Dictámen de la Procuración General:

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Dictámen de la Procuración General:
La Cámara de Apelación del Departamento Judicial de
Pergamino confirmó la sentencia recaída en la instancia de
origen (fs. 556/566) por medio de la cual se hizo lugar –en
lo
principal-
a
la
demanda
incoada
por
Carlos
Javier
Bonacalza contra Fiore S.A. y Fiat Auto de Argentina S.A.
consistente
en
la
devolución
oportunamente
al
oportunamente
adquirido
daños
y
comprar
perjuicios
el
por
del
automóvil
el
derivados
dinero
marca
accionante,
de
la
abonado
Alfa
con
Romeo
más
frustración
de
los
la
operación comercial (fs. 608/616vta. y aclaratoria de fs.
624 y vta.).
Contra dicha forma de resolver se alza Fiat Auto de
Argentina
S.A.,
por
apoderado,
a
través
del
recurso
extraordinario de inaplicabilidad de ley de fs. 626/632,
cuya vista se me confiere atento revestir la codemandada
Fiore S.A. la condición de “ausente”, en cuya virtud se le
diera oportuna intervención al Defensor Oficial.
La
impugnación
está
fundada
en
la
violación
y/o
errónea aplicación de los arts. 699, 1197, 1199 y conc. del
C.C.;
163
inc.
6
del
C.P.C.
también
el
quejoso
y
171
de
la
Constitución
quebranto
de
la
provincial.
Alega
legal
recaída
en
la
causa
C.
93.038
y
lesión
doctrina
de
los
principios
de
defensa
en
juicio,
debido
proceso,
bilateralidad e igualdad.
Sus quejas son –básicamente- las siguientes:
a) La ausencia de responsabilidad solidaria por parte de
ambas codemandadas frente al actor, atribución contenida en
sentencia
que
-a
su
juicio-
“carece
de
todo
sustento
legal”.
Con asidero en lo dispuesto por la letra del art. 699
del C.C., a lo que suma la opinión de calificada doctrina
autoral, afirma que la solidaridad nunca se presume y que
la misma -para existir- debe surgir de manera expresa por
acuerdo de partes o bien de la ley, situaciones ambas que
no se configuran en autos.
b) La ajenidad de su parte –en tanto concedente en el
contrato de concesión- en la relación entablada entre el
concesionario (Fiore S.A.) y el cliente, circunstancia que
lógicamente
la
responsabilidad
obligaciones
excluye
a
su
propias
en
cuanto
parte
por
y
a
la
atribución
incumplimiento
exclusivas
de
la
de
de
las
concesionaria
frente al actor, como es la de la entrega del vehículo -que
se encontraba en poder de la agencia al momento de ser
totalmente
abonado-
sin
los
papeles
que
garantizan
su
patentamiento.
En
este
entendimiento,
afirma
que
la
Alzada,
al
interpretar el contrato de concesión, fuerza sus límites ya
que en ninguna de sus cláusulas está estipulado que la
concedente
debe
concesionaria,
cumplir
o
obligaciones
eventualmente
propias
responder
de
por
la
su
incumplimiento.
Y ello así en tanto, tomando conceptos vertidos por la
doctrina autoral que cita, asimismo desarrollados en un
fallo
de
la
cámara
nacional
comercial
que
parcialmente
transcribe, enfatiza que la concesionaria no representa a
la fabricante sino que vende a su nombre y por su cuenta,
vale decir que su titular, en el caso Fiore S.A., reviste
la
condición
de
empresario
autónomo
que
comercia
a
su
riesgo, resultando a todas luces injusto responsabilizar
por sus actos a la concedente.
Y para robustecer estos argumentos trae a colación el
contenido
de
la
doctrina
legal
-cuya
violación
alega-
recaída in re “García, Manuel Emilio contra Hyundai Motor
Argentina S.A. s/ resolución de contrato”, causa C. 93.038,
sent. del 13/VI/2007.
En
efecto,
sostiene
que
de
su
lectura
pueden
desprenderse –sin hesitación- ideas similares que permiten
excluir en el caso a su parte de la condena.
c) La indebida aplicación al caso del art. 1109 del C.C.
que sorpresivamente efectúa la Alzada violando el principio
de congruencia.
En primer lugar, en tanto y en cuanto se debatió en el
litigio que enfrenta a las partes desde la instancia de
origen en un marco contractual, y luego porque la vigencia
de este artículo presupone la comisión de un ilícito civil
e
implica
una
reunión
de
presupuestos
(antijuridicidad,
daño, relación causal y reproche subjetivo como factor de
atribución)
que
no
aparecen
configurados
en
autos
con
relación a su parte.
En efecto, no quedó probado en estas actuaciones que
el daño alegado por el actor en cuanto a la imposibilidad
de
patentar
el
automóvil
que
adquiriera
en
la
concesionaria, haya sido causado por un obrar antijurídico
de la concedente que le fuera imputable a título de culpa,
motivo más que suficiente para propiciar se lo excluya de
responsabilidad con sustento en esta manda legal.
Y, por otro lado, arguye que la pretensa atribución de
responsabilidad
con
sustento
de
la
ley
de
defensa
del
consumidor, tampoco merece prosperar ya que no se trata
aquí de la discusión por una supuesta garantía legal por
defecto de fábrica o vicios de la cosa que habilitaría su
procedencia.
Íntimamente
recurrente
que
manifiesta
al
conectada
la
con
sentencia
transcribir,
por
esta
idea,
incurre
en
un
lado
denuncia
la
arbitrariedad
y
hacer
suyos
criterios doctrinarios, jurisprudenciales, e inclusive la
doctrina legal señalada más arriba, y luego entender que
esos
razonamientos
–que
conducen
a
la
liberación
de
responsabilidad de la concedente frente a daños causados al
cliente por incumplimientos propios de la concesionaria- no
resultan
aplicables
al
sub
lite
contexto
en
el
que
se
consumó la entrega del rodado al damnificado quien, a su
vez, lo abonó en forma íntegra.
d) La falta de consideración de la conducta del actor,
elemento que de haber sido analizado hubiera conducido a
otra solución cual es la de responsabilizarlo, al menos
parcialmente, en función de haber obrado cuanto menos con
torpeza por abonar de contado e íntegramente un automóvil
sin
que
se
encuentren
a
su
disposición
los
documentos
necesarios para el retiro del mismo de la agencia y su
posterior
afirma,
su
patentamiento;
actividad
máxime
habitual
si,
esa
como
la
el
mismo
lo
intermediación
en
operaciones de compra y venta de automóviles por la zona;
todo de conformidad con lo dispuesto por el art. 902 del
C.C.
A tu turno, la Cámara -exclusivamente a los fines que
aquí
importan-
comenzó
el
tratamiento
de
la
temática
concerniente a la responsabilidad de Fiat Auto de Argentina
S.A. –que abordara controvertido a sus estrados en función
de
los
agravios
expresados
justamente
por
este
último-
sentando
la
separación
regla
que
responsabilidad
general
consistente
en
la
corresponde
hacer
de
entre
parte
concedente
la
las
nítida
áreas
de
y
la
concesionaria frente al reclamo de un particular, criterio
unánimemente consagrado por la doctrina de autores que se
referencia en sentencia, así como la doctrina legal que se
individualiza y la jurisprudencia de la cámara comercial
que se refiere e incluso parcialmente se transcribe en los
considerandos del decisorio (fs. 609vta./611).
Más
no
obstante
ello,
entiende
el
a
quo
que
la
situación configurada en esta litis amerita un apartamiento
de la sentada regla general, recordando –además- que la
mentada
doctrina
legal
se
dictó
para
resolver
un
caso
diferente al que aquí se discute cual era la falta de
entrega
del
vehículo
concesionaria,
precedente
y
que
principios
a
su
comprador
no
corresponde
con
alcance
por
parte
extraer
general,
de
de
la
dicho
útiles
para
resolver, por ejemplo, este juicio.
En
efecto,
en
el
sub
examine,
y
de
acuerdo
a
lo
alegado concordantemente y sin controversia por las partes
demandante y codemandada presente, previo pago del precio
total al contado que el actor hizo a la agencia, medió
efectiva
entrega
por
parte
de
ésta
del
rodado
a
su
comprador, quien con posterioridad se vio imposibilitado de
registrar dominialmente el vehículo por no contar con la
documentación requerida al efecto.
Y,
a
juicio
del
a
quo,
el
hecho
de
que
se
haya
consumado la entrega material de la cosa a su comprador
justifica el señalado apartamiento de las reglas jurídicas
generales que normalmente rigen la responsabilidad de los
concedentes y concesionarios frente al cliente.
Más
fáctica
no
de
obstante
la
documentación
cosa,
haberse
la
respectiva,
misma
hecho
no
fue
verdaderos
esta
transferencia
acompañada
accesorios
de
de
la
la
misma, lo que autoriza a los jueces a sostener que, de
alguna manera, ello puede –en los hechos- equipararse a la
no entrega del vehículo.
Desde
otro
costado,
entendió
el
tribunal
que
no
resulta aplicable a este juicio del régimen especial de
responsabilidad solidaria que en su art. 40 consagra la ley
24.240
para
el
productor,
fabricante,
importador,
distribuidor, poseedor o vendedor si el daño resulta al
consumidor del vicio o riesgo de la cosa o de la prestación
del servicio, sino que sin perjuicio de ello, la contienda
debe estar regida –de acuerdo a la doctrina legal que se
cita- por el sistema genérico de responsabilidad que por
prevalecer sobre el específico, no puede verse por éste
desplazado.
En ese entendimiento, no obstante recordar la total
ajenidad de la concedente en cuanto al contrato celebrado
entre la agencia y la parte actora (fs. 612), consideró que
la aquí recurrente debe ser responsabilizada en autos por
haber incumplido con su obligación genérica de no dañar al
otro, sustentada –en este juicio- en el art. 1109 del C.C.
Y en dicho marco, apontocó la existencia del factor de
atribución subjetivo a su parte en la defección del deber
de vigilancia que debía ejercer sobre el concesionario –a
quien había entregado el vehículo- y en la actitud asumida
frente al tercero adquirente de buena fe una vez consumada
la compra, por haberse negado a entregar la documentación
que obraba en su poder destinada a gestionar la inscripción
del rodado; todo entre consideraciones generales acerca de
la existencia en cabeza de la concedente de una suerte de
deber de cuidado sobre sus concesionarios por poseer la
primera un ostensible poderío económico y una indiscutida
solvencia que atrae a los clientes quienes, razonablemente,
están afectados por la creencia, formada por la publicidad
y la ambientación uniforme que exhiben las agencias que
comercializan una marca de vehículos determinada, que el
verdadero dueño de la unidad es la concedente y no la
concesionaria a punto tal que, para el comprador, existe
una
total
identificación
entre
una
y
otra
lo
que
naturalmente debe conducir a consagrar su responsabilidad
conjunta.
Efectuada esta breve síntesis de lo resuelto, desde mi
punto de vista, cabe hacer lugar al recurso en los términos
que a continuación paso a detallar por entender que le
asiste
razón
al
quejoso
en
cuanto
a
los
agravios
sintetizados en esta pieza bajo los ítems “b” y “c”.
En efecto, en función de lo que alegaron –y probaronlas partes en estos actuados no cabe duda alguna acerca de
la ajenidad de la concedente e importadora del vehículo en
cuestión en lo concerniente al incumplimiento frente al
actor
de
lo
relativo
a
la
entrega
de
la
documentación
hechos
efectuado
propia del automóvil.
Del
relato
de
los
por
las
contendientes razonablemente surge que no puede imputársele
a Fiat Auto de Argentina S.A. el incumplimiento de una
obligación de entrega de la documentación cuando medió en
el
negocio
la
presencia
de
la
concesionaria
–persona
jurídica que conforme la doctrina legal vigente existente
sobre el tema no actúa en representación de la concedente
sino que desempeña sus funciones con autonomía, a su cuenta
y riesgo- que fue la que entregó el rodado y a cambió
recibió el pago del precio del vehículo.
Y al respecto, pese a la objeción formulada por los
camaristas, entiendo que es dable extraer de la doctrina
legal referida, recaída in re “García, Manuel Emilio c/
Hyundai Motor Argentina S.A. s/ resolución de contrato”,
causa C. 93.038, principios generales aplicables al sub
lite; ello, sin desconocer que los hechos ventilados en
dicho
precedente
acontecido,
difieren
manteniéndose
en
en
grado
lo
leve
de
esencial
lo
una
aquí
disputa
similar en cuanto a clarificar los supuestos en los que
debe responsabilizarse a la firma concedente de automotores
frente
al
cliente
que
compró
su
vehículo
a
una
concesionaria de aquélla.
Y dichas reglas generales sentadas en derredor del
contrato
de
concesión
(atípico,
en
tanto
carente
de
regulación normativa, pero de uso frecuente y por ello con
tipicidad
social),
afirman
dos
ideas
claves
para
la
resolución de esta litis, cuales son: que el concesionario
es
un
comerciante
con
clientela
propia
(aunque
ésta
se
halle conectada a la fama y prestigio de los productos
fabricados por la concedente) que compra para revender por
cuenta
también
propia,
obteniendo
como
remuneración
el
beneficio de la reventa y no una comisión.
A mi juicio, dichos razonamientos resultan hábiles e
idóneos para dirimir la contienda aquí planteada. Máxime
cuanto en el mismo fallo, esa Corte remarca que este tipo
de
contratos
vinculaciones:
de
de
concesión
un
“da
lado,
origen
una
a
dos
relación
tipos
entre
de
los
otorgantes del contrato concedente y concesionario, regida
en
principio
por
la
autonomía
y
respeto
a
la
voluntad
expresada en el convenio, y del otro, un vínculo entre el
concesionario
y
sus
clientes,
respecto
del
cual
el
concedente en principio resulta ajeno, no respondiendo por
los
incumplimientos
concesionario,
ya
en
que
que
no
pudiera
es
este
haber
su
incurrido
mandatario”
el
(conf.
consid. 3 c. i) puntualizando luego en forma general, y con
una precisión meridiana para zanjar esta controversia,
que
“la circunstancia de que los fabricantes o, en su caso, los
importadores
de
automotores
seleccionen
a
sus
concesionarias y la existencia de un vínculo contractual
entre ellos no autoriza a condenar al concedente si no ha
mediado una conducta antijurídica imputable a ella” (conf.
consid. 3 c. ii), la que no logro –conforme lo alegado y
probado
por
las
partes-
advertir
configurada
en
estos
actuados.
Y por ello mismo, considero que no es correcta la
subsunción que se efectúa en el sub examine de los hechos
en las previsiones del art. 1109 del C.C., en tanto y en
cuanto
no
ha
atribución
de
sido
acreditado
responsabilidad
el
factor
imputable
a
subjetivo
de
Fiat
de
Auto
Argentina S.A., vale decir la culpa o negligencia en su
acción
u
omisión
que
en
su
condición
de
“conducta
antijurídica” -nexo causal mediante- haya causado el daño
que la actora aduce haber sufrido en su escrito de demanda
y continuar sufriendo actualmente.
Por
otro
lado,
no
comparto
el
razonamiento
de
la
Cámara por el que, para resolver la inclusión de la empresa
concedente en la condena, se aparta concienzudamente de las
conclusiones que ella misma sostiene pueden extraerse no
sólo
de
la
doctrina
legal
vigente
sino
también
de
la
doctrina autoral que cita y jurisprudencia que refiere. Y
con fundamento en que en la especie media un hecho decisivo
que
autorizaría
dicho
desliz:
la
efectiva
entrega
del
rodado.
Nótese que para el a quo existen reglas generales que,
por un lado, permitirían exonerar de responsabilidad a la
Fiat Auto de Argentina S.A., pero que –paradójicamente- en
el caso no se aplican porque se consumó la entrega del
rodado al cliente, tradición o traspaso material que, de
acuerdo a lo alegado y probado, no le es imputado a ésta
sino
que
resulta,
concesionaria
lisa
(Fiore
y
S.A.)
llanamente,
de
cuyos
atribuible
a
la
incumplimientos
la
primera –de acuerdo a lo reseñado ut supra- no tiene por
qué responder.
De lo expuesto, fácil resulta concluir –a mi modo de
ver- que las premisas sobre las que la Alzada asienta su
fallo a la hora de responsabilizar a la parte recurrente,
en
función
de
todo
lo
señalado,
no
son
coherentes
ni
responden
a
una
correcta
aplicación
del
derecho
a
los
que
me
expida
con
supuestos fácticos alegados y debatidos.
Por
relación
ello,
al
y
sin
resto
de
necesidad
los
de
agravios
planteados,
entiendo
resulta de toda justicia desvincular a la Fiat Auto de
Argentina S.A. de la condena dispuesta en autos motivo por
el que propicio ante V.E., tal como lo adelantara, se haga
lugar al recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley
interpuesto (conf. art. 289 del C.P.C.).
Así lo dictamino.
La Plata, 19
de agosto de 2010 - Carlos Arturo Altuve
A C U E R D O
En la ciudad de La Plata, a 2 de mayo de
2013,
habiéndose
dispuesto
siguiente
en
el
establecido,
Acuerdo
orden
de
2078,
votación:
de
que
conformidad
deberá
doctores
con
observarse
Soria,
lo
el
Genoud,
Hitters, Negri, Kogan, de Lázzari, Domínguez, se reúnen los
señores jueces de la Suprema Corte de Justicia en acuerdo
ordinario para pronunciar sentencia definitiva en la causa
C. 105.173, "Bonacalza, Carlos Javier contra Fiat Auto de
Argentina
S.A.
y
otro.
Cobro
de
pesos
por
daños
y
perjuicios".
A N T E C E D E N T E S
La
entonces
Cámara
de
Apelación
Civil,
Comercial
y
Judicial
de
instancia
de
Garantías
Pergamino
que
hizo
en
lo
confirmó
lugar
a
la
Penal
el
del
Departamento
fallo
demanda
de
primera
entablada
(fs.
608/616).
Se
interpuso,
por
Fiat
Auto
de
Argentina
S.A., recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley (fs.
626/632).
Oído
el
representante
del
Ministerio
Público, dictada la providencia de autos y encontrándose la
causa en estado de pronunciar sentencia, la Suprema Corte
resolvió plantear y votar la siguiente
C U E S T I Ó N
¿Es
fundado
el
recurso
extraordinario
de
inaplicabilidad de ley?
V O T A C I Ó N
A
la
cuestión
planteada,
el
señor
Juez
doctor Soria dijo:
I.
confirmó
el
La
Cámara
pronunciamiento
de
que
Apelación
condenó
a
interviniente
Fiat
Auto
de
Argentina S.A. -en su carácter de concedente- y Fiore S.A.
-en su condición de concesionaria- a la restitución de la
suma pagada por el actor, en concepto de precio por el
contrato
de
compra
venta
de
un
automotor,
que
fue
rescindido. Asimismo, ratificó que la mencionada obligación
debe ser pesificada en los términos fijados por el juez de
primera instancia y que el daño indemnizatorio por lucro
cesante procede por la suma de ocho mil pesos ($ 8.000; fs.
608/616).
Para
así
decidir,
en
lo
que
interesa
destacar, señaló inicialmente la regla general aplicable a
las
relaciones
estableciendo
entre
que
responsabilidad.
el
concesionario
existe
El
una
primero
y
separación
actúa
por
el
concedente,
de
nombre
áreas
y
de
riesgo
propio, soportando las pérdidas, incumplimientos frente a
terceros
adquirentes
del
producto,
deudas
laborales,
etcétera. El segundo, ante los clientes, no es responsable
contractualmente por los incumplimientos de la vendedora,
por cuanto resulta ser un tercero ajeno a lo convenido con
la concesionaria (fs. 609 vta./611).
Sin embargo consideró que esta doctrina no
es aplicable al caso, toda vez que la situación planteada
es sustancialmente diferente a lo decidido por esta Corte
en la causa C. 93.038 (sent. de 13-VI-2007), pues, en ese
litigio, no se efectuó la entrega del automotor vendido a
quien lo hubo adquirido y abonado su precio (fs. 611).
Puntualizó
"subsumible"
24.240,
como
en
las
que
previsiones
sostiene
la
el
caso
del
art.
actora,
por
tampoco
40
de
la
aplicación
es
ley
del
criterio sentado por este Tribunal en la causa Ac. 90.501
(sent. de 9-XI-2005): más allá de la vigencia del estatuto
especial del consumidor, no desplaza el régimen genérico de
responsabilidad consagrado en el Código Civil (fs. 612).
Luego,
dañar
que
rige
extracontractual
partiendo
en
el
y
del
de
ámbito
la
de
deber
obligación
la
de
de
no
responsabilidad
vigilancia
del
desenvolvimiento de la concesionaria (fs. 612/614), juzgó
que
el
comprador
concesionaria
tercero
puede
en
la
relación
reclamar
concedente-
contra
quien
injustificadamente -la codemandada Fiat- se ha negado a
entregar la documentación necesaria que obraba en su poder
para efectivizar la transferencia de dominio del automotor
(fs. 614/vta.). Enfatizó que es decisivo que la agencia
hubiera
podido
contar
con
el
vehículo
en
tanto
que
la
operación no se hubiese realizado, al menos en idénticas
condiciones, sin la disponibilidad material del rodado.
II. El apoderado de Fiat Auto de Argentina
S.A. interpuso recurso extraordinario de inaplicabilidad de
ley contra ese pronunciamiento (fs. 626/632), en el que
denuncia
infracción
de
los
arts.
699,
1197
y
1199
del
Código Civil; 171 de la Constitución provincial; 163 inc. 6
del Código Procesal Civil y Comercial; y de la doctrina
legal emanada de la causa C. 93.038 (sent. de 13-VI-2007;
fs. 626/vta.). Formula reserva de caso federal.
Se agravió por considerar que la sentencia
modifica en forma arbitraria el marco legal por el que
había
sido
demandada
-Ley
de
Defensa
del
Consumidor-,
condenándola por la supuesta comisión de un hecho ilícito,
con
fundamento
respecto
en
sostuvo
garantías
de
el
que
debido
art.
se
1109
han
proceso,
del
afectado
Código
los
Civil.
Al
principios
y
igualdad
y
bilateralidad,
defensa en juicio (fs. 627 vta. y 630 vta.).
Afirmó que no se ha dado tratamiento a la
cuestión
relacionada
con
la
solidaridad
entre
su
representada y Fiore S.A., planteada oportunamente en la
expresión de agravios, la que a su criterio carece de todo
sustento legal (fs. cit.).
Adujo que el fallo extiende las obligaciones
de su parte como concedente, más allá de los límites del
contrato. Dijo que no existe legalmente el deber de cumplir
las prestaciones que el concesionario incumple: en el caso,
la entrega de la documentación necesaria para inscribir el
vehículo vendido en el Registro de la Propiedad Automotor
(fs. 628). Con apoyo en la doctrina de la causa C. 93.038
citada,
manifestó
que
no
se
ha
acreditado
la
conducta
antijurídica de su mandante en la operación comercial que
motiva el reclamo y de la cual resulta ajena, por lo que
estima inaplicable el art. 1109 del Código Civil (fs. 628
vta.).
Expuso que el art. 1109 ha sido introducido
por la Cámara, excediendo la pretensión de la accionante
(fs. 630 vta.).
Finalmente, arguyó que no se ha valorado la
conducta comercial del actor en los términos del art. 902
del Código Civil, ya que, por su experiencia en el negocio
de automóviles, no se puede excusar su negligencia de pagar
el
precio
del
automotor
sin
recibir
la
documentación
necesaria para la inscripción (fs. 631/vta.).
III. El recurso prospera.
a.
En
primer
lugar,
entiendo
que
es
de
recibo el agravio planteado en relación a la violación del
principio
de
congruencia,
en
tanto
que
la
decisión
recurrida modificó la causa de la pretensión entablada,
afectando el ejercicio del derecho de defensa en juicio por
parte del quejoso.
El actor demandó a Fiat Auto de Argentina
S.A. -en su carácter de concedente- y a Fiore S.A. -en su
condición
de
concesionaria-
afirmando
que
adquirió
un
automóvil en la concesionaria oficial mencionada, pagó la
totalidad
del
precio
y
no
recibió
la
documentación
necesaria para efectuar la inscripción registral. Adujo que
ante ello procedió a rescindir el contrato y a deducir la
acción reclamando la devolución del precio pagado y los
daños sufridos.
Al
relatar
los
antecedentes
del
caso,
el
accionante trascribe las misivas dirigidas al concedente
donde niega que Fiat Auto de Argentina S.A. sea ajena a la
operación de compraventa, en tanto que "lo cierto es que
Uds.
son
fabricantes
e
importadores
de
vehículos
que
comercializan a través de concesionarias oficiales" (fs. 29
vta./30).
Finalmente, al fundar la responsabilidad de
los demandados sostuvo que "tal como lo dispone el capítulo
VI
de
la
ley
24.240
de
Defensa
del
Consumidor
(cosas
muebles no consumibles) y en especial su art. 13, los aquí
accionados son solidariamente responsables frente al actor,
no
sólo
del
otorgamiento
sino
del
cumplimiento
de
la
garantía legal por los defectos o vicios que como en el
caso,
afecten
la
identidad
entre
lo
ofrecido
y
lo
entregado; mientras que por el art. 40 (t.o. ley 24.999)
son igualmente responsables frente al suscripto y en forma
solidaria por el resarcimiento de los daños y perjuicios
ocasionados" (fs. 31).
En
estrategia
la
defensiva
contestación
de
la
de
aquí
la
demanda,
recurrente
la
giró,
básicamente, en la naturaleza del contrato de concesión, en
su condición de ajena al convenio celebrado entre el señor
Bonacalza y Fiore S.A., y en la falta de solidaridad entre
el concedente y el concesionario en atención a su falta de
previsión legal y/o contractual.
El juez de primera instancia hizo lugar a la
acción entablada en atención a la doctrina de los contratos
conexos y en función a la relación de subordinación que
-entendió- se genera entre ambos codemandados. Adujo, en lo
que
interesa
destacar,
que
en
virtud
de
la
relación
contractual habida entre estos últimos, ellos configuran
una unidad inescindible frente al comprador.
En
el
mismo
sentido,
al
apelar
dicha
decisión, Fiat Auto de Argentina S.A. insistió en la falta
de
solidaridad
prevista
legal
y/o
contractualmente
y
sostuvo que la interpretación del contrato de concesión fue
abusiva en tanto el mismo no dispone la responsabilidad del
otorgante
frente
al
cliente
y
ello
atenta
contra
la
naturaleza del convenio, por el cual Fiore S.A. actuaba a
su cuenta y riesgo.
El
tribunal
a
quo,
tras
reconocer
que
asistía razón al apelante en relación a su condición de
ajeno al contrato celebrado entre la parte actora y la
agencia, condenó al demandado por una causa distinta a la
invocada en la demanda (la obligación genérica de obrar sin
dañar
prevista
en
el
art.
1109,
Cód.
Civil),
que
no
requiere la existencia de un contrato, y al prescindir, por
ende, de considerar para ello el vínculo negocial entre el
concedente, el concesionario y el cliente, invocado por las
partes
y
debatido
en
la
causa,
se
aparta
de
la
estructuración de la litis y afecta la garantía de defensa
en juicio del impugnante (arts. 18, Const. nac.; 34 inc. 4
y 163 inc. 6, C.P.C.C.; conf. doct. C. 100.460, "Bustos",
sent. de 4-IV-2012). La alzada fundó su decisión en la
existencia de una obligación del concedente de "vigilar" y
"controlar"
el
desenvolvimiento
y,
en
particular,
la
solvencia técnica y financiera del concesionario, que no
fue planteada en el escrito inicial y respecto del cual la
codemandada no tuvo oportunidad de defenderse.
b.
apelación
Luego,
adhesiva,
y
en
atención
corresponde
tratar
al
postulado
las
de
restantes
argumentaciones expuestas por el accionante como base de su
acción, que fueron desestimados por la sentencia de Cámara
(v. fs. 609/612).
(i) Tal como expuse en la causa C. 93.038,
"García, Manuel Emilio contra Hyundai Motor Argentina. S.A.
Resolución de contrato y daños y perjuicios" (sent. de 13VI-2007), el contrato de concesión ha sido definido como
aquel vínculo en virtud del cual un comerciante, llamado
concesionario, pone su empresa de distribución al servicio
de
un
comerciante
o
industrial
llamado
concedente
para
asegurar, exclusivamente, sobre un territorio determinado y
bajo la vigilancia del concedente, la distribución de sus
productos cuyo monopolio de reventa le es concedido (conf.
Molas, Ana María, Contratos Comerciales atípicos, Dibisa
S.A., Bs. As., 1983, p. 51). Su finalidad consiste, pues,
en
canalizar
la
producción
hacia
el
consumidor
final
(C.N.Com., Sala E, in re "Sendin", sent. de 15-III-2005, LL
online; íd. "Arabi", sent. de 26-IV-2004, ED, R.C. y S.,
2004-IX-1990, in re "Esquerro", sent. de 16-X-1984, ED,
112-687;
C.N.Com.,
Sala
D,
sent.
de
23-XII-1996,
in
re
"Microómnibus Saavedra c. Vázquez y ot., LL 1997-C-298; v.
asimismo,
Parry,
Adolfo
E.,
Los
concesionarios
como
auxiliares del comercio, ED del 2-VI-1993).
Pese a tratarse de un contrato atípico –y,
por
ende,
tipicidad
carente
social,
de
regulación
puesto
que
normativaen
la
goza
de
costumbre
y
jurisprudencia se encuentran elementos suficientes a fin de
extraer las reglas de conducta para solucionar los diversos
conflictos que se suscitan con motivo de su celebración (v.
Lorenzetti, Ricardo Luis, Tratado de los contratos, Edit.
Rubinzal Culzoni, Santa Fe, 1999, t. I, pág. 646).
Entre
sus
notas
mencionarse
las
siguientes:
comerciante
con
clientela
a)
características
El
propia,
concesionario
aunque
ésta
se
suelen
es
un
halle
conectada a la fama y prestigio de los productos fabricados
por el concedente; b) El concesionario compra para revender
por
cuenta
propia,
obteniendo
como
remuneración
el
beneficio de la reventa y no una comisión; c) Normalmente
entre concedente y concesionario media una doble exclusiva,
y en este sentido, la estatuida a favor del concesionario
se distingue de la mera habilitación o autorización que se
da a ciertos revendedores de marcas muy acreditadas que,
sin embargo, no disfrutan de exclusividad (conf. Vítolo,
Daniel Roque "Contratos comerciales", Ed. Ad-Hoc. S.R.L.,
Bs. As. 1993, pág. 630). De ahí que esta categoría de
contratos
se
diferencie
claramente
de
la
figura
del
mandato, toda vez que el concesionario no obra por cuenta y
nombre del concedente, sino que desempeña sus funciones con
autonomía, no obstante existir cierta dependencia económica
y técnica.
(ii) El contrato de concesión da origen a
dos tipos de vinculaciones: de un lado, una relación entre
los otorgantes del contrato -concedente y concesionario-,
regida
en
principio
por
la
autonomía
y
respeto
a
la
voluntad expresada en el convenio y, del otro, un vínculo
entre el concesionario y sus clientes, respecto del cual el
concedente -en principio- resulta ajeno, no respondiendo
por los incumplimientos en que pudiera haber incurrido el
concesionario,
ya
que
no
es
éste
su
mandatario
(conf.
C.N.Com., Sala E, causas "Sendin", "Arabi" y "Esquerro",
íd. sala D, in re "Microómnibus Saavedra", ya cit.).
En lo que atañe al vínculo entre concedenteconcesionario la eventual responsabilidad entre las partes
es de naturaleza contractual, teniendo por marco referente
el contenido de la propia convención. Mas no participa de
igual carácter la responsabilidad del concedente frente a
los clientes, por cuanto -como ya anticipara- aquél resulta
un tercero ajeno a lo convenido con el concesionario (art.
1195 del Cód. Civil), quien, en principio, no puede verse
perjudicado por la conducta asumida por este último. En la
venta directa, la concesionaria no reviste el carácter de
representante
del
fabricante,
sino
que
se
trata
de
una
persona que actúa en nombre y por cuenta propia, lo que por
regla
exime
de
responsabilidad
al
concedente
por
el
incumplimiento de la vendedora.
Tal conclusión se ve reforzada en la especie
en vista del contenido del contrato de concesión celebrado
entre los codemandados, en cuyo capítulo III, punto 6, se
señala que el concesionario actúa en todos los casos como
comerciante independiente y autónomo, en nombre propio y
por
su
cuenta
y
riesgo,
sin
ninguna
dependencia
y
subordinación, dejándose constancia de que el otorgamiento
de la concesión no implica mandato o representación legal
de índole alguna (v. fs. 150).
(iii) En este contexto, el hecho de que el
recurrente
haya
cumplimiento
del
entregado
contrato
el
de
automóvil
concesión
a
Fiore
S.A.
celebrado
en
entre
ellos no modifica el carácter de ajeno del concedente en
relación
a
cliente,
por
lo
lo
convenido
que
aquél
por
no
el
concesionario
puede
ser,
en
con
el
principio,
perjudicado por el obrar de este último.
(iv) Por otra parte, la circunstancia de que
los
fabricantes
automotores
existencia
en
su
caso,
seleccionen
a
sus
de
-o,
un
vínculo
los
importadores-
concesionarias
contractual
entre
y
ellos
de
la
no
autoriza a condenar al concedente si no ha mediado una
conducta
antijurídica
imputable
a
ella
(conf.
C.N.Com.,
Sala D, in re "Carbajo", sent. de 24-IX-1996; íd. causas
"Microómnibus Saavedra", "Arabi" y "Sendin", ya cits.; íd.
Sala C, in re "Serra", sent. de 29-III-1996, LL, 1997-E1012). En el caso, Fiat Auto de Argentina S.A. fundó su
negativa
a
entregar
los
documentos
necesarios
para
la
inscripción del automotor en la falta de pago del precio
por parte de Fiore S.A., lo que se encuentra corroborado a
fs. 199. En la demanda, la accionante no le atribuyó a la
impugnante
restantes
otro
obrar
antijurídico,
presupuestos
de
ni
la
acreditó
los
responsabilidad
extracontractual.
(v) Por lo demás, la pretensión resarcitoria
articulada con basamento en lo normado por los arts. 11, 12
y 40 de la ley 24.240 no puede ser receptada.
La
contemplados
daños
garantía
legal
y
servicio
en
los
citados
preceptos
se
irrogados
por
vicios,
defectos
o
vincula
riesgos
técnico
a
los
de
los
bienes comercializados, siendo que en el sub examine el
reclamo
indemnizatorio
no
obedece
citada
causa
a
ninguna
de
estas
causales.
En
la
"García",
estimé
que
resulta evidente el error en que incurriera el tribunal de
grado
al
asimilar
la
pretendida
responsabilidad
de
la
empresa concedente por el incumplimiento del concesionario
de la entrega de unidades de la que le cabe como fabricante
por la calidad de sus productos.
IV. Por lo expuesto, corresponde hacer lugar
al
recurso
extraordinario
de
inaplicabilidad
de
ley
y
rechazar la acción entablada.
Voto por la afirmativa.
Los
señores
jueces
doctores
Genoud
e
Hitters, por los mismos fundamentos del señor Juez doctor
Soria, votaron también por la afirmativa.
A
la
cuestión
planteada,
el
señor
Juez
doctor Negri dijo:
1.
adecuadamente
Remito
por
el
a
colega
los
que
antecedentes
abre
el
relatados
acuerdo,
por
cuestión de brevedad.
2. El recurso no prospera.
a. En lo que respecta a la modificación que
el recurrente tilda de arbitraria del marco legal del caso
(fs. 627 vta.), tal como lo expresara en la causa "Bustos"
(C.
100.460,
sent.
del
4-IV-2012):
según
el
principio
receptado desde antigua iura novit curia, la aplicación de
las normas y principios jurídicos queda, más allá de las
alegaciones de las partes, reservada al juez como custodio
del mismo y guardián de sus significados éticos profundos.
Es
decir,
que
los
magistrados
pueden
enmendar el derecho mal invocado y suplir el omitido, sin
infracción al principio de congruencia, puesto que es a los
jueces a quienes corresponde calificar jurídicamente las
circunstancias
sent.
del
derivada
fácticas
21-V-2002);
de
la
falta
acreditadas
en
el
de
caso,
entrega
(conf.
la
del
Ac.
63.379,
responsabilidad
certificado
de
importación, el formulario 01 de inscripción inicial y el
formulario
145/1.8
12
TS,
respecto
cuya
del
vehículo
importadora
es
la
Alfa
firma
Romeo
Fiat
modelo
Auto
de
Argentina S.A. (v. fs. 28 vta.; art. 163 inc. 5, C.P.C.C.).
Es
necesario
puntualizar
que
sobre
el
particular la impugnante no ha invocado el vicio de absurdo
(y
menos,
aún
demostrado),
circunstancia
que
obsta
el
análisis de la cuestión planteada.
En efecto, la interpretación de los escritos
constitutivos
términos
en
del
que
proceso
quedó
y
el
trabada
establecimiento
la
litis,
de
los
constituyen
facultades privativas de los jueces de grado, las que no
pueden ser abordadas en la instancia extraordinaria, salvo
que a su respecto se invoque y demuestre que el tribunal ha
incurrido
en
absurdo
o
violación
al
principio
de
congruencia (conf. causas Ac. 83.804, sent. del 24-V-2006;
C. 92.626, sent. del 11-IV-2007; C. 95.939, sent. del 13II-2008; C. 99.169, sent. del 10-XII-2008; C. 94.046, sent.
del 20-V-2009; C. 101.378, sent. del 28-V-2010).
b. En lo atinente al agravio relacionado con
la omisión de tratamiento de cuestiones: la solidaridad
pasiva establecida en el fallo recurrido (fs. 627 vta.),
así como la vulneración a lo dispuesto por el art. 171 de
la, Constitución provincial (fs. 626 in fine), constituyen
temas ajenos al medio de impugnación intentado (art. 161
inc.
3,
ap.
"b",
Const.
prov.);
los
que
deben
ser
canalizados a través del recurso extraordinario de nulidad
(art. 296, C.P.C.C.).
Al respecto esta Corte tiene dicho que la
supuesta preterición de cuestiones solamente puede alegarse
por vía del recurso extraordinario de nulidad, siendo su
tratamiento ajeno al ámbito del de inaplicabilidad de ley
(conf. causas C. 91.087, sent. del 4-VI-2008; C. 99.859,
sent. del 17-XII-2008; v. también entre otras C. 102.209,
sent. del 25-II-2009; C. 102.830, sent. del 16-IX-2009). Lo
mismo ocurre con la presunta conculcación del art. 171 de la
Constitución provincial (cfr. causas L. 57.035, sent. del
23-V-1995; L. 88.674, sent. del 7-II-2007; v. también C.
102.702, sent. del 18-XI-2009; C. 106.845, sent. del 19-V-
2010).
c.
Con
relación
a
la
responsabilidad
atribuida a la concedente en virtud de lo dispuesto por el
art. 1109 del Código Civil y la vulneración de la doctrina
legal de la causa C. 93.038 (sent. del 13-VI-2007), no
advierto que la recurrente haya demostrado las infracciones
denunciadas (art. 279, C.P.C.C.); respuesta sobre el punto
se da supra respecto del encuadramiento legal del caso.
Sin perjuicio de ello es necesario mencionar
que
no
puede
alegarse
la
violación
de
doctrina
legal
elaborada sobre la base de hechos distintos al del caso en
que
se
invoca
(Ac.
94.644,
sent.
del
12-VII-2006;
C.
97.478, sent. del 26-VIII-2009), en tanto que en la causa
C. 93.038 se trató -como bien destacó la alzada- de la
falta
de
entrega
del
vehículo,
mientras
que
en
estos
actuados estamos ante la tradición del rodado pero sin los
accesorios:
la
inscripción
documentación
registral,
disponibilidad
del
bien
y
necesaria
obtener
el
importado
por
para
realizar
pleno
Fiat
goce
(fs.
la
y
611
vta./614).
En la sentencia expresamente se indicó que
la doctrina de la causa C. 93.038 (la concesionaria no es
representante
del
fabricante
o
importador,
sino
que
se
trata de una persona que actúa en nombre y por cuenta
propia, situación que por regla exime de responsabilidad al
concedente por incumplimiento de la vendedora) "... [ha]
enfocado situaciones que difieren sustancialmente del sub
examen" (fs. 611). Aclaró en este sentido que si bien en
todos los casos se trata de supuestos en los que no hubo
entrega del vehículo vendido, la Suprema Corte provincial
se encargó de cuidar de no otorgar valor a dicho criterio
como "principio general" (fs. cit.).
"[E]n el caso, la compraventa tuvo un mayor
despliegue porque contra entrega del dinero correspondiente
al valor del vehículo, la concesionaria hizo lo propio con
éste al ponerlo en manos del comprador, quien recibe además
una factura de venta y copia del boleto suscripto por ambas
partes" (fs. 611/vta.).
"Pero nunca se le entregó la documentación
habilitante";
constituyen
"...
que,
verdaderos
fundamentales
para
en
rigor
accesorios
que
el
según
de
adquirente
la
es
obvio,
cosa
pueda
y
son
gozar
del
derecho transmitido. Es que la falta de tal documentación
habilitante
impide
al
comprador
del
automóvil
su
cabal
disponibilidad, por las limitaciones y restricciones de uso
que importa el impedimento de patentarlo a nombre propio"
(fs. 611 vta.).
Y
efectos
si
bien
"[e]n
la
falta
prácticos,
documentación
resulta
cierta
equiparable
de
a
manera,
entrega
la
no
por
de
sus
dicha
entrega
del
vehículo" (fs. cit.). "... las similitudes se limitan a ese
sólo aspecto porque las consecuencias que se derivan de uno
y
otro
caso
consecuencia,
[...]
ello
difieren
sustancialmente
determina
la
y,
en
inaplicabilidad
del
criterio que informa al fallo arriba citado" (ídem).
Sin juzgar el acierto o error de la decisión
arribada,
no
habiéndose
cuestionado
la
base
fáctica
a
partir de la cual el juzgador postuló la responsabilidad
extracontractual subjetiva atribuida a la parte recurrente
(la
no
mediante
entrega
la
de
la
invocación
documentación
y
demostración
antes
del
referida),
supuesto
de
absurdo, la vía intentada carece de sustento (art. 279 y su
doct., C.P.C.C.).
3.
Por
todo
lo
expuesto,
oído
el
representante del Ministerio Público, corresponde rechazar
el recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley; con
costas (arts. 68 y 289, C.P.C.C.).
Voto por la negativa.
Los
señores
jueces
doctores
Kogan
y
de
Lázzari, por los mismos fundamentos del señor Juez doctor
Negri, votaron también por la negativa.
El
mismos
señor
fundamentos
Juez
del
señor
doctor
Juez
Domínguez,
doctor
por
Soria,
los
votó
también por la afirmativa.
Con lo que terminó el acuerdo, dictándose la
siguiente
S E N T E N C I A
Por lo expuesto en el acuerdo que antecede,
de
conformidad
General,
con
por
y,
dictaminado
mayoría,
extraordinario
impugnada
lo
se
interpuesto,
en
hace
se
consecuencia,
por
lugar
revoca
se
la
Procuración
al
la
rechaza
recurso
sentencia
la
demanda
promovida, con costas (arts. 68 y 289, C.P.C.C.).
El
depósito
previo
efectuado
(fs.
638
655), deberá restituirse al interesado.
Regístrese, notifíquese y devuélvase.
EDUARDO NESTOR DE LAZZARI
HECTOR NEGRI
DANIEL FERNANDO SORIA
y
JUAN CARLOS HITTERS
HILDA KOGAN
LUIS ESTEBAN GENOUD
FEDERICO G. J. DOMINGUEZ
CARLOS E. CAMPS
Secretario
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