JUZG. DE 1ª INSTANCIA 12 DE MALAGA Tomás Heredia 26 Procedimiento: ORDiNARIO 1354/04 De: D/ña. M. M. D. Procurador/a Sr.1a.: M. C. G. Letrado/a Sr./a.: Contra D/ña.: CLINICA P. S. A. , ZURICH ESPAÑA DE SEGUROS Y REASEGUROS S.A Procurador/a Sr./a.: Letrado/a Sr./a.: SENTENCIA En Málaga, a doce de Mayo de dos mil siete, han sido vistos por el Ilmo. Sr. D. Eusebio Aparicio Auñón, Magistrado-Juez del Juzgado de Primera Instancia nº 12 de esta Capital por abstención de su titular, los autos de juicio ordinario 1354.04, promovidos por Dª M. M. D. contra Clínica Parque S. A. y Zurich España de Seguros y Reaseguros S.A., con los siguientes ANTECEDENTES DE HECHO 1.-Por el Procurador D. Luís B. S. de M. se presentó demanda en la que relataba el accidente sufrido por su poderdante, la Sra. M. D., en las instalaciones de la Clínica Parque S. A., el día 21 de Enero de 2003, con ocasión de bajar la escalera que conduce al sótano para hacerse unas pruebas de rayos X, en la cual existe o existía un pequeño escalón que partía la meseta en dos niveles y que, bajando, era imperceptible debido a la uniformidad del color y a no tener señalización alguna (desnivel que fue suprimido tras el accidente en reconocimiento de su peligrosidad). Ello hizo que el día de autos su poderdante perdiera el equilibrio al pisar en falso el nivel más bajo de la meseta, y fuera a parar a la pared frontal, contra la que se dio un golpe en la cabeza y hombro, desvaneciéndose y cayendo al suelo. Atendida en el servicio de urgencia de la propia Clínica se le practicó una intervención de osteosíntesis en la rótula derecha, y tras inrnovilizarle el hombro izquierdo le fueron prescritos antinfiamatorios, analgésicos y rehabilitación, quedándole como secuelas después de 5 días de hospitalización y 302 días impeditivos para sus ocupaciones: gonalgia en pierna derecha, con limitación de la flexoextensión, hombro doloroso con limitación de todos sus movimientos, y estrés postraumático severo cronificado. Todo lo cual valoraba en 49 puntos del Baremo, más 6 de perjuicio estético, e incapacidad permanente total debida a minusvalía del 56%, que daban como indemnización 135.264,62 euros, cuyo principal reclamó con sus intereses y costas. 2.-Admitida a trámite la demanda, la contestó en nombre de los demandados la Procuradora Dª Gracia C.C. ,reconociendo el hecho de la caída pero negando la peligrosidad del escalón. La normativa sobre escaleras de evacuación de incendios, aprobada por RD 2177/1996, no es aplicable a ésta, por ser de construcción anterior. Nunca había habido problemas con la escalera. El local, tal como está, obtuvo licencia de apertura. "La caída se debió única y exclusivamente a la propia torpidez de movimientos y de deambulación de una persona de edad ciertamente avanzada o bien a un traspiés o despiste momentáneo de la misma". Por otro lado al valorar las secuelas se añaden forma independiente síntomas comprendidos en otros epígrafes del Baremo que también incluyen, llegándose así al resultado anómalo de obtener 19 puntos por una limitación funcional del hombro, cuando su abolición total estaría tasada en 20 puntos. El Baremo a aplicar es el del año 2003, vigente en la fecha del accidente, y no el del año siguiente. El incremento del 10% no es automático, sino relacionado con la pérdida de ingresos a consecuencia de las lesiones, que, al igual que los perjuicios, requieren prueba y no se ha hecho. Citó los fundamentos jurídicos que estimó aplicables y pidió la desestimación de la demanda con expresa condena en costas. 3.-En la audiencia previa, no siendo posible llegar a ningún acuerdo, las partes fijaron sus puntos litigiosos y propusieron pruebas, las cuales han sido vistas en el acto del juicio, con el resultado que a continuación se valora. FUNDAMENTOS JURIDICOS 1.- El art. 25 de la Ley 26/1984, de 19 de julio, General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios, declara que el usuario tiene derecho a ser indemnizado por los daños y perjuicios demostrados que la utilización del servicio le irrogue salvo que aquellos daños y perjuicios estén causados por su culpa exclusiva o por la de las personas de las que responder civilmente. Y al efecto arbitra dos sistemas diferentes de responsabilidad: el de responsabilidad subjetiva, pero con inversión de la carga de la prueba, regulado en el art. 26 y un régimen más estricto de responsabilidad objetiva para los casos especiales mencionados en el art. 28, en los cuales, por la naturaleza misma del servicio o por disposición reglamentaria, son exigibles niveles determinados de seguridad en garantía de los consumidores y usuarios. Entre estos servicios de especial sensibilización al riesgo social, el legislador menciona "los servicios sanitarios", en cuyo ámbito cualquier usuario tendrá derecho a ser indemnizado con cargo a la empresa prestataria sin más que probar la existencia del daño y que este fue causado por el uso del servicio en cuestión, exonerándose aquella de responsabilidad únicamente cuando pruebe la culpa exclusiva de la víctima. Las SSTS. 14.7.2003 y 10.12.05 califican de “responsabilidad relativamente objetiva” la del artículo 26 de la Ley y de “responsabilidad objetiva pura» la del artículo 28. Ahora bien "para que surja el régimen de responsabilidad objetivo u objetivado ... es absolutamente necesario -dice la STS. 21.3.2006-acreditar un daño o perjuicio causado al consumidor o destinatario final incluido en el ámbito de aplicación de la Ley, en directa relación de causalidad a la conducta que se imputa al agente, sobre la que construir el régimen de las acciones que prevé la Ley General de Defensa de los Consumidores y Usuarios de 1984 fundadas con carácter predominante en un sistema objetivo de responsabilidad, excepto el artículo 28 que se decanta abiertamente por un sistema objetivo que cubre en principio todos los daños producidos por determinados bienes y servicios al ser consumidos; responsabilidad que es ajena a la cuestión de la culpa y es esencial la del nexo causal, con prueba a cargo del demandante, al constituir uno de los elementos constitutivos de la responsabilidad". En este caso, hay que considerar probado el nexo causal entre la caída y el aspecto engañoso del escalón que sirve de arranque a la escalera, al ser del mismo material, textura y color que el rellano o descansillo, lo que con luz artificial y cierta premura (como previsiblemente corresponde a las circunstancias de tiempo y lugar, con enfermos que desciendan abstraidos o preocupados a realizarse pruebas médicas en el sótano) es causa adecuada del suceso que motiva el pleito. Suceso fácilmente previsible en las condiciones en que estaba el escalón-trampa, sin más que advertir que por la escalera han de transitar diariamente una multitud de personas de toda laya, de todas las edades, con distintos menoscabos físicos, alifafes e idiosincrasias -más de cien enfermos todos los días según estimación de los demandados- entre los cuales los habrá que sean personas muy osadas, auténticos dechados de calma y buena visión bajo cualquier circunstancia, y otras más nerviosas o con no tan agudas dotes de observación, para las cuales el escalón, confundiéndose por color y apariencia con el rellano de la escalera, se convierte fácilmente -con luz artificial y con la carga emocional con que normalmente se bajan las escaleras de los hospitales- en una trampa apta para hacer perder el equilibrio a cualquiera y dar con sus huesos en el suelo o con la cabeza en la pared de enfrente como en este caso ocurrió. 3.-No cabe achacar el accidente a torpeza de la víctima ni a "lo avanzado" de su edad , como hacen los demandados intentando insinuar culpa exclusiva de la víctima. Porque ni se ha probado la supuesta falta de habilidad o destreza de la víctima, en general, ni en esta ocasión, ni puede decirse de nadie con 59 años que tenga una edad "muy avanzada", ni tales circunstancias hacen al caso, porque el uso de la escalera para descender al sótano no estaba prohibido a los enfermos 'torpes' ni a los enfermos 'de avanzada edad' (entendiendo por tales , según antojo de los demandados, los mayores de 59 años), sino que por el contrario estaba prevista su utilización como salida de emergencia para todo el mundo en caso de incendio. La falta de previsión (en definitiva el elemento culpabilistico que los demandados echan en falta) está precisamente ahí: en que no puede haber en un Hospital una escalera diseñada de forma que sólo la puedan utilizar con garantías de seguridad personas especialmente espabiladas y con vista de lince, capaces de percibir desde lejos y desde arriba una depresión de 16.5 cm en un suelo corrido de mármol del mismo color (ver fotografia nº 2 del acta notarial acompañada con la demanda, donde el primer escalón que sirve de rellano a escalera se difumina y confunde con el suelo de la planta). Había que prever que por ahí han de bajar sobre todo enfermos, esto es personas que tienen por definición limitaciones físicas o funcionales y cierta agitación emocional, los cuales, ya sean torpes o listos, de una u otra edad, no por ello no han de tener las medidas de protección que la Ley dispensa a todos los usuarios de servicios sanitarios, entre ellas haber tenido la precaución -y casi podría decirse la deferencia- de llamar la atención del usuario sobre los accidentes o cambios de en el plano del suelo, destacando el escalón con material de otro color o con una banda de contraste adherida al borde, como es habitual. 4.-En su función de salida de emergencia o vía de escape por la planta de a incumplía el código de protección contra incendios (CPI) de 1982, a cuya normativa no se adaptó pese a haberse hecho una reforma en el año 1993, y también la CPI de 1996, a la que tampoco se adaptó con motivo de la reforma y ampliación de la planta de sótano cuyo proyecto de ejecución figura en el volumen 1 de estos autos. En este proyecto, anexo II.3.6., se amortiza la escalera anterior como salida de emergencia y se proyecta una nueva escalera de tipo protegida "además de servirse de una escalera existente" (en alusión a la que aquí es objeto de consideración). Esas normas constructivas desaconsejan los escalones sueltos, exigiendo que los tramos de escalera sean al menos de tres escalones, precisamente para evitar sucesos como el de autos en que un escalón suelto, intercalado entre la meseta y el rellano, en definitiva un hundimiento brusco del suelo, pase desapercibido. Justamente ese es el peligro que ha sido eliminado en la reforma o adaptación que se ha hecho después del accidente, cuyo reportaje gráfico puede verse en el documento nº 7 de la demanda y que contrasta llamativamente con la disposición y el color de los escalones de esa misma escalera antes del siniestro. No puede haber duda por tanto, a tenor de los fundamentos que van expuestos, de que la actora tiene perfecto derecho a ser indemnizada del daño sufrido como consecuencia de usar las instalaciones del Hospital, así como también está claro que la Clínica es consciente de la peligrosidad de ese escalón dentro del área hospitalaria, y prueba de ello es que lo ha quitado después del accidente. 4.-De las varias partidas que componen el daño reclamado en la demanda, la propia actora desistió en el acto del juicio de la relativa al material de osteosíntesis (4 puntos) y al síndrome depresivo postraumático (15 puntos). Siguiendo su metodología de cálculo, estos 19 puntos desistidos suponen rebajar la puntuación total -y por ende la indemnización solicitada-en un 30% aproximadamente, lo que situaría la indemnización (valorando también los días de baja y el perjuicio estético) en torno a 94.500 euros. Pero aún esta cifra resulta anómala para el tenor de indemnizaciones que sanciona el Baremo del seguro obligatorio del automóvil, al que se acogen los litigantes por su valor orientativo aún sin ser de aplicación al presente caso. Habría que depurar todavía el cálculo de la indemnización de ciertas duplicaciones y exageraciones que se advierten en el informe del gabinete de valoración médica en que se apoya la demanda: el dolor de hombro acompaña siempre a la limitación de su movilidad en sus últimos grados, pero no es una secuela distinta; lo mismo ocurre con el dolor de rodilla con respecto a la imposibilidad de flexionarla por completo; la osteoporosis en el pié no ha sido probado que tenga origen traumático; la edad de la paciente y la falta de mención del pié en el parte de esencia médico parecen indicar que se trate de un hallazgo de tipo degenerativo y por tanto independiente del suceso; la incapacidad permanente total para sus ocupaciones habituales no ha sido probada, sino que el único soporte es una afirmación abstracta que desliza sin ningún razonamiento el informe médico de parte al fijar un grado de minusvalía psicofisica del 56% (obtenido quizás extrapolando 56 puntos de Baremo asignados a las secuelas), y que no se sostienen después del desistimiento de la "minusvalía psíquica", amén de que, como pura cuestión teórica, las discretas limitaciones funcionales quedadas a la actora en hombro y rodilla tras sufrir fractura de la rótula derecha y de la cabeza del húmero izquierdo, parecen apuntar a una incapacidad permanente parcial para algunas de sus ocupaciones habituales, como pueden ser presumiblemente agacharse o alzar los brazos para tender ropa, pero en modo alguno ha sido probado que haya quedado incapacitada para todo tipo de trabajo ni aún para toda clase de tareas domésticas (v.g. no se ha probado que la actora no pueda cocinar o no pueda planchar en absoluto). Teniendo en cuenta estas correcciones y la tónica indemnizatoria que prevalece en la jurisprudencia para indemnizar desgracias mayores que las consideradas (v.g la pérdida de un hijo), este juzgador estima que la demanda solo puede ser estimada por la cantidad alzada de 80.000 euros, indemnización que se estima suficiente y proporcionada a las disfunciones apreciadas, a los días de baja, y a la presunta incapacidad o limitación parcial vara las tareas domésticas habituales. FALLO Que, estimando en parte la demanda de Dª M. M. D., debo condenar y condeno a la Clínica Parque S. A. y a la aseguradora Zurich, solidariamente, a indemnizarle con la cantidad alzada de 80.000 euros, más los intereses legales, que para la aseguradora serán los del art. 20 LCS, absolviéndoles de las restantes pretensiones, sin hacer pronunciamiento sobre costas. Notifíquese ésta resolución a las partes haciéndoles saber que contra la misma cabe interponer recurso de apelación, que deberá ser dado para ante la Ilma. Audiencia Provincial de Málaga, en el plazo de CINCO días en el órgano que la dictó. Así por esta mi sentencia, dictada en primera instancia, de la que se llevará testimonio a las actuaciones. lo pronuncio, mando y fimo-