Documento 424992

Anuncio
Revolución Industrial
4º E.S.O.
LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL
2. FACTORES O CAUSAS DE LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL
2.1. La revolución demográfica
Los datos indican que desde principios del siglo XVIII se produce un crecimiento de la
población sostenido a lo largo de toda la centuria y la primera mitad del siglo XIX, aunque no tienen un
alto grado de fiabilidad, puesto que hasta 1801 no se realizan censos de población, pero, a pesar de
todo, podemos confirmar un aumento de población, que casi se duplica en el período que va desde
1740-1800. Este crecimiento viene determinado por dos factores fundamentales:
- La disminución drástica del índice de mortalidad después de 1740 que se debió a una mayor
producción agrícola y ganadera, hay mayor consumo de carne y de pan blanco, y a los avances en la
higiene y la medicina, vacuna de Jenner contra la viruela en 1796, abastecimiento de agua a las
ciudades, alejamiento de los cementerios de los poblados, etc.
Por lo tanto los problemas planteados en el siglo XVIII consistían en como alimentar a la
población creciente y, al igual que en otras épocas en que sucedió algo similar aunque en menor
medida, se recurrió a la roturación de muchas tierras nuevas, a la ampliación de los cultivos y a la
aplicación de nuevos métodos de cultivo. Pero lo cierto es que la producción agraria, aunque mejoró,
aún no era suficiente para alimentar a la población, y que el nivel de vida no había mejorado tanto como
para explicar ese crecimiento demográfico. Esto explica en parte dos aspectos: por un lado la marcha
lenta de un cambio en el mundo agrario y, por otro, la postura adoptada por el inglés Robert Malthus
que defiende que la capacidad de generar riqueza crecería de forma aritmética, mientras que la
población crecía de forma geométrica, la conclusión era que debía controlarse la natalidad.
- El elevado número de nacimientos existentes en toda la centuria.
Las consecuencias del crecimiento son: que a partir de 1770 se agravan las crisis de
alimentación por la presión del aumento de población y las irregularidades climáticas, lo que contribuye
al tono de agitación social frecuente en las últimas décadas de la centuria.
El consiguiente excedente demográfico tiene ante todo tres refugios inmediatos: la migración
intercontinental, la urbanización y la colonización interior.
La revolución demográfica influyó en la industrial al aumentar la mano de obra y el mercado;
mientras que la revolución industrial actuó sobre la demográfica a causa de la mayor seguridad en la
colocación de efectivos y por el adelanto de la edad de nupcialidad.
2.2. La revolución agrícola
Como en tiempos anteriores, también a lo largo del siglo XIX la agricultura conservaba un papel
esencial en la economía europea. En 1860 todavía ocupaba algo más del 60% de su población activa
(media que oscilaba entre el 26% de Gran Bretaña y más del 80% en Rumania, Rusia o Yugoslavia),
constituía una de las partidas fundamentales del comercio nacional e internacional, y sus momentos o
1
Revolución Industrial
4º E.S.O.
períodos de crisis influían considerablemente no sólo en los demás sectores económicos, sino también
en la vida política.
Aunque con ritmo mucho más lento que en la industria o en el comercio, también en el terreno
agrario se produjeron transformaciones que se inician ya a principios del siglo XVIII y que se irían
asentando, de forma desigual, a lo largo del siglo XIX conviviendo con los modos tradicionales.
Las enclosures (cercamiento de las propiedades agrícolas) son un proceso que se intensifica en
Inglaterra a partir de 1760 estimulado por la subida del precio del trigo, debida al crecimiento
demográfico (mayor demanda de pan) y a las circunstancias internacionales (guerras napoleónicas). Se
llevó a cabo mediante concesiones (Enclosures Acts) que obtenían del Parlamento los grandes
propietarios particularmente, hasta que en 1801 la "General Enclosure Act" fijó por ley el cercamiento
de las propiedades. Los principales cambios, iniciados en Gran Bretaña desde principios del siglo
XVIII, consistieron fundamentalmente en:
- Una nueva actitud por parte de los propietarios de tierras, que se mostraron dispuestos a
desarrollar los recursos necesarios con vistas a una racionalización de la producción cara al mercado.
- El sistema de campos abiertos (openfield) fue sustituido por el de campos vallados.
- Se produjo una concentración de la propiedad a costa de los terrenos comunales y de los
pequeños propietarios que, incapaces de costear los gastos de cercado, se vieron obligados a vender sus
tierras y, en ciertos casos, emigrar a la ciudad.
En cuanto a los avances técnicos y de cultivos:
- La eliminación del barbecho mediante el abonado y la rotación cuatrienal de cultivos (trigo,
nabos, cebada y trébol) que hacían que la tierra siempre estuviera ocupada y evitaba su agotamiento.
Este era el famoso sistema de Norfolk.
- Asociación de agricultura y ganadería gracias a la introducción de plantas forrajeras
(remolacha y alfalfa) en el sistema de rotación.
- El mayor peso del ganado, que comenzó a estabularse y especializarse, y que dada su
rentabilidad, sobre todo la del ganado lanar, impulsó la ampliación de las praderas artificiales. Aparición de nuevo utillaje agrario (arado Rotherham, la primera máquina de sembrar de Jethro Tull).
- Sistema de drenaje, que permitía aumentar la superficie cultivada, como la bomba de
Newcombe.
- Cierta especialización comercial favorecida por la nueva maquinaria y las plantas nuevas
(patata, maíz...).
2.3. Revolución de los transportes y del comercio
Las necesidades de abastecimiento de las ciudades, cuyo crecimiento fue espectacular a partir de
la segunda mitad del siglo XVIII, así como las derivadas de la comercialización de los productos
agrícolas o industriales junto con la ineludible necesidad de buscar procedimientos que hiciesen más
fácil la llegada de materias primas y fuentes de energía, impulsaron el crecimiento de los medios de
transporte y comunicación.
2
Revolución Industrial
4º E.S.O.
Se producen cambios tanto en el comercio interior como en el exterior. En el interior se pasó de
un comercio de feria a un verdadero mercado nacional, como consecuencia de la eliminación de las
aduanas interiores, la fuerte demanda de las ciudades y, sobre todo, las mejoras de los medios de
transporte (las carreteras y los canales que, entre otras cosas, acercan el productor al consumidor, y el
agricultor al industrial). A esto se añadía la progresiva unificación de los sistemas de medidas, tanto de
pesos y de superficie como de monedas y de aduanas, que contribuyeron a reducir las dificultades con
que se encontraba el comercio.
Parte fundamental en la revolución industrial tuvo la aparición del ferrocarril.
El comercio exterior: El mercado nacional no fue suficiente para impulsar el proceso
industrializador, así el comercio exterior sufre transformaciones en su cuantía, su composición y su
distribución geográfica.
2.4. El aspecto financiero
Las fuentes de financiación del crecimiento industrial fueron internas y externas. Las internas se
refieren a la autofinanciación, pero cuando las inversiones tuvieron que ser más fuertes surgieron las
externas: comercio de ultramar y la agricultura. Para el desarrollo industrial fue necesario la aparición
de un sistema bancario que permitiese créditos para realizar inversiones.
3. MOTORES DE LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL
A) La lana constituyó durante muchos siglos la materia prima de los tejidos ingleses; con la
revolución industrial queda desplazada por la importancia creciente del algodón. En las primeras fases
de la industrialización es el sector-palanca, el que provoca el crecimiento. ¿Por qué posee el algodón
esta importancia básica?
En primer lugar por su abundancia, la producción americana y la de Egipto y la India llegó a ser
enorme y, a lo largo del siglo XIX, algunas comarcas europeas iniciaron su cultivo. Es una materia
prima barata y que puede satisfacer las exigencias de una demanda en auge. Además se trata de un
sector tecnificado precozmente. La revolución industrial se basa en la mecanización del trabajo, y,
precisamente, en la industria textil se aplicaron las primeras innovaciones técnicas.
Como en la manufactura algodonera existen dos fases principales (hilar y tejer), cada progreso
técnico en una de ellas producía un desequilibrio en la otra, que quedaba atrasada y no podía abastecer a
la anterior. Esto obligaba a la continua investigación y descubrimiento de nuevas máquinas. Se produce
así una cadena de inventos.
- El primero John Kay inventó la lanzadera volante, acelera el ritmo del tejedor y provoca una
mayor demanda de hilados.
- Esta demanda provoca investigaciones en la hilatura: James Hargreaves inventa en 1764 la
"spinning-jenny", de múltiples usos y que, movida por un solo obrero, multiplica la producción por más
de diez. En 1769 Richard Arkwright presenta la "water-frame", impulsada ya por agua. En 1779 Samuel
Crompton crea la "mule", llamada así porque era un producto de lo mejor de las dos anteriores, que
multiplicaba por 80 las posibilidades de producción de hilados.
3
Revolución Industrial
4º E.S.O.
- Esta superproducción vuelve a desequilibrar la base de tejido, hasta que Edmund Cartwright
inventa el primer telar automático movido por vapor.
Por tratarse de una materia prima que había de importarse, en Inglaterra, se produjo una cierta
concentración geográfica en la Baja Escocia y el Lancashire, para abaratar el transporte. En el algodón
se resumen todos los rasgos de la primera revolución industrial:
- materia prima abundante y barata;
- concentración de la producción en una región reducida;
- renovación continua de las técnicas: el vapor como fuente de energía, y procedimientos
estándar de fabricación en cadena, desde 1830;
- importancia del comercio y del mercado como estímulos para la industrialización. Inglaterra
comienza a comprar trigo y a vender tejidos de algodón;
- necesidad de capitales. Las compañías de Liverpool transportaban a América esclavos (en el
siglo XVIII) y tejidos y volvían con algodón. Los beneficios permitieron invertir grandes sumas en
aumentar el volumen de las industrias;
- finalmente, el crecimiento continuo, que hemos señalado como rasgo característico de la
revolución industrial, es evidente en la industria algodonera, llegando a alcanzar en 40% del total de las
exportaciones.
B) Sector siderúrgico: Este sector, que continúa la revolución iniciada en la industria textil, progresa
igualmente gracias a las innovaciones técnicas y a los cambios en las materias primas: la utilización del
carbón mineral y el "pudelaje".
El carbón mineral: El combustible tradicional de las forjas, e incluso de los primeros altos
hornos, era el carbón vegetal, pero ante la escasez de madera, utilizada en la construcción naval, se
realizaron ensayos para sustituirlo por el carbón mineral o hulla, que ya se usaba como combustible
doméstico. Este cambio sólo fue posible cuando Abraham Derby lo quemó previamente, eliminando las
impurezas de fósforo y azufre, lo que originó el coque ( = hulla sometida a un proceso de calcinación).
El "pudelaje" o pudelación es un sistema ideado por Henry Cort en 1784 que purificaba el hierro
fundido batiéndolo en el horno con grandes barras para eliminar el azufre y el carbono. Con la
aplicación de la máquina de vapor se consiguió acelerar la producción de hierro más puro y maleable
mediante la inyección automática de una corriente de aire oxigenante.
El carbón se impone, es más barato, más abundante, posee una mayor potencia calorífica; los
centros industriales empiezan a establecerse en las cercanías de las minas.
La máquina de vapor de James Watt se convirtió de este modo en el factor determinante de la
primera revolución industrial inglesa. Se aplicó a la industria textil, a la siderúrgica y, sobre todo, a los
transportes, con la aparición del ferrocarril.
Por otra parte, los aperos de labranza, las máquinas de todos los tipos, los raíles de las vías
férreas, se construyen de hierro. Nace la industria siderúrgica. El hierro se convierte en un elemento
imprescindible, en el "pan de la industria", como se llegó a llamar. La siderurgia releva al algodón
como motor del crecimiento.
4
Revolución Industrial
4º E.S.O.
Las consecuencias del ferrocarril fueron múltiples:
- Actuó de estímulo en la fabricación de productos siderúrgicos y de carbón.
- Se convirtió en un campo de inversión de capital para la construcción de las vías, dado lo
costoso de su financiación.
- Favoreció otros sectores industriales auxiliares.
- Fue un polo de atracción de mano de obra.
- Favoreció el comercio.
- Acercó la ciudad al campo con las repercusiones económicas y demográficas que esto
conlleva.
Las consecuencias derivadas de la revolución agrícola en Inglaterra fueron básicamente:
- Aumentó considerablemente la producción de alimentos y carnes, necesarios para cubrir las
necesidades del considerable aumento demográfico.
- Incrementó los niveles de consumo en el interior del país, ya que elevó la renta familiar de
muchos propietarios agrícolas que aumentaron sus compras de productos industriales (textiles,
ferreteros, mecánicos, etc.). Algunos historiadores conceden gran importancia al despegue del sector
agrícola como impulsor del crecimiento del mercado interior de consumidores. Consideran fundamental
que el fenómeno se produzca en los países hoy día subdesarrollados porque potencia la consolidación
del mercado interior, requisito previo para un posterior crecimiento de otros sectores económicos.
- Permitió articular los diversos sectores económicos nacionales; las zonas agrícolas perdieron
su autosuficiencia y se integraron en los circuitos comerciales de toda la nación. Los medios de
transporte permitieron esta articulación. Merced a ellos los productos agrícolas llegaron a todas las
zonas de la Gran Bretaña. Es decir, la agricultura cumplía las funciones que son propias de una
economía moderna:
a) Producir más alimentos para hacer frente al incremento demográfico.
b) Aumentar las rentas reales de la agricultura por un acrecentamiento de la productividad, lo
que permite comprar más máquinas.
c) Poner a disposición del sector "moderno" una parte importante de las rentas excedentarias.
En general el auge de estas realizaciones se produjo a partir del último cuarto del siglo XVIII y
continuó durante el XIX. En esta centuria se registró la aparición de un medio de transporte
fundamental para el posterior desarrollo económico: el ferrocarril. El primero unía Stockton y
Darlington (1825), debido al ingeniero George Stephenson. Hacia 1850, Gran Bretaña contaba con una
considerable red de vías férreas, iniciada en 1830 con el famoso servicio Liverpool-Manchester.
4. REPERCUSIONES DE LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL
En general, la revolución industrial transformó la economía y la sociedad.
En economía se produjo:
- La acumulación del capital necesario para la adquisición de maquinaria y locales.
- Se suprimió el taller artesanal sustituyéndolo por la fábrica.
- Se produjo un aumento de la producción intensificando así el comercio.
5
Revolución Industrial
4º E.S.O.
En la sociedad se produjo:
- La sustitución de la sociedad estamental por la sociedad de clases, grupos abiertos que
fundamentan su posición social no en la herencia, ni en la tierra sino en el dinero.
- Se diferencian claramente dos clases: la burguesía, que es la dueña de los medios de
producción, y el proletariado, que sólo tiene el trabajo.
- Con la mecanización se produjo el paro de muchos obreros y su sustitución, en varios casos,
por la mano de obra barata de mujeres y niños.
Otras consecuencias negativas del proceso de industrialización se refieren al trabajo de niños y
mujeres, que reciben menor salario y proporcionan, por consiguiente, mayores beneficios para los
empresarios, y a las malas condiciones de trabajo: amontonamiento, promiscuidad. A esto habría que
añadir la forma de vida: casuchas sin los más elementales servicios, falta de higiene y educación;
factores que, a medida que los obreros toman conciencia colectiva de su situación social, serán causa de
los movimientos obreros.
CONSOLIDACIÓN DEL CAPITALISMO Y SEGUNDA FASE DE LA REVOLUCIÓN
INDUSTRIAL
A mediados del siglo XVIII se inició en Inglaterra un movimiento de transformación económica
conocido como revolución industrial. Cien años después, nuevas formas de energía, nuevos avances
técnicos aplicados a la industria y la extensión de la economía capitalista provocaron una nueva
transformación de la estructura industrial y económica de tal envergadura que se puede hablar de una
segunda revolución industrial o de una segunda fase de la revolución industrial. Esto ocurre en un
período que va desde 1870 a 1914. A diferencia de la primera, en esta segunda revolución industrial se
observa asimismo, un predominio de la industria sobre el resto de la economía, una vinculación entre la
ciencia y la industria (entre la universidad y la fábrica), una nueva organización de la producción y del
trabajo, y la aparición de nuevas potencias industriales europeas y extraeuropeas. Si en la primera la
industrialización plena sólo llegó a Inglaterra y algo a Bélgica; esta segunda fase de la revolución
industrial afecta a casi todos los países, aunque en muy diferente grado.
La segunda revolución industrial tiene lugar en un período en el que se desarrollan distintos
hechos históricos de capital importancia: el desarrollo del obrerismo; la I y II internacionales obreras,
dentro del movimiento obrera; el Imperialismo y la evolución del sistema de alianzas hacia la Primera
Guerra Mundial.
2. LA PRODUCCIÓN
Desde el punto de vista de la producción, ha podido afirmarse que, durante toda la segunda
mitad del siglo XIX, es neta ya la hegemonía de la industria en la economía occidental.
El crecimiento que se experimenta en esta segunda revolución industrial está caracterizado por los
siguientes rasgos: aparición de nuevas fuentes de energía y nuevos metales y, por tanto, de nuevas
industrias; aplicación de la química orgánica a la industria, y una mejor organización de la producción y
el trabajo.
6
Revolución Industrial
4º E.S.O.
2.1. NUEVAS FUENTES DE ENERGÍA
La aparición de nuevas fuentes de energía no significó en ningún momento el olvido de las
antiguas; el carbón continúa siendo ahora también la principal gracias a su aplicación a la industria
química y de producción de electricidad. Pero esta última con el petróleo constituyen las fuentes de
energía características de la segunda revolución industrial.
2.1.1. La electricidad
Es la energía fundamental, y, aunque su existencia era conocida ya desde el siglo XVIII, su
desarrollo industrial sólo se produce en el último tercio del XIX, tras una fase experimental de inventos
relativos a la producción, distribución y aplicación a distintos usos.
* El terreno de las aplicaciones es muy amplio: con el invento de la lámpara incandescente por
Edison en 1879 se hace posible la instalación del alumbrado público, que se lleva a cabo en Estados
Unidos desde 1881. En los transportes se emplea en los tranvías eléctricos, en Gran Bretaña, Alemania,
Estados Unidos, y el metro (Londres, 1891); en el terreno de las comunicaciones a larga distancia es la
base para el teléfono, el telégrafo (inventado por Graham Bell en 1876) y T. S. H. (telegrafía sin hilos)
de Brandy y Marconi; también gracias a la electricidad, nació la industria del cine. Parecía como si la
era del vapor fuera sustituida por la era de la electricidad. En 1895, los hermanos Lumière inventan el
cinematógrafo, tan importante como diversión en la nueva sociedad que nacía.
2.1.2. El petróleo
Hacia mediados del siglo XIX su uso se extendió al alumbrado doméstico y urbano; se trataba
de un petróleo que no procedía de yacimientos naturales, sino de la destilación del carbón de pizarra.
Posteriormente, al explotarse los yacimientos naturales del subsuelo (en 1859, en Ohio, se perfora por
primera vez un pozo petrolífero) y obtenerse sus derivados (gasolina, queroseno, gasóleo y fuel-oil) por
medio de la refinación y destilación, su importancia creció enormemente. Pero no llegó a alcanzar un
uso a escala industrial hasta la invención del motor de explosión o de combustión interna de gasolina
(Daimler y Benz en 1885) y de aceite pesado (Diesel en 1897). En 1913 hay 2 millones de automóviles
en el mundo; y en Estados Unidos la producción de petróleo pasa de un millón de toneladas en 1870 a
53 en 1913.
Del petróleo se obtenían gran número de derivados (insecticidas, perfumes, plásticos, tejidos,
medicinas, pinturas) que dieron lugar al nacimiento de una nueva rama de la química: la moderna
petroquímica.
2.2. LOS NUEVOS METALES
2.2.1. El acero
Las innovaciones en el procedimiento de obtención van a traer como consecuencia la sustitución
del hierro colado por el acero. Los más destacados de estos avances tecnológicos son el convertidor
Bessemer (1856), que permite aumentar la producción de acero; el horno Martin-Siemens, que
economiza combustible y produce acero más homogéneo y barato, y el procedimiento Thomas-Gilchrist
(1878), que elimina el fósforo de ciertos minerales de hierro y permite así explotar yacimientos con
7
Revolución Industrial
4º E.S.O.
elevado porcentaje de fósforo, que hasta entonces estaban inutilizados (los de Lorena en Alemania y los
del Lago Superior en Estados Unidos).
De esta manera, el hierro, convertido ahora en acero, sigue siendo el metal más importante de la
segunda revolución industrial. A diferencia de la primera, en la que se aplicaba casi exclusivamente a
los ferrocarriles, ahora se utiliza también en la construcción (torre Eiffel) y en los armamentos
(artillería, blindaje, cascos para los barcos, etcétera).
2.2.2. Otros metales
El níquel adquiere importancia a partir de 1880 por sus aleaciones con el acero (acero
inoxidable) y con el cobre (alpaca).
El aluminio descubierto por Wölker en 1845, no pudo obtenerse a escala industrial hasta 1880,
cuando Hall utiliza el procedimiento de electrólisis para su obtención a bajo coste (en 1905 es cien
veces más barato que en 1880). Su poco peso y su resistencia a la oxidación lo convierten en el metal
por excelencia de la segunda revolución industrial.
El cobre es otro metal que, al obtenerse en forma más pura mediante la electrólisis, se
industrializa ante la demanda de la industria eléctrica como hilo conductor de electricidad. En esta
época cobran importancia las minas de Riotinto (Huelva) y las de Chile.
2.3. RENOVACIÓN DE LA ACTIVIDAD INDUSTRIAL
En el caso de la renovación del sector secundario -tema ciertamente capital en su proyección
sobre la sociedad- hay que referirse otra vez tanto a la revitalización de las industrias existentes como al
desarrollo o al nacimiento de otro tipo de actividades.
Entre las primeras queda ya destacada la básica diversificación de la industria metalúrgica, en la
misma medida en que la máquina gana terreno en los más diversos quehaceres del hombre.
El proceso de concentración demográfica urbana y la construcción de las grandes vías terrestres
de comunicación -ferrocarril y carretera- dan, desde la segunda mitad de la centuria, una importancia
inusitada a la propia industria de la construcción, que pasa a aportar una de las mayores partidas en la
población activa europea.
La democratización de la cultura y la burocratización de las actividades contribuyen
sobremanera, en fin, al desarrollo de la industria del papel y de la imprenta, hasta el punto de
convertirse en índice muy significativo del nivel de vida en cada país.
2.3.1. La industria química
Es la industria más característica de la evolución del capitalismo, y por ello una de las más
representativas de la segunda revolución industrial; ya que, por un lado, se sirve de procedimientos muy
costosos para obtener productos que se venderán a bajo precio, lo cual requiere grandes sumas de
capital para producir a gran escala y un mercado amplio, superior al nacional, para absorberlos; y de
otro, porque, como materia prima, utiliza subproductos metalúrgicos. Ninguna de ambas cosas se daban
en la primera revolución industrial.
Los productos químicos industriales más importantes son: la sosa, los colorantes, los explosivos
y los abonos.
8
Revolución Industrial
4º E.S.O.
3.4. organización de la producción y del trabajo
Los progresos del maquinismo permiten la producción en masa y la estandarización de
productos y piezas en serie rigurosamente iguales e intercambiables. Sólo así se pueden vender a
precios razonables. Posteriormente, a fines del siglo XIX y principios del XX, se generaliza también
otra forma de producción, el sistema en cadena, consistente en hacer pasar una pieza por una serie
sucesiva de puntos donde los obreros realizan los trabajos correspondientes. Es la consecuencia de la
racionalización del trabajo, obra del norteamericano W. Taylor, que estudia el tiempo de ejecución de
un trabajo con el máximo rendimiento y el menor esfuerzo.
Los resultados de todas estas medidas son una mayor producción, un descenso de los precios,
una mayor división del trabajo y una sociedad cada vez más consumista.
3. EL GRAN CAPITALISMO
Durante el siglo XVIII y primera mitad del XIX, los primeros progresos técnicos aplicados a la
maquinaria y la ruptura del monopolio del Estado hacen posible el capitalismo industrial de la primera
revolución industrial. Este capitalismo era producto del librecambismo, y se basaba en la ley de la
oferta y la demanda, la libertad del trabajo y la libre concurrencia: había que producir a precios cada
vez más bajos para triunfar sobre la competencia: de ahí la necesidad de un aumento paulatino de la
mecanización y de capitales para la maquinaria. En este período los empresarios eran todavía capaces
de financiar a escala familiar sus industrias, sus fábricas con los ahorros, beneficios o excedentes de la
agricultura.
Sin embargo, a partir de 1870 aproximadamente, las innovaciones técnicas perfeccionan y
multiplican la maquinaria, con lo que las empresas necesitan grandes cantidades de dinero para la
instalación y renovación instrumental. Más aún, se ven obligadas a financiar las investigaciones de los
científicos, dada la complejidad de los laboratorios y lo costoso del proceso, e incluso a buscar
mercados para sus productos (el industrial se convierte ahora en comerciante). Es preciso buscar nuevas
fuentes de financiación para este aporte constante y cuantioso de capital. Aparece así el gran
capitalismo o capitalismo financiero. Los bancos se habían limitado hasta entonces a ser instrumentos
de cambio. Pero a partir de este momento se convierten en bancos de negocios o de crédito industrial
para financiar empresas u operaciones de inversión, con lo que se produce la concentración financiera e
industrial, que constituye una de las características esenciales del gran capitalismo.
3.1. CONCENTRACIÓN BANCARIA
El continuo crecimiento industrial exige un crecimiento paralelo del capital para financiarlo. Los
bancos controlan ahora los capitales y las inversiones realizadas en la industria, que, al ser de un alto
nivel, hacen necesaria la disponibilidad de créditos, de ahí la tendencia a la concentración no sólo del
capital bancario, sino también del industrial, pues para dar seguridad a su dinero, los bancos adquieren
acciones de esas empresas, y se produce así la fusión entre el capital bancario y el industrial, que es
propia del gran capitalismo. En poco tiempo los bancos pasan a controlar numerosas empresas
anónimas, ya que, además de sus acciones, gestionan las de pequeños accionistas.
9
Revolución Industrial
4º E.S.O.
3.2. CONCENTRACIÓN DE EMPRESAS
La necesidad de grandes capitales destinados a adquirir maquinaria y propiciar la investigación
de nuevos sistemas productivos hace que sólo las grandes empresas puedan hacer frente a tan elevadas
inversiones, así como a la negociación en pie de igualdad con los grandes bancos, búsqueda de
mercados para la producción cada vez mayor y la utilización racional del maquinismo. Por todo ello se
tiende a la concentración que abarate el proceso de producción y evite la competencia en el mercado.
La concentración se llama horizontal si se trata de empresas dedicadas a un mismo tipo de
actividad; mientras que se denomina vertical (o integración) cuando une empresas de productos
diferentes y complementarios; por ejemplo, si una empresa de metalurgia pesada se fusiona con las
empresas de las minas de las materias primas (carbón y hierro), las de metalurgia diferenciada
(mecánica) y las de ferrocarriles. Es propia también la integración de las industrias químicas por la
multitud de subproductos que utiliza.
Hacia finales de siglo aparecen formas de organización económica tendentes a limitar la
competencia, la baja de los precios y los peligros de la superproducción.
El cártel es la agrupación de empresas de un mismo producto para controlar el mercado, pero sin
perder su independencia; por ejemplo, el cartel hullero alemán que llegó a agrupar cien empresas
mineras. Había distintos grados de asociación: sólo para fijar los precios o para los precios y la
producción o, por fin, creando un organismo común para organizar la venta de los productos.
El trust es la asociación de varias empresas que cuentan con un solo directivo para gestionar la
producción de todas ellas. Estas reciben los dividendos o los beneficios pero pierden la independencia.
El trust es propio de Estados Unidos, por ejemplo, el de la Standard Oil Company en Ohio, fundado por
Rockefeller en 1880.
El holding es la sociedad financiera que controla varias empresas mediante la adquisición de la
mayoría de sus acciones.
Todas estas agrupaciones, y en especial los trusts, tienden al monopolio, con la consiguiente
amenaza de explotación del consumidor y el trabajador. Sus poderes son tan grandes que pueden
incluso utilizarse como medio de presión ante los Estados; de ahí las leyes antitrusts, tendentes a evitar
tal posibilidad.
10
Descargar