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Bahía Blanca • República
Argentina
jueves 26 de Setiembre de 2003
DIALOGO CON EL DOCTOR LUIS CÉSAR GUEDES ARROYO
"A la solidaridad, le debe seguir la responsabilidad"
Considerado pionero en la introducción en América Latina de la teoría y
práctica de la Comunidad Terapéutica, este distinguido psiquiatra pasó por
nuestra ciudad para dictar un seminario en el Proyecto del Instituto de Ciencias de
la Familia de la Universidad Austral, para la
formación de Orientadores Familiares.
¿Alcanzará con organizar miles de actos benéficos
para salvar a un país del naufragio? ¿Les bastará a los
argentinos con agregar la consigna "se solicita la donación
de un alimento no perecedero" a todo lo que hagan, para
solucionar las angustias y desesperaciones que supieron
conseguir?
De eso y de bastante más, vino a hablarles a los
bahienses el doctor Luis César Guedes Arroyo, quien
llegó a nuestra ciudad para dictar un seminario titulado
"Los problemas de la educación familiar en el inicio
de un nuevo siglo”.
El mismo se inscribe dentro de la propuesta ofrecida
por el Instituto de Ciencias para la Familia que, con el El doctor Luis C. Guedes Arroyo.
apoyo de la Universidad Austral de Buenos Aires, viene (Gustavo Lobos-LNP)
funcionando en Bahía Blanca desde finales del año 2000
por iniciativa de un grupo de padres de la ciudad.
Entre otros antecedentes, Guedes Arroyo se ha desempeñado como titular del
Departamento de Psiquiatría Social del Instituto Nacional de Salud Mental,
organizador y jefe del servicio de Salud Mental del Policlínico Posadas y director del
Hospital Neuropsiquiátrico A. L. Roballos, de Paraná, donde introdujo -por primera vez
en América Latina- la teoría y práctica de la Comunidad Terapéutica, por lo que ese
nosocomio fue designado oficialmente Primer Centro Piloto de Psiquiatría de la Nación,
por expresa recomendación de la Organización Mundial de la Salud.
Durante su estadía, el visitante ofreció, además, una conferencia para todo público, en las
instalaciones de la Bolsa de Comercio, avenida Colón 2, titulada "La crisis de los valores
humanos, ¿fuente de debilidad o de fortaleza?".
También concedió la siguiente entrevista a "La Nueva Provincia".
--¿Cómo se puede hacer para incluir todo lo que implica un título como "Los problemas
la educación familiar en el inicio de un nuevo siglo” en un reportaje?
--Lo primero es hacer el diagnóstico de la enfermedad; para intentar una cura es
necesario estudiar los síntomas y luego descubrir la causa que ocasiona el daño. Por ejemplo,
la crisis que sufre nuestro país está desencadenada, entre otras cosas, por el fracaso de la
economía; pero, en realidad, el verdadero origen es el resultado de una enfermedad
crónica que fue avanzando paulatinamente hasta provocar lo que estamos viviendo:
el colapso de la civilización occidental, tal y como hasta aquí, la conocíamos.
de
--¿Cuánto nos afecta eso individualmente?
--“Mucho, o si se quiere: muchísimo. Del deterioro de los valores humanos y de las normas y
principios que regían los destinos tradicionales de nuestro círculo de cultura, así como del
fracaso de los gobiernos y de las instituciones de bien público, dependió la pérdida de la
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jerarquía del individuo. Debido a este derrumbe, hoy el individuo no vale nada.
"Se aprieta un botón y vuela una ciudad, o alguien sale a la calle y por una zapatilla le
pueden pegar un tiro. Hemos retrocedido hasta lo más insignificante de la condición
humana, pero esto, no pasó de la noche a la mañana.
--Es decir que los humanos no fuimos tan inteligentes cómo creímos serlo en algún
momento de nuestra historia...
--“Exactamente. Las creencias en la competencia individual y en la razón durante los últimos
siglos movilizaron al mundo y sentó las bases de la riqueza o prosperidad material. Tanto, que
a fines del siglo XIX, la gente pensaba que el mundo había llegado a la cima de la civilización.
Prevalecía un sentimiento de orgullo por vivir en este planeta y pertenecer a esta especie. Sin
embargo, pronto comenzaron a insinuarse los problemas que, luego, explotaron como la
erupción de un volcán en el siglo XX, produciendo la violación de los derechos humanos con
enormes catástrofes, tales como guerras mundiales, vandalismos, genocidios, terrorismo, etc.
--¿Se podría poner un ejemplo?
--“Se endiosó a la razón y se la elevó a una categoría superior, lo que terminó por
fragmentar al individuo, pues todo lo que se opusiera a los dictados de la razón debía
suprimirse; así, quedaron separados de la razón los sentimientos, la voluntad y la
inteligencia.
"El ser humano fue desmembrado por el mal uso de la razón; es decir, cuando ésta
comenzó a chocar con los valores tradicionales del humanismo cristianismo, como el amor al
prójimo y el servicio a la comunidad.
"Hoy una persona, individualmente, tiene éxito debido al fracaso de otro. Esto se observa
hasta en algunos matrimonios, entre hermanos, amigos y en los demás órdenes. La
competencia se hizo tan feroz que desembocó en el escarnio de la condición humana
que estamos viviendo, en especial en nuestro país".
La metáfora de los gusanos
--Pero todas estas cosas ¿le suceden a la Argentina o, en realidad, las provoca el mal
proceder de sus integrantes?
--“Veamos que pasa cuando muere una persona. Se la entierra o va a parar a un nicho. Los
habitantes de ese cadáver son los gusanos. En todo organismo muerto, los depredadores
o gusanos son los que se apoderan de los últimos vestigios de vida o de sus restos,
hasta que no queda nada y hasta ellos mismos mueren. En nuestra sociedad, ha pasado lo
mismo. Nos han depredado y se han robado hasta lo último...
--¿Quiere decir que todos somos un poco gusanos?
--“No, de ninguna manera. Cuando un individuo toma conciencia de lo que le está
pasando y de las causas que le provocan ese malestar, empieza a reaccionar. Aún de
la manera más primitiva, como la reacción al “corralito” con el batir de cacerolas, muy
parecido a lo que hacen los aborígenes africanos cuando quieren ahuyentar a los malos
espíritus. En ese momento, es como si hubiéramos estado anestesiados y este mazazo
económico nos despertó.
--¿Recién allí nos acordábamos que debíamos ser solidarios?
--“Puede ser, y vaya que lo somos. Pero, sólo con solidaridad no se arreglan nuestros
males. Después de la solidaridad, necesariamente, debe venir la responsabilidad. Eso
requiere más fuerza y más determinación.
--¿Para echar a los gusanos de una vez y para siempre?
--“Puede ser. Hay que notar que, en vez de tomar debida cuenta de lo que está sucediendo y
proceder en consecuencia, la clase política, lo único que está haciendo es exagerar sus
beneficios; esto nos indigna, pero también es un síntoma de que esas personas ya no pueden
cambiar y están manoteando lo único que queda, antes de pasar a no existir más. Claro que
esto no se va a arreglar con un sólo gobierno, aunque han comenzando a verse algunos
emergentes alentadores en el resto de la sociedad.
--Ahora, no deja de resultar paradójico que la gente haya salido a la calle para protestar
cuando se le tocó el bolsillo y no en algún otro período de la historia reciente, cuando
sucedieron cosas más terribles aún que perder de un plumazo los ahorros de toda una vida.
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--“Esto que dice es realmente muy interesante y tiene una explicación: hemos vivido
anestesiados y el hecho de que nos tocaran el bolsillo fue lo que nos despertó, como
sucede con las películas de acción. Han llegado a tal punto de sofisticación que falta muy poco
para que de la pantalla chorree sangre a la platea. A lo largo de muchos años esa anestesia
fue cubriendo nuestra sensibilidad y opacó nuestras existencias".
--¿Cómo nos "desanestesiamos?
--“Esta tremenda crisis puede liberarnos de ella. Los seres humanos somos hijos
del rigor y aprendemos a los golpes. Así como somos solidarios, también somos
corruptos en las pequeñas cosas de la vida cotidiana. Donamos un alimento no
perecedero pero también evadimos impuestos o coimeamos a alguien para no pagar una
multa.
--¿O sea que los cambios, no sólo deben provenir de arriba?
--“No, claro que no. El mesianismo no resuelve nada. El cambio debe ir sucediendo en
muchos estamentos a la vez. Hay indicios alentadores, como es el caso de que a
muchos ejecutivos de grandes compañías se les está empezando a exigir que tengan
formación ética, moral y hasta religiosa.
“¿Qué ha pasado con economistas formados en Yale, Harvard o Chicago? Quizás
aprendieron que sin bases morales y éticas, se convirtieron en depredadores morales. En
este campo, el ejemplo europeo es interesante. Hoy se sientan juntos para tratar
intereses comunes representantes de pueblos que hasta hace algunas décadas se
detestaban y que por ese odio sufrieron mucho.
Peor que una guerra civil
--Algunos dicen que el sufrimiento argentino, comparado con el europeo, no es
sufrimiento...
--“Cada uno sufre lo que tiene que sufrir. No hace falta que suceda una guerra civil o
una conmoción de la naturaleza; sufrimos a la manera que nos toca sufrir. Con
motivo de la crisis, el deterioro físico y emocional que padecen hoy muchísimos argentinos
es tremendo. Hay gente que se suicida, que padece cáncer; una generación entera va a
ser deficiente mental; otra se dedica al delito, millones de niños no van a la escuela... Esta
manera de sufrir es equiparable a una guerra; la amenaza de todos contra todos es
peor que una guerra civil. Tal vez sea la forma más desgraciada de la guerra".
--¿Hay manera de resolver semejante encrucijada?
--“Tenemos algunas cosas a favor, como ciertas inteligencias superlativas, el
despertar de la conciencia y una gran sensibilidad generalizada. Si se logra que eso
empiece a prevalecer, tal vez el sufrimiento comience a tener sentido. Para eso, han
habido inmolaciones tremendas como la del doctor René Favaloro.
--¿Sirvió para algo el suicidio de uno de nuestros mejores hombres?
--“Quizás, con el tiempo, sea motivo para que muchas personas comiencen a arrimarse a
la política y promover la recomposición de la educación, de la salud, de la
seguridad. A pesar de todo soy optimista, están comenzando a verse cambios.
--Nombrar uno, de manera bien concreta, sería una buena manera de terminar...
--“Elijo uno que ustedes los bahienses tienen la suerte de tener bien cerca: la existencia
de personas que desean formarse como educadores familiares. Esto es un
síntoma claro del nacimiento de un nuevo paradigma de educación; es decir,
profesionales dedicados a la protección de la salud mental y espiritual de las personas.
"Es una concepción muy original y prometedora, que recién está comenzando,
pero que puede llegar a resultar decisiva para variar sustancialmente el concepto
de la educación, especialmente en aspectos tan fundamentales como la protección
familiar y, dentro de ésta, la etapa de la primera infancia, que es cuando suelen
comenzar la mayoría de los problemas".
Gustavo Mandará
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