, siempre
presente, de no lograrlo todo y de perder los referentes necesarios para comprender la realidad
e instalarnos en ella” (González Soto, ( 2001: 7). Educarse hoy exige adaptarse cultural, social,
laboral, profesional y personalmente al ritmo del cambio y su velocidad, cifrado en claves de
nuevas concepciones culturales, de producción, de relaciones sociales, económicas e
industriales, etc.
Bajo estos mínimos presupuestos, se torna necesario reparar precisamente en algunas de las
características más significativas de la sociedad actual y las direcciones que apunta o camina, y
a la que la educación ha de ser sensible y dar respuesta en los diferentes niveles. Es por ello,
que se considera pertinente apuntar previamente algunas de estas direcciones de la sociedad
global, cifrar el cambio en el terreno educativo, para posteriormente considerar algunos de los
principios educativos a tener presente, para cumplir con las exigencias educativas en cualquier
situación o momento.
Hoy en día el hombre es pensado como poseedor de un patrón de conducta, como ente
inteligente, y no como enciclopedia, es mucho más importante que posea la capacidad o
habilidad para descubrir lo que ignora. Que pueda analizar coherentemente la realidad, su
propio entorno, que manipule los principios y no los datos versátiles, que sea apto para crearse
un cuadro o esquema capaz de analizar cualquier realidad que examine, y no sólo transmitir lo
que otros exponen. Debe enfrentar ineludiblemente al constante principio de la Incertidumbre.
Pero la incertidumbre no versa sólo sobre el futuro. Existe también la incertidumbre sobre la
validez del conocimiento y existe sobre todo la incertidumbre derivada de nuestras propias
decisiones.
Los interrogantes, la incertidumbre y la ansiedad marcan el ritmo de nuestro día a día, a partir
de los anuncios de nuevos cambios, de contrarreformas y de la implementación de diferentes
alternativas en el campo de la educación, más específicamente en las estructuras escolares. La
educación debe hacer suyo el principio de incertidumbre. Entonces debemos reflexionar y
hacernos interrogantes como: ¿Qué le espera a la educación en un tiempo no muy lejano?
(respondo con una Pregunta abierta).
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